Todos tenemos que crecer

“Programa de educación en valores” Revista para niños y niñas “Todos tenemos que crecer” (educar en derechos, educar en valores) Nuestros derechos

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“Programa de educación en valores” Revista para niños y niñas

“Todos tenemos que crecer” (educar en derechos, educar en valores)

Nuestros derechos

Instituto Madrileño del Menor y la Familia

CONSEJERÍA DE FAMILIA Y ASUNTOS SOCIALES

Comunidad de Madrid

Índice

Todos tenemos que crecer (educar en derechos, educar en valores)

Nuestros derechos

Capítulo 1. Los derechos de la infancia

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1.a. Queremos derechos, asumimos responsabilidades

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1.b. Tenemos derechos, los demás también

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1.c. La situación actual de la infancia: luces y sombras

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Capítulo 2. ¡Va,mos a conocer algunos derechos!

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2.a Vivir, comer, estar sanos...

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2.b. Derecho a mejorar

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2.c. Protección frente a los abusos

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2.d. Vuestra voz debe ser oída

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2.e. Y tú, ¿qué puedes hacer?

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Capítulo 3. Actividades de aprendizaje

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3.a. Deseos y necesidades

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3.b. En familia: derechos y obligaciones

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3.c. Aprendices de abogados

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3.d. Vamos a soñar

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3.e. En defensa de vuestros derechos

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“Los derechos de la infancia”

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Niños, niñas y jóvenes a lo largo de la historia y en el mundo actual sufren las consecuencias de la falta de derechos o de su incumplimiento.

Por eso, queremos derechos

1.a. Queremos derechos, asumimos responsabilidades

Como se puede comprobar si buscamos en los libros de historia, muchos niños, niñas y jóvenes han sido mal tratados a lo largo de casi todas las épocas. Por desgracia, tampoco es mucho mejor la situación actual ya que las circunstancias de muchos de ellos son todavía difíciles. A pesar de eso, en el último siglo sus condiciones de vida han mejorado un poco gracias a los avances en la economía, la medicina y el bienestar social general. A ello también ha contribuido de forma fundamental la idea (no tan evidente antes) de que los niños, niñas y jóvenes, no sólo los adultos, son personas y, por tanto, tienen derechos.

¿Qué son los derechos y para qué sirven? Derechos para vivir en paz Los derechos existen para asegurar que la convivencia entre las personas sea pacífica, para que los poderosos no abusen de los débiles y todos nos respetemos. Derechos que nos favorecen Los derechos establecen cosas que son buenas para nosotros. Tener derechos es poder exigir que esas cosas se cumplan. Por ejemplo: exigir nuestro derecho a expresar nuestra opinión libremente o a que no nos maltraten. Los límites de nuestros derechos están en el respeto a los derechos de los demás. Por ejemplo: mi derecho a expresarme con libertad no debo utilizarlo para insultar u ofender a nadie y el derecho a no ser maltratado me obliga a no maltratar yo a otras personas.

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Derechos para mejorar Los derechos pretenden garantizar las necesidades básicas de los seres humanos. Por eso, ante nuevos problemas y nuevas necesidades, surgen nuevos derechos. Por ejemplo: actualmente cualquier persona se escandalizaría ante la idea de que un ser humano sea propiedad de otro. Sin embargo, hace poco más de un siglo y medio la esclavitud estaba permitida en muchos países. El reconocimiento del derecho a la libertad para todas las personas es un avance fundamental en la historia de la humanidad. Por todo esto, podemos considerar los derechos como un esfuerzo y un deseo de progresar hacia ese mundo mejor por el que muchas personas han luchado en el pasado y luchan ahora.

¿Derechos para niños, niñas y jóvenes? Todos disfrutamos de unos derechos fundamentales, que se reflejan en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pero hay muchos motivos para que tengáis vosotros unos derechos particulares: • Porque estáis más expuestos a los abusos por parte de otras personas. • Porque tenéis necesidades que no son las mismas que las de los adultos. • Porque, en general, no participáis en la elaboración de las leyes. • Porque los jóvenes que os sintáis responsables de tener unos derechos propios, seréis adultos respetuosos con los derechos de los otros.

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1.b. Tenemos derechos, los demás también «Los niños del mundo requieren una mayor protección debido a la situación en la que se encuentran, ya que son ellos los que tienen que pagar el precio más caro por nuestras políticas económicas miopes, nuestros errores, nuestras guerras». Eglantyne Jebb Fundadora de Save the Children, 1919

Aunque hoy nos parezca lógico que niños, niñas y jóvenes merezcan una protección especial, no siempre ha sido así. El camino recorrido hasta que los Gobiernos comenzaron a preocuparse por las necesidades concretas de niños y jóvenes ha sido largo, muy largo.

niños huérfanos, etcétera. Pero la situación de la mayoría de la población infantil apenas había mejorado.

Primeros pasos

El siglo XX ha sido el de mayores avances en el reconocimiento de derechos de niños y jóvenes. Las transformaciones sociales, los efectos de las terribles guerras y los trabajos de personas y organizaciones en defensa de la infancia crearon una nueva conciencia sobre la necesidad de protección de los menores.

La altísima mortalidad infantil, los abandonos masivos de hijos recién nacidos, las penalidades sufridas por niños y jóvenes hicieron que algunos Gobiernos, ya siglos atrás, comenzaran a dictar algunas leyes para mejorar esta situación. Se trataba de medidas para limitar los abusos por parte de los padres y para establecer las obligaciones más fundamentales que éstos tenían hacia sus hijos e hijas. Poco a poco los Gobiernos fueron regulando la educación, el trabajo infantil, el cuidado de

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Siglo XX, el siglo de los niños

Surgieron así las primeras reuniones internacionales en las que países de todo el mundo reconocían que debían ofrecer a los niños lo mejor que pudieran darles y que los Gobiernos eran responsables de asegurar su futuro. Sin embargo, todavía se trataba de declaraciones de intenciones sin valor legal.

La Convención sobre los Derechos del Niño El 20 de noviembre de 1989 fue una fecha muy importante para todos los niños, niñas y jóvenes del mundo. Ese día los países que formaban parte de la Organización de Naciones Unidas aprobaban por unanimidad la Convención sobre los Derechos del Niño. Por primera vez casi todos los países del mundo se comprometieron a garantizar y promover los derechos de niños y niñas (desde su nacimiento hasta los 18 años de edad), dando a la Convención el mismo valor que a sus leyes nacionales.

Principios fundamentales Los 54 artículos que forman la Convención sobre los Derechos del Niño se basan en cuatro principios fundamentales: 1. Todos sois iguales. Todos los niños, niñas y jóvenes tenéis los mismos derechos, sin importar de dónde seáis, ni vuestro sexo o color de piel, ni que vuestra familia tenga más o menos dinero, ni vuestra religión, ni que padezcáis alguna minusvalía. 2. Los niños y las niñas, primero. En todas las decisiones que se tomen concernientes a niños y jóvenes siempre se ha de tener en cuenta vuestro bienestar y darle prioridad. 3. Responsabilidad de los padres. Los padres son responsables del desarrollo y bienestar de los hijos. Si ellos faltan o no cumplen con sus obligaciones, los Gobiernos deben ocuparse entonces de vosotros. 4. Cumplimiento obligado. Un Comité de Derechos del Niño vigilará que los Gobiernos cumplan la Convención. En caso de que no lo hicieran podrán ser sancionados.

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1.c. La situación actual de la infancia: luces y sombras Sombras En el mundo actual todavía son muchos los problemas que afectan a la infancia. A millones se les está negando su salud, la educación, el juego y la posibilidad de desarrollarse y mejorar su vida. A continuación tienes algunos ejemplos pero, ¿qué otros se te ocurren? SALUD ROTA. En un mundo que es capaz de mandar naves espaciales a Marte la desnutrición es todavía responsable de más de seis millones de muertes de niños y niñas en los países pobres. Desnutrición no significa sólo falta de comida, sino que se come mal, que no se toman las suficientes vitaminas o faltan proteínas. Los niños y niñas desnutridos enferman más fácilmente, crecen menos y tienen dificultades para aprender.

TIEMPO JUNTO A LOS PADRES: Un reciente estudio elaborado en nuestro país ponía de manifiesto que la principal reivindicación de los niños de entre 6 y 12 años era que sus padres les dedicaran más tiempo. Desean que se impliquen más en sus actividades y que pasen más tiempo junto a ellos, ya que en las horas que se pasan en familia el diálogo y la comunicación muchas veces son sustituidos por la pantalla de televisión.

CONDENADAS A UN PEOR FUTURO. En muchos países, las niñas van menos a la escuela. Cuidan de sus hermanos menores, limpian, cocinan, acarrean agua y ayudan a su madre mientras los hermanos varones van al colegio. No aprender a leer, a escribir y a hacer las cuentas más elementales en un mundo como el actual es casi una condena a la miseria. RACISMO, RECHAZADOS POR SER DIFERENTES. A veces la falta de conocimiento sobre los demás lleva a algunas personas a creerse superiores y rechazar a los que consideran diferentes. En muchos casos las razones que se dan son que el color de la piel, los rasgos étnicos o culturales son distintos. Estas actitudes han costado muchas vidas humanas a lo largo de la historia y hoy día, el racismo sigue siendo no sólo una injusticia sino también una sinrazón absurda.

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Luces No basta con tener derechos y conocerlos, también hay que luchar para que se cumplan. A veces no será suficiente con vuestro esfuerzo y necesitaréis ayuda. Existen diversas organizaciones e instituciones que ya trabajan para que los derechos de todos los niños del mundo sean una realidad. Un trabajo difícil, pero que merece la pena.

“¡Vamos a conocer algunos derechos!”

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En 1989 la Convención sobre los Derechos del Niño reconoció que niños, niñas y jóvenes tienen sus propios derechos.

¡Queremos conocerlos!

2.a. Vivir, comer, estar sanos...

El primer grupo de derechos a los que se refiere la Convención tiene que ver con el derecho a la vida de los niños, niñas y jóvenes. Son derechos tan evidentes que parece que nadie se atrevería a negárselos a otras personas. Sin embargo, a lo largo de la historia y en el mundo actual, se han dado y se dan demasiadas situaciones en las que no son respetados. El hambre, la violencia, la falta de agua potable, las enfermedades y la pobreza son los grandes enemigos de estos derechos. Enemigos que serían más pequeños si la solidaridad entre todas las personas y entre países ricos y pobres fuese mayor. El derecho a la vida es fundamental; pero además esa vida debe contar con los mínimos necesarios para que las personas, y de forma especial los niños, no vean en peligro su desarrollo físico, espiritual, moral y social. Todos los niños y niñas deben tener al menos lo indispensable para una vida digna (especialmente la alimentación, la vivienda y una educación). Artículo 6. Derecho a la vida. Artículo 24. Derecho a la salud, la higiene y la alimentación. Artículo 27. Derecho a un nivel de vida adecuado para vuestro desarrollo. Artículo 26. Derecho a las ayudas del Gobierno. Proporcionar servicios de salud y nutrición básicos para todo el mundo que carece de ellos costaría 723 millones de Euros. Europeos y norteamericanos nos gastamos 650 millones en perfumes.

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¿Sabías que...? EN LOS PAÍSES DESARROLLADOS ■ Hay un médico por cada 388 habitantes. ■ 7 niños de cada 1.000 mueren antes de los cinco años. ■ La esperanza de vida media de una persona es de 77 años. ■ Casi el 100% de la población tiene saneamientos adecuados.

EN LOS PAÍSES MENOS ADELANTADOS ■ Hay un médico por cada 5.180 habitantes. ■ 171 niños de cada mil mueren antes de cumplir cinco años. ■ La esperanza de vida media de una persona es de 51 años. ■ Sólo el 35% de la población tiene un saneamiento adecuado.

2.b. Derecho a mejorar Otro grupo de derechos fundamentales de la Convención es el de aquellos que os reconocen la posibilidad de alcanzar un futuro mejor y vuestro propio bienestar. La escuela, la información, la cultura y el juego son herramientas fundamentales para que vuestra vida, actual y futura, sea mejor y podáis desarrollar todas vuestras capacidades. Artículo 28. Derecho a la educación. Artículo 31. Derecho al ocio, al juego y a la cultura. Artículo 17. Derecho a la información. Artículo 14. Derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión.

Derecho a saber Más de 1.000 millones de personas van comenzar el siglo XXI sin poder leer un periódico ni firmar con su nombre; una incapacidad que puede incluso poner en peligro sus vidas. Quizás por eso, en una votación llevada a cabo en México, millones de niños eligieron el derecho a la educación como el más importante.

Jugar también es aprender El aprendizaje en el colegio es fundamental para vuestro desarrollo, pero también el tiempo libre y el juego lo son. Disfrutando del juego o el deporte se aprenden cosas como relacionarnos con los demás, respetar a los contrincantes y ayudar a los compañeros, saber ganar y perder y, fundamentalmente, a pasarlo bien.

La información es la clave del futuro El derecho a la información no es sólo enterarse de todo, leer los periódicos y ver los telediarios (aunque es importante conocer lo que pasa a nuestro alrededor). Es también tener acceso a las cosas que nos interesan, saber donde encontrarlas y cómo aprovecharlas para mejorar nuestras vidas y las de los demás.

Vuestras ideas deben ser respetadas Porque tenéis derecho a participar, a tener vuestras propias maneras de pensar y a vuestras creencias morales y religiosas, siempre que no vayan en contra de la los derechos y las libertades de otros.

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2.c. Protección frente a los abusos Los niños y jóvenes podéis sentiros especialmente indefensos frente a algunos adultos. Los adultos son más fuertes, tienen más poder y vosotros dependéis de ellos para aspectos fundamentales de vuestra vida. Por eso, debéis ser protegidos de forma especial. La Convención sobre los Derechos del Niño establece los derechos que tenéis frente a la acción de los mayores para que podáis vivir sin miedo, para que nadie abuse de vosotros, para que podáis desarrollar plenamente vuestras capacidades y siempre os sintáis protegidos. Artículo 16. Derecho a la protección de vuestra vida privada. La intimidad también es un derecho. Nadie podrá entrometerse de forma ilegal o injustificada en vuestra vida privada, en vuestro hogar o en vuestra familia.

Artículo 32. Derecho a la protección contra trabajos peligrosos. ¡Hola amigos! Me llamo Mudassar y tengo once años. Vivo en Pakistán, en una ciudad del norte, cercana a la frontera con India, llamada Sialkot. Desde mi ciudad se ven las montañas del Himalaya, siempre cubiertas de nieve. También hay un río, muchas mezquitas y varias fábricas que echan humo continuamente. Yo trabajo desde los ocho años cosiendo balones de fútbol. Quizá alguno de vosotros ha jugado alguna vez con uno de los balones que yo he cosido. Cuando tengo fuerzas trabajo hasta diez horas diarias, pero otros días sólo aguanto ocho. Me pagan seis pesetas por hora, así que cuanto más logro trabajar, más gano. Me gustaría ir a la escuela para aprender muchas cosas y de mayor poder tener un empleo mejor, pero mi familia necesita el dinero que yo gano.

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Artículo 19. Derecho a la protección frente a malos tratos y abusos. Nadie debe aprovecharse de vosotros. Los Gobiernos deberán tomar todas las medidas necesarias para que las personas responsables de vosotros no os causen malos tratos ni os desatiendan.

Artículo 38. Derecho a la protección en caso de guerra. Como este joven paquistaní hay en el mundo millones de niños, niñas y jóvenes que trabajan en condiciones durísimas, lo que les impide ir a la escuela e incluso tener tiempo para jugar. Otros trabajan en las minas, en el campo, como criados, rebuscando en las basuras, etc. Acabar con la explotación infantil sólo será posible cuando todos los niños y niñas del mundo tengan unas condiciones de vida lo suficientemente dignas como para no necesitar el trabajo para sobrevivir.

2.d. Vuestra voz debe ser oída Vosotros no sois objetos pasivos a merced de las normas impuestas por los mayores. Vosotros tenéis mucho que decir sobre vuestras necesidades y sobre las cosas que os importan. Por eso, debéis tomar un papel activo en vuestras comunidades y países, siempre de acuerdo con vuestras posibilidades y edad. La opinión de todos es importante y por eso, la Convención sobre los Derechos del Niño reconoce el derecho a que vuestra voz sea oída y tenida en cuenta. Art. 12: Art. 13: Art. 14: Art. 15:

Derecho Derecho Derecho Derecho

a opinar a la información a la libertad de pensamiento de asociación

Vuestra opinión también cuenta. Tenéis derecho a expresar vuestra opinión en todos los asuntos que os afecten y a que esas opiniones sean escuchadas. Eso no quiere decir que los mayores deban hacer lo que vosotros digáis sino que tengan en cuenta vuestra opinión a la hora de tomar las decisiones.

Libertad para expresaros. Tenéis libertad para buscar y recibir informaciones e ideas así como para difundirlas oralmente, por escrito, de forma artística o por cualquier otro medio, siempre que no vayan en contra de los derechos de otras personas. Pensar libremente. Los Gobiernos deberán respetar vuestro derecho a pensar lo que queráis y a tener la religión que deseéis. Vuestros padres os guiarán en el ejercicio de este derecho aconsejándoos. Asociarse también es un derecho. Tenéis derecho a asociaros, a crear asociaciones y a celebrar reuniones pacíficas, siempre que no vaya en contra de los derechos de los demás o que esas reuniones o asociaciones tengan como fin perjudicar a otras personas.

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2.e. Y tú, ¿qué pudes hacer? Quizás parezca que los derechos de los niños y jóvenes son sólo normas escritas en un papel a las que nadie hace caso. Pero la Convención sobre los Derechos del Niño es un instrumento que se han comprometido a respetar los países que la han firmado y las mismas Naciones Unidas son las encargadas de vigilar su cumplimiento internacional. Sin embargo, aunque los Gobiernos sean los responsables de que las leyes se respeten en cada país, vosotros, los protagonistas de estos derechos, también podéis hacer muchas cosas para que no se conviertan en «papel mojado».

Derechos y obligaciones Si tenéis derechos os los debéis merecer, y qué mejor manera de haceros merecedores de ellos que siendo los primeros en respetarlos. El derecho a una buena educación te obliga a respetar a tus compañeros y profesores.La posibilidad de dar tu opinión hace que debas escuchar las opiniones de otras personas, aunque no las compartas. Una actitud respetuosa con vuestros derechos y los de los demás es la mejor manera de conseguir que estos crezcan.

Defender activamente vuestros derechos También vosotros podéis contribuir a defenderos colaborando con las instituciones que garantizan que se cumpla la Convención. No se trata de convertiros en policías o jueces sino de que, en la medida de vuestras posibilidades y vuestra edad, seáis capaces de defender vuestros derechos contra aquellos que no los respetan.

Ser solidarios con otros chicos y chicas Ya habéis comprobado que no siempre la Convención se respeta y cómo millones de

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niños y jóvenes en el mundo carecen incluso de lo más básico. Si los países fuesen más solidarios entre sí, la situación sería diferente. En ocasiones esto ocurre en países lejanos, pero también puede ocurrir muy cerca de vosotros. En esos momentos la solidaridad con quienes no ven respetados sus derechos es también la clave para construir un mundo mejor y más justo.

Hacer oir vuestra voz Aunque en ocasiones no os lo parezca, son muchas las persona adultas a las que les interesa conocer vuestra opinión, especialmente sobre temas que tienen que ver con niños, niñas y jóvenes. Vuestro punto de vista muchas veces no se tiene en cuenta porque a ningún adulto se le ha ocurrido consultaros, no porque no sea válido. Si conseguís hacer oír vuestra voz estaréis también contribuyendo a construir vuestros derechos.

Difundir la convención En casa, en el colegio o instituto, en el barrio o la localidad, podéis ser como «agentes publicitarios» de estos derechos. Dad a conocer los derechos de los niños, niñas y jóvenes a vuestros padres y familiares, a vuestros profesores y profesoras, a los amigos y amigas y a los compañeros. Cuantas más personas conozcan vuestros derechos, más personas serán respetuosas con ellos y os ayudarán a que otros los respeten.

“Actividades de aprendizaje”

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Los niños, niñas y jóvenes tienen derecho a la educación, al descanso y el juego, a no ser discriminados, a ser protegidos contra los malos tratos, a un nivel de vida adecuado para su desarrollo,... y a expresar su opinión y participar.

Por eso, ahora queremos trabajar por el cumplimiento de los Derechos del Niño

3.a. Deseos y necesidades A continuación tenéis una relación de «cosas» que, sin duda, son útiles en vuestras vidas. Examinadlas con atención y reflexionad sobre ellas. 1. Comida nutritiva. 2. Un televisor. 3. La posibilidad de expresar tu opinión. 4. Un dormitorio propio. 5. Dinero para gastar como quieras. 6. Viajes de vacaciones. 7. Un ordenador. 8. Aire limpio. 9. Una bicicleta. 10. Libertad para practicar tu religión. 11. Agua potable. 12. Atención médica cuando la necesites. 13. Dulces y golosinas. 14. Una escuela digna. 15. Ropas de moda. 16. Protección contra los malos tratos. 17. Espacios para el juego y el esparcimiento. 18. Calzado deportivo. 19. Libros de diversión e historietas. 20. Una calculadora escolar.

a) Vivís en un país que no puede proporcionaros todos esos artículos. Poneos de acuerdo en cada equipo para prescindir de ocho de ellos b) Poned ahora en común todas las decisiones de los equipos. ¿qué artículos habéis abandonado con mayor frecuencia? ¿Fue fácil el acuerdo entre vosotros? ¿Por qué? c) ¿Sabríais ahora diferenciar entre deseos y necesidades? Intentadlo entre todos y poned ejemplos. d) Las necesidades básicas pueden considerarse derechos. Citad algunos derechos que estén recogidos en la relación anterior y en los que todos estéis de acuerdo. e) ¿Se os ocurre algún otro derecho de los niños, niñas y jóvenes que no figure en la relación anterior? Si es así, exponedlo y defended su importancia ante vuestros compañeros.Propuesta de dibujo pág. 20 de libro «La convención crece contigo».

3.b. En familia: derechos y obligaciones Como habéis visto en las páginas anteriores, la Convención os concede a los niños, niñas y jóvenes una serie de derechos. Ahora bien, algunos derechos también generan obligaciones por vuestra parte. Por ejemplo, tienes derecho a que tus opiniones, tu forma de hablar, tu forma de vestir sean respetadas y del mismo modo, tú tienes la obligación de no discriminar a nadie por su imagen, país de origen, religión, etc. Fijaos ahora en los siguientes derechos: a) A asistir al colegio y recibir una buena enseñanza. b) A disponer de medicinas y médicos que cuiden vuestra salud. c) A expresar vuestras opiniones en todo lo que os afecte.

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Reunidos con vuestras familias, tratad de reflexionar conjuntamente sobre estos derechos y sobre las obligaciones personales que genera cada uno de ellos. Sacad, luego, conclusiones que sean aplicables a vuestra vida cotidiana.

3.c. Aprendices de abogados Desde los nueve años trabajo en una fábrica de alfombras. No puedo ir a la escuela porque a esas horas estoy en la fábrica. Ahora tengo 12 años y el dueño dice que como ya soy mayor tengo que trabajar más horas. Varias veces he querido hablar con él sobre las condiciones de trabajo, pero nunca tiene tiempo.

pegaba y me Mi padrastro me hora vivo por marché de casa. A ciudad con las calles de la ando comida otros amigos, busc y pidiendo donde podemos s nos persilimosna. Los policía an detenos h guen y alguna vez que robanido, porque dicen hacemos lo mos. Es verdad que os nada tenem a veces, cuando no murió un que comer. Ayer ue no lo porq amigo de fiebre, ún sitio. atendieron en ning

Tengo 14 años y es luchando en una gu toy contra otro país por erra blemas fronterizos. prodía un militar entró enUn casa y me dijo que mi soy alto y fuerte, dcomo dejar mi aldea y un ebía al ejército. A mí hermirme también le recluta ano aunque era más peq ron, ueño que yo.

Soy Luis y vivo en un poblado pequeño. Mi casa es de madera y tiene el tejado de chapa. Durante las mañanas voy a la escuela con mis tres hermanos. Mi hermana no puede ir porque tiene trabajo en casa. Por la tarde salimos a trabajar a la plantación de maíz con mi padre. Mi hermano mayor ya no viene porque tiene sarampión y lleva enfermo bastante tiempo. Aquí no nos pueden vacunar cuando somos pequeños porque en nuestra casa de salud hay muy pocos medicamentos.

Soy Mary y tengo 13 años. Voy todos los días a la escuela. Cuando regreso ayudo a mi padre en el campo. Luego tengo que atender a mis hermanos pequeños, así que cuando me pongo a hacer la tarea de la escuela, estoy muy cansada y me duermo. Mis padres no se enteran porque ellos van con los amigos a divertirse y apenas les veo ni puedo hablar con ellos.

a mi Tengo 10 años y ado eg colegio han ll nos alum algunos frica. nuevos. Son de Á poco Ahora les vemos ben sa porque, como no , el nuestra lengua que ho Dir ector ha dic o en er deben estar prim e lo qu otra clase hasta luego apr endan, para tra. es estar en la nu emos h Nosotros poco estudiado muy emos h sobr e África y or es es pedido a los prof br e so que nos enseñen esos países.

a) Las tarjetas anteriores nos las han enviado niños de diversos lugares del mundo. Sospechamos que en algunas de las situaciones que describen se incumplen uno o más derechos de la Convención. Reflexionad sobre ellas en equipo. Organizad luego un debate en clase para establecer con claridad los derechos que no se respetan en cada situación, posibles causas y soluciones. b) Cada equipo escribe ahora una breve tarjeta en la que se relate una situación que no respete algún derecho de los niños y jóvenes. Luego, se leen todas en clase y se comentan, siguiendo las instrucciones del profesor.

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3.d. Vamos a soñar Ya habéis visto como, a pesar de la Convención, no todos los niños y jóvenes del mundo disfrutan en la práctica de los mismos derechos. Las injusticias del mundo son las causas de muchos males que perjudican a niños y jóvenes (pobreza, discriminación, exclusión, etc.). Pero todo podría resolverse si hubiera voluntad de hacerlo. Seguro que vosotros tenéis esa voluntad, aunque todavía no tenéis el poder. Lo que sí podéis hacer es imaginar y soñar con soluciones creativas, pero que también consideréis realistas. Pensad en las siguientes situaciones y cread soluciones. Escribidlas de forma breve y comentadlas luego en clase. a) César, un niño peruano, quiere ir a la escuela, pero no puede porque tiene que ganar dinero limpiando coches todo el día. b) Mbuyi quiere regresar a su poblado y volver a jugar con sus amigos. Ahora está en un campamento militar obligado a luchar contra no sabe quién. c) Fátima es una joven magrebí inmigrante en nuestro país. Va al colegio, pero sus compañeros y compañeras se apartan de ella porque no les gusta como viste ni entienden sus costumbres. d) Maya es una joven hindú gravemente enferma. Podría curarse, pero su familia no tiene dinero para viajar hasta la ciudad ni para pagar médicos y medicinas.

3.e. En defensa de vuestros derechos El respeto a los derechos de todos los niños, niñas y jóvenes del mundo requiere, desde luego, la voluntad de los gobernantes, además de tiempo y esfuerzo. Mientras tanto, vosotros podéis ir haciendo cosas en defensa de vuestros derechos. ¿Qué se os ocurre que podríais hacer? No se trata ahora de soñar soluciones, sino de pensar entre todos posibilidades de acción reales que vosotros mismos podáis llevar a cabo. Por supuesto estas acciones precisan de vuestro esfuerzo e ilusión para ponerse en marcha, pero no os preocupéis, seguro que contáis con el apoyo de vuestros educadores y compañeros. a) Organizad en clase una «lluvia de ideas». Se trata de expresar de forma pública y espontánea (pero ordenada) las ideas que se os ocurran para ir anotándolas, o completar y mejorar las ideas de otros compañeros. b) Una vez terminada esta «lluvia» tendréis que seleccionar las acciones planteadas y establecer un programa para defender y promocionar los derechos recogidos en la Convención durante lo que queda de curso escolar. c) Llevad a la práctica ese programa con espíritu de justicia y solidaridad. Desde Save the Children estaremos encantados de poder ayudaros.

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Instituto Madrileño del Menor y la Familia

CONSEJERÍA DE FAMILIA Y ASUNTOS SOCIALES

Comunidad de Madrid Gran Vía, 14 28013 Madrid Tel: 91 580 36 32 Fax: 91 580 37 47 web: www.micromadrid.es e-mail: [email protected]

Plaza Puerto Rubio, 28 28053 Madrid Tel.: 91 513 05 00 Fax: 91 552 32 72 web: www.savethechildren.es e-mail: [email protected]

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