TUTORÍAS: UNA INSTANCIA MÁS PARA EL ACOMPAÑAMIENTO EN EDUCACIÓN INTEGRAL

TUTORÍAS: UNA INSTANCIA MÁS PARA EL ACOMPAÑAMIENTO EN EDUCACIÓN INTEGRAL Ps. Leonardo Martín Dorony Saturno [email protected] Docente-Invest

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TUTORÍAS: UNA INSTANCIA MÁS PARA EL ACOMPAÑAMIENTO EN EDUCACIÓN INTEGRAL Ps. Leonardo Martín Dorony Saturno [email protected] Docente-Investigador Universidad Iberoamericana de León El encuentro con un otro confronta nuestra existencia. Provoca angustias e incertidumbre al mirar y ser mirado ante el descubrimiento de las diferencias. El camino del reconocimiento e integración de éstas, permiten descubrir el propio deseo en el tránsito hacia la autonomía, la libertad y el crecimiento, provocando el acontecer de una nueva vivencia... El autor

Introducción Las tutorías son instancias que se han instaurado en muchas instituciones educativas, tanto de nivel universitario como preparatoriano. Las mismas se abocan al acompañamiento de estudiantes en el aspecto académico. En aquellos que tienen dificultades en las calificaciones, el identificar problemas en las técnicas y metodologías de estudio, así como el controlar la cantidad de asistencias. En otros casos, se promueve el manejo de conflictos entre el/a alumno/a y el/a docente. En la actualidad, se van generando prácticas diversas de acuerdo a la realidad de la institución como también a las habilidades del/a docente y las diferentes instancias administrativas. Esta diversidad conlleva a diferentes discusiones en cuanto a la práctica y también respecto a sus objetivos. En esta presentación, lo que se pretende es definir y proponer instancias diversas de tutorías a partir de las diferentes experiencias que se vienen desarrollando. Una de las dificultades que aún no se ha resuelto, es cómo entender la diversidad del método y los objetivos que distan entre tutorías que se encuentran institucionalizadas y generalizadas, con otras que se producen en espacios intersticiales de la misma institución. Dichas instancias implica darles un nombre, no sólo para darles existencia administrativa sino también conceptual. Las tutorías, que en muchos lugares las integran en los psicopedagógicos o se abren diferentes espacios administrativos para evaluar y apoyar el seguimiento de un estudiante en cuanto a sus promedios en calificaciones y otros aspectos afines que le son relevantes como ser técnicas y métodos de estudio, situación de bajas administrativas entre otros. Dichas tutorías son Tutorías Académicas. Pero por otra parte, entendemos que lo académico no son sólo calificaciones. Desde otros paradigmas y en lo que en muchos estatutos y ley orgánica se establecen, se 1

habla de la educación integral, entendiendo en muchos casos lo que respecta al aprovechamiento académico, atender y respetar los diferentes tipos y estilos de aprendizajes, así como también aspectos valorales personales y sociales. El problema surge cuando un alumno/a de excelente calificaciones llega a abandonar sus estudios o se obstaculiza su aprendizaje en algunas formas o aspectos, dejando de ser sujeto para transformarse en un número o índice de deserción. En la actualidad, se está desarrollando una investigación [1], la cual plantea que el acompañamiento afectivo emocional es una herramienta para promover el desarrollo de habilidades y potenciales del alumno/a que favorece su desempeño académico, como también, atiende el desarrollo personal y social. Las tutorías que se desarrollan en general en otras instancias y en otras instituciones distan mucho de enfocarse a este objetivo. No quiere decir que no se tome en cuenta los aspectos académicos en dicha investigación. Por el contrario, este objetivo es algo más que se tiene en cuenta pero se establece que no es el espacio para resolverlo, sino para entenderlo y buscar las soluciones en el espacio especifico. Quiere decir que cuando hablamos de tutorías, no sabemos de qué o de cuáles estamos hablando. Esto implica una gran confusión institucional por un lado y otra desde el cuerpo docente y más, desde los mismos alumnos/a. Me pregunto si al nombre de Tutorías no habría que incluirle un apellido. Así tendríamos como propuesta Tutorías Académicas, para aquellas que su objetivo es la mejora de calificaciones, estilos de aprendizaje, metodología de estudios entre otras; y las que se están proponiendo en éste medio, Tutorías Dinámicas. Estas, se encargarían de todos aquellos aspectos que hacen a la facilitación y acompañamiento de los aspectos afectivos emocionales que hacen no sólo a la construcción de la identidad sino, del proceso de maduración y del proceso de profesionalización. Muchos las pueden confundir con grupos psicoterapéuticos ya que se manejan aspectos emocionales y afectivos. Pero el encuadre es diferente como así también sus objetivos. Por una parte, aquellos alumnos/a que han realizado un proceso por estas tutorías dinámicas, la mayoría concurren a un proceso psicoterapéutico como parte de su crecimiento personal y su nivel de insigh. En el primer congreso de FIdOE 2004 [2] se ha presentado el trabajo inicial de estas tutorías lo cual se establecen que las Tutorías se entienden como una etapa previa en la construcción de lo que sería el Orientador Educativo donde éste, redefiniría una práctica que va más allá de guiar, aconsejar o ayudar, tratándose de una orientación para la transición, enmarcándose en un proceso que acompañe a la persona a lo largo de su vida [3]. Por otra parte, la Tutoría, se enmarca en un proceso de orientación, prevención y en algunos casos de asistencia, en lo que se refiere en un momento determinado de la vida del estudiante en una institución educativa. Este “momento”, pude definirse como diferentes tiempos cronológicos y procesuales, sean continuados, escalonados o instantáneos. Se concibe a la acción Tutorial como el proceso que se realiza en las instituciones educativas (de cualquier nivel y modalidad) con la intención de colaborar en el 2

desarrollo integral de los/a alumnos/a, trabajando con ellos en forma directa (individual o grupal), o indirectamente a través de sus padres, sus docentes y su entorno (amigos y familiares), circunscrito en toda la situación académica del/a alumno/a. Este “toda la situación”, implica tener en cuenta variables directas e indirectas que hacen a lo académico. Esto implica tener presente todas las áreas que se encuentran relacionadas en los diferentes ámbitos en que se establece lo académico. El ámbito personal, institucional y social. Las Tutorías Dinámicas, se pueden definir como un espacio articulado entre lo administrativo y la creación de un espacio de salud. Articulado porque no siempre tiene por qué estar instituido, pudiendo establecerse en un espacio intersticial en la misma Institución y a su vez, cuanto más se articule con el funcionamiento administrativo, se promueve mayor eficacia. Este espacio trata de producir un encuentro entre dos o mas personas, donde se tratan diferentes asuntos. El objetivo es múltiple integrando a todos los actores (institucional, alumno/a, Tutor/a). Para el/a alumno/, es favorecerse en la integración y la potencialidad de sus recursos en los diferentes aspectos sanos de éste, cuando llega con su demanda. También, encontrar un espacio de orientación para la canalización a otros servicios, con pertinencia a su demanda, que puede prestar la institución o externos a la misma, como forma de satisfacer sus necesidades. Por otra parte, es un espacio donde pueda reflexionar sobre su situación (personal, grupal y social), para lograr un continuo mejoramiento de su situación académica. En cuanto a lo institucional, el objetivo es promover un camino que lleve un continuo proceso de mejora de la calidad académica, incluyendo aspectos administrativos y operacionales, acorde con la filosofía de la institución, su misión y su visión. Es en este sentido, que el poder establecer mecanismos que conlleven a generar diferentes espacios, que faciliten la promoción de un clima organizacional más sano, favorecerá el desempeño de todos sus actores, tanto en el sentir, hacer como fundamentalmente en el ser, siendo variables que hacen a la conformación de mecanismos sustentables de dicha mejora académica y fundamentalmente, de todo proceso de educación. Como objetivo general del/a Tutor/a, es desempeñar una labor que lo trasciende, como ser el acompañar momentos del desarrollo y la educación de la persona. Desde éste objetivo, el compromiso y la responsabilidad del acto del Tutor/a, hace a una responsabilidad y compromiso social, inherente a todo compromiso con lo humano y por ende, con la misma naturaleza. Es vivenciar la trascendencia en el servir en el mismo encuentro del recibir al otro. El objetivo del/a Tutor/a es lo humano, es acompañar y brindar ayuda en el mismo proceso de la educación. En cuanto al objetivo particular, es brindar al/a alumno/a un espacio donde pueda reflexionarse sobre su formación integral y situación académica. En aquellos casos que no exista demanda pero amerite una intervención por parte de la 3

institución educativa, por entender que existe alguna situación de riesgo, se trabajaría para que el/a alumno/a creara su demanda, haciéndose sujeto de consulta, para que éste, asumiendo la responsabilidad del acto, se pueda hacer cargo de su necesidad, ya sea ante situaciones de riesgo académico, personal y/o grupal. Otro de los objetivos particulares, es favorecer ciertas dinámicas institucionales a lo que son los procesos de comunicación entre el/a alumno/a y los diferentes actores institucionales (dirección, administración, maestros, servicios), promoviendo y proponiendo encuentros para mejorar continuamente la formación integral. También, el poder promover dichos encuentros, da la posibilidad de resolver y manejar ciertos conflictos, con la intención de favorecer el desarrollo académico e institucional, tanto para los/as alumnos/as como para el desarrollo del conjunto de los actores que se encuentren involucrados en la misma. En éste sentido, es posible que aparezca la necesidad de establecer encuentros con los padres de familia, tanto para dar explicación de los diferentes sucesos y circunstancias académicas, como para generar un espacio de reflexión de cómo éstos pueden acompañar a su hijo/a en conjunto con la institución, donde la responsabilidad de la formación es de todos. A su vez, al Tutor/a, le permite indagar sobre ciertas condicionantes familiares que puedan estar causando restricción en algún aspecto académico del/a alumno/a. Por otro lado, es una forma que el/a Tutor/a tiene de bajar sus propias angustias y ansiedades ante una situación que éste no pueda resolver por no estar al alcance de sus propias funciones, haciendo que los padres de familia adopten la responsabilidad que a éstos les compete como tales. La Tarea Se trata de realizar un diagnóstico situacional, analizando todo el comportamiento (verbal, pre verbal y para verbal) del sujeto presente (sea singular o plural) con el propósito de generar una estrategia para el desarrollo integral de la persona, de acuerdo a cada situación particular. Esta se establecerá de acuerdo con los diferentes encuadres, dependiendo de la Institución, del sujeto que ocupa el rol de Tutor/a y el sujeto Tutoriado /a, en pro de la mejora de la calidad de vida del sujeto y/o de la conscientización de su estado y situación, para dar movilidad a sus propios recursos para que lo conduzcan a desarrollar todo su potencial. En este sentido, el/a Tutor/a tiene que tener presente las diferentes opciones y canales institucionales para orientarlo de acuerdo a las necesidades existentes. Es de ésta manera, que el espacio de Tutoría, como también el/a Tutor/a y la misma Institución, tienen sus límites y, por lo tanto, el reconocimiento y respeto de éstos, van a favorecer la labor y el reconocimiento del mismo. Se le llama Tutor/a, a la persona que desempeña un rol de orientar, prevenir y asistir a alumnos/as que se encuentran en una institución educativa, estando éste adscrito administrativamente, no teniendo porqué estar en el organigrama 4

institucional, refiriéndose por el momento a una función, ya que en muchos lugares se da su existencia pero no se ha institucionalizado como tal, siendo uno de los objetivos a instituir. En el diccionario, la figura del/a tutor/a, se define como [4] persona que ejerce la tutela. Persona encargada de orientar a los alumnos de un curso o asignatura. Caña o estaca que se clava al pie de una planta para mantenerla derecha en su crecimiento. Retomo fundamentalmente la última definición, desde el punto de vista metafórico, donde la figura del/a Tutor/a pasa a ser un referente y no simplemente una guía para lo que puede ser el desarrollo del/a estudiante. Este referente, a su vez retomado en múltiples aspectos, oficia de “apuntalamiento”, tan necesario y fundamental para garantizar en muchos aspectos el desarrollo de toda persona. El concepto de “apuntalamiento” (René Kaës), remite a que éste es múltiple, dándose sobre las necesidades corporales, sobre el grupo, la cultura y el aparato psíquico, encontrándose éste soportado a su vez, por apuntalamientos múltiples, en donde su falla, va a dar lugar a la crisis. Para que el apuntalamiento se efectúe, es imperativo que el puntal no haga cuerpo con eso que apuntala, existiendo una separación para dar lugar a favorecer a los re-apuntalamientos y no generar una estructura simbiótica, donde el/a Tutor/a y el/a Tutoriado/a quedan “anclados”, no produciendo la movilidad necesaria, cristalizando la situación con la perspectiva de generar mayor patología, frustración y/o desgaste, desvirtuando el espacio tutorial. A su vez, el no tener una separación, no permitiría el desarrollo de las potencialidades, tanto del consultante como la del/a Tutor/a. Esto produciría efectos contaminantes apareciendo angustias y situaciones displacenteras que pudieran tener ambos o cada uno, pudiendo hasta reactivar otras vivencias del pasado, proyectando en el otro, (Tutor/a, estudiante, Institución, maestros, etc), aspectos negativos de dichas vivencias, depositándose en alguno de éstos, transformando el espacio o los actores, en nuevos y más elementos obturantes del desarrollo saludable. En cuanto a la noción de encuadre, se define teniendo en cuenta la modalidad móvil. Este “encuadre móvil” va a estar sustentado en encuadrar lo que es la misma movilidad de las situaciones, hechos o eventos que ocurran en el momento de la situación de consulta. Asimismo, como todo encuadre, debemos incluir a los sujetos en el encuentro y las variables que cada uno presenta y aquellas que surgen como producidas por la misma interacción. Interacción de subjetividades transversalizadas por lo transubjetivo, conformando una intersubjetividad particular. Esta noción da cuenta de la posibilidad de producción de lo novedoso a partir de ese mismo encuentro, situación que dependerá de la persona del tutor para evitar su cristalización y favorecer su misma movilidad, generando un proceso no lineal que re-significa y significa aquellos representantes y las nuevas presentificaciones 5

que dan las inauguraciones del acontecimiento. Este acontecimiento inaugural es lo que adviene en suceso, dando apertura a la creatividad para modificar lo establecido en un nuevo hacer. Desde estas perspectivas, es conveniente tener en cuenta aspectos del sujeto tales como: su cultura, su edad, procedencia, tipos de relaciones (afectiva, laboral, amorosas), deseos, necesidades, variables que se conjugan con lo Institucional, tanto como objetivos, misión, situación coyuntural y las novelas que de éstas mismas se determinan. Es de ésta manera que los diferentes discursos emergen a través de los textos producidos en la contextualidad y produciendo intertextualidades, aportando significantes que producen determinados efectos polisémicos dando origen a metáforas y metonimias que determinan los diferentes sentidos. Estos mismos sentidos, se confronta en el mismo encuentro tutorial. Esta situación, produce la creación de un “campo tutorial” generado a partir de la misma relación que se establece, dependiendo la vivencia del mismo, de acuerdo a lo que en él se produce. Por estas circunstancias, se pretende que el sujeto consultante estructure su campo, dándole forma al mismo y a la situación que vivencia partiendo de sus características particulares, generando una determinada percepción por la cual el/a Tutor/a actuará en consecuencia. Por estas características, todo campo tutorial debiera ser dinámico y dialéctico, procurando que no esté diagramado, como forma de favorecer la emergencia y la visibilidad de aspectos no pensados e impensables que generan nuevos campos, oficiando éstos de guías de la intervención y acción. En aquellos sujetos no consultantes, pero que ameritan la intervención del/a Tutor/a, éste tiene que tener presente que para determinar la creación del encuentro tutorial, debe de realizar diferentes estrategias en donde su objetivo sea la creación del encuentro tutorial. Se tiene que utilizar diferentes técnicas y modalidades de sensibilización que por el contrario, si esta no se produjera, no será efectiva la intervención, pudiendo producir efectos iatrogénicos y/o frustrantes y desgastantes para los diferentes actores. Cuando el sujeto se hace consultante, tendrá diferentes demandas, oficiando éstas de motivo de la consulta. Estos motivos de consulta manifiestos, serán los que guíen la intervención del/a Tutor/a. Asimismo, el/a Tutor/a podrá tener datos previos o proporcionarse de éstos a posteriori con el área administrativa, que en conjunto, (entre lo aportado por el consultante, lo investigado por el tutor en dicho encuentro y los recabados administrativamente), será el material para establecer la estrategia de intervención y en ciertos casos, de canalización. En cuanto al momento del encuentro tutorial, no es cualquiera, ya que surge por determinadas circunstancias y no es un acto casuístico. Siempre existen condicionantes previos que hacen a un precipitado del instante que crea la posibilidad de darse ese encuentro. Por éstas características, el/la Tutor/a, tiene que realizar una forma de investigación de dichos determinantes para lograr una

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comprensión de la situación y el sentir del sujeto consultante, estableciendo un “diagnóstico situacional”. Las áreas a investigar preferentemente son: la afectiva-emocional, cognitivas y orgánicas, como también el manejo de los tiempos (libre y de estudio). Dependiendo de la jerarquía de éstas, estará determinada por el motivo de consulta y/o las demandas existentes. Dichas áreas corresponden a la situación vincular (tanto vínculos de origen – familia- como de relaciones –pareja, sexualidad, compañeros/as, amistades-), situación académica (calificaciones en general, por asignaturas, aprovechamiento académico, niveles de comprensión, participación en las diferentes actividades institucionales, etc), relación institucional (relación con maestros/as, administrativos, servicios a que asistió, conocimiento de estatutos y reglamentos, de los diferentes servicios que presta la institución), si ha establecido otros contactos por el motivo de consulta (padres, amigos, otras instituciones, profesionales, etc). El manejo de los tiempos, determina la facultad de estructuración de los mismos, su ordenamiento y prioridades, el sentido, formas y actividades en y del ocio como también el descanso y distracción creativa. A su vez, determinan los posibles distractores y conductas de riesgo en general como a su vez, las necesidades y deseos del sujeto en cuanto al establecimiento de las prioridades, pudiendo determinar un conflicto. Por otra parte, los tiempos de dedicación al estudio como también, si cuenta con los materiales y métodos apropiados para tales fines, determinando la situación pedagógica. Otra área a investigar es en cuanto a lo laboral ya que las necesidades económicas, las prioridades del momento y los deseos de estudiar, pueden generar otro tipo de conflicto. Para terminar, También es importante que el sujeto realice su propia autovaloración, la cual nos hablará no solo de su autoestima sino de su relación vivencial y existencial con su mundo en lo que se refiere a las prácticas que establece en su vida cotidiana. La concepción y el proceso de análisis propuesto a continuación, estaría determinado por los conocimientos del/a Tutor/a, profesión y marcos teóricos de donde se sustenta, incluyéndolo al motivo de consulta o demandas del sujeto consultante, como a su vez, el tipo de conflictiva que institucionalmente se puede llegar a establecer. 1)

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Es imprescindible ubicar al sujeto en su etapa actual de desarrollo y comparándola a través de los parámetros establecidos, según la concepción teórica de quien realiza el estudio, para establecer ciertos márgenes de posible inadaptabilidad a través del desarrollo afectivo emocional y cognitivo. Centrar al sujeto en su contexto (personal, grupal, social e institucional).

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3) 4) 5)

Revisar su historia personal en todos los aspectos de su desarrollo (psicológicos, orgánicos, cognitivos). Atender a los aspectos que se refieren a su proyecto personal, familiar y social. Reflexionar sobre su situación existencial ante lo religioso y espiritual.

Para determinar recursos, potencialidades como también situaciones conflictivas y determinar la presencia de problemas, (en cuanto a tener contradicciones que se establecen tanto a nivel del deseo como de las necesidades y por otro lado, las contradicciones que entre éstos niveles se pueden generar), sería importante poder interrelacionar: ƒ ƒ ƒ ƒ ƒ ƒ ƒ ƒ ƒ ƒ ƒ ƒ ƒ ƒ ƒ ƒ ƒ ƒ ƒ

El presente, lo histórico personal (centrado en lo académico) y lo social Historia, síntomas y situación actual orgánica. Alimentación (formas y hábitos) Alteraciones del sueño y niveles de ansiedad. Formas de expresión de las conductas. Comunicación, asertividad y creatividad Preocupaciones inmediatas y miedos. Cultura y tradición social de procedencia y de vivencia La religiosidad personal y familiar, mitos. Lo existencial y conductas de riesgo en general. Situación socioeconómica de procedencia y de pertenencia Situación económica actual Aspectos psicológicos personales y familiares (adaptabilidad, violencia, impulsividad). Nivel intelectual y situación académica. Lo vocacional Relación Maestro-Alumno La normativa y filosofía institucional – Alumno Relación con pares y cotidianidad Medio ambiente y contexto epidemiológico

En el mismo encuentro, se producen ciertos fenómenos que son relevantes y son provocados por diferentes tipos de ansiedad, tanto del/a Tutor/a como del/a Tutoriado/a. Un tipo de ansiedad, es la persecutoria, donde el sujeto se pregunta tanto quién y cómo es el/a Tutor/a y qué va a hacer éste/a. Es importante valorar la intensidad de la misma, como también su duración ya que sólo debería aparecer en el primer momento, ya que aparecen elementos de la desconfianza, pudiendo cercenar el proceso o establecer el rompimiento del mismo encuentro. Otra situación que pudiera provocar este tipo de ansiedad es la evitación, la crítica, la desvalorización, etcétera, tanto por parte del/a Tutor/a como del/a alumno/a. Otro tipo de ansiedad es la depresiva, dando cuenta del temor a la pérdida del/a Tutor/a o del mismo espacio por parte del/a alumno/a, como también por parte 8

del/a Tutor/a. Se expresa el miedo de no poder o no saber ayudarlo, apareciendo mecanismos reactivos o adhesivos por parte de éste, provocando que el sujeto quede anclado en un momento del encuentro no pudiendo generar el dinamismo del mismo ni visualizar las alternativas existentes. El otro tipo de ansiedad que hay que tener en cuenta es la de separación. Esta remite a la duda de qué va a pasar después que el sujeto se retire, qué va a hacer el/a Tutor/a con eso, pudiendo aparecer nuevamente lo persecutorio o depresivo. Esta se expresa a veces con reiteraciones de preguntas, evitando que se termine el encuentro. Por parte del/a Tutor/a, se debe de “reasegurar” qué es lo que se va a hacer con lo trabajado, como manera de bajar dicha ansiedad. No se trata sólo de intervenir sino que, fundamentalmente en dicho proceso, es necesario integrar el diagnóstico, siendo éste parte del proceso de orientación. Lo prioritario para ser operativo es el procurar que el consultante se haga sujeto de su consulta, asumiendo la responsabilidad de la misma. Un primer momento dentro del diagnóstico es el de orientabilidad y el segundo es el de pronóstico de orientabilidad, permitiéndonos formular la estrategia de orientación, constituyendo el tercer momento. Esto nos da cuenta de los límites y recursos tanto del/a Tutor/a como del/a consultante, pudiendo establecer la pertinencia de un determinado tipo de intervención y de posible canalización. Una característica de la función del/a Tutor/a tiene que ver con cumplir aquella función que el sujeto no puede cumplir, siendo esto, conectar distintos aspectos de su vida con lo que le está pasando o está vivenciando para lograr una integración de los diferentes recursos que éste posee y actuar en consecuencia estableciendo un nuevo hacer. En este sentido, la función del “acompañar” se hace indispensable. El acompañamiento, es definido como la función que implica empatía con la situación del sujeto consultante, la cual, si bien puede tener diferentes grados según quién acompañe y la situación de la que se trate, el que acompaña nunca pierde su función operativa ante la situación que le acontece al consultante. Se trata de “estar con” el consultante, de brindarle compañía operativa, mas no de resolver por él. Asimismo, quien acompaña, en su tarea de ser operativo no debe obviar el contexto que a su vez “acompaña” al consultante (contexto social, económico, afectivo, emocional, legal, etc.). Para poder lograr una mayor comprensión de cómo entender al otro y a partir de los objetivos que nos planteamos de hacia dónde acompañar, se presenta a continuación el modelo de salud que hace eje a estas conceptualizaciones. Niveles de Intervención

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En este apartado, se pretende presentar diferentes opciones de lo que implica la acción Tutorial, determinando ésta el tipo de espacio Tutorial donde se dará el encuentro entre Tutor/a y el sujeto Tutoriado. Como mencionábamos al comienzo, la Tutoría puede enmarcarse en un proceso de orientación, prevención y en algunos casos de asistencia, en un momento determinado de la vida del/a alumno/a que pertenece a la institución educativa. A su vez, en cualquier nivel, pueden enmarcarse las diferentes acciones en un plano individual, grupal y múltiple. En el plano individual, es conveniente contar con un espacio para estos fines, como forma de promover un encuentro discrecional, privado y que oficie como parte de la estructura del mismo, siendo éste fácilmente ubicable y confiable. Esto no quiere decir, que no se establezcan ciertas “consultas de pasillo”, donde el/a Tutor/a, pueda aprovechar la situación para establecer una demanda o favorecer en ese instante, la canalización pertinente. En el plano grupal, pueden establecerse diferentes estrategias, estableciendo grupos abiertos, cerrados y/o semiabiertos, que traten diferentes temáticas específicas o que tengan función de favorecer emergentes que serán trabajados en ese u otro espacio según cual sea éste. La modalidad múltiple, expresa la opción que, tanto el/a alumno/a como el/a Tutor/a puedan adoptar, dependiendo de cada situación particular en cuanto al tema emergente o las áreas involucradas en la problemática y/o conflictiva. Prevención Se trata del fortalecimiento de la persona o grupos vulnerables, buscando modificar el entorno y reduciendo aquellos factores que hacen a la incidencia de diferentes perturbaciones evitando o disminuyendo los problemas o alteraciones de cualquier tipo que puede afectar a la persona, a un grupo o a toda la comunidad, a través de programas de intervención, dirigidos a éstos o a su entorno. En el entendido de que la salud no es simplemente la ausencia de enfermedad, sino que también es un bien que se produce, se acuerda que la prevención no se restringe a la evitación de la enfermedad, sino también a la promoción de un estado de salud. La función de la promoción de salud es intrínseca a la formación y la educación, la cual sobrepasa el campo de la información. Por lo tanto, prevenir también implica promover, habilitar y crear espacios de salud. El objetivo es crear y brindar las posibilidades de desarrollo de las capacidades y aptitudes de cada uno. Hay que tener en cuenta a qué sujeto vayan dirigidas las intervenciones. Cabe mencionar que para abordar el nivel primario de prevención es más efectivo

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trabajar con sujetos grupales o institucionales, mientras que para los otros niveles es conveniente el abordaje del sujeto individual [5]. Para el caso del sujeto individual, se puede utilizar: -

Orientación (académica, administrativa, vocacional, pedagógica, médica, psicológica, dinámica, espiritual) Detección general de obstáculos y conflictos situacionales Canalizaciones

Para el caso del Sujeto Grupal o el Sujeto Institucional se pueden trabajar proyectos puntuales o a corto, mediano y largo plazo, los cuales es mejor plantearlos desde el punto de vista institucional o a través de éste, apoyándose en aquellos otros profesionales con que cuenta la institución o pueda contar, ya sea para establecer un trabajo Inter. y/o multidisciplinario como también, promover y desarrollar espacios temáticos y reflexivos coordinados por aquellos que se encuentren capacitados para tal cometido. Se puede trabajar con grupos masivos o pequeños y, dependiendo de la temática y las preferencias del facilitador, utilizar diferentes técnicas. Orientación y Asistencia Es una relación de ayuda, profesionalizante, que se realiza entre el orientador (Tutor/a) y el orientando (Tutoriado/a). La orientación se da en el marco del establecimiento tanto de una problemática o situación de crisis que la establece el orientador, como a través de un motivo de consulta o demanda por parte del orientando. Como mencionábamos en un principio, el orientando puede o no tener un motivo de consulta o demanda, estableciéndose en este caso una relación hiperasimétrica que no permite establecer el acompañamiento. La orientación se da a través de una situación específica no teniendo porqué establecerse un problema específico. La duración de tiempo de la misma, va a estar dependiendo de cada situación concreta como también, de los recursos disponibles, tanto del Tutor/a como del sujeto Tutoriado y aquellos recursos institucionales. El objetivo es facilitar las acciones del demandante en el proceso de toma de decisiones que las vincula a un problema o situación dilemática, la cual el sujeto no tiene posibilidad actualizada de solución. La misma cumple las funciones de ser Preventiva (en cuanto anticipa dificultades, creando condiciones para que no ocurran o para encontrar los recursos para enfrentarla), Educativa (obtener los máximos beneficios de las posibilidades personales descubriendo los recursos disponibles y el potencial personal), y de Crecimiento (generar nuevas capacidades, estilos, etcétera).

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En el caso de lo asistencial, la diferencia radica en que su función es Remedial y es conveniente la especialidad del Tutor/a para dilucidar de la mejor manera, el tipo de intervención necesaria para ser lo más operativo posible en cuanto a reparar el daño. Por este motivo, el conocer las limitaciones propias del Tutor/a, los límites disciplinarios, las limitaciones institucionales y la delimitación de la función de la Tutoría, hace al encuadre, estableciendo las posibilidades o necesidades de una canalización al profesional pertinente. En cuanto al aspecto temporal, se trabaja centrado en el presente y en el futuro inmediato, pudiendo de ésta manera establecer líneas de acción que conlleven al sujeto, establecer nuevos haceres. Desde estas perspectivas, es cómo le hace el/a Tutor/a para generar a partir de una consulta, un proceso que potencie la misma hacia la reapropiación de recursos en el Tutoriado/a que pueda resignificar y significar el acontecimiento en dicho encuentro. Aquí dependerá de los recursos propios del/a Tutor/a, así como del nivel y sentido de “escucha” de la demanda expresada. Es establecer una estructura que conforma la acción del orientar, en el que se favorezca la diversidad de tipos de intervención con alternativas de utilización de diversas técnicas y estilos de abordaje. Es llegar a la construcción de un dispositivo que provoque el advenimiento del ser Tutor/a y el ser Tutoriado/a logrando una transformación en ambos sujetos. En muchas situaciones, es pertinente realizar la “vigilancia académica”. Esto es una manera de dar un seguimiento a un proceso de un/a alumno/a o un grupo que se considera de riesgo en cualquier sentido. Esto permite estar preparados en el momento que se amerite una intervención de urgencia o emergencia, como también, observar si el encuentro Tutorial fue efectivo o hay que hacer otro tipo de intervención, sirviendo a su vez, para generar datos de una posible investigación para el mejoramiento del servicio. QUÉ SE TRABAJA Lo que se trabaja en dichos espacios tutoriales son aquellas angustias y ansiedades que se despiertan por diferentes factores multicausales. Unos, por la situación de crecimiento y otros, por la maduración personal. Son alumnos/a que ingresan de dieciocho años, en plena crisis de la segunda etapa de su adolescencia, en un momento histórico cultural de extensión de dicha etapa, con fuerte carga de contratos narcisísticos con sus padres y poco proceso de individuación. Otros factores son aquellos que, interactuando con los anteriores, provocan otras dificultades como ser, el hecho de provenir de otras ciudades o poblados cercanos, pero con la connotación de vivir solos o con otros que ni conocen. El alejamiento de sus hogares de origen y el rompimiento del soporte social, provoca disímiles situaciones que empuja a muchos hacia las diferentes conductas de riesgo, alcohol, droga, sexo sin protección, accidentes 12

automovilísticos, depresiones, entre otros. Si analizamos que hoy, en este tipo de sociedad posmoderna, el rompimiento de los lazos sociales, el debilitamiento de los vínculos, la falta de seguridad personal que se acrecienta, el sentimiento de soledad y abandono, el fomento al individualismo exacerbado, el dios mercado, la autovaloración en el consumismo, las faltas de utopías, hacen a toda la situación académica que hoy, los alumnos/a, son atravesados por estas variables complejas y multicausales. A esta situación, le agregamos lo que viven a través de la formación, los cuestionamientos de sus pocas seguridades personales, las exigencias sociales, parentales e institucionales y en muchos casos, según la disciplina y planes de estudio, las mismas prácticas de campo en donde se enfrentan directamente con el sufrimiento del otro. Situaciones novedosas, impensadas para la gran mayoría del alumnado, provoca una vivencia de eclosión de efectos disímiles y fantásticos que empujan al alumno/a a buscar estrategias de sobrevivencia afectiva, no encontrando las canalizaciones que le permitan dirimir sus conflictos, produciendo un cúmulo de proyecciones que van hacia sus compañeros, maestros, e institución. Proyecciones que crean conflictos personales, destrucción de los pocos vínculos creados, mayor desconfianza y mayor sentimiento de incomprensión, sumiéndose en una burbuja de vulnerabilidad e inestabilidad crítica. Estos son los aspectos que se trabajan en las tutorías dinámicas. Sí es un espacio terapéutico, distando de los objetivos y técnicas del grupo psicoterapéutico. Todo espacio de grupo tiene la posibilidad de ser convertido en un espacio terapéutico. La concepción de salud en donde se enmarca, es la salud como producción, en donde todo espacio es susceptible de convertirse en espacios de salud, donde se promueve la interacción, la crítica a la vida cotidiana y la reflexión. Son espacios donde se critica la misma subjetividad, en los diferentes espacios de lo intrasubjetivo, intersubjetivo y transubjetivo. Son instancias, encuentros, lugares, que el objetivo es producir salud. METODOLOGÍA La metodología que se utiliza mayormente en situaciones de grupos, se privilegia la técnica del grupo operativo, no descartando otras, de acuerdo a las situaciones, al tipo de grupo y a los temas planteados. En ciertos casos se privilegiaba al grupo y en otros al sujeto en el grupo, dependiendo de los objetivos de la intervención. Se centraba en el acompañamiento al estudiante en cuanto a comprender su angustia, identificarla y resignificarla, buscando que el/la estudiante tomara conocimiento y conciencia de su significado, tanto a nivel personal como grupal. El discurso introductorio trata de presentar un espacio desde lo positivo, haciendo énfasis en la construcción del mismo por parte de cada uno. En cuanto a la dinámica y al proceso grupal, se trabajaba la fantasmática grupal, las proyecciones y los sentimientos de culpa. Cuando se señala, siempre se busca apoyarse en la resonancia grupal y en aquellos procesos asociativos que produce lo intersubjetivo asentado en lo preconsciente. Otro aspecto importante es estar 13

atento al lenguaje y las terminologías utilizadas, ya que la función metonímica que éste cumple, genera enclaves psíquicos en el resto de los sujetos que favorece los mecanismos asociativos. Otro aspecto a señalar desde lo metodológico, es el trabajo a partir de la taxonomía de necesidades1 que funge de gran soporte en el proceso de concientización, dadas las demandas, pedidos y quejas que se desarrollan. La vida comienza a permearse en la realidad institucional. No es que no exista, sino que comienza a hablarse de otros espacios donde se pueden re-significar y generar un proceso de apropiación, ya no solo del dato o del hecho sino, de la misma vivencia. Vivencia de emociones, sentimientos, creencias, valores. Creación de cultura, aprendizajes, toma de conciencia de su contexto siendo parte actuante. Compromiso, corresponsabilidad y proyectos, son la resultante de esta nueva experiencia que favorece el despliegue libidinal liberándose de mandatos que obstaculizan el desarrollo yoico, imponiendo a la vez una neblina a los ideales. Sería significativo que se continuara profundizando dicho trabajo para ir generando los espacios pertinentes que den sostén a ese/a alumno/a. Creación de espacios institucionales que oficien de “función de maternaje” para aquellos que recién ingresan y son de otros lugares. Creación de espacios institucionales que oficien de “función parental” para aquellos que hay que acompañar en este proceso de convertirse en adultos formados, durante su tránsito por la institución educativa. NOTAS: [1] Dorony L; Tutorías a Estudiantes de Psicología; Universidad Iberoamericana de León [2] Dorony L; Tutorías; Congreso de la Foro Internacional de Orientadores de la Educación, Las Tunas, Cuba 2004 [3] La declaración de Paris realizada por la IAEVG (2001) establece que la Orientación Educativa no es solamente una simple intervención, sino que es un proceso regular y continuo, que debe contribuir a la igualdad de oportunidades y que no solamente debe facilitar el desarrollo personal y vocacional de cada individuo sino también contribuir al desarrollo sustentable, social, económico, como un todo. Ponencia de Julio González Bello, FIDOE 2004, CUBA [4] Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2003. © 1993-2002 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos [5] Bentancurt L; Dorony L. “I.A.P en San Pedro de los Hernández”

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Bentancurt, L. 2004. Manual de Prevención, Desarrollo Estudiantil, UG Inéd.

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2. Bentancurt L y Dorony L. 2005. “Investigación Acción .Participativa en San Pedro de los Hernández”. UIA. En proceso de edición. 3. Calviño, M. 2002. Orientación Psicológica, Cuba. Ed. Científico Técnica. 4. Dorony L. 2004. “Tutorías a estudiantes de psicología en una institución educativa”, en Memorias de FLAPAG, Guadalajara. 5. Dorony L. 2003-2006. Tutorías a Estudiantes de Psicología; Universidad Iberoamericana de León. 6. Dorony L. 2004. Tutorías; Congreso de la Foro Internacional de Orientadores de la Educación, Las Tunas, Cuba 7. Goldstein S y otros. 1998. “La Salud Comunitaria, un lugar para la Psicología”. Cruzando umbrales. Montevideo, Ed. Roca Viva. 8. Moscovich P., Braunstein N. y otros. (s/f) Art. “Criterios de salud e ideología”. Uruguay 9. Videla. M. 1991. Los psicólogos y la prevención. Buenos Aires, Ed. Visión, p. 41 10. Riviere, P. 1998. La teoría del Vínculo, Buenos Aires, Visión. 11. Weinstein. L. 1978. Salud y Autogestión. Montevideo, Ed. NordanComunidad

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