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MONUMENTOS PÚBLICOS EN ESPACIOS URBANOS DE
LIMA 1919-1930
Johanna Hamann Mazuré Directores: Antoni Remesar Carme Grandas
Tesis doctoral presentada para la defensa del grado de doctor ENERO 2011
Universidad de Barcelona
Programa de Doctorado (EEES) Espacio Público y Regeneración Urbana: Arte, Teoría y Conservación del Patrimonio
Johanna Hamann Mazuré
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MONUMENTOS PÚBLICOS EN ESPACIOS URBANOS DE LIMA 1919-1930
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RESUMEN El objeto de este trabajo es el arte público de Lima y su relación con los procesos de “hacer ciudad” durante el periodo 1919‐1930. En este trabajo la autora identifica el gobierno de Augusto B. Leguía (1919 – 1930) como un momento clave dentro de la historia republicana en que se dio un proyecto racional, armónico y funcional para el desarrollo de la ciudad de Lima Metropolitana. Una primera parte de antecedentes se remontan a la demolición de las murallas de Lima, abarcando las propuestas de modernización de la ciudad hasta el inicio de 1919. La propuesta de la “Patria Nueva”, el discurso político y económico del gobierno del Oncenio, es el sustento clave de la concepción de un proyecto urbano y de producción artístico‐escultórica y paisajística, concentrada, mayormente, en el estilo Neo‐Peruano. La autora incluye un registro pormenorizado de todos los monumentos en espacios públicos de la época, analizando tendencias, estilos, y contextos en la ciudad y su entorno, así como una tipología de parques, plazas, alamedas, avenidas y demás espacios públicos. La pertinencia de la investigación va mas allá de cubrir vacíos en la investigación del tema y exponer logros y contradicciones del proyecto urbanístico y de ornato, planteando interrogantes acerca del futuro urbano de Lima.
SUMMARY The subject of this dissertation is Lima’s public art and its relationship with the processes of “city making”, during the period 1919‐1930. In this dissertation, the author identifies the government of Augusto B. Leguía (1919 ‐ 1930), called also the Oncenio, as a key moment in the republican history of Peru, when there was a rational, harmonious and functional proposal of development of the city of Lima. Starting in 1866, when the city walls were demolished, the author analyzes successive modernizing urban proposals up to 1919. The political and economic ideas that support the scheme of the “Patria Nueva” are the basis of an urban design and production of artistic and sculptural landscape, concentrated mostly in the style called “Neo‐Peruvian”.
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The author includes a detailed record of spaces and monuments, parks, plazas, malls, streets, built in the Oncenio in public spaces, analyzing trends, styles, and contexts in the city and its surroundings. The relevance of the research goes beyond the covering historic research gaps, in its search of the achievements and contradictions of this project, in order to raise questions about the urban future of Lima.
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AGRADECIMIENTOS Agradezco a la Pontificia Universidad Católica del Perú, a su rector en la persona de Marcial Rubio Correa y a su vicerrector Efraín Gonzáles de Olarte, por ofrecerme la posibilidad de cursar estudios doctorales en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona en el programa de “Espacio Público y Regeneración Urbana, Arte, Teoría y Conservación del Patrimonio.” Este doctorado financiado gracias a su generoso apoyo y a la Dirección Académica de Investigación (la cual ha contribuido a la investigación para el desarrollo de una parte de la tesis), apuesta a enriquecer la calidad académica de la Facultad de Arte de la PUCP, con miras a la creación de sus estudios de post grado. La culminación de esta tesis doctoral, refuerza mi compromiso con la universidad, ya que es una muestra del cumplimiento de la responsabilidad que se nos ha confiado. Agradezco también a Carme Grandas como directora, al Grupo de Investigación POLIS (Cr Polis), al Grupo de Investigación Consolidado (GRC) ARTE‐CIUDAD‐SOCIEDAD, en la persona de Antoni Remesar, como director, por haberme permitido con su permanente asesoría, implementar una metodología pertinente, y señalarme el camino correcto, abriendo nuevas coordenadas de investigación que me permitieron, finalmente, llevar a término la concreción de la tesis. Agradezco los aportes de la Comisión de Seguimiento del programa, especialmente a los doctores P. Brandão, J. P. Costa y J. Cunha Leal, por sus contribuciones y consejos. Agradezco, así mismo, a Nuria Ricart y a Montse Llupart por su actitud atenta y amable para ayudarme a resolver los problemas que se presentaron. Agradezco a Wiley Ludeña por aclararme muchos puntos confusos y sustantivos sobre el tema del proyecto de la tesis, a Jackeline Vega por ayudarme a trazar las pautas del proyecto, y colaborar junto con Pablo Cruz en el registro de archivos. Al historiador Antonio Zapata que leyó con atención estas páginas, a Herrmann Hamann, que como Presidente del Centro de Estudios Históricos Militares del Perú me ayudó con parte de la bibliografía, a Alicia Benavides por las fotos, a Miguel Mora por haberme acompañado a lo largo de todo el trayecto de la elaboración de esta tesis, a mi hijo Ricardo Wiesse Hamann y a mi nieto Alonso Wiesse Larrabure, por su paciencia y cariño de siempre.
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INDICE RESUMEN ................................................................................................................................. 4 SUMMARY ............................................................................................................................... 4 AGRADECIMIENTOS ................................................................................................................. 6 INTRODUCCION...................................................................................................................... 10 OBJETIVOS Y METODOLOGIA ................................................................................................. 17 OBJETIVOS .................................................................................................................................. 17 METODOLOGÍA ............................................................................................................................ 18 PARTE I .................................................................................................................................. 24 EVOLUCIÓN URBANA DE LIMA ............................................................................................... 24 (1535‐1866) .................................................................................................................. 25 EL DAMERO Y LA MURALLA .......................................................................................... 25 PRIMER PARÉNTESIS EN LA EVOLUCIÓN URBANA ........................................................ 37 LA GUERRA Y LA VICTORIA: ARTE Y ESPACIO PÚBLICO ................................................ 37 LA GUERRA CON ESPAÑA .............................................................................................. 39 MONUMENTO AL COMBATE DEL 2 DE MAYO ............................................................. 40 BREVE HISTORIA DEL ORIGEN DEL MONUMENTO ........................................................ 40 EL MONUMENTO AL “DOS DE MAYO” Y SU RELACIÓN CON EL ENTORNO ................... 51 UBICACIÓN DEL MONUMENTO AL COMBATE DEL 2 DE MAYO ............................... 52 ARTE Y ESCULTURA PÚBLICA ........................................................................................ 54 EVOLUCIÓN Y PLANIFICACIÓN URBANA DE LIMA(1868‐1919) ..................................... 57 CIUDAD SIN LÍMITES (1868‐1879) ................................................................................. 58 LOS PROYECTOS PARA EL ENSANCHE DE LIMA ............................................................. 64 PRIMER PLAN REGULADOR ........................................................................................... 69 COLAPSO Y REDEFINICIÓN DE LA CIUDAD .................................................................... 73 (1879‐1919) .................................................................................................................. 73 TRANSFORMACIÓN DE LA CIUDAD ............................................................................... 76 CONCLUSIONES ............................................................................................................. 88 PARTE II ................................................................................................................................. 95 “PATRIA NUEVA”. ARTICULACIONES IDEOLÓGICAS ................................................................ 95 AUGUSTO B. LEGUÍA: PRESIDENTE DE LA “PATRIA NUEVA” ....................................... 100 PRIMER PERÍODO PRESIDENCIAL: 1908‐1912 ............................................................. 103 LEGUÍA PRESIDENTE‐1919‐1930 ................................................................................. 108 LA IDEA DE LA PATRIA NUEVA .................................................................................... 108 FUERTES CONTRADICCIONES ...................................................................................... 127 LA VISIÓN DEL INDIO ................................................................................................... 128 MONUMENTO A CANDAMO ....................................................................................... 133 EN BÚSQUEDA DE UNA IDENTIDAD ............................................................................ 136 LA ESCUELA DE BELLAS ARTES .................................................................................... 139 CONCLUSIONES ........................................................................................................... 157 PARTE III .............................................................................................................................. 163 EXPANSIÓN URBANA (1919‐1930) ....................................................................................... 163 EVOLUCIÓN DE LA “CIUDAD IRRADIADA” ............................................................................. 164 LIMA ANTES DE LEGUÍA: MONUMENTOS Y ESPACIOS PÚBLICOS ........................................... 169 PLANES Y DESARROLLO DE LA “PATRIA NUEVA” .................................................................... 178
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PLANIFICACIÓN DE LA TRAMA URBANA ................................................................................. 188 NUEVOS EJES VIALES .............................................................................................................. 192 LAS DISTINTAS ZONAS URBANAS ......................................................................................... 201 ESPACIOS PÚBLICOS: ESCENARIOS DE REPRESENTACIÓN ...................................................... 206 ESPACIOS PÚBLICOS: HACIA UNA “INTERPRETACIÓN PERTINENTE” ...................................... 206 NUEVOS EMPLAZAMIENTOS PARA UNA “PATRIA NUEVA” ..................................................... 207 LAS NUEVAS PLAZAS ............................................................................................................ 213 UNA NUEVA CIUDAD PARA SUS MONUMENTOS .................................................................... 215 LA PLAZA SAN MARTÍN: SUS PLANES PLANOS Y PROYECTOS .................................................. 219 PLAZA DOS DE MAYO ............................................................................................................ 238 PARQUE UNIVERSITARIO ........................................................................................................ 242 EL OTRO EJE: SANTA BEATRIZ ............................................................................................... 247 EL PARQUE DE LA RESERVA ..................................................................................................... 253 LA PLAZA SUCRE: MONUMENTO AL MARISCAL SUCRE ........................................................... 254 EL PARQUE DE LA RESERVA: ARTÍFICES Y COMPONENTES ...................................................... 259 CONCLUSIONES .................................................................................................................... 272 PARTE IV .............................................................................................................................. 277 LA ESCULTURA PÚBLICA EN LA “PATRIA NUEVA”. MONUMENTOS EN LIMA 1919‐1930 ........ 277 MONUMENTOS ...................................................................................................................... 280 NUEVOS MONUMENTOS PARA LA CIUDAD ............................................................................ 302 DOS MONUMENTOS ECUESTRES ............................................................................................ 303 PERSONAJES ILUSTRES ........................................................................................................... 307 UNA EVALUACIÓN DEL PROGRAMA MONUMENTAL ............................................. 313 BUSCANDO “LA PATRIA NUEVA”: IDENTIFICACIÓN DE ELEMENTOS ICONOGRÁFICOS PREHISPÁNICOS. .......................................................................................................... 324 MONUMENTOS DESAPARECIDOS........................................................................................... 339 MONUMENTOS A LEGUÍA ...................................................................................................... 339 CONCLUSIONES ........................................................................................................... 353 CONCLUSIONES FINALES ...................................................................................................... 360 BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................................................... 367 FUENTES ELECTRÓNICAS ........................................................................................................ 375 LEYES ...................................................................................................................................... 376 ÍNDICE DE IMÁGENES ........................................................................................................... 382 ANEXO DIGITAL
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INTRODUCCIÓN
“El pasado es un país desconocido con distinta lengua, distintas costumbres sociales y una visión diferente de la condición humana” Natalia Majluf
Esta tesis de doctorado culmina el desarrollo de un trabajo de investigación sobre la escultura pública en la ciudad de Lima. Tiene su origen en el trabajo desarrollado1para la obtención del Diploma de Estudios Avanzados en el Programa Espacio Público y Regeneración Urbana. En este primer trabajo se realizó un inventario exhaustivo de la estatuaria y arte público en los distintos distritos de Lima. Como inventario, se pretendía recoger el máximo de información acerca de este tipo de prácticas artísticas en la ciudad, tema al que tan solo los trabajos de Natalia Majluf y de Alfonso Castrillón se habían aproximado desde su disciplina como historiadores del arte. Margarita Cubillas Soriano, Rodrigo Gutiérrez Viñuales, Elio Martuccelli y José Gamarra Puertas estudiaron también el tema desde sus propias perspectivas. En el presente trabajo, los monumentos públicos y espacios urbanos construidos durante las primeras décadas del siglo XX, situados en la ciudad de Lima, han sido analizados como exponentes representativos de una tendencia dentro del devenir de la práctica escultórica en el Perú. Estos monumentos y espacios han sido estudiados dentro del marco histórico de las celebraciones del primer Centenario de la Independencia del país (1821‐1921), al igual que los ejemplos más elocuentes de los nuevos procesos socio‐culturales que se manifestaron durante el periodo en cuestión, con la introducción de motivos prehispánicos en la práctica artística de la época o bien como elementos simbólicos y funcionales incorporados como puntos clave en el rediseño urbanístico de la ciudad. En los trabajos existentes prima uno u otro enfoque, pero hace falta una visión de conjunto que aborde específicamente el periodo gubernamental de Augusto B. Leguía, que como se presentará más adelante, desarrolló una de las últimas y más sólidas propuestas urbanísticas por las que pasó la ciudad de Lima.
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Hamann, J; Crousse, V. Desarrollo Urbano de Lima y sus Monumentos, desde 1535 hasta la actualidad. Inventario de la escultura Pública de Lima. Universitat de Barcelona, 2008.
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A continuación se hace una revisión de los principales estudios que servirán de marco referencial en el desarrollo del proyecto de investigación propuesto. Es preciso mencionar que los primeros trabajos de investigación sobre monumentos públicos y espacios urbanos aparecieron en la década del sesenta del siglo XX. En el año 1971 Margarita Cubillas Soriano, con motivo del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, entrega la Guía Histórica Biográfica e Ilustrada de los Monumentos de Lima, trabajo que enumera inmuebles y esculturas, con breves anotaciones documentales sobre algunas obras, mientras que en otras se detiene para detallar sobre concursos, premios y presupuestos asignados para cada pieza. En el año 1974 aparece Historia y odisea de los monumentos escultóricos conmemorativos a cargo de José A. Gamarra Puertas, quien ofreció una relación de lo existente en los espacios públicos sin mayor documentación. Estas son aproximaciones descriptivas con alguna información biográfica de los personajes representados. Se trata principalmente de inventarios que consignaban algunas reseñas históricas anecdóticas. Gamarra escribe un libro lleno de anécdotas, pero muy ilustrativo en el recuento de la creación de cada monumento, incluso detalla ciertos gustos y disgustos de las épocas de su realización; identifica el proceso de selección de las comisiones y encargos para los monumentos. Sin embargo, es con la investigación de Alfonso Castrillón que la escultura pública se dimensiona, clasifica y sitúa en la historia del arte peruano: La Escultura Monumental, estudio pionero publicado en el año 1973 por Copé IV, Nº 11 y ampliado posteriormente con el título de Escultura monumental y funeraria en Lima, en Escultura en el Perú de La Colección Arte y Tesoros del Perú, publicado en 1991, constituye el análisis más completo del tema, hasta la fecha. En 1994, Natalia Majluf publica Escultura y espacio público. Lima 1850‐1879 en la serie Historia del Arte, publicada por el Instituto de Estudios Peruanos, trabajo que reflexiona sobre el “juego de las representaciones”, denominación que alude al intento de generar y recrear modernidad, vanguardia y progreso cultural a través de los conjuntos escultóricos. Aborda el tema con profundidad y especifica datos históricos, sociales y políticos importantes para este estudio: el espacio público sus usos y representaciones. Reconoce que este es un tema poco explorado, abordando el análisis de la escultura monumental como una alianza creada entre escultores y arquitectos. Considera el espacio urbano como un juego de “representaciones múltiples”, lo cual implica la presencia de ideologías de poder instauradas en el territorio, como materializaciones simbólicas que nos devuelven el reflejo del
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poder. Considera que la idea de escultura pública surge con la Independencia y que en ese momento nace la necesidad y el primer intento de crear una “tradición nacional”, que rompa con la implantada por el poder hispano‐europeo. Aunque el tema de su análisis histórico lo puntualiza Majluf entre 1850 y 1879, se puede ver que desde el momento de la Independencia (1821) existió la necesidad de crear una identidad nacional, pero que terminaría favoreciendo una posición de representaciones simbólicas a espaldas de la mayoría. Este trabajo, aunque breve, enriquece y beneficia la lectura del arte público en el Perú. Rodrigo Gutiérrez Viñuales, quien ha contribuido mucho al estudio de los monumentos conmemorativos en su libro Monumento conmemorativo y espacio público en Iberoamérica (2004), aborda un campo de estudio más amplio. Utiliza una perspectiva de análisis particular de los monumentos conmemorativos en Iberoamérica entre los años 1890‐ 1940. Sostiene que la llamada escultura monumental fue una necesidad de los gobiernos por cubrir vacíos de desarrollo y de ponerse al nivel de las ciudades europeas y de la cultura occidental. Esto contribuiría al desarrollo urbano de las diferentes ciudades de Latinoamérica que trataron de emular la magnificencia de héroes y personajes a semejanza de la tradición europea. Analiza esta etapa de la historia de la obra pública cuando justamente la fiebre conmemorativa en los países iberoamericanos estaba en su esplendor. Analiza los monumentos dentro del espacio público como símbolos y expresiones de poder, así mismo, revisa la nacionalidad y temperamento, experiencia e influencia de los escultores artífices de los monumentos conmemorativos y sus mutaciones estéticas. En otro artículo, Lima, capital de la Patria Nueva: el doble Centenario de la Independencia del Perú (2006), Martuccelli enfoca, desde una perspectiva histórica, la época del Oncenio de Leguía2, con sus dos Centenarios, el de la Independencia Nacional y el de la consolidación de esta con la Batalla de Ayacucho; 1921 y 1924 respectivamente. Revisa el desarrollo urbano, sus nuevos trazos y nuevas avenidas que amplían y determinan el posterior crecimiento de la ciudad. Comenta el tema de los monumentos, ya que es durante el “Centenario” que los otros países obsequian al Perú monumentos y esculturas públicas que se levantan en estas nuevas avenidas, dando belleza a una nueva constelación de ciudad moderna.
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Denominación que en la historiografía peruana se da a los once años de gobierno de Augusto B. Leguía (1919–1930).
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Aunque el inventario de nuestro trabajo de Investigación, Desarrollo Urbano de Lima y sus Monumentos, no ha sido publicado, sí ha tenido una enorme utilidad en el contexto de la especialidad de escultura de la Facultad de Arte de la Pontificia Universidad Católica del Perú3.El inventario ha dado paso a la realización de dos tesis doctorales, esta que se presenta a defensa y la de Veronica Crousse titulada “Reencontrando la especialidad del Arte Público del Perú”. Ambas tesis constituyen una reflexión sobre el arte público en el Perú. La de Veronica Crousse analiza el reencuentro con la espacialidad pre‐incaica en las prácticas contemporáneas de arte público, y la que aquí se presenta, es una reflexión sobre el papel del arte público en uno de los periodos más interesantes del desarrollo urbano de Lima, el denominado “Oncenio de Leguía, 1919‐1930”, periodo en el que Lima transciende definitivamente el límite de las murallas coloniales y se expande en el territorio, con la voluntad de ser equiparable a las principales metrópolis europeas y americanas. Estos trabajos, además, constituyen la base del desarrollo de una investigación homologada en el contexto de la Facultad de Arte de la PUCP en Lima, superando la problemática que identifica la investigación en arte con el desarrollo de obra personal. Como escultora en activo, pero también docente‐investigadora de la Facultad, entiendo que el desarrollo de trabajos de investigación como el que presento es fundamental para el avance, tanto de la docencia como de las capacidades expresivas de los nuevos escultores que estamos formando. Efectivamente, en este trabajo he intentado ofrecer una perspectiva científica acerca de un periodo importante de la escultura peruana y fundamental para el desarrollo urbano de la capital del país: Lima. Si, como escultora, mi motivación fundamental ha sido releer un periodo clave de la escultura peruana, centrado en la figuración y en la introducción de determinados aspectos del arte indígena pre‐colonial; como investigadora, la ambición ha sido mayor, entender la relación que existe entre la práctica escultórica y las prácticas de otras disciplinas (el urbanismo esencialmente) en el proceso de “hacer ciudad”. Entender la obra de arte –obra de arte público– aislada de su contexto urbano es un error que a inicios del s. XXI ya no puede cometerse. Además, entender e investigar esta relación, supone ampliar horizontes de conocimiento, entroncando una práctica artística determinada en el contexto de su lógica de producción que es la construcción de la ciudad. 3
En el 2010 fue galardonado por el Vicerrectorado de Investigación de la Pontifica Universidad Católica del Perú, con un bono de reconocimiento a la investigación en Arte.
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Es por ello que el trabajo supone, además, un avance en la estructuración de los estudios a desarrollar en el Departamento de Arte. Al introducir la problemática del “hacer ciudad” como un elemento clave en la formación del futuro artista, se abren nuevas perspectivas de trabajo, se amplía el campo disciplinar propio de la práctica artística a un campo mucho más amplio e interdisciplinar y se consolida la posibilidad de desarrollar la práctica artística desde el conocimiento de uno de los fundamentos que la hacen posible. Desde la primera trama fundacional, cuando los conquistadores trazaron su cuadrícula, a la ciudad de Lima se le negó su origen, enterrando en el subsuelo de la nueva ciudad, todas las construcciones incas y pre‐incaicas preexistentes. Situada en la costa central del Perú, frente al Océano Pacífico, la Ciudad de los Reyes se asentó en un pequeño valle en medio del desierto costero. Lima surgió de espaldas a esta realidad convirtiéndose en una villa agrícola y, posteriormente, en una gran metrópolis, siempre sujeta al devenir del pensamiento occidental que definió su desarrollo; sin embargo, esta situación cambió dramáticamente en el siglo XX. Es imprescindible puntualizar e identificar solo un momento dentro de la historia republicana del Perú donde hubo tiempo y espacio para planificar las coordenadas de la futura ciudad. Un momento donde ya, a inicios del siglo XX, se trazaron los ejes de irradiación desde la ciudad fundacional hacia la costa del territorio, poniéndose en valor no solo su naturaleza específica sino la importancia de pensar en planificar el crecimiento posterior de la ciudad. Consideramos que el último intento racional, armónico y funcional para el desarrollo de la ciudad de Lima Metropolitana se dio durante el período de gobierno del presidente Augusto B. Leguía, correspondiente a los años 1919‐1930. Por lo tanto, se analizarán los espacios urbanos, sus modelos e influencias, así como la relevancia de la ejecución de los monumentos, todos en armonía con el entorno. Espacios urbanos y monumentos fueron los protagonistas de esta época de expansión de la ciudad. Es una época de transformaciones en la que se crean y realizan muchas intervenciones en pro del ornato y ordenamiento de la ciudad, se construyen muchos de los monumentos y espacios públicos que se ven actualmente, que responden a un discurso político en ciernes, denominado “Patria Nueva”, que fuera impuesto durante este periodo. Con la “Patria Nueva” se intentó crear un nuevo concepto de Nación, con carácter integracionista y reivindicativo de la población indígena existente a través del rescate de símbolos del pasado glorioso (pre‐ hispánico). Esto lleva a plantear las siguientes preguntas, las cuales trataremos de responder a lo largo de esta investigación.
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¿Qué relaciones hay entre el proyecto político y económico y el concepto de proyecto urbano con su producción artístico‐ escultórica durante el denominado “Oncenio de Leguía”?, ¿Cuántos y cuáles son los monumentos y espacios públicos producidos durante el Oncenio, período del gobierno de Augusto B. Leguía que abarca los años 1919‐1930? y ¿Cómo se relacionan los monumentos, espacios públicos y el desarrollo urbano de Lima entre 1919‐1930?
La última parte [IV] se fundamenta en el estudio derivado de las fichas de registro de los veintitrés monumentos creados durante el Oncenio de Leguía. En esta parte final de la tesis se hace una evaluación de conjunto de toda la producción del Oncenio, para identificar los lineamientos de la escultura pública en el Perú y el desarrollo de los nuevos espacios urbanos. Interesa, sobre todo, comprender finalmente qué promueve o determina la relación del monumento con el espacio urbano que lo emplaza y cuáles fueron los patrones que guiaron la configuración del nuevo espacio urbano de la ciudad de Lima entre 1919 y 1930. Asimismo, se busca establecer relaciones entre el proyecto de la “Patria Nueva” y el concepto de proyecto urbano con su producción artístico‐ escultórica y constatar su materialización en los monumentos públicos. La desaparición de los monumentos y la acelerada transformación del entorno urbano actual, hacen sustantiva la investigación que emprendemos, ya que crear una ficha donde queden registrados todos los elementos constitutivos de los monumentos, de las esculturas y de sus espacios públicos es una manera de no perder esta parte de la historia del desarrollo urbano de nuestro país, que fue tan significativa. De estos primeros trazos de su irradiación, surge la transformación urbana y el caos en su crecimiento que se ve hoy en día. De esta forma se considera que la investigación ha contribuido a desvelar los contenidos ideológicos de la época de estudio y constatar la función de los elementos artísticos en el espacio público. No se trata solo de una cuestión histórica relativa al periodo de estudio. Es pertinente señalar que, después de todo, el conjunto monumental del Oncenio de Leguía es un patrimonio coherente, de gran calidad artística, que concentró los esfuerzos coordinados de diversos actores: artistas, benefactores, gestores. Una experiencia similar no se ha dado nunca más en la historia republicana del Perú. Por esa razón, se destaca finalmente la necesidad de mirar, preservar y conservar este patrimonio monumental, ahora absorbido y desfigurado en la metrópolis de Lima. La tesis se organiza en cuatro apartados. En el primero, “EVOLUCIÓN URBANA DE LIMA. ANTECEDENTES HISTÓRICOS” se analiza la evolución urbana de Lima hasta 1919. El segundo apartado,
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“PATRIA NUEVA” ARTICULACIONES IDEOLÓGICAS, está dedicado a analizar los presupuestos ideológicos que caracterizan el Oncenio de Leguía. El siguiente apartado “EXPANSIÓN URBANA (1919‐1930)” establece los lineamentos del desarrollo de los espacios públicos de la ciudad durante este periodo que serán clave para el desarrollo de un programa muy particular de arte público. El cuarto apartado “LA ESCULTURA PÚBLICA EN LA “PATRIA NUEVA” está, precisamente, dedicado al análisis de este programa.
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OBJETIVOS Y METODOLOGÍA Esta tesis de doctorado se centra en el periodo denominado “Oncenio de Leguía” (1919 ‐1930) que cubre los once años en que Augusto B. Leguía fuera presidente del Perú. Este periodo se caracteriza por un cambio importante en las estructuras económicas y sociales del país, cambio que se realiza desde los presupuestos ideológicos del movimiento denominado “Patria Nueva”. Dadas las características legales y administrativas del Perú en este periodo, el Oncenio de Leguía supone un enorme impacto en el desarrollo de la ciudad de Lima. Distintos planes de ensanche permiten que la ciudad salte los antiguos límites de la muralla colonial y se expanda por el territorio conformando una gran capital. Durante este período, se definen las directrices que regirán este crecimiento que se caracterizan por la concreción de un espacio público coherente, armónico y funcional en el que el papel del arte público juega una función determinante de la que resultará la imagen final de la nueva capital, que en 1921 y 1924 es la sede de las celebraciones de dos eventos de gran importancia, el primer centenario de la independencia del Perú, y el primer centenario de la batalla de Ayacucho. El legado monumental que podemos ver de esa época es la materialización de pautas racionales utilizadas por los artífices de entonces. En el marco de la interrogación general sobre el futuro urbano de Lima, se perfiló la investigación doctoral como un estudio sobre esa especial articulación entre el arte público y el espacio urbano. Está, por un lado, la necesidad de preservar un patrimonio monumental estética y urbanísticamente valioso, y, por otro lado, la necesidad de generar debates y aprender a mirar el entorno, aguzando nuestra sensibilidad y percepción, en una dialéctica entre el pasado y el futuro.
Objetivos El objetivo central de la tesis es investigar las características del “programa” de arte público, seguramente el programa más importante, desarrollado para cualquier ciudad peruana hasta la actualidad. La particularidad de nuestro enfoque de trabajo es que no se basa, como es habitual, en el análisis estilístico de las obras de arte, sino en el papel que estas pueden tener en el marco de una política urbana, de una política de “hacer ciudad”.
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Es por ello que la tesis dedica un espacio considerable a investigar el desarrollo urbano de la ciudad, a establecer las características de los espacios públicos que van a acoger las obras de arte y, finalmente, a investigar, desde un punto de vista de morfología urbana, cómo se comportan las obras en los contextos en que han sido ubicadas. Un objetivo parcial de la investigación consiste en contrastar si uno de los principios articuladores de la ideología de la “Patria Nueva”, el valor otorgado al arte indígena, se cumple y de qué forma en el desarrollo del arte público del periodo.
Metodología Entendemos que este es un trabajo sustentado en una aproximación interdisciplinaria y por ello el esquema metodológico de nuestra investigación debe responder a dicha interdisciplinariedad. Metodológicamente se diseñó un instrumento de recojo de información sobre el universo de obras a analizar y estudiar. Este instrumento consiste en fichas de registro y catalogación que siguen los principios utilizados en el proyecto del Sistema de Información del Arte Público de Barcelona4. El trabajo de catalogación se desarrolló entre los años 2008‐2009. Se ha sistematizado la información en una ficha que consigna 17 entradas informativas, buscando consolidar los conocimientos para proceder al análisis, partiendo fundamentalmente de las fichas de registro de los veintitrés monumentos creados durante el Oncenio de Leguía. La elaboración de las mismas ha demandado un gran esfuerzo por sistematizar e identificar los puntos que configuran el conjunto de factores determinantes en su conformación. La numeración de las fichas sigue un orden cronológico según la fecha de inauguración. Se trata de un registro inédito y pormenorizado de los monumentos públicos y de los escultores, autores de dichos monumentos. Se ha logrado dar una visión de conjunto y poner en evidencia cuáles fueron los patrones estéticos y formales que guiaron la pauta formal de la escultura pública instalada en la ciudad de Lima entre 1919‐1930. La creación de esta ficha de registro ha abierto coordenadas de investigación para una mayor comprensión del contexto histórico y de los factores que impulsaron el programa de arte público más importante que se ha emplazado en la ciudad de Lima hasta hoy. 4
LECEA, I de; REMESAR, A; GRANDAS, C (Dir.). www.bcn.cat/artpublic. El conjunto de las fichas puede consultarse en el anexo digital de la tesis.
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A continuación se presenta una ficha tipo, estructurada en 17 puntos, utilizada en el proceso de trabajo. FICHA TIPO Nº 00 FICHA DE REGISTRO DE MONUMENTOS PÚBLICOS 1) NOMBRE DE LA OBRA: Foto Denominación actual: Denominación original: 2) DATACIÓN: FECHAS Inicio del proyecto: Inauguración: 3) EMPLAZAMIENTO: Nº00 MONUMENTO
año
Ubicación en el espacio urbano Actual: Antiguo: UBICACIÓN: Nº 00 PLANO GEOGRÁFICO
Nombre, ubicación DISTRITO: PROVINCIA:
4) DATOS DEL AUTOR: Autor/Autores Escultor: Arquitectos: Ingenieros:
5) DESCRIPCIÓN DE LA OBRA DIFERENCIANDO LAS DIVERSAS PARTES QUE LA COMPONEN:
6) INSCRIPCIONES: 7) DATOS GENERALES DE SU EJECUCIÓN Dimensiones: ALTO, ANCHO, FONDO: Materiales: Fundición:
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8) ELEMENTOS QUE COMPONEN AL CONJUNTO a-CARACTERIZACIÓN TEMÁTICA ( ) Civil o popular ( ) Cultural ( ) Histórico ( ) Militar ( ) Fúnebre TIPO DE MONUMENTO ( ) ESCULTURA ( ) ESCULTURA MONUMENTAL ( ) RELIEVE ( ) PLACA
TIPOLOGÍA ( ) ESTATUA ( ) Estatua Ecuestre ( ) Estatua Sedente ( ) Estatua Yacente ( ) Estatua Pedestre ( ) Estatua Orante ( ) Busto ( ) Torso ( ) Otro: ( ) FUENTE ( ) OBELISCO ( ) GRUPO ESCULTÓRICO ( ) ELEMENTO ARQUITECTÓNICO
FORMATO ( ) Bulto redondo ( ) Alto relieve ( ) Medio relieve ( ) Bajo relieve ( ) Hueco relieve ( ) Otro:
PROPIEDAD ( ) Privado ( ) Público b- COMPONENTES PRESENTES EMPLAZAMIENTO ( ) Explanada ( ) Espacio urbano ( ) Plaza ( ) Parque ( ) Avenida ( ) Otro: ( ) Basamento ( ) Pedestal
( ( ( ( (
( ) Fuente ( ) Estructura ( ) Otro ) Placas-1 (cantidad) ) Inscripciones independientes: _ (cantidad) ) Emblemas: __ (cantidad) ) Relieves: _ (cantidad) ) Figura principal ( ) Unitaria ( ) Grupo
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( ) Figuras Secundarias (indicar cantidad) ( ) Unitarias ( ) Grupos ( ) Ornamentación ( ) Objetos ( ) Estatuas ( ) Frisos ( ) Otros: ( ) Instalaciones ( ) Eléctricas ( ) Hidráulicas ( ) Sanitarias ( ) Mecánicas ( ) Otro ( ) Mobiliario Urbano ( ) Bancas ( ) Otros ( ) Protectores ( ) Cadenas ( ) Rejas ( ) Otros:
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c) DESCRIPCIÓN BREVE
9) DATOS TÉCNICOS
a-BASAMENTO: Autor: Medidas: Material y Acabados: Descripción:
b- PEDESTAL: Autor: Medidas: Material y Acabados: Descripción:
c-FIGURA PRINCIPAL: Denominación: Autor: Medidas: Material y Acabados: Descripción breve:
ORNAMENTACIÓN: ELEMENTOS CONTEXTUALES
10) ESTADO DE CONSERVACIÓN, INTEGRIDAD Y REMODELACIÓN: A-Remodelaciones: B-Restauraciones: 11) IMÁGENES ACTUALES 12) IMÁGENES DE LA ÉPOCA 13) OBSERVACIONES 14) BREVE HISTORIA DE LA OBRA 15) DATOS RELACIONADOS CON EL MONUMENTO
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16) DATOS DEL AUTOR/AUTORES: Breve Biografía. 17) FUENTES CONSULTADAS Bibliográficas, hemerográficas, documentales. Registros de campo.
Como puede observarse, en la ficha existen algunos apartados que precisaron de abordajes no descriptivos. Efectivamente, dados los objetivos de la investigación, fue preciso desarrollar, partiendo de las cartografías existentes, un conjunto de nuevas plantas de partes de la ciudad para convertirlas en el soporte de análisis de la relación entre las obras de arte y sus emplazamientos5. Al mismo tiempo, la elaboración razonada de las Fichas de Registro y del Catálogo supuso la necesaria consulta, tanto de fuentes primarias como de fuentes secundarias. Las fuentes primarias estudiadas fueron consultadas en los Archivos siguientes: Archivo del Museo Histórico Militar de Lima. Obras Públicas. AHMML. Archivo del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, antes Ministerio de Fomento y Obras Públicas. AMTC. Archivo de la Municipalidad Metropolitana de Lima. Archivo de la Biblioteca Nacional. Las fuentes secundarias se dividen en dos grupos. Por una parte, las referencias bibliográficas necesarias y pertinentes para la escritura de este trabajo y que se pueden consultar en la bibliografía. Por otra parte, referencias documentales (fotográficas y textuales) obtenidas de revistas y diarios de la época, tales como: Revistas consultadas: Actualidades Revista Ilustrada 5
El conjunto de plantas originales, vaciado de revistas y diarios pueden consultarse en el anexo digital de la tesis.
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MONUMENTOS PÚBLICOS EN ESPACIOS URBANOS DE LIMA 1919-1930
Variedades Mundial Ciudad y Campo Perricholi Diarios Consultados: La Prensa La Crónica En los siguientes archivos hemerográficos: Archivo Hemerográfico Diario El Comercio. Archivo Hemerográfico de la Biblioteca Nacional. Archivo Hemerográfico de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Archivo Hemerográfico de la Biblioteca Central de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Archivo Hemerográfico de la Biblioteca Nacional de Lima. Archivo Hemerográfico del Banco Central de Reserva del Perú.
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PARTE I EVOLUCIÓN URBANA DE LIMA ANTECEDENTES HISTÓRICOS
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EL CRECIMIENTO URBANO DE LIMA (1535-1866) EL DAMERO Y LA MURALLA El primer trazado urbano sobre el territorio del Perú luego de la conquista española se diseñó en lo que hoy se denomina el centro histórico de Lima, sobre asentamientos prehispánicos. El emplazamiento escogido fue el valle del Rímac, de clima árido y de alta humedad relativa. La capital del Perú fue fundada por Francisco Pizarro el año de 1535 y el conquistador asignó para la población una superficie de 214 hectáreas que conformaban en total 117 manzanas.
6
Figura 1. Plano realizado por Juan Gunther. Lima, cuadrícula hecha por Francisco Pizarro en 1535, donde se esquematiza el trazado con las 117 manzanas, y la Plaza Mayor cuya área ocupa exactamente uno de los cuadrados del damero, ubicada en el centro y a una cuadra del río Rímac. Debajo subyace la Lima prehispánica con sus construcciones y caminos. Este primer trazo de la ciudad de Lima se le conoce también como El damero de Pizarro.
6
GUNTHER Juan y LOHMANN, Guillermo. Lima, pp. 37‐43.
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Según Raúl Porras Barrenechea7, el área de la ciudad fue seccionada, como un tablero de ajedrez, en 117 islas o cuadras. Cada manzana de 15.687 m fue dividida en cuatro solares. Las calles anchas y derechas se diseñaron orientadas del Sudeste al Noroeste, lo cual permitiría que, a todas las horas del día, hubiese una acera en la sombra. Se pensó, así mismo, en que los vientos alisios, que soplaban constantemente del lado Sur, incidiesen de un modo oblicuo, para procurar una mejor circulación de aire. Esta inteligente disposición permitiría también ver el campo desde la Plaza Mayor, y a lo lejos el mar. El trazado general de la plaza y de las calles así como la distribución de las mismas, fueron de ordenanza directa de Carlos V y, en el año 1523, de Felipe II lo que consta en una pieza de legislación en la cual se hace referencia al trazado general a cordel y regla.8 Es decir, sigue lo que se llama el “modelo clásico de la ciudad hispanoamericana”, cuyas características son: Trazado geométrico, a cordel. Las calles rectas se cortan formando manzanas trapezoidales (retícula), rectangulares (retícula ortogonal) o cuadradas (cuadrícula). Este último caso, quizá el más numeroso, conocido y representativo, es el que ha dado lugar al término ʺcuadrícula españolaʺ. Una de las manzanas centrales queda libre de edificación y convertida en plaza mayor. La plaza mayor es un elemento estructural básico y generador de la ciudad que se organiza en torno a aquélla. Es el centro de la ciudad: geométrico, vital y simbólico, completamente incardinado en la misma. Con las calles forma el espacio público, el centro en el que confluye la vida de esta, lugar de encuentro para todas las funciones sociales, oficiales o de diversión y esparcimiento. El modelo de ciudad incluye una forma típica de parcelación. Consiste en dividir las manzanas en cuatro partes cuadradas iguales. Las parcelas que rodean la plaza son ocupadas por los edificios de la administración civil y religiosa. Y las más próximas a ella son las destinadas a los conquistadores y a los principales funcionarios de la ciudad, tal como establece la instrucción de Fernando el Católico a Pedrarias Dávila de 12 de agosto de 1513.
7
PORRAS BARRENECHEA, Raúl. ”Lima Primitiva” en LAOS, Cipriano A., LIMA “La ciudad de los Virreyes”, 1928‐1929, Editorial Perú, 1929?, p. 13. 8
CAMILLONI R., Humberto, (2009). Forma y Símbolo del Trazado Urbano. Boletín de Lima. VII, Nº 139‐142, Año 27, Editorial El Pino, p. 213.
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MONUMENTOS PÚBLICOS EN ESPACIOS URBANOS DE LIMA 1919-1930
La prolongación de la cuadrícula sirve de soporte a la extensión de la ciudad en todas las direcciones, prescindiendo de las características del terreno.9 […] “En 1535, con la fundación de Lima, se consolida el modelo más generalizado, el de la cuadrícula, en el que destaca el gran desarrollo de las parcelas destinadas a solares urbanos y asignados a cada poblador, lo que da lugar a ciudades de bajísima densidad y abiertas hacia un territorio sin límites.”10 “La fundación de la Ciudad de los Reyes o Lima por Francisco Pizarro el 18 de enero de 1535 fue una piedra fundamental en la historia de la arquitectura y el urbanismo del Virreinato del Perú. Su trazado en forma de damero perfecto, como es sabido, se convirtió en “el modelo clásico de la ciudad colonial hispanoamericana” y perdura aún en nuestros días en el centro urbano antiguo como el legado formal más visible del siglo XVI. Como símbolo de lo urbano en la América española, esta forma reflejó el sentido de orden y deseo de permanencia que se impuso a través del proceso histórico de la conquista y colonización para unificar a todo un continente bajo un mismo gobierno, un mismo idioma y, sobre todo, una misma religión”.11 Esta primera planta que se trazó de la ciudad Lima, fue ampliándose y fragmentándose aceleradamente, ya en el siglo XVII Lima había aumentado considerablemente su área urbana sobrepasando los límites del damero original hecho trazar por Pizarro e incluyendo muchas otras cuadras, variando incluso su diseño y tamaño. Se extendió hacia el margen sur del río Rímac, la ciudad del Cercado o barrio de indios y hacia el margen norte del río Rímac con el Barrio de San Lázaro llamado actualmente el Rímac. Queda registrado este crecimiento en el plano del año 1688 que Alberto Alexander12 señala de su levantamiento al padre jesuita Juan Ramón Coninck o Koening (según la fuente)13, donde se pueden ver 9
Fecha de consulta: 03.05.2010. 10
. fecha de consulta: 03.052010. 11
id.
12
ALEXANDER R., Alberto, (1927). Los Problemas Urbanos de Lima y su futuro. Talleres de La Prensa, Lima.
13
En el libro de Alexander es Koening, en el de Bromley‐Barbagelata es Koenink y en el de los mapas de Gunther es Conink. ALEXANDER R., Alberto, (1927). Los Problemas Urbanos de Lima y su futuro. Talleres de La Prensa, Lima.
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las murallas y 158 manzanas, lo que muestra un aumento de 41 manzanas más. La muralla en Lima se construyó durante el siglo XVII y fue según Pablo Macera14 “la única gran obra urbanista” de ese siglo. Esta encerraba un perímetro poligonal en forma de rombo, con el río Rímac en la parte norte, y los otros lados; uno orientado hacia el Sur Oeste, Oeste y el otro hacia el Sur Sur, Este. Entre la muralla y la cuadrícula quedaron espacios sin urbanizar, eran los huertos los que separaban la muralla de la trama urbana. La Muralla según descripción de Barbagelata15 era de adobe, tenía 11,800 m. lineales y de cinco a seis m. de alto y cinco de ancho desde su base. La superficie cercada resultaba siendo de 5´059.600 metros cuadrados, con 34 baluartes y cinco puertas de ingreso en el momento de su construcción. Estas fueron las llamadas: Nuestra Sra. de Guías, Maravillas, Callao, Barbones y Martinete, a las cuales se le fueron añadiendo otras más, como por ejemplo las de Cocharcas, Juan Simón y Guadalupe.
Figura 2.Plano elaborado por el señor Juan Ramón Koening, en 1688, para el proyecto de murallas de Lima, donde se ha sobrepuesto el primer trazado del damero original. Aquí se esquematiza el crecimiento urbano y la muralla de fortificación construida entre 16 1685 y 1687.
14
“Lima. Historia y urbanismo en cifras 1821‐1970” (prólogo) en Trincheras y fronteras del arte popular peruano. Ensayos de Pablo Macera, Fondo Editorial del Congreso del Perú, agosto del 2009. 15
BROMLEY Juan y BARBAGELATA, José, Evolución Urbana de Lima; Editorial Lúmen S. A., Lima, 1945. p. 54. 16
Lima, Ciudad de los Reyes, en 1688, para el libro que, en homenaje a la beatificación de Toribio Alfonso de Mogrovejo, titulado ”La Estrella de Lima Convertida en Sol”, escribió el Licenciado Francisco de Echave y Assu (Archivo JGD).
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Figura 3.Dos planos de la ciudad de Lima, superpuestos. Uno pertenece a Antonio María Dupard, ingeniero y arquitecto del Estado, levantado en 1859, y el otro de P. V. Jouanny, levantando en 1880. Se esquematiza en verde las murallas, en rojo las puertas, en azul el río Rímac y en violeta el Barrio de San Lázaro. (Archivo 17 JGD) .
A diferencia del plano del “Damero de Pizarro”, la forma de la muralla perimetral dejó en evidencia el distanciamiento del ideal geométrico (racional) proyectado desde el inicio sobre el territorio. La ampliación de la ciudad puso de manifiesto la segregación urbana, en especial respecto de indios y negros. La Lima española fue de barro, adobe y, en algunos casos, piedra. A consecuencia del terremoto de 1582 las tipologías residenciales se ampliaron y coexistieron entremezclando estilos de casas señoriales, con balcones de cajón, populosos callejones y quintas, aportando en su perfil arquitectónico gran variedad de estilos. Sin embargo, cabe señalar que el factor que alteró la vida urbana durante los siglos coloniales fue la presencia de terremotos. Lima está situada sobre una de las zonas más sísmicas del planeta. Por lo tanto, varios terremotos la destruyeron durante los siglos coloniales. En los dos primeros siglos, desde la fundación de la ciudad ocurrieron varios que obligaron a reconsiderar muchos aspectos en las construcciones; por los que puede deducirse la altura de las mismas y la estructura de las edificaciones. Sobresalen al respecto al terremoto de 1582, mencionado anteriormente, al que siguieron los de 1606, 1655, 1687 y 1699, a partir 17
GUNTHER, J. (1983). Planos de Lima 1613‐1983, Lima, Copé. Planos Nº 10 y Nº 12.
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del cual se obligó al uso de la quincha18 en los pisos superiores y el de 1746, que fue el más fuerte y destructivo, un mega sismo, acompañado por un maremoto que se llevó íntegramente al puerto de El Callao. En aquella ocasión pereció el 10% de la población y solo quedaron en pie unas cuantas casas y apenas una iglesia recientemente construida. El daño fue tan grande que el estado virreinal ordenó una reconstrucción asistida por el gobierno. El virrey era Manso de Velasco que recibió el título de Superunda, por superar la onda destructiva del sismo. A partir de entonces, ya todas las viviendas y las iglesias se construyeron con materiales prehispánicos, como adobe y quincha, dejándose de emplear la piedra que había sido el material preferido de los españoles, por la costumbre que traían de su propia tierra. Las alturas máximas de las viviendas fueron reguladas y surgió una ciudad nueva, mucho más ligera que la primera colonial. Para dar una idea de su potencia citamos a Barbagelata cuando menciona la versión del padre Lozano en la que indica que “de las 3,000 casas existentes en Lima quedaron en pie solo 25 y que fueron por miles las personas que murieron”19.También ese año se cayó “la estatua ecuestre de Felipe V, único monumento escultórico colonial” que se había colocado en 173820.
18 Quincha. f. [...] 2. Pared hecha de cañas, varillas, u otra materia semejante, que suele recubrirse de barro y se emplea en cercas, chozas, corrales, etc. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Diccionario de la Lengua Española, Madrid, 1992, p. 1913. 19
BROMLEY Juan y BARBAGELATA, José, Evolución Urbana de Lima; Editorial Lúmen S. A., Lima, 1945, p. 71. 20
PORRAS BARRENECHEA Raúl, Pequeña antología de Lima. El nombre del Perú, Empresa Editora El Comercio S. A., 1995, p. 289. La estatua era atribuida al escultor limeño Baltazar Gavilán. Véase, CAPPA, Ricardo. Estudios críticos acerca de la dominación española en América. Parte cuarta. Bellas artes, pintura, escultura, música y grabados, Madrid, 1895.
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Figura 3a. En el actual Parque de la Muralla se pueden contemplar, bien conservados, algunos tramos de la muralla inicial de la ciudad
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La traza del tejido urbano abarcaba 314 hectáreas y unas tres mil casas. En el censo de 1755 se registraron 54.000 habitantes cifra menor que la anterior al terremoto y como aporte para la ciudad tan solo sobresalieron la Plaza de Toros, la remodelación de la Alameda de Acho, la construcción del Paseo de Aguas y el mejoramiento del alumbrado público, todas obras ejecutadas en el período del Virrey Manuel de Amat y Junient, quien gobernara entre 1761 y 1776. Durante el siglo XVIII la ciudad continuó extendiéndose y la cuadrícula inicial se fue modificando. Forzosamente se alteraron los límites del trazado ya que se incorporaron en la medida de su ensanchamiento, elementos preexistentes como huacas21, caminos, acequias; los cuales tuvieron que ser incorporados dentro del tejido de la ciudad. “Esta nueva configuración develó el hecho de que se suplantaba el modelo de la ciudad renacentista, (cuadrícula), sobre una espacialidad indígena ya marcada anteriormente en el territorio. A esta transformación siguió un proceso de reacomodo a la estructura urbana anterior dando como resultado una reconstrucción del tejido orgánico y la afirmación de formas de asentamiento, con una enorme tradición en el pasado pre colonial, consecuentes con la mirada y proximidad al mar.”22 Este crecimiento y la necesidad de crear espacios de mayor circulación y salubridad motivaron como en otras ciudades circunscritas dentro de murallas, la posibilidad de una apertura. A inicios del siglo XIX, según Joaquín de la Riva23, la capital se expande relativamente poco, en relación a los crecimientos anteriores, pues solamente crecieron 2 manzanas más desde 1797, llegando la capital a las 211 manzanas. En el año 1821, con la Independencia del Perú se instaura la República y, en lo relativo al desarrollo urbano, se considera que la primera Lima republicana fue pobre en este aspecto a pesar de los últimos esfuerzos de la colonia para mejorar la ciudad. Sin embargo, gracias a la prosperidad de las industrias del guano y del salitre esta situación cambió radicalmente: en el período 1845‐1862 (gobiernos de 21
Huaca. (Del quechua waca, dios de la casa.) f. Sepulcro de los antiguos indios, principalmente de Bolivia y Perú, en él se encuentran a menudo objetos de valor. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Diccionario de la Lengua Española, Madrid, 1992, p. 750.
22
. Fecha de consulta: 04.05.2010.
23
ALEXANDER R., ALBERTO, (1927). Los Problemas Urbanos de Lima y su futuro. Talleres de La Prensa, Lima.
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Castilla y Echenique) se pavimentaron las calles con adoquines, se implantó la iluminación a gas, se remplazaron las tuberías para agua y desagüe, se construyeron los ferrocarriles Lima‐Callao, Lima–Chorrillos.
Figura 4. Plano de Miguel Antonio de Learreta en 1797, donde se ha sobrepuesto el primer trazado del damero original. Se resalta que Lima tenía 209 manzanas, lo que significa un crecimiento en 51 manzanas más con respecto al plano anterior. (Archivo JGD).
Es así que el 15 de noviembre de 1845, Ramón Castilla expide un decreto que dispone la construcción de un camino de hierro entre Lima y el Callao y que “La vía debería ser para tracción a vapor y doble”.24 Según Rubén Vargas, el ferrocarril entró en funciones el 8 de noviembre de 185025, lo que lo convierte en el primer ferrocarril de Sudamérica. Por otra parte, la inauguración oficial se llevaría a cabo el 17 de mayo de 1851. La primera locomotora partía de la Plaza de la Micheo (actual Plaza San Martín) y llegaba detrás del Real Felipe, que entonces servía 24
op. cit., p. 42.
25
VARGAS, Rubén. Historia General del Perú, Tomo IX, Ed. Milla Batres, Lima, citado en el blog Historia, política y educación: Guillermo Cortes Lutz el 30 de julio del 2006. Fecha de consulta: 05.05.2010. .
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de aduana. Con el tiempo se construyeron también el ferrocarril Lima‐ Chorrillos que salió de Lima por primera vez el 7 de noviembre de 185826, el de Lima‐Magdalena y el de Lima‐Ancón.
Figura 5. Plano de la ciudad de Lima en 1821 reconstruido por el ingeniero José Barbagelata para la obra La Municipalidad de Lima. La reconstrucción se hizo en base al plano de Dupard, teniendo en cuenta los 27 planos y documentos que el autor señala en la esquina superior izquierda. En verde la Plaza Mayor.
26
op. cit., p. 47.
27
La reconstrucción del plano de Lima se ha ejecutado teniendo en cuenta a) el plano mandado hacer en 1787 por el gobernador intendente de la capital y visitador general del virreinato Don Jorge Escobedo y Alarcón, b) el plano de Learreta de 1797, c) la ordenanza de Escobedo el 17 de abril de 1785 sobre división de cuarteles y barrios, y d) los padrones generales de los contribuyentes de Lima formados en mayo de 1821 por los corregidores comisionados de los cuarteles de la ciudad.
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Figura 6. Plano general de los ferrocarriles a carbón de Lima, Callao y Chorrillos, Ancón y Vitarte. Líneas 28 desde su aparición (1851‐1875).
La población aumentó considerablemente y el índice de habitantes por vivienda pasó de 5,2 (1839) a 7,19 (1857). En 1857, la ciudad alcanzó 94.195 habitantes, un número notable tanto en el ámbito latinoamericano como también a nivel europeo. No obstante, llegada la República, sus primeros gobernantes constitucionales, los generales Ramón Castilla (1846‐1851)‐(1856‐1862) y José Rufino Echenique (1852‐1856), optaron por renovar la ciudad existente entrelazándola mejor con su entorno, aunque esto significase la destrucción de los espacios históricos; considerando que los cambios debían efectuarse desde el interior de las murallas. Fue a partir de esta época (con el auge exportador del salitre), que se empezó a pensar en Lima como la posibilidad de una gran urbe. Manuel Atanasio Fuentes
28
MC EVOY, Carmen. Homo Politicus. Manuel Pardo, la política peruana y sus dilemas 1871‐ 1878, Instituto Riva‐Agüero, Instituto de Estudios Peruanos, Oficina Nacional de Procesos Electorales, Lima, 2007, p. 41.
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en su ʺEstadística General de Limaʺ, publicada el año 1857, le asigna una superficie de ciudad de 1.107 hectáreas.
Figura 7. Plano de la ciudad de Lima rectificado por Manuel A. Fuentes y publicado en la primera edición de la “Estadística General de Lima” en 1858. (Archivo JGD). En rojo se esquematizan los recorridos de los ferrocarriles al Callao y a Chorrillos.
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Figura 8. Detalle del plano de M. A. Fuentes donde se indica que, en 1858, la ciudad de Lima estuvo distribuida en cinco cuarteles, los cuales estaban divididos en barrios. En el plano se señala en verde la Plaza Mayor, eje desde donde gravita la distribución de los cuarteles. El cuartel I con 11 barrios, el cuartel II con 13 barrios, el cuartel III con 5 barrios, el cuartel IV con 9 barrios y el cuartel V con 8 barrios.
PRIMER PARÉNTESIS EN LA EVOLUCIÓN URBANA LA GUERRA Y LA VICTORIA: ARTE Y ESPACIO PÚBLICO Después del apogeo y la bonanza que se vivía en Lima, con la prosperidad económica generada por el negocio del guano y sus buenas relaciones con gobiernos y capitales europeas como París, el Perú entró en una crisis a consecuencia de dos experiencias bélicas: la guerra con España y, trece años más tarde, la guerra con Chile. A continuación se considerará la guerra con España, solamente como plataforma de los hechos que hicieron posible la realización del Monumento al Combate del 2 de Mayo, columna rostral conmemorativa que es el referente indispensable para el esclarecimiento de la concepción de la escultura pública de este período. El único monumento público conmemorativo que existía en Lima y, dentro del perímetro de las murallas, era el monumento a Simón Bolívar, realizado por el escultor italiano Adamo Tadolini. Inaugurado el año 1859, dentro del período de gobierno de Don Ramón Castilla,
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siendo el director de la obra el Dr. M. Felipe Paz Soldán, este monumento está emplazado en la antigua Plaza de La Inquisición o Plaza Bolívar, actual Plaza del Congreso, en la Av. Abancay en el Cercado de Lima. Constituyó como refiere Natalia Majluf: “Como todas las esculturas que se erigieron en Lima a partir de 1850, la estatua de Bolívar formó parte de un proyecto mayor. La colocación de la estatua se acompañó del enrejado de la plaza, de la instalación de bancas, del arreglo de jardines, y del enlosado de las pistas adyacentes. Entre 1850 y el inicio de la guerra del Pacífico, con el apoyo de este nuevo discurso, se llevaron a cabo en Lima un gran número de obras de este tipo: la refacción de la Alameda de Acho y de los Descalzos, la renovación de la Plaza de Bolívar (o de la Constitución), de la Plaza de Armas, de la Plaza y malecón de Chorrillos y de la Plazuela de Santa Ana. Estos espacios renovados se convierten en los lugares principales para la instalación de escultura en Lima.29
30
Figura 9. Monumento a Simón Bolívar.
29
MAJLUF, Natalia, Escultura y Espacio Público, Lima 1850‐1879, p. 11.
30
Foto sacada de el libro de CASTRILLÓN‐VIZCARRA, Alfonso “Escultura monumental y funeraria en Lima” en Escultura en el Perú, Banco de Crédito del Perú, Lima, 1991, p. 338.
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LA GUERRA CON ESPAÑA El 28 de Julio de 1821, se declara la Independencia del Perú, libertado por Don José de San Martín, dando inicio a la nueva República. Recién en 1853 se habían retirado los españoles de su antigua colonia, reconociendo la independencia del país. Sin embargo, en 1866, luego de transcurridos trece años, durante el gobierno de Juan Antonio Pezet (1863‐1866) acontece el conflicto con España. El 10 de agosto de 1862 había zarpado de Cádiz la llamada Escuadra Española de Expedición Científica que ocupó –el mes de abril de 1864– las islas de Chincha, emporio del guano peruano. España justificaba su intromisión en el territorio peruano por parte de su escuadra, cuyo supuesto propósito era realizar estudios en los mares del Océano Pacífico, por el pago de la deuda contraída por la Emancipación, así como el reconocimiento oficial de la Independencia por parte de España se habían aplazado. Con estos argumentos se quiso intervenir nuevamente en el Perú. El mes de enero31 del mismo año, se había convocado en Lima al Segundo Congreso Americano (octubre de 1864) “para fijar las bases de la futura tranquilidad y seguridad de los pueblos de Sudamérica”, el cual contó con la participación de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Guatemala, Perú y Venezuela, y en el que se llegó a la conclusión de que el asunto de las islas de Chincha era un problema continental y que se tendría que luchar para defenderlas. A pesar de esto, el Presidente Pezet intentó evitar la guerra y nombró al general Mariano Ignacio de Vivanco para dialogar con el almirante José Manuel Pareja, jefe de la escuadra española, lo que tuvo como resultado el Tratado Vivanco‐Pareja, firmado por Pezet sin la aprobación del Congreso, en enero de 1865. Según este, el Perú se comprometía, entre otros puntos, a pagar a los españoles los gastos de la guerra de la independencia así como a compensar los que había hecho la escuadra española. Dicho tratado indignó al pueblo peruano y el prefecto, coronel Mariano Ignacio Prado, se sublevó en Arequipa, desconociendo dicho acuerdo. Luego de varios encuentros, llegó a Lima y logró formar un gabinete presidido por el líder liberal don José Gálvez. El coronel Ignacio Prado se proclamó jefe supremo provisorio, y en el año 1867 fue elegido constitucionalmente.
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ORREGO PENAGOS, Juan Luis. Las otras “cumbres” en Lima, Blog de Juan Luis Orrego Penagos. Fecha de consulta: 08.08.2010. .
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“La declaratoria de guerra (14 de enero de 1866) significó la cohesión momentánea de las fuerzas políticas al interior del país y, por otro lado, el esfuerzo de la unificación sudamericana ante un enemigo común. El combate de Abtao (7 de febrero), el bombardeo de Valparaíso por la escuadra española (31 de mayo) y el combate del 2 de mayo en el Callao, fueron los episodios más significativos de este conflicto.”32 El héroe del combate fue José Gálvez, Secretario de Guerra, que sobresalió por su comportamiento heroico, siendo apoyado en conjunto, por la población, que salió a la defensa del Callao. Con esta gesta, en el Perú se sella definitivamente la independencia de América del Sur. El Combate del 2 de Mayo fue una victoria del pueblo americano y del pueblo peruano en particular. La escuadra española tuvo que retirarse definitivamente del Océano Pacífico33. Perú y España retomarían la vía diplomática en 1871 cuando ambos países, por mediación de Estados Unidos, se dieron una tregua. En 1879 se cerrarían los incidentes con la definitiva firma del tratado de paz en París entre los representantes de ambos países, Mariano Goyeneche por Perú y el Marqués de Molins, Roque de Togores por España.
MONUMENTO AL COMBATE DEL 2 DE MAYO BREVE HISTORIA DEL ORIGEN DEL MONUMENTO Con la intención de exaltar los valores por una unión latinoamericana y rendir homenaje a la victoria peruana, se promueve la realización del monumento al Combate del 2 de Mayo. El Estado dicta entonces un decreto para tal propósito, el 26 de junio de 1866 y se busca un comisionado que viaje a París y organice un concurso público en el que se seleccione un proyecto ganador, que sería designado para la realización del monumento al “2 de Mayo” en la capital del Perú.
32
CASTRILLÓN‐VIZCARRA, Alfonso “Escultura monumental y funeraria en Lima” en Escultura en el Perú, Banco de Crédito del Perú, pp. 338‐340. 33
. Fecha de consulta: 05.05.2010.
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MONUMENTOS PÚBLICOS EN ESPACIOS URBANOS DE LIMA 1919-1930
El representante encargado por el Perú fue el señor Numa Pompilio Llona,34 responsable de organizar las bases del concurso. Estas bases fueron difundidas en varios idiomas: francés, inglés, italiano, y español, ya que la intención era buscar y llegar a los mejores escultores y arquitectos de Europa. Se publicaron en París el 17 de octubre de 1867 con cláusulas muy precisas de cómo debía ser el monumento, las cuales se citan a continuación: “El tema del monumento, en su conjunto, será la victoria del 2 de mayo: el artista hará entrar en su composición cuatro estatuas, sentadas, o de pie, del doble del tamaño natural, que representen a las cuatro repúblicas aliadas de la América meridional: el Perú, Chile, Bolivia y el Ecuador; y también el busto o la estatua del coronel Gálvez, Ministro de Guerra, que dirigió la defensa del Callao, y que murió durante el combate. Se grabará en los lados del monumento los nombres de los ciudadanos muertos en esta memorable jornada. Dos bajorrelieves representarán los principales episodios del combate. Uno de ellos recordará el episodio de la explosión de la Torre de la Merced, donde murió el coronel Gálvez. Se fijó una suma de doscientos mil francos como máximo para la construcción del monumento, estando a cargo del Gobierno peruano los gastos de transporte hasta el lugar donde deba ser erigido”35. Los artistas que deseaban tener informaciones más amplias, podían dirigirse al Sr. Numa P. Llona, quien se había trasladado a París con esos fines. Incluso podían ir a su domicilio para esclarecer dudas. Algunos de los numerosos escultores que tomaron parte en el Concurso Público convocado en París, fueron entre otros: ‐Henri Lemaire (1798‐1880), escultor francés, autor del bajorrelieve “El Juicio Final” del frontispicio del Templo de la Magdalena en París. Obtuvo el Premio de Roma en 1821. ‐Antoine Etex (1808‐1888), escultor, pintor y arquitecto francés, autor del altorrelieve de La Paix y la Résistance de 1814 en el Arco de Triunfo de la Place de l’Étoile, París; la tumba de Théodore Géricault en el cementerio Père‐Lachaise, etc. Alcanzó el segundo lugar en el Premio de Roma del año 1829.
34
LLONA, María Teresa. Numa Pompilio Llona y el monumento 2 de mayo. Lima, 1966. Citada por: CASTRILLÓN‐VIZCARRA, Alfonso “Escultura monumental y funeraria en Lima” en Escultura en el Perú, Banco de Crédito del Perú, Lima, 1991, pp. 338‐340. 35
El 75 aniversario del glorioso Combate del 2 de Mayo de 1866, editado por la Benemérita Sociedad “Fundadores de la Independencia Vencedores el Dos de Mayo de 1866 y Defensores Calificados de la Patria” bajo los auspicios del Ministerio de Guerra del Perú, Lima 2 de mayo de 1941, Imp. y Lib. del M. de Guerra, pp. 353‐354.
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‐ Frédéric Auguste Bartholdi (1834‐1904), escultor francés, autor de “La Estatua de la Libertad”, colocada a manera de faro, a la entrada de Nueva York. ‐ Charles‐Alphonse‐Achille Gumery (1827‐1871), escultor francés, autor de los dos grupos en bronce dorado LʹHarmonie y La Poésie que coronan los pabellones del Palais Garnier, así como de las tres estatuas de “La Fe”, “La Esperanza” y “La Caridad”, en la Iglesia de La Trinidad. Premio de Roma en 1850. ‐ Amédée Doublemard (1826‐1900), escultor francés, autor del “Monumento de La Defensa de París”, situado en la Plaza Clichy, en colaboración con el arquitecto Mr. Edmond Guillaume. Premio de Roma en 1855 conjuntamente con Henri Chapu. ‐ Hyppolite Maindron (1801‐1884), escultor francés, autor de la estatua Velléda, Museo del Louvre. ‐ Craux, escultor, autor de la “Victoria”, colocada sobre un monolito en la Plaza d’Arts et Métiers. ‐ Albert‐Ernest Carrier‐Belleuse (1824‐1887), pintor y escultor francés, autor de la estatua de “La Virgen mostrando el Niño Redentor al Mundo”, obra premiada con medalla de oro en una de las exposiciones artísticas anuales. Más tarde, del “Monumento a Bernardo O’Higgins” (1872), en Santiago de Chile. Carrier‐Belleuse fue maestro de Auguste Rodin. ‐ Gabriel‐Vital Dubray (1813‐1892), escultor francés, autor de la estatua de “La Emperatriz Josefina”, que se elevaba en aquella época cerca del barrio de los Campos Elíseos; la estatua del Cardenal Fesch, la estatua ecuestre de Napoleón I, la estatua en bronce de Jeanne Hachette, el Neptuno en el Cerro Santa Lucía, Santiago de Chile, etc. ‐ Louis Valentine Elías Robert (1824‐1874), escultor francés, autor del “Genio de la Industria”, colocado en el Palacio del mismo nombre, en París; de las cariátides en bronce del pabellón del Emperador en el Teatro de La Nueva Ópera, y de la “Columna de D. Pedro IV de Portugal”, en Lisboa, (ganada en concurso junto con Jean Antoine Gabriel Davioud). Obtuvo el tercer premio en el concurso del Monumento al 2 de Mayo, en colaboración con el arquitecto Mr. Simonet y el escultor ornamental Mr. Darvant. ‐ Jean Antoine Gabriel Davioud (1823‐1881), arquitecto francés de la Municipalidad de París, autor de “La Fontaine de Saint‐ Michel” y posteriormente del Palacio del Trocadero en la Exposición de 1878, el que obtuvo el segundo premio en dicho Concurso, en colaboración con el escultor Mr. Eudes. Fue
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colaborador del barón Haussmann. Premio de Roma en la categoría Arquitectura. ‐ Edmond Guillaume (1825‐1894), francés, arquitecto de los Palacios del Louvre y de la Tullerías y Profesor de Teoría de la Arquitectura en la École des Beaux Arts. Autor del “Monumento de La Defensa de París” (1867) y del Hotel de Ville de Cambray. Ganador del Segundo Gran Premio de Roma en 1845 y en 1846 del Primer Gran Premio. ‐ Louis‐León Cugnot (1835‐1894), escultor francés, del “Monumento fúnebre a Monseñor Parisis”, del “Coribante”, del “Fauno ebrio”, de la “Hilandera Juliana”, etc. Obtuvo el Premio de Roma en 1859, conjuntamente con Alexandre Felguière. Como puede observarse en la relación incluida en El 75 aniversario del glorioso Combate del 2 de Mayo de 1866, la mayoría, si no la totalidad de participantes era de nacionalidad francesa y artistas con gran experiencia. “El jurado estuvo presidido por el pintor Gleyre13, dos arquitectos y dos escultores miembros del Instituto de Francia. Los proyectos se expusieron en febrero de 1868, en el Salón de Honor de Palacio de la Industria de París, y los ganadores fueron el arquitecto Edmond Guillaume y el escultor León Cugnot“.36
36 CASTRILLÓN‐VIZCARRA, Alfonso “Escultura monumental y funeraria en Lima” en Escultura en el Perú, Banco de Crédito del Perú, Lima, 1991, pp. 338‐340. Marc Gabriel Charles Gleyre (1806‐ 1874) fue un pintor académico suizo que enseñó a muchos jóvenes artistas, entre los que se pueden señalar a Claude Monet, Pierre Auguste Renoir, Alfred Sisley y James Abbot McNeill Whistler. Asimismo, el pintor peruano Francisco Laso.
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Figura 10. Monumento a la Victoria del Combate del 2 de Mayo. Lima, Perú. Editores Lothar Seer y Cia., Lima‐Perú. Colección Dargent.
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MONUMENTO AL 2 DE MAYO El monumento al Combate del 2 de Mayo es una alegoría a la Victoria, y está conformado por una gran columna “rostral” que alcanza los 23,88 m de altura por 5,40 m de diámetro. Está realizada en mármol y bronce, coronada por una figura alada.
Figura 11. La Victoria.
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La Victoria, con corona de laureles, lleva en las manos la palma y la espada, símbolos de la paz y la guerra. En el tercio inferior del fuste de la columna sobresalen cuatro proas de barco que aluden al carácter naval del combate. Es una columna de tipo rostral ya que lleva esta característicaornamental decorada con proas de barcos, que se erige para conmemorar una victoria naval. En la base de la columna lleva las alegorías de los cuatro países que participaron en el combate.
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Figura 12. Foto de la época que muestra las cuatro figuras que representan a los países y las proas de los barcos que la significan como columna rostral. Se puede también ver las perspectivas urbanas del entorno.
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Figura 13. Las cuatro figuras que acompañan a la Victoria.
Perú: una mujer que representa a la Nación, el escudo patrio y
una llama; a los pies el poeta y ministro de guerra José Gálvez. Chile: mujer acompañada por cóndor y escudo. Bolivia: mujer con tocado felino, arado y mazorcas de maíz. Ecuador: mujer con caimanes y frutas tropicales.
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Figura 14. En el tambor de la columna se encuentran relieves en bronce con escenas del combate naval.
Figura 15. El poeta y ministro de guerra, José Gálvez, héroe que muere en el combate (1819‐1866).
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Figura 16. Inscripción en el monumento.
Figura 17. Reja y escudo del monumento.
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Figura 18. Vista del monumento.
El monumento fue inaugurado “solemnemente”38 el 29 de julio de 1874, siendo presidente de la república el señor don Manuel Pardo (1872‐ 1876). 17
LAOS, Cipriano A. LIMA “La ciudad de los Virreyes”, 1928‐1929. Editorial Perú, 1929?, p. 59.
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EL MONUMENTO AL “DOS DE MAYO” Y SU RELACIÓN CON EL ENTORNO A mediados del siglo XIX, como se ha descrito anteriormente, se convoca a los artistas a nivel internacional a participar en el concurso público para la elección de la maqueta ganadora del monumento al Combate del 2 de Mayo. Sin embargo, no se había trazado aún en la ciudad de Lima un plan que diera las pautas a seguir en la elección de los emplazamientos que albergarían las esculturas públicas. Tampoco existían lineamientos dentro de los cuales se optara por la planificación organizada del diseño urbano dentro del territorio. Los espacios públicos (parques, plazas, alamedas y paseos) permanecían circunscritos en el interior del ámbito delimitado por la muralla. Por tanto, la escultura pública en Lima quedaba destinada a espacios limitados dentro la ciudad. Las esculturas, estaban mayormente pensadas dentro de un proyecto de ornato y rehabilitación de las zonas, y si estas eran conmemorativas, su emplazamiento se fijaba por lo general en los lugares asociados al hecho que se quería poner en valor. En este segundo caso, su construcción se adecuaba al entorno en el que serían ubicadas, o viceversa. Recién con la apertura de la ciudad fundacional y al derribar las murallas, las esculturas pudieron proyectarse a espacios más amplios, es decir crearon perspectivas hacia el exterior de las murallas. El monumento al Dos de Mayo, como se ha dicho anteriormente, abre paso a esta nueva situación de la escultura pública, ya que como dice Alfonso Castrillón: “la ubicación del monumento no fue ajena a las modificaciones urbanísticas que sufría Lima entonces, gracias al concurso del ingeniero Meiggs. Las murallas de Lima se comenzaron a demoler en enero de 1870 abriendo dos importantes ejes: desde la actual plaza Unión hasta la Bolognesi, y de esta a la antigua portada de Cocharcas, siguiendo el modelo europeo de los amplios ʹboulevardsʹ. Se pensó que ningún lugar más apropiado para un monumento que las plazas generadas por la conjunción de nuevas avenidas.ʺ39 Sin embargo, incluso en este caso se observa que, a pesar de que el gobierno peruano ordena su construcción al día siguiente de la victoria del 2 de mayo, en las bases del concurso no se señala dónde será colocado el monumento. Es en 1871, y cuando ya se ha concluido en París la mayor parte de la obra, que recién se suscita la preocupación por 39
CASTRILLÓN‐VIZCARRA, Alfonso “Escultura monumental y funeraria en Lima” en Escultura en el Perú, Banco de Crédito del Perú, Lima, 1991, p. 340.
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designar el lugar de su ubicación. Son los mismos escultores los que transmiten su interés por saber cuál será finalmente el lugar de su emplazamiento definitivo40. La construcción de este monumento es sumamente importante para el posterior desarrollo urbano de la capital. La obra realizada totalmente en Francia seguía pautas formales europeas en su diseño y en su proporción, las cuales parecen inspiradas en los patrones monumentales que coincidían en toda Europa, y se puede ver que la proporción y relación con el entorno no estuvo planificada antes de colocarla. Como dice Natalia Majluf: “Es evidente que el monumento, una vez construido, entraría a jugar un papel importante en el desarrollo urbanístico de Lima; sin embargo, esto es posterior a la decisión de erigirlo y totalmente ajeno a las razones dadas para su colocación en el lugar. Como demuestra una fotografía tomada durante las etapas finales de su construcción, la dimensión de la obra parecía incongruente y hasta ridícula en medio de las humildes edificaciones de un solo piso que la rodeaban”.41
Figura 19. Fotografía sacada de la revista “El Perú Ilustrado”, Año 5, No. 243, 2 de enero de 1892, p. 6547.
UBICACIÓN DEL MONUMENTO AL COMBATE DEL 2 DE MAYO
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MAJLUF, Natalia. Escultura y Espacio Público. 1850‐1879. IEP, Instituto de Estudios Peruanos, 1994, p. 15.
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Figura 20. Plano levantado por el ingeniero Dupard, en 1859, donde se esquematiza en rojo la ubicación del Monumento al Combate del 2 de Mayo y en verde las Murallas de Lima y la Plaza Mayor. (Archivo JGD)
Con su presencia, el monumento inauguró un espacio diferente para la ciudad capital no previsto anteriormente, marcando a su vez el inicio de un proceso de expansión que sale de los límites de la ciudad colonial. El monumento se levantó en la Portada del Callao, (Figura 20), lugar también llamado el Óvalo de la Reina; entre la Av. Bolognesi y la Av. Alfonso Ugarte. Su apertura hacia el Callao es la llamada Av. Colonial. Interesa el monumento en su conjunto porque es el primer gran monumento que se coloca fuera de las murallas coloniales de la ciudad capital, y en su ubicación y sus referentes formales se pueden apreciar claramente las ideas urbanísticas de la Lima de entonces. El monumento se ancló en una de las principales coordenadas de apertura de la muralla con dirección al puerto del Callao. Fue desde los portones que se empezaron a trazar los ejes de expansión de la nueva ciudad, desde los linderos de la constituida y amurallada Lima fundacional. Arrancando desde la actual Plaza Castilla, desde la Av. Bolognesi, con la Avenida Alfonso Ugarte hasta la Plaza Bolognesi, y de esta a la antigua Portada de Cocharcas, al sur este, con la Avenida 9 de diciembre hasta la Plaza Grau. De la Plaza Bolognesi hacia el sur con la avenida La Magdalena hoy Avenida Brasil. Confluyendo todas las avenidas en estas nuevas plazas circulares donde colocaron un
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monumento.
Figura 21. Plano levantado por el ingeniero Dupard, en 1859, donde se esquematiza en verde las murallas de Lima y la Plaza Mayor y en rojo la ubicación del monumento al Combate del 2 de Mayo con las plazas y avenidas que se trazaron posteriormente.
En el plano de la figura 21, vemos los ejes trazados y las plazas circulares. Los nombres de las plazas y avenidas remarcadas en rojo, corresponden a los nombres con las que se le conocen actualmente.
ARTE Y ESCULTURA PÚBLICA El arte y la cultura en este período es una típica manifestación de transición entre la cultura de mundos cerrados, subsumidos por la influencia religiosa, a una cultura de mundos abiertos, de referencias laicas y de acceso reciente y creciente a la esfera de lo público. Es el tránsito de la esfera de la casa‐convento a la categoría de la casa‐ciudad. Del mismo modo, el arte de este período en todas sus expresiones, representa el abandono progresivo de la influencia religiosa y de los dominios de la pintura y la escultura sacra, a una etapa en el que el arte se seculariza, se abre a otras expresiones en conexión con otras fuentes de referencia. Es el período en el que la escultura deja el pedestal doméstico y conventual para ganar los espacios de una naciente ciudad abierta y profana.
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Considerando la importancia que tiene, con especial referencia al desarrollo urbano y a la escultura pública en Lima, se ha tomado como ejemplo la columna conmemorativa del 2 de Mayo de 1866, ya que destaca en particular, en su conjunto porque es el primer gran monumento que sale de las murallas coloniales de la ciudad, y encarnaen su estructura formal la visión del arte a inicios del siglo XIX. Se trata de una estética que mira hacia el exterior, que trata de emular a los monumentos de las grandes capitales europeas. Las murallas se empezaron a demoler como se va a ver más adelante a partir del año 1869, justo después de la victoria librada a España ydurante la elevación del monumento. Las modificaciones que se van a dar en Lima van a significar el comienzo de un cambio radical de la ciudad: a partir de plazas circulares con monumentos conmemorativos, unidos de manera radial por amplios bulevares arbolados. El empleo de escultura con tema no religioso es una novedad del s. XIX, que marca aún más la diferencia respecto de la tradición de la colonia. Con esta inspiración se van a reemplazar las murallas de Lima modificando paulatinamente la espacialidad tradicional. “Los monumentos fueron convirtiéndose así en elementos de identificación de los lugares, alcanzando en gran medida la importancia que en el período colonial tuvieron los campanarios de las iglesias como hitos de referentes urbanos. Al igual que en España.”42 Es en esta etapa cuando se da en la ciudad capital un primer movimiento expansivo, y se desarrolla lo que podría llamarse la primera etapa del urbanismo limeño. En aquel momento, los monumentos públicos conmemorativos empezaron a ser los que, como marca en el territorio, dotaban al sitio específico con la condición de símbolo, de referencia histórica y de poder político. Es en su centro que el monumento jugó un papel estético y simbólico importante. En su concepción estética; tamaño, proporciones y organización de volúmenes, se reconoce, sin embargo, la influencia e inspiración en el París de entonces. Surgió en la ciudad una inquietud por el ornato público y de parte del gobierno, un renovado interés por reglamentar el espacio urbano creando, para la construcción civil, reglas específicas como las que se leen, citadas por Natalia Majluf de un cronista de “El Comercio” el año 1860:43 42
GUTIERREZ VIÑUALES, Ramón. Monumento conmemorativo y espacio público en Iberoamérica. Cuadernos Arte, Cátedra, 2004.
43
MAJLUF, op. cit., p. 16.
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“Un dueño de finca puede disponer el interior de ella como más le convenga, pero al tratarse de la parte exterior, no puede hacer lo que se le antoje, sino que tiene que someterse al reglamento de construcción civil que prescribe cierta uniformidad; porque han de tener entendido los dueños de fincas, que la parte pública de la ciudad es sagrada, que no se le puede menoscabar ni en medía pulgada”.
Figura 22. En esta foto se muestra la vista actual del monumento.
La Columna conmemora la victoria del Perú en la última guerra con España, que evoca y sella en el año 1866 la independencia definitiva del Perú. Se representa en ella escenas y episodios de la acción que culminara con la definitiva autonomía del territorio. El monumento al Combate del 2 de Mayo está ubicado en la puerta misma de la muralla, la puerta del Callao. Levantando la palma del triunfo, la Victoria se yergue sobre la columna mirando hacia el mar, mira hacia el puerto dejando atrás la batalla naval. Interactúa hacia afuera señalando nuevas coordenadas de expansión, y hacia el centro mismo de la antigua ciudad generando un eje simbólico. Lo que dio lugar a generar un nuevo régimen al ser además derrumbadas las murallas. ”Su significancia además de derribar una estructura física vinculada al antiguo régimen representa el traspaso de una jurisdicción militar a la
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municipal, a una mayor autonomía en cuestiones de urbanismo. Se asociaba con el progreso, el desarrollo económico, la expansión urbana y la libertad”.44
EVOLUCIÓN Y PLANIFICACIÓN URBANA DE LIMA (1868-1919) El periodo comprendido entre 1868 y 1919 representa uno de los momentos más controvertidos y significativos de la historia del Perú republicano. Durante este periodo se produce el primer proyecto de expansión de la ciudad de Lima, iniciado con el gobierno de José Balta (1868‐1872). Esta etapa empieza en 1869, fecha identificada con la formulación de una nueva visión programática para la ciudad de Lima, que se traduciría en la demolición de su muralla, la elaboración del Primer Plan Regulador de la Ciudad y la construcción de nuevos escenarios. Seguidamente sucede la cancelación súbita de este proceso debido a la crisis económica de 1870 y la guerra con Chile (1879‐1883). Culminada la guerra, empieza un dramático proceso de “Reconstrucción Nacional” en el que se producirá lo que en la sociología política peruana se denomina el Perú de la “República Aristocrática” (1895‐1919), que es un período dominado por un sector civil conservador, ilustrado y estrechamente vinculado a los negocios de representación comercial y financiera, así como a las inversiones mineras, agroindustriales e inmobiliarias. Para esta clase, Lima era un excelente espejo en el cual quedarían reflejados, de manera dramática, los sueños de modernidad, las pesadillas de la guerra y los temores sobre la salubridad pública del siglo XIX e inicios del siglo XX. Lima se constituirá en la ciudad del incipiente proletariado, pero también en la del discurso antinacional y señorial de los representantes pro francófonos de una república dominada por la plutocracia. En suma, el período que va de 1868 a 1919 representa, en lo que se refiere a la capital, una etapa de intentos frustrados por las crisis económicas, la guerra y el fracaso político. Esto impide concretar la transformación de la ciudad según el modelo implementado en Lima, con las influencias de otras capitales europeas.
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CAPEL, Horacio, La morfología de las ciudades. Volumen I Sociedad, Cultura y Paisaje Urbano, 2002, Ediciones del Serbal, pp. 152,‐153.
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CIUDAD SIN LÍMITES (1868-1879) Durante el gobierno de José Balta se proyecta el ensanche de la ciudad fundacional cuyo primer objetivo, como se ha visto anteriormente, sería liberarla de su antigua muralla. Para facilitar este propósito y dejar libres las zonas ocupadas, se crearían nuevas calles y avenidas para proceder luego a vender los terrenos libres por lotes. La finalidad: la baja de los arrendamientos y evitar la excesiva aglomeración de los habitantes en el centro de Lima. Se prevé entonces la necesidad de “orientar científicamente el movimiento de la expansión urbana”45, para lo cual se dicta un primer decreto el 1º de diciembre de 1869 y se nombra una Comisión para la elaboración de los planos en torno al terreno ocupado por las murallas.
En el Artículo 4º se argumenta sobre los ensanches en general como sigue: “habiéndose aumentado considerablemente el censo de la capital, con motivo de la inmigración extranjera y la afluencia de familias procedentes de los demás puntos de la República se hace indispensable ensanchar los límites de su extensión, ya para dar mayor comodidad á sus moradores, como para evitar que la aglomeración de ellos en los centros de la población, comprometa la salubridad pública, ocasionando el desarrollo de epidemias violentas ó de enfermedades endémicas.” 46 Se contrata entonces para derribar la muralla al ingeniero y empresario norteamericano Enrique Meiggs, proveniente de Chile, tarea que se realiza entre los años 1868‐1870, y al ingeniero agrónomo Luis Sada di Carlo, italiano que también provenía de Chile, quien tuvo a su cargo “el levantamiento del plano de Lima y el estudio de un programa de regularización y ornato público integral”.47 Meiggs, además compraría posteriormente el área despejada. Se empezará entonces a medir y tasar el área implicada, los terrenos que ocupaba la muralla, para realizar así el plano de Lima, que sería el Primer Plano Regulador de la Ciudad. El 11 de septiembre de 1871, se dicta un segundo decreto en el que se lee: “Que con el objeto de facilitar el ensanche de 1869,que se procediese a vender por lotes los terrenos que ocupan las murallas, los de sus baluartes y los demás adyacentes: Que con tal fin se han mandado levantar los planos de los referidos terrenos y los de las nuevas calles que deben formarse, igualmente que el avalúo 45
BROMLEY, Juan y BARBAGELATA, José. Evolución urbana de la ciudad de Lima, 1945, p. 86.
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BROMLEY, Juan y BARBAGELATA, José. Evolución urbana de la ciudad de Lima, 1945, p. 86.
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de los sitios que se puede enajenar: Que para que se realice las miras del Gobierno, es necesario que la venta se practique de manera que los terrenos enajenables estén al alcance de todas las clases de la sociedad.” Y en los dos primeros artículos del Decreto: “Artículo 1º Se aprueba en todas sus partes, los planos levantados por el Ingeniero D. Luis Sada; y con arreglo a ellos se trazarán las nuevas calles y se procederá a la venta de los terrenos de las murallas adyacentes. Artículo 2º La venta de los lotes se hará a favor del primero que los pida, por el precio de la tarifa hecha de orden del gobierno por el ingeniero Sada y el arquitecto San Martín, la que se publicará para que llegue a conocimiento de todos”48. Pasarían por lo menos diez años antes de que el electo presidente Balta (1869‐1872) se planteara una urbe en función de un plan de obras interconectadas, tales como: la demolición de la muralla, el Campo de La Exposición y un Plan de Desarrollo Urbano. Este plan fue posible gracias a la conjunción de Balta‐Piérola en el factor político, Enrique Meiggs en el factor financiero y Luis Sada en el factor urbanista. La ciudad pensada por Balta‐Meiggs‐Sada debía contar con un tejido de grandes avenidas y llegar a tener una gran alameda a lo largo de las riberas del río Rímac. El Plan de Desarrollo Urbano de Luis Sada en 1872, tuvo el apoyo de los grupos políticos más representativos como el del presidente Balta, y luego Manuel Pardo (1973‐1976). Con respecto a este plan el arquitecto y urbanista Wiley Ludeña señala: “el plan asumía un principio básico urbanístico moderno: la ciudad no es un proyecto natural, es una realidad que puede ser transformada”. El Plan exigía la desaparición de las murallas, pero a diferencia de lo que hiciera Haussmann, Sada no quiso irrumpir en el centro histórico de Lima, sino crear una segunda Lima a través de una expansión organizada alrededor de la ciudad, teniendo como límite natural el río Rímac y avanzando en todas las otras direcciones. En este sentido, recuerda más a los ensanches realizados en las ciudades españolas, en el sentido que tendían a “respetar” el antiguo núcleo urbano.
LA DEMOLICIÓN DE LA MURALLA
48 . Fecha de consulta: 05.05.2009.
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“La idea de centro‐centro surge en el preciso instante que se decide la demolición de la muralla, y aparecen las ideas de suburbio y periferia. Esta es una operación que se produce cuando Lima experimenta una primera fase de modernización de sus estructuras a mitad del siglo XIX, como consecuencia del llamado ʺciclo del guanoʺ, el primer ciclo de expansión económica del Perú republicano.”49
Como se ha visto al inicio de esta primera parte, la ciudad de Lima fundada, en el año 1535, no fue una ciudad amurallada desde su origen. Las murallas se construyeron entre los años 1685 y 1687 como mecanismo de defensa de los ataques y saqueos de los piratas que entraban por el puerto del Callao, al igual que en muchas ciudades de Europa y América. Estos muros de protección determinaron la morfología de la ciudad marcando sus linderos y, en consecuencia, fijaron y condicionaron el alcance de su desarrollo urbano. Cabe resaltar la importancia que tuvo la ciudad de Lima dentro de los lineamientos europeos de entonces, puesto que la construcción y demolición de sus murallas, (al ser colonia española), coincide en el tiempo con la misma transformación que se aplica en las grandes capitales europeas. Lima era entonces como lo ratifican estos datos una ciudad valiosa que debía protegerse. Horacio Capel lo confirma al afirmar: “En dicho sistema la fortificación de algunos puntos eran especialmente importantes, sobre todo en las vías de penetración hacia los núcleos fundamentales del Imperio Americano, las capitales virreinales (El Callao como puerta de Lima), San Juan de Ulúa para la defensa de Veracruz, la puerta de la capital de Nueva España; Cartagena de Indias) y las grandes ciudades como La Habana y otros puntos de particular importancia. En relación con ello, se fue poniendo a punto toda una doctrina defensiva, que no es más que una variante de sistemas europeos”.50 Luego de dos siglos de existencia estas ciudades amuralladas, tanto en Europa como en América, era de esperar que convergieran en el mismo período similares temores a los ataques de piratas, la preocupación por la explosión demográfica, la necesidad de la higienización, y la urgencia de una inmediata solución para la expansión de la población, ya que quienes manejaban y organizaban las colonias eran los europeos. Es decir, los hechos de cada realidad, tanto la europea como la colonial americana, eran resueltos con procedimientos que reflejaban, en general, los planteamientos puestos en práctica en el
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LUDEÑA URQUIZO, Wiley.“El centro de la República Aristocrática” enLima: poder, centro y centralidad. Del centro nativo al centro neoliberal, Eure, Vol. 28, No. 83, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, mayo 2002, pp. 48‐49. 50
CAPEL, Horacio, op. cit., La morfología de las ciudades. Volumen I Sociedad, Cultura y Paisaje Urbano, 2002, Ediciones del Serbal, pp. 125‐126.
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continente europeo, sin que fuera tomada en cuenta la particularidad del lugar geográfico ni la idiosincrasia de sus pobladores. Por lo tanto, a mediados del siglo XIX los ocupantes del territorio americano decidieron dar por obsoletos los fundamentos que motivaron la construcción de las murallas. Aunque aparentemente el derrumbamiento fue impulsado por el debate higienista de la época y por las necesidades de la expansión urbana, se considera sin embargo que el afán mercantilista de los grupos económicamente poderosos no dejó de presionar a los gobiernos para que se autorice la demolición para poder, de esta forma, lograr negociar las nuevas tierras que quedarían al descubierto. En Barcelona se aprueba el derribo de las murallas en el mes de agosto de 1854, el 8 de agosto de 1863 se da inicio a la demolición de las murallas de La Habana, en Sevilla desde 1863, en Valencia a partir del año 1865, y en Lima las murallas se empiezan a derribar el año 1869, “época que coincide con España y cuando la pérdida del carácter de “Plaza Fuerte” suponía normalmente el permitir derribar las murallas.”51
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Figura 23. Plano de Lima por P. V. Jouanny. En rojo las puertas de la antigua muralla, en verde la Plaza 52 Mayor y en amarillo los restos que quedaban de las murallas. (Archivo JGD).
Como se dijera, el 1° de diciembre de 1869 el presidente José Balta nombra, por Decreto Supremo, la comisión integrada por “el Alcalde Municipal de esta capital y dos ingenieros del estado para que proceda en el día á medir y levantar un plano del área que ocupan las murallas que circundan la ciudad”53. En este Decreto se enumeran las razones por las cuales el Estado se ve en la obligación de demolerlas por “el bienestar de la gente54”. 52
GUNTHER, J. (1983). Planos de Lima 1613‐1983. Lima: Copé, Nº12.
53
op. cit.
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BOGDANOVICH MENDOZA, Luis Martín, “Lima centro histórico. La destrucción como historia. Periodo 1822‐1940” en logo/topo. Ideas y lugares de arquitectura, Cuaderno No. 1, Noviembre 2008, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Pontificia Universidad Católica del Perú, pp. 117‐ 118.
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MONUMENTOS PÚBLICOS EN ESPACIOS URBANOS DE LIMA 1919-1930
Que es un deber del Estado mover todos los obstáculos que se opongan al desarrollo y bienestar de la ciudad y de sus habitantes. Que teniendo un reducido espacio en el interior de las murallas, no se posibilita la construcción de nuevos edificios y el ensanche de la ciudad capital.
Que habiendo aumentado considerablemente la población de la capital, con motivo de la inmigración extranjera y la afluencia de familias procedentes de los demás puntos de la República, es necesario evitar la aglomeración de la gente, por razones de salubridad pública y para evitar epidemias.
Que el desarrollo de la industria, no permite que la capital de la república, permanezca por más tiempo encerrada en tan reducido espacio, sin que el gobierno proporcione los medios de acrecentamiento, tomando en cuenta también el ornato y embellecimiento de la ciudad. Por lo mencionado anteriormente se deberá perseguir este propósito dejando en claro la conveniencia de la destrucción de las murallas que circundan la ciudad (Congreso de la República del Perú). Se decreta entonces la demolición de las murallas de Lima, de la cual, según el artículo 8 del mismo decreto, solo “las puertas de Maravillas y la del Callao no se destruirán”.
55
Figura 24. Antigua puerta de la muralla llamada Maravillas.
55
. Fecha de consulta: 04.04.2010.
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LOS PROYECTOS PARA EL ENSANCHE DE LIMA Las murallas marcaban el límite y aprisionaban la ciudad, y, con el desmoronamiento del gran cerco, se inicia, por consiguiente, el ensanche de Lima. Los antecedentes empiezan ya en 1855 cuando el General Castilla resuelve a petición de Mariano Felipe Paz Soldán,56 quien era el director de obras públicas, construir la Penitenciaría, una cárcel que se encontraba muy cerca de la Portada de Juan Simón.
Figura 25. Plano levantado por el ingeniero Dupard, en 1859, donde se esquematiza en verde las murallas de Lima y la Plaza Mayor y en rojo la ubicación de la puerta de Juan Simón y la Penitenciaría.
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Mariano Felipe Paz Soldán (22 de agosto de 1821, Arequipa ‐ 31 de diciembre de 1886), Historiador y geógrafo peruano.
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En 1857, Paz Soldán con Mariano Álvarez y Pedro Sayán,57 socios de una empresa urbanizadora llamada Calles Nuevas, formaron una comisión para urbanizar las huertas del noviciado del Convictorio de San Carlos, que estaban dentro de las murallas; a este primer impulso se le ha considerado el primer paso en la urbanización de Lima. La primera intención de apertura registrada la cita Emilio Harth‐ Terré en un texto que se adelanta a las otras fuentes. ” […] Con Mariano Felipe Paz Soldán, y a mitad del siglo pasado, es que se puede fijar el punto de partida del crecimiento contemporáneo de la ciudad, que escapa de sus moldes coloniales con la ruptura de las murallas y corre al campo a buscar en los espacios libres, la amplitud que requería el creciente aumento de población”.58 El presidente José Balta en su plan de modernización de la ciudad planeó la creación de un parque, al que Harth‐Terré considera “el más valioso obsequio que pudo hacerse a la ciudad y es hoy el mejor legado que han dejado las generaciones pasadas.”59 Para el año 1868 se derriba una parte de la vieja muralla, entre el primer baluarte después de la portada de Juan Simón hasta la portada de Guadalupe, para construir y dar paso al Palacio de la Exposición. El 2 de agosto de 186960, por decreto del presidente Balta, se ordenó la construcción de un edificio donde tendrá lugar una Exposición Nacional y un Concurso en 187061.Su planificación estuvo a cargo de Manuel Atanasio Fuentes y de Antonio Leonardi, arquitecto de nacionalidad italiana. El diseño tuvo un corte europeo neo renacentista y contemplaba otras construcciones. En sus orígenes su extensión era mayor de la que vemos actualmente, e incluía los terrenos inmediatos al Gran Parque Central de La Reserva. El proyecto comprendía la edificación del palacio así como la creación de jardines y arboladas en el resto del terreno considerado para el proyecto. Este local quedó terminado en 1871, e 57
Pedro Sayán (Nació en Barranca en 1796 y murió en Chorrillos en 1869). Inició después un negocio innovador en la ciudad de Lima: una empresa urbanizadora denominada “Calles Nuevas”. Sus socios fueron Mariano Álvarez y Mariano Felipe Paz Soldán.
58
HARTH‐TERRÉ Emilio, “Lima contemporánea” en Lima en el IV Centenario de su Fundación. Monografía del Departamento de Lima, Editorial “Minerva”, Lima, Perú, 1935, s. n.
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id.
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http://www.congreso.gob.pe/ntley/Imagenes/LeyesXIX/1869071.pdf
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“Art. 1° El 9 de Diciembre de 1870 se abrirá en Lima una Exposición nacional de productos naturales, agrícolas y manufacturados; de plantas y animales de todas clases nacidos en la República, ó importados del extrangero y aclimatados en ella; así como un concurso público de nodelos, máquinas, plantas y animales útiles extranjeros.” en op. cit.
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inaugurado el 28 de julio de 1872, esto también sienta un precedente de los inicios de la demolición del cinturón amurallado y el comienzo de la expansión de la ciudad hacia el sur62.
Figura 26. Plano de Lima, preparado por el Cuerpo Técnico de Tasaciones para el avalúo de las áreas urbanas de Lima. En este plano se esquematiza en color naranja las primeras aperturas de las murallas. Portada del Callao: Monumento al 2 de Mayo, Portada de Juan Simón: Penitenciaría, y Portada de Guadalupe Parque de la Exposición. (Archivo JGD).
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BOGDANOVICH MENDOZA, Luis Martín, “Lima centro histórico. La destrucción como historia. Periodo 1822‐1940” en logo/topo. Ideas y lugares de arquitectura, Cuaderno No. 1, Noviembre 2008, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Pontificia Universidad Católica del Perú, pp. 117‐ 118.
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“Años más tarde, la municipalidad decidió unir la Alameda Grau y la Av. Alfonso Ugarte a través de los terrenos de la Exposición, quedando como resultados dos grandes parcelas. La formación de los parques de la Exposición constituyó una importante obra de urbanismo dándole importancia a los espacios verdes en las ciudades”.63 Con la caída de las murallas (que fue paulatina), Lima fundacional empezó a proyectarse e irradiarse del centro hacia la periferia, y se delinearon los ejes urbanísticos que rigen hasta hoy los lineamientos expansivos de la ciudad de Lima. Para el ensanche de la ciudad se realizaron dos proyectos que constan en planos: uno fue el del ingeniero agrónomo italiano Luis Sada di Carlo, quien, contratado por el gobierno del presidente Balta, creó el Primer Plan Regulador con la mira de trazar el desarrollo urbano de Lima. El otro, el del empresario Enrique Meiggs (contratista norteamericano; que llegó a Lima en 1868), a quien el gobierno le aprobó la licitación en el año 1871 para urbanizar la zona comprendida detrás de la muralla. Fue entonces el encargado de la ejecución de la empresa para la demolición de las murallas, y aunque mandara levantar su propio proyecto, se concentró más en la venta de los terrenos. En su proyecto Sada tiene como objetivo central la creación de una gran Avenida de Circunvalación, en el espacio que ocupaba la muralla. Adelanta también un estudio preliminar para la transformación de los suburbios. Es sobre la base de este primer estudio, considerado el primer Plan Regulador de la Ciudad, que se promulga el Decreto antes mencionado, poniendo en subasta los terrenos ocupados por la muralla. En 1872, Sada concluye el estudio y expone totalmente su proyecto de urbanismo con múltiples ensanches, prolongación de calles, nuevas avenidas, plazas y hasta algunas urbanizaciones situadas fuera de la Avenida de Circunvalación. (Ver figura 27) Por su parte, Meiggs plantea un modelo que difiere completamente de la realidad subyacente en el trazado que se había realizado y evolucionado desde la colonia, y propone lo que Ludeña llama el modelo de una enorme “parrilla capitalista alzada sobre una trama de huertas coloniales”. (Ver figura 28) Ludeña sustenta esta posición de considerar que la transición entre 1821 y 1872 se caracteriza más por un conflicto entre la herencia urbana colonial y la cuadrícula mercantilista. Para Ludeña, la modernización de Lima no fue consecuencia de la 63
Fecha de consulta: 04.09.2009.
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demolición de las murallas sino, al revés “la demolición fue una consecuencia del impulso urbanizador previo”.64
Figura 27. Plano proyectado por el Ingeniero Sada para hacer el ensanche de Lima. Considerado el primer 65 plan regulador de la ciudad de Lima en 1872. En el plano se esquematiza el proyecto de urbanizar fuera del 66 perímetro de la ciudad fundacional.
En las propuestas de Sada y Meiggs predominó la opción hacia la costa, La Magdalena y La Victoria, así como también hacia Miraflores y Chorrillos. En parte quizás porque hacia el norte y el este se tenían ya pensados los barrios populares. En la Colonia los espacios abiertos se limitaban entonces a plazas y plazuelas y el área verde se encontraba fuera de la ciudad o se restringía para los huertos. Con Sada‐Balta‐Meiggs el área verde se empieza a integrar con la ciudad como, por ejemplo, con la creación del Gran Parque de la Exposición. 64
LUDEÑA citado por Macera en: “Lima. Historia y urbanismo en cifras 1821‐1970” (prólogo) en Trincheras y fronteras del arte popular peruano. Ensayos de Pablo Macera, Fondo Editorial del Congreso del Perú, agosto del 2009.
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BROMLEY, Juan y BARBAGELATA, José. Evolución urbana de la ciudad de Lima. Lámina Nº19.
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Este plano se pierde durante la Guerra del Pacífico, en 1886, y es hallado casi medio siglo después, aunque ya en su época se llegaron a realizar “varias de las más importantes arterias locales y hasta otras mejoras urbanas” (BROMLEY y BARBAGELATA, 1945: 86).
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A esta etapa corresponden también el nacimiento de las urbanizaciones como La Magdalena (1870‐71), importante por “ser el primer barrio concebido no como una prolongación continua del núcleo histórico de Lima sino como un barrio separado de este núcleo por una distancia de cinco kilómetros”.
Figura 28. Plano mandado levantar por Enrique Meiggs, en 1876, para el Proyecto del ensanche luego del 67 derribo de las murallas, donde se esquematiza en rojo el tipo de expansión horizontal y paralela al centro.
PRIMER PLAN REGULADOR El 12 de julio de 1872, se promulga el Reglamento de Policía Urbana y se considera la necesidad de regular por medio de un plan el crecimiento de la ciudad. El Ingeniero Luis Sada, en su proyecto para crear un plan que regule la evolución urbana de Lima, establece los lineamientos de su propuesta. Los principios básicos que se deducen de la misma serían: No alterar el trazado inicial de Lima‐centro, por lo tanto conservar el damero, y crecer urbanizando hacia las periferias. Crear una gran Avenida de Circunvalación de 50 metros de ancho, en el espacio que ocupaba la muralla, por lo 67
BROMLEY, Juan y BARBAGELATA, José. Evolución urbana de Lima. Lámina No. 20.
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tanto mantener este diseño que rodea a la ciudad colonial a través de grandes avenidas. Sin embargo, para poder realizarla, se tuvo que expropiar los terrenos contiguos, labor que el gobierno encomendara al contratista Enrique Meiggs.
Conectar coordinadamente la vieja y la nueva ciudad en la zona este, donde un par de grandes avenidas, dispuestas en cruz, cortarían sutilmente el antiguo tejido. Incluir una serie de plazas y avenidas que penetrarían el tramado de la cuadrícula considerando el tamaño establecido de la manzana.
Este plan, ya había sido aprobado, como un anticipo, y como parte del Plan Regulador, ya que lo importante en este proyecto era el desplazamiento desde el centro vital de la ciudad. La ciudad avanzaba hacia extramuros, se conectaba con “el arrabal de la Victoria”, para extenderse también hacia el sur. Se esbozó también, la formación de un barrio en los huertos de La Victoria. ”Dio a este proyecto un trazado especial con amplias y bien delineadas arterias, asegurándole un futuro al ubicar en la que ahora es la plaza Manco Cápac nuevos emplazamientos para el Palacio de Gobierno y el Palacio Legislativo.”68 El plano del Primer Plan Regulador se pierde durante la Guerra del Pacífico, y se halla casi medio siglo más tarde, razón por la cual el proyecto no prosperó; sin embargo, en su época se llegaron a realizar: “varias de las más importantes arterias locales y hasta otras mejoras urbanas.”69
68
BROMLEY, Juan y BARBAGELATA, José. Evolución urbana de la ciudad de Lima, 1945, p. 89.
69
id., p. 86.
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Figura 29. En este plano se ha superpuesto el proyecto de Meiggs en el Plano de Lima para poder ver su ubicación en relación al Océano Pacífico y a la de la ciudad amurallada. Se señalan en amarillo, La Magdalena, Miraflores y Chorrillos como propuestas de nuevas urbanizaciones.
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Figura 30. En el plano se esquematiza el proyecto de urbanizar fuera del perímetro de la ciudad fundacional. Se señala también en verde la Plaza Mayor y en la zona este las avenidas dispuestas en cruz. En amarillo el Arrabal de la Victoria y las plazas proyectadas. Plano proyectado por el Ingeniero Sada para hacer 70 el ensanche de Lima. Considerado el primer plan regulador de la ciudad de Lima en 1872.
Figura 31. En este plano se esquematiza en color rojo la Avenida de La Circunvalación, que rodea Lima‐ centro, donde anteriormente estuvieron las murallas. Plano de Lima, preparado por el Cuerpo Técnico de Tasaciones para el avalúo de las áreas urbanas de Lima. (Archivo JGD).
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BROMLEY, Juan y BARBAGELATA, José. Evolución urbana de la ciudad de Lima, Lámina Nº19.
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COLAPSO Y REDEFINICIÓN DE LA CIUDAD (1879‐1919) En 1879 la guerra con Chile arrastra al país al colapso total durante los cuatro años que dura el conflicto. Su desarrollo, crecimiento y planeamiento urbano se paralizan, se suspenden todos los proyectos y se entra en una profunda crisis de deterioro. La ciudad es ocupada por las tropas chilenas hasta el año 1883, en el que se firma el Tratado de Ancón, el cual confirma y sella el fin de la guerra. Luego viene el período de la post guerra y de la reconstrucción nacional, donde se activan nuevamente los procesos de urbanización, esta etapa es denominada por Bogdanovich como un segundo ciclo; “En nombre de la modernidad, de planes urbanísticos, cambios estilísticos, destrucción del tejido y de monumentos emblemáticos”. El influjo que impusiera la gran innovación de Haussmann en la capital de Francia, se hizo notar también en el Perú, al crear otras perspectivas urbanas. Lima, que se había caracterizado siempre por la estrechez de sus calles, va adquiriendo otras dimensiones con aperturas de calles y avenidas mucho más anchas, tipo boulevards71. En Lima a diferencia del París de Haussmann, no se interviene mucho en el centro de la ciudad fundacional. En ciudades de América Latina y el Caribe, como por ejemplo Buenos Aires, Montevideo, Bogotá y La Habana se adopta en parte, también este modelo, coincidiendo casi simultáneamente en el tiempo. En el plano estilístico dentro de las construcciones de la época, se comienza a dejar de lado la influencia española y se adoptan modelos franceses e ingleses, transformando el perfil arquitectónico y dotando a la ciudad de una arquitectura más variada y por lo tanto cada vez más ecléctica. En suma, los lineamientos básicos del esquema urbano de los períodos posteriores implican que, a lo largo de los campos agrícolas, se trazaron las primeras grandes avenidas que reemplazaron las murallas: la avenida Grau y la avenida Alfonso Ugarte (Ver figura 33). Con ello comienza a configurarse un nuevo diseño urbano para la capital, que incorpora el trazado del damero inicial, que lentamente se desdibuja dentro de un entorno mayor. La gran Alameda de Circunvalación, se fue convirtiendo en las grandes avenidas, que se trazaron siguiendo las 71
HARTH‐TERRÉ, E., “Lima contemporánea” en Lima en el IV Centenario de su Fundación. Monografía del Departamento de Lima, Editorial “Minerva”, Lima, Perú, 1935, s. n.
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pautas de los bulevares parisienses: grandes avenidas que remataban en una plaza circular, en cuyo centro se elevaba un monumento. Este planeamiento devino en las que posteriormente se consolidaron como las plazas Unión, Bolognesi, Grau, 2 de Mayo, según denominación actual. (Ver figura 34)
Figura 32. Fig. 1023‐París, 1921. Procedente de Blondel la Rougery ed., Plan de París a Vol d’Oiseau, 72 París
72
HEGEMANN,Werner y PEETS, Elbert. Arte Civil.El Vitrubio americano:Manual de arte civil para el arquitecto, Planes urbanísticos como diseños unitarios.p.240.
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Figura 33. En este plano se esquematiza los nuevos nombres que tomaron las avenidas. Plano de Lima, preparado por el Cuerpo Técnico de Tasaciones para el avalúo de las áreas urbanas de Lima. (Archivo JGD).
Figura 34. En este plano se esquematizan las plazas circulares. Plano de Lima, preparado por el Cuerpo Técnico de Tasaciones para el avalúo de las áreas urbanas de Lima. (Archivo JGD
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TRANSFORMACIÓN DE LA CIUDAD Esta nueva etapa de configuración urbana, es la que el ingeniero Alberto Alexander,73 considera que fue la que marcó una época de mayor expansión del área urbana de Lima, en 1898 se llegó a una superficie de 1.292 hectáreas; creciendo 185 hectáreas más que en el año 1857, según la estadística citada anteriormente hecha por Atanasio Fuentes. Lo que más identifica como transformación en este período es que la ciudad adquirió una limitación urbana definida mediante la formación de la avenida de cintura o de circunvalación, constituida más adelante como se ha visto por las avenidas Bolognesi, Alfonso Ugarte, Paseo Colón y Grau. No obstante, este sistema de avenidas y la llamada de Piérola, o de La Magdalena es la que se empieza a trazar a inicios de 1889, y que marca los nuevos caminos vinculantes con los barrios periféricos, ya que el proyecto de ensanche de la ciudad de Lima por la parte sur se inicia con la avenida Magdalena hasta Miraflores. Son estos los proyectos que para el Ingeniero Alexander constituyeron los mejores intentos de iniciar una obra que por desgracia, no fue continuada. Otorga la autoría del proyecto a Meiggs y Piérola, “el esfuerzo que tales trabajos representa ha sido bien compensado y ha puesto en evidencia el genio de dos hombres: que juntos pueden ser considerados, sin atenuantes, como los verdaderos precursores del urbanismo entre nosotros”.73a
73
Ing. Alberto Alexander R. Jefe de la Inspección Técnica de Urbanizaciones del Ministerio de Fomento. Jefe de práctica de Topografía de la Escuela de Ingenieros; Miembro de la Comisión Kraus que practicó interesantes estudios en el Callao, Secretario y Tesorero del Cuerpo de Ingenieros de Minas y Aguas; Ayudante de Irrigación del mismo cuerpo; pro‐Secretario, Secretario y Vicepresidente de la Sociedad de Ingenieros; Director del órgano científico de esa Sociedad; Secretario de la Comisión Hidrológica del Congreso de la industria minera; Secretario General de la Conferencia General de Ingeniería; Delegado del Perú al primer Congreso de Carreteras de Buenos Aires, donde fue elegido vice‐presidente de este importante certamen; Presidente de la tercera comisión de trabajos; fundador y Secretario de la Federación Peruana de Educación Vial; profesor Titular de Topografía de la Escuela de Ingenieros; Miembro del Rotary Club de la Lima, en la clasificación de Urbanizaciones. 73a
ALEXANDER R., Alberto, Los problemas urbanos de Lima y su futuro. Conferencia editada por los talleres de La Prensa. Lima 1927, pp. 11‐29.
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Figura 35. Plano del proyecto de la Avenida Piérola o de La Magdalena. Por el Ingeniero Enrique E. 74 Silgado 1898 . En rojo se indica la Av. La Magdalena, que uniría Lima con el balneario de Magdalena del Mar, se ve en el plano la Plaza Bolognesi, que es de donde partiría dicha arteria.
En 1896, el presidente Don Nicolás de Piérola, gran impulsor del urbanismo moderno en la capital, se concentra en la realización de nuevos proyectos para la ciudad y retoma algunas de las propuestas urbanas de la década del 70, como por ejemplo el proyecto de la Compañía Urbana La Victoria y las primeras grandes avenidas trazadas en la época del presidente Balta; las mismas que se ponen en funcionamiento aún sin pavimentar, entre largos tapiales que cruzan los campos de cultivo. En esta época se crea el Ministerio de Fomento, que se convirtió en una herramienta esencial de la planificación urbana y estuvo encargado, entre otras cosas de los problemas de vivienda, salubridad y urbanismo de Lima. El pago de las deudas contraídas fue lo que permitió realizar muchas obras públicas en Lima y provincias, ya que otorgó al país la posibilidad de obtener otros créditos. Se inicia en Lima una profunda transformación urbanística a consecuencia de la apertura de una serie de avenidas, a la renovación de los servicios urbanos básicos, como el agua y el desagüe, y la construcción a los medios de transporte como tranvías e incluso automóviles. Para modernizar el tejido urbano de Lima se trató de dividir en sectores e irradiar desde su antiguo núcleo grandes vías que lo comunicaran con los alrededores de la ciudad. La utilización de este nuevo concepto urbanístico obligó a dar una serie de disposiciones. Se decreta la apertura de las avenidas La Colmena o Nicolás de Piérola, (uniendo el óvalo 2 de Mayo con la avenida Grau), y la avenida Central 74
BROMLEY, Juan y BARBAGELATA, José. Evolución urbana de la ciudad de Lima. 1945, Índice Nº 26.
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(uniendo el óvalo Bolognesi con el cerro San Cristóbal), ambas atraviesan la trama urbana de la ciudad para conectarse con los barrios periféricos. Esta nueva circulación, fue concebida como una red extendida de vías que debían posibilitar en torno a ellas un desarrollo urbanístico fluido. (Véase figuras 35 y 36) Si la administración del presidente Ramón Castilla (1846‐1851 y 1856‐1862) había optado por renovar la ciudad existente entrelazándola mejor con su entorno, y José Balta (1868‐1872) había resuelto prefigurar, a partir de 1868, una ʺciudad nuevaʺ, sin límites y con ensanches continuos, la administración de Nicolás de Piérola (1896‐1899) optará, a partir de 1896, por la transformación de la ciudad, y la redefinición entre centro y periferia a partir de la legitimación del suburbio y la implantación de una red vial más fluida y claramente delimitada.
Figura 36. En este plano se esquematiza en verde la nueva avenida La Colmena o Nicolás de Piérola Plano de Lima preparado por el Cuerpo Técnico de Tasaciones para el avalúo de las áreas urbanas de Lima. (Archivo JGD).
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Figura 37. En este plano se esquematiza en violeta la nueva avenida La Central. El proyecto que nunca se llegó a concretar, aunque apareciera en muchos los planos futuros. Plano de Lima preparado por el Cuerpo Técnico de Tasaciones para el avalúo de las áreas urbanas de Lima. (Archivo JGD).
En el año de 1900, se experimenta otra manifestación expansiva, con el crecimiento de la zona conocida con el nombre de La Victoria, al sur de la ciudad y con frente a la avenida Grau, que encierra una superficie de 87 hectáreas y tiene un 37 por ciento de áreas libres. “Esta zona, cuyo trazado fue correctamente meditado, constituye el tipo de las urbanizaciones criollas antes existentes y limitadas al replanteo del trazado y a las operaciones inmediatas de las ventas de los lotes de terrenos, sencilla razón por la que solo en este año, y mediante la intervención del Gobierno, el barrio ya populoso de La Victoria, puede llamarse tal”75.
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ALEXANDER R. Alberto, op. cit., pp. 11‐29.
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Figura 38. En este plano, se indica en verde la Av. La Colmena llamada Interior, y actualmente Nicolás de Piérola. Figura que como proyecto la avenida Central que era una prolongación de la avenida Brasil o de La Magdalena y antes Piérola, avenida que no llegó a concretarse. Plano de Lima, por Santiago Basurco, del año 1904.Se indica el nuevo barrio obrero de La Victoria que limita con la Av. Grau, el río Huatica y con el ferrocarril a Chorrillos. (Archivo JGD).
Es imposible, dentro de un recuento de los antecedentes históricos de la evolución urbana de Lima, no mencionar al Alcalde Federico Elguera (1901‐1908), personaje protagónico en la estructuración, diseño y evolución de Lima, quien propuso proyectos pioneros; como por ejemplo la creación de una avenida central que cruce el damero por el centro de las manzanas y desemboque al frente del Palacio de Gobierno, siguiendo el eje del Pasaje Olaya. En 1901 es él quien inicia la apertura de la avenida Colmena, a imitación de las grandes arterias urbanas de capitales Latinoamericanas, tales como Río de Janeiro, Montevideo y Buenos Aires.
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Se implanta el tranvía y el alumbrado eléctrico en todas las calles de Lima, se construyen edificios emblemáticos como el del Teatro Municipal, se inaugura el Instituto de Higiene y se hace cargo también de proyectos de renovación de plazas y monumentos: que ponen nuevamente en relieve el esquema parisino, proponiendo en general muchos proyectos para el mejor desarrollo de la ciudad. Como alcalde derriba viejos mercados y construye nuevos, reforma la canalización; crea baños populares, finaliza la construcción del Paseo Colón y el de la Plaza Bolognesi, con un monumento a Francisco Bolognesi realizado por el escultor español Agustín Querol, inaugurado el 5 de noviembre de 1905; un óvalo ubicado en el cercado de Lima. Se ubica en la intersección de las avenidas Brasil, Arica, Alfonso Ugarte y el Paseo Colón justo en el límite del cercado de Lima con el distrito de Breña.
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Figura 39. Monumento a Francisco Bolognesi.
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Editores Lothar Seer y Cia., Lima‐Perú. Colección Dargent.
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“La idea de ciudad concebida como ʺobra de arteʺ es el principio rector en los planes realizados durante este periodo. La ciudad se asume con un todo artístico inanimado, el cual debe ser transformado como una enorme escultura de perspectivas variadas, donde la representación del poder se dispone para reforzar los símbolos de la centralidad urbana. En este esquema no interesa la existencia de la ciudad de los pobres: esta es excluida de la idea de ciudad a transformar. Bajo el esquema de ʺcivilización y barbarieʺ se piensa que el orden de la ciudad oficial, en tanto factor de civilización, debe ʺcorregirʺ los males de la ʺotraʺ ciudad, no vista.”77 La ciudad se consolida poco a poco dentro de un proceso evolutivo, aunque, ya en el estudio observamos dos paréntesis bélicos; sin embargo, el restablecimiento del orden y la reconstrucción de la ciudad eran empujados por proyectos buenos y coherentes. Se deja notar a lo largo de todos estos años (1869‐1909) un país que ha tomado en serio el estar de acuerdo con los avances de la modernización, y que planea desarrollar Lima como una capital importante dentro de América Latina. Su constante y planificado crecimiento estaba hasta entonces muy bien trazado. Los datos del aumento de la población de año a año no eran desbordantes para el área que ocupaban, y se respiraba en la capital progreso y bienestar. Este proyecto estaba siempre guiado, claro está, por patrones establecidos por los grupos de poder de la clase política dominante. Si se vuelve atrás y se revisa el crecimiento poblacional desde las estadísticas de la época; tomando nuevamente como referencia a Manuel Atanasio Fuentes, en su Estadística General de Lima, se observa que en el año 1856 censaron una población de 94.195 habitantes y, en el año de 1903, el censo arrojó la cifra de 130.289 habitantes, arrojando un coeficiente de 36.094 habitantes más, en cuarenta seis años aproximadamente. Esta cifra aumentó en 1908 a 140.000 y en 1920 a 176.000. Este aumento de la población revela la relación entre las demandas de espacio y la ocupación del territorio. En el año 1903, el presidente don Manuel Candamo (1903‐1904) da un impulso para que se lleguen a concretar los proyectos delineados en los gobiernos anteriores, promulga la Ley de Apertura de Avenidas, cuyas disposiciones rigen y se afianzan durante el período del Presidente José Pardo (1904‐1908). En esta ley se “señala las medidas para allanar los obstáculos que impidan la apertura en la capital de las avenidas 77
LUDEÑA URQUIZO, Wiley.“El centro de la República Aristocrática” enLima: poder, centro y centralidad. Del centro nativo al centro neoliberal, Eure, Vol. 28, No. 83, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, mayo 2002, pp. 49‐50.
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decretadas por las resoluciones del 3 de febrero de 1899 y 27de julio de 1901”, donde firman Manuel Candamo y Manuel C. Barrios.78 Sobre la base de estos decretos legales se desarrollarán los proyectos de la avenida Brasil, del Paseo Colón, de la avenida Central (prolongación de la avenida Brasil), la avenida el Sol, el Pasaje Olaya, la avenida Interior o Colmena, la avenida 28 de Julio, estas últimas perpendiculares entre sí. Asimismo, se permitió la construcción de nuevos espacios urbanos de carácter público como el hipódromo de Santa Beatriz que estaba “ubicado en el eje de la gran ciudad futura, entre avenidas magníficas de suntuosas construcciones”79. La red de los ejes viales fue uno de los aspectos claves para la configuración espacial de la trama urbana de Lima. Toda esta expansión estuvo asociada a un plan vial que necesariamente fue irradiando desde el centro a la periferia por medios de caminos, avenidas y vías del ferrocarril. Las urbanizaciones se cimentaron a lo largo de las mismas. Se construyeron las líneas del ferrocarril eléctrico a Magdalena con su ramal a San Miguel (1913). Se desarrolló la vía Costanera (1907) (actual avenida El Ejército) que vincularía Magdalena con Miraflores. Se lleva a cabo también el tendido de las líneas del ferrocarril urbano de Lima hacia los balnearios del sur, Barranco y Miraflores, y las modificaciones en el tranvía Barranco‐Chorrillos. De ese mismo año es el plano de las Empresas Eléctricas Asociadas del ingeniero Enrique E. Silgado, que es el primer estudio topográfico que muestra toda la superficie de Lima, Callao, balnearios y fundos intermedios. Aparecen también en este plano Breña, Chacra Colorada, Azcona, Chacra Ríos y Desamparados, Surco, San Isidro, Surquillo, Balconcillo, Maranga, Santa Cruz, etc. Para esta época ya se había construido edificaciones sobre el lado oeste de la Av. Circunvalación y en la zona más próxima a la ciudad de la Avenida del Progreso, actual Av. Venezuela. A pesar de los esfuerzos que se realizan para urbanizar la ciudad, los censos indican que, tanto en 1908 como en 1919, la densidad urbana se mantiene prácticamente igual.
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Extraído de Fecha de consulta: 09.09.2010.
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LEGUÍA, Jorge Guillermo, “La Ciudad de los Reyes del Perú. Lima, Capital de la República” en El Perú en el Primer Centenario de su Independencia. (Peru in the First Centennary of Independence) (edición española a inglesa), Société de Publicité Sud‐Américaine Monte Domecq’ & Cie. Ltd, Buenos Aires, impreso en Berlín, 1922, pp. 390‐391.
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Figura 40. Se esquematizan avenidas, plazas, nuevo barrio. Plano de Lima por Ricardo Tizón y Bueno, ingeniero civil y agrimensor, 1908.Este plano se imprimió a dos escalas uno: 5.000 y uno: 10.000. El autor lo incluyó en 1916 en su libro “El Plano de Lima”. Apuntaciones históricas y estadísticas”. (Archivo JGD).
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Figura 41. Se esquematiza el nuevo barrio de Santa Beatriz (espacio por donde se empieza a expandir la ciudad) entre las avenidas la Magdalena, que posteriormente será llamada Brasil y el barrio de La Victoria. Plano de Lima, por Santiago Basurco, del año 1904. (Archivo JGD).
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Figura 42. En este plano se esquematiza la irradiación vial de Lima fundacional (rojo) y como llegan hasta los lugares más próximos de las costas hacia las nuevas urbanizaciones. Se nombran las zonas urbanizadas más importantes, y en el plano se indican las otras urbanizaciones que se fueron formando. Plano general de los Ferrocarriles eléctricos de Lima, Callao y Chorrillos por el ingeniero Enrique E. Silgado. Escala 1/50.000. Empresas Eléctricas Asociadas, Plano general de los Ferrocarriles eléctricos de Lima, Callao y Chorrillos por el ingeniero Enrique E. Silgado. El plano se publicó el año 1908 en el libro “Reseña Histórica de los Ferrocarriles del Perú” de Federico Costa y Laurent. (Archivo JGD).
Desde fines del siglo XIX e inicios del siglo XX, Lima sufre una serie de transformaciones urbanas que la enrumban a convertirse en una ciudad moderna. Su modernización se refleja en la renovación de los servicios como el agua, el desagüe, el alumbrado público eléctrico y el transporte. En 1903, aparece el primer automóvil y se inaugura el servicio de electrobuses. En 1905, el contrato entre el municipio de la ciudad y la Compañía del Ferrocarril Urbano se sustituye para pasar de la tracción animal a la eléctrica. En 1906 entra en funciones el tranvía eléctrico que conecta los diversos barrios de la ciudad. Se construyen edificios públicos y grandes avenidas que salen fuera de los límites que implantaba la muralla, en especial hacia los balnearios del sur. Asimismo, se desarrollan las primeras urbanizaciones tanto dentro como fuera de la muralla.
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Con estos cambios, finalmente, se desdibujan los límites de la traza colonial. La antigua Plaza Mayor se convierte en la Plaza de Armas y pasa de ser de un lugar de encuentro y comercio a un espacio en el cual se realizan las ceremonias del Estado republicano. De 1909 a 1912, durante el primer período gubernamental de Augusto B. Leguía, el Ejecutivo empieza a tomar a su cargo labores específicas del ámbito municipal. Dicta una serie de resoluciones supremas que abarcan asuntos urbanos y relacionados con la edificación. En el segundo período gubernamental de Don José Pardo (1915‐ 1919) se prolonga la Avenida de la Colmena, se forma la planta de la Plaza San Martín, creada por ley 2513 del año 1917 y se inician las expropiaciones necesarias. Por otra parte, el Municipio de Lima trata de hacer frente a lo referente al saneamiento de la capital. En 1916, Luis Miró Quesada, encargado de la Alcaldía, presenta un proyecto para dotar de agua potable, pavimentos y de una red de canalizaciones a la capital. En el censo de 1908 la población de Lima era de 140.844 habitantes. Su territorio alcanzaba 1.292 hectáreas, es decir 158 moradores por hectárea habitable. Las calles y plazas ocupaban el 25% de la superficie útil total. Solo un 10% de las construcciones tenía dos pisos. En lo que se refiere a la vivienda, 477 por mil de ellas estaban superpobladas (la mitad de los pobladores de Lima vivían en “callejones”; 295 por mil eran suficientes; 88 por mil amplias y 38 por mil muy amplias. En 1919 se efectúa un nuevo censo, el cual nos dice que ahora la ciudad cuenta con 176.000 habitantes y la superficie urbana ha llegado a las 1.430 hectáreas. El porcentaje de espacios libres es del 29%. Las construcciones de un solo piso constituyen el 80%80. Este proceso de modernización conlleva un gran crecimiento demográfico sumado al traslado de los habitantes de la costa y sierra central. Las estadísticas vitales empiezan a mostrar que los nacimientos superan a las muertes, dando inicio al proceso de crecimiento vegetativo de la población que caracteriza al siglo XX. Posteriormente las grandes migraciones internas, después de la II Guerra Mundial habrían de completar la transformación de la población limeña, que pasó de ser criolla y afroperuana a una realidad mucho más andina. En el centro de la ciudad han permanecido los pobres, donde se acentúa el proceso de “tugurización” de las viviendas, mientras que la clase acomodada se fue trasladando a los distritos del sur. 80
HARTH‐TERRÉ E., “Lima contemporánea” en Lima en el IV Centenario de su Fundación. Monografía del Departamento de Lima, Editorial “Minerva”, Lima, Perú, 1935, s. n.
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CONCLUSIONES La evolución urbana de Lima se remonta a la fundación española de la ciudad el 18 de enero de 1535. En ese momento, el conquistador Francisco Pizarro dispuso la primera conformación física y distribución espacial de la futura urbe. Para ello contaba con las ordenanzas que reglamentaban el proceso de formación de ciudades españolas en el Nuevo Mundo. Estos reglamentos se orientaban por modelos renacentistas para diseñar ciudades muy regulares, basadas en una distribución en forma de cuadrícula alrededor de una plaza central. Sin embargo, Lima no resultó una aplicación muy fiel de las ordenanzas españolas. En efecto, la plaza central no ocupa una posición al medio de la urbe, sino que se halla excéntrica prácticamente pegada a uno de los lados, el río Rímac. La posición de la ciudad con respecto al río resultó fuente de los cambios que hacen específica a Lima en la historia del urbanismo español en Latinoamérica. Como vimos, la plaza central está colocada en posición excéntrica, además las calles que estaban orientadas del sudeste al noroeste procurando así una mejor circulación de aire, estaban también provistas de acequias que tomaban el agua del río y la llevaban al área agrícola. De esta manera, las calles fueron esenciales para el aseo e higiene urbana de los primeros siglos coloniales. Asimismo, dos importantes conventos coloniales se ubicaron precisamente en las dos tomas de agua que se hallaban en zona urbana. Uno es el convento de San Francisco y el otro el dominico. Ambas enormes construcciones religiosas dominaron entonces el frente de río y no se desarrolló una alameda civil. Estas dos estructuras religiosas estaban asentadas sobre el terreno de olvidados adoratorios de los indígenas, que celebraban las antiguas bocatomas. Estas pasaron a depender de los conventos españoles.
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En este plano muy antiguo de “La ciudad de Los Reyes”, se esquematizan los dos conventos coloniales junto a 81 las dos tomasde agua del río. En amarillo Santo Domingo,en rosa San Francisco y en verde la Plaza Mayor.
En efecto, todo el sistema de regadío había sido construido por las sociedades prehispánicas, que habían trabajado bastante para controlar la hidráulica y aumentar las tierras bajo regadío. Esos canales han seguido en uso hasta el siglo XX, aún hoy hundidos y sumergidos siguen actuando bajo la superficie. Fueron parte del basamento indígena de la ciudad española. Por otra parte, los adoratorios fueron esenciales en el paisaje que conquistaron Pizarro y sus acompañantes. Aunque era un área esencialmente rural, la población prehispánica había sido numerosa y el valle estaba densamente poblado. Luego sobrevino la catástrofe demográfica y la población, a causa de enfermedades para las cuales carecía de defensas, se redujo considerablemente. Solo sobrevivió al primer siglo de la conquista un indígena de cada doce que había cuando llegaron los conquistadores. Al producirse esta catástrofe, el gobierno
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Plano de 1674 delineado por Bernardo Clemente Príncipe. El original pintado en colores se encuentra en la Biblioteca del Congreso en Washington y puede considerarse como el más antiguo plano total de Lima, ya que solo existen en el Archivo de Indias planos parciales del centro de la ciudad levantados en 1611 y 1626. (Biblioteca del Congreso en Washington).
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virreinal redujo a la población aborigen en determinados puntos y el valle de Lima quedó vacío y libre. Pero, si la población se redujo drásticamente, sobrevivieron sus templos, llamados “huacas” en lengua quechua, término que ha pasado al castellano del Perú. Ellas eran mudos testimonios de un pasado lleno de construcciones y de edificios dedicados a sus dioses. Las huacas eran muy numerosas, se calculan en más de mil las construcciones religiosas prehispánicas de distinta jerarquía solamente en el valle de Lima. Es por esto que el trazado español tuvo que adaptarse a una superficie que no estaba vacía, sino que contenía numerosas huellas de una ocupación humana anterior. Si bien es cierto que, ante este panorama, los españoles se adaptaron, también tuvieron las manos libres, porque había monumentos, pero a su vez, la gente había disminuido radicalmente. Dispusieron del espacio a su disposición y ordenaron una cuadrícula bastante perfecta, ya que estaba integrada por manzanas regulares de cien metros por lado. Al frente de las iglesias un atrio acompañado por una pequeña plazuela y una pileta como elemento ornamental, formaba el espacio público colonial, fuertemente vinculado al uso religioso. Un factor determinante en la configuración de la Lima urbana durante los siglos coloniales fue la presencia de terremotos. Varios terremotos la destruyeron durante esos siglos. Incluso hubo un gran sismo, el del 1746, acompañado por un maremoto que se llevó íntegramente al puerto de El Callao. En aquella ocasión pereció el 10% de la población y solo quedaron en pie unas cuantas casas y apenas una iglesia recientemente construida. A partir de entonces, las viviendas y las iglesias se construyeron con adobe y quincha, dejándose de emplear la piedra que había sido el material preferido de los españoles. Las alturas máximas de las viviendas fueron reguladas y surgió una ciudad nueva, y más ligera que la primera colonial. Ese cambio fue esencial porque significó la reaparición por todo lo alto de los materiales de construcción utilizados en este territorio desde las primeras culturas de las costas del Perú. Fueron estos los materiales que habrían de sobrevivir como la base de toda construcción urbana a lo largo de todo el siglo XIX, y comenzando el siglo XX, se irían dejando de lado con la introducción del uso del ladrillo y el cemento. Otro elemento urbano, fue el sistema de murallas que rodeaban a la capital, como dice Macera “la única gran obra urbanista” del siglo XVII. Fueron construidas con adobe y estaban rellenas de material de desmonte. No lucían elegantes sino que eran toscas defensas para alejar a los piratas que, de cuando en cuando, aparecían por el océano Pacífico, para intentar pillar la plata proveniente de la minería peruana. Cumplieron su cometido y fueron el límite externo de la ciudad.
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Algunas puertas de entrada bastante bien terminadas completaban el trazado del sistema de las murallas. Durante el siglo XIX, en plena era del guano, cuando abundaba el dinero en el Perú, el gobierno de José Balta adoptó la decisión de derribar las murallas. En ese momento, quedó libre un anillo exterior considerablemente ancho. Ese anillo dio origen a un sistema de grandes avenidas y alamedas que circundan el centro antiguo colonial. De este modo, el centro colonial halló un sistema vial de escape precisamente en el momento en que la antigua ciudad de peatones estaba dejando paso a la nueva ciudad, donde ya se hacía necesario un nuevo sistema de transporte colectivo. Lamentablemente, junto con las murallas fueron derribadas también las puertas que eran construcciones bastante finas, y en este espacio se crearon nuevos espacios públicos. El primer monumento del siglo XIX, erigido fuera de las murallas en el antiguo emplazamiento de la portada que iba a El Callao, fue el monumento a la victoria del Combate del Dos de Mayo, de 1866. En ese año, las fortalezas de El Callao habían rechazado el ataque de la armada española, que se tuvo que retirar maltrecha. Fue considerada la primera gran victoria de las armas peruanas y como aún se vivía en la era del guano, se erigió un primer gran monumento republicano. Este monumento tendría larga influencia sobre los espacios públicos de la ciudad, ya que fue la base para el trazado de ejes axiales y perspectivas de monumentos al estilo de París. Asimismo, el derribo de las murallas fue el punto de partida de la planificación urbana. En efecto, la municipalidad de Lima aprobó, en 1872, el primer plan regulador de la ciudad republicana. Hasta entonces, las normas seguían siendo las ordenanzas coloniales, contenidas en las famosas Leyes de Indias. La importancia de esta nueva norma significó la articulación del estado republicano con el desarrollo urbano. Durante el siglo XIX, el crecimiento poblacional de Lima siguió siendo lento, aunque atrajo a más migrantes que en los siglos anteriores. Aparecieron colonias de extranjeros, fundamentalmente europeos, pero también asiáticos, que incrementaron la variedad étnica y cultural del país. Asimismo, la era del guano atrajo una migración del interior del país hacia la capital y, por lo tanto, a finales del siglo XIX, unas 150,000 personas vivían en Lima. Tomando en cuenta que en 1800 habían sido apenas 60,000 los habitantes, pues resultaba que el crecimiento si bien era lento en contraste con las cifras que vendrían luego, durante el siglo XX, sí era considerable y Lima era bastante más extensa y lucía mucho más moderna que cien años atrás. Aún no se había atravesado por la transición demográfica y como consecuencia la población crecía exclusivamente por migración,
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puesto que el crecimiento vegetativo era negativo. Pero, el siglo XIX cerró al alza, tanto en términos demográficos como también urbanos, dando signos de que el país se recuperaba luego de la desastrosa Guerra del Pacífico (1879‐1883) , que el Perú había perdido ante Chile. El surgimiento de las nuevas avenidas, y su expansión hacia el sur oeste, habrían de jugar un papel crucial en el desarrollo urbano de la Lima moderna, también surgieron urbanizaciones situadas al otro lado de las antiguas murallas. En este caso, se trató de los nuevos barrios de La Victoria y de Breña, que habrían de ser pioneros de la expansión urbana de Lima extramuros. Estas transformaciones apuntaban a la modernidad al estilo occidental. Uno de sus factores era la relativa consolidación del estado nación, que fue organizando sus fuerzas para encarar el crecimiento urbano. Antiguamente la tradición indicaba que la municipalidad se encargaba de todos los asuntos urbanos. Esas municipalidades provenían de la era colonial y habían continuado operando durante el siglo XIX. Pero, al terminar esta centuria, el Estado central organizó sus fuerzas y creó el ministerio de Fomento, como nuevo ente encargado de fomentar el desarrollo nacional. Este ministerio centralizó la promoción gubernamental de la actividad económica, la construcción de puentes, carreteras, plantas eléctricas y por ese camino se involucró directamente con el crecimiento urbano. De este modo, al comenzar el siglo XX, el panorama urbano era mucho más complejo y estaba comenzando la gran etapa del desarrollo de la Lima moderna que continúa hasta el día de hoy. El final del siglo XIX asemeja una bisagra que conecta la Lima colonial con la moderna.
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PARTE II “PATRIA NUEVA” ARTICULACIONES IDEOLÓGICAS ʺLeguía adoptó la filosofía de la Patria Nueva para ayudar a modelar una conciencia colectiva entre los peruanos; para concentrar y canalizar los esfuerzos del populacho indio, el surgimiento de las clases medias, la elite terrateniente y la oligarquía limeña hacia la revitalización del país.ʺ82 Pauline Antrobus
LIMA: TRANSFORMACIÓN Y CAMBIOS Con el avance de la revolución industrial se origina una serie de cambios en todos los países del planeta. En la producción, los países industrializados requieren grandes inversiones de capital debido a las nuevas técnicas. En el comercio, buscan asegurar sus mercados mediante el poderío militar o a través del dominio económico de las naciones no industrializadas. Finalizada la Primera Guerra Mundial, los Estados Unidos se consolidan definitivamente como gran potencia internacional. En el caso del Perú, los capitales estadounidenses se interesan especialmente en minería, petróleo, haciendas azucareras y ferrocarriles. Parte del predominio del país del Norte, se manifiesta con gran rapidez en el urbanismo practicado en el crecimiento expansivo de las ciudades capitales como La Habana, Montevideo, Buenos Aires, Lima, etc. Los gobiernos de estos países ostentan su poder a través de nuevos planes urbanos que proyectan largas y amplias avenidas, definiendo nuevos barrios en los que el arte público cumple una función, no solo ornamental, sino también de propaganda política. Coincidiendo con las celebraciones centenarias vuelven sus miradas hacia el deseo de constituir una identidad nacional que exalte y realce los valores de la nación haciendo una inflexión desde el arte público. En Lima, este proceso tuvo lugar durante la conmemoración de dos hechos históricos que fueron determinantes en la historia republicana del Perú. Para Nanda Leonardini: “Leguía tiene entre manos tres oportunidades históricas importantes para utilizarlas iconográficamente y así reafirmar su poderío: “El centenario de la Independencia” (1921), “El 82 ANTROBUS, Pauline. Peruvian Art of the "Patria Nueva", 1919‐1930, University of Essex, 1997, p. 189.
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centenario de la batalla de Ayacucho” (1924) encargada de cerrar la independencia sudamericana y “El Plesbicito Tacna‐Arica” (1925‐1929) que determina el retorno de Tacna a la patria después de largo cautiverio”83. En base a estas fechas, Leguía elabora un programa a desarrollar en el que, partiendo de una iconografía de muy fácil acceso para todo el mundo, trata de sintetizar su idea de “Patria Nueva” e instaurarla en el período de su gobierno en todo el Perú. La creación de este imaginario se verá plasmada en la imagen ‐ finalmente concluida‐ de San Martín emplazada en la plaza que lleva su nombre; en la escultura ecuestre en homenaje al Mariscal Sucre, vencedor de la batalla de Ayacucho, ubicada en el Parque de La Reserva, y en todos los monumentos y espacios urbanos que en celebración de estos aniversarios fueron poblando y promoviendo un desarrollo urbano sin precedentes. Las donaciones que las colonias entregaron al Perú como signos de amistad y solidaridad, fueron monumentos y edificios arquitectónicos de gran valor artístico, contribuyendo además a reforzar la creación de nuevos espacios para los monumentos, así como nuevos monumentos para este nuevo escenario urbano. Se imprimió también una serie de estampillas o sellos postales por el centenario de la Independencia, en las cuales la figura del libertador resulta relevante ya que en estos cuatro sellos su imagen cobra protagonismo. Incluso Leguía no tiene reparos en aparecer en una de ellas.84 Sin embargo, si se analiza la que se representa a San Martín proclamando la independencia, se ve que también lo acompañan otros elementos iconográficos como la alegoría de la Patria, la leyenda y fecha conmemorativa de la batalla de Ayacucho, 1824 y detrás de La Patria, la Estela Raimondi85, de la cultura Chavín, una de las culturas peruanas más antiguas, (1,200 A. C.). Quizás con esta inclusión ya se estaban marcando las pautas de lo que sería su programa de gobierno, expresado en la siguiente declaración: “He procurado definir las fronteras del Perú, desarrollar su riqueza y aumentar el optimismo de su raza”.
83
LEONARDINI, Nanda. “Identidad, ideología e iconografía republicana en el Perú” en ARBOR Ciencia, Pensamiento y Cultura, Año CLXXXV, Vol. 185, No. 740 noviembre‐diciembre, 2009, p. 1264.
84
LEONARDINI, op. cit, p. 1265.
85
Se trata del diseño de un monolito de relieves geométricos, dotado de gran simetría.85 En su espacio natural, el bloque de piedra, se hallaba albergado en el templo de Chavín. En el timbre postal, a pesar de quedar limitada en su presencia, su inclusión tiene significación. Este motivo también será incluido en la Fuente Monumental China o de las Tres Razas.
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Figura 43. Estampilla por el centenario de la Independencia.
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LEONARDINI, op. cit., p. 1264.
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La modernización, el progreso, el desarrollo tecnológico y las áreas crecientes de nuevas urbanizaciones se instaurarían en varias ciudades de provincia, pero principalmente en Lima. Se inició una labor que, en lo fundamental, cambiaría definitivamente el rostro del país en lo social, económico, territorial y político. Este período conocido, por los opositores al nuevo gobierno, como el “Oncenio leguiísta”, se convertiría en el punto de referencia fundamental para entender la evolución del país a lo largo del siglo XX. Con respecto a este período Ludeña aclara el panorama cuando dice: “Por ello es que lo que podría aparecer como una contradicción abierta entre modernización capitalista y defensa de una estética historicista de estilo oligárquico, no lo es tanto. El factor encargado de disolver cualquier contrasentido sería la promoción de una cultura urbana basada en la conversión de la vida urbana en una gran fiesta cargada de frivolidad, decadentismo y un vacuo cosmopolitismo donde la población terminó siendo convertida en voyeur colectivo de la cultura del club privado y los paseos en automóvil.”87
Figura 44 El Presidente de la República, el Cardenal Benlloch y el Dr. Miguel Checa Eguiguren, presidente 88 del Jockey Club.
87
LUDEÑA, Wiley “Lima: poder, centro y centralidad. En revista EURE, Vol. XXVIII, N° 83, Santiago de Chile, mayo del 2002, pp. 55‐56. 88
LINARES MÁLAGA, Fausto E. (recopilador), El Cardenal Benlloch en el Perú, Imprenta y litografía T. Scheuch, Lima, 1924, p. 153.
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Elegido Leguía con los votos anti oligárquicos opuestos al conservadurismo de los representantes de la llamada “República Aristocrática”89, irrumpiría en la política con nuevos protagonistas en la esfera pública. Su gobierno autodenominado de la “Patria Nueva”, apostó –en el aspecto económico— por la expansión industrial y la modernización capitalista de las estructuras productivas y sociales del país. Con esta administración, se pasará de la sujeción al mercado europeo ‐favorecido por los gobiernos oligárquicos anteriores‐ a la consolidación de la presencia de los Estados Unidos de Norteamérica. “De una u otra forma, casi todos los gobernantes del Perú han tenido en la ciudad de Lima a uno de sus objetos preferidos de intervención. Pero si realmente existe alguien para quien esta relación tuvo el sentido de una relación vital desde el punto de vista no solo de la existencia política, económica o cultural, este es Leguía. Lima fue para Leguía como los capitales norteamericanos fueron para la expansión capitalista en América del Sur.”90 Durante su administración, Leguía fue promotor de los intereses financieros e industriales del gran capital norteamericano, también y contradictoriamente difusor de un discurso fuertemente nacionalista basado en una suerte de encendido indigenismo e incaísmo. Sus cuestionadas reelecciones con el afán de perpetuarse en el poder, y ese afán por difundir su imagen mostrándose desde un escenario creado por él mismo, tiñeron su período de gobierno de un matiz totalitario. Sin embargo, el armazón gubernamental que lo sostenía lo apoyaba casi incondicionalmente, pero “Las condecoraciones venían de todas partes, del Congreso, de los estudiantes, los indígenas. Hasta el embajador de EE.UU., Alexander Moore, lo llamó “El gigante del Pacífico”. Los periódicos repetían “Viracocha”, “Nuevo Mesías” o “Júpiter Presidente.” Sin embargo este aparentemente sólido gobierno se cayó como un castillo de naipes”91. En sus horas de gloria, Leguía llegaría a ser considerado el nuevo Wiracocha.92. 89 Término usado por el historiador peruano Jorge Basadre para designar el período que empieza en 1895 y culmina con la toma del poder por parte de Augusto B. Leguía, en 1919. 90
LUDEÑA, op. cit, p. 54.
91
BURGA, Manuel, ”Yo Tirano,Yo ladrón”. Aproximaciones, diario La República, Jueves 16/4/2009.
92
Wiracocha o Viracocha, fue un dios principal del panteón andino que recorrió la tierra ordenándola.
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AUGUSTO B. LEGUÍA: PRESIDENTE DE LA “PATRIA NUEVA”
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Figura 45 El presidente Augusto B .Leguía1909. Fotografía de A. Dubreuil .
Augusto Bernardino Leguía Salcedo nació, el 19 de febrero de 1863, en el departamento de Lambayeque, situado en la costa norte del Perú. Hijo de Nicanor Leguía y Carmen Salcedo, realizó sus estudios escolares en Lambayeque.94 A partir de los trece años95 completó su instrucción en Valparaíso (Chile), donde cursó estudios superiores de comercio en el Colegio de Goldfinch y Blühm96. Regresó a Lambayeque en 1878. Ese mismo año tuvo una entrevista con Manuel Pardo97, fundador del 93
Adolfo Dubreuil (1848‐1927), fotógrafo francés. Recibió premio en la exposición de 1900 en París. Viajó al Perú muchas veces donde conoció y trabajó en el estudio Courret siendo su socio.
94
HOOPER LÓPEZ, René. Leguía. Ensayo biográfico, Ediciones Peruanas, Lima, 1964, p. 14.
95 CÁCERES, Esteban M. España en el Perú, 1923, Lima Perú. Fecha de consulta: 22.05.2010. . 96
Véase, ÁLVAREZ CALDERÓN AYULO, María Delfina. “Augusto B. Leguía, 1903‐1908. Un político con visión empresarial”, Tesis para optar el Título de Licenciada en Historia, Facultad de Letras y Ciencias Humanas, Pontificia Universidad Católica del Perú, 2009, p. 15. 97
HOOPER LÓPEZ. id., p. 14.
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Partido Civil, y en febrero de 1879 llegó a Lima donde entre 1880‐1888 trabajó en la casa comercial Prevost and Company. Durante la guerra con Chile, se enroló en la reserva, conformando el batallón Nº 2 del ejército, peleando en la Batalla de Miraflores (1881). A su término se incorporó nuevamente a la misma casa comercial. A fines de 1888 ingresó como agente viajero en la New York Life Insurance Company98, viajando al Ecuador siendo nombrado subgerente para Perú, Ecuador y Bolivia. En 1890 se casó con Julia Swayne y Mariátegui, nieta del prócer de la independencia Francisco Javier Mariátegui e hija de un próspero latifundista del valle de Cañete. En 1895 se traslada a vivir a Londres donde como representante de la testamentaría Swayne, (consistente en una poderosa negociación agrícola), la “British Sugar Company Limited”, firma dedicada a la exportación de azúcar, ejerce la gerencia por muchos años. En 1899 terminó el segundo gobierno de Nicolás de Piérola conocido como el de la “reconstrucción nacional”, por ser el período siguiente a la guerra del Pacífico. Piérola trazó coordenadas muy significativas que luego Leguía continuaría, tales como reactivar la economía en base al endeudamiento externo, la creación de puestos de trabajo para hombres y mujeres (esto último fue un suceso revolucionario para la época), el embellecimiento de la ciudad de Lima, y la creación del Ministerio de Fomento. Sin embargo, a su término y al dar paso a la administración de Eduardo López de Romaña99, se inicia el predominio del Partido Civil, (con el cual entró a gobernar Leguía en su primer mandato), partido que habría de gobernar, con una breve interrupción, los siguientes veinte años, dando curso al período de la historia peruana conocido como “República Aristocrática”. El primer gobierno de Leguía tuvo curso durante este marco temporal, incluso su actuación como ministro de hacienda en 1903, lo implicó como miembro del Partido Civil. Este partido, fundado por Manuel Pardo y Lavalle,100 fue creado con la intención de remover el militarismo, y se generó como
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La New York Life Insurance Company se fundó en 1845 y se hizo conocida por sus prácticas de comercio innovadoras. Véase . Fecha de consulta: 05,08.2010. 99
Presidente del Perú en el período de 1899‐1903, y miembro del Partido Civil.
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El Partido Civil fue fundado por Manuel Pardo y Lavalle, quien sería el primer presidente civil de la época republicana del Perú. Una segunda generación de dirigentes de este partido detentó el poder entre 1903 y 1919 con solo una interrupción. Comerciante orientado a la agricultura, gerente de la compañía consignataria del guano en Gran Bretaña, ex director del Banco del Perú, asimismo alcalde de Lima. Reconocido hombre de acción, inicialmente en los negocios, luego en la política, fundador del Partido Civil.
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una medida opositora al poder que iban adquiriendo los militares. Era un partido conservador, y claramente uno de sus propósitos fue defender y ampliar sus intereses económicos. Lo integraban propietarios de haciendas o salitreras, dedicados a la exportación de algodón y azúcar. Sus miembros eran en su mayoría, parte de las élites sociales y económicas establecidas en Lima. Buscaron la modernización y el progreso del país a través de la explotación de recursos naturales y la protección de la producción agroindustrial. Fomentaron el desarrollo productivo en muchos aspectos, transporte, educación y progreso de la Nación. Leguía, como hemos visto anteriormente, se trasladó a vivir a Londres en 1895, allí trabajó sobre este rubro con compañías extranjeras, e incluso fue gerente de una compañía importante. No pertenecía al núcleo de familias que integraban el partido Civil, pero su aspiración política se hizo notar mostrando habilidades y desarrollando conexiones con personalidades del partido al cual no solo perteneció sino que lo llevó al gobierno en su primera etapa. Durante el gobierno de López de Romaña La “República Aristocrática” pasó por varias contradicciones internas, surgieron confrontaciones generacionales por reclamar dentro del mismo partido dos maneras diferentes de enfocar el problema del desarrollo del país. Entre estos jóvenes civilistas, estaban José Pardo y Barreda101 y Augusto B. Leguía, quienes dieron al partido un nuevo impulso logrando imponerse. El primero gracias a su apellido y el segundo102, aunque no pertenecía a las filas de las viejas familias oligárquicas, destacaba por sus dotes gerenciales, siendo nombrado finalmente ministro de hacienda de Manuel Candamo.Manuel Candamo103, considerado el impulsor del Segundo Civilismo, pensaba que la candidatura de Leguía para Teniente 101
José Pardo y Barreda (1864‐1947), hijo del fundador del Partido Civil, y elegido presidente del país por este grupo, durante dos períodos: 1904‐1908 y 1915‐1919. Como se ha visto en el capítulo anterior, en su segundo período gubernamental se prolonga la Avenida de la Colmena, se forma la planta de la Plaza San Martín, creada por ley 2513 del año 1917 y se inician las expropiaciones necesarias. Por otra parte, el Municipio de Lima trata de hacer frente a lo referente al saneamiento de la capital. 102
Sin embargo para los viejos oligarcas el joven Leguía no poseía las relaciones sociales necesarias para obtener cargos de alto rango dentro del partido mientras que Pardo ya venía de descendencia directa del partido por sangre, su padre que había sido ya presidente de la república el año (1872‐1876). Cuando Leguía sube al poder el Partido Civil empieza a debilitarse. 103 Manuel Candamo Presidente del Perú, 1903‐1904, miembro del partido Civil, con quien Leguía compartía el gobierno desde el ministerio de hacienda, nació en Lima el 14 de julio de 1841. Miembro de una de las familias más adineradas del Perú, fue miembro del Partido Civil al que había ingresado en 1872. A los siete meses de haber llegado a Palacio viaja, por motivo de enfermedad, a Arequipa, lugar donde muere el 7 de mayo de 1904.
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Alcalde, era conveniente, e incluso lo manifestó en una carta del año 1897.104 Sin embargo, cuando la inesperada desaparición de Candamo obliga al partido a lanzar a un nuevo candidato, la juventud civilista logra que se proclame como candidato presidencial a José Pardo. Leguía entonces continuaría desde el ministerio de Hacienda, colaborando con el nuevo régimen, en el cual se desempeñaría, desde 1904 hasta 1908, dentro del partido Civil y con el mismo cargo.
PRIMER PERÍODO PRESIDENCIAL: 1908-1912 Cuando Leguía llegó al gobierno en su primer período, fue promovido por el partido civilista. Fue elegido por primera vez Presidente de la República el año 1908, como miembro del Partido Civil. El apoyo recibido era para que siga levantando la economía del país como lo había logrado ocupando el cargo de Ministro. En ese entonces encontraría un país convulsionado. En este primer período, Leguía promulga leyes relativas al acceso de las mujeres a la educación superior,105en 1908, y —en 1910— a los derechos de los trabajadores (Ley de Accidentes de Trabajo), en la que se alude por primera vez al salario mínimo106. Sin embargo, los mismos civilistas le estuvieron aplicando bloqueos sistemáticos para entorpecer su capacidad de realizar los proyectos que se había propuesto. Otro de los problemas que tuvo que enfrentar en ese período fue el de demarcación de límites. Producida la independencia de España, para las nuevas repúblicas fue muy importante la demarcación de sus límites, por lo tuvieron que firmar una serie de tratados conducentes a demarcar sus fronteras. En 1909 el Perú resuelve sus problemas limítrofes con Brasil y Bolivia. En mayo de ese mismo año, el Rey de España resuelve inhibirse de dictar el arbitraje, y continúan las tensiones
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DE LA PUENTE CANDAMO, José A. / DE LA PUENTE BRUNKE, José [editores]. El Perú desde la intimidad. Epistolario de Manuel Candamo (1873‐1904), Fondo Editorial de la PUCP, Lima, 2008, p. 488.
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La Ley N° 801 otorga la opción de grados académicos por las mujeres, y su artículo único dice: “Las mujeres que reúnan [sic] los requisitos que la ley exige para el ingreso á las universidades de la República, serán matriculadas en ellas cuando así lo soliciten, pudiendo optar [sic] los grados académicos y ejercer la profesión a que se dediquen.” 106
Ley 1378 en el Archivo Digital de la Legislación del Perú, Fondo Editorial del Congreso del Perú, Versión 2.1, 2003, Disco 2.
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por motivos similares con Colombia y con Chile. En 1910 surge el conflicto con el Ecuador. Este primer gobierno, fue largo y difícil. En su transcurso, se van alimentando las tensiones con relación al partido que lo llevó al poder. Al finalizar el primer período de Leguía, el Partido Civil, entró en un largo proceso de debilitamiento y finalmente se concretaría la ruptura política. Terminado el primer gobierno de Leguía y como consecuencia de la división del grupo civilista, el Congreso reconoció como Presidente a Guillermo Billinghurst107. Durante la transmisión de mando, el 24 de setiembre de 1912, Leguía expresará, “…Me ha tocado ejercer la suprema magistratura nacional en momento histórico agitado y azaroso cual ninguno. Al malestar económico que sufría el País al terminar el año de 1909, como reflejo de la crisis que atravesaban entonces los grandes mercados europeos, se han sucedido inexorablemente convulsiones políticas internas que han perturbado su marcha próspera y tranquila, crisis internacionales algunas de las cuales nos pusieron al borde de la guerra, la mayor y más cruel de las desgracias que pueden azotar a los pueblos; y hasta crisis de carácter social, en razón de la lucha constante que viven capital y trabajo en su afán de destruirse sino de encontrar la fórmula salvadora de garantía que asegure la conservación de uno y otro. Todo este cúmulo de graves y sucesivos acontecimientos, han hecho de mi gobierno una lucha sin tregua y de mi administración una faena sin descanso108. En 1913, será desterrado a Panamá, desde donde nuevamente se trasladará a vivir a Londres. El gobierno de Billinghurst será muy breve. La oposición, liderada por el grupo civilista, a la que se enfrenta en el Parlamento, además de sus enfrentamientos con la Iglesia y el ejército, culminarán con un golpe de estado financiado por ese partido.109 Los civilistas apelarán al coronel Óscar R. Benavides,110 poniendo de manifiesto su fragilidad y debilitamiento político. 107
Guillermo Billinghurst,Presidente del Perú1912‐1914, inicia su carrera política como miembro del Partido Civil. Nacido en Arica en 1851 y muerto en Tarapacá en 1915.
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REAÑO GARCÍA, José. Historia del leguiísmo. Sus hombres y sus obras. Edición facsimilar, Fundación Augusto B. Leguía, Editorial San Marcos, 2009, pp. 17‐18. 109
CHANG‐RODRÍGUEZ, Eugenio. Una vida agónica. Víctor Raúl Haya de la Torre. Testimonio de parte, Fondo Editorial del Congreso del Perú, Lima, 2007, p. 40. 110
Óscar Benavides (Lima, 1876‐1945) se desempeñaría dos veces como Presidente Provisorio de la República en 1914‐1915 y nuevamente en 1933‐1939.
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En 1915, es electo por segunda vez don José Pardo y Barreda (1915‐ 1919), último Presidente del Perú elegido por el Partido Civil111. Pardo, a su vez, terminaría destituido por Leguía el 4 de julio de 1919, quien dio fin a la permanencia en el poder del partido Civil. El año 1914 estalla la Primera Guerra Mundial y Leguía se declara a favor de los aliados, mientras que Pardo mantiene sus dudas al respecto. Sin embargo, el año 1916 el Perú entra a la guerra a favor de los aliados. Un submarino alemán hunde un barco peruano y se declara la guerra a Alemania. El Perú, por su situación geográfica colindante con cinco países, se vio envuelto en una serie de conflictos referidos a la fijación de límites. La solución significó que el país viera disminuir de manera importante el área que reivindicaba como propia. En el caso de Chile, tuvo mayor repercusión, ya que se trataba de terrenos que este país había conquistado al vencer en la Guerra del Pacífico. Sobre esa situación, Leguía se pronuncia en sus memorias de la siguiente manera: “Se me ha acusado de alta traición por haber celebrado los tratados de Colombia, y de Paz con Chile; empero la posteridad cuando me juzgue habrá de asignarme toda la razón y es entonces cuando se descorrerá el tupido velo de la verdad. Esos Tratados que pusieron términos a una situación un tanto anómala que intranquilizaba a las Repúblicas de Colombia y Chile y cuyo reflejo agudizaba nuestra zozobrante posición internacional, vinieron a devolvernos, y con nosotros al Continente la Paz que todos anhelaban. La política de mi gobierno en todo diferente a la de los anteriores, se preocupó en fijar con precisión los límites de la República, asumiendo la grave pero patriótica responsabilidad de establecerlo aún con criterio de equidad en aras de la armonía continental y procedió así porque el antiguo sistema de statu‐quo, tan popular entre nosotros traducía apenas la incapacidad para querer y la falta de valor moral para resolver.(…)Como patriota y hombre de honor como ex soldado del glorioso ejército del Perú, rechazo con indignación y desprecio el monstruoso cargo de traidor, que la felonía del civilismo me imputa. Si toda la vida mi única preocupación fue servir a mi patria y serle útil ¿cómo podría concebirse que el Presidente Leguía se traicionara a sí mismo traicionando al país?”112
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Ya en julio de 1918, Mariátegui había escrito lo siguiente: ““Partido Civil”. ¿Qué quiere decir en la hora actual este nombre? ¿Qué significa, qué vale, qué expresa? “Partido Civil”. Hablando en verdad estas palabras no son sino la razón social de una empresa de negocios políticos en quiebra y liquidación.”” MARIÁTEGUI, José Carlos, “La reorganización de los grupos políticos” en FLORES GALINDO, Alberto y PORTOCARRERO GRADOS, Ricardo, Invitación a la vida heroica José Carlos Mariátegui Textos esenciales, Fondo Editorial del Congreso del Perú, Lima, 2005, p. 104. 112
LEGUÍA, A.B. Yo tirano, yo ladrón, memorias del presidente Leguía, pp. 62‐63.
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Figura 46 Sobre el Mapa Político y Geográfico del Perú en 1908 de Camilo Vallejos, que esquematiza el área que el Perú consideraba su territorio, se ha superpuesto en color oscuro la superficie actual del Perú, para explicarlos problemas de demarcación de límites de ese entonces. Se ha señalado en rojo la ubicación de Lima.
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Figura 47 Afiche de propaganda de la época donde se muestra a Leguía en el centro, de todo su grupo de 113 gobierno.
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. Fecha de consulta: 15.09.2010.
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LEGUÍA PRESIDENTE-1919-1930 El año 1919, Augusto B. Leguía postuló nuevamente a la presidencia y obteniendo la mayoría de votos frente a su competidor Ántero Aspíllaga.114 Durante su etapa electoral, Leguía se había acercado a las provincias, a los jóvenes y a la clase media, lo cual le permitió acceder nuevamente a gobernar. Sin embargo, ante la duda frente al reconocimiento de su triunfo, efectuó un golpe de estado el 4 de julio de ese mismo año, convocando a un plebiscito para absolver una docena de interrogantes. “Se eligió una Asamblea Constituyente.”115 El 12 de octubre la Asamblea lo proclamó Presidente Constitucional. Leguía disolvió el Congreso, y reorganizó diversas instituciones como el ejército y la policía. Redactó una nueva Constitución Política en la que se incluyen cambios como, por ejemplo, que el Poder Legislativo se modificaría totalmente con la renovación del Poder Ejecutivo, y que su mandato duraría igualmente cinco años; la eliminación de las vicepresidencias, la creación de Congresos Regionales, la protección a la propiedad de las comunidades indígenas y la protección a la raza indígena, entre otros. Dicha carta magna fue aprobada en el mes de enero de 1920, lo que le permitió llevar a cabo una serie de cambios que facilitaron la ejecución de sus proyectos, para la instauración de la “Patria Nueva”.
LA IDEA DE LA PATRIA NUEVA El régimen de la “Patria Nueva” comienza con un golpe de estado y culmina con el cuartelazo del 24 de agosto de 1930. Luis Alberto Sánchez nos dice: “La ‘Patria Nueva’ se creó sobre pilares curiosamente análogos a otros tantos: ataque a la plutocracia civilista; promesa de irrigación de tierras para darlas a los que las trabajan; promesa de una democracia más directa y descentralizada; anuncio de nuevas inversiones para un desarrollo industrial 114
114
Candidato del Partido Civil tradicional. Era un prominente hacendado y fue ministro de hacienda en el primer gobierno de Cáceres. Los civilistas deciden presentarlo como el oponente de Leguía en 1919. 115
SÁNCHEZ, Luis Alberto, “La generación vetada también celebra su semicentenario” [18 de setiembre de 1969] en Perú visto por L.A.S. artículos del Cuaderno de Bitácora de Luis Alberto Sánchez. Selección y edición de Donald C. Henderson, Editorial Pachacútec, Lima, 1990, p. 74.
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inmediato; amparo a los sindicatos; creación de congresos regionales; congelación de precios y alquileres, no de salarios hasta hoy vigente; y exacerbación del sentimiento nacionalista. Todo ello basado en una nueva Constitución. Es evidente que el Perú, sacudido por la Primera Guerra, exigía esos cambios.”116 La visión de Leguía sobre el futuro del país se plasmó en el lema “Patria Nueva” que abarcaba varios propósitos de cambio, empezando por una transformación del sistema y cuerpo político, abriendo paso a nuevos dirigentes y renovando la élite sobre la que se apoyaba el gobierno del país. Es decir, desarticular a la clase dominante para cortar con el pasado y los partidos políticos, entre ellos con el Civilismo. Introducir cambios en la administración de la justicia, en el apuntalamiento del crédito internacional del Perú y la demarcación de sus fronteras que aún no estaban determinadas con precisión; el reforzamiento de la economía exportadora de materias primas unido a una política que contribuyera al ingreso de capitales extranjeros; la búsqueda del equilibrio económico interno, estipulándose para ello que por “ningún motivo podrá gobernarse sin presupuesto”117; el impulso de proyectos de irrigación, la colonización de la selva, etc. Para lograr la modernización del país, Leguía instauró un Estado fuerte, en el cual se priorizaba el “orden público” sobre el “estado de derecho”; se le planteó a los indígenas convertirse en propietarios; robusteció a la clase media118 y, dentro de ella además, amplió considerablemente el número de empleados públicos119 al servicio del gobierno; alentó la inversión extranjera (en especial la de los Estados Unidos); construyó una red vial de carreteras que facilitó la comunicación del país, así como la construcción y reparación de puentes. En materia de defensa, el objetivo fue la renovación de la policía y del ejército para lo que contrató 116
SÁNCHEZ, Luis Alberto, “La “Patria Nueva”” [14 de setiembre de 1973] en Perú visto por L.A.S. artículos del Cuaderno de Bitácora de Luis Alberto Sánchez. Selección y edición de Donald C. Henderson, Editorial Pachacútec, Lima, 1990, p. 71. 117
CONSTITUCIÓN, 1920, Art. 86
118
BETHELL, Leslie, editor. Historia de América, 10. América del Sur, c. 1870‐1930. Editorial Crítica, 2000, p. 272. 119
En el sector público se quintuplicaría el número de funcionarios públicos. Ibídem.
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delegaciones extranjeras; se procuró reformar el sistema educativo; se ejecutaron distintas obras de saneamiento y salubridad, etc. En suma, para llevar a cabo la eliminación del viejo orden oligárquico, inicialmente pudo atraer la participación de las provincias, de la juventud y de la clase media. Como manifestara Leguía en su Mensaje a la Nación al iniciar su nuevo período de gobierno en 1919, la norma de conducta que seguiría se traduciría en estas palabras: “Hechos, no palabras.”120 Este planteamiento se vio materializado durante los once años de gobierno de Leguía, a través de los siguientes aspectos. En lo social, el surgimiento de una naciente clase media, que poco a poco se iba convirtiendo en la clase pensante y crítica, dejando atrás a la oligarquía, que controlaba hasta entonces los sectores políticos, económicos y educativos; y un caciquismo en la Sierra, que participaba en el Congreso y controlaba las provincias. Para Leguía, los lineamientos de poder tenían como propósito la creación de una ciudad moderna para un ciudadano modelo, que elevase al Perú al nivel de las naciones cosmopolitas. Este nuevo grupo que gobernaba con Leguía, al igual que el grupo modernizador formado desde el tiempo de Piérola, poseía una mentalidad positivista, racionalista y materialista, opuesta a la concepción señorial y colonial, a la desatención al trabajo y a la gran sensualidad característica del círculo conservador.121 Esta nueva actitud, dio estímulo al crecimiento de una ciudad que, al brindar nuevas facilidades, fue priorizando la vida urbana frente a la vida rural y atrayendo a los pobladores de todas partes del país.
120
LEGUÍA, Discursos, 1919.
121
Véase MUÑOZ CABREJO, Fanni. Diversiones públicas en Lima 1890‐1920: la experiencia de la modernidad. Red para el Desarrollo de las Ciencias Sociales en el Perú, Lima, 2001, p. 45.
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Figura 48 Jirón de La Unión. Lima 1924. El gobierno de Leguía como se ha visto anteriormente, cambió mucho al país como territorio, y entre sus transformaciones más significativas destaca la transformación de la fisonomía urbana. Durante esta época triunfó definitivamente el automóvil y se impuso el transporte urbano. La gente fue dejando atrás la condición de peatón y la ciudad se adaptó a los medios de transporte como tranvías e incluso automóviles. Cuando Leguía es derrocado en 1930, Lima estará pavimentada en un 90%.
Figura 49 Inauguración del Country Club, San Isidro.
Figura 50. Hipódromo de Santa Beatriz.
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Figura 51. Izquierda: Abraham Valdelomar en Sicuani, Derecha: El Palais Concert en 1924. mayo de 1919. Fotografía de Martín Chambi.
De provincias llegaron muchos escritores entre ellos Abraham Valdelomar,123 impulsor del grupo “Colónida”, cuyos integrantes se reunían en el Palais Concert124 En lo político, Leguía se iba alejando cada vez más del Civilismo, el cual se iba transformado, en palabras del embajador norteamericano, en: “facción ultraconservadora, reaccionaria, del Perú, que correspondía al grupo de 122
Fuente: . Fecha de consulta: 29.07.2010.
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Importante escritor peruano, nacido en Ica (1888‐1919). En 1912, apoyó la candidatura de Guillermo Billinghurst, quien le otorgaría la dirección del diario oficial “El Peruano” y posteriormente un cargo diplomático en Italia. En 1916, funda la Revista Colónida. Realizó una serie de giras y conferencias por todo el país. En 1919 es elegido diputado por Ica ante el Congreso Regional del Centro. DE PRIEGO, Manuel Miguel. El conde plebeyo. Biografía de Abraham Valdelomar, Fondo Editorial del Congreso del Perú, Lima, 2000, p. 402. 124
El famoso café Palais Concert fue inaugurado en 1913 y estuvo ubicado en el Jirón de la Unión, lugar donde se reunía la élite social e intelectual de la capital. En palabras de A. Valdelomar: “El Perú es Lima; Lima es el Jirón de la Unión; el Jirón de la Unión es el Palais Concert. Luego, el Perú es el Palais Concert.”
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grandes terratenientes. Estos son anti foráneos, anti industriales y desean que el Perú sea solamente un país agrícola sin desarrollo fuera de sus propias haciendas, con el país administrado completamente para su propio beneficio.”125 El Partido Demócrata, tras la muerte de Nicolás de Piérola, empezaría a extinguirse. Igualmente el Partido Constitucional de Andrés A. Cáceres126.La última campaña electoral en que actuó el partido Civil fue en 1919, lanzando a la candidatura presidencial a Antero Aspíllaga. Sin embargo desde 1872, y más allá de la vida de su fundador Pardo y Lavalle, el partido se prolongó muchas décadas, convirtiéndose con el Demócrata Nicolás de Piérola, en los pilares de la “república aristocrática.” A partir de entonces, los partidos Civil y Demócrata ya no tuvieron vigencia. Solo quedaba el partido constitucional que encabezaba Cáceres.127 Desde 1919, el estatus quo empezó a hacer crisis. “Augusto Leguía fue el personero de la disolución de la clase capitalista nacional: la dividió entre capitalistas de origen fiscal, agrario y colonial, por una parte, y entre neocapitalistas industriales de origen mesocrático, por otra parte.” “Mientras tanto Leguía funda el partido Democrático Reformista y como viejo astuto en la política, acaparaba a las gentes con un programa atrayente: propone recuperar las provincias de Tacna, Arica y también Tarapacá. Ofrece robustecer el poderío militar, además del saneamiento nacional.” 128 El Presidente Leguía, en un país donde no existían partidos políticos verdaderos, optó por ser un caudillo civil. En 1926, subrayaba claramente esta posición en un discurso dado en la Academia de la Lengua Española: “La Historia de la República del Perú, es la historia de un trágico contraste entre la Ley, que consigna teorías magníficas y la realidad indócil para someterse a sus preceptos. En ese perpetuo contraste hemos vivido, imaginando ser gobernados por principios cuando en realidad, lo éramos por pasiones. La verdadera Ley, el verdadero Gobierno, fueron siempre en el Perú, la Ley y el Gobierno impuestos por un hombre superior, a quien, unas veces, la 125
QUIROZ, Alfonso W. Corrupt Circles. A History of Unbound Graft in Peru, the Johns Hopkins University Press, Baltimore, 2008, p. 212.
126
Cáceres fue un general de la Guerra del Pacífico que lideró la resistencia nacional contra la invasión chilena. Posteriormente gobernó el Perú entre 1884 y 1894 y fundó el Partido Constitucional, que tuvo vigencia hasta el “Oncenio” de Leguía.
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. 12.09.2010.
Fecha
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consulta:
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SÁNCHEZ, Luis Alberto, “Balance de un sesquicentenario” [s. f.] en Perú visto por L.A.S. artículos del Cuaderno de Bitácora de Luis Alberto Sánchez. Selección y edición de Donald C. Henderson, Editorial Pachacútec, Lima, 1990, p. 272.
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casualidad, y otras el voto popular, elevaron al poder. Y ese sistema se aviene a la índole de nuestra raza y lo justifican las enseñanzas de nuestra historia. En el Imperio aborigen, los Incas ejercieron un poder personal omnímodo. En la Colonia, el Virrey fue un Señor casi absoluto. Porqué nos admiramos entonces ¿qué en la República, nuestros gobernantes, con el título democrático de Presidente, a despecho de las constituciones elaboradas por el casuismo de los doctores, ejercieran un poder análogo al que tuvieron los Incas y los Virreyes en el curso de los siglos? No fueron las Leyes, sino nuestros caudillos, los que hicieron la patria”.129 Aunque se incrementaron las publicaciones de carácter político, literario y artístico, así como también las que se ocuparon de temas comerciales e industriales.130 El político y periodista Carlos Miró Quesada Laos, considera que “Las trabas puestas al pensamiento escrito dificultaban enormemente la labor de la prensa. Bajo el pesado clima imperante, el periodismo se acostumbró a no escribir y a no opinar.”131 Con la caída de Leguía en 1930, los antiguos partidos políticos fueron desapareciendo. Sin embargo, durante su gobierno y para mantenerse en el poder, Leguía somete al congreso, a la prensa, y desata una implacable persecución contra sus adversarios políticos. Surgen entonces nuevos líderes políticos en reacción a la dictadura de la “Patria Nueva”,132 entre los que se encuentran el APRA133 de Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Socialista de José Carlos Mariátegui134. El Partido Socialista después del fallecimiento de su fundador se convirtió en el Partido Comunista. Estos dos partidos continúan vigentes hasta la fecha. 129
HOOPER LÓPEZ, RENÉ. Leguía. Ensayo biográfico, Ediciones Peruanas, Lima, 1964, pp. 140‐ 141. 130
PALACIOS RODRÍGUEZ, Raúl, El Perú republicano y moderno 1868‐1968, Ediciones Librería Studium, p. 557.
131
MIRÓ QUESADA LAOS, Carlos. Historia del periodismo peruano, Librería Internacional del Perú, S. A., Lima, 1957, p. 231.
132
http://valparaiso.indymedia.org/news/2007/01/10421.php.Enlace activo el 12‐09‐2010.
133
Se considera que la fundación de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) se remonta al 7 de mayo de 1924, por Haya de la Torre en México, en el curso de un acto público con otro motivo. Por su parte, el Partido Aprista Peruano se funda el 20 de setiembre de 1920. 134 José Carlos Mariátegui (Moquegua, 1894, Lima, 1930), fundador de la revista Amauta, escritor de obras tales como Siete ensayos de la reinterpretación de la realidad peruana, escrita en 1928. Su acercamiento al problema indígena desde el enfoque que prioriza la relación que existiría entre el indigenismo y el socialismo de la época. Al igual que para otros interlocutores de la época, el problema no es racial sino social y económico.
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Figura 52 Haya de la Torre en el Cuzco, 1917. José Carlos Mariátegui.
En lo económico, Leguía privilegió la entrada de capitales norteamericanos en muchos rubros, así como su tecnología. Un ejemplo, fue el tratamiento que se dio a The Foundation Company, contratada para dirigir la compañía peruana de cemento Portland, llegando a convertirse en la principal usuaria de concreto y cemento en el país, lo que motivaría el acrecentamiento del impulso expansivo, constructivo, y la realización de tantas obras públicas. Para poder cumplir con la realización de este desmesurado crecimiento, se contrató a fabricantes norteamericanos para que exportaran a Lima materiales de construcción.137. En 1922, un periodista norteamericano al elogiar la inauguración, en Lima, de la primera “estación moderna de cable” afirmaba que “el registro de edificios diseñados y levantados por las firmas
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FONDO EDITORIAL V. R. HAYA DE LA TORRE, Haya de la Torre. Una vida ejemplar y ejemplarizadora, Biografía e iconografía, Lima, 1989, p. 18.
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Fotografía en MILLA BATRES, Carlos (editor), Diccionario histórico y biográfico del Perú. Siglos XV‐XX, Tomo V, H‐M, Editorial Milla Batres, Lima, 1986, p. 392. 137
id.
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norteamericanas en los países extranjeros, y construidos y equipados según principios norteamericanos de construcción continúa en expansión”138. Con Leguía, el presupuesto de la nación empieza a aumentar y la deuda pública de 8 millones de libras peruanas en 1918, asciende en 1929 a 31 millones. Esto conlleva la contratación de empréstitos que otorgan como garantía parte de recursos como el petróleo, el guano, etc. A partir del año 1925, se hacen más frecuentes y, a finales de 1927, se emite el “empréstito nacional” por cien millones de dólares.139 En 1930 la revista Time informaba en una nota que “Casi 300 ciudadanos norteamericanos tienen negocios y viven en Lima. Se han invertido unos 250.000,000 de dólares norteamericanos en el Perú. Firmas principales: All America Cables, Inc., subsidiaria de la I. T. & T. (monopolio del servicio de telégrafo y teléfonos del Perú), Northern Peru Mining & Smelting Co. (Guggenheim); Cerro de Pasco Copper Corp. de Nueva York; National City Bank of New York & J. & W. Seligman & Co. (préstamo gubernamental de 85.000,000 de dólares); varias compañías mineras operadas por William Randolph Hearst; W. R. Grace & Co. (transporte marítimo, molinos textiles); Standard Oil of New Jersey.; Frederick Snare Corp. (ingenieros del Puerto del Callao).”140
138
CODY, Jeffrey W. Exporting American Architecture (Planning, History and Environment Series), 1870‐2000, Routledge, 2003, p. 97. 139
GUERRA, Margarita “La república contemporánea (1919‐1950)” en Historia General del Perú, Tomo XII, Editorial Milla Batres, Lima, 1984, pp. 16‐20.
140
“PERU: Ya ha firmado” en Time, 8 de setiembre de 1930. Fecha de consulta: 05.08.2010. .
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Figura 53 Revista Time del 8 de setiembre de 1930. En la carátula dice: En su gobierno se dio el mayor dominio económico de Estados Unidos en el Perú.
En cuanto al impulso de proyectos de irrigación, se llevaron a cabo muchos buenos proyectos, sobresaliendo el de Las Pampas del Imperial, en Cañete. Buscando aumentar la productividad de las tierras de riego de la costa peruana, el 26 de enero de 1920, se contrató, para tal propósito, al ingeniero hidráulico norteamericano Charles W. Sutton (Delaware, 1877‐1951), a quien se le asignó el cargo de jefe de la Comisión Nacional de Riego, para iniciar las obras de irrigación de las zonas áridas del litoral. Sutton implantaría el sistema de riego volumétrico. ʺLo interesante del período de Leguía fue que las irrigaciones no se concibieron tan solo como obras técnicas sino como una parte de una estrategia de desarrollo rural que implicaba transformaciones en las formas de organización de la producción.ʺ141 141 APACLLA, Ricardo; EGUREN, Fernando; FIGUEROA, Antonio; ORÉ, María Teresa. “Las políticas de riego en el Perú”, p. 65.
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Figura 54 Charles W. Sutton en 1912. Irrigación de las Pampas de Imperial, Cañete, en 1927.
Figura 55 El ministro de Fomento el Dr. Rada y Gamio, Inspeccionando los trabajos en las pampas del Imperial, Cañete, Perú.
En el aspecto educativo, Leguía, que en 1919 fuera proclamado “Maestro de la Juventud, aprobó de inmediato las exigencias reclamadas por los estudiantes.
. Fecha de consulta: 30.07.2010. 142
Fotografía en MILLA BATRES, Carlos (editor), Diccionario histórico y biográfico del Perú. Siglos XV‐XX, Tomo V, H‐M, Editorial Milla Batres, Lima, 1986, p. 207.
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Figura 56 Presidente Leguía visita el claustro de la Universidad de San Marcos.
Figura 57 Grupo del Conservatorio Universitario. Los intelectuales: Jorge Basadre, Raúl Porras Barrenechea, Luis Alberto Sánchez entre otros. Foto publicada en Mundial, Año II, Número extraordinario, Lima, 28 de julio de 1921, s. n.
Ese mismo año, el movimiento de la Reforma Universitaria logró concretar dentro de sus proyectos la fundación del Conservatorio Universitario, yen octubre se promulga la Ley 4002 donde se declaraban “vacantes las cátedras cuya enseñanza sea deficiente; esta deficiencia se comprobará tomando en cuenta las justas alegaciones de la juventud que ha tachado a varios catedráticos” y que la provisión de los nuevos docentes se
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hará entre quienes “obtengan las cuatro quintas partes del total de los sufragios de los alumnos:” (Art. 3). Asimismo, se promulgó la Ley 4004 que especifica que los alumnos nombrarán dos delegados al Consejo Universitario, que elegirá por mayoría a los nuevos catedráticos.
Figura 58 Manuel Rospigliosi, Haya de la Torre y Raúl Porras rumbo al I Congreso de Estudiantes, Cuzco 1920
Leguía apoyó la realización del Primer Congreso de Estudiantes en el Cuzco (1920), el cual tuvo como presidente a Víctor Raúl Haya de la Torre, quien en cumplimiento de uno de los acuerdos crearía la Universidad Popular143. Sin embargo, y con el transcurso del tiempo, los beneficios hacia los estudiantes van mostrando otro lado, cuando en 1928 Leguía promulga el “Estatuto Universitario” que busca despojar de autonomía a la Universidad, creando el Consejo Nacional de Enseñanza Universitario, en el que el Estado interviene de manera directa. Entre sus funciones se 143
Haya de la Torre fue el fundador y rector de las Universidades Populares. Se establecerían otras universidades, además de Lima, en Arequipa, Trujillo, Ica, Cuzco, Jauja, Chiclayo, Piura, Huaraz, Puno y Madre de Dios. El órgano de difusión de las UUPP fue la revista “Claridad”.
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hallaba la elección de los rectores universitarios. Estaba formado “por el ministro de educación, cuatro delegados del gobierno, cuatro delegados de las universidades y un delegado estudiantil, aunque nunca llegó a elegirse.”144 En lo laboral, el anarco‐sindicalismo empezó a perder su predominio con el surgimiento de los planteamientos gremialistas marxistas que empezaron a fortalecerse con la creación de los sindicatos.
Figura 59 Fiesta obrera (Mundial. Suplemento a la edición del Centenario)
144
GUERRA, Margarita “La república contemporánea (1919‐1950)” en Historia General del Perú, Tomo XII, Editorial Milla Batres, Lima, 1984, pp. 76‐77.
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Figura 60 Carátulas diseñadas por José Sabogal de la revista Amauta. Sabogal fue cofundador y autor de 145 las ilustraciones de la revista. Dirigida por José Carlos Mariátegui.
En lo cultural, es valioso el recuento que hace Sánchez146 en lo que respecta a los acontecimientos relacionados con la cultura de la época: Resumiendo los hechos culturales del llamado Oncenio, o sea el período que va del final de la Primera Guerra Mundial la crisis económica mundial de 1929, o sea el que gobernó Leguía, podríamos destacar los siguientes: Aparición del “peruanismo pictórico”. Se entendería que el país podía desarrollar su propia temática subrayando un arte nacional vinculado a la naturaleza propia del lugar y la fisonomía de sus habitantes.
145
ROMÁN, Elida. Sabogal su entorno y su tiempo, Asociación Cultural Peruano Británica, 2009, p. 92. 146
Luis Alberto Sánchez nace en Lima en 1900‐1994. Escritor, abogado, historiador, periodista, crítico literario y político peruano. Fue un líder del APRA. Llegó a ser senador, Presidente del Senado, Vicepresidente de la República y Primer Ministro. Luis A. Sánchez también fue un defensor de la libertad, del sistema democrático y de la constitución política del Estado.
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Indigenismo literario. Se publican obras como Cuentos Andinos y La venganza del cóndor de López Albújar, Ande de Alejandro Peralta, Tempestad en los andes de Luis E. Valcárcel. Aparece la revista Amauta de Mariátegui. Nueva influencia española, generada por la conmemoración del tercer centenario de Góngora; "Se celebra e imita el Romancero gitano de Lorca editándolo en 1928. (…)La impresión de este libro fue semejante a la de Darío sobre los poetas del idioma a comienzos de siglo”147. Neocriollismo. Para Sánchez es “La combinación de nacionalismo, como intención; indigenismo, como tema, y barroquismo, como expresión”148, que produce obras como La casa de cartón de Martín Adán. Sánchez a lo largo de su vida fue un defensor consistente del mestizaje y del tipo humano denominado “cholo”, como representante de la unidad nacional. “Vanguardismo, bajo cuyo nombre se mezclaron residuos dadaístas, gérmenes suprarrealistas, rescoldos barrocos, el monólogo interior joyciano, una nueva dimensión poética.”149 El mismo Abraham Valdelomar pertenece a esta corriente estética. Esta fue continuada por la Descripción del cielo de Alberto Hidalgo, Cinco metros de poemas de Oquendo de Amat, etc.
Simultáneamente se van revelando otros intereses; en lo religioso, la afirmación de un estado moderno, cosmopolita y librepensador, se ve cuestionada por una sumisión tácita al poder de la Iglesia. Esta actitud es característica de gobiernos de corte absolutista, que aspiran a poseer la primacía en todos los poderes del estado. Surge la idea de reivindicar al indio y a lo nacional, por un lado, rescatando valores culturales propios y al mismo tiempo imponiendo una imagen “para todos”, que representó la táctica de los conquistadores para hacer del Perú su sometido. Leguía auspicia en 1923 la erección de una estatua del Sagrado Corazón de Jesús150, para ser colocada en una hornacina de la Catedral, 147 SÁNCHEZ, Luis Alberto,” La literatura peruana”. Derrotero para una historia cultural del Perú, Cuarta Edición y Definitiva, Tomo IV, P. L. Villanueva, Editor, Lima, p. 1273 147
op. cit., SÁNCHEZ.
148
op. cit.,SÁNCHEZ.
149
op. cit.,SÁNCHEZ.
150
Escultura realizada por el escultor Artemio Ocaña, en 1923,de bronce y de 3.30 m de altura.
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monumento que fue un elemento detonante en la revuelta de los estudiantes. Cabe precisar que la escultura, comisionada de acuerdo al Arzobispo Emilio Lisson151, tuvo el propósito de consagrar el Perú al Sagrado Corazón de Jesús, invitando a Leguía como patrón de la iglesia. El ambiente político y estudiantil estaba tan convulsionado debido a numerosos desaciertos del presidente y de sus seguidores; los universitarios interpretaron la colocación del Corazón de Jesús, como una imposición que restringiría la libertad de cultos. En la protesta participaron estudiantes y obreros de las universidades populares. Hubo enfrentamientos con los policías y hasta murieron un estudiante y un obrero. Haya de La Torre fue apresado y deportado el mes de octubre del mismo año. En 1924, muchos dirigentes de las universidades populares fueron exiliados por su intervención y por su afiliación en contra de estos intereses. Mariátegui quien no había participado en la manifestación reconocería más tarde que “El 23 de mayo reveló el alcance social e ideológico del acercamiento de las vanguardias estudiantiles a las clases trabajadoras. En esa fecha tuvo su bautizo histórico la nueva generación…”152 Sin embargo, Leguía manifiesta aquí otra de sus múltiples contradicciones, pues, “no obstante su condición de masón, tuvo el apoyo del clero católico, con el cual siempre fue deferente.”153 Le complacía mostrarse públicamente en ceremonias de inauguración de monumentos y obras públicas con Lisson, como una estrategia de poder. Este acontecimiento desencadenó la ruptura del vínculo entre Leguía y los estudiantes. Despertaron entre la población muchas voces de protesta. La estatua del Corazón de Jesús fue fundida en la Escuela de Artes y Oficios y “su colocación se realizó el 16 de febrero de 1930, en el más completo mutismo”154.
151
Emilio Lisson Chávez (Arequipa1872, Valencia1961). Fue Arzobispo de Lima de 1917 hasta 1930 [página web del Arzobispado de Lima].
152
MARIÁTEGUI, José Carlos “Reforma y reacción” en 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana, Biblioteca Ayacucho, Venezuela, 2007 [1928], p. 116.
153
BASADRE, Jorge. Perú: problema y posibilidad y otros ensayos, Biblioteca Ayacucho, Venezuela, 1992, p. 113. 154
GAMARRA PUERTAS, José Antonio, Obras de arte y turismo monumental. Bronces ecuestres – estatuas (de pie y sentadas) Bustos – obeliscos, 1996, pp. 209‐210.
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155
Figura 61 El jefe de la fundición, el español Juan Román, dirigiendo el montaje de la obra.
Figura 62 La estatua en bronce recién montada, al lado el técnico peruano, señor Vallejo y el escultor 156 Artemio Ocaña.
155
Revista MUNDIAL, Lima,25 de Mayo de 1923. La estatua del corazón de Jesús.
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Revista MUNDIAL, Lima,25 de Mayo de 1923. La estatua del corazón de Jesús, su fundición en la Escuela de Artes y Oficios.
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Figura 63. Estudiantes y obreros acompañan a las víctimas de los sucesos ocurridos en Lima el 23 de mayo de 1923, a consecuencia de las protestas de estudiantes y obreros en contra de la voluntad del gobierno de 157 instalar la imagen del Sagrado Corazón, y consagrar el Perú al Sagrado Corazón de Jesús.
“Posiblemente pocas estatuas habrán hecho surgir tal número y magnitud de disturbios como la del corazón de Jesús, que el gobierno quiere colocar en la basílica, previa consagración a ella de todos los peruanos. Editoriales, manifestaciones, encíclicas, del arzobispo, solo resta que el asunto se discuta en Roma para que su celebridad quede completa.(…)Hay una serie de asuntos cuya solución debe hallarse en el criterio de cada individuo, querer imponerlo resulta medieval y grotesco, inútil en esos casos la hilera de argumentaciones, citas y silogismos que se hagan; porque ningún terreno como el religioso para poder sostener, brillantemente cualquier teoría ya sea apoyándose en la Mitología en la Biblia o en el Corán, o en los graves señores de la Enciclopedia. De allí que toda discusión que roce con la religión la consideramos sencillamente ociosa.”(…)158
157
DEL MAZO, Gabriel (compilación), La Reforma Universitaria, Tomo II, Propagación americana, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, 1968, entre pp. 24‐25. 158
Revista MUNDIAL, op. cit.
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Figura 64. Leguía con el Arzobispo Emilio Lisson durante la inauguración del Monumento de La Libertad, 159 donado por la colonia francesa 1926 .
FUERTES CONTRADICCIONES La compleja conformación de una personalidad como la de Leguía, nos revela que dentro del escenario político, tenía bien claro que lo que quería era el poder para lograr emprender la construcción de una nación con identidad propia. Si planteaba la creación de una “Patria Nueva”, era porque buscaba establecer un estado que recién debía de surgir. Para ello intentó primero el apoyo de un grupo de poder económico y político al cual pertenecía a medias. Era una característica de su carácter, intentar concretar sus planes y para conseguirlo tenía que aplicar una nueva y renovadora estrategia. Ahora el partido Civil ya no le servía y debía mostrarse como independiente. Leguía tendió puentes con toda la oposición al civilismo, fuerzas que eran considerables, ya que durante la “República Aristocrática” el desarrollo social fue consecuencia de la modernización capitalista experimentada por el país y trajo consigo la formación de clases sociales, y grupos políticos opuestos al curso oligárquico dirigido hasta ese entonces por el civilismo. Con todas esas fuerzas se alió Augusto B. Leguía para crear una estrategia y tomar el poder en 1919. 159
Revista MUNDIAL, La inauguración de la estatua y la plaza de la Libertad, Año VI, 22 de enero de 1926, nº 293.
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Leguía utilizó todos los medios a su alcance, para lograr sus propósitos, entre ellos la deportación, el otorgamiento de trabajos pagados por el Estado en el extranjero, etc., para contrarrestar así a quienes consideraba sus adversarios y lograr avanzar en sus planes. Además de lo alcanzado en muchos aspectos de obras públicas en el país, incluyéndose sobre todo las de modernización urbanística en Lima, en los once años se produciría un florecimiento de la producción intelectual en muchos sentidos. Como hemos señalado, consideramos que la etapa del Oncenio de Leguía fue un período de desarrollo urbanístico muy importante, en el sentido de que se instauraron las bases para el crecimiento futuro de la ciudad de Lima. Pero a su vez, la oferta de modernizar la ciudad albergaba en su matriz una profunda contradicción: por un lado, la reivindicación del nacionalismo para construir una identidad por medio de nuestras antiguas culturas y, por otro, la apertura y vinculación con Norteamérica, como proveedora de capital para la transformación del país a través de sus grandes proyectos. En este período comenzó la demarcación de la ciudad en barrios diferenciados por clases sociales. En la vieja Lima los barrios habían sido compartidos por todas las clases, pero desde la aparición del automóvil, los ricos dejaron el centro y se trasladaron a las urbanizaciones. Esto tuvo lugar en las ciudades latinoamericanas en la década de 1920 y se prolongó hasta la década de 1960. El de Leguía sería un indigenismo paternalista apoyado oficialmente. Habría que preguntarse, por qué reiteraría durante estos años esta posición oficial, no solo en leyes y decretos, sino en sus mensajes oficiales y en entrevistas.
LA VISIÓN DEL INDIO La constitución de 1920 fue muy importante y vino a llamarse de la “Patria Nueva”. Se incluye por primera vez el reconocimiento por parte de la nación de la existencia legal de las comunidades indígenas. Constituyó una victoria de las corrientes indigenistas que se habían hecho presentes en la vida política y cultural peruana durante la “República Aristocrática”. Gracias a esta medida, Leguía tuvo reconocimiento popular en su momento inicial y la corriente indigenista, igualmente, atravesó una fase de protección oficial. El tema del indio apareció en la vida cultural peruana y fue una de las novedades en un ambiente más bien clásico y anclado en lo europeo. “Las medidas de Leguía concernientes a la población indígena constituían el más amplio plan de la historia de la república para intermediar, desde el Estado, en el control que los terratenientes ejercían sobre su mano de
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obra. Para ello, entre 1919 y 1924 se promulgó un número de dispositivos legales que excedió a todo lo hecho en materia de legislación indigenista a lo largo del siglo anterior.”160 El problema indígena es un problema fundamental en la creación de la nación peruana, viene desde la conquista española y se agudiza con el régimen republicano. En 1867, se había fundado la Sociedad de Amigos de los Indios y, en su folleto “Los indios del Perú”, manifestaba: “La nación no es la costa del Perú, no son esos pueblos los que constituyen la República; la nación tiene pueblos numerosos en el interior y esos pueblos son de indios.”161 González Prada162, en 1904, decía “La cuestión del indio, más que pedagógica, es económica, es social.”163 En 1909, Pedro Zulen propone al Centro Universitario de la Universidad de San Marcos una discusión sobre la educación indígena. Todas estas ideas acerca de “lo indio”, promueven la formación de la Asociación Pro‐Indígena, fundada por Zulen el mismo año y donde participan además de Zulen, Dora Mayer, el importante diputado Joaquín Capelo, y el célebre músico Daniel Alomía Robles, entre otros. En diciembre de 1915 se produjo una rebelión liderada por el militar Teodomiro Gutiérrez Cuevas (Rumi Maki), quien en una carta publicada en El Comercio, explica su levantamiento en Azángaro:
160
RENIQUE, José Luis, “De la fe en el progreso del mito andino: los intelectuales cusqueños” en Márgenes. Encuentro y debate, Año I, N° 1, marzo de 1987, Lima, p. 22.
161
Véase, TAMAYO HERRERA, José. Liberalismo, indigenismo y violencia en los paísesandinos (1850‐1995), Universidad de Lima, 1998, p. 30. 162
Manuel González Prada y Ulloa (Lima, 1844 – Lima, 1918) fue uno de los más personajes más influyentes tanto en las letras como en la política peruanas. Entre sus libros más conocidos se encuentran “Páginas libres”, “Minúsculas”, “Horas de lucha”, “Anarquía”, entre otros.
163
En “Nuestros Indios” editado por primera vez en Libros de Lucha. Cita tomada de . Fecha de consulta: 30.06.2010.
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Figura 65. Detalle de escultura de Luis F. 164 Agurto “El Chavinavi indomable”.
“A los indios se les arrebata sus terrenos por la violencia y por la fuerza, o por el fraude y el engaño, para lo que los jueces desempeñan un papel a mil maravillas; se les quita el ganado; se les saquea sus estancias y sus cabañas; se les queman sus casas; se les encarcela con frívolos pretextos y se les tiene privados de toda libertad por años enteros; se les manda al ejército para apoderarse de sus tierras; se les mata triturándoseles el cráneo y las entrañas en las grandes prensas de las fábricas de las haciendas; se les arrebata a sus hijos queridos para obsequiarlos a los amigos que los gamonales tienen en la costa y en la capital de la república; …”.165 En la Constitución de 1920, Leguía proyecta crear un Patronato de la Raza Indígena, uno de cuyos integrantes sería Emilio Lisson, Arzobispo de Lima. En provincias las juntas delegadas del patronato estaban encargadas de disminuir los litigios de tierras entre las haciendas y las comunidades indígenas. Sin embargo, los gamonales reaccionan con violencia y aumentan el abuso de los indígenas. El aspecto más cuestionado se suscita por la Ley de Conscripción Vial (1920) que obligaba a los habitantes del territorio nacional a apoyar la construcción de caminos. Sin embargo, la ley empezará a tener efecto 164
Revista VARIEDADES, ”El desnudo artístico notable escultura de Agurto “El Chavinavi indomable”, año XIX, Lima 22 de Diciembre, 1923, N° 825. 165
En PAREDES A. , Mauro. “El levantamiento campesino de Rumi Maqui (Azángaro – 1915)” en Visión en las ciencias sociales, Tomo II, Retablo de Papel, Lima, 1976, pp. 258‐259.
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primero en la sierra. Se establecerán varias excepciones. En su mayor parte, serán los indios quienes deberán cumplir con lo especificado en ella. La red vial abierta al tráfico, al mes de junio de 1929, llegaba a “19,609 kilómetros de carreteras, […] De este total, 8,700 kilómetros eran de caminos sobre suelo natural parcialmente arreglados, o caminos de tierra mejorados; 7,500 kilómetros, de caminos enripiados; 1,800 de caminos pavimentados; y el pequeño saldo de 86 kilómetros, de caminos de concreto con o sin hoja de asfalto, todos estos últimos en el departamento de Lima y en el Callao.”166 “De todas maneras, a pesar de la pobreza de esos caminos, los nuevos enlaces carreteros hicieron que “el movimiento de mercaderías con distintos puntos de la República [se realizara] por vía terrestre”…”167 En junio de ese mismo año se creó el Comité Pro‐Derecho Indígena Tahuantinsuyo, con un aire anarquista, cuyos subdelegados eran líderes en las insurgencias que se inician desde 1921. Los indios, comuneros y campesinos, desobedecen a los gamonales y a las autoridades gubernamentales. Para los señores cuzqueños estas rebeliones significaban que “Leguía no está construyendo una “patria nueva” sino una “Patria bolchevique”.168 Leguía populista por antonomasia y en vista de que las críticas podían perjudicarlo declara ilegal en 1924 a este comité y persigue a sus dirigentes. Sin embargo, durante todo su gobierno continuaría reivindicando a los indios. En toda esta época se profundiza el redescubrimiento del indio. Para el historiador Jeffrey Klaiber “La contribución principal de los indigenistas al pensamiento social fue la de dar forma y sustancia a la imagen de los indios y mestizos de la clase popular del Perú.”169 Leguía promovió la celebración del Día del Indio para finalmente oficializarlo en 1930. Respecto de los indígenas, se debe destacar lo dispuesto en el Artículo 58 de la Constitución promulgada en 1920 que, a la letra, dice: “El Estado protegerá a la raza indígena y dictará leyes especiales para su desarrollo y cultura en armonía con sus necesidades. La Nación reconoce la existencia legal de la comunidades de indígenas y la ley declarará los derechos que les correspondan”. 166 GERBI, Antonello. Caminos del Perú. Historia y actualidad de las comunicaciones viales, Banco de Crédito del Perú. Lima, c. 1951, p. 71. 167
BARDELLA, Gianfranco. Un siglo en la vida económica del Perú 1889‐1989, Banco de Crédito del Perú, Lima, 1989, p. 232. 168
RENIQUE, op. cit., p. 24.
169
KLAIBER, Jeffrey. Religión y revolución en el Perú, 1824‐1976, Universidad del Pacífico, 1980, p. 119.
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Es claro que en este período se acentúa la búsqueda de lo que ahora se llama identidad nacional, convergiendo en la situación del indio.
Figura 66. Camilo Blas. Afiches para la enseñanza indígena. Textos en español, quechua y aymara. Estudio 170 para afiche. 1930. Témpera sobre cartulina Colección MALI.
170
Camilo Blas [Alfonso Sánchez Urteaga] (Cajamarca, 1903 ‐ Lima, 1985). Pintor peruano.
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MONUMENTO A CANDAMO En 1906 mediante Resolución Legislativa171 del 20 de noviembre se manda erigir un monumento en honor de Don Manuel Candamocon la intención de que sea colocado en su mausoleo del cementerio. Sin embargo, será Leguía en su primer mandato quien lo rescate antes de llegar a su destino, y disponga emplazarlo en el Parque Neptuno, ubicado frente al Parque de la Exposición, hacia el Paseo Colón. Con ese gesto no solo mostraba su admiración a Candamo, sino que además afianzaba su vinculación con el Partido Civil, que lo llevó al poder en esa su primera etapa en el gobierno. El monumento a Candamo (Ficha 17), realizado en mármol por el escultor y maestro italiano Libero Valente, fue dinamitado por grupos contrarios al partido civilista en la madrugada del 3 de mayo de 1913 mutilándolo casi por completo. La explicación del atentado es diversa: “Algunos atribuyen el atentado a alguna amante del arte, que no podía soportar la visión feísima del monumento, que a la verdad deja mucho que desear como expresión estética; otros creen que se trata de una explosión de odio al civilismo, manifestada en esta forma, como un aviso; la mayoría cree que se trata solo de una explosión de malévolo cretinismo.”172 Leguía gran admirador de este ciudadano honorable y patriota, mandó se restaurara la estatua en el Parque Neptuno. Dispuso a que se realizaran las reparaciones necesarias para devolverle la normalidad, y fue David Lozano el primer restaurador de la misma, sin embargo no se conoce con certeza cuál fue el destino de esta segunda imagen. El año 1926, durante su tercera administración, y en su empeño de dejar en pie la figura de Candamo, comisiona nuevamente la realización de un monumento en su homenaje; encargando a Artemio Ocaña Bejarano, escultor nacional, la tarea de realizarlo. Ocaña lo levanta en bronce sobre el mismo pedestal en el cual se posaba el primer Candamo. Este último monumento fue inaugurado el 18 de mayo de 1926.
171
Resolución Legislativa N°1445. Monumento en honor del que fue Excmo. Sr. D. Manuel Candamo Presidente de la República. 172
“Un atentado iconoclasta en Lima". En: La Crónica. Lima, 4 de mayo de 1913, p. 14.
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Figura 67. Monumento a Manuel Candamo, develado por su hijo, José Candamo el 8 de setiembre de 173 1912, en presencia del presidente Leguía. Monumento que fue dinamitado el año 1913.
“Un atentado iconoclasta en Lima. Se coloca un petardo de dinamita, en la estatua de Don Manuel Candamo. Nadie podrá explicarse la significación de este hecho, que permanece en el misterio. ¿Qué razón oculta llevó a los criminales a volar la esfinge (sic.) de don Manuel Candamo? ¿Cuáles son los odios terribles que más allá de la muerte persiguen a la figura del ex‐Presidente? Nadie lo sabe. Odio póstumo o imbecilidad inexpiable, el hecho es que se ignora y no se puede sospechar siquiera la verdadera causa de este atentado.”174
173
Foto revista VARIEDADES.
174
En: LA CRÓNICA “Un atentado iconoclasta en Lima". Lima, 4 de mayo de 1913, p. 14.
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Figura 68 La silla vacía, Monumento a 175 Manuel Candamo.
Monumento a Manuel Candamo. 1926 (Ficha17)
En el discurso de Leguía del año 1926, ya en el período de la Patria Nueva, en la tercera inauguración del Monumento a Candamo, se puede deducir su admiración y aprecio por el estadista, así como la estrategia política que desarrolla. Se descubre, entre líneas, que si bien es cierto la admiración que le rinde es verdadera, utiliza al monumento—tres veces— levantado, para expresar un doble discurso hacia: “esa política de entonces”, que corresponde a la clase poderosa que le brinda su apoyo y de la cual Leguía jamás se desligaría. “Señores: Entre los que vivimos, poco, tuvieron las ocasiones que tuve yo para profundizar el carácter de Candamo y su alta valía como patriota. (…) poseyó una inteligencia de gran equilibrio y debido a eso tuvo aptitudes para manejar y resolver todos los grandes asuntos del Estado. El torbellino de nuestra política que entonces, por desgracia del Perú, asumía los caracteres de un verdadero 175
Revista MUNDIAL Fotografía del monumento tiempo después de ser dinamitado: “…del monumento solo quedaba una silla, como un símbolo, como una interrogación.” Año II, 1º de abril de 1921, núm. 49.
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círculo absorbente (sic.) y despótico, echó á perder ó esterilizó algunas de sus grandes iniciativas. (…) siempre se mantuvo á igual altura, siempre reveló su gran ecuanimidad de espíritu; siempre postergó todo al buen servicio de la patria. Esa misma política hizo que el monumento que aquí le erigiéramos, desapareciera en forma vergonzosa para el país; pero aquí está de nuevo; aquí, donde debe perdurar para siempre, ennoblecido por el recuerdo de sus conciudadanos; aquí lo tenemos para ejemplo de todos ellos; y los más que podemos desear por lo mucho que él quiso al Perú y por lo que el Perú necesita, es que tenga muchos imitadores en el servicio público. Para colocarla se ha quitado la hermosa silla de mármol, que quedaba sobre el pedestal. La nueva obra representa al señor Candamo de pie, en actitud tribúnica” (…)176
EN BÚSQUEDA DE UNA IDENTIDAD En la primera parte de esta tesis se ha visto la importancia que tiene la columna conmemorativa del 2 de Mayo de 1866. Ya que se le puede considerar emblemática en su conjunto,por sus proporciones, y por ser un punto de referencia para la creación de ejes dentro del posterior desarrollo de la ciudad y porque es el primer gran monumento que sale de las murallas coloniales. Este monumento que encarna en cuanto a su estructura formal la visión del arte a inicios del siglo XIX. De una estética que mira hacia el exterior, está hecho por extranjeros y se revela exacto a los monumentos de las grandes capitales europeas.Es de notar además que hasta 1906, todos los monumentos eran obra de artistas extranjeros y de los siete monumentos que estaban emplazados en la capital, solo dos distinguían a héroes nacionales: el del Dos de Mayo, a José Gálvez, y el de Francisco Bolognesi, uno al presidente Ramón Castilla177, el único realizado por un escultor peruano. Tal vez como dice Natalia Majluf en ese entonces la tendencia era “hacer de los griegos nuestros antepasados”, y continúa en su magistral estudio sobre escultura y espacio público, editado en 1994: (…) “La nueva nación peruana negaba su historia. Podía incluir en el panteón nacional a héroes de cualquier grupo étnico ‐a Olaya por ejemplo‐ pero no podía incorporar su pasado. La nación criolla se había asentado sobre la marginación de una élite 176
En: EL COMERCIO, “El monumento a don Manuel Candamo". Ed. de la Mañana. Lima, 19 de abril de 1926, p. 3.
177
Ramón Castilla, nace en Tarapacá(al sur de Lima, actualmente pertenece a Chile) 1797‐ 1867. Presidente del Perú durante varios períodos 1845‐1851, 1863‐1867. Logró sanear la paz interna y organizar el país. Así como abolir la esclavitud y crear nuevas constituciones,la última desde 1860 hasta 1920.
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indígena que se legitimaba por medio de símbolos incaístas. En la literatura y en el teatro la idea de los incas fue rápidamente apropiada por los criollos (especialmente por medio de una narrativa de la conquista); pero a mediados del XIX los símbolos incaístas desaparecieron del espacio público. El espacio público estaba siendo formado por un Estado que era controlado por una élite criolla, y la idea de los incas podía, todavía, cuestionar la legitimidad de ese poder. La neutralidad de personajes como Bolívar o Colón, en cambio, eludían fácilmente ese tipo de cuestionamiento.”178 Desde finales del siglo XIX y principios del XX, los arqueólogos abren al mundo occidental la posibilidad de conocer culturas ignoradas hasta entonces. Las investigaciones, realizadas en el Perú por nacionales y extranjeros, difunden y muestran, dibujos, utensilios, ídolos y todo aquello que van recogiendo en sus exploraciones, objetos simbólicamente cargados de una fuerza estética desconocida dentro del mundo del arte. En lo relativo a los hallazgos arqueológicos que se ponen de manifiesto a partir de 1900 con los descubrimientos de la cultura Nazca, por Max Uhle179 y la organización del nuevo Museo de Historia Nacional inaugurado el 29 de Julio de 1906 en el Palacio de la Exposición, cuya sección de arqueología recae sobre él mismo. Se suma además en 1911 un acontecimiento que colocaría al Perú en el mapa mundial. Hiram Bingham180, jefe de la misión arqueológica de la Universidad de Yale, descubre Machu Picchu, y se inicia la difusión de estos restos arqueológicos. En el Perú siguieron los descubrimientos creando expectativa entre los jóvenes artistas. “El afán indigenista”181, ya rondaba por los centros artísticos e intelectuales de Lima que coincidían en el tiempo, 178
MAJLUF, Natalia. (1994). Escultura y espacio público. Lima 1859‐1879. Lima: Editorial IEP. p. 98‐99.
179
Max Uhle (1856‐1944) Lingüista de profesión, fue director del Museo de Historia Nacional. Estudió las culturas Tiahuanaco, proto‐Chimú (Mochica), Nazca y Lima. Propuso que el origen de la civilización andina fueron las migraciones de poblaciones mesoamericanas que trajeron elementos culturales que se notaban en las culturas que él consideraba las más antiguas.
180
Hiram Bingham (Honolulu, 1895 ‐ Washington, 1956) fue un explorador, escritor, catedrático y político norteamericano. Entre los libros que escribió puede resaltarse “Lost City of the Incas” de 1948. Bingham llevó muchos objetos arqueológicos a los Estados Unidos, los que actualmente están en poder de la Universidad de Yale, a pesar de que como él mismo lo indicara en la carta dirigida, el mes de noviembre de 1916, a Gilbert H. Grosvenor, director de la National Geographic Society, “Los objetos hallados en Machu Picchu no nos pertenecen, sino al gobierno peruano, que nos permitió traerlos con la condición de que fuesen devueltos.” 181
ORTIZ DE ZEVALLOS, 2003: 187, del libro Museo de Arte de Lima (2003). Manuel Piqueras Cotolí (1885‐1937) Arquitecto, Escultor y Urbanista entre España y el Perú. Lima: Museo de Arte de Lima.
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con los primeros hallazgos arqueológicos de Julio C. Tello182, entre otros, las excavaciones realizadas en Nazca y los descubrimientos de las culturas Chavín, Moche y Paracas. Despierta entonces, no solo en América sino también en Europa, una actitud romántica por volver a encontrar las raíces, como una nostalgia del paraíso perdido. Son los artistas quienes empiezan la búsqueda de fuentes nativas que revitalicen su creación, fue esto lo que los hizo volver la mirada a nuevos pueblos, en estado primitivo para recuperar una vitalidad que sentían perdida, necesitaban una nueva fuente de expresión desde donde nutrirse.
Figura 69. La ciudadela de Machu Picchu.
Todos estos hallazgos fueron configurando nuevas correspondencias en el imaginario nacional, ampliando el rango de estilos y de posibilidades creativas a través de las culturas antes ignoradas que fueron aceptadas como patrimonio común. En 1918, se crea la Escuela de Bellas Artes. José Sabogal, quien fuera el iniciador de la pintura indigenista peruana, regresa a Lima. Manuel González Prada, ideólogo anarquista, promotor de la unión de los intelectuales y los trabajadores, muere en la capital, poco antes de que los obreros —apoyados por delegados estudiantiles— logren que se 182
Julio C. Tello (1880‐1947), fue profesor de la Universidad de San Marcos. Fundó el Museo de Arqueología y Etnología de la misma universidad en 1919, y el Museo de Arqueología Peruana en 1924.Descubre Chavín y Paracas. Propone que el origen de la civilización andina estuvo en Chavín, con el estudio hacia esta cultura superó la hipótesis de Uhle, ya que Chavín era más antigua y sin influencia foránea.
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establezca la jornada de las ocho horas. Finalmente termina la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, el apoyo presidencial a la Escuela de Bellas Artes dará frutos en el sentido de poner los cimientos para un arte nacionalista, centrado en la raza indígena cuyo “redescubrimiento” estaba en su apogeo por los abusos a los que era sometida y por el orgullo que suscitaba la perfección que habían alcanzado las obras de estas culturas antiguas. Es en la capital, en lo que registra la época —y esto se ve traducido y manifiesto en sus monumentos y planes urbanos—, donde se muestra un discurso ambiguo y una contradicción expuesta entre la modernización de tendencia capitalista y la defensa de una estética historicista y reivindicatoria. No obstante, en la corriente artística nacional, la difusión de la ideología de la “Patria Nueva” también usará como canal de resonancia a la recién fundada Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima. El 28 de septiembre de 1918, durante el gobierno del Presidente José Pardo y Barreda se había creado, en Lima, como se ha mencionado anteriormentela Escuela Nacional de Bellas Artes; siendo inaugurada oficialmente el 15 de abril de 1919, bajo la dirección del maestro Daniel Hernández Morillo.183
LA ESCUELA DE BELLAS ARTES Ese mismo año, el Presidente Augusto B. Leguía hará suyo este proyecto que posibilitaría realizar el deseo de construir un “arte nacional” para una “Patria Nueva”, ya comprendido en sus planes. Esta nueva institución apoyada por el gobierno, instauró en la Escuela un espacio de convergencia, debate y discusión sobre el tema del nacionalismo. “Si bien el proyecto de la Escuela Nacional de Bellas Artes había nacido bajo el gobierno de Pardo, el presidente Leguía lo impulsó decididamente y potenció sus frutos a favor de la nueva imagen oficial. Como en ningún otro período de nuestra historia republicana, se dio entonces un mecenazgo sostenido en las artes, que tendría sus momentos culminantes al celebrar los centenarios de la Independencia (1921) y de la batalla de Ayacucho (1924). En ambas 183
Pintor peruano academicista, quien viaja a París con una beca gubernamental. Exhibe en el Salón Anual de la Sociedad de Artistas Franceses. Entre los premios que recibe se puede resaltar los siguientes: en 1899 la Segunda Medalla del Salón de París. En 1900, la Medalla de Oro en la Exposición Universal de París, además de la condecoración de la Legión de Honor. Asimismo, el premio de pintura en la Exposición Iberoamericana de Sevilla en 1929.
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ocasiones quedó manifiesto el gusto del régimen leguiísta por el boato ceremonial y la fiesta pública, dentro de los cuales el arte desempeñó un papel importante. El carácter oficial que el gobierno de Leguía le prestó a la ENBA ayudó a definir, desde el principio, su orientación nacionalista. Profesores y alumnos estaban convencidos de que la principal función de la Escuela era crear un arte que reflejara el carácter distintivo del país. Por entonces esta idea estaba muy arraigada en el debate cultural latinoamericano, convirtiéndose en el principal eje de discusión. En efecto, Hernández había anunciado en su discurso inaugural que los alumnos de la ENBA serían “el núcleo del cual surgiría el Arte Nacional;” sin embargo no quedaba claro cómo se lograría este objetivo. El mismo Hernández parecía no encontrar contradicción entre este ideal y la adopción que hizo del reglamento de la Academia de Bellas Artes de París para fundamentar la enseñanza artística en el Perú.”184 Sin embargo, ya en el siglo XIX se constató en la pintura la existencia del indio. “la primera aparición notoria y vinculada con el arte del s. XX del indio como personaje central de la pintura se da con las tres “Pascanas” y “El Alfarero” que pintó185. Francisco Laso, aunque fuera un pintor formado en París, mantenía una vinculación admirativa por su origen. Su rigurosa formación académica como pintor le dio las bases para ver en su entorno, y reconocer sus valores. Durante sus estadías en el Perú, hizo varios recorridos por Cuzco y Puno, identificándose e identificando nuevas configuraciones plásticas en una nueva luz, un nuevo paisaje y una nueva raza. Comprometido con el tiempo que le tocó vivir, dejó un legado pictórico de excelente factura y reflexiones críticas que abrieron la posibilidad de repensar el arte peruano volteando la mirada hacia el interior del país, y su gente. En una época donde el Perú, como país solo miraba hacia las grandes capitales europeas, en Laso “(…), por cierto, debe reconocerse al precursor de nuestro indigenismo pictórico.”186 Tal vez con su actitud afirmaba una esperanza de futuro para el país, una reconciliación simbólica a través de su obra, colocando al indio para ser visto como integrante e iniciador de la nación peruana.
184
WUFFARDEN, Luis Eduardo y MAJLUF, Natalia. “Vinatea Reinoso y el horizonte indigenista” en Vinatea Reinoso 1900‐1931, Telefónica del Perú, 1997, p. 19. 185
LAUER, Mirko, “El indio de la Pascana, la plástica (II)” en Introducción a la pintura peruana del siglo XX, p. 105. 186
SÁNCHEZ, op. cit., p. 1262.
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Figura 70 El pintor peruano Francisco Laso, abajo el cuadro de La Pascana, donde se ve que él mismo se ha retratado en uno de los personajes de indígena. El crítico peruano Teófilo Castillo pensaba que Laso que, a pesar “de su educación y cultura, completamente francesas, Laso, no piensa ni siente arte nada que no sea del ambiente nativo peruano. Es su paleta la primera en abordar los temas nacionales. […] El fervor nacionalista de Laso se patentiza con este curioso detalle; fue muy aficionado á retratarse de indio, en actitudes y vestimenta tal.”187 "El tacneño Francisco Laso, es el primer pintor auténticamente peruano, el primer indigenista y, también, el primer revolucionario plástico. En efecto, Laso llevó al lienzo el tema indígena en cuadros como el "Haravicu" y "Pascana en la cordillera" y pintó ese panfleto anticlerical que es "El entierro del mal cura" que parece anticipar el pensamiento radical y anarquista 188 de Don Manuel González Prada.”
189 Francisco Laso, La Pascana.
187
CASTILLO, Teófilo. Interiores limeños XI. Casa de la Sra. Manuela Henríquez v. de Lasso” en Variedades, Año X, N° 369, Lima, 27 de marzo de 1915, 1934.
188
GUTIÉRREZ LOAYZA, Julio G. Sesenta años de arte en el Qosco (1927‐1988). Ensayos, artículos y comentarios. Municipalidad del Qosqo, 1994, p. 26 189
MUJICA, Marisa / MONCLOA, Kika / PINASCO, Alessandra, Perú. 10.000 años de pintura. Desde la época rupestre hastas nuestros días, Fondo Editorial de la Universidad de San Martín de Porres, Lima, 2008, p. 183.
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Once días después del golpe de Leguía, José Sabogal, conocido como el gran impulsor de la pintura “indigenista” en el Perú, realiza una exposición de pinturas, en la Casa Brandes, llamada “Impresiones del Ccosco” que provoca revuelo en la ciudad de Lima.
190
Figura 71 Óleo de José Sabogal, el Recluta
Simultáneamente en México también los jóvenes artistas buscaban por esa época una identidad que los reflejase; rondaban el tema del nacionalismo para consolidarlo a través de sus símbolos. La conciencia de la fuerza de la representación en las artes plásticas era una buena estrategia para configurar estas identidades. Estas nuevas evocaciones empiezan a materializarse en muchos países que sentían la necesidad de desprenderse de sus yugos coloniales para ser autónomos. En la clausura del año escolar de la Escuela, en 1922, Leguía expresó que “Cuando con relieves artísticos se destaca el alma nacional, es 190
MUJICA / MONCLOA / PINASCO, op. cit., p. 200.
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deber de los poderes públicos coadyuvar a su desarrollo y perfección.” Y anuncia que el Gobierno brindará su apoyo para consolidar la institución. El año 1922, el artista José Sabogal viaja a México y forma parte del grupo de pintores que inician el nuevo movimiento nacionalista mexicano tales como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, entre otros cuyas obras de estilo monumental y colorista se fundamentan en la revalorización de las raíces indígenas y el espíritu revolucionario. Complacido con la influencia que recogió de esa experiencia, reforzó su deseo para llevar a cabo el proyecto de la creación de una escuela indigenista en el Perú. Esto se anuncia en la entrevista publicada en el diario “El Nacional” del 25 de octubre de 1942, “José Sabogal en México”, realizada por Mada Ontañón: “Los jóvenes artistas –entre los que Sabogal cita a Julia Codesido, Teresa Carvallo, Camilo Blas y Camino Brent— emprenden diversos viajes por el Perú y así, al tiempo que estudian el arte de otros países, aprenden a conocer también del suyo propio. Este es —dice Sabogal— el ejemplo que México nos enseñó en el año 23; había que mirar también para adentro y descubrir nuestra propia expresión, descubrir el arte americano.”191 Sabogal consideraba además que Gauguin también influyó en su interés por la cultura indígena, pero pensaba que su fascinación por lo exótico le provenía de su sangre peruana. Citamos aquí las propias palabras de Sabogal:“En cuanto al maestro Gauguin, su claridad, su sencillez, su fuerza sana —sin resabios—, en resumen su sinceridad bien lo hace, maestro de los mexicanos y sudamericanos. Pero hay que tener presente la infancia de este artista que despertó en tierras de América en el Perú, además de llevar en sus venas sangre peruana. (…) Más que influencia de Gauguin en el arte de América es para mí un genuino pintor americano. Él buscó expresarse y lo consiguió con la más intensa sinceridad como hombre de aquí, como artista americano.”192 191
SABOGAL DIEGUEZ, José, 1989: 434.
192
SABOGAL DIEGUEZ, José, 1989: 459.
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193
Figura 72. José Sabogal, El espino viejo (Buenavista). Óleo. 194 José Sabogal, cabeza de India. Dibujo.
195 196 Julia Codesido, Chucupas. Óleo. Enrique Camino Brent, Indio del Collao. Óleo. 193
ROMÁN, Elida. Sabogal su entorno y su tiempo, Asociación Cultural Peruano Británica, 2009, p.33 194
op. cit., p.41.
195
op. cit., p.58
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El indigenismo también llamado, neo inca, es un estilo que privilegia la posición del indio como modelo nacional, y propone una reivindicación hacia la selección de temas indígenas revalorando su idiosincrasia, revelando en sus pinturas, sus paisajes y sus gentes. José Sabogal,197 máximo exponente desde la vertiente pictórica, destacó por su posición radical marcando claramente sus diferencias ideológicas y artísticas con cualquier tendencia académica proveniente de Europa. Sobresalen en esta corriente las pintoras Julia Codesido (1883‐ 1979) y Teresa Carvallo (1903‐1988), los pintores Camilo Blas (Alfonso Sánchez Urteaga, 1903‐1985), Enrique Camino Brent (Lima, 1909‐1960) y Jorge Vinatea Reinoso (Arequipa, 1900‐1931). Las hermanas Izcue, Elena y Victoria (1889‐1970), artistas y educadoras, sobresalieron en su empeño de transmitir la admiración y el conocimiento hacia la iconografía prehispánica. Elena Izcue, alumna de la Escuela de Bellas Artes, a través de estudios exhaustivos de estos diseños, desarrolló aplicaciones en telas de seda natural, y algunos objetos cotidianos. Creó también un modelo para que los escolares aprendiesen a dibujar, conocer y amar la iconografía peruana. Cabe señalar que Elena Izcue, pintora nacional, ya había empezado a utilizar desde 1914 en sus creaciones diseños precolombinos como los realizados para la carátula de la Escuela Moderna.
Figura 73 El Arte Peruano en la escuela, libro publicado originalmente en París por Elena y Victoria 198 Izcue en 1926.
196
op. cit. p. 46
197
José Sabogal nace en la provincia de Cajamarca, al norte de Lima en la ciudad de Cajabamba, en 1888, y muere en Lima, 1956.
198
MAJLUF Natalia y WUFFARDEN Luis Eduardo, IZCUE,Elena. El arte precolombino en la vida moderna, Museo de Arte de Lima. 1999, p. 207.
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Figura 74 Telas de seda natural estampadas a 199 mano por Elena y Victoria Izcue, 1928.
Figura 75 El Arte Peruano en la escuela, libro publicado originalmente en París por Elena y Victoria Izcue 200 en 1926.
199
op. cit., MAJLUF Natalia y Wuffarden Luis Eduardo, IZCUE, Elena. pp. 272‐274.
200
op. cit., p. 216.
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“En la exposición anual de la Escuela Nacional de Bellas Artes, realizada en el mes de enero de 1924, Leguía había admirado el trabajo de Izcue y le había otorgado a ella como a su hermana gemela Victoria, subvenciones para viajar al Cusco como profesoras especiales para estudiar el arte inca.”201 También ese mismo año, 1919, Manuel Piqueras Cotolí, escultor, y arquitecto español nacido en Córdoba, fue convocado desde el Perú para asumir la dirección del taller de escultura en la recién establecida Escuela Nacional de Bellas Artes202 y construir la fachada de dicha institución. Esta sólida portada hecha de ladrillo y piedra, conjuga elementos derivados de la arquitectura española y colonial con detalles en relieve de la iconografía prehispánica.
203
Figura 76 Manuel Piqueras trabajando escultura Fachada de la Escuela de Bellas Artes realizada por Piqueras Cotolí. 1920.
201
ANTROBUS, Pauline. Peruvian Art of the "Patria Nueva", 1919‐1930, University of Essex, 1997, p. 175. 202
El maestro Eduardo Chicharro, Director de la sede romana de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de la Casa de España, había recomendado al artista español con estas palabras, “Para desempeñar el cargo de profesor de modelado en Lima, […] nadie tan a propósito como el pensionado de esta Academia, Don Manuel Piqueras Cotolí, […] Es un escultor de gran fuerza, modela admirablemente y dibuja como pocos escultores. Sabe trabajar el mármol, conoce perfectamente la fundición, pudiendo montar y dirigir un taller que si fuese preciso, cincela, etc., en una palabra, no hay técnica ni parte del oficio que le sea desconocida. …”. Véase, BARREDA, Enrique D. “El escultor Piqueras Cotolí” en Mercurio Peruano. Revista Mensual de Ciencias Sociales y Letras, Año II, Vol. III, Sanmartí y Ca., Lima, 1919, p. 161. 203
WUFFARDEN, Luis Eduardo, Editor. Piqueras Cotolí (1885‐1937) Arquitecto, Escultor y Urbanista entre España y el Perú, Museo de Arte de Lima. 2003, p. 12
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Piqueras fue un gran admirador de los diseños derivados del arte prehispánico, que además recién empezaban a ser aceptados y adoptados como modelos artísticos. Su propósito como artista era resolver la dualidad entre lo español y lo indio respondiendo al discurso de la creación de una “Patria Nueva”. En sus proyectos refleja la intención de un arte de tendencia neo peruana.
Figura 77 Portada principal del Pabellón del Perú en Sevilla. 1929.
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Figura 78. Pabellón del Perú en Sevilla, realizado por Piqueras Cotolí en 1929. Detalle en el piso del Pabellón de Sevilla. Realizado por Piqueras Cotolí en 1929.
Sus obras más importantes realizadas en el Perú y para el Perú son la fachada de la Escuela de Bellas Artes, la plaza San Martín, la urbanización de San Isidro, El Olivar, la basílica de Santa Rosa (proyecto
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no realizado), el Pabellón del Perú en la Exposición Iberoamericana de Sevilla 1929, y otras esculturas en parques y plazas, además de muchos proyectos de esculturas y retratos de su entorno familiar. Este lenguaje basado en la asimilación de elementos se ve traducido en la arquitectura, en muchos casos reinterpretados, y adaptados a la estructura compositiva académica.204 “El resultado fue una especie de iconografía mixta donde solo el pasado estaba presente, y donde la arquitectura quedaba reducida a un cambio de ropaje pero no de contenido”205. La propuesta de Piqueras cuya obra mayor resume este planteamiento es el pabellón del Perú en la Exposición Iberoamericana de Sevilla, 1929. El estilo neocolonial, punto de quiebre en la generación de debates y de ruptura de las formas anteriores. Los arquitectos que participaran en la configuración arquitectónica de la ciudad de Lima desde 1904 hasta 1930 serán Emile Robert, Jean Claude Sahut, Rafael Marquina, Ricardo de Jaxa Malachowski, José Álvarez Calderón, Emilio Harth‐Terré, Héctor Velarde y el ingeniero Alberto Jochamowitz, entre otros. “Todos arquitectos extranjeros o formados en el exterior los que inician la búsqueda de las raíces coloniales —y también precolombinas— en el presente siglo”206. Pero fueron Harth‐Terré y Héctor Velarde los dos arquitectos quienes, con sus estudios, desarrollarán una teoría sólida alrededor del tema. Otros artistas escultores que realizarían posteriormente monumentos bajo este concepto estético serían: El escultor Luis F. Agurto, nacido en Piura, ciudad de la costa norte del Perú, el año 1898. Estudió en París y luego en Lima, asumió el cargo de profesor de la Escuela de Artes y Oficios, vivió en la capital hasta el año de su muerte, 1967. Dentro de la obras realizadas dentro de la corriente indigenista, destacan: “Tupac Amaru”, “El Chavinavi indomable” y el relieve ubicado en los Arcos de la Plaza San Martín, a Mateo Pucamahua, precursor de la Independencia. 204
BELAÚNDE M., Pedro. ”Tradición y modernidad en la arquitectura latinoamericana: la búsqueda de nuestra modernidad” en SOBREVILLA, David y BELAÚNDE M., Pedro (editores). ¿Qué modernidad deseamos? El conflicto entre nuestra tradición y lo nuevo, Epígrafe S. A. Editores, 1994, p. 141. 205
DOBLADO, J. Carlos (1990). "La expansión de Lima o la primera modernidad en Arquitectura peruana contemporánea." Escritos. Conversaciones: pp. 38 – 41, 51.
206
DOBLADO, J. Carlos (1990). "La expansión de Lima o la primera modernidad en Arquitectura peruana contemporánea." Escritos. Conversaciones: pp. 38 – 41.
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Figura 79 Relieve de Agurto, 1933.
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Figura 80. En esta imagen de la revista Variedades, se ve al escultor Agurto en su taller ante la maqueta del monumento a Túpac Amaru, conversando con el poeta José Santos Chocano. Poeta nacional que en el 207 año 1906 escribiera “El Alma de América”.
207
Revista VARIEDADES, Lima, 27 de Setiembre de 1924, Año XX, N° 865. p. s/n.
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Figura 81 Túpac Amaru 1924 de Luis F. Agurto.
208
Figura 82 Maqueta de Manco Cápac, 1922 de David Lozano.
(Ficha 16) David Lozano, escultor nacional que nace en la provincia constitucional del Callao, el año 1865, y muere el Lima en 1936. Lozano, se dedicó a la escultura “guiado tan solo por su propia iniciativa y genio creador.”209 Realizó el monumento al Inca Manco Cápac.210 Benjamín Mendizábal, escultor nacido en Cuzco en 1876, estudió escultura en Italia bajo la dirección del maestro Pietro Piraino, realizó con él trabajos como una estatua en bronce, “la heroína Qori Occllo” y un boceto de su famoso “Cahuide.” Trabajó como coautor del monumento a Manco Cápac. (Ver Ficha 16). En una entrevista el artista 208
Revista VARIEDADES Año XVIII, 2 de setiembre de 1922, núm. 757, pp. 1952. “El monumento a Manco Cápac”.
209
ESTREMADOYRO Camila Robles, Diccionario Histórico Biográfico. Peruanos Ilustres, Lima, Perú, 1987, p. 257.
210
David Lozano es el realizador de muchísimos monumentos en Lima y provincias. (Véase breve reseña biográfica en la Ficha 17).
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hizo las siguientes apreciaciones acerca de su vida: “No he trabajado como alumno en ninguna escuela. He procurado aprender con autonomía en el estudio de modelos y en la sugestión de algunos artistas selectos, pero sin copiar manera alguna. Considero que el artista no debe jamás ahogar su personalidad, por modesta que sea; contrariamente, debe defender sin cesar (...). Así luchando solo, fatigosamente, he llevado a cabo los trabajos que Ud. Conoce”211.Murió en 1957. “Años después de haber consagrado su arte a la patria, Mendizábal falleció resentido y olvidado”.212
Figura 83Páginas extraídas de la Revista VARIEDADES donde publican una visita al escultor cuzqueño 213 Benjamín Mendizábal.
Ismael Pozo Velit. Nació en Huancayo en 1898. Perteneció a la primera promoción de la Escuela de Bellas Artes de 1919, donde estudió hasta el año 1925 siendo alumno de Piqueras Cotolí, y co‐realizador con el maestro de muchas de sus obras, incluso trabajó con él en el Pabellón del 211
Revista de BELLAS ARTES No. 1 de mayo de 1921.
212
. Fecha de consulta: 01. 11. 2009.
213
Revista VARIEDADES. “Apuntaciones de Arte” Año XIX, 25 de Agosto de 1923, núm. 808, p. 1952.
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Perú en Sevilla. Piqueras diría de él: “Pozito era un hombre de extraordinaria versación. Su cultura era completa y su poder de comunicar conocimientos era también admirable.”Murió en Lima en 1959. Entre sus obras de tendencia indigenista sobresale la del “El Trabajo”, escultura realizada en 1937 “La respuesta al indigenismo pictórico no se hizo esperar. Este bronce es un sincero y realista homenaje de Pozo al indio campesino, donado a Lima por la colonia china con ocasión del IV Centenario de su fundación.”214 El tema del indigenismo y su difusión durante el Oncenio de Leguía abarcó todas las manifestaciones artísticas. También se mostró esta tendencia en el teatro, la música y la literatura. Sin embargo, tuvo mayor presencia en la gráfica y en las artes decorativas. En el diseño, en las revistas de la época, resaltaban en sus páginas modelos prehispánicos como parte de la ornamentación. Si bien es cierto que los monumentos seguían regidos por una concepción clásica, dentro de la tradición realista representativa y occidental, en sus pedestales ya se empezaban a vislumbrar citas de iconografías prehispánicas. Solamente en dos de los 23 monumentos registrados durante el período que trata esta tesis, Lima 1919‐1930, encontramos estos elementos, el monumento a Manco Cápac realizado por el escultor peruano David Lozano (Ficha 16), y el monumento a Paz Soldán (Ficha 21), realizado por Piqueras Cotolí. Posteriormente se siguieron realizando algunas esculturas donde se tomaba la imagen del indio como protagonista de una raza y de una fuerza superior. El historiador del arte Alfonso Castrillón señaló, en su estudio sobre la escultura en el Perú, que en la escultura el indigenismo tuvo poco arraigo.215 Sin embargo, el tema clave para analizar es si este estilo realmente renovó las estructuras compositivas y formales del arte en el espacio público, y si es que el reemplazo de símbolos llegó realmente a ser un cambio significativo para la percepción de los ciudadanos, creando una nueva patria. Dentro de este contexto es necesario analizar si realmente los monumentos emplazados en el período de “La Patria Nueva”, tuvieron alguna repercusión simbólica en la colectividad, y de qué manera se fue articulando la práctica artística con el estado. 214
CASTRILLÓN Alfonso,Escultura monumental y funeraria en Lima.La Escultura en el Perú. Banco de Crédito, 1991. p. 361.
215
op. cit., p. 361.
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216
Figura 84. El Trabajo, escultura de Ismael Pozo, 1937.
“Prácticamente no hubo aspecto de la vida nacional que no estuviera marcado por la mirada indigenista. En las artes plásticas, la búsqueda de modelos locales abrió las puertas a una nueva forma de pensar el país”.217
216
op. cit., CASTRILLÓN Alfonso, Escultura monumental y funeraria en Lima, p. 360.
217
MAJLUF, N. (1994). Escultura y espacio público. Lima 1859‐1879. Lima: Editorial IEP, p. 128.
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CONCLUSIONES El año 1899 terminó el segundo gobierno de Nicolás de Piérola conocido como el de la “reconstrucción nacional” después de la guerra del Pacífico. Piérola trazó coordenadas muy significativas que luego Leguía continuaría, tales como la reactivación de la economía en base al endeudamiento externo, creación de puestos de trabajo para hombres y mujeres (esto último fue un suceso revolucionario para la época), embellecimiento de la ciudad de Lima, y la creación del Ministerio de Fomento. Sin embargo, a su término y al dar paso a la administración de Eduardo López de Romaña, se inició el predominio del Partido Civil, (con el cual entró a gobernar Leguía en su primer mandato), partido que habría de gobernar, con una breve interrupción, los siguientes veinte años, dando curso al período de la historia peruana conocido como “República Aristocrática”. Durante este ciclo, el Perú atravesó una etapa democrática en el sentido que los gobiernos se sucedieron unos a otros a través de elecciones, la constitución se mantuvo inalterada como ley de leyes y las instituciones republicanas, como el poder judicial y los ministerios, adquirieron consistencia y funcionamiento profesional. Pero, era una democracia muy limitada, porque Piérola había restringido el derecho al voto solamente a quienes fueran alfabetos en español, dejando de lado a las mayorías indígenas, que constituían las cuatro quintas partes del país. De este modo, durante la “República Aristocrática”, solamente un peruano de cada veinte podía participar de las elecciones. La restricción de los derechos electorales acompañaba un sistema estático y oligárquico en términos sociales. Las jerarquías eran muy pronunciadas y rígidas, eran escasas las vías para el ascenso social y la cúspide estaba integrada por un pequeño número de familias. Ellas compartían rasgos y peculiaridades que hacían de la élite un sector claramente distinguible del resto del país. Eran blancos, bien educados, dueños de las principales empresas o socios de capitalistas extranjeros que controlaban la economía peruana. Adicionalmente se casaban entre ellos, acudían a las mismas escuelas y hacían vida de club, en espacios exclusivos que los llevaban a socializar solamente entre ellos. Finalmente, recibían su formación profesional en la Universidad de San Marcos que era un círculo académico bastante estrecho, de apenas mil doscientos alumnos, donde todos los estudiantes y profesores se conocían. La “República Aristocrática” pasó por varias contradicciones internas. En primer lugar, el partido dominante que fue el denominado
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“civil”, atravesó una crisis generacional bastante dramática, los jóvenes llegaron al poder desplazando a la vieja generación que quedó bastante resentida. Estos jóvenes civilistas pudieron hacerse del gobierno gracias a que eran conducidos por José Pardo y Barreda, hijo del fundador y máximo líder, que tuvo en la magia de su apellido uno de los atributos de su ascenso. Lo acompañó un recién llegado que no pertenecía a las filas de las viejas familias oligárquicas. Este era el joven Augusto B. Leguía, un empleado de compañías extranjeras que, gracias a sus habilidades para el desarrollo y conexiones importantes, destacaba por sus dotes gerenciales, las cuales puso en práctica cuando fue nombrado con bastante éxito ministro de hacienda de Manuel Candamo. En 1908, Leguía llegó por primera vez a la presidencia del Perú y tuvo un mandato lleno de sobresaltos que terminó en 1912. En ese lapso rompió con el Partido Civil que lo había llevado al poder. La lucha entre dos alas del civilismo marcó el primer gobierno de Leguía. Al final, ambas fueron desplazadas del poder y se produjo el ascenso del primer gobierno populista de la historia peruana, conducido por Guillermo Billinghurst. Sin embargo, el populismo duró poco y un golpe militar devolvió el poder al civilismo, que se mantuvo hasta el año 1919, cuando terminó el segundo mandato de José Pardo. Las elecciones de ese año turbulento estuvieron marcadas por el espectacular retorno del ex presidente Leguía al escenario político. Corriendo como independiente, logró derrotar en las urnas al candidato civilista que era Ántero Aspíllaga, un hacendado y banquero de fortuna. Para concretar su victoria, Leguía tendió puentes con toda la oposición al civilismo. Estas fuerzas eran considerables. Durante la república aristocrática había surgido el proletariado, los sindicatos, el estudiantado universitario se había ampliado y las clases medias habían hecho su primera aparición. Este desarrollo social era consecuencia de la modernización capitalista experimentada por el país durante la “República Aristocrática”. La modernización trajo consigo la formación de clases sociales y grupos políticos opuestos al curso oligárquico dirigido por el civilismo. Con todas esas fuerzas se alió Augusto B. Leguía para tomar el poder en 1919. No llegó tranquilamente, sino que una vez electo propició un golpe de estado para disolver el congreso y convocar a una asamblea constituyente, que se reunió en 1920 y promulgó una nueva constitución, aboliendo la anterior, instaurada en 1860, que era la carta magna que más tiempo había durado en la historia republicana. La constitución de 1920 fue muy importante y vino a llamarse de la “Patria Nueva”. En esa constitución se reforzaron los poderes del ejecutivo sobre el sistema político y Leguía tomó los aires de un caudillo al estilo del siglo anterior, dejando atrás el ambiente más institucional de
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la “República Aristocrática”. El personalismo habría de ser la marca de fábrica del este régimen de Leguía, conocido como el “Oncenio”, debido a los once años que se mantuvo en el poder hasta su caída en agosto de 1930 a causa de la crisis mundial. Asimismo, la constitución de la “Patria Nueva” reconoció la existencia legal de las comunidades indígenas. Ellas habían sido declaradas formalmente disueltas al comenzar la república. Los primeros legisladores, inspirados por el mismo Simón Bolívar, sostuvieron que las comunidades eran una forma legal proveniente de la era colonial, que impedían que los indígenas, tomados como individuos libres, fueran los dueños de la tierra. La comunidad, de acuerdo al primer planteamiento liberal, imponía la propiedad colectiva de la tierra y prohibía su transferencia, constituyendo una mano muerta para la producción. Por ello, la disolvieron, en su idea de permitir la libertad del indígena. Sin embargo, su abolición significó una formidable expansión de la hacienda criolla en detrimento de las tierras de indios. Por su parte, las comunidades habían sobrevivido de forma extralegal y constituían uno de los pocos mecanismos de defensa de la población indígena contra la voracidad de los latifundistas criollos. Por ello, el reconocimiento legal de las comunidades constituyó una victoria de las corrientes indigenistas que se habían hecho presentes en la vida política y cultural peruana durante la “República Aristocrática”. Gracias a esta medida, Leguía tuvo reconocimiento popular en su momento inicial y la corriente indigenista, igualmente, atravesó una fase de protección oficial. Por todo lo mencionado anteriormente, el tema del indio apareció en la vida cultural peruana y fue una de las novedades en un ambiente más bien clásico y anclado en lo europeo. En efecto, la cultura peruana era escasamente nacional y estaba concentrada en la reproducción de los cánones occidentales. Durante la “República Aristocrática” había aparecido una fusión entre la cultura de la élite y la tradición afroperuana urbana. Esa fusión se denominó “criollismo” y era la punta de lanza de la creación de una cultura nacional. Pero, incluso en ella, las mayorías indígenas no tenían sitio. El criollismo ignoraba al indio, aunque exaltaba la cultura popular urbana. El momento del indio solo llegó cuando Leguía, en su fase inicial, había de realizar un llamado a la tradición campesina quechua y aymara para legitimar su gobierno. Incluso, el presidente solía vanagloriarse de ser un nuevo “Wiracocha”. La primera fase de Leguía había de ser breve, pronto mostró que era un caudillo a la antigua y que lo suyo era el personalismo más exacerbado. El antiguo amigo del pueblo se volvió un dictador, que habría de permanecer once años en el poder, dando forma al gobierno más prolongado de la historia del Perú. Sumando sus dos mandatos
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Leguía alcanza quince años, un record de los tiempos republicanos y una cantidad de tiempo que solo alcanzaron algunos virreyes. No obstante sus mutaciones, alguna variante del indigenismo siempre acompañó a Leguía. Su gobierno fue muy activo y construyó una enorme cantidad de edificios públicos, inauguró monumentos, diseñó plazas y creó las grandes vías modernas que habrían de definir el espacio urbano de la modernidad. En todas estas construcciones Leguía siguió patrones occidentales y empleó alguna ornamentación proveniente del indigenismo. Para el presidente, lo indio era el adorno perfecto de construcciones basadas en cánones clásicos occidentales. Durante el mandato de Leguía tuvo gran impulso la Escuela de Bellas Artes, que había sido abierta el año 1918, terminando el segundo gobierno de José Pardo. Después de un período inicial más clásico y tradicional, bajo la dirección del pintor Daniel Hernández, en esta Escuela se impuso la corriente indigenista plástica, liderada por el maestro José Sabogal, que tuvo una notable cantidad de discípulos de primer nivel, con quienes fundó una de las tendencias más representativas del arte peruano del siglo XX. Durante los años de Leguía, la Escuela de Bellas Artes proveyó a la ciudad de artistas, motivos y obras que fueron ampliamente empleadas por el régimen. Al fundarse Bellas Artes, se contrataron algunos profesores en el extranjero. Entre este grupo, la figura más importante fue el escultor español Manuel Piqueras Cotolí, quien habría de disponer de bastante influencia en el gobierno y formar una corriente artística denominada “neo peruana”. Piqueras recogió el arte mestizo de la sierra, y de la arquitectura neo colonial que ya constituía una fusión, proveniente de la era colonial y del siglo XIX. Así, Piqueras recogió el arte mestizo y quiso fusionarlo nuevamente, en esta segunda oportunidad, con la modernidad occidental y con la tradición historicista. La fachada del edificio de Bellas Artes, que fue encargada a Piqueras, constituye la mejor muestra de su pretensión artística. Una pared llana, de ladrillos rojos y simétricos, representa la tradición constructiva occidental, que da paso a una portada mestiza, plena de imaginería popular, inspirada en los retablos ayacuchanos y labrada en piedra, material milenario que se fusiona con el ladrillo español.
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Fachada de la Escuela de Bellas Artes.
De este modo, una tendencia artística antes marginal quedó asociada al poder político. Sin embargo, el gobierno no la utilizó como nueva medida de las cosas. Leguía era un demagogo y solo quería al indigenismo para adornar un modelo completamente occidental. Leguía no buscó cambios profundos, lo suyo era lo superficial. La “Patria Nueva” y el tema del indio fueron mecanismos para justificar el poder absoluto que buscó consolidar. Cuando uno se pregunta para qué empleó esa autoridad desenfrenada, la respuesta es para reproducir el mundo social de la “República Aristocrática”. En efecto, la economía siguió siendo primario exportadora, los ricos cambiaron algo de composición, pero siguieron siendo un puñado oligárquico, las clases medias continuaron aspirando a mejorar y fueron siempre postergadas y los sectores populares, pobres de la ciudad y campesinos del Ande, siguieron adelante con sus vidas rutinarias marcadas por la pobreza y la falta de oportunidades para el ascenso social. En el fondo, al cambiar todo para que nada cambie, Leguía salvó a la vieja oligarquía. Pero, el gobierno cambió mucho al país como territorio, y entre sus transformaciones más significativas destaca la transformación de la fisonomía urbana. Durante la época de Leguía triunfó definitivamente el
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automóvil y se impuso el transporte urbano. Esto obligó a los gobiernos nacional y municipal a construir avenidas y plazas, que dieran paso a la modernidad urbana. La gente fue dejando atrás la condición de peatón y la ciudad se adaptó a los vehículos a motor. Por lo tanto, durante la “Patria Nueva”, Lima y el sistema urbano peruano experimentaron un gran salto hacia delante. Leguía quiso dejar su huella en esta expansión y el gobierno fue el principal cliente de monumentos y lugares públicos que marcarían la Lima moderna.
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PARTE III EXPANSIÓN URBANA (1919-1930) “Se ha creído por muchos que las expansiones de las ciudades deben estar sometidas a un plano ideal, previamente estudiado, tesis que, a mi juicio, no es conveniente. Es difícil prever cuales serán las condiciones de la vida en el futuro y, por tanto, resulta un trabajo inútil el someter con criterio actual las modalidades del porvenir.218” Alberto Alexander
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ALEXANDER, Alberto, Los Problemas Urbanos de Lima y su futuro. Talleres de La Prensa, Ministerio de Fomento, Dirección de salubridad Pública, Lima, 1927, p. 7.
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EVOLUCIÓN DE LA “CIUDAD IRRADIADA” El gran período de la expansión urbana en Lima, se produce durante los once años de gobierno (1919‐1930) del presidente Augusto B. Leguía. Esta transformación urbana acelerada de Lima recibe el impulso de la celebración de dos centenarios, el de la Independencia del Perú (1821‐ 1921), y el de la Batalla de Ayacucho (1824‐1924). Dos motivos de enorme trascendencia para justificar un ambicioso programa de obras públicas. Si bien, los principales fundamentos de la transformación de Lima estuvieron ya planteados desde inicios del siglo XX, al margen de los requerimientos y obras alusivas a estos dos eventos celebratorios, se debe reconocer que la realización de los mismos fue un catalizador que terminó modificando muchos de los planes ya que un grupo importante de obras fue donado por las colonias asentadas en el país con motivo de la conmemoración del primer centenario de la independencia nacional. Durante esta etapa es que en Lima se expanden los linderos que la limitaban, con la apertura de nuevos ejes de irradiación desde la ciudad fundacional hacia la costa del territorio, poniéndose en valor, no solo la naturaleza específica de su desarrollo, sino la pertinencia de pensar en planificar el futuro crecimiento de la ciudad. La “Ciudad Irradiada” (1921‐1930), una de las etapas del desarrollo de la ciudad de acuerdo a la clasificación propuesta por el arquitecto y urbanista Augusto Ortiz de Zevallos, se caracterizó por su expansión, que da paso a un crecimiento sin precedentes de la ciudad de Lima Metropolitana. Sin embargo, Lima empieza a irradiarse ya desde la etapa anterior, denominada como la etapa del “Trazado Axial” (por el mismo Ortiz de Zevallos), y es aquí donde Leguía, durante su gestión, promueve, refuerza y afianza su proyecto de modernidad y progreso. Cabe señalar que el mandatario, ya participaba en cargos de gobierno desde 1903, y estaba inmerso en las decisiones que se tomaban sobre el desarrollo de la ciudad. Pero es en la cuarta etapa de la ʺCiudad Irradiada,ʺ donde este adquiere completamente su rol protagónico. En este punto, es necesario contextualizar el devenir de las etapas anteriores a modo de instalar un orden progresivo y comprensivo antes de seguir retomando los procesos formativos de la evolución urbana de Lima y su desarrollo. Este desarrollo está dividido por Ortiz de Zevallos en seis etapas que se caracterizan por hechos puntuales dentro de la cronología de la conformación de la ciudad, que se resumen en la tabla siguiente:
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Primera etapa, o Ciudad Originaria, 1535‐1684
Segunda etapa o “Ciudad Amurallada”, 1684‐1880 Tercera Etapa o de “Tratado Axial”, afrancesado e ilustrado 1880‐1921 Cuarta Etapa o “Ciudad Irradiada” 1921‐1930
Quinta Etapa o “Ciudad Expansiva” 1930‐1970 Sexta Etapa o “Ciudad Reutilizada y Densificada” 1970‐ hasta la actualidad
Se funda la ciudad a los márgenes del río Rímac, superponiéndose a algunas huacas y caminos incaicos. La ciudad consta de la ciudad oficial y central hispánica (al margen sur del río Rímac, la ciudad del Cercado o barrio de indios y el Barrio de San Lázaro llamado el Rímac (margen norte del río Rímac). Cuando se limita su crecimiento y se densifica el área urbana confinada por las murallas. Se moderniza y extiende la ciudad a sus entornos aledaños, sentando las bases para el futuro desarrollo hacia los balnearios y pueblos cercanos. Existen ferrocarriles desde mediados del S. XIX y tranvías eléctricos desde 1902. Durante el periodo presidencial de Leguía se trazan grandes ejes que conectan mediante tranvías la ciudad de Lima y los balnearios que surgen a lo largo de la zona costera, abandonándose el modelo de ciudad continua y se adopta el modelo anglosajón de ciudad jardín. Etapa de migración masiva hacia Lima de la población rural. Lima se expande volcándose sobre sus tres valles, ocupándolos progresivamente con baja densidad. Reutilización y cambios de uso del territorio. Debido al desbordamiento de población del interior del país, desemboca en el rápido deterioro de la ciudad, la informalidad, crisis de superficie habitable, de recursos hídricos y energéticos, desaparición de áreas agrícolas y contaminación ambiental.
“La metrópoli de hoy se originó históricamente a partir de la unión de dos grandes centros poblados antes diferenciados: Lima (con sus tres fuentes de ex‐ pansión original, unidas luego a los balnearios) y el Callao, además, primer puerto marítimo. Así se conforma el centro político administrativo del país”219. 219
ORTIZ DE ZEVALLOS, Augusto, Urbanismo para sobrevivir en Lima. Lima: Apoyo‐Fundación Ebert, Lima, 1992, p. 21.
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En los tiempos inmediatos a la fundación de Lima se ha observado que en la primera etapa, o “Ciudad Originaria,” 1535‐1684, la ciudad fundacional empezó a extenderse hacia el Norte, hacia los cerros, hacia el río Rímac, con el barrio de San Lázaro. La tendencia fue instalarse lejos de las costas que eran atacadas por los piratas y buscar los medios de defensa efectiva con el dominio de las alturas. Después y especialmente desde la demolición de las murallas, más exactamente durante la tercera y cuarta etapa, la ciudad capital, empieza a extenderse hacia el mar, buscando mejores climas y ambientes más favorables; las casas mismas, del tipo colonial eran amplias con grandes habitaciones y enormes patios; luego el programa arquitectónico se limita poco a poco hasta reducirse a lo estrictamente necesario y, finalmente, se nota la propensión a la casa pequeña con áreas libres para formar el tipo ideal moderno de la ciudad jardín. Estas construcciones fueron ocupando cada vez más las nuevas urbanizaciones.
En este esquema se puede ver cómo desde el año 1535, en que se funda Lima se ocupan 214 hectáreas, hacia el año 1898 crece a 1.292 hectáreas, y desde el año 1919 hasta el año 1927, se llegaron a urbanizar hasta
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2.051,7 hectáreas. Bastaron ocho años para que el área de la ciudad se incrementara en un 58% respecto del área de crecimiento en hectáreas desde su fundación hasta 1898, que le tomará 363 años. En estos ocho años la ciudad creció 626,6 hectáreas hacia las zonas de expansión que corresponden en Lima a las coordenadas Centro‐Sur Oeste, Centro‐Sur‐ Sur y Centro‐Nor‐Oeste, todas en dirección al mar. Para Augusto B. Leguía este era su segundo período, pues ya había sido presidente del Perú de 1908 a 1912, y trabajado en el ámbito gubernamental desde el año 1903, como Ministro de Hacienda de don Manuel Candamo y del gobierno de don José Pardo (1904‐1908), lapso en el que se desempeña como alcalde de Lima don Federico Elguera (1901‐1908). Por lo tanto, había estado participando desde hace muchos años en el diseño de la evolución urbana. Vale decir que el presidente contaba con la experiencia y los conocimientos sobre los planes urbanos de la ciudad capital. El 20 de setiembre de 1908, ya Leguía había expresado en la Municipalidad de Lima que “Toda capital es y debe ser, en efecto, el más alto exponente de la cultura y riqueza de un país”.220 Se deduce claramente en sus palabras, que el propósito para Lima no se reduce tan solo a un proceso de expansión acelerada, sino que su deseo se funda básicamente en consolidar a la Lima‐Capital como ciudad centralista y concentradora de los recursos económicos del país. Su objetivo vital y estratégico, como representante del poder, desde un punto de vista no solo político, económico o cultural, era convertirla en escenario físico, fuente de representación y resonancia simbólica de su etapa de gobierno.
220
Cita en Lima 1919‐1930. La Lima de Leguía, Fundación Augusto B. Leguía, Editorial San Marcos, segunda edición (facsimilar), 2007, p. 33.
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Figura 85. En la Figura 1, se esquematiza (en rojo), la irradiación de Lima desde 1919, trazada sobre plano 221 de Lima, Callao y Balnearios, levantado por el ingeniero Alberto Alexander . La cuarta etapa o “Ciudad Irradiada” Lima 1921‐1930, clasificada así por Ortiz de Zevallos, se generó como se esquematiza en el plano, desde su núcleo “fundacional en el territorio, hacia las costas, creciendo hacia las coordenadas Nor‐Oeste, Sur‐Oeste y Sur‐Sur. En el esquema se marcan los puntos de orientación hacia donde se va urbanizando la ciudad de Lima. 1) Lima, Centro‐Fundacional, 2) Hacia la coordenada Nor‐Oeste: El Puerto del Callao, 3) Hacia la coordenada Centro‐Oeste: Magdalena, 4) Hacia la coordenada Sur‐Oeste: Miraflores, 5) Hacia la coordenada Sur Sur‐Oeste: Chorrillos. Plano de Lima, Callao y Balnearios, 1927. Escala 1/50.000 221
ALEXANDER, Alberto, op. cit. Trazado sobre plano de Lima, Callao y Balnearios, levantado por el ingeniero Alberto Alexander el año 1927, como Inspector Técnico de Urbanizaciones. Carpeta de Planos adjuntos.
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LIMA ANTES DE LEGUÍA:
MONUMENTOS
Y
ESPACIOS
PÚBLICOS
El año 1919, año en el que se da inicio al período de la Patria Nueva, Lima era una ciudad muy atrasada en el aspecto urbano. Los servicios sanitarios de agua potable, desagüe, pavimentación e incineración de basura no existían o eran defectuosos. El alcantarillado estaba muy degradado, con muchos focos de infección. Las plazas y calles eran de canto rodado o de adoquines de cuarcita arenisca. El Paseo Colón, abierto por Piérola, tenía aproximadamente 400 metros. La basura se acumulaba en muladares. Los servicios de alumbrado eléctrico, tracción y fuerza eran deficientes. El área urbana continua se enmarcaba de Norte a Sur, de la Alameda de los Descalzos al Paseo Colón; y de Este a Oeste, del Hospital Dos de Mayo a la Avenida Alfonso Ugarte. Sin embargo, en esa área había todavía tierras sin edificar. Existían además pequeñas urbanizaciones puntuales en el territorio, separadas por grandes extensiones de tierras y campos agrícolas, poquísimas de las actuales, se hacían con ladrillo y cemento armado; siendo la gran mayoría de barro y caña brava, de las cuales algunas se encontraban todavía en absoluto estado de carencia de los servicios básicos.
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Figura 86. Plano que esquematiza el área urbana que encuentra Leguía en 1919.
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Figura 87. Monumentos preexistentes. En este plano se esquematizan las ubicaciones de los monumentos más importantes que ya estaban en la ciudad antes de Leguía. Simón Bolívar 1859, Cristóbal Colón 1860, Dos de Mayo 1874, San Martín 1906, Bolognesi 1905, Antonio Raimondi 1910, El Monumento al presidente Manuel Candamo 1912 y al presidente Ramón Castilla 1915.
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En la ciudad habían emplazados tan solo ocho monumentos importantes: el monumento al Combate del Dos de Mayo (1874), realizado por los franceses Edmond Guillaume (arquitecto) y León Cugnot (escultor). El Monumento a Bolívar (1859) ubicado en la Plaza Bolívar, del italiano Adamo Tadolini. El Monumento a Colón (1900), situado en el Paseo Colón, del escultor Salvatore Revelli (italiano). El Monumento a Bolognesi (1905), colocado en la Plaza Bolognesi, realizado por el escultor español, Agustín Querol. El monumento al libertador Don José de San Martín (1906), realizado por el escultor español Pedro Roselló. El monumento al sabio Antonio Raimondi (1910), instalado en la Plaza Italia, realizado por el escultor italiano Pozzi. El monumento a Manuel Candamo (1912), realizado por los escultores extranjeros Libero Valente y Antonin Mercie y el monumento a Ramón Castilla (1915), ubicado en la Plazuela de la Merced, realizado por el escultor nacional David Lozano. Es de notar que no todos los monumentos eran obra de artistas extranjeros y de los siete, uno era de un escultor nacional. Cuatro distinguían a personalidades nacionales: el del Dos de Mayo (a José Gálvez), el del héroe nacional Francisco Bolognesi, el tercero al ex presidente del Perú Manuel Candamo y el cuarto al ex presidente Ramón Castilla. Todos estos monumentos estaban emplazados dentro del perímetro de la Lima Colonial. Un breve repaso de los espacios públicos, del contexto urbano previo al período Leguía, resulta fundamental para entender el desarrollo y la orientación temática de la producción urbanística y artística en Lima entre 1919 y 1930. Los espacios públicos más importantes hasta entonces, eran: Plaza Mayor 1535. La Plaza Mayor de Lima constituye el espacio público urbano más antiguo que aún perdura en nuestra ciudad. De acuerdo a las pautas seguidas para la fundación de Lima, la plaza era el lugar desde donde la ciudad debía expandirse. Así se procedió en la fundación de Lima, el 18 de enero de 1535. La plaza es el principal testigo de la historia viva del país. La historia de la Plaza está dividida en tres períodos. El primero desde su fundación hasta 1875. El segundo en el que le colocan adoquines de piedra al piso ya que hasta entonces era de tierra. Y el tercero cuando a inicios del siglo XX, por necesidad de racionalización del espacio, se renueva la plaza dándole un nuevo diseño. En este espacio, convergían todos los poderes de la colonia; el político, el administrativo y el eclesiástico, también funcionaba el mercado. Se realizaban paradas militares, procesiones, corridas de toros, funciones de títeres, autos de fe, y hasta fue escenario de ejecuciones y
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levantamientos. Era el espacio público más significativo hasta entonces y realmente el espacio donde sucedía la historia públicamente. “En la época colonial la plaza mayor era el foco social y político de la ciudad, siendo las fachadas de la alcaldía y de la catedral las que dominaban el espacio urbano. Símbolos de poder, no significaron sin embargo, símbolos públicos. Aún no hay un estudio integral que examine el uso y la comprensión del espacio urbano durante la colonia.”222 Plaza Italia 1553. La actual Plaza Italia y sus alrededores albergaron un importante centro religioso inca. El Arzobispo Loayza la mandó construir como Plaza Santa Ana223. En 1908, siendo Presidente de la República Augusto B. Leguía, se la rebautizó con el nombre de Plaza Italia, en homenaje a la colonia italiana que donó el monumento al sabio Antonio Raimondi, realizado por el italiano Tancredi Pozzi (Milán, 1864). Plaza Bolívar 1577. Fue llamada Plaza de la Caridad, o de la Inquisición. En 1822, se le rebautiza como Plaza de la Constitución, para luego acceder a su nombre definitivo como Plaza Bolívar, una vez que fuera emplazado allí el monumento al libertador. Alameda de los Descalzos 1611. Situada en el Distrito del Rímac, construida por el Marqués de Montesclaros. En 1858 Don Felipe Barreda encarga a Italia, doce esculturas que representan los signos del zodíaco.Son esculturas grecorromanas, de cuerpos idealizados, que hasta hoy vemos en la Alameda de los Descalzos. Se inauguran en 1859, y es uno de los primeros ejemplos de escultura pública en Lima. En la época de Leguía se le restauraron verjas, estatuas, bancas y jardines. Parque de la Exposición 1872. Actualmente delimitado por las avenidas Paseo Colón, Wilson, Paseo de la República y 28 de Julio. La ubicación donde se extiende actualmente el parque, estaba ocupada antiguamente por la puerta sur de la muralla de Lima, conocida como Puerta de Guadalupe. Este espacio fue destinado a la edificación del Palacio de la Exposición, y el parque que albergaría la Exposición Nacional de Lima de 1872.
222
MAJLUF, Natalia, Escultura y Espacio Público, Lima 1850‐1879, Instituto de Estudios Peruanos, Lima, 1994, p. 9. 223
Folleto conmemorativo de su remodelación, 11 de Julio de 1997, (por el Alcalde metropolitano de Lima), Alberto Andrade Carmona, p. 1.
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En la administración de Leguía es restaurado y se incluyen otros elementos arquitectónicos como el pabellón morisco.
Óvalo del Dos de Mayo 1874. Situado cerca de la antigua puerta de las murallas, llamada la puerta del Callao. Antiguamente conocido como el Óvalo de la Reina224, donde se yergue el monumento al Combate del Dos de Mayo. Hoy conocida como Plaza Dos de Mayo. Paseo Colón 1899.Proyectado por el presidente don Nicolás de Piérola sobre la Avenida de Circunvalación. Plaza de Bolognesi 1904. Se ubica en la intersección de las avenidas Brasil, Arica, Alfonso Ugarte y el Paseo Colón justo en el límite del Cercado de Lima con el distrito de Breña. Su diseño y nivelación fueron realizados por Enrique Silgado, en el año 1904. Desde esta locación parte la avenida Brasil. Los bordes de la plaza están formados por manzanas de corte radial, repitiendo sus fachadas los mismos patrones arquitectónicos. En su centro destaca un obelisco coronado con una escultura del héroe en actitud triunfante y levantando la bandera del Perú realizada por Artemio Ocaña, escultor peruano. Esta escultura no corresponde al monumento original ya que reemplazó a la primera escultura, inaugurada el 5 de noviembre de1905, hecha por el escultor español Agustín Querol, que mostraba un Bolognesi aferrado a un asta con bandera en el mismo momento en que era abatido durante la batalla de Arica. Durante el gobierno del Presidente Odría se reemplazó por la actual, “… por considerarse su actitud indecorosa”225 La mayoría de plazas que datan de fechas cercanas a la fundación de Lima, eran en gran parte plazuelas sencillas configuradas en base a las simples y tradicionales directivas de la plaza colonial, con ocho campos romboidales o triangulares concertados por una pileta, o una cruz como único elemento ornamental. Generalmente las piletas más antiguas eran de piedra para luego ser renovadas por piletas de bronce. La Plaza Mayor y la Plaza Italia, así como otras de la misma época entre 1535 hasta 1800 aproximadamente, siguieron las mismas pautas. En la Plaza Mayor se puede ver aún hoy, su
224
CASTRILLÓN, Alfonso. “Escultura Monumental y funeraria en Lima” en La escultura en el Perú, Banco de Crédito del Perú, Lima, 1991, p. 340. 227
CASTRILLON, Alfonso, op. cit., p. 343.
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pileta de bronce, aunque la primera pileta fue de piedra. Dentro del plano donde se esquematizan los espacios públicos preexistentes a la época de estudio, se puede observar una cierta cantidad de plazuelas que correspondían a los niveles bajos de los atrios de las Iglesias.
Figura 88. Arriba la fuente de la Plaza Mayor de Lima, que fue inaugurada el viernes 8 de setiembre de 1651, mandada construir por el Virrey García Sarmiento de Sotomayor, conde de Salvatierra. El diseño corresponde al maestro catalán Pedro Noguera, siendo 226 fundida por Antonio de Rivas. Al lado detalle del escudo del rey. Y una vista de cómo lucía la Plaza Mayor en el año 1921 .
226
. Fecha de consulta: 05.09. 2010.
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Figura89.Vista Panorámica de Plaza Mayor.
Figura 90. Lima antes de Leguía. En este plano se esquematizan y se nombran los espacios públicos preexistentes y su ubicación en el plano. Plano de Lima por Ricardo Tizón y Bueno. 1908. Escala 1/10.000. (Archivo JGD).
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Figura 91. Paseo 9 de Diciembre (Paseo Colón), postal.
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Figura 92. Primer monumento en suelo peruano al Libertador Don José de San Martín, 1906. Realizado por el escultor español Pedro Roselló. Obsequio del Coronel argentino Lorenzo Pérez Roca a la Ciudad de Lima. Originalmente fue ubicado en el Paseo Colón, frente al Parque de la Exposición. El 28 de Julio de 1924 es trasladado a Barranco, y lo reinaugura el Presidente Leguía, Pedro Rada y Gamio, Alcalde de la Municipalidad de Lima, y Enrique de la Casas, Alcalde de la Municipalidad de Barranco. Actualmente se encuentra en el mismo emplazamiento de la Av. San Martín con el Paseo de Sáenz Peña, Barranco.
227
Fotografía en . Fecha de consulta: 17.09.2010.
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PLANES Y DESARROLLO DE LA “PATRIA NUEVA” El valor asignado a los espacios públicos en la época de Leguía se puso en evidencia con la explosiva construcción de una serie de nuevas plazas y parques, no solo en la dirección de afirmar una nueva estética urbana, sino también en la de oxigenar la comprimida área central precedente. A los paseos, que están referidos en el plano, como la Alameda de los Descalzos, el Paseo de Aguas y el Paseo Colón, se añadieron otros paseos en las nuevas avenidas hacia el mar, como los de las avenidas Brasil, el Progreso y Leguía. Asimismo, se realizó la transformación del bosque de Santa Beatriz con la construcción del Parque de la Reserva, entre tantas otras obras más. En los espacios preexistentes se restauraron las verjas, estatuas, bancas y jardines. En avenidas, plazas y plazuelas se colocaron árboles, faroles ornamentales, bancas de mármol, pistas de concreto y obras de arte. La producción de monumentos públicos, desarrollada durante el Oncenio leguiísta, puede considerarse como una autentica invasión en términos de volumen del espacio urbano de la ciudad de Lima. Todo esto motivó una transformación del perfil urbano con nuevos monumentos para la ciudad, creando a su vez nuevos espacios urbanos para los monumentos, lo que dio lugar al nacimiento de una nueva ciudad, con uno de los más importantes grupos escultóricos emplazados en los Espacios Públicos de Lima en el siglo XX. En el año 1920, Lima, contaba con 223.807 habitantes228, el área urbana de la ciudad era de 1.430 hectáreas con 304 hectáreas de áreas libres. El crecimiento de la población hacia el año 1927 se mantuvo en términos similares, cerca de los doscientos mil y un poco más de habitantes, las empresas urbanizadoras se multiplicaron y llegaron hasta alcanzar la habilitación de una superficie de 2.051,7 hectáreas, las cuales crecieron en 1930, hacia la habilitación de 3.000 hectáreas con 500 hectáreas de áreas libres llegando a una población aproximada de 326.500 habitantes. El índice de población aumenta en un porcentaje mínimo, aunque en términos de ocupación y urbanización las extensiones se multiplican. Puede deducirse que se empieza a construir con otros criterios y modelos urbanísticos, cabe decir como los de la Ciudad Jardín de Ebenezer Howard, un esquema urbano donde se benefician las extensas áreas verdes. 228
MARIÁTEGUI, José Carlos. “El porvenir de Lima” [Mundial. Año VI, N° 296. Lima, 12 de febrero de 1926] en FLORES GALINDO, Alberto y PORTOCARRERO GRADOS, Ricardo. Invitación a la vida heroica. Textos esenciales, Fondo Editorial del Congreso del Perú, 2005, p. 340.
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Leguía, para su segundo mandato, tenía muy claros los planes urbanísticos que quería ejecutar para transformar la ciudad en una urbe moderna, y ponerla a la altura de las grandes capitales del mundo. Los proyectos consistieron en promover la expansión de Lima, transformar el Centro Histórico, con el objetivo de embellecer la ciudad, asumiendo
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las influencias del movimiento City Beautiful229 norteamericano, y la realización de todas las obras públicas necesarias para elevar el nivel de vida de sus habitantes. En este período, su extensión originaria crece a más del doble, y se efectúa el segundo gran plan de avenidas para Lima que tiene por objetivo incorporar nuevas tierras para la urbanización y el negocio inmobiliario, así como delimitar nuevas fronteras para la ciudad. La influencia de los conceptos que trata Ebenezer Howard en su libro “Las Ciudades Jardín del Mañana”, publicado en 1898, tuvo un profundo efecto en el diseño de las ciudades de Europa, Estados Unidos y también en la América Latina y El Caribe. A inicios del siglo XX, en ciudades como La Habana y Lima, sus dirigentes no desconocían estos lineamientos. Eran incluso los impulsadores del desarrollo urbano de la ciudad con miras hacia una modernización que se fundaba en “una nueva clase de ciudad que traería más vida a las áreas rurales y combinaría la belleza y salud del campo con el trabajo en una moderna oficina o en la industria”230. En Lima se repiten también los procesos que se venían produciendo en otras ciudades, tanto en España como en América. Lo demuestran las etapas de su evolución que simultáneamente refleja el mismo orden en las otras ciudades, tales como primero el ensanche, con su primer plano regulador de 1872 hecho por Sada di Carlo; luego la conexión con el extrarradio a través de las grandes avenidas, la expansión del centro generando nuevas urbanizaciones, y el desborde incontenible de las etapas finales. Aunque es cierto que en América Latina los movimientos de la “Ciudad Jardín” tendrían diferentes repercusiones ya que no solo el territorio conlleva sus particularidades sino también la conformación social y la idiosincrasia del grupo humano que lo habita. En la capital peruana se vivía un proceso acelerado de expansión con una característica marcada de crecimiento y planificación hacia las 229
“Movimiento de planeamiento urbano norteamericano encaminado a alcanzar la igualdad cultural con las ciudades europeas, conducido por arquitectos, paisajistas y reformadores. El movimiento empezó en la década de 1850 con el establecimiento de sociedades de embellecimiento en pueblos de New England, pero ganó ímpetu y se aseguró identidad nacional en la década de 1890 bajo el estímulo de la World's Columbian Exposition, Chicago (1893), el desarrollo de sistemas de parques metropolitanos y el establecimiento de de sociedades de arte civil en las ciudades principales.” Véase, . Fecha de consulta: 09.09.2010. 230
GÓMEZ DÍAZ, Francisco. Ciudad y Arquitectura en La Habana (1925‐1960) de Forestier a Sert Editorial Territorio y Ciudad 2008. C II, 1.2.
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zonas periféricas, impulsadas como se ha dicho anteriormente por la fuerte presión del negocio inmobiliario. La ciudad jardín se plantea no solo como una inversión ventajosa en el plano social, sino también como un proyecto financieramente rentable. Para urbanizar era pues necesario adquirir los terrenos agrícolas contiguos comprados a bajo precio; sin embargo, si Howard propuso estos lineamientos como medio de control para que los beneficios inmobiliarios recayeran sobre la comunidad en general, en Lima los beneficios inmobiliarios recaerían tan solo en las pocas familias poderosas que gobernaban el país. La intención de armonizar las nuevas construcciones con el entorno natural creando un conjunto organizado de viviendas benefició solo a las clases altas que, como se ha mencionado, que se fueron asentando en las nuevas urbanizaciones con una fuerte preferencia hacia la vivienda unifamiliar. “Leguía aprovechó los inicios de la recuperación económica de la primera postguerra y manejó una reactivación del proceso expansivo de Lima con altos índices cuantitativos que no siempre estuvieron asociados, sobre todo en el caso popular, a comparables índices de calidad.” (…) “A finales de la Primera Guerra ya funcionaban en Lima 18 fábricas para producir materiales de construcción en lugar de las 8 que había en 1905 y de 1915 data la primera fábrica de cemento Portland”231. El Ingeniero Alexander, jefe de la Inspección Técnica de Urbanizaciones y Construcciones, y Superintendente del Servicio de agua potable (durante esta misma época)consideraba que la expansión de la ciudad no estaba justificada, y sostenía que lo que contribuyó a intensificar la expansiónse produjo a consecuencia del conflicto europeo, ya que se incrementó la escasez de viviendas, surgió la tendencia a la casa propia, se dictó una ley del inquilinato232 que frenó el desarrollo planificado de las etapas anteriores, y se favoreció el negocio de las urbanizaciones que crecían sin ningún control ya que, como se indicara más arriba, recién en el año 1924 se crearía la primera dependencia estatal de Inspección de Urbanizaciones. El mismo Alexander comenta que: “EI espíritu conservador característico entre nosotros, por otra parte no fue sensible al impulso y a las iniciativas de la época 1895‐1900 y, cuando se hubieran impuesto ideas y propósitos renovadores dentro de una situación de evidente bonanza, los imperativos de una ley detuvieron tales orientaciones: los inquilinos, cerrados a todo concepto equitativo y apoyados resueltamente, 231
“Lima. Historia y urbanismo en cifras 1821‐1970” (prólogo) en Trincheras y fronteras del arte popular peruano. Ensayos de Pablo Macera, Fondo Editorial del Congreso del Perú, agosto del 2009, p. 485.
232
Ley N° 6074 promulgada el 2 de marzo de 1928.
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mantuvieron sus derechos a la ocupación de las viviendas con arriendos bajos y los propietarios, en la imposibilidad de, introducir mejoras o reconstruir, prefirieron abandonar, prácticamente sus inmuebles, que desmejoraron y continúan desmejorando con todos los peligros derivados. La ciudad paralizó toda actividad constructiva y esta se localizó en las zonas del extrarradio que, respondiendo a tal actividad y con perspectivas de un espléndido negocio, fue extendiéndose en forma verdaderamente extraordinaria y dando lugar al apreciable número de urbanizaciones que hoy existen”233. Este propósito de modernidad atrajo la presencia de muchas empresas extranjeras como la Foundation Company, Fred T. Ley, Frederick Snare Corporation, H. J. Gildred, The Peruvian Studio For Decorative, West Coast Leader, etc. En su mayoría estas compañías provendrían de los Estados Unidos de Norteamérica. Se emprende este trabajo, enfrentando primero el problema del saneamiento, ampliando las redes de infraestructura de agua, de energía eléctrica y la pavimentación de aceras, avenidas y carreteras. En 1919 al juramentar al cargo el presidente Leguía ya expresaba su inquietud al respecto, al declarar que: “El saneamiento, que también es riqueza, porque escuda e intensifica la vida, capital y energías de las colectividades, muy especialmente de las nacientes, como la nuestra, es objetivo que debe buscarse a todo trance, como lo estoy haciendo en escala decisiva y primordial. Tengo, en efecto, la satisfacción de anunciaros que me ocupo con una compañía poderosa de celebrar un contrato encaminado al saneamiento de veinticuatro de nuestras principales ciudades, que serán en breve pavimentadas a la moderna, higienizadas en forma y dotadas de una provisión de agua potable suficiente para una población superior en mucho a la que hoy cuentan”.234 La compañía a la que se refería era The Foundation Company, empresa norteamericana. El 12 de mayo de 1920 se promulgan las Leyes No. 4215 y 4162. La primera, que contempla las expropiaciones necesarias “para llevar a cabo las obras de saneamiento proyectadas para veintitrés ciudades de la República”235.La segunda, faculta al Poder Ejecutivo para que “contrate la ejecución de las obras necesarias para dotar a las ciudades de Lima, Callao, Magdalena, Miraflores, Bellavista, Chorrillos, Barranco, La Punta, Ancón, Arequipa, Cuzco, Puno, Trujillo, Chiclayo, Lambayeque, Piura, Ica, Cajamarca, Huaraz, Huánuco, Cerro de Pasco, Huancayo, Ayacucho, Huancavelica, Abancay, Iquitos, Chachapoyas, Moyobamba, Moquegua, Tumbes, Locumba y 233
ALEXANDER, A. op. cit., p. 12.
234
. Fecha de consulta: 16.05.2010.
235
Ley No. 4125 en Archivo Digital de la Legislación del Perú, Fondo Editorial del Congreso del Perú, Versión 2.1, 2003, Disco 2.
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Jauja, de apropiados servicios de agua y desagüe, pavimentación y eliminación de basuras, aprovechando, en lo posible, las instalaciones actuales y los estudios realizados sobre la materia”.236 El 3 de marzo de 1921, mediante Resolución Legislativa No. 4237 se refrenda el contrato entre el Gobierno y The Foundation Company.237 Al respecto, lo primero que se concreta es el mejoramiento de la Planta de La Atarjea, que va a servir para el almacenamiento de agua. Como complemento se desarrolla el nuevo alcantarillado, que alcanzará los 200.000 metros lineales. La Foundation Company238 también tiene a su cargo la pavimentación de las vías (de concreto asfáltico, las vías principales, las nuevas avenidas, las plazas y paseos públicos; de concreto, las calles secundarias; y algunas, de adoquines de piedra. Aproximadamente 128 kilómetros. Cuando Leguía es derrocado, Lima estará pavimentada en un 90 %. Los servicios eléctricos se ampliaron y perfeccionaron, con la cooperación de las Empresas Eléctricas Asociadas. Para la eliminación de la basura se construye un horno crematorio en la margen izquierda del río Rímac, que resultará insuficiente, por lo que tuvo que planearse una nueva construcción para este fin. “Las obras de infraestructura de Leguía en Lima fueron impresionantes. Durante sus 11 años construyó en Lima 155 kilómetros de tuberías nuevas de agua y desagüe, casi el doble de lo que existían en 1918.Canalizó los ríos Huatica y Magdalena, utilizó nuevas tecnologías. Las instalaciones eléctricas de la ciudad pasaron a ser subterráneas y desaparecieron los miles de alambres que solo debieron aparecer a fines del siglo XX Leguía no se desinteresó del área central. Lo prueban las diversas edificaciones (Palacio de Gobierno, Ministerio de Fomento, Palacio Arzobispal, Escuela de Bellas Artes, Hospital del Niño, Hospital Loayza, Cuartel del Sexto, Teatro Municipal). Mientras tanto, las calles y avenidas se fueron preparando nuevas vías para el 236
Ley No. 4126 en Archivo Digital de la Legislación del Perú, Fondo Editorial del Congreso del Perú, Versión 2.1, 2003, Disco 2.
237
Res. Leg. No. 4237 en Archivo Digital de la Legislación del Perú, Fondo Editorial del Congreso del Perú, Versión 2.1, 2003, Disco 2.
238
“The Foundation Co., al retirarse en 1929, había construido en pavimentos de concreto y asfalto 1.052.000 m en el área de la gran Lima, y otros contratistas, 100.000.00 m.” Véase GONZALES DE LA COTERA S., Manuel. “El pavimento de concreto en Lima” en Revista Técnica del de consulta: 03.08.2010. Capítulo de Ingeniería civil. Fecha .
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automóvil que obsesionaba a Leguía como medio de transporte alternativo. Lima tenía solamente 8 automóviles en 1915 y 10.000 en 1930”239.
239
Prólogo de Pablo Macera para el libro escrito por Wiley Ludeña “Lima. Historia y urbanismo en cifras 1821‐1970”. En Trincheras y fronteras del arte popular peruano. Ensayos de Pablo Macera, Fondo Editorial del Congreso del Perú, agosto del 2009, p. 488.
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Figura 93. Imagen de 1924, donde se marcan las avenidas para pavimentar a cargo de la 240 Foundation Company. .
240
BARDELLA, Gianfranco, Un siglo en la vida económica del Perú 1889‐1989, Banco de Crédito del Perú, Lima, 1989, p. 250.
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241
Figura 94. Anuncio de venta de terrenos en la nueva urbanización Garden City.
241
Revista: VARIEDADES del Año XVII, 06.08.1921, No. 701.
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242
Figura 95. Publicidad de venta de terrenos en la Avenida Leguía.
243
Figura 96. Plano de la Urbanización Surquillo de Tomás Marsano , 1921. 242
Revista PERRICHOLI, año II, No 9, 18 de febrero 1920, p. 12.
243
. Fecha de consulta: 15.09.2010.
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PLANIFICACIÓN DE LA TRAMA URBANA Cuando en 1921, el presidente prolonga la avenida Leguía (hoy Arequipa) hacia el balneario del sur, Miraflores y, en 1924, otra al Callao y luego proyecta, y ejecuta en parte, la avenida Costanera desde La Punta hasta la playa de la Herradura, lo que hace es marcar los linderos del perímetro urbano de Lima. Esas vías (a diferencia de las líneas de ferrocarril que solo comunicaban emplazamientos urbanos alejados entre sí) señalaban el radio de expansión de la ciudad, en el cual se realizaría el asentamiento de la capital en las décadas futuras.
Figura 97. En este plano se esquematiza las avenidas trazadas por Leguía, Av. Argentina y Av. Leguía y la Av. Costanera, con las cuales marcaría los linderos el futuro perímetro urbano de Lima.
El perímetro urbano que configura el gran triángulo: Chorrillos, Lima‐ centro y el Callao, explica y determina las orientaciones que se definieron desde el órgano de control del desarrollo de la expansión urbana, hacia la afirmación de una expansión futura. Para realizar esta expansión, Leguía a inicios de su mandato, promulga varias leyes congresales como las 4449 y 5839, en las que
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establecen los requisitos indispensables de venta y tasaciones de las áreas exteriores del perímetro urbano de Lima Centro.244 En el Decreto Supremo del 6 de octubre de 1922 ordena, además, que no se desarrollen urbanizaciones en Lima, Callao, Chosica y balnearios sin que la Dirección de Salubridad haya efectuado el estudio de sus condiciones sanitarias y la Dirección de Obras Públicas aprobado sus planos y proyectos. El 22 de agosto de 1924 se aprueba, mediante Resolución Suprema, el Reglamento de Urbanizaciones245, y la ley de Inspección de Urbanizaciones en la que se encomendó la tramitación de lo relativo a la urbanización en Lima y sus alrededores. En el reglamento se responsabiliza a la Dirección de Salubridad Pública la aprobación de los proyectos de urbanizaciones.246 Esta dirección había sido creada en 1903, durante la administración de Manuel Candamo, y su segundo artículo indicaba que constaba de “dos secciones: higiene y demografía.”247 Fortaleciendo las normas existentes, el 30 de marzo de 1928 se aprueba la Ley No. 6159 “Sobre urbanizaciones en la República” que, en Artículo 1°, dice: “Nadie podrá en el territorio de la República, habilitar zonas o áreas urbanas sin llenar previamente los requisitos exigidos por los reglamentos pertinentes sobre obras sanitarias, de higiene y ornato público y las relativas a las facilidades del tráfico”248. En su artículo segundo reconoce el “carácter legal” de la Inspección Técnica de Urbanizaciones del Ministerio de Fomento. El Reglamento de Urbanizaciones y la creada Inspección Técnica de Urbanizaciones logran que las nuevas urbanizaciones prestaran los servicios de saneamiento, pavimentación, veredas y alumbrado, y, la mayor ventaja, el aumento de las áreas libres, al obligarse la separación de extensas áreas para plazas, parques y jardines. Como ejemplo, puede resaltarse la urbanización Santa Beatriz, que dio la pauta a seguir a otras 244
FLORES‐ZÚÑIGA, Fernando Haciendas y pueblos de Lima. Historia del valle del Rímac (De sus orígenes al siglo XX). Tomo I. Valle de Huatica: Cercado, La Victoria, Lince y San Isidro. Fondo Editorial del Congreso del Perú / Municipalidad Metropolitana de Lima, julio del 2008, pp. 420‐ 426. 245
ALEXANDER R., Alberto, op. cit., p.14.
246
SEMINARIO, Patricia y RUIZ BLANCO, Manuel. “Discusión y alternativas de las políticas de vivienda en el Perú. (1990‐2007)” en Cuadernos 11, Departamento de Arquitectura de la PUCP, edición digital 007, 2008, p. 14. 247
Ley dada el 6 de noviembre de 1903.
248
Ley No. 6159 en Archivo Digital de la Legislación del Perú, Fondo Editorial del Congreso del Perú, Versión 2.1, 2003, Disco 2.
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urbanizaciones, supervisada por el jefe de la Inspección Técnica de Urbanizaciones y Construcciones que, como hemos visto anteriormente, era el Ingeniero Alberto Alexander. En lo que atañe a plazas, parques y avenidas interurbanas “su valor fue cargado íntegramente, a la cuenta del estado.”249 “Otra obsesión de Leguía fue el desarrollo de plazas y parques: Plaza San Martín, Parque Universitario, Parque de La Reserva. (…) “una nueva urbanística dialéctica entre espacio privado y espacio público”, con una estrecha coordinación entre ambos”.250 En comparación con el área que tenía la capital en 1919, en 1930 se había triplicado. Habían surgido muchos núcleos urbanos, que contaban ya con los servicios recientes de abastecimiento, entre ellos los de Chacra Colorada, Garden City, Breña, Jesús María, San Martín, Escuela de Agricultura, Country Club, Orrantia, Santa Beatriz, Lobatón, Lince, San Isidro, Balconcillo, etc., casi todos ellos circunscritos en la zona que va desde Santa Beatriz hacia Miraflores. La construcción de nuevas avenidas permitió el crecimiento urbano que cambió la fisonomía de la ciudad. Algunos ejemplos son las avenidas Leguía (hoy Arequipa; que se extiende hacia el sur), Progreso (hoy Venezuela; que lleva al Callao), Unión (hoy Argentina), Nicolás de Piérola (Colmena) y varias otras más que dieron lugar al desarrollo de nuevas urbanizaciones como las de Santa Beatriz, La Victoria, Lince, Breña, San Isidro, Miraflores, Barranco, etc.
249
LIMA 1919‐1930. La Lima de Leguía, Fundación Augusto B. Leguía, Editorial San Marcos, segunda edición (facsimilar), 2007, p. 38.
250
op. cit., Prólogo de Pablo Macera, para el libro escrito por Wiley Ludeña “Lima. Historia y urbanismo en cifras 1821‐1970”, p. 487.
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Figura 98. En este plano se esquematiza (en verde) la zona de las primeras urbanizaciones que se 251 fueron modernizando. La mayoría situadas desde Santa Beatriz hasta Miraflores. 251
Plano general de los ferrocarriles eléctricos de Lima, Callao y Chorrillos por el ingeniero Enrique E. Silgado. Escala 1/50,000. De Federico Costa y Laurent. (Archivo JGD).
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Figura 99. Avenida Leguía, hoy Avenida Arequipa.
NUEVOS EJES VIALES La configuración de la trama urbana, desde una visión específicamente espacial y morfológica, resulta de la estructura creada por los ejes viales, que en su trazado van tejiendo las pautas de las conformaciones en el territorio. Son estas distintas zonas y sus núcleos de población los que por sus características particulares la dotarán de funciones y usos diversos, en el planeamiento urbano y su desarrollo futuro. La ciudad antigua va perdiendo su ambiente colonial y adquiere un nuevo ritmo con las obras de saneamiento urbano. La pavimentación de avenidas interiores, como la de Piérola; la terminación de los portales en la proyectada Plaza San Martín, las avenidas de circunvalación de Grau y Alfonso Ugarte; la del Brasil y la prolongación de las del Progreso y Wilson van formando el marco del tráfico de la capital de la República. A lo largo de estas nuevas vías se realizan las nuevas edificaciones de casas modernas y bien construidas. Esto es, en los espacios libres que fueran ocupados antes por galpones y huertas. Dentro de la gran producción de obras públicas realizadas para la ciudad durante el régimen de Leguía, se va a empezar por nombrar y situar en el plano los nuevos ejes viales creados durante este período. La ciudad tiende a expandirse con tanta mayor fuerza cuanto que el progreso brinda un nuevo medio de transporte, el automóvil y su difusión masiva, que contribuyó a otorgarle a la ciudad otra escala de uso y percepción.
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Figura 100. Se han marcado las nuevas avenidas, y las avenidas que estando ya trazadas en períodos anteriores, se han pavimentado y concluido. La numeración en el plano corresponde con la numeración de cada una de las avenidas que describiremos a continuación. Escala 1/50.000.
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1) Avenida Leguía. Considerada como el “auténtico símbolo urbano de la época”252. Su gestor fue el Señor Roberto Risso. Nace desde Lima‐Centro, uniendo los distritos de Lince, San Isidro y Miraflores en dirección Sur‐ Oeste, camino al mar. Su construcción la realizó la Foundation Company. Esta avenida que va de Lima a Miraflores, ya había sido requerida anteriormente, e incluso planteada por los concejos distritales de Miraflores, Barranco y Chorrillos. Su trazo se originó en el segundo período de José Pardo (1915‐1919) cuando los ayuntamientos arriba mencionados, presentaron una solicitud anexando incluso, el proyecto del arquitecto urbanista Augusto Benavides. Sin embargo, no había podido ejecutarse por los obstáculos que pusieran los propietarios de los fundos que la avenida debía atravesar. Gracias a la ley que ampliaba y modificaba la Ley de Avenidas, mediante la cual se podía expropiar hasta cien metros a cada lado del trazo de las avenidas interurbanas que hubieran sido declaradas de utilidad pública, los obstáculos fueron resueltos. La avenida de seis kilómetros de largo comenzó a construirse en 1920. Se había considerado colocar una base de piedra con el busto del Presidente a modo de recuerdo de su inauguración. Este monumento debía estar ubicado en la Plaza Jorge Chávez. En la cuadra inicial de la avenida posteriormente se ubicó el Arco Morisco o Arco del Triunfo, cuya demolición se aprobara el año 1938. Tenía dos pistas para automóviles, de cuatro metros de ancho, hechas de concreto asfáltico. Asimismo, un paseo de dos veredas laterales y dos en la parte central. Fue inaugurada en 1921, año del Centenario. Su nombre fue cambiado por el de Av. Arequipa, como actualmente se le conoce, con el cambio de régimen en 1930. “La avenida Leguía era el espacio lineal donde debían exponerse las villas pintoresquistas y los automóviles último modelo: los signos relucientes del triunfante cosmopolitismo tecnológico y residencial promovido por el régimen.”253
252
op. cit., Prólogo de Pablo Macera, para el libro escrito por Wiley Ludeña “Lima. Historia y urbanismo en cifras 1821‐1970”, p. 488. 253
LUDEÑA URQUIZO, Wiley. Historiografía y periodificación de la historia urbana republicana de Lima. VIII Seminario da Historia da Cidacle do Urbanismo, Universidad Federal Fluminense, Niteroi, Río de Janeiro 09‐12 de noviembre 2004.
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Figura 101. Avenida Brasil.
2) Avenida del Brasil. La Avenida Brasil es una de las principales de la ciudad de Lima. En su recorrido de Centro‐Sur‐Oeste, une los distritos de Lima centro, Breña, Jesús María, Pueblo Libre, y Magdalena del Mar. Extendida sobre lo que era el antiguo camino que unía la Lima fundacional con el antiguo pueblo de La Magdalena, actual Pueblo Libre. A lo que era un camino rural se le dotó de una pista de concreto asfáltico, para convertirlo, luego, en paseo público, construyéndose dos pistas más de concreto, con veredas, farolas y jardines. Su primer nombre fue Camino de La Magdalena. Se utilizó como eje respecto del cual se articularía la extensión urbana al suroeste de la ciudad. En el año 1908 fue rebautizada como Av. Brasil.
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Figura 102.Avenida del Progreso o Venezuela.
3) Avenida del Progreso. El presidente Leguía concede permiso, el 5 de enero de 1921, a la Foundation Company para que abra este nuevo camino y ordena en junio de 1923, que se realice su pavimentación de concreto254. Esta vía constituyó el primer hito de expansión de Lima hacia el Nor‐Oeste, uniendo fácilmente la capital con el Callao. Es la primera ruta comercial habilitada entre el primer puerto y la capital, el único medio con que se movilizaría desde entonces la carga entre ambas ciudades, antes transportadas por la ya deficiente movilización de los congestionados vagones de los ferrocarriles Central e Inglés, o por la antigua carretera del Callao. De doce kilómetros de largo, era una pista de concreto reforzado, de ocho metros de ancho y seis pulgadas de espesor. Fue inaugurada en el mes de diciembre de 1924, con motivo de las fiestas del centenario de la Batalla de Ayacucho. 4) Avenida Argentina. Conocida anteriormente como Av. Unión, unía la zona norte del Callao con la zona industrial de la capital (ubicada en los alrededores de la Plaza Unión). La financiación la realizó Santiago Poppe, con ayuda gubernamental. De diez kilómetros de extensión, tiene las mismas características que la Avenida del Progreso. Se inauguró el 5 de octubre de 1927. 5) Avenida Nicolás de Piérola. A los treinta años de su apertura, se la pavimentó con concreto asfáltico. 6) Avenida 28 de Julio. Construida con la finalidad de expandir la zona urbana y descongestionar el tráfico, va desde el Hospital del Niño (Av. Brasil) hasta la línea del tranvía eléctrico que iba a Chorrillos. Tenía una longitud de un kilómetro de concreto asfáltico. 254
El Perú en el Centenario de Ayacucho. Recopilación efectuada por la Secretaría del señor Presidente de la República de los discursos pronunciados en las ceremonias conmemorativas, Lima, Editorial Garcilaso, MCMXXV, pp. 477‐478.
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Figura 103. Avenida Grau. Nótese al fondo el monumento a Manco Cápac.
7) Avenida Grau. Al principio dotada con una pista de concreto asfáltico hasta el Hospital 2 de Mayo, se la empezó a transformar, al igual que la Avenida Alfonso Ugarte, con dos pistas laterales y veredas centrales para peatones, con jardines, bancas de mármol y faroles ornamentales. En agosto de 1930 llegaba hasta la Escuela de Artes y Oficios. 8) Avenida de Circunvalación. Planteada desde el año 1872, cuando el Ingeniero Sada trazara el Primer Plano Regulador, esta avenida recorría la ciudad como un cinturón, encerrando todo el perímetro por donde estuvieron edificadas las murallas de Lima. Luego fue cambiando de nombres, como Bolognesi, Alfonso Ugarte, Paseo Colón, Grau, y el último tramo se sigue llamando Circunvalación. 9) Avenida a Chosica. Pensada como una manera de rebajar los fletes del ferrocarril que llegaban al interior del país, (hacia el este), tenía una pista de concreto de cuatro metros de ancho y seis pulgadas de espesor. Al terminar el régimen de Leguía la pista había llegado a Chacra Sana. 10) Avenida Francisco Pizarro. A la antigua calle de Malambo se le dotó de pavimento de concreto asfáltico y de un ancho uniforme hasta la Portada de Guía, además de canalización, veredas, arborización, etc. 11) Avenida Bolognesi. Nace desde la Plaza Dos de Mayo hacia la carretera que se une con el ferrocarril a Ancón.
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Figura 104. Avenida Alfonso Ugarte.
12) Avenida Alfonso Ugarte. Inaugurada en 1928, tenía cuatro fajas de concreto asfáltico que contaba con una berma central con veredas para peatones, terrazas y bancas de mármol. Conecta las Plazas Dos de Mayo y Bolognesi. 13) Avenida Arica. Nace en el Óvalo de la Plaza Bolognesi, proyectándose en diagonales hacia las coordenadas del nor‐oeste. Se construye para anexar el inicio de la Av. Brasil con la carretera al Callao. 14) Avenida Costanera. Proyectada para unir el distrito de La Punta (Callao) hasta la Playa de la Herradura, bordea el mar. Durante el período gubernamental de Leguía se construyeron seis kilómetros, desde Perla Baja, Bellavista, hasta Magdalena del Mar y San Miguel, tenía seis metros de ancho y seis pulgadas de espesor. Llamada también “Avenida Patria Nueva”. 15) Avenida del Ejército. Une Miraflores con Magdalena. 16) Avenida Javier Mariátegui. Se extendía desde la zona llamada Matalechuza, en la Avenida Brasil, hasta la Avenida Leguía, a altura del Colegio Raymondi. De dos metros de extensión y seis de ancho, estaba hecha de concreto. Se inauguró el 5 de octubre de 1919. 17) Avenida Eléspuru. Se prolongaba desde el final de la Avenida Francisco Pizarro hasta el Polígono de Tiro. Tenía una calzada de concreto de 8 metros de ancho, con jardines y árboles a ambos lados. 19) Avenida Nicanor Leguía. De un kilómetro de largo, tenía catorce metros de ancho y se empalmaba con la Avenida Grau. 18) Avenida del Carácter. Se extendía desde el lado izquierdo de la Alameda de los Descalzos hasta el Polígono de Tiro de San Gerónimo, en el distrito del Rímac. De dos kilómetros de longitud, contaba con una
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pista de concreto de ocho metros de ancho. Construida durante la alcaldía de Juan Ríos, con fondos propios y donaciones del Gobierno. 20) Avenida Juan Leguía. Pasaba por el lado izquierdo de la Avenida Militar y servía de empalme entre Barranco y Chorrillos. Igualmente de concreto asfáltico.
Figura 105. Avenida Wilson (actual Garcilaso de la Vega).
21) Avenida Wilson. Avenida proyectada en 1917, con el propósito de llegar hasta el balneario de Chorrillos. Parte del mismo centro fundacional y atraviesa hacia el sur oeste el damero de Pizarro. En 1920, el Gobierno da continuación a las obras de esta avenida, desde que se prolonga, hacia fuera de los linderos cambiando su nombre en el empalme de la Av. 28 de Julio por el de Av. Leguía. La Avenida Wilson se llama en la actualidad Garcilaso de la Vega.
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Figura 106. Se han marcado en violeta los espacios ubicados en las zonas cercanas a los ejes viales, como puntos de referencia para la mejor comprensión de las zonas que vinculan, y el recorrido y la extensión de las avenidas. En verde se marcan las vías que hacen los ferrocarriles, el de Ancón parte del Rímac junto a la Alameda de los Descalzos, el que va a Chorrillos parte cerca a la Plaza San Martín, y el que llega al Puerto del Callao parte cerca de la Plaza Dos de Mayo. La numeración de los espacios referenciales corresponde con la numeración en el plano. 1) La Plaza Mayor. Lima Centro. 2) Alameda de Los Descalzos, Rímac. 3) Club Revólver o Club de Tiro, Rímac. 4) Plaza Unión, 5) Plaza Dos de Mayo, 6) Plaza Bolognesi.7) Plaza San Martín 8) Parque Universitario. 9) Parque de la Exposición, 10) Plaza Manco Cápac, 11) Hipódromo de Santa Beatriz, 12) Estadio Nacional y Parque de La Reserva. 13) El Puerto del Callao, 14) Plaza Jorge Chávez, 15) Balneario de La Punta, 16) Alameda Pardo, Miraflores, 17) Balneario de Barranco, 18) Morro Solar, Chorrillos. Escala 1/50.000.
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LAS DISTINTAS ZONAS URBANAS Así como en la Primera Parte de la tesis, citamos como artífices de los planes urbanísticos de los gobiernos de Piérola y Balta, a Sada y a Meiggs, en este período de la “Patria Nueva”, los dos nombres que mencionaremos son los del Ingeniero Alberto Alexander y del Arquitecto Emilio Harth‐Terré, ambos considerados como los fundadores de un “urbanismo reflexivo y proyectista”. Son ellos, quienes marcaron las pautas urbanísticas de las zonas de expansión, y quienes abrieron el camino para que más adelante, en 1946, se creara en Lima el Instituto Nacional de Planeamiento y Urbanismo.255 Si bien es cierto que la tendencia de Harth‐Terré, se abocaba más bien hacia una visión urbanística de influencia haussmanniana, está en el contexto limeño (escala y tradición), se tornó menos grandilocuente, favoreciendo en primer término flujos viales funcionales, construcciones a escalas más humanas y diseños y ornatos de influencia nacionalista. El tema del embellecimiento y del bienestar instalado también en sus reflexiones acerca del futuro y planes urbanos derivados de Camilo Sitte256, generaron como producto una posición más acorde con las particularidades del territorio. Sin embargo, nos dice Pablo Macera en el prólogo que le escribe a Ludeña, que quien mejor interpretó las ideas que ya proyectaba Leguía fue el alemán Werner Lange contratado por Leguía en el año 1925 para la modernización de la ciudad. Lange sostenía que: “La expansión de Lima había sido centrifugal y no centripetal, y que los mayores problemas que veía en la evolución urbana de Lima eran las condiciones de vida de las clases populares, y el peligro de una urbanización que se produjera sin que existiera un ordenamiento integral”.257 En este incremento de urbanizaciones periféricas se pueden identificar, según explica el Ingeniero Alexander, tres zonas que se fueron planificando bien diferenciadas. Estas todavía hoy se pueden reconocer dentro de la conformación urbana de Lima, aunque el desborde caótico del crecimiento en los años posteriores, ha empezado a desdibujar sus características funcionales, y los límites de cada una de ellas. Cuando se comienzan a elaborar los planes para la modernización y 255
op. cit., Prólogo de Pablo Macera, para el libro escrito por Wiley Ludeña “Lima. Historia y urbanismo en cifras 1821‐1970”, p. 489. 256
SITTE, C. (1889) L’art de Bâtir les Villes. L’Urbanisme selon ses fondements artistiques. Paris. Du Seuil, 1996 257
op. cit. p. 489.
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expansión de la ciudad en la época de Leguía, fue el Ingeniero Alexander quien proyectó y reflexionó sobre las zonificaciones y sus funciones, previamente a la habilitación de las mismas. Consideraba que en el perímetro triangular que se genera desde el borde mismo de la Lima fundacional, es decir desde donde estaban las murallas hacia la periferia, se podían clasificar en tres zonas. La primera, como “Zona Residencial”, era la comprendida entre las Avenidas Leguía y Brasil, que se fue expandiendo hasta la carretera a Chorrillos, configurando una superficie triangular que está cortada casi paralelamente a la avenida Grau, por la avenida 28 de Julio. Creciendo por el sur empalmó la Av. Leguía con la Av. Brasil, y hacia Miraflores con la avenida del Country Club. Continuó desarrollándose hacia el sur con la Av. Pardo y con la Av. del Ejército uniendo Miraflores y Magdalena del Mar. Esta zona presentó muchos requisitos para la conformación de bosques y áreas verdes. Sin embargo, en el año 1927 se encontraba muy revalorada, lo cual hacía difícil seguir implementándole más áreas verdes. Fue Santa Beatriz uno de los primeros suburbios de clase alta de Lima, prácticamente el primer lugar al que se mudaron los miembros de esta clase al abandonar el Centro Histórico. Luego se fueron retirando hacia el sur, a Jesús María, más tarde a Magdalena del Mar, San Isidro y Miraflores. En el año 1927, Alexander, describe esta nueva urbanización como “espléndida”, atribuyéndole una población de 14.000 habitantes y con un avance de sus lotes construidos de un 55%258. Leguía, con la apertura de la Avenida Leguía, empezó a desarrollar, en esta zona los grandes proyectos de espacios públicos y esparcimiento. Aquí se trazaron las plazas Sucre, Washington, Sarmiento, y Bélgica, entre otras. También se trazaron el Parque de la Reserva, el hipódromo, los pequeños bosques de la Escuela de Agricultura, el parque de Los Olivares de San Isidro, y los Campos de Golf. 258
ALEXANDER, A., op. cit., Carpeta de planos explicativos.
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Figura 107. “Problemas Urbanos de Lima y su Futuro”, Lima, 1927 . Zona Residencial. En este esquema el orden de la numeración de las zonas, corresponde al orden cronológico como se han ido habilitando y urbanizando los nuevos barrios hacia la costa.
La segunda, planificada como “Zona de Atracción,” por contar con “las mejores condiciones para llevar a cabo un plan de formación de bosques y áreas sembradas260”, está comprendida entre las Avenidas Brasil y del Progreso o Venezuela. En ella ya se habían consolidado el barrio de La Magdalena Vieja, desde el año 1870, que como se ha visto en la primera parte fue el primer barrio periférico hacia la costa, y el de la Magdalena del Mar posteriormente. Las avenidas que se dirigían al Callao ya estaban habilitadas, tales como la Avenida del Progreso o Venezuela, y la Av. Arica. 259
ALEXANDER, A., op. cit., Carpeta de planos explicativos.
260
ALEXANDER, A., op. cit., p.17.
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Por otro lado, la Avenida de Bolivia empalma con la de Arica, de modo que esta superficie formaba un área característica para una buena planificación urbana por sus bosques, su cercanía al mar, y su bajo costo. En esta misma zona, por el lado de la costa, se llegaba hasta las avenidas Miramar y de Santa Rosa que se conectan con Bellavista por un lado y, por el otro, con el balneario de La Punta. Las Avenidas Arica y Brasil, nacen del Óvalo de la Plaza Bolognesi, proyectándose en diagonales hacia las coordenadas del oeste y del nor‐ oeste. Es en esta zona donde se puede observar hasta qué punto la influencia de métodos urbanísticos como el de “la Ciudad Jardín” se enraíza por esas épocas en la ciudad de Lima, ya que se construyó una urbanización llamada “Garden City,” circunscrita dentro de esta misma área.La urbanización Garden City se habilita en el año 1921, entre las avenidas Brasil, Alfonso Ugarte y de La Industria, que más tarde se llamó Av. Bolivia. Cerca al Paseo Colón y la Plaza Bolognesi, se asentaba en el límite mismo de lo que fue la Avenida Circunvalación, la cual seguía el sentido por donde estuvieran construidas las murallas de Lima. Actualmente ha quedado absorbida dentro del distrito de Breña. La tercera superficie de expansión la clasificó como “Zona Industrial y Obrera” y se desarrolló entre las avenidas del Progreso o Venezuela, De la Unión, y el río Rímac. Se planificó con estas funciones por sus características específicas, ya que generalmente un gran número de fábricas e instalaciones similares se ubicaron en estos lugares próximos al puerto del Callao, buscando accesos fáciles para el transporte y la manipulación de cargas. Esto concentró un gran número de construcciones con las mismas características y por ende se convirtió en zona industrial. La Avenida de la Unión, que luego cambió de nombre a la de Av. Argentina (que parte desde la Plaza Unión), la carretera al Callao, (que parte del Óvalo del Monumento al Combate del Dos de Mayo), y la Av. del Progreso o Venezuela ya estaban habilitadas y eran las vías de comunicación inmediata con el puerto. Por otro lado, con la prolongación de la Av. Alfonso Ugarte, por el lado derecho del río Rímac, continuando la avenida por el camino a Canta, se permitía también transportar los productos a otras zonas del interior del país. Fue también en esta zona, y por sus características, que el mismo Alexander, proponía la construcción y habilitación de barrios obreros.
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Figura 108. “Problemas Urbanos de Lima y su Futuro”, Lima, 1927 . Zona de Atracción.
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Figura 109. “Problemas Urbanos de Lima y su Futuro”, Lima, 1927 . Zona Industrial y Obrera.
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ALEXANDER, A., op. cit., Carpeta de planos explicativos.
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ALEXANDER, A., op. cit., Carpeta de planos explicativos.
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ESPACIOS PÚBLICOS: ESCENARIOS DE REPRESENTACIÓN
ESPACIOS PÚBLICOS: HACIA UNA “INTERPRETACIÓN PERTINENTE” “El espacio mismo, en la experiencia occidental, tiene una historia, y no es posible desconocer este entrecruzamiento fatal del tiempo con el espacio”263. Michel Foucault
El espacio urbano es, en principio, un dispositivo de componentes que estructuran la ciudad y que permite unos conjuntos de relaciones físicas, de movilidad, sociales y económicas. Se entiende por estructura todos aquellos elementos que le otorgan una configuración específica al asentamiento en el territorio a través del tiempo y en el espacio. Las relaciones de proximidad entre los elementos, su ordenamiento, su función, su recorrido, su circulación y el grupo humano que lo utiliza determinan su clasificación. Estos son los núcleos de población, el sistema vial y los espacios comunes. Las características que los diferencian, vienen impresas desde su planeamiento inicial por las funciones que se les otorgue. Son el diseño, el perfil arquitectónico, las proporciones y sus cualidades sociales (el grupo humano que lo habita). No hay que olvidar que un sitio se hace lugar a partir de la apropiación que la gente hace de él, desde el pensarlo, el construirlo y el habitarlo. Los espacios públicos son los espacios correspondientes al área urbana libre y de uso público, que constituyen un componente esencial en la estructura urbanística de todo barrio, de toda ciudad. Es en los espacios públicos donde reside la identidad particular de cada barrio, de la ciudad, y de sus habitantes. Son espacios creados para ser compartidos por la colectividad del lugar y se van configurando según de las características de las nuevas urbanizaciones, determinadas por su demografía y su geografía, siempre preexistente en una ciudad en crecimiento. Varían por su jerarquía, extensión, uso, y ubicación dentro de la ciudad. “La formación de parques, plazas y bosques es siempre plau‐ sible; deben proyectarse en forma compatible con las necesidades de cada barrio o zona de la ciudad”264.
263
FOUCAULT, Michel. Conferencia dictada en el Circle des études architecturals, 14 de marzo de 1967, publicada en Architecture, Mouvement, Continuité, n° 5, octubre de 1984. Traducida por Pablo Blitstein y Tadeo Lima. 264
ALEXANDER, A., op.cit., p. 10.
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Wiley Ludeña diferencia dos tipos de espacios públicos, primero, el constituido por parques y jardines (espacios verdes) y segundo, el espacio público constituido de plazas, plazoletas, y otras modalidades. Dentro de estas otras modalidades se encuentra el paseo público, el que se podría definir como un parque lineal, de calle ancha, y algunas veces con jardines. Esta categoría está circunscrita a vías con espacios públicos, como, por ejemplo, las alamedas, malecones y avenidas que permiten ser recorridos peatonalmente, por lo general, en la misma dirección de los ejes viales. En cuanto a la referencia de plazas y paseos, su significación varía también, por su ubicación estratégica y por su importancia como punto referencial dentro de la ciudad. La disposición dentro de la trama urbana es determinante, e incluso la forma del contorno arquitectónico y del barrio al que pertenece. De lo que no queda duda es que siendo el espacio público una herramienta de orden político, se le confiere, desde su origen, la cualidad de ser el dispositivo más antiguo para la construcción de conciencia cívica. Es a través de sus ritos y ceremonias colectivas que la comunidad se integra, intercambia y se moviliza. No se van a mencionar otras áreas urbanas de uso público como la calle, la vereda, la esquina y la pared, por no considerarlas relevantes para el tema de la tesis. En esta tesis lo que se pretende plantear es la creación de los emplazamientos durante el gobierno de Leguía como escenario de representación del advenimiento de la “Patria Nueva” y sus monumentos.
NUEVOS EMPLAZAMIENTOS PARA UNA “PATRIA NUEVA” Además del programa de saneamiento, ensanche y transformación de Lima, Leguía, se concentró de manera particular en el ornato y embellecimiento de la capital. Esta preocupación se vio traducida en la apertura y pavimentación de avenidas y calles, así como también, en la formación de espacios públicos como parques, plazas, y paseos. “Modernizar la ciudad era para Leguía sinónimo de belleza urbana, plástica. Fue un corifeo de lo extranjero, de la idea de progreso entendida como sinónimo de gran ciudad a la usanza europea. El mito de “Ciudad Jardín” se consolidó, si bien era una muy peculiar la aplicación del modelo urbanístico de
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Ebenezer Howard. Sencillamente se hablaba de “Ciudad Jardín” en función a las áreas verdes de la ciudad.”265 Cabe señalar también que Leguía al terminar su primer gobierno, en 1912, se trasladó a Londres donde, hasta 1919, fue presidente de la Cámara de Comercio Latinoamericana.266 Esta estadía en Europa como anteriormente en los Estados Unidos267 debe haberle permitido observar el desarrollo de movimientos como el City Beautiful y otros similares dirigidos al embellecimiento de la ciudad. En setiembre de 1923, Leguía, en la conmemoración de la autonomía municipal, manifiesta que “ha adoptado, como suyo, el lema de aquella célebre liga ciudadana de Nueva York que puso en su escudo de combate estas significativas palabras: “la ciudad por el pueblo”.268 El concepto de este movimiento y las aplicaciones que observó en los Estados Unidos de Norteamérica para lograr progreso y modernidad, calaron profundamente en el deseo de construir una ciudad bella y llena de plazas para reconfortarse con su estética formal y protagónica. Colocó en primer orden, conceptos como el de bienestar, y desarrollo en la nueva capital. Además de las influencias urbanísticas de Howard, llegaron también las de Camilo Sitte con su libro “The Art of Buildings Cities” Ludeña nos aclara, en una nota, que: “a la muerte de Camilo Sitte, el 16 de noviembre de 1903, el libro ya estaba traducido al francés e italiano y se encontraba en la tercera edición en alemán (…). Si bien la primera edición española de Emilio Canosa es de 1926, esto no significa que el texto no hubiese sido leído mucho antes en España en versiones extranjeras. Por lo menos Aníbal González, el que sería uno de los personajes más influyentes en el pensamiento y obra del Piqueras urbanista, había declarado su identificación con las propuestas de Sitte tras la lectura de la versión francesa del libro Lʹart de bátir les villes de 1902. La presencia de las propuestas de Camilo Sitte en América Latina es relativamente tardía. El arquitecto urbanista chileno Alberto Schade
265
ARROYO, Eduardo. El Centro de Lima. Uso social del espacio. Serie Panel 3. Fundación Friedrich Ebert, 1994, p.72, con referencia a Ebenezer Howard. “Las ciudades jardín de la mañana”. En Orígenes y desarrollo de la ciudad moderna de Aymonino et al, Editorial Gustavo Gili S. A., Barcelona, 1972. 266 DENSLOW, William Z, y TRUMAN S., Harry, 10000 Famous Freemasons from K to Z, Volume 3, Part Two, Kessinger Publishing, 2004, p. 72. 267
“The New York [Life] Insurance and Company, de la cual era representante, lo había comisiado a “Nueva York, Quito, Panamá y Londres”. Véase, SÁNCHEZ, Luis Alberto, Leguía: el dictador, Editorial Pachacutec, Lima, 1993, p. 18.
268
LEGUÍA, Augusto B. Discursos, mensajes y programas, Tomo III, Editorial Garcilaso, Lima, 1926, p. 165.
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Pohlenz (1882‐1961) sería uno de sus principales propulsores”269 Los proyectos vinculados al movimiento de City Beautiful de las ciudades norteamericanas, los principios del Beaux Arts, y las diferentes modas que se fueron sucediendo a lo largo de los años, tales como el Art Deco, entre otras, dejaron impresa su huella en las diversas zonas de la ciudad. Esto dio como resultado –al igual que en las otras capitales– una Lima con muchos estilos simultáneos; por lo tanto, ecléctica. Estos modelos se reflejaron en la arquitectura, en la apertura de los ejes viales, creando grandes perspectivas a partir de un punto central, en sus composiciones axiales, y sus simetrías. Aunque como menciona Francisco Javier Monclús: “El afloramiento de los modelos académicos y elementos compositivos clasicistas y escenográficos se produce con ciertas variantes en todas partes”270. En la capital del Perú de los años veinte, se percibe, como en La Habana, y en otras capitales americanas, patrones urbanos de fuerte influencia europea y norteamericana. Esto se hace evidente desde la planificación de sus ensanches, hasta la configuración de sus más mínimos detalles. Su ambicioso plan de ornato público, estuvo ligado a la problemática de la calidad formal y estética de la ciudad. Este se vio plasmado en el desarrollo urbano y en los proyectos de infraestructura, viviendas, elementos artísticos, mobiliario urbano, calles, plazas, y jardines. La visión integradora en el manejo de la forma de construir la ciudad, implicó para Lima, una proyección en el tiempo, y en el territorio, de la aplicación de una estrategia urbanística, consolidada en su poder político. Leguía tenía un solo propósito: convertir a Lima en una gran ciudad. “Era preciso que el Perú tuviese una capital digna de su antiguo renombre y de su esplendoroso porvenirʺ271. Es lo que dice al recibir el bastón de mando que le ofreció la Municipalidad de Lima el 11 de octubre de 1924. Estas palabras refuerzan las pronunciadas el 19 de febrero del mismo año durante el homenaje que le tributó la Municipalidad con
269
LUDEÑA URQUIZO, Wiley. “Piqueras urbanista en el Perú o la invención de una tradición”, Notas. (MUSEO DE ARTE DE LIMA, 2003). Manuel Piqueras Cotolí (1885‐1937) Arquitecto, Escultor y Urbanista entre España y el Perú. Lima: Museo de Arte de Lima, p. 239.
270
MONCLÚS, Francisco Javier.Arte Urbano y Estudios Histórico‐Urbanísticos: Tradiciones,ciclos y recuperaciones, p. 97. 271
LEGUÍA, Augusto B., op. cit., p. 331.
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motivo de su cumpleaños: ʺEl progreso y el ornato272 de la capital seguirán, pues, siendo objeto de mi especial dedicación, tanto por ser la primera ciudad de la República, cuanto por su tradición histórica, su posición favorable y el desarrollo pujante del país le deparan volver a ser el epicentro de la política internacional de Sudaméricaʺ.273 La Lima que Leguía diseñó, se vio reflejada especialmente en la zona ubicada dentro del eje de expansión Centro‐Sur‐Oeste (Av. Brasil), y Centro Sur‐Sur–Oeste (desde el nacimiento de la Av. Leguía), y en el barrio de Santa Beatriz. Sin embargo, no descartó la posibilidad de intervenir también, y con especial énfasis, en el centro de la ciudad colonial, dejando impresos en su configuración su huella representativa. Tuvo mucho interés en potenciar este espacio y renovarlo, creando un nuevo centro que reemplazase al existente. Este nuevo núcleo de poder, no debía ser otro que el sitio donde se concentraran todos los símbolos que articulasen la construcción de esa prometida “Patria Nueva”. Se dispuso la demolición de muchos edificios en el centro para poner en marcha la ejecución de una serie de obras, mostrando en casi todas un estilo, de clara tendencia europea arraigada en la clase dominante pese al abundante ingreso de los capitales norteamericanos durante el Oncenio. Este hecho también se repite en las otras capitales del continente americano: “(…) Este estilo estará vinculado a residencias de las clases altas que buscan en él la expresión de un nuevo poder económico y político influyente en la joven República, un signo de sofisticación que será rápidamente eclipsado por el Art Déco y el eclecticismo dominante de manera que son casos aislados los que se construyen después de 1920 bajo estos códigos. Hasta ese momento será el estilo preferido por una sociedad urbana, culta y burguesa que busca con el cambio de siglo un recurso de ornamento como expresión de una ciudad moderna y alegre reflejada en la “belle époque”.274 Su gestión, de fuerte tendencia capitalista, dejó que el capital extranjero, que venía atado a los empréstitos que él alentaba, hiciera su parte. Pablo Macera señala, en el prólogo que le hace al libro de Ludeña, que la obra de infraestructura de Leguía fue impresionante. Asimismo, 272
Ornamentar —que viene de ornamento— se le llama al conjunto de cosas que sirve para adornar o embellecer otra. En arquitectura y escultura, se le llama a las partes accesorias que sirven de adorno y realce con el fin de embellecerlas. En el caso concreto del término ornato público, aplicado a la configuración de una ciudad, viene de sistemas de ordenamiento en el territorio de edificios emblemáticos y espacios públicos cargados de ciertos estilos y modelos urbanísticos específicos impregnados de “belleza”. El tipo de ornato en la ciudad de Lima al cual se referían, es al gusto estético utilizado en las ciudades europeas.
273
LEGUÍA, Augusto B., op. cit., p. 331.
278
GÓMEZ DÍAZ, Francisco. “II.1.2 Un paréntesis: El Art Nouveau. Ciudad y Arquitectura” en La Habana (1925‐1960) de Forestier a Sert. Editorial Territorio y Ciudad, 2008.
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señala que su acción urbanista y proyectista se basó en el endeudamiento externo. ”El Perú multiplicó 10 veces su deuda externa entre 1920 y 1930”.275 Por su parte, Ludeña nos dice que: “La idea de Leguía era, después de todo, la de empatar dos proyectos que en términos de ciudad e incremento de plusvalías no eran tan antagónicas desde el punto de vista de esa oligarquía moderna promovida por el Piérola urbanista: la ciudad de la República Aristocrática con la ciudad gestionada por el capitalismo salvaje. La primera tenía que ver con la forma y los estilos, mientras que la segunda aludía al método y a los resultados. Todo esto explica por qué el régimen de Leguía fue el régimen donde la estética pintoresquista tuvo un desarrollo sin parangón, al lado de la especulación urbana más desenfrenada que la historia de Lima registre. Por eso es que en su régimen ‐como en la ciudad‐ convivieron al mismo tiempo el palacete ʺestilo tudorʺ con la casa económica art deco y el chalet ʺneocolonialʺ o ʺneo inca.”276
275
op. cit., Prólogo de Pablo Macera, para el libro escrito por Wiley Ludeña“Lima. Historia y urbanismo en cifras 1821‐1970”. p. 485.
276
LUDEÑA URQUIZO, Wiley. “El nuevo centro de la Patria Nueva” en Lima: poder, centro y centralidad. Del centro nativo al centro neoliberal, EURE, Vol. 28, No. 83, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, mayo 2002, p. 56.
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Figura 110. Propaganda que publicita en el diario de la capital la venta de terrenos. “Después de un largo período de años en que sus cuatro frentes presentaban un aspecto ruinoso la Plaza San 277 Martín ha quedado convertida en una hermosa realidad”.
277
“Espléndido Terreno en la Plaza San Martín”. En: Ciudad y Campo, Año VI, Nº 43. Lima, enero‐febrero 1929, p. 45.
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LAS NUEVAS PLAZAS
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Figura 111. PLAZAS LEGUÍA (1919‐1930) Escala 1:10,000. (Archivo JGD). Plano donde se
esquematizan los dos ejes donde Leguía instauraría los espacios urbanos y monumentos públicos más importantes de la época. Los dos ejes marcados en rojo: El primero dentro del centro de la Capital, el cual atraviesa y alinea la Plaza Dos de Mayo, la plaza San Martín y el Parque Universitario. El segundo eje parte de la Avenida 28 de Julio hacia Miraflores, lo que sería la nueva avenida Leguía, hoy avenida Arequipa. Y las plazas que se construyen en las zonas periféricas tales como: 4) Plaza Jorge Chávez, de un área de quince metros cuadrados, dividida en dos partes, empezaba en la primera cuadra de la Avenida Leguía, en forma transversal. Tenía amplias veredas, fuentes de agua, jardines, árboles y faroles. 8) Plaza Jorge Washington, ubicada a la altura de la cuarta cuadra de la Avenida Leguía, se inauguró el 4 de julio de 1922. Su ejecución demoró tres semanas de trabajo. 12) Plaza de la Libertad, construida en 1922, estaba ubicada en, entonces, la barriada de Lince. Era circular, con pistas de concreto asfáltico, veredas de concreto, jardines y árboles ornamentales. 6) Plaza Bélgica, situada en la primera cuadra de la Avenida Leguía y al pie del Arco del Triunfo, fue inaugurada el 28 de julio de 1921. 7) Plaza du Petit Thouars, inaugurada el 9 de diciembre de 1924, estaba ubicada en la urbanización Santa Beatriz, en el cruce de la Avenida Du Petit Thouars y la calle Mariscal Cáceres. 9) Plaza Sucre. Ubicada en el antiguo bosque de Santa Beatriz. Se formó para emplazar el monumento al Mariscal Sucre. Con pistas de concreto, veredas peatonales, bancas y faroles ornamentales. En el centro también se restauró y habilitó.10) Plaza del Congreso, contaba con jardines, faroles, muros de sostenimiento y balaustres de cemento en las terrazas altas que miran hacia la plaza, y en el Rímac. 11) Plaza 8 de setiembre, estaba ubicada al final de la Avenida del Carácter (Polígono de Tiro). Paseo con pistas de concreto, veredas de cemento, jardines, bancas y faroles. Al igual que la Avenida mencionada, estuvo a cargo del alcalde Juan Ríos.
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UNA NUEVA CIUDAD PARA SUS MONUMENTOS La prolongación de la Avenida Nicolás de Piérola, o la Colmena, constituye una obra de trascendencia para la ciudad de Lima. Su proyección, desde el monumento del Dos de Mayo hasta la Avenida Grau, creó un eje que abrió una nueva perspectiva en el centro de la ciudad. En esta avenida se ubicaron los espacios urbanos más importantes, tales como la Plaza Dos de Mayo, la Plaza San Martín, y el Parque Universitario. Sin embargo, en el imaginario de los autores de estos nuevos planes urbanísticos, son los monumentos los que irrumpen para ordenarlos, al ubicar –dentro del perímetro del centro de la capital– los monumentos más representativos que sintonizaron con el oportunismo de las celebraciones del centenario. Leguía venía preparando el terreno para que al celebrar el aniversario de la independencia, se aclamara junto a su ideología una segunda independencia de los rezagos colonialistas en pro de la reivindicación de la nación, a través de un discurso evocador de la época prehispánica. En su discurso de tono populista, sabía que se estaba configurándose a sí mismo, como el nuevo libertador y que al emplazar en línea los monumentos del Combate del Dos de Mayo (La Victoria) en la Plaza Dos de Mayo, el monumento a San Martín (El Libertador) y la Torre del Reloj del Parque Universitario, estaba echando mano a una estrategia muy utilizada para configurar las ciudades desde el poder, es decir, marcar con los monumentos conmemorativos el territorio, y dotar al poder político de resonancia simbólica desde sus monumentos. La Plaza San Martín aparecería para nuclear un centro de poder, que represente una nueva ciudad, y una nueva ideología. Para ello era preciso inaugurar un eje distinto, con la instauración de nuevos puntos de referencia urbanos, sociales y políticos, y dejar atrás dentro del plano de la ciudad de Lima, la gravitación sobre una Plaza Mayor que ya venía de una tradición colonial desde su fundación. Para llevar a cabo este proyecto fue necesario realizar una serie de expropiaciones y obtener, del producto de sus terrenos, una gruesa suma disponible para efectuar los gastos de la obra. El caso de la creación de la Plaza San Martín es particular ya que a pesar de que este emplazamiento surge por la necesidad de crear un nuevo espacio para su monumento, “se convertiría en el principal espacio urbano celebratorio del nuevo poder instaurado, la historia de la plaza es la historia de una voluntad por instalar un orden urbanístico, emblemático en términos espaciales y figurativos”
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Es indudable que el momento histórico para el Perú que aprovecha Leguía, con las celebraciones del primer Centenario de la Independencia, era inmejorable. En 1904, José Pardo convoca a artistas nacionales y extranjeros para que presenten proyectos para la realización del monumento “en que el Perú, dejará testimonio perdurable de gratitud al general don José de San Martín, fundador de la independencia nacional”278. La decisión de erigir un monumento al general San Martín se remonta al año 1823 en que el Congreso Constituyente manda ejecutar una estatua en su honor. En 1850 el presidente Ramón Castilla con motivo del fallecimiento del libertador decreta la erección “de una “columna de veinte pies de altura, sobre la cual se colocará la estatua del General San Martín,…”279 y se señala que será ubicada en la plazuela del 7 de Setiembre. Diecinueve años más tarde será el presidente Balta quien reitere la realización del monumento mediante el decreto de fecha 12 de abril de 1869, en cuyo tercer considerando se dice, “Que el decoro y la justicia exigen no se demore más tiempo el cumplimiento de esta deuda sagrada de la Nación”. El reconocimiento que merece el prócer es durante el centenario obligatorio, ya que fue él quien, al establecer las bases para la creación de la nueva República, logró que se llegara a la independencia definitiva del Perú. Es dentro de este contexto que comienzan las obras, durante el primer gobierno de José Pardo (1904‐1908). Sin embargo, ya en 1906, es emplazado en la capital el primer obelisco en suelo peruano al libertador Don José de San Martín, realizado por el escultor catalán Pedro Roselló, ubicado en el Paseo Colón, frente al Parque de la Exposición. Se requiere de un monumento ecuestre para celebrar por todo lo alto, y es entonces cuando se nombra presidente de la Comisión del Centenario de la Independencia al Alcalde de Lima Federico Elguera y se convoca a concurso público, nombrando a un jurado conformado por las siguientes personalidades: Agustín Arroyo, enviado extraordinario y ministro plenipotenciario de la Argentina, como Presidente, Federico Elguera, Alcalde Lima, Oscar Heren, J. V. Oyague y Soyer, José Castañón, Enrique Swayne y Manuel Villarán, quien actuó de Secretario de Actas. El Jurado Pro Monumento se reunió el 28 de abril de 1906280, tuvo que decidir entre 21 proyectos presentados por artistas nacionales y extranjeros. Entre los proyectos se encontraba el del artista peruano 278
Decreto del 17 de diciembre de 1904.
279
Decreto del 7 de noviembre de 1850.
280
GAMARRA PUERTAS José Antonio, Obras de arte y turismo monumental. Bronces ecuestres – estatuas (de pie y sentadas) Bustos – obeliscos, 1996, p. 53.
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Carlos Baca Flor, que utiliza el pseudónimo “Liberté‐Egalité‐Fraternité”, quien presentó una maqueta que despertaría en los críticos de Lima de la época, las siguientes reflexiones: “La maqueta Liberté‐Égalité‐Fraternité presentada por Baca Flor es considerada como que constituye una idea inspirada, grandiosa, noble y bella.” Entre sus muchos valores artísticos, se destaca el punto de la indumentaria: “El San Martín de Baca Flor, más que heroico más que humano, más que Gran Libertador y argentino, es ídolo, un ideal que se mece en el girón de una capa, triunfal, rítmicamente inseparable, …”281 “El Monumento representa el instante que cita el Concurso al pronunciar San Martín las palabras textuales: “El Perú es libre e independiente….” El Libertador aparece lleno de indescriptible emoción ante una muchedumbre feliz compuesta de madres, hijos y ancianos, en medio de héroes, soldados, poetas, genios de la inmortalidad, de la tradición y de la historia… El Monumento no tendrá arquitectura. Todo será un solo bloc de bloc, coloreado con diferentes pátinas. Será muy bajo, expresamente, para que sea más íntimo y hasta lo hiciera a la altura del espectador, sino fuese que la historia dice que San Martín proclamó la libertad sobre un tabladillo”. El hecho es que a pesar de insistir formalmente, en marzo de 1906, vuelve a fracasar su proyecto, aún perfeccionado. Su gran maestro, Jean Paul Laurens, el Ministro de Bellas Artes de Francia, Dujardin Beaumetz, y el Inspector General del mismo ramo, Armand Dayot, lo han recomendado. Todo en vano. Esto resintió mucho a Baca‐Flor.282
281
LARRAÑAGA, Federico, “Concurso del Monumento á San Martín. El Proyecto de Carlos Baca Flor” en Variedades, 5 de mayo de 1906. Año IV, Nº 162. 282
DELBOY, Emilio, Carlos Baca‐Flor. Dos crónicas y una charla, Sanmarti y Cía. S. A. Impresores, Lima, 1941, pp. 22‐23.
217
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Figura 112. Maqueta presentada por el artista 283 peruano residente en París, Carlos Baca Flor.
Figura 113. Maqueta presentada por el artista español Mariano Benlliure.
284
283
“San Martín: Proyecto de Baca Flor”, Actualidades REVISTA ILUSTRADA, 5 de mayo de 1906, Año IV, Nº 162 284
“La Segunda Maquette del Monumento á San Martín por Benlliure” en Revista VARIEDADES, 25 de diciembre de 1909. Año V, Nº 95.
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La maqueta enviada, desde España, por el escultor valenciano Mariano Benlliure, recibiría a su vez críticas como estas: “En cambio, de las dos maquetas que pone a disposición Benlliure, en la primera, San Martín a Caballo, tiene “una inspiración vulgar” aunque la postura sea bella y ceñida a las reglas escultóricas y la segunda no muestra equilibrio de espíritu y sentimiento, sintiéndose que una indiferencia y frialdad rodea al conjunto”285. Esta primera comisión declaró el concurso desierto. Luego de varias reuniones y consideraciones se define finalmente, en 1909, cuál sería el proyecto ganador. El voto del jurado pesó finalmente entre todas las propuestas presentadas, a favor de la del escultor español. El 15 de octubre del año siguiente se da a conocer la maqueta preparada, en Madrid, por el artista. Esta figura ecuestre se quedaría por muchos años en espera de un emplazamiento que la acogiera.Como se sabe, el monumento a San Martín, finalmente, fue inaugurado por Leguía en 1921, aunque durante la administración de Don José Pardo se convocara el concurso para su realización.
LA PLAZA SAN MARTÍN: SUS PLANES PLANOS Y PROYECTOS La plaza se encuentra ubicada en una zona que fue utilizada, en tiempos prehispánicos, como un importante cruce de caminos entre la costa y la sierra. Se halla en el centro del perímetro urbano de la Lima colonial, como el punto medio de un tejido que articula espacios públicos de vital importancia. A poco de fundada la ciudad, en el siglo XVI, se ubicaron allí complejos religiosos como el convento de San Juan de Dios y el de la Encarnación. Asimismo, esa área vería nacer las futuras plazuelas que tomarían forma durante la república, la Plaza de la Micheo, y la Plaza Zela. Entrada la república, se construyó, en los terrenos del abandonado convento de San Juan de Dios, la estación del Ferrocarril Inglés, de Lima a Callao. El nacimiento de este nuevo espacio público286 fue motivado concretamente por el proyecto de alinear sobre el mismo eje, el monumento a San Martín con el Dos de Mayo. Para llevar a cabo este proyecto se preparó la zona –a favor– y desde adentro, para una necesaria transformación urbana. Este espacio 285
LARRAÑAGA, Federico. “La Segunda Maquette del Monumento a San Martín por Benlliure” en VARIEDADES, 25 de diciembre de 1909, Año V, Nº 95.
286
Véase que este planteamiento se encuentra dentro del esquema moderno de combinar en el eje de grandes avenidas, plazas, parques y jardines. Op. cit., CAPEL, Horacio, p. 264.
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clave, por encontrarse ubicado en el centro mismo de la Lima colonial y en eje con la Plaza Mayor, era desde 1901, razón de preocupación para el Alcalde Elguera, quien realiza un plan para trasladar la estación del Ferrocarril y así poder “mejorar sus lamentables y abandonados contornos urbanos”287. La propuesta es enviada a Londres pero la empresa extranjera no responde, imposibilitando en ese entonces cualquier reforma. “Las empresas han mirado con indiferencia el ornato y comodidad para consagrar sus esfuerzos a la explotación y al lucro. Un claustro de convento y una casa vieja de Lima sirven para todo: para frailes, soldados, estaciones, colegios, instituciones de crédito, hospicios de beneficencia y oficinas públicas. Esta es la desgracia de Lima y la causa de su morosa transformación material.”288 Pasaran diez años hasta que finalmente se pudieron iniciar las obras. En 1911, el entonces Alcalde de Lima, Guillermo E. Billinghurst289 ordena las primeras demoliciones de la Estación del Ferrocarril y del Convento de San Juan de Dios que quedaban en frente de la Plaza de la Micheo. El primer proyecto para la construcción de la Plaza San Martín fue encargado, en 1912, al arquitecto Ricardo de Jaxa Malachowski. Posteriormente, en 1916, Bruno Paprocki hace una propuesta que abarca la plaza y el entorno, con edificaciones de estilo francés. En una sesión de Concejo Municipal de julio de ese año, es el Alcalde Luis Miró Quesada, quien la expone a los concejales, siendo aprobada por unanimidad. El proyecto en referencia se trataba de “un proyecto para el ornato y embellecimiento con la intención de formar allí un parque elegante, en cuyo centro se colocaría la estatua del generalísimo Don José de San Martín, que será uno de los mejores monumentos que poseamos y que quedaría, de esta manera, frente al del Dos de Mayo, que es sin duda alguna, el más hermoso de los monumentos con que cuenta Lima.”290 La plaza, en su primera proyección, abarcaba un perímetro de 118 metros (que es lo que miden las calles), 114 metros en el medio, que en forma de dos medios círculos encierran un parque, “levantándose en
287
"Mirada retrospectiva “La Plaza San Martín y la edificación de sus contornos en el corazón de la ciudad” en CIUDAD Y CAMPO, Año VI, Nº 47. Lima, 1930, p. 4.
288
op. cit., "Mirada retrospectiva “La Plaza San Martín…”. Lima, 1930, p. 4.
289
Billinghurst sería Presidente de la República desde 1912 hasta 1914, año en que fuera derrocado por el General Oscar Benavides.
290
CONCEJO PROVINCIAL DE LIMA, AHMML. Libro “Actas de Sesiones”. 1916‐1918, p. 113.
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el centro de ella el monumento á San Martín, que quedará así en el eje de la avenida y frente al del Dos de Mayo“.291 (…)”se obtiene varias ventajas: se forma un hermoso parque en el centro de la ciudad, levantándose en él uno de los mejores monumentos que tengamos y en lugar que servirá para romper la monotonía de la Avenida de la Colmena, sin destruir la perspectiva; y se obliga por la fuerza de las cosas, á construir á ambos costados de esa plaza porque de un lado ósea de San Cristóbal del Tren, se va á formar, como se ha dicho, una pequeña y nueva manzana, que tendrá un área de 2300 metros; y del otro lado, esto es, de la Faltriquera del Diablo, las obras de expropiación que allí van a efectuarse, obligarán á una construcción completa”. De este proyecto, guardado hasta 1916, lo único que se toma en cuenta es la ubicación y su entorno. Será Elguera, el primer comisionado del Centenario de la Independencia, quien entregue finalmente los planos y el presupuesto para la cimentación del emplazamiento del monumento. El 16 de octubre de 1916se promulga una resolución que ordena la ejecución del monumento en el centro de los terrenos que ocupaban las antiguas construcciones, sin que se hayan iniciado todavía los trabajos para la realización de la plaza. En 1917, mediante la Ley 2513, se fija el lugar de emplazamiento del monumento y en setiembre se informa que efectuada la cimentación “puede construirse con seguridad el monumento en cuestión”292. Durante el segundo gobierno de José Pardo y Barreda (1915‐1918) se entregan los diseños definitivos del conjunto monumental al escultor español Mariano Benlliure, para que inicie la ejecución del monumento. A partir de entonces varios fueron los proyectos que se barajaron. Lo único que quedó fue la ubicación y disposición del monumento en el centro de la plaza. Siguieron tiempos de dudas y experimentaciones antes de decidirse por el que sería el proyecto definitivo. El contexto de modernidad, el impulso de colocar el monumento, y su aspiración a acceder finalmente a que la capital sea reconocida como una ciudad moderna y cosmopolita, exigían un esfuerzo mayor. El 29 de Junio de 1918, a raíz de la exhibición, en la Municipalidad de Lima, de la maqueta definitiva encargada por el Dr. Carlos I. Lisson, Inspector de Alamedas y Paseos, al arquitecto Malachowski, se publica una nota y fotos en la revista semanal “Variedades”. La nota dice: “El señor Malachowski ha cumplido con el encargo en referencia presentando los planos y la maquette, que aparecen junto con estas 291
op. cit., Libro “Actas de Sesiones”. 1916‐1918, p. 114
292
AMTC. Expediente relativo a "la aprobación del presupuesto para la cimentación del monumento al generalísimo José de San Martín". 1912‐1919.
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líneas, siendo por todo motivo una hermosa obra que ha merecido grandes elogios” (…).“Como decimos la nueva plaza San Martín, en el centro de la ciudad, está llamada á constituir el punto de reunión y el mejor paseo, con la hermosa perspectiva que ofrece la Avenida de la Colmena. Repetimos: es cuestión de amor propio nacional terminar á la brevedad posible esta plaza y por eso alabamos el celo que en esta ocasión ha demostrado el inspector de alamedas y paseos del Consejo Provincial.”293 Para los gobernantes incluso, el derroche de capital no tenía límites ante una cuestión de primer orden. Queda tan solo en un diario local, en 1921, esta referencia de una plaza anterior, que debe de haber sido la del proyecto de Malachowski. “Hace no sabemos cuántos años que se comenzó la construcción de la gran plaza para el monumento del general San Martín. Constituida ya, fue preciso deshacerla por razones estéticas y se comenzó la construcción de la actual.”294
293
“Proyecto de la plaza” en VARIEDADES, Lima 29 de Junio de 1918, Año XV, N° 539.
294
“Ministerio de Fomento”. “La Plaza San Martín y la Estatua del Protector” en LA PRENSA. Suplemento al número del Centenario. Lima, 28 de julio de 1921, pp. 111‐112.
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Figura 114. El plano para la nueva Plaza, Malachowski 1918. Con sus dos medios círculos encerrando un parque central. En el centro se levanta el monumento.
Figura 115. Maqueta para la nueva Plaza, en la que se puede ver la concepción del arquitecto 295 Malachowski 1918 . 295
op. cit., VARIEDADES, Lima 29 de Junio de 1918, Año XV, N° 539.
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Apenas Leguía asume el poder lo primero que hace, en relación con la configuración de este espacio urbano, es formar una comisión que tiene como fin la construcción de la plaza en el período más breve posible: eran las vísperas del Centenario. El trazado del proyecto definitivo; los planos, ornamentación y el diseño de la Plaza recaerían finalmente en el arquitecto y escultor español Manuel Piqueras Cotolí, y la junta conformada por los señores Enrique Swayne, Eulogio Romero y Alfredo Piedra, quienes estudiaron las ocurrencias del terreno y sus lineamientos, su posible ornamentación y jardines. El nuevo proyecto consistía en una plaza, de forma cuadrangular, dividida en cuatro partes equidistantes, cada una de ellas con su propio centro y una rotonda central donde se levantaría el monumento. Cada parte, a su vez, tendría como su propio centro, una pileta. Cuatro caminos en cruz con piso de granito pulido confluyen hacia el monumento, que se encuentra erguido en el centro de la plaza, Acentuando el diseño en cruz de los caminos se han colocado dieciséis bancas ornamentales de mármol en forma de hemiciclo, treinta y dos bronces artísticos y ochenta y dos faroles ornamentales de bronce, “que se levantan como copos sobre las valiosas bancas.”296 El acceso a la plaza es por medio de escalinatas de granito, ascendentes o descendentes según por donde se ingrese. “Cuando se camina hacia la rotonda central en la que alza el monumento, como las calles y edificios ubicados a los lados de la plaza tienen un nivel superior que aumenta a medida que avanzamos hacia la calle Pando, se realiza una impresión de sumergirse y de que los edificios crecen. Por eso el ingreso por la parte posterior impone descender siete peldaños y causa la impresión de penetrar en un estanque seco.ʺ297 Los materiales utilizados para las barandas, bancas, balaustres, esquinas y pedestales fueron de mármol importado de Italia por la firma Marino L. Rebechi. Las farolas de bronce también se importaron de ese país, y totalizaron doce mil focos eléctricos de filamento. Toda la superficie del suelo y las gradas fue cubiertas de bloques de granito pulido procedente de las canteras vecinas a Lima La plaza contaba con
296
“La Plaza San Martín y la edificación de sus contornos en el corazón de la ciudad” en CIUDAD Y CAMPO, Año VI, Nº 47, Lima, 1930, p. 9. 297
op. cit., CIUDAD Y CAMPO, Año VI, Nº 47. Lima, 1930, p. 9.
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arboledas y jardines sevillanos, sembrados con claveles, rosas y jazmines. Para realizar esta labor, era urgente llevar a cabo ciertas acciones tales como la formación de un nuevo trazo de la Línea A del tranvía urbano, la expropiación y la regularización de los terrenos. Los terrenos expropiados fueron particularmente los que estaban en la calle Faltriquera del Diablo. No solamente se expropiaron sino que hubo además que “destruir la calle”298, ya que no permitía la planta cuadrada de la plaza.Así mismo, la junta encargada de la supervisión y realización del proyecto encontró otros problemas importantes que debían ser resueltos previamente: 1) El desnivel del terreno ubicado entre las cuatro calles que lo circundaban, ya que en esa área existían dos enormes huecos en los que estaban instaladas las tornamesas, sobre las que se hacía girar a las locomotoras que, procedentes del Callao permitían que las mismas se pusiesen en dirección contraria a la cual habían venido y pudieran retornar.299 2) La falta de personal calificado para trabajar el granito, material que se usaría en el pavimento, muros y zócalos. El primero se solucionó haciendo graderías y el segundo trayendo picapedreros de Arequipa y La Paz. Por otra parte, el gobierno estimuló la industria del mármol, que se requería para la utilización de este material importado de Italia para las bancas ornamentales. El 27 de julio de 1921, en ceremonia presidida por el presidente Leguía, se inauguran monumento y plaza en presencia de los ministros y embajadores que se dieron cita con motivo de las celebraciones. La plaza no estaba concluida totalmente. A sus alrededores quedaban los escombros de las demoliciones de los terrenos contiguos expropiados e incluso, aún entonces, se seguían efectuando trabajos. Fue necesario cubrir con cartones tales fachadas de modo que no se percibiera el desorden. Por ejemplo, el llamado “Palacio de Cartón” donde se expusieron los productos de algunas de las industrias nacientes. Estos paneles permanecieron en la plaza hasta que por fin para el Centenario de la Batalla de Ayacucho, en 1924, se anunció la posterior edificación de los Portales.
298
MINISTERIO DE FOMENTO. “La Plaza San Martín y la Estatua del Protector” en La Prensa. Suplemento al número del Centenario. Lima, 28 de julio de 1921, p. 112.
299
ASCHER, Ernesto. Curiosidades limeñas, Verano de 1974, Lima, Perú, pp. 22‐23.
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“La premura del tiempo impidió que se iniciara siquiera la construcción de los edificios que allí deben levantarse más tarde, de modo que todo quedó en escombros. Para cubrir eso se emprendió la construcción de la amplia galería de madera que se levanta por ese lado de la plaza, la que al mismo tiempo servirá para que los espectadores presencien la inauguración del monumento del gran argentino.ʺ300 El monumento ecuestre de 17 metros de altura, que Benlliure concibió con el General Don José de San Martín en actitud de atravesar a caballo la Cordillera de los Andes, se emplazó en el centro mismo de la Plaza San Martín, en Lima, cuya geografía es más bien plana y desértica. Su ubicación en eje con el Monumento del Dos de Mayo, crea una perspectiva desde donde parte el Libertador, cabalgando hacia el mar, en eje hacia La Victoria. Benlliure y Gil nunca llegaría al Perú. Para el montaje del monumento llegará, desde España, su alumno Gregorio Domingo, quien se encargara, el año 1921, de la dirección de los trabajos referidos a la base del pedestal, hasta el anclaje de la escultura. En 1926 la Dirección de Obras Públicas del Ministerio de Fomento encomendó al arquitecto Rafael Marquina la elaboración del proyecto de los portales en los dos frentes de la Plaza. La creación de un plan uniforme se dio por primera vez en Lima. El año anterior se habían aprobado las normas que incentivaron su edificación,301 y los planos del arquitecto Marquina fueron señalados como patrón constructivo obligatorio para los portales. Se consideró la pertinencia del proyecto por: “(…) su belleza y porque –su posición muestra‐ el estilo arquitectónico barroco‐español que es sucedáneo de una tradición constructiva limeña. En efecto, no hubiera resultado lógico un estilo marcadamente extraño al ambiente tradicional y hereditario. Aún más, no existiendo un estilo definitivamente propio la tendencia bien orientada por un criterio vinculado a la realidad artística peruana debe encausarse a la formación de directivas arquitectónicas con principios y motivos ornamentales inspirados en la tradición nacional en un afán de ir conformando una escuela de caracteres acusadamente peruanos. Hubo indiscutiblemente un acierto en la Dirección de Obras Públicas. Decir esto en ese entonces hubiera sido una presunción. Ahora que los portales levantan la hermosa rotundidad de sus edificios, afirmarlo, es traducir una observación real, cierta y justiciera.ʺ302 300
ORNAMENTACIÓN DE LA PLAZA. “La Plaza San Martín y la edificación de sus contornos en el corazón de la ciudad” en CIUDAD Y CAMPO, Año VI, Nº 47. Lima, 1930, p. 9. 301
Ley No. 5288 del 25 de setiembre de 1925.
302
REALIZACIÓN “La Plaza San Martín y la edificación de sus contornos en el corazón de la ciudad”. En: CIUDAD Y CAMPO, Año VI, Nº 47. Lima, 1930, p. 7.
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Figura 116. “La Plazuela de la Micheo a fines del siglo pasado. Es difícil relacionar este lugar con la 303 transformación operada.” En rojo las líneas del ferrocarril al Callao. A raíz que el Ferrocarril, obligado por la competencia del tranvía eléctrico, suspendió su servicio al Callao, el gobierno volvió a entrar en posesión de esa zona que de tiempo atrás era de su propiedad, procediendo el alcalde Billinghurst a levantar los rieles que cruzaban la plazuela de la Micheo. Espacio Urbano donde se encuentra actualmente, y desde 1921 La Plaza San Martín.
303
“La Plaza San Martín y la edificación de sus contornos en el corazón de la ciudad”. En: CIUDAD Y CAMPO, Año VI, Nº 47. Lima, 1930, pp. 4‐13.
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Figura 117. Vista de plano para la construcción de la Plaza. Véase en rojo la planta de la plaza y los espacios colindantes del proyecto de expropiación en la calle Faltriquera del Diablo. Las nuevas edificaciones serían los portales.La calle Faltriquera del Diablo, dejaría de existir hacia la década de 1910 en que se empieza a dar forma a la Plaza San Martín. La construcción de esta plaza también haría desaparecer calles como San Cristóbal del Tren y cambiar casi completamente a la antigua San Juan de Dios (donde está el Hotel Bolívar).
Figura 118. Plano registrado de la revista Ciudad y Campo, en el que muestra el proyecto del jirón Apurímac, antes llamado San Cristóbal del Tren. Se impone el corte en la manzana del convento de La Encarnación. Se ve también resuelta la expropiación en la calle de Faltriquera del Diablo y planificados ya la construcción de los Portales.304
304
“La Plaza San Martín y la edificación de sus contornos en el corazón de la ciudad” en Ciudad y Campo, Año VI, Nº 47. Lima, 1930, pp. 4‐13
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Figura 119. En el plano trazado en verde, el nuevo trazo de la Línea “A”, colindante a la 305 Plaza San Martín.
Esta plaza nos revela desde su planteamiento inicial una plaza de planta cuadrada divida a su vez en cuatro partes simétricas en cuyo centro se coloca el monumento ecuestre. La plaza y su morfología tienen mucha similitud con similares europeas como, por ejemplo, con una de las plazas reales de Francia como la Royale de París, cerrada dentro de edificaciones uniformes, la cual se accede por una entrada principal que pasa bajo el arco del Pavillon du Roi siguiendo el mismo eje del monumento.
305
Obras Públicas. Caja 1918‐1922. Expediente seguido por las Empresas Eléctricas Asociadas para la formación de un nuevo trazo de la línea “A” del tranvía urbano de Lima. Lima, 8 de octubre de 1920.
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Figura 120. Plaza Royale. Figura 121. Plaza Vêndome. 306
307
También encontramos estas mismas características en la Plaza Vêndome, de París véase Figura 121, solo que la configuración de esta no tiene un solo acceso sino dos, por sus dos frentes, alineados en eje con el monumento. Su trazo no limita su planta cuadrada, sino que el monumento es colocado directamente sobre el suelo. En la figura 122 que corresponde a la Plaza San Martín, del año 1924, se ve también una plaza de planta cuadrada, en este caso con un eje oeste‐este, que resulta el elemento que organiza el espacio desde la orientación del monumento. Aquí se establece una conexión visual con la Plaza Dos de Mayo, la perspectiva se proyecta continua y abierta hacia ambos lados, creando una espacialidad teatral que conecta también con el Parque Universitario. Este espacio urbanístico también se caracteriza por sus linderos arquitectónicos simétricos, los que encierran la plaza con portales y otros edificios públicos enmarcándola y separándola del casco histórico de la ciudad colonial. El contrapunto que genera esta conformación por las pautas formales y compositivas que posee, podrían evidenciar entonces el uso de modelos importados de Europa y adoptados para la ciudad dos siglos después.
306
HEGEMANN, Werner y PEETS, Elbert, American Vitruvius. Arte Civil, París, Figura 325, p. 69.
307
op. cit., Figura 330, París. Place Vêndome en 1739, fragmento del plano de Turgot, Plazas Reales, Arte Civil, p. 69.
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Figura 122. Fragmento de plano de lima realizado por Julio E. Berrocal en 1924 y editado por la Librería F. y Rosay. (Biblioteca Nacional de Lima).
La realización de la plaza y su conjunto fue gradual. Los primeros edificios que se levantaron dentro de ese perímetro fueron el Teatro Colón y el edificio Giacoletti, construidos en 1914, de estilo Art Nouveau, que, por lo tanto, ya existían desde antes de la construcción de la plaza. Los otros edificios se construyeron posteriormente y en tres etapas: la primera correspondió al Hotel Bolívar, que data de 1924‐1925, obra de Rafael Marquina; la segunda los edificios de los portales de Zela y Pumacahua, que se remontan a 1926 y son diseño también de Marquina; el Club Nacional, edificado en 1929 por Ricardo de Jaxa Malachowski y Enrique Bianchi en estilo académico francés; y en la tercera y última etapa, hacia 1935‐1945, se consolidaron los frentes de la plaza con la elevación de los edificios del Cine Metro, y los edificios Fénix, Boza y Sudamérica, estos dos últimos de estilo Neocolonial. La plaza en sí resultó de un estilo español muy definido ‐y claramente‐ si se revelan las fuentes de su concepción, obviamente se encontrará la lógica, ya que fue un español el que la realizó finalmente. Piqueras Cotolí tenía como fuente de “referencia ideológica y proyectual”, a Aníbal González que como nos aclara en una nota Wiley Ludeña: “Sería difícil comprender el significado de la obra urbanística de Piqueras si no se la reconoce como resultado y expresión no solo del clima
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dominante del debate y de la producción urbanística española de inicios del siglo XX, sino también de su identificación ideológica y práctica con el discurso regionalista de arquitectos y urbanistas tan influyentes como Aníbal Gonzáles y Álvarez Osorio (1876‐1929).”308 La Plaza San Martín de Piqueras se finalizó en 1925 y tuvo una vigencia de ocho años, ya que en 1934, para el IV Centenario de la fundación de Lima, se encarga el proyecto de remodelación a Ricardo de Jaxa Malachowski, el cual requería específicamente limpiar el “espacio” de la plaza de la exagerada utilización de ornamentos. Todavía entonces no se logra identificar sobre la configuración de un espacio público tan relevante, núcleo de la “Patria Nueva”, nada que dé una pista del significado de esta nueva propuesta identificatoria y nacionalista.
Figura 123. Vista aérea de la Plaza San Martín, en 1930. Foto Archivo Courret. Biblioteca Nacional del 309 Perú. Nótese cómo las edificaciones cierran el espacio cuadrado de la plaza y la ubicación del monumento sobre el eje de la Av. La Colmena o Nicolás de Piérola hasta el Parque Universitario.
308
MUSEO DE ARTE DE LIMA (2003). Manuel Piqueras Cotolí (1885‐1937) Arquitecto, Escultor y Urbanista entre España y el Perú. Lima: Museo de Arte de Lima, p. 239. 309
LIMA Y EL CALLAO.Guía de arquitectura y paisaje. Arquitectos y profesores de la Universidad Ricardo Palma. Lima. ISBN: 978‐84‐7595‐215‐4, 2009, p. 36
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310
Figura 124. Málaga. Plano general, escala1/2.000.elaborado por O. Jurgens (O. Jurgens Atlas). En España había plazas que poseían la misma configuración como la de Málaga que se ve en esta imagen. En este plano se reconoce también la misma división del plano de la plaza en cuatro partes y el punto central donde estaría emplazado el monumento.
310
op. cit., MONCLÚS, La primera generación de estudios históricos urbanísticos. La Obra de O. Jurgens, p. 98.
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311
Figura 125. Dibujo de la Plaza San Martín, tinta sobre papel, realizado por Manuel Piqueras Cotolí 1920.
312
Figura 126. Perspectiva Dibujo de F. Herding. París rue de Toumon . A partir de una fotografía publicada en el libro de A. E. Brinckamnn (W. Hegemann, E. Peets, p 154).
311
MUSEO DE ARTE DE LIMA (2003). Manuel Piqueras Cotolí (1885‐1937) Arquitecto, Escultor y Urbanista entre España y el Perú. Lima: Museo de Arte de Lima, p. 218. 312
MONCLÚS, Francisco Javier. Arte Urbano y Estudios Históricos Urbanísticos: Tradiciones Ciclos Y Recuperaciones, p. 96.
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313
Figura 127 Plaza San Martín.1921.
Figura 128. Vista panorámica de la Plaza san Martín, 1930. Aquí se aprecia el trazado y ornamentación y 314 se ven al frente los edificios arriba mencionados y a los lados ya los edificios de los portales realizados.
313
. Fecha de consulta: 17.09.2010.
314
“La Plaza San Martín y la edificación de sus contornos en el corazón de la ciudad” en Ciudad y Campo, Año VI, Nº 47. Lima, 1930, pp. 4‐13.
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Figura 129. Estado en que se encontraba la Plaza durante la Inauguración y celebración de la 315 Independencia el 27 de Julio de 1921.
316
Figura 130. Vista de Plaza San Martín 1930, donde aparecen ya los portales realizados.
315
. Fecha de consulta: 17.09.2010. 316
“La Plaza San Martín y la edificación de sus contornos en el corazón de la ciudad” en CIUDAD Y CAMPO, Año VI, Nº 47, Lima, 1930, pp. 4‐13.
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Figura 131. Vista del monumento a San Martín en la actualidad.
Figura 132. Vista de la Plaza San Martín en la actualidad.
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Figura 133. Otra vista de la Plaza San Martín en la actualidad.
PLAZA DOS DE MAYO Cuando Leguía asume el poder en 1919, el monumento al Combate del Dos de Mayo estaba emplazado en el centro de un espacio amplio, de aspecto terroso, rodeado de humildes edificaciones de una sola planta. En esa época y dentro del plan de remodelación del centro, el año 1924, Don Víctor Larco Herrera, filántropo millonario, realiza por iniciativa propia y de su propio peculio, la obra de embellecimiento de la Plaza Dos de Mayo. Se reforma su plano cuadrado por uno circular, y se traza la plaza en forma radial, de la que nacen cuatro avenidas y cuatro calles. Para que se cumpla tal propósito, el gobierno cede el terreno necesario para hacer posible la remodelación, la que incluyó la implementación de los servicios de agua y desagüe. Asimismo, se construyó el pavimento de concreto asfáltico.
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Figura 134. Courret Hermanos, Plaza Dos de Mayo. Lima, c. 1874.
Se construyeron ocho edificios de vivienda de estilo francés, que rodean la plaza, creando con la plaza un punto axial, enmarcada por un espacio urbano formalmente armónico. El proyecto recaerá en su conjunto en Ricardo de Jaxa Malachowski318 y se construirá bajo la dirección de Ricardo A. Cox. La Plaza Dos de Mayo adquiere después de tantos años una importancia capital, al generar una referencia urbana desde el borde mismo de las murallas, hacia afuera y hacia adentro del centro, para revitalizar con fuerza la expansión de Lima con la creación de nuevas perspectivas que derivan en la creación de nuevas avenidas.
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Papel albuminado 24,5 x 19cm, de un Álbum titulado “Recuerdos del Perú”. Colección Samuel Adrianzén, Lima. 318
LEONARDINI, Nanda‐MAYER Elzinha, Guía Nandel Departamento de Lima y provincia constitucional del Callao, Rubicán Editores, Primera edición, abril del 2000. p. 101.
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Figura 135. Plaza Dos de Mayo, vista panorámica con detalles de edificios que la circundan.
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Figura 136. Vista aérea, nótese la planta circular de la Plaza.
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Figura 137. El Monumento a la Victoria fue emplazado en1874 , mientras que la Plaza Dos de Mayo se creó en 1924.
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Siendo Presidente de la República, don Manuel Pardo (1872‐1876).
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PARQUE UNIVERSITARIO El 4 de abril de 1919, mediante Resolución Suprema, el Ministerio de Fomento autoriza la ejecución del proyecto creado por el arquitecto del Estado, señor Enrique Bianchi, para construir un parque entre la avenida Nicolás de Piérola y la Universidad de San Marcos. Este proyecto pasó por la Inspección de Alamedas y Paseos y la Sindicatura siendo a su vez aprobado por el señor Director de Obras Públicas y el Alcalde Rada y Gamio.” Pues ese milagro lo ha realizado su voluntad inflexible (…) En la actualidad el parque, donde deben colocarse las estatuas de los dos grandes maestros, Hipólito Unánue y Bartolomé Herrera, está terminado casi por completo, adornado por hermosas farolas y terminada la pavimentación de la calle. En la iluminación de este parque durante los días de las fiestas centenarias entran tres mil focos eléctricos.ʺ320 Al lograrse el retiro de las líneas de los tranvías, se construyeron pistas de concreto asfáltico en su perímetro, aceras centrales y laterales de cemento, bancas y faroles monumentales. El parque se encuentra ubicado en la Avenida Nicolás de Piérola, altura de la cuadra 12. Es un parque de forma rectangular, organizado en torno a una calle central que atraviesa todo el espacio, en ella se ubican los monumentos que alberga, a los lados se hallan las jardineras dispuestas en tres bloques simétricos, dos laterales pequeños y uno central más largo, hacia el lado que da a la fachada de la Casona de San Marcos, se encuentra un explanada, y en los extremos del parque también se ubican espacios abiertos con fuentes. Asimismo, cuenta con un anfiteatro hundido que se orienta hacia la avenida Abancay, y una torre reloj en el centro del parque. Tiene cinco accesos y está actualmente cercado con rejas. ʺDesde el punto de vista urbano, el local Universitario actual, no puede presentarse como un adorno a la ciudad. Está situado en el Parque Universitario, bella plaza, decorada por la gran torre que corona un reloj y que obsequió a Lima la Colonia Alemana, con motivo del Centenario Nacional, y por la estatua de D. Bartolomé Herrera, artística obra de Lozano.”321 “El supremo Gobierno, en vista de que se ha dado término por cuenta del Estado a trabajos de adoquinado de piedra, construcción de aceras, colocación de bancas y de ocho farolas monumentales con su correspondiente instalación de luz eléctrica, relleno con tierra vegetal de las pozas para la 320
CLOVIS (seudónimo). “Lima de Ayer y Mañana” en CIUDAD Y CAMPO, Año II, Nº 10. Lima, setiembre de 1925, p. 12. 321
“Ministerio de Fomento”. La Universidad y el Parque Universitario en LA PRENSA. Suplemento al número del Centenario. Lima, 28 de julio de 1921, p. 112.
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formación de jardines, en el parque Universitario de esta ciudad; ha expedido una Resolución Suprema, disponiendo que se entregue al concejo provincial de Lima, el Parque Universitario, cuyos trabajos de construcción y ornamentación se hallan terminados.”322
Figura 138. Parque Universitario. Una vista hacia el monumento a Unanue y La torre del reloj.
Figura 139. Parque Universitario, vista opuesta desde el monumento a Unanue.
El Parque Universitario y la Plaza Dos de Mayo crean, desde el monumento al Combate del Dos de Mayo, una perspectiva que refuerza la consolidación de estos espacios, inaugurando en Lima, un nuevo 322
“Entrega del parque Universitario al Municipio" en La Prensa, Ed. de la Mañana. Lima, 14 de diciembre de 1921, p. 4.
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proyecto urbanístico, al vincularse con la Plaza San Martín. Logran establecer una continuidad que permite organizar conexiones jerarquizadas alrededor de un eje principal que los soporta y articula. La idea del ornato y embellecimiento estaba muy arraigada tanto en el pensamiento de los gobernantes y de la clase dominante, como también en todos los principios rectores de cualquier proyecto o empresa que se pensara en realizar. La idea de sentirse familiarizado con el gusto estético extranjero suponía un estatus al cual este sector quería acceder y representar. Existía intrínseca una vocación de negación de su propia identidad como nación latinoamericana con ascendencia indígena. Había que valorar amar y admirar lo foráneo. La mayoría de la población indígena era mayormente ignorada y no tenía derechos. Lima presentaba todas las taras de una ciudad en crecimiento, que no lograba independizarse de su “Madre Patria”, revelando en su idiosincrasia una cantidad de atributos que caracterizaron las estructuras mentales del período colonial, desde la idea de ciudad hasta los usos y costumbres. Era como si el signo más relevante para el reconocimiento de la nación, y de sus elementos constitutivos, fuese el poder demostrar compartir y disfrutar del gusto estético europeo. Había que darle a la plaza “una forma estética”.323 ¿Pero de qué estética se hablaba en relación a estos nuevos espacios urbanos que aparecieron en el Oncenio de Leguía? Era 1921, cuando recién se comenzaba a pensar en la posibilidad de construir en la capital, espacios urbanos que pudieran colocar a Lima al nivel de las grandes capitales del mundo, y es que estas, sobre todo en Europa, contaban con ciudades que estaban diseñadas por planes urbanísticos específicos, donde se materializan claramente los rasgos característicos de su país y de sus habitantes. Desde la época de la Colonia, los trazos impuestos sobre la existencia de una tradición urbanística anterior a su fundación crearon en sus habitantes un desarraigo con el territorio, que en el transcurso de los años se fue profundizando en una afirmación de eurocentrismo permanente. Si la Plaza San Martín venía a ser la primera posibilidad para implantar un nuevo perfil arquitectónico y urbanístico, dotando a la ciudad de Lima de un nuevo rostro, nada más alejado que el estilo aprobado para su realización, sobre todo si con la “Patria Nueva” Leguía quería inaugurar una nueva visión y recuperar el Perú como identidad, acercándose a una idea de nacionalismo, diferenciándose de las influencias colonizadoras. 323
AHMML. Libro “Actas de Sesiones”. 1916‐1918, p.114.
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Retomando las confabulaciones y, para concluir, se rescata de lo dicho anteriormente que la ciudad apuntaba a definirse como las otras nuevas capitales de Sudamérica y El Caribe, dentro de un estilo ecléctico, moderno y progresista, de fuerte influencia europea y norteamericana. La repercusión, sobre estas ciudades, de los patrones extranjeros en sus conformaciones urbanísticas, terminó por convertirlas en ramas de troncos derivados de las influencias de modelos de Howard, de Sitte, y Olmsted. Estos esquemas llegaron por intermedio de artífices y personalidades que manejaron el diseño de la ciudad.
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Figura 140. Plano donde se esquematizan los ejes de expansión de la ciudad de Lima y los espacios públicos más importantes. Punto N° 4, Arco Morisco, cuadro del arco pintado por su constructor, el arquitecto Alejandro Garland Roel, en el año 1922, cuando la obra estaba en plena ejecución. Las fuentes y las veredas 324 perimétricas nunca fueron construidas. 324
Municipalidad de Santiago de Surco. Arco de la Amistad. Redacción y recopilación Carlos Dargent Chamot. Colaboración Gabriela Doig Gómez‐Carrillo, p. 2.
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EL OTRO EJE: SANTA BEATRIZ El otro eje de desarrollo urbano que se establece desde el centro hacia el sur oeste, empieza como punto de partida en la Plaza Mayor (véase en la figura 140, el punto N° 6), pasa por la Plaza San Martín (véase en la figura 140, el punto N° 1), y continúa por la Av. Wilson hasta la Av. 28 de Julio que es de donde parte la Av. Leguía (véase en la figura 140, el punto N° 4). Es allí donde se ubica el Arco Morisco que, con motivo de la celebración del Centenario de la Independencia del Perú, la colonia española dona como símbolo de su amistad. Leguía lo instala, teatralmente, como puerta de ingreso a esa emblemática avenida que lo representa y sostiene conceptualmente sobre este nuevo territorio que se expande hacia el sur.
Figura 141. Arco Morisco 1921, donado por la Colonia Española, hoy desaparecido.
El Arco Morisco, hoy desaparecido, marcaba el límite entre la Lima “antigua” y esta nueva Lima que empezaba a configurarse hacia las zonas periféricas de la costa sur‐sur oeste aparecen nuevos núcleos residenciales, elegantes y modernos, tales como Santa Beatriz, Jesús María, San Isidro, y Miraflores. El 2 de agosto de 1921 se coloca la primera piedra, en una gran ceremonia de celebración, dentro de los eventos del Centenario.
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Personalidades de ambos países pronunciaron elogiosos discursos, y se selló en voz alta el vínculo profundo de amistad entre el Perú y España. El señor ministro de España, Don Jaime de Ojeda, en nombre del rey de España y de la colonia, pronunció el discurso del cual se rescata: (…)“El proyecto aprobado, y cuya realización iniciamos hoy llenos de júbilo, es el de un arco; y yo os digo, señor ministro, que todos los españoles deseamos, desde el fondo de nuestros corazones, que sea para el florecimiento y dicha de vuestra patria, un Arco de Triunfo, bajo el cual pasen en lo futuro nuestros hermanos peruanos llenos de felicidad que les auguramos muy sinceramente en estos albores de la segunda centuria de su emancipación política.(…) “No queremos que veáis en estas piedras, que de hoy más irán superponiéndose en este lugar hasta completar la obra que nos hemos propuesto realizar, otros tantos bloques inertes y fríos arrancados de la ingente cordillera para erigir un edificio; no. Queremos que veáis en cada una de ellas la cálida y viviente palpitación del cariño que os profesamos; queremos que cuando esté terminado este monumento, tanto vosotros como las generaciones futuras os acordéis de que está construido (sic.) con los corazones de los españoles, en cuyo nombre, y como Ministro de Su Majestad el Rey en el Perú, he tenido, no solo la honra, sino la viva satisfacción de hablaros.”325 El alcalde don Pedro Mujica, quien debía dar respuesta al discurso no asistió, e hizo uso de la palabra el doctor Salomón, Ministro de Relaciones Exteriores, quien después de exponer, a grandes rasgos, los vínculos de sangre y la cordialidad que existía entre España y el Perú, dijo: “El Perú le debe a la “Madre Patria”, cuanto es en el presente y será en lo futuro. El genio cultural y civilizador de España en América jamás será borrado y su recuerdo será perenne en la historia; y así como en tiempos pretéritos el sol nunca se ponía en sus dominios, de hoy en adelante el sol de afecto de España y América jamás será eclipsado”326. La construcción del arco fue encomendada al ingeniero nacional Alejandro Garland, por el comité designado por la colonia española en la asamblea del mes de setiembre del año 1920. “Dicho arco se levanta a la entrada de la avenida Leguía y es de estilo morisco, presentando un magnífico golpe de vista, por su imponencia y belleza artística. Está construido de ladrillo y mosaico, y recuerda a la España legendaria de los tiempos heroicos en que libró épicas contiendas por la libertad y la grandeza de la patria, que más tarde habría de culminar en la gloria no
325
“El monumento de la Colonia Española" en EL COMERCIO, Ed. de la Mañana. Lima, 3 de agosto de 1921, p. 5.
326
op. cit., p. 5.
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igualada en la historia de la humanidad con el descubrimiento y civilización del continente americano”.327 Sin embargo, la consolidación del monumento, cimentado sobre baluartes tan significativos, no contó con el mejor planeamiento para su ubicación, y por razones no previstas tuvo que ser demolido. El 10 de setiembre de 1938, la Resolución Suprema Nº 316, ordena su demolición. En ella se indica que: ”Habiéndose dispuesto por razones de tráfico y arreglo del Parque de la Avenida 28 de Julio vecino al antiguo Hipódromo, la demolición del Arco de la Avenida Arequipa y la erección oportuna de un nuevo símbolo que perpetúe las cordiales relaciones que existen entre los peruanos y los españoles residentes en el país”.328 Así se resuelve proceder a la demolición del Arco situado a la entrada de la Avenida Arequipa, (antes Av. Leguía), de acuerdo al artículo 1° de la ley Nº 8499. Si se tuviera que elegir entre los diversos fragmentos de la “Lima de Leguía”, sin duda sería este el más representativo, el que parte del Arco Morisco hacia el área de los ensanches Centro‐Sur‐Sur y Centro‐ Sur‐Oeste, en especial el área comprendida en torno a las primeras veinte cuadras de la avenida Leguía, en el barrio de Santa Beatriz. Este fue uno de los principales y más elaborados espacios urbanos de la capital, el que resultó ser el escenario más significativo para expresar los nuevos elementos de simbolización de la “Patria Nueva”. Muchos de los monumentos públicos, se ubicaron en esta zona, y es aquí donde se construye el Parque de la Reserva, que se tomará como otro caso de análisis.
327
“Entrega de un arco de triunfo a Lima por la colonia española" en EL COMERCIO, Ed. Mañana. Lima, 31 de julio de 1924, p. 4. 328
AMTC. Expediente "que aprueba los planos del arco arquitectónico que será levantado en la plaza del Hipódromo entre las avenidas 'Presidente Augusto Leguía' y Escuela de Agricultura, que obsequia la Colonia Española". 1922‐1938, f. 5.
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Figura 142. Plano donde se esquematiza (en rojo) la ubicación del Arco Morisco, al final de la Av. Wilson. Su ubicación se planteó como un hito que señalaba el límite de la Lima antigua, hacia la nueva Av. Leguía. Fue demolido porque su ubicación estaba desfasada entre la Av. Leguía y la Av. República de Chile, lo cual creaba confusión al no estar alineada con la Av. Leguía que era de doble vía.
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Figura 143. Vista parcial del plano donde se esquematiza (en rojo) el fragmento de la ciudad de Lima más característico de la época de Leguía. Sus linderos son: la Av.28 de Julio, la Av. Brasil, la carretera a Chorrillos y la urbanización San Isidro. Es la zona de Santa Beatriz, donde estaban ubicados los Espacios Públicos más importantes, Nº 3 el Hipódromo, Nº 7 El Estadio. Las Plazas Nº 5 Bélgica, Nº 4 Petit Thouars, Nº 6 Washington, Nº 8 Sucre y Nº 2 el Gran Parque de la Reserva. Donde también fueron ubicados la mayoría de los monumentos donados por las colonias para el Centenario, 1921. El eje central que atraviesa esta zona es la Av. Leguía, que se encuentra en el centro mismo, desde Lima hasta Miraflores, el Nº 1 Arco Morisco donde nace, y el Nº 9 Obelisco a Leguía, cuadra 24, límite con San Isidro. Escala1/50.000
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Figura 144. En este plano se han enumerado con foto correspondiente, los seis espacios públicos de estas primeras cuadras de la Av. Leguía. Barrio de Santa Beatriz. 1‐Avenida Leguía, 2‐Parque de la Reserva, 3‐ Hipódromo, 4‐Plaza Petit Thouars, 5‐Plaza Bélgica, 6‐Plaza Washington.
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EL PARQUE DE LA RESERVA
El Parque de La Reserva materializa como espacio urbano el lugar de la “Patria Nueva”. Evoca un momento histórico y político revelando en su diseño y elementos que lo componen, una ideología para ser recorrida y experimentada. Los intelectuales de la época motivados por la necesidad de encontrar y rescatar una identidad nacional que los refleje, volcaron en este espacio su inquietud, imprimiendo en los distintos elementos que lo componen, alusiones de tendencia indigenista. Pero no solamente fueron ellos los que con su impulso dieron origen a este parque, era parte de las obras públicas que Leguía tenía preparadas durante su mandato dentro de la nueva zona de Santa Beatriz. Está situado en la extensa zona del bosque de la antigua hacienda de Santa Beatriz, cerca al terreno que era ocupado por la Escuela de Agricultura. En el fragmento de la ciudad de Lima, como se ha mencionado anteriormente, fue uno de los primeros suburbios de expansión hacia las periferias desde el centro fundacional en la época de Leguía. El nombre del parque conmemora al Batallón de Reserva del Bosque de Santa Beatriz y se rinde homenaje, in situ, a los soldados que cayeron defendiendo Lima en la Guerra del Pacífico (1880‐1881). La pertinencia de presentar un sitio como caso, se impone dentro de esta tesis, ya que es hasta hoy un espacio público significativo. Incluye además a la Plaza Sucre, (espacio preexistente a su construcción), donde se encuentra emplazado el monumento ecuestre a otro libertador, José de Sucre. En su trazo, en su imaginario y en su diseño se resume la intención ‐focalizada en elementos puntuales‐ que pretende resaltar el gobierno de Leguía: reivindicar su nueva ideología, y rescatar para el imaginario colectivo una identidad trazada en la ciudad, para ser compartida como “Patria Nueva”. “Su planificación y ejecución fue paralela a la de la urbanización que constituía –y aún constituye—su entorno”.329 329
Citado en FLORES‐ZÚÑIGA Fernando, Haciendas y pueblos de Lima. Historia del valle del Rímac (De sus orígenes al siglo XX). Tomo I. Valle de Huatica: Cercado, La Victoria, Lince y San Isidro. Fondo Editorial del Congreso del Perú / Municipalidad Metropolitana de Lima, julio del 2008, pp. 428‐431, cita 568. Entorno citadino que impactó positivamente al escritor peruano José Torres de Vidaurre, quien había vuelto al Perú tras larga estadía europea y cuya pluma, por esos años, trazó las siguientes líneas al respecto: “La sorpresa que la nueva Lima produce al viajero que llega después de larga permanencia en las grandes urbes europeas es de un absoluto desconcierto. Inmensas avenidas, calles asfaltadas, edificios soberbios, plazas ostentosas. Todas característicamente actualistas. Hierro y cemento. Idea y músculo”. No fue menos favorable la impresión que Torres de Vidaurre se llevó de quienes ocupaban el insospechado espacio limeño de los años veinte: “Los rostros de las gentes de Lima, ya van abandonando esa expresión de
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Así como se ha visto anteriormente el caso de la Plaza San Martín, como el proyecto que marcó el comienzo en la transición de estilos de las plazas, se llega hasta el Parque de la Reserva actuando entre el uno y el otro la gran diferencia de un arte urbano industrial, a base de fundición y piedras talladas, enmarcado por construcciones, y en el otro, un espacio abierto ganado a un bosque natural, más campestre y más bucólico. Está adornado con flores, arboledas, espejos de agua, pérgolas y con el agregado de obras artísticas que completan su totalidad.
LA PLAZA SUCRE: MONUMENTO AL MARISCAL SUCRE En el bosque de Santa Beatriz y dentro de la zona que ocupa el parque de la Reserva, existía desde el año 1924 la plaza Sucre, que fue creada para emplazar el monumento del Mariscal Sucre. Este proyecto se generó a raíz de la conmemoración del Centenario de la Batalla de Ayacucho, el 9 de Diciembre de 1924. Esta propuesta que parte del Presidente Leguía considera “Que es un manifiesto anhelo del sentimiento público consagrar a la memoria del Gran Mariscal de Ayacucho, don Antonio José de Sucre, un monumento digno de la gratitud nacional y del héroe que inmortalizó su nombre, sellando la independencia del Perú, con la gloriosa victoria del 9 de diciembre de 1824, como General en Jefe del Ejército Unido”.330 Se dispone entonces la realización de dos monumentos ecuestres simultáneamente para las ciudades de Lima y de Ayacucho, respectivamente. Por medio de la ley No. 4406,331 del 18 de noviembre de 1921, el Ministerio de Fomento convoca entonces a un concurso público332 para la presentación de proyectos, estableciendo la suma de 5,000 libras peruanas para la realización del monumento. Se presentaron
cansancio y de melancolía que tanto emocionaban antaño a los poetas romantizadores. Hoy, en los ojos de las gentes hay chispas de fé y de optimismo y sus sonrisas tienen ya la arrogancia del justo y severo censor de las potencialidades interiores” (Mundial, Lima, 11 de enero de 1929, 447 –“Las perspectivas éticas [sic] del resurgimiento de Lima” [por José Torres de Vidaurre]. Remarcados nuestros salvo capitulares). 330
Ley 4406. Mandando erigir un monumento al Gran Mariscal don Antonio José de Sucre, en la ciudad de Ayacucho. Dada en el Palacio Legislativo en 14 de noviembre de 1921 y promulgada el 18 de noviembre de 1921. Archivo Digital de la Legislación Peruana. CRP. 331
op. cit., Ley 4406. Mandando erigir un monumento al Gran Mariscal don Antonio José de Sucre.
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OTERO, José G., “Nuestros proyectados monumentos” en VARIEDADES, Año XIX, Lima 27 de Octubre de 1923, número 817.
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al concurso escultores nacionales y extranjeros quedando como ganador el escultor peruano don David Lozano. La plaza posee una plataforma de nivel más alto que los caminos circundantes, donde se emplaza el monumento, pistas de concreto para automóviles, veredas para peatones, bancas y faroles ornamentales. El acto cívico con que se inauguró fue uno de los más ruidosos que tuvo lugar en Lima durante el Oncenio, no solo por la calidad de las embajadas que concurrieron a él, contándose entre los asistentes el Presidente de Bolivia, Dr. Bautista Saavedra, el General Pershing, el General Justo, don Antonio Caso y otros no menos ilustres, sino también por el fervor patriótico que hubo de despertar en todas las clases sociales.”333 Lo confirman las palabras del discurso del presidente Leguía el día de su inauguración: (…) “Alimentar el fuego sagrado del culto a los héroes y fortalecer en los pueblos la preciada herencia de las virtudes cívicas que ellos nos legaron, es uno de los más premiosos deberes que mi Gobierno se ha impuesto, en la firme convicción de que en el culto del pasado se hallan los gérmenes fecundos de las fuerzas vitales del porvenir. Yo pido, señores, para el bronce glorificador que hoy tengo la honra de inaugurar, esta espartana inscripción que anhelo para mi sepulcro: “Fue un hombre sincero. Supo cumplir su deber de patriota”. He dicho.334 En este caso, como en el del monumento ecuestre a don José de San Martín, se constata que no hay un planeamiento previo en la creación y disposición de espacios específicos en el territorio donde poder luego emplazar los monumentos conmemorativos. La lógica figurativa, objetual y representativa se pone de manifiesto en la manera que es diseñada la ciudad de Lima. Es la necesidad de crear un “espacio para colocar el monumento,” es el contexto de las celebraciones, y el rescate de “los libertadores” los que apuran ese orden. Primero es la ley para su erección, sin embargo para la elección del emplazamiento surgen muchas variables. En este caso concreto, el primer documento es la ley Nº 4406, a la que aludimos anteriormente, se emite en 1921, y recién en la sesión del 26 de setiembre de 1923, presidida por el Sr. Teniente Alcalde Andrés F. Dasso, se propone por primera vez como emplazamiento para el monumento a Sucre el Paseo 9 de Diciembre, o Paseo Colón. “(…) Se erija un monumento al Gran Mariscal don Antonio José de Sucre, en el Paseo 9 de Diciembre y en reemplazo del
333
LIMA 1919‐1930, La Lima de Leguía. Ed. Facsimilar. Lima, Fundación Augusto B. Leguía / Edit. San Marcos, 2007, p. 183.
334
LEGUÍA, op. cit., pp. 445‐446.
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obelisco que allí existe.”335Luego el 1° de abril de 1924, en sesión extraordinaria, el alcalde mencionado declara entre las obras indispensables que deben llevarse a cabo, la erección del monumento.336 Cabe señalar que no se ha registrado hasta esta fecha, ningún documento que indique el lugar donde finalmente se colocó el monumento a Sucre. El monumento realizado por el escultor Lozano, emplazado en un entorno natural dentro del perímetro del Parque de la Reserva, se yergue fuera del primer cinturón que marcaba los límites de “la primera ciudad, en ese nuevo territorio en expansión. Su eje es sur‐oeste, y nor‐ este. Se encuentra en contraposición con el San Martín, emplazado en el centro fundacional. El monumento ecuestre es, dentro de su tipología, un monumento bien logrado, no solo por su proporción en relación al espacio que lo circunda sino porque refleja en la presencia y actitud del personaje, fuerza y vigor en el modelado y una armonía con el conjunto que lo enaltece enriqueciendo su valor artístico. El monumento contiene en la estructura de su pedestal modos constructivos que evocan a modo de elementos decorativos, el mundo pre‐inca e inca, tanto en la forma trapezoidal de su pedestal, como en el planteamiento elaborado por grandes piedras rugosas de granito tan características de las construcciones milenarias peruanas. La estatua describe al personaje representado con sus atributos de héroe militar, a la usanza de la época. Utiliza elementos decorativos escalonados y frisos inspirados en animales míticos como serpientes. Los dos relieves que sustentan gráficamente la batalla de Ayacucho son, no obstante, de clara influencia impresionista. La concepción figurativa que se ha empleado para realizar este monumento revela una marcada tendencia de estilo europeo. Su ubicación en el espacio, relación con el entorno y ejes de orientación, revelan conjuntamente con la maestría artística del escultor, un nivel sobresaliente en relación con muchos de los monumentos públicos que se ven en la ciudad de Lima. A pesar de que se han identificado elementos alusivos a la iconografía de culturas nacionales incas y pre incas, su utilización, dentro del concepto monumental y de conjunto, aparecen como mínimas variaciones “ornamentales” y con los mismos esquemas formales y estéticos que los monumentos europeos.
335
Concejo Provincial de Lima, AHMML. Libro “Actas de Sesiones”. 1923‐1924, p. 125.
336
Concejo Provincial de Lima, AHMML. Libro “Actas de Sesiones”. 1923‐1924, p. 216.
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Figura 145. Plano que muestra el croquis con la ubicación de la plaza, indicando el lugar de su inauguración. “En esta solemne ocasión en que probablemente más de dos mil vehículos se darán cita en esa zona de la Nueva ciudad Leguía para rendir el homenaje máximo del Perú al soldado genial que ganó la 337 Batalla de Ayacucho.” ”
337
Ubicación de la Plaza Sucre “La Plaza Sucre y las nuevas avenidas que a ella dan acceso” en LA PRENSA. Lima, 8 de diciembre de 1924, p. 7.
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Figura 146. Monumento a Sucre.
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EL PARQUE DE LA RESERVA: ARTÍFICES Y COMPONENTES
Figura 147. Plano donde se esquematiza en rojo la ubicación y el área que ocupa el parque de la Reserva. En verde el diseño en planta donde se ubican sus componentes. La letra A- la Plaza Sucre, B- la pérgola, C- la fuente principal, D- el estanque, E- la casa del Inca, F- la fuente de los huacos, G- la fuente del Niño de los ñocos, H- las aguateras. Los números del 4-9 son la numeración de las cuadras de la Av. Leguía. La cuadra Nº 5 es donde se encuentra situada la Plaza Washington.
El Parque de la Reserva, estaba situado entre la línea del tranvía que llevaba a Chorrillos, (hoy Paseo de la República), y entre las cuadras cinco y nueve de la Av. Leguía, en el barrio de Santa Beatriz. Actualmente se encuentra ubicado en el mismo lugar, y se le ha cambiado el nombre por el de Circuito Mágico del Agua, Parque de la Reserva. El 4 de junio de 1926, el gobierno de Leguía instituyó una Comisión Ejecutiva para la realización del Parque de la Reserva, nombrando como presidente al Ingeniero Alberto Jochamowitz,338 como 338
“JOCHAMOWITZ, tratadista perito en temas hídricos e imaginativo planificador urbano, se erige como el fac totvm y prototipo de una novísima clase social menos atenida al abolengo genético o racial que a la catadura neuronal y a la fuerza volitiva”. Autor de una serie de importantísimas obras arquitectónicas que definieron el rostro de la Lima moderna. FLORES‐ ZÚÑIGA. op. cit., p. 429.
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encargado de los diseños arquitectónicos a Claudio Sahut, como responsable de la construcción estructural al ingeniero Ricardo Valencia, y a los artistas José Sabogal pintor, y a los escultores Daniel Vásquez Paz, Daniel Casafranca e Ismael Pozo. Para solventar sus gastos hubo que crear una ley para el cobro de un sobre impuesto a los terrenos petrolíferos. La ley No. 5839, del 17 de junio de 1927.339 La inauguración se efectuó el 19 de febrero de 1929, el mismo día que Leguía cumplía 66 años de edad,340 con un homenaje solemne y un programa artístico. “Participó en dicho evento la Academia Nacional Alcedo, con números de danza clásica y danzas folclóricas”.341
Figura 148 “Vista aérea del Parque de la Reserva entre la línea del tranvía eléctrico a Chorrillos el estadio 342 Nacional, la avenida Leguía y Av. Petit Thouars.” 339
Ley. No. 5839 en Archivo Digital de la Legislación del Perú, Fondo Editorial del Congreso del Perú, Versión 2.1, 2003, Disco 2.
340
“El Parque de la Reserva recientemente inaugurado es de excepcional belleza y arte” en CIUDAD Y CAMPO. Año VI, Nº 43. Lima, enero‐febrero de 1929, pp. 26‐32.
341
op. cit., El Parque de la Reserva: 1929
342 “El Parque de la Reserva recientemente inaugurado es de excepcional belleza y arte” en CIUDAD Y CAMPO, Año VI, Nº 43. Lima, enero‐febrero de 1929, pp. 26‐32.
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El Parque de la Reserva es un gran parque que ocupa actualmente ocho hectáreas de áreas verdes. Cuando fue inaugurado, en 1929, ocupaba un área de 16 hectáreas. Es de forma irregular y está diseñado de manera axial, con un eje señalado por la fuente principal, y el estanque central, rematando en una pérgola curva. Esta pérgola o loggia hace de marco semicircular a la fuente a ras del suelo, rodeada por ocho fuentes menores que emergen desde el primer nivel. En cada una, hay una escultura de un personaje sentado de raza indígena. Posee además otras esculturas y fuentes, como la huaca ornamental, o casa del Inca, la fuente de los huacos, una pérgola más pequeña de madera que conduce a la fuente del Niño de los Ñocos. Actualmente se han perdido varias estructuras originales y se ha recortado la extensión de su planteamiento inicial. Los ficus que cerraban en semicírculo la perspectiva norte, han sido talados y quedan unos pocos del original del parque. Los canales de riego que lo atravesaban, ya no circulan por las zonas delineadas en el pasado. El Parque de la Reserva fue declarado, en el año 1980, ambiente urbano monumental, y ha sido remodelado y restaurado recientemente, durante la gestión del actual alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio. Las pequeñas esculturas de las aguateras fueron realizadas e instaladas en el año 2005, no formaban parte del proyecto ornamental de sus inicios. La arquitecta Flor de María Valladolid es la responsable del proyecto y la empresa de la Municipalidad Metropolitana de Lima fue la encargada de su remodelación. La construcción del proyecto “Circuito Mágico del Agua”, con la inclusión en el parque de 10 fuentes con efectos lumínicos computarizados, fue realizada por la empresa Ghesa de España, conformando un conjunto de fuentes monumentales de gran envergadura. Fue reinaugurado el 28 de julio de 2007.
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Figura 149. Fuente principal vista desde la pérgola, rodeada de ocho fuentes con figuras de indígenas. 343 Realizadas por el escultor peruano Daniel Casafranca (1900‐1943).
Figura 150. Pérgola o Loggia central de donde arrancan en semicírculo las pérgolas que enmarcan el interior del parque. Realizadas y diseñadas por el arquitecto Claudio Sahut. Posee tres relieves en el 344 frontis realizado por el escultor nacional Daniel Casafranca. 343
Revista MUNDIAL El Parque de la Reserva, “La fontana vista a través de las arcadas de la Loggia.”22 de febrero de 1929, nº 453. 344
Foto: En: CIUDAD Y CAMPO, Año VI, Nº 43. Lima, enero‐febrero de 1929, p. 27.
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Figura 151. Arriba “Friso del ala lateral derecha de la pérgola “El Artífice”. Abajo, 345 “Detalle del gran friso central de la Loggia “La Ofrenda” del escultor Casafranca 1928.
346
Figura 152. Perspectiva de la pérgola central, realizada por el arquitecto Claudio Sahut. 345
Revista MUNDIAL El Parque de la Reserva “Detalle del gran friso central de la Loggia “Friso del ala lateral derecha de la pérgola “El Artífice”. 22 de febrero de 1929, nº 453.
346
En: CIUDAD Y CAMPO, Año VI, Nº 43. Lima, enero‐febrero de 1929, p. 29.
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Figuras 153 y 154. Fuente principal, (de fuerte influencia morisca) decorada con azulejos sevillanos, en fuentes y bancas. Detalle con figuras de indígenas. Realizadas por el escultor peruano Daniel 347 348 Casafranca (1900‐1943). Detalle de Indígena.
347
En: CIUDAD Y CAMPO, Año VI, Nº 43. Lima, enero‐febrero de 1929, pp. 28‐31.
348
Foto: CIUDAD Y CAMPO, Año VI, Nº 43. Lima, enero‐febrero de 1929, p. 32.
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349 Casa del Inca 1928.
Figura 155. La casa del Inca o Huaca Ornamental realizada en 1928 por el pintor peruano José Sabogal, (1888 –1956). Construcción de un solo piso sobre un terraplén con rampa de acceso. Cuenta con dos habitaciones con puertas y ventanas trapezoidales, algunas escalonadas, y con techo a dos aguas. Tiene un cerco perimetral bajo decorado con motivos geométricos. Está pintado de ocre amarillo y mangra. Altura aproximada 7 m x 10 m. Materiales: piedra, hormigón pintado y arcilla. 349
Foto: en MUNDIAL “El Parque de la Reserva, 22 de febrero de 1929, N° 453.
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Figura 156. Fuente de los Huacos realizada por el escultor peruano Daniel Vásquez Paz(1900‐¿?), en 1928. De líneas rectas y duras, compuesta por bloques trapezoidales de distintas alturas, formando una estructura escalonada. En torno al bloque central, cuatro esculturas que representan ceramios prehispánicos, con motivos escultóricos tomados de huacos mochicas, sujetando cántaros por los que fluye un chorro de agua. Esta estructura se levanta sobre una poza hundida con forma de cruz griega. 350 Materiales: Piedra, hormigón y arcilla. Medidas: Alto 5 m. x Ancho 5 m. Fondo 7 m.
Figura 157. ”Maternidad” (detalle) de Daniel Vásquez Paz. Figura 158. “La música” (detalle) de Daniel Vásquez Paz. Figura 159. “La música” (detalle) de Daniel Vásquez Paz.
350
Foto: CIUDAD Y CAMPO, Año VI, Nº 43. Lima, enero‐febrero de 1929, p. 30.
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Figura 160. Fuente de los huacos.
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Figura 161. Representación de un niño en cuclillas, a tamaño natural, jugando a los ñocos, sobre un bloque trapezoidal de mármol con conchas invertidas e incrustadas en sus cuatro lados, de las cuales brota el agua. La forma en planta tiene forma de cruz griega. La escultura es en bronce y ha sido fundida en Italia. 351 Realizada por el escultor peruano Ismael Pozo. (1898‐1959). Arriba, foto de la época.
351
Revista MUNDIAL El Parque de la Reserva, “El niño jugando al ñoco” . 22 de febrero de 1929, nº 453.
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Figura 162. Aguatera de la época de su inauguración en 1929. Actualmente han sido reemplazadas, por otras Aguateras, escultura de personaje femenino semidesnudo sedente, sostiene entre su regazo un pequeño cántaro del que surge agua sobre un pozo pequeño. Ubicadas al inicio de la avenida central, en dirección 352 opuesta a la pérgola. Realizadas por el escultor peruano Daniel Jara e instaladas en el parque en 2005.
La construcción del Parque de la Reserva señala el punto inicial del movimiento hacia la oxigenación y embellecimiento de la ciudad por medio de parques y jardines. Su planta, de forma irregular, estaba delineada por hermosos ficus que cerraban la perspectiva por el norte, en su interior circulaban canales de riego, y su vegetación era exuberante. La disposición de sus elementos arquitectónicos, sus fuentes, la pérgola, las intervenciones artísticas, sus objetos decorativos y su perspectiva, creaban un microcosmos en el interior de la ciudad. Se trata de un gran espacio público, orientado a señalar una nueva y particular estética en el desarrollo urbano de Lima. Es una propuesta de paisajismo, que en su conjunto, reivindica una fuerte presencia del estilo inaugurado por Olmsted “donde se creaban pasajes escénicos en los que el visitante estaría inmerso, experimentando la acción restauradora del paisaje por lo que Olmsted llamaba el proceso “inconsciente”. Para lograr este resultado, subordinaba a todos los elementos del diseño para el propósito particular de hacer más profunda la experiencia paisajista.”353 352
Foto: CIUDAD Y CAMPO, Año VI, Nº 43. Lima, enero‐febrero de 1929, p. 32.
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BEVERIDGE, Charles E., Frederick Law Olmsted Sr. . Fecha de consulta: 13.09. 2010.
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Olmsted lo especifica con claridad en su estudio Public Parks and the Enlargement of Towns (1870), “Queremos un terreno en el que la gente pueda ir fácilmente después de terminar su día de trabajo, y donde pueda pasear durante una hora, sin ver, escuchar o sentir nada del bullicio y ruido desapacible de las calles, donde encuentren, en efecto, a la ciudad alejada de ellos. Queremos el contraste más grande posible con las calles y las tiendas y los espacios de la ciudad que sean consecuentes con la conveniencia y la preservación del buen orden y la pulcritud. En especial, queremos el mayor contraste posible con las condiciones restrictivas y limitadas de la ciudad, aquellas condiciones nos fuerzan a caminar circunspectos, vigilantes, celosos, que nos obligan a mirar a los otros sin simpatía. Prácticamente, lo que más queremos es un simple, amplio, espacio abierto de verde césped, con una superficie de juegos suficiente y una suficiente cantidad de árboles alrededor para proporcionar una variedad de luz y sombra. Esto es lo que queremos como el rasgo central. Queremos la suficiente profundidad de bosque no solo para la comodidad en el tiempo caluroso, sino dejar afuera, por completo de nuestros paisajes, a la ciudad.”354 En la utilización de sus elementos arquitectónicos como la loggia o pérgola, se percibe claramente la intención de generar un espacio de remanso bucólico complementado decorativamente con figuras escultóricas que, si bien es cierto, no aluden a figuras helénicas, en su postura de evidente raza indígena, están colocadas en fuentes circulares completamente revestidas de azulejos sevillanos, proporcionando al conjunto, un carácter más híbrido que nacionalista. Es dentro de este marco que los artistas nacionales, intervienen el espacio con elementos de la nueva estética llamada indigenista por los intelectuales de la época. Es un proyecto en que se evoca, por primera vez nuestro pasado autóctono, utilizando a su vez, iconografía de inspiración prehispánica como parte de la ornamentación. La introducción puntual de la Casa Inca o huaca ornamental de Sabogal, quien inaugura esta tendencia, o la fuente que se aventura por primera vez en Lima, con figuras sacadas de huacos de cerámicos Moche, muestra abiertamente una marcada intención por recuperar símbolos prehispánicos. Si bien es cierto que este espacio urbano, creado en la Lima de los años veinte, consiste en un planteamiento inédito hasta entonces, se considera que ni el concepto del diseño concebido dentro del perímetro ni la disposición y organización de los espacios, nos acercan a la idea de nacionalismo. Los elementos utilizados para evocar el pasado son piezas sueltas y de rasgos raciales definidos, que en su selección y emplazamiento acompañan al contexto ornamentándolo dentro del
354
OLMSTED, Frederick Law, “Public Parks and the Enlargement of Towns” en LeGATES, Richard T. Y STOUT, Frederic, ed., The City Reader, Segunda edición, Routledge, Londres, 2002, p. 320.
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esquema europeo de representación figurativa. No logran transformar el entorno, ni la estructura espacial que los contextualiza. Entonces se deja al descubierto que la “Patria Nueva” se empezaba a cimentar una vez más, como se ha visto a lo largo de esta tesis, sobre las instauradas bases del viejo continente europeo, sin contemplar las características implícitas de la espacialidad peruana. Este espacio en su conjunto nos revela, una visión más cercana a la búsqueda de modernidad, de una ciudad que quiere situarse a la altura de las grandes capitales del mundo y persigue un desarrollo que gira en torno al progreso, y a consecuencia de las recientes innovaciones tecnológicas, generando en el imaginario de la época, un nuevo repertorio de formas afines, para lograr instaurar una ciudad elegante, funcional y modernista. “Las modas sucesivas —art nouveau, eclecticismo, art déco, movimiento moderno— testimonian una hesitación constante entre las diferentes influencias y los modos de vida europeos y norteamericano, en función de la situación geopolítica y de las aspiraciones culturales355”. El gran suceso de la época que fuera la Exposición Internacional de París de 1925, realizada en el Grand Palais, cuna del sugestivo estilo Art Déco, no pasó inadvertido para las personalidades más influyentes del gobierno de Leguía, fue una influencia más, impresa en la capital limeña. Una de las principales características del Art Déco es la mezcla de muchos estilos, y la inclusión en sus diseños ornamentales de elementos exóticos como por ejemplo motivos prehispánicos, acorde con los frecuentes descubrimientos arqueológicos. La intención de coordinar el homenaje a la “Patria Nueva” con la reivindicación de la cultura inca, tan postergada hasta ese momento en el Perú, deja de manifiesto su percepción de parte de los artífices contemporáneos y se lee en un diario de la época: (…) “Manifestaciones de una cultura misteriosa que se pierde en la oscuridad de los siglos, con los más firmes brotes de una transformación única en la historia de parques y paseos.”356 Esto se traduce sutilmente como un acercamiento romántico a un pasado, con el cual no existe una identificación de raza ni de cultura. Sin embargo, fue el inicio para que los artistas nacionales se encaminasen a buscar en la propia historia y en el arte peruano su fuente de inspiración, revalorando su cultura. 355
“Historia constitucional y arquitectura en Cuba La ciudad y sus constituciones” . Fecha de consulta: 17.11.2009
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“El Parque de la Reserva” en CIUDAD Y CAMPO, Año VI, Nº 43. Lima, enero‐febrero de 1929, p. 30.
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El Parque de la Reserva representó en su época el espacio físico del período leguiísta, poniendo de manifiesto la fuerza y capacidad de un espíritu que evidencia el dominio del artificio sobre la naturaleza. “El Parque de la Reserva es más que eso. Significa e importa el homenaje al alma de una raza que formara otrora un imperio fastuoso y teocrático y el reconocimiento oficial del indigenismo como tópico ornamental y decorativo. También la Segunda República señalando históricamente el final del ciclo caudillesco y la liquidación de los aventureros del poder.”357 Para terminar se citará nuevamente al Ingeniero peruano Alberto Alexander, que vivió de manera comprometida el problema del desarrollo urbano de Lima en este período de estudio, siendo el Jefe de la Inspección Técnica de Urbanizaciones y Construcciones del Ministerio de Fomento, desarrollando esta labor con inteligencia, entusiasmo, voluntad y esperanza. “Voy a terminar esta disertación haciendo una profesión de fe: conozco solamente la parte de la América del Sur más rica y próspera y he visitado ciudades muy hermosas y supremamente monótonas: ninguna posee las características naturales de Lima. Nuestra capital se ubica en el fondo de un valle de eterno verdor; tiene a pocos minutos las playas del Pacifico con balnearios atrayentes y sobre su fondo se destacan los cerros que casi la encierran; muy cerca, Chosica brinda un sanatorio y un lugar de descanso delicioso; las alteraciones de la temperatura no son violentas: el frío o el calor no nos afectan. Lima es, por esto, una ciudad ideal y si el progreso que ya se ha puesto en evidencia continua y por el esfuerzo de sus habitantes está bien orientado, bien pronto, la capital del Perú será una de las más bellas de la América latina”358.
CONCLUSIONES Coincidiendo con el Centenario de la declaración de la Independencia del Perú(1921), y tres años más tarde(1924), el de la Batalla de Ayacucho, el gobierno de Leguía denominado también el de la “Patria Nueva “proyecta y ejecuta una serie de obras públicas. En Lima, se expanden los linderos que la limitaban con la apertura de nuevos ejes de irradiación desde la ciudad colonial hacia la costa del territorio, la cual va siendo transformada, poniéndose en valor, no solo la naturaleza 357
op .cit., CIUDAD Y CAMPO, Año VI, p. 29.
358
ALEXANDER, op. cit., p.29.
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específica de su evolución, sino la pertinencia de pensar en planificar el futuro crecimiento de la ciudad. Esta etapa fue denominada dentro de la historia urbana de Lima como la “Ciudad Irradiada”. Sin embargo, cabe señalar, que ya desde los anteriores gobiernos, tanto el de Balta como el de Piérola, se empezaron a trazar los nuevos lineamientos de expansión y fue durante este período que se llegaron a consolidar. Esta coyuntura propicia para la construcción de una gran cantidad de monumentos y espacios públicos terminaría por cambiar el rostro de la antigua Lima. Los eventos arriba mencionados, fueron cruciales para la república del Perú. Fue una ocasión para que el gobierno recibiera un conjunto de obras notables de escultura pública donadas por las colonias asentadas en el país. Se trató de un conjunto de escultura pública, que ameritaba instalarse en este contexto tan relevante. Además, el impulso constructor de avenidas, urbanizaciones y espacios públicos estaba enmarcado por la renovación completa de la ciudad, tales como la Plaza San Martín, el Parque Universitario, la Plaza Dos de Mayo y el trabajo de recuperación y conservación de los jardines que rodean al Palacio de la Exposición. Limase estaba abriendo a la modernidad, la presencia del automóvil y del sistema de transporte público obligó a salir del centro colonial y abrirse hacia las afueras del perímetro que cercaba el centro. Al derribarse las murallas surgió un gran anillo vial que sería fundamental para el desarrollo urbano que vendría con el progreso y la tecnología prevista por Leguía para aquella época, dando paso a una expansión sin precedentes. Se fueron creando nuevos ejes viales que contribuyeron a configurar la ciudad. Ahí se ubicaron importantes plazas públicas, situadas donde antiguamente se hallaban sus portadas. Ese anillo vial, exterior al viejo centro, también dejó libres grandes perspectivas, que fueron aprovechadas para construir una ciudad dotada de alamedas al estilo de las grandes capitales europeas. Inclusive, cuando la ciudad se prolongó más allá de las murallas y surgieron las entonces denominadas “urbanizaciones”, los empresarios de la expansión urbana diseñaron algunos barrios nuevos, concebidos bajo conceptos paisajísticos, sobre todo Santa Beatriz, que será el lugar preferido de Leguía para construir monumentos, plazas y otros espacios públicos. De este modo, el período de la “Patria Nueva”, contempló una profunda renovación arquitectónica terminando con el antiguo régimen urbano y dando paso a la modernidad de la vida ciudadana en el país. Durante este período llegaron varias empresas extranjeras de construcción a trabajar en el Perú. La más importante fue la empresa de
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origen norteamericano The Foundation Company, pero no fue la única, ya que incursionaron otras también, entre las cuales podemos mencionar por su trascendencia a Fred and Ley Company. Estas empresas fueron importantes porque sentaron un patrón de funcionamiento que luego sería seguido por entidades peruanas. Así es como estas empresas se constituyeron en un modelo de organización y un ejemplo de los nuevos métodos constructivos. En primer lugar, fueron antecedente de una costumbre política que consiste en convertirse en empresa favorita del gobierno de turno para ganar contratos de obras públicas y ejercer un virtual liderazgo del sector, gracias al entendimiento con los gobernantes. En segundo, lugar, también fueron un modelo organizativo y de trabajo en gran escala empleando materiales modernos de construcción. En efecto, esta época es muy importante, ya que marca un antes y un después en el empleo de los materiales para la construcción. La ciudad tradicional había surgido a continuación del gran terremoto de 1746, adoptando el adobe y la quincha como los materiales fundamentales. Fue entonces que Lima retornó a los materiales que habían sido empleados en la costa prehispánica por los antiguos peruanos. Pero, desde comienzo del siglo XX, en forma progresiva, estos materiales tradicionales estaban dejando de ser empleados y se abría paso a la consigna de modernidad, con la utilización cada vez más frecuente de nuevos materiales traídos por las empresas norteamericanas. Empezando por las construcciones públicas y siguiendo por las nuevas casas de la elite, situadas en las urbanizaciones paisajistas, los materiales fueron el ladrillo y el cemento, que en el Perú vinieron a denominarse “material noble”. El uso del concreto armado u hormigón, a gran escala fue una lección que las mismas dejaron sembrada en el Perú e inmediatamente después se organizaron grandes compañías nacionales de construcción. Este proceso fue acompañado por un mayor nivel de tecnificación profesional en el aparato del estado. En efecto, en el Ministerio de Fomento se organizó una Inspección Técnica de Construcciones que cumplió una importante misión reguladora. A cargo de esta oficina trabajó un destacado ingeniero y urbanista, Alberto Alexander, que tuvo una reconocida capacidad analítica y un sólido prestigio como el artífice de iniciativas tanto públicas como privadas. La obra de Alexander era muestra de la mayor capacidad operativa del Estado en materia urbana. A la vez, mostraba la preeminencia constante del Estado central sobre el antiguo poder de las municipalidades. En época de Leguía, los alcaldes dejaron de ser electos y pasaron a ser nominados(a dedo) por el poder central. Del mismo modo, los poderes regulatorios urbanos y las grandes decisiones en
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materia de construcciones, fueron asumidos por el Estado nacional en detrimento de las municipalidades. En esta época empezó a usarse el concepto de ciudad radial, para entender la evolución que estaba experimentando la capital peruana. Lo cual se debía como se ha dicho anteriormente al diseño de nuevos ejes viales que llevaban desde el centro hacia el sur. En efecto, la dirección del desarrollo urbano creció hacia el sur y el oeste, dejando postergado para otra época el crecimiento hacia el norte y el este, al otro lado del río Rímac. En época de Leguía se privilegió el crecimiento hacia zonas con mayor prestigio social que se ubicaron al sur y hacia el mar. Es por esto que el centro de Lima quedó más excéntrico que nunca y fue perdiendo sus antiguos poderes de centralización durante las décadas siguientes. Pero, por ahora, el punto clave era la construcción de nuevas avenidas, como la que unía Miraflores con el centro de Lima, llamada “avenida Leguía” en esos días, y bautizada posteriormente como “avenida Arequipa”. En ese sentido, la ciudad se expandió hacia el entorno rural, dando paso a una importante operación económica que ha marcado el siglo XX en su conjunto. Esto es, transformar la modesta renta rural que producían las haciendas del valle de Lima, en una sustanciosa y crecientemente expansiva renta urbana. En efecto, transformar el valle en una selva de cemento ha sido uno de los grandes negocios del siglo XX. Como parte de esta expansión se ampliaron considerablemente las oportunidades para el diseño de espacios públicos. Las urbanizaciones paisajísticas y los nuevos ejes viales ofrecían varios espacios libres concebidos como lugares públicos, ideales para ubicar monumentos y construir plazas y alamedas. Este nuevo impulso fue ampliamente empleado por los artistas de la época para participar de este llamado del poder central para renovar la ciudad. Pero, la iniciativa, el financiamiento y el poder de decisión provinieron del Estado y los proyectos fueron canalizados hacia los artistas, tanto nacionales, como también muchos extranjeros. El primer eje a considerar son dos perspectivas monumentales construidas sobre el anillo vial surgido sobre las antiguas murallas. El punto de partida en ambos casos fue el monumento al Combate del Dos de Mayo, al cual ya hemos presentado, diciendo que fue erigido en la era del guano, para conmemorar la victoria peruana de 1866, y que fue construido donde quedaba la portada a El Callao. Este monumento fue punto de partida para dos perspectivas: La primera es la que se prolonga hacia otra plaza crucial la que lleva el nombre de Francisco Bolognesi, conmemorando al héroe del ejército, caído en defensa de Arica durante la Guerra del Pacífico. Esta perspectiva parte la avenida Alfonso Ugarte, concebida como una gran alameda y se desenvuelve
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hasta la avenida Brasil o también llamada de La Magdalena, la cual estudiamos en la primera parte de esta tesis, y se proyecta en dirección al mar. La otra generada básicamente hacia el centro de Lima, donde en línea recta se halla el monumento al libertador José de San Martín en la Plaza que lleva su nombre, y a continuación, la Torre del Reloj en el Parque Universitario. Se trata de espacios públicos creados y consolidados en el período de la “Patria Nueva”. Por la importancia simbólica de sus monumentos, este eje sería el más relevante de Lima Centro. En efecto, el monumento a San Martín, y la plaza con los edificios que la circundan, vinieron a representar los nuevos símbolos que la República erigía para celebrar su centenario. El otro eje monumental y quizás el más representativo es el que parte ya desde las afueras del anillo de circunvalación, la Av. 28 de Julio y la proyección de la emblemática avenida Leguía. Aquí fue colocado el Arco Morisco a modo del inicio de un escenario grandilocuente que se proyectaría hacia Miraflores generando el barrio de Santa Beatriz. Este fue el barrio favorito del presidente Leguía donde se emplazaron buena parte de las esculturas y se realizaron los proyectos de lugares públicos construidos durante esta época. Sobre este eje monumental situado extramuros, y en Santa Beatriz, tuvo lugar otro espacio urbano altamente simbólico, el Parque de la Reserva, donde se había reunido y entrenado el grupo de civiles limeños que defendió la ciudad contra la invasión chilena en 1881, entre estos civiles se hallaba el entonces adolescente presidente Leguía. La construcción del Parque de la Reserva dio pie para que Santa Beatriz reciba un diseño que la convirtió en el primer barrio paisajístico de clase alta. A esta misma etapa corresponde el primer reinado del automóvil y la construcción de pistas y caminos para la interconexión vial y la ampliación urbana. Era la época del coche y los ricos abandonaban sus residencias en el centro para vivir segregados socialmente alrededor de nuevas urbanizaciones, bien provistas de parques y jardines. El Parque de la Reserva fue concebido como un jardín inglés, con grass, arboledas, paseo central, elegantes fuentes y varios espacios diferenciados al interior, estatuas y monumentos completaban un espacio cuidadosamente diseñado para sugerir un nuevo escenario de la peruanidad. En efecto, aquí de un modo muy claro, el diseño era completamente europeo, pero, a la vez, se empleó abundantemente un decorado indigenista, que avanzaba incluso a apoderarse de partes del proyecto, como la famosa casa incaica, diseñada por el maestro pintor José Sabogal. De este modo, el Parque de la Reserva y el barrio a su alrededor fueron los lugares favoritos de Leguía en la nueva ciudad de Lima que crecía hacia el sur.
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PARTE IV LA ESCULTURA PÚBLICA EN LA “PATRIA NUEVA” MONUMENTOS EN LIMA 1919-1930 (…) “el arte público es fruto de un proceso histórico de monumentalización de la ciudad, y se comporta como elemento referencial, aglutinante de la imagen urbana tan necesaria para la construcción y desarrollo de procesos de identidad social”. Ya lo decía Ildefons Cerdà el año 1859. “El ornato público es un elemento fundamental para la definición del paisaje urbano. (…)Los elementos referenciales son básicos para la construcción de nuestro mapa cognitivo, para permitir nuestro uso de la ciudad y desarrollar los procesos identitarios fundamentales para la vida en común.”359 Antoni Remesar
La idea de “Patria Nueva” imprimió en la ciudad la necesidad de crear identidad. La presencia del arte y la belleza se vio reflejada en sus monumentos y espacios públicos. La participación del artista escultor, en diálogo con arquitectos y urbanistas, fue protagónica. 359
REMESAR, Antoni. Arte e espaço público. Singularidades e incapacidades da linguagem escultórica para o projecto urbano En: Brandâo, P., Remesar, A. design de espaço público: deslocaçao e proximidade, 1ª edición Lisboa: Centro Português de Design, 2003, pp. 26‐40.
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Leguía intentó crear un nuevo concepto de nación con carácter integracionista y reivindicativo de la población indígena existente a través del rescate de sus símbolos. En este período se produce un arte promovido desde la esfera del poder, intentando en los monumentos una representación directa de sus manifestaciones políticas. Así como la creación de los nuevos ejes de apertura en el centro de la capital, estuvo determinada por la escultura pública (Monumento al Combate Dos de Mayo), creando una nueva ciudad para sus monumentos, con la aparición de nuevos espacios urbanos, se emplazaron en la ciudad muchos nuevos monumentos que conforman la serie más importante de esculturas públicas que alberga nuestra ciudad hasta el día de hoy. El motivo preponderante estuvo generado por la celebración de dos centenarios, el de la Independencia del Perú 1821‐1921 y el de la Batalla de Ayacucho 1824‐1924. Dos motivos de enorme trascendencia para justificar un ambicioso programa de obras, con un importante componente de obras de “ornato público”. Si bien los principales fundamentos de la transformación de Lima estuvieron ya planteados desde inicios del siglo XX, al margen de los requerimientos y obras alusivas a estos dos eventos celebratorios, se debe reconocer que la presencia de este importante grupo de obras donadas fue un catalizador que terminó por modificar y contribuir a definir las zonas urbanas más significativas para esta etapa. Estas celebraciones conllevaron la organización y programación de eventos diversos dentro de los lineamientos políticos de progreso, modernización y cultura, así como otorgaron al Perú la posibilidad de convertirse realmente en escenario para los otros países, logrando a su vez, instalarse vistosamente en el mapa mundial. Fueron las colonias asentadas en el Perú las que hicieron valiosos obsequios de arte público, que consistieron en monumentos arquitectónicos, esculturas y otros elementos para la ciudad. Estos nuevos monumentos para la ciudad ayudaron a conformar simultáneamente una nueva ciudad para sus monumentos. En los monumentos de la época histórica objeto de esta investigación (Lima 1919‐1930), se ve que efectivamente la mayoría de los monumentos fueron emplazados en el Barrio de Santa Beatriz, entre Lince y Lima Cercado, sobre la avenida Leguía, hoy Avenida Arequipa, espacio que significó para el gobernante, uno de los principales y más elaborados espacios urbanos de la capital.360 360
La intención de Leguía era que esta vía debía prolongarse hasta Lurín. Decía, “Debe ser la más dilatada Avenida en Sud‐América”. Véase, ULLOA, A[bel], Apuntes de cartera 1919‐1924, CIP, Lima, 1933, p. 58.
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Figura 163. Plano panorámico de Lima en homenaje al primer centenario de la Batalla de Ayacucho, dibujado por Julio E. Berrocal en 1924 y editado por la Librería F. y Rosay. Es una perspectiva isométrica muy detallada que ofrece una visión bastante real de Lima en el momento que empezaba a expandirse. (Biblioteca Nacional de Lima).
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MONUMENTOS “Monumento (del latín “monumentum”, moneo, memoria) patentizan una atávica aspiración del hombre: el afán de perdurar.”361 Alfonso Castrillón
Un monumento es un hito en un lugar concreto, que señala un significado o rememora un acontecimiento específico, siempre cumple una función por su cualidad de estar configurado para el espacio urbano. Los monumentos son signos que reúnen el imaginario de una determinada época para construir su memoria histórica. Memoria‐ Historia‐Monumento. El concepto de monumento ha tenido una evolución muy precisa que podemos rastrear en el Diccionario de la Lengua Española, tal y como se recoge en el cuadro siguiente:362 1734 1884 1925 1970 Obra pública y patente, como estatua, inscripción o sepulcro, puesta en memoria de alguna acción heroica u otra cosa singular Las piezas o especies de historia que nos han quedado de los antiguos acerca de los sucesos pasados Objeto o Objeto o documento de utilidad para la historia o para la averiguación de cualquier documento de utilidad para la hecho historia Obra científica, artística o literaria que se hace memorable por su mérito excepcional Obra artística o edificio que toma bajo su protección el Estado. (Nacional)
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CASTRILLÓN, Alfonso. “Escultura Monumental y Funeraria en Lima” en Escultura en el Perú, Banco de Crédito del Perú, Colección Arte y Tesoros del Perú, Lima, 1991. 362
Consulta on‐line en . Fecha de consulta: 28.09.2010.
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Los monumentos en el espacio público son documentos vivos en los cuales se cristalizan las ideas y las tendencias de una época histórica determinada, impuestas muchas veces desde el poder político. Se erigen con el fin de rendir homenaje a personajes, civiles o militares, para conmemorarlos, resaltando sus virtudes como un ejemplo para la comunidad. Muchos de ellos acceden al nivel de héroes, personificando un conjunto de valores relevantes que se inventan, se recrean, se matan y se resucitan según la conveniencia ideológica. Los monumentos conmemoran, definen ideologías, educan al ciudadano, conforman y configuran el recuerdo. Ello implica una institucionalización de la memoria. La necesidad de crear patrones homogéneos y válidos para todos, de reinventar una memoria histórica para toda la sociedad en su conjunto con el mismo pasado, los mismos recuerdos, focalizando en el devenir acontecimientos a través de estos hitos enclavados en un territorio compartido que celebren y enaltezcan los mismos símbolos. Es verdad que toda sociedad precisa para perdurar encontrar en el pasado algún asidero que la confirme como comunidad, para arraigarla en una memoria colectiva, tejiendo a partir de ellos el gran manto del recuerdo. Pero al mismo tiempo es la oficialización de la memoria la que la torna en peligro inminente pues la simplifica, la unifica y la congela. La memoria, según sabemos, es siempre selectiva, nunca representa el todo sino solamente lo transita descubriendo en su recorrido los diferentes matices de la historia. En todos los monumentos encontramos dos componentes que los estructuran dentro de la memoria colectiva; el componente cognitivo: qué es lo que se recuerda, y el componente pragmático: cómo se recuerda. Un monumento en el espacio público, es también un elemento simbólico que emplazado en el espacio urbano dota al sitio de un nuevo significado, otorgándole a su configuración una dimensión cultural y social.
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MONUMENTOS DONADOS POR LAS COLONIAS POR LOS CENTENARIOS DE LA INDEPENDENCIA (1921) Y DE LA BATALLA DE AYACUCHO (1924). Figura 164. Los distintos “monumentos” ofertados por las Colonias.
. FRANCIA: La Libertad, 1926.
BÉLGICA: El Estibador, 1922.
ALEMANIA: La Torre del Reloj, 1923.
ITALIA: Galería de Arte Italiano, Inaugurada el 11 de
ESPAÑA: El Arco Morisco 1921,
INGLATERRA: El Estadio Inglés, 1926.
noviembre de 1923, que representó para los limeños su Museo de Arte Moderno.
ya desaparecido.
ESTADOS UNIDOS: La fuente Americana o Atlantes, 1924.
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CHINA: La Fuente China, 1924.
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JAPÓN: El monumento a Manco Cápac, 1926
Como señala Alfonso Castrillón en su libro La Escultura en el Perú: “En 1921 Lima festejó con gran entusiasmo el Centenario de la Independencia. La Ciudad de los Reyes, que había emprendido el camino de la modernización desde la época de Castilla con la llegada del ferrocarril, de Balta con la apertura de las grandes avenidas, solo con Leguía adquiriría el rostro de una gran ciudad. Sin embargo le faltaba desarrollar el aspecto ornamental y al parecer las representaciones diplomáticas acreditadas entonces comprendieron que el mejor modo de festejar el aniversario de una ciudad era regalándole conjuntos escultóricos que embellecieran sus parques y avenidas. El acopio de monumentos benefició a Lima y, de paso, a los jóvenes escultores peruanos que comenzaban a hacerse conocidos”363. Todos estos obsequios iban a cambiar el rostro urbano de Lima a partir de su inclusión en la ciudad. Unos se tomarían como referentes por sus proporciones para remarcar los ejes establecidos en las intervenciones recientes de la configuración del centro de Lima. Como 363
CASTRILLÓN‐VIZCARRA. op. cit., p. 347.
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por ejemplo la Torre del Reloj, (Ficha 09), a la que se le designó como espacio el Parque Universitario —a pesar de que la Colonia Alemana pidió ocupar un espacio en el Parque de la Exposición— constituyendo el tercer punto de demarcación desde la Avenida Nicolás de Piérola llamada también Av. La Colmena. La Torre del Reloj, de 29 metros de altura, construida de hormigón fue concebida como una torre observatorio que además exhibía una cualidad de progreso y modernidad ya que marcaba la hora a través de un complejo sistema de engranajes y campanadas. El reloj además de dar la hora dejaba escuchar las notas del Himno Nacional del Perú.
Figura 165. La Torre del Reloj, donada por la colonia alemana, Parque Universitario, tal como se ve en la actualidad.
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Otros monumentos, serían utilizados como referentes ideológicos; como en el caso del Estibador Belga de Meunier, (Ficha 04) y el de George Washington, de Houdon, (Ficha 05) promovido por el gobierno peruano para fortalecer los lazos de amistad entre los Estados Unidos y el Perú. Son copias de obras de escultores conocidos y los dos fueron emplazados en el nuevo barrio de Santa Beatriz. Uno en la cuadra cinco y otro en la cuadra uno de la nueva avenida Leguía. Este espacio público creado por Leguía era ciertamente su nuevo eje simbólico para evidenciar el desarrollo de la ciudad y su propio reflejo como el artífice de esta nueva etapa. El significado de lo representado y su selección podría ser una aproximación estratégica a esta ideología en el sentido de reivindicar una nueva independencia, con la figura emblemática de Washington. Sin embargo, se estaba poniendo de manifiesto una vez más, la admiración al poderoso gobierno norteamericano, que por su supremacía económica logró controlar las mentes de quienes querían renovar el país, volviendo a sus propias fuentes. Y es en este el terreno de lo artístico, que lo simbólico cobra una dimensión total. Lo representado se convierte en parte de un imaginario que empieza a formar parte del futuro —en el presente— desde que se instala en la esfera de lo público y es compartido por la comunidad. Otra referencia es la que transmite el monumento al Estibador, en el cual se aprecia al trabajador belga, de pie, un poco más grande que la escala natural, en posición de “contraposto”sobre un pedestal de granito de dos metros de altura. La estatua es una valiosa y bella obra fundida en bronce, parte de una serie de esculturas en las que el escultor representa con elegancia y un dominio magistral de la figura humana, los diferentes oficios y labores de las gentes de su pueblo.Su emplazamiento fue fijado en la primera cuadra de la Avenida Leguía, para lo cual se creó la Plaza Bélgica, lugar donde continúa hasta la actualidad. Puede haber sido posiblemente una señal de reconocimiento a la clase trabajadora.364 Sin embargo, esta especulación no consta en los documentos de la época. Lo que sí se puede constatar es que el uso de la fuerza de la representación en las artes plásticas, era una buena estrategia para configurar identidades. 364
Algo de esto podría vislumbrarse en las palabras del mandatario peruano, cuando dice que en el pueblo belga “se aúnan las cualidades del obrero y del artista,” y que “el precioso obsequio {...} sintetiza el arte e industrias belgas”. Véase, LEGUÍA, Augusto B., Discursos, mensajes y programas, Tomo III, Editorial Garcilaso, Lima, 1926, pp. 29‐30.
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Figura 166. Monumento a George Washington. Houdon.
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Figura 167. Monumento El estibador Belga, Meunier. Vista en la actualidad.
Estos monumentos, se van colocando sobre las nuevas avenidas, plazas y paseos de la ciudad a lo largo de este período y corresponden a
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diversas tipologías.Se impulsa la creación de nuevas plazoletas, como se ha visto anteriormente, todas circunscritas al barrio de Santa Beatriz. En la Plaza de La Libertad se inauguraría, el 21 de enero de 1926, la escultura del mismo nombre, que actualmente se ubica en la Plaza Francia, en el centro de Lima.En su discurso el alcalde Rada y Gamio, resaltó: “El gobierno ha querido por disposición del Presidente de la República, crear una Plaza para ubicar en ella vuestra artística estatua y ha dispuesto que se llame Avenida Francia a la que une este sitio con la Avenida Leguía. Nada más expresivo que nombrar a esta plaza Libertad, y que unirla por medio de la avenida Francia con la que lleva el glorioso nombre de nuestro gran Presidente. (…)Saludo a Francia la Grecia de los tiempos modernos” (…) “Esta estatua con su antorcha de la luz nos iluminará siempre. Se halla cerca de las de Petit Thouars, el magnánimo y de Sucre el invencible365…” No ha sido posible averiguar quién fue el autor de este monumento. En los documentos hemerográficos de la época se barajaron diferentes nombres, incluso la revista Perricholi escribió: “parece ser una copia del Monumento a la Libertad que se erige a la entrada de Nueva York.366” (ficha 15). Dentro de estas dudas, lo que parece ser lo más cercano a la verdad es que se trata de una figura salida de los talleres industriales de estatuaria francesa del siglo XIX.367
365
“La inauguración de la estatua y la plaza de la Libertad “en Revista MUNDIAL, Año VI, 22 de enero de 1926, nº 293
366
“Inauguración de la Plaza de la Libertad” en PERRICHOLI, Año II, Nº 5. Lima, Lima, 21 de enero de 1926, p. [26]. 367
Sobre el papel de las obras de fundición francesa consultar REMESAR (2004), REMESAR, LECEA, GRANDAS (2005) y ALVES (2010)
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La Libertad, Francia.
Figura 168. La Libertad, Francia.
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En la Avenida Leguía frente a la Plaza Washington se instaló la fuente de Los Atlantes, donada por el embajador de los Estados Unidos con la petición de ser colocada en el Paseo Colón368, sin embargo, terminó ocupando la plataforma central de la avenida arriba mencionada. Esta fuente es una réplica de la obra que realizara, en 1912, la escultora Gertrude Vanderbilt Whitney, cuyo original fue diseñado para el Hotel Arlington de Washington. (Ficha 11).
Figura 169. Fuente de los Atlantes, Avenida Leguía. Vista en la actualidad.
368
AHMML. Libro “Actas de Sesiones”. 1923‐1924, pp. 250‐251.
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Figura 170. Todos estos monumentos fueron emplazados en la nueva zona de Santa Beatriz, resaltada en rojo sobre el plano.
La China dona una Fuente Monumental o Fuente de las Tres Razas, actualmente denominada Fuente China, que se emplazó en el antiguo
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Parque de la Exposición, en la rotonda de las palmeras, a pesar de que el primer proyecto encargado al escultor peruano José Huerta, fuera pensado para estar ubicado en el frente de la Plazuela de Santo Tomás, a espaldas del Congreso. El proyecto de Huerta que fue publicado en una revista local consistía en “una fuente monumental, con un cuerpo de la pila central de 20 metros de altura y una taza 17 metros de diámetro. Sobre la taza cuatro dragones, y en la parte “ínfero‐exterior” de la misma, cuatro bajo‐ relieves que representan las cuatro fiestas principales que celebraban los peruanos primitivos. El pedestal de la pila central llevaba adosados a sus ángulos artísticos medias columnas, sobre las cuales exhiben su fiereza cuatro pumas alados… En los cuatro lados de la fuente grupos escultóricos, de los cuales uno representaba el mar Atlántico, simbolizado en un Neptuno, que trae a las costas americanas a la raza española; otra el mar Pacífico Norte (simbolizado de igual manera, pero con la diferenciación consiguiente) que trae al continente la población asiática; el tercero es el Mar Pacífico Sur, en donde se desarrolla los medios de comunicación marítima con los demás continentes; y el cuarto, la navegación primitiva peruana, en la cual se utilizaban pequeñas balsas de totora y madera. Sobre el pedestal de la pila una media gradiente escalonada, hecha así para que el agua ruede sobre ella con caprichosas ondulaciones. Más arriba se levanta un templete sostenido sobre Cariátides que representan las artes, y rodeado de ninfas, que representan la danza. Sobre el templete se asienta un receptáculo con motivos ornamentales, de en medio de la cual se eleva una columna triangular que representa en sus ángulos tres canéforas de bronce que simboliza la fecundidad. Corona el monumento un bloque informe que representa la materia impoluta, de la cual salieron los hombres y las cosas, según la teoría evolucionista… Los materiales que se emplearán (…) son la piedra y el bronce. La obra se compondría de treinta y siete figuras escultóricas. (…)Se demoraría tres años y el costo sería de medio millón de soles.”369 Finalmente la comisión de dicha colonia decidió encargar la tarea al arquitecto Gaetano Moretti (Milán, 1860‐1938) y a los escultores370 Giuseppe Graziosi (Savignano, 1879‐Florencia, 1942), todos extranjeros. La Fuente (Ficha 10), por su monumentalidad y belleza, confiere al entorno nuevos atributos. Es un grupo de figuras alegóricas que aluden a la fraternidad de los pueblos. Tiene un gran pedestal que está circundado por un bajorrelieve de bronce y dos enormes tazones semicirculares que recogen el agua de las fuentes; mientras otras dos tazas más pequeñas, situadas a ambos costados del monumento, reciben 369
“Fuente China (proyecto)”. VARIEDADES, edición del Centenario Año XVII, 30 de julio de 1921, núm. 700, pp. 167–170.
370
CASTRILLÓN‐VIZCARRA, op. cit., p. 352.
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el agua de otros dos elementos que representan uno al Río Amazonas (o Rímac) y otro al Río Amarillo, el mayor de la China. “La alegoría del símbolo marmóreo representa la fraternidad universal y la unión futura de todas las razas, la unión de China y el Perú.”371 La obra se ejecutó en el Taller de Ettore Genovesi, en Pietra Santa, Italia. Los encargados de la instalación fueron los hermanos Jimeno372, constructores españoles. Fue una obra muy costosa y ocupa un área aproximada de 168 m2 (14 por 12 metros), con una altura de 8 metros. Según el Programa de las Actividades por Fiestas Patrias, es inaugurada el día 27 de julio de 1924.373
Proyecto de José Huertas, 1921. Fuente China, 1924.
371
“Abandono de los Monumentos Públicos. La columna ‘2 de Mayo’ y la Fuente Monumental” en CIUDAD Y CAMPO, Año II, Nº 7. Lima, mayo‐junio de 1925, p. 36.
372
“La construcción de la fuente monumental del Parque Zoológico". En: EL COMERCIO, Ed. Mañana. Lima, 20 de agosto de 1924, p. 4. Al respecto, se suscita una polémica en la que se incluye como constructor a Mario Rebechi. Véase cruce de cartas, además de la señalada, en “La construcción de la fuente monumental del Parque Zoológico". en EL COMERCIO, Ed. Mañana. Lima, 23 de agosto de 1924, p. 3. (De Amadeo Mantellato) y “Sobre la fuente monumental del Parque Zoológico". En EL COMERCIO. Lima, 24 de agosto de 1924, p. 7. (De J. Jimeno Hno.). 373
Sin embargo, la fecha que se consigna, en el Tomo III de los discurso de Leguía, es la del 28 de julio del mismo año. Véase, op. cit., p. 293.
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Figura 171. Fuente China. Detalle de Fuente China
Figura 172. La fuente china. Vista en la actualidad.
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Entre los dos proyectos presentados, finalmente es el de los escultores italianos la que se realiza. Sus alegorías son quizás más claras y sencillas, y se aprecia el diestro uso de la composición y sus elementos. Como se ha señalado se realizó en los talleres de Pietra Santa, con mármol de Carrara. Todo un conjunto de cualidades que definen la preferencia de los modelos europeos, y a los artistas europeos, sin que medie en su elección la posibilidad tal vez de contribuir con los artistas locales y sus propuestas. El único país que se puso a tono con la idea de “Patria Nueva”, fue el Japón quien donó un monumento en homenaje al Inca Manco Cápac374. La colonia señalaría como condición que el artista que realizara la obra debía de ser necesariamente un escultor peruano para que el monumento tenga coherencia y una mayor resonancia simbólica. Este monumento fue ejecutado por el escultor nacional David Lozano y trabajaron, con él, como coautores los también escultores Benjamín Mendizábal y Daniel Casafranca. (Ficha 16) “La colonia japonesa va a obsequiar, como homenaje de simpatía al Perú, un monumento a Manco Cápac, el legendario fundador del Imperio Incaico, símbolo del glorioso pasado de la raza indígena. La colocación de la primera piedra, que ya se efectuó el martes, constituyó una imponente ceremonia de la que participaron el presidente de la república, el alcalde de Lima, el ministro japonés y el señor Kitsutani, quienes pronunciaron elocuentes discursos.”375 El gobierno de Japón donó el monumento a Manco Cápac por ser un símbolo que lo vincula al Perú, por ser como ellos representantes del imperio del sol, o “Hijos del Sol”, concepto también vigente en su cultura. La colonia japonesa quería resaltara Manco Cápac como el fundador de nuestra civilización.
374
Manco Cápac o Ayar Manco, según algunos cronistas, fue el primer gobernante de la etnia inca en el Cuzco. Es considerado el fundador de la civilización inca. Protagonista de las dos leyendas más conocidas sobre el origen de los incas: la leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo (hijos del sol) y la leyenda de los hermanos Ayar. Tuvo como esposa principal a Mama Ocllo, con quien engendró a su sucesor Sinchi Roca. Si bien este personaje es mencionado en crónicas y se le considera como el origen de los incas, algunos historiadores dudan de su existencia histórica, y se le sigue considerando un ser mitológico. Se supone que Manco Cápac nació en el siglo XIII d. C. en el poblado de Maucallaqta, cuyas ruinas existen en el distrito de Pacaritambo a 50 km. al sur del Cusco. Después de su muerte su cadáver fue momificado. Durante el gobierno del Inca Pachacútec, en el siglo XV, la momia fue llevada al templo del Sol en una isla del Lago Titicaca. 375
“Monumento a Manco Cápac”, Revista VARIEDADES, Año XVIII, 19 de agosto de 1922, núm.755, p.1952.
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El Presidente de la de la Comisión Pro‐Monumento y de la Sociedad Central Japonesa376, Sr. Ichitaro Morimoto, en nombre de su colonia, se dirigió a Federico Elguera, Presidente de la Comisión del Centenario, manifestando la intención que la estatuase ubicase en la Plazuela de la Exposición. No solo expuso la elección de su emplazamiento sino que además reiteró que debía ser obra de un artista oriundo del país y se convocase a un concurso público377. El espacio elegido fue denegado por el Ministro de Fomento, Rada y Gamio, quien le sugiere una mejor instalación en la Plaza del Congreso, junto a la estatua ecuestre de Simón Bolívar. Finalmente, el 15 de agosto de 1922, se efectúa la ceremonia de colocación de la primera piedra en el cruce de las avenidas Grau y Santa Teresa, que luego tomó el nombre de Av. Manco Cápac. El Presidente concluyó con un discurso donde relaciona al soberano inca con el japonés, señalando que está asociación señala el fracaso del “concepto de las desigualdades étnicas.”378 Esta ceremonia contó con la presencia del Presidente Leguía, el Embajador japonés Keichi Yamasaki, el Ministro de Fomento Rada y Gamio, Ichitaro Morimoto, otras autoridades y el público en general, así como también doscientos nativos con vestimentas andinas.379 El caso del monumento a Manco Cápac se puede analizar bajo varios aspectos. Según la temática, es el monumento público que representa al Inca, nunca antes materializado ni exaltado por ningún gobierno peruano. Esta temática cristaliza una serie de inquietudes sociales y políticas, que se vienen dando a lo largo de la primera parte del siglo XX, tales como reivindicaciones de derechos para el indio, para los trabajadores, para los universitarios, y para las mujeres. Se reconoce, sutilmente, solamente con esta enumeración, que su representación pertenece a lo que está del otro lado de la fuerza y del 376
“La colonia japonesa y nuestro centenario" en EL COMERCIO. Lima, 24 de julio de 1921, p. 9.
377
Elguera insinuaría a Morimoto que contactase con el escultor David Lozano. También habría sido quien lo haría decidirse por la estatua en vez las propuestas que tenía en mente; una torre estilo japonés o un parque o jardín. Véase, ELGUERA, Federico, “El Monumento a Manco Cápac” en La Independencia del Perú y la Colonia Japonesa, Imprenta Eduardo Ravago, Lima, pp. 67‐71. 378
THORNDIKE Guillermo, Los imperios del sol. Una historia de los japoneses en el Perú. Visión del Perú Siglo XX, Editorial Brasa S.A., 1996, p. 49. 379
Antes de terminar la ceremonia de la colocación de la primera piedra, dos indígenas cuzqueños, que se hallaban en el tabladillo, solicitaron hablar, lo que les fue concedido. Véase, “Colocación de la primera piedra” en La Independencia del Perú y..., pp. 20‐21. En su inauguración, una comisión de indígenas colocó una corona de laureles. El señor Víctor Tapia, miembro de las Comunidades Indígenas del Perú, pronunciaría un discurso alusivo a la actividad. Véase, “Inauguración del monumento a Manco Cápac” en op. cit., pp. 48‐49.
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poder. La puesta en valor que reclama la intención del monumento nace en un contexto débil siendo el “fuerte”, el que paternalmente le atribuye su existencia.
Figura 173. En este plano se esquematizan los espacios públicos en verde, y en rojo la numeración que corresponde a: 1‐Plazuela de la Exposición. Primera propuesta de emplazamiento por la Colonia Japonesa, 1921. 2‐Primer emplazamiento del monumento a Manco Cápac, 1926. 3‐Último emplazamiento del monumento en la Plaza de la Victoria, 1938, donde se encuentra ubicado hasta el día de hoy. Las letras corresponden: A‐Plaza San Martín, B‐Parque Universitario, C‐Parque de La Exposición, D‐Parque de La Reserva. Con este plano se pretende señalar, que el espacio para los monumentos era justo en el límite del centro antes amurallado hacia la periférica zona construida y habilitada para las celebraciones, en la Zona de Santa Beatriz.
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No existe una real identificación con el contexto de donde viene el personaje ni con el personaje representado. Incluso aparece en la capital del Perú porque los japoneses al identificarse como “hijos del sol”, con el Inca, promueven su realización. Sin embargo, la inauguración del monumento trajo como consecuencia el reforzamiento de los movimientos indigenistas y la elaboración de estudios sobre el soberano inca. “Finalizada sus palabras un integrante del comité Pro Defensa de los Derechos Indígenas leyó un discurso, punto no previsto dentro del programa de la ceremonia.(…)380 El acto final programado fue la ejecución de un extracto de la ópera incaica “Ollanta”, del compositor peruano, José María Valle Riestra, mientras el Presidente y los miembros del cuerpo diplomático firmaban en el artístico álbum conmemorativo.(…) La inauguración del monumento trajo como consecuencia el reforzamiento de los movimientos indigenistas y la elaboración de estudios sobre el soberano inca.”381 En cuanto a su tipología corresponde al tipo de escultura figurativa y representativa mayormente representada en todos los otros personajes. La preferencia de la estatua como tipo escultórico en la obra conmemorativa se manifiesta abiertamente en el hecho de que casi todas las erigidas en Lima en este período adoptan la misma tipología. Son esculturas fundidas en bronce que se yerguen de pie sobre su pedestal, caracterizando con sus respectivos atributos a los personajes representados. Ese carácter mitológico, como en este caso, le viene heredado de la tendencia impuesta desde las Academias de las Bellas Artes de Europa. Nótese que el escultor David Lozano se inicia como dibujante en “El Perú Ilustrado” (1889). Tuvo a su cargo la parte gráfica en la obra “Galería de Retratos de los Gobernantes del Perú Independiente”, dedicándose a la escultura, guiado “tan solo por su propia iniciativa y genio creador.”382Pero en este período fue el escultor que recibió la mayoría de encargos, y el que ganó los concursos convocados para la realización de dos esculturas muy significativas para este período: la escultura ecuestre del Libertador General Sucre y la escultura al Inca Manco Cápac.
380
“La inauguración del monumento a Manco Cápac". En: EL COMERCIO, Ed. de la Mañana. Lima, 5 de abril de 1926. 381
THORNDIKE Guillermo, op. cit., p. 48.
382
ESTREMADOYRO ROBLES,Camila, Diccionario Histórico Biográfico. Peruanos Ilustres, Lima, Perú,1987, p. 257
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Con respecto a su emplazamiento se entrará a analizar la relación con el entorno, lo cual ayuda a un acercamiento para intentar comprender las pautas que eran manejadas desde el Ministerio de Fomento y Obras Públicas en la selección del espacio urbano y su correspondiente configuración. Existen varias maneras de abordar el tema, que se intentará clarificar desde una perspectiva contemporánea, ya que como dice Natalia Majluf: “El pasado es un país desconocido con distinta lengua, distintas costumbres sociales y una visión diferente de la condición humana”. El concepto de arte público y su inclusión en la ciudad puede ser visto como arte para la ciudad, arte en la ciudad y arte con la ciudad. La primera idea traduce una concepción objetual y desligada del contexto, la segunda solamente describe una situación determinada, y la tercera es una idea donde se presentan los dos elementos sujetos a una interacción complementaria y recíproca que da como resultado una integración con su ciudad. Lo que queda claro en este proceso de posicionamiento del lugar es que el concepto de “ornato y embellecimiento”, estaba más ligado a la primera opción, ya que la escultura pública no era emplazada en un sitio específico, porque no existía un plan concreto para su ubicación dentro de la ciudad. Eran las obras las que generarían una posterior correspondencia con el sitio. Sin embargo, cabe señalar que el monumento en el espacio urbano se alimenta de las características del lugar y su contexto para adquirir plenamente su dimensión simbólica. El Monumento al Inca Manco Cápac es el monumento que podrá pensarse como el emblemático del gobierno de Leguía y de la “Patria Nueva”, ya que es el primero que, como dice Alfonso Castrillón, utiliza elementos y ornamentación “incaica.”383 No obstante, lo que los hechos traducen no fue muy importante ya que ni siquiera la Comisión Pro Monumentos para las Fiestas del Centenario, tendría clara su ubicación. Esto induce a pensar que en este caso el gobierno toma la oportunidad de la propuesta, para la recuperación de valores nacionales. El espacio urbano es como un libro abierto en el que podemos leer la historia de la ciudad y comprender sus principios rectores. El Parque de la Exposición fue, en la época, un espacio público muy requerido, ya que era un centro de reunión social significativo e importante. Los alemanes quisieron instalar allí la Torre del Reloj, los japoneses quisieron ubicar también allí al Manco Cápac. Sin embargo, un monumento tan significativo tardó en encontrar un congruente acomodo espacial en la ciudad y terminó emplazado en una rotonda de la avenida Grau. 383
ALFONSO CASTRILLÓN, op. cit. p. 350.
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Respecto al tema que nos ocupa, en el mes de febrero del año 1929, Federico Elguera declara al diario El Comercio que, en lo relativo al monumento a Manco Cápac sugería formar con líneas rectangulares la plaza correspondiente y expresaba su deseo de esta manera: “Ojalá, que en esta ocasión, acepte la Municipalidad, el plan que le propongo. Para que finalmente se constituya una Plaza entre las Avenidas Grau y Santa Teresa,(llamada después Manco Cápac), ya que consideraba pertinente que, por razones de estética y de tráfico, se evitaran las curvas”384. Palabras que son una reiteración de las que había expresado a I. Morimoto, a quien diría que en este caso, al ubicarse “en el cruce de dos grandes arterias, se impone la forma cuadrangular.”385 “La Colonia Japonesa residente en el Perú ha querido expresar su sentimiento de afecto y adhesión al país, obsequiándole, al conmemorarse el Centenario de la independencia nacional, con un monumento artístico que perpetúe, en el bronce, el recuerdo del fundador del Imperio de los Incas. (…)Manco Cápac, héroe epónimo o símbolo de una raza superior, realiza el sincretismo de grandes virtudes y se caracteres mentales, que lentamente se desenvuelven en una raza a través de milenios. (…)”386
384
ELGUERA, Federico, “La Nueva Plaza Manco Cápac”. en CIUDAD Y CAMPO, Año III, Nº 16. Lima, febrero de 1926, p. Suplemento II.
385
La Independencia del Perú y..., p. 69.
386
“El monumento a Manco Cápac”, Revista VARIEDADES, Año XVIII, 2 de setiembre de 1922, núm. 757, p. 1952.
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Figura 174. Monumento a Manco Cápac, 1927 donado por la colonia japonesa y emplazada en la Avenida Grau.
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NUEVOS MONUMENTOS PARA LA CIUDAD
Figura 175. El signo de Libra. V. Gajassi, escultor italiano, 1857, y el signo de Capricornio, de autor no identificado, Alameda de Los Descalzos, distrito del Rímac.
Con los europeos387, llegaron a Lima las esculturas de cuerpos idealizados, que más adelante, en la República, fueron emplazadas en el Distrito del Rímac, en la Alameda de los Descalzos, construida en 1611 por el Marqués de Montesclaros.En 1859, esta se re‐inauguracon doce esculturas traídas de Italia, que representan los signos del zodíaco, que sin ser monumentos, están colocados en la alameda del Rímac con un sentido decorativo y ornamental. Es uno de los primeros espacios donde se emplaza la escultura pública en la capital. Aparecen luego los cinco monumentos mencionados en los primeros capítulos de la tesis tales como el monumento al Combate Dos de Mayo, que consiste en una columna rostral, el monumento ecuestre a Bolívar, el monumento a Colón, el de Raimondi. Desde la colocación del monumento a Francisco Bolognesi, en 1905, la ciudad vive una suerte de
387 Parte de este análisis se basa en el estudio previo de Hamann, y Crousse. Inventario del Arte Público de Lima. Trabajo del DEA del programa de doctorado y que recibió el premio a la investigación en la Facultad de Arte (2009), por parte del vicerrectorado de Investigación de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ver también BONILLA DI TOLA, E (Dir.). Lima y el Callao. Guía de Arquitectura y Paisaje. Lima‐Sevilla. Universidad Ricardo Palma, 2009.
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parálisis monumental hasta que a partir del año 1919, con el gobierno de Leguía, un repertorio sin precedentes invade la ciudad. Monumentos que representan a personajes históricos, mitológicos, alegóricos y militares, que congelados en su materialidad se pueden ver y reconocer haciendo un recorrido por las calles de Lima. Se trata de estatuas muchas veces imperceptibles porque no están bien ubicadas en el espacio que los hospeda, lo cual impide se les perciba en su verdadera dimensión, cuando la relación con el contexto urbano es fundamental para contemplar en su ubicación la significación de ejes, alineamientos, perspectivas y contexto. El arte público con la arquitectura y el diseño urbano aplicado son parte integrante del área urbana, caracterizando el espacio. En los veinte y tres monumentos de Lima 1919‐1930, registrados en la época de estudio, se utiliza la figura humana como medio de representación, tanto para representar al héroe como para significar conceptos abstractos. En su mayoría situados sobre pedestales verticales, lo cual les otorga monumentalidad, el basamento es el elemento arquitectónico que sirve como mediador entre el suelo y su contexto.Los hay de pie, sedentes, bustos, ecuestres, obeliscos, monumentos de tipo civil, de tipo militar, de tipo histórico, de tipo alegórico. También hay fuentes con grupos escultóricos de bronce y de mármol. Esculturas monumentales figurativas, como en muchas ciudades de Europa, Norteamérica y Latinoamérica.
DOS MONUMENTOS ECUESTRES Dos de los monumentos emplazados en los espacios urbanos más significativos son ecuestres. Uno en la Plaza San Martín dentro del perímetro del centro y el otro en la Plaza Sucre en el Parque de la Reserva. El de la Plaza San Martín, 1921, rinde homenaje al libertador de la Independencia del Perú Don José de San Martín, y se inaugura dentro de las celebraciones del primer centenario. (Ficha 03)El otro, el dedicado a Don Antonio José de Sucre 1924, rinde homenaje al centenario de la Batalla de Ayacucho. (Ficha 14) Como es conocido, una de las primeras estatuas ecuestres de la cual se tiene referencia dentro de la conformación de una ciudad, es la escultura anónima a Marco Aurelio388, ubicada en Roma. Pero es solo 388
Estatua ecuestre de Marco Aurelio. Escultura anónima Roma realizada en bronce, data del 161‐180 aproximadamente, después de Cristo. Medidas 4.24m.
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cuando Miguel Ángel la coloca en un espacio público, diseñando la plaza, y la alinea con ciertos ejes, que le otorgan una proporción en relación con el entorno, y le confiere con su teatralidad, una historia — en el lugar. A partir de entonces se dictarán las pautas de las próximas estatuas ecuestres dentro de la tradición de la monumentalidad cívica. Miguel Ángel al trasladar, en 1538, el Marco Aurelio a la Plaza del Capitolio389, y rodearlo de una arquitectura bien pensada en un espacio cuadrado, abierto por su lado principal, sabía que era el emplazamiento perfecto para el triunfador a caballo. La visión de Miguel Ángel abre una nueva conformación del espacio público: la plaza de planta cuadrada, donde deberá ser ubicada al centro y enmarcada dentro de un conjunto arquitectónico armónico. Tal vez esta tipología escultórica no hubiese cobrado relevancia simbólica dentro de la historia del arte si no hubiese sido por la narrativa urbana creada por Miguel Ángel. Este tipo de escultura pública inaugurada en el Renacimiento ha transitado desde el siglo XVI hasta el siglo XX por casi todas las ciudades del mundo. Su función es siempre conmemorar390 un momento glorioso de la nación, con un monumento que exalte al héroe, instalándolo dentro del escenario físico del espacio urbano de la ciudad. Es una conjunción narrativa que se arraiga en el diseño de las ciudades. Este mismo esquema se repite, logrando transmitir el mismo impacto social que 389
Al respecto puede consultarse AUZELLE, Robert. Técnicas del Urbanismo. Editorial Universitaria de Buenos Aires. 1959; BENEVOLO, L. Diseño de la ciudad, vol. 4. Barcelona, Gustavo Gili, 1979; GIEDON, S. Space, Time and Architecture (1941), diversas ediciones; MORRIS, A. E. J. Historia de la forma Urbana, desde sus orígenes hasta la Revolución Industrial. Barcelona. Gustavo Gili, 2007; REMESAR, A (Coord.) Do projecto ao objecto. Manual de Boas Práticas de Mobiliario Urbano em Centros Históricos. Porto. Câmara Municipal‐Proyecto Atlante, 2005; Gauthiez, B (Dir.): Espace Urbain. Vocabulaire et morphologie. Paris. Editions du patrimoine, 2003 390
Habitualmente se consideran estas obras desde la perspectiva de la conmemoración. Sin embargo los recientes trabajos del Grupo Arte, Ciudad, Sociedad (proyectos HAR2009‐13989‐ C02‐01 y HUM2006‐12803‐C02‐01 del MEC español) evidencian otra lectura: la de la Advocación. LA ADVOCACIÓN POR SU ORIGEN
RELIGIOSA
SEGLAR
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ECLESIÁSTICA REAL CIVIL
POR LAS REPRESENTACIONES ADOPTADAS
INSTITUCIONAL
POPULAR
RELIGIOSA PAGANA EMBLEMÁTICA RETRATO REAL
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configura el binomio del caballero con su caballo en el centro de una plaza, y avanza hacia una perspectiva abierta a alguna dirección. Es el héroe, el prócer, el libertador representado glorioso, triunfante sobre su doble pedestal, el que por su proporción contribuye a elevarlo, convirtiendo al enaltecido en un símbolo que se advierte inaccesible para su pueblo. La Plaza San Martín, la cual como se ha visto en la tercera parte de esta tesis, aparecería para nuclear un nuevo centro de poder que represente su nueva ideología, articula y aplica la estatua ecuestre como símbolo estatal a la vez que como espectáculo. La coloca también en el centro de la plaza, emergiendo en lo espacial, permitiendo tan solo a sus alrededores fondos arquitectónicos. Todas estas características de una gran espectacularidad, revelan en su planteamiento escenográfico y teatralizado una influencia totalmente europea. El otro caso, emplazado en un entorno natural, dentro del perímetro del Parque de La Reserva, se yergue fuera del primer cinturón que marcaba los límites de la primera ciudad, en ese nuevo territorio en expansión. “Otra solución de la estatua ecuestre es la española, también barroca, de Felipe III surgiendo de una cortina de follaje y floresta, obtenía un relieve quizás superior de un definitivo emplazamiento, y por supuesto quedaba muy acorde con la estética de su tiempo” (…) “Posteriormente la estatua ecuestre se ha vulgarizado y minimizado, acabando por desaparecer. Así tenía que ser, dada su dilatada historia”.391 Son dos propuestas significativas que develan su importancia y los móviles de configuración de ciudad en el período de Leguía.
391
GAYA NUÑO, Juan Antonio. “La estatua ecuestre en el barroco”.
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Figura 176. Plano que esquematiza la ubicación de los dos monumentos ecuestres del período del Oncenio de Leguía, en verde la zona del Centro, (Lima Fundacional), Plaza San Martín, Monumento a San Martín. Y en rojo la nueva zona de Santa Beatriz, Plaza Sucre dentro del Parque de la Reserva, Monumento a Sucre.
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PERSONAJES ILUSTRES Dentro de los parques y plazas se encuentran también monumentos que rinden homenaje a catedráticos, sacerdotes y personalidades influyentes dentro de la educación, la ciencia y la cultura. Este rasgo característico muestra también que en la época existía una sociedad civil ilustrada. Estos monumentos se mencionarán en orden cronológico usando el dato de la inauguración, es decir la fecha de entrega a la comunidad ciudadana. Estos son: .
Ricardo Palma: 1921.
Busto colocado en la primera cuadra de la Avenida Leguía (hoy Arequipa), realizado por el escultor nacional Luis Felipe Agurto Olaya, quien se considera: “logra interpretar con acierto y con cariño la imagen del homenajeado.”392 Agurto, asumió el modelado del retrato y su interpretación, la fundición y el anclaje. La decisión de la realización del primer monumento a Ricardo Palma es iniciativa de los vecinos de Miraflores, ciudad donde pasara sus últimos días el tradicionista. Es una escultura en bulto, un busto que representa a un personaje masculino anciano. Presenta bigotes y está envuelto en un manto que lo cubre desde el cuello. El personaje se encuentra ubicado 392
“Monumento a Don Ricardo Palma”, MUNDIAL, Año II, 18 de febrero de 1921, núm. 43.
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sobre un pedestal de granito y la representación estilizada de un libro abierto(Ficha 01) Bartolomé Herrera: 1922.
Es una escultura que representa al sacerdote sentado sobre una cátedra. Está realizada en bronce y anclada en un pedestal de mármol sobre una placa de granito. Se encuentra ubicada en el Parque Universitario y fue realizada por Manuel Piqueras Cotolí y Gregorio Domingo, ambos escultores españoles. (Ficha 07)
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Juana Alarco de Dammert: 1922 Busto de bronce ubicado en el Parque Neptuno, sobre un pedestal de piedra de forma trapezoidal rematado en volutas. Realizado por el escultor peruano David Lozano. Juana Alarco, quien naciera en 1842, fue la fundadora de la “Gota de leche de los Naranjos”, primera institución en su género en Lima que sirvió de sustento material y moral a los pequeños que no gozaban del afecto de una maternidad normal o que eran hijos abandonados. (Ficha 08).
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Sebastián Lorente: 1924.
Es una escultura que representa al maestro Sebastián Lorente, de pie. Está anclado en un pedestal de granito. Ubicada en el Parque Universitario, es un homenaje al sabio y educador, que formó varias generaciones en las aulas del Colegio de Guadalupe. La escultura de bronce, en la que aparece erguido, es obra del artista nacional Luis Agurto (Ficha 12).
Federico Villarreal: 1926.
El monumento a Federico Villarreal es un busto que representa al sabio. El personaje se halla ubicado sobre un pedestal de granito donde se ve un altorrelieve con una alegoría a la sabiduría, que es representada por una mujer desnuda de tamaño natural, estilizada, con evidentes ornamentos Art déco, que podrían pasar por iconografía incaica. Está situado en el Parque Federico Villarreal, Puente de los Suspiros, en el
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distrito de Barranco. Hay referencias de que a fines del siglo pasado la plaza era denominada Alfonso Ugarte y posteriormente Plaza Bolívar. Finalmente tomó el nombre del eminente sabio lambayecano quien había vivido en esta zona. La Plazuela servía de sector de intercambio entre la zona norte de La Ermita con el Parque Municipal y la Bajada de los Baños. Villarreal escribió sobre los Baños de Chorrillos, el Ferrocarril Inglés, el Faro Palomino, los puentes sobre el río Rímac y sobre la corriente Humboldt. Solía sentarse a escribir en esta misma plaza donde actualmente se emplaza el monumento393. El monumento fue ejecutado por el escultor nacional Artemio Ocaña Bejarano (Ficha 18).
Ramón Espinoza: 1926.
Es un busto que representa al maestro y está anclado en un pedestal de granito de forma rectangular. Está ubicado en la cuadra 12 del Jr. Ancash, actual Plazuela Ramón Espinoza, en los Barrios Altos. Es un homenaje al educador, a su larga carrera y a su apoyo a la clase trabajadora. El busto fue realizado por el artista Artemio Ocaña. La fundición se llevó a cabo en la Escuela de Artes y Oficios de Lima (Ficha 19).
393
RODRIGO FERNÁNDEZ, Javier E., Barranco eterno, 1874‐1994, pp. 103‐104
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Mateo Paz Soldán: 1930
Escultura que representa al sabio sentado sobre un sillón en actitud contemplativa, colocado sobre un pedestal de granito. De un claro estilo neo peruano, género que caracteriza la obra de Manuel Piqueras Cotolí. Tiene como características particulares, en la parte alta del pedestal, relieves en la piedra con un fuerte acento precolombino, y cabezas clavas estilizadas de origen chavinoide colocadas en la base del mismo. El monumento, se considera una obra conjunta del artista Piqueras Cotolí y del escultor peruano Ismael Pozo Velit. La escultura está ubicada actualmente en el Parque de la Exposición (Ficha 21).
José Faustino Sarmiento: 1931.
Escultura que representa al educador y político argentino, de pie. Está anclado sobre un pedestal de mármol. Ubicada en la pequeña plaza que lleva su nombre, y hace esquina entre dos avenidas que corren paralelas a la Avenida Leguía, sobre la Av. República de Chile, en el barrio de Santa Beatriz. La obra en bronce fue un obsequio de la Municipalidad de la Metrópoli del Plata a la ciudad de Lima, y fue ejecutada por el escultor argentino Héctor Rocha. En la base de la escultura se consigna el nombre del autor y la fecha 1929 que se presume es la fecha en que terminó la ejecución de la obra. Sarmiento impulsó la educación pública y contribuyó al progreso científico y cultural de su país. (Ficha 22).
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Hipólito Unanue: 1931.
Es una escultura sedente, sobre un pedestal de mármol enclavado sobre un basamento de piedra. La colocación de la primera piedra para el monumento a Hipólito Unanue, científico y político peruano (1755‐ 1833) se efectuó el año 1920. Ubicada en el Parque Universitario, lugar donde al hacerse el trazo se planeó erigirla. El escultor Piqueras Cotolí creó el modelo en barro, en 1920, y luego pidió la colaboración del artista Ismael Pozo Velit. La estatua de mármol de Carrara fue ejecutada en Italia, en 1928. El pedestal fue obra de José M. León, el mismo que fuera reconstruido en 1927. La idea de la escultura surgió de la Federación de Estudiantes que, en 1918, decidió honrar la memoria de Bartolomé Herrera, llegándose al acuerdo, a su vez, de erigir la estatua de Unanue. Proclamada la Independencia del Perú, Unanue se había ocupado del Ministerio de Hacienda. (Ficha 23)
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UNA EVALUACIÓN DEL PROGRAMA MONUMENTAL El rasgo característico del programa es que casi todos los monumentos fueron realizados por escultores importantes, que fueron encargados en su mayoría desde el Estado y con su financiamiento. Los materiales que se utilizaron fueron los materiales tradicionales para la escultura monumental, bronce y piedra. En algunos casos se trajo el mármol, desde Italia y en otros incluso, como en el caso de Hipólito Unanue, se realizaron allá. El bronce y la piedra son materiales sólidos y perdurables, pensados dentro de la concepción artística con el propósito de inmortalizar no solo la memoria del homenajeado sino que físicamente, a través del arte, se consolide su representación quedando fija en la historia. La idea de Ars longa, Vita brevis seguía latente, actitud que muestra una convicción sobre la conciencia de estar haciendo ciudad, para el futuro y una fe en las posibilidades y en la trascendencia del arte. En el grupo de monumentos descritos anteriormente se ven representados intelectuales, maestros influyentes en la consolidación de una nación independiente, que con su aporte han contribuido a enriquecer culturalmente el país. El rendir homenaje a estos personajes muestra la tendencia de la época, por parte de una sociedad mucho más laica y cívica, con apertura mental y un gran respeto por el conocimiento, el arte y la cultura. Se ven representados también dos precursores de la Independencia que, aunque sin ser locales representaron la gesta de un grupo humano que luchaba por la libertad y por el reconocimiento de su autonomía. También está personificado el Inca, que significa el pasado glorioso de un gran Imperio, lo que condensa la ascendencia de una cultura importante, una raza fuerte. Una imagen del Inca a quien rendir homenaje, tratando de demostrar así, el cambio y la renovación de una ideología y la intención de rescatar una identidad que nos distinga, enalteciendo valores de identidad y conciencia de la autonomía del país394. Es como si, al leer todo este imaginario materializado dentro de las plazas públicas, hubiera un afán de cátedra política, más también la necesidad de mostrar una madurez como nación. Sin embargo, aunque 394
Revista VARIEDADES Año XVIII, 2 de setiembre de 1922, núm. 757, pp.1952.” El monumento a Manco Cápac, “La inauguración del Monumento a Manco Capac". En: EL COMERCIO. Lima, 4 de abril de 1926, p. 6.”Guillermo Thorndike, Los imperios del sol. Una historia de los japoneses en el Perú. Visión del Perú Siglo XX, Editorial Brasa S. A., 1996, p. 49.
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Leguía evidencia un comportamiento ambiguo con respecto a la posición nacionalista, ya que por un lado ofrece el discurso de la “Patria Nueva”, y por otro un discurso de modernización con el que permite el ingreso de capitales norteamericanos que terminarían por endeudar al país. Como dice Margarita Guerra “inversiones costosas en base a nuestra capacidad de endeudamiento.”395 Instala al Perú en una etapa de ruptura y transición hacia la generación de un nuevo concepto de ciudad. En esa época se podía todavía percibir Lima como una ciudad que empezaba a generarse sobre un valle costero en el desierto, y leer su planificación, figurarse los primeros trazos sobre el territorio, y vislumbrar las perspectivas donde se ubicarían los monumentos. Era una Lima elegante, con hermosos parques, grandes avenidas, plazas bien conformadas y monumentos de gran valor artístico. La conciencia estética por el ornato de los espacios públicos tenía un espacio en las esferas de la clase dominante y la pertinencia en la selección de las comisiones evaluadoras de los proyectos estaba conformada por personalidades ligadas al ámbito del Estado, con un criterio estético refinado según las tendencias del arte europeo. El artista plástico operaba con el gobierno desde su quehacer como creador y constructor de nuevos íconos para esta nueva ciudad, teniendo conciencia de que rescataba una identidad y la instalaba en los espacios públicos que empezaban a aparecer. Desde la Escuela de Artes y Oficios, Francisco Alayza y Paz Soldán, quien fue su director en 1915, y el maestro genovés Libero Valente, profesor destacado en esta escuela, fueron quienes contribuyeron aelevar el nivel de la institución, fortaleciendo los caminos de la creación artística complementada con una excelente formación artesanal. De esta escuela salieron fundidos en bronce la mayoría de los monumentos de la época, que podemos ver emplazados en las calles de Lima.
395
GUNTHER DOERING, Juan y LOHMANN VILLENA Guillermo. Lima, 1992, p. 150.
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Figura 177. Todos estos nuevos monumentos fueron emplazados también en la misma zona entre el límite de Lima centro y Santa Beatriz, resaltada en rojo sobre el plano. En verde el límite demarcado por el Paseo Colón y la Av. Grau. La Fuente China en el Parque de la Exposición. Juana Alarco de Dammert y Manuel Candamo en el Parque Neptuno, y el monumento a Sucre en la Plaza Sucre dentro del Parque de la Reserva. Washington en la Plaza Washington, Sarmiento en la plazuelita Sarmiento y Petit Thouars en la Plaza Petit Thouars.
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396
Figura 178. Escuela de Artes y Oficios.
Desde la Escuela de Bellas Artes fueron Manuel Piqueras Cotolí y José Sabogal quienes inculcaron y formaron artistas capaces de involucrarse con su época y su ciudad. En la escultura el maestro más influyente fue Piqueras Cotolí, desde sus aulas como profesor, y en la Escuela de Artes y Oficios, donde ocupó el año 1931 el cargo de asesor y consultor artístico. Pero fue principalmente en la ornamentación arquitectónica donde Piqueras imprime el uso del arte prehispánico como modelo del nuevo arte. En la escultura, en cambio, se mantiene sujeto a los cánones de representación de la escultura clásica tradicional. Sus alumnos fueron Ismael Pozo, ‐con quien trabajaría muchos de sus encargos‐ así como también Camilo Blas, Julia Codesido, y Elena Izcue, artistas todos de primer nivel, que venían madurando en ellos la necesidad de consolidar la idea de que la cultura de nuestro mundo andino necesitaba ser reivindicada. Piqueras Cotolí representa en el Perú de los años veinte al artista que nuclea los lineamientos estéticos del quehacer escultórico reflejado en los monumentos y espacios públicos. Su influencia y su origen español lo ubicaron en el centro mismo de las tomas de decisión para elegir a escultores y proyectos de monumentos, ya que integró siempre, desde el año 1921 hasta el año 1931, el del Jurado Calificador de casi todas las comisiones artísticas convocadas por el gobierno. Se puede 396
El Perú en el Primer Centenario de su Independencia (Peru in First Centenary of Independence), Société de Publicité Sud‐Américaine Mont Domecq & Cie. Ltd., Buenos Aires, 1922, p. 210.
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observar también nombres de escultores españoles que estuvieron muy ligados a Piqueras a lo largo de su vida y que fueron los que, más adelante, realizarían los monumentos que se levantaron en la ciudad de Lima desde los años 20 hasta los años 30. Estos artífices españoles de la creación de los monumentos públicos de la época fueron, entre otros, Gregorio Domingo, Mariano Benlliure, Victorio Macho.
397 Figura 179. Manuel Piqueras Cotolí, trabajando en el Monumento a Hipólito Unanue, Lima, 1921. Realizando en su taller el monumento a Hipólito Unanue, el cual realizara conjuntamente con el escultor peruano Ismael Pozo.
397
WUFFARDEN, Luis Eduardo, “Manuel Piqueras Cotolí, Neo peruano de ambos mundos” en Piqueras Cotolí (1885‐1937) Arquitecto, Escultor y Urbanista entre España y el Perú, Museo de Arte de Lima, 2003, pp. 23‐60.
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Figura 180. El Presidente de la República en la exposición de trabajos de la escuela de Bellas Artes. En primer término la estatua de Don Bartolomé Herrera modelada por el escultor español, Gregorio Domingo.
Figura 181. Escultor Benjamín Mendizábal, (1876‐1957).Fue el realizador de los relieves del monumento a Manco Cápac. Escultor peruano nacido en el Cuzco, hizo sus estudios en Europa, es el escultor cusqueño más importante de la época republicana.
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Figura 182. Escultor David Lozano, (1865‐1936), fue el realizador del monumento ecuestre en homenaje al Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre, Juana A. de Dammert y del monumento a Manco Cápac, con la colaboración de Daniel Casafranca y Benjamín Mendizábal. Realizó también muchas obras en provincias como por ejemplo en Huánuco, Ayacucho, Arequipa y Chiclayo. Escultor peruano nacido en el Callao.
Entre los escultores peruanos que trabajaron la mayoría de los monumentos encargados en este período, sobresalieron David Lozano, Benjamín Mendizábal, Artemio Ocaña, Luis F. Agurto e Ismael Pozo quien trabajaría con Piqueras Cotolí los monumentos a Hipólito Unanue y el monumento a Mateo Paz Soldán e incluso en Sevilla el Pabellón del Perú de la Feria Internacional del año 1929. Todos fueron escultores que compartieron con su protagonismo una razón de ser en la época que les tocó vivir. Estuvieron formados por artistas europeos y muchos de ellos formados también en Europa. El dibujo, el modelado y la talla en piedra fueron aprendidos a cabalidad. La tendencia hacia la representación, así como la composición tradicional del bloque monumental y del conjunto, fue un patrón que marcó la pauta para la concepción de todos los monumentos vistos en este período. Incluso la narrativa que configuraba la obra como documento histórico, también fue representada con relieves en el pedestal, vinculando al personaje representado, como en el Manco Capac y como en el caso de Sucre, al suceso conmemorado.
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La influencia decimonónica monumental había recaído sobre muchas ciudades latinoamericanas que, por coincidencia, celebraban también su fiesta de aniversario, motivo que reforzó la implementación de monumentos en los espacios públicos que, como nos dice Rodrigo Gutiérrez Viñuales, “La escultura monumental vino a cubrir varias necesidades de los gobiernos y nuevos países. Contribuyó a la “urbanización” simbolizando a la vez el “adelanto cultural” de los mismos, promovió a los próceres considerados dignos de ser imitados y expresó emblemáticamente la obra pública de gobiernos de tinte liberal y europeizante a través de la transformación estética de las ciudades.”398 El esforzado afán naturalista de los escultores no proporcionó mayores acentos creativos a los planteamientos monumentales de la época, pero cabe resaltar que sí imprimieron en sus retratos su buen arte al configurar anatómicamente los rasgos más distintivos de su representado, así como también un buen conocimiento del ritmo, de la proporción y de la expresión de la figura humana. Lograron asir en el conjunto una calidad integradora y armónica. Escultores como Artemio Ocaña o Luis F. Agurto fueron un poco más lejos al utilizar elementos modernistas dentro de su composición. En el caso del monumento al poeta y escritor Ricardo Palma, conocido por su obra Las Tradiciones Peruanas, se arriesga una impronta de Romanticismo al generar en el modelado una textura vibrante dentro de un movimiento ascendente y espiralado que refuerza con los pliegues de la capa. Este busto apoya además sobre un libro abierto, elemento con el que refuerza la identidad del escritor. Artemio Ocaña, en el monumento al sabio Federico Villarreal, lo posa también sobre un libro de tapas gruesas y rodeadas por una corona de laureles, hojas y flores. En esta ocasión el libro está cerrado y se podría interpretar como el compendio de toda la obra creativa del escritor. El tratamiento del retrato muestra una libertad que le permite otorgar frescura y naturalidad. Las hojas y flores decorativas bien podrían ser la influencia de sus maestros italianos. Pero lo que sobresale del conjunto es el relieve adosado a la parte delantera del pedestal, que consiste enla representación de una imagen femenina desnuda de cuerpo entero, casi de tamaño natural,con los brazos alzados y sosteniendo entre sus manos una antorcha encendida. La utilización de la forma humana realista para encarnar una idea, era entonces el medio tradicional de la escultura para alegorizar el concepto que se quiere exaltar. En este monumento la alegoría representada es la sabiduría. La mujer con las alas plegadas porta una llama encendida e iluminadora. Sin embargo,capta la atención 398
GUTIÉRREZ VIÑUALES, Rodrigo, Monumento conmemorativo y espacio público en Iberoamérica, Cuadernos Arte Cátedra, 2004, p.17.
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la estilización de la figura, donde se reconoce la búsqueda de nuevos elementos como, por ejemplo, la representación de las plumas de las alas, utilizando elementos escalonados y geométricos propios del Art déco. Sin embargo, también encontramos una mezcla de influencias tradicionales,modernas y simbolistas, que nos remiten a unestilo ecléctico. Esta figura fue la que focalizó la atención para tratar de investigar sobre los elementos iconográficos utilizados en algunos monumentos de entonces, ya que por su desnudez y ornamentos bien podría encontrarse una marcada intención indigenista. Sin embargo, luego del análisis, se acerca más a la verdad el señalar también su influencia europea, por estar utilizada como alegoría. El escultor hizo un proceso interesante desde la concepción de su monumento, en su primer bosquejo(1924). Primero lo plantea como un pensador y sin alegoría, dato que se ajusta al documento encontrado relativo a la construcción del monumento. ¿En qué momento del desarrollo del escultor aparece esta imagen y porqué? Nunca sabremos cuál o cuáles fueron los motivos de la elección de tal o cual configuración en los monumentos. Los escultores no han dejado por escrito sus reflexiones plásticas, lo que impide conocer a ciencia cierta, o por lo menos acercarnos un poco más a, las razones de sus búsquedas artísticas. Este es un problema que no se aclarará en esta tesis. No se podrá desentrañar el misterio de cuál sería la búsqueda de sus procesos artísticos, qué perseguían en su quehacer escultórico,cuáles serían sus tendencias, y qué escultor, o quiénes serían sus paradigmas. Estos monumentos quedarán como testigos mudos, posesionados en el territorio de la capital, imperecederos por su material, significativos por su valor histórico, indescifrables en lo más hondo y como una renovada visión hasta que los estudiosos aporten, con su análisis, mayores interpretaciones. Imaginar este período del proceso urbano de Lima como un paisaje constituido con la presencia de elementos que simultáneamente la configuraban, donde emergen avenidas entre plantaciones, bosques y barrios de arquitecturas de estilos europeos, es un ejercicio que nos devuelve ilusamente la calma sobre una ciudad imposible de recuperar. Sonestos monumentos vestigios de una época, los que encarnaron en su materialidad la idiosincrasia de la ciudad capital. Actualmente se hallan sumergidos dentro de una transformación más de Lima, quedando absorbidos dentro de un caos de tendencias, estilos, concepciones y parámetros sin ningún criterio estético.
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399 Figura 183. El boceto elaborado por el escultor Artemio Ocaña, para la realización del busto de Federico Villarreal. 400 1 399
AMTC. Expediente relativo a la construcción del Monumento a Federico Villarreal. 1924‐1926, f. 2. Busto de Federico Villarreal.
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401 Figura 184. Escultor Artemio Ocaña (1894‐1980) . Ingresa a los 16 años a la Escuela de Artes y Oficios, siendo alumno del escultor italiano Libero Valente. En 1919 el gobierno lo envía a Europa para que profundice su carrera ingresando al instituto Superior de Bellas Artes de Roma. A su llegada al Perú asume la jefatura de la sección de Escultura en la Escuela de Artes y Oficios.
Figura 185. Relieve adosado en la parte delantera del pedestal. Monumento a Federico Villarreal.
401
Foto del Diccionario biográfico de figuras contemporáneas, Tomo II, de Carlos A. Barreto y Germán de la Fuente Chávez, Talleres Gráficos de la Penintenciaría, Lima, 1928, p. 254.
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BUSCANDO “LA PATRIA NUEVA”: IDENTIFICACIÓN DE ELEMENTOS ICONOGRÁFICOS PREHISPÁNICOS.
Del recorrido que se hiciera por todos estos monumentos del período objeto de estudio, con la intención de identificar y reconocer cómo se manifiesta la idea de la “Patria Nueva” —en el sentido de su alusión iconográfica a las culturas prehispánicas— para reivindicar un nacionalismo como identidad, se afirma que en el planteamiento y estructura general de su concepción no se ha introducido ningún elemento que modifique ni altere el modo tradicional de abordar compositivamente la idea del monumento concebido según patrones europeos.402 En su relación con el entorno, en la elección del espacio de emplazamiento, en la configuración del espacio urbano en relación con el monumento, y en su ubicación en parques y plazas, tampoco se encuentra ninguna característica que revele su singularidad. Donde sí se encuentra alguna relación es en la forma de los pedestales del monumento a Sucre y a Manco Cápac, realizados por el escultor David Lozano. Estos sí revelan una intención de monumentalidad asociada a las construcciones de la época del Incario, además de introducir la forma piramidal y escalonada, conformada por bloques de piedras. La arquitectura monumental del Incario corresponde al período temporal de 1450‐1532 después de Cristo. Evidentemente la arquitectura peruana no comienza con los incas, ya que existieron manifestaciones más tempranas como en Chavín de Huántar, donde también se usó magistralmente la piedra para sus construcciones, cuyos vestigios mejor conservados se remontan al primer milenio antes de Cristo, siendo anteriores en más de 2,000 años a Machu Picchu403. El material de construcción que caracteriza la arquitectura del Incario es la piedra. Fue trabajada de forma admirable por los canteros incaicos, sobresaliendo en los distintos ordenamientos o aparejos, en los bloques de piedra para la construcción de los muros. Las piedras eran primero trabajadas individualmente y luego se iban encajando, unas con 402
Podríamos observarlos en los ejemplos que da F. Elguera cuando se explaya en la diferencia entre plaza y jardín. “Plaza y jardín, son cosas distintas que en ciertos casos pueden juntarse, pero que son siempre completamente uno de otra. / En París, por ejemplo, ciudad modelo de belleza urbana, los árboles, las plantas y las flores, tienen sus bulevares, sus parques y jardines; pero sus grandes plazas, ostentan solo sus monumentos. / Allí la Paz, de la Concordia, la de Vêndome, de la República, la Estrella, etcétera.” Véase, La Independencia del Perú..., p. 70. 403
KAUFFMANN DOIG, Federico. ”Historia General de los Peruanos” 1/ El Antiguo Perú. Ediciones Peisa, Lima, 1986, p. 650. Ver también CANZIANI, J. Ciudad y Territorio en los Andes. Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima, 2009.
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otras, exactamente como si se tratara de armar con ellas un mosaico. Es esta apropiación la que vemos en los pedestales de granito de los dos monumentos que, con aristas limpias conjugadas y con esa simulación de piedras encajadas, le otorgan al conjunto una solidez y presencia de las construcciones incas.
Figura 186. Basamento y pedestal del monumento a Sucre. (Ficha 14)
Figura 187. Pedestal del Monumento a Manco Cápac. (Ficha16)
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Figura 188. Dos maneras de encajar las piedras (aparejos incaicos), en la arquitectura Inca para la 404 construcción de muros. Cuzco, Perú.
Figura 189. Portada incaica –colonial con dintel decorado con serpientes, en la casa de Teófilo 405 406 Benavente , en el Cuzco.
Encontramos en el dintel de la casa de Benavente el mismo diseño tallado sobre la piedra de dos serpientes encontradas que en el monumento a Manco Cápac. No se puede precisar exactamente si es un portal montado con piedras incas o si corresponde realmente a alguna construcción de la época.
404
KAUFFMANN DOIG, op. cit., p. 654.
405
Teófilo Benavente Velarde (1917–1989). Historiador cuzqueño, educador, artista pintor, luchador social y ferviente defensor del Patrimonio artístico del Cuzco. 406
KAUFFMANN DOIG, op. cit., p. 665.
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También se han encontrado en algunas expresiones líticas del Altiplano del Titicaca en Puno, monolitos con motivos simbólicos como, por ejemplo, el de esta serpiente bicéfala. El Amaru, o serpiente ritual está asociada a Illapa, al rayo que dibuja con su luz la constelación de la serpiente, y la serpiente bicéfala representa la dualidad del ciclo biológico, su finitud y su permanente renovación. Se trata de la correspondencia de los contrarios407. Abajo tallada directamente sobre la piedra, se hallan dos serpientes, que por su forma y sentido de composición revelan claramente en el friso que compone el conjunto monumental de Manco Cápac la utilización de iconografía prehispánica. Esta se encuentra en el basamento, en los lados derecho e izquierdo del monumento. Consiste en una piedra horizontal cuyo interior está totalmente rebajado, tallando en piedra un alto relieve de dos serpientes ondulantes confrontadas. La serpiente es también (…)”el agua transparente de la vida, la sangre y savia del árbol de la vida, el origen”408.
407
RUÍZ DURAND, Jesús. Introducción a la iconografía andina 1, Banco de Crédito/Compañía Minera Antamina S.A., Ikono Multimedia S.A., Lima, 2004, p. 86. 408
RUÍZ DURAND, op. cit, p. 200.
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Figura190. Vista frontal del Monumento a Manco Cápac, donde se ven a los dos felinos a los lados.
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Figura 191. Este otro altorrelieve ubicado en la cara frontal del monumento es una representación estilizada de un felino de perfil con el rostro dirigido al frente. Esta representación se ubica en los dos bloques laterales del basamento y está realizada directamente sobre la piedra. Es otro elemento iconográfico resaltante del conjunto con claras alusiones a la iconografía prehispánica.
Esta representación del felino ejecutada en forma realista ha sido encontrada en los monolitos de la cultura Chavín, que aparece en el período llamado formativo medio, 1200 antes de Cristo y en una laja de la cultura Recuay 100 a 650 después de Cristo.
Figura 192. Felino de Chavín de Huántar 2,000 A.C. Relacionado iconográficamente con los felinos pintados de Sechín 1,800 A.C.
Figura 193. Felino hallado en una litoescultura Recuay 100‐650 d. C. Tuvieron una función ornamental sirviendo a modo de dinteles. La representación del felino realista tenía la función de custodiar al personaje central representado.
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“El jaguar es uno de los personajes de mayor importancia en el panteón andino precolombino y contemporáneo. (…)Representa el poder de las huacas de los ancestros, de los poderosos y los fuertes”.409
Figura194. En el pedestal del monumento a Sucre en la imagen de arriba se puede ver enmarcando la placa de bronce una serpiente bicéfala estilizada tallada directamente sobre la piedra, y debajo de la misma manera el escudo nacional con el cual se reivindica los valores nacionales.
En cuanto a la narrativa documental elaborada en los relieves realizados en bronce adosados al pedestal, en el monumento a Sucre (Ficha 14), se
409
RUÍZ DURAND, op. cit., p. 37.
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siguen los mismos cánones de todos los monumentos, al ilustrar el fulgor de la batalla y el triunfo de héroe independista homenajeado.
Figura 195. Dos de los relieves colocados uno al lado izquierdo y el otro a lado derecho del pedestal.
En el monumento a Manco Cápac, se recrea la historia relativa al personaje mítico. “Manco Cápac nombre de un personaje mítico y acaso también de un personaje real envuelto en ropaje mítico…habría sido el fundador del Cusco Incaico, antiguo asiento de tribus preincaicas. Su gobierno habría comenzado hacia 1,200 D. C.”410 En estos relieves realizados por el escultor nacional Benjamín Mendizábal, se muestran escenas que aluden a la reconstrucción de la vida de los habitantes en el imperio incaico. La imagen central ilustra a un personaje masculino que emerge al mundo como hijo del sol. Esta tradición nos vincula con el pueblo japonés donante del monumento a la ciudad de Lima por el Centenario de la Independencia. 410
KAUFFMANN DOIG, op. cit., p. 559.
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Figura 196. Personaje central del relieve, el Inca emergiendo del sol y adorado por sus súbditos.
Figura197. “Halcón, águila, cóndor, kuntur, cernícalo, Anqa, Killincha representan la máxima potencialidad entre los 411 animales del aire. Aves poderosa dueñas del cielo”
Vale la pena señalar también dos elementos utilizados en el monumento. Son dos esculturas que representan a una llama y a un cóndor, las dos
411
RUÍZ DURAND, op. cit., p. 87.
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figuras acompañan al Inca y son muy representativas en la mitología del mundo andino. La lógica utilizada para la representación del monumento a Manco Cápac combina aparentemente estas nuevas posibilidades que contribuyen a narrar en el conjunto monumental una figura muy significativa y de gran carga simbólica. La inclusión de los elementos iconográficos acompaña y genera un entorno evocativo del Incario. Tal vez con este monumento se llegó a cubrir de alguna manera las expectativas nacionalistas, o tal vez los indígenas de entonces se sintieron reconocidos a través de esta gigantesca imagen. Son especulaciones alrededor del tema que no llegan a fundamentar la verdadera función de transformación en el espacio urbano de la capital de entonces. Los dos monumentos realizados por Lozano son de buena factura, más en relación a la proporción del conjunto, mejor logrado está el de Sucre, ya que en el de Manco Cápac quedó desproporcionada la relación entre la base y el personaje. Cito a continuación una “Nota de arte,” crítica de la época en la cual se lee: (…) “David Lozano ha sentido la obra que la colonia japonesa le enmendara. La ha sentido como sintió siempre la historia y la vida de cuantas figuras ha tratado. En esta fecunda virtud emocional, radica el ritmo peculiar que muestran sus producciones. Y cómo sentía al Manco Cápac, porque lo meditó largamente, ha obtenido una interpretación merecedora de grandes plácemes. Si exceptuamos las dimensiones del basamento‐que debió tener mayor altura y mayor amplitud para justificar así el volumen de la estatua y para acrecentar el valor decorativo de la misma‐se hace preciso convenir en que la última obra de Lozano presenta una muy feliz armonía conceptiva y técnica. Ha vencido el escultor con donaire las dificultades del ropaje inadecuado, para impresionar gratamente el gusto de las retinas, que en lo concerniente a la escultura cada día se inclinan más a las formas helénicas”.412 Otro de los elementos iconográficos identificados es la representación de la Estela Raimondi en la Fuente China, la que seguramente dentro del planteamiento del conjunto, ha sido pensada como un tributo de reconocimiento de China al Perú por la celebración de su Centenario. Ya se ha visto en la segunda parte de la tesis, su inclusión iconográfica dentro del sello postal impreso en relación al Centenario patrio. La intención del conjunto de la fuente es el de representar todas las razas. Probablemente también se ha querido, con ese gesto, hacer presente que se comulga desde su reconocimiento con los primeros peruanos que son la cultura y la raza de este territorio. 412
“Notas de Arte de Don Quijote” en La Independencia del Perú y la colonia japonesa, imprenta Eduardo Ravago, 1926, Lima, p. 86.
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La Estela Raimondi grabada sobre una piedra de 1.95 m, corresponde a la cultura Chavín, que se desarrolló en la sierra norte del Perú durante el período temporal del 700 al 1.200 A. C. La Estela Raimondi es una compleja estructura geométrica que representa a una deidad conformada por figuras zoomórficas como la serpiente y el felino. Lleva también atributos que connotan al dios sol. Su función era controlar los fenómenos terrestres y atmosféricos así como también el agua para la agricultura y el sustento.413
Figura 198. La fuente lleva cuatro relieves de bronce en formato cuadrangular vertical que tienen la representación de la Estela de Raimondi. Dos se ubican en la parte frontal y dos en la parte posterior.
413
RUÍZ DURAND, op. cit., p. 39.
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También se encuentran elementos iconográficos del prehispánico en el monumento a Mateo Paz Soldán, Este monumento fue concebido por Piqueras Cotolí y trabajado conjuntamente por Ismael Pozo. Es en este caso donde Piqueras aplica, en la construcción y ornamentación de su pedestal, el estilo neo peruano acuñado por él. El tratamiento del personaje es un modelado vaciado en bronce de evidente tendencia figurativa y sujeta a los cánones de representación de la escultura clásica tradicional. Los patrones para abordar toda la concepción del monumento en cuanto a su estructura espacial, configuración compositiva y el modo de representación no nos revelan una nueva constelación de relaciones formales. Ciertamente en el caso de este monumento de Piqueras era de esperarse que implementara su estilo en el monumento. Incluso parece ser que el planteamiento inicial de creación parte solamente de Piqueras Cotolí y que el escultor peruano Ismael Pozo, lo ayuda a realizarlo. Tal vez, en realidad, se trataba de lograr integrar, dentro de los mismos patrones europeos, algunos elementos exóticos de la iconografía prehispánica para otorgarle al conjunto alguna intención indigenista a partir de la retórica prehispánica.
Figura 200. Detalle del Monumento a Mateo Paz Soldán. Friso en bajorrelieve ubicado en la parte superior del pedestal. Presenta figuras donde se ve el tratamiento de la base con motivos prehispánicos.
Figura199. Detalles del pedestal donde se ven figuras alusivas a felinos, serpientes y pájaros a modo de síntesis, inspirados en la iconografía prehispánica. En el centro el dios sol, Punchao, Inti, el hacedor y maestro de la tierra.
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Figura 201. Mateo Paz Soldán, (cabezas clavas: cabeza de felino, serpiente, camélidos y personaje mítico. Seis cabezas de animales de granito cincelado de textura rugosa. Alto relieve en los seis ángulos de la base hexagonal. Representaciones de cabeza de animales: zorro, sapo, felino, mono y ave.
Figura 202. Cabezas clavas de diverso tamaño y aspecto, de Chavín de Huántar, estudiados por el Dr. Julio C. Tello.
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Si hacemos un análisis comparativo con las cabezas que utiliza Piqueras, vemos que efectivamente los hallazgos arqueológicos de Tello, y de los demás investigadores, crearon en su imaginario un aporte en el planteamiento de su lenguaje artístico. La necesidad de replantearse una nueva manera de transmitir plásticamente esa admiración, conjugando en un solo lenguajela fusión de elementos coloniales y prehispánicos que le fascinaron posiblemente por su capacidad de síntesis y la expresividad con que los antiguos peruanos elaboraban y representaban su mundo. Las cabezas clavas Chavín estaban sujetas en la parte alta de los muros, mientras que Piqueras las inserta en la parte inferior del pedestal, tal vez indicando con ello que el sabio representado, consolida sus conocimientos en base a las raíces de la cultura peruana. En este caso, la aplicación queda también circunscrita dentro del aspecto ornamental. Sin embargo, cabe resaltar que para la cultura Chavín su valor simbólico le confería una trascendencia significativa, pues eran los “guardianes” del templo. Lo más resaltante de estas cabezas es su tratamiento tridimensional. En los volúmenes de piedra se representan seres antropomorfos cuyas cualidades distintivas son sacadas de diferentes animales según su alusión característica, por ejemplo, los colmillos o serpientes. Algunas de ellas tienen atributos de aves y felinos en su misma conformación, otras solamente partes de humano y de un solo animal o únicamente de animales. Todas ellas registran una espiga de piedra que les sobresale en la parte de posterior a modo de cuña para incrustarlas en los muros414. El tema clave, la pregunta que se plantea en esta tesis, es si el estilo neo‐peruano ¿realmente renovó las estructuras formales de las propuestas artísticas en los espacios públicos? y si el nacionalismo ¿llegó realmente a producir un cambio substancial en las estructuras compositivas del concepto artístico creando un nuevo orden, y una nueva patria? La respuesta es negativa y se halla sustentada en todo el desarrollo de la tesis. Se han hecho análisis puntuales en los que se ve que de todos los monumentos objetos de estudio, solamente en el de Piqueras se encuentra este estilo, por lo tanto es solo este escultor quien lo desarrollará. La carga simbólica de los monumentos no logró establecer un vínculo mayor con el espacio que la acoge ni tampoco a evitar con su presencia que se continuaran persiguiendo los antiguos hábitos coloniales.
414
KAUFFMANN DOIG, op. cit., p. 240.
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En el campo de análisis restringido a un ámbito concreto, y abordando el patrimonio material como vestigio palpable de una época, se ha fijado la atención sobre la importancia del contacto físico con este pasado que pretende, a través de sus monumentos, hacer memoria en el espacio público. Sin embargo, no se ha encontrado en ellos la incorporación del pasado histórico como justificación del sentido del arte como propaganda política, sino que esta se fue dando en la medida que la presencia del Estado a través de sus obras públicas y espacios urbanos que empezaron a poblarse con monumentos inaugurados por el Presidente de la República. Los referentes culturales que se han identificado resaltan valores históricos sí, pero a través de personalidades del mundo de las ciencias y las letras que, vinculados con el poder político, tuvieron alguna implicancia en temas de desarrollo del país como individuos dentro de su colectividad. No obstante, la conciencia de hacer historia queda clara al rendir culto a estas personalidades ejemplares del pasado. El concepto de identidad colectiva que se revela a través de los mismos no concluye con la focalización de alguna fuerza política en particular, más bien sí, se trata de reconocer que en esta etapa, por primera vez, se enaltecieron los aportes de estos personajes, quienes iniciaron el proceso de consolidación de una idea como nación. Las pautas usadas en su representación imprimieron, en el espacio público, un sello de modernidad y prosperidad mezclado con la idea de ciudad de estilo europeo. Lo más relevante de esta presencia del Estado en las calles de Lima 1919‐1930 es que Leguía reclamó su presencia directamente materializada en parques, plazas y avenidas, su propia cabeza, su propio cuerpo, su imagen.415 Vestigios que luego de derrocado su gobierno, desaparecieron de la ciudad. No utilizó ni el culto a los antepasados, ni la historia como referente cultural, para imponerse o crear una conciencia colectiva, utilizó su imagen como omnipresencia, como instrumento de poder. Si como se diría anteriormente, la ciudad deviene en un libro abierto para ser leído en sus espacios urbanos, esa página ha sido borrada, no se sabe el valor artístico de esos monumentos, aunque sí alguna referencia de los escultores contratados. De ellos se sabe que existieron y que los desaparecieron, lo cual marca la pauta para entender
415
Y no solo en Lima. En Sevilla, por iniciativa de José Valencia Cárdenas se pensó colocar en el Pabellón Peruano de la Exposición Iberoamericana “dos ricas placas de bronce, en una de las cuales aparecerán los bustos en relieve del presidente de la República, Sr. Leguía; del ministro deRelaciones Exteriores Dr. Pedro J. Rada y Gamio, y del Dr. Francisco Graña, (...). La otra placa estará dedicada a... Manuel Piqueras...” Véase, ABC, edición de Andalucía, 26 de octubre de 1929, p. 21.
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cuáles fueron las estrategias manejadas por la ideología de su poder político.
MONUMENTOS DESAPARECIDOS MONUMENTOS A LEGUÍA El Oncenio de Leguía y la coincidencia con los dos acontecimientos históricos, resultó excepcional, no solamente para fortalecer la conciencia de nación sino también para dar sentido e identidad al programa urbanístico desarrollado durante su mandato. La ocasión le fue propicia para saldar deudas con héroes y exponer un alarde de progreso y desarrollo. En este período en el Perú tiene lugar un hecho significativo, el arte público fue utilizado por el Presidente Leguía no solo por su función ornamental, sino como propaganda política desde el poder del Estado exaltándose, así mismo, con el deseo de quedar inmortalizado en calles y plazas del Perú. Leguía ordena la realización de muchos monumentos416 en los que se reproduce su imagen, buscando con ello no solo estar presente en el espacio público sino también que la ciudadanía se familiarice con su imagen a modo omnipresente en la vida cotidiana. Esta exaltación de la imagen presidencial por otra parte característica de todo mandatario absolutista es una constante en la historia de las civilizaciones417 En el caso que nos ocupa en esta tesis, Augusto B. Leguía desapareció del espacio público limeño tan pronto abandonó el poder. Y es que cuando cayó, en agosto de 1930, como ya se ha visto anteriormente, sus enemigos destruyeron todo lo que significó Leguía, tratando de eliminarlo por completo del territorio peruano. Muchas de estas obras están desaparecidas y se desconoce su paradero, en el supuesto de que no se hubieran destruido. Los monumentos a Leguía, fueron emplazados en casi todas las plazas de Lima y en algunas provincias. Los hubo en la Av. Leguía (hoy Arequipa), en la plaza de la Victoria, en la plaza de Magdalena del Mar, en Chorrillos, en el Parque Central del distrito de Miraflores, en el Rímac frente al polígono de Tiro, en las vitrinas del Portal de Escribanos 416
Parece ser que se han registrado unos 22 en total entre Lima y provincias, en esta tesis hemos identificado once. 417
No olvidemos los cultos faraónicos. En el imperio romano la estatuaria imperial tomó connotaciones más prácticas dado el número de esculturas que reproducían al emperador, de este modo cuando este era sustituido los artistas se podían limitar a ejecutar solo las cabezas del nuevo emperador aprovechándose las otras partes escultóricas y arquitectónicas.
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donde se emplazó una pirámide de mármol realizada por el escultor Rossi. En el balneario de la Punta se instaló, en 1927, en el Malecón Pardo, un busto que fue cobrado post gobierno y desaparecido. Fue realizado por el escultor Luis Agurto, e inaugurado por el Alcalde Luis T. Larco. Sin embargo, en el año 1931, el escultor demanda al concejo de la Punta por no habérsele pagado la obra. El fallo de la Corte Suprema condena al municipio.418 También se levantaron en provincias como Trujillo, Chanchamayo entre otras. En cuanto a sus tipologías las hubo estatuas pedestres, bustos y hasta un medallón de bronce realizado por el escultor nacional Artemio Ocaña Bejarano. En cuanto a los materiales utilizados los tuvo de bronce, granito y mármol. También se encontraron referencias de escultores extranjeros a quienes se les encargaron las realizaciones de otras estatuas de Leguía como, por ejemplo, el escultor alemán Edmundo Möeller y el norteamericano Atchinson.
Figura 203. Fotografía tomada en el 2008. Figura 204. Fotografía tomada en el 2009.
Curiosamente uno de estos bustos ha vuelto a su monumento. Se trata del Obelisco, inaugurado por Leguía en 1921. Su regreso estatuario es un misterio. (Ficha 02) El obelisco de hormigón se encuentra ubicado en la acera central de la Avenida Arequipa (originalmente Leguía), cuadra 24, en el distrito de Lince. En la placa de metal del Obelisco puede leerse “Avenida Leguia 418
“La municipalidad de La Punta es condenada a pagar el precio de una estatua del ex‐ presidente Leguía” en EL COMERCIO, Ed. de la Mañana. Lima, 25 de mayo de 1931, p. 14.
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/ se hizo esta / avenida por inicia_ / tiva del presidente de la / república don A. B. Leguía / y se dio al trafico pu_ / blico bajo sus aus_ / picios el 28 de julio de 1921 / la nación reconocida le_ / vanta el día de la inaugu_ / ración esta bronce con / que quiere perpetuar la / memoria de su insigne / iniciador.”
Figura 205. Busto colocado actualmente en el Obelisco. Con fecha de 1924. Placa del Obelisco, repintada.
El Obelisco fue levantado con motivo de la inauguración de la Av. Leguía, hoy Av. Arequipa. En él se colocó un busto del Presidente Leguía. Se presume que este monumento llevaba delante el busto de Leguía; el cual fue arrancado por un grupo que trató de destruir todo lo que representaba al Presidente Leguía. Nos cuenta Ernesto Ascher en su libro sobre “Curiosidades limeñas”, escrito en el verano de 1974, que a raíz de la revolución de Arequipa en 1930, encabezada por el comandante Sánchez Cerro, el pueblo se enfureció y, en el caso concreto del busto, se lo trajeron a tierra con la fuerza de un camioncito Ford, Modelo “T” al cual se ataron unas sogas. Nos dice también que no hace mucho algunos amigos de Leguía reinscribieron en el Obelisco el nombre de “Avenida Leguía”.419“No obstante se sabe también que hubo por lo menos 22 monumentos y bustos públicos con la figura del presidente Leguía que fueron derribados y desaparecidos en la revuelta, y que solo quedó el Obelisco registrado por haber sido construido sobre una base de hormigón y piedra”.420Sin embargo, hacia la década del 70 reaparecen primero la leyenda sobre la placa, y luego el busto que termina por desaparecer 419
ASCHER, Ernesto. Curiosidades limeñas, 1974, Lima, Perú, pp. 61‐62.
420
GAMARRA PUERTAS, José Antonio, Historia y odisea de Monumentos Escultóricos Conmemorativos Lima, 1974, pp. 52, 55.
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nuevamente. De hecho, cuando en el año 2008 se hizo el primer registro del obelisco no estaba el busto, y en noviembre del año 2009, último registro de este monumento, se encontraba nuevamente un busto en la columna. El nombre del autor es ilegible, se sospecha que sería del escultor alemán Edmundo Möeller y realizado en 1924. Por lo tanto, no es el mismo busto de la inauguración en 1921. Además de este obelisco se proyectó otro de mayor magnitud en homenaje al presidente Leguía en una Plaza de la Victoria que por iniciativa del Concejo de ese distrito se bautizaría con el nombre de “Augusto B. Leguía”.421 (…) “Con la asistencia del señor Leguía, los ministros de relaciones exteriores, marina y fomento y los miembros de la casa militar, así como del alcalde, los concejales y los principales vecinos de ese barrio. Bendijo el obelisco el arzobispo de Lima, monseñor Emilio Lissón, sirviendo de padrinos el presidente de la república y la señorita Alicia Mogrovejo. Con este motivo formaron alrededor de la plaza de la Victoria, la que se ha bautizado con el nombre de “Augusto Leguía”, los escolares del barrio y los alumnos de la Escuela de Artes y Oficios. En este acto pronunciaron discursos el alcalde del concejo distrital de la Victoria, doctor Luis González Zúñiga, y el presidente señor Leguía. Terminada la ceremonia la concurrencia pasó á los salones de la municipalidad, donde se bebió una copa de champaña”422.
421
“Bautizo de la plaza Augusto B. Leguía en La Victoria" en LA PRENSA, Ed. Mañana. Lima, 5 de julio de 1922, p. 3. 422
“En La Victoria" en EL COMERCIO, Ed. de la Mañana. Lima, 5 de julio de 1922, p. 7.
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Figura 206. Proyecto del Obelisco a Leguía en la Plaza de la Victoria, la cual se le llamaría Plaza Sargento A. B. Leguía el que estaría dentro de la intersección de la Av. Sargento Leguía con la Avenida Manco Cápac. Inaugurado el 4 de Julio de 1922. DESAPARECIDO.
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423 Figura207. Monumento a Leguía en la Plaza de La Victoria, inaugurado en 1924. Autoría
desconocida no se puede precisar si fue realizado por el escultor peruano Luis F. Agurto o por David Lozano. DESAPARECIDO.
Monumento erigido en la Plaza Principal del distrito de la Victoria que el Concejo de La Victoria acordara levantar en ese distrito el 20 de abril de 1924. “(…) Teniendo en cuenta los relevantes merecimientos de tan esclarecido hombre público que hoy rige los destinos del Estado, con mano firme, dirigiéndolo hacia el progreso y la civilización”424.
423
.Fecha de consulta: 13.06.2009.
424
“Hoy será inaugurado el monumento levantado al presidente de la República Sr. D. Augusto B. Leguía en la plaza de La Victoria” en LA PRENSA, Lima, 20 de abril de 1924, p. 8.
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Figura 208. Monumento a Leguía en una Plaza de Magdalena inaugurado el 16 de julio 1928, escultor no identificado. DESAPARECIDO
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Figura 209. Monumento a Leguía en el Congreso de La República, escultor no identificado. DESAPARECIDO.
Figura 210. Monumento a Leguía en el distrito de Chorrillos, inaugurado el 31 de marzo de 1928, escultor no identificado. DESAPARECIDO.
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“Sin debate y por unanimidad de votos, se aprobó la moción del Sr. Arboleda, para que el Concejo rinda homenaje al Jefe del Estado, Sr. Augusto B. Leguía, el 4 de julio próximo, y gestione del Ministerio de Gobierno, que se declare feriado Dicho día. En la misma forma, quedó aprobado la proposición de los Sres: Arboleda, Menchaca, Priano, Delboy, Granda, Quesada (don Antonio), Gonzales, Dora, Olivari, Denegri, de la Puente, Rivadeneyra y Luxardo, para que en el centro de la Avenida Leguía se construya una gran plaza, que se denominará ʹPlaza 4 de Julioʹ y que en ella se levante un monumento del Sr. D. Augusto B. Leguía. El Sr. Alcalde, antes de poner al voto la anterior moción, felicitó a los autores de ella, por su iniciativa, y fundamentó la proposición.”425
Figura 211. Fotografía de busto de Leguía 426 encontrado en una revista de la época , Modelada por el escultor nacional señor E. O. Aymar”
Figura 212. “Busto del presidente, tomada de perfil, que ostentará en su frente la piedra 427 conmemorativa”
425
AHMML. Libro “Actas de Sesiones”. 1925‐1928, pp. 248‐249.
426
“Busto del señor Augusto B. Leguía, modelada por el escultor nacional señor E. O. Aymar” Revista MUNDIAL, Año II, 28 de enero de 1921, núm. 40. 427
“Busto del presidente, tomada de perfil, que ostentará en su frente la piedra conmemorativa”, Revista MUNDIAL, Año II, 20 de mayo de 1921, núm. 56.
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Figura 213. Cabeza de Augusto B. Leguía siendo realizada por el escultor norteamericano, Atchinson.
Figura 214. Esta exaltación de la imagen presidencial fue una característica constante de muchos mandatarios absolutistas. En la foto se ve al Presidente de Portugal Antonio de Oliveira Salazar, posando para el escultor Francisco Franco ante la mirada de su vigilante.
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Figura215. Monumento a Leguía en la avenida Leguía, hoy avenida Arequipa. Inauguración. DESAPARECIDO. “A las cinco de la tarde y ante la devota expectativa del numeroso público congregado en la Avenida “Augusto B. Leguía” se dio comienzo a la ceremonia de la inauguración del monumento elevado al ilustre mandatario que hoy preside los destinos de la nación. En el instante de descorrerse el velo que cubría la estatua estalló una formidable ovación que se prolongó durante muchos minutos y que solo interrumpían los vítores de la muchedumbre. Acallados los frenéticos aplausos se procedió a la ceremonia inaugural y a la bendición de la nueva Avenida, acto en el que tuvo el rol religioso el Nuncio Apostólico Gaetano 428 Cicognani.” 428
Revista :MUNDIAL “La Inauguración del monumento” Año VIII, 18 de enero de 1919, nº 448.
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Figura 216. Monumento de Leguía en la provincia de Chanchamayo. El busto de bronce es una imagen inédita y no pertenece a la ciudad de Lima. Se trata de un monumento a Leguía que se levantó en la plaza principal del pueblo de San Ramón (Chanchamayo); también, luego de 1930, fue derribado 429 430 por los enemigos de la Patria Nueva. Tal vez realizado por el escultor alemán Edmundo Moeller.
. Fecha de consulta: 12.07.2010.
429
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Figura 217. “Fotografía de la primera mascarilla . (…)Don Augusto B. Leguía muerto el 6 de febrero de 1932 ante el dolor de todo el pueblo. Dolor, a decir de un conocido periodista, ante el canibalismo triunfante y ante la zoocracia vencedora. Dolor ante la tumba de la civilización en lo que tiene de más hermosa: la misericordia, la ternura, la piedad y la justicia”.
431
Imagen publicada en Leguía. Defensa jurídica de don Augusto Ante el Tribunal de Sanción de Alfonso Benavides Loredo, Tipografía Peruana, Lima, 1952, s. n.
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Figura 218. Mausoleo y obituario de Augusto B. Leguía, que se encuentra en el cementerio de Lima Presbítero Matías Maestro.
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CONCLUSIONES
Cuando se inició el gobierno de Augusto B. Leguía, conocido como la “Patria Nueva”, en Lima existían apenas siete monumentos públicos construidos durante la época republicana. Estos eran los siguientes: el monumento a la victoria del Combate de Dos de Mayo, la estatua de Bolívar ecuestre, el monumento a Cristóbal Colón, el obelisco al libertador San Martín, la estatua de Antonio Raimondi, el primer Francisco Bolognesi realizado por Querol, y el monumento a Ramón Castilla, único realizado por un escultor nacional. Leguía emprendió un programa extenso para renovar la capital del Perú, dotándola de un nuevo rostro, plazas, alamedas, estatuas y monumentos, que habría de elevar su estatus a una ciudad cosmopolita. La coyuntura política para concretar este impulso fue la conmemoración de dos eventos centenarios. Para ambas celebraciones patrióticas, el Estado se comprometió a ejecutar obras de embellecimiento y ornato de la capital, así como de la modernización de todos sus servicios públicos. Con la aparición de estos nuevos espacios urbanos, se emplazarían en la ciudad muchos monumentos que conforman la serie más importante de esculturas públicas que alberga nuestra ciudad hasta el día de hoy. Estos nuevos monumentos para la ciudad ayudaron a configurar simultáneamente una nueva ciudad para sus monumentos. El presidente Leguía durante el “Oncenio” dio bastante relieve a esta problemática, multiplicando la cantidad de espacios conmemorativos en la memoria histórica republicana. Esta obra pensada como parte de la modernización de la capital, buscó acercarla a patrones estéticos ideales de inspiración europea y norteamericana. En base a estas consideraciones, el tema principal de esta tesis ha sido la relación entre su gobierno y los monumentos públicos levantados en Lima durante ese período. Se han registrado los 23 monumentos públicos emplazados durante la “Patria Nueva”, sistematizado la información en una ficha que consigna 17 entradas informativas, buscando consolidar los conocimientos para proceder al análisis. Un primer punto es quién promocionó estos monumentos. Es decir, quién fue el agente que impulsó el proceso. La respuesta es clara, el propio aparato del estado y posiblemente el presidente Leguía personalmente. Pero, a la vez, es preciso considerar el papel de las colonias extranjeras. En efecto, al cumplirse los cien años de vida independiente, las colonias extranjeras que vivían en el Perú realizaron obsequios a la república, en esta ocasión. Los obsequios principalmente fueron monumentos y estatuas que al ser colocadas dieron nacimiento a plazas y lugares públicos. Salvo los casos de la colonia británica, que regaló el primer estadio de fútbol de Lima, que estaba construido en madera sumado a la colonia italiana, que obsequió un pabellón y una colección de arte plástico italiano, los demás países optaron por un monumento o una estatua. Es así que España regaló un arco morisco de gran factura, que se
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hallaba entre las avenidas 28 de julio y Arequipa, entonces Leguía, pero que lamentablemente fue derribado a mediados de los años treinta, para dar paso a una modernidad y flujo vehicular mal entendidos. Por su parte, la colonia alemana donó la Torre del Reloj (Ficha 09), situada en el Parque Universitario. Esta torre ocupa una posición muy importante porque se halla en un eje monumental central y simbólico de la “Patria Nueva”. En efecto, la Torre del Reloj se halla en la misma perspectiva que la Plaza San Martín y el Monumento al Dos de Mayo. De este modo, forma parte de la principal línea imaginaria que atraviesa los símbolos de la identidad nacional expresados en la urbe capitalina. Como se ha visto anteriormente, el monumento al libertador San Martín fue concebido para el centenario de la independencia simbolizando el vínculo peruano argentino y la importancia de la fundación del estado republicano en Lima el 28 de julio de 1821. Así, la Torre del Reloj cerraba una línea simbólica que definía la memoria de la república peruana, a partir de sus dos momentos estelares, la libertad proclamada por San Martín y la victoria definitiva sobre la antigua ciudad. Por su parte, la colonia china obsequió la Fuente China (Ficha10), que se halla en el Parque de la Exposición. Esta fuente es de mármol y constituye una evocación a las tres razas, es de factura completamente europea, sin embargo posee un detalle ornamental significativo, que consiste en una placa que reproduce la estela Raimondi, una figura iconográfica andina proveniente de la cultura Chavín, utilizada también en el sello postal impreso por el centenario. Esa estela acompaña a la fuente, pero no constituye un motivo estructural de ella, sino un ornamento iconográfico que sella la Fuente y le ofrece una conexión espiritual con el pasado precolombino. Durante esta misma época, los descubrimientos arqueológicos del Doctor Julio C. Tello estaban revolucionando la imagen del pasado prehispánico peruano y la Fuente China utilizó un elemento iconográfico proveniente de este descubrimiento del antiguo Perú para reforzar la identificación del donante con esa historia milenaria. Todas las otras colonias donaron estatuas de estilo completamente occidental que dieron origen a plazas. En el caso de Bélgica se trata de una representación del estibador (Ficha 04), que se halla en una plazuela situada frente a la cuadra uno de la avenida Arequipa. Es una escultura del escultor belga Constantin Meunier que en el espacio público circundante destacaba por su coherencia. Los Estados Unidos donaron la Fuente de los Atlantes (Ficha 11), también situada en la avenida Arequipa, (antes Av. Leguía), frente al Parque Washington. Ambas estatuas están colocadas en el emblemático barrio de Santa Beatriz, que, como vimos, fue la primera urbanización paisajista de Lima y se constituyó en el barrio favorito del presidente Leguía. Por último, la colonia japonesa obsequió una estatua de Manco Cápac (Ficha 16), el personaje mítico y legendario que fundó, junto a su esposa Mama Ocllo, el imperio del Tawantinsuyu. De tal modo, que es la única estatua del conjunto que remite a un personaje proveniente del antiguo Perú, nada menos que el padre fundador de los incas. Aquí se trabajó el vínculo identitario con el pasado prehispánico, que estaba presente en la Fuente China, bajo forma de una iconografía
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de la Estela Raimondi; pero, el obsequio de la colonia japonesa iba más allá. En efecto, esta estatua está concebida para honrar al primer líder indígena que civilizó a la humanidad de su tiempo. El motivo era atrevidamente indigenista y fue el primer monumento consagrado a un indio. Se trata de una estatua de porte y factura clásica, Manco Cápac está acompañado por un pedestal de piedra, que semeja una pirámide escalonada. Dos esculturas acompañan al personaje principal y son dos animales simbólicos del mundo andino: llama y cóndor. Asimismo, los relieves del pedestal evocan una historia andina. Fueron elaborados por el escultor también peruano, Benjamín Mendizábal. En su conjunto, hubo un intento de mestizaje, que refuerza la simbología de este obsequio japonés. Por su lado, el imperio de los incas estaba consagrado al Sol como deidad principal, del mismo modo que el japonés, al fin y al cabo denominado “imperio del Sol naciente”, reforzando la idea de una conexión espiritual entre los indígenas y los descendientes de japoneses viviendo en el Perú. Finalmente, en 1938 este monumento acabó siendo trasladado a una plaza que lleva su nombre, situada en el corazón del barrio de La Victoria. Este distrito congrega los sectores populares de la vieja Lima, corazón urbano de los afroperuanos y punto de encuentro de grupos étnicos subalternos, puesto que la migración andina fue convocada por los grandes mercados populares que se hallan en sus linderos. Por ello, la plaza Manco Cápac adquirió un sentido simbólico muy particular, reforzando identidades populares antes que reminiscencias europeas. El resto de monumentos y plazas públicas del período fueron encargados directamente por el Estado. Entre ellos destacan personajes de la vida republicana que tienen un tratamiento variado, pero coincidente en tanto que celebratorio de vidas ejemplares de peruanos y peruanas de distintas esferas. En su conjunto quieren mostrar la colaboración individual en la tarea de construir la nación peruana. Algunos de estos son ejemplares de los buenos manejos y del talento de los artistas de esa época. Por ejemplo, la estatua a Federico Villareal (Ficha 18), que está situada en una plazuela con su nombre, forma parte del entorno del Puente de los Suspiros en Barranco. En este caso destaca el trabajo del pedestal, que muestra una figura de inspiración incaica trabajada en estilo Art Deco, muy moderna y de vanguardia para la época. Es un motivo bien logrado que le otorga fuerte personalidad al busto del sabio lambayecano. Así mismo, se halla un conjunto ubicado en el Parque Universitario, frente a la histórica Casona de la Universidad de San Marcos. Hasta ahí se prolonga la perspectiva que se inicia en el monumento al Combate de Dos de Mayo. En primer lugar, destaca el monumento al sacerdote Bartolomé Herrera (Ficha 07), que lideró la tendencia conservadora al inicio de la república; también la estatua de Sebastián Lorente (Ficha 12), un profesor universitario de historia del primer siglo republicano; Hipólito Unanue (Ficha 23), personaje de la transición entre la colonia y la república, que fue médico, sabio naturalista, político, consejero de los últimos virreyes y luego ministro, tanto de San Martín como también de Bolívar. Todas estas estatuas están situadas en el Parque Universitario. Dos están sentados y uno de pie, en dos ha participado el escultor de origen español afincado en Lima, Manuel
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Piqueras Cotolí y todas apuntan a reforzar la idea de la cultura como creadora de patria. Otro monumento de Piqueras Cotolí está dedicado a Mateo Paz Soldán (Ficha 21), y se halla en el Parque de la Exposición, que rodea al Museo de Arte. El sabio se halla sentado en un sillón, en una actitud reposada y concentrada. Este monumento fue concebido por Piqueras, quien siempre trabajó acompañado por otro escultor asociado, en esta oportunidad como en tantas otras su colaborador fue el escultor peruano Ismael Pozo. En este monumento, Piqueras introdujo relieves prehispánicos en el pedestal de granito, e incluso en la parte inferior cabezas clavas de neta inspiración Chavín.432 Una vez más, una obra de factura occidental está peruanizada por el procedimiento de acompañarla ornamentalmente con esta iconografía. Algunos rasgos nos permiten agrupar estas obras que intentan responder a los principios indigenistas de la “Patria Nueva” En primer lugar, todas fueron encargadas a escultores prestigiosos y con carrera en el medio. Ninguno de los artistas era un espontáneo. Otra característica esencial es que hubo un balance entre escultores extranjeros convocados y nacionales que también recibieron encargos, a diferencia de lo visto anteriormente, de los siete mencionados antes del período temporal que ocupa esta tesis, solo uno era peruano. En el caso de escultores peruanos o extranjeros residentes, la mayoría estaban afiliados a la Escuela de Artes y Oficios o a la Escuela de Bellas Artes, ambas entidades estatales orientadas a la formación y educación artística. En ese sentido, se puede concluir que la obra del “Oncenio” a favor de los espacios públicos de Lima tuvo su correlato institucional en estas dos instituciones de enseñanza forjadas durante la etapa republicana. Otro punto crucial es la importancia de la figura humana como motivo central.433 Prácticamente en todos los casos, el monumento está definido por la figura del ser humano. En el conjunto de estos espacios públicos, el símbolo estético ha sido personificado. Aunque las figuras contienen diversas tipologías, se hallan de pie, bustos, personajes sentados, sobre todo de intelectuales y dos monumentos ecuestres. Las figuras ecuestres, fueron construidas en esta época con un alto contenido simbólico y emocional. San Martín(Ficha 03), emplazado en el nuevo centro de la 432
La cultura Chavín fue una civilización heterogénea del Antiguo Perú constituida alrededor del centro astronómico‐religioso de Chavín de Huántar. Esta cultura se extendió por gran parte de los Andes Centrales entre los años ca. 800 y 1,200 a. C. 433
Podríamos llegar a entender como normal este dominio de la figura. En el periodo que se analiza casi la totalidad de la producción de arte público mundial se sustentaba en trabajos de corte figurativo y las excepciones, seguramente, no eran conocidas. Si realizamos una consulta al sistema de arte público de Barcelona (www.bcn.cat/artpublic) podemos corroborar esta idea, dado que no existe ninguna obra de corte no figurativo hasta finales de los años 50 del siglo XX.
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“Patria Nueva”, creado por Leguía, es decir, en la Plaza San Martín, está situado sobre un elevado pedestal, quien posa sereno cruzando a caballo los Andes dirigiéndose, hacia Chile a liberar a esa república antes de emprender viaje al Perú. En su época, el monumento fue criticado por la simbología elegida, ya que no representaba al héroe argentino en su fase peruana, sino en el comienzo mismo de su carrera, aún en su Argentina natal. Su realización estuvo a cargo del artista español Mariano Benlliure, quien fuera preferido en desmedro de la propuesta de un artista nacional no menos distinguido. Debemos entender que si, en 1921, la plaza era el símbolo de la Patria Nueva, el monumento emplazado en ella debía ser su equivalente emblemático; mas curiosamente, además de ser realizado por un artista de la nación colonialista difícilmente se reconocían en él símbolos originarios.
Vista panorámica de La Plaza San Martín
Detalle de alegoría a la patria del monumento a San Martín, donde se puede ver el casco y los elementos que lo acompañan.
Más aún, hasta hoy se repite una historia relativa a esta obra, a saber, que la figura femenina que representa a la Patria y agradece al Libertador llevaba en la cabeza una llama, uno de nuestros animales autóctonos. Sarcásticamente se decía que el artífice, no el extranjero sino el compatriota que presuntamente recibió el encargo, había confundido la iconografía de la llama votiva con la del auquénido. Por supuesto, esta forma de pensar ya ha sido desmentida. Como puede observarse la Patria lleva en la cabeza un casco, que a su vez tiene los símbolos que caracterizan al escudo patrio; es decir, un auquénido, hojas de quina, la cornucopia.
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Como se sabe antes de llegar a la representación actual del escudo nacional, se ensayó una serie de propuestas; algunas incluyeron la llama. El escudo con la vicuña fue aprobado mediante la ley, firmada por Bolívar y Unanue el 21 de febrero de 1865434. No obstante, lo más curioso se percibe en el casco. No se trata del gorro frigio asociado a la Libertad, usado por varias repúblicas americanas en sus escudos. Es una variedad de morrión, el cual estuviera notoriamente coligado con los conquistadores españoles de América. Es decir, en él se incluyen tanto los emblemas del conquistador como los de los liberados. Estos componentes son difíciles de observar debido a la altura de la efigie. Creemos que, en el monumento emblemático del nuevo centro se encontró una forma de conjugar los elementos constitutivos de nuestra nacionalidad, aunque su valoración pueda ser discutible. Por otro lado, se halla la estatua ecuestre a Antonio José de Sucre (Ficha 14), situada en medio del Parque de la Reserva, en el corazón paisajístico de Santa Beatriz. En este segundo caso, la figura ecuestre está emplazada en un entorno natural. Por su parte, el pedestal a Sucre está también cuidadosamente diseñado. Su forma es piramidal escalonada y el material es piedra labrada, asemejando materiales y formas prehispánicas. Ambas estatuas ecuestres tienen una importancia simbólica profunda, tanto por la fuerza del caballo, como por su asociación con los guerreros que definieron la independencia. De este modo, ambos generales definen la nueva propuesta construida por Leguía para conjugar una propuesta constructiva de espacios públicos que articule la propuesta ideológica surgida desde el poder del estado con las tendencias artísticas vigentes en esa época. Este punto nos remite entonces a la iconografía precolombina y su uso en la escultura del ciclo estudiado. Como vimos la composición de los monumentos es occidental y clásica, aunque a veces modernista, y la ornamentación en algunos casos importantes emplea elementos indigenistas. Por ejemplo, Piqueras Cotolí con regularidad trabaja con iconografía prehispánica que complementa al personaje principal como se ha visto en el monumento a Mateo Paz Soldán (ficha 21). En esta vertiente conviene destacar al artista peruano David Lozano, que recibió encargos importantes, como Manco Cápac y Sucre, en los cuales se reconoce la tendencia indigenista. David Lozano exploró bastante con las formas y materiales prehispánicos en la búsqueda de una estética nacional de síntesis entre un alma europea y una forma indígena andina para darle relevancia a temas puntuales como en el caso del Manco Cápac (Ficha 16). Finalmente tenemos los monumentos y bustos del mismo presidente Leguía, que fueron construidos durante su período y que luego desaparecieron. Este hecho es el más significativo, el arte público fue utilizado por el Presidente Leguía no solo por su función ornamental, sino como propaganda política desde el poder del 434
Ley que en su artículo1° especifica que “Las armas de la Nación peruana constarán de un escudo dividido en tres campos: uno celeste á la derecha, que llevará una Vicuña mirando al interior: otro blanco á la izquierda, donde se colocará el árbol de la Quina, y otro rojo inferior, y más pequeño, en que se verá una Cornucopia derramando monedas, significándose con estos símbolos, las preciosidades del Perú en los tres reinos naturales.” . Fecha de consulta: 14.09.2010.
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Estado exaltándose, así mismo, con el deseo de quedar inmortalizado en calles y plazas del Perú. El afán exagerado de cubrir el territorio peruano con su presencia, igualmente quedó desértico a su caída. A raíz de la cual, en agosto de 1930, la figura del presidente Leguía fue vilipendiada como pocos personajes de la historia peruana. Sus estatuas fueron derribadas y desaparecidas. Pero, el punto a subrayar es que su figura personal constituía uno de los motivos frecuentes y definitorios de la época. Ensalzar al poder político fue una de las funciones del arte de la “Patria Nueva”. Así, es como esta parte presenta y analiza los monumentos públicos erigidos en Lima 1919‐1930. Gracias a ellos, Lima renovó sus espacios públicos, multiplicó el número de monumentos que sus ciudadanos podían disfrutar y referenciar, buscando cultivar incluso una renovación estética. Ella fue muy limitada, porque no se atrevió a explorar patrones plásticos distintos al occidental. Por el contrario, la exploración en búsqueda de una síntesis se mantuvo en un primer nivel y básico. En efecto, se trató de cierta ornamentación y de pedestales trabajados con iconografías, formas y materiales prehispánicos. Pero, la síntesis parecía haber avanzado poco, puesto que no se buscó transformar el patrón estético y constructivo de factura occidental internacional. Por ello, la nueva propuesta era apenas un adorno o una figura menor de complemento, que no pudo conducir las tendencias estéticas de una sociedad peruana en ebullición. Es pertinente señalar que, después de todo, el programa monumental del Oncenio de Leguía es un patrimonio coherente, de gran calidad artística, que concentró los esfuerzos coordinados de diversos actores: artistas, benefactores, gestores. Una experiencia similar no se ha dado nunca más en la historia republicana del Perú. Por esa razón, se destaca finalmente la necesidad de mirar, preservar y conservar este patrimonio monumental, ahora absorbido y desfigurado en la metrópolis de Lima.
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CONCLUSIONES FINALES La evolución urbana de Lima se remonta a la fundación española de la ciudad el 18 de enero de 1535. En ese momento, el conquistador Francisco Pizarro dispuso la primera conformación física y distribución espacial de la futura urbe. Lima prehispánica tenía un trazado urbano complejo y bien definido marcado por monumentos, canales y caminos dentro de ejes bien coordinados en la ocupación del territorio. Producida la conquista, fue sucedida por una catástrofe demográfica, que conllevó a la disminución radical de la población indígena, comprimiéndose drásticamente a causa de múltiples enfermedades, para las cuales no tenía defensas. Ante esta situación los elementos urbanos prehispánicos virtualmente se desvanecieron, estaban ahí, pero habían perdido significado, pocas personas recordaban sus anteriores usos. Fue así como el urbanismo español se impuso de forma radical y completa. Estaba actuando sobre un terreno casi vacío y, en consecuencia, pudo reordenar todo el espacio del territorio limeño empleando criterios urbanos y estéticos occidentales. Los terremotos alteraron y redefinieron la vida urbana durante los siglos coloniales. Lima está situada sobre una de las zonas más sísmicas del planeta. Varios la destruyeron, fue el de 1746, el más fuerte y a partir de entonces, viviendas e iglesias se empezaron a construir con materiales prehispánicos, como adobe y quincha, dejándose de emplear la piedra que había sido el material preferido de los españoles. Ese cambio significó la reutilización de los materiales de construcción indígenas, que habrían de sobrevivir como la base de toda construcción urbana a lo largo de todo el siglo XIX, y que recién comenzando el siglo XX, se empezaría con la utilización del ladrillo y cemento. Durante el siglo XVII la única gran obra urbanista sería la construcción de la muralla, la cual se construyó cerrando la ciudad desde el núcleo creado por el damero, cuya forma perimetral dejó en evidencia el distanciamiento del ideal geométrico proyectado desde la cuadrícula. Durante el siglo XVIII la ciudad continuó extendiéndose y la cuadrícula se fue modificando. Se alteraron los límites del trazado y se expande sobre los elementos preexistentes como huacas435, caminos, acequias; los cuales quedaron absorbidos dentro del tejido de la ciudad. Este crecimiento y la necesidad de crear espacios de mayor circulación y salubridad motivaron como en otras ciudades circunscritas dentro de murallas, la posibilidad de una apertura. En el año 1821, con la Independencia del Perú se instaura la República y, en lo relativo al desarrollo urbano, se considera que la primera Lima republicana fue pobre. Sin embargo, gracias a la prosperidad del guano y del salitre, (situación 435
Véase antes nota 21.
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que cambió radicalmente), en el período 1845‐1862 períodos que coinciden con los gobiernos de Castilla y Echenique, se emprende una renovación de la ciudad entrelazándola mejor con su entorno, considerando que los cambios debían efectuarse desde el interior de las murallas hacia extramuros. Fue a partir de esta época que se empezó a pensar en Lima como la posibilidad de una gran urbe. Se pavimentaron las calles con adoquines, se implantó la iluminación a gas, se remplazaron las tuberías para agua y desagüe, se implantaron los ferrocarriles Lima‐Callao, Lima–Chorrillos, creando vías de acceso y desarrollo hacia las costas. El único monumento público conmemorativo que existía en la Lima de entonces dentro del perímetro de las murallas, era el monumento a Simón Bolívar, realizado por el escultor italiano Adamo Tadolini, inaugurado dentro del período de gobierno de Castilla, en el año 1859. Las esculturas públicas empezaban a pensarse, dentro de un proyecto de ornato y rehabilitación de las zonas urbanas, y si estas eran conmemorativas, su emplazamiento se fijaba por lo general en los lugares asociados al hecho que se quería poner en valor. Recién con la apertura de la ciudad fundacional y el derribo de las murallas las esculturas empezarían a colocarse en espacios emblemáticos, es decir creando perspectivas hacia el exterior e interior de las murallas. El monumento al Combate del Dos de Mayo (1874), abre paso a esta nueva situación de la escultura pública, inaugurando un espacio diferente para la ciudad no previsto anteriormente, marcando a su vez el inicio de un proceso de expansión. Este es el primer gran monumento que se coloca fuera de las murallas coloniales de la ciudad, y en sus referentes formales se puede ver claramente las ideas de ornato de la Lima de entonces. En aquel momento, los monumentos públicos empezaron a ser los que como marca en el territorio, fueron dotando al sitio específico con la condición de símbolo, de referencia histórica y de poder político. Sin embargo, en su concepción estética se reconoce la influencia e inspiración en el París de entonces. Durante este período se produce el primer proyecto de expansión de la ciudad de Lima, iniciado con el gobierno de José Balta (1868‐1872), etapa que empieza en 1869, identificada con la formulación de una nueva visión programática para la ciudad de Lima, la cual se traduciría en la demolición de su muralla, a consecuencia de un fuerte impulso urbanizador, y la elaboración del Primer Plan Regulador de la Ciudad. Lo que más caracteriza a este período, es que la ciudad adquirió una limitación urbana definida mediante la formación del anillo de circunvalación constituido más adelante como se ha visto por las avenidas Bolognesi, Alfonso Ugarte, Paseo Colón y Grau, generando los nuevos caminos vinculantes con los que luego serían los nuevos barrios periféricos. El presidente Piérola, fue un gran impulsor del urbanismo moderno, concentrándose en la realización de nuevos proyectos para la ciudad y retomando las primeras grandes avenidas trazadas en la época Balta; las mismas que se pusieron en funcionamiento aún sin pavimentar, entre largos tapiales, que cruzaban los campos de cultivo.
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La red de los ejes viales fue uno de los aspectos claves para la configuración espacial de la trama urbana de Lima. Toda esta expansión estuvo asociada a un plan que necesariamente fue irradiando desde el centro a la periferia y las urbanizaciones se cimentaron a lo largo de las mismas. Augusto B. Leguía 1919‐1930, condujo el gobierno hacia una tendencia desarrollista y constructora, apoyado en créditos externos, que aumentó la deuda pública, la expansión sin referentes durante su período, es la continuación de los trazados de gobiernos anteriores, ya que Lima empieza a crecer desde antes e incluso su trazado ya estaba establecido. La ocupación de las zonas periféricas siguió estas pautas implementando algunas nuevas brechas o direcciones en la ciudad. Lo que define a su etapa de gobierno, es la capacidad de llevar a cabo muchas obras públicas de infraestructura dentro de la ciudad promoviendo y reforzando su proyecto de modernidad y progreso. Sin embargo, la ciudad como no solo es infraestructura, sino sobre todo el grupo humano que la habita, y las actividades que realizan en ella, forjó la necesidad de crear espacios públicos habitables, simbólicos y emblemáticos, tomando en cuenta que una ciudad no solo es un lugar donde poder movernos, sino un espacio donde poder crecer vivir y compartir el momento histórico en el territorio. Ya desde 1898, la morfología de las ciudades de Latinoamérica empieza a ser transformada mediante la implantación del patrón de la ciudad norteamericana. Se trataba de “un nuevo paradigma urbano, de una matriz de construcción y planeamiento de la ciudad modernizante, que diversos políticos y otros tipos de clientes en el extranjero creían un pasaporte hacia el futuro”436. Pero en este modelo, como ya lo había observado Forestier en 1906, en las ciudades norteamericanas se habían dado cuenta de que el “plan urbano es insuficiente si no incluye un plan coordinado que contenga los espacios abiertos exteriores e interiores para el presente y el futuro –con un sistema de parques y bulevares.”437 Así como se ha visto anteriormente, la creación de los nuevos ejes de apertura en el centro de la capital, fueron determinados por la escultura pública (Monumento al Combate Dos de Mayo), creando una nueva ciudad para sus monumentos, también fueron apareciendo durante este período muchos nuevos monumentos que se emplazaron en la ciudad. Los emplazamientos analizados anteriormente como la Plaza San Martín, Plaza Dos de Mayo y Parque Universitario, circunscritos dentro del casco urbano, aunque con pocas posibilidades de transformación abren un eje esencial de desarrollo urbano. Este permitió la creación de una nueva perspectiva, calcada de propuestas foráneas, aunque la documentación muestra que el monumento al Combate del Dos de Mayo es señalado como punto de partida obligado del eje a ser trazado.
436
CODY, Jeffrey W., Exporting American Architecture 1870‐2000, Routledge, 2003, p. 86.
437
id., p. 93.
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El Parque de la Reserva es un espacio público en un bosque natural, configurado desde un principio con la intención de integrar el paisaje con elementos artísticos y arquitectónicos. El hecho de que se creara una comisión interdisciplinaria enriqueció la conformación de este espacio, ya que se contemplaron en el proceso varios niveles simultáneamente. Existió un nivel macro de planteamiento tomando en cuenta la preexistencia natural del bosque, el significado simbólico del lugar, temas de orden urbano dentro de la zona a la que pertenece, y el desarrollo de la misma en beneficio de la sociedad. A nivel micro, tenemos la calidad artística, la presencia de elementos arquitectónicos conjugados con el paisaje, y la inclusión novedosa de una estética distintiva y re valorativa de la realidad histórica del Perú, con un claro mensaje de identidad. El tema del indigenismo y su difusión durante la “Patria Nueva” abarcó, todas las manifestaciones artísticas. Pero, si bien es cierto que los monumentos seguían regidos por su concepción clásica, dentro de la tradición realista representativa y occidental, en sus pedestales ya se empezaban a vislumbrar citas de iconografías prehispánicas pero solamente en dos de los 23 monumentos registrados durante el período que trata esta tesis, Lima 1919‐1930. La respuesta a que si este estilo realmente renovó las estructuras compositivas y formales del concepto artístico en el espacio público, y si es que, el reemplazo de símbolos llegó realmente a ser un cambio significativo para la percepción de sus gentes, creando una nueva patria; es negativa, ya que el gusto por lo europeo se siguió reflejando en cada elección de forma y contexto, no solamente en los lineamientos formales de la composición sino también en los elementos para su representación y su entorno. Esta tendencia, hacia la representación y la composición tradicional del bloque monumental y su conjunto, fue un patrón que marcó la pauta para la concepción de todos los monumentos vistos en este período, incluso la narrativa que configuraba la obra como documento histórico. La herencia de la concepción artística europea, que parte de la representación objetual como sentido de la obra de arte, provoca un quiebre significativo en la elaboración de los elementos simbólicos de representación basados en síntesis no figurativas. En relación a la tradición constructiva prehispánica, la cual se basaba en la relación de coordenadas espaciales, territoriales y astrológicas, para la configuración de sus espacios arquitectónicos, se ve escindida con la imposición de una nueva visión del mundo. Se va perdiendo la capacidad de contemplar estas dimensiones que albergaban las ciudades para elaborar su organización, integrando todas las relaciones en su conjunto. Entonces se deja al descubierto que la “Patria Nueva” se empezaba a cimentar una vez más, como se ha visto a lo largo de esta tesis, sobre las instauradas bases del viejo continente europeo, sin contemplar las características implícitas de la espacialidad peruana. El análisis de esta tesis en su conjunto, nos revela una visión más cercana a la búsqueda de modernidad, de una ciudad que quiere situarse a la altura de las grandes capitales del mundo y persigue un desarrollo que gira en torno al progreso, y a consecuencia de las recientes innovaciones tecnológicas, generando en el
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imaginario de la época, un nuevo repertorio de formas afines, para lograr instaurar una ciudad elegante, funcional y modernista. En el sentido de la inclusión iconográfica de las culturas prehispánicas para reivindicar un nacionalismo como identidad, se afirma que en el planteamiento y estructura general no se ha introducido ningún elemento que modifique ni altere el modo tradicional de abordar compositivamente la idea del monumento concebido según patrones europeos.438 En su relación con el entorno, en la elección del espacio de emplazamiento, en la configuración del espacio urbano en relación con el monumento, y en su ubicación en parques y plazas, tampoco se encuentra ninguna característica que revele su singularidad. Ya que no nos revelan una nueva constelación de relaciones formales. Tal vez, solamente, se trataba de integrar, dentro de los mismos patrones europeos, algunos elementos exóticos de la iconografía prehispánica para otorgarle al conjunto alguna intención indigenista a partir de la retórica prehispánica. Lo más relevante de esta presencia del Estado en las calles de Lima 1919‐1930, es que Leguía reclamó su presencia directamente materializada en parques, plazas y avenidas, a través de su propia imagen439. Vestigios materiales realizados por muchos de los artífices de los mismos monumentos registrados, que luego de derrocado su gobierno, desaparecieron completamente de la ciudad de Lima. En este caso no fue ni el culto a los antepasados, ni la historia como referente cultural, para imponerse o crear una conciencia colectiva, Leguía utilizó su imagen como omnipresencia, como instrumento de poder. Si como se diría anteriormente, la ciudad deviene en un libro abierto para ser leído en sus espacios urbanos, esa página ha sido borrada, no se sabe el valor artístico de esos monumentos, aunque sí, alguna referencia de los escultores contratados. Y es en el terreno de lo artístico, que lo simbólico cobra una dimensión total. Lo representado se convierte en un imaginario que empieza a formar parte de la ciudad y sus gentes—en el presente— desde que se instala en la esfera de lo público y es compartido por la comunidad. Aunque provocando reacciones y tensiones, divide y enfrenta a la población. Lo representado impone su presencia tratando de crear una identificación con el contexto, el que solo duró‐en este caso‐mientras vivía el mandatario. El concepto de arte público y su inclusión en la ciudad puede ser como se ha visto anteriormente; arte para la ciudad, arte en la ciudad y arte con la ciudad. La primera idea que traduce una concepción objetual y desligada del contexto espacial, se ve determinada en este aspecto, más dentro de un contexto temporal que espacial, la interacción complementaria y recíproca se da solamente mientras Leguía gobernaba la “Patria Nueva”. Reflexión que suscita un giro imprevisto e invita a cuestionar el significado objetual del monumento volteando la mirada hacia el sentido histórico permanente del espacio público. No se podrá hacer un registro
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Véase nota 403.
Véase nota 416.
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significativo sin incluir un estudio sociológico y profundo desde la percepción de sus habitantes. Lo que queda claro luego de este análisis es que, en este proceso de transformación, la escultura pública pudo haber sido emplazada en cualquier lugar, y ser trasladada y desaparecida, porque no existía un plan concreto para su ubicación dentro de la ciudad. Finalmente fueron las obras las que generarían una correspondencia con el sitio, creando una simbiosis de identificación con el lugar. La carga simbólica de los monumentos está conferida por su intencionalidad y se va reencarnando en la medida que logra establecer vínculos con el grupo humano que convive, en el espacio que la acoge, y en el tiempo que persista como presencia. Sin embargo, el vacío monumental al cual nos referimos nos advierte una dimensión que relativiza en el tiempo cualquier cuestión. La ciudad no es una realidad estática ni detenida en el tiempo, ni sujeta tan solo a procesos determinados por los protagonistas del poder, es una realidad viva en constante transformación. En el panorama temporal del objeto de estudio Lima 1919‐1930, restringido al ámbito concreto de los 23 monumentos existentes hasta hoy, se aborda el patrimonio como vestigio palpable, fijando la atención sobre la importancia del contacto físico con este pasado que pretende, a través de la escultura pública, hacer memoria en el espacio urbano. La conciencia de las restricciones que implica esta situación al abarcar una parte concreta del tema y nunca “el todo”, concluye que los referentes culturales que se han identificado resaltan valores históricos sí, pero a través de personalidades del mundo de las ciencias y las letras vinculados con el poder político, y que tuvieron alguna implicancia en temas de desarrollo del país como nación. No obstante, la conciencia por parte de Leguía de hacer historia a través de los monumentos públicos queda clara, rindiendo culto a estas personalidades ejemplares del pasado. No obstante, su presencia monumental, su propia imagen, no los acompañó en el espacio público, ellos lo sobrevivieron. Es verdad que no se ha encontrado la incorporación del pasado histórico como justificación del sentido del arte ni como propaganda política, aparte de su propia inclusión, pero esta se fue dando en la fuerte presencia del estado a través de sus obras públicas y en los espacios urbanos que empezaron a poblarse con monumentos, y que eran inaugurados por el mismo presidente de la República y su grupo de poder. Las contradicciones que se han identificado dentro de este análisis están implicadas dentro de posiciones ideológicas del gobierno de Leguía, y de su rol como presidente de la “Patria Nueva”, en lo religioso, en lo político, en lo económico y en lo cultural. Fue el gobierno civilista el que lo llevó al poder, sin embargo, se van alimentando las tensiones con relación al partido, para finalmente concretarse la ruptura, motivada por los diferentes criterios relativos al proceso de desarrollo del Perú.
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Paralelamente a la difusión de su discurso nacionalista, y su reivindicación al tema del indio, durante su administración, fue promotor de los intereses financieros e industriales del gran capital norteamericano.
Su acercamiento populista hacia los estudiantes se quiebra al terminar en 1928, promulgando el “Estatuto Universitario” que busca despojar de autonomía a las universidades.
En lo religioso, la incompatibilidad esencial entre, por una parte, la afirmación de un estado moderno, cosmopolita y librepensador, se ve cuestionada ante una sumisión tácita al poder de la Iglesia, actitud esta muy sintomática en gobiernos de corte absolutista.
Su apoyo presidencial a la Escuela de Bellas Artes en el sentido de poner los cimientos para un arte nacionalista, fue una manera de manipular la fuerza de la representación artística y entrar desde el poder a la esfera cultural.
En el ámbito del arte, en cuanto si es que se generaron contradicciones entre las dos tendencias artísticas: una arraigada (la europeísta) y la otra (la indigenista) en plena irrupción. La respuesta es que aunque se fueron tomando elementos indigenistas en todas las manifestaciones artísticas, se inclinaron más bien hacia una modernización de las formas, surgieron nuevas fusiones, renovando temas, personajes y paisajes, manteniendo intocable su estructura compositiva. Estos monumentos quedarán como testigos mudos, posesionados en el territorio de la capital, imperecederos por su material, significativos por su valor histórico, indescifrables en lo más hondo y como una renovada visión hasta que los estudiosos aporten, con su análisis, mayores interpretaciones. Imaginar este período del proceso urbano de Lima como un paisaje constituido con la presencia de elementos que simultáneamente la configuraban, donde emergen avenidas entre plantaciones, bosques y barrios de arquitecturas de estilos europeos, es un ejercicio que nos devuelve ilusamente la calma sobre una ciudad imposible de recuperar. Se ha elaborado un catálogo de los veintitrés monumentos del Oncenio numerando en orden cronológico la producción artística producida en el período señalado, con especial énfasis según su aparición temporal en el espacio urbano en base a la fecha de inauguración de la escultura, ya que este hecho nos remite a la entrega de la obra a la ciudad, y por tanto, el momento en que la obra adquiere estatus público. La elaboración de un catálogo que compile la obra escultórica que aún se encuentra en plazas, plazuelas, avenidas y alamedas de Lima pertenecientes al período temporal del gobierno de Augusto B. Leguía, expondrá la obra pública en su condición de bien cultural y patrimonio, así como también permitirá la apertura de futuras líneas de investigación.
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MONUMENTOS PÚBLICOS EN ESPACIOS URBANOS DE LIMA 1919-1930
A Actualidades Revista Ilustrada, 23, 218 AHMML, 23, 220, 244, 256, 293, 350 Alarco de Dammert, Juana, 311, 318 Alameda de Circunvalación, 74 Alameda de los Descalzos, 169, 173, 178, 198, 200, 305 Alexander, Alberto, 28, 77, 163, 168, 190, 201, 273, 275, 392 Alianza Popular Revolucionaria Americana, 114 AMTC., 23, 221, 249, 325, 396 APRA. Véase Alianza Popular Revolucionaria Americana Archivo JGD, 29, 30, 34, 37, 54, 63, 67, 73, 76, 79, 80, 81, 85, 86, 87, 171, 176, 191, 214, 387, 388, 389, 392, 393 Arco Morisco, 194, 246, 247, 249, 250, 251, 277, 285, 395 Avenida 28 de Julio, 196, 214, 249 Avenida a Chosica, 197 Avenida Alfonso Ugarte, 54, 169, 197, 198, 393 Avenida Argentina, 196 Avenida Arica, 198 Avenida Bolognesi, 197 Avenida Costanera, 198 Avenida del Progreso, 196, 393 Avenida del Brasil., 195 Avenida del Carácter, 198, 214 Avenida del Ejército, 198 Avenida del Progreso, 84, 196, 203 Avenida Elespuru, 198 Avenida Grau, 197, 198, 215, 304, 393 Avenida Javier Mariátegui, 198 Avenida Nicolás de Piérola., 196 Avenida Wilson, 199, 393
B Baca Flor, 217, 218, 393 Barcelona, 7, 11, 19, 62, 208, 307, 359, 371, 374 Balta, José, 58, 59, 63, 66, 79, 92, 364 batalla de Ayacucho, 18, 96, 97, 140, 256 Benavides, Óscar R., 104 Benlliure, Mariano, 218, 219, 221, 320, 360, 393 Billinghurst, Guillermo, 104, 112 Bingham, Hiram, 137 Blas, Camilo, 132, 143, 145, 319, 391 Bolívar, Simón, 38, 39, 159, 171, 299, 364, 387 Buenos Aires, 74, 77, 81, 84, 96, 307, 319, 371, 396
C Campo de la Exposición, 60
Candamo, Manuel, 83, 84, 102, 103, 133, 134, 135, 136, 158, 167, 189, 318, 372 Capel, Horacio, 61 Casa Inca, 271 Casafranca, Daniel, 260, 262, 298, 321 Casona de San Marcos, 242 Centenario de la Independencia, 11, 13, 216, 221, 247, 286, 334, 375 Centro Histórico, 179, 202 Castilla, Ramón, 35, 36, 38, 79, 136, 172, 216, 356 Castrillón, Alfonso, 11, 52, 155, 283, 286, 302 City Beautiful, 180, 208, 209 Ciudad de los Reyes. Véase Lima. Ciudad Expansiva, 165 Ciudad Irradiada, 164, 165, 168, 274 Ciudad Jardín, 178, 180, 204, 207 Ciudad Reutilizada y Densificada, 165 Ciudad y Campo, 24, 212, 220, 224, 226, 227, 228, 235, 236, 242, 393, 394 Civilismo. Véase Partido Civil Combate del Dos de Mayo, 92, 172, 174, 204, 215, 238, 243, 276, 365 Comisión Nacional de Riego, 117 Comisión Pro Monumentos para las Fiestas del Centenario, 302 Comité Pro‐Derecho Indígena, 131 Compañía del Ferrocarril Urbano, 87 Compañía Urbana La Victoria, 78 cultura Chavín, 97, 332, 337, 340, 357, 359 cultura Nazca, 137
D Domingo, Gregorio, 226, 311, 320, 321
E Echenique, José Rufino, 36 El Comercio, 24, 31, 57, 129, 248, 249, 303, 316, 376 Escuela de Artes y Oficios, 125, 150, 197, 313, 317, 319, 326, 345, 359, 396 Escuela de Bellas Artes, 138, 139, 145, 147, 149, 160, 161, 183, 359, 369 Escuela Moderna, 145 Escuela Nacional de Bellas Artes, 139, 147 España, 38, 40, 41, 56, 57, 61, 62, 100, 103, 137, 147, 180, 208, 209, 219, 226, 232, 233, 234, 248, 261, 320, 356, 372, 375, 376, 378, 379, 391, 394, 396 Espinoza, Ramón, 313 estatua, 31, 39, 42, 43, 124, 125, 127, 133, 134, 153, 216, 220, 256, 283, 288, 291, 299, 301, 308, 315, 321, 336, 343, 351, 356, 357, 358, 361, 375, 376, 390 Estela de Raimondi, 337 Estela Raimondi, 97, 336, 337, 358 EVOLUCIÓN URBANA DE LIMA, 25
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Johanna Hamann Mazuré
F ferrocarril eléctrico, 84 Foundation Company, 115, 182, 183, 185, 194, 196, 275, 392 Fuentes, Atanasio, 77 Fuentes, Manuel Atanasio, 37, 66, 83
G Gálvez, José, 40, 41, 48, 49, 136, 172 Gamarra Puertas, José, 11 González, Aníbal, 208, 231 Guerra con Chile, 38, 58, 74, 101 Guerra del Pacífico, 69, 71, 93, 105, 113, 253, 276 Gutiérrez Viñuales, Rodrigo, 11, 13
H Harth Terré, 66 Haussmann, 44, 60, 74 Haya de la Torre, Víctor Raúl, 104, 114, 115, 120, 121, 124, 373, 390 Herrera, Bartolomé, 242, 311, 315, 321, 358 Hijos del Sol, 298 Himno Nacional del Perú, 287 Hipódromo de Santa Beatriz, 84, 111, 200, 390 Hipólito Unanue, 315, 316, 320, 322, 358, 396 Houdon, 288, 289 Howard, Ebenezer, 178, 180, 208 huaca, 261, 271 Huaca, 33, 262, 363, 375 Huertas, José, 296
I Inca Manco Cápac, 153, 298, 301, 302 Inspección de Alamedas y Paseos, 242 Inspección Técnica de Urbanizaciones y Construcciones, 181, 190, 273 Instituto Nacional de Planeamiento y Urbanismo, 201 Izcue, Elena, 145, 319
K Klaiber, Jeffrey, 131
L La Crónica, 24, 133 La Habana, 61, 62, 74, 96, 180, 209, 210, 373 La Magdalena, 54, 69, 70, 72, 77, 78, 81, 195, 203, 389 La Prensa, 24, 28, 33, 34, 77, 80, 163, 222, 225, 242, 243, 371 La Victoria, 46, 47, 69, 71, 78, 80, 81, 86, 93, 189, 190, 215, 226, 253, 345, 347, 358, 373, 387, 397 Larco, Víctor, 238 Laso, Francisco, 44, 140, 141, 391
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Leguía, Augusto B., 5, 11, 13, 15, 16, 18, 88, 99, 100, 102, 104, 108, 128, 139, 158, 164, 167, 173, 190, 255, 342, 345, 347, 350, 351, 354, 355, 356, 365, 369, 371, 377, 397 Leguía, 14, 16, 17, 18, 19, 95, 96, 97, 99, 100, 101, 102, 103, 104, 105, 107, 108, 109, 110, 111, 112, 113, 114, 115, 116, 117, 119, 120, 121, 123, 124, 127, 128, 129, 130, 131, 133, 134, 135, 139, 140, 142, 147, 155, 157, 158, 159, 160, 161, 164, 165, 167, 170, 171, 172, 173, 177, 178, 179, 181, 182, 183, 187, 188, 190, 192, 194, 196, 197, 198, 199, 201, 202, 207, 208, 209, 210, 211, 214, 215, 216, 219, 224, 225, 238, 244, 247, 248, 249, 250, 251, 252, 253, 254, 255, 257, 259, 260, 272, 273, 274, 275, 276, 277, 281, 282, 286, 288, 291, 293, 296, 299, 302, 305, 308, 309, 310, 314, 317, 341, 342, 343, 344, 345, 346, 347, 348, 349, 350, 351, 353, 354, 356, 357, 360, 361, 362, 367, 368, 371, 372, 374, 377, 390, 392, 397, Véase Augusto B. Leguía Leonardini, Nanda, 96 Ley de Accidentes de Trabajo, 103 Ley de Apertura de Avenidas, 83 Ley de Conscripción Vial, 130 Life Insurance Company, 101 Lima, 5, 6, 7, 11, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 23, 24, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39, 40, 41, 42, 44, 45, 52, 53, 54, 55, 56, 58, 59, 60, 61, 62, 63, 64, 65, 66, 67, 68, 69, 70, 71, 72, 73, 74, 76, 77, 78, 79, 80, 81, 82, 83, 84, 85, 86, 87, 88, 89, 90, 91, 92, 93, 96, 98, 99, 100, 101, 102, 103, 104, 105, 106, 108, 109, 110, 111, 112, 113, 114, 115, 116, 118, 119, 121, 122, 123, 124, 125, 126, 128, 129, 130, 131, 132, 133, 134, 136, 137, 138, 139, 141, 142, 145, 147, 150, 152, 153, 155, 156, 157, 162, 163, 164, 165, 166, 167, 168, 169, 171, 172, 173, 174, 175, 176, 177, 178, 179, 180, 181, 182, 183, 184, 185, 188, 189, 190, 191, 194, 195, 196, 197, 200, 201, 202, 203, 204, 205, 206, 207, 208, 209, 210, 211, 212, 215, 216, 217, 219, 220, 221, 222, 223, 224, 225, 226, 227, 228, 229, 231, 232, 234, 235, 236, 239, 242, 243, 244, 246, 247, 248, 249, 250, 251, 253, 254, 255, 256, 257, 259, 260, 261, 262, 263, 264, 265, 267, 270, 271, 272, 273, 274, 275, 276, 277, 281, 282, 283, 286, 288, 291, 296, 298, 299, 301, 303, 305, 306, 309, 311, 313, 314, 316, 317, 318, 320, 324, 326, 327, 330, 334, 336, 341, 342, 343, 344, 345, 347, 353, 354, 355, 356, 357, 358, 359, 362, 363, 364, 365, 366, 367, 368, 369, 371, 372, 373, 374, 375, 376, 377, 378, 379, 387, 388, 389, 390, 391, 392, 393, 394, 395, 396, 397 LIMA, 1, 14, 16, 25, 26, 27, 52, 58, 65, 77, 96, 169, 176, 190, 209, 220, 232, 234, 255, 279, 371, 374, 375, 376, 391, 392, 394 Llona, Numa Pompilio, 42, 374 López de Romaña, Eduardo, 101, 157 Lorente, Sebastián, 312, 358
MONUMENTOS PÚBLICOS EN ESPACIOS URBANOS DE LIMA 1919-1930
Lozano, David, 133, 153, 155, 172, 255, 298, 299, 301, 311, 321, 322, 327, 336, 347, 361, 391 Ludeña, Wiley, 7, 60, 184, 190, 194, 201, 207, 211, 231
M Machu Picchu, 327 Majluf, Natalia, 11, 39, 53, 57, 136, 302 Malachowski, 150, 220, 221, 222, 223, 231, 232, 239, 393 Manco Capac, 316, 322 Manco Cápac, 71, 153, 154, 155, 197, 200, 286, 298, 299, 300, 301, 302, 303, 304, 316, 321, 327, 329, 330, 331, 334, 336, 346, 357, 358, 361, 373, 391, 393, 396, Véase Inca Miró Quesada, Luis, 88, 220 Mariátegui, José Carlos, 122 Marquina, Rafael, 150, 226, 231 Martuccelli, Elio, 11 Martuccelli. Véase Martuccelli, Elio Meiggs, Enrique, 59, 60, 68, 70, 71, 388 Meunier, 288, 290, 357 Ministerio de Fomento, 23, 77, 78, 80, 101, 157, 163, 183, 189, 222, 226, 242, 254, 273, 275, 302 monumento, 12, 16, 31, 38, 41, 42, 46, 47, 50, 52, 53, 54, 55, 56, 57, 75, 82, 92, 124, 133, 135, 136, 152, 153, 155, 162, 172, 173, 174, 177, 194, 197, 214, 215, 216, 219, 221, 222, 223, 224, 225, 226, 229, 230, 232, 233, 237, 238, 243, 248, 249, 253, 254, 255, 256, 276, 283, 284, 286, 288, 291, 295, 296, 298, 299, 300, 301, 302, 303, 305, 307, 310, 312, 314, 315, 316, 318, 320, 321, 322, 323, 324, 327, 328, 329, 330, 332, 333, 334, 335, 336, 338, 343, 344, 347, 350, 351, 352, 353, 356, 357, 358, 359, 360, 361, 364, 365, 367, 368, 374, 379, 381, 388, 391, 393, 394, 396, 397 Monclús, Francisco Javier, 209 Monumento al 2 de Mayo, 46 Monumento al Combate del 2 de mayo, 38 Véase Monumento.
N Neocriollismo, 123
O Obelisco, 343, 397 Obelisco, 216, 251, 343, 344, 346, 397 Ocaña, Artemio, 124, 125, 133, 174, 312, 313, 317, 322, 323, 325, 326, 343, 396 Olmsted, 245, 270, 380 Oncenio, 5, 6, 13, 14, 16, 19, 98, 122, 128, 155, 210, 244, 255, 309, 342, 362, 369 Óvalo del Dos de Mayo, 174
P Palacio de la Exposición, 66, 137, 173 Palma, Ricardo, 305, 310, 323, 372 Pardo. Véase Manuel Pardo. Parque Central de La Reserva, 66 Parque Central del distrito de Miraflores, 342 Parque de la Exposición, 67, 70, 133, 173, 177, 200, 216, 295, 302, 314, 318, 357, 359 Parque de la Reserva, 178, 202, 249, 251, 252, 254, 256, 259, 260, 261, 262, 263, 266, 269, 270, 272, 273, 277, 306, 309, 318, 361, 365, 395, 396 Parque de La Reserva, 97, 190, 200, 253, 300, 308 Parque Universitario, 190, 200, 214, 215, 230, 232, 242, 243, 274, 277, 287, 300, 311, 312, 315, 357, 358, 365, 395 partido Civil, 101, 102, 103, 104, 105, 113, 127 Partido Comunista, 115 Partido Constitucional, 113 Partido Socialista, 114 Paseo Colón, 77, 82, 84, 133, 169, 172, 173, 174, 177, 178, 197, 204, 216, 255, 293, 318, 364, 392 Paseo de Aguas, 33, 178 Patria Nueva, 5, 13, 15, 16, 18, 19, 95, 96, 99, 108, 109, 114, 127, 128, 135, 139, 147, 148, 155, 158, 161, 162, 169, 198, 201, 207, 210, 211, 232, 244, 249, 253, 272, 273, 274, 277, 281, 298, 302, 317, 327, 353, 356, 357, 359, 360, 362, 366, 368, 371, 374, 375, 377 Paz Soldán, Mateo, 314, 322, 338, 339, 359, 361, 397 peruanismo pictórico, 123 Pezet, 40 Piérola, Nicolás de, 78, 79, 81, 101, 113, 157, 174, 190, 215, 232, 242, 287, 389 Piqueras Cotolí, Manuel, 137, 147, 160, 209, 224, 232, 234, 311, 314, 319, 320, 359, 375, 376, 391, 394, 396 Pizarro, Francisco, 26, 28, 89, 197, 198, 363 Plan de Desarrollo Urbano, 60 Plan Regulador, 58, 68, 71, 364 Plaza Bolívar, 39, 172, 173, 312 Plaza Bolognesi, 54, 78, 82, 172, 198, 200, 204 Plaza de Bolognesi, 174 Plaza Italia, 172, 173, 174 Plaza Mayor, 26, 27, 38, 54, 55, 63, 65, 73, 88, 172, 174, 175, 200, 215, 220, 247, 392 Plaza San Martín, 35, 88, 102, 149, 150, 190, 192, 200, 212, 215, 220, 222, 224, 225, 226, 227, 228, 229, 230, 232, 234, 235, 236, 237, 238, 244, 247, 254, 300, 306, 308, 309, 357, 360, 365, 393, 394 Plesbicito Tacna‐Arica, 96 Perricholi, 24 Porras Barrenechea, Raúl, 27, 119 Pozo, Ismael, 154, 156, 260, 269, 314, 315, 319, 320, 322, 338, 359, 392 Prado. Véase Prado, Mariano Ignacio Prado, Mariano Ignacio, 40 Plaza de Bolognesi, 174 Plaza Italia, 172, 173, 174
379
Johanna Hamann Mazuré
Plaza Mayor, 26, 27, 38, 54, 55, 63, 65, 73, 88, 172, 174, 175, 200, 215, 220, 247, 392 Plaza San Martín, 35, 88, 102, 149, 150, 190, 192, 200, 212, 215, 220, 222, 224, 225, 226, 227, 228, 229, 230, 232, 234, 235, 236, 237, 238, 244, 247, 254, 300, 306, 308, 309, 357, 360, 365, 393, 394 Plesbicito Tacna‐Arica, 96 Prado. Véase Mariano Ignacio, Véase Mariano Ignacio
R Reforma Universitaria, 120, 126, 372, 390 Reglamento de Policía Urbana, 70 Remesar, Antoni, 1, 7, 19, 279, 291, 377 república aristocrática, 101, 102, 113, 127, 128, 157, 158, 159, 161 República Aristocrática, 58, 61, 83, 99, 211, 375 Rímac, 26, 28, 29, 30, 60, 89, 165, 166, 173, 183, 189, 198, 200, 204, 214, 253, 276, 296, 305, 312, 342, 373 Rada y Gamio, 118, 177, 242, 291, 299, 341, 367 Reforma Universitaria, 120, 126, 372, 390 Reglamento de Policía Urbana, 70
S Sabogal, José, 122, 138, 142, 143, 144, 145, 160, 260, 262, 277, 319, 390, 391 Sada, Luis, 59, 60, 68, 70 Sada di Carlo, Luis, 59, 68 Sagrado Corazón, 124, 126 San Lázaro, 28, 30, 165, 166
San Martín, 40, 60, 97, 141, 171, 172, 177, 190, 200, 214, 215, 216, 217, 218, 219, 220, 221, 222, 226, 237, 255, 256, 277, 306, 309, 356, 357, 358, 359, 360, 375, 391, 393, 394 Sánchez, Luis Alberto, 108, 109, 113, 119, 122, 377 Sarmiento, José Faustino, 314 Sevilla, 62, 139, 148, 149, 150, 155, 305, 322, 341, 367, 371, 391 Sabogal. Véase José Sabogal. Sitte, Camilo, 201, 208 Sociedad de Amigos de los Indios, 129 Sucre, José de, 253, 254, 255, 306, 321, 361, 381 Sutton, Charles W., 117, 118, 390
U Uhle, Max, 137
V Valdelomar, Abraham, 112, 123, 390 Valladolid, Flor de María, 261 Vanderbilt Whitney, Gertrude, 293 Variedades, 24, 141, 152, 217, 218, 219, 221, 222, 223, 254, 298, 393 Vásquez Paz, Daniel, 260, 262, 395 Villarreal, Federico, 312, 323, 325, 326, 396 Viracocha. Véase Wiracocha.
W Wiracocha, 99, 159
Z Zulen, Pedro, 129
380
MONUMENTOS PÚBLICOS EN ESPACIOS URBANOS DE LIMA 1919-1930
381
Johanna Hamann Mazuré
INDICE DE IMÁGENES 1
Plano donde se esquematiza la Lima Prehispánica y el trazado con las 117 manzanas, y la Plaza Mayor.
Esquema realizado por la autora, sobre Plano realizado por Juan 440 Gunther.
2
Plano donde se esquematiza el crecimiento urbano y la muralla de fortificación construida 441 entre 1685 y 1687.
Esquema realizado por la autora, sobre plano elaborado por el Señor Juan Ramón Koening (Archivo JGD).
Plano donde se esquematiza en verde las murallas, en rojo las puertas, en azul el río Rímac y en violeta el Barrio de San Lázaro.
Esquema realizado por la autora, sobre plano levantado en 1859, y el 442 otro de P. V. Jouanny, levantando en 1880 (Archivo JGD).
Actual Parque de la Muralla
Foto, Antoni Remesar
4
Plano donde se resalta que Lima tenía 209 manzanas, lo que significa un crecimiento en 51 manzanas
Esquema realizado por la autora, sobre plano de Miguel Antonio de Learreta en 1797 (Archivo JGD).
5
Plano donde se resalta en verde la Plaza mayor.
Esquema realizado por la autora, sobre plano de la ciudad de Lima en 443 1821 reconstruido por el ingeniero José Barbagelata. (Archivo JGD).
6
Plano general de los ferrocarriles a carbón de Lima.
Esquema realizado por la autora, donde se resaltan las líneas del 444 ferrocarril.
7
Plano donde se esquematizan los recorridos de los ferrocarriles al Callao y a Chorrillos.
Esquema realizado por la autora, sobre el plano de Lima rectificado por Manuel A. Fuentes (Archivo JGD).
8
Plano donde se esquematiza en verde la Plaza Mayor, eje desde donde gravita la distribución de los cuarteles
Esquema realizado por la autora, sobre el plano de Lima rectificado por Manuel A. Fuentes (Archivo JGD).
9
Monumento a Simón Bolívar
3 3a
CASTRILLÓN, A. (1991). “Escultura Monumental y Funeraria en Lima”. Foto p.340
10
Monumento a la Victoria del Combate del 2 de Mayo
Postal de Lima, Perú. Editores Lothar Seer y Cia., Lima‐Perú. Colección Dargent.
11 12
La Victoria.2 de Mayo
Foto: Alicia Benavides Prado
13
Las cuatro figuras que acompañan a la Victoria. 2 de Mayo En el tambor de la columna .2 de Mayo
14 440
445
Foto de la época. 2 de Mayo
446
http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=757058&page=8, enlace consultado el 15 de setiembre del 2010. Foto: Alicia Benavides Prado
Foto: Alicia Benavides Prado
GUNTHER Juan y LOHMANN, Guillermo. Lima, pp. 37‐43. Lima, Ciudad de los Reyes, en 1688, para el libro que en homenaje a la beatificación de Toribio Alfonso de Mogrovejo, titulado ”La Estrella de Lima Convertida en Sol”, escribió el Licenciado Francisco de Echave y Assu (Archivo JGD). 442 GUNTHER, J. (1983). Planos de Lima 1613‐1983, Lima, Copé. Planos Nº 10 y Nº 12. 443 La reconstrucción del plano de Lima se ha ejecutado teniendo en cuenta a) el plano mandado hacer en 1787 por el gobernador intendente de la capital y visitador general del virreinato Don Jorge Escobedo y Alarcón, b) El Plano de Learreta de 1797, c) la ordenanza de Escobedo el 17 de abril de 1785 sobre división de cuarteles y barrios. y d) Los padrones generales de los contribuyentes de Lima formados en mayo de 1821 por los corregidores comisionados de los cuarteles de la ciudad. 444 MC EVOY, Carmen. Homo Politicus. Manuel Pardo, la política peruana y sus dilemas 1871‐1878, Instituto Riva‐Agüero, Instituto de Estudios Peruanos, Oficina Nacional de Procesos Electorales, Lima, 2007, p. 41. 445 Foto sacada del libro de CASTRILLÓN‐VIZCARRA, Alfonso “Escultura monumental y funeraria en Lima” en Escultura en el Perú, Banco de Crédito del Perú, Lima, 1991, pp. 338‐340. 446 , 441
382
15
El Poeta y Ministro de Guerra, José Gálvez .2 de Mayo
Foto: Alicia Benavides Prado
16
Inscripción en el Monumento. 2 de Mayo
Foto: Alicia Benavides Prado
17 18
Reja y escudo del monumento. 2 de Mayo
Foto: Alicia Benavides Prado
Vista del Monumento. 2 de Mayo
Foto: Alicia Benavides Prado
19 20
Foto de revista. 2 de Mayo
“El Perú Ilustrado”, Año 5, No. 243, 2 de enero de 1892, p. 6547.
Plano donde se esquematiza en verde las murallas de Lima y en rojo la ubicación del Monumento al Combate del Dos de Mayo.
Esquema realizado por la autora, sobre el plano de Lima levantado por el ingeniero Dupard, en 1859. (Archivo JGD).
21
Plano donde se esquematiza a en verde las murallas de Lima y la Plaza Mayor, en rojo la ubicación del monumento al Combate del 2 de Mayo con las plazas y avenidas que se trazaron posteriormente.
Esquema realizado por la autora, sobre el plano de Lima levantado por el ingeniero Dupard, en 1859. (Archivo JGD).
22
Vista actual del monumento.
Foto: Alicia Benavides Prado
23
Plano donde se esquematiza la ubicación del Monumento al Combate del Dos de Mayo.
24
Antigua puerta de la muralla llamada 448 Maravillas. Plano donde se esquematiza en verde las murallas de Lima y la Plaza Mayor y en rojo la ubicación de la puerta de Juan Simón y la Penitenciaría.
25
26
Plano se esquematiza en color naranja las primeras aperturas de las murallas. Portada del Callao: Monumento al 2 de Mayo, Portada de Juan Simón: Penitenciaría, y Portada de Guadalupe Parque de la Exposición.
Esquema realizado por la autora, sobre plano levantado en 1859, y el 447 otro de P. V. Jouanny, levantando en 1880 (Archivo JGD). (Archivo JGD).
Esquema realizado por la autora, sobre plano levantado por el ingeniero Dupard, en 1859. (Archivo JGD).
Esquema realizado por la autora, sobre plano de Lima, preparado por el Cuerpo Técnico de Tasaciones (Archivo JGD).
27 28
Plano donde se esquematiza el proyecto de urbanizar fuera del perímetro de la ciudad 449 fundacional. Plano donde se esquematiza en rojo el tipo de 450 expansión horizontal y paralela al centro.
Esquema realizado por la autora, sobre plano de Lima, proyectado por el Ingeniero Sada. Colección de BROMLEY Juan y BARBAGELATA. Esquema realizado por la autora, sobre plano de Lima, mandado levantar por Enrique Meiggs, en 1876. (Archivo JGD).
29
30 31
Plano de Lima para poder ver su ubicación en relación al Océano Pacífico y a la de la ciudad amurallada. Se señalan en amarillo, La Magdalena, Miraflores y Chorrillos como propuestas de nuevas urbanizaciones. El proyecto de urbanizar fuera del perímetro de la ciudad
Esquema realizado por la autora, sobre plano de Lima, donde se ha superpuesto el proyecto de Meiggs.
La Avenida de La Circunvalación
Esquema realizado por la autora, sobre plano de Lima, preparado por el Cuerpo Técnico de Tasaciones para el avalúo de las áreas urbanas de Lima. (Archivo JGD).
Esquema realizado por la autora, sobre plano de Lima, proyectado por el Ingeniero Sada. Colección de BROMLEY Juan y BARBAGELATA José.
GUNTHER, J. (1983). Planos de Lima 1613‐1983, Lima, Copé. Planos Nº 10 y Nº 12. . Fecha de consulta: 04.04.2010. Este plano se pierde durante la Guerra del Pacífico, en 1886, y es hallado casi medio siglo después, aunque ya en su época se llegaron a realizar “varias de las más importantes arterias locales y hasta otras mejoras urbanas” (BROMLEY y BARBAGELATA, 1945: 86). 450 BROMLEY, Juan y BARBAGELATA, José. Evolución urbana de Lima. Lámina No. 20. 447 448 449
383
Johanna Hamann Mazuré
451
32 33
PARÍS, 1921.
34
Las plazas circulares.
35
La Avenida Piérola o de La Magdalena.
36
La nueva avenida La Colmena o Nicolás de Piérola
37
La nueva avenida La Central
38
Plano donde se esquematiza en verde la Av. La Colmena llamada Interior, y actualmente Nicolás de Piérola. Figura que como proyecto la avenida Central que era una prolongación de la avenida Brasil o de La Magdalena y antes Piérola 453 Monumento a Francisco Bolognesi.
Los nuevos nombres que tomaron las avenidas
HEGEMANN, Werner y PEETS, Elbert. “Arte Civil .El Vitrubio americano Esquema realizado por la autora, sobre plano de Lima, preparado por el Cuerpo Técnico de Tasaciones para el avalúo de las áreas urbanas de Lima. (Archivo JGD). Esquema realizado por la autora, sobre plano de Lima, preparado por el Cuerpo Técnico de Tasaciones para el avalúo de las áreas urbanas de Lima. (Archivo JGD). Esquema realizado por la autora, sobre plano realizado por el 452 Ingeniero Enrique E. Silgado 1898. BROMLEY Juan y BARBAGELATA José.
39
Esquema realizado por la autora, sobre plano de Lima, preparado por el Cuerpo Técnico de Tasaciones para el avalúo de las áreas urbanas de Lima. (Archivo JGD). Esquema realizado por la autora, sobre plano de Lima, preparado por el Cuerpo Técnico de Tasaciones para el avalúo de las áreas urbanas de Lima. (Archivo JGD). Esquema realizado por la autora, sobre plano de Lima, de Santiago Basurco. (Archivo JGD).
Postal de Lima .Editores Lothar Seer y Cia., Lima‐Perú. Colección Dargent.
40
Plano donde se esquematizan avenidas, plazas, nuevo barrio
Esquema realizado por la autora, sobre plano de Lima, de Ricardo
41
Plano donde se esquematiza el nuevo barrio de Santa Beatriz.
Esquema realizado por la autora, sobre plano de Lima, de Santiago Basurco. (Archivo JGD).
42
Plano donde se esquematiza la irradiación vial de Lima fundacional
43
Estampilla por el centenario de la 454 Independencia. 455 Presidente del Jockey Club.
Tizón y Bueno, 1908. (Archivo JGD).
Esquema realizado por la autora, sobre plano general de los Ferrocarriles eléctricos de Lima, Callao y Chorrillos por el ingeniero Enrique E. Silgado. El plano se publicó el año 1908 en el libro “Reseña Histórica de los Ferrocarriles del Perú” de Federico Costa y Laurent (Archivo JGD).
44
45
El presidente Augusto B .Leguía1909.
46
Plano donde se esquematiza el área que el Perú consideraba su territorio.
451
LEONARDINI, Nanda. “Identidad, ideología e iconografía republicana en el Perú” LINARES MÁLAGA, Fausto E. (recopilador). 456
Fotografía de A. Dubreuil .
Esquema realizado por la autora, sobre el mapa político y geográfico del Perú en 1908 de Camilo Vallejos.
HEGEMANN Werner y PEETS, Elbert. “Arte Civil. El Vitrubio americano: Manual de arte civil para el arquitecto.”Planes urbanísticos como diseños unitarios, p.240. 452 BROMLEY, Juan y BARBAGELATA, José. Evolución urbana de la ciudad de Lima. 1945, Índice Nº 26. 453 Editores Lothar Seer y Cia., Lima‐Perú. Colección Dargent. 454 LEONARDINI, op. cit., p. 1264. 455 LINARES MÁLAGA, Fausto E. (recopilador), El Cardenal Benlloch em el Per, Imprenta y litografía, T. Scheuch, Lima, 1924, p. 153 456 Adolfo Dubreuil (1848‐1927), fotógrafo. francés, recibió premio en la exposición de 1900 en París ,viajó al Perú muchas veces donde conoció y trabajó en el estudio Courret siendo su socio.
384
457
47
Afiche de propaganda de la época.
48
Jirón de La Unión. Lima 1924.
49
Inauguración del Country Club, San Isidro.
50
Hipódromo de Santa Beatriz.
51
Abraham Valdelomar en Sicuani, 1919.
52
Haya de la Torre en el Cuzco , José Carlos 462 Mariátegui. 463 Revista Time del 8 de setiembre de 1930.
53
. Fecha de consulta: 15.09.2010.
458
459
. Fotos antiguas Lima . Fotos antiguas Lima
460
. Fotos antiguas Lima
Fotografía de Martín Chambi.
461
464
MILLA BATRES, Carlos. Diccionario histórico y biográfico. . MILLA BATRES, Carlos. Diccionario histórico y biográfico.
54
Charles W. Sutton en 1912.
55
El ministro de Fomento el Dr. Rada y Gamio.
56 57 58
Presidente Leguía, Universidad de San Marcos.
Foto histórica.
Grupo del Conservatorio Universitario.
REVISTA: MUNDIAL. (Suplemento a la edición del Centenario).
Manuel Rospigliosi, Haya de la Torre y Raúl Porras. Fiesta obrera.
Foto histórica. REVISTA: MUNDIAL. (Suplemento a la edición del Centenario).
59
. Fotos antiguas Lima.
465
60
Carátulas diseñadas por José Sabogal.
61
Montaje de la obra. Corazón.
62
La estatua en bronce recién montada.
63
Lima el 23 de mayo de 1923.
64
Leguía con el Arzobispo Emilio Lisson.
466
Estatua al Sagrado
SABOGAL su entorno y su tiempo. REVISTA: MUNDIAL.
467
REVISTA: MUNDIAL.
468
469
DEL MAZO, Gabriel (compilación), La Reforma Universitaria, Tomo II. REVISTA: MUNDIAL.
457
. Fecha de consulta: 15.09.2010. 458 . Fecha de consulta: 15.09.2010. 459 . Fecha de consulta: 15.09.2010. 460 . Fecha de consulta: 15.09.2010. 461 FONDO EDITORIAL V. R. HAYA DE LA TORRE, Haya de la Torre. Una vida ejemplar y ejemplarizadora, Biografía e iconografía, Lima, 1989, p. 18. 462 Fotografía en MILLA BATRES, Carlos (editor), Diccionario histórico y biográfico del Perú. Siglos XV‐XX, Tomo V, H‐M, Editorial Milla Batres, Lima, 1986, p. 392. 463 “PERU: Ya ha firmado” en Time, 8 de setiembre de 1930, puede leerse en el enlace (Fecha de consulta: 058.2010)