Una mirada a los vínculos en el aula

Una mirada a los vínculos en el aula. Autores: Prof. Gustavo E. Abraham Institución: Instituto Marianista San Agustín Temática del Congreso en la que

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Una mirada a los vínculos en el aula. Autores: Prof. Gustavo E. Abraham Institución: Instituto Marianista San Agustín Temática del Congreso en la que se encuadra: La juventud y su formación, la juventud y su participación comunitaria. Palabras claves: vínculos, roles, relaciones de poder, poder, autoridad, ECRO, aula, desmotivación, vocación, aprendizaje, enseñanza.

Resumen: Reflexionar sobre los vínculos en la educación, para que los sueños cobren vida. Este artículo parte de la reflexión de lo que acontece cotidianamente en la realidad áulica, donde para muchos de nosotros está pasando la vida, de los alumnos y docentes, con sus alegrías y tristezas, libertades y límites, tedio y diversión. Muchas veces no registramos la importancia vital que tiene el acto de enseñar y aprender que no puede existir

sin la

construcción del vínculo. La mayoría de las veces esto se da sin que nos demos cuenta. Adquirir esta herramienta conceptual es fundamental como educadores para modificar nuestras prácticas.

Este documento fue presentado por sus autores como aporte original durante el 2º Congreso Pedagógico Marianista.

Según la Psicología Social para que exista aprendizaje en el sujeto tiene que haber una modificación en la estructura del sujeto, modificación entendida por algunos como la incorporación de elementos teóricos, afectivos o de hábitos que hacen del sujeto un nuevo sujeto, si no existe esta modificación no hay aprendizaje. Aprender significa apropiarse de lo dado por otro, para ello es necesario que podamos salir de las preconcepciones establecidas e incursionar por senderos no conocidos, para que esto suceda se necesita confiar en la relación y lo que se da en ella, de esta manera podemos decir que aprender es un acto de confianza. Para los que estamos involucrados en la educación y tenemos algunos años relacionar el aprendizaje con los vínculos nos cuesta asimilarlos. Muchas de nuestras experiencias áulicas fueron vacías de vínculo significativo que hayan marcado un cambio o diferencia en la estructura que hoy poseemos. Por tal motivo es imprescindible que todos los involucrados en este proceso podamos reflexionar sobre “el vínculo en la educación”, habilitar el espacio para poder construir una mirada conjunta y significativa en relación a la educación. Es responsabilidad de directivos, docentes y padres participar de este proceso y una invitación a los alumnos a contribuir a la

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construcción del rol del educador que debemos asumir en estos tiempos. Repensarnos que estamos haciendo en las instituciones educativas es darle sentido actual a nuestro trabajo. Para ello transitaremos por cuestiones vitales como “la construcción del vínculo” y como se dan estos en la cotidianidad, como aparece hoy en la institución “escuela” y por qué se da de esta manera y no de otra. Junto con ello pondremos en análisis algunos dispositivos que hoy empleamos como instrumentos de medición de aprendizaje, si estos no necesitan una resignificación entendiendo que son un medio y no un fin. Como cierre soñaremos escenarios futuros para poder concretarlos en realidades próximas.

Bibliografía: Pichón Rivière. Teoría del Vínculo. Editorial Nueva Visión. Buenos Aires. 1996. Pichón Rivière. El proceso grupal. Editorial Nueva Visión. Buenos Aires. 1996.

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INDICE

INTRODUCCIÓN ____________________ 5

DESARROLLO ______________________ 6 EL CONTEXTO _____________________ 6 UN MIMO AL CORAZÓN_____________ 7 LA CONSTRUCCIÓN DEL VÍNCULO __ 8 DOBLE PROCESO____________________ 9 ECRO COMO HERRAMIENTA _______ 10 APRENDIZAJE ______________________ 11 EN BUSCA DEL SENTIDO ____________ 12

CONCLUSIONES ____________________ 15

NOTAS ______________________________ 17 BIBLIOGRAFÍA _____________________ 18

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UNA MIRADA A LOS VÍNCULOS EN EL AULA

INTRODUCCIÓN Quizás la presentación de estas ideas sea una manera saludable de sacar a la luz lo que muchas veces nos toca dejar de lado en nuestra labor cotidiana y que nos hace tan mal que muchas veces provoca que perdamos el deseo y el disfrute de la tarea que realizamos todos los días. La voracidad de los tiempos que corren nos ha dejado sin posibilidades de reflexionar sobre nuestras prácticas naturalizando muchas acciones que no tienen nada que ver con la educación desgastando los vínculos y creando estereotipos que no nos conducen a ningún lado. La idea de este trabajo es analizar la situación áulica desde los vínculos con el propósito de repensarnos como actores activos y dinámicos en el acto de educar. Ampliar la mirada para poder comprender que somos parte de un todo en constante devenir. Aprehender los procesos internos y externos, personales y grupales que nos acontecen en el acto educativo, que son lógicos pero que muchas veces nos cuesta asumir.

Reconsiderar la

paciencia como un valor clave para este contexto sesgado de la inmediatez. Educar nuestra mirada con una impronta amorosa sobre nuestro trabajo, entendiendo la misión trascendente que tiene para cada uno de nosotros y para la sociedad. De esta manera darle sentido trascendente, a nuestro trabajo, a nuestra vida.

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DESARROLLO EL CONTEXTO Ser docente en este contexto es todo un desafío, ya que en la escuela como institución absorbió simbólicamente responsabilidades deslindadas de otras instituciones. Nadie discute hoy la función de la escuela como lugar donde se come, se asiste, se contiene, etc., que estén naturalizados no quiere decir que sean propicios para la función que le corresponde en la sociedad. Esto provoca que los escenarios sean muy diferentes de acuerdo a los contextos y en las escuelas se conviva con varias interpretaciones de las mismas en simultaneo, existe una heterogeneidad de miradas que llega a ser ambigua la función de la educación, sumándole que muchas veces no estamos acostumbrados a construir conjuntamente una mirada colectiva. La formación docente en los profesorados sufre una crisis de características similares que la secundaría, la mirada esta puesta en otros puntos donde se sigue formando en valores desde otros paradigmas. El rol de las familias también ha modificado este escenario, no pudiendo cooperar con los procesos educativos. El contexto en el que vivimos es un tiempo de cambio de paradigma donde se ponen en duda todo lo que se venía haciendo para redefinirse en otra cosa que no sabemos todavía en qué pero que indudablemente algunas prácticas necesitan redefinirse porque carecen de sentido. Ser alumno en esta realidad no es fácil, el conocimiento aparece por todos lados, la tecnología logró que todo lo tengamos al alcance de un “click”, los métodos de la educación formal muchas veces no compiten con otras formas, la motivación y el deseo desaparecen rápidamente, las ofertas educativas fuera del ámbito escolar cada vez son más fuertes, aunque todavía la escuela sigue siendo la portadora de sentido, es la nota la que dice quien sabe y quien no, es “el otro” (docente) quien dice quien sabe. Todavía la acreditación de la escuela permite otras posibilidades que sin ellas la vida es más difícil. Ser alumno en este contexto no es fácil. Y ser docente en este contexto tampoco no es nada fácil, aprender a manejar situaciones complejas de vincularidad o de valores es todo un desafío. Cumplir con lo burocrático y ser creativo es una contradicción que muchas veces lleva a no hacer nada, a dejar todo como estaba. La realidad de movernos de una institución a otra en el tiempo de los recreos o la sobrecarga de corrección de los diferentes dispositivos hacen que nuestro accionar muchas veces carezca de sentido y que el escenario donde nos desempeñamos no es el ideal. Estas realidades que conviven cotidianamente en nuestras aulas generan una situación particular a la hora de enseñar y aprender. Acto precioso, sublime, único,

lleno de vida.

Estamos enseñando y aprendiendo desde nuestra gestación. Es una dualidad dinámica, que cuando es vital es reciproco, se enseña y se aprende a la vez. Con mis hijos aprendí muchas cosas que en toda mi vida no las había aprendido y “supongo” que junto con mi esposa algunas cosas les vamos enseñando. Pero esto que parece tan esencial en la vida en la escuela parece que no se ve tan claro. ¿Por qué será? ¿Qué pasó en el medio? ¿Por qué no es la escuela un lugar donde se pueda concebir el acto de enseñar y aprender como un acto lleno de amor, pasión, alegría de la novedad? ¿Por qué no nos conmociona ser testigo del proceso Una mirada a los vínculos en el aula. página 5 de 14

de crecimiento de la vida de una persona? ¿Por qué esta tarea que nos convoca a profesores, alumnos, padres y directivos ha dejado de ser un acto placentero, amoroso?

UN MIMO AL CORAZÓN Les propongo un ejercicio para meternos en tema. Tratemos de dejar todo por un minuto y regalarnos este tiempo para cada uno, un mimo al corazón. Cerremos por un instante nuestros ojos, respiremos profundo un par de veces y pensemos en algo que haya aprendido que me generó mucha alegría. Pensemos que es lo que aprendimos, como lo aprendimos, tratemos de pensar cuál es la sensación que siento al recordar ese momento. Tengamos presente quien está atrás de eso que aprendí, como era, como lo hizo qué sensación me dio recordar a esta persona. Seguramente se preguntarán que tiene que ver esto con el tema que estamos abordando y mi respuesta es todo. Para que pueda darse el acto de enseñar y aprender tengo que pasar por la experiencia que pasamos recién, tengo que recordar con cariño aquella experiencia que he vivido y resignificarla hoy. Pesar que podemos despertar en el otro ese gustito por querer saber más y que eso sea una herramienta más para su proceso es algo realmente trascendente. Es algo que va más allá de la institucionalidad de la educación, tiene que ver más con la vida que con la escuela, aunque en la escuela puede haber vida, o tiene que haber vida. Pero el acto de enseñar y aprender si o si tiene que ver con la vida. No con el miedo, con la vida.

LA CONSTRUCCIÓN DEL VÍNCULO Es inevitable hablar de educación y no tocar el tema de los vínculos, como decíamos adelante el vínculo se va gestando desde el vientre materno, es por eso que cuando la pancita de mamá va creciendo le hablamos, le penemos música, etc., estas acciones van construyendo una relación que va a ser el canal de comunicación y crecimiento de toda la vida. Un ejemplo contrario a lo que venimos afirmando es la experiencia de los niños institucionalizados que generalmente que no fueron partícipes de esta construcción por eso la dificultad de adaptarse a diferentes grupos de pertenencia. El vínculo es una necesidad vital, es el medio por el cual vamos a poder salir de nuestras zonas conocidas y explorar otras que no conocemos. Vínculo para la Psicología Social, según Enrique Pichón Rivière “es la mínima unidad de análisis”, es lo que posibilita que seamos nosotros con los otros. Vínculo significa atadura, es lo que me liga con otro pero que a su vez me da la identidad. Es una estructura compleja que tiene múltiples aristas para ser interpretadas y analizadas. Sin embargo sigue siendo la mínima unidad de análisis. El objeto de estudio de la Psicología Social es el “acontecer grupal” lo que se da necesariamente por la construcción grupal se da por el vínculo, todavía no estamos haciendo un juicio de valor sobre este, no estamos analizando si es bueno o malo, simplemente describiendo la trama por la que Una mirada a los vínculos en el aula. página 6 de 14

circula todo tipo de saberes y de construcciones. En lo grupal pasa la vida y un elemento fundamental es el vínculo, fundamental porque es el nexo que se da entre el yo y los otros, el yo y un otro, para poder hacer un nosotros. Punto clave para el tema que nos convoca. Si analizamos estos conceptos en nuestra vida cotidiano, vivimos en grupos, la familia, la escuela, los amigos, en todos lados hay un nosotros, por más ermitaños que seamos siempre necesitamos de otro que nos ayuda a construir la identidad que tenemos. Siempre estamos siendo con otros, y lo que posibilita o dificulta esto es el vínculo. Para pensar en los vínculos que se dan en el aula es importante poder pensarnos en cómo me veo en relación al “otro”, sea docente o alumno, como me ven los otros, que es lo que quiero construir con ellos y que es lo que puedo hacer. Quizá suene extraño que para comenzar a entender lo que está pasando en el aula tenga que pensar que me está pasando a mí. Es un principio simple y lógico ya que soy yo quien percibo, siento, analizo y hago, hay un dicho que dice “nadie puede dar lo que no tiene” por eso es coherente pensar que es lo que tenemos para dar, cuales son mis carencias y que es lo que puedo hacer con ello. Es algo simple, tan simple que vemos que es complejo llevarlo a la práctica, pienso que muchas veces se nos hace complejo porque no tenemos el ejercicio de hacerlo cotidianamente. Muchas veces lo obvio no es tan obvio y algo simple suele tener su grado de complejidad por no ponerlo en práctica.

DOBLE PROCESO Recorrer este camino tiene una doble vía que se dan paralelamente, por un lado un proceso personal intimo interno que consta en poner en crisis (sería en clave de

posibilidad de

oportunidades) nuestras estructuras que no facilitan la construcción de significantes y por otro lado un proceso grupal (que depende de las libertades de todos los actores) reconocer como se dan en las prácticas áulicas en un colectivo de manera horizontal y desde ahí analizar los dispositivos que se emplean para la concreción del fin que nos proponemos. Considero que el primer punto es más fácil e importante que el segundo, porque uno no se da sin el otro, reconocerse es más simple que el o los otros se reconozcan desde la mirada externa. Además es lo que más rápido puedo modificar. Mi estructura, mi forma de pensar, mis hábitos pueden variar ya que solo dependen de mi voluntad, que si no estamos acostumbrados es muy difícil, como todo ejercicio, es una práctica que se da contantemente al principio cuesta pero después ya lo incorporo a mis costumbres. Pensar que “los demás” cambien es una tarea más compleja que no siempre resulta como esperamos ya que depende de otros factores que no puedo controlar. Generalmente esto nos frustra porque no logramos lo que pretendemos y llegamos a pensar que todo está mal, que nadie hace nada y que todo lo que haga no tiene sentido porque no se valora lo que hago. En esta clave considero que todos los que nos vemos involucrados en el aula tenemos la obligación de generar “situaciones” que de acuerdo al acontecer áulico pueda aprovechar de las oportunidades que se nos ofrece. Más allá del rol que les toque a cada uno, las situaciones nos dan la posibilidad de crecer.

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ECRO COMO HERRAMIENTA Es necesario pensar internamente que es lo que estoy haciendo, por qué lo hago y que puedo modificar de mi estructura para que el vínculo y el aprendizaje se puedan dan con fluidez. Para ello me parece oportuno tomar de Pichón Rivière el concepto de ECRO (Estructura Conceptual Referencial Operativa) el ECRO para el autor es “la herramienta” que tenemos para entender cómo movernos con los vínculos, sin llegar a tecnicismos podemos decir que esta herramienta somos nosotros mismos cuando nos reconocemos en cómo estamos constituidos y como funcionamos en relación a los significados y significantes que les damos a todo lo que nos pasa. En el ECRO están mis valores, mis hábitos, mis maneras de pensar, todo lo que soy. Es interesante pensarnos como herramienta sobre todo en relación a la educación, a las prácticas, al aula. El ECRO es nuestra estructura de pensamiento que usamos de referente para hacer todo lo que hacemos. Algo que no me gusta es porque en mi estructura conceptual eso no es bello o bueno o justo, pero en mí estructura, y por eso actúo de una manera particular. El ECRO es individual pero también se construye un ECRO grupal, social. Pero el análisis del ECRO grupal lo realizaremos más adelante, lo importante es saber que como sujeto cuento con un ECRO como herramienta, no es lo mismo ser consciente que tengo herramientas a que no. Desde este concepto también puedo analizar cómo fue la construcción de estas estructuras y poner en duda la veracidad de ellas, con el fin de encontrar fundamentos sólidos a nuestro acontecer. Lo ideal sería construir un ECRO flexible que puede soltar y aprehender ideas o conceptos con una dinámica fluida que facilite la relación vincular.

APRENDIZAJE Esta estructura que poseemos se va construyendo desde nuestra gestación y continua construyéndose en cada momento a través de otro concepto conocido por todos nosotros el APRENDIZAJE, que la Psicología Social lo define “como la modificación del ECRO”. Existe aprendizaje en tanto y en cuento haya modificado mis estructuras internas y podido aprehender algo del “otro”. Podemos decir que esto se da en todo el proceso, se da en la vida, cuántas veces hemos aprendido de malas experiencias o de situaciones que no fueron generadas para el aprendizaje. Quizá ahora podemos redescubrir conceptualmente que es lo que pasa internamente cuando aprendemos pero este mecanismo lo venimos realizando desde que nacemos, desde nuestros inicios estamos modificando nuestras estructuras, todo el tiempo, este aprendizaje es algo dinámico. Si pensamos en nuestra historia todo el tiempo fuimos reestructurando nuestros esquemas, a veces con gusto, otras veces con dolor, todo el tiempo estamos modificando nuestras estructuras. Cuando éramos niños teníamos una esquema, cuando fuimos adolescentes otro, ahora tenemos otro diferente ¿alguno piensa lo mismo que hace diez años, que hace cinco, que el año pasado?

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Pensar que nuestro esquema de conceptos e ideas es dinámico nos da la pista de que estamos aprendiendo todo constantemente y si esto lo hacemos todo el tiempo ¿por qué no tratar de hacerlo con placer? ¿Por qué no colaborar para que el aprendizaje propio y de los otros sea placentero? Responder a esta pregunta me parece fundamental, clave, esencial para todos los que trabajamos en la educación porque nos conecta con nuestra esencia, nos interpela sobre lo que elegimos para desarrollar nuestros sueños, nos cuestiona sobre el “para qué” nos formamos y muchas veces encontrarnos con estas respuestas nos muestra las fisuras del sistema y las carencias de la formación profesional y el lado vulnerable de nuestra construcción subjetiva. La rigidez de nuestras estructuras, la inseguridad de lo que “enseño”, aparejado de una connotación afectiva vincular fuera de lugar donde, cuesta encontrar el lugar justo, la burocratización de la educación, la escolarización sin una mirada crítica, etc.... un conjunto de factores que hacen que el aula no sea un lugar propicio para enseñar y aprender. Responder a estas preguntas implica asumir muchas veces nuestro límite que muestra y demuestra que no podemos con todo, no podemos muchas veces con lo que me propongo individualmente y eso frustra, asusta, desilusiona… En estas situaciones es donde pienso que nuestra formación no fue de las mejores, que muchos de nosotros no fuimos preparados para enfrentar el límite, reconocer nuestros fracasos, abrazar nuestras miserias y construir desde ahí. Nos cuesta mucho poder sacar algo bueno de una experiencia que no fue placentera, me parece que son elementos diferentes a la hora de aprender, y considero que eso es parte de nuestra formación, de cómo se crearon nuestras estructuras, de no poder ver que en todo está la posibilidad de aprender. Me viene a la cabeza una frase de una canción de Gustavo Cordera, Mi Soberano que dice: “Ahí en esa podredumbre, esta la fuerza de la flor, Ahí donde la vida duele, curan los ojos del amor, Ahí cambias la suerte, por el impulso de crear, Ahí reconocernos es suficiente, es empezar

a

cambiar.

Ahí en esa podredumbre, se encuentra el compost de mi flor, Ahí donde la vida duele, se abren los ojos del amor, Ahí en el pozo de la desidia, terminan ganas de crear. Ahí reconocernos es suficiente, es empezar a cambiarnos”. La fuerza de la vida está en el “compost” lugar de los desechos, de la basura, de lo que no sirve, todo depende como lo veamos, podemos ver que es basura o podemos pensar que es la fuerza vital para generar cosas hermosas. Lo importante es poder reconocemos como personas y la limitación que tenemos por ello, las carencias también nos completa, es más en esas carecías está la fuerza vital de lo que somos.

EN BUSCA DEL SENTIDO Desde la praxis, creo que culturalmente por lo menos en la escuela secundaria principalmente y en la primaria un poco menos, existe una disociación entre la educación y el placer, placer de quien enseña y placer de quien aprende. Quizá porque en el paradigma anterior sobresalían otros valores como el esfuerzo, la rigurosidad, la repetición, la memorización etc., sin reflexionar sobre el sentido de esos aprendizajes … logrando una subjetividad particular, Una mirada a los vínculos en el aula. página 9 de 14

generando un construcción individual y social interesante para analizar, los resultados están a la vista, muchas veces las respuestas que recibimos eran “porqué sí” “porque no” “porque yo lo digo” “porque así se hace” esta construcción provocó que los conocimientos se afiancen sin saber porque, por lo tanto es muy fácil perder el sentido de las cosas y perder el deseo de querer adquirir aprendizajes. Es un problema complejo encontrarnos en el aula con esta situación, con múltiples experiencias de pérdida del deseo, de los alumnos hacia los contenidos, de los docentes hacia sus prácticas, de docentes y alumnos al sistema. Se presentan variados escenarios que hacen una problemática difícil de desentramar, pero todo un desafío para asumir. Como dijimos es una estructura compleja que necesita de la cooperación de la mayoría de los involucrados en el proceso educativo Desde la perspectiva del rol docente creo que las preguntas planteadas anteriormente nos encuadran por donde pueden encaminarse nuestras reflexiones. Pensando en los alumnos considero que buscarle un sentido y encontrar placer en la escolaridad es todo un desafío más grande aun que el nuestro como adultos, muchas veces el sistema los pone en un lugar de conflicto y muchas veces tienen asumido ese rol que los coloca en un lugar aislado del conocimiento, sin participación, siendo espectadores de un proceso que se da en ellos pero no activos, ni críticos, apolíticos (en el sentido de una posición frente a la “polis”). Desde mi corta experiencia en las aulas puedo intuir algunos ejes para trabajar entre directivos, docentes y alumnos. En los últimos años de formación secundaría muchos piensan y lo expresan que nada pueden cambiar “si siempre fuimos así justo ahora no vamos a cambiar” en relación a la falta de escucha para dialogar, a la escasa conciencia de saberse sujetos con poder, al no reconocer que todo el tiempo se están redefiniendo las relaciones de poder que precisan de un posicionamiento consciente de parte de todos los actores, la falta de estima de saber que se puede y que si funciona si nos pensamos como “colectivo” pudiendo logar y compartir experiencias de “otros aprendizajes” que no están en el curriculum pero que vitales para la cotidianidad. Entre los roles que aparecen la dificultad es compartida aunque los alumnos tienen una situación compleja, ya que cuentan con una carga cultural que se les exige desde otros lugares con un anacronismo exagerado departe de los adultos que muchas veces no nos damos cuenta y sale fácilmente “en mi época…” “yo cuando tenía tu edad…” este tipo de expresiones creo que no son comparaciones reales ya que pensar el contexto de hace 20, 10 o 5 años eran escenarios muy diferentes y en la actualidad se juegan otro tipo de significaciones, otra manera de ver el mundo, de ver la vida. Pero lo que si veo que los chicos igual que los adultos que estamos en educación hemos perdido el deseo de enseñar y aprender sobre todo en la escuela. Aquí está la cuestión ¿Cómo hacer para recuperar el deseo? Como despertar en los alumnos lo que está dormido, pensar que en el nivel inicial se aprendía jugando, lo lúdico por donde pasaban los aprendizajes, donde las posiciones espacio -temporales eran otras, entre alumnos se congregaban en tono a una mesa y se miraban a la cara cuando trabajaban y de repente… Una mirada a los vínculos en el aula. página 10 de 14

Pasamos a ver más tiempo las espaldas de los compañeros que la cara. ¿Qué pasó? ¿Cuál es el criterio? ¿Por dónde van las fundamentaciones esas prácticas? Si bien en la educación inicial que es el inicio de la socialización formal y en la primera etapa de la educación primaria hay un gusto de parte de los alumnos de ir a la escuela, de no perderse nada de lo que está pasando ahí, a medida que van pasando los años se va perdiendo ese deseo culminando muchas veces en la secundaria con una anomia bien marcada. Considero que buscar el deseo en lo que hacemos todos los días es la clave para poder disfrutar del trabajo e intentar compartir con los demás la recuperación del deseo, en un proceso colectivo. ¿Qué estoy dispuesto a ceder? Pensemos esta pregunta desde la herramienta que les presenté anteriormente, el ECRO. ¿Qué tendría que modificar en mi Estructura Conceptual Referencial para que mis acciones sean Operativas? Por qué corro el riesgo de repetir conceptos que para mí son esenciales pero que no son operativos para la misión en la que estoy embarcado. ¿Qué modifico? Esta pregunta nos interpela constantemente todo los días en cada curso porque todo el tiempo estamos negociando entre diferentes estructuras individuales hasta poder “crear una estructura colectiva” en nuestro caso, en cada curso. La estructura creada tiene que estar cargada de deseo para que pueda ser significativa y pueda atravesar las dificultades y desafíos propios del proceso. Sería interesante pensar en esta clave algunos dispositivos que utilizamos y que sean validados por todos. La evaluación, los acuerdos áulicos, las sanciones, la carpeta, la lectura, la escritura, por nombrar algunos que están legitimados por el sistema pero seguramente que deben existir otros que desconocemos pero que pueden ser buenas herramientas para el proceso de enseñar y de aprender. Quizás estos “otros” dispositivos nos ponen en un lugar de aprendizaje que muchas veces no sabemos cómo posicionarnos porque una vez más aparece nuestro límite, aprendimos de una manera y tenemos que enseñar de otra. Me remite la idea que plantea el libro del Jaques Rancière “El Maestro Ignorante” de ponerse en clave de aprendizaje tanto maestro como alumnos. Mostrar lo que no sabemos cómo docentes ¿es una fortaleza o una debilidad? ¿En función de qué? Ponerse en clave de aprendizaje significa mostrar nuestra parte vulnerable y en este contexto muchas veces no resulta cómodo.

CONCLUSIONES A modo de conclusión considero que: Hoy la escuela ocupa en un espacio simbólico en la sociedad muy particular, para pensar los vínculos que se genera en el aula es necesario poder contextualizar el rol social que cumple la institución y la significatividad que tiene la misma para la comunidad educativa, la construcción grupal es un factor necesario dador de sentido. De igual manera la preparación de los profesionales para el trabajo en el campo educativo, como los hábitos y las costumbres de las familias actuales conviven en un cambio de época que necesitan de una reflexión y de una acción intencionada. Una mirada a los vínculos en el aula. página 11 de 14

El rol del los alumnos y de los docentes también están en un momento de transición que necesitan ser redefinido, solamente puede darse si se concientiza sobre esta realidad y responder a las cuestiones existenciales de cada rol, teniendo en cuenta que el acto de enseñar y de aprender no deja de ser un acto de amor. Enseñar y de aprender tiene que ver con la vida, tiene que ver con el amor, tiene que ver con los vínculos y la gestación, construcción y toma de conciencia de ellos. Tener en cuenta la mirada del “otro” nos ayuda a entendernos a nosotros mismos. Entender la trama vincular en el aula desde mi experiencia de vínculo humaniza la acción y genera otro sentido más trascendente, más vital. El ECRO como una herramienta sirve para entender desde hacemos, pensamos, decimos, etc.… El aprendizaje desde la Psicología Social está ligado a la modificación de las estructuras internas que poseemos por eso en concordancia con “El maestro ignorante” de J. Rancière, todos los actores podemos aprender de “los otros” el desafío es ponerse en clave de aprendizaje, reconocer el límite, y generar los medios para aprender en cada momento, generar estructuras conceptuales flexibles capaces de adaptarse a nuevos contextos. Por otro lado es vital redescubrir el valor dentro del no valor, convertir aquello que creemos que es un defecto en una cualidad, aquello que pensamos que estorba en algo útil es clave el reconocimiento del límite y reflexión constante. No es una problemática que se solucione de forma individual, es necesario el trabajo colectivo en la búsqueda de placer y el gusto en lo que hacemos. Generar espacios de trabajos cálidos, respetuosos, afectuosos que estén acordes para el objetivo que nos proponemos son algunas pistas por donde podemos empezar a desandar. Es necesario sabernos que todos somos sujetos en relaciones de poder todo el tiempo, reconocerme y reconocer a los otros esta cualidad nos posiciona en una perspectiva diferente en la construcción del vínculo. Sin vínculo es difícil que haya aprendizaje, la construcción del mismo es todo un desafío. Algunas pistas intentamos desarrollar en este humilde trabajo con el fin de atrevernos a soñar juntos otras formas de darle sentido a nuestras vidas, otros mundos son posibles en tanto y en cuento nos reconozcamos protagonistas de un colectivo social que se construye dinámicamente. Un vínculo más genuino, más real, nos permite reconocernos y mostrarnos como somos descubriendo las potencialidades y las debilidades y es la puerta de entrada para una construcción colectiva, reconocernos parte de un todo, sentirnos limitados pero a la vez

con

posibilidades

infinitas

de

crear

nuevas

realidades.

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NOTAS Deseo: Del latín desidĭum, deseo es la acción y efecto de desear (anhelar, sentir apetencia, aspirar a algo). El concepto permite nombrar al movimiento afectivo o impulso hacia algo que se apetece. El deseo, por lo tanto, es el anhelo de cumplir una voluntad o saciar un gusto. Pueden desearse objetos materiales (una casa, un automóvil), situaciones (vacaciones, un reencuentro familiar) o hasta personas (el deseo sexual). Las motivaciones del deseo pueden ser muy variadas. En ocasiones, el deseo surge por el recuerdo de vivencias pasadas que resultaron placenteras. Ese es el caso de alguien que desea comer un determinado alimento que sabe que le gusta o que quiere volver a visitar un lugar donde vivió buenos momentos. En otros casos, el deseo es motivado por una potencialidad que se le confiere a aquello que se desea. El deseo forma parte de la naturaleza humana y es uno de los motores que impulsan la conducta humana. El hombre que desea algo se convierte en un sujeto activo que lleva adelante diversas acciones para satisfacer sus anhelos.

Placer: El placer es el gusto, la satisfacción o la sensación agradable que un individuo siente respecto de la realización de alguna actividad. También, la palabra placer es empleada para expresar diversión y entretenimiento. Por tanto, el placer resulta ser siempre una sensación o sentimiento de tipo positivo, porque quien lo vive o sienta, manifestará una situación de agrado y de euforia. Normalmente, el placer aparecerá en nuestras vidas una vez que

se

haya

satisfecho

de

manera

plena

alguna

de

las

necesidades

básicas.

ECRO: Abreviatura de Esquema Conceptual, Referencial y Operativo. El ECRO es un conjunto de conceptos teóricos ('conceptual'), que son referidos a un grupo y a una situación concreta ('referencial') para trazar instrumentalmente ('operativo'), sobre esas bases, una estrategia de cambio que se constituye como la tarea de un grupo operativo. El ECRO es ante todo un instrumento que debe ser construido en el contexto de las actividades de un grupo operativo y es,

por

ello,

ante

todo,

un

ECRO

grupal.

Definición.- En la conceptualización del ECRO sobresalen dos características: es un instrumento grupal, y es una construcción grupal. Que el ECRO sea un instrumento significa que no es un fin en sí mismo, sino un medio que deberá construir un grupo operativo para, sobre esa base, cumplir su cometido. "Como instrumento es lo que permite planificar un manejo de las relaciones con la naturaleza y sus contenidos en las que el sujeto se modifica a sí mismo y modifica el mundo en un constante interjuego dialéctico".

BIBLIOGRAFÍA Pichón Rivière (1996) Teoría del Vínculo. Buenos Aires. Editorial Nueva Visión. Pichón Rivière (1996) El proceso grupal. Buenos Aires. Editorial Nueva Visión. Una mirada a los vínculos en el aula. página 13 de 14

Rancière Jacques (2007) El maestro ignorante. Buenos Aires. Libros del Zorzal.

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