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TEMA 8: LA SOSTENIBILIDAD EN LA EMPRESA INDICE: INTEGRACIÓN DEL MEDIO AMBIENTE EN LA ACTIVIDAD ECONÓMICA HACIA LA SOSTENIBILIDAD EN LA EMPRESA MEMORIAS DE SOSTENIBILIDAD EN LA EMPRESA Global Reporting Iniciative (GRI) Objetivos, principios y características del Global Reporting Iniciative (GRI) Ventajas y dificultades La validación independiente de las memorias de sostenibilidad EL INTERÉS DE LOS MERCADOS POR LAS EMPRESAS SOSTENIBLES: EL MEDIO AMBIENTE EN LOS MERCADOS FINANCIEROS: Índices de valores para empresas sostenibles Inversiones socialmente responsables: fondos ambientales y fondos éticos BIBLIOGRAFÍA
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INTEGRACIÓN DEL MEDIO AMBIENTE EN LA ACTIVIDAD ECONÓMICA Este apartado pretende ser introductorio, dando una visión histórica, destacando los principales eventos a nivel internacional y señalando algunas de las repercusiones que los mismos han tenido en la gestión empresarial. El tema de la protección ambiental apareció por primera vez en la agenda internacional durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo Humano, celebrada en Estocolmo, en junio de 1972 (en la que se reunieron 113 países). El marco en el que se encuadra el desarrollo de esta conferencia es de preocupación por los acontecidos desastres ecológicos previos (citar como ejemplo sucesos de vertidos de crudo como el del petrolero Torrey Canyon y publicaciones como “Silent Spring” de Rachel Carson en 1962, que tuvieron un hondo calado en la opinión pública) y las conclusiones formuladas en Los Límites del Crecimiento (Meadows et al., 1972), este trabajo fue consecuencia del cometido que el Club de Roma encargó a Dennis L. Meadows y sus colaboradores y tuvo gran influencia en el pensamiento económico de la época. En la Conferencia de Estocolmo de Naciones Unidas se crea el PNUMA (UNEP), Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, cuya función esencial es orientar y actuar como instrumento catalizador de programas de cooperación internacional en materia de protección ambiental. En 1987, la publicación del informe Nuestro Futuro Común (Informe Brundtland) por la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y Desarrollo marca un punto de inflexión y constituye el comienzo del “desarrollo sostenible”. En esta fase las empresas empiezan a apoyarse en los principios del “desarrollo sostenible” para avanzar en la manera de afrontar los problemas de medio ambiente: surgen las prácticas ambientales en la actividad empresarial. Estas prácticas consisten en su momento inicial, en la inversión en tecnologías que permiten reducir los impactos al medio ambiente al final del proceso productivo. Actualmente las empresas siguen usando estas tecnologías, denominadas fin de línea, o end of pipe. Estas tecnologías no evitan que se produzcan residuos, sino que se transladan de un medio a otro. En el informe Brundtland se definió desarrollo sostenible como: "Es el desarrollo que satisface las necesidades actuales de las personas sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las suyas." Comisión Brundtland: Nuestro Futuro Común (Oxford University Press, 1987).
El término de desarrollo sostenible surge para armonizar el desarrollo económico y la protección del medio ambiente. Como consecuencia de las conclusiones alarmantes del informe Brundtland, se convocó en 1989, por la Asamblea General de Naciones Unidas, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CNUMAD) en Río de Janeiro (172 países). Supuso una de las mayores
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concentraciones de poder político de la historia de la humanidad, lo que da idea de la importancia de los problemas medioambientales de la presente década. En la Conferencia se cimentó el compromiso internacional hacia el desarrollo sostenible mediante tratados para fijar límites respecto al agotamiento de la capa de ozono, el calentamiento global y la disminución de la biodiversidad (Stern et al., 1992). El programa de acción emanado de Río1, Agenda 21, asume los conceptos clave el desarrollo sostenible dentro de los ámbitos mundial, regional y local. Con este objetivo, contiene recomendaciones negociadas y consensuadas para detener e invertir los efectos de la degradación del medio ambiente, intensificando los esfuerzos nacionales e internacionales y, así, promover el desarrollo sostenible y ambientalmente racional en todos los países (Brío González, J.A. & Junquera Cimadevilla B.,2001). En la Conferencia se constató que los daños ocasionados sobre el medio ambiente eran muy graves y eran necesarios nuevos esfuerzos de los gobiernos y de las empresas, encaminados a solucionar los problemas ecológicos inducidos por la industrialización. En 1992, entró también en vigor el nuevo Tratado de la Unión Europea, que fue firmado por los entonces doce Estados miembros. El Tratado de Maastricht ha ampliado los objetivos de la acción comunitaria en el ámbito medioambiental, al incluir el fomento de las medidas internacionales destinadas a hacer frente a los problemas regionales o mundiales del medio ambiente. Es significativo el hecho de que, de acuerdo con lo previsto en el artículo 2 del Tratado, se incluya como objetivo de la Unión, entre otros, la promoción de un desarrollo sostenible y no inflacionista que respete el medio ambiente. Paralelamente, la nueva redacción del artículo 3 contempla de manera explícita la política del medio ambiente entre las acciones que la Comunidad habrá de llevar a cabo para alcanzar sus objetivos (Brío González, J.A. & Junquera Cimadevilla B.,2001). El medio ambiente sigue siendo uno de los temas más trascendentes en la comunidad internacional. Muestra de ello es la celebración de la II Cumbre de la Tierra ( en Nueva York en 1997), las Cumbres del clima (en Kioto, 1997 y Buenos Aires, 1998) y la Cumbre de Johannesburgo en el año 2002, donde se ha constatado que desde Río 92 no se ha conseguido frenar el deterioro ambiental de la Tierra. La Cumbre de Johannesburgo2 subraya un nuevo protagonismo de las empresas (que no existía en Río) y su compromiso en la sostenibilidad liderada por el World Business Council for Sustainable Development, subrayando la responsabilidad global ambiental de las empresas. Se dio gran importancia a los sistemas voluntarios de información ambiental por parte de las entidades y las empresas a los consumidores, los temas de ecoeficiencia y producción más Los resultados de esta conferencia se concretan en varios textos: 2 declaraciones de principios (la declaración de principios de Río de Janeiro y la declaración sobre los bosques), el plan de acción de la agenda 21 y dos tratados internacionales multilaterales como son la convención sobre cambio climático y la convención sobre biodiversidad. 2 Se recomienda la lectura del nº0 de Papeles para la sostenibilidad “La Cumbre de Johannesburgo. 2002”. 1
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limpia. Se refuerza la importancia del compromiso de las empresas en información ambiental y social, así como su papel en apoyar y financiar la sostenibilidad, ello incluye la responsabilidad legal de las empresas a través del desarrollo y aplicación de convenios internacionales, lo que también es una oportunidad para las empresas en iniciativas como “Global Responsability” o la “Global Reporting Iniciative”.
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HACIA LA SOSTENIBILIDAD EN LA EMPRESA Fundación Entorno, IESE & es Pricewaterhousecoopers “Una empresa sostenible aquella que crea valor económico, medioambiental
y social a corto y largo plazo, contribuyendo de esa forma al aumento del bienestar y al auténtico progreso de las generaciones presentes y futuras, tanto en su entorno inmediato como en el planeta en general” Fundación Entorno, IESE & Pricewaterhousecoopers,2002
En ocasiones se ha infravalorado, a veces para justificar la falta de un compromiso más allá de lo cosmético, la capacidad de las empresas para incidir en el medio natural y social, su papel como motor de cambio, así como la trascendencia a escala global de sus decisiones. Conviene tener presente, sin embargo, que de las 100 economías mayores del planeta, 52 son empresas. Las decisiones que toman los directivos de las empresas afectan a poblaciones equiparables a países enteros. Es natural, por tanto, que la sociedad dirija sus exigencias y expectativas no sólo a los gobiernos, sino también, y muy principalmente, a las grandes corporaciones empresariales (Alfaya Arias, V. & Blasco Vázquez, J.L. ,2002). Así podemos ver que las cifras de negocio que se manejan en algunas empresas son comparables al producto interior bruto de países como Bélgica, Suiza, etc (ver tabla 1). Tabla 1: Comparación de las cifras de negocio publicadas por las empresas con el PIB de algunos países.
Exxon Mobil Wal Mart Stores General Motors Ford Motor Daimier Chrysler Royal Dutch/Grupo Shell BP General Electric Mitsubishi Toyota Motor Repsol Telefónica BSCH ENDESA Cepsa Ferrovial Agbar OHL
210.392 193.295 184.632 180.598 150.069 149.146 148.062 129.853 126.579 121.416 42.851 31.052 28.665 16.085 11.664 4.240 2.494 1.860
Bélgica Suiza Austria Dinamarca Noruega Finlandia Grecia Portugal Irlanda Uruguay Croacia Marruecos Rumania Túnez Ecuador Kenia Nicaragua Ruanda
248.400 238.700 208.200 174.300 152.900 129.700 125.100 113.700 93.400 20.800 20.400 35.000 34.000 20.000 19.000 10.600 2.300 1.900
Algunas de las principales economías del planeta son organizaciones empresariales. En el cuadro se comparan las cifras de negocio publicadas por las empresas con el PIB de algunos países. Fuente: Fundación Entorno
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La dirección de la empresa debe tratar de satisfacer no sólo las expectativas de los inversores, sino que también a todos los agentes implicados (personas y organizaciones que tengan algún tipo de interés en sus actividades). Una empresa que quiera moverse hacia la sostenibilidad debe comenzar con un compromiso de la alta Dirección que deberá asumir determinados valores. Todas las actividades de la empresa respetarán las pautas marcadas por dichos valores (ver Fig 1). Fig: 1: Pasos hacia la sostenibilidad en la empresa
Fuente: Arteche, F,2002
Fig:2: Comparación de dos modelos de gestión empresarial
Fuente: Arteche, F,2002
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Para dar el paso hacia la sostenibilidad tiene que tener una base sólida, ya que hacia lo que nos encaminamos es un proceso de diferenciación y distinción. Una empresa antes de embarcarse en este proceso tiene que tener cubiertos otros requerimientos básicos, como es el cumplimiento de la legislación. A partir de este punto con la incorporación de sistemas de gestión que nos impliquen un ánimo de superación a través de la mejora continua y de planificación de actividades, estableciendo objetivos de mejora medioambiental. También es importante, y estos sistemas nos ayudarán a conseguirlo, la evaluación de la situación de la empresa, sus puntos fuertes y sus puntos débiles. Un paso más allá está en la búsqueda de ecoeficiencia3. Multinacionales líderes tales como BP, 3M y Sony necesitan tantas ideas y asesoramiento en el tema del desarrollo sostenible como las empresas más pequeñas. Para conseguirlo trabajan con el Consejo Mundial Empresarial para el Desarrollo Sostenible (CMEDS). Esta organización, con sede en Ginebra, es una coalición de 120 empresas de 33 países. El CMEDS nació en 1995 y unifica dos organizaciones diferentes: por un lado, el Consejo Industrial Mundial para el Medio Ambiente (CIMMA), una filial de la Cámara Internacional de Comercio y por otro, el Consejo Empresarial para el Desarrollo Sostenible (CEDS). El trabajo del CMEDS se basa en el concepto de eco-eficiencia que contribuyó a inventar (Fussler, C. & Jamer, P.,1999) Otro de los pasos a dar es basar nuestro modelo de gestión en un modelo de responsabilidad denominada “Responsabilidad Social Corporativa”. Este aspecto, dado su importancia, se ha tratado en un tema anterior en este mismo módulo (ver Fig 2). Un aspecto importante, una vez conseguidos los puntos anteriores, habiendo obtenido un modelo de Responsabilidad Social Corporativa, es la comunicación, hemos diferenciado nuestra empresa creando más valor y queremos comunicar nuestros logros y cómo lo hacemos, ya que la credibilidad de una empresa aumenta con la transparencia . Para llevar a cabo esta comunicación, puede servir de ayuda las memorias de sostenibilidad realizadas con ayuda de la “Guía la Elaboración de Memorias de Sostenibilidad” de la Global Reporting Iniciative que se tratará a continuación. MEMORIAS DE SOSTENIBILIDAD EN LA EMPRESA La búsqueda de un desarrollo sostenible exige a las empresas la integración en sus políticas de gestión, no sólo de principios económicos sino también medioambientales y sociales. De forma progresiva se está incrementando la demanda de este desarrollo sostenible e inteligente, por parte de los clientes, la sociedad y las administraciones públicas, de manera que cada empresa ha de buscar y optar por los mecanismos de actuación y comunicación necesarios para satisfacer estos intereses. La credibilidad de una empresa Eco-eficiencia es: “La distribución de bienes y servicios, a precios competitivos, que satisfacen las necesidades humanas y mejoran la calidad de vida al tiempo que reducen los impactos ecológicos y la intensidad de recursos a lo largo de su ciclo de vida a un nivel al menos igual a la capacidad de carga estimada del planeta” (CMEDS, 1995). Una definición más simple de ecoeficiencia es “producir más con menos” (Fussler, C. & Jamer, P,1999)
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aumenta con la transparencia y un elemento clave es la rigurosidad, veracidad y alcance de la información que se transmite al exterior (Arteche,F.,2002). En este marco surge la G.R.I (Global Reporting Iniciative), en un esfuerzo internacional para crear un marco común para la elaboración de memorias económicas, medioambientales y sociales integrando a las distintas partes interesadas que eleve las prácticas de elaboración de memorias de sostenibilidad en todo el mundo a un nivel equivalente al de los informes financieros. Global Reporting Iniciative (GRI) La iniciativa de Información Global (Global Reporting Iniciative) surge en 1997, con el propósito de facilitar a las empresas la comunicación sobre sus actuaciones hacia un desarrollo sostenible. Surge en el año 1997 a través de CERES (Coalition for Environmentally Responsible Economies, organización norteamericana sin ánimo de lucro), en colaboración con el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente). En el año 2002 la G.R.I se constituye como un organismo independiente, integrado por representantes de todos los grupos de interés, a nivel internacional, contando con el apoyo de Naciones Unidas, compañías multinacionales, organizaciones contables y asociaciones empresariales, ONG´s y otras instituciones de ámbito académico. Cuenta con la participación de más de 35 países. Hasta el momento el documento que constituye el principal logro de la G.R.I., es la “Guía para la Elaboración de Memorias de Sostenibilidad” 4, cuyo primer borrador se publica en marzo de 1999. En junio del año 2000 se publicó una versión definitiva de esta guía con el nombre “Sustainability Reporting Guidelines. GRI 2002”, no obstante, su aplicación sigue considerándose en cierta manera experimental y será revisada incorporando las mejoras fruto de la experiencia de las empresas que ya trabajan con ella en un gran número de países, incluido España. Objetivos, principios y características del Global Reporting Iniciative (GRI) El objetivo del GRI es establecer una herramienta de uso voluntario por parte de las organizaciones que deseen acerca de sus actuaciones en los campos ligados al desarrollo sostenible, contemplando aspectos económicos, medioambientales y sociales. Para realizar este tipo de informe no es necesario haber obtenido previamente la certificación ISO 14001 o EMAS.
4 Se puede obtener una copia de esta guía en la siguiente dirección de internet: http://www.globalreporting.org/guidelines/SpanishTranslation.pdf
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Ventajas y dificultades Se pueden mencionar las siguientes ventajas para una empresa que decide elaborar una Memoria de Sostenibilidad siguiendo las pautas del GRI: 1. Las Memorias de Sostenibilidad constituyen un documento útil para presentar el impacto humano y ecológico de una empresa, con objeto de proporcionar datos fiables y relevantes e informar a todas las posibles partes interesadas (grupos de población próximos, inversores, compañías de seguros, administración, clientes, proveedores, grupos ecologistas, y a la sociedad en general, así como hacia todas las unidades organizativas de la propia Compañía). 2. Constituye una herramienta de gestión que ayuda a afianzar, promover, coordinar y evaluar objetivos de mejora continua en las actuaciones de una Compañía. Obliga a las empresas a la búsqueda de indicadores, al establecimiento de objetivos y a la medida del grado de consecución de los mismos; exige la adopción de metodologías para poder periódicamente dar una información homogénea. 3. Ilustra la relación entre los tres elementos que componen la sostenibilidad: el económico, el ambiental y el social. Permite por tanto dar respuesta a una creciente demanda de información en estos ámbitos. 4. Facilita la comparación y el benchmarking entre Organizaciones. En relación a las posibles dificultades que se pueden encontrar las empresas a la hora de plantearse abordar este tema, mencionar lo siguiente: frente a otras herramientas de gestión que a pesar de tener un carácter voluntario, el mercado las ha convertido en prácticamente obligatorias para aquellas empresas que quieran ser competitivas (caso de los Sistemas de Gestión certificados bajo referenciales normalizados como ISO 9000 e ISO 14000), las Memorias de Sostenibilidad responden a un esquema un tanto diferente y todavía sin normalizar desde la perspectiva de la verificación. Habrá empresas (sobre todo, caso de las PYMES) que consideren que la elaboración de una Memoria de Sostenibilidad les resultaría un proceso difícil y costoso, en tiempo y en dinero. Es posible que existan dificultades iniciales derivadas de la falta de consistencia de los métodos implantados en la empresa para cuantificar la satisfacción o adecuación en los ámbitos de aplicación de la Memoria. Para estos casos, la Guía proporciona una gran ventaja adicional a las ya mencionadas; es una herramienta flexible y que contempla la posibilidad de su aplicación gradual, de manera que aquellas organizaciones que deseen ir paulatinamente adoptando principios y actuaciones en la línea de la sostenibilidad, podrán marcarse su propio ritmo siempre bajo la óptica de la transparencia como máxima fundamental.
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En cuanto a la periodicidad de publicación de una Memoria, éste es otro factor totalmente flexible; cada empresa tiene total libertad para marcarse los periodos temporales sobre los que desee informar. Si bien es cierto que, hasta la fecha una gran mayoría de empresas que publican informes similares, lo hacen con carácter anual, quizá para algunas sobre todo PYMES pueda resultar más viable e incluso más recomendable de cara a la consistencia de la información, realizarlo en periodos de dos o incluso hasta tres años. No obstante, la dificultad principal de la empresa se centrará en la recopilación inicial de la información necesaria para hacerse un primer planteamiento: quiénes son mis stakeholders, qué información demandan, cómo extraer esa información y cómo estructurarla, cómo identificar los indicadores, cómo medir de ahora en adelante mi mejora continua y mi evolución en el comportamiento sostenible. Sin duda, cuando la empresa se hace estos planteamientos y se obliga a reflexionar sobre estas cuestiones ya está en el camino de incluirlas en sus prácticas de gestión y actuación. La Guía resulta de una gran ayuda para resolver estas preguntas; en cualquier caso, también es recomendable en una primera fase recurrir a la ayuda de consultores especializados en la materia y con una visión más amplia aportada por la experiencia de más organizaciones. La validación independiente de las memorias de sostenibilidad Indudablemente, una validación independiente de la Memoria le aporta un valor añadido basado en una credibilidad y una fiabilidad mayor. Hasta la fecha no existen normas aceptadas, de forma general, para la validación de estos informes de sostenibilidad, por lo que hoy por hoy, esta verificación todavía no responde a un esquema normalizado y bajo acreditación específica. Algunos ejemplos de empresas que han realizado este tipo de informes son: Baxter Internacional (USA), The Body Shop Internacional (Reino Unido), British Airways (USA), Electrolux (Suecia), Henkel (Alemania), Procter & Gamble (USA), SASOL (Sudáfrica) y en España: Telefónica, Iberdrola, Tetra Pack, Ave, RENFE, Cespa, Psa-Peugeot-Citroën. Los organismos que actualmente verifican Memorias de Sostenibilidad son AENOR y BVQI. EL INTERÉS DE LOS MERCADOS POR LAS EMPRESAS SOSTENIBLES: EL MEDIO AMBIENTE EN LOS MERCADOS FINANCIEROS: La preocupación por el medio ambiente está influenciando y condicionando los procesos de toma de decisiones financieras de empresas, inversores e instituciones financieras. Los mercados valoran positivamente enfoques de gobierno corporativo, empresas en las que la gestión se lleve a cabo de una manera solidaria y comprometida con el medio ambiente. Aunque tradicionalmente la respuesta empresarial a las nuevas exigencias de responsabilidad ambiental se ha caracterizado por considerarlas como gastos,
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se empieza a poner de manifiesto la posibilidad de que una gestión ambiental responsable puede derivar en impactos financieros positivos y, por tanto, encerrar oportunidades de generación de valor5. Se pueden considerar dos medios, fundamentalmente, en los que se reflejan estas nuevas oportunidades: una mayor facilidad para encontrar financiación externa y el mercado bursátil. En el caso de la concesión de créditos, los bancos deben conocer los riesgos medioambientales relacionadas con sus clientes, puesto que los riesgos de los clientes se convertirán, en última instancia, en los del banco. Este tema fue tratado en el IV (1998) y en el VI Congreso Nacional de Medio Ambiente (2002), en los que se pone de manifiesto que los bancos comenzarán a aplicar criterios medioambientales en la concesión de créditos a empresas, ofreciendo situaciones más ventajosas para aquellas empresas que ofrecen menor riesgo de problemas ambientales y dificultando su concesión a aquellas empresas con bajo compromiso medioambiental. Respecto al mercado bursátil, empiezan a proliferar inversores denominados “verdes” o socialmente responsables. Los inversores ocupan, por motivos medioambientales, un papel de tanta relevancia como los “creadores de opinión” (término en el que englobamos a la prensa, los grupos ecologistas, la universidad y la ciencia)( Rodríguez, M.A., Ricart, J.E. & col,1999). Índices de valores para empresas sostenibles En la actualidad, los mercados internacionales disponen de índices de valores constituidos por empresas sostenibles, como son los grupos de índices FTSEGOOD o los Dow Jones Sustainability Index (DJSGI). Los índices citados están compuestos de aquellas empresas que acreditan de manera suficiente su compromiso de sostenibilidad.6 Se aprecia como las empresas que tienen políticas y mecanismos de protección del medio ambiente, tienen una cotización superior en las bolsas. Las compañias que integran la sostenibilidad en su estrategia de negocio tienen un mayor rendimiento, demostrado por los valores alcanzados por distintos parámetros financieros clave. Los ingresos por acciones para las compañías que participan en el Índice Mundial Dow Jones Sustainability Index fue del 14,73% en los últimos cinco años, frente al 9,87% de las compañías que participan en el Índice Mundial Dow Jones Global (Fundación Entorno, 2001). Aunque en España las empresas tienen poca presencia en estos índices internacionales, a diferencia de las empresas europeas y americanas, cabe mencionar las siete empresas españolas incluidas en el índice europeo Dow Jones STOXX Sustainability Index: BVA, SCH, Grupo Ferrovial, Endesa, Iberdrola, Inditex y Telefónica.
5 El valor de la empresa puede ser descompuesto en diversos componentes, uno de ellos puede ser el medio ambiente. Existen muy pocos indicadores directos que permitan saber el valor ambiental de las empresas. Indirectamente se puede conocer mediante cotizaciones bursátiles de empresas ecológicas. 6 En la página de internet: http://www.sustainability-indexes.com/htmle/news/monthlyupdates.html se pueden consultar los resultados mensuales del Índice Dow Jones Sustainability que analiza el comportamiento financiero de las compañías más sostenibles.
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Hay que mencionar, la existencia de organismos, como el Sam Research o el Sustainable Investment Research International Group (SiRi Group), que centran su actividad en el estudio de la sostenibilidad de las compañías, establecen criterios de aceptación y colaboran en la elaboración de los índices. Inversiones socialmente responsables: fondos ambientales y fondos éticos Este tipo de fondos están concebidos para satisfacer la necesidad de los inversores socialmente responsables que buscan, además de rentabilidad, que sus ahorros se destinen a financiar empresas con criterios ambientales (fondos ambientales, también llamados fondos “verdes”) o con criterios sociales (fondos éticos). La definición de lo que es una inversión ética de “The Ethical Investment Research Service (EIRIS)”, una de las instituciones europeas que llevan más tiempo trabajando en este campo es: “Invertir éticamente significa elegir mecanismos de inversión que reflejan tus valores”. El fenómeno de las inversiones socialmente responsables, tal y como lo conocemos hoy, empezó como respuesta al régimen de “apartheid” existente en Sudáfrica, cuando muchos inversores decidieron que no querían financiar a compañías con negocios en dicho país ya que eso conllevaba fomentar la política de “apartheid”. Desde ese momento se creó la primera criba (screen) y el fenómeno de las inversiones socialmente responsables empezó a madurar (Rodríguez, M.A., Ricart, J.E. & col,1999). En el año 1999, la inversión que recibieron los fondos éticos en Estados Unidos fue de 2,16 trillones de dólares frente a los 1,19 alcanzados en 1997(Fundación Entorno, 2001). En el conjunto de la Unión Europea, de acuerdo a un estudio elaborado por Sustainable Investment Research International Group, en colaboración con Euronext, a finales de 2001 eran ya 251 el número de fondos de inversión en Europa que incorporaban criterios de responsabilidad social. “Si lo pensamos con calma, es de una lógica aplastante: ¿debemos los ciudadanos confiar nuestros ahorros o planes de pensiones a los cortoplacistas que invierten en enrons, bolidens o empresas propietarias de prestiges?” (Alfaya Arias, V. & Blasco Vázquez, J.L.,2002). BIBLIOGRAFÍA •
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