Tres Generaciones del Danzón Veracruzano
Rafael Figueroa Hernández
Tres Generaciones del Danzón Veracruzano
Xalapa, Veracruz 2007
Primera edición: 2007 D.R. Rafael Figueroa Hernández
[email protected] Impreso y hecho en México
Índice El danzón / Anaid Yolatl Chávez Trujillo 9 Introducción 13 En el principio: Rosa Abdala 17 Club de Bailadores de Danzón Hoy y Siempre 19 Tres generaciones el inicio 20 Rosa Abdala al frente de Tres generaciones 27 Proyección hacia el exterior 32 Danzón de María Novaro 35 Enseñanza: Disciplina y método 39 Rutinas 46 Redes y realidades 51 Mi homenaje póstumo / Armando Gutiérrez Cruz 57
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Con amor para ti, Rosita / Félix Martínez González 61 Tres generaciones con Miguel Zamudio 65 Orquesta Danzonera Tres Generaciones 76 Danzones en el puerto 80 Epílogo 94
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¡Ah, bailador de danzón! que luciendo con orgullo ese contoneo tan tuyo, desparramas emoción, y no le falta razón a aquel que al recrear su vista te considera un artista al verte bailar así, anda ven y baila aquí que es tuya toda la pista. Félix Martínez González
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Rosa Abdala Gómez y Miguel A. Zamudio en el Zócalo de Veracruz en 1992.
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El danzón Anaid Yolatl Chávez Trujillo ¿Cómo definir algo que por si mismo no puede ser definido?. ¿Cómo nombrar algo que lleva un nombre porque debe llevarlo, porque debe ser identificado de alguna manera para que pueda ser trasmitido? ¿Cómo definir algo que penetra en la sangre y urde hasta en lo rincones más íntimos de cada cuerpo? ¿Cómo se le debe llamar a eso que te transforma y te transporta en el tiempo, que se mantiene en el presente y se proyecta hacia el futuro porque se queda grabado en el corazón, en el alma? ¿Cómo llamar a esa mezcla de fantasía y realidad que con su velo nos abraza y nos lleva a un universo en el que nada más existe, en el que los elementos se funden para dar paso a la magia, a la creación, a la misma vida? Eso, lleva un nombre, un nombre que se ha instituido para poder identificarlo de alguna manera -como se nombra a las manzanas o a los árboles o a los ríos o las montañas-, pero que por más que trate de explicarse, eso que se siente, eso que es más allá de las letras, jamás podrá entenderse con la razón, simplemente se siente.
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La gran chispa de la que escribo sin decir nada, sin pretender entenderla, sin querer analizarla, tiene un nombre: Danzón. Sólo escribo así, como fluye la sangre, como viaja la música, como se siente la danza: atemporal, eterna, etérea… Muchas cosas en la vida se olvidan, se convierten en pasado y en polvo sobre nuestros ojos, si no sabemos desprendernos de ellas. Muchas otras, las que realmente penetran, permanecen y se vuelven parte de uno mismo y, por qué no decirlo, uno se convierte en parte de ellas. Una de esas cosas ha penetrado en mí ser y aún creo sentir claramente el primer encuentro con ella como si apenas hubiera sido ayer. No sé cómo describir la sensación que sentí cuando aquellos primeros compases vibraron en mi ser, esos que acariciaron mis oídos como el canto de las aves al amanecer, aquellos que me hicieron volar a universos inimaginados que inconscientemente me indicaban que rumbo tomaría mi vida y que, no obstante, estaban aún lejos de volverse parte de mí. Esas vibraciones recorrieron mi cuerpo, se dibujaron tenuemente en mi piel en la espera de ser tatuadas. Hoy puedo decir que se han marcado muchas de esas figuras, y se siguen imprimiendo otras… muchas más aún están naciendo, y esa fecundidad continuará durante todo mi camino.
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La música nos ennoblece, nos invade incitándonos a penetrar a un mundo del que desprenderse ya no es una alternativa. El cuerpo es receptor pero no puede permanecer estático, debe crear, unirse, ser uno con todo, y eso hay que aprenderlo. Se navega sobre la música, el cuerpo es como una canoa sobre los rápidos de un río, para aprender a andar sobre él se necesitan maestros, compañeros y, más que eso: amigos. El destino nos va señalando la ruta a cada paso, se cierran unas puertas y se abren otras. Frente a nuestros ojos se dibujan entradas de múltiples formas que llevan al corazón de mundos diversos. Esas puertas se abren en el momento preciso. Cuando nuestro camino parece terminar o nuestro andar aparenta detenerse y no tener salida, aparece frente a nosotros una entrada a un mundo nuevo, que nos transforma y nos enseña a aprender muchas cosas nuevas, de todo, de uno mismo. Caminando encontré una de esas puertas, multicolor, dinámica, cambiante, firme. En la parte superior tenía un letrero que decía en letras grandes: Grupo Tres Generaciones del Danzón Veracruzano. Toqué y me dejaron pasar. Era un mundo extraño –diferente a aquellos en los que había estado– pero interesante, lleno de historias, de caminos diferentes convergiendo en un mismo espacio, por un tiempo, quizá para toda la vida.
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Poco a poco me enseñaron a navegar en la música, y entendí más aún mi cuerpo y mi alma. Sentí la emoción de deslizarme sobre las notas musicales y perder la noción del tiempo, de viajar a otros mundos, de comprender a otros seres que como yo estaban ahí, en ese momento, compartiendo parte de sus vidas. Escuche la historia de una mujer, de una persona que, aún sin conocer, aprendí a admirar y a respetar desde el primer día que llegué a ese lugar –y sigo agradeciéndole por todo lo que hizo para que todos los que hemos recorrido ese camino estuviéramos ahí, aquí–, porque gracias a ella, a su entrega, a su tenacidad, a su visión, nos sigue dando a muchos (integrantes o no de este grupo), la posibilidad de seguir creciendo como personas y de unirnos como una gran familia. Su nombre: Rosa Abdala Gómez. Cada ser dentro de esta casa es diferente. Entre todos tejemos, construimos sueños… Vivimos grandes historias, algunas tristes, muchas alegres –cómo todo en la vida–, convergen nuestros caminos. Nos vamos, nos quedamos, otros llegan y seguimos caminando. Es tanto, todo cambia, nuestra vida, nuestro ser, nuestra visión… aunque la esencia permanece. Son tantas cosas las que siento, las que pienso, las que digo sin decir nada, las que no digo, las que río, las que añoro, las que espero, las que vivo, las que comparto, las que sueño, las que respeto, las que valoro, las que amo… que no existen palabras para expresar todo este huracán que envuelve mi corazón.
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Encontré la música y el baile, y el danzón se fundió en mi alma pintándose de mil colores. Y mi escuela: Tres Generaciones… hoy estoy aquí, formando parte de esto, mañana, cuando mi cuerpo se haya ido, mi alma aún conservará los tatuajes de todo lo que he recibido y he dado para poder vivir esto que siento...
Introducción La relación del estado de Veracruz con el danzón ha sido muy larga y fructífera. El danzón nació en Cuba, todos lo sabemos, pero a estas alturas allá es parte de la labor cultural de rescate de las tradiciones. En México es donde este género vive y está experimentando un renacimiento, con Veracruz a la cabeza. Por Veracruz penetraron y se establecieron muchos músicos cubanos, entre ellos muchos de renombre para sus respectivas épocas como Babuco o Acerina, que descubrieron en el puerto muchos de los ingredientes de ese mismo caldo de cultivo en donde se había formado el danzón, cuya fecha oficial fue la de 1879 pero que ya tenía muchos años cocinándose en el caldero de interinfluencias musicales que era la Cuba del sigo XIX. En Veracruz Puerto se comenzó a dar ese proceso de transculturación mediante el cual el danzón fue volviéndose cada vez más mexicano, fue ahí donde los primeros músicos cubanos formaron sus agrupaciones que naturalmente se formaron desde un
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principio con cubanos y veracruzanos, hasta llegar el momento en que las danzoneras se conformaron exclusivamente con músicos locales. Músicos que además comenzaron a apropiarse de este género mediante un proceso que, una vez comprendidas las particularidades musicales, comprendió la interpretación de una forma diferente de los danzones cubanos, con un sabor que se fue configurando como veracruzano y, muy pronto, la creación de un archivo importante de danzones producto de la inspiración propia de estas tierras. En muy poco tiempo el puerto de Veracruz desarrolló una escena danzonera muy activa alrededor principalmente de los famosos patios que servían muy bien como salón de baile y punto de reunión. Después de esos años de auge el danzón dejó de ser el género en boga y vinieron muchos otros ritmos, pero a diferencia de estos otros géneros musicales que han tenido su momento histórico para después caer en el olvido, el danzón permaneció adherido a ciertos sectores de las capas populares principalmente en la ciudad de México y el puerto de Veracruz, negándose a morir, buscando un segundo aire. Un segundo aire que llegó muchos años después con el advenimiento de los clubes de danzón y la figura cada vez más importante del promotor cultural, dos elementos sin los cuales no estaríamos presenciando este renacimiento bienaventurado del danzón en este «pedacito de patria que sabe sufrir y cantar».
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Estos dos elementos han permitido que sin un apoyo real de los medios de difusión electrónicos como la radio y la televisión, el danzón se ha convertido en una presencia cotidiana en buena parte de la vida cultural de nuestro estado y del país, y lo han logrado básicamente cambiando las maneras sociales de distribución de los bienes culturales. En la actualidad existen clubes de danzón a todo lo largo y ancho de México, apoderándose de nuestra geografía en un proceso social sin precedentes, que como todo proceso social no tiene una fecha exacta de nacimiento sino que se fue forjando como un movimiento sin líderes visibles pero con una serie de objetivos comunes que no por no estar escritos eran menos fuertes y genuinos. Los clubes se transformaron, lenta pero inexorablemente, de un simple grupo de baile a unidades pedagógicas completas que en forma de talleres se dedicaron a transmitir la técnica del baile a las nuevas generaciones. Pronto fue evidente que si se quería que el danzón perdurara se tenían que pasar la estafeta a los que venían detrás. Los clubes comenzaron en muchas instancias a convertirse en escuela y los jóvenes y los niños comenzaron a formar parte de este movimiento que hasta entonces parecía reservado a la tercera edad. Buena parte de este proceso, una parte imprescindible, corrió a cargo del grupo Tres generaciones del Danzón Veracruzano, que nació como muchos otros clubes de danzón lo hacen, pero que contaba con una particularidad: la de poner por primera vez como uno
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de sus objetivos primordiales la enseñanza a las nuevas generaciones. La crónica de esa labor es lo que compuso la materia prima para el presente trabajo que el lector sostiene entre sus manos. La tarea de muchas manos (¡y pies!) que juntando corazón y cerebro, han logrado que el danzón permanezca vigente y garantice su supervivencia. R.F. H.
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En el principio: Rosa Abdala La historia del grupo Tres Generaciones del Danzón Veracruzano comienza muchos años antes de su existencia real con la presencia de una mujer llamada Rosa Abdala Gómez, que nació en 1940 en la ciudad y puerto de Veracruz, hija del señor Miguel Abdala Tlaye y la señora Lorenza Lidia Gómez Tenorio. Desde muy pequeña demostró un gusto poco común por el baile, bailaba en la casa, bailaba en eventos escolares en su escuela la Guadalupe Victoria, pero no es sino hasta que llega a 18 años que estudia sistemáticamente el baile jarocho bajo la dirección del arpista Pánfilo Valerio. El maestro Valerio daba clases de zapateado a la vuelta de su casa, cobraba un peso y tenía muchas alumnas. Rosita, sin embargo, se destacó de tal modo que pronto el maestro Valerio la empezó a invitar a sus presentaciones como atracción dancística, ya que además de una bella figura, se desempeñaba muy bien en el baile, como el mismo maestro decía: “le encontró en los pies un tesoro”. Fue idea de don Pánfilo reunirla con un buen bailador alvaradeño que se llamaba Carlos Cobos. Nos cuenta la tía Dora Gómez Tenorio que cuando se lo mencionaron, el bailador con cierto grado de soberbia dijo:
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–Primero tengo que ver como baila, para ver si bailo con ella. A lo que Rosita contestó con su estilo muy particular de mujer porteña, segura de si misma. –Pues échenmelo. Se reunieron en Villa del Mar y bailaron El palomo, y en cuanto lo enredó con la falda Carlos Cobos exclamó: –Yo no voy a bailar con nadie más, que no sea con Rosita. Salían mucho a varios lugares del estado y de la República y siempre la acompañaba su abuela, Rita Tenorio Guillén. Muy frecuentemente eran Rosa Abdala Gómez contratados por un líder electricista llamado Pancho Santos que los empleaba para amenizar sus eventos políticos, llegando una vez incluso a bailar para el entonces presidente de la República Adolfo López Mateos. Aunque su especialidad era el jarocho también estudio baile español con la maestra Marisa Carrera. Su carrera en la danza, sin embargo, se vio truncada cuando en 1965 se casa con Jorge Humberto Zamudio Hernández, quien ya
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desde novios manifestaba su desacuerdo con la carrera dancística de Rosita. Cuando se casó dejó el baile, aunque no del todo, ya que como pareja se acoplaban muy bien para la ejecución del baile de salón, que incluía lo mismo rock and roll, que swing, charleston o música tropical. El danzón, si bien estaba presente, no era un elemento tan importante como lo fue después, aunque sí diariamente escuchaba un programa de danzón de una hora al mediodía –que se transmitía por la XEU a la cual era asidua escucha–, nada vaticinaba la importancia que este género iba a representar en su vida años más tarde. Dueña de una gran inteligencia natural, Rosa se desempeñó con buenos resultados en diversas áreas del comercio, al mismo tiempo que se dedicaba a cumplir con sus labores de madre, esposa y ama de casa, a cargo de tres hijos procreados dentro del matrimonio: Jorge Humberto, Pedro y Miguel Ángel Zamudio Abdala. La pareja se separa en 1987 y en extraordinaria asociación con el dicho popular que dice que “cuando una puerta se cierra otra se abre”, ese mismo año el danzón entra en la vida de Rosa Abdala.
Club de Bailadores de Danzón Hoy y siempre La madre de Doña Rosa tenía amistad con Natalia Pineda Burgos, bailadora muy conocida en el puerto de Veracruz y ella fue la que la invitó a los talleres que se daban en el Instituto Veracruzano de Cultura, el IVEC. Los instructores eran Eutiquio Madrigal Hernández y Luz María Díaz del Valle “Doña Lucha”, pareja muy
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singular que era un ejemplo a seguir, porque al bailar tenían un estilo pausado y muy bien marcado. Ya para ese entonces se había formado el Club de Bailadores de Danzón Hoy y Siempre del Puerto de Veracruz, el primer club de danzón constituido legalmente en asociación civil. Dado el carácter y las habilidades de Rosa Abdala, al entrar a este grupo es invitada como Secretaria de Relaciones Públicas, cargo con el cual consigue una serie de presentaciones que le permiten a la agrupación tener mayor difusión. En las presentaciones las pocas parejas infantiles con las que contaba el grupo tenían que ponerse al frente del escenario, robándose la atención del público. Esta situación desagradaba a algunos adultos ya que ellos no lucían como hubieran querido, por lo que pensaban que no debía privilegiarse a los niños. Estas diferencias de criterio provocaron fricciones entre los integrantes, mismas que dieron como resultado que un grupo de personas, encabezados por Rosa Abdala, comenzaran a ver que era muy importante la labor con los niños y los jóvenes y decidieron salir del club para crear otra asociación.
Tres generaciones: el inicio A raíz de la separación Rosa Abdala convoca a varios de los que pensaba estarían de acuerdo con sus ideas, entre ellos a Gerardo
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De izquierda a derecha Efraín Sierra Hernández, Modesto Morales Rodríguez, Rosa Abdala Gómez y Gerardo Luis Castro Pacheco. Marzo de 1989, en las oficinas del Periódico el Dictamen, para la presentación de ante los medios de comunicación de la creación de Tres Generaciones del Dazón Veracruzano A. C.
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Castro Pacheco, al doctor Miguel Bada del Moral, a Efraín Sierra Hernández, a Gloria Vázquez Ravelo y a Carolina Pacheco, entre otros, y les propone crear una asociación civil con el nombre de Tres Generaciones. El nombre de Tres generaciones resume mucho de la visión que Rosa Abdala tenía sobre lo que debería ser el grupo de danzón en donde la enseñanza a las nuevas generaciones era una de las bases primordiales para el edificio que poco a poco se iba a ir construyendo. El nombre hacía referencia, claro está, a la integración del grupo con niños, jóvenes y adultos. La Asociación civil, Tres Generaciones del Danzón Veracruzano, se creó legalmente el 5 de marzo de 1989 en la Notaria Pública número 8 del Puerto de Veracruz de Luis Martínez Almendra. El acta constitutiva da fe de la siguiente estructura administrativa: Presidente: Efraín Sierra Hernández Vicepresidente: Ricardo Jiménez Gómez Secretario: Gerardo Castro Pacheco Tesorero: Antonio Rivera Torres Secretaria de Relaciones Públicas: Rosa Abdala Gómez Presidente de la Comisión de Honor y Justicia: Carolina Pacheco Chávez Coordinador: Santa Gloria Vázquez Ravelo Asesor Cultural: Francisco Rivera Ávila Primer vocal: Bibiana Beltrán de Jiménez Segundo vocal: Clementina Méndez de Rivera
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Rosa Abdala Gómez y Antonio Rivera Torres «Don Toñito» en el zócalo de Veracruz en 1990.
Los objetivos sociales de la asociación eran, según se lee en la citada acta: 1. Rescatar la pureza rítmica del danzón tradicional evitando su degeneración por imitación con otros ritmos ajenos a la cultura musical del veracruzano, y 2. Establecer academias de enseñanza a modo de que quien se interese por conservar esta tradición pueda ser debidamente orientado y mediante el estudio y la práctica a convertirse en depositario y transmisor de este ritmo bailable a las futuras generaciones.
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Se planteaba desde el principio que una de las partes más importantes de la estructura de la asociación era la preservación del danzón con base en la enseñanza, objetivo que se tradujo en un énfasis maravilloso en la formación de bailadores infantiles y juveniles. Miembros importantes de esta primera etapa fueron el licenciado Juan Francisco Fábrega González, persona muy crítica y propositiva, que ayudó a la naciente asociación a estructurarse gracias a su experiencia como empresario, gracias a él, por ejemplo, se logró contar con un logotipo al que siguieron membretes, tarjetas y muchas otras cosas indispensables para el funcionamiento de una organización de este tipo. También formaron parte don Antonio Rivera “Toñito”, don Ricardo Jiménez, y Miguel Bada del Moral, además de los que legalmente constituyeron la asociación desde el principio. Gracias a una petición que se le hizo al entonces presidente municipal de Veracruz, Gerardo Poo Ulibarri, se obtuvo el permiso para realizar tertulias los domingos de seis de la tarde a nueve de la noche, en el parque Ciriaco Vázquez. Las primeras tertulias se realizaban exclusivamente con música grabada que en ocasiones llegaba ya premezclada en forma de cassettes que contenían tanto la música como las dedicatorias pertinentes a los asistentes. Con el éxito de las primeras tertulias se pensó en la posibilidad de contar con música en vivo y para ello se empezaron a llevar a cabo una serie de actividades para reunir fondos: se hacían rifas de ventiladores y otros enseres domésticos, se vendían refrescos y
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En el Parque Ciriaco Vázquez. Fila superior: Emilio Jiménez Lomé, Modesto Castro Vázquez, Álvaro Vela Prieto, Luis Melo Cadena, Miguel Zamudio, Enrique Vela Prieto, Alejandro Jiménez Lomé, Maestro ???, Rosa Abdala y Gerardo Castro. FIla inferior: Angelines Alonso García, Mónica Vázquez Rabelo, Yolanda Cisneros Palmeros, Carmen Cisneros Palmeros, Paola Vázquez Rabelo, Erika Rodríguez Ruiz, María de Jesús Cabrera Hernández, Verónica Caraza Martínez, Ruth del Carmen Rodríguez Ruiz. Enfrente; Cristina Maldonado Bazán, Octavio Barboza Bazán y Juliana???-
pambazos, etc., cualquier cosa para allegarse de fondos. Nos cuenta Miguel Zamudio: Un domingo andaba yo con la charola de los refrescos y un niño llegó, agarró el refresco y se lo tomó. Cuando le dije que eran
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En el Parque Reino Magico. Santa Gloria Vázquez Rabelo, Miguel Zamudio, Ruth del Carmen Rodríguez Ruiz, Melo Cadena, Mónica Vázquez, Enrique, Erika, Paola, Claudia
dos pesos su mamá se enojó y me gritoneó diciendo que si yo estaba ofreciendo, porque no le había dicho que eran vendidos, que él pensó que eran regalados. Enseguida llegó mi mamá y con su particular carácter resolvió la situación.
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Después de todo el trabajo y múltiples experiencias, el esfuerzo fructificó y se pudo contar con la presencia de Eliseo Matus «Manzanita» y su Son 4 una vez al mes con lo que la presencia de Tres Generaciones en el Ciriaco Vázquez se consolidó y llegaron a participar en algunos actos públicos como la reinauguración del parque a la que asistió el entonces gobernador del estado, Fernando Gutiérrez Barrios. Sin embargo, las condiciones siempre fueron difíciles. A veces el Ayuntamiento apoyaba con las sillas, otras no, en algunas ocasiones inclusono se daban las facilidades necesarias para tener electricidad. Pagar la danzonera era difícil, entonces se tomó la decisión de suspender las tertulias en el Ciriaco Vázquez y, por intervención del presidente municipal, C. P. Victor Gardoqui Zurita, se fortalecieron las noches de danzón en el Zócalo de la ciudad de Veracruz.
Rosa Abdala al frente de Tres Generaciones Aunque era evidente que era la fuerza detrás de la organización de Tres Generaciones doña Rosa nunca quiso ser la presidenta. Durante todo el periodo inicial se mantuvo como Secretaria de Relaciones Públicas y comenzó una relación importante con el IVEC que ayudó mucho al posterior desarrollo del grupo. Cuando Efraín Sierra renuncia Rosa se ve casi obligada a tomar la presidencia y con ella al frente es que se perfiló la organización de esta primera etapa importantísima para la conformación del grupo de baile.
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Rosa Abdala era la imagen siempre presente en Tres Generaciones, su carácter siempre afable y cordial, además de su atención a los más mínimos detalles la hacían un líder natural. Por ella se establecieron ciertas reglas para asistir a los ensayos, todos tenían que acudir en condiciones óptimas de arreglo personal, además de que a las niñas y mujeres se les exigía que siempre portaran falda y trajeran zapatilla cerrada. Aunque no intervenía directamente en los ensayos era muy crítica: Niña álzate, muchacho hay que bolear esos zapatos, cuida el peinado, etc. Funciones disciplinarias que viniendo de doña Rosa por su carácter eran aceptadas como si vinieran de una madre cariñosa que compartían todos los integrantes del grupo.
Elsa Mendiola: Una disciplina bárbara, zapatito cerrado, y la falda abajo de la rodilla, y cuidadito que anduvieras de coqueta por ahí. Tenías que llegar temprano, te checaban si limpiabas los zapatos, nada de tatuajes o de cortes muy modernos, porque se salía de lo que estabamos promoviendo, y así lo aceptábamos porque disfrutábamos mucho lo que hacíamos y doña Rosa a parte de que te imponía la disciplina, te ponía un ejemplo muy claro de una señora muy bien portada, muy bien puesta, atenta, una personalidad arrolladora. Doña Rosa era la que decidía sobre el vestuario, el maquillaje, el peinado, la postura, ella era quien establecía los parámetros a seguir
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Rosa Abdala con la primera generación (1991)
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en cuanto a la imagen que debía proyectar un danzonero miembro del grupo. Regañaba pero también felicitaba. Se preocupaba mucho por todos.
Anabell Zorrilla: Yo me acuerdo mucho de ella, el día que me tocó ir por primera vez al zócalo, se acercó a mí, me felicitó, me dijo que le gustaba como estaba bailando y que quería que siguiera bailando así. Eso lo atesoro como algo maravilloso para mí, que ella me dijera algo así. Además de que la veíamos bailar y era lo máximo para nosotros, como que flotaba, era un ejemplo y creo que para todas, muy femenina, muy delicada, muy propia en su caminar, en todo. Rosa Abdala Gómez se destacó siempre por su sencillez y espontaneidad, tanto abajo como arriba del escenario, donde se transformaba y deslumbraba con su singular cadencia y gracia de jarocha.
José Luis Juanes: Cuando la veías bailar de verdad que te motivaba. Hasta donde yo sé no ensayaba, pero tú la veías bailar y te atrapaba. Yo bailé con ella una sola vez y aunque era de la misma sangre, porque era mi tía, estaba muy nervioso. Imponía bailar con ella. Los padres de familia confiaban plenamente en doña Rosa y, otorgaban los permisos para viajar gracias al buen concepto que
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De viaje
tenían de ella. Esto se vio apoyado por la creación de un Consejo Disciplinario formado por tres de las mamás más comprometidas con el grupo Sarita Juanes, Teresita Rivera y Araceli Franco que se encargaban de mantener la disciplina necesaria para mantener funcionando un grupo de niños y jóvenes.
Irving Medel: En los siempre se notaba su presencia. La sonrisa que la caracterizaba siempre que tenía la oportunidad te brindaba un abrazo o una caricia, siempre estaba con nosotros en los ensayos,
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Nayeli Moreta Ochoa e Irving Medel Campos
en los viajes, aunque claro a la hora de disciplinar, podía ser muy cariñosa y muy atenta pero cuanto te merecías un regaño...
Proyección hacia el exterior Las relaciones de Tres Generaciones con grupos de danzón de fuera de Veracruz iniciaron con la organización de bailes de carnaval al que comenzaron a llegar diversas personalidades del danzón de la ciudad de México. Primero individualmente y después, poco a poco, de una manera más formal diversos grupos danzoneros comenzaron a establecer una relación que después probaría ser muy importante para el desarrollo del grupo.
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En los bailes, por ejemplo, se invitaba a los bailadores y grupos de danzón a mostrar su talento y su arte frente al público que asistente. Era una época en que muchos de los bailadores, legendarios ahora, estaban en pleno apogeo. Esta relación que se fue estrechando entre los diversos grupos de la capital del país, el apoyo del IVEC y el natural carisma que tenía este grupo formado principalmente por niños dio como resultado que pronto se comenzaron a programar diversas actividades fuera de Veracruz, lo que le dio mucha proyección al grupo. El danzón, que durante mucho tiempo había sufrido del estigma de ser “música para viejitos” y que durante mucho tiempo lo fue, tenía ahora una inyección de aire fresco, gracias al trabajo de Tres Generaciones, ya que los niños y jóvenes que participaban eran un elemento motivador para todos en este camino de fortalecer la práctica de este género bailable. El presidente de la Academia Nacional de Danzón, don Pedro Scott Rivera, decía entonces y dice todavía hoy en día: «Del danzón en Veracruz, se puede hablar de antes de Rosa Abdala y después de Rosa Abdala». Entre las primeras salidas, ahora recordadas por todos los miembros de aquella época, estuvieron la participación en agosto de 1990 en el Primer Festival Nacional de Danzón en la ciudad de Villahermosa, Tabasco, y en ese mismo año, una invitación que tuvieron a participar en los Tropilunes, una serie de conciertos que se llevaban a cabo en el Teatro Tepeyac de la ciudad de México. Para
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Cristina Maldonado Bazán y Octavio Barbosa Bazán
este viaje se contó con la participación en vivo de la Orquesta Alma de Sotavento y las coreografías presentadas fueron «Nereidas», «Óyelo», «Un meneíto suave» y «Me voy a la rumba». Ante un lleno impresionante, que no dejó libre, no sólo las butacas sino incluso los pasillos del teatro, el grupo Tres Generaciones impactó al público defeño por su precisión y soltura a la hora de ejecutar el danzón.
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Octavio Barbosa, con muy corta edad para la fecha, recuerda: En el teatro Tepeyac se cayó un pedazo del repello del techo y me pegó en el hombro, pero como siempre que pasaba algo fuera de lo común nos decían que volteáramos a ver a Miguel, a doña Rosa o a Gerardo, yo lo hice, y Gerardo me hizo señas para que siguiera bailando y pues yo como si nada. En el video todavía se puede ver el pedazo en el suelo y la exclamación de la gente. Sin embargo algo ensombreció el éxito y la satisfacción: el promotor encargado de la presentación de ese día simplemente desapareció dejando a doña Rosa con los gastos de transporte, hospedaje, alimentación, vestuarios y honorarios de la danzonera.
Miguel Zamudio: Yo recuerdo haber visto a mi mamá llorando y muy angustiada por lo que había gastado, pero me dijo que la satisfacción que le había dado el ver lo que habíamos logrado con el grupo, era suficiente. Eso significó una gran enseñanza para mí y se me quedó muy grabado.
Danzón de María Novaro A este panorama que, sin duda, presagiaba mejores tiempos para esta manifestación tan importante que es el danzón, vinieron a sumarse algunas acciones individuales o colectivas que lo reforzaron y
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fortalecieron. Apareció, por ejemplo, una película de carácter independiente escrita, dirigida y actuada por mujeres externas al movimiento danzonero pero que tuvieron seguramente la sensibilidad suficiente para darse cuenta de que algo mágico estaba cocinándose. La película Danzón vino a descubrir, independientemente de sus cualidades cinematográficas, un mundo que había estado oculto para el gran público pero que los aficionados al danzón conocían muy bien. En la trama de la película, Julia Solórzano, interpretada por María Rojo, trabaja de telefonista llevando una vida más o menos gris, de no ser por el danzón, ritual al que se entregaba cada miércoles, al asistir al legendario Salón Colonia, en donde tiene una pareja de baile llamada Carmelo Benítez, interpretada por Daniel Rergis, a quien no conoce fuera de la pista de baile. Un día Carmelo, simplemente desaparece, y Julia se dirige a Veracruz, ciudad natal de Carmelo sin saber si lo encontrará. En vez de a Carmelo, Julia encuentra el amor fugaz en brazos de una marinero, no sin antes recorrer los lugares danzoneros del puerto. Con apenas poco tiempo de formado, Tres Generaciones fue requerido para ayudar en el trabajo de preproducción de esta película que coproducían México y España, dirigida por María Novaro sobre un guión de ella misma y su hermana Beatriz. A través de un amigo del grupo, Lalo Sansores, fueron contactados para involucrarse con la gente de producción de la pe-
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Rosa Abdala, María Rojo y Miguel Angel Zamudio en la presentación de la Academia Nacional de Danzón, en el salón México del Distrito Federal.
lícula. Colaboraron principalmente en la selección de locaciones y la propuesta de alguien para el papel de Carmelo. Se recomendaron varios que cubrían con las características pero ninguno fue del agrado de la directora y los miembros del equipo de producción, hasta que un día los invitaron al lugar donde se estaba presentado el grupo porteño de son Los Pregoneros del Recuerdo. En algún mo-
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mento de su presentación invitaron a cantar a Daniel Rergis y María Novaro dice: “Esa es la persona que quiero”. El siguiente paso fue enseñar a bailar danzón a Maria Rojo y a Daniel Rergis ya que ninguno de los dos tenían ninguna experiencia previa. Esta labor recayó en la propia Rosita y en Gerardo Castro. De los dos protagonistas, María Rojo fue la que realmente aprendió gracias a su gran disciplina, pues a pesar de que tenían filmación desde muy temprano, ella siempre estuvo dispuesta a trabajar hasta que logró un nivel aceptable en la ejecución del danzón. Caso distinto fue el de su coprotagonista que nunca logró el nivel requerido lo que obligó a recurrir a diversos recursos cinematográficos como tomas cerradas o la inclusión en el proceso de edición de otros pies para dar la imagen de un buen bailador de danzón. Los miembros de Tres Generaciones participaron en el filme como los niños danzoneros que bailan en La Antigua, donde, en un restaurante de mariscos, toca la danzonera “Manzanita y su son cuatro”. Además, Gerardo Castro tiene un pequeño papel como el padrote del personaje que interpretó Blanca Guerra. Nadie tenía idea todavía de la importancia que para el movimiento danzonero tendría esta película. Para el año siguiente (en 1992) otra participación memorable se dio en el mes de octubre en el marco del V Festival Cultural en la Costa del Seno Mexicano en Tampico, Tamaulipas. Durante la presentación en la Plaza Principal de Tampico el alcalde de Nuevo
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Laredo vio al grupo y ya no los dejó irse. Los invitó a Nuevo Laredo y lo que solamente iba ser un evento de fin de semana se transformó en una semana completa con la consiguiente pesadilla de sacar, a larga distancia, todos los permisos de los padres, que otra vez gracias a la confianza que le tenían a doña Rosa, se pudo lograr tras una larga serie de telefonemas.
Enseñanza: Disciplina y método Siendo una parte muy importante de los objetivos del grupo la enseñanza tuvo siempre un papel primordial, en esta época inicial las clases quedaron a cargo de Gerardo Castro Pacheco y Gloria Vázquez Rabelo.
Bailando de izquierda a derecha: Miguel Angel Zamudio Abdala con Santa Mónica Vázquez Ravelo, Luis Melo Cadena con Isabel Rabelo, Efraín Sierra Hernández, Gerardo castro Pacheco y Gloria Vázquez Ravelo, en la sala de música del IVEC en 1989.
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Desde el principio se estableció una disciplina de trabajo que dejaba muy claro que esta era una actividad que debía tomarse en serio, ética que se ha mantenido a lo largo del desarrollo del grupo y en casi todas sus circunstancias. En un principio no había técnica de baile, no se hacían las pausas, no se detenían al escuchar el estribillo, cuando finalizaba el danzón no existían remates, todo era realizado de una manera empírica, echando mano de la experiencia de los bailadores que por muchos años habían practicado el danzón en el puerto, con una cadencia muy particular, con mucha de la sabrosura propia del veracruzano, pero sin técnica. Todo empezó a cambiar cuando en los bailes de carnaval que se organizaban venían personajes como Víctor Escobar Bautista «El Toby», Carlos Mizuno, Pedro Velásquez «El abuelo» con su pareja María Elena o Arturo Sánchez «El capullo» con su esposa, y en medio de la convivencia comenzaron a transmitir informalmente los conocimientos que tenían del danzón.
Víctor Escobar Bautista «El Toby»: Rosita tenía una gran personalidad, yo la conocí a Rosita Abdala porque soy el presidente Federación Mexicana de Baile y Danza Deportiva, yo tuve la primera escuela que se forma en México de danzón, ella me ayudó a evaluar a mi primera generación de bailarines de danzón. Después fuimos a darles algunas clases de danzón abierto, para enseñarles a abrirlo y a florearlo porque
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Modesto Morales Rodríguez, Rosa Abdala Gómez y Víctor Escobar Bautista en la evaluación de la Escuela Técnica Artística de Bailes Finos de Salón en la ciudad e México, 1989.
antes en Veracruz se bailaba cerrado. Ella siempre creyó en mí, y yo creí en Tres generaciones y ya ves hasta dónde han llegado. El problema básico no estribaba en aplicar los conocimientos tan generosamente compartidos sino que todos los bailadores tenían opiniones diferentes, lo que uno consideraba bueno el otro no, así que Tres Generaciones comenzó a adaptar estos conocimientos, poniéndolos a prueba y después decidiendo que es lo que les servía
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Rosa Abdala Gómez y Arturo Sánchez «El capullo» en la Antigua, Veracruz en 1990.
y que no, conformando poco a poco un método de enseñanza que recuperaba buena parte de la experiencia acumulada de tan buenos bailadores pero, al mismo tiempo, sin desmerecer el estilo porteño, dueño de esa cadencia natural del bailador veracruzano.
Miguel Zamudio: Lo que el instructor puede enseñar, lo enseña en dos o tres clases, pero, para que lo que le enseñaste se vea como se tiene que ver,
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el instructor aporta el veinte por ciento, el otro ochenta se tiene que descubrir en el ensayo. La mayor parte de los grupos son muy mecánicos porque muchas veces no saben pasar de la técnica a la expresión y la proyección. Tres Generaciones como parte del sistema de enseñanza ha tenido siempre la política de que todos ayudan a los demás. Una vez que alguien aprende el cuadro básico, tiene que, por ejemplo, ayudar a los alumnos principiantes, en una cadena que sube en espiral conforme se va ascendiendo en la complejidad de los pasos hasta llegar a las coreografías. Parte de la organización era el utilizar las presentaciones públicas, el zócalo del puerto como primera meta, en un sistema de motivación en que los alumnos que iban aprendiendo hasta que no tuvieran el nivel suficiente no les era permitido bailar en público como parte de Tres Generaciones. Había que trabajar y practicar bastante.
Angelines Alonso: No cualquiera podía llegar al grupo e ir a una presentación inmediatamente. Había que prepararse, había que hacer méritos. A veces para las presentaciones importantes ensayábamos mucho, pero todavía dos días antes de la presentación no sabíamos quien iba, eran unos nervios... El siguiente paso era ir a alguno de los viajes.
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De Izquierda a derecha: José de Jesús Avendaño Herrera (premiado); Bailadora del D.F.; Angelines Alonso García (premiada), Bailador del D.F.; Rosa Abdala Gómez y Raúl Calderón en el Concurso Nacional de Danzón en el Carnaval de Veracruz, del 28 al 30 de marzo de 1991. Entrega del trofeo del segundo lugar a la pareja del Grupo Tres Generaciones.
Octavio Barbosa: Ir a un viaje era lo máximo, era lo plus ultra, era como una nominación, teníamos unos nervios muy grandes. Una vez establecido el mecanismo de organización del grupo de baile todos los miembros de esta primera etapa siguieron patrones similares para ingresar. O bien presenciaban alguna de las presentaciones y los padres o los abuelos a veces se encargaban de que
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el hijo o nieto tomara clases, o ya mayores los miembros recomendaban a sus compañeros el ir a tomar clases, siguiendo obviamente un proceso de selección natural en que los verdaderamente interesados se quedaban y los que no tenían un interés tan profundo, al enfrentarse a la disciplina y al esfuerzo necesario se iban marginando naturalmente y desertaban. La organización que al principio era simplemente de un grupo de personas amigas aficionadas al danzón, fue cambiando poco a poco y fue creándose una estructura en que alguien que entraba tenía una serie de posibilidades en el futuro que iban desde ser alumno, que era el grado inicial, e iban subiendo en el escalafón danzonero a auxiliar, asistente, instructor y asesor técnico. Un desarrollo natural en lo que ha técnica de enseñanza concierne fue que el grupo comenzó a recibir invitaciones, primero informales y después cada vez más serias, para impartir talleres de danzón. A cada presentación que se daba en los diferentes foros a los que eran invitados normalmente seguía un taller para los interesados, con lo que se iba aplicando y puliendo esta técnica que se fue conformando a partir de las enseñanzas de múltiples bailadores e instructores de danzón y que desde entonces se mencionaba como Técnica de Enseñanza Tres Generaciones. Un hito importante fue en agosto de 1994 cuando en el marco del Festival Pedagógico de Artes Tres Generaciones se hizo de un curso titulado «Métodos y técnicas de la Danza Popular», con estas
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experiencias al año siguiente el grupo instituye unos talleres intensivos que se realizaban los fines de semana en el Hotel Acuario de la ciudad y puerto de Veracruz. Eran cursos con sesiones por la mañana y por la tarde en donde el sábado por la mañana se les enseñaba a los participantes el cuadro básico y en la segunda los giros elementales y el remate. Para el domingo se enseñaban los paseos y otros pasos con los que se cumplía con proporcionarles una noción básica del danzón, que quizá no era suficiente para convertirlos en bailadores pero si suficiente para motivarlos a continuar.
Rutinas Ya para esta época era una práctica común en el grupo presentar los danzones con una serie coordinada de pasos, con entradas y salidas bien definidas, en fin, lo que en el arte dancístico se conoce como coreografía y en al ambiente danzonero como rutina. Esto no siempre fue así, al principio los miembros de Tres Generaciones, tanto en bailes como en presentaciones en teatros y plazas, simplemente bailaban en grupos de cierto número de parejas pero sin la concepción de hacer algo unificado. La primera experiencia que tuvieron con una rutina de danzón fue con Víctor Escobar «El Toby», que tenía un plan de hacer una rutina sobre un danzón llamado “Mata Majá” y que él planeaba presentar con cientos de parejas en el zócalo de la ciudad de México. Para realizar esto visitó a muchos grupos de danzón
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Francisco «Tiburón» González, Rey del Carnaval de Veracruz en compañía de Rosa Abdala y el Grupo de los Diez de la ciudad de México.
entre ellos a Tres Generaciones y montó con ellos la rutina que llevaba preparada. Otra experiencia temprana fue la de presenciar la exhibición de una rutina de Miguel Ángel Cisneros “El mirruñas” que hizo una coreografía por secuencias, con lo que la imaginación y creatividad de los miembros de Tres Generaciones se vio estimulada y comen-
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zaron a realizar rutinas, al principio muy sencillas pero que poco a poco fueron revelando el desarrollo artístico del grupo. La mayoría al principio se realizaban bajo la dirección de Gerardo y posteriormente con la intervención de todos los integrantes. De las primeras rutinas en la memoria colectiva del grupo están «Me voy a la rumba» y «Masacre», a las que siguieron otras, como “Minerva” o “Cecilia” que iban demostrando el talento creativo de estos jóvenes danzoneros.
Angelines Alonso: La coreografía de «Minerva», que bailamos en el segundo aniversario, fue una de las primeras coreografías en que se nos prendió el foco a todos. Es que ya había más parejas que de manera individual eran reconocidas en el medio del danzón, estábamos en ese tono creativo, en ese momento exacto, cada uno con su pareja, fue una de las coreografías que marcaron esa diferencia. Otra coreografía que recuerdo mucho es «Cecilia» que presentamos en Puebla, en donde estábamos en la máxima expresión de creatividad porque creo que esa coreografía reúne pasos de todas las parejas que en ese entonces estábamos, hay pasos de cada uno de nosotros y fue una coreografía de las cuatro partes bailables de una manera distinta, porque normalmente repetíamos el montuno, se hizo una rutina que nos causó mucha satisfacción, muy recordada.
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Rosa Abdala Gómez y Jesús Flores y Escalante en el Salón Colonia, en el Marco del primer Encuentro Internacional de Danzón, en Noviembre de 1994.
Miguel Zamudio: El proceso creativo de las coreografías es colectivo, hay aportaciones de todos, hay, por supuesto, siempre un encargado de ensayo que modera…, pero cuando la mecha se enciende y empiezan a fluir las ideas, puedes montar una coreografía en un día. Siempre ha habido una batuta, y algunos de los miembros
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Rosa Abdala Gómez y Jaime Rodoreda en Puebla.
de Tres Generaciones han tenido mayor aptitud de creación que otros. No es fácil hacer una coreografía, a veces tejes algo en el papel y a veces no cuaja bien a la hora de montarlo, no cae en el danzón. «El cuero de los timbales», por ejemplo, no es una coreografía que hayamos hecho para ese danzón sino que era una coreografía que hicimos para «Nereidas», pero cuando la montamos quedó mejor en «El cuero de los timbales». En una
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coreografía tiene que haber algo característico, algo que mande un mensaje, una coreografía yo no la visualizo como una serie de pasos montados sobre un danzón y sale, tiene que proyectar algo y si no proyecta tienes que buscar que lo proyecte. Además, después de todos estos años, me he dado cuenta que lo importante de la coreografía no es el momento en que la presentas, eso a final de cuentas es como el éxtasis, pero el proceso de construcción de la coreografía es lo más interesante.
Redes y realidades En 1993 una sombra se proyecta sobre esta historia de esperanza y buena fe, a doña Rosa Abdala le diagnostican cáncer, pero a pesar de ello su energía y fuerza no perecen tener fin. A pesar de los estragos de la enfermedad y los problemas propios de la terapia, su fuerza de voluntad, su alegría y su goce nunca se perdieron, siguió siendo el prototipo de la bailadora de danzón, y durante los últimos años de su vida siguió participando en las actividades de Tres Generaciones.
Elsa Mendiola: No recuerdo la fecha pero lo tengo muy grabado, fuimos a bailar y doña Rosa estaba enferma, había bajado de peso, estaba decaída pero fuimos al Salón Colonia. Sarita (Juanes) nos había dicho que Rosita no iba a venir porque se sentía enferma y se iba a quedar en el hotel. Nosotros nos pusimos tristes porque siempre
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que nos presentaban decían: La señora Rosa Abdala y su grupo Tres Generaciones, y hacíamos nuestra entraba triunfal, con doña Rosa hasta delante, con un vestido muy similar al nuestro, con su porte y todo mundo aplaudía, pero esa vez no iba a venir y nos pusimos tristes. Nos sentíamos mal porque era parte de nosotros, porque ella era las que nos daba la pauta y estabamos orgullosísimas de ella, éramos sus niñas. Pasó el tiempo, se retrasó la presentación y estábamos desde el balcón viendo bailar y de repente vivos que entraba doña Rosa. Cuando subió las escaleras y se abrió la gabardina con un vestido color rubí y una peluca rubia, se veía guapísima todas nos quedamos impresionados por lo guapa que se veía y por aquello que la impulsó a ir porque todos ya sabíamos que venía malita desde hace tiempo, y ella echando ganas, sacando fuerza no sé de donde nos iluminó la noche. Entre las participaciones importantes de estos años está la presencia de Tres Generaciones en el Encuentro Internacional de Danzón que se llevó a cabo del 9 al 15 de noviembre de 1994 en la ciudad de México. Evento magno en el cual el grupo participó con una coreografía que fue preparada por meses como una respuesta a la importancia del evento.
Angelines Alonso: Había mucha gente, cuando entramos para bailar toda la gente estaba parada alrededor de la pista… se veía mucha gente, una
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Miguel Zamudio, Lorena Lira, Angelines Alonso y José Luis Juanes participando como jurado en Puebla.
pista muy grande, muy bien pulida, muy padre para bailar. Bailamos con la Danzonera “Dimas” de los Hermanos Pérez, «El cuero de los timbales», que habíamos ensayado con una grabación, estábamos muy emocionados porque era una coreografía muy grande, con muchas parejas y la disfrutábamos mucho con la grabación, pero cuando se oyó el timbal de la orquesta en vivo, a mí se me enchinó la piel.
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Lorena Lira: Existen muchos eventos que aún tengo presentes, con la emoción que cada uno de ellos me hicieron sentir, muchos de ellos internacionales como el Encuentro Internacional de Danzón en la ciudad de México, al realizar la coreografía de “El cuero de los timbales” con la Orquesta Casquera en vivo, saber que el trabajo y esfuerzo de tantos meses fue apreciado y querido por tanta gente, fue algo muy emotivo. Fueron años de mucha actividad y de creación de relaciones que probarían ser muy duraderas. Una de ellas es la relación con los danzoneros de Puebla. Comenzó cuando Jaime Rodoreda invitó al grupo a un evento con un espectáculo cubano tipo Tropicana en donde en el intermedio se bailó danzón. Como les gustó mucho, invitaron a Doña Rosa y a Miguel a dar un taller. Ahí comenzó el interés por el danzón que culminó en la creación del grupo llamado «Fomento del Baile y Cultura Popular A. C.” que es uno de los grupos mejor establecidos en la actualidad, bajo la instrucción técnica de Raúl Ibarra Estrada y Guadalupe Morán Hermoso. Un buen ejemplo de la impresión que el grupo de niños y jóvenes causaba por esos años y de cómo servía de base para la solidificación de relaciones duraderas, nos lo proporciona Julián Velasco Ubilla, presidente de la Asociación de Danzoneros de Cancún, en la siguiente anécdota:
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Grupo Tres Generaciones en el Carnaval de Veracruz
Hicimos una presentación donde nos sentíamos como verdaderas estrellas del danzón. Habíamos tomado ya más de treinta clases y nosotros sentíamos que ya bailábamos muy bien. Entre los espectadores estaba el grupo de niños de Tres Generaciones y les tocaba bailar después de nosotros. Cuando los vimos bailar, queríamos escondernos debajo de la mesa. Si ellos hubieran bailado primero ese día, difícilmente nos habríamos atrevido a bailar después de ellos.
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Rosa Abdala Gómez (1940-1996)
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El 11 de febrero de 1996, no por esperada menos dolorosa, sobreviene la muerte de doña Rosa en su natal Veracruz, y con ella el mundo del danzón en México pierde a una de sus principales promotoras, ya que a sus 55 años no mostraba ninguna señal de deterioro en su entusiasmo y amor por el danzón. Dos decimistas de la tradición jarocha plasmaron gracias a su inspiración y técnica de versificación lo que muchos sentían en ese momento aciago.
Mi homenaje póstumo Armando Gutiérrez Cruz Como lo hace un versador licencia pido primero, esta vez con mucho esmero quiero versarle a una flor. Cuando me invade el dolor la décima es prodigiosa, en mi mente hallé una prosa que me regaló un consuelo, ¡para embellecer el cielo vino Dios por una Rosa!
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Vino Dios por una Rosa para darle una misión, va a promover el danzón con su forma prodigiosa, tal vez se convierta en diosa por bella y por tesonera; con su casta de pionera hará que en la eternidad goce de felicidad la familia danzonera. La familia danzonera nunca más la olvidará, y su obra que aquí está, la honrará por donde quiera. Adiós pues, linda viajera musa de mis oraciones, con notas de tus danzones gravaremos en tu cruz, el nombre de Veracruz, y “Club Tres Generaciones” El Club Tres Generaciones del cual fuiste fundadora, arrogante bailadora en muchas presentaciones.
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No importó que en ocasiones navegaste a contra viento, mostraste en todo momento como cumplir una cita con la “Playa”, “Manzanita” o “ Alma de Sotavento”.
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Rosa Abdala Gómez y Miguel Ángel Zamudio Abdala, en el Zócalo del Puerto de Veracruz en 1990
Con Alma de Sotavento y otras de la capital la “Banda Municipal” Juan Barreto y regimiento,
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aprovecho este momento pedir en forma sincera, no esperemos que alguien muera para estrechar nuestros lazos, bailamos los mismos pasos de una, o de otra manera. De una o de otra manera gracias Rosita Abdala, tu ejemplo proseguirá con Miguel y compañera. Para terminar quisiera disculpen que un largo viaje, formó parte del paisaje donde una flor fue mi guía, para hacer esta poesía como póstumo homenaje
Con amor para ti, Rosita Félix Martínez González Amigos solo deseo que me presten su atención que dentro del corazón guardaré como trofeo.
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Me da gusto por que veo tanto amigo de Rosita, que mi corazón palpita en desbordante alegría y en mi loca fantasía la siento de mi, cerquita. En el jardín celestial donde tu espíritu mora, tu porte de gran señora no debe tener rival, por que fue tu gracia tal que aquel Dios omnipotente, sintió envidia de repente y al verse desesperado, presto te llevó a su lado y hoy eres, la gran ausente. Estrella veracruzana que refulges en la altura, con tu radiante hermosura que al universo engalana. Marchaste a hora temprana pues la parca decidida, de un tajo cortó tu vida
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Miguel Ángel Zamudio y Rosa Abdala en San Luis Potosí en 1991
y aunque el tiempo va pasando, aun nos sigue sangrando por el corazón, la herida El baile fue tu pasión te convertiste en su amante y con él, fuiste triunfante
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mas allá de la nación. Nos brindaste la emoción de mirarte en el fandango, zapatear algún huapango y en la tarima sonora, tú lucias encantadora tu calidad y tu rango. Rosita, sigues presente porque a pesar de tu ausencia, aún se palpa tu presencia contagiando nuestro ambiente. Tu risa tan elocuente. con sonidos de cascada, en nuestra mente grabada, nos conforta y nos alegra, pues lo oscuro desintegra cual bella luz de alborada. Lamento que sea imposible el que escriba una poesía, que vaya con la armonía de tu espíritu imbatible. Ni el tiempo, que es invencible podrá quitarte la gloria. de aparecer en la historia
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del pueblo veracruzano, que es seguro, siempre ufano te llevará en su memoria.
Tres generaciones con Miguel Zamudio Sin la presencia de Rosa Abdala el grupo Tres Generaciones pasó una de los periodos más delicados, ya que la fuerza cohesionadora que ejercía su fundadora era muy fuerte. A cargo del grupo se queda su hijo Miguel Zamudio Abdala a la edad de 22 años, que seguramente tenía en la cabeza una de las afirmaciones de su madre: «Lo difícil no es hacer un grupo sino mantenerlo».
Primer baile de aniversario en el año 1996.
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Lorena Lira y Miguel Zamudio participan en el programa «Un nuevo día», con César Costa y Rebeca de Alba.
Con esto en mente Miguel Zamudio comprendió que era necesario realizar algunos cambios en la organización del grupo para poder mantenerlo a la altura en que Rosita lo había colocado. El
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grupo tenía que pasar a un grado un poco más alto de independencia y profesionalismo como grupo artístico. Afortunadamente por esa peculiaridad de la vida de dar y quitar -a pesar de la ausencia física de Rosita- 1996 fue un año en que se dieron muchos eventos que colaboraron en el enriquecimiento y desarrollo del grupo, en una época en que de muchas maneras se jugaba su supervivencia. Como parte de las actividades del Centro de Difusión de la Cultura Afrocaribeña desde el IVEC, Miguel Zamudio plantea la creación de unos cursos Danzón, Son y Salsa en el Edificio de Atarazanas, los que representaron un primer momento en que el grupo deja de ser un grupo relativamente cerrado y se abre a la inclusión de nuevos elementos, de ser algo casi familiar, pasó a ser una organización con clases ajenas a los ensayos del grupo. A partir de los cursos el público en general comenzó a entrar a la organización, lo que trajo algunas modificaciones que resultaron vitales para la persistencia del grupo. También en este año se instaura la práctica de realizar en mayo un baile de aniversario del grupo, con lo que se fortalecía la tenencia de abrir el grupo y modificarlo, ya que antes los festejos de aniversario sólo eran un festejo interno del grupo. Este festejo de mayo ha resultado con los años uno de los instrumentos más importantes que ha tenido el grupo para crear una auténtica red danzonera, como veremos más adelante.
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Miguel Angel Zamudio, Antolín Mota Guzman, Lizbet González Navarrete y Francisco Morán Hernández en el Encuentro Estatal de Danzón en Ciudad Mendoza, Ver. 1996.
En julio de ese año el grupo participa en el Primer Encuentro Estatal de Grupos de Danzón en Ciudad Mendoza, Veracruz, en donde se comienza a fraguar la posibilidad de crear una asociación que sirva de punto de encuentro de diversos grupos. La iniciativa no tiene mucho éxito pero prepara quizá lo que siguió. Antes de terminar el año, en noviembre, Tres Generaciones participa en el Festival Cuba Danzón 96 en Matanzas, Cuba, lo cual, además de la emoción real de estar en la cuna del danzón, conocer
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el Liceo de Matanzas donde se estrenó oficialmente «A las alturas de Simpson», conocer la tumba de Miguel Faílde o escuchar las orquestas cubanas como la Siglo XX o la Aragón, también gracias a un taller incluido en el evento se enfrentan por primera vez de manera sistemática con el danzón al estilo cubano. Gracias a este taller Tres Generaciones pudo entender las particularidades del danzón cubano y comprender porque las dos tradiciones de baile parecen ser tan diferentes. Lo aprendido fue inmediatamente compartido con todos los demás compañeros aunque no sin cierta resistencia, ya que se tuvo que superar la reticencia natural de jovencitas y jovencitos acostumbrados a la compostura y el recato con que tradicionalmente se baila el danzón en México, ya que en el estilo cubano los cuerpos están mucho más cerca, pero vencida la reserva inicial Tres Generaciones han incorporado el estilo cubano a su repertorio como una manera más de expresión del arte de bailar danzón. En el siguiente par de años, Miguel Zamudio emprende dos acciones que resultarán fundamentales para el posterior desarrollo de la labor de Tres Generaciones. La primera de ellas es la creación del Premio Nacional a la Preservación y Difusión del Danzón «Rosa Abdala Gómez» convocado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes a través del Instituto Veracruzano de Cultura, la Universidad Veracruzana y el H. Ayuntamiento de Veracruz, Los objetivos según reza la convocatoria oficial son:
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1. Fortalecer, apoyar y difundir la tradición danzonera en México como importante expresión de nuestra cultura popular, 2. Difundir la riqueza musical y la expresión bailable del danzón, que tiene una vigencia y actualidad significativa entre un número importante y nuevamente creciente, de grupos sociales que lo cultivan, 3. Promover la participación protagónica de las escuelas, clubes y asociaciones de danzonera en la conservación, desarrollo y difusión del danzón, 4. Hacer homenaje a los destacados músicos, directores de orquesta, bailadores e investigadores que contribuyan a la vigencia y auge de dicho género,
1. Mayo de 1997. Entrega del primer Premio nacional a la preservación y difusión del danzón Rosa Abdala Gómez a cargo del Lic. Gustavo Sousa Escamilla. Hotel Emporio de la ciudad de Veracruz; 2. Mayo de 1999. Antonio Hidalgo Gómez, director de la Orquesta de Música tradicional «Moscovita» de la Universidad Veracruzana; Lic. Francisco Barrera Ríos, Director de Jardín del Arte de Querétaro, Miguel Ángel Zamudio Abdala, director del CNIDDAC; Profesor Eduardo Romero de Bacalar, Quintana Roo; José Palafox y esposa, del Grupo de los Diez; en la Cueva de Leones de Veracruz. 3. Mayo 2002. Julián Velasco (Delegado del CNIDDAC en el Estado de Quintana Roo) y su esposa Luchita, reciben un reconocimiento por su participación de parte de la Lic. Leticia Perlasca Núñez. Entonces directora general del IVEC; 4. Mayo 2007. La Dra. Esther Hernández Palacios, entonces directora general del IVEC entrega el Premio a Amparo Sevilla Foto: ©José Téllez Elías
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5. Fomentar un acercamiento de las nuevas generaciones a la promoción y difusión del danzón, y 6. Generar espacios de comunicación entre los músicos, bailadores, amantes del danzón y público en general. La primera entrega se hizo el 17 de mayo de 1997 y a partir de ahí se ha convertido en un escaparate importante para los diversos actores dentro de la esfera del danzón, que van desde músicos y bailadores, hasta investigadores y difusores, sin perder de vista otras manifestaciones como puestas en escena, videos y fotografía que también han contribuido grandemente a la difusión de este género bailable. La segunda acción es la creación en 1998 del Centro de Investigación y Difusión del Danzón, Asociación Civil (CNIDDAC) que vino a llenar una necesidad de coordinación entre los diversos grupos danzoneros que estaban ahora dentro de la esfera de desarrollo de Tres Generaciones, ya que en cada una de los lugares que se daban presentaciones, al ser invitados a dar talleres, se comenzaban a formar grupos que se identificaban con Tres generaciones, se comenzó a barajar la idea de crear diversos capítulos del grupo, pero Miguel Zamudio tenía otra idea. Reciben el Premio a la Preservación y Difusión del Danzón: 1.. El maestro Jesús Morales Dávila, 2. El guitarrista y timbalero Gilberto Molinar Paredes «Torcuato» 3. Genaro Barcelata Trujillo, director musical y clarinetista, y 4. Gonzalo Varela Palmeros, director de la Danzonera La Playa, de Paso de Ovejas.
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Diego Pérez y Reyes (Director de la Danzonera Acerina), Pedro Scott Rivera (Presidente de la Academia Nacional de Danzón) y Miguel Angel Zamudio Abdala en la ciudad de México.
Yo quise que Tres Generaciones se mantuviera con la imagen que mi mamá dejó, por eso no quise que Tres Generaciones se extendiera, por eso es que se me ocurrió crear el CNIDDAC, para que el CNIDDAC fuera un ente distinto, una relación entre grupos danzoneros, para que Tres Generaciones se mantuviera como grupo.
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Revisando la situación jurídica de Tres Generaciones, se dieron cuenta que Rosita no había cumplido a cabalidad con los requisitos para mantener el registro vigente, así que la vigencia no estaba válida, se tomó la decisión entonces de crear el CNIDDAC, como una asociación que intenta crear vínculos formales para desarrollar su labor de difusión del danzón. Los socios fundadores fueron Miguel Ángel Zamudio Abdala, Lorena Lira Rivera, José de Jesús Avendaño Herrera, Angelines Alonso García y José Luis Juanes Gómez. En la actualidad el CNIDDAC cuenta con numerosos miembros que representan a diversos lugares de nuestra república donde al danzón a sentado sus reales y se desarrolla de una manera extraordinaria. Con este panorama el CNIDDAC conforma, dentro del marco de las festividades del grupo en mayo un evento que involucraba no solamente el baile, sino foros de reflexión y difusión del danzón en un concepto unificado. La reunión danzonera de mayo de 1999 incluyó además del tradicional baile un Primer Foro Nacional «El danzón en México» que tuvo como objetivo principal reunir los diversos criterios con que se dirigen cada uno de los grupos, orquestas y promotores independientes para fortalecer, apoyar y difundir la tradición danzonera en nuestro país. Esto se pretende alcanzar mediante el establecimiento de vínculos formales entre los grupos independientes, asociaciones civiles e instituciones públicas municipales, estatales y federales. Asimismo se instauró la I Muestra Nacional de Danzón que se venía haciendo de manera informal en los bailes de aniversario y que a partir de ahora se haría con la idea de
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mostrar lo que los diferentes grupos de danzón de la república había logrado durante el año, actividad que ha ido creciendo año con año.
Orquesta Danzonera Tres Generaciones Alrededor de esta misma época se empieza a hacer evidente la necesidad de apoyar el elemento musical de este movimiento danzonero que cada vez crecía más desde el punto de vista del baile, pero que en cuanto a las orquestas se había mantenido más o menos estático. Esto, aunado a la necesidad propia del grupo Tres Generaciones de contar con un respaldo musical en vivo que estuviera a la altura de su ejecución dancística, llevó a la idea de crear una orquesta propia, ya que la música en vivo es muy importante para cualquier bailador porque la música ejecutada en presencia viva de los músicos se transmite a los bailadores que de esa manera logran ejecutar mejor su baile y viceversa la energía de los bailadores retroalimenta a los músicos y logra la simbiosis perfecta, algunas veces, con una magia que no tienen las ejecuciones grabadas por buenas que sean. La idea de la orquesta no tuvo mucho apoyo entre los músicos a los que se les planteó al principio, hasta que se encontró al maestro Jesús David Morales Dávila, que interesado en el proyecto comenzó a participar en la restauración del archivo musical que se había podido conseguir, gracias a un apoyo institucional. Gracias a esto se logró consolidar un repertorio que sirvió de base para la
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Miguel Ángel Zamudio Abdala junto con los integrantes de la Orquesta Danzonera Tres Generaciones: Bernardo Medrano Ruiz, Jesús David Morales Dávila –director musical–, David Guevara Landin, Oscar Euan Figueroa, Francisco Bañuelos Huerta, Carlos López Contreras, Roberto Angoa Huerta, Martín Espinosa Hernández, Alejandro Palacios Cardona y Ricardo Torres Morales en Buenos Aires, Argentina en el marco del Festival Internacional Agustín Lara.
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creación de una orquesta que para mantener un concepto unificado de música y baile se le nombra Orquesta Danzonera Tres Generaciones. La convocatoria que inicialmente se hizo atrajo en primera instancia músicos que venían principalmente de la tradición de la Armada o de la Banda Municipal, así que sonaba al principio medio cuadrado y marcado como una marcha militar, afortunadamente con el trabajo del maestro Morales y la incorporación de algunos músicos importantes, como don David Guevara Rondín, que habiendo sido ejecutante de las Orquestas de Pérez Prado y Arturo Núñez, entre otros, llegó por esas fechas a Veracruz, la danzonera poco a poco fue sonando mejor hasta que el 21 de junio de 1999 hizo su debut en el zócalo de la Ciudad y Puerto de Veracruz, así que para el siguiente evento de mayo, en el emblemático 2000, estaba más que lista para participar, no sólo con sus presentaciones musicales sino con la presentación de su primer disco con el apoyo del Consejo Nacional de la Cultura y Las Artes, el Instituto Veracruzano de Cultura y la Universidad Veracruzana, bajo la dirección musical de Jesús Morales Dávila. El disco contaba una selección de danzones que incluían obviamente danzones cubanos clásicos como «Almendra», «Fefita» o «El bombín de Barreto» pero también tenía su dosis de danzones mexicanos como «Cecilia» de Gilberto Guzmán Concha y el arreglo danzonero de las composiciones de Gonzalo Curiel que se conoce como «Danzones de Curiel», y además se incluyó la composición,
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Portada del Primer disco de la Orquesta Danzonera Tres Generaciones
en letra y música del maestro Jesús Morales Dávila titulada “Danzar, danzón, danzar», que es la que le da título al disco debut de la Orquesta Danzonera Tres Generaciones. En esta grabación participaron además de Jesús Morales Dávila en la dirección musical, Martín Espinosa Hernández en el piano, Oscar Euan Figueroa en el bajo, Carlos López Contreras en los timbales, Alejandro Palacios Cardona en el güiro y la clave, en los saxofones estuvieron David Guevara
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Landín, Roberto Angoa Huera y Luis Angoa Aparicio, en los clarinetes Francisco Bañuelos Huerta y José Alberto Mota Pérez, en las trompetas estuvieron Rafael Argumedo Hernández, Jesús Morales Dávila y Gonzalo Flores C. y Humberto Argumedo en el trombón. Oscar Euan Figueroa compartió con nosotros una anécdota que habla de la estatura artística del maestro Jesús Morales Dávila: En una presentación en un teatro que no me acuerdo el nombre, en uno de los danzones había una participación solista de uno de los trompetistas que era muy importante musicalmente hablando, pero por esas cosas que pasan el ejecutante que le tocaba hacer el solo no entró y simplemente se le borró, la orquesta seguía tocando y fueron unos momentos muy angustiantes para todos porque esa parte era muy importante. Todos nada más volteábamos a mirarnos sin saber que hacer, cuando de repente, comenzamos a oír un solo de trompeta, que no era el que estaba escrito era improvisado, pero de una belleza musical tal que no sólo salvo el momento sino que a mí en lo personal me conmovió. Fue el maestro Morales que había sacado su trompeta y salvó la situación de una manera admirable.
Danzones en el Puerto En septiembre de 2000, Tres Generaciones participa en la ExpoHannover de Hannover, Alemania, en un espectáculo que se tituló «2000 Danzones en el puerto».
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Emilio Jiménez Lomé, Reyna Aguilar, Osvaldo Cruz, Antonia González, Jorge Jiménez, Elsa Mendiola del Moral, Miguel Angel Zamudio, Nayelli Mortera, Irving Medel, Belem Hernández y Octavio Barbosa Bazán, en la ciudad de Puebla en julio de 2001.
Octavio Barbosa uno de los participantes recuerda la experiencia: Fue algo difícil porque fuimos dos parejas de Veracruz y dos parejas del DF para hacer una presentación en conjunto, para montar una coreografía. Lo difícil fue coordinarnos, ya que el
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coreógrafo destinado al espectáculo, el que debía poner todo, no tenía ni idea de como montar una coreografía de danzón, a lo que nosotros estamos muy acostumbrados, así que nosotros la hicimos y al final quedó muy complacido y nos dio las gracias. Una tragedia viene a empañar la vida de Tres generaciones cuando en noviembre de ese año de 2001 de regreso de la celebración de un baile de aniversario del grupo de Querétaro y después de hacer unos talleres en Guanajuato el vehículo en el que viajaban sufrió un percance que trajo como resultado que uno de los miembros más queridos de la compañía pereciera a la edad de 27 años Ricardo Emilio Jiménez Lomé. El sepelio fue una explosión de afecto por la labor de este joven danzonero, que demostró un amor sin igual por el danzón, dedicándole prácticamente su vida. Uno de sus compañeros, Jesús Avendaño Herrera “Chucho”, comentó que Emilio murió como debe de morir un danzonero, como todo ellos quisieran morir, haciendo lo que le gusta. La muestra del año siguiente fue dedicada a su memoria. El homenaje fue bailando como correspondía a un danzonero, el grupo bailo “Música para mi reina» porque ese era uno de los danzones favoritos de Emilio. Para el año de 2003 se le da un giro muy interesante a los trabajos que ya están instaurados para el mes de mayo al crear el concepto de Danzones en el Puerto a partir del espectáculo que se presen-
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Emilio Lomé con Elsa Mendiola, Lorena Lira y Angelines Alonso
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tó en el año 2000 en Hannover, Alemania. Se piensa en reunir bajo un mismo nombre la diversas actividades públicas que se realizan a saber: La muestra Nacional de Danzón que para esta fecha ya había adquirido una importancia impresionante domo muestra del trabajo de los diversos grupos, el baile tradicional, la entrega del Premio Nacional a la Preservación y Difusión del Danzón “Rosa Abdala Gómez” y la inclusión de un foro académico de análisis y discusión del fenómeno del danzón, que en la versión de 2003 danzones en el puerto se dio en la forma de un Primer Seminario de Capacitación y actualización de promotores de danzón en México (apoyado por el Centro Nacional de las Artes), diversas conferencias y talleres sobre el danzón y la presentación del segundo disco de la Orquesta Danzonera Tres Generaciones. Este segundo disco nos presenta un trabajo más maduro musicalmente hablando, la primera selección, que se antoja declaración de principios, es “Veracruz danzonero». En esta ocasión las labores de la dirección se dividieron entre la batuta de Jesús Morales y del bajista Oscar Euan Figueroa. Como músicos estuvieron Martín espinosa en el piano, David Guevara Landín en el sax alto, Francisco Bañuelos en el sax tenor, Óscar Garrido, en la trompeta, Noé Vela Portilla en el trombón, Carlos López Contreras en los timbales y Alejandro Palacios Corona en el güiro y las claves. Para finales de ese año comienza a funcionar otro de los proyectos del CNIDDAC destinado a facilitar la comunicación entre los miembros de la comunidad danzonera al ponerse a funcionar un
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María Antonia González de la Torres y José Luis Juanes Gómez en el Salón de Reinas del Club de Leones, mayo 2002.
foro de información en la Internet (http://groups.msn.com/ Danzoneros/) donde sus miembros intercambian cotidianamente información sobre eventos, técnicas de baile o materiales disponibles, todo en apoyo del desarrollo del danzón. 2004 Danzones en el Puerto se presentó como una escaparate muy importante para una serie de eventos que probarían su valía en
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los años siguientes, como la exposición de José Téllez Elías titulada “El danzón de nuestro tiempo” que se inauguró en las fechas del festival y que significó además de la presentación del excelente trabajo fotográfico de José Téllez el inicio de una relación que ha sido muy fructífera para el grupo. Dentro del evento se llevó a cabo la presentación de la tercer producción discográfica de la Danzonera Tres generaciones que ya no contó con la dirección del maestro Jesús Morales que había fallecido víctima del cáncer pero se contaba ahora con la batuta del bajista fundador de la orquesta Oscar Euan Figueroa quien además participó ejecutando los timbales, la campana, el güiro y las claves. Contó con el apoyo de una orquesta conformada por Martín Espinosa en el piano, Noé Vela Portilla doblando en el sax alto y en el trombón, Francisco Bañuelos Huerta en el sax tenor, Ricardo Torres Morales en la trompeta, Juan Carlos Torres en el trombón, Gilberto Elvira Pantoja en las congas y Carlos López Contreras y Miguel Zamudio en los timbales y la campana. El repertorio contó con la presencia de dos danzones del gran músico veracruzano Memo Salamanca titulados «Linda jarocha» y «Lindo Veracruz», además de dos composiciones de Fermín Zárate tituladas «Hasta luego» y «Los apuros del tenor», que redondeaban el repertorio que incluía temas cubanos y mexicanos dando fe del desarrollo musical de la orquesta. Otro evento importante de esta versión 2004 de Danzones en el Puerto fue la presentación de una agrupación musical que responde
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Portada del disco de Memo Salamanca y la Charnaga del Puerto (2004)
al nombre de La Charanga del Puerto, quienes tocaron por primera vez el 20 de mayo del 2004 en el marco de la inauguración de la exposición fotográfica «El danzón de nuestro tiempo» en El Centro Cultural las Atarazanas. Los que estuvimos presentes, desde los primeros compases nos dimos cuenta que esta agrupación tradicional tiene una propuesta musical original y firme que seguramente impulsará al género danzonero por horizontes no experimentados en
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Elsa Mendiola y Octavio Barboza en la Muestra de Danzón de Puebla en 2004
estas tierras. La dirección de la charanga cayó en manos del pianista de la danzonera, Martín Espinosa Hernández, joven talento que junto con Oscar Euan Figueroa en el bajo y otros músicos conformaron esta característica agrupación de un formato poco usual en el panorama contemporáneo de la música Afroantillana hecha en México.
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También en esta ocasión, se hizo público el inicio de una relación muy importante entre el CNIDDAC y una figura muy importante para la música popular veracruzana en particular y mexicana en lo general, nos referimos al maestro Memo Salamanca, tlacotalpeño, dueño de una pluma insustituible para componer y arreglar dentro de la esfera de la música Afroantillana, lo cual fue de suma importancia para el funcionamiento tanto de la Danzonera como de la charanga, así como para la formación de la Orquesta de Música Popular del CNIDDAC, que propone un viaje a lo largo de los ritmos afrocaribeños como el mambo, el chachachá, el danzón, el son, etc. A final de ese año de 2004 José Téllez realiza para el CNIDDAC un sitio en el Internet que lleva el nombre de www.danzon.com.mx, que ha servido como fuente de comunicación de las actividades del CNIDDAC ante el cada vez más creciente movimiento danzonero de México. La versión 2005 de Danzones en el Puerto llegó con el consiguiente compromiso de hacer un evento que cada vez se supera si mismo. Para esta ocasión además del baile de gala en donde se hizo entrega del Premio Nacional Rosa Abdala, el foro académico con sus diversas exposiciones de fotografía, conferencias que incluyeron la presentación del disco «Danzoneando» una colaboración del maestro Memo Salamanca y la Charanga del Puerto que incluyó un repertorio de danzones cubanos y de composiciones de Memo Salamanca, se presentó el espectáculo Danzoneras, bajo la direc-
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ción general de Marisela Lara, junto con la dirección coreográfica de Enrique Imperio y la dirección musical de Memo Salamanca. La obra consistía en una comedia musical en homenaje a doña Rosa Abdala en donde incluso se utilizaban vestidos que le habían pertenecido. Se ensayó durante un mes y se presentó en Atarazanas y en el Teatro de la Reforma. Esto era obviamente una nueva experiencia para los miembros del grupo ya que además de bailar debían cantar y actuar, en medio de una serie de cambios de vestuario, que hicieron de la experiencia algo agotador pero fascinante. El Forum 2006 Danzones en el Puerto abrió sus puertas con un espectáculo del Royal Ballet School Veracruz que dirige la bailarina Claudia Patricia Salazar, y, además de las actividades que ya se han hecho habituales, tuvo como nota más alta el Primer Encuentro Nacional de danzoneras en la Macro Plaza del Puerto de Veracruz (ubicada en el Malecón), en la que participaron 6 danzoneras en una muestra del desarrollo musical actual del género en nuestro país. El Forum 2007 Danzones en el Puerto se llevó a cabo del 3 al 6 de mayo contó con la asistencia de más de 2000 personas procedentes de diversos estados de la República Mexicana. Durante estos días se realizaron las actividades ya tradicionales del evento como la entrega del Premio a la Preservación y Difusión del Danzón «Rosa Abdala Gómez», que en esta ocasión se entregaron a Manuel Tapia «El capitán en la categoría de baile (ejecución), al maestro Vidal Arciga Moncada, director de la Danzonera México en la categoría
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Anabel Zorilla en el papel de Rosa Abdala para el espectáculo teatral «Danzoneras».
de Música (Composición); a la danzonera Yucatán dirigida por el maestro Pablo Tapia Vargas en la categoría de Música (Ejecución); a José Luís Araiza por el ensayo «Danzón, ritual erótico» en la categoría de Investigación (ensayo) y el Grupo Danzoneros de
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Diana Hernández Franco y Anaid Chávez Trujillo en el baile de Aniversario del 2005.
Antequera, Oaxaca en la categoría de Difusión por la organización de la Muestra Nacional de Danzón en Oaxaca. También se llevó a cabo la segunda edición del Encuentro Nacional de Danzoneras, en la que participaron la Charanga del Puerto, la Danzonera Alma de Veracruz, la Danzonera Tres Generaciones, la Danzonera del Chamaco Aguilar, la Danzonera La Playa, la
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Danzonera Yucatán, la Danzonera México y la Danzonera Manzanita, que también participaron en otras actividades de 2007 Danzones en el Puerto, como la IX Muestra Nacional de Danzón en Veracruz en el salón Baalbek del Club Libanés con más de 1200 asistentes y que contó con la participación de 45 grupos procedentes de los estados de Aguascalientes, Coahuila, Chiapas, Distrito Federal, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luís Potosí, Tabasco y Veracruz. En el ámbito cultural se llevó a cabo una exposición titulada «Discografía del Danzón en México», que mostró 40 portadas de discos de este género, permitiendo a los asistentes hacer un recorrido por parte del trabajo discográfico del danzón en nuestro país. Asimismo se presentó el libro «Los Ángeles, el danzón de nuestro tiempo» de José Téllez Elías y directores de asociaciones danzoneras e investigadores de todo el país se dieron cita con la antropóloga Amparo Sevilla en el Taller ¿Por qué o para qué promover el danzón en México? en el marco del IV Seminario Nacional «Formación de promotores de danzón en México». Debemos destacar que durante el segundo baile de gala Tres Generaciones del Danzón Veracruzano bailó el danzón «Salvaje» en una coreografía de Irving Medel. Irving Medel: Me alejé un poquito del danzón pero ya estoy de regreso. Convencido de que es lo mío. Para el baile de 2007 Danzones
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en el Puerto tuve la oportunidad de coordinar la coreografía de Tres Generaciones que se presentó y fue una satisfacción personal muy gratificante. Es la primera vez que me he dedicado tanto a una coreografía y aunque todo decían que era mi coreografía, la verdad es que fue gracias al apoyo de todos mis compañeros, todos colaboramos, todos aportamos ideas, yo nada más los fui orientando porque la mayoría son nuevos pero fue una experiencia bastante grata.
Epílogo Desde su creación con el apoyo de diversas instituciones pero gracias al trabajo de los muchos miembros que han formado parte de Tres Generaciones del Danzón Veracruzano, el grupo ha tenido la oportunidad de participar en diversas actividades artísticas y culturales en Tours (Francia), Hannover (Alemania), Buenos Aires (Argentina), Montreal (Canadá), Tokio (Japón) y Matanzas y la Habana(Cuba) en el extranjero; así como en la mayoría de los estados de la república. A lo largo de todos estos años de trayectoria «Tres Generaciones del Danzón Veracruzano» ha recibido distinguidos reconocimientos por historiadores, músicos y especialistas en la materia, otorgándole así un prestigio a nivel nacional e internacional y haciéndola merecedora de apoyos de parte de las instancias culturales más importantes del país como el Consejo y Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, el Instituto Veracruzano de Cultura, la Universidad
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Escenas de 2007 Danzones en el Puerto. Irving Medel y Anabell Zorilla en la parte superior y a la derecha Lupita Hermoso y Raúl Ibarra de Fomento al Baile y Cultura Popular de Puebla, Pue. (Foto: ©José Téllez Elías)
Veracruzana y otros, y se ha hecho merecedor de reconocimientos como el Premio Estatal a la Preservación de las Tradiciones Veracruzanas en el campo de la danza 1996, el Premio a la Superación Ciudadana a la señora Rosa Abdala Gómez, el Premio a la Popularidad y Mención especial en el Festival Internacional Cuba Danzón 1996 en Matanzas, Cuba, así como el hecho, por ejemplo, de que el comité organizador del Festival Internacional Cuba Danzón determinó dedicar a Veracruz su edición 1998 en homenaje a Rosa Abdala Gómez por su loable labor en pro del danzón.
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Todo esto da fe de una larga trayectoria en que la organización, la disciplina y el trabajo diario, pero sobre todo un gran amor por el danzón, han dado como resultado que el danzón ocupe el lugar importante que ocupa entre nuestras tradiciones populares.
Miguel Zamudio: Yo siempre recuerdo que en algunas de las épocas de crisis mi madre me dijo: «Nunca olvides que lo difícil no es hacer un grupo sino mantenerlo» y cuando menos en lo que a mí respecta, parte del trabajo no ha sido fácil, mantener el nombre, mantener el prestigio de algo que te dejaron, ha sido a veces bastante difícil, pero no me arrepiento para nada porque ha sido parte de mi vida, yo dejar que esto muera sería morirme yo también con él.
Esta obra se terminó de imprimir en los talleres de Reproscan Antonio Maura # 190 Col. Moderna en el mes de julio de 2007 con un tiraje de 1000 ejemplares
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