UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS Fundada en 1551

UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS Fundada en 1551 FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS HUMANAS E.A.P. DE LINGÜÍSTICA “RECONSTRUCCIÓN DE LA LENGUA CH
Author:  Antonia Rey Rivero

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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS Fundada en 1551

FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS HUMANAS E.A.P. DE LINGÜÍSTICA

“RECONSTRUCCIÓN DE LA LENGUA CHACHA MEDIANTE UN ESTUDIO TOPONÍMICO EN EL DISTRITO DE LA JALCA GRANDE (CHACHAPOYAS-AMAZONAS)”

TESIS Para optar el Título Profesional de: LICENCIADO EN LINGÜÍSTICA

AUTOR JAIRO VALQUI CULQUI

LIMA – PERÚ 2004

La lengua, distinta del habla, es un objeto que se puede estudiar separadamente. Ya no hablamos las lenguas muertas, pero podemos asimilarnos perfectamente su organismo lingüístico. La ciencia de la lengua no sólo puede prescindir de los demás elementos del lenguaje, sino que sólo es posible a condición de que esos otros elementos no intervengan. (Saussure, 1985: 28)

INDICE

DEDICATORIA Y AGRADECIMIENTOS EQUIVALENCIA DE LOS SIGNOS EMPLEADOS PRESENTACIÓN RESUMEN

CAPÍTULO I INTRODUCCIÓN 1.1 Los Chachapoya 1.1.1 Etapa chachapoya 1.1.2 Etapa incaica 1.1.3 Etapa española 1.1.4 Correlación cronológica 1.2 La lengua chacha 1.2.1 Sobre su denominación 1.2.2 Vestigios de la lengua chacha 1.2.3 Su área idiomática 1.3 Planteamiento del problema y los antecedentes 1.3.1 En pos de la lengua chacha 1.3.2 Reconstrucción de la lengua chacha 1.3.2.1 Antecedentes mediatos 1.3.2.2 Antecedentes inmediatos 1.4 Justificación CAPÍTULO II MARCO TEÓRICO 2.1 La Toponimia 2.2 El topónimo como signo lingüístico 2.2.1 El carácter arbitrario del signo 2.2.2 El carácter lineal del signo 2.3 Clases de motivos para nombrar 2.4 Análisis lingüístico de los topónimos 2.5 Clasificación de los topónimos 2.6 Principios de denominación toponomástica 2.7 Definiciones

CAPÍTULO III DISEÑO METODOLÓGICO 3.1 Objetivos 3.2 Hipótesis 3.3 Delimitación de la investigación 3.4 Metodología de la recolección de datos 3.5 Metodología del análisis de los datos

CAPÍTULO IV TOPONIMIA EN LA JALCA GRANDE 4.1 La Jalca Grande 4.2 División política 4.3 Informaciones lingüísticas 4.4 Corpus de los topónimos obtenidos 4.5 Mapa distrital CAPÍTULO V ANÁLISIS Y RESULTADOS 5.1 Análisis toponímico 5.1.1 Clasificación de topónimos 5.1.2 Terminación -lap 5.1.3 Terminación -mal 5.1.4 Terminación -gat 5.1.5 Terminación -oc 5.2 Análisis lingüístico 5.2.1 Análisis morfológico 5.2.2 Análisis morfosintáctico 5.2.3 Análisis fonológico 5.3 El topónimo Suta 5.4 La terminación toponímica -ran 5.5 Topónimos híbridos chacha-castellano CAPÍTULO VI CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 6.1 Reconstrucción de la lengua chacha 6.1.1 Aspecto fonológico 6.1.2 Aspecto morfológico

6.1.3 Aspecto morfosintáctico 6.1.4 Léxico 6.2 Historia lingüística de la toponimia chacha 6.3 Filiación lingüística 6.4 Recomendaciones

BIBLIOGRAFÍA Bibliografía general Bibliografía particular

ANEXOS Anexo 1. Mapas Anexo 2. Ficha de recolección Anexo 3. Categorías geográficas Anexo 4. Clasificación de los demás topónimos Anexo 5. Total de topónimos Anexo 6. Fotos terminación -lap Anexo 6. Fotos terminación -mal Anexo 6. Fotos terminación -cat Anexo 6. Fotos terminación -rán Anexo 7. Antropónimos chachas Anexo 8. Fotos: Lope y Solpe Anexo 9. Fichas Toponímicas Anexo 10. Fotos del viaje

Dedico este trabajo a todas las personas que siempre estuvieron apoyándome, mis padres: Tomás y Amelia, mis hermanos: César, José y Luis, mis amigos, mis compañeros, paisanos y profesores. Agradezco por su interés y colaboración al producto final de esta tesis a las siguientes personas: Peter Lerche, Inge Schjellerup, Gerald Taylor, Federico Kauffmann, Sonia Guillén, Inocente Culqui, Lucinda Torrejón y Circuncisión Tafur. Mi reconocimiento especial a quienes leyeron y pusieron su cuota intelectual, mi asesor: Gustavo Solís Fonseca y mis informantes: Arturo Ruiz Estrada, Edith Pineda Bernuy y Amancio Chávez Reyes. Agradezco también a la institución educativa que financió parte de esta investigación: La Universidad Nacional Mayor de San Marcos a través del Consejo Superior de Investigación y la Facultad de Letras y Ciencias Humanas. Para ellos mi reconocimiento y esperanza de que sean tan buenos con todos, quienes como yo, se sumergen en el mundo académico para dar explicación a sus más importantes interrogantes.

Jairo Valqui Culqui

EQUIVALENCIA DE LOS SIGNOS EMPLEADOS

[]

Los corchetes indican la representación fonética de un topónimo.

//

Las barras oblicuas indican una representación fonológica.

<

Significa que la palabra que precede a este signo proviene de otra; por ejemplo ojo < lat. oculu(m).

~

Indica alternancia entre la forma que precede con la que sucede.

*

El asterisco indica la forma originaria o reconstruida; por ejemplo, se postula que la forma gache ‘agua’ tiene como forma originaria *cat.

-

El guión corto indica el límite morfémico en un topónimo.

.+

Indica frontera silábica, como el Chi.mal o Chi+mal.



Indican que la representación es grafémica u ortográficas.

V

Representa a toda vocal.

C

Representa a toda consonante

PRESENTACIÓN

El primer acercamiento al tema de esta tesis lo realicé en el año de 1999, cuando cursaba el cuarto año de Lingüística. En ese entonces, preparaba una monografía para el curso de “Seminario de Lingüística” que dirigieron en aquella oportunidad el profesor Gustavo Solís Fonseca y la profesora Elsa Vílchez Jiménez. La búsqueda y análisis de información respecto a la lengua de los antiguos Chachapoyas resultó ser doblemente beneficiosa. Por una parte, me adiestraba como profesional en la Lingüística; y por otra, llenaba un vacío personal sobre “mis raíces chachapoyanas”.

Un año después, viajé a Chachapoyas con la finalidad de seguir averiguando más sobre esta lengua extinta. Esta vez, el trabajo que realizaba pertenecía a una investigación que estuvo a cargo de Gustavo Solís, quien años más tarde sería mi asesor de tesis. Los resultados obtenidos eran alentadores “se había encontrado el uso de dos vocablos de filiación chacha en la cultura local: los términos solpe y lope”.

Sobre la base de la información que había recogido hasta ese entonces, decido inscribir en el año 2002 el proyecto de tesis “Reconstrucción de la lengua chacha, a través de un estudio toponímico en la Jalca Grande, Chachapoyas (Amazonas)”.

Esta investigación, enmarcando dentro del fenómeno social de los Chachapoya, va en pos de la lengua que hablaron y que ahora se encuentra extinta. Para esto sortea importantes discusiones arqueológicas, históricas y lingüísticas que hoy tendremos la oportunidad de analizar e interpretar. Nuestras conclusiones son un aporte más al conocimiento de un grupo cultural del nororiente peruano: LOS CHACHAPOYA.

Reconstrucción de la Lengua Chacha mediante un estudio toponímico en el distrito de la Jalca Grande (Chachapoyas-Amazonas). Valqui Culqui, Jairo. Derechos reservados conforme a Ley

RESUMEN A finales del siglo XV de nuestra era, más o menos en 1470, la expansión del imperio incaico llegó a tierras chachapoyanas. El grupo cultural de los Chachapoya se sometía al mando de Túpac Inca Yupanqui a una nueva forma social, política y cultural de interpretar el mundo; y en esta misma línea, sesenta años más tarde, la incursión de otra racionalidad “la española” marcaba su final cultural.

Los vestigios de este grupo humano aparecen notoriamente en numerosos restos arqueológicos que han perdurado a través del tiempo entre los actuales departamentos de La Libertad, San Martín y Amazonas en el nororiente peruano: Cuelap, El Gran Pajatén y La Laguna de Las Momias están entre los más reconocidos. En menor cantidad, conforme avanza la ciencia, se vienen encontrando nuevos vestigios que amplían lo que hasta ahora se conoce sobre los Chachas: la Bioarqueología y la Lingüística hacen sus aportes respectivos.

Esta última es el enfoque que toma la presente tesis que se cuestiona primero por el fenómeno lingüístico en sí, sobre los datos que hasta entonces se tenían de esta lengua, qué otros datos más se podrían obtener, cómo obtenerlos, etc. Para responder a estas interrogantes se realizó un rastreo histórico y lingüístico de fuentes escritas que dieron el soporte y marco teórico para esta investigación; y posteriormente un estudio toponímico en el distrito de La Jalca Grande en Chachapoyas (Amazonas) daba el soporte para el análisis diacrónico del fenómeno lingüístico. Nuestro objetivo: “Mejorar la información lingüística sobre la lengua chacha y reconstruir rasgos gramaticales de esta lengua”.

El método que se aplicó fue tanto deductivo como inductivo. La deducción en los estudios bibliográficos y la inducción en el análisis y la síntesis de las fuentes orales. Los resultados generales nos revelan un panorama histórico-lingüístico del chacha: la etnias chachas hablaron una misma lengua y su extinción abrupta fue producto principalmente de la superposición de otros pueblos. Los resultados específicos nos brindan algunos rasgos de su gramática a nivel morfológico, morfosintáctico y fonológico. Un pequeño vocabulario de

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filiación chacha se suma como un aporte lingüístico y a la vez antropológico al conocimiento de los Chachapoya.

En el capítulo I, tratamos aspectos externos de la lengua chacha, se ubica diacrónicamente a la cultura Chachapoya, la lengua que habló, su área idiomática, y su denominación, planteamos el problema y revisamos los antecedentes. En el capítulo II y III, desarrollamos el marco teórico y la metodología utilizada para el recojo y análisis de los topónimos estudiados. En el capítulo IV, presentamos la ubicación geográfica del estudio, el distrito de La Jalca Grande, y también los topónimos recolectados. En el capítulo V, realizamos el análisis toponímico y lingüístico de los topónimos chachas, interpretamos tres aspectos gramaticales del chacha: su fonología, morfología y morfosintaxis. Y en el capítulo VI, damos las conclusiones y recomendaciones sobre la investigación.

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CAPÍTULO I INTRODUCCIÓN 1.1 Los Chachapoya 1.1.1 Etapa chachapoya (900-1470 d. C.) Tres reconocidos investigadores del pasado chachapoyano están de acuerdo en proponer que los Chachapoya se cristalizaron con un marcado rasgo cultural entre los 900 y 1470 d. C. entre las zonas de ceja de selva y sierra en el nororiente peruano (Lerche, 1995; Schjellerup, 1997; Kauffman, 2001). La cultura de los Chachapoya(s) tuvo sus inicios en el Horizonte Medio, hacia el siglo VII u VIII de nuestra era. Alcanzó su fase de florecimiento alrededor del año 1000 después de Cristo y se prolongó hasta la llegada de los españoles al Perú; aunque su independencia política quedó afectada a partir de 1470 al ser los Chachapoya(s) incorporados al Incario.1 En este mismo lapso de tiempo, otras sociedades como la de los Cajamarca y los Chimú se desarrollaban en los andes norteños y en la costa norte, respectivamente. En centro América, los Mayas hacían lo propio (ver Fig. 1). Fig. 1 Cronología de los Chachapoya

1

Kauffman (2001: 2)

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De este período han quedado importantes restos arqueológicos que hoy nos permiten conocer un poco más sobre este grupo humano; aunque, en alguno de los casos, la discusión sobre el pasado chachapoyano sigue todavía presente.2

Sobre su origen El origen de los Chachapoya es quizá la preocupación más importante y discutida, pues ha llevado a algunos estudiosos a proponer que llegaron desde las tierras bajas; mientras a otros que bajaron desde las alturas. Al respecto, Church (2004) explica este fenómeno porque los primeros estudiosos consideraron a los Chachapoya como inmigrantes, hay que tomar en cuenta que todos trabajaron bajo los marcos teoréticos evolucionistas y migracionistas de Tello (1929), Rivet (1968 [1924]), Jijón y Camaaño (1943), entre otros. Para comprender el pensamiento arqueológico a partir de la segunda mitad del siglo XX, hay que reconocer la influencia teorética de Steward (1949), Lathrap (1970), Lathrap et al. (1985) y Murra (1972) con sus perspectivas ecológicas. Desde entonces muchos arqueólogos (e. g. Bonavia y Ravines 1967; Bonavia 1998; Kauffman 2000) declararon explícitamente lo que antes era implícita dentro del debate: que el medio ambiente de la ceja de selva presenta un obstáculo insuperable para el desarrollo cultural autóctono.3 Pero en ningún caso se había planteado el posible origen autóctono u orígenes diversos de los Chachapoya. Es en este sentido que Church realiza su investigación aislando los componentes de la tradición Chachapoya, o como él dice, de las subtradiciones para trazar los múltiples orígenes que le corresponden. Reconoce cinco subtradiciones que podrían tener cada uno su origen distinto, local o exótico. Entre ellos están los núcleos de edificios circulares de piedra, algunos decorados con frisos pétricos; los sistemas extensos de cultivo mediante terrazas; una alfarería tosca de color marrón en forma de cuencos convexos y ollas globulares con cuellos restringidos, bordes evertidos a veces con labios doblados y decoración plástica en apliqué; entierros en farallones dentro de mausoleos y sarcófagos cónicos de arcilla y 2

En la Primera Conferencia Internacional sobre el arte, la arqueología y la etnohistoria de los Chachapoya: Nuevos rumbos en los estudios chachapoya, realizado entre el 9 y 10 de agosto del 2003 en el Museo de Leymebamba (Amazonas), se hacen importantes contribuciones sobre el pasado chachapoyano que mencionaremos oportunamente. 3

Church (2004: 4)

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una iconografía aún poca conocida utilizando motivos de serpientes, cabezas humanas, felinos, falos y aves, entre otros, ejecutada en piedra, madera, cerámica, calabaza y textilería.

Para tratar el problema de los orígenes de los Chachapoya, Church utiliza, principalmente, datos recogidos de la Cueva Manachaqui, un abrigo rocoso a 3650 msnm, ubicado al costado de un camino Inca que va de la sierra de Pataz (La Libertad) a la cuenca del río Huallaga cerca del Gran Pajatén. Entre los resultados más interesantes que presenta es la presencia de puntas de proyectil y material lítico cuyas fechas radiocarbónicas están comprendidas entre los 10350 y 10270 años antes del presente. En lo que ha denominado fase Lavasen, hacia 2000 años a. C. encuentra evidencia de ocupación en la zona por las muestras de polen y restos orgánicos que sugieren la presencia de agricultura. Con respecto al uso de cerámica dice La introducción de la cerámica alrededor de 1500 años a. C. corresponde a la fase Manachaqui. La cerámica tiene cierta relación estilística con las alfarerías Huacaloma Temprano y Pandanche Fase A de Cajamarca y la Morerilla de Bagua. Aparentemente hubo una aceleración breve de tránsito interregional que se asocia con tres fechas calibradas alrededor de 900 años a. C. Por esa fecha más o menos comienza la fase Suitococha cuando se destacan formas y decoraciones típicas de las tierras bajas ecuatorianas, especialmente de los estilos Chorrea y Upano. En este momento la cueva se convierte en una habitación o albergue temporal utilizado mayormente por viajeros. 4 Estos datos le indican que la zona de los Chachapoya fue ocupada hacía el fin del Pleistoceno, intensificándose durante el Precerámico Tardío y que durante la segunda mitad del Período Intermedio Temprano ya existían rasgos típicos de la tradición Chachapoya. Concluye que el proceso de desarrollo cultural de los Chachapoya tiene larga historia in situ y no fue producto de sociedades inmigrantes como lo sugiere la hipótesis de Kauffman (1993) quien menciona que el poblador chachapoyano vino hace más de 1000 años a. C. desde la costa o sierra peruana en busca de tierras de cultivo y

4

Church (2004: 4)

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Un relativo pero prolongado aislamiento, pudo haber motivado que con el correr de los siglos surgiera en los Andes Amazónicos norteños una cultura con visos propios aunque de origen andino, en parte también condicionada por el paisaje tropical primigenio del medio. Se le conoce en términos generales con el nombre de cultura Chachapoyas.5 Otra investigación realizada en Cuelap (Amazonas) evidencia también una tradición histórica local de los orígenes de los Chachapoya. Ruiz Estrada (1972), en su investigación realizada en el fundo Cuelap, dice que la alfarería más temprana encontrada en este lugar tiene ciertos rasgos tipos con las de Bagua que fueron estudiadas por Ruth Shady y que evidencian comunidades prehispánicas bastante desarrolladas desde incluso antes del Formativo. En el curso inferior del río Utcubamba, se encuentran las manifestaciones más antiguas de la alfarería de la zona. Las investigaciones de Ruth Shady, arqueóloga del Museo de Antropología y Arqueología de Lima, prueban que en la provincia de Bagua, cerca de la desembocadura del mencionado río en el Marañón, existieron restos correspondientes al llamado período Formativo. Algunos rasgos de ciertos tipos cerámicos de Bagua persisten en la alfarería más temprana encontrada en Cuelap.6 Asimismo, Ruiz señala que, antes de que se construyera la llamada Fortaleza de Cuelap, hubo grupos humanos establecidos en el mismo lugar. Probablemente la construcción de los edificios que se observan corresponden a la Fase Cuelap, pues asocia los tipos alfareros de esta fase con las edificaciones construidas allí.

La cronología que traza de su investigación empieza desde una fase denominada Cancharin, que corresponde al Período Intermedio Temprano, luego la fase Pumahuanchina, que corresponde al Horizonte Medio, continúa la fase Cuelap, situada entre el Horizonte Medio y el Período Intermedio Tardío y, finalmente, la fase Cuelap Inca en la cual se dan las manifestaciones Cuelap asociadas a la alfarería Inca. (Ver correlación cronológica para el noreste del Perú, p. 25).

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Kauffman (1993: 12)

6

Ruiz (1972: 181)

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Tanto las excavaciones realizadas en el fundo Cuelap, así como el estudio de la alfarería encontrada, han permitido establecer una secuencia de cronología relativa en que la fase cerámica más antigua sería la fase Cancharin, que corresponde al Período Intermedio Temprano; sigue la fase Pumahuanchina, que corresponde al Horizonte Medio, continúa la fase Cuelap, situada entre el Horizonte Medio y el Período Intermedio Tardío mismo; finalmente figura la fase Cuelap Inca en la cual se dan las manifestaciones Cuelap asociadas a la alfarería Inca.7 Por otra parte, comprueba la difusión de elementos cerámicos de Cajamarca a Cuelap desde la Fase Pumahuanchina y cuya influencia se manifiesta en el desarrollo de la alfarería en el área.

Parece que con la incursión de la alfarería Cajamarca III, cambian los modelos alfareros y quizás fue causante de la aparición del tipo Pumahuanchina (C. Pintado Pulido) característico de la segunda fase cultural en Cuelap. Los fragmentos Cajamarca III son elementos típicos y probablemente son piezas traídas desde la misma zona de origen o fabricación. Tanto la pasta, formas como motivos decorativos se presentan inalterados, lo que demuestra su lugar de procedencia. La alfarería típica de Pumahuanchina parece de imitación de la de Cajamarca, pero realizada a la manera local.8 Ruiz demuestra que la profunda cuenca del Marañón no constituía una zona de frontera y barrera cultural, pues sus hallazgos confirman fuertes relaciones culturales durante la época del Horizonte Medio, especialmente con Cajamarca y quizás con otras áreas vecinas como el departamento de La Libertad, Piura y Lambayeque.

Sobre su espacio geográfico En relación al espacio geográfico que abarcó el área Chacha, los arqueólogos se sirven de las características viviendas circulares con frisos de diseños en rombos, zigzags y grecas para proponer un área que abarcó extensiones territoriales de los actuales departamentos de Amazonas en su parte sur: Luya y Chachapoyas, La Libertad en su parte norte: Bolívar y parte oeste de San Martín. Dicho espacio tenía como un lindero natural por el este al río Marañón. En este sentido, Kauffman dice que 7

Ruiz (1972: 197)

8

Ruiz (1972: 178)

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Su territorio se extendía de norte a sur por cerca de 400 kilómetros; grosso modo, desde el río Marañón en la zona de Bagua hasta la cuenca del Abiseo, donde se encuentran las ruinas de Pajatén. Abarcaba así la parte sur del actual departamento de Amazonas y sectores del noroeste del departamento de San Martín, como también espacios del extremo oriental de La Libertad...9 Desde este punto de vista, los Chachas se asentaron en el nororiente del Perú entre los ríos Marañón y Huallaga, extendiéndose por parte de los actuales departamentos de Amazonas, La Libertad y San Martín, tal y como se puede observar en el

mapa propuesto por Inge

Schjellerup10 sobre la base de los frisos característicos de los Chachapoyas que los encuentra distribuidos por numerosas ruinas que abarcan los tres departamentos del Perú arriba mencionados. Por ejemplo, entre las ruinas más reconocidas, están las del Gran Pajatén en San Martín, las ruinas de Condormarca en La Libertad y las ruinas de Cuélap en Amazonas (Ver Fig. 2).

Schjellerup (2004) indica también que al observar la distribución de los símbolos de los Chachapoya, encontraremos una clara distinción entre la región norteña caracterizada por los frisos en forma de rombos y la región meridional caracterizada por el uso de frisos de meandro. Pero con la existencia de una zona que presenta todos los diseños geométricos como es el caso del sitio la Congona, cerca de Leymebamba (Amazonas), quizás porque el sitio tenía un significado ceremonial y era un símbolo especial.

9

Ibíd.

10

Schjellerup (1997: 37). Otros mapas desde esta misma óptica de estudio son propuestos por Carlos Gates (1998), Peter Lerche (1995) y Louis Langlois (1939). Se pueden observar en el anexo 1 de la Tesis.

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Fig. 2 Mapa de distribución de los frisos del grupo étnico de los Chachapoyas. Por ejemplo: a. Churro, b. Ollape, c. Muyok viejo, d. Kuelap, e. Tuich, f. Yalap, g. La peña calata, h. Salte si puedes, i. Abiseo, j, k. Congona

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Sobre su sociedad En todo este territorio, los ayllus chachapoyanos se erigieron con sus viviendas circulares en laderas y cerros muy altos “al norte de Leimebamba, las llajtas se ubican a una altura entre 2800 y 3000 metros sobre el nivel del mar y al sur de Leimebamba entre 3400 y 3600 msnm” (Lerche, 1995: 29). En cada llacta, sus viviendas variaban entre el número de 30 a 500 unidades y pocas eran fortificadas, como Cuélap y Tella, ubicadas en los distritos de El Tingo y Magdalena en el departamento de Amazonas. Fig. 3 Reconstrucción de una vivienda circular chachapoya en Cuelap (Amazonas)

Sus viviendas circulares tenía techos cónicos y hechos de paja. En la base se destacaban frisos geométricos de piedra laja que podían estar decorados en zigzag, en rombo y en greca. Siendo el zigzag la más generalizada en todo el territorio chachapoyano.

En relación con el análisis de la iconografía Chachapoya, el diseño geométrico del zigzag es el más recurrente en su territorio y para algunos es interpretado como la representación de la serpiente, y al parecer era “el elemento de veneración general y principal de los chachapoya preinca” (Lerche, 1995: 47) ver Fig. 4. Sin embargo, para otros, el diseño geométrico del zigzag está en alusión al culto al agua o a la fertilidad de la tierra (Morales, 2004: 16). Fig. 4 Representación de una serpiente con el diseño en zigzag

“En la cumbre de Shubet (en Luya) se ubican varias estructuras circulares y en la parte más alta se levanta un ushnu. A pocos metros, al norte del ushnu, hemos encontrado la representación de una serpiente tallada en bajo relieve”. (Lerche, 1995: 47)

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Siguiendo a Lerche, Leymebamba (en Amazonas) constituía el límite entre una zona norteña de difusión de los símbolos del zigzag y del rombo (el felino), y de un área sureña, donde el simbolismo se reduce a la greca y al zigzag. “Por la concentración de los tres protoelementos de veneración chachapoya en los inmediatos de Leimebamba, deducimos que en este lugar tal vez se culminó, dividió y expandió lo que llamamos complejo de orden y culto chachapoya” (Lerche, 1995: 51).

Por otra parte, en un fragmento de uno de los principales testimonios escritos que se ha encontrado sobre los Chachapoyas11 se señala que sus ayllus, a pesar de mantener

un

marcado rasgo arquitectónico y quizás con un mismo culto, no estaban sujetos a la obediencia política y administrativa de un cacique en particular. Su Magestad manda sles pregunten la horden y subçesion, que a avido en el señorio e cacicazgo principal destas provincias de Leymebamba y Cochabamba; e preguntados dixeron todos los dichos testigos e cada uno de ellos: que en estas provincias de Cochabamba y Laimebanba ay doce ayllos al presente, que son en la provincia de Leymebanba Tulipe y Mango, Cuelap, Pausamarca y Lucana, Hutac; y en la provincia de Cochabamba, Llama, Chibul, Chuquibanba, Tinpui y Tacac; y este ayllo de Tacac antes que los españoles entrasen en la tierra no era destas dichas provincias y once ayllos arriba nombrados. E que ansi mismo oyeron decir que antes que fuesen conquistados los dichos yndios y aillos suso nombrados y su comarcanos del dicho Topa Ynga Yupanqui estavan los dichos ayllos e yndios en diferentes pueblo y parcialidades y en cada uno dellas avia un señor sin ser sujeto a otro asta que siendo conquistados por el dicho Topa Ynga Yupanqui les dio por cacique principal de todos los dichos ayllos e comarcanos al dicho apo Chuillaxa que fue de Llama hasta Pausamarca.12

11

Este documento INFORMACIÓN SOBRE LOS CURACAZGOS DE LEIMEBAMBA Y COCHABAMBA. (Cochabamba, 25 de marzo de 1574) trata sobre el litigio por el cacicazgo principal de chachapoyas que incluía Leimebamba, Cochabamba y mitmas Guancas. Don Francisco Guaman, Don Gomez Tomallaxa, Don Alonso Chuquimis y Don Hernando Chuillaxa, más 4 indígenas por parte de cada uno y luego 10 indígenas en una segunda instancia, informan sobre sus árboles genealógicos remontándose hasta la llegada de los incas, con la finalidad de saber quién era el cacique principal de los Chachapoyas. 12 INFORMACIÓN SOBRE LOS CURACAZGOS DE LEIMEBAMBA Y COCHABAMBA. (Cochabamba, 25 de marzo de 1574)

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Más adelante se señala que, antes de la llegada de los Incas, la sucesión de los señoríos se daba por mayor habilidad, saber y esfuerzo entre los hermanos, aunque fueran menores de edad y de mujeres no legítimas. Dixeron que en la costumbre que antiguamente tenian y guardavan los hijos o hermanos que mas abilidad y saber y esfuerzo tenias heredavan los señorios aunque fueran menores en hedad y avidos en mugeres que no fiesen legitimas confirme asu costumbre. E que desta menera subçedian en los señorios antes que fuesen de los Yngas conquistados y despues que los dichos Yngas lo sujetaron aquellos a quien ellos hazian Merced del señorio e mando heran y fueron los eñores mas verdaderos.13 De otro lado, al s evidencias de los restos óseos humanos estudiados por Bracamonte (2004) del sitio arqueológico chachapoya conocido con el nombre de Los Pinchudos indican que el promedio de estatura para los individuos masculinos fue de 158.248 cm. y de los individuos femeninos fue de 146.349 cm. según el largo máximo del fémur; y, según al longitud máxima de la tibia, el promedio de los individuos masculinos fue de 156.472 cm. y de los individuos femeninos, de 144.155 cm. Asimismo, hay evidencias de fracturas depresantes en el frontal de varios individuos como también una fractura de “Monteggia” en el cúbito derecho de un individuo adulto masculino, típica en guerreros que al levantar el antebrazo derecho para defenderse se fracturan en el tercio distal. Esto lo lleva a suponer a Bracamonte sobre el ímpetu guerrero de los Chachas, tal y como se conoce de las versiones históricas.

Sobre este último aspecto, Kenneth C. Nystrom (2004), en Trauma e identidad entre los Chachapoya, encuentra de las pruebas esqueléticas de Cuelap (1000-1240 d. C.), Chipurik (1200-1350 d. C.), Revash (1350-1470 d. C.) y de la Laguna Huayabamba (1000-1150 d. C.) un bajo índice de fracturas craneofaciales. Por Revash, hubo una frecuencia de 16% y en la laguna Huayabamba fue de 8% en un período antes de la llegada de los Incas. Los resultados de su investigación le sugieren que la naturaleza de la identidad Chachapoya es más compleja y se debería reevaluar la caracterización guerrera de los Chachapoya hecha por las descripciones de los cronistas.

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Ibíd.

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Se suma ha estos últimos resultados la conclusión a la que llegaron Guillén et al. (2004) del análisis de las radiografías de 219 fardos funerarios chachapoya de la Laguna de las Momias (colección que se encuentra en el Museo de Leymebamba), en donde no encuentra evidencia de trauma causado por violencia doméstica o por guerra, salvo excepción de una momia que parece haber sufrido el ataque de un animal carnívoro o cambios postmortem. Esto le sugiere que los individuos representados en este grupo no eran los guerreros Chachapoya descritos por los cronistas, sino más bien un grupo asimilado por los Inca.

1.1.2 Etapa incaica (1470-1535) Cuando llegaron los incas al territorio chachapoyano en 1470, aproximadamente, y al encontrar que no estaban unificados por un solo jefe –como se señala en el documento de 1574– Túpac Inca Yupanqui puso por cacique principal de las provincias de Leymebamba y Cochabamba14 al apo Chuillaxa, pues éste tenía más dominios territoriales que otros.

E que oyeron decir en tiempo de Guaynacapac Ynga a quien la mayor parte destos testigos conocieron y después aca todos ellos oyeron por publico a sus pasados que tiempo de Tupa Yupanqui, padre del dicho Guaynacapac era señor e caciques principales destas provincias de Leymebanba y Cochabamba, donde se yncluyan los dichos honce ayllos de suso nombrados apo Chuillaxa. Y ansi mismo que hera señor de otros comarcos que quelo era desde llama hasta Pausamarca. 15 Con el sometimiento del imperio Inca, los

Chachas sufrieron cambios importantes en su

organización política, administrativa y, desde luego, también cultural. Tal vez, el cambio más importante, que sin duda mellará sobre su identidad, haya sido la redistribución de sus pobladores autóctonos que fueron compensados por mitmas huancas o yungas, tal como lo señala Peter Lerche (1996) “Durante los aproximadamente sesenta años de presencia inca, los

14

Waldemar Espinosa (1967) sostiene que los Chachapoyas estaban conformados por 2 hunos: norte y sur, y que la información que se tiene sobre ellos pertenece al huno del norte “Leymebamba y Cochabamba”. Sobre el huno del sur “Cunturmarca y Collay” no se tiene ninguna información documentaria. 15

Ibíd.

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chachapoya sufrieron cambios tajantes. La eliminación física y deportación a otras partes del Tahuantinsuyo de tal vez la mayor parte de la población autóctona, es lo más evidente”. Las fuentes escritas señalan que se sublevaron hasta en tres oportunidades a la imposición incaica. Incluso que envenenaron a Huayna Cápac. A la tercera pregunta dixeron que an hoido decir quel dicho capitan de Guaynacapac nombrado Colla Topa quando vino a estas provincias como dicho tienen dixo que con unas yervas quel dicho Chuquimis aguelo del dicho don Alonso Chuquimis litigante avia enviado a Quito al dicho Guainacapac avia muerto del dicho Guaynacapac y por ello el dicho Colla Topa siendo ya muerto el dicho Chuquimis le mando sacar los guesos de donde estavan en unas peñas a donde antiguamente ponian las sepulturas por mas honrra y los mando enterrara y le tomola hazienda que hallo en su casa y le prendio dos hijos el uno Jos Chuquimis el otro Chuquiguaman declarados en la dicha declaración y en Andamarca mato porello al dicho Jos Chuquimis, y al Chuquiguaman llevo al Cuzco...16 En las guerras entre Huáscar y Atahualpa, los Chachas se pusieron al bando del primero. Se sabe que dieron muerte a uno de los capitanes de Atahualpa y que éste, al enterarse de lo sucedido, llegó a estas tierras para someterlas nuevamente, y colocó a un nuevo cacique llamado Guamán17 a quien años más tarde encontrarían los españoles como el principal de los Chachapoya. Ansi mismo llevo consigo el dicho Atahualpa al dicho Chiquimis Longuin y llego asta Pipos, y se bolvio por el propio camino y se fue a Caxamalca y llevo consigo todos los dichos prencipales y otros destas provincias. E alli eligio e nonbro al dicho Guaman por cacique y señor principal destas provincias y de Chachapoyas desde el valle de Yuracyacu hasta la provincia de los Pacallas en que estan las dichas provincias de Leymebamba y Cochabamba; y le dio por su acompañado y señor igual con el en el dicho mando y señorío a Çuta dela Jalca, rrepartimyento encomiebdado en Alonso de Chaves, y por segundas personas destas dos nonbro al dicho Chuquimis Longuin y a Lucana Pachaca del rrepartimiento de Caxamalquilla.18 16

17

Ibíd.

Guamán era un zaracamayoc puesto por Túpac Inca Yupanqui que ahora ascendía al título de curaca de los Chachapoyas. Según se sabe porque aprovechó la oportunidad de adular, sobornar y vender a los verdaderos curacas chachapoyas, cuando Atahualpa llegaba a su territorio. 18 Ibíd.

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La presencia arqueológica incaica se pone de manifiesto desde su arquitectura con planos cuadrados y rectangulares, su estilo de cerámica, sus canales de riego, sus caminos incaicos, entre otros, que transforman el paisaje cultural del área Chachapoya. Al respecto, Schjellerup (2004) dice sobre las nuevas investigaciones de restos arqueológicos Incas.

Nosotros estamos registrando innumerables sitios incaicos, desde la sierra como el centro administrativo de Cochabamba y otras instalaciones cruzando la cordillera, sobre una latitud de aproximadamente 4000 a 900 msnm, hasta la ceja de selva, siguiendo el sistema del río Huabayacu, cerca del distrito de Chuiquibamba y Bolívar a los largo del río Yonan.19 1.1.3 Etapa española (1535-) Cuando Alonso de Alvarado entraba a tierras chachapoyanas encontró como cacique principal a Guamán que había sido ratificado como tal por el propio Francisco Pizarro en 1533 e incluso le había dado un nuevo nombre, ahora se llamaba Francisco Pizarro Guamán.

El dicho marques Pizarro llevo consigo al dicho Guaman hasta Chuquirracbai por quele mando que fuese con el y le llevava como a mas principal entre todos los yndios que llevava consigo y los yva ni adando como tal. Y alli en Racbai el dicho marques despidio al dicho Guaman, y le mando que se bolviese asu tierra quenta de que no se alçasen los yndios y queso alguna cosa hobiese le avisase porque asi le avisaria el quando conbiniese y ansi bolvio el dicho Guaman y señorio en estas provincias de Cochabamba y Leimebanba y Chachapoyas hasta los Pacallas por mucho tiempo y estando en el dicho mando y señorio llegaron a estas provincias Alonso de Alvarado y los demas españoles ala conquista y población dellas.20

En esta nueva etapa, según indica Lerche (1995), la población autóctona chachapoyana fue brutalmente

exterminada.

Él

calculó

que

los

moradores

chachapoya

preinca

eran

aproximadamente como mínimo unos 300,000 o como máximo unos 530,000. El cincuenta por ciento de su población había sido distribuida por todo el imperio Inca quedando unos

19 20

Schjellerup (2004: 8) Ibíd.

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aproximadamente 207,000 habitantes autóctonos chachapoyas, y doscientos años después el noventa por ciento había desaparecido por el contacto con los españoles. 1.1.4 CORRELACIÓN CRONOLÓGICA PARA EL NORESTE DEL PERÚ21 Año

1532

Perú CAJAMARCA referencias cronológicas Rowe y Reichlen y Terada y Laning 1971 Reichlen Matsumoto 1949 1985 Horizonte Tardío

Cajamarca V

Horizonte Tardío Periodo entre 1000-1476

Cajamarca IV

Fase final de Cajamarca

REGION DE CHACHAPOYAS Reichlens 1950 y Horkheimer 1958 Inca

Ruiz Estrada 1972

Inca Kuelap

Chimú Revash Chipuric

Kuelap Kuelap

Schjellerup 1994

Inca

Chachapoyas tardío

Kuelap Cajamarca III

Fase tardío Cajamarca

1000

Horizonte Medio entre 600-1000

500

Intermedio temprano periodo 200 a.C.600. d.C.

0

Cajamarca II

Fase medio Cajamarca

Cajamarca I TorrecitasChavín

Fase temprana Cajamarca Fase inicial Cajamarca

Intermedio periodo 900-200 a.C. Inicial periodo 1800-900 a.C.

21

Elaborado por Inge Shjellerup (1997: 219)

Pumahuanchina Cajamarca III

Cajamarca III Chachapoyas medio

Cancharín

Huepon II Chachapoyas temprano Huepon I inicial Cajamarca

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1.2 La lengua chacha La lengua que hablaron los Chachapoyas, una de sus expresiones culturales más valiosas, se extinguió probablemente a finales del siglo XV o comienzos del XVI como consecuencia principal de la superposición de otros dos pueblos que impusieron una nueva administración política y cultural.

Aunque no existe ningún vestigio escrito sobre la lengua chacha en las crónicas o primeros documentos españoles, en este capítulo se presenta algunos vestigios lingüísticos que han resultado de las investigaciones realizadas por los lingüistas Alfredo Torero y Gerald Taylor sobre la base de la toponimia y antroponimia chachapoyana, además se propone una nueva extensión idiomática de esta lengua prequechua. Fig 5. Línea de tiempo de corte lingüístico en la zona de estudio

Etapa chachapoya (900 – 1470 d. C.)

Etapa incaica (1470 - 1535)

Etapa española (1535-----)

Lengua Lengua quechua Lengua castellana

1.2.1 Sobre su denominación El adjetivo “chacha” con el cual identificamos a esta lengua proviene del nombre o sustantivo “Chachapoyas” que en un momento de la etapa colonial se utilizaba con su variante “Chachas”. Así lo recoge Zevallos Quiñones del cuadro estadístico compuesto por la Real Hacienda en el año 1583 “… los Repartimientos de la jurisdicción de Chachapoyas se componen de 19 Encomiendas: Chachas y Mitmas, La Jalca, Olia y Cheto…” (Zevallos, 1995:18).

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Con esta denominación designamos a una de las muchas lenguas que se hablaron en el Perú antes de la llegada de los españoles, incluso antes de la expansión del imperio incaico. No se ha encontrado otras designaciones que hagan referencia a este medio de expresión lingüística. Torero (1998) se refiere al área idiomática chacha; Taylor (1990), por su parte, al utilizar una denominación especial lo hace con una perífrasis “la lengua de los antiguos chachapuyas”.

Actualmente, el término Chachapoyas tiene tres acepciones: la primera se utiliza para referirse a una etnia del nororiente peruano que fue sometida por los incas desde 1470 (Espinoza, 1967; Lerche, 1995; Zevallos, 1995). La segunda se utiliza para referirse a la provincia y capital del departamento de Amazonas. Y la tercera para nombrar a un grupo cultural que se ubicó en un vasto territorio que cubría parte de los departamentos de La Libertad, San Martín y Amazonas. Sobre el significado de la denominación chachapoya22 se ha encontrado tres posibles interpretaciones. La primera de ellas, lo realiza el padre Valera, quien interpretó que chachapoya, quiere decir “lugar de varones fuertes”. Valera era un mestizo bilingüe que probablemente nació en 1545 en Levanto, actual distrito de Chachapoyas (Lerche, 1995: 27). La segunda interpretación hecha por Middendorf considera que esta denominación provendría del aimara: chacha ‘hombre’ y del quechua: poya ‘neblina’, obteniéndose “nube de hombres fuertes o gran número de guerreros”.

Ernst Wilhelm Middendorf, médico lingüista alemán, que visitó la zona de Chachapoyas en 1887, consideraba que se trata de una palabra compuesta entre el aymara: chacha = hombre, y el quechua: poya o puya = neblina23

22

Para algunos investigadores la utilización de -s al final es propio de la castellanización del término original que debió ser Chachapoya; por eso, ellos utilizan Chachapoya(s) con la -s entre paréntesis. En este apartado lo utilizaremos sin -s al final del nombre. 23

Ibíd.

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La tercera interpretación, que es la más aceptada por los investigadores de la zona como Peter Lerche, indica que el nombre provendría del quechua sacha con el significado de ‘selva o matorral’ y puyo ‘neblina’, obteniéndose “selva neblinosa” o “monte de nubes”. Esta última interpretación es concordante con la configuración climática y geográfica de la región.

“Uno de los primeros era en 1792 el “Doct. Don Mariano Millan de Aguirre, Abogado de esta Real Audiencia, Cura-Párroco dela Doctrina de Olleros”, quien opinaba que “se deriva de Sachapullo que quiere decir monte de nubes...”(Millan 1965: 215). Nosotros damos bastante importancia a esta interpretación, porque Millan de Aguirre era para su época, un hombre preparado y vivía varios años en Olleros, una de las comunidades, hasta la fecha, más tradicionales de la provincia de Chachapoyas”.24

1.2.2 Vestigios de la lengua chacha La lengua chacha se habló en las zonas de ceja de sierra y selva del nororiente peruano, específicamente en parte de los actuales departamentos de Amazonas, La Libertad y San Martín. 25 Fue el principal medio lingüístico de los Chachapoyas en un lapso de tiempo que va desde los 900 hasta los 1470 d. C. Al parecer su extinción es producto de la superposición de dos culturas diferentes, primero la quechua y luego la española26 , ya que las fuentes escritas de los españoles, como por ejemplo, el primer libro de Cabildos de 1538 o las crónicas e informaciones que tratan sobre los Chachapoyas no incluyen vestigio alguno sobre esta lengua. De uno de los pasajes del primer libro de Cabildos de San Juan de la Frontera de Chachapoyas se infiere que la lengua utilizada por los ahora nativos del lugar era el quechua. Allí se menciona que uno de los lugares se denominaba Xalca en la lengua de los indios.

24

Ibíd., p. 26 De acuerdo con los hallazgos arqueológicos, la Cultura Chachapoya se extendía desde el norte de la provincia de Bolívar en la Libertad, parte oeste del departamento de San Martín y el sur de las provincias de Luya y Chachapoyas en Amazonas (Kauffmann, 2001; Schjellerup, 1997; Lerche, 1995). 26 La superposición de estos dos pueblos trajo cambios culturales para la sociedad chachapoyana. Según Peter Lerche, la población chachapoyana casi fue exterminada por completo con estos dos contactos. Debemos suponer que quizás esto haya sido la principal causa de su extinción. 25

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Xalca, tal vez pronunciado como [šalka], es una voz de origen quechua que hacía referencia al actual distrito de La Jalca Grande. El dicho capitan Alonso Dalvarado dixo que por virtud de la dicha provision segun que en ella se qontiene el dicho señor gobernador le manda que haga y funde la dicha cibdad de la frontera en las provincias de las chachapoyas [en] la parte y lugar a donde...al servicio de su majestad e bien de los naturales y que tenga el dicho asiento las calidades que se requyere en un pueblo y ques porque el asiento donde al presente esta que se llama en lengua de indios xalca de la qual hera señor el cacique cuta...27 Igualmente del expediente del Repartimiento de Leymebamba y Cochabamba se sabe que lo pobladores del territorio chachapoya utilizaban la lengua quechua. Aquí, por ejemplo, se menciona que los intérpretes eran de lengua castellana y quechua (la lengua del Inca). ... Y el señor corregidor tomo e rrecibio Juramento por Dios nuestro señor por la señal de la cruz en forma de derecho de todas dichas lenguas ynterpretes, que son eadinos en lengua castellana y en la del Ynga desuso nombrados socargo del qual todos e cada uno de ellos dixeron y prometieron de dezir ynterpretar verdad de lo que todos los testigos dixeron e declararon...” (subrayado nuestro).28 Como lo hemos observado, no hay ningún vestigio de esta lengua en los primeros documentos que tratan sobre los Chachapoya. Cosa muy singular, ya que en otros pueblos cercanos al territorio chachapoyano existen referencias históricas que indican vestigios de diferentes lenguas; por ejemplo, en la parte norte, se ha identificado a la lengua bagua y copallín. ... Deste pueblo de las lomas a bagua hay tres leguas de tierra caliente. Están poblados junto a una quebrada. Es diferente lengua: al maíz llaman lancho, al agua tuna, y para decir “ven a acá”, nacxe. Están desta ciudad cuatro leguas en el camino que va hacia los chachapoyas...29 Por otra parte, los vestigios lingüísticos que actualmente se tienen del chacha son fruto de investigaciones lingüísticas recientes que han sido realizadas por Alfredo Torero y Gerald

27

Rivera (1958: 7) INFORMACIÓN SOBRE LOS CURACAZGOS DE LEIMEBAMBA Y COCHABAMBA (1574) 29 Jiménez de la Espada (1965: 144) 28

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Taylor. Torero (1989)30 sostuvo la particularidad de un área idiomática chacha constituida por tres componentes finales como son: -mal, -lon, y

-lap que se diferenciaban de otras

terminaciones toponímicas pertenecientes a diferentes áreas como del cat, den o culle. Por otra parte, Taylor (1990)31 sostuvo que el chacha era de raíz monosilábica y propuso el significado para cuatro terminaciones toponímicas: -mal ‘llanura o pampa’, -gat ‘río o agua’, lap ‘fortaleza o pueblo fortificado’ y -huala ‘cerro’. De una lista de 645 apellidos indígenas procedentes de documentos del siglo XVI recopilados por Zevallos Quiñones, Taylor observa que los apellidos chachas que contienen más de una sílaba parecen ser un conjunto de varios elementos monosilábicos. a) Apellidos compuestos por la repetición de la misma sílaba: ACAC, HUCHUC/HOCHOC (?), PISPIS, SAMSAM, SOLSOL/ZOLZOL. b) Apellidos compuestos de una sola sílaba: CAM, CUEM, CUYP, CHON, DET, DOP, MOL, MUCH, NUE, NUN, OC, PUL, SUP, XIP (¿[ship]?), XUC (¿[shuk]?), ZAC (¿[sak]?.), YUS, YULL. Según las transcripciones realizadas, concluye que el chacha poseía cinco vocales /i/, /e/, /a/, /o/ y /u/; y que su sistema consonántico se clasificaba en: Oclusivas sordas Sonoras Nasales Laterales Vibrante Fricativas sordas Sonoras Africadas Semivocales

30

/p/ /b/ /m/

/f/ /b/ (V,B?)

/t/ /d/ /n/ /l/ /r/(?) /s/ /c/ (TZ?)

/w/ (V,U?)

/k/ /g/ /ñ/ /ly / (LL) /sh/ (X)

/h/ (?)

/ch/ (CH) /y/

En Áreas toponímicas e idiomáticas en la sierra norte peruana, Torero dedica un breve espacio para referirse al área idiomática chacha. Este artículo apareció por primera vez en la Revista Andina N.° 1, 1989, p.238; y luego en Idiomas de los andes. Lingüística e historia (2003: 232-272). 31 En La lengua de los antiguos chachapuyas, Taylor expone una investigación que empezó en 1968 y que ahora lo publicaba con algunos apuntes complementarios en Temas de Lingüística amerindia, 1990, pp. 121-139. Este mismo artículo reaparece en Estudios lingüísticos sobre Chachapoyas (2000: 11-30).

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Aunque el autor reconoce que existen limitaciones para la reconstrucción de elementos léxicos del chacha, propone dos términos no quechuas de posible filiación como son: márasun ‘mucho’ y paltay ‘garrapata’. Asimismo dice que

las fórmulas sintácticas insólitas (repetición léxica para indicar la continuidad temporal, la incorporación de onomatopeyas a la estructura del enunciado) sean sobrevivencias del chachapuya.32 En este sentido, es posible que algunas onomatopeyas como llip llip “pestañando”, wip wip “movimiento rápido”, llot llot “pisada de barro”, soclón soclón “movedizo, flojo”, shec shec “movedizo, más violento que soclón soclón”, entre otros que son utilizados actualmente, tengan filiación chacha.

Por otra parte, los textos transcriptos del quechua local presentan elisión de vocales y algunas veces sílabas, quizás este proceso sea un sustrato del chacha que inclusive se aplica a voces castellanas.

[...] consideramos que estos textos pueden ofrecer una cierta idea de la riqueza de esta tradición y que su transcripción en quechua ofrece la posibilidad de apreciar un dialecto fonéticamente original donde las caídas vocálicas, las aglomeraciones consonánticas, las onomatopeyas, las repeticiones y las innovaciones sintácticas provocadas por la pérdida de las terminaciones o la reducción del sistema morfológico permiten la creación de efectos narrativos dramáticos, a veces cómicos, y, frecuentemente, de una gran poesía.33 Como ejemplos de este último aspecto, presentamos algunos datos sacados de los textos recogidos por Taylor del quechua local: was < wasi ‘casa’ ñuk < ñuka ‘yo’ keb < kebi < kepi < /kaypi/ ‘aquí’ omchsh < /umpi-chi-shpa/ ‘haciéndolo sudar’ (La Jalca)

32 33

Taylor (1990: 129) Taylor (1996: 5)

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kokshk < /kawa-ku-shka/ ‘ha visto’ (La Jalca) apomtixa < /apa-mu-ti-yki-ka/ ‘al traerlo tú’ (Olleros) kamsa ‘camisa’ sintra ‘cintura’

1.2.3 Su área idiomática El área idiomática chacha fue propuesta por Alfredo Torero sobre la base de tres terminaciones toponímicas que se distribuían por algunas provincias del departamento de Amazonas. Designamos de este modo a un territorio tipificado por un haz de tres componentes finales: -mal el más conspicuo , -lon y -lap, que se extienden por las provincias de Chachapoyas, Rodríguez de Mendoza y Luya, y el sur de las de Bagua y Bongará, del departamento de Amazonas.34

Torero, según explica en su artículo, se vale principalmente para esta propuesta de las cartas levantadas por el Instituto Geográfico Nacional del Perú, estudios anteriores como de Jacinto Jijón y Caamaño y otras fuentes particulares a ciertas zonas geográficas. Sin embargo, la propuesta específica del área idiomática chacha no deja de ser controvertida, pues se basa en topónimos recogidos a partir de 190035 , cuando esta lengua, como hemos visto anteriormente, se extinguió a finales del siglo XV o a comienzos del XVI y que de seguro, en el transcurso de esos cinco siglos, muchos de los topónimos caracterizados con las terminaciones antes expuestas fueron poco a poco reemplazados por otros que procedían de otras lenguas o abundantemente del quechua. Así pues, el área idiomática chacha propuesta por Torero (Fig. 6) debe especificarse como perteneciente al siglo XX y no más atrás en el tiempo. Pero si queremos llegar a proponer un área prequechua sobre la lengua chacha, deberíamos recurrir a otras fuentes ya no lingüísticas,

34

Torero (1989: 222) Es una conjetura que sacamos de las fuentes utilizadas por Torero. En el mejor de los casos colocamos a 1900 como una posible fecha de algunos de sus documentos. Es necesario anotar que los indicios indican que la lengua chacha se extinguió hace más de 500 años y, por tanto, su área idiomática debe estar de acuerdo con alguna etapa de su historia lingüística a lo mucho en la etapa de posible extinción. 35

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sino históricas o arqueológicas, teniendo en consideración que es un argumento plausible por la relación existente entre cultura y lengua.36 Fig. 6 Área idiomática chacha y sus límites con el culle, cat y den

En este sentido, tal y como lo han propuesto los estudios arqueológicos, el área cultural Chachapoya era mucho más amplia en su etapa preincaica y al relacionarla con la supuesta 36

Para referirnos a la extensión territorial de la extinta lengua chacha en un tiempo más remoto, tenemos que relacionarla naturalmente con su territorio cultural, en otras palabras, la zonificación de esta lengua es semejante al territorio hipotético de la cultura Chachapoyas.

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área idiomática chacha en su etapa prequechua, veríamos una nueva propuesta territorial que se ubicaría entre los 900 a 1470 d. C.37 (Ver Fig. 7) Fig. 7 Área idiomática chacha en su etapa prequechua (900-1470 d. C.)

37

Schjellerup (1997), Carlos Gates (1998), Louis Langlois (1939) y Peter Lerche (1995).

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1.3 Planteamiento del problema y los antecedentes 1.3.1 En pos de la lengua chacha La no existencia de algún vestigio escrito en crónicas o documentos coloniales que mencionen o hagan referencia alguna sobre aspectos de la lengua chacha 38 , y que por otro lado, los estudios lingüísticos hayan aportado con la reconstrucción de algunos aspectos de su morfología y fonología, nos llevó a plantear un proyecto de investigación lingüística con la finalidad de recuperar más rasgos gramaticales de esta lengua.

Al seguir la misma línea de estudio, era pertinente definir el tipo de trabajo a realizar. A partir de las dos posibilidades de investigación que realizaron en el siglo pasado Taylor y Torero de los antropónimos y topónimos chachas, asumimos que era factible seguir con las investigaciones toponímicas del primero

y verificar sus hipótesis sobre el significado de las

terminaciones -mal, -lap y -gat.

Pero ¿por qué no seguir con un estudio de los antropónimos chachas? Porque ya no había más que averiguar de lo que ya había hecho Taylor (1990) de los antropónimos recogidos por Quiñones (1966). ¿Por qué no atestiguar el sustrato chacha del quechua local? Porque más allá de encontrar algunos fenómenos como de reduplicación de palabras, onomatopeyas o la elisión de vocales y sílabas, tal vez por la fuerte acentuación en la primera sílaba en esta variedad quechua, sería difícil delimitar este fenómeno como producto sólo de un sustrato chacha. Es decir, es necesario contar con un buen sustento teórico para los posibles resultados que se obtengan en este campo de estudio, aunque no descartamos futuras investigaciones en esta área.

De esta manera se delimitó la investigación a un trabajo toponímico y se dejó de lado las otras opciones que, sin embargo, nos sirven de apoyo en la interpretación de algunos resultados.

38

La búsqueda en las crónicas y documentos encontrados en referencia a los Chachapoyas ha sido infructuosa en lo concerniente a datos lingüísticos: no se ha encontrado una gramática, ni mucho menos un vocabulario sobre esta lengua.

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En esta línea, las primeras interrogantes estuvieron en relación con el marco teórico a utilizar, sobre los rasgos gramaticales que eran posibles de reconstruir y el lugar en donde se realizaría el trabajo de campo. En correspondencia, las primeras indagaciones nos llevaron a revisar diferentes trabajos toponímicos que hemos utilizado como guías de estudio y que los hemos enmarcamos dentro de los principios básicos de la teoría lingüística de Saussure.39 Sobre el lugar del trabajo de campo se planteó el distrito de la Jalca Grande en la provincia de Chachapoyas, departamento de Amazonas por motivos que detallaremos a su debido tiempo.

Ya definido los principales puntos, denominamos al proyecto Reconstrucción de la lengua chacha, mediante un estudio toponímico en la Jalca Grande (Chachapoyas, Amazonas).

1.3.2 Reconstrucción de la lengua chacha, mediante un estudio toponímico en la Jalca Grande (Chachapoyas, Amazonas) 1.3.2.1 Antecedentes mediatos Louis Langlois en Utcubamba. Investigaciones arqueológicas en este valle del departamento de Amazonas (Perú) (1939) dedica un breve capítulo a la toponimia chachapoyana. Allí, él realiza la primera observación de la terminación toponímica -mal en la provincia de Chachapoyas, por ejemplo hemos extraído de su listado a los topónimos Panamal, Ocumal, Osmal, Chuquimal, Cochamal, Cuemal, entre otros. En su análisis dice La toponimia de la región de Chachapoyas forma, conforme se ha podido alcanzar allí, varías categorías, según los orígenes diferentes. Eliminamos, desde luego, la categoría española. La segunda se vincula a la lengua aymara-quechua; ejemplo: Leimebamba que sería la deformación de Raimibamba, la pampa de la fiesta. En fin, una tercera forma de mezcla curiosa de nombres kechuas o locales, a los cuales se han añadido sufijos que se encuentran en regiones más septentrionales y aun en la América Central. Tal el sufijo mal que se conoce en el Yucatán (Uxmal, Itza-mal, Chetu-mal, Ulu-mal, Cuzu-mal, etc.)40

39 40

Revisar el capítulo IV “El marco teórico” pp. 41-53. Langlois (1939: 99)

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Además, observa la recurrencia de otras terminaciones toponímicas como son -on y -ate los cuales no sólo aparecen en la provincia de Chachapoyas; sino también en Bagua: Coellicate, Longate, Lluchicate, Chilingate, Cuempon, Chosgon, Chuilon, Yamblon, etc. Sus observaciones son primigenias para un estudio toponímico, pues, a parte de

encontrar

recurrencias de la terminación -mal entre los topónimos chachapoyanos, al igual que Jijón y Caamaño, realiza una errónea segmentación de la terminación toponímica -ate que, como veremos más adelante, Taylor y Torero lo segmentan como -cat o -gat.

1.3.2.2 Antecedentes inmediatos Más breve aún es lo dedicado por Alfredo Torero a la toponimia chacha. En Areas toponímicas e idiomas en la sierra norte peruana. Un trabajo de recuperación lingüística (1989) el área idiomática chacha estaba compuesta por los componentes finales -mal, -lon, y -lap. Literalmente dice en referencia al área idiomática CHACHA “Designamos de este modo a un territorio tipificado por un haz de tres componentes finales: -mal –el más conspicuo–, -lon y -lap, que se extiende por las provincias de Chachapoyas, Rodríguez de Mendoza y Luya, y el sur de las de Bagua y Bongará, del departamento de Amazonas” (Torero, 1989: 238). Torero no presenta ejemplos de los topónimos compuestos por estas terminaciones y al igual que Langlois su observación es muy general y carece de un análisis lingüístico. Sin embargo, a la terminación -mal, ya reconocida por Langlois, Torero suma las terminaciones -lon y -lap para el sistema de denominación del chacha.41 Finalmente, Gerald Taylor en La lengua de los antiguos chachapuyas (1990) dedica en sus apuntes complementarios un párrafo para referirse al análisis de los topónimos chachas. Él Plantea que

41

Sobre la propuesta de la terminación -lon, como uno de los componentes finales de los topónimos chachas, ya Langlois había observado algo semejante en la terminación -on, por ejemplo, en los topónimos: Cuemp on, Chosgon Chuilon y Yamblon (estos dos últimos podrían haberse segmentado como -lon).

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como hipótesis de trabajo se podría investigar la difusión de algunas terminaciones dentro y fuera de la zona considerada históricamente como chachapuya, por ejemplo GAT, GATE, GACHE, CACHE, GOTE (¿variantes?), cuyo valor léxico podría ser "río" o "agua" (cf. SHíNGACHE (La Jalca), GACHE (Conila), JAMINGATE (Olto), TÓNGATE (Colcamar), GOLLONGATE (Santo Tomás), nombres de ríos); MAL, de lejos la terminación más difundida entre los topónimos y cuyo sentido podría ser "llanura", "pampa" (existe un topónimo de Olleros, YULMAL, cuya primera parte YUL, es el nombre de un árbol local que aparece frecuentemente entre los nombres chachapuyas); LAP, LAPE es la terminación de varios grupos de ruinas antiguas: CONÍLAPE, YÁLAPE, CUÉLAP y podría designar una fortaleza o un pueblo fortificado; HUALA significa tal vez ‘cerro’ (cf. SHUKAHUALA, nombre de un cerro, SHUKA significa ‘gallinazo’ en el quechua local; HUALA HUALA es el nombre de una cordillera).42

A diferencia de Torero, no encuentra la terminación -lon y presenta ejemplos de las terminaciones toponímicas chachas encontradas por él, y, con respecto a sus posibles significados,

resumimos:

-mal

‘llanura

o

pampa’,

-gat

‘río

o

agua’,

-lap ‘fortaleza o pueblo fortificado’ y -huala ‘cerro’. La nueva propuesta de la terminación toponímica -gat para los topónimos chachas, ya lo podíamos observar en la segmentación errónea de Langlois “-ate” de los topónimos Coellicate, Longate, Lluchicate, Chilingate. Además, Torero también encuentra topónimos con esta terminación en Luya y Chachapoyas en el departamento de Amazonas, pero los ubica dentro del área toponímica CAT junto con las provincias del departamento de Cajamarca (Torero, 1989: 234). En resumen, según las investigaciones revisadas como antecedentes de la toponimia chacha, sabemos que en su sistema de denominación toponomástica son vestigios las terminaciones toponímicas -mal, -lon, -lap, -gat y -huala. Además que los posibles significados hayan sido mal ‘llanura o pampa’; -gat ‘río o agua’; -lap ‘fortaleza o pueblo fortificado’ y -huala, ‘cerro’. Sobre la terminación -lon no se tiene ninguna propuesta sobre su significado.

42

Taylor (1990: 133)

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1.4 Justificación Nuestra preocupación y disposición en la investigación de la lengua chacha forma parte de toda una empresa mayor, por la cual, la ciencia Lingüística busca responder sobre el panorama lingüístico de nuestro país, en este caso particular, sobre las lenguas extintas.

De la lengua chacha no se tiene ningún vestigio léxico, tampoco ningún otro rasgo gramatical de los ya mencionados anteriormente. Se justifica su investigación en la medida que se tendrán más datos gramaticales sobre esta lengua, en este sentido se aportará al conocimiento histórico-lingüístico de nuestro país, pues esta lengua se vincula con una de las más importantes culturas del nororiente peruano que ha dejado numerosos restos arqueológicos: se les conoce como los Chachapoya. Además la metodología que se empleará para el trabajo de campo puede ser aplicada para futuras investigaciones en otras zonas peruanas, donde también se tienen indicios de lenguas extintas poco conocidas, quizás para el área idiomática del cholón, el hivito, el cat, el den, el culle, etc.

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CAPÍTULO II MARCO TEÓRICO43 La Toponimia como disciplina que estudia los nombres de lugares o topónimos puede involucrar en su análisis e interpretación a diferentes ciencias humanas y sociales.

Al ser el topónimo el objeto de estudio, la ciencia lingüística propone el análisis de todo el paradigma nominal de topónimos que pertenecen a una lengua específica. En este marco científico, los topónimos son signos lingüísticos que están conformados tanto por significantes como por significados.

Por otra parte, al ser también los topónimos representaciones que el hombre hace de la realidad, éstos encierran la cosmovisión cultural que imprime la sociedad, por tanto cabe la posibilidad de que las ciencias como la antropología, la historia o la sociología, las interprete.

Son pues los topónimos signos lingüísticos peculiares con los que el hombre establece su relación con la naturaleza: son nombre propios.

2.1 La Toponimia La Toponimia definida como ciencia que estudia los nombres de los lugares geográficos y, por extensión, los sistemas de denominación elaborados por los grupos humanos para designar a las entidades geográficas (Solis, 1997) puede ser considerada a su vez como una disciplina de la Lingüística que estudia las emisiones nominales que hacen referencia a los lugares geográficos, ya que

43

Los puntos que se han tomado se pueden revisar con más amplitud en “La gente pasa los hombres quedan” de Solís Fonseca, “Guía para estudios de toponimia” de Cerrón-Palomino y otros, “Idiomas de los Andes. Lingüística e Historia” de Torero y “Desarrollo de una base de datos para el registro de topónimos” de Carrió y otros. Todos consignados en la bibliografía revisada.

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desde el punto de vista de la lingüística, puede considerarse que el estudio toponomástico lo es de los signos lingüísticos: de su significante y del significado. Todo topónimo será, entonces, un signo lingüístico, del que cabe hacer varias clases de estudios lingüísticos...44

En este sentido, los topónimos como objeto de estudio de la Toponimia son sustantivos propios que hacen referencia a un solo fenómeno o espacio geográfico y lingüísticamente pueden ser palabras, frases u oraciones nominalizadas que pertenecen a la gramática de una lengua específica y son susceptibles de ser analizados desde esta óptica. Pero, por otra parte, los topónimos también pueden ser estudiados desde otras perspectivas como la antropológica, histórica, etc. ya que los topónimos adquieren un valor social al momento de ser el vínculo entre el ser humano y su realidad.

En resumen, se puede decir que la Toponimia como disciplina lingüística involucra elementos internos y externos de la lengua en la explicación de su objeto de estudio: los topónimos. 2.2 El topónimo como signo lingüístico Una de las concepciones de la

moderna ciencia lingüística es la que se relaciona con el

argumento del signo lingüístico. En el Curso de lingüística General, Saussure sostuvo que el signo lingüístico no era la asociación o unión entre una cosa y un nombre, sino un concepto y una imagen acústica. Para ciertas personas, la lengua reducida a su principio esencial es una nomenclatura, es decir, una lista de términos que corresponden a otras tantas cosas. [...] Esta concepción es criticable por muchos conceptos. Supone ideas completamente formadas que preexisten a las palabras, no nos dice si el nombre es de naturaleza vocal o psíquica, porque arbor puede considerarse bajo uno u otro aspecto; finalmente deja suponer que el lazo que une un nombre a una cosa es una operación muy simple, lo cual está muy lejos de ser cierto. Sin embargo, este enfoque simplista puede acercarnos a la verdad mostrándonos que la unidad lingüística es una cosa doble, hecha del acercamiento de dos términos.45 44 45

Solis (1997: 16) Saussure (1985: 85)

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A la imagen acústica, que es la representación psíquica de un sonido, la denominó significante y al concepto, que es más abstracto, significado. Y para designar a la totalidad utilizó el término signo. Así definido, el signo lingüístico saussureano tiene dos principios fundamentales:

2.2.1 El carácter arbitrario del signo La unión que se da entre un significante y un significado es arbitrario Así, la idea de “soeur” [hermana] no está ligada por ninguna relación interior con la serie de sonidos s-ö-r que le sirve de significante; también podría estar representada por cualquier otra: prueba de ello: las diferencias entre las lenguas y la existencia misma de lenguas diferentes (Saussure, 1985:88).

Indica Saussure más adelante que la palabra arbitrario no debe dar idea de que el significante depende de la libre elección del sujeto hablante (más adelante veremos que no está en manos del individuo cambiar nada en un signo una vez establecido éste en un grupo lingüístico); sino que la relación establecida entre el significante y el significado del signo es inmotivado, es decir, arbitrario en relación al significado, con el que no tiene ningún vínculo natural en la realidad (Saussure, 1985: 89).

En torno a este primer principio, los estudiosos de la Toponimia plantean que su objeto de estudio no parece ser un signo común a los demás que conforman un sistema lingüístico. En este propósito Solis dice

Todo topónimo es un nombre propio que representa a una entidad geográfica determinada. Se parece a los nombres o sustantivos propios que identifican a los seres humanos como entidades como entidades únicas. Los topónimos –si son palabras– no son palabras comunes; en la lengua castellana se transcriben con mayúscula inicial, al menos en la tradición ortográfica vigente en nuestro idioma.46

46

Solis (1997: 17)

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Si los topónimos no son signos lingüísticos comunes, en qué características radica su diferencia, a parte claro, como sucede en la escritura del castellano que se inician con mayúscula por tratarse de nombres propios.

Si bien es cierto que los topónimos como nombres propios utilizan para su designación o formación nombres comunes, es decir, signos de la lengua que presentan el principio de arbitrariedad, es necesario diferenciar que éstos lo hacen sólo en la medida en que interviene el afán nomenclador del hombre cuando entra en relación con la naturaleza, esto quiere decir, que es posible que exista una relación no arbitraria entre el significado y el significante de un topónimo, ya que esta unión u asociación está siendo motivada por la realidad cultural del hombre en relación a la naturaleza de los espacios geográficos.

A diferencia pues de lo que dice Saussure con respecto a la no intervención del hombre en la relación arbitraria entre el significado y el significante de los signos de la lengua, en los topónimos sucede lo contrario, pues el hombre interviene en esta relación haciéndola no arbitraria, de allí quizás la diferencia con los demás signos que conforman el sistema lingüístico y la posibilidad del hombre de influir en estos signos, pues éste los puede cambiar según sus necesidades o nuevas relaciones que establezca con la realidad. Entonces se puede concluir que la asociación entre el significado y significante de un topónimo es no arbitraria, ya que existen motivos por los cuales el hombre nombra a los entes de la realidad que lo circunda. En este último sentido dirá Chávez que los topónimos o los nombres de lugares no son pura arbitrariedad, más o menos caprichosamente impuestos por el hombre, muchos de estos nombres son intentos de explicación de la naturaleza espontánea que presentan los espacios geográficos, sugieren su propia denominación ya porque el hombre cree que los lugares desarrollan acciones tales como podemos observar en wiñaq o qellayqucha; en otros, el hombre entiende cómo los lugares tienen o poseen cosas tal cual se observa en puyuyuq, uqshapampa (resaltado nuestro) 47

47

Chávez (2003: 9-10)

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Asimismo, Solis afirmará

que un topónimo es el nombre de cualquier punto ubicable en el espacio terrestre que haya recibido denominación de parte del hombre. Por extensión, es razonable decir que es el nombre de cualquier punto ubicable en el mundo real o en los mundos ideados por las culturas. El topónimo es el medio que el hombre emplea para humanizar el paisaje como parte de su relación con él.48

De esta manera se plantea que los signos toponímicos no son totalmente arbitrarios, sino que existe una motivación por el cual el hombre denomina a su realidad circundante. Esta motivación parte del valor social que relaciona al hombre con la naturaleza y, a diferencia de todo el teorizar saussureano sobre el signo y su valor, se plantea que los datos naturales ocupan un lugar muy importante en la formación de los topónimos.

Lo social da valor a las entidades geográficas de la naturaleza en términos de una serie de consideraciones, algunas de las cuales pueden ser el valor económico de la entidad o, en general, su valor como recurso para la vida de las gentes. Poner nombres es parte de un proceso de introducir un orden humano en el paisaje.49 Es por esto que el estudio de los topónimos también implica una explicación sociocultural, donde se advierte que, a pesar que la explicación del topónimo como valor externo a lo puramente lingüístico se ve limitada por la cosmovisión particular de cada sociedad50 , es posible reinterpretar los topónimos desde la perspectiva de otra cultura que no ha sido la creadora de los mismos. 48

Solis (1997: 17) Solis (1997: 35) 50 Las emisiones lingüísticas nominales que tiene por objeto la Toponimia pertenecen a una determinada lengua y son dadas dentro de una sociedad en partic ular. Cada pueblo utilizará distintos mecanismos en la denominación de sus topónimos que corresponderán a su madera de organizarlos política o económicamente. Por ejemplo, algunos utilizan oposición de dupletes (grande/chico o viejo/nuevo): Camarquilla – Cajamarca, Gorgor – Gorgorillo, York – New York. Otros tienen en cuenta “si los lugares tienen cosas” o “los lugares hacen cosas”: Rimac (rimaq ‘el que habla’), Durasnuyuq (‘el que tiene duraznos’). Cada lengua reflejará a través de su sistema de nominalización su racionalidad extralingüística en la organización de sus topónimos. Pero para llegar a este nivel de interpretación es necesario tener elementos culturales más amplios que los topónimos estudiados. 49

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Las culturas pueden evidenciar coincidencias en el reconocimiento de una serie de entidades como si fueran básicamente las mismas transculturalmente. Esto es posible, en principio, por el hecho que compartimos todos los seres humanos una misma ecología, la de la tierra, que motiva conductas de comportamiento con dicha ecología que deben ser más o menos semejantes, por lo que plantear universales toponímicos (reconocimiento de la misma entidad geográfica) no está fuera de lugar. Pero debe postularse también la especificidad en esta materia, pues el mundo, siendo físicamente igual para todos los seres que lo habitan, no lo es como objeto de las culturas.51 2.2.2 El carácter lineal del significante Aunque parece evidente, el significante tanto de los signos comunes como toponímicos se desarrolla sólo en unidades de tiempo: tiene los caracteres que toma del tiempo: a) representa una extensión, y b) esa extensión es mensurable en una sola dimensión: es línea (Saussure, 1985: 90). 2.3 Clases de motivos para nombrar a los topónimos La supuesta no arbitrariedad de los signos toponímicos radica en las motivaciones que tiene el hombre para denominar a los lugares con los que mantiene una determinada relación social. Esta relación social se da pues sobre la base de una determinada cosmovisión y es de advertir incidentalmente que las clases existen desde el punto de vista cultural, pues la clasificación es un logro de la cultura, un contenido cognoscitivo de ella (Solis, 1997: 28).

En La gente pasa, los nombres quedan, Gustavo Solis distingue dos motivos toponímicos: 1. Motivos ideales.- Son aquellos que resultan de la creatividad cultural y se relacionan con: asuntos honoríficos, divinidades, personajes históricos, sucesos históricos, etc. 2. Motivos reales.- Son los que se relacionan con la naturaleza real donde se desenvuelve el ser humano y se relacionan con: configuraciones geográficas o relieve, propiedades físicas del terreno, características ambientales como el cromatismo, recursos zoológicos, botánicos, hidrológicos, etc.

51

Solis (1997: 22)

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En esta medida, podemos inducir que la interpretación de los topónimos basados en motivos reales poseen un mayor grado de validez, puesto que se puede afirmar que todos los seres humanos compartimos el mismo mundo natural y, por tanto, podemos coincidir en muchos de nuestros juicios. Existe también en los topónimos, como en todo sistema lingüístico, la posibilidad de traducción, pero es necesario advertir que no es totalmente perfecta, pues cada cultura es única en su interpretación del mundo. 2.4 Análisis lingüístico de los topónimos El topónimo como signo lingüístico que pertenece a la categoría de nombre, lo es pues sólo en la medida que forma parte de la gramática en una lengua específica y, en esa misma línea, su valor como lo dijo Saussure estará determinado por la presencia de los otros signos con los cuales conforma el mismo sistema lingüístico.52 Puesto que la lengua es un sistema del que todos los términos son solidarios y donde el valor del uno no resulta más de la presencia simultánea de los otros [...] [...] una palabra puede ser cambiada por alguna cosa desemejante: una idea; además, puede ser comparada con algo de igual naturaleza: otra palabra. Su valor no está fijado por tanto mientras nos limitemos a comprobar que puede ser “cambiada” por tal o cual concepto, es decir, que tiene tal o cual significación; tenemos que compararla todavía con los valores similares, son las demás palabras que pueden oponérsele. Su contenido sólo está realmente determinado por el concurso de lo que existe fuera de ella. Dado que forma parte de un sistema, está revestida no sólo de una significación, sino también y sobre todo de un valor, lo cual es muy distinto.53 (resaltado nuestro) Entonces, ya que la Lingüística trabaja sobre valores es muy importante considerar en sus estudios el factor tiempo que se suele representar en 2 ejes: El eje de las simultaneidades (x), que se refiere a las relaciones entre elementos coexistente, donde 52

Esta afirmación no deja de lado el valor sociocultural del topónimo, tal como se remarcó anteriormente, pues en este caso nos encontramos en otro nivel de análisis. 53 Tal como lo explica Saussure (1985: 141-142), el valor de los signos lingüísticos o no lingüísticos están regidos por este principio paradójico: 1.° Por una cosa desemejante susceptible de ser cambiado por otra cuyo valor está por determinar, y 2.° Por cosas similares que se pueden comparar con aquella cuyo valor está en cuestión.

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toda intervención del tiempo queda excluida; y el eje de las sucesiones (y), en el que nunca se puede considerar más que una cosa cada vez, pero en el que están situadas todas las cosas del primer eje con sus cambios (Saussure, 1985:101). Es al lingüista al que esa distinción se impone más imperiosamente; porque la lengua es un sistema de puros valores que nada determina al margen del estado momentáneo de sus términos.54 Es en este sentido que se distingue dos tipos de estudios en lo que se ha denominado lingüística sincrónica y lingüística diacrónica. Es sincrónico todo lo que se refiere al aspecto estático de nuestra ciencia, y diacrónico todo lo que tiene que ver con las evoluciones. Asimismo sincronía designará respectivamente un estado de lengua y una fase de evolución (Saussure, 1985: 102).

En su gran mayoría, los estudios toponímicos tienen por objeto nombres más o menos congelados, es decir, que han sido fijados hace algún tiempo atrás. Es por ello que en la primera de sus conclusiones Chávez dirá que la toponimia es un vestigio etnolingüístico que lo encontramos como formas lexicales, todos en la categoría de sustantivo, en formas, más o menos, congeladas. Indican nombres de espacios geográficos, que forman parte de la experiencia humana, tales como pueblos, ríos, quebradas, cerros, parajes, caminos, tierras de cultivo.55 Al ser pues la Toponimia un paradigma nominal (Chávez, 2003: 1), su estudio no refleja todo el sistema de la lengua, sino parte de ella y al considerar su objeto de estudio como formas más o menos congeladas, toda investigación en particular parece estar absorbido en la diacronía, como lo ejemplifica Saussure en los estudios de la gramática comparada:

54 55

Saussure (1985:101) Chávez (2003: 65)

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La gramática comparada del indoeuropeo utiliza los datos que tiene a mano para reconstruir hipotéticamente un tipo de lengua anterior; la comparación no es para ella sino un medio de reconstruir el pasado [...] los estados sólo intervienen por fragmentos y de forma muy imperfecta.56

En resumen, la Toponimia, como estudio lingüístico, está absorbido por la diacronía y, por lo tanto, su análisis se debe dar en este sentido.

2.5. Clasificación de topónimos Aunque pueden existir distintas maneras de clasificar los topónimos ya sea según el tipo de investigación o ya sea por la habilidad del investigador, Solis (1997) plantea dos criterios: a. Por el origen lingüístico.- Según su filiación a la lengua o a la familia lingüística de la que procede. Por ejemplo, el topónimo “Miraflores” procede del castellano, “Rímac” del quechua, etc. En este sentido se puede hablar de topónimos quechuas, aimaras, castellanos, ashánincas, etc. Se puede dar el caso que un topónimo proceda de una lengua nativa extinta, por ejemplo, la lengua chacha. Pero para que se realice una clasificación sobre este último, debe existir algún material lingüístico como gramáticas o vocabularios que permitan vincular la procedencia del topónimo con la lengua extinta. Por ejemplo, en el caso del culle se propone que los topónimos Munday “Cerro de la luna”; Caudal “Cerro de la lluvia” o Caumaca “Colina o loma de la lluvia”; Llucama “loma del viento” pertenecerían a esta lengua y ese sería su significado, porque existe material lingüístico recogido anteriormente (Torero, 1989: 226).

56

Saussure (1985: 103)

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b. Por la entidad geográfica a la que se nomina.- Implica una clasificación de las entidades geográficas vigentes en la cultura. A modo de exploración, Solis propone una taxonomía que distinga entidades culturales y naturales, y en cada una de estas una serie de subclases.57

En la medida que el universo físico en que se asientan los referentes de los topónimos es básicamente el mismo para todos los seres humanos, es de esperar que muchas realidades sean recurrentes en todos los pueblos del mundo, por lo que postular algún nivel de universales de concepciones toponímicas, es altamente plausible.58

Pero no por esto se puede decir que exista correspondencias exactas entre los topónimos estudiados que se relacionan con las entidades propuestas desde otra lengua, como señala Saussure (1985: 143) Si las palabras se encargan de representar conceptos dados de antemano, de una lengua a otra tendrían correspondencias exactas para el sentido; pero no es así. El francés dice indistintamente louer [alquilar] (una casa) para “tomar” o “dar en alquiler”, allí donde el alemán emplea dos términos: mieten y vermieten; no hay pues correspondencia exacta de valores.

En este sentido ninguna de estas dos propuestas son viables para nuestro estudio toponímico, entonces nuestro acercamiento al estudio de la toponimia chacha iría por una tercera clasificación que planteamos en “c”: c. Por la recurrencia de morfemas toponímicos.- Con las lenguas extintas es preferible clasificar los topónimos según la recurrencia de un determinado segmento morfológico, sea éste un prefijo, infijo o sufijo. Por ejemplo; Torero (1989) propone la existencia de un área toponímica CAT por la recurrencia del sufijo -cat en el departamento de Cajamarca y en otros departamentos más.

57 58

Solis (1997: 24-25) Solis (1997: 16)

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2.6 Principios de denominación toponomástica: Las investigaciones en diversas áreas toponímicas le permiten a Solis concluir con dos principios toponímicos:

Principio 1: A mayor número de topónimos, mayor humanización y distinción de las entidades. Principio 2: A menor número de topónimos, menor humanización y distinción de las entidades A mayor humanización del paisaje geográfico, mayor nominación debido a mayor distinción de entidades. Consecuencia, mayor número de topónimos. Mayor nominación significa mayor conocimiento de la realidad. Tal conocimiento puede tener que ver con reconocimiento de algo que se traduzca como importancia de la entidad geográfica para los seres humanos o miembros de una cultura.59 En este mismo sentido, deduce Solis las siguientes proposiciones como corolarios de lo anterior: Corolario 1:A mayor número de topónimos, mayor tiempo de ocupación. Tiempo de ocupación se relaciona con la posibilidad de distintas ocupaciones de un espacio, lo que puede dar como consecuencia el obscurecimiento de la toponomástica, sobre todo en lo referente al significado, y por ende la pérdida de relación entre el topónimo y la lengua de la cual proviene, hecho que atentará contra la correcta identificación etimológica.60 Corolario 2: A mayor nominación diacrónica, mayor oscuridad semántica de los topónimos. Cuanto más lejano en el tiempo es el origen del topónimo, la imprecisión de su étimo es mayor; como consecuencia de esto, la etimología popular es más activa en la interpretación de los significados de los topónimos. La falta de transparencia está estrechamente ligada a la imprecisión de la filiación lingüística, a la extinción de la lengua o a la falta de información o datos precisos (escritos, por ejemplo) que permitan corroborar las afirmaciones acerca del significado de un nombre tópico.61

59

Solis (1997: 33-34) Solis (1997: 34) 61 Ibíd. 60

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2.7 Definiciones Onomástica.- Es la disciplina que estudia los nombres propios, sean estos de personas o de lugares, tiene dos ramas: la antroponimia y la toponimia

Toponimia.- Es una disciplina que estudia los nombres de lugares o topónimos, su objeto es el estudio de los nombres geográficos y, por extensión, de los sistemas de denominación elaborados por los grupos humanos para asignar nombre a las entidades.

Topónimo.- Es el nombre de cualquier punto ubicable en el mundo real o en

los mundos

ideados por las culturas.

Alónimo.- Es un término usado para referirse a los 2 ó más nombres propios de una entidad geográfica.

Morfema.- Es la unidad lingüística mínima de la Morfología que contiene significado.

Gramática.- Conjunto de reglas que permite producir y entender oraciones en una lengua.

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CAPÍTULO III DISEÑO METODOLÓGICO Adoptamos una perspectiva retrospectiva de la Lingüística Diacrónica, pues analizamos el corpus toponímicos recolectado entre julio y agosto del 2003 en el distrito de La Jalca Grande y los comparamos con los antropónimos recolectados por Quiñones de documentos del siglo XVI. De esta manera validamos las formas lingüísticas como pertenecientes a la lengua chacha y reconstruimos rasgos gramaticales de ésta.

3.1 Objetivos Al iniciar el proyecto de investigación, los datos que se tenían de la lengua chacha eran escasos y se encontraban dispersos en muchos artículos no relacionados con la Lingüística. Pese a ello, los vestigios toponímicos y antroponímicos que se proponían para esta lengua nos llevó a sostener un estudio toponímico del chacha con la finalidad de reconstruir sus rasgos gramaticales.

La problemática se planteaba desde la escasez de antecedentes para el proyecto de investigación hasta los posibles resultados que se obtendrían de la investigación toponímica. En este sentido, los objetivos fueron los siguientes:

Objetivos Generales: —Mejorar y aumentar la información lingüística sobre la lengua chacha. —Reconstruir rasgos gramaticales de esta lengua. Objetivos Específicos: —Hacer un rastreo histórico y lingüístico sobre la lengua chacha en fuentes escritas. —Hacer un estudio toponímico en el distrito de la Jalca Grande (Chachapoyas, Amazonas).

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3.2 Hipótesis

Por otra parte, si el objetivo era la reconstrucción de rasgos de la lengua chacha a través de los topónimos, estos últimos deberían de pertenecer solo al paradigma nominal de la lengua. En el sentido de este razonamiento y de los datos de las investigaciones que anteceden al presente, se propuso la siguiente hipótesis:

Primera hipótesis Los topónimos de filiación chacha serán aquellos que tengan las terminaciones toponímicas -mal, -lap, -huala, -lon, y -gat. Terminaciones que fueron propuestas por Taylor (1990) y Torero (1989). Según la argumentación teórica, estos topónimos serán signos lingüísticos más o menos congelados de los cuales se puede

analizar su significante y, en el mejor de los casos,

interpretar su significado.62 Pero qué clase de rasgos

gramaticales del chacha se podrán

obtener. Segunda hipótesis Si los topónimos son signos lingüísticos, entonces los rasgos gramaticales que reconstruyamos pertenecerán a los componentes fonológico, semántico y sintáctico del chacha.

3.3 Delimitación de la investigación Nuestra

investigación

se

limita

al

análisis

lingüístico

diacrónico

de

los

considerados de filiación chacha.

62

Esto último sólo es posible cuando el ente nombrado esté dado por motivos reales, es decir, por la composición del terreno, el color, lo que abunda, etc.

topónimos

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3.4 Metodología de la recolección de datos 3.4.1 Área de investigación La revisión bibliográfica sirvió para determinar la ubicación del lugar más acertado para la investigación. Se eligió al distrito de la Jalca Grande por su desarrollo histórico-arqueológico, su pertenencia al área idiomática de la lengua chacha, su número de topónimos con las terminaciones antes vistas. 3.4.2 Ficha de recolección oral de topónimos Se elaboró siguiendo la propuesta de Cerrón-Palomino y otros.63

Descripción: 1. Número correspondiente al topónimo

N

Para tener ordenado el corpus toponímico se consideró colocar un espacio donde se coloque el número de cada topónimo recolectado.

2. Nombre del espacio geográfico Aquí se transcribió fonéticamente el nombre del espacio geográfico.

3. Ubicación En relación con el mapa distrital, consignando los otros espacios geográficos que se encuentran a su alrededor. 4. Categoría(s) señalada(s) Aquí se anotó la categoría o categorías representada(s), según la lista adjunta.

63

Para observar la ficha de recolección utilizada en esta investigación, remítase al anexo 3 de la tesis.

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5. Descripción del espacio geográfico Con la ayuda del colaborador de la zona, se describió el espacio geográfico, observando las características de la entidad representada respecto a plantas, animales, otros. También se tuvo en cuenta las características ambientales como el color del lugar, o si es un lugar bueno o malo.

6. Interpretación y significado Estas interpretaciones las hizo el colaborador de la zona.

7. Segmentación del nombre También las hizo el colaborador de la zona, tratando de buscar alguna correspondencia entre las partes segmentadas y sus significados.

8. Referencia o historia del nombre geográfico Indirectamente el colaborador fue persuadido a contar alguna historia sobre la realidad aludida, alguna leyenda que explique su origen, pueblos que la habitaron, animales, plantas, etc.

9. Datos de l colaborador Aquí se consignaron los siguientes datos: NOMBRE, EDAD, SEXO, LENGUAS QUE HABLA, LUGAR DE RESIDENCIA, NIVEL DE ESCOLARIDAD y FECHA.

3.4.3 Técnicas de recolección Colaboradores. Se trabajó con un guía del distrito, con quien se planificó la visita a los lugares y personas a entrevistar para el recojo de los topónimos, se tomó en cuenta su conocimiento de la zona y su disposición a entablar una conversación. Aplicación de la ficha de recolección de topónimos. La visita a cada lugar fue acompañada de una ficha de recolección toponímica. En un primer momento, el llenado de la ficha se

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realizó de manera escrita. Luego se tuvo que aplicar las preguntas de manera oral y ser grabadas.64 Representación de los topónimos recolectados. Se tomó fotografías de algunos topónimos recolectados. 3.5. Metodología del análisis de los datos Partimos del análisis toponímico del corpus recolectado en el espacio territorial del distrito de la Jalca Grande (Chachapoyas, Amazonas) entre los meses de julio y agosto del 2003. Nuestro interés aquí es encontrar los posibles significados de las terminaciones toponímicas referidas anteriormente.

Luego, para el análisis lingüístico que nos arrojará las protoformas del chacha, comparamos el corpus toponímico anterior con un corpus de apellidos recogidos por Quiñones que en su mayoría datan del siglo XVI –tiempo en que posiblemente se extinguió la lengua–. Hacemos un análisis morfológico, morfosintáctico y fonológico de los topónimos clasificados como chachas.

64

Se notó la incomodidad de los entrevistados al pasar su información a la ficha de topónimos, al colocar su nombre, su edad, etc. Entonces se decidió utilizar un grabadora oculta y se redujo las preguntas personales, menos sus nombres.

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CAPÍTULO IV TOPONIMIA EN LA JALCA GRANDE El ámbito territorial de los Chachapoya comprendió parte de los actuales departamentos de Amazonas, La Libertad y San Martín. Pero su zona nuclear,

como lo indica

Kauffman (2003), se centraba en la cuenca del Utcubamba en el departamento de Amazonas. A juzgar por la profusión de los monumentos que se identifican como pertenecientes a los Chachapoya(s), atendiendo especialmente a sus patrones arquitectónicos, la zona nuclear de los Chachapoya(s) se centraba en la cuenca del Utcubamba.66 Actualmente, el río Utcubamba es el lindero natural que divide a las provincias de Luya y Chachapoyas (Ver fig. 9).67 Entre los cuarenta y cuatro distritos que conforman ambas provincias se eligió al distrito de La Jalca Grande (Chachapoyas), como territorio donde se recogería el corpus toponímico, porque es considerado uno de los pueblos que ha mantenido sus costumbres ancestrales y, principalmente, existe presencia arqueológica, histórica y lingüística de los Chachapoya.63 4.1 La Jalca69 Grande Este distrito se encuentra ubicado en la provincia de Chachapoyas a 06º23’40’’ de latitud sur y a 70º51’10’’ de longitud oeste, en la margen derecha del río Utcubamba y a una distancia de 70 km de la capital. Se encuentra a la altura de 2891 msnm y su extensión superficial es de 380,39 km2 , por lo que es el distrito más grande de la provincia.

66

Kauffman (2003: 2) La provincia de Chachapoyas consta de 21 distritos: Asunción Goncha, Balsas, San Juan de Cheto, Chiliquín, Chuquibamba, Granada, Huancas, La Jalca, Leymebamba, Levanto, Magdalena, Mariscal Castilla, Molinopampa, Monte Video, Olleros, Quinjalca, San Francisco de Daguas, San Isidro de Mayno, Soloco, Sonche y Chachapoyas. La provincia de Luya consta de 23 distritos: Santo Tomás, Camporredondo, Cocabamba, Colcamar, Conila, Inguilpata, Lamud, Longuita, Lonya Chico, S. J. Lopecancha, Luya Viejo, Luya, Ocallí, Ocumal, Pisuquia, Providencia, S. Cristóbal, S. F. Yeso, Santa Catalina, Tingo, Trita, María y S. Jerónimo. 63 La primera vez que llegamos a Chachapoyas, en comunicación personal con Peter Lerche y Carlos Torres Mas, nos refirieron visitar La Jalca Grande como posible lugar para un tipo de investigación lingüística. Además de este distrito nos mencionaron Quinjalca, Levanto y Colcamar (los dos primeros ubicados en Chachapoyas y el tercero en Luya). 69 El topónimo Jalca proviene del quechua shallka ‘puna’. Diccionario normalizado y comparativo quechua: Chachapoyas-Lamas. Gerald Taylor, 1979. 67

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Se tiene conocimiento que los primeros pobladores de la Jalca vivían en cuevas que eran refugios rocosos tales como: Colungo Pugro, Cátuc, Llaupín, Poltyacu y Gallo Pugro: allí existen evidencias de restos humanos. La primera aldea de la Jalca se formó por unión de las tribus Ollape, Llaupín y Muyuc (García Valdez, 1998).

Estos antiguos pobladores posiblemente con motivo de la primera fundación española de Chachapoyas (1538) o por la reducción de indios, ordenado por el virrey don Francisco de Toledo (1571) dejaron sus viviendas de Ollape, Llaupín y Muyuc para formar la llacta llamada Xalca, la cual es conocida como La Jalca, dejando como testimonio una parte de la construcción de una casa redonda y otros muros de piedras que se encuentran dentro de la actual localidad.70 La tradición oral ha conservado que la ciudad debía fundarse en las pampas de Sojme e Ingapirka, lugar por donde pasa el capacñan ‘el camino incaico’ y además se levanta un tambo incaico con cancha y pozos (era un lugar adecuado y plano); pero no había leña, el agua no era suficiente y había poca seguridad, por lo que se fundó en la colina donde se levanta actualmente el pueblo de la Jalca.71

Por otra parte, los documentos coloniales indican que este lugar fue el primer escenario de la fundación de la Frontera de los Chachapoya el 5 de setiembre de 1538 por Alonso de Alvarado.

En çinco dias del mes de Setiembre Año del nacimiento de nuestro Ihesu Christo de milla e quinientos e treinta y ocho por ante mi Alonso Rodríguez escriuano de sus majestades e publico y del consejo desda çiudad de la Frontera que hagora se funda paresçio el Capitan Alonso de Alvarado [...] Eansy presentada la dicha provisión que de suso va incorporada en la manera que dicho es el dicho capitan Alonso Dalvarado dixo que por virtud de la dicha provysión según que en ella se contiene el dicho señor gobernador le manda que haga e funde la dicha cibdad de la frontera de las provincias de las chachapoyas [en] la parte y lugar a donde...al servicio de su majestad e bien de los naturales y que tenga el dicho asiento las 70 71

Valdez et al. (1998: 41) Comunicación personal con Tulio Culqui Velásquez (ex director del INC de La Jalca Grande).

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calidades que se requiere en un pueblo y ques porque el asiento donde al presente esta que se llama en lengua de indios xalca de la cual hera señor el cacique llamado cuta...72

En su territorio se encuentran más de treinta complejos arqueológicos como Ollape, Piujshij, Chalacchin, Muyuc, Putquero, Secote, Llaupín, entre otros. Se localizan topónimos terminados en los segmentos morfológicos -mal, -lap y -cat (propuestos como propios de la lengua chacha); por ejemplo Chímal, Siúmal, Cájmal, Yúmal, Tólap, Óllap, Shúngote, Cuéngote, Péngote. Además, los pobladores de los pueblos cercanos a la Jalca Grande lo consideran como un lugar donde se ha mantenido muchas de las costumbres antiguas, incluso se menciona que allí todavía se encuentran personas que hablan quechua local (Gerald Taylor investigó esta variedad de quechua desde el año de 1969). Por estas manifestaciones de índole cultural se le ha dado el título de capital folclórica de Amazonas.

En los últimos años de la vida colonial al pueblo lo llamaron “Pueblo de la Purísima Inmaculada Concepción de Badajoz de la Jalca”, esta denominación se mantuvo hasta el año de 1827 en la que se la cambió por Jalca Grande. El 13 de noviembre de 1944, La Jalca Grande es reconocida como Comunidad Campesina por ley N.º 24656 durante el gobierno de don Manuel Prado Ugarteche, políticamente como distrito fue creado por ley N.º 12301 del 3 de mayo de 1953 un año antes de finalizar el gobierno de Odría.

Límites: Por el norte: Con los distritos de Magdalena y Cochamal (Prov. de Chachapoyas y Rodríguez de Mendoza respectivamente). Por el sur: Con los distritos de Mariscal Castilla y Montevideo (Prov. de Chachapoyas) y con el departamento de San Martín. Por el este: Con los distritos de Huambo 72

Rivera (1958: 7)

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y Limabamba (Prov. de Rodríguez de Mendoza). Por el oeste: Con los distritos de San Juan de Lopecancha y Santo Tomás (Prov. de Luya). 4.2 División política73 En el ámbito local:

En el ámbito distrital

a. Barrios

b. Anexos

c. Cas eríos con

d. Centros poblados

Lamud

reconocidos

rango de anexo

Chacango

Shíngachi

Zuta

Yumpe

Chimal

Yumal

Quillunya

Cueyqueta

Cocorón

Huinshol

El triunfo

Huacas

Lojshol

Shójome

Ubilón

Quimbalerán

Tranca pata

Culluna

Yerba Buena

Nuevo Progreso

Caulingas

Yumpe

Péngote

Nuevo Ubilón

Tintes

Caulingas

Nueva

Buiquil

Chalajchin

Cueyqueta

Esperanza

Tingo Monte

Chupe

Quelucas

Huinte Alonso de Alvarado San Juan Campo Santo

4.3 Informaciones lingüísticas Conforme al Censo del año 199374 de una población de 5397, sólo 167 personas tenían como lengua materna al quechua.

73

Estos datos fueron obtenidos del informe del trabajo de investigación “Registro Arqueológico de la provincia de Chachapoyas distrito de la Jalca Grande” presentado por García Valdez y otros. Chachapoyas, 1998. 74 Fuente: INEI encuestas sobre población e idiomas.

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Cuadro 3. Población del distrito de la Jalca Grande Varones

%

Mujeres

%

total

2625

48,6

2772

51,4

5397

Cuadro 4. Lengua materna Castellano

%

Quechua

%

total

5223

96,8

167

3,1

5397

Taylor, quien investigó el quechua chachapoyano desde los años 60, indicaba que ya para 1975 era difícil encontrar a una persona con menos de 40 años de edad que supiera hablar en quechua. Una situación de aculturación lingüística caracteriza la región de Chachapoyas desde los años 50. En el año 1975, ya era sumamente raro encontrarse con una persona de menos de 40 años de edad que supiera hablar en quechua. En el pueblo de la Jalca había pocas personas de edad que manejaban el idioma indígena, pero raramente poseían el don de narrar cuentos.75 Con respecto a las características del quechua chachapoyano, Taylor (1989; 1996) ha indicado en sus publicaciones que existe la posibilidad de que estén reflejando un sustrato del chacha, pero como dice más adelante “...se trata sin embargo de una posible –aunque sumamente difícil– campo de investigación”. Demostrar científicamente cuando se trata de un sustrato o cuando de una reestructuración del sistema de una lengua es un campo muy difícil de delimitar. Pese a ello es necesario anotar una característica muy importante de esta variedad quechua: la acentuación en la primera sílaba, en contraste con la acentuación grave que tienen las demás variedades quechuas. Al respecto Taylor menciona que

Es necesario tomar en cuenta que el chachapoyano siempre se acentúa en la primera sílaba salvo en situaciones emotivas donde aparece un acento enfático...76 75

Taylor (1996: 97) Taylor, 1996: 7. En Olto, distrito que se ubica en la provincia de Luya, también sucede lo mismo “Se puede notar cómo el ritmo típico del quechua de Olto, en el que el acento cae siempre sobre la primera sílaba, transforma la pronunciación de las palabras castellanas. Así, en el inicio del cuento de Juan Pulacchán, la palabra 76

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En una narración que hace Santiago Puerta de 56 años y oriundo de la Jalca para Taylor en 1975 se puede ejemplificar los procesos de elisión silábica y la caída de las terminaciones pronominales característicos del quechua chachapoyano.

Chêbna kôshk, kôshpak kuyeshka, kuyéshna “kunam shutpk imashnapshna kachun, mana ñukk wasitak rishach, kêbna ñuk tiyasha” nishna (-) vaya warmtak kuyashpak

/chay-pi-na kawa-shka/ kawa-aspa-ka kuya-aska/ /kuya-as[pa]-na shuti-pi-ka| ima-shina-pish-na ka-chun| mana ñuka wasi-ta-ka ri-sha-chu

kunan-mi kay-pi-

na ñuka tiya-sha ni-sh[pa]-na – | vaya| warmi-ta-ka kuya-aspa-ka| – |/77

Futuras investigaciones en este campo de estudio, que por lo pronto no hemos tomado en cuenta, darán más información sobre el posible sustrato chacha del quechua local. En lo concerniente al recojo toponímico se obtuvo un corpus de 77 topónimos, es decir, no sólo se anotó a los que tenían las terminaciones -mal, -lap, -huala y -gat; sino a otros con la posibilidad de proponer nuevas terminaciones toponímicas.

cacique se acentúa a la manera del castellano; ulteriormente, se adopta la forma impuesta por la acentuación tradicional del quechua de Amazonas: kásiki. (Taylor, 1996: 28). 77

Taylor realiza una reconstrucción del texto quechua chachapoyano para facilitar la comprensión a los conocedores de otros dialectos (Taylor, 1996: 98).

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4.4 Corpus de los topónimos obtenidos

N.º

topónimo

N.º

topónimo

N.º

topónimo

01

[sí gaèe]

28

[kí a páta]

54

[péngote]

02

[súta]

29

[šaškíbo]

55

[ki ún a]

03

[káytox]

30

[Rámos pámpa]

56

[tó gache]

04

[kaytoxí o]

31

[a úpa] [aèúpa]

57

[èímal]

05

[ši gíl lóma]

32

[pólte yáku]

58

[táya páta]

06

[mu áka pámpa]

33

[sánto kwirán]

59

[wámbal]

07

[kimbalerán]

34

[ku aní as]

60

[tímbux]

08

[gá o

áku]

35

[kúndul]

61

[swímal]

09

[píkšu áku]

36

[èalaxèín]

62

[wínsul]

10

[tóla póso]

37

[yúmal]

63

[lúmbux]

11

[lwilípe lóma]

38

[kaxón páta]

64

[púma èáka]

12

[pilár wáyko]

39

[í ix]

65

[káxše]

13

[béla páta]

40

[kulú go páta]

66

[yána maèay]

14

[kièúxya]

41

[gómal]

67

[gulgúl]

15

[ká ki]

42

[RumKú ga]

68

[lóptránka]

16

[wikúndo loma]

43

[èúlo] [ ulo]

69

[kúlape]

17

[móstix]

44

[kátox púgro]

70

[gáèox]

18

[mu kúrko]

45

[oknas]

71

[košarán]

19

[peról kúèo]

46

[èúk as]

72

[mákro]

20

[petáka]

47

[tólape] [tólap]

73

[terán]

21

[kúèa pámpa]

48

[u parán]

74

[ orán]

22

[páchax úrco]

49

[síxsix]

75

[lawrán]

23

[yána kúèa]

50

[džóndox]

76

[ó ape]

24

[estacál]

51

[búRo kušpána]

77

[sipañerán]

25

[osmál]

52

[šípaš èapána]

26

[bwíkil]

53

[kweykéta]

[nuevo progreso] 27

[púma armána]

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Fig. 9 Departamento de Amazonas, provincia de Chachapoyas

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4.5 Mapa distrital de La Jalca Grande

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CAPÍTULO V ANÁLISIS Y RESULTADOS 5.1 Análisis toponímico El marco teórico revisado en el capítulo II permite sostener la interpretación transcultural de significados de los topónimos chachas, pero sólo en la medida en que éstos estén inducidos por motivos reales, es decir, que se refieran a entes geográficos con características comunes a toda la especie humana. En este sentido, partimos del análisis toponímico del corpus obtenido en el trabajo de campo en el distrito de La Jalca Grande entre julio y agosto del 2003. 5.1.1 Clasificación de topónimos pertenecientes a la lengua chacha 78 Según las investigaciones revisadas anteriormente (Langlois, 1939; Torero, 1989; Taylor, 1990), los topónimos pertenecientes a la lengua chacha deberán estar conformados por los segmentos finales -lap, -mal, -huala, -lon y -gat 79 . Así, de los setenta y siete topónimos recolectados, once contienen una de estas terminaciones antes mencionadas80 .

Cuadro 1. Topónimos terminados en -mal, -lap, y -gat

78

N.º

topónimo

N.º

topónimo

N.º

topónimo

01

[sí gaèe]

56

[tó gaèe]

69

[kúlape]

25

[osmál]

57

[èímal]

47

[tólape] ~ [tólap]

37

[yúmal]

61

[swímal]

54

[pé gote]

41

[gómal]

76

[ó ape]

Para observar la clasificación de los topónimos de procedencia quechua y castellano, remítase a las páginas 7 y 8 del anexo 4. 79 Notamos que la terminación -gat tiene variantes como -gache y -gote encontradas también por Taylor (1990). 80 No se ha recolectado información sobre topónimos con la terminación -huala y -lon; sin embargo sobre este último se tiene referencia del topónimo Ubilón en la Jalca Grande.

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5.1.2 Terminación -lap La terminación toponímica -lap es la menos frecuente entre las terminaciones consideradas chachas. Sobre su significado, Taylor (1990) propuso la designación de “pueblo fortificado o fortaleza”, ya que encontró que los topónimos Conílape, Yálape y Cuélap se relacionaban como un grupo de ruinas antiguas.

En el trabajo de campo se ha recolectado información de tres topónimos con esta terminación. Uno de ellos, Ollape se adecúa a la caracterización de ruinas antiguas, pero no sucede lo mismo con las dos restantes. En Tólape y Cúlape no existen ruinas arqueológicas chachapoyanas y es poco probable que hayan existido: no hay ningún vestigio físico, oral o escrito sobre ello.81 (ver cuadro 2).

Cuadro 2. Topónimos con la terminación *-lap N.º Topónimo

Categoría señalada

76 [ó ape]

Ruinas

69 [kúlape]

Quebrada

47 [tólape] ~ [tólap]

Ladera, Camino de herradura

Al discutido significado propuesto por Taylor se le suma la interpretación hecha por los colaboradores sobre el topónimo Tólape. Según dicen, en este lugar abundaba anteriormente una variedad de árbol llamado Tola82 .

Esta única interpretación de los tres topónimos estudiados con la terminación -lap nos induce a una nueva segmentación del topónimo que estaría conformado por Tola + -p, cuya terminación -p significaría “lugar donde abunda determinado recurso vegetal”.

81

Para más detalles se puede observar las fotografías sobre esta terminación -lap que aparecen en el anexo 6 p. 14. 82 Esta variedad de árbol todavía existe, pero en pocas cantidades. También se le denomina Velakaspi, donde kaspi proviene del quechua ‘palo’ y vela del castellano: ‘palo en forma de vela’,

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La discusión en este último caso radicaría en la propuesta de la terminación toponímica -p que no encaja con la terminación propuesta, donde el segmento recurrente es -lap y no -p, aunque de toda maneras este último esta presente en el primero.

Sin embargo, ensayamos dos posibles explicaciones: en una de ellas, el topónimo Tólape se ha reducido de Tola + lap (Tola ‘variedad de árbol’ -lap ‘lugar donde abunda determinado recurso’) y, en la otra, el topónimo Tólape proviene de To + lap, donde To sería la denominación originaria de esta variedad de árbol –recordando que la lengua chacha era de raíz monosilábica (Taylor 1990)– y que posteriormente se reinterpretó conjuntamente con la terminación toponímica aquí analizada Tolap > Tola ‘variedad de árbol’.

De una u otra manera por al recurrencia del segmento final y la interpretación de los colaboradores sobre el topónimo Tólape, el significado de -lap podría ser “lugar donde abunda determinado recurso” o “pueblo fortificado o fortaleza”, propuesto por Taylor. Por lo pronto sigue siendo insuficiente los datos para determinar un posible significado de dicha terminación toponímica -lap.

5.1.3 Terminación -mal La terminación -mal es la más frecuente entre las terminaciones toponímicas estudiadas. Taylor (1990) propuso el significado de “llanura o pampa” para esta terminación toponímica. Él encontró que el topónimo Yulmal en Olleros provenía de Yul que era el nombre de una planta local.

Por nuestra parte, hemos encontrado cinco topónimos (ver cuadro 3) que tienen recurrencia en la categoría geográfica de pampa –Según

la descripción y observación fotográfica83 se

podría considerar solamente a la categoría de pampa entre las de cerro y peña que también aparecen, pero no en los cinco casos–.

83

Las fotografías aparecen en el anexo 6, p. 15.

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Además apoya esta hipótesis la posible motivación cuzqueña en el topónimo Chuquibamba < Chuquipampa

semejante

a

otro

denominado

Chuquimal,

donde

encontramos

la

correspondencia y posible interpretación quechua de -mal como pampa.84

Cuadro 3. Topónimos con la terminación -mal N.º

Topónimo

Categoría señalada

25

[osmál]

Pampa, Peña

37

[yúmal]

Pampa

41

[gómal]

Pampa

57

[èímal]

Pampa

61

[swímal]

Pampa, cerro

5.1.4 Terminación -gat La terminación -gat85 es otra de las más frecuentes entre los topónimos chachapoyanos. Sobre su significado, Taylor (1990) propuso la designación de “río o agua”, pues los topónimos que él recoge como Shíngache, Gache, Jamingate, Tóngate y Gollongate son nombres de ríos. Por nuestra parte, el resultado a sido similar pues los tres topónimos encontrados con esta terminación (ver cuadro 4) se relacionan con el líquido elemento.86

Además se tiene conocimiento que el topónimo Alcate (Sonche), Píchcach (Santo Tomás) y Chilingote

(Montevideo)

designan

a

quebradas;

Cushmicachi

(Sonche)

y

Cangach

(Magdalena), a pozos.87 De este análisis, se puede afirmar entonces que el segmento -gat tuvo el significado de “agua”.

84

Chuquibamba es un distrito de la provincia de Chachapoyas que se ubica en la parte sur de Amazonas. Por su parte, Chuquimal es un anexo del distrito de Ocumal en la provincia de Luya, también en el mismo departamento. 85 86

~gat ~gache ~gote.

Las fotografías de estos tres topónimos están en el anexo 6 p. 16. 87 Sacado del listado general de topónimos con esta terminación, p. 11 y 12 del anexo 5.

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Cuadro 4. Topónimos con la terminación -gat N.º Topónimo

Categoría señalada

01

[sí gaèe]

Río, pueblo

54

[pé gote]

Pozo, pueblo

56

[tó gaèe]

pozo

5.1.5 La terminación toponímica -oc La propuesta de esta terminación toponímica -oc como segmento conformante de topónimos chachas tiene su sustento en los topónimos Gachoc y Catoc Pucro88 . El topónimo Gachoc [gáèox] designa un espacio geográfico donde se encuentra un pozo, puede estar formado lingüísticamente por -gach ‘agua’ y -oc cuyo significado podría ser ‘peña, cerro arenoso o colorado’, ya que en la descripción del lugar se observa estas características. Por otra parte, Catoc Pucro [kátox púgro] parece que está conformado por el segmento -cat ‘agua’ y -oc ‘peña o cerro colorado’. De esta observación -oc puede tener el significado de ‘peña, cerro arenoso o colorado’.

Cuadro 5. Terminación toponímica -oc N.º

Topónimos

Categoría señalada

44

[kátox pugro]

Peña

70

[gáèox]

Pozo

5.2 Análisis Lingüístico Reconstruir rasgos gramaticales del chacha supone la adopción de una perspectiva retrospectiva de la lingüística diacrónica89 , donde se proceda en un sentido inverso, como lo dice Saussure

88

Pucro proviene del quechua pukru que significa ‘hoyada, hueco’. Mientras que la lingüística sincrónica no admite más que una sola perspectiva, la de los sujetos hablantes, y por consiguiente un solo método, la lingüística diacrónica supone a la vez una perspectiva prospectiva, que sigue el curso del tiempo, y una perspectiva retrospectiva, que lo remonta (Saussure, 1985: 255). 89

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...nos colocamos en una época dada para buscar no lo que resulta de una forma sino cuál es la forma más antigua que la haya podido producir.90 Así, con el corpus analizado anteriormente, podemos llegar hacia las formas más antiguas de esta lengua, siempre y cuando tengamos otro corpus con el cual comparar, recordemos que La retrospección exige un método reconstructivo, que se apoye en la comparación. Puede establecerse la forma primitiva de un signo único y aislado...91 Para este efecto se compara las formas obtenidas con antropónimos con las terminaciones analizadas que fueron recolectadas por Quiñones de documentos que en su mayoría datan del siglos XVI.

XVI

Corpus antroponímico del chacha

XXI

Corpus toponímico del chacha

Perspectiva retrospectiva de la lingüística diacrónica

90 91

Saussure (1985: 255) Saussure (1985: 256)

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Cuadro 6. Corpus comparativo entre topónimos y antropónimos de filiación chacha Corpus de topónimos (Fuente: estudio toponímico en La Jalca Grande, 2003)

Corpus de antropónimos (Fuente: Quiñones, 1966. Los nombres en su mayoría datan del S. XVI) Con la terminación -gat

[sí gaèe] [tó gaèe] [pé gote]

Gochegat (Yapa, 1587) Gamgache (Yapa, 1587) Huchcat (Leymebamba y Balsas, 1735) Hochgate (Leymebamba y Balsas, 1735) Muagate (Yapa, 1587) Muchagache (Yapa, 1587) Pochcate (Yapa, 1587) Yancot (Yapa, 1587) Collacot (Yapa, 1587) Con la terminación -mal

[yúmal] [osmál] [swímal] [èímal] [gómal]

Citimal (Gopara, 1597) Paymal (Leymebamba y Balsas, 1735) Puymallap (Chachapoyas 1596) Puymal (Chachapoyas, 1598; Leymebamba y Balsas, 1735) Sanacmal (Gopara, 1597) Sichmal (Gopara, 1597) Xazmal (Gopara, 1597) Yasmal (Gopara, 1597) Olmal (Leymebamba y Balsas, 1735) Con la terminación -lap

[tólape] ~ [tólap] [kúlape] [ó ape]

[kátox pugro] [gáèox]

Limmallap (Luya, 1599) Cuelap (Luya, 1597) Chialap (Gopara, 1597) Chocmallap (Leymebamba y Balsas, 1735) Suallap (Gopara, 1597) Xuallap (Gopara, 1597) Con la terminación -oc Oc (Conomal, 1598; Levanto, 1811) Tópioc (Luya, 1599) Tongoc (Yapa, 1587) Catpuc (Luya, 1599) Copiuc (Chillaos, 1590) Copuc (Chachapoyas, 1598) Chuquipuc (Chachapoyas, 1598) Gopioc (Chachapoyas, 1598) Gupioc (Chachapoyas, 1598) Gupiuc (Luya, 1599) Galoc (Chachapoyas, 1771) Galuc (Gopara, 1597) Zaloc (Gopara, 1597)

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5.2.1 Análisis morfológico El morfema -lap La terminación -lap no sólo está presente en topónimos, sino también en antropónimos chachapoyanos. Sobre la pronunciación actual de estos topónimos con apoyo de la vocal “e” se puede decir que es producto de la castellanización de dichas emisiones lingüísticas, ya que así lo podemos verificar de las primeras formas de los antropónimos.92

Con la terminación -lap [tólape] ~ [tólap] [kúlape] [ó ape]

Limmallap (Luya, 1599) Cuelap (Luya, 1597) Chialap (Gopara93 , 1597) Chocmallap (Leymebamba y Balsas, 1735) Suallap (Gopara, 1597) Xuallap (Gopara, 1597)

En el caso del topónimo Ollape [ó ape], es posible que este topónimo se haya castellanizado hasta adoptar esta pronunciación, por lo tanto puede proceder de *Ol + -*lap, ya que la primera forma se presenta también en el topónimo Olmal > Ol + mal que también es chachapoya. Algo parecido a lo que se puede decir de los antropónimos Suallap > sual + lap, Xuallap > Xual + lap o Chocmallap > Choc + mal + lap.

Se puede decir entonces que la forma originaria de este morfema es -*lap y que ha variado en la actualidad hasta adoptar la forma -lape en algunos casos.

Sobre el significado de este morfema, hasta nuevas investigaciones en el área chachapoyana, podría ser “lugar donde abunda determinado recurso” o “pueblo fortificado o fortaleza”.

92

De esta manera, los topónimos encontrados recogidos actualmente se reconstruyen sin la vocal “e”, como por ejemplo: Tólape < *Tólap, Yálape < *Yálap, Cuélape < *Cuélap, Tínlape < *Tínlap. 93 Gopara era un repartimiento ubicado en Cajamarca donde residían mitmaes chachapoyanos..

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El morfema -mal Este morfema también está presente en los antropónimos chachas sin ninguna variación. Se deduce que este morfema no ha sufrido variaciones y su forma reconstruida sería la misma -*mal.

Con la terminación -mal [yúmal] [osmál] [swímal] [èímal] [gómal]

Citimal (Gopara, 1597) Paymal (Leymebamba y Balsas, 1735) Puymallap94 (Chachapoyas 1596) Puymal (Chachapoyas, 1598; Leymebamba y Balsas, 1735) Sanacmal (Gopara, 1597) Sichmal (Gopara, 1597) Xazmal (Gopara, 1597) Yasmal (Gopara, 1597) Olmal (Leymebamba y Balsas, 1735)

Sobre su significado puede ser ‘pampa o lugar con cierta extensión de terreno’. El morfema -*cat 95 El morfema -gat presenta las variantes ~gache y ~gote tanto en los topónimos como también en los antropónimos chachas. Sobre su significado puede ser “agua”. Con la terminación -*cat

[sí gaèe] [tó gaèe] [pé gote]

94

Gochegat (Yapa, 1587) Gamgache (Yapa, 1587) Huchcat (Leymebamba y Balsas, 1735) Hochgate (Leymebamba y Balsas, 1735) Muagate (Yapa, 1587) Muchagache (Yapa, 1587) Pochcate (Yapa, 1587) Yancot (Yapa, 1587) Collacot (Yapa, 1587)

Sobre la segmentación de los apellidos Puymallap, Chocmallap y Limmallap en mal + lap y no ma + llap lo fundamentamos por la presencia de otro apellido Puymal, donde el segmento -mal aparece solo. 95 El análisis fonológico nos arrojará la forma -*cat como la reconstruida.

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El morfema -oc [ox] Este morfema también se presente entre los apellidos chachas, donde encontramos esta forma transcrita con las variantes ; por ejemplo: Oc (Conomal, 1598), Gupioc (Chachapoyas, 1598), Gupiuc (Luya, 1599), Copuc (Chachapoyas, 1598) o Copiuc (Chillaos, 1590)96 lo que hace difícil concluir con una forma originaria, pues, como veremos más adelante, el chacha tuvo ambas vocales. Hasta una mejor indagación, arbitrariamente proponemos -*oc. Por otra parte, según el análisis toponímico, su significado sería ‘peña, cerro arenoso o colorado’; sin embargo, según el análisis de una tradición en La Jalca Grande que realizó Taylor, es posible que Occ haya significado ‘puma u oso’. Entonces, el significado de -*oc pudo haber sido ‘peña, cerro arenoso o colorado’ o, quizás, ‘puma u oso’.

En la Jalca hay una tradición según la cual los que se apellidan OCC ([oh]; HOC u OC en los documentos coloniales) son descendientes del puma (confundido en la leyenda con un oso, tal vez a causa de su asociación con el héroe de otro cuento popular andino, Juan Oso), fundador de la comunidad. ‘Oso’ y ‘puma’ se traducen ambos por /puma/ en el quechua contemporáneo de Chachapoyas. Es posible que OCC haya significado ‘puma’ o, tal vez, ‘oso’ (expresado por palabras derivadas de la raíz */uku/ en otros dialectos quechuas). No sería sorprendente que el nombre de un animal que simboliza el valor fuera uno de los antropónimos más frecuentes de una comunidad andina.97

[kátox pugro] [gáèox]

96

Con la terminación -oc Oc (Conomal, 1598; Levanto, 1811) Tópioc (Luya, 1599) Tongoc (Yapa, 1587) Catpuc (Luya, 1599) Copiuc (Chillaos, 1590) Gopioc (Chachapoyas, 1598) Gupioc (Chachapoyas, 1598) Gupiuc (Luya, 1599)

Actualmente existe el apellido Oc entre los lugareños de la parte de Luya y Chachapoyas (Amazonas). Los topónimos que contienen esta terminación figuran en el anexo 5, p.13. 97 Taylor (1990: 132)

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5.2.2 Análisis morfosintáctico Un mecanismo gramatical para formar topónimos en la lengua chacha era juntar a las categorías léxicas nominales (N + N), es decir, los topónimos se formaban por el proceso denominado composición.

Del análisis anterior, podemos afirmar que los topónimos Yulmal < *yulmal < yul + mal y Gachox < *catoc < cat + oc se han formado por composición, donde el segundo segmento morfológico -*mal y -*oc son núcleos y el primero, su modificador. Así Yul ‘nombre de un árbol local’ modifica a mal, obteniéndose en Yulmal “pampa de Yul”; o en el caso de Gach< *cat ‘agua’ y oc < *oc ‘peña o cerro arenoso’ o ‘puma u oso’ se obtiene en Gachoc “peña o cerro arenoso donde hay agua” o “el agua del puma o del oso”.

En los demás casos, aunque se desconoce el significado de los primeros formantes de los topónimos, es posible que el mismo mecanismo por composición esté presente. Así, por ejemplo en Shillmal, Posmal, Colmal, Osmal, Casmal, Gomal; Igualmente en Singache, Oncate, Tongache, Pengote, entre otros.

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5.2.3 Análisis fonológico 5.2.3.1 Protofonemas A partir de lo que hemos limitado como palabras de filiación chacha, es decir, todas aquellas formas que contengan las terminaciones -*lap, -*mal, -*cat y

-*oc,98 intentaremos

postular los posibles protofonemas de esta lengua.

Los protofonemas vocálicos.- La lengua chacha tuvo cinco fonemas vocálicos que se presentan en los siguientes contextos.

*/i/

*/u/

Shilmal

Úlape Úcate Yúmal. Culape

Chilingote Tínlape Citimal */e/

*/o/

Lemal

Óllape

Cuelap

Tólape

Péngote

Olmal

Secate

Gómal

*/a/ Casmal Alcate Tálape

98

El listado general de topónimos aparece en las páginas 9, 10, 11, 12 y 13 del anexo 5. Consta de topónimos recogidos del INEI (Instituto Nacional de Estadística), de los trabajos de investigación del ISP “Toribio Rodríguez de Mendoza” (Chachapoyas) y las bibliografías pertenecientes a Louis Langlois, Adolph Bandelier y Federico Kauffmann: todos ellos datan del siglo pasado. El listado de antropónimos con estas terminaciones aparecen en la página 76 de la presente tesis.

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El inventario de vocales: Cuadro de vocales */i/

*/u/

*/e/

*/o/ */a/

Los protofonemas consonánticos.- Se propone la existencia de catorce consonantes y dos semivocales o semiconsonantes.

Los oclus ivos sordos */p/

*/t/

*/k/

Posmal

Tóngache

Cangache.

Tínlap

Catpuc

Oc

Copuc

Tópioc

Ocumal

Los oclusivos sonoros */b/

*/d/

*/g/

Bocumal

Danjamal

Gomal

Dondomal

Gamgache Gopioc

Los nasales */m/

*/n/

Mengache

Tóngache

Posmal

Conílape

Jamingate

Sanacmal

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Los fricativos sordos */ s /

*/ š /

Solmal

Shillmal

Síngache

Shiracmal

Sanacmal

Shúngote

Los laterales */l/

*/dž/ /

/ (?)

Lemal

Yálape

Olmal

Yúmal

Chilingote

Cuillamal

La vibrante simple */r/ Shiracmal Charasmal Carangote El africado palatal */ è / Chimal Charasmal Chilingote Chocmallap

Los semivocálicos o semiconsonánticos */w/

*/j/

Cuelape

Siumal

Guangach

Chialap

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El inventario de consonantes:

Cuadro de consonantes de la lengua chacha Oclusivas

sonoras

*/b/

*/d/

*/g/

sordas

*/p/

*/t/

*/k/

Fricativas sordas

*/s/

Laterales

*/l/

Vibrantes

*/r/

nasales

*/m/

*/dž/ /

/ (?)

*/n/ */è/

Africadas Semivocales

*/š/

*/w/

*/y/

A diferencia de Taylor (1990), quien trabajó con antropónimos chachapoyanos, en nuestro estudio toponímico no hemos encontrado los protofonemas consonánticos /f/, /â/, /h/ /c/ (TZ?) propuestos por él. Sin embargo, al revisar su propuesta y el corpus de antropónimos que utiliza, pasamos a explicar el porqué de las formas propuestas.

*/f/ en los apellidos: Farro (Chachapoyas, 1771); Ficam (Yapa, 1587); Fongui (Luya, 1599). Según Taylor el protofonema */â/ en los apellidos escritos con “V”: Valqui (leymebamba, 1735); Vilo (Levanto, 1587); Vizalot (Yapa, 1587); Volazan (Gopara, 1597). El protofonema */h/ en los apellidos: Hocbun (leymebamba, 1735); Hopcama (leymebamba, 1735); Hotuun (leymebamba, 1735); Huclot (Yapa, 1587); Huczalon (Yapa, 1587); Ocjato (Luya, 1599).

Y Finalmente el protofonema */c/ que, según propone, estaría presente en los apellidos transcritos con las grafías TZ. Sobre el mismo, no hemos encontrado antropónimos con esta grafía del listado de Quiñones y no sabemos la fuente del cual se sirve para proponer este protofonema, quizás se haya referido a los apellidos que consignan Z como son ZABAL

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(Levanto, 1587); ZAC (Gopara, 1597); ZALOC (Gopara, 1597); ZATE (Yapa, 1587), entre otros.

Propuesta de Taylor (1990: 127) /p/

/t/

/k/

sonoras

/b/

/d/

/g/

nasales

/m/

/n/

/ñ/

Laterales

/l/

/ly / (LL)

Vibrante

/r/ (?)

Oclusivas sordas

Fricativas sordas sonoras

/f/

/sh/ (X)

/h/ (?)

/ â / (V, B?) /c/ (TZ?) /ch/ (CH)

Africadas Semivocales

/s/

/w/ (V,U?)

/y/

Sobre su configuración silábica, hemos encontrado que la sílaba chacha estaba conformada por V, CV, VC, CVC, CvV, (donde “v” simboliza las semiconsonantes); sin embargo, Taylor encontró dos configuraciones más: CVvC y CvVC quizás en los apellidos Seoc y Puap respectivamente.

V

U. cate

CVC

Sin.gache

CV

To.lap

CvV

Cue.lap

VC

Os.mal

5.2.3.2 Procesos fonológicos Sonorización El segmento fonológico oclusivo, velar, sordo [k] del protomorfema -*cat ha variado en algunos casos al oclusivo, velar, sonoro [g] por la asimilación del rasgo [+sonoro] de un segmento nasal antecedente que lo acompaña en una secuencia toponímica; por ejemplo:

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*Ton [k]at > Ton [g]ate (Colcamar) *Jamin [k]at > Jamin [g]ate (Olto) *Chilin [k]at > Chilin [g]ote (Leymebamba) *Men [k]at > Men [g]ache (Montevideo) * Sín [k]at > Sín [g]ache (La Jalca)

Inserción vocálica La presencia de las vocales [-a, -e, -i] al final de la terminación -*cat se explica por un proceso de inserción vocálica99 , ya que este proceso parece generalizado también hacia otras voces chachas como Tólap ~ Tolap(e), Cuélap ~ Cuelap(e) o Lop ~ Lop(e) que, aunque alternan con la vocal [e] o sin ella, proviene de voces sin esta vocal. Por ejemplo: En los antropónimos fechados en el siglo XVI –que

de alguna manera tratan de ajustarse a la

pronunciación original– Cuelap(e) aparecen sin la vocal Cuelap (Luya, 1597). Igualmente en algunos casos aparece Gochegat (Yapa, 1587) o Yancot (Yapa, 1587) sin esta vocal. Sobre el último vocablo Lop(e) ‘pajuro’ no tiene la vocal [-e] en los topónimos Lopsol (Luya), Lopsho (Levanto) y Loptranca (La Jalca Grande).100

Entonces, la inserción vocálica se puede ejemplificar así: *Tongat

+e

>

Tongat(e) (Colcamar)

*Jamingat

+e

>

Jamingat(e) (Olto)

*Chilingat

+e

>

Chilingot(e) (Leymebamba)

*Mengat

+e

>

Mengach(e) (Montevideo)

*Síngat

+e

>

Síngach(e) (La Jalca)

*Cuelap

+e

>

Cuelap(e) (Tingo)

99

La vocal [-e] del castellano es considerada óptima, es decir, es la que se inserta en determinados contextos, en este caso después de consonante final de palabra. Igualmente, la vocal [-a] parece óptima en la lengua quechua y por lo mismo se insertó en algunas palabras chachas. 100 Un proceso inverso como es la elisión vocálica no tendría un sustento cuando nos remitimos a los antropónimos chacha, pues allí no aparece esta vocal.

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Palatalización Después de la inserción de la vocal anterior [-e] al final del segmento -*cat, la consonante oclusiva, dental, sorda [t] en algunos casos se ha palatalizado en la consonante africada, palatal, sorda [è], por ejemplo:

*Ton ca[t]

+e

>

Ton ga[è]e (La Jalca)

*Sín ca[t]

+e

>

Sín ga[è]e (La Jalca)

Sobre este mismo punto, es necesario mencionar que en inicio de palabra se encuentra el segmento gach sin ningún condicionamiento fonológico para su sonorización, por ejemplo: Gachoc (Magdalena), Gachaxlon (Santo Tomás).

Esto nos lleva a proponer la reconstrucción de la forma -*cat como la más antigua que ha variado a las siguientes formas: -cat(-e)

-gat(-e)

-cot(-e) (-a)

-got(-e)

-cach(-i) (-a) -gach(-e)

5.3 El Topónimo Suta

Es el nombre de un anexo del distrito de la Jalca Grande que se encuentra ubicado al lado derecho del río Utcubamba y la desembocadura del río Síngache. Al frente del actual pueblo se puede observar restos arqueológicos chachapoyanos que pueden coincidir con el antiguo pueblo con este nombre. Los investigadores señalan que su nombre se debe a un cacique chachapoya que vivía en este lugar. En el libro de Cabildos de San Juan de la Frontera de los Chachapoyas (1538) aparece, por primera vez, el nombre de este cacique como “Çuta” hoy pronunciado [suta].

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... y que tenga el dicho asiento las calidades que se requiere en un pueblo y ques porque el asiento donde al presente esta que se llama en lengua de indios xalca de la cual hera señor el cacique llamado Çuta...101

Entre los apellidos recolectados por Quiñones se encuentran, aunque sin cedilla en la grafía , los siguientes nombres: Cuta (cacique de Timal 1598); Suta (cacique de Timal 1660); Cuta (Gopara 1597) y Chacut (Yapa 1587).

Sobre su significado no se tiene hasta el momento ningún indicio, solo que era el nombre de un cacique chachapoyano, tal como aparece en la información de oficio de Diego Álvarez (1572) “El qual dicho Alonso de Alvarado en Cochabamba dixo a el dicho Chuquipiondu e otro quese dezia Çuta que eran caciques de huno en la dicha provincia…” (Subrayado nuestro). N.º 67

Cuadro 7. Topónimo Suta Topónimo Categoría señalada [súta] Poblado

5.4 La terminación toponímica –ran

Los topónimos hallados con esta terminación se refieren, en casi todos los casos, a laderas o bajadas. Por ejemplo, el lugar denominado Cosharán [košarán] es conocido por la existencia de un pozo y posiblemente deba a eso su nombre: [koša] < kot < *cat ‘agua’ más -ran ‘bajada’, quizás ‘bajada donde hay un pozo’. Por otra parte, la misma terminación -rán se encuentra, al parecer, con vocablos quechuas; por ejemplo, el topónimo Uchparán [u parán] parece estar constituido por el quechua u pa ‘ceniza’ y -ran ‘bajada’, quizás ‘bajada donde hay ceniza’, aunque no se ha podido confirmar esta hipótesis con los colaboradores quienes reconocen uchpa ‘ceniza’, pero no -rán.102

101 102

Rivera (1958: 7) Con respecto a esta terminación se pueden observar las fotografías del anexo 6, p. 17.

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Asimismo, Quimbalerán [kimbalerán] y Sipañerán parecen de origen quechua en su primer constituyente: Quimba [kimba] en quechua local significa ‘a un lado o a la banda de’, y Sipa [sipa] ‘joven’. Al hacer esta segmentación, encontraremos los segmentos le- y ñe-, donde el primero ha sido también encontrado en el topónimo chacha Lemal (Le + mal. Por otra parte, ran también aparece en los topónimos Laurán, Llorán y Terán que, por sus primeros componentes, parecen de procedencia chacha: Lau-, Llo- y Te-. Al respecto, el topónimo Laurán < Lau + rán tiene una forma similar a Laumal < Lau + mal.

Entre los apellidos chachapoyanos se ha encontrado dos que están constituidos por este segmento: Llaransip (Cuelap, 1737), y Romeran (Leymebamba, 1735). Pero, como podemos observar, ambos pertenecen al siglo XVIII y no al siglo XVI como en las demás terminación toponímicas.

Finalmente hay que señalar que el acento de los topónimos con esta terminación es agudo y no concuerda con los anteriormente estudiados con las terminaciones

-*mal, -*lap, -*cat y -

*oc, ya que todos ellos son graves.

Es probable que este segmento toponímico no sea de filiación chacha, sino de otra lengua, quizás del quechua como lo ha podido notar Torero, quien encontró una forma similar en el norte de Áncash: -urán que significaría bajada y provendría del quechua ura- ‘bajar’. Y Aunque los hablantes del quechua de la variedad chachapoya no pueden reconocer el segmento -ran, es posible que signifique ‘bajada o pendiente donde hay determinado recurso’.

Los quechuahablantes del norte de Áncash explican urán, a partir de ura “bajar” en quechua, como “lugar pendiente que se caracteriza por tener determinada planta”; v. Gr., jaraurán “la bajada de los maizales” (hara “maíz”) en hoja 18-i. Hay, no obstante, topónimos a cuyo componente inicial no se le halla significado, por lo que puede estarse en realidad ante casos de reinterpretación de un segmento originariamente ajeno al quechua.103

103

Torero (2002: 264)

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La hipótesis de Torero sobre la procedencia y significado de la terminación toponímica -urán es muy similar a la que se puede aplicar a la forma -ran para el caso chachapoyano,104 ya que esta terminación es recurrente entre las categorías de cerro, ladera o bajada como ya hemos mencionado anteriormente. Pero también podría tener el significado de “tendido” y provendría de la forma verbal -ran, -rqan “continúa”, según lo explica Chávez en comunicación personal. Cuadro 8. Terminación toponímica -ran N.º

topónimo

Categoría señalada

07

[kimbalerán]

Poblado, Ladera

48

[u parán]

Ladera, Camino de herradura

71

[košarán]

Cerro, bajada

77

[sipañerán]

Camino de herradura, Ladera

75

[lawrán]

Ladera

74

[ orán]

Ladera, bajada

73

[terán]

Ladera, cerro

5.5 Topónimos híbridos chacha-castellano Estos topónimos están conformados por una voz chacha y otra voz castellana, esta última al parecer se aplicó mucho después de la extinción de la lengua chacha. El topónimo Lope Tranca [lópetranka] está conformado por Lop que designa a una variedad de árbol local y Tranca ‘palo grueso que se pone para mayor seguridad, a manera de puntal o atravesado detrás de una puerta o ventana cerrada’. En los topónimos como Lopsol (Luya), Lopsho (Levanto) y el antropónimo chacha Collopla (Luya, 1599) se encuentra esta voz Lop. Así el topónimo [lópetranka] significaría ‘palo del árbol local Lop que se ha puesto a manera de puntal en una puerta’. Luilipe es el nombre de una planta, cuya flor es de color amarillo, puede ser considerado como perteneciente a la lengua chacha por la presencia del segmento -p muy común entre las

104

En este mismo artículo, Torero dice que no ha podido corroborar la presencia de urán al este del río Marañón, quizás estos datos que estamos presentando sirvan para realizar análisis posteriores de esta terminación toponímica.

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terminaciones propuestas como chachas105 . Luilipe Loma [lwilípe lóma] tendría el significado de ‘loma donde abunda esta árbol local’.

Cuadro 9. Topónimos híbridos chacha-castellano

105

N.º

Topónimo

68 11

[lópe tranka] [lwilípe lóma]

Por ejemplo, Solp(e), Lop(e) y Shashkip presentan este segmento. Algunas onomatopeyas presentan este segmento ñup ñup ‘blando’, llip llip ‘pestañando’, juip juip ‘andar rápido’ o hop ~ ope ‘sonido que se hace cuando una persona llega a una casa’.

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CAPÍTULO VI CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 6.1 Reconstrucción de la lengua chacha 6.1.1 Aspecto fonológico El sistema fonológico de la lengua chacha tuvo cinco vocales, dos semiconsonantes, y posiblemente dieciocho consonantes como observamos en los siguientes cuadros.

Cuadro 1. Sistema vocálico */i/

*/u/

*/e/

*/o/ */a/

Cuadro 2. Sistema consonánticos Oclusivas

sonoras

*/b/

*/d/

*/g/

sordas

*/p/

*/t/

*/k/

/f/

*/s/

sordas

Fricativas

sonoras

*/l/

Vibrante

*/r/ */m/

Africadas Semivocales

/h/

/â/

Laterales

nasales

*/š/

/?

*/n/ /c/

*/w/

*/dž/ /

*/è/ */y/

Los protofonemas sombreados son propuestos por Taylor (1990)

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También se puede afirmar que esta lengua fue de raíz monosilábica, ya que muchos de sus topónimos y antropónimos están constituidos por elementos monosilábicos, por ejemplo:

Antropónimos chachas

Topónimos chachas

Yumal < yu + mal

Cam (Luya, 1599)

Chimal < chi + mal

Dop (Gopara, 1597)

Osmal < os + mal

Oc (Conomal, 1598)

Tolap < to + lap

Pul (Luya, 1599)

Culap < cu + lap

Sup (Luya, 1599)

Cuelap < cue + lap

Yus (Gopara, 1597)

Singache < sin + gache < *sincat

Zac (Gopara, 1597)

Pengote < pen + gote < *pencat

Xip (Gopara, 1597)

Cat + oc < cat + oc < *catoc

Yull (yapa, 1587 )

La configuración silábica del chacha fue la siguiente:

Sílaba

Topónimos

Antropónimos

V

U. cate

A.ye ? (Yapa, 1587)

CV

To.lap

Sa.lon (Luya, 1599)

VC

Os.mal

Oc (Conomal, 1598)

CVC

Sin.gache

Cam (Luya, 1599)

CvV

Cue.lap

Nue (Leymebamba, 1735)

CvVC

---

Puap (Luya, 1599)

CVvC

---

Seoc ? (Leymebamba, 1735)

Donde las dos últimas configuraciones son propuestas por Taylor de los apellidos chachas recolectados por Quiñones. Y, aunque no pone ejemplos del listado, es posible que se haya referido a los apellidos monosilábicos, ya que el problema radica en que no se sabe la pronunciación de estos mismos.

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6.1.2 Aspecto morfológico Se ha podido reconocer cuatro sufijos chachas presentes en el sistema de denominación toponímica. Sobre el significado de cada uno de ellos se propone lo siguiente:

-*lap ‘lugar donde abunda determinado recurso o lugar fortificado’. -*mal ‘pampa’, -*cat ‘agua’, y -*oc ‘peña, cerro arenoso, colorado o puma u oso’.

Sobre este mismo punto es necesario señalar que Zevallos Quiñones (1966) sostuvo la existencia de un prefijo entre los antropónimos chachapoyanos, me refiero al segmento hocque como él señala

El prefijo hoc parece privativo del género femenino. Véase los nombres correspondientes, y adviértase que el copista (1587) ha cuidado de diferencias bien hoc de hop. El nombre para mujer no se aplica a hombre y viceversa.106 Aquí ponemos algunos ejemplos de lo sostenido por Zevallos Quiñones que, por nuestra parte, ha sido imposible corroborar.

Hocmuca (fem. Leymebamba y Balsas, 1735) Hoczap (fem. Leymebamba y Balsas, 1735) Hocbun (fem. Leymebamba y Balsas, 1735)

106

Zevallos (1966: 4)

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6.1.3 Aspecto morfosintáctico Uno de los procesos en el sistema de denominación toponímica de la lengua chacha fue la composición, es decir, unir las categorías de nombre más nombre para formar topónimos. Ejemplo:

TOPÓNIMO

modificador

núcleo

Nombre

Nombre

Yul

mal

Gach

oc

‘pampa de Yul ‘árbol local’ ‘peña o cerro arenoso donde hay agua’ ‘el agua del puma o el oso’

8.1.4 Léxico Presentamos aquí denominaciones de la flora y fauna que pueden ser considerados de origen chacha. Su filiación es sustenta sobre la base de los rasgos gramaticales reconstruidos y los datos que se tienen de esta lengua.

1. Chep.- Es el nombre de una planta local que es utilizada para barrer. Puede ser chacha, porque es monosilábico y termina en -p, como Lop(e), Solp(e) y Luilip(e).

2. Lop(e).- Es el nombre de un árbol y de su fruto. Aparece esta denominación formando topónimos p. e. Lopsho (Luya), Lopsol (Levanto), etc. También parece constituyente del antropónimo Collopla (Luya 1599). En quechua local se le llama Pajuro. (ver anexo 8, p. 20)

3. Luilip(e).- Variedad de árbol cuya flor es de color amarillo. Es semejante a apellido Luylila (Leymebamba, 1578)

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4. Llep.- Planta de flor roja que crece en un árbol llamado Aliso. Esta palabra parece ser componente del nombre chacha Llepeum (La Jalca, 1587), done -um puede ser un sufijo Milaquium (Luya, 1599), Muchaum (Yapa, 1587), Muchagache (Yapa 1587).

5. Solpe .- Especie de cargador en forma de malla que es utilizado por varones y mujeres en pueblos que anteriormente fueron zonas de los Chachapoyas. Se ha encontrado solpe(s) de más de 1000 años en la Laguna de los Cóndores (ver anexo 8, p. 20). Entre los apellidos se encuentra al segmento sol- que los conforma, por ejemplo: Solsol (Leymebamba, 1735; Chachapoyas, 1750), Solec (Luya, 1599), Solebque (Levanto, 1587).

6. Gulgul.- Nombre de una variedad de árbol, cuyo segmento reiterativo gul es semejante con la parte final del apellido Chisugul (Leymebamba, 1578).

7. Kepkin.- Variedad de ave. La terminación es semejante a otras, como Shiwín y Ruekin. Los apellidos chachas: Quepquin (Levanto, 1646) y Quebquin107 (1574) parecen semejantes.

8. Suta.- Nombre de un cacique chachapoya. Es el nombre de un anexo que se ubica en la Jalca Grande. Entre los apellidos también se encuentra Suta (cacique de Timal, 1660); Cuta (Gopara, 1597) Cuta (cacique de Timal, 1598). Posiblemente en estos últimos hay un error de transcripción, pues en otro casos de encuentra Çuta.

9. Supalín.- Planta cuyas hojas sirven para barrer. Se encuentra este nombre entre los apellidos, como Sopalin (Leymebamba, 1735), Soplin (Chachapoyas, 1578) y Suplin (Conilap, 1598).

107

Este apellido aparece en la “Informacion sobre los Curacazgos de Leimebamba y Cochabamba, por Don Diego de Vizcarra, corregidor de Cajamarquilla” (Cochabamba, 25 de marzo de 1574). Gonzalo Quepquin era oriundo de Leymebamba y por su aspecto tenía 60 años.

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10. Shashkibo.- Es una planta que también se le conoce como Chimchango, en quechua local se

le

pronuncia

[šaškip].

Semejante

al

apellido

Cahsquibul

(Leymebamba,

1735;

Chachapoyas, 1771).

11. Tonsho.- Variedad de árbol que en la parte del tronco es ancho. También se utiliza esta misma denominación para un tipo de pan hecho de maíz con la misma forma del árbol. Tonaparece en el topónimo Tongache y en los antropónimos Camton, Gostum, Collatum, Culquiton.

12. Talakua, Delakua.- Nombre que se le da al búho. En quechua local ‘wurak pakpak’.

13. Wísul.- Nombre de una planta local, cuyas hojas tienen la forma del llantén. El segmento -sul es semejante a los topónimo Parsul, Wínsul y Ocsul encontrados en Chachapoyas y Luya.

6.2 Historia lingüística de la toponimia chachapoyana

A la luz de las investigaciones arqueológicas se puede concluir que los Chachapoya fueron un conjunto de etnias emparentadas cuya tradición o subtradiciones tuvieron un largo desarrollo histórico in situ con diversas influencias que le permitieron cristalizarse como una cultura singular. Church (2004) encuentra evidencias en las cerámicas de Manachaqui (La Libertad) que se relacionan con los Cajamarca desde los 1200 - 900 a. C. y con Bagua desde 1500 – 1200 a. C. Por otra parte,

Ruiz (1972) encuentra evidencias en las cerámicas de Cuelap

(Amazonas) que se relacionan con las de Cajamarca desde los 1000 d. C y Bagua desde los 200 a. C.

Así pues, en sus años de esplendor cultural (900 - 1470 d. C.), las diferentes etnias chachapoyanas que se extendieron por el norte desde las actuales provincias de Chachapoyas y Luya (Amazonas) hasta el sur en la actual provincia de Bolívar (La libertad) y desde el oeste en el límite del río Marañón y el este en parte del departamento de San Martin utilizaban la lengua chacha, cuyos vestigios han sido perennizados en su toponimia y antroponimia. Es en

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este tiempo que se utilizan morfemas -*mal ‘pampa’, -*cat ‘agua’, -*oc ‘peña, cerro arenoso o colorado’ o ‘puma u oso’ y -*lap ‘lugar donde abunda determinado recurso o lugar fortificado’ dentro de su sistema de denominación toponímica para nombrar a los entes geográficos con los cuales mantenía una relación social.

Se entiende pues que la unidad cultural de las etnias chachapoyanas no sólo fue arquitectónica, sino también lingüística, este último se sustenta por los numerosos topónimos hallados entre las provincias de Luya y Chachapoyas con las terminaciones antes mencionadas que, como hemos observado anteriormente, también están presentes en los antropónimos de filiación chacha recolectados por Quiñones (1966).

Algunos de estos topónimos se repiten con ligeras variaciones que pueden ser explicables desde la Lingüística; por ejemplo: la sonorización de Chilincote (Chachapoyas) en Chilingote (Luya) o, en todo caso, la presencia de la misma denominación toponímica: Tactamal tanto en Chachapoyas como en Luya. Algo similar a lo que ocurre con los apellidos chachapoya; por ejemplo: Soplin (Chachapoyas, 1578) y Suplin (Conilap, Luya 1598) o Gupioc (Chachapoyas, 1598) y Gupiuc (Luya, 1599), donde las transcripciones varían entre una vocal posterior abierta o cerrada ([o], [u]).

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Topónimos que se repiten en los distritos de las Provincias de Chachapoyas y Luya108 Topónimo Distrito Provincia Chilingote

Molinopampa, Montevideo y

Chachapoyas

Leymebamba Chilincote

S. F. Yeso

Chachapoyas

Chilingote

Luya

Luya

Tongache

La Jalca

Chachapoyas

Tongate

Colcamar

Luya

Colongate

Colcamar

Luya

Coloncacha

Levanto

Chachapoyas

Cuchcat

La Jalca

La Jalca

Cutcat

Luya

Luya

Shillmal

Levanto

Chachapoyas

Shilmal

Quinjalca

Chachapoyas

Chilmal

Lamud

Luya

Tactamal

Molimopampa y Quinjalca

Chachapoyas

Tactamal

Ocallí

Luya

Con la llegada de los Incas en 1470, la lengua chacha entró en contacto directo con el quechua, aunque no se descarta la posibilidad de que ya anteriormente los comerciantes chachapoyanos hayan conocido esta lengua. La imposición de la lengua general, los años de bilingüismo posteriores y la reducción de la población chachapoyana en los aproximadamente sesenta años de opresión Inca pudo haber traído como consecuencia la extinción total de esta lengua. Conclusión a la que llegamos por no encontrar ningún vestigio de esta lengua en las crónicas y primeros documentos que nos narran acerca de los Chachas. Pero, después de todo, la interrogante queda todavía pendiente, pues se sabe que los Chachapoya se confrontaron hasta en tres oportunidades con los Incas y que seguramente trataron de mantener todos sus rasgos simbólicos para lograr su liberación final. En este aspecto, Ruiz afirma que los 108

Luya y Chachapoyas son provincias del departamento de Amazonas y se encuentran divididas por el río Utcubamba.

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patrones alfareros de Cuelap se mantuvieron después del contacto con los quechuas, asimismo las manifestaciones incaicas carecen de influencia local. En referencia al estudio de Waldemar Espinoza y sus conclusiones dice

De acuerdo a los estudios sobre los Chachapóyas, por el autor arriba citado, aquellos siempre trataron de liberarse del dominio incaico, lo cual pudo también reflejarse en la continuidad de los patrones alfareros en Cuelap, sin cambios, así como las manifestaciones incaicas carecen de influencia local, tal como sí ocurrió en otras áreas del Perú, donde aparecen objetos incas con ingredientes locales.109 Queda pues una interrogante mayor, pues así también se lo plantea Schjellerup (2004) ¿cómo dirigieron ellos su vida por cerca de 60 años de ocupación Inca? Futuras investigaciones y quizás documentos nuevos aclaren más sobre este aspecto.

En los años de bilingüismo chacha-quechua se formaron topónimos con la terminación -rán, por ejemplo: Doprán, Llorán, Laurán, Terán, Lerán, cuyo primer segmento sería de origen chacha y el segundo posiblemente de origen quechua donde -rán provendría de uran 'bajada donde hay determinado recurso' o tendría el significado de “tendido” y provendría de la forma verbal -ran, -rqan “continúa”, según lo explica Chávez en comunicación personal.

Posteriormente esta forma de denominación toponímica dejó de utilizarse, ya que en

la

actualidad, los pobladores no reconocen el significado de las terminaciones antes señaladas, cumpliéndose un principio toponomástico “a mayor nominación diacrónica, mayor oscuridad semántica de los topónimos”.

Además, este tiempo de bilingüismo se ve reflejado en algunos topónimos con la terminación chacha -mal p. e. Chuquimal y Pongomal, cuya primera parte parece de origen quechua chuqui ‘oro, dorado’ y punku ‘puerta’. En los apellidos, el caso es similar p.e. Chuquimis, Chuquipiondo, Chuquichin, Chuquicam.

109

Ruiz (1972: 180)

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En conclusión, el sistema de denominación toponímica chacha que utilizaba

-*mal, -

*cat, -*lap y *-oc fue sustituido por el sistema de denominación quechua que posiblemente haya utilizado la terminación –rán; pero además se tienen los siguientes topónimos ya quechuas: Picshu Yaku ‘agua del pavo’ Muyaca pampa ‘pampa donde hay moras’ Shipash chapana ‘donde se agarra a las señoritas’ Rum cunga < rumi cunga ‘cuello de piedra’, Timbux < timpu-k ‘el agua que hierve’, cumpliéndose un colorario toponomástico “el sistema de denominación varía, si la cultura cambia”. El quechua se extendió por todo el territorio con algunas peculiaridades fonéticas que han sido estudiadas por el lingüista Gerald Taylor en el año de 1975, al respecto dice: “El quechua de Chachapoyas se ha conservado en las cercanías de la capital departamental (en Huancas y en Levanto; en esta última comunidad lo hablan sólo dos o tres señoras ancianas), un poco más lejos, en la primera capital establecida por los españoles, La Jalca, y algo mejor en la provincia de Luya (Colcamar, Lonya Chico, Conila-Cohechán, Luya Viejo, Trita, Cuémal, Olto y Paclas). El mayor número de hablantes monolingües se encuentra entre los comuneros del alto Imaza (sobre todo en Yambajalca-Diosán y Olleros; Quinjalca y Concha son más aculturados)” (Taylor, 2003:41). Cuando llegaron los españoles en 1535, los pobladores de la zona chachapoyana ya se comunicaban sólo en la lengua quechua. El primer Libro de Cabildos (1538) y el expediente del Repartimiento de Leymebamba (1572-74) confirman lo anterior. En esta etapa se forman los apellidos con nombres españoles p. e. Gonzalo Quipquen, Pedro Puimal, Gonzalo Quebquin, Miguel Guaman Piondu. Todo parece indicar que la lengua chacha se extinguió en menos de sesenta años de ocupación Inca en su territorio. Luego, los pobladores empezaron a hablar el quechua y actualmente el castellano, cuyo sistema de denominación es el empleado hoy en día.

Por otra parte, otro proceso de sustitución de topónimos parece ya iniciado en el antiguo territorio chachapoyano. En la Jalca Grande, hace pocos años han cambiado el nombre de Topónimo Buiquil por Nuevo Progreso.

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6.3 Filiación lingüística Resulta complicado proponer una filiación lingüística de la lengua chacha. Los datos siguen siendo insuficientes para este lengua y, aún más, para otras que estuvieron cercanas geográficamente a ésta.

Tal vez, la lengua cat propuesta por Torero haya tenido filiación próxima con el chacha, pues la misma terminación toponímica está presente en ambos territorios. Quizás, como explica más adelante (Torero, 1989: 243), la lengua cat sirvió como vehículo de comunicación en la sierra norte y norcentral a comienzos del siglo V de n. e. y se propagó por diferentes áreas sin hacer desaparecer a las lenguas que allí se hablaban: existen formas similares de *cat con el significado de agua en lenguas como el jivito, el copallín, el cholón, incluso el culle, el quechua y el aru.

La forma *cat en seis lenguas del Perú chacha

jivito

copallín

cholón

culle

*cat

cachi

quiet

quot

coñ

quechua

*qutRa

aru

castellano ‘agua’

En este sentido, las investigaciones de Church y Ruiz evidencian las relaciones con los Cajamarca. Ruiz señala que estas relaciones o interrelaciones podrían explicar la presencia en el territorio amazonense de una toponimia ligada a los diferentes idiomas antiguos de la región nororiental del Perú, como el culle, de los Huamachucos, las lenguas Den y Cat de Cajamarca y el idioma quechua usado por los cuzqueños (1998: 2). Por otra parte, al comparar los vocablos chachas encontrados hasta la fecha con otros de lenguas cercanas, el resultado ha sido infructuoso: aparte de *cat que aparece en algunas lenguas, no se puede vincular otro vocablo.

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Palabras recogidas en territorios cercanos a Chachapoyas En Jiménez de la Espada

En plan de 43 voces de Martínez de Compañón (algunos ejemplos)

norte bagua

oeste

copallín Sácata

sur castellano

jivito

cholón

castellano

tuna

quiet

unga

‘agua’

cachi

quot

‘agua’

lancho

chumac

umague

‘maíz’

quiac

pullo

‘yerba’

---

olaman

---

‘leña’

mixs

Mees=ñgup

‘árbol’

---

---

chichache

‘fuego’

ucche

vet

‘fuego’

---

ismare

---

‘casa’

caloch

lluspey

‘tierra’

nacxé

---

---

‘ven acá’

lopquem

amoc

‘comer’

Para algunos investigadores, como el etnohistoriador Peter Lerche, la lengua chacha tendría filiación lingüística con el caribe, tal vez el chibcha de Colombia. La observación la toma de Rivet que a su vez se guía de un fragmento de la crónica de Cieza donde se dice que los españoles observaron que las tropas chachapoyanas se podían comunicar verbalmente con los bagua. Llegando a Bagua, los españoles observaban, que sus tropas auxiliares chachapoya se comunicaban verbalmente sin problemas con miembros de grupos étnicos que controlaban las tierras ubicadas al oeste de este sector del río Marañón (Cieza). El idioma de estos grupos étnicos se trataba probablemente del patagonés, tenía una posible solución con el carib (Rivet, Stenard Y Métraux, cit en Taylor/Descola 1981:10-12), una observación que nos permite pensar en una filiación lingüística entre el carib y el complejo idiomático hablado entre los chachapoyas preinca.110 Sobre este último punto, Torero (2002)111 indica que la lengua bagua no puede ser clasificada por falta de datos; aunque el vocablo tuna o tuná ‘agua’ es caribe, como lo observó Rivet en su momento. Pero tuná ‘agua’ no se puede vincular con el chacha que tiene *cat ‘agua’, y los 110

Lerche (1995: 10) Los cuatro vocablos de la lengua copallín no permiten establecer una relación con ninguna lengua conocida; aunque quiet y chumac son parecidos a lenguas arahuacas. Finalmente, sobre el sácata advierte semejanzas con lenguas de la familia arahuaca Para más detalles sobre estas lenguas, se recomienda revisar Torero Idiomas de los Andes. Lingüística e Historia. Lima 2002, pp. 273-299. 111

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dos vocablos restantes lancho ‘maíz’ y nacxé ‘ven acá’ son insuficientes para sostener una posible filiación lingüística entre estas dos lenguas. Quizás las tropas chachapoyanas que indica Cieza conocían la lengua bagua por eso se podían comunicar sin problemas. Siguiendo con las pesquisas, Langlois (1939) sostuvo que la lengua de los Chachapoyas tendría alguna filiación con lenguas centroamericanas del Yucatán, como vimos en el Capítulo I, la presencia del sufijo –mal entre la toponimia chachapoyana es semejante con la toponimia del Yucatán, por ejemplo Ux-mal, Itza-mal, Chetu-mal, Ulu-mal, Cuzu-mal. Pero también identifica en la del Yucután sufijos en -mil y en -mul, ej. Chunchuc-mil, Ki-mil; Tinmul, Dze-mul, Tici-mul, Ych-mul, Xculuc-mal, Calot-mul, no encontrados en territorio chachapoyano. Además se desconoce el significado de -mal en la toponimia del Yucatán. 6.4 Recomendaciones 1. Para reconstruir más datos gramaticales de la lengua chacha es necesario realizar similares investigaciones toponímicas en otros distritos. Sugerimos para este efecto a Levanto y Quinjalca (en Chachapoyas) y Colcamar y Luya (en Luya).

2. Si se quiere verificar la extensión geográfica de la lengua chacha se debe realizar investigaciones toponímicas en Bolívar (La Libertad), en San Martín y Rodríguez de Mendoza (Amazonas).

3. Ha traído buenos resultados recolectar nombres de flora y fauna en los distintos lugares investigados, ya que pueden ser corroborados sobre la base de las investigaciones ya realizadas del listado de apellidos y topónimos chachas . Se recomienda pues, seguir con esta labor en los lugares en donde se investigue.

4. Además es necesario delimitar el uso territorial de las onomatopeyas llip llip “pestañando”, wip wip “movimiento rápido”, llot llot “pisada de barro”, soclón soclón “movedizo, flojo”, shec shec “movedizo, más violento que soclón soclón”, ñup ñup ‘blando’ que parecen de filiación chacha, pues son monosilábicos y reduplicados por la misma sílaba como los

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apellidos chachas analizados por Taylor: ACAC, HUCHUC/HOCHOC (?), PISPIS, SAMSAM, SOLSOL/ZOLZOL.

5. Se recomienda llenar los topónimos en una base de datos conjuntamente con los estudiados aquí. Las ventajas pueden ser óptimas a la hora de analizarlos.

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Guía para estudios de toponimia. Lima, 1983.

Chaparro, Carmelo:

Fonología y lexicón del quechua de Chachapoyas. Lima, 1985.

Chávez, Amancio:

La toponimia en la zona de Ancash. Con referencia sobre el topónimo SHIQUI. Lima, 2003

Langlois, Louis:

Utcubamba, investigaciones Arqueológicas en este valle del departamento de Amazonas (Perú). Lima, 1939.

Solís, Gustavo:

La gente pasa los nombres quedan. Introducción en la toponimia. Lima, 1998.

Taylor, Gerald:

La lengua de los Antiguos Chachapuyas. En Estudios Lingüísticos sobre Chachapoyas. Lima, 2000.

Reconstrucción de la Lengua Chacha mediante un estudio toponímico en el distrito de la Jalca Grande (Chachapoyas-Amazonas). Valqui Culqui, Jairo. Derechos reservados conforme a Ley

—:

Diccionario normalizado y comparativo quechua: chachapoyaslamas. Paris, 1979.

—:

Estudios de dialectología quechua (Chachapoyas, Ferreñafe, Yauyos). Lima, 1994.

—:

La tradición oral quechua de Chachapoyas. Lima, 1996.

Torero, Alfredo:

Idiomas de los Andes. Lingüística e Historia. Lima, 2002

Valqui, Jairo:

Rastreo a la extinta lengua de los chachapoyas. En lengua y sociedad N.° 5, pp. 62-71. Lima, 2003.

Zevallos Q., Jorge:

Onomástica

prehispánica

de

Chachapoyas.

Lenguaje y Ciencias N.° 35; pp. 3-18. Trujillo, 1966.

Zorilla A., Santiago:

Guía para elaborar la tesis. México, 1992.

En

Revista

ANEXO 1 MAPAS La etnia de los Chachapoyas *

*

Carlos Gates Chávez. Historia inédita de los Chachapoyas. 1998: 45. Contiene los principales pueblos chachapoyas y él área cultural que abarcó. Lo ubica entre los departamentos de La Libertad, San Martín y Amazonas.

ANEXO 1 MAPAS Plano de la provincia de los chachas *

*

Louis Langlois. Utcubamba. 1939: 6. Ubicación de la provincia de los Chachapoyas en los actuales departamentos de La Libertad (Bolívar), San Martín y Amazonas.

ANEXO 1 MAPAS Los Chachapoya preinca: su extensión cultural*

*

Peter Lerche. Chachapoyas, guía de viajeros. 1996: 39. Extensión cultural de los Chachapoyas en parte de los actuales departamentos de La Libertad, San Martín y Amazonas.

ANEXO 2 FICHA DE RECOLECCIÓN PÁGINA 1

TOPONIMIA CHACHA

INFORMACIÓN FONÉTICA 2. NOMBRE DEL ESPACIO GEOGRÁFICO

_________________________

____________________________

3. UBICACIÓN

__________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________

INFORMACIÓN ETNOSEMÁNTICA

4. CATEGORÍA GEOGRÁFICA

_____________________________________________________________ 5. DESCRIPCIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO

__________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ 6. REFERENCIA CULTURAL DEL TOPÓNIMO

__________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ ¿A QUÉ LENGUA CREE USTED QUE PERTENECE EL NOMBRE? a. castellano b. quechua c. otra lengua

ANEXO 2 FICHA DE RECOLECCIÓN PÁGINA 2

7. INTERPRETACIÓN Y SIGNIFICADO:

_________________________________________________________________ _________________________________________________________________ _________________________________________________________________ _________________________________________________________________

______________________________________________________ ______________________________________________________ ______________________________________________________ ______________________________________________________ ______________________________________________________ INFORMACIÓN MORFOSINTÁCTICA

8. COMPOSICIÓN DEL TOPÓNIMO

_________________________________________________________________ _________________________________________________________________ _________________________________________________________________ _________________________________________________________________ __________________________________________________ INFORMACIÓN SOCIOLINGÜÍSTICA DEL COLABORADOR

9. NOMBRE:___________________________________________________________ 10. EDAD:__________________________ 11. SEXO: M____

F ____

12. VARIEDAD DE LENGUA QUE HABLA:___________________________________ 13. LUGAR DE RESIDENCIA: _____________________________________________ 14. NIVEL DE ESCOLARIDAD:

Primaria incompleta Primaria completa

____ ____

Secundaria incompleta ____ Secundaria completa ____

FECHA: ______agosto de 2003 Observaciones:

____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________

ANEXO 3 CATEGORÍAS GEOGRÁFICAS

LOS TÉRMINOS GENÉRICOS NATURALES -hidrográficos Río (R) Riachuelo (Ri) Afluente (Af) Torrentera (Trr) Puquio (Pq) Acequia (Ac) Canal (Cn) Lago (Lg) Laguna (Lga) Filtraciones (F) Cataratas (Ct) Glaciares (Gl)

-morfológicos Valle Llanura (Ll) Pampa Terraza (T) Cerro Ladera Meseta Nevado (N) Pico Colina Acantilado Cueva Quebrada Desfila dero Montículo loma

-biológicos (V) Bosques (B) Bosquecillos (Bs) Arboleda (Ar) (Pp) Arbusto (Arb) Gramineas (G) Praderas (Dp) (Ce) Lomas (Lm) (Ms) (La) Malezas (M) Planta de río (Ptr) Planta de lagunas(Ptl) Cactáceas (Cac) Kikuyales (K) (P) (Col) (Act) (C) (Qu) (Ds) (Mo) (lo)

-litológicos (suelos) Muy pedregosos (Pd) Muy arenosas (S) Muy arcillosos(Mar) Pantanosos (Pan) Salitrosos (Slt) Materiales Depósitos de arenas (Da) Depósitos de arcillas (Ar) Depósitos de yeso (Dy) Depósitos de sal (Ds) Hormigón (Hm)

LOS TÉRMINOS GENÉRICOS ANTRÓPICOS -infraestructura vial

-infraestructura rural

Carretera asfaltada (Caf) Carretera afirmada (Crf) Camino carrozable (Cma) Camino de herradura (Cmh) Trocha (T) Sendero (S) Abra (Ab) Curva de (Cu) Puente (Pt) Cruce (Cru) Paso (Pa)

Edificios privados Vivienda (V) Hotel (Ht) Tienda (Td) Tambo (Tb) Almacén (Al) Corrales (Cre) Establo (Es) Granja (Gr) Pozo (Pz)

-infraestructura militar, vigilancia o seguridad fortín destacamento

-Asentamientos humanos Ciudad (C) Pueblo (P) Poblado (Po) Comarca (Co) Caserío (Ca) Barrio o ayllu (B) Lugar arqueológico (La)

ANEXO 4 CLASIFICACIÓN DE LOS DEMÁS TOPÓNIMOS 1. TOPÓNIMOS DE ORIGEN CASTELLANO

N.º

Topónimo

20

[petáka]

24

[estakál]

2. TOPÓNIMOS DE ORIGEN QUECHUA

N.º

topónimo

N.º

topónimo

06

[mu áka pámpa]

42

[RumKú ga]

09

[píkšu áku]

46

[èúk as]

18

[mu kúrko] *[ mu ku úrko]

52

[šípaš èapána]

21

[kúèa pámpa]

60

[tímbux]

22

[páchax úrco]

66

[yána maèay]

28

[kí a páta]

72

[mákro]

40

[kulú go páta]

58

[táya páta]

27

[púma armána]

64

[púma èáka]

3. TOPÓNIMOS DE ORIGEN CASTELLANO-QUECHUA

N.º

topónimo

N.º

topónimo

08

[gá o áku]

33

[sánto kwirán]*

12

[pilár wayko]

38

[kaxón páta]

13

[béla páta]

51

[búRo kušpána]

19

[peról kúèo]

*según los colaboradores, [sánto kwirán] proviene de [santo kuyarán] que significa ‘acariciarán al santo’.

4. TOPÓNIMOS CUYA ÚLTIMA FORMA ES DE ORIGEN QUECHUA O CASTELLANO. En la mayoría de casos, la primera parte es el nombre de un árbol local, sólo en tres de ellos se desconoce su significado (04, 32 y 44)

TOPÓNIMOS

N.º

topónimo

N.º

topónimo

04

[kaytoxí o]

30

[Rámos pámpa]

05

[ši gíl lóma]

32

[pólte yáku]

10

[tóla póso]

44

[kátox púgro]

10

[ólèox póso]

68

[lópe tranka]

11

[lwilípe lóma]

16

[wikúndo loma]

5. TOPÓNIMOS CUYO SIGNIFICADO SE DESCONOCE

LOS TOPÓNIMOS CHACHAS

N.º

topónimo

N.º

topónimo

N.º

topónimo

03

[káytox]

34

[ku aní as]

62

[wínsul]

39

[í ix]

50

[džóndox]

63

[lúmbux]

45

[oknas]

53

[kweykéta]

65

[káxše]

14

[kièúxya]

55

[ki ún a]

26

[bwíkil]

17

[móstix]

59

[wámbal]

70

[gáèox]

6. TOPÓNIMOS CONSTITUIDOS POR NOMBRES QUE SON DE PLANTAS

08

[gulgúl]

12

[síxsix]

ANEXO 5 TOTAL DE TOPÓNIMOS CON LAS TERMINACIONES CHACHAS*

Cuadro 1. Total de topónimos que tiene la terminación -lap -lape Topónimo Ubicación

1. Ollape

Referencias sobre la categoría

La Jalca (76)

2. Tólape

La Jalca (47)

3. Yálape

Sitio arqueológico

Fuente

ISP TRM, TC

Chacras. Antes abundaba el árbol de la Tola

INEI, TC

Levanto T

Cerro, sitio arqueológico

ISP TRM

4. Cuélape

Quinjalca T

Laguna de Cuélap?, anexo de kuelcacha

ISP TRM

5. Tínlape

S. F. Yeso

Chacras

INEI

6. Cuelape

Tingo

Sitio arqueológico

INEI

7. Cúlape

Magdalena (69)

8. Tálape 9. Conilape 10. Ulape

*

Chacras, antes había un árbol llamado Conjul

INEI, TC

Colcamar

Cerro

ISP TRM

Cohechán

Sitio arqueológico

R. Huallabamba

Mencionado en “Le ane amazonniche”

INEI Kauffmann

Los datos provienen del INEI (Instituto Nacional de Estadística) y ISP Toribio Rodríguez de Mendoza (Chachapoyas) y TC (Trabajo de Campo).

Cuadro 2. Total de topónimos que tiene la terminación -mal

1. Malcamal

Molinopampa

2. Posmal

Molinopampa

3. Casmal

Molinopampa

4. Colmal 5. Pangamal, pangomal ¿? 6. Tactamal 7. Chucumar, chuc-mal 8. Chic-mal 9. Shillmal 10. Huacumal, huacuman 11. Solmal 12. Pongomal 13. Osmal 14. Cosmal 15. Soimal 16. Olmal 17. Dondomal 18. Sungmal, sugumal 19. Lemal 20. Shiracmal 21. Shilmal 22. Shigalmal 23. Shingapmal, shingarmal 24. Cachimal 25. Tactamal 26. Casmal 27. Chimal 28. Laumal 29. Siumal 30. Cajmal 31. Osmal 32. Gomal 33. Yumal 34. Gomal 35. Pamal 36. Gajmal, Gagmal 37. Panamal 38. Oc-mal 39. Bocu-mal 40. Charas-mal 41. Cuilla-mal Cuillamal 42. Hich-mal 43. Gochacmal 44. Ocumal Ocu-mal 45. Chuquimal Chuqui-mal 46. Cuichimal 47. Ranchamal 48. Soscomal Socos-mal Socos mal 49. Danjamal 50. Sosmal 51. Panamal 52. Chilmal 53. Cuemal 54. Choclamal 55. Huitmal 56. Tactamal 57. Osmal 58. Samac-mal 59. Timal 60. Cachamal, cashamal 61. Cajmal 62. Choimal 63. Calmal

Molinopampa Molinopampa Molinopampa Molinopampa Molinopampa Levanto Levanto Levanto Levanto Levanto Sonche Sonche Sonche Granada Granada Granada Granada Quinjalca Quinjalca

Referencias sobre la categoría Pico, meseta, volcán sin vida llanura poblado, quebrada Jijon y Caamaño caserío poblado caserío poblado quebrada cerro Jijon y Caamaño --cerro (pumaurco) cerro cerro Cerro (sillarume) cerro cerro poblado poblado poblado quebrada quebrada pampa poblado ----

Quinjalca

poblado

ISP TRM, INEI

Quinjalca Quinjalca Quinjalca La Jalca La Jalca La Jalca La Jalca La Jalca La Jalca La Jalca M. Castilla S. I. Maino S. I. Maino San Jerónimo San Jerónimo San jerónimo Lonya Soloco Soloco Soloco Ocumal Ocumal Ocumal Ocumal Pisuquia Pisuquia Pisuquia Pisuquia Conila Lamud Lamud Longuita S. J. Lopecancha Ocallí Chachapoyas Chachapoyas ? Cheto Cheto Cheto Chiquilin Chiquilin

quebrada quebrada (yopsac) quebrada (naranjo) poblado poblado poblado Peña colorada? Pampa, peña, cerro? Pampa, cerro Pampa, cerro caserío Sitio arqueológico poblado --Oc sería Chimú Jijon y Caamaño Mendiburu Jijon y Caamaño Jijon y Caamaño --Jijon y Caamaño Jijon y Caamaño ----Sucuy hagnay (cañari) ----Jijon y Caamaño ----Jijon y Caamaño ------Jijon y Caamaño Osuma sería chimú --poblado poblado --quebrada Llanura, pampa de Yul ‘árbol local’ -----

ISP TRM ISP TRM ISP TRM ISP TRM ISP TRM ISP TRM ISP TRM TC INEI TC INEI TC ISP TRM ISP TRM ISP TRM INEI INEI Langlois Langlois Langlois Langlois INEI Langlois INEI INEI Langlois INEI Langlois INEI INEI INEI Langlois INEI INEI Langlois INEI INEI INEI Langlois INEI INEI INEI INEI Langlois Langlois INEI INEI ISP TRM ISP TRM INEI ISP TRM

Topónimo

Ubicación (distrito)

64. Yulmal 65. Llangamal 66. Cocomal

Magdalena Olleros

Fuente ISP TRM ISP TRM ISP TRM Langlois ISP TRM, INEI ISP TRM ISP TRM ISP TRM Langlois Langlois INEI ISP TRM ISP TRM ISP TRM ISP TRM ISP TRM ISP TRM ISP TRM, INEI INEI ISP TRM INEI ISP TRM ISP TRM ISP TRM ISP TRM, INEI ISP TRM

Taylor TC INEI

Cuadro 3. Total de topónimos que tiene la terminación *-cat Topónimo 1. Alcate 2. Cushmicachi 3. Chilingote 4. Mengache 5. Péngote 6. Guangach 7. Síngache 8. Cuchcat 9. Tongache 10. Shúngote 11. Cuéngote 12. Sengache 13. Yalcochi 14. Sicach 15. Chiling-ate Chilingote 16. Chilincote 17. Husingate 18. Chilangote 19. Jamingate 20. Cueñongate 21. Chilingote 22. Oncate 23. Cut-cate 24. Tóngate 25. Colongate 26. Huasingate 27. Cetcote Sécoche 28. Shacshacachi 29. Píchcach 30. úcate 31. Carangote 32. Yaulicachi 33. Chilingote 34. Jollongate 35. Jamingate 36. Secate 37. Pichcas 38. Coloncacha 39. Cangach 40. Gache 41. Cachimal 42. Gachox 43. Cota

Ubicación Sonche Sonche Montevideo Montevideo La Jalca La Jalca La Jalca La Jalca La Jalca La Jalca La Jalca Chiliquin S. I. Maino Tingo (cerca a Kuelap)

nota quebrada pozo quebrada Poblado, anexo poblado Río, anexo caserio pozo

poblado quebrada Una garganta donde salto Chimal Ualqui

Leimebamba S. F. Yeso Olto San Cristóbal Olto Olto Lamud Luya Luya Luya Colcamar Colcamar Trita Santo Tomás Santo Tomás Santo Tomás Santo Tomás Sto. Tomás Ocumal Molinopampa Paclas Paclas Paclas San F. Daguas Levanto Magdalena Conila Quinjalca Magdalena S. I. Maino

Fuente ISP TRM ISP TRM ISP TRM INEI ISP TRM, INEI, Torero ISP TRM ISP TRM, INEI Taylor INEI TC ISP TRM ISP TRM ISP TRM, INEI ISP TRM Bandelier Langlois INEI

pueblo --río Hda. y q. Pb. Pb. Riachuelo, río Quebrada, riachuelo

río quebrada peña

quebrada río punta quebrada pozo río quebrada Quebrada, pozo Quebrada (agua de cota)

INEI Torero Taylor Taylor Torero INEI Torero Torero Torero, Taylor ISP TRM INEI INEI INEI ISP TRM ISP TRM ISP TRM INEI INEI ISP TRM ISP TRM ISP TRM INEI Anexo 1 TC Taylor ISP TRM ISP TRM, TC ISP TRM

Cuadro 4. Total de topónimos que tiene la terminación -ran Topónimo

Ubicación

nota

Fuente

Luya

Caserio

INEI

2. Teran

Magdalena

Cerro, ladera

TC

3. Lauran

Magdalena

Bajada

TC

4. Lloran

Magdalena

Chacras

INEI

5. Dopran

Magdalena

Chacras

TC

6. Laran

Chiliquin

quebrada

Anexo 1

7. Huambran

Chiliquin

8. Uchparan

La Jalca

Camino

TC

9. Sipañeran

La Jalca

Camino

TC

10. Quimbaleran

La Jalca

Pueblo, ladera

TC INEI

1. Doperan

INEI

11. Nevoran

Cochabamba

INEI

12. Lembran

Santo Tomás

TC

13. Golobran

Santo Tomás

TC

Cuadro 5. Total de topónimos que tiene la terminación -oc Topónimo

Ubicación

nota Pampa, cerro

Fuente

1. Cáitox

La Jalca

TC

2. Catox pugro

La Jalca

3. Llondox

La Jalca

Ladera,

TC

4. Lumbux

La Jalca

Cerro

TC

5. Gachox

Magdalena

Pozo,

TC

6. Wisox

Santo Tomás

Peña

TC

7. Decox

Santo Tomás

Peña

TC

TC

ANEXO 6

Óllape

Fotografías de topónimos terminados en -lap ‘lugar donde abunda determinado recurso o fortaleza’.

Tólape

Cúlape

ANEXO 6

Siúmal

Yúmal

Fotografías de topónimos terminados en -mal ‘pampa’

Osmal

ANEXO 6

Fotografías de los topónimos terminados en -*cat ‘agua’.

Síngache (río)

Tóngache (pozo)

Péngote (pozo)

ANEXO 6 Fotografías de los topónimos terminados en -ran ‘bajada donde hay determinado recurso’.

Quimbalerán

Laurán

Cosharán

ANEXO 7 ANTROPÓNIMOS QUE APARECEN EN EL EXPEDIENTE REPARTIMIENTO DE LEYMEBAMBACOCHABAMBA (1572-74)

Jalca Cristoval Bellecloch Antonio Buyub Anton Buyo Francisco Çolom Cristóval Jalca Pedro Xalca Chilchos Antonio Omimalo Pedro Echan Alonso Aliochaz Leymebamba Martín Tochún García Leschuy Alonso Choc Luis Puilana Pedro Epaen Gómez Chisa Francisco Chuquichin Gonzalo Quipquen Alonso Villca Anton Loque Andrés Quen Francisco Epa Martin Tupniol Alonso Chuillax Gomez Chacha Gonzalo Quepquin Anton Pilon Garcia Suyzchi Gonzalo Chuican Gomez Pila Gomez Lachan

Procedencia no mencionada Quinyopi

Alonso Gualanga Alonso Puicachoch Baltasar Choc Luis Quiyop

Cajamarquilla Cristoval Aovalla Pedro Mallap Anton Chuinicit Juan Nianicha Cristopul Chuquiguaman Migguel Nienichan Pedro Echencio Puinto Miguel Nilan Miguel Guaman Piondu Juan Morinilan Pedro Xauxui Gomez Villcatiza Alonso Cupiondu Cochabamba Cristoval Ananba Juan Epluana Francisco Guala Martin Puite Pedro Xauta Bartolomeyus Chui Diego Puyn Pedro Guala Gonzalo Humiluana Bambamarca Diego Checonichan

Juan Xaulos Gómez Tomallaxa

Alonso Lonquin Francisco Guaman Alonso Chuquimis Cristobal Chuillaxa Martin Puxanlla Alonso Llaxac Lorenco Guaman Tomás Guanluana Gaspar Upayex Cristóval Ysnonira Gómez de Chall Gonzalo Chuquicam Fransisco Ruco Chuquipiondu Çuta Diego Luylila Diego Anpuyte Juan Xauloch/Xaulox/Xabloch Hernando de Doipa Antonio Lucana Hernando Chuycuchu Pedro Anpuyte Hernando Chuquichin Francisco Quinquen Juan Quinyoq Gómez Quinyop Antonyo Belloch Diego Chuililla Gómez Pilac Hernando Chillcho Pedro Puimal Alonso Quinyop Hernando Chilcho

Gonzalo Quebquin Alonso Vilca Hernando Chuquichin Lorenzo Guaman martin Puxaulla Francisco Piondu Cristoval Puyluana Alonso Chuymana Cristoval Coploana Luys Pubiana Alonso Llaxa Gomez Pila Felipe Puyn Hernando Condor Martin Chupain Grabiel Chuyluana Chuquimis Longuy Luysa Hernando Mazlucana Chuiquipaise Cueta Chuquimis Sagua Chuquimis Maico Chuquimis Puillaxa Xaiua Tomallaxa Francisco Chichitit Lorenzo Sauten Alonso Xillinbe Francisco Hiluelleque Anton Çalon Francisco Sabuchac Pedro Chisugul Juan Quino Antonio Cuete

ANEXO 8

Lop(e)

Solpe*

* Foto tomada por el Centro Mallqui. Este Solpe está hecho de cabello humano y fue encontrado en la Laguna de las Momias, data de más de 1000 años de antigüedad (Leimebamba, Amazonas).

ANEXO 9 ALGUNAS FICHAS DEL TRABAJO DE CAMPO

1. 01 2. . Singache [sí gaèe] 3. Distrito de la Jalca Grande, provincia de Chachapoyas, Dpto. de Amazonas. 4. R, Po 5. es un río pequeño que nace en Pahuana Chica y desemboca en el Utcubamba. Hay un poblado del mismo nombre que se encuentra en las alturas. 6. 7. Algo que se arruga 8. singa- ‘nariz’ -che ‘arrugarse’

1. 25 [osmál] 2. Osmal 3. Distrito de la Jalca Grande, provincia de Chachapoyas, Dpto. de Amazonas. 4. Pp, Pe 5. lugar donde hay chacras y al costado una peña del mismo nombre 6. 7. --8. ---

1. 28 2. Quilla pata [kí a páta] 3. Distrito de la Jalca Grande, provincia de Chachapoyas, Dpto. de Amazonas. 4. La 5. lugar en forma de andenes o escalones 6. 7. anden de la pereza, también esxiste por estos lugares una planta que se llama quilla sacha. 8. killa ‘pereza’ pata ‘andén’

1. 40 2. Culungo pata [kulú go páta] 3. Distrito de la Jalca Grande, provincia de Chachapoyas, Dpto. de Amazonas. 4. Cmh 5. camino pedregoso 6. 7. camino del gentil, del antiguo 8. culungo ‘momias’ pata ‘andén’

1. 41 2. gomal [gómal] 3. Distrito de la Jalca Grande, provincia de Chachapoyas, Dpto. de Amazonas. 4. Pp 5. terreno utilizado para cultivo 6. 7. --8.

1. 44 2. Catox pugro [kátox púgro] 3. Distrito de la Jalca Grande, provincia de Chachapoyas, Dpto. de Amazonas. 4. Pe 5. Es una peña enorme que se encuentra a la subida de ollape 6. 7. --8. catox pugro ‘hueco’

1. 47 2. Tólape [tólape] [tólap] 3. Distrito de la Jalca Grande, provincia de Chachapoyas, Dpto. de Amazonas. 4. La, Cmh 5. Hay terrenos de cultivo y es accidentado 6. 7. En este lugar había bastante madera que se llamaba tola (un árbol). Es un árbol recto com una caña, servía para hacer armazones de casas, cercos, etc. 8. tola ‘variedad de árbol’ -pe ‘---’

1. 48 2. Uchparán [u parán] 3. Distrito de la Jalca Grande, provincia de Chachapoyas, Dpto. de Amazonas. 4. La, Cmh 5. Hay terrenos de cultivo y es accidentado 6. 7. --8. uchpa ‘ceniza’

1. 54 2. Péngote [péngote] 3. Distrito de la Jalca Grande, provincia de Chachapoyas, Dpto. de Amazonas. 4. Po 5. Un poblado con chacras y con un pozo 6. Cuentan que este lugar antiguamente se llamaba peinote porque una chica se fue a lavar al pozo y se le cayó su peine y al querer agarralo se encantó y desapareció del pozo. 7. --8.

ANEXO 10 FOTOS DEL VIAJE

En Puma Chaca ‘puente del puma’

En las ruinas de Macro

En la plaza de la Jalca Grande

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