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MASSAGE AND BODYWORK MAGAZINE
TRABAJO CORPORAL YÓGUICO TAILANDÉS por Sonia Osorio Lotus Palm – La Presencia Mental en el Tacto Bangkok, Tailandia, una ciudad famosa por sus exoticidades, pero es también famosa por ser la sede de la Escuela Médica y de Masaje Tradicional Wat Pho – un centro para la enseñanza, la investigación y la práctica de una tradición típicamente tailandesa. Es una escuela totalmente diferente a todo lo que conocemos como escuelas en el resto del mundo, porque en Wat Pho, el masaje y la medicina son enseñados en un templo budista – el “wat” – un edificio adornado con diseños de filigrana y estatuas en los jardines que muestran figuras en posturas variadas, muchas que datan del siglo 16. Es aquí, entre estas estatuas y en este templo, donde encontramos tanto un arte antiguo como un antiquísima filosofía.
¿Qué es el masaje tailandés? Además de ser Wat Pho el más famoso de los monasterios tailandeses, está también dedicado a preservar el arte del masaje tradicional tailandés. Epígrafos que detallan las líneas de energía en el cuerpo, precisamente uno de los principios utilizados en el masaje tailandés, han sido esculpidas en esas figuras de piedra. Hasta hace poco, el masaje clásico tailandés era trasmitido de maestro a alumno dentro del templo como parte de una disciplina espiritual, aunque unas variaciones del masaje eran practicadas por familias tailandesas como parte de sus costumbres vernáculas. El masaje tailandés es también, de hecho, una de las prácticas de sanación principales de la Medicina Tailandesa, junto con las medicinas herbales y la meditación espiritual. Es un masaje corporal total que se lleva a cabo en una colchoneta en el piso, con ambos participantes vistiendo ropa completa. Incorpora movimientos de Taichi, maniobras rítmicas, presiones ejercidas con palmas y dedos a lo largo de líneas de energía (líneas Sen), estiramientos suaves y el uso consciente de la respiración. El practicante utiliza sus manos, pies, brazos y piernas para guiar al cliente en varias posturas de hatha yoga, mientras permanece
concentrado en su propio cuerpo. Esta combinación de movimientos y concentración enfocada en su núcleo corporal, crea una “danza” lenta y fluida alrededor del cuerpo del cliente. Afirma Kam Thye Chow, el fundador de una de las primeras escuelas de masaje tailandés en Norteamérica, en Montreal Canadá: “El masaje tailandés es un arte de sanación que ha ganado respeto por haber demostrado asombrosos poderes curativos. Y está alcanzando una extraordinaria popularidad en Occidente por su aproximación meditativa y por la aplicación de los conocidos beneficios del hatha yoga” El Sr. Chow es de origen malayo y además de haber entrenado centenares de masajistas alrededor del mundo, también ha escrito libros sobre la práctica de Taichi y masaje. Él considera que el masaje tailandés tendrá aplicaciones muy importantes en el próximo futuro y cuando se refiere a esta técnica utiliza términos más precisos porque la califica como Trabajo Corporal Yóguico Tailandés, dados sus orígenes y su esencia. Continúa el Sr. Chow “Los practicantes de hatha yoga están encontrando que el Masaje Tailandés le agrega una dimensión nueva y complementaria a su disciplina. Enfermeras, fisioterapeutas y masajistas profesionales lo están adicionando a sus programas de entrenamiento. Además, las suaves aperturas y estiramientos que provee esta técnica mejoran considerablemente el rendimiento de atletas, artistas marciales y bailarines”. El Masaje Tailandés ha sido descrito por algunos como un hatha yoga asistido. En una sesión, el practicante le presta atención muy cuidadosa al nivel de flexibilidad de su cliente y a su ritmo respiratorio, a medida que se van moviendo suavemente de postura a postura. Cada posición está diseñada para abrir el cuerpo y permitir que la energía fluya libremente a lo largo de las líneas Sen (de las cuales 72.000 han sido totalmente identificadas, pero solamente 10 son usadas en el masaje). Esta ”apertura” aumenta la movilidad y flexibilidad de las articulaciones, mejora la circulación, tonifica órganos y alivia las tensiones emocionales y musculares.
Energía en Movimiento El trabajo a lo largo de las líneas Sen constituye la base del masaje tailandés. La medicina tailandesa afirma la creencia que existe una energía vital (prana) que circula en todo el cuerpo. Para crear salud y vitalidad, es esencial que esta energía circule libremente. Cuando el prana es bloqueado o restringido, la enfermedad resulta y su manifestación toma forma física, emocional o espiritual. El propósito principal del masaje tailandés es limpiar esos bloqueos y permitir que la energía fluya a lo largo de las líneas Sen. A pesar que este sistema Sen no está basado en los meridianos chinos tradicionales, sus posiciones son muy similares. Al trabajarse el cuerpo física y energéticamente, el masaje tailandés produce un notable efecto terapéutico que ayuda a aliviar condiciones tan comunes como lumbagos, artritis, dolores de cabeza, desórdenes digestivos, problemas menstruales y menopáusicos y muchas otras condiciones relacionadas con el estrés. Además provee una sensación general de relajación, un factor muy importante y necesario para encarar con éxito situaciones estresantes. A pesar que es muy dinámico de por sí, el masaje tailandés es profundamente relajante y le permite al cuerpo recobrar su balance natural. Tal como ocurre en la práctica de hatha yoga, la circulación de linfa y sangre es dinamizada, los órganos son estimulados, el sistema inmunológico es fortalecido, el sistema endocrino es equilibrado y las toxinas son removidas. Adicionalmente, la gran variedad de estiramientos y movilización de articulaciones ayuda a incrementar la flexibilidad y el rango de movimientos. Dado que la técnica respeta la forma particular y la flexibilidad única de cada cuerpo, el masaje tailandés se adapta a la individualidad de cada persona.
Sincronizando Movimientos y Respiración Los estiramientos y el trabajo basado en las líneas Sen inherentes en el masaje tailandés son importantes para ayudar a estirar músculos y hacerlos más flexibles, relajados y menos propensos a lesiones. Por otro lado las articulaciones se benefician enormemente del mayor rango de movimiento resultante de todo este trabajo. Los estiramientos también aumentan la densidad capilar, permitiendo así disminuir condiciones isquémicas y promoviendo la remoción
de depósitos de ácido láctico. Esto último es particularmente importante en nuestra cultura ya que tendemos a enfatizar movimientos musculares mucho más agresivos, que de por sí resultan en la producción de enormes cantidades de ácido láctico en las fibras musculares. Adicionalmente, los estudios han mostrado que los estiramientos pueden aumentar las temperaturas de los tendones, hecho que a su vez confiere un alto efecto de protección dado que incrementa considerablemente la tensilidad muscular (fortaleza y resistencia). Los estiramientos ejecutados en el masaje tailandés también estimulan las descargas de endorfinas, fenómeno que a su vez inicia el reconocido mecanismo de Respuesta de Relajación. Se ha demostrado también que el uso conciente de la respiración reduce las tensiones emocionales y físicas. En el Trabajo Corporal Yóguico Tailandés, los practicantes aprenden las técnicas necesarias para enseñarles a sus clientes cómo hacerse más concientes acerca de sus ritmos respiratorios y de las áreas corporales cuya tensión está dificultando su respiración. Igualmente, los practicantes aprenden en su entrenamiento cómo utilizar su propia respiración para facilitar las transiciones entre posturas, para trabajar con diferentes tipos de cuerpos y finalmente para sincronizarlas con la de su cliente, a objeto de profundizar la concentración y la conciencia. El énfasis que pone el Trabajo Corporal Yóguico Tailandés en tomar conciencia del cuerpo ha ayudado a los practicantes a evitar muchas de las lesiones comunes entre los masajistas de hoy. Dado que el masaje enfoca la atención en el cuerpo, tanto del cliente como el del practicante, permite que la sesión le dé prioridad al confort y a la seguridad por encima de todo. La importancia de priorizar la seguridad se enfatiza cuando se pone en práctica el principio de la ejecución de una sesión suave y fluida que incorpora transiciones naturales y que evita a todo trance esfuerzos corporales, tanto en el cliente como en el practicante. Estas transiciones, basadas en el Taichi, son esenciales para lo que el Sr. Chow califica como la “danza” del masaje tailandés – ese movimiento fluido acompañado de una respiración rítmica – que hace consciente al practicante de usar su peso corporal en vez de su fuerza física, para evitar así lesiones articulares o musculares. De esta forma, el masaje tailandés respeta los ritmos naturales del cuerpo, tanto externos como internos.
La Técnica Lotus Palm Para poder entender dónde está el masaje tailandés hoy, debemos regresar a sus orígenes, hace 2.500 años atrás, específicamente al fundador de la tradición, Jivaka Kumar Bhaccha, el médico personal del Buda. El masaje tailandés, de hecho, se desarrolló dentro del los templos budistas y refleja el espíritu de metta (amor incondicional y compasión) y vipassana (la práctica de meditación que utiliza una conciencia de momento a momento). Siendo una aplicación práctica de estas dos técnicas de meditación, el masaje tailandés enfatiza que su esencia más profunda es en realidad una experiencia meditativa y sanadora para ambos, el cliente y el practicante. Las sesiones en los tiempos de Jivaka duraban muchas horas y eran parte de práctica espiritual regular. El Sr. Chow se dió cuenta de la importancia de rescatar ese aspecto espiritual proveniente de las raíces mismas de la tradición y también tomó en cuenta la exigencia de desarrollar una forma de masaje adaptada específicamente a las necesidades específicas de la cultura y los cuerpos occidentales. Explica el Sr. Chow “En Asia, las personas son generalmente más pequeñas, más flexibles y a menudo se agachan o cruzan las piernas directamente en el piso para sentarse. También, en Tailandia la gente pasa mucho tiempo trabajando en los campos o haciendo algún tipo de trabajo manual. Por estas razones, el masaje tailandés se concentra un 75% en la parte inferior del cuerpo y en las piernas. En Occidente, las personas están más tiempo sentadas y sus cuerpos son usualmente más altos y pesados. Adicionalmente, pasan mucho tiempo sentados ante escritorios y frente a computadoras. Y finalmente, debido a la naturaleza del estilo de vida en Norteamérica, la típica sesión tailandesa no es práctica” En consecuencia, el Sr. Chow decidió que el masaje tailandés aplicable a Occidente debería enfocarse igualmente en la parte
superior e inferior del cuerpo, 50% y 50%, sin importar si la sesión dura 60 ó 90 minutos, a diferencia de las 2 horas que normalmente toma el masaje en Tailandia. Dice el Sr. Chow “Cuando vine por primera vez a Norteamérica, uno de mis maestros me dijo que cualquier sesión por debajo de dos horas no podría ser llamado Masaje Tailandés. Pero luego de haber practicado y enseñado aquí en Occidente por cinco años, me he dado cuenta que lo mejor es enseñar un arte que la gente pueda practicar. Es la calidad del masaje lo que importa, no la cantidad” Otro factor a ser tomado en cuenta es el hecho que esta disciplina corporal no está regulada en Tailandia, a pesar que el masaje tailandés es ampliamente disponible a precios tan bajos como $6 en muchos sitios, y que también existen muchas escuelas de excelente reputación que enseñan excelentes técnicas, esta práctica es a menudo considerada como un “servicio” tal como lo es un trabajo de peluquería o de prostitución disfrazada. En Tailandia las clínicas de masaje operan sin lineamientos y la calidad del entrenamiento varía ampliamente tanto de escuela a escuela como de región a región. La norma en Tailandia es recibir un masaje en una clínica donde hasta 20 personas son atendidas al mismo tiempo, una al lado de la otra. Todos estos factores convencieron al Sr. Chow, primero, que su escuela de masaje debería ser reconocida y acreditada por una federación provincial en Canadá, y segundo, que era perentorio desarrollar un método diferente -- tal como lo es el actual Lotus Palm -- que regresara el masaje tailandés a sus orígenes espirituales. El entrenamiento de Lotus Palm está diseñado para fundir prácticas orientales con aproximaciones occidentales en una técnica que promueva la salud y la sanación, mientras que mantiene al mismo tiempo altos estándares en la práctica. Adicionalmente a lo aprendido en su entrenamiento básico, los practicantes son estimulados a asistir regularmente a talleres supervisados para así mantener la forma correcta de aplicación en el masaje y para prevenir lesiones y esfuerzos indebidos. La aproximación Lotus Palm busca también acercar el masaje tailandés a la medicina Ayurvédica tradicional india, hecho que provee una sólida base teórica y filosófica a la técnica.
Raíces Ayurvédicas Acota el Sr. Chow “A pesar que se le llama masaje tailandés, este trabajo corporal tiene una fundación terapéutica en la antigua tradición sanadora india del Ayurveda. Esta palabra sánscrita proviene de dos raíces: ayur (vida) y veda (conocimiento). Ambos conceptos entonces se refieren a una vida en armonía y constituye un cuerpo de conocimiento que actúa como una guía para el mantenimiento adecuado de la vida misma” Continúa expresando el Sr. Chow “La aproximación ayurvédica a la sanación es todavía practicada en La India y el Sri Lanka de hoy y está recibiendo reconocimiento en Occidente por su capacidad de tratar el cuerpo como un todo. En Tailandia se perdió esa conexión con el masaje tradicional tailandés, ya que este conocimiento ayurvédico es usado solamente con los remedios herbales. Una de las metas de Lotus Palm es tender un puente entre la práctica del Trabajo Corporal Yóguico Tailandés y sus raíces ayurvédicas. Esto no significa que nosotros intentamos practicar la medicina ayurvédica, sino más bien integrar algunos de sus principios generales a nuestro trabajo” El Sr. Chow recurre a una comparación cuando se refiere al masaje Shiatsu, en el que los practicantes emplean principios provenientes de la Medicina Tradicional China pero no se presentan como médicos.
Ayurveda significa la ”ciencia de la vida” y el Sr. Chow ratifica que su meta es simplificar los conceptos de este conocimiento y aplicarlos al Trabajo Corporal Tailandés. “Es de hecho una sanación bella y un estilo de vida tradicional. Es un espejo donde uno se refleja, donde te presentas tal como eres, quien eres y como eres. La Ayurveda intenta rescatar la felicidad y el balance porque se refiere a todos los aspectos de una persona: lo físico, lo mental y lo espiritual. Esta aproximación nos provee una oportunidad para efectuar un cambio hacia lo positivo ” Los practicantes de Lotus Palm son entrenados para crear un masaje que incorpora una tradición antigua de salud y bienestar a principios médicos del siglo 21. Los practicantes pueden definir cada constitución específica de cada cliente basados en los conceptos ayurvédicos de los doshas – vata, pita y kafa – categorizaciones basadas en estilos de vida, dieta, arquitectura emocional, características físicas y emocionales, etc. Pueden así entonces adaptar un masaje a las necesidades únicas de cada persona. Adicionalmente, se le recomienda a los clientes ejercicios de hatha yoga específicos dirigidos a sus requerimientos dóshicos.
Meditación y Compasión En entrenamiento Lotus Palm recurre también a los principios Budistas, la filosofía inherente en el Trabajo Corporal Tailandés. Este cuerpo de conocimiento considera el masaje como una meditación sanadora donde quien lo aplica aprende a sentir el cuerpo del cliente como si fuera el propio. La profundidad y trascendencia de este estado de conciencia proviene de los conceptos metta y vipassana antes mencionados, y nos recuerdan nuestra conexión con la esencia de la vida misma, con la verdadera esencia del ser. Este estado de presencia mental y de compasión constituyen el corazón de Lotus Palm. Ratifica el Sr. Chow “La meditación es la práctica de estar plenamente vivo en el momento y en el presente, sin importar lo que estemos haciendo o lo que nos esté ocurriendo. Este principio es esencial para el practicante del Trabajo Corporal Yóguico Tailandés. Él, o ella, deben estar en un estado meditativo mientras trabajan, porque así estarán más centrados y con mentes más claras” La aplicación de un masaje con claridad mental y con compasión beneficia tanto al cliente como al practicante, porque se cree que cuando esas condiciones prevalecen, la fuerza vital que anima la vida fluye entre ambos. Esta práctica cultiva un estado de alerta interno y externo. Uno se escucha a sí mismo y escucha con las manos el cuerpo y el espíritu del cliente. Chow regularmente conduce a los practicantes en sus clases a entonar el cántico “OM MANE PADME HUM”, un mantra tibetano que refleja el espíritu detrás del Trabajo Corporal Yóguico Tailandés y de la técnica Lotus Palm. Su traducción es “Que la joya en el loto arroje su luz de amor y compasión para unirnos a todas las existencias en una. Que todos los seres sean felices” Cuando entonamos ese mantra, nos transportamos directamente al wat, a los orígenes mismos del masaje tailandés y a la naturaleza sagrada de esta práctica que establece que cuando nos tocarnos los unos a los otros, nos conectarnos con nuestros cuerpos, con nosotros mismos y vivimos la verdadera esencia del momento. Al hacerlo, somos también advertidos que la conciencia y la compasión pueden ser extendidas más allá
de una sesión de masaje hasta alcanzar los momentos que constituyen nuestro diario vivir.
Maracaibo, Octubre 2003 FUENTE: www.lotuspalm.com