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TÍTULO: EL JUEGO EN LA INFANCIA Luis Fernando Jiménez Iglesias Psicopedagogo licenciado por la Universidad de Extremadura Resumen: Estudio descriptivo acerca del juego en la etapa de educación infantil y primaria, cuando es una herramienta pedagógica básica. Palabras clave: Juego, desarrollo, interacción, motricidad, socialización. Abstract: Descriptive study about the game in primary and nursery education, when it is a basic educational tool. Key words: game, development, interaction, mobility, socialization. 1- Introducción El juego, algo presente en todas las civilizaciones de La Tierra, es un compendio de actividades prosociales, personales y culturales, que desarrolla las funciones psicológicas y que nos permite a todos, tanto educadores como niños, acercarse al mundo de una manera dinámica y constante. Todos hemos jugado siendo niños, y, gracias a ello, somos capaces de enfrentarnos a diversos acontecimientos culturales y sociales que, sin el juego, hubieran sido inútiles o no se hubieran dado. El juego en la infancia, sobre el que versa este artículo, viene a darnos una visión general sobre qué es el juego, como se produce, cuando se da y para qué sirve, además de dar una panorámica sobre los diferentes autores que han hablado sobre el juego, sus teorías y sus puntos fuertes, todo ello desde una aplicabilidad en la escuela de educación infantil y primaria, que son los momentos donde el juego se desarrolla con mayor fluidez y requiere del visionado por parte de los profesionales que están trabajando con niños.
2- ¿Qué es el juego? El juego, desde el punto de vista gramatical, viene del latin iocus, y, según el DRAE es la "acción y efecto de jugar". Pasando esta definición por alto, aunque teniéndola presente, estamos ante un complejo compendio de acciones que se ejecutan por parte de los seres humanos y muchos animales, tanto mamíferos como no. Cabe destacar que somos los seres humanos los animales que más tiempo juegan desde su nacimiento.
En el mundo animal, el juego tiene dos vertientes fundamentales: la creación de vínculos a través del movimiento y la creación de futuros adultos, con todo lo que ello implica. El juego tiene diferentes visiones según busquemos en una determinada área científica o en otra; la psiquiatría da unas directrices, la psicología da otras y la pedagogía tiene las suyas propias, que, aunque se diferencian unas de otras, vienen representando lo que diríamos es un universo concreto y no muy distante. Esto es que, por ejemplo, para autores el juego no deja de ser una quema de energía que tenemos en exceso, aunque, para otros autores y escuelas de pensamiento, el juego representa un camino a seguir por parte de los niños, ya que refina la comunicación social, ayuda a aprender a vivir y es un acto necesario para el correcto desenvolvimiento del alumno en su día a día. El juego es un acto social, desarrollador, activo e insustituíble. Es un potenciador de la personalidad humana y apoya el desarrollo del niño en su correcto crecimiento hacia la vida adulta. La actividad lúdica, como ya hemos dicho, tiene diferentes funciones, las cuales dependen del tipo de juego y de la forma en que se produce el mismo. El juego ayuda al niño a superar el egocentrismo infantil, pasando del yo al nosotros a su ritmo, claro está. Por otro lado, las actividades recreativas tienen una importancia enorme en el desarrollo de la motricidad, pues, ya desde bebés, los niños se divierten realizando actividades motoras básicas y de manera reiterativa; es fundamental en el desarrollo del esquema corporal, que no es otra cosa que el conocimiento, asimilación y toma de conciencia del propio cuerpo, de sus habilidades y del correcto desenvolvimiento en el espacio. El esquema corporal, que depende del hipocampo cerebral y de su correcto funcionamiento y desarrollo, es una de las principales aptitudes que debe tener un niño, ya que será el fundamento con el que se relacionará con el resto del mundo, con su propio cuerpo. A pesar de que es algo fundamental, el esquema corporal se desarrolla con mucha lentitud, por lo que os docentes y el personal sociosanitario relacionado con el niño no debe preocuparse si un niño pequeño no es capaz de situar en el espacio su propio brazo o no es capaz de localizar los diferentes segmentos que componen su cuerpo. El hecho de que un niño juegue es síntoma de normalidad, ya que, de otro modo, estaríamos hablando de una posible señal de alarma. La actividad lúdica es, por lo tanto, un sistema de conocimiento del niño, y que debe ser objeto de revisión y cuidado por parte del centro educativo y de la familia. Una evaluación psicopedagógica completa debe basarse en datos objetivos, y uno de dichos datos debe ser la visualización del juego del niño, tanto en su ambiente escolar como en sus propias casas. El juego, como tal, es un propiciador del aumento de la inteligencia, da una mayor fluidez a la hora de recuperar sonidos en el cerebro y asignarles una situación o una definición (la función simbólica, de la que se hablará más adelante y que suele darse entre los 24 y 30 meses), y cumple una función compensadora entre las desigualdades socioculturales que pueden darse. El juego es un vehículo impagable de comunicación entre pares y debe desarrollarse tanto de un modo académico como potenciar su desarrollo en otros contextos. Es una piedra angular donde el aprendizaje se basa.
El juego con objetos debe realizarse en su correcta medida, ya que un exceso de juguetes hará que la imaginación del niño, por así decirlo, se atrofie. Es importante saar al niño a la calle, a que realice lo que se conoce como juegos tradicionales, ya qe se estimulará su socialización entre igules y los separaremos de los videojuegos y la televisión. A pesar de que haya juegos que se realizan en soporte digital y que son muy beneficiosos por su gran aporte pedagógico, el niño debe tener una serie de juegos con amigos para mejorar su calidad emocional. Los objetos de juego son nexos que unen al niño con su propio entorno y que, por así decirlo, mejoran la calidad del desarrollo. Pero, como se ha dicho antes, en su justa medida. Los juguetes, tanto si son pedagógicos como si no lo son objetos prescindibles hasta cierto punto. 3 – Autores y teorías Desde el principio de la pedagogía y de la psicologia el juego ha sido uno de los grandes temas de investigación. Además, la medicina también ha aportado sus granitos de arena hacia el comportamiento lúdico de los más jóvenes. En este trabajo se hará distinción de tres vertientes: la psicología, la psiquiatría y la pediatría.
3.1- Piaget: Aportaciones desde la psicología. La teoría propuesta por Jean Piaget potenció los métodos de enseñanza activa que, durante los primeros treinta años del S.XX, surgieron. Algunos de sus seguidores, como Montessori, Dewey o Cleparède, vinieron a predicar sus teorías. El desarrollo del niño es algo que se relaciona estrechamente con los estadios por los que pasa y con el desarrollo cognitivo general. La maduración no es lo único que afecta al desarrollo, sino que, por otro lado también son importantes los ambientes físicos y sociales. Para Piaget, el juego se divide según los estadios por los que va pasando el niño, y estos son: – Estadio sensoriomotor: Va desde el nacimiento hasta los dos años. En este momento el niño realiza una serie de repeticiones de actividades placenteras. Ya se logra repetir y combinar acciones de estimulo – respuesta, lo que permite que surjan la imitación, el juego y el afecto. Este es el momento en el que se inicia la función simbólica, que traerá como consecuencia durante el siguiente año un desarrollo enorme de la función mental en lo referido al lenguaje. – Estadio Preoperacional: Va desde los dos hasta los 6/7 años.: El inicio de la función simbólica desencadena el juego simbólico. En estos momentos el niño actúa como si fuera otra persona y realiza actividades que le reportarán importantes progresos en su desarrollo. En el juego simbólico el niño se distancia de la realidad para vivir una inmersión en un mundo fantástico. – Estadio Operacional Concreto: Va desde los 6/7 años hasta los 12. En este estadio el niño ya está preparado para comenzar con los juegos de reglas. Los niños se van separando poco a poco del juego fantástico para hacer una inmersión en los juegos reglados, que serán fundamentales en el correcto desarrollo de sí mismos, así como un desarrollo de la educación en valores. – Estadio Operacional Formal: Se desarrolla desde los 12 años hasta el final de la vida. Se sigue inmerso en los juegos de reglas y en los juegos de construcción.
3.2- Winnicott: Trabajos psicoanalíticos desde la psiquiatría. Para Winnicott el primer reflejo en el que un ser humano se proyecta es en la madre, que comparte con el niño en su cara la emoción sentida cuando se miran. La vida de una mujer cambia en muchos aspectos cuando concibe un bebé. La lactancia de un niño, que dura unos nueve meses aproximádamente, es un tiempo en el que los ojos del neonato están, por así decirlo, predispuestos y prediseñados para mirar a unos 40 o 50 centímetros, que es la distancia que separa el pecho de la madre de la mirada de la misma, obteniendo así una predisposición ocular hacia las primeras facciones y primeras acciones de la madre (su sonrisa, los movimientos de su boca, su mirada, etc...) No debemos olvidar que para Winnicott el desarrollo emocional de un niño comienza con su propio nacimiento. Entre los siete y los nueve meses el niño ya puede divertirse arrojando objetos lejos de sí mismo. Es una actividad que crea en el niño la sensación de placer que produce el juego más elaborado en momentos posteriores del desarrollo. Por ello, estamos ante los inicios de la actividad lúdica. A los niños, cuando estamos hablando de juego, se les debe permitir lo que se llamarían delirios en una persona adulta. Creerse otra persona, hacer el papel de una determinada profesión o trabajar diferentes aspectos de la vida social aprendida. Al jugar a "papá y mamá", los niños están interiorizando lo que llamamos normas sociales, aunque éste sea sólo uno de los múltiples juegos a los que juega. Por otro lado, la actividad lúdica en cooperación con los padres es algo tremendamente beneficioso para el niño, ya que le aporta nuevos y valiosos elementos relacionados con la actividad infantil. Si todo se desarrolla conforme a la media de la campana de Gauss, el niño pasará de la dependencia absoluta a la independencia total, pasando priimero por la dependencia relativa. Además, debemos saber que, en la escuela, el juego se desarrolla de manera que deba ser atractivo para el niño, pues, sobre todo a principios de curso suele darse lo que se conoce como Trastorno de Ansiedad por Separación; tiene una incidencia de, aproximádamente, el 5% de la población, se da en ambos sexos por igual y es más común en niños de entre 5 y 7 años. Se caracteriza por miedo a la separación de la madre como principal figura de apego al asistir al centro educativo o a otro sitio. Si no se corrige, en la adultez puede desembocar en un trastorno de la personalidad, aunque lo más habitual es que pase a los pocos días. Por otro lado, según recientes estudios publicados en www.psiquiatria.com revelan que los niños de 7, 8 y 9 años que realizan actividad física durante sesenta minutos al día tras asistir al centro educativo registraron una mejora en su capacidad de atención y de no distracción. El juego, por lo tanto, se hace referencia para un correcto desarrollo de las funciones mentales y para una óptima carrera académica, fomentando aptitudes en los alumnos que de otro modo serían más difíciles de realizar.
3.3- Sheridan: Aportes desde la pediatría La doctora Mary Sheridan, que pasó casi cuarenta años de su vida ejerciendo la medicina en la sección de pediatría, es otra de las fuentes para este trabajo, ya que fue, lo que ella denominó, educadora práctica. Para ella, el desarrollo del juego se fundamenta en la modulación, modificación y trabajo sobre perspectivas sociales, emocionales, lingüísticas, físicas e intelectuales. Las primeras interacciones con sus criadores por parte de los niños se basan en la mirada, los gestos faciales espontáneos, los gestos faciales de imitación (miméticos) y de la modulación del sueño y la vigilia. Para ella, el juego era un compromiso ilusionante en el esfuerzo físico o mental que los niños tienen para obtener satisfacción emocional. No debemos olvidar, por otro lado, que durante el juego los niños crean serotonina, molécula que desciende el estres del niño. Aparte de estos autores, muchos filósofos, educadores, psiquiatras y psicólogos han establecido sus teorías acerca del juego en los niños. Para Karl Groos, el juego es una actividad básica para que los niños tengan un buen desarrollo hacia la adultez. Para Melanie Klein, doctora psiquiatra fundadora de la escuela inglesa del psicoanálisis, el juego es el mejor medio que posee el niño para poder expresarse. Para Vigotsky, la fundamentación de la actividad lúdica infantil es la creación de una situación ficticia. Además, el juego representa uno de los puntos clave donde apoyarse a la hora de crear la Zona de Desarrollo Próximo. Para Freud, el juego estaba asociado con los instintos, y, en especial, con la búsqueda de placer.
4- El papel del educador El docente es un profesional de la actividad formativa, quien también debe tener nociones de la actividad lúdica que desarrollan los alumnos como niños que son. El comportamiento del mismo en el aula debe ser un precursor del juego, un incitador a la actividad lúdica que tan importante es para los niños tanto para el aprendizaje de contenidos como para el desarrollo psicosocial del alumno. Desde las universidades debe potenciarse el juego como elemento fundamental de aprendizaje en la infancia, sobre todo en lo que respecta a los futuros educadores de Educación Infantil y Primaria. Eso es crear una serie de aptitudes en el educando universitario para que el desarrollo de su actividad docente sea lo más facil, placentera, apropiada y focalizada en el niño como sujeto de aprendizaje continuo a lo largo de todas las etapas de la educación. Además, la actitud positiva ante el juego como herramienta pedagógica, como fundamento de un aprendizaje para la vida, debe estar en todos los docentes que tratan con niños. Los educadores deben tratar de poner al niño en relación con su propio aprendizaje, y, además, buscar el modo de que los niños más introvertidos se socialicen como cualquier otro con un índice de extroversión mayor. Un niño con cualquier tipo de discapacidad se sentirá mejor en un grupo de iguales si
es capaz de jugar a lo mismo que el resto; por ello, los docentes deben procurarse juegos en los que la inclusión, la no violencia, la integración de todos y una larga lista de actitudes prosociales se den. Es fundamental para el niño saberse como parte de un grupo, y para eso el juego es un gran aliado del profesor. Los juegos con sonidos, con palabras, los juegos sociales, los juegos con objetos, etc... deben llevar al niño hacia una integración completa en un nucleo estable como es el grupo-clase y con los amigos fuera del centro educativo. Todas estas razones sirven para fomentar los valores a través del juego. El apoyo de padres y familiares a la escuela es un elemento muy importante para que el docente pueda desarrollar su labor de la mejor manera. 5 – Conclusión Como se podrá presupones tras haber leído este artículo, el juego es una pieza clave y fundamental en el desarrollo intelectual, social y personal del niño, ya que va formando en el características que luego serán fundamentales en el desenvolvimiento de la vida adulta. Tanto los juegos de reglas como los meros movimientos de cabeza de un bebé vienen a traernos que el acto lúdico está presente en toda la vida humana, que se desarrolla de manera paralela al propio ser humano y que no depende de conductas azarosas, sino que viene envuelto en un conglomerado de sensaciones y desarrollos. El niño, que usa sus experiencias de juego para descubrir posibles causas y efectos, es el principal sujeto creador de su propio aprendizaje; con esto quiero decir que el niño depende de los adultos, pero también debe tener una actividad lúdica correspondiente con su propio estado de desarrollo. El juego, por lo tanto, se postula como uno de los principales fomentadores del desarrollo personal del niño, por lo que, en coherencia con la actividad adulta, debe ser fomentado en todas sus áreas y momentos. 6- Bibliografia – Abad Molina, J. y Ruiz de Velasco Gálvez, A. (2011) El juego simbólico. Barcelona: Graó. – Aizencang, N. (2005). Jugar, aprender y enseñar. Relaciones que potencian los aprendizajes escolares. Buenos Aires: Manantial. – de Ajuriaguerra, J. (1977). Manual de psiquiatría infantil. Barcelona: TorayMasson. – Anguera Argilaga, M. T. (1988). Observación en la escuela. Barcelona: Graó. – Almonacid Guinot, V. y Carrasco Abril, M. J. (1989). El juego en los niños ciegos y deficientes visuales. Madrid: Ediciones de la Organización Nacional de Ciegos de España. – Barros de Oliveira, V. y Bossa, N. A. [coords] (2001). Evaluación psicopedagógica de 7 a 11 años. Madrid: Narcea. – Bernabeu, N y Goldstein, A. (2009). Creatividad y aprendizaje: El juego como herramienta pedagógica. Madrid: Narcea. – Blasco Calvo, P. y Giner Alcañiz, M. J. (2001). Psicopedagogía. Valencia:
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