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“Sólo cuando el último árbol esté muerto, el último río envenenado, y el último pez atrapado, te darás cuenta que no puedes comer dinero.” Sabiduría Indoamericana
Del 30 de noviembre al 11 de diciembre de este año, se llevó a cabo una de las conferencias más importantes para la humanidad en la ciudad de Paris. Llamada la COP21; buscaba llegar a un acuerdo entre las naciones desarrolladas y aquellas en vías de desarrollo para reducir los niveles de contaminación hasta niveles comparables con aquellos existentes antes de la revolución industrial. Por experiencia propia, sabemos que las negociaciones, incluso entre dos personas, resultan ser muy difíciles, especialmente como en este caso, cuando hay dinero de por medio. Imagínense lo difícil que debió haber sido lograr que 195 países del mundo se pusieran de acuerdo para llegar a uno de los acuerdos climáticos más importantes de la historia. Enunciaremos a continuación los aspectos más importantes del acuerdo: ‐ ‐
Limitar el calentamiento de la superficie de la Tierra a máximo 2 °C; Incrementar la capacidad de adaptación al cambio climático sin poner en riesgo la producción alimentaria;
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Los países ricos han acordado crear hasta el 2020, un fondo de no menos de 100 billones de dólares anuales para ayudar a los países en vías de desarrollo como el nuestro en la adaptación al cambio climático.
La adopción del denominado “Acuerdo de París” ha traído esperanza para la mayor parte del planeta. Sin embargo existen aún algunos escépticos que entre otras cosas piensan que: “Son los grandes países los que deben pagar el costo del calentamiento global. ¡Ah sí, esos gringos y los chinos son los que contaminan, yo no voy a hacer nada!” Falso de falsedad absoluta queridos amigos lectores. Hagan memoria, recuerden cuándos artefactos de procedencia china, colombiana, tailandesa, extranjera en general tienen en su hogar. Su celular, televisión, platos, la mayoría de artefactos que tenemos en el hogar provienen de países extremadamente contaminadores. Nosotros también contribuimos a crear esa contaminación al comprar aquellos productos, al crear la demanda para lo que ellos producen. Piénselo dos veces antes de comprar un producto barato si no sabe cuál es el real costo de la contaminación que contiene; es decir la huella de carbono y agua que traen consigo. A aquellos escépticos que piensan que el calentamiento global no es producido por el hombre, o que desaparecerá sin tomar ninguna medida, el Dr. Richard Alley, uno de los
principales investigadores del cambio climático a nivel mundial, les hace la siguiente pregunta: ¿Conocen a los avestruces? “Cuando ellas tienen miedo, simplemente meten su cabeza dentro de la tierra e intentan así negar la realidad que las asusta. Asimismo se comporta la mayoría de la gente a la que se le habla del cambio climático. Unos lo niegan, otros dicen que nos adaptaremos, que todo seguirá como hasta ahora, realmente existe mucho escepticismo”. Hablando desde nuestro punto de vista científico‐ingenieril, el cambio climático no se trata de política sino de física y, estimadísimos lectores, es innegable que el cambio climático es un hecho que sucede actualmente en nuestro planeta. Si no hay un verdadero compromiso por parte de todos, no podrá haber una adaptación real, y estaremos condenando a las futuras generaciones a pagar por lo que no queremos hacer ahora. Recuerden que los intereses de la deuda ecológica con el planeta son unos intereses “chulqueros”. Pagarlos ahora significará un gran desembolso si hablamos en dinero, es cierto, pero que representa solamente el 1 % de la economía mundial y, según el “Acuerdo de París” lo pagaremos entre todos, contribuyendo cada país de acuerdo a sus posibilidades económicas y grado de desarrollo. No obstante, si esta deuda se la cobra a nuestros hijos y nietos en el futuro, podrá llegar a costarles incluso sus propias vidas, tendrán un planeta en el que no se podrá vivir, sin la belleza que admiramos nosotros y de la que podemos aún disfrutar cada día. Ventajosamente el objetivo de este artículo no es crear terror y hablarles de un apocalipsis, sino más bien de llevarles esperanza. Es cierto que el cambio climático trae consecuencias muy negativas para el mundo. Díganmelo ustedes mismo. Hace apenas algunos años, todas las estaciones del año estaban bien definidas. En verano hacía sol, en invierno llovía, había un tiempo para la siembra de maíz, etc. ¿Pero ahora? ¿Es acaso que alguien sabe si estamos mismo en verano o invierno? Esa es una de las consecuencias palpables del deterioro ambiental inducido por la humanidad. Así también, si sabemos aprovechar las circunstancias en nuestro favor podremos crear nuevas tecnologías, industrias y desarrollo en general para el país. Es aquí donde actúan los ingenieros e intelectuales a nivel regional y mundial. Desarrollando nuevas tecnologías para combatir al cambio climático y cumplir la meta de reducir todas las emisiones de CO2 hasta el punto de emitir solamente lo que la naturaleza es capaz de absorber en procesos naturales. A continuación describiremos dos iniciativas para lograr esta anhelada meta, pero antes, deberemos primero analizar la fuente de energía que estamos seguros reemplazará a las energías contaminantes: “El sol”. El sol es una estrella que nos provee luz y calor, desde tiempos inmemoriales ha sido causante de grandes fenómenos así como de la vida en el planeta; por eso ha sido adorada por muchas civilizaciones como los mayas, los aztecas y los incas. El consumo energético mundial en la actualidad se estima entre 15 a 20 TW. Para hacer una comparación, es como si cada persona en el mundo consumiese la energía de 21 focos
incandescentes de 100 W prendidos, todo el tiempo (incluso cuando duermen). ¡Es una locura! Pero esa es la cantidad de energía que consumimos. Aunque la energía que usa el cuerpo humano para mantenernos vivos y realizar nuestras labores diarias (caminar, comer, estudiar, respirar, etc) es de 100 W (un foquito). ¡Imagínenlo! Es como si tuviéramos 20 esclavos a nuestras órdenes para realizar todas las tareas que hacemos cotidianamente, simplemente estos esclavos se llaman energía. La buena noticia es que el sol tiene un potencial de 10 000 TW. ¡Miles de veces más de lo que necesitamos! Sólo se debe saber aprovechar este potencial con nuevas tecnologías. Gracias a proyectos innovadores como por ejemplo el de José Rodríguez, digno y honorable Ingeniero Mecánico oriundo de Patate, se pueden lograr las metas planteadas. Su proyecto consistió en aprovechar el potencial solar es decir la energía que irradia el sol, para calentar agua evitando así el consumo de gas o electricidad para realizar la misma labor. Asimismo eliminando la emisión de contaminación que las fuentes convencionales generan.
Una de las conclusiones más importantes de su trabajo investigativo, fue que la mayoría de colectores solares comercializados en el país, tienen un ángulo de inclinación muy elevado (45° ‐ 60°), lo que disminuye su eficiencia debido a nuestra localización geográfica. Al estar ubicados en el paralelo cero, la inclinación de los colectores solares, teóricamente debería ser también de cero grados para maximizar la eficiencia. Sin embargo, debido a la naturaleza misma del funcionamiento de estos equipos, José recomienda, basándose en normas técnicas, ubicar estos dispositivos con un ángulo de inclinación de 15°. Rafael Córdova, coautor de este artículo, trabaja en el proyecto “Celdas solares Orgánicas” (OPVs) para aprovechar también el potencial solar. En este caso, la energía proveniente del sol, a través de paneles solares flexibles, se convierte en energía eléctrica continua que podrá ser usada en el hogar de manera más eficiente que la energía de la red eléctrica. La naturaleza misma de la energía continua permite que sea utilizada directamente para cargar celulares, hacer funcionar computadores y otros equipos que utilizan corriente
continua (Tablets, iPhone,s laptops, etc.) de manera más eficiente ya que, lo que hace un cargador normal es transformar la corriente alterna de la red en corriente continua, sin embargo, existen pérdidas de energía que se manifiestan en forma de calor en ese proceso.
Las ventajas de este tipo de paneles solares flexibles son que pueden plegarse para ocupar menos espacio cuando se transportan y almacenan, sus materiales se pueden reusar y, son fáciles de fabricar; simplemente se toma un sustrato (similar a una hoja pero de un polímero especial) y se imprimen allí los electrodos positivo y negativo. Sin embargo existen desventajas siendo la principal, la baja eficiencia de estos paneles flexibles que llega al 12% (laboratorio). Cabe destacar que los paneles de silicio amorfo, silicio cristalino, entre otros –que no son flexibles‐ alcanzan eficiencias en el laboratorio que van por encima del 40%. A pesar de ser más eficientes, tienen una huella de carbono mucho mayor que los paneles flexibles, lo que justifica el extenso estudio de las OPVs a nivel mundial. Recomendaciones: Hay varias cosas que podemos hacer a nivel casero para reducir los niveles de contaminación, porque salvar al planeta de la contaminación es un trabajo de todos: grandes y pequeños, pobres y ricos, jóvenes y adultos. Cada persona debe hacer lo que esté a su alcance. Pondremos a continuación algunos ejemplos de pequeños cambios que podemos hacer para lograr grandes resultados en la lucha contra el cambio climático: En casa: ‐
Trate de alejar la refrigeradora de lugares calientes (muy cercanos a la estufa), o sitios en los que reciba luz directa del sol. Esto le ahorrará dinero en su planilla de luz y extenderá la vida útil de su equipo.
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Cambie los focos incandescentes por focos ahorradores, éstos duran mucho más tiempo consumiendo mucha menos energía. Cuando compre artefactos eléctricos nuevos, trate de comprar los más eficientes (aquellos calificados como A). Realmente estará haciendo una inversión mayor al principio, pero en un año o menos se pagará con los ahorros en las tarifas de electricidad. Compre comida producida localmente y que sea fresca. Los alimentos congelados o extranjeros necesitan hasta 10 veces más energía que los producidos localmente para ser transportados y congelados. Si lava en máquina procure lavar siempre con la carga máxima, de esa forma ahorrará agua y energía.
En el auto: ‐
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Cuando le sea posible, use el autobús en lugar del auto para trasladarse dentro de su ciudad y a lugares lejanos. Asegúrese de revisar al menos una vez por semana la presión de aire en los neumáticos y tenga el motor bien afinado, estas revisiones le ahorrarán entre un 6 a 10 % del combustible consumido. Use el auto lo menos posible, si puede, salga en bicicleta o a pie, con su familia o simplemente para relajarse. Es además una excelente práctica para mantenerse joven y saludable.
En la comunidad: ‐
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Use fundas reusables para disminuir el uso de plásticos que terminarán convirtiéndose en basura. Motive a su comunidad, escuela, colegio u oficina a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero mediante el reciclaje. Siembre un árbol de una especie nativa de la zona. Las especies extranjeras como el eucalipto son extremadamente perjudiciales porque consumen demasiada agua (400 litros al día) y recursos, erosionando las zonas donde se los planta. Si existen bosques o páramos en su zona, protéjalos. Son fuentes naturales de agua y absorben el dióxido de carbono, además de ser un espectáculo magnífico.
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Asegúrese de que su voz sea escuchada por las autoridades, pues con el respaldo de ellas se puede fijar y cumplir objetivos mayores que cambien radicalmente pero para bien el uso y las tecnologías que actualmente tenemos.
¡Ya hemos cambiado antes! En los siglos pasados, en todo el mundo ya existían grandes construcciones, maravillas arquitectónicas. Sin embargo ninguna de aquellas contaba con un sistema adecuado de drenajes. Las personas simplemente vaciaban sus bacenillas por las ventanas sobre la calle. Ahora pensamos en eso como algo repugnante y terrible, pero era la norma común en la época, en ocasiones, quienes pasaban por la calle, debían correr para evitar el baño de suciedad. Esta práctica, generó grandes enfermedades como el cólera y la peste que invadieron Europa y otros lugares, matando a cientos de miles de personas. La mayoría pensaba que un sistema de transporte, recolección y tratamiento de los desechos sólidos era algo imposible de construir debido al increíble costo de construir y enterrar las tuberías, sanitarios, plantas de tratamiento de desechos sólidos, etc. Pero se lo hizo pagando el costo –la gran inversión que le debemos a las generaciones pasadas‐, y gracias a eso ahora vivimos en ciudades aseadas, libres de enfermedad. Aquella gran inversión fue de aproximadamente 1% de la economía mundial, que es lo que se necesitaría para cambiarnos a un planeta movido por energías limpias. Luego de leer esto, ¿qué le dirá a una “avestruz” cuando la encuentre? Autores: José Rodríguez Guambo es un Ingeniero Mecánico graduado en la ESPOCH, ha trabajado en el área de Mantenimiento del Hospital del IESS en Ambato específicamente en el área térmica. Su trabajo de investigación se centra en el uso, recolección de datos y funcionamiento adecuado de calentadores solares.
Rafael Córdova Uvidia es un egresado de la Escuela de Ingeniería Mecánica de la ESPOCH, trabaja en el área de Energías Alternativas y Ambiente del CEAA – ESPOCH. Su trabajo de investigación está centrado en el uso y funcionamiento adecuado de paneles solares flexibles para generar electricidad.
Este artículo fue escrito, editado y revisado por José Rodríguez Guambo y Rafael Córdova Uvidia en honor a Patate en sus fiestas. Diciembre 2015