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¨UNA SENCILLA REFLEXIÓN ANTE LA DIMISIÓN DEL SANTO PADRE ¨ MADRE ADELA GALINDO, FUNDADORA SCTJM Y FCT
12 de Febrero, 2013
Querida Familia: Que en el Corazón de Nuestra Señora, Madre de la Iglesia, aprendamos a caminar con la mirada de la fe y descubrir en todos los eventos los designios misteriosos y fecundos de Dios. Les escribo brevemente para dar una sencilla reflexión en este momento en que toda la Iglesia recibimos con gran sorpresa el anuncio de la renuncia de Su Santidad Benedicto XVI a su misión petrina. Nos ha costado asimilar este anuncio, y por ello, creo que la actitud más responsable y más mariana, era la de orar y guardar silencio para "guardar, atesorar y ponderar" las palabras y la opción que Nuestro Santo Padre ha tomado, y de percibir en el silencio de la oración, el significado más profundo de este momento y este evento. Desde el momento del anuncio esparcido por todo el mundo, muchos me han preguntado que tengo que decir sobre ello.. Y a todos respondí, antes que decir algo, necesitamos guardar silencio y escuchar. El Santo Padre ha hablado, escuchemos sus palabras, su decisión y sus razones… Aquí se las incluyo para que entiendan porque más que hablar de su decisión, escuchemos sus palabras:
“Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para
comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado. Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice”. “Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos. Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mí respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria”. Al escucharle, no hay mucho más que decir. El Santo Padre ha dicho todo lo que debíamos saber para entender que su decisión ha sido un proceso largo y doloroso hasta llegar a la certeza que ya no podía ejercer su misión con la capacidad necesaria para llevarla a cabo con lo que él ha discernido es necesario,
urgentemente necesario para la Iglesia de hoy. De lo que él ya nos dijo, no tenemos más que decir… analizar su decisión es innecesario, comparar su decisión a otros, es también innecesario pues a cada Sumo Pontífice le corresponde discernir según los retos de su momento histórico. Esta decisión del Santo Padre es histórica, como son nuestros tiempos… Mi reflexión más que de sus palabras, ha estado centrada en lo que Jesús, Sumo Pastor de la Iglesia, quisiera enseñarnos…quisiera El decirnos ante la dimisión del Santo Padre. Para mi corazón, hay tres dimensiones, o tres enseñanzas, que pudiesen ser un fruto permanente de este momento singular, delicado y a la vez, necesario en el plan de Dios… aquel que hace que todo trabaje para el bien. 1. la gratitud a la persona de SS Benedicto XVI: Hace 8 años, con 78 años de edad, el Santo Padre tomó en sus manos la ardua tarea de ser el pastor universal de la Iglesia. Tomar en sus manos, una Iglesia que era fruto de 27 años de Pontificado de su amado predecesor. Decir "si" a ese llamado de Cristo, en ese momento cuando el Cardenal Ratzinger, quien ya era mayor, posiblemente esperaba dedicarse a la oración, al recogimiento y a escribir…tuvo que haber sido difícil…pero su amor a la Iglesia y su fidelidad al B. Juan Pablo II, fueron la fuerza para tomar la silla de Pedro, que estaba vacante ante la muerte de su amado predecesor. Su ¨si" fue un acto supremo de amor a Cristo, a la Iglesia y a Juan Pablo. El estaba consciente, como nos dijo en su homilía el 20 de Abril del 2005, que la Iglesia que Juan Pablo II dejaba, “una Iglesia más valiente, más libre, más joven"…Luego de compartir su “sentido de inadecuación y de turbación humana por la responsabilidad que me han confiado ayer”; el recién elegido Papa Benedicto recordó la memoria del Papa Juan Pablo II…“Me parece sentir su mano fuerte que estrecha la mía, me parece ver sus ojos sonrientes y escuchar sus palabras, dirigidas en este momento, particularmente a mí: ‘¡No tengas miedo!’”. Con ese espíritu de altísima humildad, serena confianza, profunda mansedumbre y gran pobreza de espíritu, este luminoso Papa emprendió el camino de llevar sobre sus hombros la grey en un período de gran crisis de fe, en la que su aguda inteligencia debía plasmar en el corazón de todos, la identidad más hermosa de Dios, Dios es amor; dirigir nuestra mirada a la verdadera esperanza; enseñarnos a vivir la verdad, sin renunciarla jamás y a hacerla brillar por el potente esplendor del amor. Ya desde el inicio de su pontificado, vimos a SS Benedicto XVI, hacer opciones sacrificiales… de abnegación total por el bien de la Iglesia. Admiré siempre en él su altísima humildad… nunca buscó nada, ni crear nada, ni hacer grandes cosas…. Sino como nos dijo en su homilía de instalación: "Mi verdadero programa de gobierno es no hacer mi voluntad, no seguir mis propias ideas, sino de ponerme, junto con toda la Iglesia, a la escucha de la palabra y de la voluntad del Señor y dejarme conducir por Él, de tal modo que sea él mismo quien conduzca a la Iglesia en esta hora de nuestra historia". Su deseo era ponerse a la escucha de la Palabra de Dios… y escuchando dejarse conducir por la voluntad de Dios. Esta altísima humildad la contemplamos no solo en su figura, en sus actos, gestos, palabras… pero de una manera singular, en su deseo de ponerse al servicio de un legado tan profundo, ancho y largo como el de su predecesor… El que se pone a la escucha, el que sabe ser discípulo, sabe encontrar su lugar, su misión, su dirección… su orientación de vida de una forma muy luminosa, Benedicto XVI, sabía donarse sin ninguna aspiración más que hacer brillar el don del Otro y de otros. Esta actitud de "disminuir para que otros crezcan"…. Fue, para mí, la fuerza del inicio de su pontificado y es también la fuerza de su final… en ambos momentos, tomó su lugar o lo deja, para que otro pueda surgir con mas fuerza para el bien de la Iglesia. Verdaderamente, como lo dijese el Cardenal Sodano, respondiendo al Santo Padre después de anunciar su renuncia: " Usted ha dicho que siempre estará cerca de nosotros con su testimonio y su oración. ¡Claro que sí, las estrellas en el cielo siempre siguen brillando y así brillará siempre en medio de nosotros la estrella de su pontificado". Si, la humildad y la verdad siempre brillan, especialmente en las tinieblas de un mundo superficial, egocentrista y hedonista….de la competencia y del dominio…. La luz que brilla del corazón de los humildes, la luz que brilla de los pregoneros de la verdad y el amor, iluminan potentemente a la historia. Es muy significativo que haya caído un rayo en la cúpula de la Basílica de San Pedro, esa misma tarde del
anuncio, como dirigiendo la mirada a la luz que proviene de esa cátedra… a la luz que ilumina con la Palabra de Dios, con el Evangelio, la oscuridad y las tormentas de nuestra historia. Es significativo que haya caído un rayo cuando el Cardenal Sodano describió el anuncio ante el mismo Santo Padre con estas palabras: "«¡Santidad, amado y venerado sucesor de Pedro, como un rayo caído del cielo, ha resonado en esta aula su emocionado su mensaje! Lo hemos escuchado con una sensación de asombro, casi con incredulidad. En sus palabras hemos percibido el gran afecto que desde siempre siente hacia a la Santa Iglesia de Dios, hacia esta Iglesia que Usted ama tanto". Que el corto pero luminoso pontificado de Nuestro Santo Padre Benedicto XVI ilumine el sendero de la Iglesia por los desiertos del mundo llevándonos con la certeza de la fe hacia la realización de los designios de Dios en nuestro momento histórico. Que cooperemos en la edificación de la Iglesia y con su misión, siendo testigos ardientes del Esplendor de la Fe. Es hora de amar a la Iglesia… de amarla con abnegación, generosidad, con humildad y con firmeza. 2.
La gratitud y responsabilidad ante el don de su Pontificado:
El Pontificado de SS Benedicto XVI ha sido corto, pero sumamente fecundo. Pienso en su retiro…pienso en que en unas cortas semanas ya no leeremos sus palabras, ni escucharemos sus luminosas, tan luminosas audiencias, homilías y mensajes…. Pienso que quizás no lleguemos a leer su tan esperada encíclica sobre la Fe… y mi corazón se llena de lágrimas. Cuanta luz en su Magisterio…y nos queda poco tiempo para seguir sentados en la escuela de su corazón petrino. Cuanto debemos valorar los dones cuando los tenemos! Creo que el Señor nos dice ante la realidad del momento que vivimos, que hay que ser serios y responsables ante los dones que El nos da… la luz y sencillez del Magisterio de Benedicto XVI que quizás muchos no leyeron, no tomaron el tiempo para ponderar, escudriñar… Cuantas oraciones y sacrificios que no se han hecho para sostenerlo con la heroica fuerza que él necesitaba para llevar la barca de Pedro en momentos tan duros… cuanto… cuanto… cuanto… ante la dimisión de nuestro Papa, solo deseo preguntarme y preguntarnos, en qué forma todos sus hijos espirituales podríamos haberle ayudado, apoyado, sostenido… Cuantas batallas ha librado en sus 8 años de Pontificado… cuantos esfuerzos, cuantos sacrificios…. Y quizás, es un momento que nosotros los católicos, tomemos conciencia de nuestra responsabilidad ante el don del Papado, de un hombre sucesor de Pedro que lleva sobre sus hombros el peso de toda la Iglesia… que sufre en carne propia los pecados, las faltas, incoherencias, indiferencias de los miembros de la Iglesia, y que también, lleva en su corazón y su cuerpo todo lo que azota, golpea, debilita, ensucia, hiere el rostro de la Iglesia. Hoy el Señor, nos ha querido llamar la atención, a que el Papa, el sucesor de Pedro, necesita de sus hijos… de nuestras oraciones, de nuestra fidelidad, de nuestra santidad… de nuestra autentica vida de fe y coherente vida cristiana y católica. Sus cortos 8 años en el Pontificado han sido tan fecundos y debemos de dar gracias, gracias, por todo…. Por sus Encíclicas, Deus Caritas Est, Spe Salvi, Caritas in Veritati… por sus exhortaciones postsinodales, por sus motus propios… por sus sínodos…. Eucaristía, Medio Oriente, África, de la Palabra y el de la Nueva Evangelización…por los documentos del Celam en Aparecida… por el Consejo Pontificio de la Nueva Evangelización… por la beatificación de Juan Pablo II…. Por el año del Sacerdocio y al Año de la Fe….. por sus catequesis sobre los apóstoles, padres y doctores, santas mujeres…. La oración…. La Fe… por sus mensajes a los jóvenes y por las Jornadas Mundiales de la Juventud, de la Familia…. Etc… Por sus viajes apostólicos… cuando hubiese podido optar por no hacerlo ante la debilidad de su edad… debemos dar gracias por su arduo viaje a México, Cuba y el Líbano…. Por su valentía y serenidad ante tantas batallas, desprecios ante su denuncia constante al "dominio del relativismo y la secularización que ha eclipsado a Dios" de muchos corazones y naciones. 3.
La contemplación de su heroica humildad y su abnegación:
La opción que SS Benedicto XVI ha hecho es una lección para todo pastor y líder en cualquier nivel de la vida de la Iglesia, su liderazgo está al servicio de la Iglesia… por su bien… y en conciencia él discernió que el mayor
bien de la Iglesia era ceder su espacio, ceder la sede de Pedro a otro que pudiese sostenerla, defenderla, cuidarla y guiarla con más fuerza en estos momentos de gran necesidad de la Nueva Evangelización y de gran amenazas para la fe… SS Benedicto consideró en oración y en "realismo cristiano" (un tema característico de él) que en la necesidad actual de la Iglesia, ceder su lugar es la forma más concreta y más visible de amar a la Iglesia; disminuir para que otro con más fuerza, más vigor, pueda llevar la barca de Pedro a través de estos nuevos océanos y areópagos que hay que conquistar, y a la vez, que con más fuerza la proteja de los embates de las olas… es un gran signo de amor. El verdadero pastor da la vida por las ovejas, el verdadero pastor sabe reconocer lo que las ovejas necesitan en el momento actual y se niegan a sí mismos, para el bien de ellas. Que misterio es el amor! Su amor a la Iglesia de hoy… con las batallas de hoy, con las amenazas de hoy… fueron guia para la certeza de su conciencia al hacer esta decisión. El llegar a la conclusión: " en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado."… es signo de un proceso serio y amoroso de "reconocimiento" de que además de su sufrimiento y oración, su enseñanza y su presencia, la Iglesia hoy necesita algo que él ya no tenía las fuerzas para hacer…. Algo que ya debe hacer otro, más fuerte que él, que lo pueda llevar a cabo…. Aquí no puedo dejar de pensar en la disposición de corazón de San Juan Bautista… vendrá otro…(Mc 1,7)….. O quizás, las palabras de Jesús…. "Os conviene que yo me vaya" (Jn 16,7) … todo es un misterio al que debemos simplemente inclinar la cabeza y el corazón con gran humildad y discernimiento espiritual. El anuncio de la dimisión, de la renuncia de SS Benedicto XVI al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, nos llega uno días antes del inicio de la Cuaresma dentro del marco del año de la Fe… que misterio que en este año de la Fe, la Cuaresma esté llena de un sentido de tristeza por la dimisión del actual sucesor de Pedro… y la elección de nuestro próximo Santo Padre, el próximo sucesor de Pedro que deberá llevar a la Iglesia por los caminos del redescubrimiento de la Fe…. Y guiarla a través de los fuertes vientos que la amenazan… Que misterio que la Cuaresma del Año de la Fe está tan radicalmente unida al carisma petrino… "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré Mi Iglesia"(Mt 16, 18)….…. Sobre la piedra de Pedro…. Se confirma la fe de la Iglesia. Quiero pedirles que esta Cuaresma en el Año de la Fe, como Familia, ofrezcamos todos los miércoles ayuno por su Santidad Benedicto XVI y por la elección de Nuestro próximo Santo Padre. Que Nuestra Señora Madre de la Iglesia, nos de un hijo suyo, formado en su Corazón Materno, para que pueda con el consuelo y la fuerza de su amor materno llevar a la Iglesia a la contemplación luminosa del Rostro de Cristo, quien inicia y culmina nuestra FE. Que esta Cuaresma, recemos diario el Santo Rosario pidiendo la gracia que muchos corazones, eclipsados por el relativismo y el secularismo, se abran al don de la Fe… que el mundo entero abra sus ojos al don luminoso de la Fe. Que la luz de la FE brille en el horizonte de nuestro mundo contemporáneo, que haya un potente y cierto triunfo de la Fe en muchos corazones. Oremos y ayunemos, ofrezcamos Horas Santas, en esta Cuaresma, las más posibles, para que la luz del Espíritu ilumine al Colegio Cardenalicio y que puedan distinguir con claridad quien "es ese" corazón de Pastor, que con vigor y con fidelidad a Cristo y a la Iglesia, debe ocupar la sede que el Papa Benedicto XVI dejará vacante para que él pueda ocuparla. Es una cuaresma muy significativa…una cuaresma histórica… Experimentaremos la partida del Sucesor de Pedro (por 600 años no lo ha vivido la Iglesia y nos tocó a nuestra generación), experimentaremos la sede vacante, experimentaremos la elección de un nuevo Papa… todo en la Cuaresma del Año de la Fe…. Una cuaresma singular que nos dirige la mirada al don sublime, al don inestimable de Pedro… del carisma petrino en la vida de fe… de la Iglesia y de cada uno de nosotros. Quizás, Jesús quiera, que con mayor gratitud contemplemos el don de "Pedro" en la vida de la Iglesia, en nuestra vida, el don de quien ha recibido la gracia singular y la misión de comunicar y custodiar, a pesar de los sufrimientos que eso conlleve, la pureza de la Fe y la integridad de la Fe a todas las generaciones. Quizás Jesús quiera que contemplemos con mayor gratitud y reverencia, el don de la Sucesión y cátedra de Pedro… de donde fluye, (como la fuente de Lourdes)
a través de la historia, la pureza de la fe para nuestra salvación, para la verdadera libertad y plenitud del corazón humano y para que alcancemos la vida eterna prometida por Jesús a los que sigan su verdad y su camino. Quizás, Jesús quiera que atesoremos junto al don de la fe, el don de la cátedra de Pedro… y así oremos más, protejamos más, cuidemos más, y estudiemos más… todo lo que el Sucesor de Pedro nos comunica y todo lo que indica. Este es un momento histórico en muchos sentidos… Jesús se ha levantado en medio de los eventos de hoy y quiere decirnos que debemos ponernos a la Escucha de su Voluntad y custodiar con abnegación y generosidad los dones que El gratuitamente nos dona dentro del seno materno de la Iglesia, para que también nosotros gratuitamente nos donemos para el bien de la Iglesia. Este anuncio nos encontró en la diócesis de Santa Ana, El Salvador, al concluir una misión de evangelización y de consagración de la Diócesis a los Dos Corazones que su obispo efectuó. Precisamente la noche anterior, en el atrio de la Catedral de Santa Ana, en la víspera del 100 aniversario de la fundación de esa Diócesis, el tema que predicaba era "No tengan miedo, les basta la fe"…. y durante el Cenáculo Eucarístico, llevado a cabo en el atrio de la Catedral, el Espíritu Santo nos dirigió la mirada a el Evangelio de me dio una imagen y una palabra profética, que a la luz de lo sucedido, comprendo que era no solo para las cienes de personas que estaban congregadas en la calle ante Jesús Eucarístico, sino que esta palabra era más bien para todos…para la Iglesia entera.. Esto lo entendería solo unas horas después, el 11 de Febrero en la mañana. Aquí incluyo el link, aunque en los últimos minutos no se escucha con claridad, la mayoría del mensaje está claro. Lo deposito en sus corazones.
http://www.piercedhearts.org/multimedia/audio/madre_adela/adoracion_el_salvador_feb_10.mp3 En el Corazón de María, Madre de la Iglesia, Mother Adela, sctjm Foundresss