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TEMA 11: EL MATERIALISMO HISTÓRICO DE KARL MARX
El materialismo histórico de Karl Marx ÍNDICE: 1.- INTRODUCCIÓN. 1.1 LOS FILÓSOFOS DE LA SOSPECHA. 2.- VIDA Y OBRAS DE KARL MARX 2.1 PERIODO DE FORMACIÓN: 1818-1842. 2.2 PERIODO ESPECULATIVO: 1842-1848. 2.3 PERIODO REVOLUCIONARIO: 1848-1883. 3.- EL PENSAMIENTO FILOSÓFICO DE KARL MARX. 3.1 INTRODUCCIÓN: ¿QUÉ ES SER MARXISTA?. 3.2 CONTEXTO HISTÓRICO. 3.2.1 Contexto social y político. 3.3 EL CONTEXTO FILOSÓFICO DEL PENSAMIENTO DE MARX. 3.3.1 La filosofia hegeliana. 3.3.2 Feuerbach: la religión, proyección del hombre. 3.3.2 El socialismo utópico. 3.3.4.La influencia de la economía política inglesa. 4.- EL CONCEPTO DE ALIENACIÓN Y SUS FORMAS. 4.1 EL CONCEPTO DE ALIENACIÓN. 4.2 ¿POR QUÉ SE PRODUCE UNA SITUACIÓN DE ALIENACIÓN? 4.3 ALIENACIÓN: VALOR REAL Y PLUSVALÍA. 4.4 FORMAS DE ALIENACIÓN 5.- EL MATERIALISMO HISTÓRICO Y LA LUCHA DE CLASES. 4.1 LA LUCHA DE CLASES. 6.- L A CRÍTICA A LAS IDEOLOGIAS. 6.1. EL NACIMIENTO DE LAS IDEOLOGÍAS. 6.2. LA DEFORMACIÓN DE LAS IDEOLOGÍAS. 6.3. LA FUNCIÓN DE LAS IDEOLOGÍAS. 6.4. DESAPARICIÓN DE LAS IDEOLOGÍAS.
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El materialismo histórico de Karl Marx 1
INTRODUCCIÓN:
Durante la segunda mitad del siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX la filosofía de Hegel se extiende por toda Europa: es la época de apogeo del idealismo alemán. Éste propone un nuevo concepto de racionalidad, muy influido por el ideal romántico: un modelo de razón infinita, absoluta y creadora, frente al modelo de razón limitada de Kant. La filosofía vuelve a ser concebida como un sistema metafísico de comprensión de toda la realidad y se apoya en un nuevo método: la dialéctica. La obra de Hegel era monumental porque, no sólo había integrado todos los acontecimientos históricos incluyendo los negativos como necesarios (dentro de su concepción dialéctica de la realidad), sino que también lo había hecho conectándolo con todas las disciplinas del saber. Pero un sistema tan completo o ambicioso era, a la vez, muy ambiguo y se prestaba a diversas interpretaciones. Así, se podía ver en su sistema la expresión de un orden social y político, que era justificado como la culminación necesaria de la marcha de la historia; o bien se podía ver en la dialéctica misma un instrumento para superar ese mismo estado de cosas, considerado ahora como un sistema injusto y arbitrario. Así pues, los seguidores de Hegel se dividieron en dos bandos: 1. La derecha hegeliana. Hacen una interpretación conservadora del sistema filosófico de Hegel, centrándose en el carácter absoluto y estático de tal sistema. 2. La izquierda hegeliana. Tienen una actitud crítica ante la filosofía de Hegel y hacen una interpretación progresista de su sistema filosófico, centrándose en el uso de la dialéctica como método. Entre ellos, a su vez, aparecen dos tendencias: 2.a. Aquellos que se centran en la crítica de la religión y la teología hegelianas, así como en su idealismo. Destaca la figura de Feuerbach. 2.b. Karl Marx, el cual hace un análisis teórico más a fondo de la teoría hegeliana y se centrará más en la crítica política. La obra de Marx es tanto la respuesta filosófica como social y política a la filosofía de Hegel. Pero Marx no se limitó a la mera labor teórica, concienciado ante las primeras y negativas consecuencias de la Revolución Industrial, su propuesta va más allá del terreno filosófico, elaborando una alternativa teórica y práctica al orden social y económico del siglo XIX, orden que salía reforzado por la expansión del capitalismo a nivel europeo. 1.1
Los filósofos de la sospecha. El siglo XIX supone el fin de los grandes sistemas filosóficos y la emergencia de una pluralidad de movimientos de muy distinto signo (marxismo, positivismo, vitalismo, historicismo) que suponen una crítica, una revisión y una reacción frente a la visión especulativa y sistemática de la filosofía, que tuvo su mejor exponente en Hegel. Si, desde Descartes, los filósofos saben que es necesaria la duda porque las cosas no son tal como aparecen, hasta Marx, Freud y Nietzsche no se duda de la conciencia misma. Estos últimos autores toman en consideración una dimensión de la conciencia humana que no había sido abordada en la filosofía anterior: su capacidad de fabulación y de autoengaño consciente, lo que se ha llamado "falsa conciencia". La pregunta de la filosofía crítica moderna es: ¿cuándo uso correctamente la razón, la conciencia? Y esta pregunta se formula con el objeto de evitar los errores y tener un conocimiento fiable. Pero estos filósofos no sólo se plantean la completa fiabilidad de la razón -en el sentido de haber sido o no utilizada correctamente- sino además cuestionan sus intenciones: ¿ésta se utiliza siempre de buena fe, desinteresadamente o podemos dudar de ella? IES “Séneca”
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El materialismo histórico de Karl Marx Nuestros tres filósofos dudan de la conciencia y los tres inventan un método de análisis para interpretar las fábulas o los mitos que la propia conciencia crea. Se busca la interpretación del sentido de las creaciones culturales -filosofía, religión, arte, etc.- en el análisis de la relación entre lo que la conciencia expresa en estos productos y lo que está latente y simulado detrás de lo manifiesto – recordar, al efecto, el análisis que hace Freud del mundo onírico y su interpretación de los sueños, el inconsciente, los actos fallidos, etc.ESQUEMA GENERAL DE LOS FILÓSOFOS DE LA SOSPECHA General Lo expresado Enmascara Lo latente Método de Análisis
Marx Ideología Enmascara Intereses de clase Materialismo Histórico
Nietzsche Lo racional Enmascara Lo irracional La Genealogía
Freud Lo consciente Enmascara Lo inconsciente Psicoanálisis
2 VIDA Y ETAPAS DE KARL MARX. 2.1 Período de formación: 1.818-1.842. Nace en Tréveris (Renania), región de Prusia, cercana a Francia. Nieto y sobrino de rabinos judíos, se tiene que bautizar en el protestantismo para poder ejercer la carrera de abogado. Se educa en un ambiente liberal y democrático opuesto al régimen prusiano. Estudia en Bonn y en Berlín, donde su interés por la Filosofía le lleva a dedicarse a ella y abandonar el Derecho. Se apasiona por Hegel, filósofo "oficial" en Prusia, pero adopta una postura crítica frente a su pensamiento. Entra en contacto con la izquierda hegeliana y se hace seguidor de Feuerbach, de quien le interesa su postura materialista y su crítica de la religión. Realiza su tesis doctoral en la Universidad de Jena con un trabajo titulado “Diferencias en la Filosofía de la naturaleza en Demócrito y Epicuro”. Marx es todavía un demócrata liberal, ciertamente preocupado por los problemas sociales de su época, pero aún no se declara comunista. 2.2 Período especulativo: 1.842-1.848. Forma parte de la redacción de la Gaceta Renana, periódico diario de la oposición liberal en la zona más industrializada de Alemania. A causa de la censura, le obligan a abandonar el periódico. Se casa y emigra a París, donde entra en contacto con grupos revolucionarios socialistas y comunistas. Inicia su amistad con F. Engels, quien será su colaborador inseparable y mecenas. En este período critica sus fuentes (Hegel y Feuerbach) y desarrolla su propia teoría, siempre en colaboración con Engels. Desarrolla sus primeras formulaciones sobre la sociedad y la historia, es decir, las ideas fundamentales del materialismo histórico. Muy comprometido con la acción, rechaza sus primeras ideas liberales y reformistas y, se enfrenta a los planteamientos del socialismo utópico (Proudhon) y el anarquismo (Bakunin). Propugna un socialismo "científico" como vía de transformación revolucionaria. IES “Séneca”
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El materialismo histórico de Karl Marx Obras de esta época [Con asterisco las más importantes]: -
Manuscritos de Economía y Filosofía* (1844), donde realiza la primera crítica de la filosofía hegeliana y desarrolla su teoría de la alienación, en esta obra se nota todavía la influencia de Feuerbach.
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La Sagrada Familia (1.845); La ideología alemana* (1.846) donde expone el materialismo histórico; Once tesis sobre Feuerbach, (1.845), donde critica la izquierda hegeliana, La miseria de la filosofía* (1.847), donde critica el socialismo utópico; Manifiesto del Partido Comunista* (1.848)
2.3 Período revolucionario: 1.848-1.883. Al producirse la revolución de 1848, Marx es expulsado de Bruselas. Va a París, Colonia y Viena, donde conoce la "Liga de los Justos", que pasará después a ser la "Liga de los Comunistas". Se establece definitivamente en Londres, donde vivirá hasta su muerte. Son años consagrados a la investigación y el estudio de la economía capitalista, y a la actividad política en la dirección del movimiento comunista internacional. Su situación familiar estuvo amenazada constantemente por la enfermedad y por la penuria económica, puede salir adelante gracias a la ayuda de su amigo Federico Engels. Allí en Londres toma contacto directo con la miseria y humillación de los trabajadores: jornada laboral de 14 horas o más; mala situación de las mujeres y los niños que trabajan esas horas; se trabaja los domingos y no existen vacaciones; la enfermedad y los accidentes les dejan sin empleo; no hay jubilación; el despido es totalmente libre; el sueldo es el más pequeño posible para que el trabajador no muera de hambre. Estos años dedicados a la investigación teórica dan como fruto su análisis histórico de los grandes movimientos sociales desde la perspectiva del materialismo histórico. También realiza es esta época sus estudios más decisivos de economía. Obras de esta época [Con asterisco las más importantes]: La Lucha de clases en Francia; El 18 Brumario de Luis Bonaparte* (1.852), ensayo sobre el golpe de Estado en Francia; La guerra civil en Francia (1.871); Contribución a la crítica de la Economía política* (1.859); El capital* (1.867, el primer volumen), que es su obra principal. 3. EL PENSAMIENTO FILOSÓFICO DE KARL MARX. 3.1
Introducción: ¿Qué es ser “marxista”?. El término “marxista” es un concepto que podemos escuchar en distintos ámbitos para significar cosas diferentes. La mayor parte de las veces el término se utiliza como una etiqueta para marcar una determinada ideología política, cuando paradójicamente Marx es el primer desenmascarador de todas las ideologías; otras como un mero término peyorativo que no merece la pena examinar con detenimiento. Sin embargo, en los años 60 y 70, con la misma superficialidad, el término “marxista”era utilizado como marca de todo pensamiento profundo comprometido con la realidad. Ahora bien ¿qué es ser “marxista”? Podemos distinguir tres sentidos clásicos del término “marxismo” que coinciden con otras tantas facetas de Karl Marx: 1. Económico-sociológico: En este sentido, el marxismo equivale a una teoría de la realidad social, una crítica a un modelo de sociedad y a unos modos de producción económica: la sociedad burguesa capitalista. Marx lleva a cabo un profundo análisis del mecanismo económico que subyace en la sociedad capitalista con el objetivo de elaborar una teoría científica que nos permita comprender el núcleo mismo del sistema capitalista.
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El materialismo histórico de Karl Marx 2. Político: Es una práctica o acción política revolucionaria orientada a transformar las estructuras económicas, políticas y sociales, porque considera intolerable el grado de alienación que vive el ser humano. “Los filósofos hasta ahora se han limitado a interpretar, de muy diversas formas, el mundo; pero lo que importa ahora es de transformarlo”. 3. Filosófico: Es una crítica de la filosofía, o de la función que ha venido desarrollando hasta ahora. Marx criticó, sobre todo, el idealismo de Hegel y el materialismo mecanicista de Feuerbach. El marxismo, además de criticar la filosofía idealista, se constituye como filosofía materialista no mecanicista que presenta su propia visión del mundo, del hombre y de la historia, e intenta dar un paso más en la clarificación racional de la conciencia que inició la Ilustración. Por otro lado también es usual distinguir entre “marxiano” y “marxista”. El primer término hace referencia al pensamiento y la obra de Kart Marx. Pero Marx no es un pensador aislado, más bien es el iniciador de una corriente de pensamiento. Engels completó y sistematizó las tesis de Marx, haciendo del marxismo una teoría no sólo sobre la sociedad y la historia, sino también sobre la naturaleza. Y después vinieron las diferentes “lecturas” que pretendieron adaptar las tesis de Marx a las circunstancias concretas de un país concreto: Lenin -escolástica soviética-; Althusser científico-estructural-; Sartre -existencialista; Escuela de Frankfurt -teoría crítica de la sociedad; Lukács, Bloch y Gramsci -últimos desarrollos críticos de la teoría, recogiendo aportaciones de la sociología, la teoría política, la economía, etc. Toda esta tradición que parte de Marx pero que toma caminos diferentes en cada caso es lo que se denomina “marxismo”.
3.2
Contexto histórico.
El pensamiento de Marx se va a gestar en dos contextos fundamentales. Por una parte la revolución industrial que tiene lugar en Europa durante el siglo XIX. Y por otra parte, un contexto filosófico, donde encontramos fundamentalmente a Hegel, Feuerbach, los socialistas utópicos y la economía política inglesa como punto de partida del pensamiento de Marx. En definitiva, podemos decir, pues, que los principales elementos del pensamiento de Marx, (materialismo, dialéctica, praxis, eliminación de las desigualdades, lucha de clases, revolución comunista, trabajo, capital), se generan a raíz de una relación crítica con las influencias que recibe a través de la filosofía alemana, el socialismo utópico francés y la economía política inglesa y no, simplemente, que derivan "mecánicamente" de tales influencias.
3.2.1 Contexto social y político La revolución industrial del siglo XIX. Del siglo XVIII al XIX se van a producir importantes cambios en Europa, fundamentalmente a lo que atañe a la organización política y al tipo de sistema económico. Se pasa de un mundo rural y agrario, donde la industria está representada fundamentalmente por talleres de artesanos, a un mundo de ciudades y a una industria fabril y mecanizada. Primeramente será en Inglaterra en el siglo XVIII y posteriormente el resto de Europa en el XIX. Podemos entresacar algunos aspectos y causas fundamentales que ayudan a explicar (no mediante la dialéctica de la lucha de clases) la revolución industrial y el nacimiento del sistema económico capitalista: A. El aumento de la población en Europa significó mano de obra abundante y barata para la industria (la población pasa de ser 180 millones en 1.800 a ser 400 millones en 1.900). Este aumento será el responsable del “éxodo rural”. Dado que el mundo agrario no podía dar salida a tanta gente mucha gente se vio obligada a emigrar a las ciudades donde conseguir trabajo. B. Revolución en los transportes. La máquina de vapor de Watt va a producir un importante cambio en los transportes que facilitará el transporte de mercancías y de personas (más mercancías). IES “Séneca”
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El materialismo histórico de Karl Marx C. La mecanización de los procesos de producción. Esta mecanización se había comenzado a producir en Inglaterra en el sector textil con la introducción de grandes máquinas hiladoras. Este sector también va a ser el primer sector en desarrollarse en el resto de Europa. Al textil le seguirá la siderurgia que era capaz de producir grandes cantidades de acero a bajo coste y alta calidad (altos hornos). Más avanzado el XIX se desarrollará la industria química, que será muy diversa (ácidos, abonos, productos farmacéuticos, cemento...). Caracterización del sistema capitalista. El sistema de producción capitalista va a ser muy diferente del anterior sistema agrario y de talleres merced a los cambios que acabamos de exponer. Podemos también reunir, de manera esquemática los principales puntos de la economía capitalista: A. La producción ya no la realiza un taller con unos pocos artesanos, sino una fábrica a través de procesos mecánicos controlados por cientos e incluso, a veces, miles de trabajadores. B. Los obreros ya no se pueden considerar artesanos, es decir, no son ellos los responsables de la manufactura, no crean la pieza, sino que se hace a través de una cadena en que cada uno se ocupa de una parte de la manufactura. C. De igual modo, el obrero ya no es dueño de lo que fabrica, como sucedía en los talleres, sino que toda la producción pertenece al empresario. El obrero únicamente pone su fuerza del trabajo, en la producción. D. Para llevar a cabo este proceso hace falta mucho dinero; hay que pagar locales, materia prima, máquinas, salarios... etc. Hace falta una inversión inicial muy elevada, es decir, capital. Por eso el sistema se denomina “sistema capitalista”. La economía burguesa como resultado de la Revolución Francesa. El poder de las burguesías europeas irá a lo largo del siglo XIX, instaurando regímenes liberales en toda Europa. Estos sistemas políticos se basaban fundamentalmente en la instauración de las ideas de la Revolución Francesa; la libertad, la igualdad entre los hombres, la abolición de los derechos políticos y sociales de la nobleza... etc. Sin embargo, esta igualdad va a ser una igualdad ficticia. Lo que pretendían los regímenes liberales era, en suma, un sistema político que diera manos libres a los únicos que en realidad podían ser libres: los ricos. Las diferencias entre clases van a ser, si cabe, mucho más acuciantes a partir de la revolución industrial; la sociedad se divide en dos clases antagónicas: ricos y pobres. Los ricos, que son los que poseen el capital: la nobleza y los grandes empresarios (banqueros, metalúrgicos, etc.), y una gran masa de población con escasos recursos económicos, que vivían de salarios míseros. Los salarios de los obreros eran muy bajos debido a la abundante mano de obra disponible a los empresarios, que siempre encontraban quienes trabajasen por menos dinero. El Estado, además, no intervenía en las relaciones laborales, se limitaba a mantener el orden y hacer cumplir las leyes. La consecuencia era que los obreros tenían un nivel de vida bajísimo y un bajo nivel cultural: la mayoría de los hijos de trabajadores no iban a la escuela porque en seguida tenían que comenzar a trabajar para mejorar la precaria economía familiar. Los movimientos obreros. En este contexto es donde van a gestarse los “movimientos obreros”. Va a ser en Inglaterra donde, a partir de 1820 nacerán los primeros sindicatos (los Trade Unions) que eran asociaciones locales de obreros de un mismo oficio. Por la misma época va a surgir en Francia el IES “Séneca”
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El materialismo histórico de Karl Marx “Socialismo”, llamado así porque pretendía una reforma total de la sociedad. Y a mediados de siglo, algunos socialistas se radicalizan naciendo el anarquismo, que pretendía la supresión del estado y concederle al individuo una ilimitada libertad. Pues bien, es en este contexto que, a grandes rasgos hemos trazado, donde hay que insertar el pensamiento de Marx, como una filosofía fundamentalmente orientada a la práxis, es decir, a producir un cambio sustancial en la realidad, algo pretendido tanto por socialistas como por anarquistas. Sin embargo el pensamiento marxista desde su comienzo va a tener una clara diferencia con los demás tipos de pensamientos sociales. El marxismo no pretende ser un mero “panfleto” de incitación a la revolución, sino que pretende ser un pensamiento verdaderamente científico. Marx trata de dibujar con precisión los rasgos estructurales de la sociedad capitalista y mostrar de qué manera, la revolución es un presupuesto científico, algo inevitable, dado el estado de cosas existente. Su pensamiento no puede considerarse como una mera crítica a la sociedad capitalista, crítica que haga tambalearse el propio sistema; ocurre al contrario, porque el propio sistema se tambalea debido a sus propias contradicciones, Marx puede enarbolar la bandera de la revolución.
3.3 El contexto filosófico del pensamiento de Marx. 3.3.1 La filosofía hegeliana Hegel, a principios del siglo XIX, había sido uno de los mejores continuadores del talante ilustrado, expresión de una filosofía madura capaz de lograr una síntesis de alcance similar a la de Kant. Con Hegel se consuma la madurez teórica e ideológica del pensamiento idealista. La aportación hegeliana a la historia del pensamiento que Marx estima más decisiva es la noción de “dialéctica”. Hegel denomina dialéctica al devenir propio del Ser, de la realidad entera. La realidad no es estática y como bien había señalado Heráclito se mueve a partir de luchas y contradicciones internas, por oposición de contrarios. Hegel pone al día está vieja teoría con un inusitado éxito al ser capaz de explicar aspectos de la realidad tan diversos como la lucha por la libertad, el progreso histórico, la evolución del pensamiento filosófico, la política internacional, el avance de las ciencias, el curso del arte etc. El problema, según Marx, es que en Hegel la dialéctica se aplica a un sujeto equivocado: la Idea o el Espíritu. Pero, como veremos, la realidad no es racional sino material: es el trabajo lo que mueve el mundo y no la dialéctica de la ideas. Si el método dialéctico es adecuado para explicar las diversas caras de la realidad es porque bajo la apariencia de multiplicidad y caos se esconde una unidad y racionalidad que coincide con los principios de la razón humana. Es lo que Hegel señala con su conocida afirmación de que: “Todo lo racional es real y todo lo real es racional”. Es la anterior una de las tesis filosóficas que ha suscitado más controversias, puede significar tres cosas: 1. La realidad es de naturaleza racional, es decir, que la esencia de la realidad es la razón, el pensamiento; y las diversas manifestaciones de lo real no son más que manifestaciones del espíritu humano. 2. Todo lo que existe en la realidad es racional, satisface las exigencias de la razón.
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El materialismo histórico de Karl Marx 3. Por tanto, toda la realidad social y política, tal y como está estructurada, es racional se presta a justificar cualquier orden o estado social y político-. Podemos pensar la realidad porque es racional y que no hay más realidad que las ideas que son objeto de la razón (de ahí el nombre de idealismo absoluto para designar el sistema hegeliano). Las consecuencias que extrae el propio Hegel de su tesis básica son: a. Respecto a la naturaleza humana, el hombre consiste fundamentalmente en razón: es una forma de espíritu o autoconciencia. b. Respecto a la historia, está dirigida por el espíritu, que es el sujeto de la historia, y consiste en el desarrollo progresivo de la libertad. La historia de la humanidad es la historia de la lucha por la libertad que finalmente ha llegado a su fin con el Estado liberal heredero de la Revolución Francesa. c. Respecto a la filosofía del Derecho, significa que el orden social y político, la estructuración social y política que se da en el Estado, es plenamente racional: el orden político de su tiempo coincide con los principios de justicia y racionalidad que la razón impone. Hace posible, según Hegel, la realización del hombre. Los jóvenes discípulos de Hegel estaban cautivados por la idea de que la realidad se despliega de forma dialéctica, pero no aceptaban el conservadurismo del maestro al santificar el estado prusiano como la más perfecta encarnación de lo que Hegel denominaba el “espíritu absoluto” y se constituyeron en una corriente de pensamiento, liderada por Bruno Bauer, que recibió el nombre de “izquierda hegeliana” (por oposición a la “derecha hegeliana” que, apoyándose en las últimas obras del maestro, intentan justificar el orden social establecido). Marx se va a formar como filósofo en las filas de los hegelianos de izquierdas. En Berlín, donde realizará sus estudios de filosofía tras haber abandonado el destino que su padre había preparado para él como abogado, se hará un asiduo del llamado “Club de graduados”, un grupo de intelectuales berlineses de izquierda que hacían filosofía desde el pensamiento de Hegel.
3.3.2 Feuerbach: la religión, proyección del hombre. Marx seguía siendo hegeliano, incluso después de haber estudiado el materialismo antiguo que explica y fundamenta la realidad exclusivamente mediante principios materiales, ya sean átomos o fuerzas físicas. Quien lo despertó de su sueño dogmático fue Feuerbach con ocasión de averiguar cuál es la esencia del cristianismo, en su obra del mismo título. La tesis clásica de Feuerbach es que cuando el hombre primitivo es consciente de lo que es y profundiza en su interior, surge la religión ("La religión es la primera conciencia de sí del hombre"). Cuando el ser humano se da cuenta de que, además de ser un individuo, normal y limitado, forma parte de la especie humana, interminable e ilimitada, percibe esta realidad como algo distinto de él, como otro ser, al que llama Dios. Así se despoja de sus cualidades, poniéndolas en una realidad ajena a sí mismo (alienación). De este modo la religión descubre al hombre sus riquezas, aunque las sitúa en Dios, siendo el misterio del hombre en Dios. Por eso, para que nazca el hombre, tiene que morir Dios, porque Dios es solamente el hombre que proyecta en la divinidad toda su riqueza; la religión es el yo del hombre enajenado o alienado. Por tanto, el hombre crea a Dios siendo Dios lo universal humano: Homo homini Deus est, paráfrasis de la expresión de Hobbes Homo homini lupus est. Al final el espíritu laico de la antropología sustituye a la teología, y el hombre se posee a sí mismo. Reivindicar para el hombre todo ese mundo de atributos divinos acabará con la alienación religiosa. IES “Séneca”
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El materialismo histórico de Karl Marx Esto exige negar a Dios (por tanto, proclamar el ateísmo) y restituir al hombre las cualidades que le pertenecen, es decir, afirmar el humanismo o transformar la teología en antropología. La religión tiene una parte rechazable, la que se apropia de las cualidades humanas para ponerlas en Dios, dejando así a los hombres vacíos e indigentes. Por eso Feuerbach no niega la religión, sino que tiene con ella una actitud crítica, distinguiendo lo verdadero y lo falso En una obra anterior, Ensayo de crítica sobre la filosofía de Hegel, Feuerbach planteaba que los procesos históricos tienen en su base las condiciones materiales de la época, las cuales explican la forma de pensar y de actuar de los seres humanos y que la miseria e infelicidad crean ilusiones compensatorias, una de las cuales es la religión. Ambos aspectos presentan una crítica a las tesis de Hegel. Se comprende que Engels comentara La esencia del cristianismo con estas palabras: "El entusiasmo fue general. Todos nos convertimos en feuerbachianos".
3.3.3 El socialismo utópico Es muy difícil definir qué es el socialismo utópico, porque en realidad el término designa varias cosas a la vez. El nombre “socialismo utópico” es el que se popularizó a partir de 1878 cuando Federico Engels publica su clásico folleto Del socialismo utópico al socialismo científico. Es decir que esta corriente se definiría en principio por la negativa, por aquello que “no es”, y agruparía a una serie de pensadores a cuyas doctrinas les “falta algo” para ser tomadas en serio, o éstos llevarían adelante un proyecto no del todo claro y acabado. Se trata, por tanto, de una consideración un tanto pobre y renga, sobre todo porque presupone que todo lo que vino después es científico y todo lo que ocurrió antes no aspiraba a la rigurosidad del pensamiento. Los socialistas “científicos” (los marxistas) reprochan a los pioneros, a los primeros socialistas, que surgieron a principios del siglo XIX, el hacer propuestas irrealizables que prescindían de explicar o comprender el desarrollo histórico del capitalismo y proponer soluciones voluntaristas (basadas en la buena voluntad de las personas) que no tenían en cuenta las relaciones de dominación existentes. La figura más notable de los pensadores ingleses que se preocupaban por mejorar las condiciones de los obreros fue Robert Owen, quien trató de llevar a la practica sus ideas sobre la organización del trabajo y la distribución de la riqueza, estableciendo el seguro social, bibliotecas, escuelas para niños y adultos, y otras prestaciones para los obreros, en una comunidad que llamó New Harmony. De ella se derivan los modelos de las comunidades utópicas. - Algunos dicen que las ideas socialistas de Owen fracasaron porque pretendían, por medio del convencimiento obtener el respaldo de la sociedad -incluida la burguesía- solo al ver el ejemplo, - otros dicen que era por carecer de un plan viable a largo plazo, - otros porque dicen que estos socialistas prefiguraban demasiado un modelo único o cerrado de la sociedad futura planteando sociedades con proyectos o evoluciones acabados cuando la realidad está en continuo movimiento. Los pensadores franceses creyeron que era posible transformar la sociedad por medio del convencimiento, la buena voluntad y los sentimientos religiosos. De aquí que se les aplique el calificativo de utopistas como a Robert Owen, ya que sus soluciones estaban en el campo de la voluntad así como de proyectos de sociedad pre-establecidos (utopías). Los más notables fueron Henri de Saint-Simon y Charles Fourier. Es necesario decir que de una parte de estas teorías se forman posteriormente las doctrinas anarquistas, especialmente por el enfoque en la voluntariedad, entre otros aspectos. IES “Séneca”
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El materialismo histórico de Karl Marx 3.3.4. La influencia de la economía política inglesa También de la época de su primer exilio en París, en 1843, data el interés de Marx por la economía política inglesa, sumergiéndose en la obra de Adam Smith y Ricardo, lo que, sumado a su contacto con las ideas y actividades políticas de los socialistas, supondrá un nuevo giro de radicales consecuencias en su pensamiento. No es de extrañar este interés por la economía, ni puede ser considerado como algo súbito y desconectado de las anteriores reflexiones y actividades de Marx. Ya anteriormente había alabado a Hegel por haber visto, en la "Fenomenología del espíritu", que el ser humano es trabajo productor, actividad mediante la que transforma la naturaleza, y mediante la cual se realiza como tal, encaminándole al mismo tiempo hacia la libertad. Pero este trabajo, que realiza y libera al ser humano, al que se refiere Hegel es un trabajo ideal, abstracto: algo que se da sólo en y para la conciencia, como el resto de su filosofía. La realidad del trabajo, sin embargo, es bien distinta. Marx entra en contacto con ella durante su actividad en la "Gaceta Renana", conociendo de primera mano los conflictos del proletariado y del campesinado, su situación real respecto al trabajo. Una realidad que vuelve a conocer de primera mano en su exilio en París, a través de sus contactos con el movimiento socialista francés. Lejos de permitir la realización y la libertad de los seres humanos, el trabajo real es fuente de alineación y de esclavitud. ¿Cómo es posible que la actividad productiva del ser humano, su propio trabajo, se convierta en fuente de alineación y esclavitud? La necesidad de comprender, de estudiar el trabajo en la sociedad industrial se le impone como una prioridad. De ahí el interés por la economía política inglesa, representada fundamentalmente por Adam Smith y David Ricardo. Los economistas ingleses gozaban de un extenso pasado industrial, por lo que en sus estudios habían considerado ya el papel del trabajo en la actividad industrial, con más precisión y amplitud que la que se podría encontrar en el resto de economistas europeos. Marx encontrará en la teoría del valor de David Ricardo el punto de partida para su propia teoría del trabajo. Según Ricardo, el valor del trabajo equivale a lo que cuesta renovar, regenerar, la capacidad de trabajo consumida. El patrón ha de pagar al trabajador, pues, lo necesario para que éste recupere sus fuerzas y esté en condiciones de seguir trabajando, lo que abocaba a los trabajadores a la percepción de salarios de estricta supervivencia. No parece haber ahí ningún elemento que permita explicar la generación de las desigualdades: el trabajo se presenta como una mercancía por la que se paga un precio (salario) que al trabajador le permite regenerarla por otra equivalente a la consumida. Pero el trabajo, observa Marx, es una mercancía especial: su consumo no sólo satisface una necesidad (como hace cualquier otra mercancía) sino que, además, genera un producto que es superior a lo consumido, genera plusvalía. Al retribuir al trabajador, mediante el salario, lo necesario para recuperar su "fuerza de trabajo", esa plusvalía no se le restituye, sino que queda en manos del patrón. Y la acumulación de esas plusvalías es lo que da origen al capital. De ahí la producción de las desigualdades sociales, de la división en clases, de la conversión del trabajo en instrumento de alineación y esclavitud, en lugar de realización y libertad de los seres humanos. De ahí, también, la necesidad de profundizar en el estudio del trabajo y del capital, estudio al que progresivamente dedicará más tiempo, durante el resto de su vida, convencido de haber encontrado los elementos para dotar de una base científica a las pretensiones revolucionarias del proletariado.
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El materialismo histórico de Karl Marx 4 EL CONCEPTO DE ALIENACION Y SUS FORMAS
4.1. El concepto de alienación. El concepto de alienación hay que entenderlo, en un sentido general, como la acción de transmitir o transferir a otro (alius) lo que me es propio. Alienación significa, por tanto, desposesión de uno mismo o hacerse extraño a uno mismo. Marx, considera en los Manuscritos de Economía y filosofía (1844) que la forma de trabajo de la sociedad moderna constituye la alienación total del hombre: 1. El trabajo, entendido como actividad del hombre, constituye su actividad existencial, su esencia, el medio para desarrollar su naturaleza. Lo propio/esencial del hombre no es la teoría sino la praxis: el trabajo. El hombre se humanizó, en realidad, como resultado de sus intercambios con la naturaleza y se sigue transformando psíquica y físicamente gracias a la actividad laboral. El trabajo es lo que caracteriza al hombre: se hace a sí mismo según lo que produce y cómo lo produce. Mediante el trabajo se desarrolla en la historia: transforma la naturaleza para producir lo que necesita. 2. En la relación existente entre sujeto (trabajador) y objeto (producto elaborado), el objeto es el resultado o producto de la acción transformadora del sujeto, es obra suya. 3. La situación en la que el producto de la acción transformadora del hombre no le pertenece, sino que se convierte en propiedad de otro (alius), del burgués capitalista, es a lo que Marx denomina alienación: el obrero trabaja sólo para sobrevivir, no para realizarse.
4.2. ¿Por qué se produce una situación de alienación? 1. El producto del trabajo -en aquella situación en la que el trabajador tiene que vender su fuerza de trabajo- se enfrenta al trabajador como algo extraño e independiente de la persona que lo ha elaborado como producto. 2. El producto del trabajo se convierte en cosa -mercancía- independientemente de su conexión con el productor -trabajador-, y, al mismo tiempo, el trabajador también se convierte en cosa -mercancía- porque sólo se le tiene en cuenta en cuanto vale para producir mercancías. De esta manera, el trabajador se reifica, se aliena, se convierte en mercancía, porque su situación es exactamente idéntica a la de cualquier mercancía: el trabajador también depende de la oferta/demanda que el mercado tenga de trabajadores. El valor del trabajador es determinado por la oferta/demanda y no por sus necesidades reales: "la demanda de hombres regula necesariamente la producción de hombres, como ocurre con cualquier otra mercancía. Si la oferta es mucho mayor que la demanda, una parte de los obreros se hunde en la mendicidad o muere por inanición. La existencia del trabajador está reducida, pues, a la condición de existencia de cualquier otra mercancía. El obrero se ha convertido en una mercancía y para él es una suerte poder llegar hasta el comprador." (Manuscritos del 44). 12 IES “Séneca” Departamento de Filosofía
El materialismo histórico de Karl Marx Al trabajador se le emplea para obtener plusvalía, beneficio, con los productos de su trabajo. Marx afirma que en la sociedad capitalista tiene que producirse necesariamente una plusvalía, ya que ésta es consecuencia de la estructura económica de la sociedad capitalista. La plusvalía explica el proceso de acumulación del capital en manos de unos pocos, mientras se acumula la pobreza en el proletariado, reduciendo su trabajo y su producto a meras mercancías.
4.3. Alienación: valor real y plusvalía. ¿Cuál es la base del valor real de una mercancía? El valor de un bien cualquiera está determinado por la cantidad de trabajo necesario para producirlo. El valor es la "forma objetiva del trabajo social gastado en la producción". Si el capitalista entregara al asalariado todo el producto de su trabajo no le quedaría margen de ganancia. Sin embargo, compra al asalariado su fuerza de trabajo, pagándola como se paga cualquier otra mercancía: con lo que el obrero necesita para su supervivencia (salario de subsistencia). Como el trabajador produce un valor que es superior al que recibe como compensación (salario), se produce un "plus valor", es decir, una plusvalía. El beneficio del capitalista, por tanto, proviene de vender algo que a él no le ha costado nada. La plusvalía es la diferencia entre el salario y el precio completo del producto o, dicho de otro modo, la diferencia entre lo que cuesta la fuerza de trabajo y el valor de la mercancía en el mercado. De este modo, el excedente del valor de la mercancía sobre su coste de producción se lo apropia el capitalista en perjuicio del proletariado.
Bajo el concepto de trabajo alienado podemos distinguir ciertos rasgos esenciales: de la relación del obrero con los productos de su trabajo (se comporta ante ellos como objetos ajenos y extraños; los ha producido y no es su dueño), de su propia situación como hombre (no se siente afirmado en el trabajo, sino a disgusto: no es dueño de éste), por último, de las relaciones que los hombres contraen entre sí (se comporta ante ellos como ante seres extraños: lucha de clases).
Esta situación impone al hombre una deshumanización, una pérdida de su libertad. El mundo del trabajador es un mundo deshumanizado, en donde el reino de los valores humanos es suplantado por el reino de las cosas. Él mismo es considerado una mercancía más. Marx concluye que esta alienación del hombre no está en consonancia con la propia naturaleza humana, sino que es consecuencia de una sociedad y una época determinada: es consecuencia de unas concretas relaciones de producción en las que unos son los dueños de los medios de producción y otros los productores (trabajadores). Una situación en la que el producto resultante de su trabajo no les pertenece a los trabajadores hace que éstos se vacíen de sí mismos, se escindan, se enajenen, se sientan alienados.
4.4. Formas de alienación 4.4.1. Alienación económica: es la básica, provoca las otras formas de alienación, ya que convierte al trabajador, al ser humano, en mercancía (producto destinado al mercado). La economía clásica, según Marx, quiso ocultar esa alienación fundamental al presentarla como algo natural e IES “Séneca”
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El materialismo histórico de Karl Marx intemporal. El objetivo de Marx, a este respecto, consiste en la abolición de la propiedad privada de los medios de producción. 4.4.2. Alienación social: consiste en la división de la sociedad en clases: clases superiores y clases inferiores. En la sociedad capitalista los seres humanos, iguales por naturaleza, quedan clasificados de acuerdo con los bienes materiales que poseen: unos poseen los medios de producción, y otros, los trabajadores, no. El objetivo marxista consistir en la eliminación de todas las clases. 4.4.3. Alienación política: consiste en la división entre la sociedad civil (formada por los ciudadanos) y el Estado, que representa sólo los intereses de una clase social, de una parte de la sociedad civil. El Estado para Marx no es un concepto (como para Hegel), sino el instrumento de la clase social que manda, que pone al Estado a su servicio en lugar de al de toda la sociedad. Tiende a usarlo para dominar a la clase oprimida en su propio provecho. La aspiración última de Marx consiste en eliminar el Estado opresor y convertir el mundo entero en patria de la humanidad. 4.4.4. Alienación religiosa: la religión y la filosofía prestan justificación y estabilidad a la organización socio-política. La religión, al proponer la solución de la alienación que sufre el hombre en un más allá deja intacto el más acá, divide al hombre, le resigna al justificar la injusticia que sufre en este mundo por la compensación en un más allá. Se convierte en el "opio del pueblo". La religión consiste en la evasión de la realidad hacia un mundo trascendente, hacia creaciones ilusorias que sirvan de consuelo y de esperanza ante una situación mundana tremendamente injusta. Para Marx, la raíz de la religión no está en el sentimiento humano-religioso (Feuerbach), sino en la miseria y desgarramiento de la vida social; por lo tanto, no basta con desmitificar la alienación religiosa, sino que propone como objetivo modificar ese mundo del cual la alienación religiosa es una manifestación reveladora. Los hombres, según Marx, tienen necesidad de la religión porque no son felices. Ésta les "adormece" ante la miseria (recomendando valores de sumisión, humildad, sufrimiento,…) y, desgraciadamente, también les impide la auténtica liberación (prometiendo una falsa liberación en la otra vida, en el paraíso). 4.4.5. Alienación filosófica: La filosofía es alienadora porque se limita a interpretar la realidad y porque la interpreta falsamente (véase Hegel, por ejemplo). Según Marx: "Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de diversos modos, de lo que se trata es de transformarlo". La religión y la filosofía, como contenidos ideológicos, tienen como función ocultar, desfigurar, una situación de la existencia real, social e histórica que se caracteriza como deshumanizadora y alienante para el hombre. Para Marx, habría que realizar una doble crítica de la ideología (la ideología sirve para justificar y tratar de legitimar una realidad injusta): una crítica teórica y práctica que nos permita transformar la realidad que la produce.
5 LA TEORIA MATERIALISTA DE LA HISTORIA El hecho de que Engels en su obra Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana simplifique la historia del pensamiento como la lucha entre idealismo y materialismo; y el hecho de que Lenin concibiese el materialismo entendido como IES “Séneca”
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El materialismo histórico de Karl Marx prioridad de la materia sobre el espíritu, han contribuido a oscurecer el sentido del materialismo en Marx. Se impone, pues, un esclarecimiento. Es manifiesta la oposición de Marx a toda forma de idealismo. Rechaza el idealismo de Hegel, acusándole de abstracción e irrealismo por su indiferencia hacia la naturaleza y el hombre real. Frente a las posturas idealistas, Marx explica la realidad a partir de lo concreto mismo, no a partir de ideas o abstracciones. Y lo concreto son las necesidades materiales del hombre sensible, del hombre real. De ahí el nombre de Materialismo. Pero su teoría es denominada Materialismo Histórico por la importancia que concede a la historia en la formación del hombre. Éste no es simple naturaleza, sino fundamentalmente historia. El hombre es lo que él ha hecho de sí mismo a través de la historia. Marx, además, quiere ser científico, no metafísico. El materialismo histórico, por tanto, es la ciencia marxista de la historia y consiste en la afirmación del hombre como protagonista de la historia a través de su actividad práctica. Marx insistía en que los elementos fundamentales que propician el cambio de la historia no son propios de la conciencia, sino fuerzas materiales: es el ser social el que determina la conciencia y no es la conciencia de los hombres la que determina su ser social. Según el materialismo histórico, por tanto, la base de todo el orden social es la producción material. El punto de partida es el hombre que, en cuanto ser de necesidades, actúa (praxis) y transforma la naturaleza, produciendo distintos modos de vida, distintos tipos de sociedades a lo largo de la historia. La historia, por tanto, es producto de la acción humana. El factor decisivo para su interpretación del desarrollo del acontecer histórico, para su filosofía de la historia, es el factor técnico: los medios de producción (máquinas, materias primas, capital,...). Esta interpretación puede tener su origen en el hecho de que Marx vive en plena revolución industrial y técnica, sin embargo, su gran originalidad estriba en que Marx considera que esto ha sido así a lo largo de toda la historia. La historia de la humanidad es la historia de los medios de producción, porque los medios de producción han determinado el desarrollo de la historia. La sociedad, por otra parte, se explica a partir de las relaciones dialécticas entre el hombre y la naturaleza y el hombre con los demás hombres a través del trabajo. Mediante el trabajo el hombre se crea a sí mismo al producir los objetos capaces de satisfacer sus necesidades. El proceso de trabajo se define como el conjunto de actividades que el hombre realiza para transformar los objetos naturales con el fin de satisfacer sus necesidades. Marx afirma que lo que diferencia al hombre de los animales es la capacidad que tiene el hombre para producir sus medios de existencia. Pero agrega que la vida humana, lo que el hombre sea, depende de lo que produce y sobre todo del modo como lo produce; hasta tal punto que el modo de producción material es determinante de la vida social, política y espiritual. La categoría de producción se convierte, pues, en la categoría fundamental para comprender no sólo al hombre, sino también a las distintas sociedades y, en consecuencia, para comprender la historia de la humanidad. En toda época histórica existen, según Marx, unos medios: tierras, capital, instrumentos, máquinas, materias primas a partir de los cuales se realiza la producción. Esos medios de producción, más las técnicas y los obreros que los utilizan forman las fuerzas de producción o fuerzas productivas que, a lo largo del proceso de producción dan lugar a las relaciones de producción (es decir, las formas de propiedad de los medios de producción, las formas de reparto de la producción y la organización de las clases sociales). Las relaciones de producción, por tanto, en cuanto relaciones existentes en un momento determinado entre los propietarios de los medios de IES “Séneca”
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El materialismo histórico de Karl Marx producción y los proletarios, son la expresión del reparto del poder social; en este sentido, las relaciones de producción establecen un modelo de distribución de posibilidades socialmente aceptadas de satisfacción de necesidades y, con él, predeterminan la estructura de intereses existente en una sociedad. Al conjunto de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción originadas por las fuerzas productivas, lo denomina Marx, MODO DE PRODUCCION O INFRAESTRUCTURA de toda sociedad. Ésta es la base real sobre la cual se levanta una superestructura jurídica y política y a la que corresponden las formas sociales de conciencia. El modo de producción de la vida material determina el proceso de la vida social, política y espiritual en general. Y esto es la superestructura. Llama, por tanto, SUPERESTRUCTURA al conjunto de ideas, creencias, religiones, normas,... que configuran la conciencia social; así como el arte y las estructuras e instituciones jurídicas y políticas que irradia y de las que se sirve la infraestructura. Por tanto, la superestructura es el conjunto de elementos destinados a justificar la situación de dominio, y que se manifiestan en el campo jurídico, histórico, político, filosófico, religioso o cultural. El mismo Estado y el derecho que emana de él, por ejemplo, es una superestructura que se elabora en defensa de los intereses de la clase dominante. La superestructura, por tanto, es producto de la infraestructura.
El modo de producción de la vida material condiciona, según Marx, el desarrollo de la vida social, política y espiritual. Y en consecuencia, la historia será la expresión del desenvolvimiento y sucesión de distintos modos de producción, que han ido dando lugar a diferentes tipos de sociedades, las cuales se han sucedido siempre unas a otras a partir de una revolución. Así, la sociedad primitiva fue una sociedad nómada, una sociedad de cazadores (relaciones sociales) debido a los instrumentos de trabajo (fuerzas productivas) de que disponía: arcos, flechas,... Al ser sustituidos estos instrumentos por utensilios mecánicos, se originan nuevas relaciones de IES “Séneca”
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El materialismo histórico de Karl Marx producción que dan lugar a las sociedades agrícolas y sedentarias. Con el descubrimiento de la fragua se desarrolla la sociedad feudal dividida en señores y siervos. Pero cuando el régimen feudal se convirtió en un impedimento para la producción, la revolución burguesa lo destruyó. La sociedad burguesa en que vive Marx es una sociedad dividida en clases: propietarios y proletarios (relaciones sociales) debido al desarrollo de nuevos instrumentos de trabajo (fuerzas productivas): las máquinas. A lo largo de la historia los distintos modos de producción han dado lugar a distintos tipos de sociedades. Aunque Marx no da una única clasificación, podemos decir que, básicamente, son: -primitiva: propiedad colectiva de los bienes. Los medios de trabajo y los productos obtenidos pertenecen a todos. -esclavista: el esclavo es un instrumento del amo déspota que tenía completo derecho sobre su vida. -feudal: señor noble, dueño de la tierra y con relaciones de servidumbre o dependencia a nivel económico y político por parte de sus siervos. -capitalista: el capitalista es propietario de los medios de producción y de la fuerza de trabajo del trabajador que convierte en una mercancía más, de modo que la dependencia de los trabajadores con respecto de los propietarios de los medios de producción se asegura jurídicamente a través de un contrato laboral y económicamente por medio del mercado del trabajo. -socialista: régimen de propiedad colectiva de los medios de producción. Todos serán dueños mediante la propiedad colectiva. La etapa socialista o dictadura del proletariado cuyo lema es “a cada cual según su trabajo”, pretende borrar las huellas de la sociedad capitalista para dar paso a la sociedad comunista. MODOS DE PRODUCCIÓN, CLASES SOCIALES Y FORMAS DE EXPLOTACIÓN EN ORIENTE Y OCCIDENTE hasta finales del siglo XIX MODOS DE FORMAS DE En Occidente CLASES SOCIALES PRODUCCIÓN EXPLOTACIÓN Modos de producción m. de p. antiguo amos/esclavos esclavitud tradicionales señores/siervos servidumbre m. de p. feudal Modos de producción m. de p. capitalista burgueses/proletarios trabajo asalariado modernos MODOS DE FORMAS DE En ORIENTE CLASES SOCIALES PRODUCCIÓN EXPLOTACIÓN Modos de funcionarios producción m. de p. asiático esclavitud general estatales/comunidad de aldea tradicionales
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El materialismo histórico de Karl Marx 5.1. La lucha de clases. El desarrollo de la historia viene siempre condicionado por la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción. Como las relaciones sociales dependen de las fuerzas de producción, resulta inevitable en determinadas circunstancias la confrontación, cuando las relaciones producción no favorecen las fuerzas productivas. Se llega entonces a la revolución social. La lucha de clases, uno de los paradigmas marxistas de interpretación de toda la historia y su propio motor, se manifiesta cuando la clase explotada -el proletariado- se constituye en antítesis de la clase dirigente, llegando a provocar la revolución social. Marx quiere ser un científico e interpretar la historia a partir de la lucha de clases. Pero, a su vez, tiene otra finalidad: su supresión. Por eso, su crítica histórica es, a la vez, análisis de la situación y proyecto transformador de la sociedad. Marx propone la superación de las relaciones inhumanas y alienantes del capitalismo mediante la instauración de una sociedad sin clases, la comunista, que según lo que se extrae de sus textos, está caracterizada por: 1. Cada persona trabajará de acuerdo con sus capacidades y recibirá de acuerdo con sus necesidades. 2. Desaparición de las clases sociales. 3. No habrá división entre el trabajo intelectual y el manual. Todos podrán practicar todos los trabajos. 4. Propiedad colectiva de todos los medios de producción. 5. Desaparición del Estado como fuerza coercitiva, quedando sólo como aparato técnico para el desarrollo social. 6. Ideal de traer la felicidad a la Tierra para todos en condiciones de igualdad: abundancia de riqueza. 7. Fraternidad universal: “¡Proletarios del mundo, uníos!”. En cada momento de la historia han existido siempre dos clases antagónicas, dos clases luchando. En un principio está claro que la clase opresora tiene todas las de ganar pues controla todo el poder del estado, no sólo el poder físico, a través de la policía y el ejercito, sino también el poder ideológico a través de la Iglesia, la escuela, la moral etc. Pero el desarrollo de las fuerzas productivas hace que las antiguas relaciones de producción queden obsoletas y se abre el camino a una época revolucionaria en la que se cambian por completo las estructuras económicas de la sociedad y comienza un nuevo periodo. Ahora bien ¿cómo sucede esto? ¿CUÁL ES LA DIALÉCTICA INTERNA DE LA HISTORIA? Atención: en cada época de la historia, la clase de los opresores, para desarrollarse, crea y alimenta la clase que un día acabará con ellos. Para entender esto podemos explicar cómo llegamos a la sociedad burguesa-capitalista: -
La clase burguesa-capitalista surgió en el seno de la sociedad feudal, alimentada por los propios nobles feudales (que ingenuos, no sabían que un día acabarían con ellos). Los burgueses aparecieron, en principio como una subclase dentro de los “siervos de la gleba”; eran campesinos que agobiados por las difíciles condiciones de vida impuestas por la
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nobleza en el campo, viajaron a las ciudades (de ahí el nombre de burgueses) y se organizaron en torno a pequeños talleres corporativos para ganarse la vida. Más tarde debido al descubrimiento de América y el establecimiento de las colonias se incrementó de manera notable el comercio y los pequeños talleres corporativos no fueron suficientes para cubrir la demanda. En este momento la clase media industrial suplantó los talleres gremiales: en lugar de ser un grupo de artesanos cooperando para la mejora del trabajo, un propietario invertía su capital, contrataba trabajadores y así ampliaba su taller todo lo que fuera necesario para incrementar su producción y poder cubrir la demanda. Ya había nacido la clase de los patronos y la clase de los trabajadores asalariados (que nunca antes había existido). Entonces fue cuando la burguesía, que tenía todo el poder económico, emprendió la revolución para acabar con los privilegios de los nobles. Esta revolución fue la revolución francesa y su ideología las ideas ilustradas y el liberalismo, que buscaba la igualación de todos los hombres pero con el único y verdadero propósito económico de crear una “libre competencia” que le diera todo el poder a los capitalistas para hacer y deshacer. Así, la nobleza, clase de los opresores, pereció bajo una clase surgida de los oprimidos: los burgueses. ¿Cómo surgió el proletariado?
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En una vuelta de tuerca más, la aparición de la máquina de vapor hizo que los talleres pudieran remplazarse por grandes fábricas y la clase media industrial (nacida de los antiguos maestros artesanos) se convirtió en grandes millonarios industriales (ya que sólo los muy ricos tenían capital suficiente como para construir una fábrica). Las nuevas máquinas industriales redujeron a nada las pequeñas propiedades de los trabajadores con las que se ganaban la vida: las ruecas los telares… etc. Estos trabajadores se vieron obligados a abandonar su trabajo y su medio de sustento y trabajar a cambio de un salario. A su vez, se exigía una gran cantidad de hombres trabajando en las fábricas; por esta razón, en el siglo XIX se produjo una gran marea humana de migración de las zonas rurales a la ciudad, en busca de mejores condiciones de vida; los campesinos abandonaban sus tierras, sus únicas pertenencias para emigrar. Los hombres no participan en las relaciones de producción como individuos aislados sino que su función está determinada por el lugar que ocupan en la cadena productiva. Los tradicionales modos de producción han dividido a los hombres en dos clases sociales: la de los opresores y la de lo oprimidos. No es posible comprender nada de la historia o de la sociedad actual si no partimos de esta división fundamental. Es la capacidad productiva (fuerza de trabajo, formación técnica, instrumentos, medios de producción, etc.) de que dispone una sociedad, en un momento histórico concreto, para resolver las necesidades de la producción.
De esta forma nace la clase de los trabajadores proletarios, la clase de los trabajadores que no tienen nada y se ven obligados a vender la fuerza de su trabajo como si fuera una mercancía. Pero el desarrollo del capitalismo hace que los desposeídos sean cada vez más y mejor organizados al propiciar el sistema industrial grandes fábricas donde se agrupan multitud de proletarios que cada vez tienen menos que perder, pues sus condiciones de vida tienden a depauperarse progresivamente. De esta forma, la sociedad surgida de la revolución francesa se estructura en torno a dos clases sociales: la clase de los capitalistas, aquellos que poseen en propiedad los medios de producción, y la clase de los proletarios, aquellos que no tienen nada y se ven obligados a vender su trabajo a cambio de subsistencia (alienándose, impidiendo su realización y su felicidad). Por la IES “Séneca”
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El materialismo histórico de Karl Marx ley de la dialéctica igual que durante la época feudal la burguesía era la contradicción interna de la sociedad y acabaría por destruirla, en la época moderna, el proletariado es la contradicción interna de la sociedad acabará por destruir el capitalismo e instaurar un régimen económico distinto (el comunismo) 6 LA CRÍTICA A LAS IDEOLOGIAS El término "ideología" fue creado por el pensador francés Destutt de Tracy y con él designó la concepción científica que intenta estudiar "los conocimientos", el conjunto de ideas que caracterizan a una época, a un grupo de personas, o a un movimiento político, cultural o religioso; posteriormente, durante la época napoleónica, dicha palabra adquirió un sentido peyorativo, viniendo a significar algo así como carencia de sentido práctico o falta de capacidad para captar el auténtico sentido de la realidad. En Marx, se conserva ese sentido negativo; ideología es falsa conciencia o conciencia deformada de la realidad. Es una elaboración puramente intelectual de ideas ajena al contacto con la realidad (material). En la medida en que nuestras ideas intentan reflejar la realidad (económica, política, etc.) pueden hacerlo de un modo adecuado o falso. Cuando en vez de representar la realidad tal cual es, tratan de enmascararla, de falsearla, estamos ante la ideología. Por ejemplo, pensar que el sistema de producción capitalista es un sistema justo y bueno para el ser humano es una deformación ideológica, según Marx.
6.1. El nacimiento de las ideologías. Las ideologías como “formas de conciencia deformadas” nacen de la división del trabajo (en intelectual y manual). La conciencia, por tanto, se separa de la práctica social: el hombre se dedica a crear teorías puras, sin base real, al margen de la realidad material y la producción, pero que se toman como si fueran algo real. El creador de estas formas de conciencia hace que los otros hombres tomen como real lo que no es sino producto de su imaginación.
6.2. La deformación de las ideologías. La ideología, que como se ha dicho es una forma de conciencia deformada, al interpretar la realidad, la deforma. Aunque hay diferentes tipos de ideologías, todas ellas coinciden en que falsean la realidad. Veámoslo:
6.2.1. Ideología política. El falseamiento de la ideología política se manifiesta de diferentes formas. Veamos algunas: 1) Según la Constitución de algunos Estados “el pueblo es soberano” y “todos los ciudadanos son libres e iguales”, sin embargo, el falseamiento es manifiesto: la soberanía del pueblo, la libertad y la igualdad son puramente formales, porque no alcanzan al hombre real y concreto. Lo que se hace creer a los ciudadanos, por tanto, no es más que un falseamiento de la realidad ya que ésta se caracteriza por: sufragio IES “Séneca”
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El materialismo histórico de Karl Marx censitario, desigualdad de clases, no reconocimiento de la mayoría de derechos a mujeres, jóvenes, no propietarios, etc. 2) El Estado, teóricamente, es el árbitro de las diferencias entre los ciudadanos, está por encima de los intereses particulares de los individuos. En realidad, el Estado no es un árbitro imparcial, sino un instrumento de opresión en manos de la clase dominante. 3) Sólo los burgueses pueden ser políticos –la igualdad, ya se ha dicho, es ficticia-, ya que son los únicos que tienen tiempo, formación y capital necesarios para dedicarse a la política, bienes de los que el proletariado carece por completo. Como cabe esperar, al ser burgueses los diputados, votarán a favor de las medidas que favorezcan los intereses de su clase.
6.2.2. Ideología religiosa. Aunque la religión no es la preocupación fundamental de la filosofía de Marx, considera que va mucho más allá de la ideología política, ya que ésta, al menos, se encuentra cerca de la realidad. En el caso de la religión, en cambio, entramos en el mundo de lo imaginario, de lo irreal, de lo que solamente el ideólogo afirma que es real. La ideología religiosa crea sus propios objetos (Dios, ángeles, Santísima Trinidad, paraíso,…), que carecen de consistencia real. Sólo son productos imaginarios para que el proletariado se conforme con su situación injusta en este mundo, garantizándole la justicia en el otro mundo. Al condenar la violencia, por otra parte, la religión inhabilita al proletariado para llevar a cabo la revolución necesaria para la consecución de una sociedad más justa en este mundo. Aunque la religión perpetúa el orden injusto establecido con el conformismo que promueve, sin embargo, el propio Marx considera que tiene como aspecto positivo el anhelo de realización del ser humano que promueve (todos iguales -ante Dios-, crítica a los ricos,…), aunque debería transformarse en estimulante para protestar ante las injusticias existentes y no inventar un más allá en el que se obtendrá el premio por haber sufrido la injusticia en este mundo.
6.2.3. Ideología filosófica. También la filosofía, en la medida en que se ocupa de problemas abstractos y se olvida de los conflictos reales del presente, es una ideología, aunque menos primitiva y tosca que la religiosa, que corresponde a un mayor grado de ignorancia dentro de la historia de la humanidad. La filosofía sólo dejará de ser ideología si deja de interpretar falsamente la realidad y denuncia la alienación y se convierte en praxis, en actividad transformadora, en actividad revolucionaria.
6.3. La función de las ideologías. Las ideologías de una sociedad no tienen historia propia, independiente de la infraestructura de su sociedad, sino que se corresponden con el sistema de producción y de distribución de bienes, esto es, con la infraestructura de una sociedad. ¿Qué papel desempeñan las ideologías? ¿qué función tienen? La ideología que predomina en una sociedad es la ideología de la clase dominante, la que posee los medios de producción. Ésta refleja espontáneamente su situación social y genera un conjunto de doctrinas que proporcionan una “imagen” del hombre, la sociedad y el mundo. Es una imagen deformada de la realidad, “una mentira legitimadora”, ya que lo que se pretende con tales doctrinas ideológicas es justificar los IES “Séneca”
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El materialismo histórico de Karl Marx intereses de la clase dominante. Intenta presentar como “natural” el orden social vigente, aunque no lo sea (Recuérdese, como ejemplo, la obsesión del liberalismo por consagrar la propiedad privada entre los derechos naturales fundamentales del ser humano). Cuando la lucha de clases se agudiza, la clase dominada toma conciencia de sí misma elaborando una teoría –Marx considera, en su caso, que científica- para justificar la lucha de los explotados y justificar un nuevo modelo de sociedad libre de explotación.
6.4. Desaparición de las ideologías. Tanto en El Capital como en el Manifiesto del Partido Comunista, Marx afirma que las ideologías desaparecerán cuando termine la subordinación de los hombres a las fuerzas sociales, cuando puedan autodeterminarse con plena libertad. Las ideologías, por tanto, desaparecerán, cuando se instaure la sociedad sin clases comunista. Entonces ya no será necesario legitimar, falseando la realidad, el dominio de una clase social sobre otra.
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