Anestesia general II / General anesthesia II
Med Oral 2003;8:281-7.
Tratamiento odontológico bajo anestesia general: ¿un procedimiento útil en el tercer milenio? (II) María del Patrocinio Vargas Román (1), Sonia Rodríguez Bermudo (1), Guillermo Machuca Portillo (2) (1) Odontóloga. Colaboradora Honoraria de Clínica Odontológica Integrada de Pacientes Especiales. Facultad de Odontología de Sevilla. (2) Profesor Titular. Clínica Odontológica Integrada de Pacientes Especiales. Facultad de Odontología de Sevilla. España Correspondencia: Prof. Guillermo Machuca Portillo. Facultad de Odontología. Departamento de Estomatología. Universidad de Sevilla. c/ Avicena s/n. 41009-Sevilla. Teléfono: 954481128. FAX: 954481157 E-mail:
[email protected] Recibido: 14-9-2002 Aceptado: 22-1-2003
Vargas-Román MP, Rodríguez-Bermudo S, Machuca-Portillo G.Tratamiento odontológico bajo anestesia general: ¿un procedimiento útil en el tercer milenio? (II). Med Oral 2003;8:281-7. © Medicina Oral S. L. C.I.F. B 96689336 - ISSN 1137 - 2834
RESUMEN En el trabajo publicado en el número anterior de Medicina Oral, se sentaban las bases y las indicaciones para llevar a cabo el tratamiento odontológico bajo anestesia general. En el presente trabajo se revisan los materiales e instalaciones indispensables para desarrollar el procedimiento y se establece el protocolo de actuación básico en esta disciplina . Palabras clave:
Tratamiento dental, anestesia general.
EQUIPAMIENTO DEL AREA DE TRABAJO PARA EL TRATAMIENTO ODONTOLOGICO BAJO ANESTESIA GENERAL La sala de operaciones debe cumplir una serie de requisitos mínimos. Entre ellos, pueden enumerarse algunos tales como los medios necesarios para un control adecuado de las infecciones, un personal entrenado que maneje el equipo necesario para solventar las posibles emergencias, y unidades de recuperación postoperatoria y/o de cuidados intensivos (UCI) de calidad para poder resolver en el mismo hospital cualquier emergencia médica que pudiera surgir.Es necesaria para la intervención proveerse del material estándar y del material adicional necesario, en función de los procedimientos planeados. También hay que disponer de material apropiado para el diagnóstico, incluyendo equipo de radiografía intraoral, reveladora, y material para recoger la toma de biopsias. Se considera muy interesante el poder disponerse de una cámara fotográfica. Es de gran ayuda poseer un equipo dental portátil y móvil diseñado para su uso en quirófano. Todo el instrumental debe estar 281
correctamente ordenado por procedimientos: profilaxis, odontología restauradora, endodoncia, cirugía bucal, cirugía periodontal y prótesis. Deben estar perfectamente preparados antes de comenzar a anestesiar para conseguir la mayor eficacia y disminuir la duración de la intervención. Además debe existir material suficiente que nos permita la modificación del plan de tratamiento previsto. Para el tratamiento bajo anestesia general es necesario un carro de anestesia con los fármacos necesarios para la misma, equipamiento para la respiración asistida, fuente constante de oxígeno, suministro de gases anestésicos y material de emergencia (desfibrilador). Además la intervención debe realizarse bajo una monitorización mínima con un pulsioxímetro, un osciloscopio y un esfingo-manómetro que permitirán la evaluación continua de las constantes vitales del paciente (1, 2). Otros elementos esenciales son los focos de luces halógenas articuladas y la aspiración quirúrgica. Sería recomendable que la mesa de quirófano fuera articulada o sustituida por un sillón dental que nos permita colocar al paciente en cualquiera de las posiciones habituales para el trabajo odontológico. La carencia de material adecuado ya sea para la monitorización o para la administración de la anestesia general y la escasez de personal preparado para ello es una contraindicación absoluta para la utilización de esta técnica (1).
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PROCEDIMIENTO PARA LLEVAR A CABO EL TRATAMIENTO. Anestesia: Una vez que el paciente se encuentre en el quirófano se procede a la inducción de la anestesia. Si fuera necesario, el paciente habrá sido premedicado con tranquilizantes del tipo de las benzodiacepinas o con un barbitúrico asociado a un anticolinérgico que tienen como objetivo disminuir las secreciones durante el tratamiento quirúrgico. La inducción de la anestesia la podemos conseguir por vía venosa administrando un hipnótico como la ketamina o el tiopental, o por inhalación a través de una mascarilla de un gas anestésico halogenado como el halotano o el fluotano. López y cols. (1) proponen como fármaco de elección para la inducción de la anestesia los hipnóticos no barbitúricos como el etomidato o el propofol. Cualquiera que sea el tipo de inducción debe ir seguida de la administración de un relajante muscular que permita la colocación del tubo endotraqueal que debe llevar un balón para que haya un pneumotaponamiento. La intubación debe ser nasal, siempre que las condiciones del paciente lo permitan (2). A continuación debe llevarse a cabo el empaquetamiento faríngeo con una gasa húmeda que se debe introducir delicadamente para evitar la irritación de las mucosas. El mantenimiento de la anestesia se realiza con una mezcla de óxido nitroso y oxígeno en una relación de 60/40 aplicada con un respirador (1, 2). Antes de comenzar el tratamiento odontológico se deben untar con vaselina los labios del paciente para evitar queilitis posteriores y se protegerán sus ojos (3). De igual manera, debemos cubrirlo con sábanas o mantas para mantener su temperatura corporal (fig.1). Posteriormente se procederá a la desinfección y limpieza con povidona yodada de la cara y de la cavidad oral. Algunos autores recomiendan lavar la cavidad oral con clorhexidina al 0.12% (4). Tratamiento odontológico: Una vez que el anestesiólogo indique que puede comenzar el tratamiento odontológico, este suele tenerse que llevar a cabo con la ayuda de un abrebocas. Lo primero que debe hacerse es un meticuloso examen oral con las radiografías intraorales necesarias, así como una meticulosa exploración dental y periodontal. La secuencia de tratamiento debe de adaptarse a las circunstancias particulares de cada paciente y a criterios clínicos, aunque siempre que se pueda debe comenzarse por los procedimientos restauradores y finalizarse con los procedimientos periodontales y quirúrgicos (Tabla 1). Autores como Facal y cols. (2) proponen el aislamiento con dique de goma que facilitará el trabajo, sobre todo en los sectores posteriores, debido a que el taponamiento faríngeo empuja la lengua hacia delante (figs.2 y 3). Hay que tener en cuenta que en los tratamientos bajo anestesia general no son recomendables las grandes reconstrucciones de amalgama o composite, siendo estas sustituidas por coronas prefabricadas de acero que tienen un mayor porcentaje de éxito a medio y largo plazo. Se desaconsejan también tratamientos muy largos que incluyan varias endodoncias de molares y como alternativa habría que valorar las posibili282
Fig. 1 . Paciente preparado para el comienzo de la intervención, intubado por vía nasal, con protecciones oculares, y tapado con sábanas estériles. Patient prepared for dental surgery, with nasal intubation, eye protection and sterile sheet covering.
Fig. 2 . Posicionamiento del equipo odontológico y método de trabajo en el quirófano. Positioning of the dental equipment and working modality in the operating .room
Fig. 3. Trabajo de odontología restauradora utilizando el aislamiento con dique de goma bajo anestesia general. Restorative dental work using a rubber dam for isolation under general anesthesia.
Fig.4. Extubación, limpieza de secreciones y recuperación del reflejo faríngeo tras la intervención. Extubation, aspiration of secretions and recovery of the pharyngeal reflex after surgery.
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Es tado o ral Deterioro severo Dentició n no restaurable
Deterioro severo Dentició n no restaurable
Grandes necesidades dentales Dentició n restaurable
Grandes necesidades dentales Dentició n restaurable
Co mpo rtami e nto
Pl an de tratami e nto
Mante ni mi e nto
No cooperador
1.Examen oral 2.Radiografí as 3.Lavado con clorhexidina 4.Extracciones
Revisiones anuales
Cooperador limitado
1.Examen oral 2.Radiografí as 3.Lavado con clorhexidina 4.Extracciones 5.Posible pró tesis inmediata
No cooperador
1.Examen oral 2.Radiografí as 3.Lavado con clorhexidina 4.Raspado y alisado radicular, profilaxis 5.Procedimiento dental conserv. 6.Extracció n dedientes con malpronó stico.
Cooperador limitado
1.Examen oral 2.Radiografí as 3.Lavado con clorhexidina 4.Raspado y alisado radicular y profilaxis. 5.Restauraciones 6.Extracciones 7.Tratamiento dental extenso (endodoncia, preparació n e impresiones para pró tesis fija y removible)
Revisiones anuales Consideren la fabricació n de una pró tesis completa y/o rebase
Revisiones cada 3 ó 6 meses incluyendo profilaxis y aplicaciones de flúor. Consideren la sedació n oral o intravenosa
Revisiones cada 3 ó 6 meses incluyendo profilaxis y aplicaciones de flúor
Tabla 1. Guía de plan de tratamiento para anestesia general (16).
dades menos conservadoras. Las obturaciones estéticas con composite en el sector anterior también se ven muchas veces comprometidas por la falta de higiene y la mala salud gingival. En general, la mayor parte de los autores opinan que debemos ser mucho menos conservadores que cuando trabajamos en el gabinete (2, 5). Finalizada la intervención, debe llevarse a cabo una limpieza cuidadosa de la cavidad oral, comprobando que no haya ningún punto hemorrágico y la retirada del taponamiento faríngeo y la intubación. Cuando el odontólogo calcule que quedan aproximadamente 10 minutos para la finalización del tratamiento debe avisar al anestesiólogo, que procederá a la supresión de los gases y anestésicos, así como a la administración de los antídotos de los fármacos utilizados en la anestesia, si son necesarios. Se aspirarán las secreciones y se comprobarán las constantes vitales del paciente, así como la recuperación del reflejo faríngeo (fig. 4). Una vez el odontólogo jefe se percate de que el procedimiento ha finalizado, deberá salir a comunicar a los familiares del paciente el fin de la intervención. Es recomendable que cuando el paciente despierte haya algún familiar presente (2). Además, el jefe de la intervención debe visitar al paciente a lo largo del día para solucionar los problemas postoperatorios que puedan surgir, y a las 24 horas que es cuando habitualmente suele darse el alta. Es recomendable, también, un control postoperatorio del paciente a los 7 días de haber efectuado la intervención (1, 6).
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Medidas especiales. En muchos casos antes y durante el tratamiento es necesario tomar una serie de precauciones y administrar fármacos que faciliten la recuperación del paciente, como antiinflamatorios, antibióticos y/o analgésicos. Ante la cirugía periodontal y alveolar extensa es de ayuda la administración preoperatoria de dexametasona (1,5-3 mg/O 1 hora antes ó 4-12 mg/IV antes de la cirugía). La dexametasona está contraindicada ante infecciones sistémicas no tratadas, hipersensibilidad a la dexametasona o la diabetes incontrolada. En casos de hipertensión, enfermedad coronaria, úlcera gástrica o duodenal, glaucoma o diabetes es necesario consultar con el médico de cabecera del paciente. La administración de anestesia local es necesaria en algunos casos, López y cols. (1) la recomiendan para disminuir la necesidad de analgésicos intravenosos, consiguiéndose una anestesia más ligera y un postoperatorio más confortable. Por su efecto vasoconstrictor el campo operatorio puede ser menos cruento. Además se recomienda la administración de anestesia troncular según la localización del tratamiento quirúrgico al finalizar la intervención para conseguir un mayor periodo de analgesia y permitir que un paciente disminuido psíquico mantenga un vía endovenosa durante las horas posteriores a la intervención. Ocasionalmente pueden aparecer epíxtasis debido a la intubación intranasal que pueden ser tratadas por presión directa, empaquetamiento intranasal o mediante la aplicación de agentes hemostáticos. Cuidados postoperatorios tras la anestesia general:esponsabir lidades del odontólogo. Como jefe de la intervención el odontólogo debe estar atento a todas las vicisitudes pre, intra o postoperatorias que puedan surgir para organizar la pronta solución de las mismas por parte del profesional indicado. Además, su responsabilidad en el cuidado postoperatorio tras la anestesia general estriba en el cuidado de la parte en la cual intervino, por lo que se asegurará de que no existan complicaciones como hemorragias, edemas obstructivos y dolores excesivos, entre otras. Además prescribirá analgésicos, antibióticos o cualquier otro medicamento que sea necesario por la condición quirúrgica o física del paciente. Considerará que el paciente esté alerta y le recomendará la dieta adecuada. (3). La orden de alta debe incluir el diagnóstico preoperatorio, la descripción de los procedimientos realizados, el estado del paciente al ser dado de alta, los medicamentos prescritos para continuar con el tratamiento, las instrucciones para los cuidados en la casa, y la pauta de visitas de revisión posteriores. Complicaciones. Las complicaciones de la anestesia general durante una intervención odontológica son las mismas que para otra intervención. De cualquier forma, en la actualidad, se utiliza con frecuencia la técnica anestésica denominada balanceada y la anestesia total intravenosa para obtener los objetivos de la anestesia general (hipnosis, analgesia y relajación muscular) a la dosis mínima y con ello se reducen los efectos indeseables lográndose una rápida recuperación del paciente (7).
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¿ES EL TRATAMIENTO ODONTOLOGICO BAJO ANESTESIA GENERAL UN PROCEDIMIENTO ÚTIL PARA LLEVARSE A CABO EN EL TERCER MILENIO?
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Sólo debemos utilizar la anestesia general como último recurso después de descartar otras técnicas. Por desgracia existen muchos casos en los que la anestesia general es la única alternativa para concluir un tratamiento odontológico eficaz. Muchos estudios concluyen que a pesar de que el número de caries está disminuyendo sigue existiendo un importante grupo de pacientes especiales con grandes necesidades de tratamiento y para los que la anestesia general es la mejor opción (8, 9). La anestesia ambulatoria está adquiriendo un importante auge fundamentado en la reducción de los costes económicos y tiempo de espera, con un alto grado de satisfacción de los pacientes y de la calidad asistencial (10). Por otro lado este tipo de intervención no supone un aumento de la morbilidad, que permanece baja y que no es mayor en los pacientes con minusvalías (11, 12). Existen muchos autores que consideran a la sedación como una buena alternativa en determinados casos, pero con el inconveniente de que es una técnica difícil de ajustar y con complicaciones para determinar si la sedación que se consigue es profunda o media. Además debe evitarse en los pacientes psiquiátricos por la facilidad de desencadenarse efectos secundarios en estos sujetos (13). Con respecto a los costos de ambos procedimientos, debemos considerar que en un estudio comparativo de los costos de la sedación consciente y de la anestesia general realizado por Lee y cols. (14), para los parámetros estudiados, los costos de la sedación consciente podían exceder a los de la anestesia general. Con respecto al desarrollo de la técnica en los próximos años, debe considerarse por un lado la revisión realizada por Nunn y cols. (5) sobre los servicios de tratamiento dental completo bajo anestesia general, en la que se concluye que a pesar de que ha disminuido la caries en los últimos 20 años, existe un grupo de pacientes jóvenes que requieren tratamiento dental bajo anestesia general. Por otro lado debe tomarse en cuenta el análisis llevado a cabo entre los niños tratados en el centro de Permanencia Diaria en el Royal Hospital NHS Trust de Londres entre 1985-95, en donde se observó que en los últimos años había una tendencia a atender a un mayor número de pacientes que recorrían una mayor distancia. Esto sugiere que es necesario establecer un mayor número de centros con equipos apropiados y personal preparado para satisfacer el aumento de la demanda del procedimiento (15). Los resultados de este estudio llevado a cabo en Inglaterra debe incitar a la reflexión sobre el desarrollo que este procedimiento pueda tener en los próximos años en los paises europeos desarrollados.
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Dental treatment under general anesthesia: A useful procedure in the third millennium (II) ? VARGAS-ROMÁN MP, RODRÍGUEZ-BERMUDO S, MACHUCA-PORTILLO G.DENTAL TREATMENT UNDER GENERAL ANESTHESIA: A USEFUL PROCEDURE IN THE THIRD MILLENNIUM (II) ?. MED ORAL 2003;8:281-7.
SUMMARY The present study reviews and updates the indications for general anesthesia in dental practice. An earlier number of this same journal published the bases and indications for dental management under general anesthesia. The present issue will review the materials and installations required for applying such anesthetic procedures, and addresses the basic working protocol for this particular health care discipline. Key words : Dental treatment, general anesthesia.
SPECIFICATIONS OF THE WORKING AREA FOR DENTAL TREATMENT UNDER GENERAL ANESTHESIA The operating room must satisfy a minimum series of requirements, including resources for adequate infection control, trained personnel capable of resolving any possible emergencies, and quality postoperative recovery areas and/or intensive care units (ICUs) to adequately deal with any eventual emergency as may arise. To the effects of surgery, the standard and additional material required must be available, according to the surgical technique programmed. Material should also be at hand for diagnosis (including intraoral radiography and a film development unit), with means for performing biopsies. A photographic camera is also very useful, as is the availability of a portable and mobile dental treatment system designed for use in the operating room or theater. All instrumentation must be correctly ordered by procedures: prophylaxis, restorative odontology, endodontics, oral surgery, periodontal surgery and prostheses. Instrument preparation should be completed before starting anesthesia, in order to ensure maximum efficacy and reduce the duration of the intervention. In addition, sufficient material should be available to allow modifications in the programmed treatment plan. An anesthesia unit must be present in the operating room, with the drug substances required for general anesthesia, mechanical ventilation, a constant oxygen source, the supply of anesthetic gases, and emergency material (defibrillator). In addition, surgery should be carried out under monitorization at least by a
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pulsioxymeter, an oscilloscope and a sphygmomanometer for continuous control of the vital functions of the patient (1,2). Other essential elements include articulated halogen lamps and surgical aspiration. The surgical table should preferably be articulated, or alternatively a dental chair may be used to place the patient in any of the positions habitually used for dental treatment. A lack of the material required for correct monitorization or administration of general anesthesia, and the absence of trained personnel, constitute absolute contraindications for the technique (1).
TREATMENT PROCEDURE Anesthesia Once in the operating room, anesthetic induction is carried out. If necessary, the patient may have received earlier premedication with tranquilizers (e.g., benzodiazepines or barbiturates) associated to an anticholinergic agent to reduce secretions during surgery. Anesthetic induction can be achieved via the intravenous route, administering a hypnotic such as ketamine or thiopental, or via the inhalatory route (applying a face mask) with a halogenated anesthetic gas (e.g., halothane or fluothane). López et al. (1) advocate non-barbiturate hypnotics such as etomidate or propofol as the drugs of choice for the induction of anesthesia. Regardless of the type of induction, the administration of a muscle relaxant should follow in order to facilitate the placement of an endotracheal tube (equipped with a balloon to avoid lung tamponade). Whenever allowed by the patient condition, intubation should be via the nasal route (2). Pharyngeal packing or tamponade with humid gauze is then indicated, taking care to introduce the gauze gently in order to avoid mucosal irritation. Anesthesia is in turn maintained with a mixture of nitrous oxide and oxygen in 60/40 proportion, administered with a respirator (1,2). Before starting dental treatment, the lips of the patent should be lubricated with vaseline to avoid posterior cheilitis, and the eyes should be protected (3). In the same way, the patient should be covered with blankets or sheets to preserve body temperature (Fig. 1). Posteriorly, povidone iodine is used to disinfect and clean the face and oral cavity – though some authors prefer to cleanse the oral cavity with 0.12% chlorhexidine solution (4). Dental treatment Once the anesthetist indicates that dental treatment can begin, mechanical oral aperture usually proves necessary. A first requirement is to conduct a detailed oral examination, supported by the required intraoral radiographs, and a thorough dental and periodontal exploration. The treatment sequence should be adapted to the circumstances of each individual patient and to clinical criteria, though whenever possible it is advisable to start with the restorative procedures and end with the periodontal and surgical techniques (Table 2). Authors such as Facal et al. (2) advocate isolation with a rubber dam to facilitate work, particularly in relation to the posterior sectors, since the pharyngeal tamponade impels the tongue forwards (Fig.s 2 and 3). It should be taken into account that in interventions under 285
general anesthesia, major amalgam or composite reconstructions are not advisable; it is preferable in such situations to use premanufactured steel crowns, which offer superior middle- and long-term success rates. Very long treatments involving various endodontic procedures in the molars are likewise disadvised; less conservative options should be evaluated in these cases. Esthetic fillings with composite in the anterior sectors are also often compromised by a lack of oral hygiene and poor gingival health. Most authors coincide that the approach should be considerably less conservative than when working in the usual dental office (2,5). After completion of the operation, the oral cavity should be carefully cleaned, making sure that no bleeding points remain, and withdrawing the pharyngeal packing and tube. When the dentist estimates that about 10 minutes of surgery remain, he or she should notify the anesthetist, who will then proceed to suppress the gases and anesthetics, with the administration of antidotes to the drugs used during anesthesia (where required). The secretions are aspirated, and the patient vital functions are verified, together with recovery of the pharyngeal reflex (Fig. 4). Once the chief dentist has completed the procedure, he or she should leave the operating room and inform the relatives. It is advisable for some relative of the patient to be present when the later awakens from anesthesia (2). Furthermore, the surgical chief should visit the patient in the course of the day in order to resolve any postoperative problems that may arise, and again after 24 hours – which is when discharge is usually decided. A postoperative follow-up visit 7 days after the operation is also recommended (1,6). Special measures In many cases during treatment, a series of precautions may prove necessary, with the administration of drugs to facilitate patient recovery (e.g., antiinflammatory agents, antibiotics and/ or analgesics). In the case of extensive alveolar and periodontal surgery, the preoperative administration of dexamethasone (1.53 mg via the oral route 1 hour before, or 4-12 mg i.v. before surgery) is useful. Dexamethasone is contraindicated in situations of untreated systemic infection, hypersensitivity to the drug, or uncontrolled diabetes mellitus. In patients with hypertension, coronary disease, gastric or duodenal ulcer, glaucoma or diabetes, the patient physician must be consulted. The administration of local anesthetic is necessary in some cases. López et al. (1) recommend this measure to reduce the need for intravenous analgesics, yielding lighter anesthesia and a more comfortable postoperative course. The vasoconstrictive effect of such local anesthetic may yield a less hemorrhagic surgical field. Moreover, truncal anesthesia is advised according to the location of the surgical field or site, at the end of the operation, to ensure a longer period of analgesia and allow the mentally impaired patient to maintain an intravenous catheter in the hours after the operation. Nose bleeding may occasionally result due to nasal intubation. In such cases direct compression, intranasal tamponade or the application of hemostatic agents may be indicated. Postoperative care after general anesthesia: responsibilities of the dental professional.
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As chief of the operation, the dental surgeon must be alert to all pre-, intra- or postoperative circumstances which may arise, in order to ensure prompt solutions by the required professionals. Furthermore, the responsibility of the dentist during postoperative care following general anesthesia should focus on those aspects in which he or she intervened directly. In this sense, it must be verified that no complications exist (e.g., bleeding, obstructive edemas and excessive pain, among others). The dental surgeon should also prescribe analgesics, antibiotics or any other medication required according to the surgical or physical condition of the patient. Patient alertness is to be assessed, with the provision of instructions regarding diet (3). The patient discharge report should include the preoperative diagnosis, a description of the procedures carried out, the patient condition at the time of discharge, the medication prescribed to continue treatment, instructions for the caretakers at home, and appointments for posterior follow-up visits.
Oral c o ndi ti o n
Severe deterioration. Dentition not restorable
Severe deterioration. Dentition not restorable
Great dental needs. Restorable dentition
Great dental needs. Restorable dentition
B e hav i o r
Tre atme nt pl an
Mai nte nanc e
Non-cooperative
1. Oral exploration 2. Radiographs 3. Chlorhexidine rinse 4. Extractions
Yearly revisions
Limited cooperation
1. Oral exploration 2. Radiographs 3. Chlorhexidine rinse 4. Extractions 5. Possible immediate prosthesis
Non-cooperative
1. Oral exploration 2. Radiographs 3. Chlorhexidine rinse 4. Root rasping and smoothing, prophylaxis 5. Conservative dental management 6. Extraction of teeth with poor prognosis
Limited cooperation
1. Oral exploration 2. Radiographs 3. Chlorhexidine rinse 4. Root rasping and smoothing, prophylaxis 5. Restorations 6. Extractions 7. Extensive dental treatment (endodontics, preparation and imprints for fixed and removable prostheses)
Yearly revisions. Consideration of a complete prosthesis and/or rebase
Revisions every 3 or 6 months, including prophylaxis and fluor applications. Consideration of oral or i.v. sedation
Revisions every 3 or 6 months, including prophylaxis and fluor applications
Complications The complications of general anesthesia during dental surgery are the same as those associated with other types of surgery. In any case, current practice frequently involves a so-called balanced anesthetic technique and intravenous total anesthesia to achieve the aims of general anesthesia (i.e., hypnosis, analgesia and muscle relaxation) at the drug minimum dose possible – thereby reducing undesirable effects and ensuring prompt patient recovery (7).
IS DENTAL TREATMENT UNDER GENERAL ANESTHESIA USEFUL IN THE THIRD MILLENNIUM? General anesthesia should only be contemplated as a last option after discarding other techniques. Unfortunately, in many cases general anesthesia is the only alternative for providing effective dental treatment. Many studies have concluded that although the number of caries is decreasing, an important group of special patients remains with great treatment necessities, in whom general anesthesia is effectively the best option (8,9). Ambulatory anesthesia is becoming increasingly important, in view of the economical savings and shortened waiting lists involved – with an important degree of patient satisfaction and good quality care (10). On the other hand, such interventions do not imply increased morbidity, which remains low and is not comparatively greater in handicapped patients (11,12). Many authors consider sedation to be a good alternative in certain cases, though the technique is difficult to adapt, and complications exist when attempting to determine whether the sedation achieved is deep or only moderate. Moreover, sedation should be avoided in psychiatric patients because of the ease with which side effects are triggered in such individuals (13). Regarding the cost of the two procedures, a comparative study of the expenditures associated with conscious sedation and general anesthesia conducted by Lee et al. (14) reported the cost of sedation to possibly exceed that of general anesthesia, for the parameters studied. As to the development of the technique in the coming years, a review by Nunn et al. (5) of complete dental treatment under general anesthesia concluded that despite the reduction in caries over the past 20 years, a young patient group exists in which dental treatment must be provided under general anesthesia. On the other hand, an analysis of the children treated in the Day Stay center of the Royal Hospital NHS Trust in London, between the period 1985 and 1995, revealed an increase in the number of patients traveling long distances in seek of dental care. This suggests the need to create more centers with the required equipment and trained personnel to satisfy the growing demand for dental management under general anesthesia (15). The results of this study conducted in the United Kingdom may be suggestive of the trend to be expected over the coming years in other developed countries in Europe.
Table 1 . Treatment planning guidelines for general anesthesia (16).
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CLINICA DENT AL
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