UATERNARIO GEOMORFOLOGÍA y

Diciembre/December 2015 ISSN: 0214-1744 SPANISH JOURNAL OF QUATERNARY & GEOMORPHOLOGY Vol. 29, Nos. 3-4 Vol. 29, Nos. 3-4 CUATERNARIO y GEOMORFOL

13 downloads 35 Views 5MB Size

Recommend Stories


y
1 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 12 19 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 11 y 12 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47

y
Regional Distrito Capital La Regional Distrito Capital del Servicio Nacional de Aprendizaje SENA, de conformidad con los principios de transparencia

DESUSO Y VENTA Y REEMPLAZO
DESUSO Y VENTA Y REEMPLAZO Bienes muebles amortizables fuera de uso. Tratamiento impositivo: cuando alguno de los bienes amortizables, salvo los inmu

73 y las leyes , , , y )
Ley Nº 17.671 Registro Nacional de las Personas (Con las reformas del decreto-ley 1301/73 y las leyes 20.974, 21.807, 22.435, 22.863 y 23.023) Identif

Story Transcript

Diciembre/December 2015

ISSN: 0214-1744

SPANISH JOURNAL OF QUATERNARY & GEOMORPHOLOGY

Vol. 29, Nos. 3-4

Vol. 29, Nos. 3-4

CUATERNARIO y GEOMORFOLOGÍA

ÍNDICE / INDEX

CG

Prólogos GyG Gutiérrez Santolalla, F. (UNIZAR) y Silva, P.G. (USAL). Almería (Classic Geology in Europe 12) ................

3

Silva, P.G. (USAL) y Rodríguez Pascua, M.A. Informe Asamblea AEQUA Granada, 30 de junio de 2015 ..

5

y

Vol. 29 (3-4) Diciembre 2015

Artículos de Investigación / Research Papers 7

López-Sáez, J.A.; Martínez-Sánchez, R.M.; Pérez-Díaz, S.; Alba-Sánchez, F.; Núñez de la Fuente, S.; SerraGonzález, C.; Morena-López, J.A.; Luelmo-Lautenschlaeger, R. Dinámica paleoambiental en la campiña de Córdoba (Andalucía) entre el IV y el I milenios cal. BC. Análisis palinológico del yacimiento arqueológico de Torreparedones.......................................................................................................

35

Rodrigo-Comino, J.; Senciales-González, J.M. Ratio LE para el ajuste de perfiles longitudinales en cursos fluviales de montaña. Aplicación a la cuenca del río Almáchar (Málaga, España) ............................

57

Rosas, A.; Estalrrich, A.; García-Tabernero, A.; Huguet, R.; Lalueza-Fox, C.; Ríos, L.; Bastir, M.; Fernández-Cascón, B.; Pérez-Criado, L.; Rodríguez-Pérez, F.J.; Ferrando, A.; Fernández-Cerezo, S.; Sierra, E. y de la Rasilla, M. Investigación paleoantropológica de los fósiles neandertales de El Sidrón (Asturias, España).......................................................................................................................................

77

CUATERNARIO y GEOMORFOLOGÍA

ISSN: 0214-1744

RRuiz-Villanueva, V.; Díez-Herrero, A.; Bodoque, J.M.; Bladé, E. Avances en el análisis del material leñoso en ríos: incorporación, transporte e influencia en el riesgo por inundaciones ......................

UN PRODUCTO EDITORIAL SEG-AEQUA

2015

Publicación nº 95

This Journal is also supported by International Union for Quaternary Research (INQUA) and International Association of Geomorphologists

Revista de la Sociedad Española de Geomorfología (SEG) y Asociación Española para el Estudio del Cuaternario (AEQUA)

Spanish Journal of Quaternary and Geomorphology

UATERNARIO y GEOMORFOLOGÍA

CUATERNARIO y GEOMORFOLOGÍA SPANISH JOURNAL OF QUATERNARY & GEOMORPHOLOGY

Revista de la Sociedad Española de Geomorfología (SEG) y Asociación Española para el Estudio del Cuaternario (AEQUA)

Editores Principales - Editors in-Chief: Pedro Huerta Hurtado (AEQUA). Dpto. Geología, Escuela Politécnica Superior de Ávila, Universidad de Salamanca (USAL). Avda. Hornos Caleros, 50. 05003 AVILA. [email protected] David Regüés Muñoz (SEG). Instituto Pirenaico de Ecología (IPE, CSIC). Dpto.Procesos Geo-ambientales y Cambio Global. Avda. Montañana, 1005. 50059 ZARAGOZA. [email protected]

Editores Adjuntos - Associated Editors: Juan Remondo Tejerina (SEG). Dpto. Ciencias de la Tierra y Física de la Materia Condensada, Universidad de Cantabria (UC). Avda. de los Castros, s/n. 39005 SANTANDER. [email protected] Pablo G. Silva Barroso (AEQUA). Dpto. Geología, Escuela Politécnica Superior de Ávila, Universidad de Salamanca (USAL). Avda. Hornos Caleros, 50. 05003 AVILA. [email protected]

Comité Asesor – Advisory Board: Calvo Cases, A. (Universidad de Valencia, Esp) Ferreira, O. (Universidade do Algarve, Por) García Ruiz, J.M. (Inst. Pirenáico Ecol, CSIC, Zaragoza, Esp)

Harvey, A. (University of Liverpool, UK) Rodríguez Vidal, J. (Universidad de Huelva, Esp) Zazo Cardeña, C. (M. Nac. CC. Naturales, CSIC, Madrid, Esp)

Comité Editorial - Editorial Board Aguirre Enriquez, E. (M. Nac CC Naturales, CSIC, España) Baena Presley, J. (Universidad Autónoma Madrid, España) Bardají Azcarate, T. (Univ Alcalá de Henares, España) Cerdá Bolinches, A. (Universidad de Valencia, España) Cooper, A. (University of Ulster, UK) Corominas, J. (Univ Politécnica Cataluña, España) Diez Herrero, A. (IGME, Madrid, España) Gutiérrez Elorza, M. (Universidad Zaragoza, España) Gutiérrez Santolalla, F. (Universidad Zaragoza, España) Durán Valsero, J.J. (IGME, Madrid, España) Hillaire-Marcell, C. (UQAM, Canada) Jorda Pardo, J. (UNED, Madrid, España) Leorri Soriano, E. (East Carolina University, USA) López Martínez, J. (Univ Autónoma Madrid, España) Martín Serrano, A. (IGME, Madrid, España)

Mennanteau, L. (Universidad Nantesl, Francia) Ojeda Zujar, J. (Universidad de Sevilla, España) Pérez González, A. (CNIEH, Burgos, España) Pérez Torrado, F.J. (ULPGC, Gran Canaria, España) Romero Díaz, M.A. (Universidad de Murcia, España) Ruiz Zapata, B. (Universidad Alcalá de Henares, España) Rosas González, A. (M. Nac CC Naturales, CSIC, España) Serrano Cañadas, E. (Universidad de Valladolid, España) Serrat Congost, D. (Universidad de Barcelona, España) Soldati, M. (universidad de Modena, Italia) Thorndycraft, V. (University of London, RH, UK) Valero-Gárces, B. (IPE-CSIC, Zaragoza, España) Vilaplana, J.M. (Universidad de Barcelona, España) Williams, P. (University of Auckland, Nueva Zelanda)

Cuaternario y Geomorfología (CyG) es una revista científica periódica, de carácter semestral, co-editada por la Asociación Española para el Estudio del Cuaternario (AEQUA) y la Sociedad Española de Geomorfología (SEG). Incluye trabajos de investigación originales acerca de cualquiera de los campos puros o aplicados del Cuaternario y la Geomorfología, que hayan sido seleccionados por los editores previa revisión y asesoramiento por el Comité editorial y especialistas anónimos. AEQUA y SEG no se hacen responsables de las opiniones vertidas por los autores en los artículos publicados. La propiedad intelectual atribuye al autor la plena disposición y explotación de la obra creada, de acuerdo con las leyes vigentes. El precio del ejemplar es de 40 €. La revista se distribuye entre los cerca de 600 socios que suman AEQUA y SEG, así como entre las bibliotecas de los departamentos de Geología, Geodinámica, Geografía y Ciencias de La Tierra de diferentes universidades e instituciones científicas nacionales e internacionales. La revista se encuentra indexada en: GeoRef; DICE; YCIT-Ciencia y Tecnología, CSIC (Humanidades); Latindex; Ulrichs Web; Geoscience e-journals y muy pronto en Scopus de Elsevier. Información On-line: http://tierra.rediris.es/CuaternarioyGeomorfologia/

AEQUA: www.aequa.es

SEG: www.geomorfologia.es

Envío de manuscritos y repositorio de volúmenes publicados: http://recyt.fecyt.es/index.php/CUGEO/ Cuaternario y Geomorfología (CyG) is a periodical scientific journal co-edited by the Spanish Quaternary Research Association (AEQUA) and the Spanish Society of Geomorphology (SEG). Our journal publishes innovative papers covering the full range of pure and applied fields on Quaternary and Geomorphology preferentially focused on the Iberian Peninsula and iberoamerican countries. All the submitted manuscripts will be refereed by at least two reviewers, members of the editorial board or anonymous reviewers selected by the editors. The Journal is indexed in: GeoRef; DICE; YCIT-Ciencia y Tecnología, CSIC (Humanidades); Latindex; Ulrichs Web; Geoscience e-journals and in Scopus (Elsevier). Foto Portada / Cover: Río Arga, Pamplona, junio de 2013 (lainformacion.com). Rio Arga, Pamplona, June 2013 (lainformacion.com).

Vol. 29, Nos. 3-4

CUATERNARIO y GEOMORFOLOGÍA

Diciembre/December, 2015 ISSN: 0214-1744

SPANISH JOURNAL OF QUATERNARY & GEOMORPHOLOGY

ÍNDICE / INDEX Prólogos GyG Gutiérrez Santolalla, F. (UNIZAR) y Silva, P.G. (USAL). Almería (Classic Geology in Europe 12) ..............

3

Silva, P.G. (USAL) y Rodríguez Pascua, M.A. Informe Asamblea AEQUA Granada, 30 de junio de 2015.

5

Artículos de Investigación / Research Papers RRuiz-Villanueva, V.; Díez-Herrero, A.; Bodoque, J.M.; Bladé, E. Avances en el análisis del material leñoso en ríos: incorporación, transporte e influencia en el riesgo por inundaciones ....................

7

López-Sáez, J.A.; Martínez-Sánchez, R.M.; Pérez-Díaz, S.; Alba-Sánchez, F.; Núñez de la Fuente, S.; Serra-González, C.; Morena-López, J.A.; Luelmo-Lautenschlaeger, R. Dinámica paleoambiental en la campiña de Córdoba (Andalucía) entre el IV y el I milenios cal. BC. Análisis palinológico del yacimiento arqueológico de Torreparedones ...................................................................................

35

Rodrigo-Comino, J.; Senciales-González, J.M. Ratio LE para el ajuste de perfiles longitudinales en cursos fluviales de montaña. Aplicación a la cuenca del río Almáchar (Málaga, España) ...........................

57

Rosas, A.; Estalrrich, A.; García-Tabernero, A.; Huguet, R.; Lalueza-Fox, C.; Ríos, L.; Bastir, M.; Fernández-Cascón, B.; Pérez-Criado, L.; Rodríguez-Pérez, F.J.; Ferrando, A.; Fernández-Cerezo, S.; Sierra, E. y de la Rasilla, M. Investigación paleoantropológica de los fósiles neandertales de El Sidrón (Asturias, España) .............................................................................................................................

77

CUATERNARIO y GEOMORFOLOGÍA

Publicación nº 95

This Journal is also supported by International union for Quaternary Research (INQUA) and International Association of Geomorphologists (IAG)

© SEG, AEQUA Derechos de reproducción bajo licencia Creative Commons 3.0. Se permite su inclusión en repositorios sin ánimo de lucro.

ISSN: 0214-1744 Depósito Legal: Z-113-1996 Impresión: Talleres Editoriales Cometa, S.A.

Prólogo CyG noticias de interés información opinión debate nuevas metodologias proyectos programas de doctorado nuevas tendencias universidades política científica eventos actividades grupos de trabajo actualidad una sección abierta a todos los entusiastas de las ciencias del Cuaternario y Geomorfología. Sección coordinada por Pablo G. Silva ([email protected])

Almería (Classic Geology in Europe 12) Adrian Harvey y Anne E. Mather Dunedin Academic Press, 2015, 230 p. Paperback 25 ISBN 9781780460376 http://www.dunedinacademicpress.co.uk/page/detail/Almeria/ ?K=e2013122316271997 F. Gutiérrez Santolalla (UNIZAR) y P.G. Silva (USAL).

L

a editorial Dunedin Academic Un nuevo libro obra de Adrian Harvey y Press acaba de publicar, dentro de la colección Classic Geology in Anne Mather que nos guía por la Geología Europe, un volumen dedicado a la Proy Geomorfología de los increíbles paisajes vincia de Almería elaborado por Adrian desérticos de Almería. Constituye una comHarvey y AnneMather. Se trata de un lipleta Guía de Campo para aquellos profebro enormemente atractivo y didáctico sionales y aficionados que quieran aprovede 230 páginas. Sus textos en inglés y charse de la experiencia de estos dos gransus más de 100 ilustraciones en color, incluyendo un buen número de magnídes geomorfólogos británicos de adopción ficas cartografías, reflejan el profundo española…. conocimiento de los autores sobre la geología y geomorfología de la zona, y su dilatada experiencia como investigadores de campo y docentes. Adrian Harvey es Profesor Emérito de Geomorfología en la Universidad de Liverpool y miembro honorífico de la Sociedad Española de Geomorfología. Es un referente en el estudio de la dinámica de sistemas fluviales y aluviales a distintas escalas espacio-temporales, habiendo desarrollado una parte importante de sus investigaciones en Almería, entre otras muchas regiones del planeta. Paralelamente, ha desarrollado una ingente labor como editor principal de los números regulares de la revista Geomorphology (19932005), y como responsable de los números especiales (2005-actualidad). Anne Mather, Profesora de Geografía Física en la Universidad de Plymouth, realizó su Tesis Doctoral bajo la dirección de Adrian sobre geomorfología y sedimentología fluvial en las cuencas neógenas de Almería. Posteriormente, durante su prolífica carrera investigadora ha abordado temas relacionados con la geomorfología tectónica, sistemas fluviales y aluviales o deslizamientos, mayoritariamente en regiones áridas de

3

diversos continentes. Ambos autores continúan trabajando activamente en la región de Almería, donde se han realizado unas cinco tesis doctorales bajo su dirección. Almería, en el sector oriental de las Béticas, es una región privilegiada para el estudio, la enseñanza y el disfrute de la geología y la geomorfología. Posee uno de los climas más áridos de Europa y una topografía de depresiones y sierras que corresponden, respetivamente, a cuencas neógeneas y relieves tectónicos controlados por fallas activas. Se trata de un paisaje controlado por las relaciones entre el clima y la tectónica activa asociada a la colisión entre las placas Euroasiática y Africana. Las sierras están formadas fundamentalmente por rocas metamórficas paleozoicas de las Béticas internas, y localmente por materiales volcánicos recientes. Las fallas activas normales y de desgarre constituyen magníficos ejemplos de geomorfología tectónica. Las cuencas neógenas muestran afloramientos excelentes de formaciones marinas y continentales depositadas en una gran variedad de ambientes sedimentarios. En la Cuenca de Sorbas se ha desarrollado un karst en yesos de enorme interés científico y didáctico. Estas cuencas, afectadas por un proceso de inversión tectónica y localmente por capturas fluviales, han experimentado un cambio progresivo en su dinámica morfo-sedimentaria (agradación-incisión). En algunos sectores se encuentran profundamente incididas, presentando magníficos ejemplos de valles con secuencias de terrazas, sistemas fluviales torrenciales (ramblas) y badlands. Allí donde el encajamiento fluvial es limitado, se pueden observar esplendidos sistemas de abanicos aluviales asociados a frentes montañosos activos. La costa ofrece la posibilidad de examinar playas y acantilados activos, así como depósitos marinos recientes que registran variaciones del nivel del mar y los movimientos tectónicos verticales. El libro se compone de dos partes. La primera esboza en cinco capítulos los principales rasgos geológicos y geomorfológicos de Almería. La segunda parte está concebida como una guía de campo en la que se proponen siete excursiones por distintas unidades geológicas. El lector encontrará indicaciones claras sobre la ruta a seguir, descripciones acompañadas de magnificas ilustraciones, y coordenadas GPS de los puntos clave para asegurar su localización. Los apéndices del libro y su glosario son de gran ayuda tanto para la comprensión del mismo como para la preparación de las excursiones. El libro ha sido confeccionado de forma que sea asequible para un gran público, desde investigadores a aficionados a la naturaleza y el “geoturismo”. Pensamos que es un excelente recurso didáctico para profesores y estudiantes de Geología, Geografía Física y Ciencias Ambientales. La excusa perfecta para viajar a Almería, disfrutar de sus espectaculares paisajes y aprender de la mano de nuestros colegas Adrian y Anne.

4

Informe Asamblea AEQUA Granada, 30 de junio de 2015 P.G. Silva (USAL) y M.A. Rodríguez Pascua

L

a XIV Reunión Nacional AEQUA se La XIV Reunión Nacional AEQUA se celebró celebró en Granada con una participación de aproximadamente 70 en Granada con una participación de apropersonas y un total de 67 contribucioximadamente 70 personas y un total de 67 nes científicas repartidas entre las ocho contribuciones científicas. La organización sesiones y dos simposios que tuvieron corrió a cargo de José Miguel Azañón (UGR). lugar. Durante los cuatro días de duración hubo dos excursiones cortas (Sierra Nevada y Granada) y una excursión post-congreso a la Cuenca de Guadix. AEQUA está agradecida al Organizador Responsable, José M. Azañón, y al equipo de colaboradores por el gran trabajo realizado, por la estupenda acogida, por la magnifica sede que escogieron para la celebración del evento y por la esplendorosa visión que nos dieron de su ciudad con la visita nocturna guiada a la Alhambra y la Cena del Congreso en el corazón del Albaicín. Aquí nombro al estupendo grupo de colaboradores, esperando no olvidarme de ninguno: J.P. Galve, V. Pérez-Peña, P. Ruano, R.M. Mateos y los coordinadores de las excursiones: F.J. Roldán, J.C. Rubio, F. García Tortosa y J. Castro. El libro de Actas del Congreso se puede descargar desde http://www.aequa.es/ (sección Publicaciones/otras publicaciones) El Acto de Apertura estuvo presidido por la Nueva Rectora de la Universidad de Granada Dña. Pilar Aranda, El Director del Instituto Geológico y Minero D. Jorge Civis, el Organizador de la Reunión D. José Miguel Azañón y el Presidente de AEQUA D. Pablo G. Silva. Durante el transcurso del congreso tuvo lugar la celebración de la Asamblea Anual Ordinaria de AEQUA correspondiente al año 2015. Durante la misma se tomaron las siguientes resoluciones: 1) Elecciones JD AEQUA 2015 - Renovación de Cargos en Junta directiva. Tuvo lugar la elección de nuevos cargos de la Junta Directiva, saliendo elegido como nuevo Vicepresidente D. Blas Valero (IPE, CSIC), nuevo Tesorero D. Antonio Martínez-Graña (USAL) y nuevos vocales Penélope González Samperíz (IPE, CSIC) e Inmaculada Guerrero (US). Desde aquí nuestro sincero agradecimiento a Alfonso Benito (CNIEH), Ana Moreno (IPE, CSIC) y Francisco Gutiérrez Santolalla (UNIZAR) miembros salientes de la junta Directiva. Inmaculada Guerrero (anterior tesorera) se mantiene como vocal en labores de apoyo al nuevo tesorero. El cambio de tesorería se producirá durante el mes de Enero de 2016, una vez ya emitidos los recibos de las cuotas de 2015 para dejar cerrado el año.

2) Actualización de las cuotas anuales e inscripción AEQUA. Dada la situación económica se han mantenido congeladas desde el año 2007. Se procedió a una subida lineal de 5 € para cada una de las modalidades, manteniéndose congeladas las cuotas reducidas para estudiantes, jubilados y personas en situación de desempleo. Las nuevas cuotas, que comenzarán a aplicarse a partir de 2016 serán: Socios AEQUA: 41€ Socios AEQUA-SEG: 35 € Reducida: 25€

5

3) Próximos Congresos AEQUA. El próximo congreso corresponde a la IX Reunión de Cuaternario Ibérico-2017, que corresponde organizar a nuestros colegas portugueses del GTPEQ. Teresa Bardají (Miembro de la Junta Directiva) quedo encargada de contactar con ellos para definir la sede antes de Diciembre del presente año y/o en su caso buscar soluciones alternativas. La XV Reunión de Cuaternario-2019 se celebrará Universidad del País Vasco, en la que actuará como organizador Responsable Alejandro Cearreta, Bilbao-2019. 4) Aprobación del Reglamento para las menciones “Arquero de Oro”. Después de premiar a distintos personajes distinguidos de AEQUA a iniciativa de la Junta Directiva, se propone que el premio Arquero de Oro se convoque y entregue cada cuatro años, aprovechando la celebración de las Reuniones de Cuaternario Ibérico u otras que tengan en su lugar. La Junta Directiva de AEQUA presentó una propuesta de reglamento (previamente distribuida a los asociados) que quedo aprobado por la Asamblea. Podéis consultar el mismo en http://www.aequa.es/ (sección Premios y Ayudas). 5) Actualización Socios. A fecha de 30 de Junio de 2015, la asociación cuenta con un total de 247 socios en activo. Durante el periodo inter-asamblea 2014-2015 hubo un total de 11 bajas y 11 altas. Respecto a los grupos de trabajo la situación es la siguiente: SOCIOS AEQUA-SEG (77); Grupo Andaluz GAC (63); Grupo Valenciano GQV (31); Grupo Madrileño GQM (56); Grupo Tectónica QTECT (30). 6) Nueva Publicación AEQUA: Cuadernos de Campo de Cuaternario (C3). Por iniciativa de los responsables editoriales de la Asociación (P. Huerta y P.G. Silva) y el Secretario de la misma (M.A. Rodríguez-Pascua). Durante el 2014 se lanzó el vol.1 de la nueva revista. Se procedió a la petición del e-ISSN para dar de alta a la nueva publicación como revista on-line (ISSN-electrónico: 2386-8341). Esta iniciativa editorial AEQUA pretende recopilar todas las actividades de campo ligadas a los grupos de trabajo de la asociación, así como a los congresos y reuniones científicas que esta organice o en las que colabore. Los editores del primer periodo serán P.G. Silva y P. Huerta. Se pretende que para posteriores tiradas sea el editor adjunto de AEQUA (en la actualidad P.G. Silva) el que se responsabilice de la edición de los Cuadernos de Campo. El primer número se dedicó a la excursión post-Congreso de IBERFAULT II organizada por el Grupo de Trabajo QTECT-AEQUA en Octubre de 2014. El vol. 2 se ha recoge las actividades de campo realizadas durante la XIV Reunión Nacional de Cuaternario celebrada en Granada, también a cargo del Grupo de Trabajo QTECT-AEQUA. Ambos volúmenes se encuentran disponibles en http://www.aequa.es/ (sección publicaciones/C3) Vol 1: P.G. Silva, T. Bardají, M. A. Rodríguez-Pascua, E. Roquero, J.J. Martínez Díaz. (2014): Tectonic Geomorphology and paleoseismic records in Eastern Betic Shear Zone and Aguilas Arc (Murcia - Almería, SE Spain). 36 pp. Vol.2: J.M. Azañón, J.V. Pérez-Peña, J.P. Galve, R. M. Mateos, F.J. Roldán (2015): Geomorfología Tectónica y Deformaciones Cuaternarias en Sierra Nevada y la Cuenca de Guadix (Granada, SE España). 46 pp. Se pretende instaurar una “serie regular” y una “serie histórica” en la que se puedan recoger adecuadas y actualizadas al formato de la nueva revista excursiones y guías de campo organizadas por los grupos de trabajo en años anteriores a 2014 y que tengan cierta relevancia científica. La revista está disponible en la sección de publicaciones de la web de AEQUA. Una vez lanzado este segundo volumen, a lo largo de 2016 se cargarán en la web las normas de publicación, plantillas y formatos para siguientes números. La idea es como mínimo lanzar un Volumen al año, aunque podrían ser dos o tres, en función de las peticiones que se realicen.

6

Cuaternario y Geomorfología

CG

ISSN: 0214-1744

y

www.rediris.es/CuaternarioyGeomorfologia/

Avances en el análisis del material leñoso en ríos: incorporación, transporte e influencia en el riesgo por inundaciones Advances in the analysis of in-stream large wood: recruitment, transport and influence on flood risk Ruiz-Villanueva, V.(1,2); Díez-Herrero, A.(2); Bodoque, J.M.(3), Bladé, E. (4) (1) Dendrolab.ch, Institute of Geological Science, University of Bern, Baltzerstrasse 1, 3012, Bern, Switzerland. [email protected] (2) Instituto Geológico y Minero de España, Madrid, España. (3) Universidad Castilla-La Mancha, Toledo, España. (4) Grupo Flumen, Universidad Politécnica de Cataluña, Barcelona, España.

Resumen El transporte y depósito de restos de vegetación en los ríos (troncos o árboles completos, ramas y raíces, material leñoso en general) puede agravar las consecuencias de los eventos de avenida e inundación e incrementar su peligrosidad potencial. Este material puede afectar especialmente a infraestructuras como drenajes, puentes, etc., que intersectan ríos en cuencas montañosas forestadas. Una práctica muy extendida y aceptada hasta hace pocos años ha sido la extracción sistemática de este material leñoso de los cauces como medida de prevención. Sin embargo, se ha demostrado que esta práctica puede resultar inútil (el material es transportado y depositado tras cada inundación), e incluso no beneficiosa para el equilibrio natural del sistema fluvial a largo plazo. Por lo tanto, es necesario gestionar la presencia del material leñoso en los ríos, e integrar su estudio en los análisis de peligrosidad y riesgo por inundación. Sin embargo, en España existen escasos trabajos en los que el material leñoso haya sido objetivo fundamental de estudio y, por tanto, tampoco existe demasiada bibliografía relacionada con esta temática. En este trabajo, se presenta una exhaustiva revisión de los principales métodos empleados para evaluar la peligrosidad de las avenidas e inundaciones que incorporan material leñoso. Asimismo, se propone una metodología integral para estudiar esta carga de detritos leñosos en ríos. En primer lugar, hay que caracterizar la dinámica de incorporación de este material a los cauces. Para ello, es necesario establecer las áreas contribuyentes que pueden aportar el material a los cursos de agua y los procesos que lo incorporan. De este modo, es posible estimar el volumen de madera potencialmente disponible, para lo cual se presenta un modelo numérico que permite la simulación del transporte de carga leñosa junto con la hidrodinámica. Asimismo, se analiza la incidencia de la carga flotante en la peligrosidad y el riesgo por inundaciones. Esta propuesta metodológica se ha puesto en práctica en diversos ríos de la Sierra

doi:10.17735/cyg.v29i3-4.29773

Derechos de reproducción bajo licencia Creative Commons 3.0. Se permite su inclusión en repositorios sin ánimo de lucro.

7

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

de Gredos (Sistema Central), presentándose una síntesis de algunos de los resultados principales obtenidos. Como conclusión fundamental, se puede afirmar que una correcta gestión de los ríos requiere a su vez de una apropiada gestión de la vegetación de ribera y el material leñoso transportado y depositado en los mismos; y esta gestión debe encontrar el compromiso para mantener las buenas condiciones ecológicas, reduciendo en lo posible los potenciales riesgos. Palabras clave: material leñoso; detritos leñosos; riesgo de inundación; avenida. Abstract The presence of large wood (logs, trees, branches and roots) in rivers may aggravate the consequences of flood events. This material may affect infrastructures such as bridges, weirs, etc., especially those intersecting forested mountain rivers. Until recently, a widely accepted practice (in Spain) was to systematically remove wood from river channels as a preventive measure. However, it is well known now that this practice may be useless as the material is transported and deposited after each flood. In addition, this practice might be not beneficial for the natural balance of the river ecosystem in a long term perspective. Therefore, the presence of this woody material in rivers must be managed and included in flood hazard and risk analysis. However, there is lack of studies in this respect in Spain, and therefore there is a lack of related bibliography in Spanish. In this paper we present a detailed review of recent methods proposed to analyse large wood in rivers, and in addition we propose a comprehensive methodological approach to study the role of large wood in rivers, with a focus on flood hazard. First, to understand the dynamics of wood recruitment, the contributing areas delivering wood to the streams have to be delineated and the recruitment processes studied. Thus, an estimate of the potential volume of deliverable wood can be obtained. To analyse wood transport we present a numerical model, which allows simulating the behaviour of individual pieces of wood together with hydrodynamics. These methods have been tested in several rivers in Gredos Mountain Range (Ávila, Spain), and we present here a synthesis of the main obtained results. As a final conclusion of these results we can affirm that a good river management requires a proper management of the riparian vegetation and in-stream large wood, and this management should find the equilibrium between the good ecological conditions and the potential risks. Key words: large wood; woody debris; flood risk; flash flood.

1. Introducción

incrementar la peligrosidad de los eventos, por lo que se hace necesario su análisis y correcta gestión. En España no existen muchos trabajos que profundicen en esta temática (uno de ellos es el llevado a cabo por Díez et al., 2001), o que incorporen el papel de la carga leñosa al análisis de peligrosidad y al riesgo por inundaciones (Ruiz-Villanueva, 2013). Por esta razón, en este trabajo se realiza una revisión detallada de los principales aspectos que intervienen en la dinámica del material leñoso en ríos, para a continuación presentar una propuesta metodológica integral cuya finalidad es estudiar la carga de detritos leñosos en ríos y sus efectos en la peligrosidad y riesgo por inundaciones. Dicha propuesta metodológica se ha puesto en

Aunque el papel del material leñoso en la dinámica de los ríos ya fue destacado por científicos como Lyell (1830), Shoecraft (1875) o Russell (1909), no ha sido estudiado de forma sistemática hasta las últimas décadas (Swanson y Lienkaemper, 1984; Bilby y Ward, 1989; Nakamura y Swanson, 1993; Piégay, 1993; Abbe et al., 1997; Gurnell et al., 2001; entre otros). Actualmente no hay duda de que la presencia del material leñoso tiene una influencia significativa en los ecosistemas de agua dulce, condicionando y modificando la morfología y la dinámica fluvial (Wohl, 2013). Además, su transporte y depósito durante las inundaciones puede

8

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

tura del cauce, son los factores que determinan la tipología de las acumulaciones leñosas, además de las características propias del flujo que las transporta. También la especie arbórea influye en el movimiento de la madera y el tipo de acumulación que pueda generar. En general, las especies del bosque de ribera (como alisos, fresnos o sauces), se caracterizan por presentar abundantes ramas que dificultan su transporte y facilitan la formación de log jams, ya que tienden a captar otros residuos leñosos más pequeños. Por el contrario, las coníferas se comportan de modo diferente dado que, una vez caídas al cauce, tienden a formar piezas cilíndricas fácilmente transportables por la corriente (Montgomery et al., 2003).

práctica en diferentes tramos de ríos de la Sierra de Gredos (Ávila, Sistema Central). El análisis de la carga leñosa en ríos requiere una visión holística (a nivel de cuenca) así como diferentes escalas espaciales y temporales. Así los objetivos de este trabajo son: (i) el estudio del origen de la carga leñosa, estableciendo las áreas contribuyentes que aportan el material a los cursos de agua; (ii) la estimación del volumen que puede llegar a los cauces; (iii) el análisis de su dinámica una vez ha alcanzado el río y es transportado y depositado; (iv) el estudio de la posible incidencia en la peligrosidad y riesgo por inundación. 1.1. El material leñoso y la dinámica fluvial

Los procesos principales de incorporación del material leñoso a los cauces son los deslizamientos u otros procesos de ladera (desprendimientos, flujos, reptación), la erosión de los bancos de orilla, o el transporte fluvial en el propio cauce durante las inundaciones (Benda y Sias, 2003). No obstante, también pueden incorporar material leñoso otros mecanismos como fuertes rachas de viento, incendios forestales, o el propio deterioro y descomposición de la vegetación de ribera (May y Gresswell, 2003; Swanson, 2003).

En el contexto de la dinámica fluvial se denomina material leñoso a restos de troncos, árboles completos, ramas o raíces depositadas en el corredor fluvial (Figura 1). Además, se diferencia entre detritos gruesos, o fragmentos de grandes dimensiones, que abarca todo el material mayor de un metro de largo y 10 cm de diámetro (Wohl et al., 2010); y la fracción más fina, con restos leñosos de menores dimensiones, como fragmentos de ramas, astillas del tronco o raíces individualizadas. Estos restos de vegetación se pueden encontrar como piezas depositadas de forma individual (logs), o formando acumulaciones (wood o log jams), que pueden llegar a contener centenares de piezas.

Generalmente, en ríos de mayor orden y baja pendiente, los mecanismos predominantes de incorporación de madera son los procesos de erosión de bancos de orilla; mientras que en los ríos de menor orden tienen mayor importancia otros procesos gravitacionales como deslizamientos o flujos de derrubios (Comiti et al., 2008).

Normalmente los logs que se depositan en el cauce o las orillas tienden a colocarse en posición hidrodinámicamente coherente con la dirección y sentido de la corriente; por este motivo, si el tronco conserva aún el aparato radicular, las raíces tienden a colocarse hacia aguas arriba respecto al fuste.

Los mecanismos de incorporación de madera al cauce, relacionados con procesos geomorfológicos repentinos (deslizamientos rápidos o avenidas súbitas), pueden provocar que, en un solo evento, llegue al río gran cantidad de troncos y ramas; frente a mecanismos de incorporación más lenta mediante procesos más constantes, como la erosión de las orillas o la reptación de laderas (Braudrick et al., 1997; Wohl, 2011).

Las características y la frecuencia de las acumulaciones de material en el río dependen principalmente de la dinámica fluvial y la vegetación circundante. La longitud y diámetro de los troncos, en relación con la anchura y al-

9

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

Figura 1: (A) Restos de raíces y ramas en el Río Czarny Dunajec en Polonia; (B) Árbol completo en una barra lateral del Río Sense en Suiza; (C) Restos de material leñoso depositados en la Garganta Santa María en España; (D) Acumulación de varios detritos y troncos en el cauce Río Sense en Suiza. Figure 1: (A) Roots and branches in Czarny Dunajec River in Poland; (B) Tree in a sidebar in the Sense River in Switzerland; (C) oody material deposited in the Gorge Santa Maria in Spain; (D) Accumulation of various logs on the Sense River in Switzerland.

Una vez depositado en los cursos de agua, el material leñoso tiene una influencia significativa en la morfodinámica fluvial (Abbe y Montgomery, 2003; Gurnell y Petts, 2002; Francis et al., 2008), aunque tradicionalmente la morfología de los cauces se ha relacionado fundamentalmente con su caudal líquido, su régimen de caudales y la carga de sedimentos (Lane, 1955). Estas relaciones entre la morfología fluvial y la vegetación presente en los cauces son un tema aún en estudio y revisión. La vegetación ha condicionado la transformación morfológica de los ríos desde el Carbonífero (Schumm, 1963; Cotter, 1978; Montgomery et al., 2003).

el ecosistema y el equilibrio de algunas especies bióticas (Gippel and White, 2000; Gregory et al., 2003; Kasprak et al., 2011). Desde el punto de vista ecológico, el material leñoso proporciona un hábitat adecuado para la flora y fauna (Carlson et al., 1990; Jackson and Sturm, 2002; Langford et al., 2012), y además regula el flujo de agua y nutrientes (Welty et al., 2002). Por todo ello, actualmente la reintroducción de fracción leñosa en los cauces es cada vez más recomendada como método de restauración fluvial (Kail et al., 2007). Desde un punto de vista geomorfológico, las acumulaciones de material leñoso en el cauce afectan al comportamiento hidrodinámico y a la capacidad de transporte de sedimentos, condicionando por tanto la tipología y distri-

La presencia de material leñoso en los ríos no sólo influye en su dinámica, sino también en

10

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

el apartado 2.1. Los cambios espaciales vienen definidos por la morfología del cauce. De forma simplificada, se produce una disminución de depósitos de madera (tanto en volumen como tamaño de los mismos), a medida que aumenta el área de la cuenca drenante (aumenta la distancia a la zona de cabecera), la anchura del cauce (el orden del río) y decrece su gradiente, lo que genera una disminución de la capacidad de transporte (Marcus et al., 2002; Wohl y Jaeger, 2009; Rigon et al., 2012).

bución de las formas de fondo (Gurnell et al., 2002). Pero también la presencia de este material es reflejo de la dinámica fluvial y los procesos de la cuenca en su conjunto (Wohl, 2013). De forma general, la presencia de material leñoso en los ríos incrementa la rugosidad, facilita la acumulación de sedimento y materia orgánica, creando obstáculos en el trazado, y forma zonas de bifurcación del flujo (Keller y Swanson, 1979; Piégay y Gurnell, 1997; Buffington y Montgomery, 1999; Andreoli et al., 2007). Aunque los obstáculos formados por el material leñoso incrementan el tiempo de permanencia del sedimento en el río, la ruptura de estas acumulaciones de material puede generar también un pulso repentino de sedimento que será transportado aguas abajo (Adenlof y Wohl, 1994). El incremento local de rugosidad en el tramo con presencia de material leñoso, también facilita la acumulación de sedimento fino y materia orgánica, que proporciona nutrientes a determinados organismos, pudiendo generar hábitats favorables para algunas especies e incrementar la biodiversidad (Bilby y Likens, 1980; Sullivan et al., 1987). A escala de tramo de río, el material leñoso puede alterar la morfología creando escalones, saltos y pozas (Montgomery et al., 2003; Robinson y Beschta, 1990); y en zonas no confinadas, la presencia de acumulaciones de material puede incrementar la anchura del cauce, favoreciendo el desbordamiento de los bancos de orilla (Nakamura y Swanson, 1993; Jeffries et al., 2003), así como propiciar la formación de barras (Wyzga y Zawiejska, 2005) y desencadenar la migración lateral e iniciar la formación de morfologías anastomosadas (O´Connor et al., 2006; Montgomery y Abbe, 2006). De esta manera, podemos afirmar que los cambios en la dinámica fluvial no son debidos exclusivamente a cambios en el flujo, o en la sedimentación, sino también a cambios en la dinámica del material leñoso (Francis et al., 2008). Estos cambios se producen tanto temporalmente como en el espacio. Las variaciones temporales en la dinámica de la carga leñosa son el resultado de los diferentes procesos de incorporación. Esta dinámica temporal se describe más detalladamente en

1.2. El material leñoso y la peligrosidad y el riesgo por inundaciones Otro aspecto relevante del papel de los detritos leñosos en los ríos es, sin duda, su influencia en la peligrosidad y el riesgo debido a su transporte y depósito durante avenidas e inundaciones. Este fenómeno suele ser más frecuente en cuencas de montaña, donde las interacciones entre la vegetación y los procesos geomorfológicos se acentúan por la abundancia de madera disponible, la alta energía de la corriente y las elevadas tasas de transporte de sedimento (Johnson et al., 2000). Especialmente en secciones singulares (estrechamientos del cauce, puentes, azudes y vertederas, aliviaderos, vados naturales, etc.), se pueden producir obstrucciones y como consecuencia una sobrelevación del calado aguas arriba, así como incrementando los procesos de erosión o agradación, anegándose zonas que de otro modo no se verían afectadas. Así ocurrió durante algunas de las inundaciones ocurridas recientemente en Italia (Lucía et al., 2014), Suiza (Rickenmann y Koschni, 2010; Waldner et al., 2010; Schmocker y Weitbrecht, 2013) u oeste de Austria en 2005 (Rudolf-Miklau y Hübl, 2010). Estos eventos se caracterizaron por transportar elevadas cantidades de material leñoso, ocasionando numerosos daños. En la Península Ibérica también se han generado numerosos problemas y pérdidas económicas. Así, por ejemplo, cabe destacar el corte de la carretera N-632

11

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

en Asturias debido al arrastre de abundante material leñoso, que taponó 9 de los 16 vanos del puente sobre el río Nalón en febrero de 2012; o en octubre de ese mismo año, en Aragón; y más recientemente, en junio de 2013, también en la comunidad de Aragón, varios puentes sobre el río Seco quedaron parcialmente taponados (Figura 2).

Por ello, se hace necesario analizar el material leñoso como un componente más del sistema fluvial, y prestar especial atención a su transporte durante los eventos de inundaciones, incluyendo este fenómeno en la gestión general del río y en los análisis de peligrosidad y riesgo. El planteamiento debería considerar que el material leñoso en sí mismo no es el problema, sino, por ejemplo, la incapacidad de las infraestructuras a su correcta evacuación (Lassettre y Kondolf, 2012). Por tanto, una correcta gestión de la vegetación de ribera y el material leñoso depositado en los ríos, debe encontrar el compromiso más equilibrado entre atenuar e incluso eliminar los efectos negativos, sin limitar las funciones positivas de su presencia.

Por otro lado, la extracción parcial o total de esta fracción de material de los cauces no es siempre la medida más efectiva para mitigar estos problemas, ya que generalmente se producen nuevos transportes y depósitos durante avenidas posteriores (Lassettre y Kondolf, 2012). Sin embargo, la práctica denominada comúnmente “limpieza” de los cauces está muy extendida en España y ha sido aceptada hasta hace pocos años como la única solución a esta problemática. Tras recientes estudios que afirman que la extracción de material leñoso ocasiona desequilibrios irreparables en la dinámica fluvial (Brooks et al., 2006), se ha abierto el debate sobre esta práctica como medida de prevención (Correa, 2013; Ollero, 2013). En paralelo, con la entrada en vigor de la Directiva Europea Marco del Agua y la de gestión y evaluación de los riesgos de Inundaciones (Directivas 2000/60/EC y 40/2007), se definieron las líneas legales para favorecer y preservar las buenas condiciones ecológicas y geomorfológicas de los cursos de agua, lo que podría entrar en conflicto con la eliminación indiscriminada de material leñoso de los cauces.

2. Métodos en el estudio del material leñoso en ríos En este apartado se hace una revisión de las principales metodologías que se pueden encontrar en la bibliografía reciente en relación al estudio del material leñoso en ríos, y se presenta además la propuesta metodológica integral basada en los trabajos de RuizVillanueva (2013). En primer lugar se describen los métodos para identificar las zonas contribuyentes de material y la estimación de volúmenes. A continuación se describe la propagación, hidrodinámica y transporte del material en el río. Para finalmente analizar los efectos que su transporte y depósito genera en la peligrosidad y riesgo por inundaciones.

Figura 2: (A) Río ernesga en León, marzo de 2014 (fotogra a de leónnoticias.com) ( ) Puente de Josa en Teruel, agosto de 2013 (fotogra a: alcaine.blogia.com) (C) Río Arga, Pamplona, junio de 2013 (lainformacion.com). Figure (A) Bernesga River in Leon, March (photo by leónnoticias.com); (B) Bridge Josa in Teruel, August (Photo: alcaine.blogia.com); (C) Rio Arga, Pamplona, June 2013 (lainformacion.com).

12

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

2.1. Origen e incorporación del material leñoso a los ríos y estimación de volumen

importancia tiene desde el punto de vista de la peligrosidad.

La cantidad y el tipo de material leñoso que puede llegar a los cauces depende de las características del bosque de ribera y la vegetación en la cuenca (ej.: densidad, edad, estado fisiológico, etc.) y de los procesos que regulan su incorporación (deslizamientos, avenidas…), además de las propias características morfodinámicas de los ríos. En ríos o arroyos de primer y segundo orden, la mayor parte del material proviene de procesos de inestabilidad de las laderas (desprendimientos, caídas de rocas, deslizamientos, etc.) y de coladas detríticas o flujos; mientras que en ríos de orden superior, el factor principal es la erosión en las orillas (Grant y Swanson, 1995; Johnson et al., 2000). Del mismo modo, en los ríos de primer y segundo orden, la cantidad de material leñoso en los cauces suele ser mayor respecto a aquéllos de orden superior, y su influencia en la morfología también (Nakamura y Swanson, 1993).

Para conocer la dinámica de incorporación de la carga leñosa a los ríos es necesario identificar las posibles áreas contribuyentes donde actúan los procesos anteriormente descritos (deslizamientos, erosión, inundaciones, etc.). Además de la susceptibilidad a sufrir estos procesos, para que el material leñoso generado llegue al río, las áreas contribuyentes deben de estar conectadas con el cauce (McDade et al., 1990; Robison y Beschta, 1990; VanSickle y Gregory, 1990; Bragg y Kershner, 2004). La conectividad depende de parámetros como la altura del árbol, la pendiente del terreno y la distancia al cauce (Figura 3). De este modo, la probabilidad de que una pieza de madera llegue al río aumenta con el aumento de la pendiente, la cercanía al cauce y la altura del árbol, así como de la intensidad y frecuencia de los procesos de incorporación. Se requiere además un conocimiento detallado de la tipología y distribución de la vegetación, ya que el tipo de vegetación existente (coníferas o frondosas), la especie, su estado y su densidad serán parámetros fundamentales para entender la facilidad o resistencia a ser incorporados al río por estos procesos y en la cantidad de piezas que lleguen al cauce (Hutte, 1968; Stumbles, 1968; Naka, 1982; Abernethy y Rutherford, 2001; Webb y Erskine, 2003).

Además de esta variabilidad espacial en cuanto al origen e incorporación del material leñoso, también existe una variabilidad temporal. La mortalidad natural de los árboles genera una producción regular de material leñoso a largo plazo. La frecuencia de incorporación por este proceso varía en función de la especie, la tipología y el estado silvicultural de los bosques que se encuentran en los alrededores del río. La producción de material leñoso a medio plazo tiene origen principalmente en la erosión de las orillas. La tasa de erosión de las orillas tiene gran influencia especialmente en grandes ríos. Por último, la incorporación repentina a corto plazo relacionada con eventos extremos, como deslizamientos, flujos de derrubios o avenidas, e incendios, pueden generar grandes cantidades de material leñoso en muy poco tiempo. Es este tipo de “llegada” la que suele generar más problemas cuando esta cantidad de carga leñosa se pone en movimiento durante una inundación. A este tipo de transporte repentino se le denomina “congestionado” (del término anglosajón congested; Braudrick et al., 1997) y es el que más

Así es posible identificar las áreas contribuyentes y estimar el volumen potencial de material que puede llegar a los cauces, o reconstruir y estimar a posteriori el volumen de material generado en un evento determinado (May y Gresswell, 2003). Por ejemplo, Martin y Benda (2001) y Benda y Sias (2003) propusieron un balance de masas, que permite hacer estimaciones cuantitativas en función de los diferentes flujos de madera en un tramo de río dependiendo de las entradas desde aguas arriba, las pérdidas por descomposición y por flujos hacia aguas abajo, etc. De esta forma es posible analizar la variabilidad temporal del reclutamiento (derivado del término anglo-

13

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

Figura 3: (A) Esquema de los procesos y las diferentes zonas de generación, transporte y depósito de material leñoso; (B) probabilidad de incorporación de detritos leñosos en el corredor fluvial. Figure (A) Scheme of the processes and the di erent areas of recruitment, transport and storage of oody material; (B) recruitment and entrainment probability of large wood.

sajón recruit) de madera en función de otros procesos (morfológicos, biológicos, etc), a escala de detalle, se pueden analizar las caídas individuales de árboles al cauce, como resultado de la erosión de las orillas y analizar los patrones espaciales de los mismos (Bragg et al., 2004). Mazzorana et al. (2009) propusieron una serie de indicadores empíricos para determinar la capacidad de los arroyos de montaña de generar material leñoso a escala de cuenca y, utilizando análisis ráster, estimar los volúmenes absolutos (Mazzorana et al., 2011a). También a escala de cuenca, Kasprak et al. (2011) desarrollaron un método basado en datos LiDAR para evaluar la incorporación potencial de madera. A escala regional y de cuenca, empleando la evaluación multicriterio, basándose en la generación de escenarios (Scholz y Tietje, 2002) y aplicando los principios de la lógica difusa (fuzzy logic; Mazzorana et al. 2011b). Ruiz-Villanueva et al. (2014c) definieron una serie de ecuaciones sencillas,

a la vez que generaron diferentes escenarios en función de la frecuencia e intensidad de los procesos de incorporación, en las que el volumen incorporable se calcula con fórmulas del tipo: Vi=(Ai·Ci·Di)·Fc Siendo: Vi, el volumen potencialmente incorporable; Ai, el área contribuyente de un determinado proceso i; Ci, la cubierta forestal; y Di, la densidad. Este volumen es reducido por un factor de corrección Fc, que equivale a la resistencia a ser reclutado y puede ser igual a 0,1, 0,5 ó 1 en función de las matrices de lógica difusa. Esta resistencia de la vegetación depende del tipo de especie y del estado silvicultural. De esta manera, se pueden identificar aquellas zonas con mayor probabilidad de generar detritos leñosos, estimándose volúmenes de

14

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

madera potencialmente disponible para una o varias cuencas.

Además de la traslación, también se produce una rotación en la horizontal, ya que la pieza de madera tenderá a colocarse paralela a la dirección y en el sentido de la corriente, buscando la posición hidrodinámica más estable, con menor resistencia al flujo. No obstante, la presencia de ramas y raíces hace que este proceso sea mucho más complejo y aleatorio.

2.2. Hidrodinámica y transporte del material leñoso en ríos La propagación o dinámica y transporte del material leñoso en el río es fundamental para poder entender cómo éste influirá en su morfología.

La falta de observación directa en campo es la carencia más importante en el análisis de la dinámica del material leñoso. Existen escasos trabajos que aporten datos de campo, por ejemplo mediante la monitorización con transmisores (MacVicar et al., 2009); o los trabajos pioneros de seguimiento del material mediante grabaciones con videocámaras (MacVicar y Piégay, 2012). Esta carencia en observaciones directas ha sido tradicionalmente solventada mediante ensayos de laboratorio (Braudrick y Grant, 2000; Welber et al., 2013), o aplicando modelos hidráulicos para su análisis (Mazzorana et al., 2010; Merten et al., 2010; Comiti et al., 2012).

La física del transporte de la madera es muy diferente de la del sedimento, y muy compleja a causa de las diferencias de forma, densidad, volúmenes movilizados y de los procesos de incorporación del material al cauce (Piégay et al., 2009). El inicio del movimiento dependerá de las características de la madera y de las condiciones hidrodinámicas en el río. De forma general se puede decir que una pieza de madera se trasladará: (i) por arrastre y/o rodadura en el fondo: el material se desplaza rodando o arrastrándose sobre el lecho empujado por la corriente. Por ejemplo, cuando la densidad de la madera es mayor a la del agua, siendo el calado mayor al diámetro del tronco; o bien con calados menores y densidad de la madera más cercana a la del agua.

Los primeros trabajos realizados por Braudrick y Grant (2000) y Braudrick et al. (2001), proporcionaron el marco básico para abordar la movilidad de la madera en los ríos. Seguidamente, algunos otros trabajos han explorado la dinámica de la madera en los ríos, como los trabajos de Haga et al. (2002) o Bocchiola et al. (2002 y 2006). En estos estudios fue posible definir y predecir el movimiento de material leñoso, basándose en el balance de fuerzas y en algunos casos definiendo regímenes de transporte. Otros trabajos posteriores han utilizado estos mismos enfoques para describir la movilidad de la madera en arroyos (Manners et al., 2007; Curran, 2010), o utilizando modelos experimentales para analizar la influencia del material leñoso sobre el transporte y depósito de sedimentos (Svoboda y Russell, 2011; Wallerstein, 2004).

(ii) por flotación: cuando la densidad de la madera es inferior a la del agua; de tal modo que el empuje es mayor que el peso. También dependiendo de la densidad (aunque siempre siendo inferior a la del agua), el calado necesario para poner en flotación dependerá de las dimensiones de la pieza. La flotación representa el movimiento más común. (iii) por un movimiento similar a la suspensión: cuando el calado es mayor al diámetro y la densidad de la madera es bastante alta (cercana a la del agua), la pieza puede trasladarse parcialmente sumergida en el flujo aunque sin contacto con el lecho.

Recientemente, se ha desarrollado un modelo numérico bidimensional acoplado al modelo hidráulico IBER (Bladé et al., 2014) que

15

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

por rodadura o arrastre de fondo (a una velocidad diferente a la del agua, Figura 4).

permite simular el transporte de la madera junto con la hidrodinámica en los ríos (RuizVillanueva et al., 2014a y 2014b). En este modelo, el inicio del movimiento de una pieza de madera (suponiendo ésta como un cilindro) situada en un cauce, se determina mediante un análisis de las fuerzas que actúan sobre ella. Para ello, se han tomado como referencia los trabajos mencionados anteriormente de Braudrick y Grant (2000), Bocchiola et al. (2002), Merten et al. (2010) y Mazzorana et al. (2011a), aunque aportando algunas modificaciones. Las fuerzas involucradas en el balance son, por un lado, la fuerza gravitacional (Fg) y la fuerza de arrastre (Fd) que facilitan el movimiento, y por otro lado, la fuerza de rozamiento o fricción (Ff) que se opone al movimiento: Ff = Fg + Fd

En el modelo numérico se integró la posibilidad de simular y analizar el transporte de piezas individuales de diferentes características, desplazándose mediante los diferentes regímenes de movimiento y, por tanto, de permitir la interacción entre varias piezas de madera, y entre éstas y el cauce, o con condiciones internas (como puentes). Aunque sin duda la parte más importante en el modelo es la influencia que ejerce la presencia de piezas de madera en la hidrodinámica, incluyéndose una resistencia adicional que no está presente en las ecuaciones de Saint Venant de flujo en lámina libre:

ΣF τwood,i = log s d Ai

En su forma desarrollada sería: (g ·ρw ·Lw ·Aw – g ·ρ ·Lw ·Asub) (

bed

·cosa – sina)

Siendo τwood,i la tensión en cada volumen finito o elemento de la malla i, de área Ai y Fd la fuerza de arrastre.

= Uflow2 / 2 ·ρ ·Cd ·(Lw ·h ·sinθ + Asub ·cosθ) Así, en función de la densidad de la madera ( w), su longitud (Lw) y diámetro (Dw), el ángulo que forma con respecto al flujo ( ), el área total (Aw), el área sumergida (Asub), las condiciones hidrodinámicas del flujo (densidad ( ), calado (h) y velocidad (Uflow)) y unos coeficientes de fricción con el lecho y de arrastre ( bed y Cd), una pieza de madera iniciará su movimiento y se desplazará, bien por flotación, o

2.3. Efectos en la peligrosidad y riesgo por inundación Como ya se adelantaba en la introducción, el estudio de la influencia de la presencia de carga leñosa en la morfodinámica y en la ecología de los ríos ha sido extensamente

Figura 4: (A) alance de fuerzas sobre una pieza leñosa (términos definidos en el texto). ( ) Regímenes de transporte de una pieza leñosa en función de su densidad y del calado: A, , D: rodadura o arrastre por el fondo C: flotación. Figure 4: (A) Balance of forces on a woody piece; (B) Transport regimes depending on its density and water depth: A, B, D rolling or sliding; C Flotation.

16

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

explorado (Montgomery, 2003; Sedell et al., 1989). Sin embargo no hay tanta experiencia en relación al papel que juega la carga leñosa en eventos extremos de avenida (Comiti et al., 2012; Lucia et al., 2014). A partir de la década de los 80 algunos autores han analizado el efecto de material leñoso en la hidráulica, o su movilización en los ríos (Bilby, 1984; Lienkaemper y Swanson, 1987; Berg et al., 1998; Gippel, 1995; Wohl y Goode, 2008). También se ha estudiado el transporte de material leñoso mediante ensayos de laboratorio en flumes, como los llevados a cabo por Haga et al. (2002), Curran y Wohl (2003), o Bocchiola et al. (2006). Asimismo, cabe destacar las investigaciones llevadas a cabo para analizar la amplificación de los efectos negativos de una avenida debido a la presencia de material leñoso, especialmente en secciones críticas como puentes u otras estructuras (Bezzola et al. 2004; Lange y Bezzola 2006; Lyn et al., 2007; Schmocker y Hager, 2010). No obstante, hay pocos estudios de avenidas que tengan en cuenta explícitamente la presencia de material leñoso; y sólo en los últimos años se han presentado algunas metodologías para

incorporar este tipo de carga en los análisis de avenidas e inundaciones (Merten et al., 2010; Mazzorana et al., 2011a y 2011b). Algunos de los efectos del transporte y depósito de detritos leñosos durante una inundación hacen que las áreas inundadas y calados sean diferentes de aquéllas definidas en ausencia de carga leñosa. Esto se debe, en primer lugar, a que la carga ejerce sobre el flujo una resistencia adicional, y además produce una reducción del área efectiva de la sección. Como consecuencia, se genera un incremento en el calado y, por tanto, en la magnitud de la avenida, que puede quedar expresada mediante las denominadas curvas obstrucción / calado (Figura 5). La figura 5 muestra un ejemplo de este tipo de curvas, en las que se relaciona un porcentaje de obstrucción en el área efectiva de la sección debido a la presencia de material leñoso, y el consiguiente calado para un determinado caudal. Esta figura muestra un ejemplo extraído de uno de los tramos de río analizados en la Sierra de Gredos, sin

Figura 5: Curvas obstrucción/calado para una sección transversal al cauce de un río, en este caso con una infraestructura de tipo puente. Se pueden apreciar diferentes curvas para distintos caudales (Q1 a Q6) y cómo hay unas curvas (líneas discontinuas) que definen tres zonas de umbral de obstrucción (I, II y III). Figure 5: Clogging curves for a cross sectional area of a bridge in a river. Di erent curves for di erent discharges (Q1 to Q6) and these curves (dashed lines) de ne three zones ith a clogging threshold (I, II and III).

17

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

embargo, el comportamiento hidrodinámico que representa es extrapolable a secciones con geometrías equivalentes. En estas curvas es posible diferenciar tres regiones: (i) la región definida por el umbral inferior, que representa porcentajes de obstrucción que no generarán un elevado aumento del calado, permitiendo al flujo desplazarse en régimen subcrítico; (ii) la región crítica, en la que una pequeña reducción de la sección generará un elevado aumento del calado, provocando que el flujo se desplace en régimen rápido; y (iii) la región definida por un umbral superior, donde ya se ha superado el calado máximo para esa sección y un determinado caudal (Ruiz-Villanueva et al., 2012). La zona más importante es la zona crítica; por tanto, el conocimiento del volumen de material que puede llegar a una determinada sección y, en consecuencia, el porcentaje de reducción de la misma, es fundamental para conocer los efectos que se pueden desencadenar.

3. Análisis del material leñoso en ríos de la Sierra de Gredos (Ávila)

También es posible determinar la eficiencia de la estructura caracterizando el material que potencialmente puede llegar al puente y analizando la geometría del mismo (Gippel, 1995; Lyn et al. 2007; Schmocker y Hager, 2010). Aunque no sólo se producen sobrelevaciones y desbordamientos en las secciones donde hay puentes; también los propios depósitos de material leñoso en el cauce, las barras o la llanura de inundación pueden generar una diversificación del flujo anegándose áreas que sin los depósitos leñosos no se verían afectadas (Welber et al., 2013).

Geográficamente la Sierra de Gredos forma parte del Sistema Central, situándose en su tramo medio, entre las sierras de Guadarrama (al Este) y Béjar (al Oeste). La Sierra de Gredos posee un relieve acusado y asimétrico, presentando la vertiente Sur un mayor desnivel y laderas más escarpadas. Desde el punto de vista hidrológico, la Sierra de Gredos forma la divisoria natural entre las cuencas del Duero (al Norte) y el Tajo (al Sur), quedando circunscrita por algunos de sus afluentes principales: el Tiétar y el Alberche por el Sur y el Noreste; y el Tormes y el Jerte por el norte y el Suroeste, respectivamente.

La propuesta metodológica explicada en los epígrafes previos, se ha puesto en práctica en diversos tramos de ríos de la Sierra de Gredos (Sistema Central, Ávila; Figura 6). En esta sección, se presentan los resultados obtenidos a este respecto. Siguiendo los objetivos marcados, se presenta un resumen del análisis de la capacidad de generación de material leñoso en 14 cuencas, así como la estimación, mediante la generación de escenarios, del volumen que podrían proporcionar estas cuencas. Por último, se describe la hidrodinámica y el transporte del material depositado en el río, analizándose por último la influencia en el riesgo por inundación. 3.1. La Sierra de Gredos, ríos y cuencas analizadas

Por otro lado, la presencia de material también puede generar una reducción de la capacidad de transporte y el consiguiente depósito adicional de material leñoso y sedimento en un efecto de retroalimentación. En este caso, la repentina destrucción de las acumulaciones de material puede generar un flujo instantáneo de agua con abundante carga sólida.

La morfología actual de la Sierra de Gredos es el resultado del modelado de los materiales graníticos, desnivelados en bloques elevados y fosas durante la orogenia Alpina, principalmente por meteorización, la actividad glaciar, periglaciar y fluvio-torrencial intensa; favorecidas por una densa red de fracturas frágiles que suelen generar bandas de trituración fácilmente erosionables por arroyada.

Como resultado, es indispensable identificar aquellas secciones más sensibles y con mayor probabilidad a acumular el material y analizar los posibles efectos que pueden generarse.

Las características fisiográficas y su posición geográfica son determinantes para los princi-

18

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

Figura 6: Localización de las cuencas de estudio en el sector central de la Sierra de Gredos en Ávila. Figure 6: Location of studied basins in the central sector of the Sierra de Gredos in Avila.

Las estaciones más lluviosas son el otoño y la primavera, caracterizándose la primera por la llegada de temporales de origen atlántico de varios días de duración; y la segunda por la ocurrencia de episodios con precipitaciones más intensas y de más corta duración. En verano, las precipitaciones son por lo general escasas, aunque en las zonas montañosas pueden formarse nubes de gran desarrollo vertical por ascensos convectivos de aire cálido y húmedo, produciendo precipitaciones relativamente abundantes. En estas condiciones, las precipitaciones son de carácter torrencial, pudiéndose presentar en ocasiones en forma de granizo. En esta zona de la Sierra de Gredos se localiza uno de los núcleos de máximos pluviométricos de la Península Ibérica. Para cualquiera de los periodos de retorno considerados se localiza el valor máximo regional de la precipitación diaria en la zona de Guisando, con cantidades que van desde 175 mm para un periodo de retorno de 5 años a más de 250 mm para 50 años y en torno a 300 mm para 100 años (MIMAN, 2000).

pales rasgos climáticos del sector central de la Sierra de Gredos. El clima se puede definir como mediterráneo continentalizado con inviernos largos y fríos y veranos cortos calurosos. La temperatura media anual es superior a 10°C, siendo la media del mes más frío (enero) inferior a 0°C, y la media del mes más caluroso (julio) igual o superior a 22 °C (AEMET, 2011). Respecto a las precipitaciones, cabría esperar una mayor cantidad de precipitación al norte, sin embargo, sucede lo contrario. Así queda reflejado en las cantidades máximas de precipitación registradas en 24 horas en la estación de Navaredonda de Gredos (165 mm en el año 1989) frente a las registradas en Guisando el Risquillo (239 mm en 1956). Mientras que las precipitaciones medias anuales son en torno a 800 mm (para altitudes alrededor de los 1000 a 1500 m s.n.m.) en la vertiente norte; en la sur ascienden a casi 2000 mm y en altitudes mucho menores (en torno a 800 m s.n.m.).

19

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

3.2. Capacidad de generación y estimación de volumen de material leñoso

La vegetación en esta zona está marcada principalmente por la altitud y el régimen de precipitaciones y temperaturas. La zona de más baja cota (entre 400 y 800 m s.n.m.) se caracteriza por la presencia de la encina y el pino piñonero (Quercus ilex, Quercus suber, Pinus pinea), acompañados por enebros (Juniperos oxycedrus) y jaras (Cistus ladanifer). En la zona de media montaña (de 900 a 1500 m s.n.m.) la encina empieza a mezclarse con el roble melojo (Quercus pirenaica) o el pino resinero o negral (Pinus pinaster). A éstos les acompañan como arbustos el piorno (Cytisus scoparius) y la retama (Genista falcata). A continuación en la zona de alta montaña (1500 a 2000 m s.n.m.) se presentan los piornales y pinares de altura (Pinus sylvestris y Pinus nigra) acompañados de matorrales de leguminosas y enebros (Cytisus oromediterraneus, C. scoparius, Genista cinerascens, Juniperus communis). Algunos de los bosques mencionados anteriormente son sustituidos en las zonas de influencia de los cursos de agua por otras especies. Sólo algunas especies de árboles pueden sobrevivir manteniendo sus raíces sumergidas, como los chopos (Populus nigra), los sauces (Salix atrocinerea, entre otros), y los alisos (Alnus glutinosa). De esta forma, las inundaciones prolongadas pueden determinar el tipo de bosque en una franja particular de vegetación a lo largo del río. La asociación de robles (Quercus spp.), olmos (Ulmus glabra) y fresnos (Fraxinus angustifolia) sólo puede desarrollarse en las terrazas más altas que se inundan menos que los sitios colonizados por chopos y sauces (Ellenberg, 1988). Por otro lado, las formaciones de alisos se caracterizan porque no soportan los fríos intensos y no aguantan el estiaje, por lo que concentran su presencia en los tramos medios y bajos de los ríos y arroyos.

Para analizar los procesos de incorporación del material leñoso a los ríos de la Sierra de Gredos, se desarrolló una nueva metodología basada en sistemas de información geográfica, cuya finalidad fue la delimitación de las áreas contribuyentes. Complementariamente, se realizó un estudio de la vegetación al objeto de estimar los volúmenes que podrían llegar al río, que suponen un factor amplificador del riesgo debido al transporte del material leñoso y su depósito durante avenidas. Esta metodología se aplicó para el Sector Central de la Sierra de Gredos perteneciente a la provincia de Ávila, donde se disponía de la información necesaria para llevar a cabo el análisis. Este estudio se describe en detalle en el trabajo publicado por Ruiz-Villanueva et al. (2014c), de manera que en este documento únicamente se presenta una síntesis de los resultados obtenidos. Las áreas contribuyentes fueron delimitadas utilizando la información cartográfica disponible. Seguidamente, se analizaron los factores de conectividad de estas áreas con el río. Para ello, a partir de matrices de lógica difusa, se establecieron criterios en función de la intensidad de los eventos y su frecuencia. De este modo, se pudo establecer la probabilidad de que un árbol sea incorporado como detrito leñoso desde las laderas o desde el corredor fluvial. Estos criterios se definieron en función de la distancia al cauce, la altura del árbol, la pendiente de la ladera, la inundabilidad y la capacidad de erosión del río. Además, se analizó en detalle la tipología y distribución de la vegetación que fueron empleadas para definir la resistencia (o facilidad) a ser incorporado como detrito leñoso en el río y, por tanto, la probabilidad de generar material leñoso (Figura 7).

La acción antrópica (principalmente deforestadora) ha sido un fenómeno muy importante a lo largo de la historia holocena reciente, además el paisaje forestal está ineludiblemente unido a las actividades socio-económicas de la población rural (Cantero, 2003).

Siguiendo los criterios anteriores, se establecieron diversos escenarios que representan posibles mecanismos de incorporación de madera dependiendo de la severidad y frecuencia con la que los procesos de incorporación

20

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

Figura 7: Resistencia de la vegetación a ser incorporada a los ríos, en términos de probabilidad baja, media y alta para el sector central de la Sierra de Gredos. Figure 7: Resistance of vegetation to be recruited to the rivers, in terms of lo , medium and high resistance, for the central sector of the Sierra de Gredos.

zonas susceptibles; en contraposición con el escenario más probable para la zona de estudio, que es aquél en el que la incorporación de madera tiene lugar principalmente por inundaciones y erosión de bancos de orilla, y sólo en las zonas delimitadas como de elevada susceptibilidad. Por otro lado, se observó que el volumen de material estimado no está directamente relacionado con el área de la cuenca, ni con el área forestada, sino con la frecuencia e intensidad de los procesos que desencadenan su incorporación. Así, se realizaron estimaciones para los diversos escenarios establecidos, y para cada uno de los procesos estudiados. La Tabla 1 presenta los volúmenes máximos estimados, suponiendo para cada escenario que todos los procesos tienen lugar.

tienen lugar. De este modo, es posible estimar el volumen de madera potencialmente disponible para cada uno de los escenarios. El análisis estuvo enfocado en el riesgo potencial ocasionado por el transporte y deposito del material leñoso durante avenidas; de ahí que el análisis se centró en estudiar aquellas cuencas cuyos ríos atraviesan núcleos urbanos. Como resultados, en primer lugar se identificaron las cuencas con mayor capacidad de generar material leñoso. Los resultados resaltaron 7 de las 14 cuencas estudiadas (cuenca del río Arenal, cuenca del río Pelayo, cuenca del arroyo Cabrera, subcuencas 1 y 2 del río Alberche en Navaluenga, La Adrada, Piedralaves y Mijares; Figura 8). También revelaron que para la zona de estudio, son los deslizamientos los procesos que mayor volumen de material aportarían a los ríos, seguidos de las avenidas y de la erosión de bancos de orilla (Figura 8).

Se realizaron observaciones de campo que permitieron, basándose en ciertos indicadores, validar cualitativamente estos resultados. No obstante, las cifras obtenidas deben tomarse como indicación de órdenes de magnitud para la comparación relativa, más que en cifras absolutas precisas.

El escenario menos probable es aquél en el que todos los procesos tienen lugar a la vez (simultáneamente), afectando a todas las

21

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

Figura 8: (A) Probabilidad de incorporación de la vegetación en forma de material leñoso a los ríos en el sector central de la Sierra de Gredos; en negro se resaltan las 14 cuencas estudiadas. (B) Porcentajes de material absoluto generado por los tres procesos de incorporación analizados. Figure 8: (A) Vegetation probability to be recruited to rivers in the central sector of the Sierra de Gredos; the studied basins are highlighted in black; (B) Total percentages recruited by the three main processes.

3.3. Análisis del transporte y depósito de material leñoso en los ríos de la Sierra de Gredos

esta avenida y se hizo una estimación del volumen de vegetación movilizada y, por tanto, de material leñoso generado. A continuación, y empleando el modelo descrito en la sección 2.2, se generaron diferentes escenarios de entrada de material distribuido a lo largo del hidrograma para tratar de reconstruir el proceso de obstrucción de uno de los principales puentes (que quedó parcialmente bloqueado) y tratar de caracterizar el régimen de transporte del material. Además, se disponía de abundante información derivada de estudios anteriores, como la cota de la lámina de agua en diferentes secciones transversales, el porcentaje de obstrucción de la sección del puente y el hidrograma reconstruido mediante simulación hidrológica. A este respecto, los resultados del modelo pudieron ser parcialmente validados, al menos de forma cualitativa.

Al analizar el transporte de material leñoso es importante definir cómo llega este material al tramo de estudio y, por tanto, la relación temporal con el hidrograma de la inundación. Así, por ejemplo, hay que discernir si el aporte de material se produce repentinamente, o bien llega de forma constante y escalonada a lo largo del evento. En una de las cuencas de estudio, la cuenca del arroyo Cabrera en Venero Claro (Cuenca Venero en la tabla anterior) tuvo lugar en 1997 una avenida súbita que transportó y depositó abundante material leñoso. Siguiendo el método anterior se analizó el área afectada por

22

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

Tabla 1: Estimaciones de vol menes máximos de material leñoso disponible para las 14 cuencas estudiadas, en términos de m3 (suponiendo un diámetro medio en los troncos de 25 cm y una longitud media de 10 metros). SC1, SC2 y SC3 se refieren a los tres escenarios de volumen de madera. Table Estimates of maximum volumes of oody material available for the basins in terms of m3 (assuming an average diameter of logs 25 cm and an average length of 10 meters). SC1, SC2 and SC3 refer to the three wood volume scenarios.

Cuenca Arenas Burgohondo Burguillo Candeleda Casavieja Cuevas Guisando La Adrada Mijares Navalacruz Navaluenga 1 Navaluenga 2 Piedralaves Venero

Área (km2)

Área forestada (km2)

50,71 25,85 12,06 54,40 10,05 10,06 14,47 20,42 14,70 5,33 30,54 32,19 9,52 15,59

27,03 7,14 8,44 25,62 5,04 5,79 5,71 14,45 5,21 1,48 8,65 15,99 5,00 9,42

En primer lugar, se estimó el volumen de material que pudo llegar al tramo de estudio, evaluando el tipo de vegetación situada en la zona afectada por la avenida y el proceso de avulsión que tuvo lugar aguas arriba de este tramo. Siguiendo la metodología propuesta, se calculó un volumen medio de 186 logs, con una longitud media de 7 metros y 0,75 m de diámetro. Este volumen se utilizó como condición de entrada y se distribuyó en el tiempo suponiendo que el máximo transporte se produce poco antes de la punta del hidrograma. Se plantearon tres escenarios: (i) transporte repentino, el 100% de la carga es transportado durante el pico del hidrograma; (ii) transporte escalonado, el material es incorporado en diferentes pulsos, distribuido a intervalos a lo largo del hidrograma; (iii) transporte continuo, el 100% del material leñoso es transportado a lo largo de toda la duración del evento de forma constante.

Volumen máximo (m3) SC1 SC2 SC3 11902 8842 4829 3392 1714 159 3135 2192 363 18940 14765 2234 4646 4234 226 1445 890 117 6964 5738 2075 5986 4688 1201 4363 3559 160 958 741 32 1905 1656 1495 2858 1451 522 5138 4209 214 2607 1958 631

a lo largo del tramo y para cada uno de los escenarios. Además, se pudo analizar la probabilidad de obstrucción del puente que resultó como media para todos los escenarios. En concreto la obstrucción fue de un 25% para las características y parámetros definidos en los escenarios. Los resultados también permitieron observar los patrones espaciales simulados de depósito del material leñoso, así como compararlos con la abundante información gráfica (fotografías) recopilada unos días después del evento de 1997 (Figura 9). Se pudo comprobar que los patrones de depósito no varían significativamente entre los tres escenarios, ya que vienen definidos por la morfometría del cauce y el hidrograma, y no tanto por la cantidad de material o su llegada al tramo de estudio. En todos los casos la sección donde se acumula más material es la sección del puente.

Los resultados de la simulación numérica permitieron estimar la probabilidad de depósito

23

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

Figura 9: Tramo analizado del arroyo Cabrera, las fotogra as muestran los depósitos de material leñoso y el puente principal unos días después de la inundación de 1997. La imagen de la derecha muestra los resultados de la simulación, con el patrón espacial de los depósitos y el nivel del agua (calado). Figure 9: Cabrera Stream, the photographs sho deposits of oody material and the main bridge fe days a er the ood in . The right-hand image sho s the results of the model simulation, the spatial pa ern of ood deposits and the e ect on ater level.

3.4. Influencia en la peligrosidad y el riesgo

los tres escenarios y tratar de reconstruir el evento de 1997.

Continuando con el caso anterior, en el arroyo Cabrera se analizó la influencia de la acumulación de material en la sección del puente y se prestó especial atención a los efectos en el calado en aquellas secciones donde se disponía de información complementaria (marcas de aguas altas, como líneas de flotantes, marcas en edificios o evidencias dendrogeomorfológicas), para poder comparar

En todos los casos la simulación de la obstrucción del puente, debida a la acumulación de árboles y material leñoso, produce un aumento en el calado aguas arriba del puente y un descenso de la velocidad de la corriente. De acuerdo a los datos disponibles, es el escenario 2 el que mejor reconstruye el evento de avenida de 1997 (Tabla 2).

Tabla 2: Diferentes escenarios establecidos para reconstruir el evento de 1997 en el Arroyo Cabrera, valores de calados simulados, velocidad de la corriente, número de piezas depositadas y porcentaje de obstrucción de la sección del puente. En gris se resalta el escenario 2 que más se ajusta a los datos observados. Table Di erent scenarios to reconstruct the event in the Arroyo Cabrera, simulated values of ater depth, o velocity, number of pieces and percentage of bridge section obstruction. Scenario is highlighted in grey since it is the best ts the observed data.

Sin madera SC1 SC2 SC3

Calado en puente (m) 4,7 8,3 7,3 6,8

Calado en edificio (m) 1,5 3,2 2,8 2,3

Observado

7,1

2,9

Escenario

Velocidad media (SD) (m·s-1) 3,00 (1,88) 1,45(1,35) 1,63 (1,28) 1,94 (1,40) 3,5 (no obstrucción), 1,25 (1,09)

24

Piezas depositadas 213 180 137

% obstrucción puente > 70 50 < 40

-

48 ± 8

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

Estos efectos en la peligrosidad (magnitud) de las inundaciones tendrán consecuencias en términos del riesgo. Para analizar esta influencia en el riesgo, se realizó otro análisis mediante la definición de escenarios de diferente peligrosidad, según el papel de la carga leñosa en las márgenes del río Arenal a su paso por el núcleo urbano de Arenas de San Pedro (Ávila). Para cada escenario establecido, primero sin incorporar el transporte de material leñoso y a continuación con los tres tipos de transporte mencionados en la sección anterior, se trató de identificar las zonas más problemáticas donde el material queda depositado bloqueando las infraestructuras y causando la inundación de las zonas adyacentes (Figura 10). Para estimar el riesgo potencial asociado a este evento, se empleó la información catastral con el fin de evaluar la exposición y la vulnerabilidad de la zona. Los elementos expuestos fueron clasificados en siete tipologías diferentes, según su clase de uso y régimen de utilización; además se tuvo en cuenta la existencia de un aparca-

miento de vehículos en las cercanías del rio y por tanto las posibles pérdidas asociadas a los daños a automóviles. No existían en la zona funciones calado-daño especificas basadas en datos empíricos, por lo que la vulnerabilidad se asignó empleando curvas construidas mediante simulaciones estocásticas con objeto de obtener los límites predictivos, utilizando como datos de entrada las propuestas en otros análisis de riesgo similares llevados a cabo en España (Ruiz-Villanueva et al., 2014d). La consecuencia principal de la presencia de material leñoso en la inundación es el efecto de remanso aguas arriba de los puentes, donde la madera queda retenida, reduciendo el área de la sección transversal. De acuerdo con los resultados del modelo, la sección más problemática es el puente 1, situado aguas arriba en el tramo, y donde se deposita gran cantidad de material. El diseño de este puente, de estructura de piedra con un solo arco, junto con el hecho de que es la primera in-

Figura 10: Fotogra as y resultados de la simulación del transporte de material leñoso en el Río Arenal. Las imágenes (A) y (C) muestran los puentes identificados como problemáticos, en ( ) se muestra la distribución espacial (resultado de la simulación) de los depósitos, (D) aumento del calado debido a la obstrucción de los puentes. Figure 10: Photographs and simulation results of the Arenal River. Images (A) and (C) sho the bridges identi ed as problematic, in (B) the spatial distribution (simulation result) of ood deposits, (D) increase in ater depth due to the bridge clogging.

25

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

Tabla 3: Características geométricas de los tres puentes situados en el tramo analizado del Río Arenal. Table Geometrical characteristics of the three bridges on the analyzed section in the Arenal River.

Puente 1 Puente 2 Puente 3

Altura puente (m) 7 5* 6

Anchura puente (m) 11 18 14

Calado (m) No madera SC1 SC2 6,6 8,5 9,1 7,7 8,3 8,4 4,8 4,9 7,4

fraestructura localizada en el tramo de río estudiado, podría ser la razón. Sin embargo, el puente 3 queda parcialmente bloqueado también, como puede verse en la figura 10. Estas dos infraestructuras serían las más sensibles al paso de material leñoso. En la Tabla 3 se resumen las características de los tres puentes y el calado en esas secciones.

SC3 9,7 8,6 9,0

Geometría puente 1 Arco Rectangular 3 Arcos y 2 pilares

Como conclusión de lo expuesto en los apartados anteriores, se destaca: En este trabajo se ha mostrado una propuesta metodológica basada en la generación de escenarios y el desarrollo de un modelo numérico. La propuesta ha sido ensayada en diversos tramos de río, y puede ser fácilmente extrapolable a otras regiones. La flexibilidad de los métodos utilizados hace fácilmente adaptable el análisis a otros objetivos, como la evaluación de escenarios de cambios de usos del suelo, fases de proyectos de infraestructuras, etc. Sin embargo, los modelos son representaciones abstractas de nuestro conocimiento sobre un proceso determinado y están limitados intrínsecamente por la información con la que se desarrollan (Knight, 2013). Por tanto, el máximo potencial se conseguirá combinando el poder de ambos, modelos (numéricos) junto con observaciones y datos de campo.

Los resultados del análisis de riesgo mostraron también que la presencia de material leñoso incrementa el riesgo hasta en un 50% para los daños tangibles directos y un 35% en el caso del riesgo a las personas. 4. Breve discusión y conclusiones Tal y como se ha explicado en la introducción y a lo largo de las secciones anteriores, existen diversas técnicas y métodos para estudiar la dinámica del material leñoso en ríos. Sin embargo, el conocimiento de los procesos que generan el material, así como la dinámica una vez llega a los ríos es todavía muy limitado.

El modelo desarrollado en este trabajo de investigación permite simular el transporte de material leñoso junto con la hidrodinámica simultáneamente, de modo que la carga leñosa influye en la hidrodinámica y viceversa. Además de las simplificaciones asumidas en el modelo, como por ejemplo la forma de los detritos (cilindros), la mayor limitación en su aplicación directa en ríos es la disponibilidad de datos observados que permitan validar o calibrar los resultados. Para obtener este tipo de datos, se han propuesto diferentes metodologías de monitorización y seguimiento de material en el río. Por ejemplo, los trabajos llevados a cabo por Mao et al. (2013) o los trabajos publicados por MacVicar y Piégay (2012).

Hasta ahora la medida de gestión más generalizada es la extracción indiscriminada de este material de los ríos, como medida de prevención; sin embargo, como ya se ha discutido anteriormente, esta medida debe ser reconsiderada en función de cada caso en particular. El material leñoso que se deposita en los cauces de forma natural es un elemento más del sistema, y por tanto debe ser integrado en la gestión global del ecosistema fluvial. Es posible integrar su análisis empleando tanto medidas no estructurales como estructurales. Como medidas no estructurales, la identificación de las áreas contribuyentes, o de las zonas de depósito, son fundamentales.

26

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

e Innovación, en el contexto de los proyectos Dendro-Avenidas y MAS Dendro-Avenidas (CGL2010-19274) coordinados desde el Instituto Geológico y Minero de España (IGME).

Cuando el objetivo es estimar el volumen potencial de material leñoso que podría llegar al río (como el caso mostrado en el apartado 3.1) la generación de escenarios es una potente herramienta de decisión empleada en diversos estudios (Cooke, 1991; Scholz y Tietje, 2002). Esta perspectiva de análisis ha sido utilizada a lo largo de este trabajo de investigación, de forma similar a otros autores que también proponían esta aproximación para el análisis de riesgos en zonas de montaña (Mazzorana et al., 2009, 2010, 2011a y 2011b). Los escenarios generados en este trabajo, se definieron siguiendo las propuestas de Godet (1986) consistentes en identificar el menor número de posibilidades que puedan representar diversos estados, incluyendo el denominado peor caso posible, con el objetivo final de obtener diferentes posibilidades para evaluar situaciones probables o posibles.

REFERENCIAS Abbe, T.B.; Montgomery, D.R. (2003). Patterns and processes of wood debris accumulation in the Queets River basin, Washington. Geomorphology, 51, 81-107. http://dx.doi.org/10.1016/ S0169-555X(02)00326-4 Abbe, T.B.; Montgomery, D.R.; Petroff, C. (1997). Design of stable in-channel wood debris structures for bank protection and habitat restoration: an example from the Cowlitz River, WA, in: Management of Landscapes Disturbed by Channel Incision: Stabilization, Rehabilitation, Restoration, edited by: Wang, S.S.Y.; Langendoen, E. J.; and Shields, F. D., University of Mississippi, Mississippi, 809-815. Abbe, R.T.B.; Buffington, J.M.; Peterson, N.P.; Schmidt, K.M.; Stock, J.D. (1996). Distribution of bedrock and alluvial channels in forested mountain drainage basins. Nature, 381, 587-589. Abernethy, B.; Rutherford, I.D. (2001). The distribution and strength of riparian tree roots in relation to riverbank reinforcement. Hydrological Processes, 15, 63-79. http://dx.doi. org/10.1002/hyp.152 Adenlof, K.A.; Wohl, E.E. (1994). Controls on bedload movement in a subalpine stream of the Colorado Rocky Mountains, USA. Arct. Alp. Res., 26, 77-85. http://dx.doi.org/ 10.2307/1551881 AEMET (2011). Atlas Climático Ibérico. Clasificación climática de Köppen-Geiger en la Península Ibérica. Agencia Estatal de Meteorología. Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino de España. Andreoli, A.; Comiti, F.; Lenzi, M.A. (2007). Characteristics, distribution and geomorphic role of large woody debris in a mountain stream of the Chilean Andes. Earth Surface Processes and Landforms, 32, 1675-1692. http://dx.doi. org/10.1002/esp.1593 Benda, L.E.; Sias, J.C. (2003). A quantitative framework for evaluating the mass balance of in-stream organic debris. Forest ecology and management, 172, 1-16. http://dx.doi. org/10.1016/S0378-1127(01)00576-X Berg, N.; Carlson, A.; Azuma, D. (1998).Function and dynamics of woody debris in stream re-

La metodología basada en sistemas de información geográfica para estudiar los procesos de incorporación del material leñoso y delimitar las áreas contribuyentes, permite incorporar otros procesos al análisis. Esta metodología permite obtener unos órdenes de magnitud de material leñoso potencialmente disponible, lo que muchas veces es suficiente para el diseño y dimensionamiento de infraestructuras y ordenación territorial. Para finalizar, de todo lo expuesto en el presente trabajo se deriva que es necesario seguir avanzando en el conocimiento de la dinámica del material leñoso, tanto analizando su influencia en el ecosistema fluvial, como en su papel en el riesgo de inundaciones. AGRADECIMIENTOS Este trabajo ha sido elaborado con parte de los resultados obtenidos en la tesis doctoral de la primera firmante del trabajo. Dicha tesis doctoral fue financiada con una beca FPI (BES-2008-003725) del Ministerio de Ciencia

27

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

Geomorphology, 41, 263-283. http://dx.doi. org/10.1016/S0169-555X(01)00058-7 Braudrick, C.A.; Grant, G.E.; Ishikawa, Y.; Ikeda, H. (1997). Dynamics of Wood Transport in Streams: A Flume Experiment. Earth Surface Processes and Landforms, 22, 7669-683. http://dx.doi.org/10.1002/(SICI) 1096-9837(199707)22:7%3C669::AID-ESP 740%3E3.0.CO;2-L Brooks, A.P.; Abbe, T.; Cohen, T.; Marsh, N.; Mika, S.; Boulton, A.; Broderick, T.; Borg, D.; Rutherfurd, I. (2006). Design guidelines for the reintroduction of wood into Australian streams. Land & Water Australia, Canberra. Buffington, J.M.; Montgomery, D.R. (1999). Effects of hydraulic roughness on surface textures of gravel-bed rivers. Water Resour. Res., 35, 3507-3521. http://dx.doi. org/10.1029/1999WR900138 Cantero, A. (2003). El paisaje forestal está ineludiblemente unido a las actividades socioeconómicas de la población rural. Actas de la II Reunión sobre Historia Forestal. Cuad. Soc. Esp. Cien. For. ,16, 309-313. Carlson, J.; Andrus, C.; Froelich, H. (1990). Woody debris, channel features, and macroinvertebrates of streams with logged and undisturbed riparian timber in north-eastern Oregon, U.S.A. Can. J. Fish. Aquatic Sci., 47, 1103-1111. http://dx.doi.org/10.1139/f90-127 Comiti, F.; Agostino, V.D.; Moser, M.; Lenzi, M.A.; Bettella, F.; Agnese, A.D.; Rigon, E.; Gius, S.; Mazzorana, B. (2012). Preventing wood-related hazards in mountain basins: from wood load estimation to designing retention structures, 651-662. 12th Congress INTERPRAEVENT 2012 - Grenoble, / France Conference Proceedings. Comiti, F.; Andreoli, A.; Mao, L.; Lenzi, M.A. (2008). Wood storage in three mountain streams of the southern Andes and its hydromorphological effects. Earth Surface Processes. and Landforms, 33, 244-262. http:// dx.doi.org/10.1002/esp.1541. http://dx.doi. org/10.1002/esp.1541 Cooke, R. (1991). Experts in Uncertainty. Oxford University Press. Correa, L. (2013). ¿Para qué SÍ hay que limpiar los ríos? Online disponible en: http://www.iagua. es/blogs/lorenzo-correa/%C2%BFpara-que-sihay-que-limpiar-los-rios. Cotter, E. (1978). The evolution of fluvial style, with special reference to the central Appalachian Paleozoic. In: Miall, A.D. (Ed.), Fluvial Sedimentology: Canadian Society of Petroleum Geologists Memoir, vol. 5, pp. 361-383.

aches in the central Sierra Nevada, California. Can. J. Fish. Aquat. Sci., 55, 1807-1820. http:// dx.doi.org/10.1139/f98-064 Bezzola, G.; Sigg, H.; Lange, D. (2004). Schwemmholzrückhalt in der Schweiz. In: International Symposion Interpraevent 2004, Riva, Trient. Tagungspublikation, 3, 29-40. Bilby, R.E. (1984). Removal of wood debris may affect stream channel stability. Journal of Forestry, 82 (10), 609-613. Bilby, R.E.; Likens, G.E. (1980). Importance of organic debris dams in the structure and function of stream ecosystems. Ecology, 61, 11071113. http://dx.doi.org/10.2307/1936830 Bilby, R.E.; Ward, J.W. (1989). Changes in characteristics and function of woody debris with increasing size of streams in western Washington. Transactions of the American Fisheries Society, 118, 368-378. http://dx.doi. org/10.1577/1548-8659(1989)118%3C0368: CICAFO%3E2.3.CO;2 Bladé, E.; Cea, L.; Corestein, G.; Escolano, E.; Puertas, J.; Vázquez-Cendón, M.E.; Dolz, J.; Coll, A. (2014). Iber Herramienta de simulación numérica del flujo en ríos. Revista Internacional de Métodos Numéricos para Cálculo y Diseño en Ingeniería, 30, 1-10. http://dx.doi. org/10.1016/j.rimni.2012.07.004 Bocchiola, D.; Catalano, F.; Menduni, G.; Passoni, G. (2002). An analytical-numerical approach to the hydraulics of floating debris in river channels. Journal of Hydrology, 269, 65-78. http:// dx.doi.org/10.1016/S0022-1694(02)00195-6 Bocchiola, D.; Rulli, M.C.; Rosso, R. (2006). Transport of large woody debris in the presence of obstacles. Geomorphology, 76, 166178. http://dx.doi.org/10.1016/j.geomorph.2005.08.016 Bragg, D.C.; Service, U.F.; Uam, P.O.B.; Kershner, J.L.; Unit, F.E. (2004). Sensitivity of a Riparian Large Woody Debris Recruitment Model to the Number of Contributing Banks and Tree Fall Pattern. USDA Forest Service Gen. Tech. Rep. PSW-GTR-181 19, 117-122. Bragg, J.L.; Kershner D.C. (2004). Coarse woody debris in riparian zones: opportunity for interdisciplinary interaction. Journal of Forestry, 97, 30-35. Braudrick, C.; Grant, G.E. (2000). When do logs move in rivers? Water Resources Research, 36, 571-583. http://dx.doi.org/10.1029/ 1999WR900290 Braudrick, C.A.; Grant, G.E.; Northwest P.; Forest U.S. (2001). Transport and deposition of large woody debris in streams: a flume experiment.

28

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

Curran, J.C. (2010). Mobility of large woody debris (LWD) jams in a low gradient channel. Geomorphology, 116, 320-329. http://dx.doi. org/10.1016/j.geomorph.2009.11.027 Curran, J.H.; Wohl, E.E. (2003). Large woody debris and flow resistance in step-pool channels, Cascade Range, Washington. Geomorphology, 51, 141-157. http://dx.doi.org/10.1016/ S0169-555X(02)00333-1 Diez, J.R.; Elosegi, A.; Pozo, J. (2001). Woody debris in north Iberian streams: influence of geomorphology, vegetation, and management. Environmental Management, 28, 687-698. http:// dx.doi.org/10.1007/s002670010253 Ellenberg, H. (1988). Vegetation ecology of central Europe, Cambridge University Press, Cambridge Francis, R.A.; G.E. Petts, A.M.; Gurnell, A. (2008). Wood as a driver of past landscape change along river corridors. Earth Surface. Processes and Landforms, 33, 1622-1626. http://dx.doi. org/10.1002/esp.1626 Gippel, C.J. (1995). Environmental Hydraulics of Large Woody Debris in Streams and Rivers. Journal of Environmental Engineering, 121, 388. http://dx.doi.org/10.1061/(ASCE)07339372(1995)121:5(388) Gippel, C.J.; White, K. (2000). Re-introduction techniques for instream large woody debris. In: A Rehabilitation Manual for Australian Streams , Volume 1, Rutherfurd ID, Jerie K, Marsh N (eds). Land and Water Resources Research and Development Corporation and Cooperative Research Centre for Catchment Hydrology: Canberra; 313-321. Godet, M. (1986). Introduction to ‘la prospective’: Seven key ideas and one scenario method. Futures, 2, 134-57. http://dx.doi. org/10.1016/0016-3287(86)90094-7 Grant, G.; Swanson, F.J. (1995). Morphology and processes of valley floors in mountain streams, western Cascades, Oregon. In Natural and Anthropogenic influences in fluvial geomorphology, edited by J.E. Costa, A.J.; Miller, K.W. Potter and P.R. Wilcock, pp. 83-101. Geophysical Monograh 89, American Geophysical Union, Washington D.C. http://dx.doi. org/10.1029/GM089p0083 Gregory, S.; Boyer, K.L.; Gurnell, A.M. (2003). The ecology and management of wood in world rivers. Am. Fish. Soc. Symp.37. Gurnell, A.M.; Petts, G.E. (2002). Island-dominated landscapes of large floodplain rivers, a European perspective. Freshwater Biology, 47, 581-600. http://dx.doi.org/10.1046/j.13652427.2002.00923.x

Gurnell, A.M.; Petts, G.E.; Hannah, D.M. (2001). Riparian vegetation and island formation along the gravel-bed Riume Tagliamento, Italy. Earth Surface Processes and Landforms 26, 31-62. http://dx.doi.org/10.1002/10969837(200101)26:1%3C31::AID-ESP155% 3E3.0.CO;2-Y Gurnell, A.M.; Piégay, H.; Swanson, F.J.; Gregory, S.V. (2002). Large wood and fluvial processes. Freshwater Biol., 47, 601-619. http://dx.doi. org/10.1046/j.1365-2427.2002.00916.x Haga, H.; Kumagai, T.; Otsuki, K.; Ogawa, S. (2002). Transport and retention of coarse woody debris in mountain streams: An in situ field experiment of log transport and a field survey of coarse woody debris distribution. Water Resources Research, 38, 1-16. http://dx.doi. org/10.1029/2001WR001123 Hutte, P. (1968). Experiments on windflow and wind damage in Germany: Site and susceptibility of spruce forests to storm damage. Forestry, 41, 20-26. Jackson, C.R.; Sturm, C.A. (2002). Woody Debris and Channel Morphology in Firstand Second-Order Forested Channels in Washington’s Coast Ranges. Water Resources Research, 38, 1177-1190. http://dx.doi. org/10.1029/2001WR001138 Jeffries, R.; Darby, S.E.; Sear, D.A. (2003). The influence of vegetation and organic debris on flood-plain sediment dynamics: case study of a low-order stream in the New Forest, England. Geomorphology, 51, 61-80. http:// dx.doi.org/10.1016/S0169-555X(02)00325-2 Johnson, S.L.; Swanson, F.J.; Grant, G.E.; Wondzell, S.M. (2000). Riparian forest disturbances by a mountain flood? The influence of floated wood. Hydrological Processes, 14, 3031-3050. http://dx.doi.org/10.1002/10991085(200011/12)14:16/17%3C3031::AIDHYP133%3E3.0.CO;2-6 Kail, J.; Hering, D.; Muhar, S.; Gerhard, M.; Preis, S. (2007). The use of large wood in stream restoration: experiences from 50 projects in Germany and Austria. Journal of Applied Ecology, 44, 1145-1155. http://dx.doi.org/10.1111/ j.1365-2664.2007.01401.x Kasprak, A.; Magilligan, F.J.; Nislow, K.H.; Snyder, N.P. (2011). A LIDAR - derived evaluation of watershed - scale large woody debris sources and recruitment mechanisms: Ccoastal maineMaine, USA. River Research and Applications, 28, 1462-76. doi: 10.1002/rra Keller, E.A.; Swanson, F.J. (1979). Effects of large organic material on channel form and

29

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

fluvial processes, Earth Surface Processes and Landforms, 4, 361-380. http://dx.doi. org/10.1002/esp.3290040406 Knight, D.W. (2013). River hydraulics - a view from midstream. Journal of Hydraulic Research, 51, 2-18. http://dx.doi.org/10.1080/00221686.2 012.749431 Lane, E.W. (1955). The Importance of Fluvial Morphology in Hydraulic Engineering. American Society of Civil Engineering, Proceedings 81, paper 745, 1-17. Lange, D.; Bezzola, G.R. (2006). Schwemmholz: Probleme und Lösungsansätze [Driftwood: Problems and solutions]. VAWMitteilung 188, H.-E. Minor, ed., ETH Zürich, Zurich, 188. Langford, T.E.L.; Langford, J.; Hawkins, S.J. (2012). Conflicting effects of woody debris on stream fish populations: implications for management. Freshwater Biology, 57, 10961111. http://dx.doi.org/10.1111/j.13652427.2012.02766.x Lassettre, N.S.; Kondolf, G.M. (2012). Large woody debris in urban stream channels: redefining the problem. River Research and Applications, 28, 1477-1487. http://dx.doi.org/10.1002/ rra.1538 Lienkaemper, G.W.; Swanson, F.J. (1987). Dynamics of large woody debris in streams in old-growth Douglas-fir forests. Can. J. For. Res., 17, 150156. http://dx.doi.org/10.1139/x87-027 Lucia, A.; Comiti, F.; Borga, M.; Cavalli, M.; Marchi, L. (2014). Large wood recruitment and transport during a severe flash flood in North- western Italy. IAEG 2014 Conference proceedings. Lyell, C. (1830). Principles of Geology. Being an Attempt to Explain the Former Changes of the Earth’s Surface, by Reference to Causes now in Operation, vol. 1. John Murray, London. 512 pp. http://dx.doi.org/10.5962/bhl.title.50860 Lyn, D.; Cooper, T.; Condon, D.; Gan, L. (2007). Factors in debris accumulation at bridge piers, Washington, US Department of Transportation, Federal Highway Administration Research and Development, Turner- Fairbank Highway Research Center. MacVicar, B.; Piégay, H. (2012). Implementation and validation of video monitoring for wood budgeting in a wandering piedmont river. Earth Surface Processes and Landforms, 37, 1272-1289. MacVicar, B.J.; Piégay, H.; Henderson, A.; Comiti, F.; Oberlin, C.; Pecorari, E. (2009). Quantifying the temporal dynamics of wood in large rivers: field trials of wood surveying, dating, tracking, and monitoring techniques. Earth

Surface Processes and Landforms, 34, 20312046. http://dx.doi.org/10.1002/esp.1888 Manners, R.B.; Doyle, M.W.; Small, M.J. (2007). Structure and hydraulics of natural woody debris jams. Water Resources Research, 43, 1-17. http://dx.doi.org/10.1029/2006WR004910 Mao, L.; Andreoli, A.; Iroumé, A.; Comiti, F.; Lenzi, M. (2013). Dynamics and management alternatives of in-channel large wood in mountain basins of the southern Andes. BOSQUE, 34, 319-330. http://dx.doi.org/10.4067/S071792002013000300008 Marcus, W.A.; Marston, R.A.; Colvard Jr., C.R.; Gray, R.D. (2002). Mapping the spatial and temporal distributions of large woody debris in rivers of the Greater Yellowstone Ecosystem. U.S.A. Geomorphology , 44, 323-335. http://dx.doi. org/10.1016/S0169-555X(01)00181-7 Martin, D.J.; Benda, L.E. (2001). Patterns of instream wood recruitment and transport at the watershed scale. Transactions of the American Fisheries Society, 130, 940-958. http://dx.doi. org/10.1577/1548-8659(2001)130%3C0940: POIWRA%3E2.0.CO;2 May, C.L.; Gresswell, R.E. (2003). Large wood recruitment and redistribution in headwater streams in the southern Oregon Coast Range, U.S.A. Canadian Journal of Forest Research, 33, 1352. http://dx.doi.org/10.1139/x03-023 Mazzorana, B.; Hübl, J.; Fuchs, S. (2009). Improving risk assessment by defining consistent and reliable system scenarios. Natural Hazards and Earth System Sciences, 9, 145-159. http://dx.doi.org/10.5194/nhess-9-145-2009 Mazzorana, B.; Hübl, J.; Zischg, A.; Largiader, A. (2010). Modelling woody material transport and deposition in alpine rivers. Natural Hazards, 56, 425-449. http://dx.doi. org/10.1007/s11069-009-9492-y Mazzorana, B.; Comiti, F.; Fuchs, S. (2011a). A structured approach to enhance flood hazard assessment in mountain streams. Natural Hazards, 67, 991-1009. http://dx.doi. org/10.1007/s11069-011-9811-y Mazzorana, B.; Comiti, F.; Volcan, C.; Scherer, C. (2011b). Determining flood hazard patterns through a combined stochastic-deterministic approach. Natural Hazards, 59, 301-316. http://dx.doi.org/10.1007/s11069-011-9755-2 McDade, M.H.; Swanson, F.J.; McKee, W.A.; Franklin, J.F.; Van Sickle, J. (1990). Source distances for coarse woody debris entering small streams in western Oregon and Washington. Can. J. For. Res., 20, 326-330. http://dx.doi. org/10.1139/x90-047

30

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

Piégay, H.; Alber, A.; Slater, L.; Bourdin, L. (2009). Census and typology of the braided rivers in the French Alps. Aquatic Sciences, 71, 371388. http://dx.doi.org/10.1007/s00027-0099220-4 Piégay, H.; Gurnell, A.M. (1997). Large woody debris and river geomorphological pattern: Examples from S. E. France and S. England. Geomorphology, 19, 99-116. http://dx.doi. org/10.1016/S0169-555X(96)00045-1 Rickenmann, D.; Koschni, A. (2010). Sediment loads due to fluvial transport and debris flows during the 2005 flood events in Switzerland. Hydrological Processes, 24, 993-1007. http:// dx.doi.org/10.1002/hyp.7536 Rigon, E.; Comiti, F.; Lenzi, M.A. (2012). Large wood storage in streams of the Eastern Italian Alps the relevance of hillslope processes. Water Resources Research, 48, W01518. http:// dx.doi.org/10.1029/2010WR009854 Robison, E.G.; Beschta, R.L. (1990). Coarse woody debris and channel morphology interactions for undisturbed streams in southeastern Alaska, USA. Earth Surface Processes and Landforms, 15, 149-156. http://dx.doi. org/10.1002/esp.3290150205 Rudolf-Miklau, F.; Hübl, J. (2010). Managing risks related to drift wood (woody debris). INTERPRAEVENT 2010 - Int. Symposium in Pacific Rim, Taipei, 26. - 30. April 2010 In: Chen, SuChin (Ed.), Symposium Proceedings, S. 868 878; ISBN: 978-3-901164-11-8. Ruiz-Villanueva, V.; Bodoque, J.M.; Díez-Herrero, A.; Eguibar, M.A.; Pardo-Igúzquiza, E. (2012). Reconstruction of an ungauged flash flood event with large wood transport and its influence on hazard patterns. Hydrological Processes, 27, 3424-3437. http://dx.doi. org/10.1002/hyp.9433 Ruiz-Villanueva, V. (2013). Nuevas Metodologías para el análisis de la peligrosidad y riesgo por inundación en zonas de montaña. Tesis Doctoral Universidad Complutense de Madrid. Febrero 2013. Ruiz-Villanueva, V.; Bladé-Castellet, E.; SánchezJuny, M.; Martí, B.; Díez-Herrero, A.; Bodoque, J.M. (2014a). Two dimensional numerical modelling of wood transport. Journal of Hydroinformatics, 16.5, 1077-1096. Ruiz Villanueva, V.; Bladé Castellet, E.; Díez-Herrero, A.; Bodoque, J. M.; Sánchez-Juny, M. (2014b). Two-dimensional modelling of large wood transport during flash floods. Earth Surface Processes and Landforms, 39, 438-449. http://dx.doi.org/10.1002/esp.3456

Merten, E.; Finlay, J.; Johnson, L.; Newman, R.; Stefan, H.; Vondracek, B. (2010). Factors influencing wood mobilization in streams. Water Resources Research, 46, 1-13. http://dx.doi. org/10.1029/2009WR008772 MIMAN (2000). Libro Blanco del Agua. Ministerio de Medio Ambiente. Secretaría de Estado, de Aguas y Costas. Dirección General de Obras Hidraulicas y Calidad de Aguas. Montgomery, D. (2003). Wood in rivers: interactions with channel morphology and processes. Geomorphology, 51, 1-5. http://dx.doi. org/10.1016/S0169-555X(02)00322-7 Montgomery, D.R.; Abbe, T.B. (2006). Influence of logjam-formed hard points on the formation of valley-bottom landforms in an old-growth forest valley, Queets River, Washington, USA. Quat. Res., 65, 147-155. http://dx.doi. org/10.1016/j.yqres.2005.10.003 Montgomery, D.R.; Collins, B.D.; Buffington, J.M.; Abbe, T.B. (2003). Geomorphic effects of wood in rivers, The Ecology and Management of Wood in World Rivers, edited by S. V.Gregory, K. L.Boyer, A. M.Gurnell, 21-47, Am. Fish. Soc., Bethesda, Md. Naka, K. (1982). Community dynamics of evergreen broadleaf forests in southwestern Japan. I. Wind damaged trees and canopy gaps in an evergreen oak forest. Journal of Plant Research, 95, 385-399. http://dx.doi. org/10.1007/bf02489476 Nakamura, F.; Swanson, F.J. (1993). Effects of coarse woody debris on morphology and sediment storage of a mountain stream system in western Oregon. Earth Surface Processes and Landforms, 18, 43-61. http://dx.doi.org/10.1002/ esp.3290180104 O’Connor, D.; Renting, H.; Gorman, M.; Kinsella, J. (2006). The Evolution of Rural Development in Europe and the Role of EU Policy. In O’Connor, D.; Renting, H.; M. Gorman and J. Kinsella (Eds.) Driving Rural Development: Policy and Practice in Seven EU Countries. Assen: Van Gorcum. Ollero, A. (2013). ¿Por qué NO hay que limpiar los ríos? Online disponible en: http://riverkeeper.blogspot.ch/2013/01/por-que-no-hayque-limpiar-los-rios.html. Piégay, H. (1993). Nature, mass and preferential sites of coarse woody debris deposits in the lower Ain valley (Mollon Reach), France. Regulated Rivers: Research and Management, 8, 359-372. http://dx.doi.org/10.1002/ rrr.3450080406

31

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

Ruiz-Villanueva, V.; Díez-Herrero, A.; Ballesteros, J.A.; Bodoque, J.M. (2014c). Potential Large Woody Debris recruitment due to landslides, bank erosion and floods in mountain basins: a quantitative estimation approach. River Research and Applications, 30, 81-97. http:// dx.doi.org/10.1002/rra.2614 Ruiz-Villanueva, V.; Bodoque, J.M.; Díez-Herrero, A.; Bladé, E. (2014d). Large wood transport as significant influence on flood risk in a mountain village. Natural Hazards, 74, 967-987. http:// dx.doi.org/10.1007/s11069-014-1222-4 Russell, I.C. (1909). Rivers of North America. G.P. Putnam’s Sons, New York, NY. 522 pp. Schmocker, L.; Hager, W.H. (2010). Drift accumulation at river bridges. River Flow Dittrich, Koll, Aberle & Geisenhainer (eds). Bundesanstalt für Wasserbau ISBN 978-3-939230-00-7. Schmocker, L.; Weitbrecht, V. (2013). Driftwood: Risk Analysis and Engineering Measures. Journal of Hydraulic Engineering, 139, 683-695. http://dx.doi.org/10.1061/(ASCE)HY.19437900.0000728 Scholz, R.W.; Tietje, O. (2002). Embedded Case Study Methods: Integrating Quantitative and Qualitative Knowledge. Sage Publications. Schumm, S.A. (1963). A tentative Classification of Alluvial River Channels, U.S. Geol. Surv. Circ. 477, 10. Sedell, J.R.; Richey, J.E.; Swanson, F.J. (1989). The river continuum concept: A basis for expected ecosystem behavior of very large rivers? Can. Spec. Publ. Fish. Aquat. Sci., 106, 110127. Shoecraft, R.P. (1875). Map of Township No. 31 North, Range No. 5 East, Willamette Meridian, Washington Territory. U.S. Bureau of Land Management, Plates of Washington Territory, Olympia, WA. Stumbles, R.E. (1968). How wind influences silviculture and management as a district officer sees it. Forestry Supplement, 45-50. Sullivan, K.; Lisle, T.E.; Dolloff, C.A.; Grant, G.E.; Reid, L.M. (1987). Stream channels: The link between forests and fishes, Streamside Management: Forestry and Fishery Implications, edited by E. O. Salo, T. W. Cundy, 39-97, Univ. of Washington, Institute of Forest Resources, Seattle. Svoboda, C.D.; Russell, K. (2011). Flume Analysis of Engineered Large Wood Structures for Scour Development and Habitat. Proceedings of ASCE World Environmental and Water Resources Congress 2011. p. 2572-2581. http:// dx.doi.org/10.1061/41173(414)267

Swanson, F.J. (2003). Wood in rivers: a landscape perspective. American Fisheries Society Symposium, 37, 299-313. Swanson, F.J.; Lienkaemper, G.W. (1984). Interactions among fluvial processes, forest vegetation, and aquatic ecosystems, South Fork Hoh River, Olympic National Park. In: Starkey, E.E.; Franklin, J.F.; Matthews, J.W. (Eds.), Proceedings of the Second Conference on Scientific Research in the National Parks. Oregon State Univ. Forest Research Lab. Publ., Corvallis, OR, pp. 30-34. Van Sickle, J.; Gregory, S.V. (1990). Modeling inputs of large woody debris from falling trees. Canadian Journal of Forest Research, 20, 15931601. http://dx.doi.org/10.1139/x90-211 Waldner, P.; Köchli, D.; Usbeck, T.; Schmocker, L.; Sutter, F.; Rickli, C.; Rickenmann, D.; Lange, D.; Hilker, N.; Wirsch, A.; Siegrist, R.; Hug, C.; Kaennel, M. (2010). Schwemmholz des Hochwassers 2005 (Driftwood during the 2005 flood event). Final Report. Federal Office for the Environment FOEN, Swiss Federal Institute for Forest, Snow, and Landscape Research, WSL, Birmensdorf (in German). Wallerstein, N. (2004). Influence of large woody debris on morphological evolution of incised, sand-bed channels. Geomorphology, 57, 53-73. http://dx.doi.org/10.1016/S0169555X(03)00083-7 Webb, A.A.; Erskine, W.D. (2003). A practical scientific approach to riparian vegetation rehabilitation in Australia. Journal of Environmental Management 68, 329-341. http://dx.doi. org/10.1016/S0301-4797(03)00071-9 Welber, M.; Bertoldi, W.; Tubino, M. (2013). Wood dispersal in braided streams: results from physical modeling. Water Resources Research, 49, 7388-7400. http://dx.doi. org/10.1002/2013WR014046 Welty, J.J.; Beechie, T.; Sullivan, K.; Hyink, D.M.; Bilby, R.E.; Andrus, C.; Pess, G. (2002). Riparian aquatic interaction simulator (RAIS): a model of riparian forest dynamics for the generation of large woody debris and shade. Forest Ecology and Management, 162, 299-318. http:// dx.doi.org/10.1016/S0378-1127(01)00524-2 Wohl, E. (2010). Mountain Rivers Revisited, Water Resour. Monogr. Ser., 19, 573 pp. Wohl, E. (2011). Threshold-induced complex behavior of wood in streams. Geology 39, 587590. http://dx.doi.org/10.1130/G32105.1 Wohl, E. (2013). Floodplains and wood. Earth Science Reviews, 123, 194-212. http://dx.doi. org/10.1016/j.earscirev.2013.04.009

32

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 7-33

Geomorphology, 93, 168-185. http://dx.doi. org/10.1016/j.geomorph.2007.02.014 y ga, . Zawiejska, J. (2005). ood storage in a wide mountain river: Case study of the Czarny Dunajec, Polish Carpathians. Earth Surface Processes and Landforms, 30, 1475-1494. http://dx.doi.org/10.1002/esp.1204 y ga, . Zawiejska, J. (2010). Large wood storage in channelized and unmanaged sections of the Czarny Dunajec River, Polish Carpathians: Implications for the restoration of mountain rivers. Folia Geographica, Series Geographica Physica, 41, 5-34.

Wohl, E.; Cenderelli, D.A.; Dwire, K.A.; Ryan-Burkett, S.E.; Young, M.K.; Fausch, K.D. (2010). Large in-stream wood studies: a call for common metrics. Earth Surface Processes and Landforms, 35, 618-625. http://dx.doi. org/10.1002/esp.1966 Wohl, E.; Jaeger, K. (2009). A conceptual model for the longitudinal distribution of wood in mountain streams. Earth Surface Processes and Landforms, 34, 329-344. http://dx.doi. org/10.1002/esp.1722 Wohl, E.E.; Merritt, D.M. (2008). Reach-scale channel geometry of mountain streams,

33

Cuaternario y Geomorfología

CG

ISSN: 0214-1744

y

www.rediris.es/CuaternarioyGeomorfologia/

Dinámica paleoambiental en la campiña de Córdoba (Andalucía) entre el IV y el I milenios cal. BC. Análisis palinológico del yacimiento arqueológico de Torreparedones Paleoenvironmental dynamics in the countryside of Córdoba (Andalusia) between the IV and the I millennia cal. BC. Palynological analysis of the archaeological site of Torreparedones López-Sáez, J.A. (1) ; Martínez-Sánchez, R.M. (2); Pérez-Díaz, S. (3); Alba-Sánchez, F. (4); Núñez de la Fuente, S. (5); Serra-González, C. (4); Morena-López, J.A. (6); Luelmo-Lautenschlaeger, R. (1) (1) Grupo de Investigación Arqueobiología, Instituto de Historia, CSIC. Albasanz 26-28, 28037, Madrid, España. [email protected] (2) Área de Prehistoria, Fac. Filosofía y Letras, Universidad de Córdoba. Plaza Cardenal Salazar s/n, 14071, Córdoba, España. (3) Dept. Geografía, Prehistoria y Arqueología, Univ. País Vasco. Francisco Tomás y Valiente s/n, 01006, Vitoria, España. (4) Departamento de Botánica, Universidad de Granada. Avenida de Fuentenueva s/n, 18071, Granada, España. (5) IIIPC, Universidad de Cantabria. Avenida de los Castros s/n, 39005, Santander, España. (6) Museo Histórico Municipal de Baena. Santo Domingo de Henares 5, 14850, Baena, Córdoba, España.

Resumen En este trabajo se presenta el análisis palinológico de un perfil estratigráfico del yacimiento arqueológico de Torreparedones, situado en la campiña de Córdoba, con una cronología comprendida entre el IV y el I milenios cal. BC. En él se documenta un proceso de creciente degradación del encinar, que se iniciaría durante el Calcolítico mediante el desarrollo de actividades agrícolas y ganaderas, que se haría aún más manifiesto durante el Bronce Final y la Época Ibérica, dentro de un proceso de aridificación generalizado. Se plantea la relación del abandono del yacimiento durante el III milenio cal. BC respecto al evento climático abrupto 4200 cal. BP. Palabras clave: Edad del Cobre; Bronce Fina; Palinología; Paleoambiente; Cambio climático; Córdoba. Abstract In this work we present the palynological study of a stratigraphic profile from Torreparedones archaeological site, located in the countryside of Córdoba, with a chronology between the IV and I millennia cal. BC. A

doi:10.17735/cyg.v29i3-4.35201

Derechos de reproducción bajo licencia Creative Commons 3.0. Se permite su inclusión en repositorios sin ánimo de lucro.

35

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 35-55

process of increasing degradation of evergreen oak woodland, which would begin during the Chalcolithic by developing farming activities, is documented. This would become even more evident during the Late Bronze and the Iberian Epoch within the widespread aridity. The relationship of the abandonment of the site during the III millennium cal. BC respect to the 4200 cal. BP abrupt climate event is proposed. Key words: Copper Age; Late Bronze Age; Palynology; Palaeoenvironment; Climate change; Córdoba.

1. Introducción

orden, interpretados como núcleos de explotación agrícola (Murillo Redondo y Morena López, 1992; Murillo Redondo, 1994); que, en cierta manera, parecen preconizar el modelo de explotación desarrollado a partir de la romanización por medio de las villae agrícolas. La refundación del yacimiento de Torreparedones, objeto de estudio de este trabajo, como poblado habitado, tendrá lugar entonces como asentamiento central, ocupando en extensión los límites habitados por el poblado calcolítico, y sobre los cuales se edificaría el recinto amurallado que delimitará el oppidum protohistórico y el municipio romano (Morena López et al., 2012). A pesar que de los datos paleoambientales de este marco cronológico, así como de la Época Ibérica posterior, son cada vez más abundantes, de momento no se ha establecido una relación causal entre el efecto de la dinámica antrópica y la variabilidad climática respecto a los modelos de poblamiento y las actividades paleoeconómicas.

Una de las grandes problemáticas arqueológicas que atañe el estudio de la Edad del Bronce en el Medio y Bajo Guadalquivir corresponde al aparente vacío registrado entre el final del III milenio cal. BC y el último cuarto del II milenio cal. BC. Este fenómeno queda reflejado en una escasez real de datos publicados referidos a asentamientos humanos de estas cronologías (Escacena, 1995; Mederos Martín, 1996); hecho que por otra parte contrasta con el mejor conocido mundo funerario (Martínez Fernández y Vera Rodríguez, 2014). Si bien el desconocimiento que se tiene de este periodo cronológico puede estar relacionado con una evidente falta de investigación, también es cierto que dicho fenómeno ha sido interpretado de formas muy diversas, incluyendo la alusión a la continuidad de una cultura material de raigambre calcolítica en las comunidades del Bronce Antiguo en el Guadalquivir, lo que habría influido en una hipotética caracterización errónea (Martín de la Cruz et al., 2000). En definitiva, podemos argumentar que, actualmente, en vista de la información disponible, todavía no se cuenta con datos empíricos suficientes para interpretar la aparente caída poblacional registrada en la Depresión del Guadalquivir a lo largo del II milenio cal. BC.

En el presente trabajo llevamos a cabo la reconstrucción paleoambiental del yacimiento de Torreparedones, entre el IV y el I milenios cal. BC, a partir del estudio palinológico de un perfil estratigráfico del yacimiento. Los objetivos que se plantean son: i) detallar la historia de la vegetación, la dinámica antrópica y paleoeconómica en el marco cronológico considerado; y, ii) inferir conclusiones de tipo paleoclimático que puedan ser cotejadas con el registro arqueológico.

Por otro lado, a partir del Bronce Final (ca. 1200-1100 cal. BC) el cambio registrado en dicho territorio es total, evidenciando una ocupación sorprendentemente intensa, en amplio contraste con el tejido ocupacional conocido en los siglos anteriores. En el Guadalquivir Medio, particularmente, resultan muy abundantes los emplazamientos de finales de la Edad del Bronce, de segundo y tercer

2. Marco físico y biogeográfico El yacimiento de Torreparedones se localiza en plena campiña oriental cordobesa, entre los ríos Guadalquivir al norte y Guadajoz al

36

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 35-55

Figura 1: Mapa de situación del yacimiento de Torreparedones (Baena, Córdoba) y otros registros polínicos mencionados en el texto. Figure Location of the archaeological site of Torreparedones (Baena, Córdoba) and other pollen records mentioned in the text.

sur, en el límite septentrional de los términos municipales de Baena y Castro del Río (Figura 1). Se extiende sobre una planicie elevada compuesta en su base por margocalizas terciarias tabulares del Tortoniense, a una altitud máxima de 580 m, con una ligera pendiente de orientación sur (Figura 2). Abarca más de 11 ha de extensión, siendo uno de los yacimientos delimitados más extensos de la campiña cordobesa junto al de Ategua (Fernández Castro y Cunliffe, 2002; Martínez Sánchez, 2014). Su situación elevada es ciertamente estratégica, pues su ubicación como ‘techo’ de la campiña le otorga una amplia visibilidad hacia los cuatro puntos cardinales (Morena López et al., 2012).

terránea, provincia Bética, sector hispalense, subsector hispalense (Rivas Martínez, 1987, 1988). La vegetación característica y climácica correspondería al encinar basófilo mesomediterráneo de Quercus ilex subsp. ballota (Q. rotundifolia), en el cual la encina sería la especie dominante, apareciendo el quejigo (Quercus faginea) en situaciones de umbría y barrancos frescos. En zonas más cálidas, como en la que se sitúa Torreparedones, se desarrollaría una faciación termófila de dicho encinar, enriquecida en acebuche (Olea europaea) y lentisco (Pistacia lentiscus). El estrato basal de este encinar calcícola sería rico en elementos arbustivos y lianoides, siendo las especies más características Crataegus monogyna, Rhamnus alaternus, Retama sphaerocarpa, Genista speciosa, Asparagus albus y Paeonia

Desde un punto de vista biogeográfico, el área de estudio pertenece a la región Medi-

37

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 35-55

Figura 2: Mapa topográfico del yacimiento de Torreparedones (Morena López et al., 2012). 1, Situación del sondeo 3 al norte del foro (Mar nez Sánchez et al., 2014). 2, Puerta oriental. Figure Topographic map of the Torreparedones site (Morena López et al., ). , Situation of the survey north of the forum (Martínez Sánchez et al., ). , Eastern gate.

38

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 35-55

broteroi. En la actualidad, estos bosques son extremadamente escasos en el área de estudio, salvo en áreas serranas o substratos poco desarrollados, ya que estos territorios tienen una vocación eminentemente agrícola, sobre todo cereales de secano, y el cultivo del olivar alcanza gran rendimiento potencial.

entre 2900 y 1100 cal. BC, (iii) un nuevo momento de ocupación durante el Bronce Final (tránsito del II al I milenios cal. BC), y, (iv) una fase final de Época Ibérica con el desarrollo del oppidum turdetano en el I milenio cal. BC (Martínez Sánchez et al., 2014). Las muestras palinológicas del yacimiento de Torreparedones proceden de un sondeo realizado en 2012 en el lado norte del foro (sondeo 3) (Figura 2), donde se documentó la presencia de margas naturales a dos metros por debajo de la cota actual. A partir de él se levantó la correspondiente secuencia estratigráfica vertical (Figura 3) en la que se recogieron 17 muestras sedimentológicas en columna para su correspondiente análisis polínico en las cuatro fases cronoculturales descritas (Martínez Sánchez, 2014; Martínez Sánchez et al., 2014). En el seno de dicho perfil estratigráfico se seleccionaron dos muestras de vida corta (semillas carbonizadas) para su datación 14C (Tabla 1), que fueron analizadas en el Laboratorio Beta Analytic (Florida, Estados Unidos). A partir de la datación convencional BP obtenida, ambas fechas fueron calibradas (2 sigma, 95.4%) con el programa Calib 7.1 de acuerdo a la curva de calibración IntCal13 (Reimer et al., 2013).

3. Contexto arqueológico y estratigráfico El yacimiento arqueológico de Torreparedones, también llamado Castro el Viejo o Torre de las Vírgenes, destaca por su monumentalidad, especialmente su núcleo urbano amurallado de época iberorromana -identificado con la colonia Ituci Virtus Iulia-, así como por su foro, uno de los mejor conservados de Hispania (Morena López et al., 2012). De la importancia de este yacimiento para el patrimonio histórico andaluz da prueba su declaración en 2007 como Bien de Interés Cultural y Zona Arqueológica, así como la inclusión de este enclave en la Red de Espacios Culturales de Andalucía. Aunque conocido en la literatura desde el siglo XVI por la aparición casual de numerosos vestigios, no fue hasta mediados del siglo XIX cuando despertó el interés de los historiadores al hallarse el mausoleo de los Pompeyos (Beltrán et al., 2010). Entre 1987 y 1992 se desarrolló un proyecto de excavación sistemático del yacimiento, particularmente de la ocupación prerromana y tardorrepublicana, recuperándose numerosos exvotos antropomorfos tallados en roca caliza, aunque ya por entonces pudo definirse una fase de ocupación prehistórica con un poblamiento extendido tanto en el propio yacimiento como en su territorio inmediato (Cunliffe y Fernández Castro, 1999).

Sobre las margas antes citadas se documentó una estructura excavada de forma oval irregular (0,8-1,2 m de diámetro) y 0,45 cm de profundidad, la cual posiblemente se colmató en un mismo evento calzando dos postes en su interior junto a un pequeño acondicionamiento de piedras. Las unidades estratigráficas definidas en dicha estructura (UEs 1389, 1388, 1387, 1386) son similares en su naturaleza y composición (Figura 3). Por encima de las anteriores se detectaron cuatro UEs (1385, 1365, 1361, 1360) dispuestas horizontalmente, que junto a las referidas de la estructura oval representarían la primera fase (fase I) de ocupación de Torreparedones durante el Calcolítico (Figura 3), también documentada en la puerta oriental del yacimiento (Figura 2). La cultura material de esta fase incluye grandes fuentes y cazuelas de carena baja como artefactos más característicos, junto a vasos

No obstante, no ha sido hasta fechas recientes cuando se ha desglosado cronológicamente la secuencia prehistórica anterior a las fases prerromana y romana, documentándose (i) un primer poblamiento calcolítico datado a finales del IV milenio cal. BC, (ii) una fase de despoblación y abandono muy amplia

39

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 35-55

Tabla 1: Dataciones radiocarbónicas (14C AMS) del sondeo 3 de Torreparedones. Table 1: Radiocarbon data (14C AMS) from the survey 3 of Torreparedones.

Código laboratorio

UE

Material datado

Edad radiocarbono

Beta-341474

1389

Semillas de cereal 4400 ± 30 BP

Beta-341473

1343

Semilla Vicia faba 2750 ± 30 BP

Calibración 2 sigma 3261-3254 cal. BC (0.9%) 3098-2917 cal. BC (99.1%) 975-953 cal. BC (6.1%) 944-823 cal. BC (93.9%)

Fecha más probable 3013 cal. BC 887 cal. BC

Figura 3: Secuencia estratigráfica del perfil norte del sondeo 3 de Torreparedones. Los círculos blancos representan la ubicación de cada muestra palinológica en su respectiva UE. Figure 3: Stratigraphic sequence of the north profile from the survey 3 of Torreparedones. hite circles represent the location of each pollen sample in its respective US.

40

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 35-55

diámetro; aunque a partir de la UE 1350 dominan las cerámicas bruñidas de tonalidades oscuras propias del Bronce Final, apareciendo también los primeros artefactos metálicos (Martínez Sánchez et al., 2014). La cerámica bruñida con aplicaciones metálicas, presente desde el inicio de la fase, ha sido fechada por cronología absoluta ca. 1200-1100 cal. BC en el Guadiana Medio (Jiménez y Guerra, 2012), aunque para el Guadalquivir Medio se hayan barajado dataciones algo más recientes (Torres, 2001). Para la UE 1343 se dispone de una datación sobre un material de vida corta (Tabla 1) que arroja una fecha más probable de 887 cal. BC (975-823 cal. BC). Por encima del suelo de ocupación definido por las UEs 1343 y 1342, en la UE 1341 se recogieron algunos fragmentos con engobe a la almagra, que podrían ser fechados ca. 900-700 cal. BC (Martínez Sánchez et al., 2014). En definitiva, los datos anteriores permiten situar cronológicamente esta fase III ca. 1100 y 700 cal. BC.

carenados y formas globulares dotadas de mamelones, además de cuencos de casquete esférico, platos y soportes cilíndricos (Martínez Sánchez, 2014; Martínez Sánchez et al., 2014). La fecha radiocarbónica disponible para la UE 1389 (Tabla 1) indicaría el inicio de la ocupación del yacimiento ca. 3000 cal. BC, aunque considerando todo su rango cronológico podríamos situar esta fase I entre ca. 3300 y 2900 cal. BC. Suprayacentes a las UEs de la fase I de Torreparedones aparecen dos nuevas UEs subhorizontales que constituyen la fase II del yacimiento (Figura 3). Las UEs 1359 y 1354, de tonalidades muy oscuras respecto al conjunto de la estratificación, tenían un aspecto edafizado producto probablemente de un prolongado episodio sin aportes terrígenos importantes, asemejándose por tanto a un perfil vegetal (paleosuelo) sepultado por estratos más recientes. En la primera se recogieron fragmentos cerámicos semejantes a los de la fase I aunque muy rodados, erosionados y fragmentados, además de algunos elementos igualmente rodados pertenecientes a platos de borde engrosado, de ahí que tentativamente esta UE 1359 pueda ubicarse cronológicamente ca. 2700-2200 cal. BC (Martínez Sánchez et al., 2014). La UE 1354 es más difícil de interpretar, pues cuenta con elementos cerámicos propios del Bronce Final (fase III posterior) junto a una abundante muestra de otros adscribibles a la fase I del sitio, y posteriores, como algún elemento campaniforme, por lo que podría haberse visto alterada por la reocupación posterior. En definitiva, ambas UEs se habrían formado en un periodo de progresiva despoblación de Torreparedones, a partir de los primeros siglos del III milenio cal. BC, y de total abandono durante la mayor parte del II milenio cal. BC.

Finalmente, por encima de las UEs de la fase III, las unidades 965B y 965A pueden asignarse a una fase IV, Baja Época Ibérica-Período Tardorrepublicano, siglos IV-II cal. BC (Morena López et al., 2012); por encima de las cuales se situa el nivel superficial afectado por el laboreo agrícola (UE 001) donde se mezclan materiales ibéricos, romanos y medievales, por lo que no fue muestreado para su análisis palinológico (Figura 3). 4. Metodología del estudio palinológico El tratamiento de las 17 muestras citadas (10 g de sedimento) en el apartado anterior ha sido el usual en los estudios arqueopalinológicos (Burjachs et al., 2003). Éste se llevó a cabo en el Laboratorio de Arqueobiología del CCHS-CSIC en su Unidad de Palinología. Consiste en un primer ataque al sedimento con HCl para la disolución de los carbonatos, seguido de NaOH para la eliminación de la materia orgánica, y finalmente HF para la eliminación de los silicatos. El sedimento se trató con ‘licor de Thoulet’ para la separación densimétrica de los microfósiles (Goeury y

La fase III de Torreparedones englobla las UEs 1352 a 1341 del perfil estratigráfico del sondeo 3 (Figura 3). En ella aparecen materiales correspondientes al tránsito entre el II y el I milenio cal. BC, tales como cazuelas de carena alta y base plana, vasos de tendencia bicónica y cuencos de paredes finas y escaso

41

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 35-55

de Beaulieu, 1979). La porción del sedimento que se obtuvo al final del proceso se conservó en gelatina de glicerina en tubos eppendorf. No se procedió a la tinción de las muestras por la posibilidad que existe de que enmascare la ornamentación de ciertos tipos polínicos. Tras el tratamiento y conservación las muestras se montaron en portaobjetos con cubreobjetos y posterior sellado con histolaque, para proceder al recuento de los distintos tipos polínicos y no polínicos al microscopio óptico (60x, 40x).

rreparedones, para lo cual se han empleado los programas TILIA y TGView (Grimm, 1992, 2004). Para llevar a cabo una descripción pormenorizada del registro paleopalinológico se han establecido una serie de zonas polínicas (ZP-1 a 4) siguiendo la clasificación divisiva (análisis de clúster jerárquico) obtenida con el programa Coniss (Grimm, 1987), que se corresponden con las distintas fases cronológicas establecidas en este yacimiento. Durante la zona polínica 1 (ZP-1), correspondiente a la primera fase de ocupación (Figura 3) a partir del último cuarto del IV milenio cal. BC (fase I), la cobertura arbórea oscila entre 26,4 y 32,1%, siendo la encina/coscoja (Quercus ilex/coccifera tipo) el palinomorfo mayoritario (11,7-16,4%). Las formaciones herbáceas dominan los espectros polínicos (45-69,3%), particularmente Poaceae (13,429,4%). En la subzona ZP-1a, junto a Quercus ilex/coccifera tipo se documenta una serie de elementos arbustivos y herbáceos propios del sotobosque del encinar, caso de Asparagus tipo (2,3-3%), Crataegus monogyna tipo (1,9-2,6%), Genista/Retama tipo (2,7-4,1%), Labiatae (1,2-2,2%) o Paeonia (1,2-2,2%), más elementos termófilos característicos de estos ambientes mesomediterráneos cálidos como Olea europea (2,3-3%) y Pistacia lentiscus (4,1-5%). A nivel regional, en la zona ZP-1 se detecta la presencia de Quercus faginea tipo (1,5-3,2%), y extra-regionalmente de pinares de Pinus sylvestris/nigra tipo (10,8-13,2%), cuyos porcentajes, relativamente bajos en ambos casos, harían referencia a la existencia de formaciones caducifolias en umbrías y barrancos en el caso de los primeros; así como de bosques de coníferas en los ambientes montañosos circundantes del Sistema Bético en los segundos, donde fueron la vegetación dominante en estos momentos del Holoceno (Carrión et al., 2001; Carrión, 2002). Los bosques riparios comarcales serían olmedas (Ulmus, 1,1-1,9%). En las subzona polínica ZP-1b, a pesar de que Quercus ilex/coccifera tipo se mantiene más o menos estable respecto a la precedente, la cobertura arbustiva sufre una notable regresión, pasando del 19,2-23,8% en ZP-1a a valores de apenas 3,7-4,9% en ZP-

Los morfotipos polínicos han sido establecidos según Valdés et al. (1987), Faegri e Iversen (1989), Moore et al. (1991) y Reille (1992, 1995). En la distinción morfológica de Oleaceae se siguió a Renault-Miskovsky et al. (1976); y a Burgaz et al. (1994) en el caso de Pistacia. La identificación del morfotipo Cerealia se ha realizado de acuerdo a Beug (2004) y López Sáez y López Merino (2005). Los microfósiles no polínicos se identificaron según López Sáez et al. (1998, 2000) y van Geel (2001). En la validación de los datos obtenidos se han aceptado las directrices estadísticas y tafonómicas expuestas en López Sáez et al. (2003, 2006, 2013). Siempre que se ha dado una muestra por válida, el número de granos de polen contados o suma base polínica (S.B.P.) ha superado los 200 procedentes de plantas terrestres, con una variedad taxonómica mínima de 20 tipos polínicos distintos. En el cálculo de los porcentajes se han excluido de la suma base polínica los taxa hidro-higrófilos y los microfósiles no polínicos, que se consideran de carácter local o extra-local, por lo que suelen estar sobrerrepresentados. Además, se han excluido de ésta Cardueae, Cichorioideae y Aster debido a su dispersión antrópica y zoófila. El valor relativo de los excluidos se ha calculado respecto a la S.B.P. 5. Resultados En la Figura 4 se representa el histograma palinológico referido al análisis polínico llevado a cabo en el yacimiento arqueológico de To-

42

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 35-55

Figura 4: Diagrama palinológico del yacimiento arqueológico de Torreparedones (Baena, Córdoba). Figure 4: Pollen diagram of the archaeological site of Torreparedones (Baena, Córdoba).

1b. Ello conlleva una reducción significativa de los porcentajes de la mayor parte de taxa arbustivos, e incluso la desaparición de algunos (Asparagus tipo). En paralelo, la cobertura herbácea se incrementa ostensiblemente: 45-51,2% en ZP-1a a 63-69,3% en ZP-1b. Las razones de estos hechos parecen estar basadas en un mayor impacto antrópico en ZP-1b, toda vez que elementos antrópico-nitrófilos (Aster tipo, Cardueae, Cichorioideae) se incrementan notablemente en esta subzona -Cichorioideae pasa de 5-5,6% en ZP-1a a 16,9-24,2 en ZP-1b- (Behre, 1981). En cuanto a actividades productivas, a lo largo de la zona ZP-1 se documenta polen de cereal (Cerealia tipo) en todo momento, cuyos valores porcentuales (3-6,9%) son suficientes para admitir la existencia de cultivos in situ en el propio yacimiento (López Sáez y López Merino, 2005). En ZP-1 la presencia de elementos antropozoógenos (Plantago lancelata tipo, P. major/media tipo, Urtica dioica tipo) así como de hongos coprófilos (Sordaria sp., Sporormiella sp., Podospora sp.) es constante y con valores relativamente elevados, de un 10% en el caso de los primeros y cercano al 20% en los segundos. Las herbáceas xerófilas (Artemisia, Chenopodiaceae) representan aproximadamente un 5% frente al 2,7-4,8%

de las higrófilas (Cyperaceae), aunque se produce un aumento progresivo de las primeras frente a la segundas en la subzona ZP-1b, paralelo al incremento de Poaceae. En la zona polínica 2 (ZP-2) la cobertura arbórea se recupera notablemente (45,9-52,2%), siendo especialmente evidente el caso de Quercus ilex/coccifera tipo (27,5-29,4%) y en menor medida de Q. faginea tipo (5-9,2%), mientras que Pinus sylvestris/nigra tipo (1113,5%) mantiene valores semejantes a la zona precedente. A su vez, la cobertura arbustiva (13,6-16,7%) también se recupera, alcanzando porcentajes similares a la subzona ZP-1a. Dentro de ésta los elementos más significativos son Pistacia lentiscus (4,45,9%), Rhamnus alaternus tipo (4,4-6,3%), Genista/Retama tipo (1,8-2,7%) y Crataegus monogyna tipo (0,9-1,8%), ya que tanto Asparagus tipo como Olea europaea no se documentan. Paeonia (1,4-2,2%), un elemento característico del encinar basófilo, igualmente aumenta sus valores. A diferencia de ZP-1, en ZP-2 la cobertura herbácea desciende ostensiblemente (34,2-37,4%), particularmente Poaceae (14,9-17,5%) y todo el elenco de elementos antrópico-nitrófilos (Aster tipo, Cardueae, Cichorioideae) y antropozoóge-

43

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 35-55

nos (Plantago lancelata tipo, P. major/media tipo, Urtica dioica tipo) que prácticamente desaparecen. No hay constancia de polen de cereal ni de hongos coprófilos, por lo que en este periodo no se documentan actividades agrícolas ni ganaderas a nivel palinológico. El espectro polínico de la UE 1359 alberga notables valores de elementos xerófilos como Artemisia (10,8%) y Chenopodiaceae (0,9%), mientras que los higrófilos (Cyperaceae) están ausentes. En cambio, el espectro polínico de la UE 1354 ofrece porcentajes bajos de elementos xerófilos (Artemisia 2,2%) y altos de higrófilos (Cyperaceae 11%) y Ulmus (2,6%).

superiores al 15%. A su vez, los hongos coprófilos elevan sus porcentajes (especialmente Sordaria sp.), documentándose de nuevo polen de cereal (3-5,5%) e incluso de haba (Vicia faba tipo, 1,7-2,5%) en tres de las muestras. En esta zona el porcentaje de elementos higrófilos (Cyperaceae) es muy bajo (< 1%), siendo más elevados el de xerófilos (Artemisia: 1,3-3,9% y Chenopodiaceae: 2,6-3,8%). La muestra de techo de esta fase III, correspondiente a la UE 1341 (Figura 3), se incluye dentro de la zona polínica ZP-4, junto a las dos muestras analizadas de la Época Ibérica (Figura 4), debido a los elevados porcentajes de Quercus faginea tipo (3,9%), Ulmus (4,7%) y Cyperaceae (9,9%), superiores en cualquier caso a los que presentan estos palinomorfos en ZP-3, ya que el resto albergan valores semejantes en la UE 1341 respecto al resto de muestras de la fase III del yacimiento. Durante el desarrollo de la UE 1341 se sigue documentado polen de cereal (4,3%) pero no así de Vicia faba tipo, presencia de elementos antropozoógenos y hongos coprófilos.

La zona polínica ZP-3 se corresponde con la fase III del yacimiento de Torreparedones (Figura 3), aunque la muestra superior de ésta (UE 1341) se incluya, según el análisis de conglomerados, en la siguiente zona polínica ZP-4 (Figura 4) por lo que más tarde se comentará. En ZP-3 la cobertura arbórea vuelve a sufrir una importante regresión hacia valores de 15,6-20,7%, siendo muy reseñable el descenso porcentual progresivo de Quercus ilex/coccifera tipo (11,2 a 7,2%) y Q. faginea tipo (1,3-2,6%), e incluso de Pinus sylvestris/nigra tipo (5,9-9,7%). La cobertura arbustiva (11,6 a 6,3%) se reduce en paralelo a la arbórea (especialmente reseñable en el caso de Pistacia lentiscus y Rhamnus alaternus tipo, desapareciendo Genista/ Retama tipo y documentándose de nuevo Asparagus tipo y Olea europaea), mientras que la herbácea se incrementa notablemente (67,8-77,6%; elevándose Poaceae al 3038,4%). Las razones de tal disminución de la cobertura arbóreo-arbustiva deben ponerse en relación con un impacto antrópico elevado durante el Bronce Final, toda vez que elementos antrópico-nitrófilos (Aster tipo, Cardueae, Cichorioideae) y antropozoógenos (Plantago lancelata tipo, P. major/media tipo, Urtica dioica tipo), y malas hierbas de cultivos o plantas ruderales (Rumex acetosa tipo, R. acetosella tipo, etc.), se incrementan considerablemente, alcanzando los primeros, en conjunto, valores del orden del 40-50% respecto a la S.B.P., y los segundos

Finalmente, la fase IV está representada en el diagrama polínico (Figura 4) por las muestras de las UEs 965B y 965A (Figura 3), incluídas en la zona polínica ZP-4. En ambas, la cobertura arbórea es más elevada (23,1-28,9%) que en la fase III, mientras que la arbustiva desciende ligeramente (4,6-4,7%) y la herbácea apenas se modifica (66,5-72,2%). Quercus ilex/coccifera tipo (6,5-8,7%) y Pinus sylvestris/nigra tipo (6,5-8,1%) mantienen los valores de la fase precedente; no así el resto de elementos arbóreos que aumentan: Quercus faginea tipo (6,5-7,5%) y Ulmus (3,6-4,6%). Entre las herbáceas, Poaceae sigue siendo el mayoritario (31,8-40,8%), abundando, como en el Bronce Final, elementos antropico-nitrófilos, antropozoógenos, malas hierbas de cultivos y plantas ruderales. De hecho, los primeros aumentan respecto a la fase III (Cichorioideae 26-31,2%, Cardueae 15,6-23,1%), implicando con ello un impacto antrópico más

44

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 35-55

elevado (Behre, 1981). Éste se confirma por la recurrencia de polen de cereal (4,6-5,3%) y hongos coprófilos. En estas dos muestra de ZP-4 no se documentan elementos xerófilos (Artemisia y Chenopodiaceae, mientras que los higrófilos (Cyperaceae) albergan valores porcentuales notables (10,4-16,6%).

nas (Plantago), así como el cultivo de cereales (máximo 6,2%) en Monturque. Fuera del ámbito de estudio, los espectros polínicos de esta primera fase de Torreparedones también son concordantes con los datos palinológicos de algunos yacimientos calcolíticos de la provincia de Sevilla, caso de los de Calle Calatrava (Carmona), La Gallega y Matarrubilla (Valencina de la Concepción) (Llergo y Ubera, 2006, 2008a), donde la cobertura forestal aparece sumamente alterada, confirmándose el cultivo de cereales.

6. Procesos sociales y ambientales en la campiña de Córdoba entre el IV y el I milenios cal. BC 6.1. La primera ocupación del Torreparedones durante el Calcolítico (ca. cal. BC)

Las actividades agrícolas documentadas a nivel polínico en la fase I de Torreparedones corroboran el estudio carpológico realizado en las UEs correspondientes a esta primera fase de ocupación del yacimiento (Jones y Reed, 1999; Martínez Sánchez et al., 2014), que registró restos de dos cereales, concretamente cebada vestida (Hordeum vulgare subsp. vulgare) y trigo desnudo (Triticum aestivum-durum). Por su parte, la abundancia de hongos coprófilos (Sordaria sp., Sporormiella sp., Podospora sp.), así como de herbáceas antropozoógenas (Plantago lancelata tipo, P. major/ media tipo, Urtica dioica tipo), permitiría admitir una elevada presión pastoral en el entorno inmediato del sitio (López Sáez y López Merino, 2007). Tal presión pastoral corrobora lo documentado en el registro arqueozoológico del yacimiento, en el que predomina la fauna doméstica, particularmente restos de caprinos (cabra y oveja) y cerdos inmaduros, y en menor medida bovinos (Hamilton, 1999; Martínez Sánchez et al., 2014). Tanto actividades agrícolas como ganaderas parecen ser más importantes en la subzona ZP-1b, confirmando ese aumento del impacto antrópico antes comentado.

Los espectros polínicos de ZP-1 (Figura 4) reflejan la existencia de una cobertura arbórea escasa de encinar y/o coscojar (Quercus ilex/ coccifera tipo), dentro de la cual se documentan elementos arbustivos característicos del encinar basófilo mesomediterráneo bético así como otros elementos termófilos (acebuche, lentisco). Gracias a estudios de lluvia polínica actual emprendidos en este tipo de bosques (López Sáez et al., 2010), tales porcentajes representarían un encinar de tipo dehesa, dominado porcentualmente por formaciones herbáceas; aunque no hay que desechar la posibilidad de que el morfotipo Quercus ilex/ coccifera esté representando tanto formaciones arbóreas de encina (Quercus ilex) como arbustivas de coscoja (Q. coccifera), ya que precisamente esta segunda suele formar parte de las primeras etapas de sustitución del encinar en ambientes degradados. Los espectros polínicos de esta primera fase de ocupación de Torreparedones (fase I) son totalmente concordantes con otros análisis palinológicos realizados en yacimientos arqueológicos regionales de estas mismas cronologías (finales del IV-III milenio cal. BC), caso de Monturque (López Palomo, 1993) y Llanete de los Moros (López García y López Sáez, 1994c) (Figura 1); en los cuales, durante el Calcolítico, también se documenta un paisaje enormemente deforestado de encinar/coscojar, preponderando herbáceas (Poaceae), antrópicas (Cichorioideae, Cardueae) y antropozoóge-

Desde un punto de vista climático, en la zona ZP-1 de Torreparedones las herbáceas xerófilas (Artemisia, Chenopodiaceae) son siempre más abundantes que las higrófilas (Cyperaceae), aumentado progresivamente las primeras a lo largo de la subzona ZP-1b. Estos datos confirmarían el proceso de aridificación creciente y xerofitización que ha sufrido el sur de la Península Ibérica a partir del IV milenio

45

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 35-55

mucha menor intensidad (López Sáez et al., 2011), quizá por el carácter margoso de sus suelos y la escasa disponibilidad de agua (Martínez Sánchez et al., 2014). De hecho, el registro carpológico de Torreparedones, como se señaló, únicamente documentó dos cereales (cebada vestida y trigo desnudo), simplificación ésta que podría haber estado vinculada a una generalización de un modelo de producción extensivo relacionado con la introducción del arado y los cultivos en secano (Pérez Jordà y Peña Chocarro, 2013). Dicho registro contrasta con el estudio carpológico del yacimiento de Eras del Alcázar de Úbeda, en la comarca jienense de La Loma, donde los trigos desnudos dominan junto a la cebada desnuda (Hordeum vulgare var. nudum) entre 3500-2500 cal. BC, junto a algún macrorresto de escanda menor (Triticum dicoccum), haba (Vicia faba), yero (V. ervilia) y guisante (Pisum sativum) (Montes Moya, 2011). A tal respecto, se ha propuesto, para la depresión del Guadalquivir, un tipo de modelo productivo que permitiría explotar el territorio de una manera mucho más efectiva, desarrollando una agricultura extensiva fundamentalmente de secano, con una menor producción por hectárea pero con la posibilidad de aumentar la producción total mediante la roturación de amplias superficies, facilitando así una concentración de la población en núcleos de mayor entidad como los que se documentan a partir de mediados del IV milenio cal. BC (Martínez Sánchez, 2013).

cal. BC, más intenso si cabe en el milenio siguiente cuando además el impacto antrópico fue mayor (Jalut et al., 1997, 2000; Fuentes et al., 2005; Carrión et al., 2010). Los datos antes expuestos se encuadran dentro de los procesos sociales que se documentan a partir de mediados del IV milenio cal. BC en la vega del Guadalquivir y las campiñas de Córdoba y Jaén, cuando se produce la maduración de un tejido ocupacional que tiende a extenderse, precisamente, sobre terrenos aluviales y zonas margosas del interfluvio Guadalquivir-Guadajoz-Salado de Porcuna, produciéndose una densidad de localizaciones sin precedentes en el área de estudio para momentos anteriores (Nocete, 1994; Martínez Sánchez et al., 2014). La fecha disponible para la UE 1389 arroja un intervalo cronológico entre 3261-2917 cal. BC (Tabla 1), mostrando, por tanto, una posible fundación del núcleo habitado de Torreparedones a partir del último cuarto del IV milenio cal. BC, con una mayor probabilidad en el último siglo de dicho milenio (3013 cal. BC). Esta fecha es comparable a las fases fundacionales de algunos yacimientos de Jaén como Eras del Alcázar de Úbeda (Lizcano et al., 2009) y Polideportivo de Martos (Cámara et al., 2010), o de Córdoba caso de Llanete de los Moros (Martín de la Cruz et al., 2000) e Iglesia Antigua de Alcolea (Martínez Sánchez, 2013). En definitiva, este tipo de asentamientos, de raigambre agrícola, definidos en el territorio por la presencia abundante de estructuras circulares excavadas en el suelo en forma de silo, empezaron a desarrollarse sobre todo a partir de ca. 3300-3100 cal. BC según las fechas de los yacimientos citados; alcanzando, en el caso de la campiña cordobesa, más del medio centenar (Martínez Sánchez, 2013). Muchos continuaron habitados a lo largo del III milenio cal. BC, probablemente gracias a la difusión del arado y la tracción animal y el desarrollo de nuevas tecnologías agrícolas; hechos que, en su conjunto, facilitaron esta nueva forma de poblamiento en la campiña del Guadalquivir y su implantación en un territorio explotado durante el Neolítico con

6.2. Fase de abandono de Torreparedones (ca. cal. BC) La zona polínica ZP-2 de Torreparedones (Figura 4) corresponde a una fase de despoblación del yacimiento (fase II) apenas iniciado el III milenio cal. BC (Figura 3), lo cual queda corroborado polínicamente por la recuperación de la cobertura arbórea y arbustiva, la disminución de elementos antrópico-nitrófilos y antropozoógenos, pero con mayor evidencia por la no documentación de polen de cereal ni de ascosporas de hongos coprófilos. Las excavaciones emprendidas en el yacimiento

46

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 35-55

(Cunliffe y Fernández Castro, 1999; Martínez Sánchez et al., 2014) demuestran que éste no presenta una ocupación diacrónica sin solución de continuidad, sino que muestra, al menos para la Prehistoria reciente, una interrupción de su poblamiento entre el Calcolítico y el Bronce Final (ca. 2900-1100 cal. BC). Esta “disrupción” ocupacional es un hecho observable en amplios territorios de la Baja Andalucía, no siendo una excepción el Guadalquivir Medio (Martínez Sánchez, 2014). No obstante, en el sector central de la Cuenca del Guadalquivir, se conoce la existencia de algunos enclaves menores en cerros de fácil defensa en el piedemonte de Sierra Morena, como Cerro del Cañaveralejo o Mesa Blanca, así como algunos establecimientos de entidad en la campiña cordobesa caso del Castillo de Monturque (López Palomo, 1993) que cuenta con una secuencia continua desde el Campaniforme al Bronce Final, o el de Zóñar en Aguilar de la Frontera (Murillo Redondo y Ruiz Lara, 1992), Cabezo de Córdoba, Los Almiares, Cerro Jesús y otros inéditos (Martínez Sánchez, 2013); es decir, hábitats ocupados durante buena parte del II milenio cal. BC.

continuidad de habas, guisantes y escanda menor, y la aparición de escaña (Triticum monococcum) y almortas (Lathyrus sativus/cicera) (Montes Moya, 2011). Durante la Edad del Bronce de este yacimiento (ca. 2000-1500 cal. BC), así como el del Cerro del Alcázar de Baeza, el registro carpológico incorpora la cebada vestida y el lino (Linum usitatissimum) (Montes Moya, 2011). Hacia ca. 1500 cal. BC, el estudio carpológico del poblado de la Edad del Bronce de Peñalosa (Baños de la Encina, Jaén) ofrece datos muy semejantes a los de los dos yacimientos anteriores, documentándose mayoritariamente trigo desnudo, cebada desnuda y vestida, y ocasionalmente escaña, escanda menor, mijo/panizo (Panicum/ Setaria) y ciertas leguminosas como almorta, haba y guisante (Arnanz, 1991; Peña Chocarro, 2000); es decir, un patrón común al de otros yacimientos de la Edad del Bronce en Andalucía (Buxó, 1997). En resumen, en un marco cronológico que no está recogido en Torreparedones (III-II milenios cal. BC), en la comarca de La Loma y en las estribaciones meridionales de Sierra Morena, en Jaén, se practicó un cultivo de secano donde los cereales más importantes entre el Calcolítico y la Edad del Bronce fueron la cebada desnuda y el trigo desnudo, a los que se añadirían huertas para el cultivo de leguminosas como el haba o el guisante.

Siguiendo el discurso anterior, en el estudio palinológico de los yacimientos jienenses de las Eras del Alcázar de Úbeda y Cerro del Alcázar de Baeza (Fuentes et al., 2007), entre ca. 2740-1825 y 2165-1887 cal. BC respectivamente, su mayor cercanía a la Sierra de Cazorla-Segura permite que sus espectros polínicos estén dominados por pinares altimontanos, aunque la vegetación potencial del sitio, el encinar, se encuentra muy degradada (76% (Moreira Madueño, 1991)

A partir de aquí, se plantea otro desarrollo metodológico ligado a una posible hipótesis según la cual un uso del suelo de menor o nula cubierta vegetal puede tener como consecuencia un mayor encajamiento de la red en el tramo de cauce afectado directamente por ese uso. Ha de tenerse en cuenta que ambos procesos parten de escalas temporales diferentes. Como se ha mencionado anteriormente, el sustrato geológico está constituido por una litología susceptible a la erosión

Seguidamente, se calcularon con el módulo de análisis espacial de ArcMap 10.2 una serie de áreas colindantes y paralelas (buffers) al cauce principal del río Almáchar. De forma aleatoria se tomaron de 25, 50 y 100 metros. Dicho fin, fue identificar qué cantidad de superficie de tipo de uso del suelo y pendientes podrían estar o no relacionadas con los intervalos del perfil donde se han encontrado mayores anomalías o diferencias entre

64

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 57-76

la curva ajustada y la real. Para terminar, de nuevo se aplica el coeficiente de correlación de Pearson. El objetivo, fue observar si alguno de esos usos aumentaba o disminuía según lo hacían las pendientes y, las diferencias entre el perfil real y el calculado por la ratio LE.

char (Tabla 3). Se puede observar cómo el perfil posee un recorrido total de 5540,3 metros, partiendo desde los 620 m.s.n.m. hasta desembocar en los 165 metros. Además, cabe destacar cómo los tramos de medición se hacen cada vez más largos (mayor horizontalidad) a medida que el río se acerca a su fin. Desde la cabecera, el curso muestra una mayor verticalidad al descender en altitud en menos de 200 metros de recorrido 50 m.s.n.m. Aproximadamente hasta los 370 m.s.n.m., el cauce no comienza a descender en intervalos de 10 m.s.n.m. con longitudes de tramos superiores a 200 metros.

3. Resultados 3.1. Aplicación de la ratio LE En primer lugar, se presentan los valores de longitud y altitud de la cuenca del río Almá-

Tabla 3: Caracterización del perfil longitudinal de cada tramo del río Almáchar. Table Longitudinal pro le characteristics along each part of the Almáchar river.

Cota 620 610 600 590 580 570 560 550 540 530 520 510 500 490 480 470 460 450 440 430 420 410 400 Promedio

Longitud* 0 23,5 43 57,4 75,5 92 107,2 125,2 144 165,8 186,2 210,5 243,7 276,9 311,7 360,5 400,7 443 477,8 528,1 595,9 670,3 747,9 123 ±108,7

Long. Tramo** 0 23,5 19,5 14,4 18,1 16,5 15,2 18 18,8 21,8 20,4 24,3 33,2 33,2 34,8 48,8 40,2 42,3 34,8 50,3 67,8 74,4 77,6 Máximo

Cota 390 380 370 350 340 330 320 310 300 290 280 270 260 250 240 230 220 210 200 190 180 170 165 429,2

Longitud* 831,1 925,9 1063 1297,3 1415,3 1586 1761,3 1832,9 1980,4 2209,8 2379,2 2634 2725 2895,6 3119,3 3343,8 3572,3 3890 4138 4444,4 4873,6 5204,8 5440,3 Mínimo

Long. Tramo** 83,2 94,8 231,9 234,3 118 170,7 175,3 71,6 147,5 229,4 169,4 254,8 91 170,6 223,7 224,5 228,5 317,7 248 306,4 429,2 331,2 235,5 14,4

* = Longitud acumulada de cada tramo del cauce medida en metros. ** = Longitud total de cada tramo medida en metros.

65

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 57-76

Figura 5: Perfil real, ajustado con el ratio LE y la estimación lineal. Figure Ad usted real pro le ith the LE ratio and linear regression.

3.2. Comparación entre los tramos del perfil real y el ajustado

A continuación, se presenta el perfil comparado con la estimación lineal de los datos referidos a la longitud y las cotas, que proporcionará información sobre su linealidad (Fig. 5 y Tabla 4).

Se han agrupado en tramos de 100 metros, excepto los superiores a 600 m.s.n.m. e inferiores a 200 m.s.n.m., que solo tienen 20 y 35 m respectivamente. Además se muestran las diferencias entre los promedios del perfil real y el ajustado, con los valores máximos y mínimos de cada intervalo, junto con el tramo total longitudinal sobre el que se han realizado las operaciones y su desnivel en grados (Tabla 5). Dicha información, es completada con un gráfico de cajas (Fig. 6) que permitirá observar también dónde se establecen las medianas, los valores extremos y la extensión de cada rango de datos de forma más visual.

Como se extrae de los propios resultados, se puede apreciar que existe un ajuste final de 0,96 aplicando la fórmula de la ratio LE para el río Almáchar, frente al 0,86 que permite solo el R2 de la estimación lineal. Se ha obtenido una recta ajustada que permite observar con exactitud qué puntos del curso real no corresponden a un comportamiento teórico geomorfológico acorde al que muestran los datos de altitud (utilizada como variable independiente).

Tabla 4: Valores de los ajustes obtenidos para el perfil longitudinal del río Almáchar. Table btained ad ustment values for the longitudinal pro le of the Almáchar river.

Ajustes del perfil a+(-c*(Logx)b) Estimación lineal (y = -0,08x + 510,99)

Correlación múltiple -0,98

Punto de inicio 1,29559x1012

Coeficiente empírico 1,8x10-8

Ajuste final 0,96

-0,93

5689,05

1

0,86

66

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 57-76

los valores mínimos entre 0,7 y 16 m. Respecto a la verticalidad de los tramos, al observar los resultados se aprecian los mayores desniveles en el inicio de la cuenca (muy cercanos a la vertical) hasta los 400 metros (intervalo 4), pasando desde un 136,7% del inicio en los primeros 23,5 m de longitud, hasta los 21,8%. Los menores descensos de la pendiente se dan a partir de los 300 metros de altitud, donde se llega a alcanzar casi un 5%. Por último, se plantea buscar algún tipo de correlación existente entre cualquiera de las variables anteriormente estudiadas a través del coeficiente de correlación de Pearson (Tabla 6).

Figura 6: Diferencias en los intervalos del perfil real y el ajustado. Figure Di erences bet een the intervals of the real and ad usted pro le.

Los mayores valores se encuentran en las correlaciones de las diferencias entre la curva real y ajustada, con los datos más alejados o mínimos (0,92) y próximos o máximos (0,91) a ella. Esta situación confirma que cuando el perfil real del río está más distante del modelo calculado con la ratio LE, también se observan tramos más irregulares con valores mínimos y máximos menos similares. Por otra parte, con unas correlaciones negativas (algo menores) aparecen el desnivel con la longitud (-0,81) y las diferencias del tramo analizado (-0,68). Por un lado, conforme el tramo tiene mayor longitud, la pendiente tiende a disminuir. Sin embargo, cuando las diferencias crecen entre el modelo teórico y el real, la pendiente también aumenta.

De los datos se extrae que el perfil actual del río está en todo momento por debajo del ajuste teórico, lo que viene a significar que la cuenca es de carácter erosivo o que tiende a excavar y no a sedimentar. El curso de agua posee sus mayores diferencias en los tramos cercanos a la cabecera (1 y 2, correspondientes a 620-500 m.s.n.m.) y en los intervalos comprendidos entre 300-200 m.s.n.m. (intervalo 5). Por otra parte, las secciones menos erosivas o que menos han excavado en el sustrato son las comprendidas entre 500-300 m.s.n.m. y la desembocadura (3, 4 y 6). Estos datos también coinciden con los mínimos y máximos valores absolutos de las diferencias. Las máximas divergencias giran en torno a 72,1 m y 60,4 m y

Tabla 5: Promedios de las diferencias entre el perfil longitudinal real y ajustado. Table Average of the di erences bet een the real and ad usted longitudinal pro le.

n m.s.n.m. Diferencias (m) 1 620-600 -77,3 ± 2 600-500 -56,1 ± 10,4 3 500-400 -24,7 ± 7,1 4 400-300 -25,6 ± 8,9 5 300-200 -55,4 ± 5,4 6 200-165 -26,6 ± 20,4 Total

-44,3±10,4

Mínimos (m) Máximos (m) Total longitud (m) 23,5 -41,1 -72,1 1206,8 -16,3 -37,1 459,8 -16,0 -40,0 1257,4 -43,8 -60,4 2057,1 -0,7 -50,2 1550,3 -23,6

-51,9

1092,5±738

*D. Real (%) 136,7 7,9 21,8 7,7 4,4 2,1

**D.Teó. (%) 20 87,9 23,5 7,9 4,4 2,1

30,1±52,7

21,8±32,3

D. Real: Desnivel de los tramos en el perfil real medida en porcentajes. D. Teó: Desnivel de los tramos en el perfil teórico en porcentajes.

67

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 57-76

Tabla 6: Coeficiente de correlación de Pearson. Table Pearson product-moment correlation coe cient.

Diferencias Mínimos Máximos Total long. Desnivel real (%)

Diferencias 0,36 0,92 0,91 0,27 -0,68

0,36 0,68 -0,02 0,11 -0,48

Mínimos 0,92 0,68 0,72 -0,34 0,07

Máximos 0,91 -0,02 0,72 -0,51 0,50

Total long. 0,27 0,11 -0,34 -0,51 -0,81

Desnivel (%) -0,68 -0,48 0,07 0,50 -0,81 -

3.3. Anomalías sobre el perfil longitudinal según los tipos de usos del suelo y la topografía

cada intervalo de altitud (Fig. 9), para poder observar el tipo de explotación que se lleva a cabo en cada sección del perfil longitudinal.

En primer lugar, en las figuras 7 y 8 se presentan un bloque diagrama en tres dimensiones y un mapa que muestran las geometrías y los límites de las áreas seleccionadas. Posteriormente, se han calculado las superficies de cada tipo de uso del suelo y pendientes en

Al aumentar el tamaño de los distintos buffers, se aprecia lógicamente un aumento de la superficie ocupada de cada intervalo de pendientes y uso del suelo. En los tres gráficos y en cada intervalo se observa cómo el abandonado y/o semiextensivo de secano,

Figura : Representación esquemática de los bu ers calculados y tipos de usos de suelo. Figure Schematic representation of the calculated bu ers and types of land uses.

68

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 57-76

Figura : Mapa de pendientes de la cuenca del río Almáchar y sobre el bu er de 100 metros paralelo al cauce principal. Fuente: Plan Nacional de Ortofotogra a Aérea (PNOA). Hoja 1053. Elaboración propia. Figure Slope map of the Almáchar river on the bu er meters, parallel to the principal stream. Source: Plan Nacional de Ortofotogra a Aérea (PNOA). Data sheet . n elaboration.

junto con la vid siempre están presentes, al igual que los intervalos superiores a 31%. Las mayores variedades de usos se dan entre los intervalos 200 y 400, donde la vocación agrícola es la más abundante, principalmente, la vid con pendientes de entre 31-46% y 46-76%. Por su parte, la vegetación natural ocupa una posición algo más secundaria en extensión, pero también permanece presente en todas las gráficas, tanto en los datos por intervalos de altitud como en los distintos buffers. La presencia de los caminos y tramos asfaltados se hace más constantes en los intervalos entre 100 y 400 metros, conforme aparecen más extensiones de lagares y el núcleo poblacional principal de Almáchar debe quedar interconectado. Por último, cabe destacar que conforme se asciende en altitud (es decir hacia la cabecera entre los 500-700 m.s.n.m.),

la variedad de tipos de usos disminuye solo a vegetación natural, semiabandonado o semiextensivo y vid. En el anterior apartado, se observó cómo los intervalos con mayores diferencias entre el perfil longitudinal calculado con el modelo LE y el real fueron entre el 200-300, 500-600 y a partir de 600 metros, denotando una mayor excavación del río y mayores pendientes. Según el anterior gráfico, en dichos tramos, existe una coincidencia entre estas irregularidades y el incremento de la superficie de la vid y, en menor medida, del abandono o explotación semiextensiva. Sin embargo, cabría preguntarse si estadísticamente la aparición o predominancia de otros tipos de usos del suelo tiene o no mayor peso en la generación de diferencias entre los perfiles que otros usos.

69

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 57-76

Figura 9: Área de cada tipo de uso del suelo en los bu ers calculados. Figure Area of each type of land uses on the calculated bu ers.

70

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 57-76

Así, se ha procedido a contrastar dicha hipótesis con el cálculo del coeficiente de correlación de Pearson para detectar si el incremento o descenso de algún tipo de uso del suelo o las pendientes coinciden estadísticamente con las mayores o menores diferencias entre la situación real y el modelo. En el tabla 7, se procede a mostrar los resultados de las correlaciones entre las superficies de los tipo de usos según el área de influencia del curso (25, 50 y 100 metros), los promedios de las diferencias entre el perfil real y ajustado, y los valores máximos y mínimos absolutos de esas diferencias. En dicho análisis se han eliminado las correlaciones para los usos e intervalos de pendientes que no llegaban a la hectárea de extensión, por considerarse insuficiente para un ajuste suficientemente válido.

las mayores diferencias entre el perfil, tanto en promedios como en valores absolutos (correlaciones a y c), están relacionadas con la aparición de tramos asfaltados (0,96 y 0,99). Así, cabe la posibilidad de que: i) el curso fluvial sea capaz de excavar con más potencia (ser más erosivo) en los tramos donde haya una mayor intervención del ser humano; ii) el modelo disminuya su precisión con la aparición de elementos de origen antrópico. Por el contrario, si se reduce el área de influencia a 50 y 25 metros, con el incremento de los porcentajes de vegetación natural, se observa cómo se alcanzan los valores absolutos mínimos más importantes. El modelo muestra una bondad mayor cuando menor alteración antrópica existe en estos tramos y más elementos naturales pueden prosperar en el territorio (R2=0,86).

Para un área de influencia de 100 metros paralela al curso principal, se observa cómo

Tabla : Correlaciones entre tipos de usos y diferencias entre el perfil longitudinal real y ajustado del río Almáchar. Table Correlations bet een the land uses and the di erences bet een the real and ad usted longitudinal pro le of the Almáchar river.

Buffer (m) Correlaciones Asfaltado Caminos Cauce Lagar Semiabandonado o semiextensivo Vegetación natural Vid 76

a 0,96 0,03 0,10 0,40

100 b 0,54 0,16 -0,39 0,44

c 0,99 -0,15 0,46 -0,04

a 0,19 0,48

50 b -0,30 0,36

c 0,54 0,03

a 0,19 -

25 b -0,30 -

c 0,55 -

0,26

0,15

-0,30

0,44

0,32

0,03

0,51

0,40

0,24

0,52 0,29 0,51 0,44 0,52 0,45 0,33 -

0,39 0,29 0,30 0,24 0,33 0,43 0,25 -

0,03 -0,18 0,36 0,12 0,18 -0,05 -0,22 -

0,68 0,30 0,55 0,52 0,60 0,55 0,41 -0,21

0,61 0,30 0,32 0,26 0,38 0,53 0,30 -0,31

0,26 -0,13 0,50 0,37 0,39 0,17 -0,06 -0,55

0,82 0,28 0,55 0,56 0,62 0,59 0,57 -0,26

0,86 0,28 0,34 0,31 0,38 0,55 0,48 -0,38

0,46 -0,14 0,43 0,45 0,46 0,28 0,24 -0,54

a Correlación entre tipos de usos y promedio de diferencias entre del perfil longitudinal del río real y ajustado b Correlación entre tipos de usos y las máximas diferencias absolutas entre el perfil longitudinal del río real y ajustado c Correlación entre tipos de usos y las menores diferencias absolutas entre el perfil longitudinal del río real y ajustado.

71

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 57-76

Tabla : Correlaciones entre tipos de usos y pendientes del río Almáchar. Table Correlations bet een types of land uses and slopes of the Almáchar river.

-

Semiabandonado o semiextensivo -

Vegetación natural -

-

-

-

-

-

-

-0,13

-

0,94

0,70

0,56

-

-

0,82

-

0,87

0,71

0,41

21-31

-

-

0,98

-

0,79

0,78

0,30

31-46

-

-

-0,84

-

0,97

0,81

0,88

46-76

-

-

-0,80

-

0,94

0,73

0,92

>76

-

-

-

-

Asfaltado

Caminos

Cauce

Lagar

76%)

Finalmente, se puede observar cómo las correlaciones entre las pendientes y las variables calculadas sobre el perfil no superan el 0,62. Sin embargo, las cifras cambian radicalmente cuando estas son correlacionadas estadísticamente con los usos del suelo (Tabla 8). De nuevo se ha prescindido de los tipos de usos e intervalos de pendiente que no supe-

72

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 57-76

4. Discusión

fáciles de trazar (divisorias de aguas o fondos de valle).

Ante los anteriores resultados cabe preguntarse varias cuestiones. En primer lugar, si realizando diversas mejoras en la ratio podrían analizarse cuencas de mayor tamaño y en las que otros tipos de usos del suelo sean los actores principales de los actuales procesos. Además, también sería interesante realizar otras correlaciones con cartografía más precisa referente a tipos de suelos (espesor, contenido en materia orgánica, textura...), grado de cobertura vegetal, litología o gradientes climáticos. Las publicaciones que han sido tomadas como referentes para este trabajo (Hack, 1957, 1973; Chen et al., 2006; Troiani y Della Seta, 2008, 2011; Vágó, 2010; Castillo y Lugo-Hubp, 2011; Capó y García, 2014) buscan relacionar las anomalías del perfil del río con procesos de carácter geomorfológico a gran escala (fallas, discontinuidades litológicas, ascensos o descensos del nivel del mar...). No obstante, en cuencas de montaña pequeñas que manifiestan tasas de erosión elevadas... ¿por qué no profundizar también en otras causas secundarias relacionadas con el cuaternario más reciente como son la erosión y el ser humano?

Por otra parte, a la vista de los resultados de las correlaciones tampoco puede desdeñarse la siguiente pregunta: ¿los usos del suelo han condicionado, aunque en menor medida que los aspectos geomorfológicos, algunos tramos del perfil longitudinal del río, o es la propia disposición geológica del cauce la que ha favorecido o impedido el desarrollo de ellos? Durante siglos la vid, el olivar o el almendro han sido cultivados, con mayor o menor éxito y de forma más o menos respetuosa con el medio, en estas laderas. Sus producciones, lejos de las explotaciones agrícolas más fructíferas de la vega del río Vélez a pocos kilómetros, también destacan por la calidad de sus vinos y pasas. Sin embargo, no queda claro quién evidencia más problemas, o en el caso del vino y la pasa, más ventajas por la variabilidad de los procesos que suceden en la cuenca, ¿el río o el propio uso del suelo? Por último, otra cuestión clave sería la de poder determinar con exactitud, o al menos realizar una aproximación lo más certera posible estableciendo rangos o intervalos, en qué punto de la diferencia (positiva o negativa) del perfil real con el ajustado se deberían establecer medidas para solventar futuros problemas de erosión, acumulación de sedimentos o aceleraciones del caudal. Si los usos del suelo generan anomalías en los cauces de una cuenca (o viceversa), dicho punto no debería ser olvidado tampoco por los gestores del territorio que tienen que decidir dónde y cómo distribuyen a la población o sus infraestructuras.

Por otra parte, al analizar el impacto de los tipos de usos y la respuesta del río representada por el perfil longitudinal y las pendientes, se observa cómo: i) existe una correlación de entre 0,96 y 0,99 cuando las diferencias entre el perfil real y el ajustado son más elevadas en un área de influencia de 100 metros del río con más tramos de caminos asfaltados; ii) entre un espacio contenido entre 25 a 50 metros, las diferencias entre el perfil ajustado y el real se ven disminuidas con una correlación que va desde 0,61 a 0,86, coincidiendo con la aparición de vegetación natural a lo largo del cauce principal; iii) los procesos erosivos son la variable independiente a la hora de ubicar cultivos y caminos, siendo los escarpes (de ladera) una grave limitación para ellos; iv) los caminos se han trazado de forma que no entorpezcan la expansión de los cultivos más productivos (situados en las zonas con más pendientes) o, por el contrario que sean más

5. Conclusiones Se ha realizado un ajuste de un perfil longitudinal del cauce principal de una cuenca fluvial de pequeñas dimensiones (6,64 km2). Para la obtención de un R2 = 0,96, se ha aplicado la ratio LE que consta de una base logarítmica exponencial y toma como variable independiente la altitud. Como conclusiones más re-

73

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 57-76

levantes relacionadas con la metodología se obtienen que: i) la ratio LE es una herramienta eficaz y fácil de aplicar tras calcularse, para observar anomalías en un perfil longitudinal de una cuenca fluvial de montaña de pequeñas dimensiones; ii) existe una correlación elevada entre las diferencias del perfil y los usos del suelo actuales, y su distribución con las pendientes.

Antón, L.; De Vicente, G.; Muñoz-Martín, A.; Stokes, M. (2014). Using river long profiles and geomorphic indices to evaluate the geomorphological signature of continental scale drainage capture, Duero basin (NW Iberia). Geomorphology, 206, 250–261. http://dx.doi. org/10.1016/j.geomorph.2013.09.028 Bates, R. L.; Jackson, J. (2003). Glossary of geology. Springer-Verlag, Berlin, 769 pp. Capó A.; García, C. (2014). Análisis e interpretación de los perfiles longitudinales en la red fluvial del sur y sureste de Mallorca. Cuadernos de Investigación Geográfica, 40 (1), 147167. http://dx.doi.org/10.18172/cig.2528 Castillo, M.; Lugo Hubp, J. (2011). Estado actual del conocimiento, clasificación y propuesta de inclusión del término knickpoint en el léxico geológico-geomorfológico del español. Bol. Soc. Geol. Mexicana, 63 (2), 353-364. Chen, Y.C.; Sung, Q.; Chen, C.N.; Jean, J.S. (2006). Variations in Tectonic Activities of the Central and Southwestern Foothills, Taiwan, Inferred from River Hack Profiles. Terr. Atmos. Ocean. Sci., 17 (3), 563-578. Davis, W. M. (1932). Piedmont benchlands and Primärrümpfe. Geological Society of America Bulletin, 43, 399-440. http://dx.doi. org/10.1130/GSAB-43-399 Davis, W. M. (1909). The geographical cycle. Geographical Essays. Ginn and Co., 249–278. Demoulin, A. (2011). Basin and river profile morphometry: A new index with a high potential for relative dating of tectonic uplift. Geomorphology, 126 (1), 97-107. http://dx.doi. org/10.1016/j.geomorph.2010.10.033 Dingman, S. L. (2008). Fluvial Hydraulics. Oxford Press University, New York, 559 pp. Galacho, F.B.; Arrebola, J. A. (2008). El modelo de evaluación de la capacidad de acogida del territorio. Aspectos conceptuales y técnicas relacionadas. Baetica. Estudios de Arte, Geografía e Historia, 30, 21-40. Gardner, T. W. (1983). Experimental study of knickpoint and longitudinal evolution in cohesive, homogeneous material. Geological Society of America Bulletin, 94, 664-672. http://dx.doi. org/10.1130/0016-7606(1983)94%3C664:ES OKAL%3E2.0.CO;2 Gosálvez, R.U.; González Cárdenas, E.; Escobar, E.; Becerra, R. (2009). Análisis hidrogeográfico de las lagunas volcánicas de la Península Ibérica. In: Geografía, Terriorio y Paisaje. Actas del XXI Congreso de Geógrafos Españoles. UCLM, Ciudad Real, p. 1479-1497.

Respecto a las conclusiones relacionadas con el valle del río Almáchar en la Axarquía (Málaga, España) en su ajuste se ha manifestado que es una cuenca donde prevalece la excavación frente a la sedimentación, y la erosión frente a la estabilidad de los procesos geomorfológicos. Dichas irregularidades se han observado con mayor grado a lo largo de los intervalos 200-300 y a partir de 500 metros de altitud, coincidiendo con el incremento de la extensión del cultivo de la vid y, secundariamente, de las áreas semiabandonadas o de explotación de carácter semiextensivo. En definitiva, dos aspectos geomorfológicos y geológicos cruciales han sido observados gracias a esta metodología: i) el desnivel entre la cabecera y la desembocadura (la pendiente regional) que se debe a factores geológicos, condiciona el nivel de base y la energía potencial de la altura; ii) dentro de un marco litológico de rocas altamente metamorfizadas y una cobertura cuaternaria muy erosionada (con alteración del suelo subyacente), la geomorfología que adopta el río por naturaleza constituye inevitablemente la característica principal de su evolución, y en menor medida, la actividad antrópica. Bibliografía Allen, P.A. (2008). From landscapes into geological history. Nature, 451, 274-276. http://dx.doi. org/10.1038/nature06586 Alonso, F.; Gomariz, F.; Cánovas, F. (2010). Análisis temporal de los cambios de usos del suelo en la cuenca del Segura mediante teledetección. Implicaciones sobre la degradación. Cuaternario & Geomorfología, 24 (3-4), 73-88.

74

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 57-76

y 2007. Papeles de Geografía de la Universidad de Murcia, 59-60, 157-171. http://dx.doi. org/10.6018/geografia/2014/218221 Scotti, V.N.; MOLIN, P.; Faccenna, C.; Soligo, M.; Casas-Sainz, A. M. (2014). The influence of surface and tectonic processes on landscape evolution of the Iberian Chain (Spain): Quantitative geomorphological analysisand geochronology. Geomorphology, 206, 37–57. http:// dx.doi.org/10.1016/j.geomorph.2013.09.017 Senciales González, J.M.; Perles Roselló, M.J. (1994). Análisis del riesgo de precipitaciones intensas en la cuenca del río Vélez (prov. de Málaga). In: Perfiles actuales de Geografía Cuantitativa en España. AGE, Málaga, 215226. Senciales González, J.M. (1995). La Cuenca del Río Vélez. Estudio Hidrográfico. Univ. de Málaga, Tesis Doctoral. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Málaga. Ed. Microfichas. Senciales González, J.M. (1996). El Modelado de la Cuenca del río Vélez. Baetica. Estudios de Arte, Geografía e Historia, 269-286. Senciales, J.M. (2002). Análisis morfométrico fluvial de la Sierra de Almijara). En: Pérez González, A. et al. Aportaciones de la Geomorfología de España en el Tercer Milenio, 127-133. Senciales González, J.M., Malvárez, G. (2003). La desembocadura del río Vélez (provincia de Málaga, España). Evolución reciente de un delta de comportamiento mediterráneo. Cuaternario y Geomorfología, 17 (1-2), 47-61. Senciales González, J.M. Formas y procesos de la erosión en la cuenca del río Almáchar. Aproximación a los modelos de cuantificación. (1991). Memoria Final de Licenciatura (Tesina, inédita), Universidad de Málaga, Málaga. Shulits, S. (1941). Rational equation of riverbed profile. Trans. Amer. Geophys. Union, 22, 3, 622-631. http://dx.doi.org/10.1029/ TR022i003p00622 Strak, V.; Dominguez, S.; Petit, C.; Meyer, B.; Loget, N. (2011). Interaction between normal fault slip and erosion on relief evolution: insights from experimental modelling. Tectonophysics, 513, 1–19. http://dx.doi.org/10.1016/j.tecto.2011.10.005 Troiani, F.; Della Seta, M. (2008). The use of the Stream Length-Gradient index in morphotectonic analysis of small catchments: A case study from Central Italy. Geomorphology, 102, 159-168. http://dx.doi.org/10.1016/j.geomorph.2007.06.020 Troiani, F.; Della Seta, M. (2011). Geomorphological response of fluvial and coastal terraces to

Green, J.F.N. (1934). The river Mole: its physiography and superficial deposits. Proc. Geological Assoc., 45, 35-59. http://dx.doi.org/10.1016/ S0016-7878(34)80032-6 Hack, J.T. (1957). Studies of longitudinal stream profiles in Virginia and Maryland: Boulder, Colorado. United States Geological Survey Profession Paper, 249. 97 p. Hack, J.T. (1973). Stream-profile analysis and stream gradient index. United States Geological Survey Journal of Research, 1, 421-429. Hack, J.T. (1975). Dynamic equilibrium and landscape evolution. In: Melhorn W.L, Flemal, R.C (eds). Theories of Landform Development. Boston, George Allen & Unwin, 87-102. Monteiro, K. de A.; Missura, R.; Correa, A. C. de B. (2010). Application of the Hack Index –or stream length-gradient index (SL index)- to the Tracunhaém river Watershed, Pernambuco, Brazil. Geociências, 29 (4), 533-539. Moreira Madueño, J.M. (1991). Capacidad de usos y erosión de suelos. Edit. Junta de Andalucía, Sevilla. Morisawa, M. (1985). Rivers. Forms and Processes. Longman, Londres, 222 pp. Navarro Rodríguez, S.; Larrubia Vargas, R. (2008). La organización del espacio agrario en la comarca malagueña de la Axarquía. Baetica. Estudios de Arte, Geografía e Historia, 30, 91113. Paegelow, M.; Villa, N., Cornez, L., Ferraty, F.; FERRÉ, L.; Sarda, P. (2004). Modelisations prospectives de l´occupation du sol. Le cas d´une montagne méditerranéenn. Cybergeo (Revue européen de géographie), 295, 1-19. Pedraza Gilsanz, J. (1996). Geomorfología. Principios, métodos y aplicaciones. Madrid: Editorial Rueda, S.L., 1996, 414 pp. Penck, W. (1924). Die Morphologishe Analyse. Engelnhorns, Stuttgart, 283 pp. Perles Roselló, M.J.; Senciales González, J.M. (1994). Cartografía de la erosividad de las precipitaciones a partir del análisis de sus efectos sobre el balance hídrico. In: Perfiles actuales de Geografía Cuantitativa en España. Málaga: AGE, 153-164. Radoane, M.; Radoane, N.; Dumitriu, D. (2003). Geomorphological evolution of longitudinal river profiles in the Carpathians. Geomorphology, 50, 293–306. http://dx.doi.org/10.1016/ S0169-555X(02)00194-0 Rodrigo Comino, J.; Senciales González, J. M.; Ferre Bueno, E. (2014). Análisis de los cambios de usos del suelo en el área de Casapalma (Valle del Guadalhorce, Málaga) entre 1991

75

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 57-76

tion? American Journal of Science,301, 13-325. http://dx.doi.org/10.2475/ajs.301.4-5.313 Whipple, K.X. (2004). Bedrock rivers and the geomorphology of active orogens. Annu. Rev. Earth Planet. Sci. 32, 151–185. http://dx.doi.org /10.1146/annurev.earth.32.101802.120356 Willet, S.D.; Slingerland, R., Hovius, N. (2001). Uplift, shortening and steady state topography in active mountain belts. American. J. Science, 301, p. 455–485. http://centrodedescargas.cnig.es [30 de abril de 2015]

Quaternary tectonics and climate as revealed by geostatistical topographic analysis. Earth Surf. Process. Landforms, 36, 1193–1208. http://dx.doi.org/10.1002/esp.2145 Vágó, J. (2010). Stream gradient investigation in the Bükkalja using interpolated surfaces. AGD Landscape & environment, 4 (1), 23-36. Whipple, K.X., Di Biase, R., Crosby, B. (2011). Bedrock rivers. In Shroder, J., (ed.). Treatise on Geomorphology, Academic Press San Diego CA, 550-573. Whipple, K.X. (2001). Fluvial landscape response time: how plausible is steady-state denuda-

76

Cuaternario y Geomorfología

CG

ISSN: 0214-1744

y

www.rediris.es/CuaternarioyGeomorfologia/

Investigación paleoantropológica de los fósiles neandertales de El Sidrón (Asturias, España) Paleoanthropological research of the neandertal fossils from El Sidrón (Asturias, Spain) Rosas, A.(1); Estalrrich, A.(1); García-Tabernero, A.(1); Huguet, R.(2); Lalueza-Fox, C.(3); Ríos, L.(1); Bastir, M.(1); Fernández-Cascón, B.(1; Pérez-Criado, L.(1); Rodríguez-Pérez, F.J.(1); Ferrando, A.(1); Fernández-Cerezo, S.(1); Sierra, E.(1) y de la Rasilla, M.(4) Grupo de Paleoantropología, Departamento de Paleobiología, Museo Nacional de Ciencias Naturales, CSIC; José Gutiérrez Abascal 2, 28006 Madrid. [email protected] 2 Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES) (Unidad Asociada al CSIC) Universitat Rovira i Virgili (URV), Campus Catalunya, Avinguda de Catalunya, 35, 43002 Tarragona. 3 Instituto de Biología Evolutiva, CSIC-UPF, Dr. Aiguader 88, 08003 Barcelona. 4 Área de Prehistoria, Departamento de Historia, Universidad de Oviedo, Oviedo. 1

Resumen

Tras 13 campañas de excavación metódica, y una vez concluidos definitivamente los trabajos de campo en la Galería del Osario de la cueva de El Sidrón (Asturias, España), se presenta una breve evaluación de las investigaciones paleoantropológicas realizadas. Los restos neandertales recuperados ascienden a más de 2550, a los que hay que sumar las 400 piezas de industria lítica musteriense y los muy escasos restos de fauna; asociación que hace de este yacimiento un lugar muy singular. Análisis sedimentológicos, tafonómicos y estructurales del karst aclaran que el depósito fosilífero se encuentra en posición secundaria y procede, por desplazamiento en masa, de una galería/abrigo de un nivel superior. Todas las partes del esqueleto están representadas y se han identificado 13 individuos: 7 adultos (3 masculinos, 4 femeninos), 3 adolescentes (2 masculinos, 1 femenino), 2 juveniles masculinos y un infantil. En la actualidad, la colección de El Sidrón constituye la muestra de neandertales más numerosa y diversa de la Península Ibérica y permite abordar estudios sistémicos sobre el tempo y modo de aparición de los caracteres derivados en el linaje neandertal. El amplio programa de investigación paleobiológica emprendido abarca los diferentes niveles de organización biológica, desde los anatómicos macroscópicos al molecular. En este último destaca especialmente la extracción de secuencias de ADN, con participación de El Sidrón en los proyectos genoma y exoma neandertal, además de la caracterización de los haplotipos de ADN mitocondrial de 12 indivi-

doi:10.17735/cyg.v29i3-4.40066

Derechos de reproducción bajo licencia Creative Commons 3.0. Se permite su inclusión en repositorios sin ánimo de lucro.

77

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 77-94

duos. Los resultados genéticos, ratificados por datos osteológicos, definen a los neandertales de El Sidrón como un grupo homogéneo, con estrechos lazos familiares entre sus individuos. Finalmente, las numerosas evidencias del tratamiento antrópico de los restos hacen de El Sidrón un ejemplo paradigmático de prácticas de canibalismo entre los neandertales. Palabras clave: neandertal; fósil; paleoantropología; karst; canibalismo; ADN antiguo. Abstract

The archaeological project in the Gallery of the Osario of the cave of El Sidrón (Asturias, Spain) has recently concluded after 13 field seasons of detailed, methodical excavation. We present here a summary of the lines of research and the paleoanthropological studies carried out to date, as well as a brief perspective of the ongoing investigations. More than 2550 neandertal fossil remains have been recovered from this singular deposit, together with 400 pieces of Mousterian lithic industry, and less than 60 non-human remains. Sedimentological, taphonomic and structural analyses of the karst clarify that this fossil assemblage is in a secondary position and comes by mudflow from a gallery/shelter located in a superior level of the karst. All the skeletal parts are represented, and 13 individuals have been identified: 7 adults (3 males, 4 females), 3 adolescents (2 males, 1 female), 2 male juveniles and an infant. The El Sidrón collection constitutes the most numerous and diverse neandertal sample of the Iberian Peninsula, allowing systemic studies on tempo and modo of appearance of the derived characters in the neandertal lineage. The wide undertaken paleobiological research program includes the study of the different levels of biological organization, from demographic and evolutionary dynamics to molecular aspects. With regard to the latter, the extraction of DNA sequences has played a central role, with the characterization of the mt-DNA haplotype of 12 individuals, and with the inclusion of samples from El Sidrón in the Neandertal Genome and Exome projects. Results from the genetic and osteological studies define El Sidrón neandertals as a homogenous group, with narrow kinship bonds between their individuals. Finally, the numerous evidences of human-induced treatment of the bones make of El Sidrón a paradigmatic example of practices of cannibalism between the neandertals. Key words: neandertal; fossil; paleoanthropology; karst; cannibalism; ancient DNA.

1. Introducción

drid, Valdegoba en Burgos o Cova del Gegant en Barcelona (ver revisión de Rosas, 2012); y a los que podríamos sumar los portugueses del sistema kárstico de Almonda (Torres Novas) (ver contexto en Hoffman et al., 2012). Juntos complementan un registro y una imagen previamente inexistente en el panorama paleoantropológico tradicional ibérico, dando lugar a un incremento exponencial en el número de trabajos científicos publicados.

En la actualidad, los fósiles de El Sidrón constituyen la colección de restos neandertales más completa hallada en la Península Ibérica y ha pasado a ser una de las más significativas a escala mundial. Estos fósiles han venido a llenar una escasez secular de restos neandertales en el registro paleoantropológico español. Afortunadamente, otros yacimientos ibéricos han deparado también en los últimos años buenas colecciones de restos neandertales, entre los que cabe citar a los de Cabezo Gordo en Murcia; Bolomor, Cova Negra y Cova Foradà en Valencia, Pinilla del Valle en Ma-

Desde la primera publicación científica sobre los primeros restos óseos neandertales hallados en la cueva asturiana de El Sidrón (Rosas y Aguirre, 1999), la incipiente colec-

78

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 77-94

ción despertó la curiosidad de especialistas y aficionados. Fue, sin embargo, tras el inicio de las excavaciones sistemáticas iniciadas en el año 2000 (Fortea et al., 2003), cuando esta colección ha llegado a ocupar un lugar relevante en el campo de la paleontología humana (Rosas et al., 2004; 2006a; 2011a; 2013a; Lalueza-Fox et al., 2005; 2007; 2012a; Green et al., 2010, Rasilla et al., 2014), atrayendo además un continuado interés de los medios de comunicación. En el año 2014 tuvo lugar la última campaña arqueo-paleontológica, una vez agotado el yacimiento. Así, finalizados los trabajos de excavación metódica en la Galería del Osario de la cueva de El Sidrón, presentamos aquí un breve balance de estos años de investigación.

sea ese UAC mayor especificidad se puede deducir de la comparación de las formas relacionadas. En el caso que nos ocupa, la lógica es la siguiente: si sapiens y neandertales hemos compartido un UAC más o menos reciente, entonces los rasgos que compartimos con los neandertales son los heredados de ese UAC (a menos que sean rasgos convergentes). Por el contrario, los rasgos distintivos de ambos grupos (no compartidos) habrán surgido en la evolución específica de cada linaje desde ese UAC. De este modo se pretende identificar lo inequívocamente “humano”. El importante proyecto Genoma Neandertal ilustra perfectamente este enfoque. Para comprender e identificar los rasgos que definen a H. sapiens, este proyecto se planteó usar la referencia neandertal para identificar y aislar los rasgos genéticos que nos hacen específicamente humanos (aquellos derivadas que no son neandertales) (Green et al., 2010; Burbano et al., 2010). En este proyecto los fósiles de El Sidrón aportaron una valiosa información dado su elevado contenido en ADN antiguo (ver Lalueza-Fox et al., 2012b).

2. Relevancia de investigar a los neandertales Los neandertales son un linaje humano fósil, clasificado como Homo neanderthalensis, que habitó extensas áreas de la mitad occidental del gran continente euroasiático. Su origen como especie se estima que tuvo lugar hace unos 250.000 años, y su extinción en el entorno de los 40.000 años, salvo quizá la persistencia de algún grupo relicto. Tanto por su anatomía como por su cronología, los neandertales se sitúan como la especie de homininos evolutivamente más cercana a la nuestra (H. sapiens); y de ahí su papel central, tanto en ámbitos científicos como en la sociedad en general (Stringer and Gamble, 1993; Shreeve, 1995; Rosas, 2010).

Por otro lado, debido a la dispersión (y escasez) de restos fósiles de neandertales, es frecuente que los estudios morfológicos, paleobiológicos y de comportamiento reúnan en una misma muestra individuos muy dispares, procedentes de yacimientos separados por miles de kilómetros y distanciados en decenas de milenios. La colección de El Sidrón, con su relativa abundancia de individuos y proximidad biológica, permite acometer estudios de variación anatómica, etológica y paleogenética de un mismo grupo natural, circunstancia hasta ahora casi inabordable. Es en este contexto donde, de una forma u otra, los neandertales de El Sidrón están ayudando a matizar aspectos relevantes relacionados con nuestra evolución más reciente.

Esta proximidad evolutiva sirve de referencia para testar hipótesis científicas sobre el cuándo y el por qué aparecieron las características propiamente sapiens (por ejemplo, cuándo apareció el prolongado periodo de crecimiento típico de los humanos modernos). Así, una vez descartado que los neandertales hayan sido antepasados de los humanos modernos, hoy en día se aplica una lógica evolutiva que establece que dos especies relacionadas comparten un último antepasado común (UAC), más o menos próximo. Cuanto más reciente

3. Antecedentes de la excavación El hallazgo de los primeros restos humanos precedentes de la cueva de El Sidrón se vio rodeado de peculiares avatares, conveniente-

79

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 77-94

mente detallados en Fortea et al. (2003; 2009) y Rasilla et al. (2011). En resumen, los primeros fósiles fueron descubiertos por espeleólogos y llevados a la Guardia Civil, quién procedió al levantamiento in situ de algunos otros restos (n=295; que recibieron posteriormente la notación SDR). Una vez en manos judiciales, se enviaron al Instituto Anatómico Forense con sede en Madrid, donde fueron identificados como restos neandertales (Prieto y Abenza 1999 a y b; Prieto, 2001; 2005). Una vez los restos retornaron a Asturias, los extraídos por la Guardia Civil fueron objeto de unos primeros estudios antropológicos en la facultad de Biología de la Universidad de Oviedo (Egocheaga, 2007; Egocheaga y Sierra 2002; 2005; Egocheaga et al., 2000; 2004; Rodríguez et al., 2002; Trabazo y Egocheaga, 2002). En el año 2000, el profesor Javier Fortea acometió la excavación reglada y científica de la Galería del Osario (Fortea et al., 2003, Rasilla et al., 2011) y un estudio multidisciplinar del registro que, salvo en el año 2003, ha continuado en campañas anuales hasta la última de 2014. Como resultado de estos trabajos se han recuperado más de 2250 restos (con la notación SD) pertenecientes a 13 individuos. De los fósiles recobrados, un componente significativo corresponde a restos de pequeño tamaño, muchos no identificables; si bien se han encontrado piezas de entidad tales como 4 mandíbulas, 3 maxilares, restos de cráneo, abundantes huesos largos, 232 piezas dentales, 1 hioides, entre otros elementos. Destaca la conservación de un esqueleto parcial perteneciente a un individuo juvenil, además de varios elementos esqueléticos en conexión anatómica (Rosas et al., 2006a; 2012a).

de un macizo rocoso de conglomerados calcáreos muy cementados de edad paleógena, entre los que se intercalan niveles de areniscas y arcillas arenosas menos resistentes. El depósito fosilífero se localiza en el segundo nivel, constituido por la Galería del Río, como eje principal, y sus tributarios transversales, entre ellos la Galería del Osario (Figura 1). Dispuesta en el lateral sur del eje principal del karst (Galería del Río), a unos 220 m de la entrada de La Tumba (Rasilla et al., 2011), la Galería del Osario forma una estrecha galería con buen desarrollo vertical, en cuyo techo se localizan morfologías de disolución; cúpulas y tubos más o menos inclinados así como entradas obturadas con sedimentos que comunican con galerías superiores (Sánchez-Moral et al., 2007; Silva et al., 2011). El relleno sedimentario acumulado en la Galería del Osario muestra una alta complejidad (Sánchez-Moral et al., 2007; Cañaveras et al., 2011). La unidad con restos óseos y líticos consiste en un depósito en masa (mudflow) compuesto por una mezcla caótica de cantos, fango y agua, con una fricción mínima entre sus elementos, incluidos los huesos, lo que favoreció una buena conservación durante su transporte y acumulación. En otros términos, se trata de un depósito producto de un flujo gravitatorio de alta densidad y viscosidad que se generó como un evento rápido de alta energía (Cañaveras et al., 2011). El flujo de detritos que introdujo los restos óseos en la Galería del Osario se desencadenó y cesó de forma relativamente rápida depositando en un solo episodio todo el material transportado desde algún nivel superior del karst. Complementario a lo anterior, el estado de conservación de los restos óseos es indicativo de que estos provienen del exterior, aunque debieron estar en un ambiente protegido (tal como un abrigo rocoso, zona de entrada a una galería, etc.) y su permanencia en condiciones superficiales fue corta, dados los escasos signos de alteración (marcas de raíces, mordeduras de carnívoros) que presentan las muestras. En resumen, una masa de material suelto situado en esa cavidad/galería superior

4. Contexto de los fósiles Todos los restos óseos e instrumentos líticos proceden de la Galería del Osario, cuyo acceso público quedó protegido con una verja desde el comienzo de las intervenciones arqueológicas. Dicha galería se ubica en el interior del sistema kárstico de la cueva de El Sidrón, estructurado en cuatro niveles con una directriz principal E-O, excavado en el seno

80

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 77-94

Figura 1: Localización de la Cueva de El Sidrón ( orines, Concejo de Piloña) y plano del sistema kárstico y localización de la Galería del Osario donde se ha recuperado la colección de fósiles humanos neandertales. En mayor detalle, la Galería del Osario con la cuadrícula arqueológica proyectada y accidentes rocosos precuaternarios (Dibujo D. Santamaría y E. Duarte). Figure El Sidrón cave location (Borines, Conce o de Piloña, northern Spain), arstic system map, and Galería del sario, here the neandertal fossil collection as recovered. In detail, the archaeological grid and pre-quaternary roc s of site pro ected (illustration by D. Santamaría y E. Duarte).

(Silva et al., 2011), se introdujo aguas abajo en la cueva en forma de un episodio único, posiblemente un evento de tormenta.

que los huesos, en posición secundaria, por lo que es lógico pensar que entraron en el mismo evento que los fósiles (Santamaría et al., 2010). La fauna asociada es muy escasa y prácticamente testimonial, sin encontrarse asociación evidente con los fósiles humanos (Rosas et al., 2011b). Algunos restos de mamíferos han sido hallados también en otros puntos del sistema kárstico (incluido la Galería de Osario) aunque sin ninguna relación detectable con los fósiles neandertales.

Las piezas de industria lítica encontradas (sílex, cuarcita), si bien no muy numerosas (unas 400), son de tipología musteriense (Fortea et al., 2003; Santamaría et al., 2010; Rasilla et al., 2011). Presentan el interés de remontar en un elevado porcentaje, pudiéndose reconstruir con precisión la secuencia de talla por la que fueron extraídas. Están, al igual

81

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 77-94

Dado el carácter eminentemente paleoantropológico de este artículo, remitimos al lector interesado en los aspectos más geológicos a las publicaciones especializadas. Respecto al contexto temporal, tras el empleo de diversas técnicas de datación, se puede concluir una antigüedad próxima a los 49.000 años (48.400 ± 3200 BP) (de Torres et al., 2010; Wood et al., 2013), lo cual lo sitúa entre los eventos H4 y H5 de Heinrich del estadio paleoclimático MIS 3. Es precisamente este último periodo glacial del que proceden un buen porcentaje de los llamados «neandertales clásicos», entre los cuales podemos situar al grupo de El Sidrón.

exocanibalismo, y si estamos ante una práctica exclusivamente alimenticia, o si encierra además elementos bélicos o simbólicos y/o de ritual. Todos los huesos del esqueleto están representados, lo que no quiere decir que todos los esqueletos estén completos. Muy al contrario, a veces la representación de elementos es baja. Así los mejor representados son los dientes, seguidos de húmeros y fémures, si bien el grado de fracturación de estos últimos es elevado. Es además frecuente la aparición de restos en conexión anatómica. 6. Los 13 individuos de El Sidrón

5. Características de la muestra de El Sidrón

Mediante la interconexión de piezas dentales aisladas y ocasionalmente agrupadas en mandíbulas y maxilares, junto con elementos postcraneales en el caso de individuos inmaduros, se han podido identificar 13 individuos (Figura 2) (Rosas et al., 2012a; 2013a). La edad y el sexo de los mismos fue establecido a través del estado de desarrollo (de la dentición y de algunos elementos óseos) y el tamaño de los caninos, respectivamente, lo que nos ha permitido detectar 7 adultos (4 femeninos y 3 masculinos), 3 adolescentes (2 masculinos y 1 femenino), 2 juveniles masculinos y un infantil. El diagnóstico sexual fue posteriormente ratificado mediante identificación paleogenética de fragmentos del cromosoma Y, realizada por vez primera en restos neandertales (Lalueza-Fox et al., 2011a).

Los fósiles aparecen la mayor parte de las veces envueltos en una costra calcárea, con abundante material detrítico fino adherido. Esto ha exigido un método de extracción de la concreción tanto mecánica (con vibroincisor, bisturí y fibra de vidrio), como mediante el empleo de ácidos orgánicos a bajas concentraciones para ayudar en la disolución de las costras (Rosas et al., 2005; Fernández-Cascón et al., 2010; 2015). En paralelo, se ha iniciado un programa de reproducción de réplicas por técnicas de prototipado rápido y posterior tratamiento artístico, algunas de las cuales están expuestas de forma permanente en el Museo de Oviedo y el Museo Arqueológico Nacional, además de las exposiciones temporales, la itinerante Los 13 de El Sidrón y la de Homenaje a Emiliano Aguirre en el MNCN (2015).

Uno de los objetivos del proyecto ha sido el “personalizar” a cada uno de estos individuos, definiendo el mayor número posible de rasgos distintivos, tanto físicos como de comportamiento, que ayuden a caracterizar al sujeto más allá de las generalidades de su grupo o especie.

Por lo general, el estado de conservación es fragmentario, lo que desde el punto de vista del estudio anatómico representa un grave inconveniente. Sin embargo, desde el punto de vista tafonómico, el conjunto resulta especialmente atractivo dadas las causas principalmente antrópicas de su fracturación. El Sidrón es un ejemplo paradigmático de prácticas de canibalismo en los grupos neandertales (Rosas et al., 2006a; 2011c; Huguet et al., en prep.). Falta por aclarar el modelo de antropofagia practicada, si se trata de endo- o

7. Líneas de investigación y resultados El programa de investigación emprendido en la muestra aborda el análisis de los diferen-

82

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 77-94

Figura 2: Esquemas de los elementos asignados a cada uno de los 13 individuos identificados en el yacimiento de El Sidrón, representados por colores según su clase de edad. Abajo, imágenes de alguno de los restos óseos más representativos recuperados. Elementos de un pie de individuo adolescente, hueso occipital (SD-1219), restos de húmero, mandíbula y maxilar asociado del Adulto 3 y bloque de concreción calcárea (SD-437) que integra 21 restos dentales además de: a) parte de un pie y b) un segmento de columna vertebral y costillas asociadas, ambos en conexión anatómica. Figure Schematic dra ings of the neandertal individuals identi ed at El Sidrón site, ith the s eletal elements assigned to each other. Colours represent age ran s. Belo , pictures of some of the most representative fossil remains Adolescent s foot, occipital bone (SD), humerus, mandible and maxilla belonging to Adult , and a calcrete bric (SD) covering a total of teeth plus a partial foot and a section of the rib cage, both in anatomical connection.

. Estado de preservación y análisis de ADN

tes niveles de la organización biológica: el nivel molecular con la extracción y secuenciación del ADN; el nivel histológico mediante la elaboración de lámina fina e histología de superficie (Martinez-Maza et al., 2011); el nivel morfológico (Rosas et al., 2006b; 2008a; 2012b; Bastir et al., 2010; 2015), el nivel orgánico centrado en la paleoneurología (Peña-Melián et al., 2011, Rosas et al., 2008b; 2013b; 2014), sistémico y fisiológico por ejemplo del aparato respiratorio (Bastir et al., 2013; 2015), poblacional y evolutivo (Rosas et al., 2006a; 2012c).

Sin duda, uno de los aspectos que más relieve han conferido a El Sidrón han sido los estudios pioneros en el área de la paleogenética. Tres factores han concurrido. Por un lado, la voluntad clara del equipo de acometer la extracción y análisis del ADN antiguo, en un momento histórico en el que se estaban desarrollando estas técnicas, incluida la colaboración con equipos internacionales de primera línea, en especial con el Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology. Por otro, la buena

83

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 77-94

preservación de ADN en las muestras (algunas veces, con una abundante proporción de ADN de posible origen microbiano). Y, finalmente, la implementación de técnicas novedosas de excavación, con el denominado “protocolo de excavación limpia” (Figura 3). Tal protocolo consiste en el genotipado del personal investigador implicado en el manejo de los restos, equipamiento de los excavadores con trajes

y guantes estériles, uso de máscaras, lavado del material de excavación con lejía, extracción del fósil e inmediato mantenimiento en frío, hasta su posterior congelación a -20ºC (Fortea et al., 2008). Durante estos años se ha acometido el estudio de ADN mitocondrial (ADNmt), aportando datos sobre el modelo filogeográfico y de variación intragrupal en las poblaciones neandertales (Lalueza-Fox et al., 2005; 2006; Briggs et al., 2009). Además se han secuenciado genes específicos, tales como el FOXP2 o MC1R, con posible valor adaptativo (Krause et al., 2007; Lalueza-Fox et al., 2007, Maricic et al., 2013), y se ha caracterizado el grupo sanguíneo AB0 en neandertales (Lalueza-Fox et al., 2008), o la capacidad de percepción del gusto amargo en algunos individuos (LaluezaFox et al., 2009). Otro hito ha sido la incorporación de la muestra de El Sidrón al proyecto Genoma Neandertal (Green et al., 2010) y a la reciente publicación del Exoma Neandertal (Castellano et al., 2014). Una extensa síntesis de todos estos resultados y su contexto puede consultarse en Lalueza-Fox et al., (2012b) y Sánchez-Quinto y Lalueza-Fox (2015). Un resultado fundamental alcanzado mediante el análisis de muestras de ADNmt de El Sidrón ha sido la determinación de nexos familiares estrechos entre los individuos del grupo (Lalueza-Fox et al., 2011a). En particular, los hombres comparten todos el mismo haplotipo mitocondrial mientras que todas las mujeres lo tienen distinto. Este hecho permite dos inferencias clave. Por un lado, que se trata de un grupo neandertal con estrechos lazos familiares, en especial entre los varones. Y por otro que tales grupos practicarían la estrategia de la patrilocalidad. Es decir, la permanencia de los hombres en el territorio paterno y el cambio de grupo de algunas mujeres jóvenes (Lalueza-Fox et al., 2011a y b).

Figura 3: Protocolo de excavación limpia implementado para evitar la contaminación de los restos neandertales extraídos de la Galería del Osario (Cueva de El Sidrón) con el ADN humano de los excavadores y posteriores manipulaciones. En la imagen se aprecia a un excavador con el traje, guantes y máscara sujetando la nevera portátil que transportará el resto fósil a bajas temperaturas hasta su congelación a -20ºC. El instrumental de excavación (segundo plano) ha sido, a su vez, previamente desinfectado con lejía. Figure Clean excavation protocol developed to avoid contamination by modern human DNA (from the palaeontologists and archaeologists) of the neandertal remains unearthed at Galería del Osario (El Sidrón cave). As it is shown in the picture, the worker wears a special suit, gloves and mask while holding the portable icebox to eep the fossil cold, until its nal destination here it ill be frozen at - C. Excavation instrumental (at the back of the worker) was previously bleached to avoid further contamination.

Desde una perspectiva demográfica, la evidencia paleogenética obtenida del estudio de material de El Sidrón, y de otros yacimientos como los de Vindija (Croacia) y Denisova (Montes de Altai, Siberia), indican que el em-

84

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 77-94

parejamiento entre individuos genéticamente próximos puede haber sido más común en neandertales que en humanos actuales (ver Sánchez-Quinto y Lalueza Fox, 2015). Estos resultados se ven ratificados por el hallazgo en los restos de El Sidrón de frecuencias relativamente altas de anomalías congénitas que en las poblaciones de H. sapiens aparecen en muy baja frecuencia. Dos ejemplos lo ilustran. Por un lado, la retención de caninos de leche en dos individuos (Dean et al., 2013), o la presencia de defectos en la osificación de la primera vértebra cervical en otros dos (quizá tres) individuos (Ríos et al., 2014; 2015). En conclusión, los neandertales de la zona y cronología de El Sidrón probablemente vivían en pequeños grupos, relativamente aislados y con una baja diversidad genética.

“caracteres neandertales”. Tales rasgos, por su singularidad, han sido interpretados como adaptaciones específicas de estos humanos a condiciones ambientales concretas. En particular, a los ambientes fríos propios de la llamada última glaciación (en concreto, final del MIS 5, MIS 4 y 3). Sin embargo, al completarse el registro fósil humano, muy en especial con el hallazgo de restos del Pleistoceno Inferior y Medio europeo, se ha comprobado que los llamados rasgos neandertales aparecen ya en poblaciones muy antiguas, previas al hipotético UAC neandertales - sapiens (Bermúdez de Castro et al., 2012; 2015). Tal circunstancia ha desembocado en la necesidad de determinar cuál es el origen evolutivo de todo ese conjunto de rasgos hasta ahora asociados a los humanos del frío. Con este fin, hemos emprendido un programa de investigación encaminado a determinar qué caracteres son heredados de antepasados más remotos y cuáles son auténticas especializaciones de los neandertales.

. Evolución de caracteres anatómicos Si bien estos estudios nos dan una visión general de la variación de la especie, resulta difícil evaluar el significado real de dicha variación a una escala en la que puedan operar factores selectivos en un ambiente concreto. En este sentido, El Sidrón nos aporta datos de un grupo homogéneo y contemporáneo de homininos de anatomía arcaica, del que conocemos algunas de sus relaciones interpersonales, y de ahí su relevancia.

Aprovechando la variación detectada en El Sidrón como punto de arranque de los análisis, este ejercicio se lleva a cabo mediante el uso de técnicas de morfometría geométrica 3D y antropología virtual (Rosas et al., 2007; 2015; Bastir et al., 2010; 2015; Pérez-Criado et al., 2015) de todos y cada uno de los elementos del esqueleto. La imagen que emerge es compleja, definiendo una evolución en mosaico, en la que los sistemas anatómicos han cambiado a diferentes ritmos (Rosas et al., 2006b). Así, buena parte de la anatomía postcraneal de los neandertales parece haber surgido en el Pleistoceno Inferior y a partir de ese nuevo plan corporal se desarrollaron posteriormente algunas especializaciones (autapomorfías). Sin embargo, las evidentes especializaciones de la anatomía craneal se van configurando a lo largo del Pleistoceno Medio, permitiendo trazar la evolución del linaje neandertal.

Desde el descubrimiento de los primeros restos neandertales a mediados del siglo XIX una cuestión relevante ha sido el determinar si estos humanos prehistóricos constituían una especie distinta a la nuestra, o se trataba de una variedad más de entre las muchas que encontramos en H. sapiens. Para tratar de dilucidar esta cuestión, aún vigente, la paleoantropología ha procedido a la comparación sistemática de la anatomía de los restos neandertales con la de los humanos actuales. Tal ejercicio ha llevado a la identificación de un buen número de caracteres distintivos entre ambos grupos. Al extender estas comparaciones con otras especies de primates, los rasgos que definen la peculiar anatomía de los neandertales han recibido el nombre colectivo de

. Estudios sobre el ciclo vital Cabe destacar la preservación de elementos esqueléticos susceptibles de relacionarse a

85

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 77-94

Figura 4. Imágenes de piezas dentales procedentes de El Sidrón e imágenes de observación microscópica realizadas en distintos estudios. A, hipoplasia del esmalte dental en un canino maxilar izquierdo. , Estría cultural con morfología de marca de corte (uno de los marcadores de actividad estudiados) con los detalles morfológicos que la identifican. C, Surcos subverticales en la faceta de contacto interdental en un premolar maxilar y perikymata o líneas de crecimiento dental (indicados con flechas rojas) escala 1 mm. D, Representación en 3D de la superficie oclusal de un molar neandertal. E, Ejemplos de depósitos de cálculo dental (sarro) en los individuos de la colección de El Sidrón. Escala 1 cm, excepto si se indica lo contrario. Figure . Dental remains from the El Sidrón collection. Pictures are from both the actual teeth and from the microscopic studies. A, Enamel hypoplasia on an upper le canine tooth. Cultural or instrumental striation (one of the activitymar ers analysed) ith the distinctive cut-mar morphology. C, Interproximal subvertical grooves on the distal facet of a premolar tooth, and the peri ymata or enamel gro th lines (red arro s) scale mm. D, D representation of the occlusal surface of a molar tooth. E, Dental calculus deposits on two teeth from the El Sidrón neandertals. Scale bar= 1 cm, otherwise indicated on the picture.

un mismo individuo con posible asociación en esqueletos parciales (juveniles 1 y 2). Tal circunstancia permite abordar estudios conjuntos de crecimiento dental, cerebral y postcraneal en un mismo individuo, situación muy poco frecuente en otros yacimientos con fósiles humanos. Como elemento aglutinador de estos aspectos se encuentra la determinación del ritmo de crecimiento en los individuos neandertales; vital para esclarecer cómo y cuándo se establece en la evolución de los homininos el peculiar y lento desarrollo ontogénico de los humanos modernos, pieza clave en el universo adaptativo de nuestra especie.

La determinación de la edad cronológica (o calendárica) de los individuos mediante técnicas de histología dental, ofrece un estándar contra el que comparar el desarrollo y maduración biológica de diferentes sistemas anatómicos. El esmalte dental crece mediante la superposición de capas concéntricas de hidroxiapatito que en sección se ven estratificadas mostrando incrementos periódicos, tanto circadianos como de otras frecuencias de periodo de entre los 6 y los 12 días (cuyo reflejo en la superficie exterior del esmalte dental es llamado perikymata) (ver Figura 4). El conteo de estas capas permite estimar

86

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 77-94

una cronología en la formación de los dientes además de posibles alteraciones durante su crecimiento. Por ejemplo, periodos de enfermedad o crisis alimenticia prolongada ocurridos en la vida de los niños pueden afectar al crecimiento de estas capas de esmalte, de modo que dejan una alteración macroscópica en el diente (una banda de hipoplasia o de menor crecimiento). Los neandertales de El Sidrón presentan de forma regular líneas de hipoplasia, pudiéndose estimar que en todos los individuos se produjo un episodio de crisis de crecimiento a la edad aproximada de los 2,8 años. Este hecho se ha asociado al proceso del destete, cuando los lactantes dejan de ingerir leche materna, viéndose privados de sus capacidades inmunoprotectoras además de verse enfrentados a un cambio de dieta. Por tanto, ya por infecciones ya por bajadas en la calidad nutritiva, los neandertales experimentaban una crisis biológica al final de su periodo de niñez (Rosas et al., 2006a; 2012a).

dividuo adulto (Adulto 2), que cambió su lateralidad manual por la presencia de una condición patológica dental (Estalrrich et al., 2012a; Estalrrich y Rosas, 2013; Dean et al., 2013). La distribución de marcadores de actividad en la dentición también es distinta en hombres y en mujeres por lo que hemos podido establecer una cierta división sexual del trabajo entre los neandertales (Estalrrich y Rosas, 2015). Tal división ha sido considerada como uno de los pilares de la estructuración social de los grupos cazadores-recolectores. Los neandertales presentaban una división del trabajo si bien no estrictamente idéntica a la observada en los grupos actuales, ya que las mujeres y niños si podrían haber participado en las tareas de caza mayor (Kuhn y Stinner, 2006; Estalrrich et al., 2012b; Estalrrich y Rosas, 2015). Una huella cuya interpretación aún se está debatiendo, pero que es muy frecuente en la muestra dental de El Sidrón, es la presencia de surcos subverticales en las facetas interdentales (Estalrrich et al., 2011), posiblemente relacionados con el ejercicio de elevadas fuerzas de masticación e introducción en la boca de materiales abrasivos, posiblemente relacionada con tareas no masticatorias.

. Marcadores de actividad Algunos aspectos referidos al comportamiento se están abordando mediante el análisis de marcadores de actividad: huellas de origen antrópico aparecidas tanto en huesos como sobre los dientes como resultado de distintas actividades posturales o de manipulación. El estudio de estos marcadores y pautas de desgaste en los dientes ha sido, hasta la fecha, una de las líneas más fructíferas (Estalrrich et al., 2015). Al no sufrir remodelación durante la vida del individuo, los dientes acumulan un buen número de huellas causadas por la interacción de la boca con el medio ambiente. La huella más inmediata se debe al desgate dentario por la dieta. Sin embargo, cuando la boca se usa como una tercera mano ayudando en la realización de determinados trabajos, estos, de una forma u otra suelen dejar su impronta en la superficie dental (Estalrrich et al., 2013).

. Dieta y paleoecología El estudio de la dieta del grupo neandertal de El Sidrón se ha realizado mediante el análisis de la microtextura del esmalte dental en la cara oclusal de los molares, indicando una dieta mixta de carne y vegetales (muy abundante en este grupo) (Estalrrich et al., en prep). Además, se han realizado estudios sobre los microcontenidos atrapados en el cálculo dental o sarro de estos individuos. El sarro funciona a modo de una trampa de partículas que se incluyen en la dieta o bien que han pasado por la boca del organismo bajo análisis. Los estudios de Hardy et al. (2012) han revelado el consumo de vegetales, la inhalación de aire cargado de humo y el empleo de plantas con fines terapéuticos, como la manzanilla y la aquilea. También se

Mediante estas técnicas, hemos comprobado que todos los individuos analizados eran diestros, con la posible excepción de un in-

87

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 77-94

Profundizar en los análisis morfométricos y determinar la polaridad de rasgos en el linaje neandertal, conociendo así el origen de su forma corporal, es un objetivo prioritario que avanza a buen ritmo gracias al empleo de nuevas técnicas de análisis ligadas a la antropología virtual. Esto nos permitirá avanzar en la discusión sobre si los llamados caracteres neandertales son en realidad autapomorfías neandertales o son caracteres primitivos heredados. Por otro lado, la presencia en el norte de la Península Ibérica de una muestra de hipotéticos antepasados de los neandertales (La Sima de los Huesos de Atapuerca), junto a sus supuestos descendientes en El Sidrón, distanciados en menos de 300 km, hacen de la comparación de estas dos colecciones una oportunidad única para explorar en detalle la evolución del linaje neandertal.

han identificado restos de madera de conífera no comestible en la mujer identificada como Adulto 5 (Radini et al., en prensa), y bitumen (sustancia viscosa frecuentemente empleada como pegamento natural para enmangar herramientas) en el individuo masculino Adulto 2 (Hardy et al., 2012). 8. Proyectos de futuro Varios son los aspectos en fase de investigación y aún más las potenciales vías de análisis abiertas por el desarrollo de nuevas tecnologías. Destacamos aquí solo algunas de las más inmediatas. Un aspecto clave aún no resuelto en la muestra de El Sidrón consiste en la asociación inequívoca de los restos postcraneales a los individuos identificados a partir de piezas dentales, un ejercicio básico para la asociación de esqueletos y la comprensión de una paleobiología organísmica. Tal asociación se ha ensayado mediante técnicas genéticas y geoquímicas sin que por el momento tengamos resultados satisfactorios. Esperamos que la aplicación de nuevas técnicas forenses a un mayor número de marcadores genéticos pueda ayudar en este fin.

Finalmente, conocer mejor las pautas de alimentación, paleoecología y filogeografía de los grupos neandertales es un tema de creciente interés. La cada vez más evidente diferenciación de subpoblaciones neandertales, tanto en el espacio como en sus dinámicas temporales, hacen de los neandertales de El Sidrón un buen referente para el estudio. En este sentido, un aspecto hasta la fecha poco desarrollado concierne al amplio campo de los análisis isotópicos, ya que hasta el momento, tan solo el estroncio está siendo evaluado.

La continuación con el análisis de ADN y la genómica es pieza esencial del proyecto. Tales estudios podrán en un futuro expandirse al genotipado no sólo de genes humanos sino de organismos ligados a la biología de los neandertales, por ejemplo la biota bucal o intestinal. La exploración del bioma no humano asociado a los restos puede eventualmente abrir puertas al conocimiento de los ecosistemas del pasado (bacterias, hongos, protozoos). Además, merece la pena destacar la posibilidad de conocer las posibles relaciones de parentesco dentro del grupo de El Sidrón mediante el genotipado de posiciones variables del genoma nuclear, así como la posibilidad de capturar y secuenciar cromosomas completos (por ejemplo el cromosoma 21, Kuhlwilm et al., 2016).

En resumen, queda aún mucho trabajo y esfuerzo para tratar de entender algo más de la evolución del mundo pleistoceno y en particular de los neandertales de El Sidrón (Asturias). Agradecimientos Queremos mostrar nuestro reconocimiento y mayor gratitud a la entrega y pasión arqueológica del profesor Javier Fortea, director del “Proyecto Sidrón” desde su inicio hasta su fallecimiento, en 2009. Agradecemos sinceramente el minucioso trabajo realizado por un buen número de estudiantes y licenciados

88

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 77-94

de la UNIOVI durante las campañas de excavación. A todos los estudiantes del Grupo de Paleoantropología del MNCN-CSIC por su contribución al desarrollo de este programa de investigación. A todos los colegas que con sus discusiones y críticas nos ayudan a mejorar en el planteamiento y análisis. La consejería de Cultura del Principado de Asturias ha financiado generosamente las investigaciones de campo y gabinete durante sucesivos convenios. A la Clínica Ruber, con la Dra. Marina de la Fuente, Aurora Camarero y David Cano, por su constante apoyo en el empleo de técnicas médicas de análisis de imagen. A los revisores de este trabajo y editor de la revista, por sus comentarios siempre constructivos. Proyectos del Plan Nacional de promoción del conocimiento del gobierno de España han contribuido al uso de técnicas especializadas (CGL2006-02131; CGL2009-09013; CGL201236682).

Gran Dolina-TD6 site (sierra de Atapuerca, Spain). Am J Phys Anthropol, 147, 604-617. http://dx.doi.org/10.1002/ajpa.22020 Bermúdez de Castro, J.M.; Quam, R.; MartinónTorres, M.; Martínez, I.; Gracia-Téllez, A.; Arsuaga, J.L.; Carbonell, E. (2015). The medial pterygoid tubercle in the Atapuerca Early and Middle Pleistocene mandibles: Evolutionary implications. Am J Phys Anthropol, 156, 102109. http://dx.doi.org/10.1002/ajpa.22631 Briggs, A.W.; Good, J.M.; Green, R.E.; Krause, J.; Maricic, T.; Stenzel, U.; Lalueza-Fox, C.; Rudan, P.; Brajkovic, D.; Kucan, Z.; Gusic, I.; Schmitz, R.; Doronichev, V.B.; Golovanova, L.V.; Rasilla, M. de la; Fortea, J.; Rosas, A.; Pääbo, S. (2009). Targeted Retrieval and Analysis of Five Neandertal mtDNA Genomes. Science, 325, 318-321. http://dx.doi.org/10.1126/science.1174462 Burbano, H.A.; Hodges, E.; Green, R.E.; Briggs, A.W.; Krause, J.; Meyer, M.; Good, J.M.; Maricic, T.; Johnson, P.L.F.; Xuan, Z.; Rooks, M.; Bhattacharjee, A.; Brizuela, L.; Albert, F.W.; Rasilla, M. de la; Fortea, J.; Rosas, A.; Lachmann, M.; Hannon, G.J.; Paabo, S. (2010). Targeted Investigation of the Neandertal Genome by Array-Based Sequence Capture. Science, 328, 723-725. http://dx.doi.org/10.1126/science.1188046 Cañaveras, J.C.; Sanchez-Moral, S.; Lario, J.; Cuezva, S.; Fernández Cortes, A.; Muñoz, M.C. (2011). El modelo de relleno, o cómo llegaron los restos a la Galería del Osario. En: La cueva de El Sidrón (Borines, Piloña, Asturias). Investigación interdisciplinar de un grupo neandertal. (M. de la Rasilla; A. Rosas; J.C. Cañaveras; C. Lalueza-Fox; eds.). Consejería de Cultura y Turismo-Ediciones Trabe S. L. U., Oviedo: Gobierno del Principado de Asturias, 43-64. Castellano, S.; Parra, G.; Sánchez-Quinto, F.A.; Racimo, F.; Kuhlwilm, M.; Kircher, M.; Sawyer, S.; Fu, Q.; Heinze, A.; Nickel, B.; Dabney, J.; Siebauer, M.; White, L.; Burbano, H.A.; Renaud, G.; Stenzel, U.; Lalueza-Fox, C.; Rasilla, M. de la Rosas, A. Rudan, P. rajkovi , D. Kucan, . Gu ic, I. Shunkov, M.V. Derevianko, A.P. Viola, B.; Meyer, M.; Kelso, J.; Andrés, A.M.; Pääbo, S. (2014). Patterns of coding variation in the complete exomes of three Neandertals. P Natl Acad Sci, 111, 6666-6671. http:// dx.doi.org/10.1073/pnas.1405138111 de Torres, T.; Ortiz, J.; Grün, R.; Eggins, S.; Valladas, H.; Mercier, N.; Tisnérat-Laborde, N.; Juliá, R.; Soler, V.; Martínez, E.; Sánchez-Moral, S.; Lalueza-Fox, C.; Cañaveras, J.C.; Rosas, A.;

Bibliografía Bastir, M.; García-Martínez, D.; Estalrrich, A.; García-Tabernero, A.; Huguet, R.; Barash, A.; Recheis, W.; Rasilla, M. de la; Rosas, A. (2013). A preliminary assessment of the thoracic remains of the El Sidrón Neandertals (Asturias, Spain). 3rd Annual Meeting of the ESHE, Vol., 2. Evolution ESftSoH, Vienna (Austria). 40. Bastir, M.; García-Martínez, D.; Estalrrich, A.; García-Tabernero, A.; Huguet, R.; Ríos, L.; Barash, A.; Recheis, W.; Rasilla, M. de la; Rosas, A. (2015). The relevance of the first ribs of the El Sidrón site (Asturias, Spain) for the understanding of the Neandertal thorax. J Hum Evol, 80, 64-73. http://dx.doi.org/10.1016/j.jhevol.2014.10.008 Bastir, M.; Rosas, A.; García-Tabernero, A.; PeñaMelián, A.; Estalrrich, A.; Rasilla, M. de la; Fortea, J. (2010). Comparative morphology and morphometric assessment of the Neandertal occipital remains from the El Sidrón site (Asturias, Spain: years 2000-2008). J Hum Evol, 58, 68-78. http://dx.doi.org/10.1016/j.jhevol.2009.08.006 Bermúdez de Castro, J.M.; Carretero, J.M.; GarcíaGonzalez, R.; Rodríguez-García, L.; MartinónTorres, M.; Rosell, J.; Blasco, R.; Martín-Frances, L.; Modesto, M.; Carbonell, E. (2012). Early pleistocene human humeri from the

89

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 77-94

Lario, J.; Santamaría, D.; Badal, E.; Rasilla, M. de la; Fortea, J. (2010). Dating of the hominid (Homo neanderthalensis) remains accumulation from El Sidrón cave (Piloña, Asturias, North Spain): an example of multi-methodological approach to the dating of Upper Pleistocene sites. Archaeometry, 52, 680-705. Dean, M.C.; Rosas, A.; Estalrrich, A.; García-Tabernero, A.; Huguet, R.; Lalueza-Fox, C.; Bastir, M.; Rasilla, M. de la. (2013). Longstanding dental pathology in Neandertals from El Sidrón (Asturias, Spain) with a probable familial basis. J Hum Evol, 64, 678-686. http://dx.doi. org/10.1016/j.jhevol.2013.03.004 Egocheaga, J.E. (2007). Evidencia de lesión osteolítica tumoral en una tibia del hombre de Sidrón. En: Enfermedad, muerte y cultura en las sociedades del pasado., Vol 1.(J. Barca Durán; J. Jiménez Ávila; eds.). Fundación Academia Europea de Yuste., 57-64. Egocheaga, J.E.; Sierra, M.J. (2002). Los restos óseos del autópodo superior de la Cueva de Sidrón (Piloña, Asturias). En: Antropología y Biodiversidad (A. Malgosa Morera; R.M. Nogués; M.P. Aluja; eds.). Universidad de Barcelona, Barcelona, 494-505. Egocheaga, J.E.; Sierra, M.J. (2005). Identificación de un infante en la colección SDR-1994 de fósiles del Hombre de Sidrón. Revista Española de Antropología Física, 25, 1-6. Egocheaga, J.E.; Pérez-Pérez, A.; Rodríguez, L.; Galbany, J.; Mónica Martínez, L.; Telles Antunes, M. (2004). New evidence and interpretation of subvertical grooves in neandertal teeth from Cueva de Sidrón (Spain) and Figueira Brava (Portugal). Anthropologie 42(1), 49-52. Egocheaga, J.E.; Trabazo, R.; Rodríguez, L.; Cabo, L.L.; Sierra, M.J. (2000). Avance sobre el descubrimiento, características del yacimiento y estudio paleontropológico de los restos óseos de homínidos mesopleistocénicos de la cueva de Sidrón (Piloña, Asturias). Boletín de Ciencias de la Naturaleza, 46, 219-263. Estalrrich, A.; Rosas, A. (2013). Handedness in Neandertals from the El Sidrón (Asturias, Spain): Evidence from Instrumental Striations with Ontogenetic Inferences. PLoS ONE, 8, e62797. http://dx.doi.org/10.1371/journal. pone.0062797 Estalrrich, A.; Rosas, A. (2015). Division of labor by sex and age in Neandertals: an approach through the study of activity-related dental wear. J Hum Evol, 80, 51-63. http://dx.doi. org/10.1016/j.jhevol.2014.07.007 Estalrrich, A.; Rosas, A.; García-Tabernero, A.; Hu-

guet, R.; Bastir, M.; Rasilla, M. de la. (2012a). Handedness on 11 Neanderthals from the El Sidrón cave (Asturias, Spain): Evidence from the non-dietary dental wear. 2nd Annual Meeting of the ESHE, Vol., 1. Evolution ESftSoH. Bordeaux (France), 74. Estalrrich, A.; Rosas, A.; García-Vargas, S.; GarcíaTabernero, A.; Santamaría, D.; Rasilla, M. de la. (2011). Brief communication: Subvertical grooves on interproximal wear facets from the El Sidrón (Asturias, Spain) Neandertal dental sample. Am J Phys Anthropol, 144, 154-161. http://dx.doi.org/10.1002/ajpa.21359 Estalrrich, A.; Rosas, A.; Huguet, R.; Rasilla, M. de la (2013). Unique within his group: High incidence of chipping enamel may reflect an specialized behavior in the El Sidrón Neandertal group. 3rd Annual Meeting of the ESHE, Vol., 2. Evolution ESftSoH, Vienna (Austria), 84. Estalrrich, A.; Rosas, A.; Huguet, R.; García-Tabernero, A.; Bastir, M.; García-Vargas, S.; Rasilla, M. de la (2012b). Evidence for Non-Foraging Sexual Division of Labor in Neandertals from the El Sidrón Site (Asturias, Spain). 21st PaleoAnthropology Society Annual Meeting. Society P, Memphis (Tennessee), A12. Estalrrich, A.; Rosas, A.; Huguet, R.; García-Tabernero, A.; de la Rasilla, M. (2015). Marcadores de actividad en la dentición anterior de los Neandertales: el caso de las estrías culturales. XIII Encuentro de Jóvenes Investigadores en Paleontología (EJIP). Madrid, 106-108. Fernández-Cascón, B.; Rosas, A.; Estalrrich, A.; García-Tabernero, A.; García-Vargas, S.; Huguet, R.; Bastir, M.; Santamaría, D.; Rasilla, M. de la; Fortea, J. (2010). Preparation of the neandertal remains from the El Sidrón cave (Asturias, Spain). En: Paleontologia i Evolució. Memoria especial nº 4 (C. Cancelo Fernández; S. Val Molina; J. Marigó Cortés; L. Celia Gelabert; eds.). Sabadell, 175-182. Fernández-Cascón, B.; Rosas, A.; Estalrrich, A.; García-Tabernero, A.; Huguet, R.; López-Polín, L.; Corchado, Y.; Gimeno, M.; Rasilla, M. de la (2015). Conservación y restauración en la investigación paleontológica en el yacimiento de El Sidrón (Asturias): Estado de la cuestión. XIII Encuentro de Jóvenes Investigadores en Paleontología (EJIP). Madrid, 108-111. Fortea, J.; Rasilla, M. de la; García-Tabernero, A.; Gigli, E.; Rosas, A.; Lalueza-Fox, C. (2008). Excavation protocol of bone remains for Neandertal DNA analysis in El Sidrón Cave (Asturias, Spain). J Hum Evol, 55, 353-357. http:// dx.doi.org/10.1016/j.jhevol.2008.03.005

90

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 77-94

Fortea, J.; Rasilla, M. de la; Martínez, E.; SánchezMoral, S.; Cañaveras, J.C.; Cuezva, S.; Rosas, A.; Soler, V.; Julià, R.; de Torres, T. (2003). La cueva de El Sidrón (Borines, Piloña, Asturias): primeros resultados. Estud Geol, 59, 159-179. Fortea, J.; Rasilla, M. de la; Santamaría, D.; Martínez, L.; Duarte, E.; Fernández de la Vega, J.; Martínez, E.; Cañaveras, J.C.; Sánchez-Moral, S.; Cuezva, S.; Lario, J.; Rosas, A.; Martínez-Maza, C.; García-Tabernero, A.; Bastir, M.; Huguet, R.; Estalrrich, A.; García-Vargas, S.; SánchezMeseguer, A.; León, S.; Lalueza-Fox, C.; de Torres, T.; Ortiz, J.; Julià, R.; Grün, R.; Valladas, H.; Mercier, N.; Tisnèrat-Laborde, N.; Soler, V.; Silva, P.; Carrasco, P.; Ayarza, P.; Álvarez, F.; Santos, G.; Altuna, J.; Badal, E.; Alonso, J. (2009). La cueva de El Sidrón, Borines (Piloña). Campañas de excavación de 2003 a 2006. Trabe S.L.U.Gobierno del Principado de Asturias, Oviedo: Gobierno del Principado de Asturias, 547 pp. Green, R.E.; Krause, J.; Briggs, A.W.; Maricic, T.; Stenzel, U.; Kircher, M.; Patterson, N.; Li, H.; Zhai, W.; Fritz, M.H-Y.; Hansen, N.F.; Durand, E.Y.; Malaspinas, A-S.; Jensen, J.D.; MarquesBonet, T.; Alkan, C.; Prufer, K.; Meyer, M.; Burbano, H.A.; Good, J.M.; Schultz, R.; AximuPetri, A.; Butthof, A.; Hober, B.; Hoffner, B.; Siegemund, M.; Weihmann, A.; Nusbaum, C.; Lander, E.S.; Russ, C.; Novod, N.; Affourtit, J.; Egholm, M.; Verna, C.; Rudan, P.; Brajkovic, D.; Kucan, Z.; Gusic, I.; Doronichev, V.B.; Golovanova, L.V.; Lalueza-Fox, C.; Rasilla, M. de la; Fortea, J.; Rosas, A.; Schmitz, R.W.; Johnson, P.L.F.; Eichler, E.E.; Falush, D.; Birney, E.; Mullikin, J.C.; Slatkin, M.; Nielsen, R.; Kelso, J.; Lachmann, M.; Reich, D.; Pääbo, S. (2010). A Draft Sequence of the Neandertal Genome. Science, 328, 710-722. http://dx.doi.org/10.1126/ science.1188021 Hardy, K.; Buckley, S.; Collins, M.; Estalrrich, A.; Brothwell, D.; Copeland, L.; García-Tabernero, A.; García-Vargas, S.; Rasilla, M. de la; Lalueza-Fox, C.; Huguet, R.; Bastir, M.; Santamaría, D.; Madella, M.; Wilson, J.; Cortés, Á.; Rosas, A. (2012). Neanderthal medics? Evidence for food, cooking, and medicinal plants entrapped in dental calculus. Naturwissenschaften, 99, 617-626. http://dx.doi.org/10.1007/ s00114-012-0942-0 Hoffmann, A.W.; Pike, W.G.; K. Wainer; J. Zilhão (2013). New U-series results for the speleogenesis and the Palaeolithic archaeology of the Almonda karstic system (Torres Novas, Portugal). Quat. Int., 294, 168–182. http://dx.doi. org/10.1016/j.quaint.2012.05.027

Krause, J.; Lalueza-Fox, C.; Orlando, L.; Enard, W.; Green, R.E.; Burbano, H.A.; Hublin, J-J.; Hänni, C.; Fortea, J.; Rasilla, M. de la; Bertranpetit, J.; Rosas, A.; Pääbo, S. (2007). The Derived FOXP2 Variant of Modern Humans Was Shared with Neandertals. Curr Biol, 17, 1908-1912. http:// dx.doi.org/10.1016/j.cub.2007.10.008 Kuhlwilm, M.; Gronau, I.; Hubisz, M.J.; Filippo, C. de; Prado, J.; Kircher, M.; Fu, Q.; Burbano, H.A.; Lalueza-Fox, C.; Rasilla, M. de la; Rosas, A. Rudan, P. rajkovic, D. Kucan, . Gu ic, I; Marques-Bonet, T.; Andrés, A.M.; Viola, B.; Pääbo, S.; Meyer, M.; Siepel, A. y Castellano, S. (2016). Evidence of ancient gene flow from modern humans into the Altai Neandertal. Nature. Kuhn, S.L.; Stinner, M.C. (2006). What’s a mother to do? A hypothesis about the division of labor among Neanderthals and modern humans in Eurasia. Curr Anthropol, 47, 953-980. http:// dx.doi.org/10.1086/507197 Lalueza-Fox, C.; Gigli, E.; Rasilla, M. de la; Fortea, J.; Rosas, A. (2009). Bitter taste perception in Neanderthals through the analysis of the TAS2R38 gene. Biol Lett, 5, 809-811. http:// dx.doi.org/10.1098/rsbl.2009.0532 Lalueza-Fox, C.; Gigli, E.; Rasilla, M. de la; Fortea, J.; Rosas, A.; Bertranpetit, J.; Krause, J. (2008). Genetic characterization of the ABO blood group in Neandertals. BMC Evol Biol, 8, 342. http://dx.doi.org/10.1186/1471-2148-8-342 Lalueza-Fox, C.; Gigli, E.; Sánchez-Quinto, F.; Rasilla, M. de la; Fortea, J.; Rosas, A. (2012b). Issues from Neandertal genomics: Diversity, adaptation and hybridisation revised from the El Sidrón case study. Quatern Int, 247, 10-14. http:// dx.doi.org/10.1016/j.quaint.2010.10.012 Lalueza-Fox, C.; Krause, J.; Caramelli, D.; Catalano, G.; Milani, L.; Sampietro, M.L.; Calafell, F.; Martinez-Maza, C.; Bastir, M.; Garcia-Tabernero, A.; Rasilla, M. de la; Fortea, J.; Pääbo, S.; Bertranpetit, J.; Rosas, A. (2006). Mitochondrial DNA of an Iberian Neandertal suggests a population affinity with other European Neandertals. Curr Biol, 16, R629-R630. http:// dx.doi.org/10.1016/j.cub.2006.07.044 Lalueza-Fox, C.; Rompler, H.; Caramelli, D.; Staubert, C.; Catalano, G.; Hughes, D.; Rohland, N.; Pilli, E.; Longo, L.; Condemi, S.; Rasilla, M. de la; Fortea, J.; Rosas, A.; Stoneking, M.; Schoneberg, T.; Bertranpetit, J.; Hofreiter, M. (2007). A Melanocortin 1 Receptor Allele Suggests Varying Pigmentation Among Neanderthals. Science, 318, 1453-1455. http://dx.doi. org/10.1126/science.1147417

91

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 77-94

grafías del Museo de Altamira 20 (R. MontesBarquín; J.A. Lasheras-Corruchaga; eds.). Madrid, 397-403. Prieto, J.L.; Abenza, J.M. (1999a). Anomalías de la dentición en la mandíbula SDR 7-8 del Sidrón. V Congreso de Paleopatología Alcalá La Real. Jaén. Póster. Prieto, J.L.; Abenza, J.M. (1999b). Evidencia de patología periodontal en la mandíbula SDR 7-8 del Sidrón. V Congreso de Paleopatología Alcalá La Real. Jaén. Póster. Prieto, J.L.; Abenza, J.M; Muñoz Fernández, E.; Montes Barquín, R. (2001). Hallazgos Antropológicos y Arqueológicos en el Complejo Kárstico de El Sidrón (Vallobal, Infiesto, Concejo de Piloña, Asturias). Munibe AntropologiaArkeologia, 53, 19-29. Radini, A.; Buckley, S.; Rosas, A.; Estalrrich, A.; Rasilla, M. de la; Hardy, K. (en prensa). Neanderthals and Trees: Non-edible conifer fibres found in Neanderthal dental calculus suggests extra-masticatory activity. Antiquity. Rasilla, M. de la; Rosas, A.; Cañaveras, J.C.; LaluezaFox, C. (2011). La cueva de El Sidrón (Borines, Piloña, Asturias). Investigación interdisciplinar de un grupo neandertal, Ed. Consejería de Cultura y Turismo-Ediciones Trabe S.L.U., Oviedo: Gobierno del Principado de Asturias, 211 pp. Rasilla, M. de la; Rosas, A.; Cañaveras, J.C.; Lalueza-Fox, C.; Santamaría, D.; Sánchez-Moral, S.; Estalrrich, A.; García-Tabernero, A.; Silva, P.G.; Martínez, E.; Santos, G.; Martínez, L.; Duarte, E.; Huguet, R.; Bastir, M.; Fernández de la Vega, J.; Suárez, P.; Díez, A.B.; Fernández Cascón, B.; Cuezva, S.; Fernández Cortés, Á.; García Antón, E.; Muñoz, C.; Lario, J.; Carrasco, P.; Huerta, P.; Ayarza, P.; Álvarez Lobato, F.; Rodríguez, L.; Picón, I.; Fernández, B. (2014). La cueva de El Sidrón (Piloña, Asturias). En: Cazadores recolectores del Pleistoceno y Holoceno de la Península Ibérica y Estrecho de Gibraltar (R. Sala, ed.). Universidad de Burgos- Fundación Atapuerca, Burgos, 122-128. Ríos, L.; Rosas, A.; Estalrrich, A.; García-Tabernero, A.; Bastir, M.; Huguet, R.; Pastor, F.; Sanchís-Gimeno, J.A.; Rasilla, M. de la. (2015). Possible Further Evidence of Low Genetic Diversity in the El Sidrón (Asturias, Spain) Neandertal Group: Congenital Clefts of the Atlas. PLoS ONE, 10:e0136550. http://dx.doi. org/10.1371/journal.pone.0136550 Ríos, L.; Rosas, A.; Estalrrich, A.; García-Tabernero, A.; Huguet, R.; Bastir, M.; Llidó, S.; Sanchís-Gimeno, J.; Dean, M.C.; Pastor, J.F. (2014). Type A defect of the atlas in the Neandertals from

Lalueza-Fox, C.; Rosas, A.; Rasilla, M. de la (2012a). Palaeogenetic research at the El Sidrón Neanderthal site. Ann Anat, 194, 133-137. http:// dx.doi.org/10.1016/j.aanat.2011.01.014 Lalueza-Fox, C.; Rosas, A.; Rasilla, M. de la; Gilbert, M.T.P.; Willerslev, E. (2011b). Reply to Vigilant and Langergraber: Patrilocality in Neandertals is still the most plausible explanation. P Natl Acad Sci, 108:E88. http://dx.doi.org/10.1073/ pnas.1103479108 Lalueza-Fox, C.; Rosas, A.; Estalrrich, A.; Gigli, E.; Campos, P.F.; García-Tabernero, A.; GarcíaVargas, S.; Sánchez-Quinto, F.; Ramírez, O.; Civit, S.; Bastir, M.; Huguet, R.; Santamaría, D.; Gilbert, P.; Thomas, M.; Willerslev, E.; Rasilla, M. de la (2011a). Genetic evidence for patrilocal mating behavior among Neandertal groups. P Natl Acad Sci, 108, 250-253. http:// dx.doi.org/10.1073/pnas.1011553108 Lalueza-Fox, C.; Sampietro, M.L.; Caramelli, D.; Puder, Y.; Lari, M.; Calafell, F.; Martínez-Maza, C.; Bastir, M.; Fortea, J.; Rasilla, M. de la; Bertranpetit, J.; Rosas, A. (2005). Neandertal Evolutionary Genetics; Mitochondrial DNA Data from the Iberian Peninsula. Mol Biol Evol, 22, 1077-1081. http://dx.doi.org/10.1093/molbev/msi094 Maricic, T.; Günther, V.; Georgiev, O.; Gehre, S.; urlin, M. Schreiweis, C. Naumann, R. urbano, HA.; Meyer, M.; Lalueza-Fox, C.; de la Rasilla, M. Rosas, A. Gajovi , S. Kelso, J. Enard, W.; Schaffner, W.; Pääbo, S. (2013). A Recent Evolutionary Change Affects a Regulatory Element in the Human FOXP2 Gene. Mol Biol Evol., 30, 844-852. http://dx.doi. org/10.1093/molbev/mss271 Martinez-Maza, C.; Rosas, A.; García-Vargas, S.; Estalrrich, A.; Rasilla, M. de la. (2011). Bone remodelling in Neanderthal mandibles from the El Sidrón site (Asturias, Spain). Biol Lett, 7, 593596. http://dx.doi.org/10.1098/rsbl.2010.1188 Peña-Melián, A.; Rosas, A.; García-Tabernero, A.; Bastir, M.; Rasilla, M. de la. (2011). Paleoneurology of Two New Neandertal Occipitals from El Sidrón (Asturias, Spain) in the Context of Homo Endocranial Evolution. Anat Rec., 294, 1370-1381. http://dx.doi.org/10.1002/ ar.21427 Pérez-Criado, L.; Rosas, A.; Bastir, M.; Pastor J.F. (2015). Lateralidad humeral en neandertales. Un análisis con morfometría geométrica en 3D. XIII Encuentro de Jóvenes Investigadores en Paleontología (EJIP). Madrid, 203-205. Prieto, J.L. (2005). Hallazgos paleopatológicos en la mandíbula SDR-7-8 del Sidrón. En: Mono-

92

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 77-94

El Sidrón (Asturias, Spain). 20th European Paleopathology Association Meeting Association. Lund, Suecia. Póster. Rodríguez, L.; Cabo, L.L.; Egocheaga, J.E. (2002). Breve Nota sobre el hioides neandertalense de Sidrón (Piloña, Asturias). En: Antropología y Biodiversidad (M.P. Aluja; A. Malgosa; R. Nogués; eds.). Universidad de Barcelona, Barcelona, 484-493. Rosas, A. (2010). Los Neandertales. CSIC-Catarata, Madrid, 135 pp. Rosas, A. (2012). Paleoantropología de la Península Ibérica: el Paleolítico. En: Prehistoria Antigua de la Península Ibérica (M. Menéndez, ed.). UNED, Madrid, 121-201. Rosas, A.; Aguirre, E. (1999). Restos humanos neandertales de la cueva del Sidrón, Pilona, Asturias. Nota preliminar. Estud Geol, 55, 181-190. http://dx.doi.org/10.3989/ egeol.99553-4174 Rosas, A.; Bastir, M.; Estalrrich, A.; García-Tabernero, A; Huguet, R.; Peña-Melian, A.; Alarcón, J.A.; Rasilla, M. de la. (2012b). A juvenile mandible from the El Sidrón (Asturias, Spain) site and the growth of the Neandertal craniofacial system. 2nd Annual Meeting of the ESHE, Vol., 1. Evolution ESftsoH, Bordeaux (France), 151. Rosas, A.; Bastir, M.; García-Tabernero, A.; Rasilla, M. de la; Fortea, J. (2008a). Comparative morphology and morphometric assessment of the occipitals from the El Sidrón Neanderthals (Asturias, Northern Spain). Am J Phys Anthropol, 135-182. Rosas, A.; Bastir, M.; Martínez-Maza, C.; García-Tabernero, A.; Lalueza-Fox, C. (2006b). Inquiries into Neanderthal cranio-facial development and evolution: ‘accretion’ vs ‘organismic’ models. En: Neanderthals revisited: New approaches and perspectives (K. Harvati; T. Harrison; eds.). Springer, Dordrecht, 37-69. Rosas, A.; Estalrrich, A.; García-Tabernero, A.; Bastir, M.; García-Vargas, S.; Sánchez-Meseguer, A.; Huguet, R.; Lalueza-Fox, C.; Peña-Melián, Á.; Kranioti, E.F.; Santamaría, D.; Rasilla, M. de la; Fortea, J. (2012a). Les Néandertaliens d’ El Sidrón (Asturies, Espagne). Actualisation d’un nouvel échantillon. L’Anthropologie, 116, 57-76. http://dx.doi.org/10.1016/j. anthro.2011.12.003 Rosas, A.; Estalrrich, A.; García-Vargas, S.; GarcíaTabernero, A.; Bastir, M.; Huguet, R.; PeñaMelian, A. (2011c). Los fósiles neandertales de la cueva de El Sidrón. En: La cueva de El Sidrón (Borines, Piloña, Asturias) Investiga-

ción interdisciplinar de un grupo neandertal. (Rasilla, M. de la; Rosas, A.; Cañaveras, J.C.; Lalueza-Fox, C.; eds.). Consejería de Cultura y Turismo-Ediciones Trabe S. L. U., Oviedo: Gobierno del Principado de Asturias, 81-116. Rosas, A.; Estalrrich, A.; García-Vargas, S.; GarcíaTabernero, A.; Huguet, R.; Lalueza-Fox, C.; Rasilla, M. de la (2013a). Identification of Neandertal individuals in fragmentary fossil assemblages by means of tooth associations: The case of El Sidrón (Asturias, Spain). C R Palevol, 12, 279-291. http://dx.doi.org/10.1016/j. crpv.2013.06.003 Rosas, A.; Estalrrich, A.; Lalueza-Fox, C.; Huguet, R.; García-Tabernero, A.; García-Vargas, S.; Bastir, M.; Peña-Melián, A.; Santamaría, D.; Rasilla, M. de la (2012c). Los Neandertales de El Sidrón (Asturias): contexto y paleobiología. En: Visiones del ser humano: Del pasado al presente. (A. Mateos-Cachorro; A. Perote-Alejandre; eds.). Cátedra Tomás Pasual-CENIEH Y Ed. ICM., Madrid, 49-60. Rosas, A.; Fortea, J.; de la Rasilla, M.; Bastir, M.; Martinez-Maza, C. (2004). Neanderthals from El Sidrón Cave (Asturias, Spain). Presentation of a new sample. Am J Phys Anthropol, S123, 169. Rosas, A.; Fortea, J.; Rasilla, M. de la; FernándezColón, P.; Hidalgo González, A.; Lacasa Marquina, E.; Martínez-Maza, C.; García-Tabernero, A.; Bastir, M. (2005). Restos neandertales de la Cueva de El Sidrón: una restauración al servicio de la investigación paleontológica. PH Boletín del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, 53, 70-73. Rosas, A.; García-Tabernero, A.; Estalrrich, A.; García-Vargas, S.; Bastir, M.; Lalueza-Fox, C.; Huguet, R.; Peña-Melian, A.; Santamaría, D.; Rasilla, M. de la; Fortea, J. (2011a). La imagen de los neandertales a la luz de los últimos descubrimientos. El caso de El Sidrón (Asturias). En: Arqueología, Paleontología y Geomorfología del Cuaternario en España: X aniversario del seminario Francisco Sousa (La Rinconada, Sevilla). (J.J. Fernández Caro; R. Baena Escudero; eds.). Ayto. de La Rinconada-AEQUA, Sevilla, 95-122. Rosas, A.; Huguet, R.; Estalrrich, A.; García-Tabernero, A.; García-Vargas, S.; Bastir, M.; PeñaMelian, A. (2011b). Fauna de macromamíferos en la Galería del Osario. En: La cueva de El Sidrón (Borines, Piloña, Asturias) Investigación interdisciplinar de un grupo neandertal. (M. de la Rasilla; A. Rosas; J.C. Cañaveras; C. Lalueza-Fox; eds.). Consejería de Cultura y

93

Cuaternario y Geomorfología (2015), 29 (3-4), 77-94

drón, Asturias, España). XII Reunión Nacional de Cuaternario. Ávila, 123-124. Sanchez-Quinto, F.; Lalueza-Fox, C. (2015). Almost 20 years of Neanderthal palaeogenetics: adaptation, admixture, diversity, demography and extinction. Phil Trans R Soc B, 370, 20130374. http://dx.doi.org/10.1098/rstb.2013.0374 Santamaría, D.; Fortea, J.; Rasilla, M. de la; Martínez, L.; Martínez, E.; Cañaveras, J.C.; SánchezMoral, S.; Rosas, A.; Estalrrich, A.; García-Tabernero, A.; Lalueza-Fox, C. (2010). The technological and typological behaviour of a neanderthal group from El Sidrón cave (Asturias, Spain). Oxford J Archaeol, 29, 119-148. http://dx.doi. org/10.1111/j.1468-0092.2010.00342.x Shreeve, J. (1995). The Neanderthal Enigma: Solving the Mystery of Modern Human Origins. Ed. William Morrow and Co., Nueva York, 398 pp. Silva, P. G.; Santos, G.; Carrasco, P.; Huerta, P.; Ayarza, P.; Álvarez Lobato, F.; Fernández Macarro, B.; Standling, M. (2011). La geomorfología, topografía y prospección geofísica del complejo de El Sidrón. La búsqueda del lugar de procedencia de los restos fósiles. En: La cueva de El Sidrón (Borines, Piloña, Asturias). Investigación interdisciplinar de un grupo neandertal. (M. de la Rasilla; A. Rosas; J.C. Cañaveras; C. Lalueza-Fox; eds.). Consejería de Cultura y Turismo-Ediciones Trabe S. L. U., Oviedo: Gobierno del Principado de Asturias, 75-80. Stringer, Ch.; Gamble, C. (1993). In search of the neanderthals. Ed. Thames and Hudson, New York, 247 pp. Trabazo, R.; Egocheaga, J.E. (2002). Análisis tafonómico de los restos óseos humanos de la cueva de Sidrón, Asturias (NW Spain): II. Formación del depósito y edad relativa de los fósiles mandibulares. En: Antropología y Biodiversidad. (M.P. Aluja; A. Malgosa; R. Nogués; eds.). Universidad de Barcelona, Barcelona, 545-556. Wood, R.E.; Higham, T.F.G.; de Torres, T.; TisnératLaborde, N.; Valladas, H.; Ortiz, J.E.; LaluezaFox, C.; Sánchez-Moral, S.; Cañaveras, J.C.; Rosas, A.; Santamaría, D.; Rasilla, M. de la (2013). A new date for the neanderthals from El Sidrón cave (Asturias, northern Spain). Archaeometry, 55, 148-158. http://dx.doi. org/10.1111/j.1475-4754.2012.00671.x

Turismo-Ediciones Trabe S. L. U., Oviedo: Gobierno del Principado de Asturias, 147-148. Rosas, A.; Martínez-Maza, C.; Bastir, M.; GarcíaTabernero, A.; Lalueza-Fox, C.; Huguet, R.; Estalrrich, A.; García-Vargas, S.; Rasilla, M. de la; Fortea, J. (2007). Paleobiological aspects of El Sidrón (Asturias, Spain) Neandertals. Am J Phys Anthropol, 132, 202. Rosas, A.; Martínez-Maza, C.; Bastir, M.; GarcíaTabernero, A.; Lalueza-Fox, C.; Huguet, R.; Ortiz, J.E.; Julià, R.; Soler, V.; de Torres, T.; Martínez, E.; Cañaveras, J. C.; Sánchez-Moral, S.; Cuezva, S.; Lario, J.; Santamaría, D.; Rasilla, M. de la; Fortea, J. (2006a). Paleobiology and comparative morphology of a late Neandertal sample from El Sidron, Asturias, Spain. P Natl Acad Sci, 103, 19266-19271. http://dx.doi. org/10.1073/pnas.0609662104 Rosas, A.; Peña-Melian, A.; García-Tabernero, A.; Bastir, M.; Rasilla, M. de la (2013b). Temporal lobe surface anatomy and the bony relieves in the middle cranial fossa. The case of the El Sidrón (Spain) Neandertal sample. 3rd Annual Meeting of the ESHE, Vol., 2. Evolution ESftSoH, Vienna (Austria), 192. Rosas, A.; Peña-Melián, A.; García-Tabernero, A.; Bastir, M.; Rasilla, M. de la (2014). Temporal Lobe Sulcal Pattern and the Bony Impressions in the Middle Cranial Fossa: The Case of the El Sidrón (Spain) Neandertal Sample. Anat Rec, 297, 2331-2341. http://dx.doi.org/10.1002/ ar.22957 Rosas, A.; Peña-Melian, A.; García-Tabernero, A.; Bastir, M.; Rasilla, M. de la; Fortea, J. (2008b). Endocranialoccipito-temporal anatomy of SD1219 from the Neandertal El Sidrón site (Asturias, Spain). Anat Rec, 291, 502–512. http:// dx.doi.org/10.1002/ar.20684 Rosas, A.; Pérez-Criado, L.; Bastir, M.; Estalrrich, A.; Huguet, R.; García-Tabernero, A.; Pastor, J.F.; Rasilla, M. de la (2015). A geometric morphometrics comparative analysis of Neandertal humeri (epiphyses-fused) from the El Sidrón cave site (Asturias, Spain). J Hum Evol, 82, 51-66. http://dx.doi.org/10.1016/j.jhevol.2015.02.018 Sánchez-Moral, S.; Cañaveras, J. C.; Lario, J.; Cuezva, S.; Silva, P. G.; Rasilla, M. de la; Fortea, J. (2007). Caracterización del relleno sedimentario de la Galería del Osario (cueva de El Si-

94

CUATERNARIO y GEOMORFOLOGÍA SPANISH JOURNAL OF QUATERNARY & GEOMORPHOLOGY

Revista de la Sociedad Española de Geomorfología (SEG) y Asociación Española para el Estudio del Cuaternario (AEQUA)

Editores Principales - Editors in-Chief: Pedro Huerta Hurtado (AEQUA). Dpto. Geología, Escuela Politécnica Superior de Ávila, Universidad de Salamanca (USAL). Avda. Hornos Caleros, 50. 05003 AVILA. [email protected] David Regüés Muñoz (SEG). Instituto Pirenaico de Ecología (IPE, CSIC). Dpto.Procesos Geo-ambientales y Cambio Global. Avda. Montañana, 1005. 50059 ZARAGOZA. [email protected]

Editores Adjuntos - Associated Editors: Juan Remondo Tejerina (SEG). Dpto. Ciencias de la Tierra y Física de la Materia Condensada, Universidad de Cantabria (UC). Avda. de los Castros, s/n. 39005 SANTANDER. [email protected] Pablo G. Silva Barroso (AEQUA). Dpto. Geología, Escuela Politécnica Superior de Ávila, Universidad de Salamanca (USAL). Avda. Hornos Caleros, 50. 05003 AVILA. [email protected]

Comité Asesor – Advisory Board: Calvo Cases, A. (Universidad de Valencia, Esp) Ferreira, O. (Universidade do Algarve, Por) García Ruiz, J.M. (Inst. Pirenáico Ecol, CSIC, Zaragoza, Esp)

Harvey, A. (University of Liverpool, UK) Rodríguez Vidal, J. (Universidad de Huelva, Esp) Zazo Cardeña, C. (M. Nac. CC. Naturales, CSIC, Madrid, Esp)

Comité Editorial - Editorial Board Aguirre Enriquez, E. (M. Nac CC Naturales, CSIC, España) Baena Presley, J. (Universidad Autónoma Madrid, España) Bardají Azcarate, T. (Univ Alcalá de Henares, España) Cerdá Bolinches, A. (Universidad de Valencia, España) Cooper, A. (University of Ulster, UK) Corominas, J. (Univ Politécnica Cataluña, España) Diez Herrero, A. (IGME, Madrid, España) Gutiérrez Elorza, M. (Universidad Zaragoza, España) Gutiérrez Santolalla, F. (Universidad Zaragoza, España) Durán Valsero, J.J. (IGME, Madrid, España) Hillaire-Marcell, C. (UQAM, Canada) Jorda Pardo, J. (UNED, Madrid, España) Leorri Soriano, E. (East Carolina University, USA) López Martínez, J. (Univ Autónoma Madrid, España) Martín Serrano, A. (IGME, Madrid, España)

Mennanteau, L. (Universidad Nantesl, Francia) Ojeda Zujar, J. (Universidad de Sevilla, España) Pérez González, A. (CNIEH, Burgos, España) Pérez Torrado, F.J. (ULPGC, Gran Canaria, España) Romero Díaz, M.A. (Universidad de Murcia, España) Ruiz Zapata, B. (Universidad Alcalá de Henares, España) Rosas González, A. (M. Nac CC Naturales, CSIC, España) Serrano Cañadas, E. (Universidad de Valladolid, España) Serrat Congost, D. (Universidad de Barcelona, España) Soldati, M. (universidad de Modena, Italia) Thorndycraft, V. (University of London, RH, UK) Valero-Gárces, B. (IPE-CSIC, Zaragoza, España) Vilaplana, J.M. (Universidad de Barcelona, España) Williams, P. (University of Auckland, Nueva Zelanda)

Cuaternario y Geomorfología (CyG) es una revista científica periódica, de carácter semestral, co-editada por la Asociación Española para el Estudio del Cuaternario (AEQUA) y la Sociedad Española de Geomorfología (SEG). Incluye trabajos de investigación originales acerca de cualquiera de los campos puros o aplicados del Cuaternario y la Geomorfología, que hayan sido seleccionados por los editores previa revisión y asesoramiento por el Comité editorial y especialistas anónimos. AEQUA y SEG no se hacen responsables de las opiniones vertidas por los autores en los artículos publicados. La propiedad intelectual atribuye al autor la plena disposición y explotación de la obra creada, de acuerdo con las leyes vigentes. El precio del ejemplar es de 40 €. La revista se distribuye entre los cerca de 600 socios que suman AEQUA y SEG, así como entre las bibliotecas de los departamentos de Geología, Geodinámica, Geografía y Ciencias de La Tierra de diferentes universidades e instituciones científicas nacionales e internacionales. La revista se encuentra indexada en: GeoRef; DICE; YCIT-Ciencia y Tecnología, CSIC (Humanidades); Latindex; Ulrichs Web; Geoscience e-journals y muy pronto en Scopus de Elsevier. Información On-line: http://tierra.rediris.es/CuaternarioyGeomorfologia/

AEQUA: www.aequa.es

SEG: www.geomorfologia.es

Envío de manuscritos y repositorio de volúmenes publicados: http://recyt.fecyt.es/index.php/CUGEO/ Cuaternario y Geomorfología (CyG) is a periodical scientific journal co-edited by the Spanish Quaternary Research Association (AEQUA) and the Spanish Society of Geomorphology (SEG). Our journal publishes innovative papers covering the full range of pure and applied fields on Quaternary and Geomorphology preferentially focused on the Iberian Peninsula and iberoamerican countries. All the submitted manuscripts will be refereed by at least two reviewers, members of the editorial board or anonymous reviewers selected by the editors. The Journal is indexed in: GeoRef; DICE; YCIT-Ciencia y Tecnología, CSIC (Humanidades); Latindex; Ulrichs Web; Geoscience e-journals and in Scopus (Elsevier). Foto Portada / Cover: Río Arga, Pamplona, junio de 2013 (lainformacion.com). Rio Arga, Pamplona, June 2013 (lainformacion.com).

Diciembre/December 2015

ISSN: 0214-1744

SPANISH JOURNAL OF QUATERNARY & GEOMORPHOLOGY

Vol. 29, Nos. 3-4

Vol. 29, Nos. 3-4

CUATERNARIO y GEOMORFOLOGÍA

ÍNDICE / INDEX

CG

Prólogos GyG Gutiérrez Santolalla, F. (UNIZAR) y Silva, P.G. (USAL). Almería (Classic Geology in Europe 12) ................

3

Silva, P.G. (USAL) y Rodríguez Pascua, M.A. Informe Asamblea AEQUA Granada, 30 de junio de 2015 ..

5

y

Vol. 29 (3-4) Diciembre 2015

Artículos de Investigación / Research Papers 7

López-Sáez, J.A.; Martínez-Sánchez, R.M.; Pérez-Díaz, S.; Alba-Sánchez, F.; Núñez de la Fuente, S.; SerraGonzález, C.; Morena-López, J.A.; Luelmo-Lautenschlaeger, R. Dinámica paleoambiental en la campiña de Córdoba (Andalucía) entre el IV y el I milenios cal. BC. Análisis palinológico del yacimiento arqueológico de Torreparedones.......................................................................................................

35

Rodrigo-Comino, J.; Senciales-González, J.M. Ratio LE para el ajuste de perfiles longitudinales en cursos fluviales de montaña. Aplicación a la cuenca del río Almáchar (Málaga, España) ............................

57

Rosas, A.; Estalrrich, A.; García-Tabernero, A.; Huguet, R.; Lalueza-Fox, C.; Ríos, L.; Bastir, M.; Fernández-Cascón, B.; Pérez-Criado, L.; Rodríguez-Pérez, F.J.; Ferrando, A.; Fernández-Cerezo, S.; Sierra, E. y de la Rasilla, M. Investigación paleoantropológica de los fósiles neandertales de El Sidrón (Asturias, España).......................................................................................................................................

77

CUATERNARIO y GEOMORFOLOGÍA

ISSN: 0214-1744

RRuiz-Villanueva, V.; Díez-Herrero, A.; Bodoque, J.M.; Bladé, E. Avances en el análisis del material leñoso en ríos: incorporación, transporte e influencia en el riesgo por inundaciones ......................

This Journal is also supported by International Union for Quaternary Research (INQUA) and International Association of Geomorphologists

2015

Publicación nº 95

UN PRODUCTO EDITORIAL SEG-AEQUA

Revista de la Sociedad Española de Geomorfología (SEG) y Asociación Española para el Estudio del Cuaternario (AEQUA)

Spanish Journal of Quaternary and Geomorphology

UATERNARIO y GEOMORFOLOGÍA

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.