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INTRODUCCIÓN El producto turístico está conformado por el conjunto de bienes y servicios que se ofrecen al mercado, distinguiendo una amplia variedad de productos destinados a satisfacer los deseos, necesidades y requerimientos del consumidor. El turismo rural es uno de los múltiples segmentos que conforman el ámbito del desarrollo turístico. También denominado turismo verde o agroturismo, es el que tiene lugar en localidades rurales, utilizando normalmente para el hospedaje casas de labranza, campings, casas de campo y similares. En su expresión más amplia, el turismo rural engloba una serie de actividades cuyo fin es propiciar un contacto directo con el entorno rural, facilitando al turista el acercamiento a la naturaleza, las costumbres y el patrimonio histórico−artístico propios de cada ámbito territorial. Actualmente en esta isla, el turismo rural ha experimentado un notable crecimiento, y económicamente constituye una fuente de ingresos adicional para una parte de la población rural, que normalmente fundamenta su subsistencia en las actividades agrícolas. En el caso de Gran Canaria, la estrategia de planificación del desarrollo turístico ha estado orientada desde un principio a la oferta de sol y playa, siendo el espacio rural un recurso complementario de excursiones para bañistas curiosos. Es en esta medida en la que el turismo rural, ya sea como alternativa o como complemento al turismo característico de la isla, puede contribuir positivamente en la diversificación y ampliación de la oferta, dando lugar a una mejor valoración por parte del turista cada vez más exigente y a una consideración interesante desde el punto de vista de la imagen turística proyectada al exterior.
ESTRUCTURA DEL TRABAJO A la hora de plantear el tema proponemos orientar nuestro estudio hacia la estructura del mercado de alojamiento rural en Gran Canaria. Partiendo de ahí pretendemos analizar las principales particularidades de la oferta y la demanda que constituyen este mercado, y con esto conocer el tipo de producto ofertado con sus características fundamentales, además del perfil del consumidor que lo reclama. Seguidamente analizaremos la estructura del mercado en cuestión, tomando como referencia los rasgos más característicos de éste, para enmarcarlo dentro de una de las estructuras que hemos estudiado a lo largo del cuatrimestre. Conociendo ya la estructura del mercado de alojamiento rural, intentaremos establecer las consecuencias, tanto positivas como negativas, que afectan a los productores y los consumidores de ese mercado, así como a la población local. Por último, estableceremos las conclusiones más significativas que podemos obtener del estudio realizado.
LA DEMANDA DE TURISMO RURAL El deseo de contacto con el medio natural se está convirtiendo, tendencialmente, en uno de los factores de 1
mayor peso a la hora de elegir un destino vacacional. Los cambios que se están produciendo en el entorno, entre los que destacan los sociodemográficos y las continuas innovaciones en la tecnología, junto con una mayor experiencia de los visitantes procedentes de los principales países emisores de turistas, están originando una demanda de formas de turismo distintas y cambiantes. De esta forma, el turismo rural, concretamente en Gran Canaria, está comenzando a potenciarse cada vez más pero a un ritmo lento, pues se trata de ir evolucionando racionalmente y dentro de un marco de legalidad que contemple el cuidado y potenciación de los bienes naturales y patrimoniales de la isla.
EVOLUCIÓN DE LA DEMANDA La entrada de turistas en Gran Canaria en los últimos años, ha experimentado un destacable crecimiento. Se ha podido observar una mayor afluencia de turistas holandeses, británicos, irlandeses y daneses. En cuanto a las tendencias vacacionales, la demanda se sigue centrando prioritariamente en sol y playa, aunque existe un aumento considerable de peticiones para vacaciones de turismo rural por parte del mercado alemán, suizo y peninsular, que constituyen un alto porcentaje de nuestro turistas más habituales. Además, algunos de los turoperadores que operan en la isla, manifiestan que a un segmento de su clientela, que estiman en un 10 %, le interesa vivamente completar sus vacaciones de sol y playa con un acercamiento intenso a la naturaleza, realizando excursiones a pie, senderismo, etc.. También muestran un gran interés por conocer la flora, la fauna y las costumbres en artesanía, gastronomía y labores del campo, aunque se encuentran con problemas de infraestructura a la hora de satisfacer sus deseos.
Analizando estos datos podemos establecer la hipótesis optimista de que unos 200.000 turistas de entre los que nos visitan, valoran mucho esta forma de conocer Gran Canaria.
CONCLUSIONES SOBRE LA DEMANDA La tendencia del viaje no está teniendo ningún retroceso, sino que se están produciendo nuevos cambios en cuanto a las preferencias de los turistas. Podemos afirmar que, aunque la demanda del turismo rural es creciente, está asociada con destinos muy determinados, y que en el caso de Gran Canaria, habría que hacer un esfuerzo enorme para posicionarnos en ese sentido. No por esto, hemos de restar importancia a la disponibilidad de recursos naturales y de servicios relacionados con la actividad rural con los que cuenta la isla. La demanda existe, pero no quiere decir que se vayan a obtener volúmenes espectaculares por esta vía.. Por lo tanto, no se nos identifica como destino rural, a pesar de la creciente promoción de esta práctica.
OFERTA TURÍSTICA DE TURISMO RURAL
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Para potenciar el desarrollo de la práctica del turismo rural, Gran Canaria cuenta con un territorio dotado de gran riqueza natural, caracterizado por un paisaje muy variado y lleno de contrastes. Sin embargo, la principal fortaleza del sector turístico para Gran Canaria, es el clima de la isla. Estos recursos, unidos a la práctica agrícola, ganadera y artesana, están motivando la creación de una oferta de turismo rural, que aunque se encuentra en su fase de crecimiento, parece estar evolucionando rápidamente.
EVOLUCIÓN DE LA OFERTA La oferta actual de turismo rural en Gran Canaria se encuentra repartida por toda su geografía, si bien los numerosos municipios de esta isla son muy variados en cuanto a tradiciones, riquezas naturales y económicas, por lo que las posibilidades de este tipo de turismo varían entre ellos. La isla de Gran Canaria cuenta con una importante infraestructura hotelera y extrahotelera , la gran mayoría orientadas al desarrollo de un turismo de sol y playa, en la que se está incrementando las propias para el turismo rural (alrededor de 250 camas), pero que no se hayan clasificadas por estar pendientes de regulación legal.
LOS ESTABLECIMIENTOS RURALES Según sus características podríamos clasificarlos en: Casas rurales, hoteles rurales y viviendas turísticas de uso exclusivo o compartido. Por lo general, las zonas turísticas como Gran Canaria, con una clara orientación hacia un turismo de masas de sol y playa, se suelen caracterizar por un mayor peso de la oferta de establecimientos extrahoteleros. Podríamos decir de las casa rurales que no son alojamientos turísticos en sentido estricto, sino alojamientos propiedad de particulares, que por lo general, en el ámbito rural, no generan competencia desleal. Normalmente, estos alojamientos rurales suelen ser antiguos edificios rehabilitados con calidad de equipamientos, y en parajes de belleza singular.
Gracias a estos establecimientos existe la posibilidad de reponer y conservar la arquitectura popular, y ofrecen una fuente de ingresos adicional a la de los agricultores. Además, a esto se añade el valor de distribuir la oferta turística con mayor equidad, creando una imagen de calidad y recuperando la arquitectura y artesanía local de los diferentes municipios.
NECESIDADES DEL TURISTA Cuando un turista va a un área rural no es solo el paisaje y la tranquilidad lo que le produce placer, sino la sensación de entrar en comunicación con la naturaleza o el sentimiento de libertad y escape de la rutina urbana. Habrá que considerar, por tanto, el tipo de alojamiento demandado por el visitante adaptado a sus necesidades, las facilidades de acceso y las instalaciones necesarias para llevar a cabo todas las actividades requeridas.
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También hay que tener en cuenta la dimensión espacial y el nivel de calidad de la hostelería. Los consumidores adquieren el producto en función de las satisfacciones que obtienen de ellos. Actualmente los turoperadores comienzan a ofertar paquetes turísticos orientados exclusivamente a la actividad rural. No obstante, existen muchos problemas en la oferta en el aspecto del desarrollo, la calidad y la conservación del producto.
DEFINICIÓN DEL PRECIO DE LA OFERTA Fundamental es señalar que Gran Canaria, prácticamente goza de una temporada alta continua, por lo que no se producen los altibajos de otras zonas nacionales que se ven limitadas por las condiciones climáticas. Casi siempre, los precios suelen depender del tipo de establecimiento turístico ofertado, y de su localización y servicios disponibles. En la temporada de invierno, los precios de la oferta turística en la isla, suelen ser de los más elevados de Europa, como consecuencia de la estabilidad de su demanda.
ACTIVIDADES QUE COMPLEMENTAN AL ALOJAMIENTO Generalmente el producto buscado por el turista requiere de un beneficio, que en este caso, podría ser el relax, el cambio de rutina y las nuevas experiencias. Pero la calidad turística de una zona rural depende también de las actividades que el turista pueda realizar en ellas, y de su originalidad (diferenciación del producto), tratando de planificar el carácter más o menos espontáneo de esas actividades y potenciarlas. Parques naturales, áreas de recreo, práctica de senderismo, excursiones, y en muchos casos, bares, restaurantes, etc., suelen ser los complementos básicos para aumentar el valor del alojamiento y sus beneficios.
DIFERENCIACIÓN DEL PRODUCTO Para poder lograr diferenciar los precios a los del resto de oferentes en el mercado de alojamiento rural, es conveniente tratar de conseguir unos objetivos específicos: ðDiversificar las actividades y promoverlas a traves de iniciativas locales; de esta forma podremos atraer la atención del turista y fidelizar la demanda. ðFacilitar la realización y utilización, tanto al turista como al residente, ya que estos últimos también constituyen una importante fuente de ingresos. En muchos casos, son los propios residentes de la isla más desvinculados al medio rural, los que demandan la posibilidad de hospedarse en este tipo de alojamientos. ðPromover actividades que ayuden a suscitar y descubrir los valores físicos y biológicos del medio natural y su conservación. ðEn conclusión, elavorar productos turísticos que articulen alojamientos y actividades rurales conjuntamente. 4
LA ESTRUCTURA DEL MERCADO El mercado de alojamiento rural actualmente en Gran Canaria, está constituido por un considerable pero reducido número de empresas, dado que este tipo de turismo se encuentra en un periodo de maduración y de reconocimiento por parte de la oferta y la demanda. Por lo tanto, si nos basamos en el servicio prestado, en este caso el alojamiento (dejando al margen los servicios complementarios que este conlleva), podríamos caracterizar este mercado como oligopolístico, puesto que solo unos cuantos vendedores ofrecen productos similares o idénticos. Sin embargo, si analizamos el resto de actividades y servicios que complementan el hospedaje, podríamos establecer una diferenciación entre el producto ofertado. Esto nos llevaría a realizar un análisis más detallado de este mercado. La diferenciación del producto nos llevaría a una gama más diversa y contrastada de ofertas, por lo que podríamos hablar de una competencia monopolística, pero dado que el mercado no alcanza la amplitud característica de este tipo de estructura debido en parte a las limitaciones en cuanto a territorio e infraestructura, no lo podríamos considerar como tal. Por lo tanto, podríamos concluir que el mercado de alojamiento rural es un tanto ambiguo a la hora de clasificarlo dentro de una estructura determinada. Quizá con el paso del tiempo, que genere más demanda y nuevos oferentes, y el turismo rural se desarrolle en su totalidad, podremos enmarcar el mercado de alojamiento rural en una de las dos estructuras anteriormente citadas. CONSECUENCIAS PARA LOS AGENTES ECONÓMICOS
CONSECUENCIAS PARA EL PRODUCTOR Las consecuencias que tiene para el productor las características del mercado de alojamiento rural son varias. Como hemos dicho con anterioridad, es difícil encajar este tipo de mercado dentro de una estructura concreta. Al igual que se define un oligopolio, en este mercado existe un número de empresas no muy amplio y que ofrecen productos similares y casi idénticos, que en este caso viene a ser el alojamiento, (cama y comida) ,dentro de unas instalaciones situadas en un espacio rural. Si encuadrásemos el mercado del alojamiento rural dentro de esta estructura de mercado, las consecuencias para el productor estarían de antemano determinadas. En principio la fijación del precio del alojamiento vendría muy determinada en función del resto de empresas que operan en el mercado. Un aumento del precio sobre el del resto de empresas que ofrecen este producto turístico, supondría la perdida de un importante sector de la demanda. Por tanto, el productor ha de plantearse un comportamiento estratégico que le permita mantenerse en el mercado, y si es posible, obtener unos ingresos bastante eficientes o extraordinarios. En este punto, se hace muy importante el valor del producto turístico, es decir, tratar de conseguir mejorar ciertos aspectos del alojamiento rural, como pueden ser la infraestructura del alojamiento, la calidad del servicio y del entorno, etc., que proporcionen un valor añadido ha dicho producto, y por tanto, conseguir una leve diferenciación del precio respecto al resto de oferentes de dicho servicio.
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Sin embargo, esta operación puede llevar consigo una serie de consecuencias, como pueden ser unos costes muy elevados, y el inconveniente de que el resto de empresas lleve a cabo la misma acción.
Por otro lado, aparece la cuestión de si el productor debe o no asociarse con el resto de productores del servicio de alojamiento rural. Muchas de estas empresas deciden ponerse de acuerdo para promocionar sus establecimientos conjuntamente en folletos informativos, páginas web en internet, etc., como medida para ahorrar costes en su publicidad . No obstante, no se da tal caso a la hora de establecer unos precios de alojamiento, comunes para todas las empresas. En el ámbito del alojamiento rural, cada empresa posee unos determinados atributos, que les hacen poder diferenciarse del resto de las empresas, y por tanto, negarse a acordar unos precios fijos para todas ellas. Es aquí, donde se nos hace difícil tratar de clasificar este mercado turístico. En el mercado del alojamiento rural, el turista tiene mucho más en cuenta ciertos aspectos de dicho servicio, a la hora de decantarse por un establecimiento u otro. Cada empresa, en función de su localización, las peculiaridades de sus infraestructuras, su calidad y diversidad de servicios, y el entorno que la rodea, puede establecer, en mayor o menor medida, una diferenciación de su producto. Por eso, la diferenciación de productos que establecen estos aspectos que caracterizan cada alojamiento rural, y la contradicción que le supone al productor adecuar el precio de su servicio al del resto de los productores, nos hace pensar que quizás nos encontremos ante una estructura de mercado en competencia monopolística. En este mercado, el número de empresas que ofrecen alojamiento rural es creciente. Cada vez son más las personas que rehabilitan sus viviendas en el campo para dedicarlas a este servicio. La búsqueda de nuevas actividades que complementen el alojamiento, la mejora de la calidad del servicio y del propio entorno que rodea sus instalaciones, hace que podamos hablar de bienes o servicios parecidos pero no idénticos. Esto supone para el productor, poseer de un cierto margen de juego en el precio, menor que si se tratase de un monopolio, pero superior al de una competencia perfecta. La diversidad y peculiaridad de su oferta, es decir alojamiento + ( servicios, actividades y entorno), determinará en gran medida el precio y los beneficios que obtenga.
CONSECUENCIAS PARA EL CONSUMIDOR
A la hora de evaluar las características positivas y negativas que el turismo rural aporta al consumidor de este servicio, podemos decir que para éste, las consecuencias serán normalmente beneficiosas, ya que él de antemano conoce las diferentes alternativas y posibilidades que se le ofertan en el mercado de servicios turísticos. Por lo tanto si el consumidor opta por el turismo rural, podemos deducir que es este el que le reporta una mayor utilidad. Entre las consecuencias podemos citar: ð Contacto con la naturaleza. ð Acercamiento a la gastronomía y al patrimonio histórico−artístico de la localidad.
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ð Turismo menos masificado. Mayor tranquilidad y descanso. ð Turismo verde, más respetuoso con el medio y por lo tanto de mayor calidad. Si hablamos en términos de consecuencias para el consumidor según la estructura del mercado en cuestión, podemos decir según lo visto anteriormente, que tratándose de un oligopolio Las consecuencias para el consumidor son: ð Pocas empresas y por lo tanto poca diversidad para la elección del producto final. ð Indeterminación del equilibrio. Precio inestable determinado por el nivel de producción de cada uno y el interés personal. ð Situación más beneficiosa que el monopolio puesto que el precio es más bajo y la cantidad ofertada es mayor. Las consecuencias para el consumidor tratándose de un mercado monopolísticamente competitivo son: ð Muchos vendedores, por lo tanto mayor amplitud de la oferta y mayor capacidad de elección. ð Diferenciación del producto y por lo tanto diferenciación en precios. Esto es significativo en términos de calidad y de atributos adicionales al servicio producido.
CONSECUENCIAS PARA LA POBLACIÓN
El desarrollo del mercado destinado al turismo rural repercutiría en la población local de manera positiva y negativa. De los factores positivos que se derivan de la apertura de estos establecimientos alojativos, se puede destacar en primer lugar, la formación de nuevos puestos de trabajo debido a la necesidad de mano de obra para la reforma y el mantenimiento de los edificios, y además, la contratación de personal que se dedique a disponer el servicio. La apertura de estos establecimientos para el turismo plantea nuevas oportunidades económicas para la población local. En contraposición a esto, se puede derivar que en ocasiones, estos pueblos tienden a ser ocupados por visitantes extraños a la población, y por lo tanto, resulta un posible inconveniente para la conservación del entorno natural de la localidad. Por otra parte, estos alojamientos requerirán de unos proveedores que faciliten la materia prima para la elaboración de los productos alimenticios del hotel y para mantener la buena calidad del servicio y de las instalaciones. En principio, se valora más el disponer de productos locales en los establecimientos. Finalmente, otro factor positivo a tener en cuenta es la publicidad que se realizará gratuitamente a la localidad, presumiendo de sus costumbres, recursos naturales, artesanía, etc., y como resultado de esto se verá incrementado el número de visitantes que ayuden a impulsar la economía local. Sin embargo, de este mercado también se derivan consecuencias negativas. Para empezar, las nuevas generaciones locales descubrirían en este negocio una importante fuente de ingresos, y de esta forma, optarían por el abandono de las tareas agrícolas y artesanales, con el fin de especializarse y buscar nuevas alternativas en el mercado laboral.
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A su vez, por lo que cuenta la población más veterana de estas localidades, la presencia de muchos turistas puede llegar a incomodar a sus propios habitantes, en la medida en que estos visitantes contribuyen a destruir la tranquilidad del ambiente de los pueblos. En conclusión, para que la apertura de un mercado turístico de alojamiento rural no perjudique a los habitantes de las localidades en las que se lleve a cabo, se deberán tomar algunas medidas; En primer lugar, solo se deberá acoger un número determinado de visitantes, de esta forma no se causarán molestias a la población local, ni llegará a convertirse en un mercado que pueda ir perdiendo la calidad de su oferta. Además, se deberá intentar que el desarrollo de este mercado contribuya de la mejor forma posible al enriquecimiento de la economía del lugar, sin alterar sus tradiciones y costumbres .
CONCLUSIONES ðLos consumidores adquieren productos en función de las satisfacciones que obtienen de ellos. ð El tipo de turista que valora el espacio rural es de un estatus medio−alto, formado con gran ansia de conocimiento y muy exigente con la autenticidad, pero poco exigente con el confort. ð Podríamos caracterizar el mercado de alojamiento rural en Gran Canaria como oligipolístico, puesto que el producto ofertado es similar y no existe un excesivo número de empresas actuando actualmente en este sector. ð Si calificamos la estructura como oligopolística, podemos establecer que el precio será más bajo y la cantidad ofertada mayor, todo lo contrario al monopolio. Por lo tanto será una situación más beneficiosa para el consumidor. Los beneficios para el productor serán menores que en el monopolio pero mayores que en la competencia perfecta. ð El mercado de alojamiento rural en Gran Canaria, podría ser considerado a la larga como una estructura de competencia monopolística, puesto que el resto de actividades que complementan el alojamiento, así como el entorno, la ubicación y las características de la infraestructura entre otras, establecen una clara diferenciación entra productos, y por otra parte el crecimiento de este sector en la isla ya es predecible. ð Si calificamos la estructura como monopolísticamente competitiva, podemos establecer diferenciación entre productos, y por lo tanto diferenciación en precios, con lo que el consumidor tendrá más capacidad de elección. Esto resulta significativo en términos de calidad. ð Habilitar los espacios rurales para usos turísticos, contribuiría a diferenciar el producto turístico de Gran Canaria, y a mejorar la valoración de este por parte de los segmentos de turismo de mayor nivel.
BIBLIOGRAFÍA ðESTUDIO DE NUEVOS SEGMENTOS TURÍSTICOS EN GRAN CANARIA. Patronato de turismo de Gran Canaria. ð DOSIER DE INFORMACIÓN DE TURISMO RURAL EN GRAN CANARIA. Patronato de turismo del Cabildo de Gran Canaria. Departamento de Turismo Rural. ð ESTRUCTURA Y ORGANIZACIÓN DEL MERCADO TURÍSTICO.
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Aut: Carlos Vogeler, Enrique Hernández. Ed: Centro de estudios Ramón Areces, S.A. ð PRODUCTO TURÍSTICO. Aplicación de la estadística y del muestreo para su diseño. Aut: Fabio Cárdenas Tabares. Ed: Trillas. ð www.idecnet.com\patronatogc ð www.turismograncanaria.com ð www.gobcan.es ð www.ine.es ð http://webold.idec.net/Gran_Canaria/rural.html
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