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TEATRO EN LA 2ª MITAD DEL SIGLO XX 1/ TEATRO EN EL EXILIO. Al acabar la guerra civil Lorca había muerto y valle−Inclán no producía, además figuras ya consagradas marcharon al exilio. El teatro empieza a recuperarse, vigilado de cerca por la censura, por lo que surge un nuevo conjunto de tendencias con nuevas figuras. Entre los autores del exilio se registra una amplia variedad de estilos cuyo factor común es el recuerdo permanente de España desde el destierro. Cabe distinguir: • El teatro político heredero del esperpento valleinclanesco. • El teatro realista que evoluciona del vanguardismo al compromiso social. • El teatro existencialista o intelectual que plantea cuestiones intemporales. • El teatro poético o simbolista donde destaca Alejandro Casona. A este autor por edad e influencias literarias le corresponde la generación del 27, ya que junto con Lorca intentó la renovación de la escena española. Antes de la guerra ya obtuvo reconocimiento general con títulos como Nuestra Natacha, sin embargo la obra que le llevo a la cumbre fue La dama del alba, donde funde con acierto fantasía y realidad, se trata de una historia de amor y de muerte, ambientada en una aldea de Asturias, donde llega una misteriosa peregrina, la muerte, para visitar a una familia que intenta reponerse de la trágica desaparición de Angélica con otro hombre tras casarse. Cuando ella quiere volver la peregrina velara para que se mantenga la tranquilidad familiar. 2/ TEATRO DE HUMOR. En esta modalidad surgen dos tendencias: • Esta primera contribuyó a mantener la escena española alejada de las cuestiones reales, destacó Alfonso Paso que cultivó un tipo de comicidad amable, evasiva e intrascendente no exenta de ingenio. • Frente a la primera, se va imponiendo un teatro radicalmente innovador representado por: • Enrique Jardiel Poncela, que rompió con el humor convencional estrenando Cuatro corazones con freno y marcha atrás, obra que se adentra por los terrenos de lo absurdo y lo inverosímil, al escenificar la peripecia de un grupo de personajes que, a medida que pasa el tiempo, en vez de envejecer rejuvenecen. Las obras de este autor se conciben como precursoras del teatro del absurdo que años después se desarrollaría en Francia, planteando situaciones humorísticas de extraordinaria originalidad, títulos como Eloísa esta debajo de un almendro, Los ladrones somos gente honrada, Los tigres escondidos en la alcoba. • Miguel Mihura, escribió una de las obras maestras del teatro español contemporáneo: Tres sombreros de copas, la cual no llegó a estrenarse hasta casi veinte años después. Esta obra llama la atención por su humorismo critico y renovador, escenificando lo que le ocurre a Dionisio la noche anterior al día de su boda. Se queda en una pensión donde conoce a Paula, componente de una compañía de variedades, con la que mantiene una serie de conversaciones que les llevan a enamorarse, sin embargo él se ve en la obligación de cumplir con su compromiso, planteando el conflicto entre libertad y orden social. La obra muestra rasgos característicos de Mihura, como la ridiculización mediante la repetición de palabras y frases, y el lenguaje infantil se refuerza con la yuxtaposición de oraciones, el uso de ciertos adjetivos y la parodia de famosos versos de Rubén Darío que acentúan la cursilería. En cuanto al tono, contraposición entre exclamaciones e interrogaciones retóricas. Además, Mihura fundó también revistas como La ametralladora o La codorniz, de gran popularidad durante el franquismo. 1
En definitiva estos dos autores orientan el teatro cómico hacia un sentido del humor cosmopolita, de situaciones absurdas, diálogos cargados de ingenio y finales un tanto ambiguos que obligan a tomar una actitud reflexiva. 3/ TEATRO REALISTA Y COMPROMETIDO. Con Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo se abre paso el teatro realista centrado en el compromiso político y la denuncia social, cuya presencia será escasa a causa de los problemas con la censura. Uno de sus principales representantes es Alfonso Sastre, partidario de un teatro de agitación social, abiertamente enfrentado al poder poniendo la finalidad política por encima de la artística. Después de unos inicios cercanos al drama existencial con Escuadra hacia la muerte, no tarda en inclinarse hacia el teatro de la denuncia con Muerte en el barrio y La cornada, sistemáticamente prohibido por la censura. La radicalización ideológica le llevó al teatro de lo absurdo, el esperpento en lo que él denomina tragedias complejas con La sangre y la ceniza. Frente a esto Buero Vallejo defendía el teatro de lo posible, en el que el autor debe acatar ciertas normas del sistema social y de la censura para que sus obras puedan subir a los escenarios y desde allí ejercitar la lucha contra la injusticia. Para esto se vale de personajes históricos o situaciones alejadas de la actualidad para deslizar su mensaje acerca de los males presentes. El autor pretende reflexionar sobre la opresión con El concierto de San Ovidio, que destaca por el incipiente uso de la escenografia, la intolerancia con Un soñador para un pueblo, la falta de alicientes en Historia de una escalera, la soledad con El sueño de la razón o la mentira con El tragaluz. La acción se plantea como el gradual descubrimiento de la verdad oculta por algún personaje, cuyo comportamiento resulta castigado al final. A estos dos se unen, en la segunda mitad de los cincuenta, Lauro Olmo, José Martín Recuerda y José María Rodríguez Méndez. Los rasgos que definen su teatro son el pesimismo, la amargura y la desesperanza, con temas ceñidos a una realidad muy concreta: la angustia de unos opositores en Los inocentes de la Moncloa de Rodríguez Méndez, la emigración en La camisa de Olmo, el medio rural con Las salvajes en puente San Gil de Martín Recuerda, basado en hechos reales. 5/ ANTONIO GALA. Su actividad dramática se inició con Los verdes campos del Edén, pero sus éxitos tuvieron lugar en las postrimerías del franquismo con títulos como Anillos para una dama, ¿ Por qué corres Ulises?, Petra regalada o La vieja señorita del paraíso. Su teatro mezcla realismo y lirismo, simbología y cotidianeidad, apoyado por una palabra exuberante y preciosa, haciendo mención a temas con referencias alegóricas y críticas a la situación de España, predominando la reflexión en torno al amor y la libertad. 6/ TEATRO EXPERIMENTAL. A finales de los años sesenta una serie de autores huyen del realismo en intento de contactar con la vanguardia. Es preciso mencionar la influencia del teatro universal contemporáneo: el teatro épico, del absurdo, que plasma en la escena la falta de sentido de la existencia humana por medio de obras sin argumento coherente con personajes que hablan en medio de disparatados escenarios, el teatro de la crueldad, que a través de lo violento, lo macabro, o desagradable pretende sacudir al espectador poniéndolo en contacto con las realidades ocultas del inconsciente y el teatro independiente, que proliferó aquí en los últimos años de franco, con grupos formados por jóvenes universitarios críticos con la dictadura entre los cuales algunos aun 2
se mantienen en activo. Entre los dramaturgos vanguardistas españoles hay que citar: • Francisco Nieva, que supo añadir las influencias extranjeras a un profundo conocimiento de la literatura española, en obras de delirante argumento, imaginación opulenta y sorprendente expresión. • Fernando Arrabal, que ha estrenado casi siempre en Francia ante la imposibilidad de darse a conocer en España, representa el experimento más audaz y original del teatro español posterior a la guerra civil. Supone una rebelión frente al mundo actual, considerado irracional, absurdo e injusto, por ello se niega a aceptarlo, complaciéndose en desmontar sus más arraigadas creencias. Sus personajes oscilan entre la ternura y la crueldad, el amor y la muerte... valiéndose de un lenguaje que ofrece una apariencia infantil, cercana al teatro del absurdo y del humorismo de Jardiel y Mihura. Mencionamos Pic Nic, El triciclo y El laberinto. 7/ TEATRO DE LAS DOS ULTIMAS DÉCADAS. 7.1/ ASPECTOS GENERALES. Desde la abolición de la censura una serie de momentos, cuya especial relevancia les hizo trascender el ámbito de la política, se convirtieron en símbolos con incidencia notable en el desarrollo de la cultura. Como por ejemplo; la aprobación de la constitución, el intento de golpe de estado, la victoria del PSOE en las elecciones con mayoría absoluta, la integración de España en la unión europea, la huelga general de 1988, la expo en Sevilla y los juegos olímpicos en Barcelona, además del triunfo del partido popular en las elecciones de 1996. Durante estas dos décadas las manifestaciones culturales experimentan un desarrollo muy vivo, entre los rasgos generales que definen esta evolución podemos destacar: • Una creciente difusión exterior de la obra de nuestros escritores. • La mayor presencia de obras y autores de lengua no castellana como consecuencia de la presencia de los poderes autonómicos. • Una extraordinaria vitalidad creadora en todos los géneros literarios. La supresión de la censura tuvo inmediata repercusión en la escena española, los primeros años estuvieron señalados por la recuperación de obras y autores prohibidos hasta entonces, textos emblemáticos de valle−Inclán y Lorca, obras acerca de la guerra civil o críticas del régimen de Franco, sin embargo lo mas característico fue la exhibición generosa de desnudos femeninos, el llamado destape. Conviene tener en cuenta en los años posteriores el descenso de espectadores debido a la competencia del cine, televisión... en las ciudades el teatro dejó de ser el principal entretenimiento. Lo que da lugar, en los primeros años de gobierno socialista, a un ambicioso plan de apoyo al teatro desde la administración publica, con proyectos como: la creación de la compañía nacional de teatro clásico bajo la dirección de Adolfo Marsillach, el plan nacional de auditorios y teatros, la creación de festivales como el de teatro clásico español de Almagro de Mérida, en definitiva, el estado se convierte en el principal empresario. Se dan en estos últimos años un conflicto entre: teatro de autor y teatro de director. 7.2/ TEATRO DE AUTOR. En esta corriente suben a las tablas dramaturgos pertenecientes a tres grupos: • Los que ya escriben durante el franquismo pero que a partir de 1975 amplían y consolidan su 3
prestigio, como Antonio Gala y Fernando Arrabal, sin olvidar a Buero Vallejo o Alfonso Sastre. • Nombres procedentes de grupos de teatro universitario, que se dan a conocer en esta época, como José Sanchís Sinisterra, dramaturgo que destaca por la coherencia entre teoría teatral y práctica escénica, fundador del teatro fronterizo que a menudo se basa en textos literarios a los que somete a una original adaptación, con una de las obras más exitosas del teatro de los 80: ¡ Ay, Carmela!, Donde una pareja de artistas republicanos llega a un pueblo justo en el momento en el que es conquistado por los nacionales, teniendo que cambiar su repertorio, él se somete pero ella no oculta su tendencia, lo que conducirá a un trágico final. Otro de los autores es José Luis de Santos, considerado uno de los autores mas representativos, porque sus obras conectan de inmediato con la realidad del espectador como La estanquera de Vallecas y Bajarse el moro, la cual supuso su consagración. La acción tiene lugar en una buhardilla donde viven del pequeño trafico de estupefacientes, aquí se desarrolla una trama amorosa donde el autor capta el lenguaje coloquial en sus diferente registros de una manera admirable. Mención especial merece, por otra parte, el actor Fernando Fernán Gómez, el mas importante actor español de la segunda mitad del siglo y autor de Las bicicletas son para el verano, donde recrea con admirable sensibilidad la cotidiana existencia de una familia corriente en el Madrid de la guerra civil. • Como consecuencia de la política de subvenciones en las distintas autonomías, también se favoreció la aparición de núcleos de autores vinculados a ellas. Sin embargo, la mayoría de estos escritores, empeñados en superar las escrituras dramáticas convencionales en ocasiones ha alejado al publico de los escenarios. 7.3/ TEATRO DE DIRECTOR. La progresiva desaparición de los grupos de teatro independiente, dio lugar a la aparición de compañías estables, formadas por profesionales del teatro unidos por comunes planteamientos estéticos e ideológicos, que trabajan juntos de modo permanente asumiendo por lo general todos los aspectos del proceso de la creación dramática: Textos, dirección, escénica, interpretación y gestión económica. En Cataluña tuvo especial relevancia destacando Els Joglars, bajo la dirección de Albert Boadella. Otro grupo catalán popular en España es Tricicle, los cuales han creado espectáculos de calidad memorable. Desde Andalucía el grupo La cuadra ha desarrollado un tipo de teatro que se basa en las formas de la cultura popular española y mediterránea: la fiesta, el cante, danzas y rituales... otra modalidad especifica es el teatro de calle, espectáculos itinerantes, desfiles, procesiones... que rompen por completo la tradicional barrera entre el publico y la escena, desapareciendo los elementos verbales y el desarrollo lineal de la acción, se potencian el máximo los gestos, el movimiento, la mímica facial, la música, los ruidos y el vestuario. También en este caso destacan dos grupos catalanes: Els Comediants y La Fura dels Baus, que busca la provocación.
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