SUBDIRECCIÓN TÉCNICO PEDAGÓGICA. División Agropecuaria CUNICULTURA REPRODUCCIÓN CUNICOLAS

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Scientia Agropecuaria 2(2011) 123 - 130 Scientia Agropecuaria Facultad de Ciencias Agropecuarias Universidad Nacional de Trujillo Contenido de vita

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636.9322 C972c V.6 Ej. 1

SUBDIRECCIÓN TÉCNICO PEDAGÓGICA División Agropecuaria

CUNICULTURA

REPRODUCCIÓN CUNICOLAS

CENTRO LATINOAMERICANO DE ESPECIES MENORES Regional del Valle

Sys 44714

GRUPO DE TRABAJO

Elaborado por:

RAMÓN GONZALEZ Instructor CLEM

Revisión Pedagógica:

RODRIGO ARGOTY BELTRÁN Instructor CLEM

Asesoría Pedagógica:

AMPARO SANDOVAL LASSO Asesora Pedagógica

Diseño y Diagramación:

JULIO CESAR RIVERA GOMEZ Auxiliar de Comunicaciones División Agropecuaria

IMPRESO EN PUBLICACIONES SENA REGIONAL VALLE

CONTENIDO INTRODUCCIÓN OBJETIVO TERMINAL 1. CICLO SEXUAL DE LA CONEJA • •

Manifestaciones de celo en la coneja Ovulacion

2. EL SEMEN DEL CONEJO

3. FECUNDACIÓN, GESTACIÓN Y PARTO • • • • • • •

Apareamiento Vida fértil de los espermatozoides y fecundación Desarrollo embrionario y fetal del gazapo Diagnostico de la gestación Duración de la gestación en la coneja La seudogestación La construcción del nido

. 4. DESARROLLO DE LOS GAZAPOS • El destete RECAPITULACIÓN

INTRODUCCIÓN

Podemos decir que la cría y producción de conejos descansa en cuatro áreas bien definidas, cuales son: Alimentación, sanidad, razas, selección, y manejo. En esta cartilla estudiaremos la reproducción ya que los conejos tienen una gran capacidad de multiplicarse, pues una sola hembra puede producir en un año 40 gazapas destetados, de 2 kgr., de peso cada uno. Es muy importante para el cunicultor poseer conocimientos claros sobre los aspectos básicos de la reproducción para la aplicación inmediata en el manejo, cría de los conejos, y logro del máximo de gazapos destetos año.

OBJETIVO TERMINAL

Dados datos, casos, información y/o cuestionarios, usted será capaz de identificar, analizar y conceptuar sobre factores que se deben tener en cuenta en la reproducción y cría de los conejos.

Margen de error: 200/o

1. CICLO SEXUAL DE LA CONEJA

La mayor parte de los mamíferos domésticos presentan fenómenos cíclicos, de actividad, los cuales se repiten al final de una fase de actividad sexual máxima denominada celo, estro o calores; dicho ciclo se caracteriza además por una serie de modificaciones evolutivas a nivel ovárico, del endometrio uterino y del mismo comportamiento sexual. La coneja es un animal que no presenta un ciclo regular o, por lo menos, éste ofrece variaciones muy acentuadas. Para algunos el ciclismo ovárico está muy vinculado a las condiciones ambientales y nutritivas. Cuando la hembra rechaza al macho suele ser debido a la presencia de un estado o fase de diestro —más o menos prolongado—, no apreciándose tampoco un celo aparente en las demás hembras domésticas. Se reconocen en las conejas dos fases distintas que pueden denominarse: — fase folicular (pro-estro y estro o celo), y — fase luteínica (post-estro y diestro).

La variabilidad con que se presentan los fenómenos sexuales han sugerido dos teorías al respecto: una que niega la existencia de un ciclismo ovárico como tal, y otra que se muestra partidaria del mismo, si bien admitiendo sus peculiaridades.

MANIFESTACIONES DEL CELO EN LA CONEJA Como hemos indicado, los periodos de aceptación del macho por parte de la hembra son bastante prolongados, especialmente en las fases de máxima actividad sexual, las manifestaciones del celo suelen ser bastante discretas en la coneja, si bien el cunicultor avezado puede reconocerlas en ocasiones por determinadas manifestaciones externas y de comportamiento, como son las siguientes: Inquietud. Si hay varias hembras juntas se producen montas entre ellas mismas. Frotan el mentón contra la malla de la jaula. Presentan el dorso ligeramente arqueado o el rabo levantado. Estos datos, si bien se encuentran en muchas de las hembras en celo, no se dan en todas las ocasiones, ni siempre con la misma intensidad. Un detalle digno de señalar en este punto es el color de la vulva: según apreciaciones controladas se ha podido llegar a una relación entre el calor vulvar y los saltos fecundos en régimen de cubrición libre, comprobándose que la máxima aceptación y resultados se logran cuando aquella era de color rojo —tabla 17. La falta de liberación espontanea de foliculina, lo contrario de lo que ocurre en las hembras con ciclismo ovárico definido, causa ausencia de cambios histológicos en los epitelios vaginales. El proceso fisiológico que regula las etapas fértiles e infértiles de la coneja, son: Anestro o ausencia de calor. Estro o calor Anestro o ausencia de calor es un período que se presenta los dos primeros y los dos últimos días del ciclo estral y que se reconoce por los siguientes síntomas:

La hembra no se deja montar. La vulva aparece fría, pequeña. La cercanía de otros conejos no le llama la atención. La hembra se ve tranquila.

El estro o calor es el período fértil o sea cuando la coneja puede ser fecundada. Puede reconocerse por los siguientes síntomas: La vulva aparece roja, caliente y un poco inflamada. La hembra se muestra inquieta y se frota el lomo contra las paredes de la jaula, el comedero y otros objetos, y procura acercarse a las jaulas vecinas. Normalmente este período dura 12 días durante los cuales la hembra se deja montar y las posibilidades de conseguir la preñez son altas.

LA OVULACIÓN Se sabe desde hace tiempo que el coito de la coneja actúa como inductor de la ovulación, si bien ésta no se produce como una consecuencia de la cubrición, sino como consecuencia de la excitación sexual y otros estímulos extraceptivos de difícil interpretación. Los impulsos nerviosos procedentes de los órganos genitales externos no son causa primaria de la ovulación, pues también se pueden conseguir ovulaciones normales en coitos con la vagina y la vulva anestesiadas. Distintas experiencias han demostrado que es factible la ovulación de la coneja mediante estímulos eléctricos cerebrales, lumbrosacros, pituitarios e hipotalámicos. Hay bastante unanimidad en considerar que la ovulación vía coital se produce por liberación de gonadotrofinas hipofisarias, como señala el hecho de que una inyección de extractos pituitarios o una dosis de 20-25 U.l. de gonadotrofina coriónica inducen la ovulación de la coneja tras un plazo de 10-13 horas; e inversamente, la extirpación de la hipófisis una hora después de la cópula o de la estimulación artificial interfiere este proceso y la ovulación no llega a producirse.

2. EL SEMEN DEL CONEJO

El semen del conejo o esperma del conejo es un líquido blanco nacarado, si es de calidad, o blanco-ocre-grisáceo si es de calidad deficiente. En el semen podemos distinguir dos facciones: Un líquido traslúcido, blanquecino y viscoso conteniendo pequeñas gotas de grasa, microcistales, fructosa, ácido cítrico, etc. —licor seminal. Una porción celular o espermatozoides, los cuales presentan una movilidad intensa en el seno del licor seminal.

COMPOSICIÓN MEDIA DEL EYACULADO DEL CONEJO. El volumen oscila notablemente, si bien se consideran normales las eyaculaciones entre 0.4 y 0.8 cc., variación que obedece a la secreción de las glándulas anexas. La cantidad de espermatozoides por cc., oscila entre 150.000.000 y 300.000.000, si bien hay notables oscilaciones entre los individuos e incluso en un mismo animal puede variar según el ejercicio de la época del año. El semen de conejo es muy rico en fructosa —0.4 a 4 mg/cc., procedente de la próstata y en ácido cítrico —0.5-6 mg/cc, procedente de la glándula vesicular.

INFLUENCIA DEL NUMERO DE SALTOS SOBRE LA CALIDAD DEL ESPERMA

Se ha discutido bastante acerca de la capacidad genética del macho y cuál era su ritmo de trabajo más conveniente. Algunos autores manifiestan que lo ideal es lograr 4 saltos por semana pues ello permite utilizar los machos durante mucho tiempo. Experiencias realizadas sobre periodos cortos demuestran que la repetición de saltos no produce agotamiento. Sin embargo, ensayos realizados a lo largo de 43 semanas a razón de una cubrición diaria demostraron al final que el rendimiento de estos machos era sólo del 70 % con respecto a los que realizaron dos saltos semanales. De todas maneras se requiere 1 reproductor por cada 6-10 conejas.

3. FECUNDACIÓN, GESTACIÓN Y PARTO

APAREAMIENTO Cuando el macho es llevado a la jaula de las hembras, frecuentemente es atacado por ésta, llegando incluso a causarle heridas. Por esto es mejor llevar a la hembra en calor a la jaula del macho. La jaula es más amplia y no tiene obstáculos que estorben la monta. Cuando la hembra está inquieta o cuando permanece en un rincón de la jaula sin que el macho pueda montarla, se le puede sujetar como aparece en la figura No. 2.

Figura 1. Vista lateral. La mano derecha del operario sujeta las orejas y un pliegue de la piel del hombro de la coneja. La mano izquierda se pasa por abajo del vientre. El codo se apoya y el antebrazo se flexiona para levantar ligeramente la grupa de la coneja.

Figura 2. Vista posterior. Los dedos pulgar e índice de la mano izquierda se colocan a los lados de la vulva. Con ellos se tira con suavidad hacia atrás, de modo que se proyecte un poco y que la cola se eleve sobre la grupa.

En esta posición es fácil para el macho realizar la copula. Esta práctica se recomienda cuando se usan machos jóvenes. Inmediatamente después de terminada la cúpula se llevará a la hembra a su jaula.

LARDOSIS DE LA CONEJA Si la coneja está en celo y acepta el macho, muestra una actitud favorable a la copula, que se manifiesta por la elevación de la cola y una dorsiflexión lumbosacra moderada, actitud que suele provocar y acentuar la proximidad física del macho. A veces se presenta espontáneamente en casos de celo muy manifiesto.

PERSECUCIÓN Esta actitud se observa tras los primeros olfateos; esta parte corresponde al galanteo y persecución del macho a la hembra en el interior de la jaula.

MONTA El macho comienza por apoyar su cuello sobre los lomos y grupa de la hembra, adelantándose inmediatamente hasta fijarse firmemente encima del lomo de la misma y comprimiéndola fuertemente al tiempo con sus miembros anteriores. Seguidamente efectúa ocho o diez movimientos oscilatorios pelvianos. Si la hembra no está en actitud de lordosis el macho intenta varias veces la monta. Las hembras que rechazan al macho suelen tener el rabo y cuerpo pegados a la malla de la jaula y a veces emiten gruñidos.

COITO El pene del macho busca activamente la vulva de la hembra y al encontrarla se produce rápidamente la eyaculación, que se caracteriza por una deyección violenta del macho, que lo desequilibra cayendo violentamente hacia un lado o hacia atrás. Tras el coito, la hembra queda acurrucada, inmóvil y expectante, mientras el macho gira en torno de ella. Si el macho sigue con la hembra, lo más probable es que se produzca un nuevo salto al cabo de unos minutos. VIDA FÉRTIL DE LOS ESPERMATOZOIDES Y FECUNDACIÓN Cuando el semen del macho es depositario en la vagina de la hembra, sus espermatozoides pasan a través de los conductos cervicales y avanzan hasta llegar a los oviductos. Para que la fecundación sea posible es necesario que se inoculen entre 100.000 y 1.000.000 de espermatozoides con un volumen mínimo de 0.3 cc. Se ha demostrado que las prostaglandinas del semen —sustancias segregadas en las glándulas anexas del macho— tienen un papel activamente en el transporte de espermatozoides en el interior del tracto genital de la coneja. La supervivencia de los espermatozoides en el interior de la hembra es limitada, si bien estos carecen de capacidad fecundante hasta que han pasado 4 a 6 horas en el aparato femenino; ello permite que en el momento de la ovulación los espermatozoides “aguarden” en las mejores condiciones la llegada de los óvulos — recordemos que la ovulación se produce entre las 10 y 13 horas después del coito.

Figura 3. Esquema de ligaduras del oviducto en las experiencias encaminadas a estudiar la motilidad espermática

La velocidad de ascensión de las células germinales del macho ha sido estudiada mediante experiencia consistente en efectuar ligaduras a nivel del oviducto (figura 3). Los estudios en este sentido coinciden en señalar que los espermatozoides alcanzan plenamente el oviducto a las 5 horas de la cópula, punto en que pueden permanecer activos hasta 32 horas, no obstante, a partir de las 16 horas de estancia en este punto, cae bruscamente su capacidad de fecundación. Las óptimas condiciones fecundantes se dan según Van der Vliet y Hafez, entre las 13 y 16 horas después del coito.

Figura 4. Fecundación del ovulo y constitución del zigoto. 1. espermatozoides en busca de ovulo; 2. Penetración y acercamiento a la cicatrícula en 3 y 4; 5. Fusión de ambas células, masculina y femenina.

La fecundación propiamente dicha se refiere a la unión de un espermatozoide con cada uno de los óvulos (figura 4). Este fenómeno se produce en el interior de los oviductos al cabo de un par de horas de la liberación ovular, si bien los óvulos mantienen plena capacidad fecundante durante 6 horas. Una vez se producen los huevos o zigotos, en el interior del mismo oviducto se inicia la división celular que dará lugar a los embriones. El zigoto se divide en dos células al cabo de 9-10 horas de haberse formado, siguiendo con sucesivas fragmentaciones de acuerdo con la evolución cronológica expresada en la tabla 1, en la que se indica el tiempo de formación de la mórula y de la blástula del embrión.

Tabla 1. Tiempos de las operaciones que se relacionan con la fecundación de la coneja y primeras fases de desarrollo embrionario del gazapo. FASES DE LA FECUNDACIÓN Y PRIMEROS MOMENTOS DEL DESARROLLO EMBRIONARIO

DESARROLLO EMBRIONARIO Y FETAL DEL GAZAPO Se denomina gestación o preñez, a la época en que se desarrolla el nuevo ser, comprendiendo cronológicamente desde el momento de la fecundación al parto. Antes de que el feto sea viable para la vida extrauterina, se precisan una serie de transformaciones o cambios que pueden agruparse así:

Fase embrionaria: Corresponde a la primera formación de estructuras y tejidos del organismo. Dura unos siete días. Fase fetal: Corresponde al desarrollo corporal y al crecimiento de los órganos una vez el gazapo se ha formado; durante esta fase se produce la diferenciación sexual y el inicio de la osificación. La formación del embrión se subdivide a su vez, en las fases de mórula, blástula y gástrula. La mórula corresponde a la división del huevo en partículas más pequeñas, para formar un grupo o masa de células en disposición esferoidal hueva y parecida a una mora —de ahí su nombre—. La mórula se forma durante las primeras 24 horas de gestación (Tabla 1). La invaginación de la mórula produce la blástula, formación diferencial primitiva en la que se diferencia una porción externa —que está el ectodermo—, una porción interna —endodermo— y una zona media —mesodermo—. Estas tres porciones al diferenciarse dan lugar a las tres hojas o tejidos embrionarios: el ectodermo al tejido cutáneo, nervioso y glandular, el endodermo a los órganos internos y el mesodermo a los huesos, músculos y tejidos conjuntivos. El embrión durante su desarrollo en el interior del oviducto aparece recubierto y protegido por una capa de mucina, descendiendo hacia el útero a los seis o siete días. Cuando el embrión baja al útero mide alrededor de 100 micras y su cuerpo está segmentado en los llamados somitas. A partir del 7º día se produce la placentación, lo que significa un cambio sustancial en el embrión que pasará a nutrirse de la madre. La unión del gazapo con la coneja es muy íntima, como corresponde a la placenta de tipo hemocorial. Por lo general, es superior el número de huevos liberados fecundados al de embriones implantados; muchos de ellos mueren en el útero por no hallar el punto de implantación adecuado, lo que modifica notablemente el número de gazapos nacidos. Algunos calculan que un 20% las pérdidas de embriones, elementos inviables que son reabsorbidos por el propio útero. La selección de los embriones por su vitalidad señala que el porcentaje de fetos implantados y posteriormente absorbidos está en torno al 10%, lo que supone una mortalidad pre-natal aproximada del 30%. El número de reabsorciones suele ser máximo en el primer y segundo parto, si bien hay notables variaciones individuales al respecto.

El desarrollo de los gazapos está en función lineal con la edad, si bien hasta los 14 días de gestación su tamaño es inferior a un centímetro; a los 20 días miden 4 cm. desde la cabeza al nacimiento de la cola, tamaño que pasa a 7 cm. a los 25 días y a 10 cm. a los 30 días. (Figura 5).

Figura 5. Tamaño relativo de los fetos del conejo a los 15, 20, 25, 30 días

Paralelamente al desarrollo corporal todavía hay un crecimiento más acusado del peso, pues en la última semana adquieren gran desarrollo los órganos digestivos y las reservas energéticas; a los 14 días el gazapo pesa aproximadamente 1 gramo, a los 20 días da 4 a 5 gramos, a los 25 días de 22 a 25 gramos y alcanza los 45-50 gramos a los 30 días, que viene a ser el peso normal al nacimiento. (Figura 5). El desarrollo del gazapo está parcialmente influido por las reservas maternales y la coincidencia de lactancia y gestación. Hay pocos estudios sobre las interacciones entre lactancia y gestación y tampoco se sabe hasta qué punto la lactancia reduce la prolificidad, pues este hecho está sometido a variación según la alimentación, las razas, el ambiente y las aptitudes genéticas maternales. Las tres primeras semanas de gestación no suelen perturbar la lactancia ni viceversa, pues en este tiempo el desarrollo de los fetos sólo alcanza el 25% del peso al nacer, aumentado el 75% restante en los últimos 10 días de gestación.

Si la lactación coincide con la cuarta semana de gestación esto suele ser en detrimento del peso de los gazapos al nacer; por ello, se recomienda programar los destetes en función del ritmo reproductor, de tal forma que las conejas estén sin lactantes los 8 días que preceden al siguiente parto. Esta medida no sólo mejora el peso —y posibilidades de supervivencia de los gazapos, sino que permite un descanso para la recuperación funcional de las mamas.

DIAGNOSTICO DE LA GESTACIÓN El conocimiento acerca de si una coneja está o no gestante constituye un punto importantísimo pues permite acortar considerablemente el periodo entre partos. Un reconocimiento simple de la gestación consiste en llevar la coneja al macho y comprobar que esta rehúye el contacto con aquél y emite gruñidos. No obstante, el método directo más fácil es la palpación de las conejas, operación que es tanto más importante en una explotación cuanto mayor sea el índice o intensidad de reproducción y cuya descripción detallada hacemos en las lecciones de manejo.

DURACIÓN DE LA GESTACIÓN EN LA CONEJA La duración de la preñez de las conejas es de 31 a 32 días, aunque se dan ligeras variaciones según la estación del año y la cantidad de gazapos de la camada. Estudios estadísticos sobre poblaciones importantes indican que el 85.5% de las conejas paren a los 31 ó 32 días después de la cubrición, produciéndose el resto de partes entre los 29 y 34 días. Los gazapos nacidos antes de los 29 días son inviables. Los partos supernumerarios tienden a producirse con anticipación.

LA SEUDOGESTACION Este fenómeno puede darse cuando los óvulos liberados por una ovulación no son fertilizados. La liberación ovular sin fecundación puede darse por coitos estériles, montas entre hembras que vivan juntas, por presencia de cuerpos lúteos persistentes, etc.

La liberación de óvulos sin fecundación producen cuerpos lúteos residuales, que permanecen activos durante 16 a 18 días durante los cuales la coneja detiene completamente toda su actividad ovárica. La secreción de progesterona por los cuerpos lúteos persistentes produce modificaciones uterinas y mamarias idénticas a las que se producen durante la gestación.

La coneja seudogestante se comporta fisiológicamente como si estuviese gestante, reduciéndose la motilidad espontánea del miometrio inducida por la actividad luteal. El final de la falsa gestación lo determina una disminución de la tasa de progesterona, con lo que se producen las manifestaciones propias de la proximidad del parto, como es el arrancado de pelo del abdomen, ansiedad, lactopoyesis, etc.

El método más seguro para determinar la preñez consiste en palpar cuidadosamente el vientre de la coneja 7 u 8 días después de la monta. Para hacerlo se sujeta la coneja con una mano por las orejas y un pliegue de la piel a la altura de los hombros.

La otra mano pasa por debajo del vientre hasta que los dedos alcancen el punto donde termina el vientre y empiezan los muslos. Acto seguido se hará retroceder la mano ejerciendo presión leve con el pulgar a un lado del útero y con el índice al otro lado, de modo que los embriones puedan resbalar entre ellos sin maltratarse. La palpación puede ayudarse con movimientos leves de los dedos para diferenciar con mayor claridad los embriones.

Es aconsejable que las personas con poca experiencia repitan la palpación una semana más tarde para confirmar el diagnóstico de la primera palpación. Si no hay seguridad de que la hembra esté preñada, se la puede llevar nuevamente al macho.

El mejor lugar para hacer la palpación es la jaula de la coneja. Allí se siente más tranquila y si se la maneja con suavidad no presenta resistencia. Si es necesario trabajar sobre una mesa se cubrirá ésta con un saco o una tela gruesa para evitar que la coneja resbale. Cuando ésta se siente manejada con brusquedad o apoyada sobre una superficie resbalosa, pone en tensión los músculos abdominales, lo cual dificulta la palpación.

En la figura 6, aparece el desarrollo gradual de los embriones durante la gestación de la coneja.

Figura 6.

1. Coneja no preñada 2. Desarrollo de los embriones a los 7 ú 8 días de preñez. Tienen el tamaño de un chícharo. La zona sombreada corresponde al lugar donde deben ser buscados los embriones durante la palpación. 3. Desarrollo de los fetos a los 14 días de gestación. Tienen el tamaño de la uña del dedo pulgar. 4. Desarrollo de los fetos a los 21 días de preñez. Obsérvese que han aumentado enormemente de tamaño en una semana

LA CONSTRUCCION DEL NIDO La coneja pare su prole en una cama o nido preparado a propósito; la construcción del nido se efectúa en dos fases. Primeramente la madre recopila una serie de materias sólidas; paja, heno, hojas, etc. con las que teje un nido “material”, para seguidamente proceder al arrancado de pelo con el que cubrirá y tapizará el nido poco antes de producirse el parto. El instinto de nidificación se inicia cinco días antes del parto. El pelo que constituye el nido procede mayoritariamente del abdomen y de la parte inferior del cuello — papada—, lo que contribuye a despejar las mamas y hacer que los pezones sean más accesibles a los gazapos. Algunas conejas después del parto recubren el nido con una cantidad supletoria de pelo, lo que contribuye a proteger mejor del frío a los recién nacidos; las madres que actúan así demuestran poseer un instinto maternal muy desarrollado. Las conejas privadas de materias vegetales para construir su nido, lo construyen exclusivamente a base de pelo. La calidad del nido tiende a mejorar del primer al cuarto parto, si bien cuando se intensifica el ritmo reproductor los nidos suelen tener menor cantidad de pelo, pues el corto espacio entre partos impide una renovación completa de la capa. De ahí que en tal caso los gazapos precisen temperaturas templadas para que puedan sobrevivir.

EL PARTO La mayoría de las conejas paren a los 30-32 días después de la monta. Cuando la gestación es muy prolongada, es posible que tenga pocos gazapos, con uno dos de tamaño anormalmente grande. Debe prepararse la caja del nidal con un poco de paja o material blando. Esto se hace a los 17 días después de cubierta la coneja. Cuatro días antes de la fecha en que se espera el parto, se pondrá al alcance de la coneja más paja para que ella arregle el nido. Uno o dos días antes del parto se le vería entrar y salir del nido repetidas veces, llevando paja en la boca. A partir de ese momento no debe ser molestada y debe reducirse la cantidad de alimento en el comedero. Un poco de alimento verde servirá para satisfacer su apetito.

La oxitocina produce contracciones del miometrio, lo que se conoce como dolores de parto. La expulsión de los fetos puede ser por presentación anterior o posterior. El parto se realiza entre 10 y 30 minutos. Puede darse el caso de que pueda durar horas e incluso días, pero este se considera un parto anormal.

Cuando la coneja se acerca al momento del parto tiene una reacción instintiva de temor hacia sus enemigos naturales como son gatos monteses o domésticos, perros y ratas, aun cuando no esté amenazada por ellos. Si su inquietud es muy grande puede parir sobre el suelo de la jaula y abandonar los gazapos.

Tres días antes del parto la coneja debe disponer de abundante agua fresca, a una temperatura entre 18 y 20° C.

El parto sucede generalmente durante la noche. Los gazapos nacen uno a uno a intervalos regulares. Cada vez que nace uno, la madre lo lame para limpiarlo y secarlo y lo amamanta inmediatamente. Una vez que ha parido toda la camada, se arranca el pelo del cuerpo y lo mezcla con el material de la cama.

Una camada que cuente con un nido cómodo y tibio y que sea amantada suficientemente, estará en condiciones de iniciar su desarrollo sin presentar problemas.

El número de gazapos paridos puede variar de acuerdo con la raza. Las hembras Nueva Zelanda paren normalmente de 8 a 10 gazapos y las hembras californianas de 6 a 8. Después del octavo parto este número tiende a disminuir, por lo que se considera antieconómico conservar estas hembras durante más tiempo.

Después del parto, una vez que la hembra se ha tranquilizado se debe revisar la carnada para cerciorarse de que todos han mamado y para retirar los gazapos muertos, los deformes y los demasiado pequeños. Esta revisión debe ser realizada con calma y por una persona que no sea desconocida por los animales.

Para evitar que los gazapos se impregnen de un olor diferente del nidal, el operario podrá frotar sus manos con forraje del comedero. Si la coneja se muestra nerviosa después de esta operación, podrá dársele algún alimento que le guste para distraerla. Si la hembra se asusta, puede abandonar a sus gazapos.

Para saber si los gazapos han tomado leche se les toca el abdomen. Si uno o varios no han tomado leche o han tomado muy poca, se buscará otra coneja que tenga las ubres bien llenas y se le sujetará por las patas, boca arriba, con la espalda apoyada sobre las piernas del operario. Los gazapos se sostendrán sobre la coneja, hasta que hayan mamado suficientemente.

Si esta operación se repite durante 3 ó 4 días, los gazapos podrán desarrollarse sin problemas.

Cuando una hembra pare muchos gazapos, los divide en dos camadas y los amamanta alternativamente. Estos grupos deben unirse en uno solo, pasando los gazapos extras con otra coneja que tenga pocos.

Esto se podrá hacer hasta 2 días después del parto y entre camadas que no difieran más de 3 días de edad. La carnada debe revisarse periódicamente para ver si todos los gazapos se encuentran bien y para retirar los muertos o los débiles.

4. DESARROLLO DE LOS GAZAPOS

El desarrollo de los gazapos es el mejor indicador de la capacidad lechera de la coneja. Los gazapos nacen ciegos, sordos, casi sin pelo y con limitada capacidad para moverse. Su olfato les permite encontrar las tetas de la coneja. A los cuatro días comienza a salirles pelo ralo y delgado. A los diez días se encuentran completamente cubiertos de pelo, abren los ojos, alcanzan a escuchar algunos sonidos y empiezan a arrastrarse por el nidal. Entre los 30 y 45 días se destetan.

EL DESTETE El destete es una operación que consiste básicamente en la separación de los gazapos de la madre. Este capítulo, si bien será tratado en forma práctica en el apartado de manejo, merece también una revisión desde el punto de vista fisiológico.

La lactación no es un fenómeno ilimitado, sino que cesa o se agota cuando el gazapo ha logrado un grado de desarrollo y madurez suficientes desapareciendo del estómago los fermentos digestivos que permiten la utilización de la leche. El destete natural de los gazapos se produce a las 6-8 semanas de edad, época en que el consumo lácteo llega a ser mínimo con relación a la ingestión de alimentos vegetales.

Las explotaciones modernas e industriales hacen que esta separación entre madre y gazapos se efectúe de forma precoz, por lo que no se llega nunca al destete natural. El destete tardío se realiza particularmente en las conejas de campo, lo cual va en relación con el régimen alimenticio de estos animales, en el que predominan sustancias económicas y subproductos del campo.

Ya hemos visto que el crecimiento hasta los 21 días depende única y exclusivamente de la madre, por lo que a partir de ahí, la velocidad de crecimiento dependerá en buena parte de la calidad de los alimentos complementarios que se administren; si los gazapos no disponen de piensos de calidad, éstos deberán seguir tomando la leche materna. Si la alimentación de la madre durante la lactancia no es completa y abundante, se produce en ella un proceso de enflaquecimiento que será tanto más intenso y prolongado cuando más dure la lactación. En condiciones habituales, se suele efectuar el llamado destete precoz que se verifica entre los 28 y 32 días de edad, sistema que se hace coincidir con una cubrición precoz —entre 10 y 20 días después del parto, lo que permite obtener entre 7 y 8 camadas al año. Los estudios realizados para averiguar y comparar rendimientos entre los destetes a los 28 y 42 días, han demostrado que con un buen manejo y buena alimentación no hay diferencias en cuanto a crecimiento y mortalidad, si bien en el primer caso se nota un mayor consumo de pienso —unos 300 gramos. Se ha comprobado también que hay más rendimiento al sacrificio si los conejos se destetan a los 30 días que si destetan a los 40, cosa que se atribuye a una mejor facilidad de adaptación del engorde cuando el destete es temprano. Se ha podido comprobar que el destete a los 28 días no tiene repercusiones negativas sobre el peso vivo de los gazapos en el momento del sacrificio pues se aprecia un crecimiento compensatorio, para dar al final similares resultados que los destetados más tardíamente. Los individuos que durante el post- destete reciben una dieta con un valor elevado de proteína, tienen menos stress que los que pasan bruscamente a una alimentación más baja en este principio. Una serie de experiencias prácticas permiten afirmar que el destete a los 28 días puede realizarse fácilmente, siempre que la temperatura ambiental no sea inferior a los 15° C.

El destete precoz es aquél que se efectúa entre los 28 y los 32 días y se debe practicar necesariamente cuando las madres han sido cubiertas antes de las 48 horas después del parto, con lo que pueden lograrse 9 partos por coneja al año. El porcentaje de natalidad es bajo, 50%.

RECAPITULACIÓN

Lo más relevante en el estudio de la reproducción del conejo, lo podemos resumir en la siguiente forma: Los conejos llegan a la edad de reproducción cuando maduran sexualmente, es decir, de 7 a 8 meses de edad. El proceso fisiológico que regula las etapas fértiles e infértiles de la coneja, son ESTRO o calor y ANESTRO o ausencia de calor. El anestro se presenta los dos primeros y los dos últimos días del ciclo estral. El celo se manifiesta porque la vulva de la coneja aparece roja, caliente e inflamada; la coneja está nerviosa y con el dorso encorvado. El celo dura 12 días. El coito de la coneja actúa como inductor de la ovulación. Se requiere un reproductor por cada 8-10 conejas de cría y lo ideal es lograr 4 saltos por semana. Es más indicado pasar la coneja a la jaula del macho reproductor. Los espermatozoides pueden permanecer viables en el tracto genital hasta 6 horas o más. La ovulación se lleva a cabo 10 horas después del coito; la fecundación se realiza en el oviducto. Los óvulos mantienen poder fecundante 6 horas. La fusión del espermatozoide con el óvulo da lugar al zigoto, el cual al cabo de 10 horas se divide en dos, luego en 4 y así sucesivamente hasta formar la mórula que comprende las fases de blástula y gástrula. La mórula se forma en las primeras 24 horas de la gestación. La invaginación de la mórula da origen a la blástula en forma de herradura y muestra tres capas bien diferenciadas: la externa o ectodermo, la media o mesodermo y la interna o endodermo.

El ectodermo da lugar al tejido cutáneo (piel), tejido nervioso y glandular; el mesodermo a los huesos, músculos y tejido conjuntivo, y el endodermo a los órganos internos, aparato digestivo y genital. La duración de la preñez en las conejas es de 31 a 32 días y el método más seguro para diagnosticar la preñez es la palpación, la cual requiere mucha práctica. La fabricación del nido o cuna la inicia la coneja unos 5 días antes del parto, para lo cual desprende gran parte de su pelo abdominal. Después de 17 días del apareamiento se debe poner el nido o madriguera en la jaula. Las hembras Nueva Zelanda paren de 8-10 gazapos y las hembras californianas de 6 a 8. Después del 8o. parto es conveniente reemplazar las hembras de cría. El destete natural se lleva a cabo a los 42-55 días, tiempo en que la producción de leche ha descendido notablemente. El destete precoz se realiza de los 28 a los 32 días y la cubrición se ha realizado 48 horas después del parto, o 10 a 20 días después del parto, con el fin de obtener 7-9 partos por hembra al año. La limitación del destete y cubrición precoz es su bajo porcentaje de natalidad, que es del 50 %, mientras que por el método natural el porcentaje de nacimientos es mayor de 80 a 85 %. La duración normal del parto es de 20 a 30 minutos.

BIBLIOGRAFÍA

TRATADO DE CUNICULTURA. Tomo 1. F. Lleonart, J.L. Campo, R. Valle, H.A. Castello, P. Costa, M. Pontes.

REAL ESCUELA OFICIAL Y SUPERIOR DE AVICULTURA. Arenys de Mar, Barcelona.

MANUALES PARA EDUCACIÓN AGROPECUARIA CONEJOS. Editorial Trillas, México

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