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Guión para la Celebración Dominical y Festiva “en ausencia del presbítero” TODOS LOS DIFUNTOS
1. - RITOS INICIALES: Presidente/a : En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Todos: Amén. Presidente/a: El saludo es de parte de Dios nuestro Padre. Bienvenidos a la reunión de la comunidad, que
cada domingo acude a celebrar la alegría de un Dios, que es Padre que nos quiere con locura. Todos: Bendito seas por siempre, Señor. Monitor/a o presidente/a
Hoy celebramos el misterio pascual Que esta celebración nos llene de de Cristo, haciendo memoria de nuestros vida y de esperanza a nuestros difuntos seres queridos. y a nosotros. Es un día, pues, de recuerdo, de Ellos viven ya en Cristo, súplica por ellos, de reflexión para dichosos, felices. Ése es el mensaje. Y nosotros y de esperanza. Es un día para nos invitan a vivir la vida fraterna que vivir el misterio de la comunión de los ellos, con Dios, desean para todos santos. nosotros. Vamos a celebrar todos unidos, en Un día viviremos en Cristo con este Día de los Fieles Difuntos, nuestra Fe todos ellos. Él es el Señor. en Cristo resucitado. Él es para nosotros el La paz de Dios camina siempre Camino, la Verdad y la Vida. El que cree con nosotros. en él, aunque haya muerto, vivirá. Sed todos bienvenidos Presidente/a: Confiando en tu amor misericordioso, abrimos nuestro corazón, reconocemos ante Ti lo que somos y te pedimos perdón: Tú que nos hiciste para la vida y nos tienes preparado un futuro mejor del que imaginamos: ¡Señor, ten piedad! Todos: ¡Señor, ten piedad! Tú que experimentaste nuestra muerte y nos has adelantado en la vida que a todos nos reservas, ¡Cristo, ten piedad! Todos: ¡Cristo, ten piedad! Tú que con tu aliento recreas la vida y haces renacer del barro y de la muerte. ¡Señor, ten piedad! Todos: ¡Señor, ten piedad!
Padre Dios, que tu perdón y tu misericordia vengan sobre nosotros, como lo esperamos de Ti. Perdona nuestros pecados y llévanos a la vida eterna. Todos: Amén. Presidente/a:
Oremos (Pausa).
Escucha, Señor, nuestras súplicas para que, al confesar la resurrección de Jesucristo, tu Hijo, se afiance también nuestra esperanza de que todos tus hijos resucitarán. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Todos: Amén.
2. - PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA, PROFESIÓN DE FE Y ORACIÓN DE LOS FIELES . Dos o tres lectores/as proclaman las tres lecturas siguientes y el salmo: Las dos primeras con el salmo se escuchan estando TODOS SENTADOS y el Evangelio, estando TODOS DE PIE.
Lectura del libro de la SABIDURÍA 3,1-6.9 La vida de los justos está en manos de Dios, y no los tocará el tormento. La gente insensata pensaba que morían, consideraba su tránsito como una desgracia, y su partida de entre nosotros como una destrucción; pero ellos están en paz. La gente pensaba que cumplían una pena, pero ellos esperaban de lleno la inmortalidad;
sufrieron pequeños castigos, recibirán grandes favores, porque Dios los puso a prueba y los halló dignos de sí; los probó como oro en crisol, los recibió como sacrificio de holocausto. Los que confían en él comprenderán la verdad, los fieles a su amor seguirán a su lado; porque quiere a sus devotos, se apiada de ellos y mira por sus elegidos. Palabra de Dios Salmo Responsorial 22 Todos: Desde lo hondo a ti grito, Señor
Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi suplica. Todos: Desde lo hondo a ti grito, Señor Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto. Todos: Desde lo hondo a ti grito, Señor Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora. Todos: Desde lo hondo a ti grito, Señor Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora; porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa. Y el redimirá a Israel de todos sus delitos. Todos: Desde lo hondo a ti grito, Señor 2ª Lectura:
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los ROMANOS 6, 3-9 Hermanos: Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva. Porque, si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estará también en una resurrección como la suya. Comprendamos que nuestra vieja condición ha sido crucificada con Cristo, quedando destruida nuestra personalidad de pecadores, y nosotros libres de la esclavitud al pecado; porque el que muere ha quedado absuelto del pecado.
Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con el; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre el. Palabra de Dios 3ª Lectura o Evangelio:
Lectura del santo evangelio según san JUAN 14, 1-6 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: —«Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.» Tomás le dice: —«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» Jesús le responde: —«Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí.» Palabra del Señor HOMILÍA (Sentados):
Las lecturas de hoy son un canto a la esperanza y un canto al triunfo de la vida sobre la muerte. Muy en concreto el evangelio que hemos proclamado es una invitación apremiante a optar por la vida que nos ofrece la fe en Cristo, a optar por la adhesión incondicional y entusiasta a la persona de Jesús. (pausa) Estamos en pleno discurso sobre el pan de vida y por enésima vez Jesús acaba de repetir a sus oyentes: “yo soy el pan de vida. El que viene a mi no tendrá más hambre; el que cree en mi nunca tendrá sed” (v 35). El hambre y la sed son símbolos de la muerte. Jesús nos está ofreciendo vida. Además nos recrimina, una vez más, “pero vosotros, como ya os he dicho, no creéis, a pesar de haber visto” (v 36). Esa falta de fe es ausencia de vida, es decir, muerte. (pausa) Continúa el evangelista Juan, con ese estilo circular o concéntrico que le caracteriza, profundizando, en el pasaje que hoy hemos proclamado, en esa vida y en esa fe. (pausa)
Es el Padre quien decide entregar al Hijo, cada persona que acoja la llamada a vivir esta fe y a esta vida. Entonces el Hijo, cuya vida es hacer la voluntad del Padre, no lo entregará a la muerte, que eso significa “no lo echaré fuera” o también “no perderé a ninguno de los que me diste”. La muerte es perder a Jesús, sentirnos echados lejos de él. La vida es adhesión a su persona, fe en Jesús, integrando el proyecto, que él nos propone, en nuestra vida. (pausa) En la conclusión final deja bien claro san Juan –y la comunidad creyente desde la que nos escribe– que entre esta vida de creyentes en Cristo Jesús y la vida de resucitados no hay solución de continuidad, es la misma vida: “ver al Hijo y creer en él, equivale a tener vida eterna” y tener vida eterna implica la resurrección en el último día. Esto es la comunión de los santos: el fluir la gracia y el amor del Padre entre todos los fieles, los de la iglesia triunfante, los de la iglesia purgante y los de esta iglesia peregrina. (pausa)
CREDO (de pie): Presidente/a: Hagamos juntos profesión de nuestra fe: Todos: Creo en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nació de Santa María, Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos y al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica la comunión de los santos el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén
ORACIÓN DE LOS FIELES (de pie) Presidente/a: En un día tan señalado como éste le expresamos a Dios nuestras inquietudes, diciendo: Todos: ¡Padre, escúchanos!
Por nuestros difuntos queridos y conocidos que tantos recuerdos nos evocan, para que vivan felices contigo. Oremos. Todos: ¡Padre, escúchanos! Por tantos difuntos anónimos a quienes Tú acoges con cariño de Padre, para que disfruten contigo. Oremos. Todos: ¡Padre, escúchanos! Para que cambie nuestra mentalidad, que ni habla de la muerte ni la acepta con esperanza. Oremos. Todos: ¡Padre, escúchanos! Por quienes mueren violentamente o los que son víctimas del hambre, de la injusticia o del abuso y malos tratos. Oremos. Todos: ¡Padre, escúchanos! Por los creyentes, para que afirmemos la vida, trabajemos por ella y la protejamos siempre. Oremos. Todos: ¡Padre, escúchanos! Presidente/a: Escucha, Dios de amor, la expresión de lo que nos inquieta. Haznos
colaboradores tuyos en la tarea de hacer un mundo más humano. Por Jesucristo Nuestro Señor. Todos: Amén
3. - RITO DE ACCIÓN DE GRACIAS Y COMUNIÓN SI SE DISTRIBUYE LA COMUNIÓN:
SI NO SE DISTRIBUYE LA COMUNIÓN
Mientras quien preside trae del Sagrario el Copón con las sagradas formas y lo pone sobre el altar, todos cantan: "Alabado sea el Santísimo
Presidente/a:
Sacramento del Altar y la concebida sin pecado original"
"Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar y la Virgen concebida sin pecado original"
Virgen
No pudiendo comulgar sacramentalmente dispongámonos a hacer esta comunión espiritual, cantando:
Presidente/a: Proclamemos la bondad de Dios y pregonemos su misericordia entrañable
de Padre, puestas de manifiesto en las palabras de salvación que hemos escuchado: Te damos gracias, Dios, Padre bueno, por Jesucristo, tu Hijo, el pan de vida, que nos pide que seamos también nosotros pan para los demás. Gloria a ti por los siglos. Todos: Gloria a ti por los siglos. Presidente/a: Tú has dispuesto para todos, sin exclusiones, alimento y bebida y nos has preparado ahora a nosotros el alimento que nos da la vida eterna, el Cuerpo de Cristo. Gloria a ti por los siglos. Todos: Gloria a ti por los siglos. Presidente/a: Del mismo modo que el pan de la Eucaristía, ha sido amasado con muchos granos, así también nosotros, tu Iglesia de Astorga en ....... (nombre de la parroquia o comunidad)...., vivamos en comunión fraterna, anunciando tu Reino. Gloria a ti por los siglos. Todos: Gloria a ti por los siglos. Presidente/a: Te damos gracias, Dios, Padre bueno, por Jesucristo, tu Hijo, el que es, el que viene y el que vendrá. Gloria a ti por los siglos. Todos: Gloria a ti por los siglos. Presidente/a: Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos con fe y confianza: Todos: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, Venga a nosotros tu Reino, Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, No nos dejes caer en la tentación Y líbranos del mal. Presidente/a: Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo. Todos: Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria por siempre, Señor. Presidente/a: Señor Jesucristo, que dijiste a los Apóstoles: "La paz os dejo, mi paz os
doy.". No mires nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia, y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Todos: Amén.
Presidente/a: Démonos fraternalmente la paz. (Mientras se dan la paz se puede cantar: “La paz esté con nosotros”) SI SE DISTRIBUYE LA COMUNIÓN:
SI NO SE DISTRIBUYE LA COMUNIÓN
Luego quien preside toma una hostia y mostrándola dice : Quien preside dice:
Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Dichosos los llamados a esta mesa. Todos: Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme. Si quien preside comulga, lo hace en este momento y dice en voz baja: “El Cuerpo de Cristo me guarde para la
vida eterna”. . CANTO DE COMUNIÓN (sentados) mientras se distribuye la misma al pueblo: Quien distribuya la comunión muestra la hostia a quien comulga y dice: El Cuerpo de Cristo. El que comulga responde: Amén.
Cristo, Hijo de Dios vivo, que mandaste celebrar la cena eucarística en memoria tuya, ven a nosotros y enriquece a tu Iglesia con la constante celebración de tus misterios. Ven a nosotros para fortalecer los lazos de unidad y para reforzar la paz y armonía de todos los que creemos en Ti, devuelve la salud a los enfermos y haz que participen de tu resurrección todos los que han muerto en Ti, que vives y reinas inmortal y glorioso por los siglos de los siglos. Todos: AMÉN
Al finalizar, quien ha distribuido la comunión guarda en el sagrario el copón con las hostias que han quedado y se Se puede cantar purifica los dedos con paño purificador. COMUNIÓN.
un
CANTO
DE
Después del canto unos instantes de silencio y luego:
4. - RITO DE ENVÍO Y DESPEDIDA (de pie) Presidente/a : Oremos
Te damos gracias Dios, Padre nuestro, por tu Hijo Jesucristo, el Señor, en la comunión del Espíritu Santo, porque nos has querido reunir en el Domingo, Pascua semanal, Día del Señor y Día de la Comunidad, y nos has alimentado con el pan de tu Palabra y con el pan de la Eucaristía: la carne de tu Hijo, inmolada por nosotros, que es alimento que nos fortalece y su sangre, derramada por nosotros, que es bebida que nos purifica. Concédenos experimentar en nosotros el fruto de tu Redención para ser fieles a la misión que nos confías y mantener a esta comunidad, a este pueblo, en continua acción de gracias por el don recibido. A Ti, oh Trinidad Santísima y único Dios verdadero, el honor, la gloria y la alabanza por los siglos de los siglos. Todos: Amén. Presidente/a: Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Todos: Amén. Presidente/a: Para contagiar este gozo y alegría: podéis ir en paz. Todos: Demos gracias a Dios. CANTO FINAL