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TEMA 3 PRESENTE Y FUTURO -EL MUSEO Y LA SOCIEDAD ACTUAL En 1971 la IX Conferencia del ICOM tuvo como tema de la reunión “El museo al servicio del hombre hoy y mañana” lo que contribuyó a dar un giro sobre las funciones que el Consejo Internacional de los Museos venía atribuyendo convencionalmente a estas instituciones, es decir, conservar, coleccionar, restaurar, investigar y comunicar, y dando pie a una serie de cambios de orientación que impulsaron nuevas actividades y propuestas que han generado la importancia que tienen los museos a la hora de desempeñar un papel en la sociedad, educación, acción cultural y desarrollo de la comunidad a la que sirven. La Conferencia insistió que las funciones tradicionales del museo deberían estar al servicio de la humanidad y de una sociedad en continuo cambio cuestionando la figura del museo que perpetúa valores de preservación no como algo significativo de la evolución del hombr4e si no como la simple posesión de objetos, es decir la importancia de que el museo se abra al conjunto social de la comunidad en que está inserto. Por primera vez se utilizara el término “ecomuseo” y propició ésta Conferencia la celebración del seminario de la UNESCO sobre la función social del museo en América Latina y la “Declaración de Santiago”, punto de partida de la “nouevelle museologie”, que defiende nuevamente al museo como instrumento al servicio de la sociedad. 1- MUSEO Y SOCIEDAD. El S. XX: REVALUACIÓN DEL MUSEO Y ESPECIALIZACIÓN DE SUS CONTENIDOS. Lo que distingue a los museos del S. XX respecto a los que se propiciaron en el S. XIX es la de la especialización de sus contenidos y las mejoras formales y estéticas. El museo no se debe limitar en nuestro tiempo a las tradicionales funciones de agrupación, presentación y aumentos de sus fondos, sino que haya adquirido una cierta dimensión social. Las diferencias socioculturales que existen entre los países manifiestan el contraste de desarrollo de sus sociedades además de la propia evolución de sus museos. La 1ª mitad de S. XX está marcada por una serie de acontecimientos (guerras mundiales, revolución rusa y periodos de recesión económica) que serán el inicio de una revisión museística europea, diversos sectores, asociaciones, y gobiernos revisarán la función de los museos en una sociedad en constante cambio. Durante las tres primeras décadas las acciones emprendidas por estos grupos van a fructificar en la creación de organismos internaciones y el impulso de la museología en diversos países y sobre todo en los que habían sido colonizados por potencias europeas. Estos cambios se potencian después de la 2ª GM entre potencias antagónicas como las socialistas y las capitalistas occidentales. Por otro lado los nacionalismos de principios de siglo hacen que se revitalicen los museos históricos desde su situación decimonónica, y que en el periodo de entreguerras las instituciones de ideología fascista utilicen al museo acuñando si no una nueva tipología de museo al menos un perfil nuevo de museo. Tanto el Alemania como en Italia el museo sirvió de manifestación de superioridad de éstos países sobre los demás a través de los bienes exhibidos.
En la Alemania nazi, el “Museo de la patria” y el “Museo de la armada” fueron la manera en que expertos nazis mostraran su particular concepto de museología. En Italia el “Museo del Imperio Romano” y el “Museo Mussolini” reunían el primero, obras maestras de la Roma clásica obtenidas de varias provincias del país intentando estimular la idea de aspiración a Imperio donde Italia de nuevo volvería a dominar el mundo. En Rusia la Revolución había proporcionado un gran patrimonio que gracias a Lenin se pudo mantener intacto, y se vio en el museo un instrumento de propaganda y educación ideológica importante para el pueblo, todos los objetos de palacios, riquezas de los zares y colecciones confiscadas fueron el material de creación de numerosos museos. Entre ambas guerras el desarrollo de EEUU como potencia se vio reflejada en los museos, desde el punto de vista didáctico y de nuevas construcciones al igual que había ocurrido en la Unión Soviética pero de signo distinto. En EEUU entre los años 1914 y 1940 los museos se formaron en un clima de aprendizaje y entretenimiento, se aplicaron teorías de precepción avanzadas con el fin de conseguir un beneficio educador. La muestra del Armory Show de 1913 en Nueva York fue la primera gran manifestación de arte de vanguardia europea en EEUU lo que provocó la proyección de nuevos museos en la década siguiente como el MOMA o la National Gallery de Washington además de la remodelación de nuevos museos atendiendo a la instalación, ordenación, iluminación y protección de las obras. Con ésta democratización de la cultura y el patronazgo al servicio de la sociedad, éste progreso de los museos influyó ampliamente en el factor turismo que traería grandes beneficios además del desarrollo de los museos de arqueología. Con al 2ª GM este progreso se interrumpió, los museos que no quedaron destruidos sufrieron grandes estragos, traslados de un país a otro en una suerte de migración para salvar las obras. Los museos más dañados fueron los de Alemania e Italia más centrados los países en una victoria bélica que en la protección de sus museos. Con la postguerra se consiguieron grandes cambios y un largo periodo de crecimiento y renovación del museo desde la óptica material, legal, organizativa y conceptual. -
2 RECONSTRUCCIÓN Y METAMORFOSIS 1945-1968
Todo este proceso de expansión y modernización se hizo de manera distinta en los países de los distintos bloques, EEUU, Canadá y Japón. Todos los países que se vieron inmersos en la contienda se vieron en la década de los 50 a realizar una laboriosa reconstrucción material, económica y social. EEUU y Canadá desarrollaron una veloz creación de nuevos museos, ampliación y modernización de los antiguos en medio de una situación boyante siendo referencia para otras partes del mundo como en el viejo continente. Europa en las dos décadas siguientes a la guerra se desarrolló de manera diferente entre el Mediterráneo y el norte socialista, el turismo en los países mediterráneos y el espíritu
pedagógico y didáctico en los países del norte y la Europa oriental impulsaron el desarrollo museístico de la época. Los primeros años sesenta desarrollaron el museo de arte contemporáneo, los objetos artísticos y las antigüedades en generales comenzaron un alto crecimiento en galerías y subastas y el tráfico de estos bienes culturales entre ciudades occidentales llegaron a Nueva York definiéndolo como el primer centro cultural del arte con conexiones en Londres, París, Zúrich y Tokio. Toda esta explosión de precios en el mercado comenzó a partir de los setenta y llegaron a cotas inimaginables desde mediados de los ochenta a principios de los noventa. Por otro lado las repercusiones de la guerra mundial se hicieron notar en áreas de patrimonio y museología en relación con la recuperación de bienes culturales de cada país. Por un lado el carácter sociológico y económico cultural, por otro la definición conceptual de la museología ante la aparición de diversos tipos de museos, además de la concienciación del valor del patrimonio los esfuerzos por la recuperación y su conservación y la apertura a una nueva concepción didáctica y difusora del museo y por último la consolidación de instituciones nacionales e internacionales para su estudio. Entre 1965 y 1970 comenzó la aparición y el desarrollo del museo del barrio, centro socioculturales creados para el estimulo de los problemas sociales y raciales de determinadas comunidades. Son lugares de difusión situados en la periferia de los grandes museos de las metrópolis que por su carácter elitista fueron criticados en su momento. El florecimiento de los museos obligó a redefinir tanto a los ya existentes como a los nuevos de una manera rigurosa debido al amplio abanico patrimonial y el comienzo de la búsqueda de un nuevo lenguaje museográfico a partir de las ideas de función didáctica para un cada vez más amplio grupo social. -
3 CRISIS Y REPLANTEAMIENTO 1968-1977
Todo el movimiento sociocultural que se había venido formado desde la posguerra terminó por convertirse en contestación global en torno al mayo francés y los museos fueron el punto de mira de esta contestación. En París un grupo contestatario definió a los museos como instituciones pasivas y burguesas en un momento en que se quería concienciar en los valores sociales y democráticos e incluso resucitando parte de los manifiestos futuristas anteriores. Esta situación fue apoyada por conservadores museísticos más abiertos que dieron la voz de alarma, influyeron las casa de cultura en su función de animadores socioculturales y decisivas fueron las crisis de identidad y rentabilidad sociocultural que acabaron por poner en cuestión incluso la propia existencia del museo. En 1971 en la Conferencia General de ICOM, se produjo el detonante al hacerse una crítica total no solo al espacio museístico y su contenido si no también a la justificación de estas entidades. El museo debe soltar lastre a nivel espacio semejante a un templo, como a contenidos, contenidos similares a guarda y custodia de los tesoros de las élites. El sacralizar un objeto dentro de un museo cierra la posibilidad de observarlo dentro de una evolución cronológica si ese bien no se contempla dentro de su ambiente, no por colocar al
objeto dentro de un espacio museístico se puede alzar éste como objeto y testigo de civilización. La crisis y el replanteamiento del museo comenzó un camino hacia una nueva tipología que por su natural concepción mantienen la conservación, investigación y difusión de culturas y testimonios naturales, además de, según su especialidad, ser un conservatorios de especies y ejemplares y hasta bancos de datos. El progreso técnico y científico ha influido mucho en la recuperación patrimonial, pero ese progreso ha hecho que algunos prefieran el ejemplar de museo-centro de información de resultados inmediatos y políticamente correctos al museo difusor socio-cultural que incrementa su patrimonio y lo investiga a medio y largo plazo, por acabar con el carácter sacrosanto del museo del pasado para llegar a un culto al presente efímero.
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4 EN LA SENSIBILIDAD LLAMADA POSMODERNA DE UNA SITUACIÓN CONOCIDA COMO POSTINDUSTRIAL 1977-1992
A mediados de los años ochenta se califica por parte de pensadores, sociólogos y críticos como posmoderno al estado de la cultura en las sociedades más desarrolladas, esta concepción se venía afianzando desde los años setenta cuando las sociedades llegan a una edad postindustrial produciéndose transformaciones en el estatuto de las artes, ciencias y letras. La cuestión de todo esto viene dada por la pérdida de confianza en la capacidad de la razón de las manifestaciones culturales anteriores a la condición posmoderna, con ésta pérdida se manifestaron las vanguardias artísticas con lo que la posmodernidad no cree en la razón pero si en el individuo, no en la ciencia pero si en el “sabio” con lo que la legitimación de ciencia y arte se realiza al margen de cánones enciclopedistas. Al hablarse de ciencia, arte y cultura posmoderna en realidad se comprueba la imposibilidad de su definición lo que se convierte en una eclosión multifacética, pancultural y panartistica, no se consolida una moda si no que surgen “proyectos” que desplazan a quienes no sean capaces de integrarse en su vorágine. El posmodernismo surge en el discurso arquitectónico como reacción contra el estilo internacional y la monotonía creativa de las vanguardias, posteriormente se referirá al conjunto de la cultura que rechaza a las vanguardias y a la legitimación de las grandes ideologías potenciando el “yo” narcisista, es una cultura dominada por el consumo y la seducción de lo efímero. En los ochenta se impulsa una nueva generación de museos de arte contemporáneo (los más potenciados) ciencias y técnica, destacando por su concepto didáctico y museológico. Se intensifica la construcción de centros de exposiciones de perfil interdisciplinar acordes con la situación posmoderna y neobarroca. -
5 APORIAS DEL MUSEO ACTUAL (A PARTIR DE 1992)
Los museos se han convertido en las tres últimas décadas en lugar de encuentro e intereses múltiples para la sociedad actual, aunque aclamados por unos y denostados por otros, la institución pública del museo ha superado numerosas contradicciones siendo el lugar en que se han expresado diferentes posiciones para sectores específicos de la sociedad que quiere ver lo sacro en un contexto especialmente laico. Toda la situación actual ha vendió precedida de una profunda reconstrucción y transformación física, técnica y museológica, superando crisis de identidad entre los años sesenta y setenta especialmente en el arte remontado una serie de mutaciones conceptuales y de procedimiento para recuperar credibilidad y eficacia sociocultural. Adorno consideraba al museo un factor de contemplación desinteresada de la obra tal y como era concebida la institución, donde se neutralizaba el hecho estético arrojando a la obra un limbo vano. La puesta en cuestión del museo era una reflexión crítica que las mentalidades progresistas tenían como insostenible, se buscaba la reconversión de las instituciones desde perspectivas ideológicas diferentes. Un momento de inflexión de la crisis de identidad y renovación sociocultural se produjo en 1977 con la inauguración del centro George Pompidou de Paris, era un replanteamiento del museo acorde con las inspiraciones de intelectuales y artistas, de un público sensible al problema incluso con la clase política. Toda esta reconversión no ha resultado fácil ni sencilla ni funciona hoy en día con una universalidad de convicciones y criterios, el museo sigue siendo u instrumento valioso para la sociedad al que se le pide una sincronización con las realidades del momento y las necesidades de su entorno sociocultural, se exige por algunos que el museo deje de ser un lugar de coleccionismo a favor del consumo de un “museo espectáculo”-
6 NUEVAS PERSPECTIVAS ANTE UN NUEVO SIGLO Y MILENIO
Desde un punto de vista conceptual el museo seguirá debatiendo su propia realidad y definiendo nuevas circunstancias socioculturales venideras, aunque el museo siga fetichizando los objetos seguirá teniendo un halo de trascendencia para el público. Desde un punto de vista funcional el museo pasará por adaptarse a las necesidades socioculturales de de la comunidad en la que se incluye atendiendo a experiencias museológicas cercanas y a orientaciones antropológicas contrastadas además de la sugerencias de organizaciones como el ICOM que han intensificado su trabajo para tal fin en una institución bimilenaria de orígenes y tricentenaria en su consolidación.