Valor del Mes: Júbilo

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Valor del Mes:

Júbilo

Lema del Mes:

“Se llenaron de alegría al ver al Señor” (Jn 20,20)

Plan de Pastoral

Abril 2016

Se llenaron de alegría al ver al Señor

Acción Significativa del Sector:

Campaña sobre el uso racional del agua. Facilitar agua potable a una familia necesitada. Diálogo con candidatos políticos legislativos. Acción Significativa Familiar:

Compartir el agua con una familia necesitada que no le llega agua. Economizar el agua en casa. Índice Primera Parte: Encuentros de Evangelización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 Visita a los Hogares con el Cirio Pascual. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 ViaLucis. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29 Segunda Parte: Celebraciones Dominicales, Lecturas de la Palabra de cada día y Meditación diaria del Evangelio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40

Colaboradores: Silvia Rodríguez (Arquidiócesis de Santiago), P. Ángel Díaz Gil, Director Seminario San Francisco de Asís, P. Cristian Paulino, (Diócesis San Francisco de Macorís), P. Carlos Peña (Diócesis de Puerto Plata), P. Valerio Baines Sanz,OAR, y Daniel Lorenzo Vargas Salazar (Santo Domingo). Coordinación: Eugenia López Diagramación y Arte Final: Jesús Pérez Portadas: John Williams Castillo Impresión: Editora Amigo del Hogar Manuel María Valencia No. 4 Santo Domingo, D. N. / Tel.: 809.548.7594 Para contacto Vicaría de Pastoral, Correo Electrónico: guiamensual.vipastoral@arzsd., [email protected] Teléfonos: 809-682-0815, 809-685-3141 ext. 261-262, 809-221-3126 Redes Sociales: www.facebook.com/VicariadePastoralSantoDomingo

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Plan de Pastoral - Abril 2016

Primer encuentro de Evangelización Semana del 29 de Marzo-2 de Abril del 2016

“Se llenaron de alegría al ver al Señor” (Jn 20,20) Ambientación: El salón o el lugar donde se realice este encuentro, debe estar adornado de motivos festivos con motivo de la Pascua: globos, colores, carteles, luces y música alegre. Se coloca una imagen del Resucitado, el Cirio Pascual o un velón grande adornado. No pueden faltar los carteles del Lema y el Valor del mes. Es el primer encuentro de este mes de Abril, el mes pascual, y es necesario que esos carteles sean grandes y estén a la vista de todas las personas participantes. 1. Cantos: Mientras se reúne la comunidad se escuchan cantos alegres de resurrección. 2. Acogida Las personas que dan la bienvenida y acogida son las de la casa donde se realiza el encuentro, o dos personas señaladas con antelación. Deben estar alegres, sonrientes y dar la bienvenida con un signo de alegría: un abrazo, un beso, unas palmadas en la espalda… Oración: quien coordina la reunión hace una oración rogando la presencia del Espíritu Santo sobre cada persona participante; pidiendo la alegría sobre esa persona y su familia. La oración se puede terminar recitando el salmo 122 (121) que nos dice: ¡qué alegría cuando me dijeron…! Si se desea se puede cantar. 3. Canto: Cantando la alegría de vivir…. 4. Compartamos nuestra experiencia de Semana Santa y de la Pascua: En este momento compartamos entre nosotros lo que hemos vivido en estos días santos: • ¿Cuál fue el momento más especial que he vivido en estos días? • ¿En qué momento sentí más la misericordia del Señor conmigo? • ¿En qué momentos se vivió la alegría de la Resurrección? 5. Hablemos sobre el Júbilo, el valor de este mes. En este mes de abril, el Valor del mes es el Júbilo, y el Lema es el título que le hemos dado a este encuentro: “Se llenaron de alegría al ver al Señor” (Jn 20,20). Reflexionemos sobre el Júbilo. Respondamos estas preguntas: • ¿Qué quiere decir la palabra júbilo? • ¿Cuántas clases de expresiones de júbilo se dan entre nosotros? • ¿Cuál es el motivo de nuestro júbilo en esta Pascua de Resurrección?

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Se llenaron de alegría al ver al Señor

Veamos el significado de júbilo: La palabra júbilo se emplea poco en el lenguaje normal de nuestro país, aunque sabemos qué significa. Es más, en el año JUBILAR esta palabra nos resulta más familiar. Hoy no nos detenemos en ese sentido Jubilar. Júbilo es una alegría interior muy grande, tan grande que, normalmente se manifiesta hacia afuera con signos externos como pueden ser las risas, abrazos, gritos o llanto de alegría, saltos y otras manifestaciones. El júbilo y la alegría son de las emociones más comunes que podemos vivir, y que además, son contagiosas, es decir, el júbilo, con sus manifestaciones externas llevan a que otras personas se llenen también de alegría. Pero debemos aclarar más sobre el júbilo y la alegría. Porque, en el mundo y realidad en que nos toca vivir, existen muchos tipos de alegría, de los cuales señalamos algunos: • Alegría externa y física: sería el contento que provoca la “vida alegre” de las fiestas, el alcohol, la droga, el desenfreno. Es un contento externo, pasajero y que se termina al finalizar la fiesta, la materia. • Alegría superficial: la persona que se ríe mucho, por cualquier cosa, pero le importa todo muy poco. No se entera o no quiere enterarse de las dificultades ni los problemas propios ni de los demás. • Alegría sentimental: consiste en sentirse satisfecho; cuando las cosas le salen bien, le acompaña el triunfo… pero si fracasa se hunde, se acabó la alegría. • Alegría cualidad y virtud: Es el hábito de mantener el ánimo contento, con independencia de las circunstancias exteriores. Esta es una actitud interior, que se adquiere con repetición de actos como todas las cualidades; esta alegría es por tanto un esfuerzo personal. 6. Leamos la Palabra: Juan 20, 19-23 Después de leer el texto hacemos una pequeña reflexión personal: ¿Qué me dice este texto? ¿Qué habla el texto sobre la alegría? ¿Por qué se alegran los discípulos? En el mundo en que vivimos ¿Hay muchos motivos de alegría? ¿Por qué debemos estar alegres los cristianos? Canto: Mi alma glorifica al Señor mi Dios…. (o cualquiera de los otros Magníficat que nos sabemos). 7. Profundizando sobre el tema Nos vamos a referir a esta alegría o júbilo como virtud y como virtud cristiana. La alegría es estar lleno de contento, paz, amor y una sensación de bienestar, pero no solo eso, va más lejos. La alegría está dentro de todos nosotros. Procede de la sensación de ser amado, de amar, del aprecio por el don de la vida y de dar sentido a la propia vida. La alegría está dentro de nosotros, procede de nuestro espíritu. Y así el júbilo es permanente, independientemente de las circunstancias externas. Somos humanos, por eso necesitamos de momentos y situaciones externas, materiales para tener alegría. Los cristianos no somos unos aburridos, unos tristes, que no participan de las alegrías humanas (invitaciones a comer, el compartir, pasear, ir a la playa, tener vacaciones, unas partidas de dominó, estar con los amigos, escuchar música…); más bien todo lo contrario, ya que nos solidarizamos con las alegrías y sufrimientos de todos

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Plan de Pastoral - Abril 2016

los hermanos y hermanas. Pero no centramos la alegría en esos momentos externos ni en los logros materiales, aunque también nos alegran. Entonces, para vivir el júbilo como un valor o virtud, debemos ver lo bueno que hacemos con esfuerzo, energía y amor. Desde el trabajo y los estudios que realizas, por más que sea el mismo todos los días, ya que beneficia a otras personas, a tu familia, pero también lo hace a ti. El tener amigos y vivir en relación y compromiso con la sociedad y la naturaleza; mantener buenas relaciones con tus vecinos, ser aceptado por tu educación y respeto demostrado ante los demás, el cuidado del medio ambiente y la participación en iniciativas de ayuda a los más necesitados; son motivos de gozo y satisfacción interior. La preocupación por los demás, incluidos los más necesitados y no solo los cercanos. La sensación del deber cumplido, cada vez que realizamos algo bueno, con sacrificio o no, y con desprendimiento de nuestra persona y de nuestras cosas, nos llena de paz interior, y eso es alegría. Y a esto le añadimos la presencia de Dios en nuestra vida, su misericordia que se ha desbordado para nosotros al entregarnos a su Hijo en la Cruz y al resucitarlo para que tengamos vida en abundancia y vida eterna. Por eso el papa Francisco en más de una de sus predicaciones ha dicho que el cristiano tiene que estar contento, pero que la alegría es más que estar contentos; es algo más profundo. Es un don. Y la encontramos en la seguridad de que Jesús está con nosotros. “Estén alegres en el Señor, se lo repito, estén siempre alegres”. (Flp. 4,4). San Pablo nos pide estar continuamente alegres, pero nos dice dónde encontramos esa felicidad, en el Señor. De Él nos debe venir la felicidad. Si el Señor está con nosotros, ¿quién tiene más motivos para estar alegres y jubilosos? La alegría cristiana nace de la opción fundamental por el Señor Jesús, de saber que Él está siempre con nosotros. El Evangelio es un mensaje de alegría, pues se trata de una Buena Noticia: estamos invitados a vivir el amor y es posible vivirlo aquí y ahora porque el Señor Jesús nos amó primero; Cristo nos muestra el verdadero significado y alcance del amor y nos invita a vivirlo. La auténtica alegría es un primer efecto del amor. Y como nos recuerda Juan la señal de que hemos resucitado con Cristo es el amor fraterno. Y este amor, el mismo amor de Cristo, ha sido infundido en nuestros corazones por el Espíritu Santo (Rom 5, 5). Por eso afirma San Pablo que el fruto del Espíritu es la alegría (Gal 5, 22). El júbilo es la expresión y manifestación de los enamorados: las ganas de verse, los nervios por estar juntos, el deseo de no separarse… Por eso el júbilo tiene que ser el distintivo cristiano, ya que estamos unidos a Cristo, al Amor (Dios es amor). Cuando el ángel Gabriel se le aparece a María le dice: “alégrate, llena de gracia”. Y después le da el motivo de esa alegría, “el Señor está contigo”. Volvemos a preguntarnos, ¿está el Señor con nosotros?, por tanto, nadie tiene mayor motivo de alegría y júbilo que los cristianos. Y la manifestación externa del júbilo por la Resurrección de Jesús es una invitación a todos los que se encuentran con nosotros esta alegría que no tendrá fin. Como dice el Papa Francisco: “La alegría, que es como el signo del cristiano. Un cristiano sin alegría, o no es cristiano o está enfermo. ¡No hay otra! ¡Su salud no va bien allí!

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Se llenaron de alegría al ver al Señor

La salud cristiana. ¡La alegría! Una vez dije que hay cristianos con cara de pimientos en vinagre… ¡La cara siempre así! También el alma así, ¡esto es feo! Estos no son cristianos. Un cristiano sin alegría no es cristiano. Es como el sello del cristiano, la alegría. Incluso en los dolores, en las tribulaciones, también en las persecuciones” (Homilía del día 14 de abril de 2014). ¡Sobran las caras tristes! ¡Que se nos distinga como personas de fe por la cara de alegría y felicidad! Y más en este tiempo pascual en que el Señor no solo está con nosotros, sino que está VIVO Y RESUCITADO. Canto: Vienen con alegría, Señor, cantando vienen con alegría….. 8. Reflexión personal ¿Por qué el júbilo debe ser una de las características fundamentales del cristiano?¿Cómo vives la alegría cristiana en tu vida? ¿Cuáles son las principales dificultades para no vivir en el júbilo? 9. Reflexión comunitaria Pongan algunos ejemplos y testimonios de esa alegría que nos da la fe. También ponemos en común las dificultades para la alegría y tratamos de buscar soluciones.¿Qué vamos a hacer para estar más sonrientes en la vida? Canto: Cristo está conmigo, junto a mí va el Señor 10. Oración final. Se colocan todos en círculo. Se pone en el centro el Cirio Pascual o un velón grande. Se va pasando el Cirio de mano en mano dejándose iluminar su cara. Se da gracias al Señor por la alegría que nos ha dado por su gran misericordia. Se termina con el Padre Nuestro, Ave María. Todos se dan un saludo de felicitación por la Pascua de Jesús. 11. Se comparte un brindis y cantos de alegría.

Segundo encuentro de Evangelización Semana del 4 al 9 de Abril del 2016

“Dar de beber al sediento” Ambientación: Además de los carteles con el Lema y el Valor correspondientes a este mes de abril, ponemos un cartel con el título de este encuentro: “Dar de beber al sediento”. En una mesa se colocan una jarra con agua, una botella con agua y unos cuantos vasos, unos llenos de agua y otros vacíos. También se puede poner en la mesa un cántaro, una cubeta y algunos otros recipientes para el agua, y unos tubos de PVC. Se coloca una imagen del Resucitado y el Cirio Pascual o un velón grande adornado. 1. Cantos: Cantos de acogida como Iglesia soy, y otros parecidos. Cantos de resurrección.

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Plan de Pastoral - Abril 2016

2. Acogida: A cada persona que llega se le da un vaso con agua potable, para que se la beba. En esta reunión se da en vasos reutilizables, no en desechables. 3. Oración: Se reza con el salmo 42 (41). Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma…Y se puede hacer algún signo con el agua, mientras se está orando Canto: El agua del Señor, sanó mi enfermedad…. 4. Entrando en el tema Si miramos los signos que tenemos sobre la mesa, ¿qué representan? ¿Según esos signos, cuál puede ser el tema de hoy? Este mes de abril la obra de misericordia sobre la que reflexionamos, oramos y nos comprometemos es la de “Dar de beber al sediento”. El agua es necesaria para la vida, por eso es signo de vida. Viene muy bien este tema con el acontecimiento que estamos celebrando que es la Pascua del Señor. En el Bautismo por el agua y el Espíritu Santo participamos de esa misma vida del Resucitado. En nuestro mundo, en nuestro país, en nuestra comunidad o sector: • ¿cómo podemos cumplir con esta obra de misericordia? • ¿A quién, cómo y cuándo podemos dar de beber? • ¿Cuántos vasos de agua hay que beber al día para tener buena salud? Depende de si escuchas a una personas o a otras, pero también depende de cuánta agua tengas para beber o dinero para comprarla. Llevamos un par de años con bastante sequía. Las personas del campo y los ganaderos lo experimentan más de cerca que la gente de ciudad; pero a todas las personas nos afecta la escasez de agua El agua es un tema muy frecuente en la Biblia; es un elemento que por su escasez en Palestina, es algo muy apreciado por el pueblo. Está presente desde el segundo día de la Creación;es protagonista del diluvio; al salir de Egipto, Moisés separa las aguas; y cuando los israelitas tienen sed, por regalo de Dios, hace brotar agua de la roca. Ya en el Nuevo Testamento, Jesús convierte el agua en vino; pide a la samaritana agua para beber y dice que no quedará sin recompensa ni siquiera un vaso de agua que demos a un sediento. El pidió agua a la samaritana cuando sintió sed; él sintió sed en la Cruz y de su costado abierto brotó sangre y agua. 5. Escuchemos la Palabra: Juan 4,3-25 Reflexionamos sobre el texto mirando qué nos enseña a cada participante. ¿De cuántas clases de agua se habla en el texto? ¿Hoy día también podemos beber de esas clases de agua? ¿De cuál de ellas estamos más necesitados? Canto: Reunidos en el nombre del Señor Profundizando el tema Esta obra de misericordia de “Dar de beber al sediento” la reflexionamos y la analizamos en tres formas distintas:

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Se llenaron de alegría al ver al Señor

Dar un vaso de agua a quien lo necesite: Puede parecer más sencillo cumplir esta obra de misericordia en los campos, atendiendo con agua fresca a las personas que pasan por nuestro caminos, a los vendedores que llegan con sus productos…; en la ciudad parece más difícil encontrar personas a quienes dar de beber ese vaso de agua; pero, tal vez, sí tenemos la oportunidad de regalar el vaso o la botella de agua. También por las calles de las ciudades pasan los vendedores, los inmigrantes; tanto en el campo como en la ciudad hay momentos de escasez de agua en que podemos llevarle, o ir a recogerle el agua, cuando llega a la casa de un enfermo, un anciano, un impedido; usted que tiene un pozo propio o una cisterna, va a tener oportunidad de dar agua al vecino que se quedó sin ella, se le terminó o se le rompió su tanquecito… Dar de beber al sediento es un servicio que está al alcance de muchos, y que nos permite cumplir con esa obra de misericordia. Pensemos en aquellas personas que se enferman porque deben calmar su sed con agua contaminada, aquellas personas que mueren de sed porque otros la desperdician, o la desperdiciamos. Por eso, el dar de beber, aunque sea solo un vaso de agua, a los discípulos enviados por el Señor, es un gesto que no será olvidado por el Señor (Mc 9,41). Y en Mateo 25, cuando nos habla del juicio final, nos dice que dar un vaso de agua al sediento, no es solo un acto de amor a esa persona, es un acto de amor directo a Jesús. Dar de beber agua es un compromiso por defender el agua y hacerla llegar limpia a las personas, plantas y animales. Hoy muchas personas sufren de sed en el mundo. Personas que no tienen al alcance una gota de agua con la que saciar su sed. Hoy en nuestro país el agua es muy escasa; lo es en el campo y las ciudades porque el agua llega de vez en cuando; hay lugares, barrios, zonas donde el agua no llega nunca, o no lo hace desde meses o años…, hablamos de nuestra República Dominicana. Dar de beber al sediento implica un trabajo personal y a corto plazo, que sería el responder a los casos puestos en el punto anterior, el primero; pero también lo es no dejar la llave abierta sin necesidad, ahorrar agua todo el día, no usar más agua de la cuenta parar regar las plantas, unirse a la junta de vecinos o de campesinos para arreglar los puntos por donde se va el agua de los tubos, sumarnos a campañas de concientización y de exigencia sobre el no sacar arena de los ríos, no manchar y hasta limpiar la orillas de los ríos, reforestar las cuencas de los ríos… son gestos de misericordia con los sedientos. Algunas de estas cosas son a corto plazo y también son una tarea a largo plazo para permitir que futuras generaciones tengan agua para vivir, y también es una oportunidad para dar de beber a Cristo hoy en aquel hombre o mujer que tiene sed. Cristo dijo que estaría con nosotros hasta el final de los tiempos, y uno se podría preguntar: ¿dónde está Él en este año 2016? La respuesta es que el Señor se ha querido quedar presente en los pobres y necesitados, en los sedientos. Lo que le hicimos a uno de estos necesitados se lo hicimos a Él. Cuidar del agua para dar de beber al sediento no es solo ayudar a canalizarla o no malgastarla, sino cuidar del medio ambiente: Por eso, cuidar

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del agua y del medio ambiente, y apoyar a quienes trabajan en ello, es hacer que la misericordia de Dios restaure la dignidad de los pobres sedientos. El papa Francisco, en su Encíclica sobre la naturaleza, habla mucho del agua, y le dedica los números del 27 al 31 con el título “La cuestión del agua”; recomendamos leer toda la encíclica, pero principalmente esos números. Citamos solamente parte del número 30: “Mientras se deteriora constantemente la calidad del agua disponible, en algunos lugares avanza la tendencia a privatizar este recurso escaso, convertido en mercancía que se regula por las leyes del mercado. En realidad, el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos. Este mundo tiene una grave deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque eso es negarles el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable.” No tirar la basura a la calle porque cuando llueve o corre la brisa, esa basura acaba en los arroyos, cañadas y en los ríos, contaminando toda el agua. Otra forma en la que podemos vivir la segunda obra de misericordia es orando para que llueva lo suficiente y agradeciendo la lluvia. No es una tontería. Sobre todo las personas de ciudad protestan cuando llueve. No solo no deben protestar, sino que para cumplir esta obra de misericordia, deben alegrarse con la lluvia, no dejar de asistir al trabajo, a la iglesia, a las reuniones porque esté lloviendo… esto es una manera de ser agradecidos. El agua que salta hasta la vida eterna: la Palabra y el mismo Jesús. En la Biblia el agua encierra un significado simbólico, por ejemplo en el salmo 42,2 pasa a ser un símbolo del mismo Dios: “como busca la cierva las corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío”. Hoy en día hay bastantes personas con mucha sed espiritual que llevan dentro, esa sed de sentido en la vida, y no encuentran el agua necesaria para saciar la falta de sentido y de orientación en su vivir. Esta sed la hemos visto reflejada en el texto evangélico de la Samaritana, puesto como reflexión en este encuentro. Todas las personas se encuentran en algún momento de su vida como la mujer de Samaria, junto a un pozo con un cántaro vacío, con la esperanza de saciar el deseo más profundo de su corazón, aquel que solo puede dar significado pleno a la sed del hombre. Como Jesús en aquel pozo de Sicar, la Iglesia siente el deber de sentarse junto a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, para hacer presente al Señor en sus vidas. La Iglesia somos nosotros y nosotras, a quienes nos toca dar de beber a estos otros sedientos de Dios, del sentido y valor de sus vidas. Miremos a nuestro lado, veremos, nos encontraremos con muchos de estos sedientos. Hay muchas personas esperando escuchar la Palabra y sentir la presencia de Cristo el libertador ¿Quién se la predicará? ¿Quién hará presente a ese Cristo? Canto: Tuve hambre y me diste de comer… o Sumérgeme (o los dos)

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Se llenaron de alegría al ver al Señor

6. Reflexión personal Después de esta reflexión, podemos repetirnos las preguntas puestas cuando hemos leído el texto bíblico y miramos si entendemos mejor las preguntas y el mismo evangelio de la Samaritana. Hoy Jesús sigue diciendo: “Dame de beber” con la voz de miles de hermanos que no tienen agua para beber y vivir. • ¿Nos damos la oportunidad de dar de beber, a nuestros hermanos para así saciar la sed de ellos y transformar nuestra vida? • ¿Con cuál de los tres puntos anteriores nos identificamos más? • ¿En cuál de los tres nos cuesta más comprometernos? 7. Reflexión comunitaria Entre todos pensemos y decidamos: • ¿Qué podemos hacer, como persona, como comunidad y como país en cada uno de esos tres aspectos de “dar de beber al sediento? Presentemos en cosas concretas y las escribimos para que no se queden en simples palabras. Y hagamos un compromiso común para nuestro Sector. Canto: No podemos caminar con hambre bajo el sol… 8. Oración final: Se colocan todos en círculo. Se pone en el centro el Cirio Pascual o un velón grande adornado, signo de Jesús Resucitado junto a una fuente de agua. Se va pasando el agua de mano o se acercan y tocan el agua, mientras se hace un compromiso con el Señor de dar de beber al sediento, a trabajar por cuidar y economizar el agua y de llegar a todos los que tienen una sed profunda en su corazón con Jesús, la fuente de agua viva. Se concluye con esta oración compuesta por el papa Francisco en su encíclica Laudato Sí: Altísimo Señor, que estás presente en todo el universo / y en la más pequeña de tus criaturas, Tú, que rodeas con tu ternura todo lo que existe, derrama en nosotros la fuerza de tu amor para que cuidemos la vida y la belleza. Inúndanos de paz, / para que vivamos como hermanos y hermanas sin dañar a nadie. Padre de los pobres, ayúdanos a rescatar / a los abandonados y olvidados de esta tierra que tanto valen a tus ojos. Sana nuestras vidas,/ para que seamos protectores del mundo y no depredadores, / para que sembremos hermosura y no contaminación y destrucción. Toca los corazones de los que buscan solo beneficios /a costa de los pobres y de la tierra. / Enséñanos a descubrir el valor de cada cosa, a contemplar admirados, / a reconocer que estamos profundamente unidos con todas las criaturas / en nuestro camino hacia tu luz infinita. Gracias porque estás con nosotros todos los días. / Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha por la justicia, el amor y la paz. 9. Canto alegre de resurrección.

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Tercer Encuentro de Evangelización Semana del 12- 17 de Abril del 2016

Evangelizando la política Ambientación: Los carteles con el lema y el valor del mes. Una bandera patria, o se pueden poner muchas pequeñas banderas. Se colocan algunos cuadros de los Padres de la Patria, los signos patrios. Podríamos invitar a la reunión a algún candidato político especialmente a cargo legislativo. Se coloca el Cirio Pascual o un velón adornado, signo de Jesús Resucitado. 1. Cantos: se ponen cantos patrios y cantos dominicanos para ir recibiendo a las personas que vienen al Encuentro. 2. Acogida: A cada persona que llega se le recibe con un abrazo y se le regala una banderita patria, aunque sea de papel. Y se le entrega un papelito donde dice en letras claras: ¿Cuánto vale tu patria? ¿Por cuánto la venderías? 3. Oración: Se invoca al Espíritu Santo y se pide por la Patria, sobre todo por los candidatos y candidatas para las próximas elecciones. Canto: Amar es darse a todos los hermanos 4. Aclaraciones sobre el tema Empecemos nuestro Encuentro recordando que estamos de júbilo con el Señor Resucitado que en su gran misericordia nos llena de su vida y nos hace portadores de vida y de misericordia para los demás a través de diferentes medios y uno de ellos es la política. Iniciemos nuestro diálogo contestando a viva voz las dos preguntas que nos hicieron en la entrada: • ¿Cuánto vale tu patria? • ¿Por cuánto la venderías? Estas respuestas las iremos comparando con lo que nos dice el Mensaje de los obispos Dominicanos publicada con motivo del 27 de febrero del presente año 2016. Nuestros obispos dicen: Tenemos un pueblo trabajador y esperanzado en un mejor porvenir. Tenemos derecho a esperar lo mejor de nuestras instituciones y liderazgo político (No. 8). Todos los números que pongamos después de una cita, corresponden al numeral citado del documento de los obispos). Después de alabar al pueblo dominicano le piden que participe de manera activa, vote, lo haga con conciencia, pero teniendo en cuenta las actitudes y aptitudes de quienes se presentan como candidatos, sin olvidarse que deben hacer y presentar un programa de gobierno.

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Se llenaron de alegría al ver al Señor

Vayamos a las urnas con verdadera conciencia ciudadana y no nos dejemos arrastrar por la masificación o por simples prebendas, (11). Nuestro pueblo ha ido tomando conciencia de que hay que participar activamente en los procesos electorales. (2) ¿Sí?, bueno, si destacamos lo de activamente, está bien, es decir hay que ir a votar; pero entre nuestra gente, de broma y en serio, porque en muchos casos es una realidad, no se pregunta “por quién vas a votar” sino que se pregunta “por cuánto vas a votar”. Muy importante, muy democrático y una gran participación política, es lo que los obispos nos dicen que debemos hacer después de las elecciones: Pasadas las elecciones, hay que respetar la decisión de la mayoría y acoger con beneplácito la decisión del pueblo expresada en las urnas. (13) 5. Escuchemos la Palabra: Mateo 20,20-28 Reflexionamos sobre lo leído y lo aplicamos a la situación política actual. Lo dialogamos y además nos preguntamos:¿cuántos candidatos se presentan a las elecciones para ser los primeros y cuántos para servir al pueblo? Canto: El amor es nuestro canto 6. Profundizando el tema Los obispos señalan pautas y aspectos a tener en cuenta ante las próximas elecciones. Analizamos la carta de los obispos según esas pautas y presentamos. Divido en tres partes, algunos señalamientos que nos dan: 1.- Por quién no votar. 2.- Por quién votar. 3.- Algunas temas que deben incluir los programas de los candidatos. Primero: ¿Por quién no votar? Por quien haga: una contienda política de bajo nivel, centrada en los aspectos negativos de los opositores como si quienes la realizan no tuvieran nada positivo que ofrecer de sí mismos como candidatos o como Partido(4). Por quien haga: una campaña fundamentada en falsas promesas o en promesas irrealizables. (4) Ni por los candidatos ni por los partidos que hagan una promoción partidaria apoyada en las dádivas que fomentan el clientelismo.(4) Y menos aún que desde el poder se usen los fondos públicos y los servicios que ofrece el Estado, para tal propósito. (4) Por quien use la política: como un medio para el enriquecimiento grupal o personal y no como lo que verdaderamente debe ser, un servicio al bien común. (8). Peor aún, cuando el soporte económico de los partidos, en los períodos electorales, es sustentado con dinero sucio, ya sea procedente del narcotráfico, de los juegos de azar, de empresas evasoras de impuestos, o de fondos dilapidados del Estado. (8) Actuemos con la debida conciencia, digámosle no al clientelismo.(10) Ni por quienes usan: las prácticas corruptas de la compra de cédulas y cualquier otra acción fraudulenta. No vendamos nuestra conciencia a la hora de votar. Nadie se sienta obligado a votar por aquel que le ofrece dádivas. Es la conciencia la que debe determinar el voto no la retribución por una prebenda recibida o el amiguismo. (11)

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Segundo: ¿Por quién votar? Participemos conscientemente en la política, depositemos el voto por el candidato que: • nos parezca mejor en principios, en valores y en actitudes para ser un buen gobernante o un buen funcionario público. • Valoremos su honestidad, sus raíces familiares, • su testimonio de vida, • su espíritu de servicio a la comunidad, • su capacidad de administrar bien lo ajeno sin creerse dueño de lo que no le pertenece, y sus propuestas políticas. (10). • Por quien presente programa: que las actividades proselitistas se desarrollen en base a los programas que ofrezcan los partidos,(3). • Por quien realice su campaña basada en: una promoción publicitaria con sentido ecológico, que no ensucie el ambiente, saturando las calles y avenidas de afiches y letreros.(5) • Por quien haga una campaña electoral apoyada en principios, en valores y en programas, llevada con respeto y en sana coordinación con los opositores (6). Tercero: Algunos aspectos que debe incluir el programa de los candidatos Los obispos no intentan poner todos los temas que debe incluir el programa de los candidatos y partidos; simplemente señalan algunos de ellos. En primer lugar nos dicen que los candidatos deben presentar programas; segundo, que esos programas sean realizables; tercero, que respondan a las verdaderas necesidades del país: Es decir, se anhela que las actividades proselitistas se desarrollen en base a los programas que ofrezcan los partidos, su posibilidad de ejecución y atendiendo a las prioridades de los problemas que afectan en su conjunto a nuestra sociedad dominicana. (3) Una campaña electoral apoyada en principios, en valores y en programas, (6). Los invitamos por su propio bien y el de la Patria a no invertir en candidatos políticos pensando obtener beneficios futuros. (9) Les exhortamos a no ser indiferentes frente al manejo de las instituciones políticas. (10) Los programas deben tener propuestas claras para: • que fortalezca la democracia, • que sirva al bien común • y que oriente el país por los mejores senderos, desarrollando la economía, • fortaleciendo el sistema de salud y la educación, • creando fuentes de trabajo, • invirtiendo en la seguridad ciudadana, • mejorando nuestro sistema energético, • ofreciendo mejores oportunidades a la juventud; • que haga valer el imperio de la ley, • y en fin, un gobierno que no incluya en su cultura política ni la corrupción, ni la impunidad, ni el soborno,

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• ni sustente sus ingresos presupuestarios fomentando vicios que empeoran la salud social, como las bancas y juegos de azar, el exceso de bebidas alcohólicas; • que actúe con transparencia y que gobierne en función del bienestar de todos. (13) Programa con propuestas sobre: el Congreso se esfuerce con seriedad y responsabilidad a elaborar y aprobar la Ley de Partidos Políticos (14). Programa que contenga: una campaña educativa y de concienciación a todos los niveles sobre la paz, la hermandad, la tolerancia, el valor de la vida y el respeto al hermano y a su entorno y pertenencias. (17) Programas que lleven a: Invirtamos en un proceso educativo que nos ayude a todos a sentir la importancia del vivir en la paz y armonía con nuestros semejantes y con los demás seres de la creación. (17) Programas que presenten: un mayor esfuerzo de inversión en los cuerpos de seguridad del Estado. Es tiempo de que se mejoren los salarios de los agentes del orden, se les ofrezca mayor capacitación y mejores equipamientos para sus labores. (18) Los programas deben proponer cómo seguir mejorando nuestro sistema de salud, que se agilice la inclusión de todos los dominicanos en la seguridad social, que se tenga más cobertura en lo referente a las enfermedades catastróficas, que se mejoren los servicios hospitalarios y que se haga todo lo posible para que los sectores más pobres tengan acceso a medicamentos más baratos y eficientes. Que los hospitales públicos cuenten con mayor presupuesto, que sus recursos sean manejados con mayor pulcritud y transparencia (19).\ Los programas deben hacer propuestas de cómo mejorar la justicia en el país: No podemos seguir con un poder judicial amañado a intereses políticos, ni con jueces corruptos comercializadores de sentencias… Necesitamos una justicia apegada a la ley y que sea la misma para todos, sin importar su condición social, económica o política (21) Y presentar propuestas concretas sobre la ecología: Invitamos a seguir cuidando nuestros ríos, limpiando sus afluentes, forestando sus orillas, protegiendo nuestros bosques, manteniendo limpias nuestras casas, barrios, calles y avenidas. Cuidemos nuestros animales y especies, y sobretodo respetemos la integridad del ser humano (23) 7. Reflexión personal Cada uno piense y medite con estas preguntas: Es verdad eso de ¿por cuánto vas a votar? ¿Se realiza en nuestro pueblo? ¿Se pueden recibir los regalos y después no votar por el partido o candidato que nos los dio?¿Vamos a encontrar algún candidato que reúna las condiciones que nos ponen los obispos en el número 10, que hemos citado más arriba? No nos olvidemos de relacionar todo esto con la lectura del evangelio de hoy. Canto: Danos un corazón grande para amar, danos un corazón fuerte para luchar…

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8. Reflexión comunitaria Ponemos en común algunos de los aspectos que hemos reflexionado. ¿Ya sabemos por quién vamos a votar? ¿No tendremos que darnos algo más de tiempo para decidir los votos? ¿Estás consciente de que puedes votar por personas que llenen estas cualidades aunque sean de diversos partidos para los diferentes públicos? 9. Oración final Se colocan todos alrededor del Cirio Pascual y de la bandera dominicana. Ahora se va pasando la luz y la bandera dominicana de mano en mano. Cada uno pide al Señor Resucitado que ilumine con su Espíritu Santo a cada uno de los candidatos y a todos los votantes. Concluimos con esta oración: Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. / Nos sentimos heridos y agobiados. / Precisamos tu alivio y fortaleza. / Queremos ser nación, una nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común. / Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios para amar a todos sin excluir a nadie, a los pobres / y perdonando a los que nos ofenden, aborreciendo el odio y construyendo la paz. / Concédenos la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda. / Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor, junto con María, la Virgen de la Altagracia. Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. Amén. Se puede concluir con las manos juntas rezando el Padre Nuestro y el Avemaría. Se canta el Himno Nacional. 10. Cantos y momento alegre

Visitas con el Cirio Pascual 2016

Durante toda la Pascua hasta llegar con la misericordia del Resucitado a todas las casas (28 de Marzo-14 de Mayo)

Estamos de júbilo con el Señor de la misericordia Orientaciones para las Visitas con el Cirio Pascual: Desde la celebración de la Vigilia Pascual, el Cirio está presente en todas las fiestas importantes de la Iglesia; está presente en toda la vida del cristiano: el Cirio Pascual está encendido en el Bautismo y en la celebración de las exequias, es decir, la luz de Cristo debe alumbrar al cristiano en toda la vida y en el camino hacia la eternidad. Ese Cirio Pascual es el símbolo de Cristo Resucitado convertido en luz para cada persona y para el mundo; esa luz debe estar prendida en nuestro corazón. Para entender y vivir mejor el tiempo de Pascua, tiempo de alegría, de luz, de amor y de vida, se organiza esta actividad de Visitas con el Cirio. Actividad que se realiza para llevar la luz de Cristo a los hogares, sectores,

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comunidades, barrios y campos de todo nuestro país. Debemos aprovechar la actividad como una catequesis, una evangelización festiva, alegre, ya que el tiempo de Pascua es de luz, de alegría de fiesta. Por ello el Cirio Pascual se lleva en procesión festiva, acompañado de música. En muchos de nuestros sectores y comunidades podemos acompañarlo con tamboras, guitarras, maracas y con toda la alegría de la comunidad. La actividad tiene dos grupos distintos, el que lleva el Cirio por la calle o el camino, y el que lo recibe. El que va por la calle debe ser más numeroso; a la hora fijada, toman el cirio de la casa donde se celebró el día anterior, y con los instrumentos musicales antes citados, con cantos de alegría y de resurrección se dirigen hacia la casa dónde se va a recibir el Cirio y se realizará la celebración de ese día. El grupo que recibe el Cirio Pascual son las personas del hogar donde se realiza la celebración; lo esperan con alegría, la casa adornada y tienen un lugar apropiado para poner el cirio, con flores y luces, si es posible. Sí se recomienda un mantel blanco, el símbolo de la vida y del Resucitado. En la presente Guía, ponemos un esquema de seis días. Estos esquemas se van repitiendo durante las distintas semanas. Además del material propuesto aquí, podemos usar, en algunas ocasiones, sobre todo en el día que la comunidad tiene costumbre reunirse, los Encuentros de Evangelización del mes; así como también, algunos de los materiales del Vía Lucis, presentados en esta misma Guía Mensual del Plan de Pastoral. Los temas que proponemos están en relación con cuanto celebramos en este tiempo: en este año 2016, la Misericordia. En este mes de abril, El Jubilo o la alegría que provoca en nosotros la misericordia que el Señor ha tenido con nosotros. Para esta reflexión, todos los días, nos centraremos en la Palabra de Dios y nos ayudaremos de algunos textos del Papa Francisco, sacados de la Bula de convocación al año Jubilar de la Misericordia. Comenzamos citando en número 13 de dicho documento, en el que nos habla de la Palabra de Dios, de la Luz, de la misericordia y de la alegría, entre otras cosas: Queremos vivir este Año Jubilar a la luz de la palabra del Señor: Misericordiosos como el Padre. El evangelista refiere la enseñanza de Jesús: «Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso» (Lc 6,36). Es un programa de vida tan comprometedor como rico de alegría y de paz. Primera Visita

Jesús, Rostro de la misericordia de Dios 1. Ambientación: Preparar cantos alegres, de resurrección; arreglar un altar para colocar el cirio, adornarlo con flores y globos; las personas participantes pueden tener sus velas o velones disponibles, que utilizarán todos los días. 2. Entronización del Cirio: Al llegar a la casa que recibe la celebración, quien coordina (o una persona elegida, que puede ser alguien de la casa donde se realizó la celebración el día anterior), entrega el Cirio de manera solemne al encargado de la casa, diciendo:

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Coordinador: Reciban la luz de Jesús Resucitado, misericordia de Dios para nosotros. Los de la casa: ¡Bendito sea Jesús! Que su misericordia nos llene de alegría y de paz. Todos: ¡Aleluya, aleluya! Verdaderamente ha resucitado el Señor 3. Canto: de Aleluya o de resurrección

4. Motivación: Cristo es la mayor manifestación del amor y la misericordia del Padre para con nosotros y para el mundo. ¡Así amó Dios al mundo! Le dio al Hijo Único, para que quien cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió al Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se salve el mundo gracias a él (Jn 3,16-17). Dios nos entrega a su hijo para nuestro perdón y salvación no para condenarnos. Por eso decimos que el rostro, o la manifestación visible de la misericordia de Dios es Jesucristo. Debemos acercarnos al Padre y a Cristo con toda confianza, sin miedo, con amor y alegría ya que tenemos un Dios que nos salva, nos perdona y nos abraza. 5. Oración para todos los días: (para hacer la oración, todos encienden sus velas del Cirio Pascual; es la oración del Papa Francisco para el año de la Misericordia; o pueden elegir la que les parezca más conveniente). Señor Jesucristo, tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo, y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él. Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación. Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; a la adúltera y a la Magdalena de buscar la felicidad solamente en una creatura; hizo llorar a Pedro luego de la traición, y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido. Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana: ¡Si conocieras el don de Dios! Tú eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia: haz que, en el mundo, la Iglesia  sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso. Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error: haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios. Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres, proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos. Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. 6. Escuchemos la Palabra: Lucas 19, 1-10 Compartamos entre nosotros: • Jesús ha querido visitar esta casa como hizo con Zaqueo. ¿Estamos necesitados y necesitadas de la misericordia de Cristo?¿Qué llega a una casa cuando entra Jesús a ella?

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• ¿Por qué Jesús quiere entrar en nuestra casa? • ¿Qué tienen que hacer los de la casa para que la misericordia de Dios actúe en ese hogar? • ¿Cómo se ha manifestado esa misericordia de Jesús en esta casa? Canto: alegre. 7. Iluminación: Cristo ha sido enviado por el Padre para salvar la oveja perdida, para encontrarla y cargarla sobre los hombros, y ha venido a buscar a quien está alejado del amor y la misericordia de Dios. Somos pecadores, fallamos al amor de Dios, no tengamos miedo, Cristo es el intermediario y el Salvador. La celebración de la Pascua es precisamente el reconocer y aceptar a Cristo como el Dios de la Vida, el Dios de la vida digna, la manifestación o el rostro de la misericordia de Dios. Leamos y reflexionemos sobre dos párrafos del Papa Francisco en su Bula de convocación al Jubileo de la Misericordia: No. 7.- Mientras instituía la Eucaristía, como memorial perenne de Él y de su Pascua, puso simbólicamente este acto supremo de la Revelación a la luz de la misericordia. En este mismo horizonte de la misericordia, Jesús vivió su pasión y muerte, consciente del gran misterio del amor de Dios que se habría de cumplir en la cruz. No. 8.- Con la mirada fija en Jesús y en su rostro misericordioso podemos percibir el amor de la Santísima Trinidad. La misión que Jesús ha recibido del Padre ha sido la de revelar el misterio del amor divino en plenitud. «Dios es amor» (1 Jn 4,8.16), afirma por la primera y única vez en toda la Sagrada Escritura el evangelista Juan. Este amor se ha hecho ahora visible y tangible en toda la vida de Jesús. Su persona no es otra cosa sino amor. Un amor que se dona gratuitamente. Sus relaciones con las personas que se le acercan dejan ver algo único e irrepetible. Los signos que realiza, sobre todo hacia los pecadores, hacia las personas pobres, excluidas, enfermas y sufrientes llevan consigo el distintivo de la misericordia. En Él todo habla de misericordia. Nada en Él es falto de compasión. Vemos que el amor de Cristo no es teoría, sino amor misericordioso, principalmente con los más necesitados. Canto: Canto sobre la Misericordia de Dios con nosotros o de Resurrección. 8. Oración final: Hacemos unas oraciones de acción de gracias, de petición y terminamos con el Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria. 9. Cantos pascuales 10. Avisos 11. Brindis: recuerden que esto es optativo. Ninguna familia se va a quedar sin la visita con el Cirio Pascual por no poder brindar algo a quienes les acompañan. Al contrario, se darán ocasiones en que es la comunidad quien debe llevar el brindis o dejar algo para la casa donde se realiza la celebración, porque en ese hogar hay necesidades, o enfermedad, o carencias.

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Segunda visita La misericordia recibida de Dios nos llena de Júbilo 1. Ambientación: Preparar cantos alegres, de resurrección; arreglar un altar para colocar el cirio, adornarlo con flores y globos; las personas participantes pueden tener sus velas o velones disponibles, que utilizarán todos los días. 2. Entronización del Cirio: Al llegar a la casa que recibe la celebración, quien coordina (o una persona elegida, que puede ser alguien de la casa donde se realizó la celebración el día anterior), entrega el Cirio de manera solemne al encargado de la casa, diciendo: Coordinador: Reciban la luz de Jesús Resucitado, misericordia de Dios para nosotros. Los de la casa: ¡Bendito sea Jesús! Que su misericordia nos llene de alegría y de paz. Todos: ¡Aleluya, aleluya! Verdaderamente ha resucitado el Señor Canto: de Aleluya o resurrección

4. Motivación Dios es misericordioso con nosotros, con todos, con el mundo. Recordemos que, en el Antiguo Testamento, uno de los nombres de Dios es “El Misericordioso”. Esa misericordia se hace vida, persona en Cristo quien murió y resucito por nosotros. Experimentar el amor, la ternura y la misericordia de Dios nos llena de alegría, de júbilo. Recordamos que el Valor de este mes de abril es el Júbilo, esa alegría tan grande que nos lleva a manifestarla en gestos, cantos, signos externos. Un cristiano triste es porque no está aceptando, experimentando, sintiendo el amor de Dios; un cristiano triste es porque no se deja amar por Dios, porque no acepta la misericordia y el perdón que Dios le da gratuitamente. Pascua es tiempo de alegría desbordante, la Resurrección del Señor es motivo de júbilo para todo el mundo. 5. Oración: (para hacer la oración, todas las personas participantes, encienden sus velas en el Cirio Pascual; hacemos la oración puesta en el primer día, es la oración del Papa Francisco para el año de la Misericordia; o pueden elegir la que les parezca más conveniente). 6. Texto Bíblico: Mateo 28, 1-8 Compartamos entre nosotros: En la lectura de hoy, la primera noticia de la Resurrección de Cristo causa una gran alegría, • ¿por qué se alegran las mujeres? • El día que nos hemos encontrado de verdad con el Señor, ¿qué pasó en nuestras vidas?

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• ¿Nuestra vida de cristianos y cristianas es de alegría o de tristeza? • ¿Por qué los cristianos estamos llenos de alegría? Canto sobre la Palabra de Dios. 7. Iluminación: Los textos de la resurrección hablan muchas veces de la alegría de los discípulos al encontrarse con el Señor. También el texto que acabamos de leer habla de esa alegría. Mientras quienes no tienen fe (los guardias del sepulcro), se llenan de miedo, las mujeres, la gente del grupo de Jesús se llena de una “alegría inmensa”, es decir de un gran júbilo. No puede ser de otra manera; Cristo ha vencido a la muerte, la vida tiene sentido, tiene valor; desde entonces nuestra vida también tiene mucho valor. Cristo ha vencido a la muerte, todo lo que hizo, predicó, enseñó y prometió tiene sentido, tiene valor, porque no se ha quedado en el sepulcro sino que ha Resucitado. Por tanto, la misericordia de Dios Padre no se queda en palabras, el amor, y la misericordia de Cristo no se queda enterrada sino que es una realidad en nuestra vida. ¡Estamos vivos con Él! Experimentemos su amor y su misericordia y repartámosla con los demás, pongámosla en práctica, hagamos que la misericordia se extienda; hagamos que los frutos de la resurrección de Cristo, de su misericordia, y hoy en concreto el fruto de la alegría se extienda a mucha más personas. Si Dios, Cristo nuestro Dios, está vivo y nos ama, ¿quién tiene más motivos que nosotros para estar alegres? Nos dice el Papa en el número 2 del documento del Jubileo: Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre no obstante el límite de nuestro pecado. Misericordia es el acto por medio del cual Dios viene a nuestro encuentro, eso nos llena de alegría; pero misericordia es también el acto por medio del cual nosotros vamos al encuentro de los demás. Canto: sobre la misericordia de Dios con nosotros o de alegría por la Resurrección. 8. Oración final: Se levanta el Cirio en medio del grupo y se mueve según vaya el canto. Cada uno le expresa la alegría que tiene en su corazón por la misericordia con cada uno y cada una al morir y resucitar por nosotros. Terminamos con el Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria. 9. Cantos pascuales 11. Avisos 12. Brindis: si es posible.

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Tercera visita La misericordia con los demás se practica con alegría 1. Ambientación: Preparar cantos alegres, de resurrección; arreglar un altar para colocar el cirio, adornarlo con flores y globos; las personas participantes pueden tener sus velas o velones disponibles, que utilizarán todos los días. 2. Entronización del Cirio: Al llegar a la casa que recibe la celebración, quien coordina (o una persona elegida, que puede ser alguien de la casa donde se realizó la celebración el día anterior), entrega el Cirio de manera solemne al encargado de la casa, diciendo: Coordinador: Reciban la luz de Jesús Resucitado, misericordia de Dios para nosotros. Los de la casa: ¡Bendito sea Jesús! Que su misericordia nos llene de alegría y de paz. Todos: ¡Aleluya, aleluya!Verdaderamente ha resucitado el Señor.

3. Canto: de Aleluya o resurrección 4. Motivación Normalmente, la mayoría de la personas estamos más dispuestas a recibir que a dar. Y también nos da más alegría recibir favores, beneficios y misericordia que darlos a los demás. Pero recibimos la vida para entregarla y compartirla, lo mismo nos pasa con los dones de Dios, y en concreto con la Misericordia. Dios nos amó primero para que nos convirtamos en instrumentos de su misericordia con los demás. Ser misericordiosos, amar a los demás, perdonar, acoger y compartir debe ser también un motivo de alegría y de júbilo para los cristianos y cristianas. La resurrección de Cristo es la donación de la nueva vida por parte del Señor; es también el cumplimiento de todas sus palabras. La resurrección fue motivo de inmensa alegría para sus discípulos y lo debe ser para nosotros. 5. Oración: (Para hacer la oración, todas las personas participantes, encienden sus velas en el Cirio Pascual; hacemos la oración puesta en el primer día, es la oración del Papa Francisco para el año de la Misericordia; o pueden elegir la que les parezca más conveniente). 6. Escuchemos la Palabra: Hechos de los Apóstoles 20,32-35 La Resurrección de Cristo • ¿es motivo de alegría para ti y nosotros? ¿Por qué? • ¿Quién puede decir con hechos concretos que “hay más alegría en dar que recibir?¿Es verdad eso de que me alegro más cuándo doy que cuándo recibo? • ¿En qué medida puedo decir esas palabras de Pablo? • ¿Nos alegramos cuando podemos ayudar a otras personas o nos cuesta desprendernos de lo nuestro? • ¿Cuánto tiempo puedo darle al Señor empleándolo en acompañar o ayudar a alguien que me necesita?

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Llevemos la alegría del compartir a los demás, comenzando por las personas más cercanas. Canto sobre la alegría de dar y de darse. 7.- Iluminación: Cuando hemos experimentado la misericordia de Dios y nos vamos haciendo misericordiosos como El la alegría inunda nuestro corazones y podemos decir a boca llena que “hay más alegría en dar que en recibir”. Cuando perdonamos; cuando podemos ayudar a alguien y lo hacemos; cuando nos preocupamos por el barrio, la comunidad campesina, la patria; cuando cuidamos y valoramos la naturaleza; sentimos la satisfacción del bien realizado. El Señor nos pide descubrir que “hay más felicidad en dar que en recibir”. Se nos está pidiendo que seamos unas personas generosas en poner a disposición de las demás nuestros dones y nuestros bienes. Así estaremos felices porque la vida es más vida cuando la damos y compartimos. Leamos lo que nos dice el Papa Francisco en el número 16 de la Bula del Jubileo: En el Evangelio de Lucas encontramos otro aspecto importante para vivir con fe el Jubileo. El evangelista narra que Jesús, un sábado, volvió a Nazaret y, como era costumbre, entró en la Sinagoga. Lo llamaron para que leyera la Escritura y la comentara. El paso era el del profeta Isaías donde está escrito: « El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor » (61,1-2). “Un año de gracia”: es esto lo que el Señor anuncia y lo que deseamos vivir. Este Año Santo lleva consigo la riqueza de la misión de Jesús que resuena en las palabras del Profeta: llevar una palabra y un gesto de consolación a los pobres, anunciar la liberación a cuantos están prisioneros de las nuevas esclavitudes de la sociedad moderna, restituir la vista a quien no puede ver más porque se ha replegado sobre sí mismo, y volver a dar dignidad a cuantos han sido privados de ella. La predicación de Jesús se hace de nuevo visible en las respuestas de fe que el testimonio de los cristianos está llamado a ofrecer. Nos acompañen las palabras del Apóstol: «El que practica misericordia, que lo haga con alegría » (Rm 12,8). Canto: Danos un corazón grande para amar u otro parecido. 8. Oración final: Con las velas encendidas hacemos una oración de petición. Nos ponemos en círculo, y quien hace la oración se pone en el centro con la vela en alto hace su petición; se retira y sale otra persona a hacer su petición. Terminamos juntos, en círculo, con las velas en alto y rezando el Padre Nuestro, Ave María y Gloria. 9. Cantos pascuales 10. Avisos 12. Brindis: si es posible.

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Cuarta visita La misericordia es el amor concreto y practicado 1. Ambientación: Preparar cantos alegres, de resurrección; arreglar un altar para colocar el cirio, adornarlo con flores y globos; las personas participantes pueden tener sus velas o velones disponibles, que utilizarán todos los días. 2. Entronización del Cirio: Al llegar a la casa que recibe la celebración, quien coordina (o una persona elegida, que puede ser alguien de la casa donde se realizó la celebración el día anterior), entrega el Cirio de manera solemne al encargado de la casa, diciendo: Coordinador: Reciban la luz de Jesús Resucitado, misericordia de Dios para nosotros. Los de la casa: ¡Bendito sea Jesús! Que su misericordia nos llene de alegría y de paz. Todos: ¡Aleluya, aleluya! Verdaderamente ha resucitado el Señor. Canto: de Aleluya o resurrección.

4. Motivación Vivimos en un mundo de promesas, y más en este tiempo de campaña electoral. Sabemos que muchas, la mayoría de esas promesas electorales de trabajar por el bien del país, de ayudar al desarrollo de los más empobrecidos, de solucionar la violencia y la corrupción, de… se quedan en promesas. Puede pasarnos lo mismo a nosotros y nosotras, que tenemos buenas intenciones de amar, perdonar, comprometernos en ayudar y dedicar tiempo a las obras de misericordia, pero… nos quedamos, muchas veces, también en promesas, en buenas intenciones. Gracias a Dios que El siempre cumple lo prometido, y que actúa sin haber prometido nada. Gracias a Dios que su “ternura y su misericordia son eternas”, pero lo son en la práctica. De ello tenemos muchas experiencias personales. 5. Oración: (para hacer la oración, todas las personas participantes, encienden sus velas en el Cirio Pascual; hacemos la oración puesta en el primer día, es la oración del Papa Francisco para el año de la Misericordia; o pueden hacer la que les parezca más conveniente). 6. Escuchemos la Palabra: Éxodo 3, 1-10. Santiago 2,14-23 Hemos puesto dos textos para la reflexión. Uno es para mirar la misericordia práctica de Dios; el otro para pedirnos que nuestro amor, caridad y misericordia sea también práctica. • ¿En qué momentos de mi vida he sentido esa misericordia práctica de Dios sin haberla merecido? • ¿Cómo entendemos esa frase del Papa: La misericordia de Dios es su responsabilidad por nosotros? • ¿Podremos ser misericordiosos con la patria?

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• ¿Podemos tomar conciencia de qué nos pide Dios sobre nuestra patria en estos momentos de elecciones? • Pensemos que estamos llamados a ser tan misericordiosos con los demás, como Dios lo es con nosotros: ¿cuán misericordioso es Dios conmigo y cuánto lo soy con los demás? Sólo en la medida que seamos misericordiosos con hechos concretos habrá júbilo en nuestras vidas. Podríamos decir: Dime cuán misericordioso eres y te diré cuán grande es tu alegría. Canto sobre la práctica de la misericordia. 7. Iluminación: Este tema es central en la Palabra de Dios. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, Dios actúa, no se queda con los brazos cruzados. La misericordia es práctica y la realiza. Vemos a Jesús predicando, pero también actuando contra el mal, contra todo tipo de mal, ayuda a quien lo necesita en cuanto lo necesita. Y ese es su mandato para con nosotros. El texto de Éxodo que hemos citado es uno de los clásicos en este aspecto del actuar de Dios: Él mira, escucha, lo entiende, lo pone en su corazón y actúa, baja a liberar a su pueblo de la esclavitud. Lo hace por medio de intermediarios, de Moisés en este caso. Hoy, la Misericordia de Dios es también práctica, no se queda en las nubes, sino que decide ayudar, liberar, perdonar, ser tierno con las personas necesitadas. Lo sigue haciendo por medio de intermediarios, lo quiere hacer por medio de nosotros y nosotras, de nuestra misericordia. Estamos llamados a ser los instrumentos, los intermediarios entre Dios y las personas en necesidad. Hagamos que la misericordia de Dios sea hoy real, práctica. Seamos instrumentos eficaces del amor, la ternura, el perdón y la sanación de Dios en esta sociedad que vivimos. Escuchemos qué nos dice el Papa con relación a este tema: Como se puede notar, la misericordia en la Sagrada Escritura es la palabra clave para indicar el actuar de Dios hacia nosotros. Él no se limita a afirmar su amor, sino que lo hace visible y tangible. El amor, después de todo, nunca podrá ser una palabra abstracta. Por su misma naturaleza es vida concreta: intenciones, actitudes, comportamientos que se verifican en el vivir cotidiano. La misericordia de Dios es su responsabilidad por nosotros. Él se siente responsable, es decir, desea nuestro bien y quiere vernos felices, colmados de alegría y serenos. Es sobre esta misma amplitud de onda que se debe orientar el amor misericordioso de los cristianos. Como ama el Padre, así aman los hijos. Como Él es misericordioso, así estamos nosotros llamados a ser misericordiosos los unos con los otros (MV 9).. Canto: “Tuve hambre y me diste de comer”. 8. Oración final. Todos se colocan alrededor del Cirio. Se puede llevar algo de comida o alguna ropa para compartir. Se van pasando estos elementos y se va ofreciendo al Señor algunas obras de misericordia que hayamos hecho personalmente o como grupo o comunidad en nuestro Sector.

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O alguna acción hecha a favor del desarrollo del Sector. Se termina con el Padre Nuestro y Avemaría y un sentido abrazo de paz. 9. Cantos pascuales 10. Avisos 11. Brindis: si es posible. Quinta visita El perdón trae júbilo y paz en el corazón 1. Ambientación: Preparar cantos alegres, de resurrección; arreglar un altar para colocar el cirio, adornarlo con flores y globos; las personas participantes pueden tener sus velas o velones disponibles, que utilizarán todos los días. 2. Entronización del Cirio: Al llegar a la casa que recibe la celebración, quien coordina (o una persona elegida, que puede ser alguien de la casa donde se realizó la celebración el día anterior), entrega el Cirio de manera solemne al encargado de la casa, diciendo: Coordinador: Reciban la luz de Jesús Resucitado, misericordia de Dios para nosotros. Los de la casa: ¡Bendito sea Jesús! Que su misericordia nos llene de alegría y de paz.

Todos: ¡Aleluya, aleluya! Verdaderamente ha resucitado el Señor. 3. Canto: de Aleluya o resurrección

4. Motivación Una de las mayores manifestaciones del amor humano es el perdón de las ofensas. Dios es amor, Dios es perdón, esto lo sentimos y vivimos en nuestra propia vida porque somos constantemente perdonados por la misericordia de Dios. La Pascua, la muerte y resurrección de Cristo ha sido la entrega total, el sacrificio del perdón para toda la humanidad. Ese perdón lo expresa Cristo después de resucitado, ya que nos trae la paz personal, la alegría de sabernos salvados; además nos envía a perdonar con la fuerza y la gracia del Espíritu Santo. Esto hace que el tiempo de Pascua sea tiempo de amor, perdón, misericordia y alegría. Vivámoslo de esta manera, recibiendo el perdón y perdonando a los demás 5. Oración: (para hacer la oración, todas las personas participantes, encienden sus velas en el Cirio Pascual; hacemos la oración puesta en el primer día, es la oración del Papa Francisco para el año de la Misericordia; o pueden hacer la que les parezca más conveniente. 6. Texto Bíblico: Juan 20,19-23 • ¿Qué nos dice con relación al perdón este Evangelio? • ¿Cuánto me perdona Dios?

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• ¿Quién puede dar testimonio de que al personar su vida se llenó de alegría y paz? • ¿Estoy dispuesto a recibir el perdón y a perdonar a quien nos ha ofendido? Canto sobre el perdón. 7. Iluminación: Cristo Resucitado nos da la paz, su paz; nos da el Espíritu Santo para que nos dediquemos a perdonar a los demás. El perdón que Cristo nos ha ganado con su muerte y resurrección lo debemos compartir con quienes nos han ofendido. A quienes no les perdonemos, les quedan sin perdonar; esto se refiere al sacramento del perdón, pero se refiere a cada uno de nosotros y nosotras. ¿Habrá muchas personas sin perdonar porque nosotros no les hemos perdonado? Este tiempo de Pascua nos lleva a la alegría de sabernos perdonados, salvados por la muerte y resurrección de Cristo y nos debe llevar al compromiso de seguir siendo instrumentos del perdón de Dios para con los demás, porque les perdonamos. Este perdón repartido nos dará la alegría que tiene el Padre cuando nos perdona a nosotros. El perdón es fruto de la Resurrección como lo hemos visto en el texto bíblico de hoy y como lo veremos a continuación en el texto del Papa. Escuchamos tres textos del Papa. “El perdón de Dios por nuestros pecados no conoce límites. En la muerte y resurrección de Jesucristo, Dios hace evidente este amor que es capaz incluso de destruir el pecado de los hombres. Dejarse reconciliar con Dios es posible por medio del misterio pascual y de la mediación de la Iglesia. Así entonces, Dios está siempre disponible al perdón y nunca se cansa de ofrecerlo de manera siempre nueva e inesperada (MV 22). En las parábolas dedicadas a la misericordia, Jesús revela la naturaleza de Dios como la de un Padre que jamás se da por vencido hasta tanto no haya disuelto el pecado y superado el rechazo con la compasión y la misericordia. Conocemos estas parábolas; tres en particular: la de la oveja perdida y de la moneda extraviada, y la del padre y los dos hijos (cfr Lc 15,1-32). En estas parábolas, Dios es presentado siempre lleno de alegría, sobre todo cuando perdona. En ellas encontramos el núcleo del Evangelio y de nuestra fe, porque la misericordia se muestra como la fuerza que todo vence, que llena de amor el corazón y que consuela con el perdón. …(MV 9). “Sin el testimonio del perdón, sin embargo, queda solo una vida infecunda y estéril, como si se viviese en un desierto desolado. Ha llegado de nuevo para la Iglesia el tiempo de encargarse del anuncio alegre del perdón. Es el tiempo de retornar a lo esencial para hacernos cargo de las debilidades y dificultades de nuestros hermanos. El perdón es una fuerza que resucita a una vida nueva e infunde el valor para mirar el futuro con esperanza” (MV 10). Canto sobre el perdón. 8. Oración final. Hoy vamos a rezar tres veces el Padre Nuestro, lo hacemos muy despacio, y nos detenemos en: “perdónanos nuestras deudas, así

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como nosotros perdonamos a quien nos ofende”, en ese momento de silencio pongo ante el Señor a la persona a quien voy a perdonar; así cada una de las tres veces, de manera que pongo tres personas distintas a quienes me debo acercar con el perdón. Luego, se dan un abrazo de perdón mutuo. 9. Cantos pascuales 10. Avisos 11. Brindis: si es posible. Sexta visita María nos descubre la ternura, la misericordia y la alegría de Dios 1. Ambientación: Preparar cantos alegres de resurrección, hoy se pueden poner cantos marianos; arreglar un altar para colocar el cirio, adornarlo con flores y globos; las personas participantes pueden tener sus velas o velones disponibles. 2. Entronización del Cirio: Al llegar a la casa que recibe la celebración, quien coordina (o una persona elegida, que puede ser alguien de la casa donde se realizó la celebración el día anterior), entrega el Cirio de manera solemne al encargado de la casa, diciendo: Coordinador: Reciban la luz de Jesús Resucitado, misericordia de Dios para nosotros. Los de la casa: ¡Bendito sea Jesús! Que su misericordia nos llene de alegría y de paz Todos: ¡Aleluya, aleluya! Verdaderamente ha resucitado el Señor.

3. Canto: Alégrate María: El Señor ha estado grande a Jesús resucitó…(O alguno de la Virgen y la resurrección) 4. Motivación Muchos se preguntan ¿dónde estaría María los días de la Resurrección de su Hijo? Parece que en ningún lugar de la Biblia lo dice claramente, pero sí lo da a entender: María estaba con Juan, porque el mismo discípulo dice en su Evangelio, que desde el momento de la Cruz la recibió en su casa. La Casa de Juan era la de los discípulos, y donde estaba uno estaban todos. Por tanto María estaba con los discípulos en aquellos días de dudas y de alegrías. Estaba viendo y encontrándose con su Hijo, gozando de su presencia y su misericordia; después estaba animando y acompañando a los discípulos, a los otros hijos para que no abandonasen la misión encomendada. María sigue animándonos, mostrándonos la misericordia, el amor y la ternura que Dios sintió por ella. 5. Oración: La oración de hoy puede ser un poco distinta, podemos recitar o cantar el Magníficat Lc1,46-55) (El Señor hizo en mí maravillas) en cu-

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alquiera de sus versiones, ya que, María, canta con júbilo a la presencia de Dios en la historia, al amor y misericordia de Dios con su pueblo por todas las generaciones. 6. Escuchemos: Hechos de los Apóstoles 1,12-14 • ¿Con quiénes está María? • ¿Qué hace en medio de ellos? • ¿Quién puede contar lo que María ha hecho en su vida que le ha llenado de alegría? • ¿Cómo hemos experimentado los dominicanos y dominicanas la presencia maternal de María a lo largo de nuestra historia? • ¿Qué diría María a nuestros políticos y dirigentes en este momento de elecciones? Pidámosle a María que “vuelva a nosotros esos sus ojos misericordiosos”, para que tengamos misericordia de los demás, comenzando por los de más cerca, pero siendo misericordiosos con las necesidades de nuestro país. Canto a María 7. Iluminación: La Virgen María es una prueba grande del amor y ternura de Dios con la humanidad; la criatura elegida para ser la madre que trajera al mundo al “rosto de la misericordia de Dios”. Ella lo sabe y con humildad lo reconoce, sabe que Dios elige sin méritos propios, tampoco ella tenía méritos para ser la madre de Cristo. Pero así es Dios, que elige por puro amor; nos sigue eligiendo por puro amor. Después de resucitado Jesús, María, estaba en toda la vida de los Apóstoles. Lo concluimos porque “desde ese momento el discípulo (Juan) se la llevó a su casa” Jn 20,27; es decir, donde esté Juan está María. Y el texto que acabamos de leer de Hechos nos dice que estaba en la Ascensión, porque desde el monte de la ascensión “todos” se fueron a Jerusalén, entre ese todos cita a “María la madre de Jesús”. Volvemos a mirar a María cantando llena de júbilo al Señor ese canto agradecido al decir “se alegra mi espíritu en Dios mi salvador”… “desde ahora me felicitarán todas las generaciones”… es un canto de júbilo por el amor de Dios a María y, en ella, a toda la humanidad. “Porque ha mirado la humildad de su esclava”; Dios mira y se conmueve ante la pequeñez de María y ante nuestra pobreza, pecado, miedo… El Dios que se encarnó en María se sigue haciendo presente en nuestra vida, por eso es tiempo de alegría y de tener misericordia con los demás. Con el Papa Francisco podemos decir que: “El pensamiento se dirige ahora a la Madre de la Misericordia. La dulzura de su mirada nos acompañe en este Año Santo, para que todos podamos redescubrir la alegría de la ternura de Dios. Ninguno como María ha conocido la profundidad del misterio de Dios hecho hombre. Todo en su vida fue plasmado por la presencia de la misericordia hecha carne. La Madre del Crucificado Resucitado entró en el santuario de la misericordia divina porque participó íntimamente en el misterio de su amor…

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…Al pie de la cruz, María junto con Juan, el discípulo del amor, es testigo de las palabras de perdón que salen de la boca de Jesús. El perdón supremo ofrecido a quien lo ha crucificado nos muestra hasta dónde puede llegar la misericordia de Dios. María atestigua que la misericordia del Hijo de Dios no conoce límites y alcanza a todos sin excluir a ninguno. Dirijamos a ella la antigua y siempre nueva oración del Salve Regina, para que nunca se canse de volver a nosotros sus ojos misericordiosos y nos haga dignos de contemplar el rostro de la misericordia, su Hijo Jesús (MV 24). Canto a María 8. Oración final: Hagamos una oración de petición, poniendo a María como intercesora de nuestras necesidades; oremos por la patria y por las próximas elecciones. Terminamos recitando despacio la Salve, es decir el “Dios te salve, reina y madre de misericordia…” 9. Cantos pascuales 10. Avisos 11. Brindis: si es posible.

VIA LUCIS 2016 Caminemos con Jesús Resucitado, contemplando su luminosa misericordia Orientaciones para el Via Lucis: Avisar y motivar a la comunidad a participar. Preparar con tiempo las estaciones y sus lectores así como los cantos apropiados. Elegir lugares para las mismas que sirvan para transmitir el mensaje a mayor número de personas posibles. Preparar una carroza (o un medio de transporte, dependiendo de las posibilidades de cada lugar) con el cirio pascual, coro y equipo de sonido si la comunidad participante es numerosa. Pedir a las personas que lleven velas. Hacer pancartas alusivas a la alegría, la misericordia, el compartir, la vida, la resurrección. Entre estaciones hacemos canciones, mientras se camina a la próxima estación. Motivación inicial: La Pascua es tiempo de gozo y felicidad al comprobar que la cruz no tuvo la última palabra sobre Jesús, de ahí que nuestro itinerario nos proponga el “júbilo” como valor a enfatizar en este mes, recordándonos que los apóstoles “se llenaron de alegría al ver al Señor”(Jn 20,20). La resurrección del Maestro nos reporta una paz alegre, porque su final no fue la derrota con la muerte en cruz, sino dejar vacío el sepulcro e ir

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visitando sus amigos, fortaleciéndoles en su decisión de extender la Buena Noticia del amor del Padre, que nos entregó su Hijo, que murió y resucitó para nuestra propia salvación. Con su resurrección, Jesús estará 50 días con sus amigos, favoreciendo su fe, esperanza y fortaleciéndoles en su decisión de realizar la misión para la que fueron elegidos. Durante esos días, el Maestro se les aparecerá de improviso, sin anunciarse y sin que lo estén esperando y los deja llenos de confianza, de alegría, de paz y nos llena de su nueva luz. En el Vía Lucis, caminamos con Jesús Resucitado dejándonos llenar de su Luz, de su alegría y de su paz para así ser cada vez más como El misericordiosos como el Padre. Quien preside: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Oremos: Señor Jesús, / Con tu Resurrección triunfaste sobre la muerte y vives para siempre comunicándonos la vida, / la alegría, la esperanza firme. Tú que fortaleciste la fe de los apóstoles, /de las mujeres y de tus discípulos / enseñándolos a amar con obras, / fortalece también nuestro espíritu vacilante, / para que nos entreguemos de lleno a Ti. Queremos compartir contigo y con tu Madre Santísima / la alegría de tu Resurrección gloriosa. Tú que nos has abierto el camino hacia el Padre, / haz que, iluminados por el Espíritu Santo, / gocemos un día de la gloria eterna. Amen Se inicia el camino y se canta hacia la Primera Estación Primera estación ¡Cristo vive, ha resucitado! (Mt 28, 5-6) Indicación: Dedicada a los niños y niñas, que son expresión de vida y esperanza del futuro. Llevan el Cirio Pascual y velas encendidas. V/. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya. R/. Como anunciaron las Escrituras. Aleluya. V/. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. R/. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Leamos Mateo 28, 1-6. Meditemos: Jesús Resucitado es el centro de nuestra fe. Fue crucificado como uno de los peores delincuentes. Seria depositado en la fosa común. Pero ¡no! Estrenó un sepulcro bien sellado, pero la piedra fue corrida para que saliera del mismo caminando gloriosamente, iluminado y fortalecido después de haber vencido la muerte. ¡El venció la cruz y el pecado! Ese es nuestro líder y Maestro. Vivo para darnos vida. Resucitado para que vivamos con la esperanza en nuestra pascua, que nos anima en medio de las dificultades del diario vivir. ¡Qué gesto tan misericordioso! En este momento recordamos a los niños que llenos de vida nos hacen descubrir a Jesús el Viviente. Rogamos por ellos y sus catequistas para que siempre tengan a Jesús vivo en sus corazones.

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Oración: Los niños alaban al Señor Resucitado. Se termina con esta oración: Señor, que tu vida gloriosa nos anime a defender y vivir la vida como la más grande gracia que de ti hemos recibido. Que así nos sintamos enviados para servir. Se continua cantando hacia la próxima Estación Segunda estación Jesús se encuentra con María Magdalena. (Jn20,18) Indicación: Esta estación se dedica a las mujeres comprometidas con el Señor en medio de su pueblo. Ellas llevan el Cirio y lo rodean encendiendo sus luces y llevando flores al Resucitado. V/. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya. R/. Como anunciaron las Escrituras. Aleluya. V/. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. R/. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Leamos Juan 20, 11-18 Meditemos: Otro gesto misericordioso de Jesús para con los suyos. En este momento, con María Magdalena, la primera testigo de su resurrección. Lloraba desconsolada porque no encontraba el cuerpo de su Señor y no entendía el porqué de esa desaparición. ¡Cuál no sería su inmensa alegría al escucharlo y reconocerlo! Con razón quería abrazarlo. Es como el reencuentro con alguien a quien hace tiempo no se ve. Sigamos abrazando con la alegría de la Resurrección a quienes tenemos al lado, porque ellos representan a Jesús que nos fortalece en la Eucaristía y la comunión con los demás. Oración: Las mujeres presentes expresan su amor a Jesús y renuevan su compromiso de entregarse a El sirviendo y abrazando a los más necesitados. Se concluye con esta oración: “Amado Jesús, que nuestros brazos sean instrumentos de bendición para todos aquellos a quienes los extendamos en un tierno y reconfortante abrazo de acogida y esperanza hacia un mundo mejor”. Se continúa cantando hacia la próxima Estación Tercera estación Jesús se aparece a las mujeres. (Mt 28,9) Indicación: Dedicado a las misioneras de nuestra Parroquia y sectores. Ellas llevan el Cirio Pascual y rodean el Cirio Pascual. Se acercan con Biblias en las manos. V/. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya. R/. Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.

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V/. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. R/. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Leamos Mateo 28, 1-9 Meditemos: ¡Qué diferencia entre este encuentro y el que tuvo Jesús cuando iba hacia el calvario! Ahora no les recomienda que lloren por ellas y sus hijos. Todo lo contrario. Les dice que se alegren y les permite acercarse y que le abracen. ¡Con cuánta reverencia se postraron todas ante el Maestro Resucitado y triunfante! Con abrazarle los pies estaban felices. Este es su Señor; su Jesús a quien aman y desean transparentar en sus actuaciones. A quien desean adorar con el más grande y reverencioso abrazo. Y ellas corren felices a comunicar llenas de alegría que han visto al Señor y a decirles lo que El les dijo. Así hacen nuestras mujeres misioneras que con tanto amor a Jesús y con gran misericordia por su pueblo van anunciando la alegría de Jesús Resucitado. Oración. Las misioneras presentes dan gracias al Señor por haberlas elegido para ser testimonio viviente de su misericordia. Se concluye con esta oración. Señor Jesús, que vivamos siempre alegres, mirando alto porque Tú nos ganaste la Vida que perdura, además de la motivación para la caridad humilde y atenta a las necesidades del prójimo. Se continúa cantando hacia la próxima Estación Cuarta estación Los soldados custodian el sepulcro de Jesús. (Mt 28,11) Indicación: Dedicada a los jóvenes. Ellos llevan el Cirio Pascual y llevan algunas palmas en sus manos para manifestar la victoria de Jesucristo y de todos los que son sus testigos. V/. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya. R/. Como anunciaron las Escrituras. Aleluya. V/. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. R/. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Leamos Mateo 28, 11-15 Meditemos: A pesar de que Jesús había muerto en la Cruz y había sido sepultado, tenían miedo de El y pusieron guardias para que cuidaran el sepulcro de Jesús. Los dirigentes decían: había que evitar cualquier artimaña para seguir confundiendo a los ingenuos y temerosos. Pero, la mentira y las componendas de los poderosos no pudo acallar y reprimir la alegría de haber visto al Señor Resucitado y haber experimentado su presencia. Pensemos en tantos hermanos cristianos que sufren persecución por testimoniar la fe en el Señor Resucitado y por cumplir la misión que El nos ha confiado en este mundo.

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Por eso, animémonos con estas palabras del Papa en la República Centroafricana donde los cristianos viven su fe en medio de mucha violencia y desprecio: “Sean testigos de la alegría que viene del encuentro con Jesús. Que ella los transforme, que haga su fe más fuerte, más sólida, para superar los temores y profundizar cada vez más en el proyecto de amor que Dios tiene para con ustedes. Dios quiere lo mejor para todos sus hijos”. Oración. En este momento los jóvenes piden al Señor por los cristianos perseguidos en tantas partes del mundo y le piden que los refuerce con su luz y con su amor. Se termina con esta oración: Señor Dios nuestro, que custodiemos efectivamente la alegría de conocerte, amarte y testimoniarte, de forma que seamos fieles transparentes de tu inmenso amor, que no persigue otra cosa que nuestra felicidad hasta la eternidad. Se continúa cantando hacia la próxima Estación Quinta estación Pedro y Juan contemplan el sepulcro vacío. (Jn 20,3-10) Indicación: Dedicada a los hombres comprometidos en algún servicio a la comunidad. Ellos llevan el Cirio Pascual y una vela encendida. V/. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya. R/. Como anunciaron las Escrituras. Aleluya. V/. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. R/. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Leamos Juan 20, 1-10 Meditemos: Asombro alegre fue para Pedro y Juan contemplar que Jesús no seguía muerto. Se había marchado dejando suelto el vendaje que le cubrió mientras estuvo derrotado. Ese amigo y líder triunfante lo hacemos presente favoreciendo ambiente armonioso donde quiera que nos movamos como cristianos. Siempre que resistamos las tentaciones a olvidarnos de quien nos amó hasta el extremo y de hacer lo mismo con los más necesitados. Recordamos a todos los hombres comprometidos con Jesús y que trabajan por su Reino. Recordamos al Papa Francisco, a nuestros Obispos, presbíteros, diáconos, ministros, catequistas, misioneros, los que se comprometen en la acción y la lucha social para hacer presente la misericordia de Dios y su Reino de amor, verdad y justicia. Oración. Los hombres comprometidos con algún servicio en la comunidad piden fuerzas al Resucitado para seguir encendiendo la misericordia del Señor en los corazones de aquellos que se les han encomendado. Se concluye con esta oración: Maestro amado, excelente artífice de la paz, ayúdanos a demostrar con nuestra conducta diaria, que los valores que orientan nuestras vidas son los que viviste desde tu nacimiento y que nos reportan la paz de vivir como verdaderos hermanos. Se continúa cantando hacia la próxima Estación

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Sexta estación Jesús en el Cenáculo muestra sus llagas a los Apóstoles. (Lc 24,36-43) Indicación: Dedicado a los que trabajan en la Pastoral Social enfrentando y buscando soluciones a los problemas del Sector y del país, venciendo el miedo. Ellos y ellas llevan el Cirio Pascual y llevan algunos signos de su trabajo por la sociedad. V/. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya. R/. Como anunciaron las Escrituras. Aleluya. V/. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. R/. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Leamos: Lucas 24, 36-43 Meditemos: Cuantas oportunidades nos impide aprovechar el miedo. En ocasiones, el miedo es el mayor obstáculo para lograr los objetivos propuestos y los resultados esperados. Por miedo no reconocemos las posibilidades, huimos de comprometernos en el servicio y la entrega, rechazamos propuestas, o nos estancamos negándonos la oportunidad de crecer. Pero Jesús tiene siempre la mejor respuesta ante nuestra tentativa de no reconocerle. No solo muestra sus llagas. También se pueden tocar y ofrecerle alimentos. Recordamos a todas las personas que con las fuerzas que les da el Resucitado se afanan por buscar soluciones a tantos problemas que existen en nuestros Sectores. Pidamos al Señor que les confirme en su servicio, sobre todo, por las veces que se desaniman y se desalientan en su misión. Y, así alimentados con el Pan de la Palabra y de la Eucaristía permanezcan firmes realizando su servicio al Reino de Dios. Oración. En este momento, los que trabajan por el bien social del pueblo piden al Señor las energías de su Resurrección para llegar hasta el final. Se concluye con esta oración: Señor Jesús, que aprendamos de ti a mostrar toda conducta y gesto que facilite el acercamiento de quienes más te necesitan y no te conocen. Que hagamos de nosotros la recomendación del Papa Francisco a sus sacerdotes, ser cristianos con olor a ovejas, porque basta con que queramos anunciar la Buena Noticia y atraer testigos a tu amor. Se continúa cantando hacia la próxima Estación Séptima estación El Camino de Emaús. (Lc 24,13-32) Indicación: Dedicada a los que trabajan en la Pastoral de la Salud, cuidando a los enfermos y apoyando sus familiares. Ellos llevan el Cirio Pascual y lo acompañan con algún signo de su servicio. V/. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya. R/. Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.

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V/. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. R/. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Leamos Lucas 24, 13-32 Meditemos: Los entristecidos discípulos de Emaús se volvían desilusionados a su pueblo. Supieron contarles sus penas a quien se unió a ellos en el camino. He aquí que era Jesús que con su presencia, su explicación de las Escrituras, y al partir el pan de la Eucaristía se les abre la mente y el corazón de tal modo que corren de prisa a contarle a los de comunidad que habían sentido la alegría grande de haberlo visto. Hoy como ayer el Señor hace arder nuestros corazones y nos mueve a correr a contar lo que nos ha pasado al encontrarlo. Oremos por todos los que llevan consuelo y esperanza a los enfermos y a todos los que sufren. Recordamos a los que trabajan en la Pastoral de la Salud y pedimos al Señor que a través de ellos los enfermos y sus familiares experimenten la misericordia del Señor. Oración. Los que trabajan con los enfermos presentan al Señor su trabajo y piden por su salud y su paz. Se termina con esta oración: Señor Jesús, que te hiciste el encontradizo con los discípulos de Emaús, le explicaste las Escrituras y dejaste que te reconocieran al partir el pan, te agradecemos el haberte quedado junto a nosotros y aportarnos la alegría de compartirte con nuestros hermanos y aquellos a quienes nos llevas a ganar para ti. Se continúa cantando hacia la próxima Estación Octava estación Jesús da a los apóstoles el poder de perdonar los pecados. (Jn 20,19-23) V/. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya. R/. Como anunciaron las Escrituras. Aleluya. V/. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. R/. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Leamos: Juan 20, 19-23. Meditemos: La invitación del Papa Francisco a trabajar por la paz, es el eco de la paz que nos dejó el Maestro cuando se presentó a sus discípulos y los envió. La paz que reporta la reconciliación con nosotros mismos, con nuestros hermanos y con Dios. La paz de sabernos perdonados por los sacerdotes mediante el poder del Espíritu Santo que les transmitió Jesús. Oración. Señor, haznos instrumentos de paz y bendición para todos aquellos que encontremos en nuestro caminar. Concédenos la gracia de saber pedir perdón y perdonar cualquier ofensa que recibamos. Se continúa cantando hacia la próxima Estación

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Novena estación Jesús fortalece la fe de Tomás. (Jn 20, 26-29) Indicación: Dedicada a los adolescentes y a quienes trabajan con ellos. Ellos llevarán el Cirio Pascual y luces encendidas. V/. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya. R/. Como anunciaron las Escrituras. Aleluya. V/. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. R/. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Leamos: Lucas 20, 26-29 Meditemos: Tomás pide ver para creer; quiere pruebas de que en verdad su Maestro ha resucitado. Jesús tiene la gran misericordia de permitirle verlo y tocar sus manos y su costado y de llevarlo a confesar su fe de tal modo que todavía hoy la repetimos convencidos y alegres: “Señor mío y Dios mío”. También, hoy Jesús sigue acercándose a los que dudan o le niegan despertando ellos la fe. Recordemos que nosotros somos presencia del Señor para los hermanos y que tenemos el compromiso de vivir de tal manera el Evangelio que viéndonos a nosotros los demás pueden descubrir a Jesús. Oramos por los adolescentes `para que en esa etapa de la vida donde surgen tantas preguntas y se busca la verdad ellos puedan descubrir a Jesús y seguirlo de todo corazón con una fe firme y decidida. Oración: Los adolescentes expresan con sus palabras su fe en el Señor. Se concluye rezando el Credo. Se continúa cantando hacia la próxima Estación Décima estación Jesús resucitado en el Lago de Galilea. (Jn 21, 1-6) Indicación: Dedicada a las familias. Una familia con los de su casa llevan el Cirio Pascual y llevan sus velas encendidas. V/. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya. R/. Como anunciaron las Escrituras. Aleluya. V/. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. R/. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Leamos: Juan 21, 1-6 Meditemos: Muchas veces en la vida se nos acaban las razones y las motivaciones para seguir luchando y buscando. A veces, como los discípulos podemos decir: no hemos pescado nada. Y, es ahí, donde la presencia misericordiosa

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de Jesús sale a nuestro encuentro y nos refuerza por dentro y nos hace lanzar de nuevo la red. Hoy recordamos a las familias de nuestro pueblo, a las parejas, los padres y madres, a los hijos e hijas, a nuestros familiares, sobre todo, a las que ya han perdido el aliento y ya no esperan cambios ni soluciones a sus diferentes problemas. Y hoy les decimos con Jesús Resucitado: “Echen de nuevo la red”, confíen en el Señor y habrá pesca abundante; dejémonos guiar por El y volverá la paz. Oración: Las familias rezan por sus necesidades y las encomiendan al Señor. Concluimos con esta oración: Te pedimos Señor Jesús que recibamos cada día como la mejor de tus bendiciones para lanzarnos a la extensión de tu Reino de paz, verdad y justicia. Que nuestras obras de misericordia sean un verdadero testimonio de la fe que profesamos. Se continúa cantando hacia la próxima Estación Decimoprimera estación Jesús confirma a Pedro en el amor. (Jn 21, 15-19) Indicación: Dedicada a las parejas. Una pareja lleva el Cirio Pascual. Otras parejas presentes le acompañan. V/. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya. R/. Como anunciaron las Escrituras. Aleluya. V/. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. R/. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Leamos: Juan 21, 15-19. Meditemos: Tres veces la misma pregunta de Jesús a Pedro referente al amor que le tenía. Tres veces la misma respuesta afirmativa de Pedro. Tres veces la misma confirmación de Jesús en la misión a que designaba a Pedro. Cierto que lo había negado, pero Jesús no lleva ese recuerdo con odio en su corazón. Al contrario, no lo reprocha, sino que con gran misericordia lo lleva reafirmar el amor primero. Hoy recordamos a todas las parejas que se unieron un día por amor. Muchas veces, a lo largo de la vida han llegado momentos de negación mutua, de traición, de sequedad en su amor primero. Hoy las presentamos al Señor y le pedimos que El les ayude a renovar su amor y a perdonarse de todo corazón. Oración. Señor, haznos un corazón como el tuyo, confírmanos como a Pedro en la misión del amor, la oración, la paz. Aumenta nuestra fe para que siempre seamos fieles a nuestra amistad contigo. Se continúa cantando hacia la próxima Estación Decimosegunda estación La despedida: Jesús encarga su misión a los Apóstoles. (Mt 28, 16-20) Indicación: Dedicado a los mensajeros que llevan las cartas y los mensajes de casa en casa. Algunos de ellos llevan el Cirio Pascual con sus velas encendidas.

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V/. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya. R/. Como anunciaron las Escrituras. Aleluya. V/. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. R/. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Leamos: Mateo 28, 16-20. Meditemos: A pesar de sus limitaciones humanas los discípulos habían sido escogidos, y ahora reciben la misión de hacer discípulos para Jesús. Es el Resucitado quien los encarga de tan loable tarea y les asegura su compañía hasta el fin del mundo. De igual manera el Señor nos sigue llamando a realizar esa tarea misionera a todos nosotros. Como tanto insiste el Papa Francisco, la Iglesia está llamada a estar en la calle, en salida misionera para hacer presente la misericordia de Dios en medio de la gente y llamándolos para que sean discípulos de Jesús. Unámonos todos en esta misión de enseñar lo que Cristo nos ha mandado y volvámonos misioneros seguros de que el Señor Resucitado nos acompaña y nos fortalece. Oración. Los mensajeros que van casa por casa piden al Señor que les dé fuerza y les quite el miedo para evangelizar a todas las personas. Se termina con esta oración: Maestro, ilumínanos la forma de continuar la misión que libremente hemos aceptado y mantennos firmes en la fe y el amor a este mensaje tuyo que nos hace mas libres y felices. Se continúa cantando hacia la próxima Estación Decimotercera estación Jesús asciende al cielo. (Hch 1, 9-11) Indicación: Dedicado a las pequeñas comunidades y grupos. Algunos de sus miembros llevan el Cirio Pascual y los otros les acompañan con las velas encendidas. V/. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya. R/. Como anunciaron las Escrituras. Aleluya. V/. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. R/. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Leamos: Hechos 1, 9-11 Comentario. ¿Por qué mirar al cielo? ¿Por qué creer que nos hemos quedado solos? ¿Por qué no continuar construyendo paz, perdón, amor? La ascensión de Jesús no nos lleva a descuidarnos o abandonarnos en la soledad y la tristeza. Todo lo contrario. Así como se elevó glorioso, de igual manera nos acompaña, motiva y fortalece en la predicación de su reino de misericordia y servicio. Jesús glorificado y elevado al cielo, vuelve al Padre, cuya voluntad cumplió a cabalidad y es nueva garantía de que servimos a un Rey extraordinariamente singular y único.

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Hoy recordamos a todos los que viven su fe en pequeñas comunidades y grupos para que se comprometan más y más con el Señor y como El sean valientes en el amor, en el perdón y el construir puentes entre los hermanos. Oración. Algunos de la comunidad presentan al Señor su comunidad y oran por ella. Se concluye con esta oración: Señor Jesús, que tu ascensión al cielo nos anime siempre a trabajar sin descanso por los valores que predicaste y viviste: el amor, la paz, la verdad. Que nos sintamos fuertes y valientes para construir siempre y nunca destruir. Se continúa cantando hacia la próxima Estación Decimocuarta estación La venida del Espíritu Santo en Pentecostés. (Hch 2, 1-4) Indicación: Dedicada a los ancianos y ancianas. Algunos de ellos llevan el Cirio Pascual y velas encendidas. V/. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya. R/. Como anunciaron las Escrituras. Aleluya. V/. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. R/. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Leamos: Hechos 2, 1-4 Meditemos: Con la llegada del Espíritu Santo, se fortalecieron tanto los apóstoles, que salieron a predicar por todas partes, formaron comunidades de bautizados nacidos de su entusiasmo por Jesús que testimoniaban sin temor alguno y con mucho amor. Solo con el amor vencemos el mal del egoísmo, la indiferencia, el individualismo. En fin, solo el amor vence la muerte que ocasiona el pecado y, vencido este, seremos los ganadores que prodigamos vida por doquier. Al final de este Via Lucis recordamos a nuestros ancianos y ancianas. Ellos y ellas guiados por el Espíritu Santo nos enseñaron el camino de Jesús y nos fortalecieron con su entrega generosa al Señor y a su comunidad. Oración. Los ancianos y ancianas piden el don del Espíritu para su comunidad. Se termina con esta oración Oh, Espíritu Santo Consolador, dulce huésped del alma, inunda nuestro espíritu y transfórmanos en fieles testigos de tu amor que habita en nosotros. Que tu fuerza y dones nos permitan discernir lo correcto en cada circunstancia y a dar siempre lo mejor de nosotros. Se continúa cantando hacia donde se terminará el Via Lucis Conclusión: Todos rodean el Cirio Pascual y cantan alegremente al Señor Resucitado. Se puede compartir la experiencia que ha vivido cada uno hablando con los que están al lado. Luego, algunos pueden dar su testimonio. Se pide la Bendición del Señor. Todos con alegría se dan el abrazo de paz. Se canta alegremente.

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Lecturas Diarias y Dominicales del mes de Abril 2016 Las citas de las Lecturas Diarias utilizadas son tomadas de: Calendario Litúrgico 2016 de la Conferencia del Episcopado Dominicano. 1 Viernes

Viernes de la Octava de Pascua Blanco

Lectura del Libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 1-12 En aquellos días, mientras Pedro y Juan hablaban a la gente, se presentaron los sacerdotes, el jefe de la guardia del templo y los saduceos. Estaban molestos porque enseñaban al pueblo y anunciaban que la resurrección de los muertos se había realizado ya en Jesús. Los arrestaron y los encerraron en la cárcel hasta el día siguiente, pues ya era tarde. Pero muchos de los que habían oído el discurso creyeron, y el número de los que creyeron llegó a cinco mil. Al día siguiente se reunieron en Jerusalén los sumos sacerdotes, los ancianos y los escribas; Anás, sumo sacerdote, y Caifás, Juan, Alejandro y todos los que pertenecían a la familia sacerdotal. Hicieron comparecer a Pedro y a Juan y les preguntaron: “¿Con qué poder o en nombre de quién ustedes han hecho esto?” Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: “Jefes del pueblo y ancianos de Israel: hoy ha quedado sano un hombre enfermo, y nos preguntan en nombre de quién se ha realizado esta curación; pues sepan ustedes y todo el pueblo de Israel que este hombre aparece sano ante ustedes en virtud del nombre de Jesús de Nazaret, a quien ustedes crucificaron, y a quien Dios ha resucitado de entre los muertos. El es la piedra rechazada por ustedes, los constructores, que se ha convertido en piedra angular. Ningún otro puede salvar; bajo el cielo no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos. Palabra de Dios Salmo Responsorial: 117 R. /La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterno su amor. Diga el pueblo de Israel: es eterno su amor. Digan los que respetan al Señor: es eterno su amor. R. La piedra que rechazaron los constructores se ha convertido en la piedra fundamental. Esto es obra del Señor y es realmente admirable. Este es el día en que actuó el Señor, festejemos y alegrémonos en él. R. Señor, danos la salvación; Señor, danos la prosperidad. Bendito el que viene en nombre del Señor. Desde la casa del Señor los bendecimos; el Señor es Dios, él nos ilumina. R. Lectura del Evangelio según san Juan 21, 1-14 En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a sus discípulos junto al lago de Tiberíades. Estaban juntos Simón Pedro, Tomás el Gemelo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. En esto dijo Simón Pedro: “Voy a pescar”.

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Los otros dijeron: “Vamos contigo”. Salieron y juntos subieron a la barca; pero aquella noche no lograron pescar nada. Al clarear el día, se presentó Jesús en la orilla del lago, pero los discípulos no lo reconocieron. Jesús les dijo: “Muchachos, ¿han pescado algo?” Ellos contestaron: “No”. El les dijo: “Echen la red al lado derecho de la barca y encontrarán peces”. Ellos la echaron, y la red se llenó de tal cantidad de peces que no podían moverla. Entonces el discípulo a quien Jesús tanto amaba le dijo a Pedro: “ ¡Es el Señor!” Al oír Simón Pedro que era el Señor, se puso la túnica, pues estaba sin ella, y se lanzó al agua. Los otros discípulos llegaron hasta la orilla en la barca, arrastrando la red llena de peces, pues no era mucha la distancia que los separaba de tierra; tan sólo unos cien metros. Al saltar a tierra, vieron unas brasas, con peces colocados sobre ellas, y pan. Jesús les dijo: “Traigan ahora algunos de los peces que acaban de pescar”. Simón Pedro subió a la barca y bajó a tierra la red llena de peces; en total eran ciento cincuenta y tres peces grandes. Y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió. Jesús les dijo: “Vengan a comer algo”. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: “¿quién eres?”, porque sabían muy bien que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan en sus manos y lo repartió; y lo mismo hizo con los peces. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos, después de haber resucitado de entre los muertos. Palabra del Señor. Meditación No se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos  Los cuatro evangelistas subrayan la dificultad de los discípulos en reconocer a Jesús resucitado, y es natural que así sucediera, ya que es un acontecimiento que supera la lógica del pensamiento humano. En principio no se dan cuenta de que él está allí, lo toman como un extraño; después, como consecuencia de una palabra o acción de Jesús, caen en la cuenta de que es el Señor; y habitualmente, los primeros en reconocerle son los que más le aman. La apariencia del Señor resucitado es completamente diferente de la del Jesús que habían conocido antes de su muerte y resurrección. Aunque la fe de los apóstoles en la resurrección era difícil y lenta conforma el núcleo de la predicación apostólica: El Jesús resucitado es la piedra angular de nuestra fe y de nuestra vida. Como con los apóstoles, Jesús permanece con nosotros cuando nos esforzamos en seguirle venciendo toda dificultad que se presente como lo hicieron los primeros testigos del resucitado. Así lo podemos constatar en la primera lectura de hoy: Pedro y Juan no sienten miedo de proclamar que Jesús ha resucitado y que Él es la piedra desechada por los constructores y ahora es la principal, por lo que no hay otro nombre que pueda salvarnos. El anuncio del kerigma ha de llevarnos a ser verdaderos testigos de la alegría de Cristo resucitado ante el mundo de hoy que tanto necesita de la misericordia de Dios, Señor y dador de la vida. Hagamos presente la misericordia del Padre testimoniando a Jesús resucitado de entre los muertos para la salvación de todos los hombres.

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2 Sábado

Sábado de la Octava de Pascua Blanco

Lectura del Libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 13-21 En aquellos días, al ver la valentía con que se expresaban Pedro y Juan, los sumos sacerdotes, los ancianos y los escribas no salían de su asombro, sabiendo que eran hombres del pueblo y sin cultura. Los reconocían como aquellos que habían acompañado a Jesús; pero, como veían con ellos de pie al hombre que había sido curado, nada podían responder. Entonces les ordenaron salir del Consejo y comenzaron a discutir entre ellos: “¿Qué haremos con estos hombres? El milagro que han hecho es notorio y lo saben todos los habitantes de Jerusalén; no podemos negarlo. No obstante, para que no se divulgue más entre el pueblo, los amenazaremos para que no vuelvan a hablar a nadie en nombre de ése”. Así que los llamaron y les prohibieron terminantemente hablar y enseñar en el nombre de Jesús. Pedro y Juan les respondieron: “¿Les parece justo delante de Dios que les obedezcamos a ustedes antes que a él? Por nuestra parte, no podemos dejar de proclamar lo que hemos visto y oído”. Ellos, amenazándolos de nuevo, los dejaron en libertad. No encontraron el modo de castigarlos por temor al pueblo, pues todos daban gloria a Dios por lo sucedido. Palabra de Dios Salmo Responsorial: 117 R. /Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterno su amor. El Señor es mi fuerza y para él es mi canto, porque él es mi salvación. Se escuchan gritos de júbilo y victoria en las tiendas de los vencedores. El brazo del Señor hace prodigios. R. El brazo del Señor es sublime, el brazo del Señor hace prodigios. Me castigó duramente el Señor, pero no permitió que muriera. R. ¡Ábranme las puertas del triunfo, entraré para dar gracias al Señor! Esta es la puerta del Señor, los vencedores entrarán por ella. Te doy gracias porque me escuchaste, y fuiste mi salvación. R. Lectura del Evangelio según san Marcos 16, 9-15 Jesús resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció en primer lugar a María Magdalena, de la que había expulsado siete demonios. Ella fue a comunicárselo a los que lo habían acompañado, que estaban tristes y seguían llorando. Ellos, a pesar de oír que estaba vivo y que ella lo había visto, no creyeron. Después de esto se apareció, con aspecto diferente, a dos de ellos que iban de camino a una aldea. También ellos fueron a dar la noticia a los demás; pero tampoco les creyeron. Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les reprochó su incredulidad y su terquedad, por no haber creído a quienes lo habían visto resucitado. Y les dijo: “Vayan al mundo entero y prediquen el Evangelio a toda la creación”. Palabra del Señor.

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Meditación No podemos callar, hemos de obedecer a Dios Durante estos días hemos escuchado en el evangelio las diversas apariciones de Jesús resucitado a las mujeres y a sus discípulos. Estas apariciones son signos fehacientes de la resurrección del Señor; confirman el dato del sepulcro vacío; y suscitan y avalan la fe de los apóstoles y de la comunidad eclesial, o sea, nuestra propia fe, en el hecho real y cierto de la resurrección del Señor. Todos estos relatos constituyen un anuncio (kerigma) de fe. En efecto, esa fe es la que va a transformar la vida de los discípulos de forma radical. Ellos van a asumir el mensaje del resucitado y lo darán a conocer al mundo. Hoy leemos el mandato misionero de Jesús: “Vayan al mundo entero y proclamen el evangelio”. En efecto, la Iglesia nace de la evangelización y vive para evangelizar; ésta es su dicha. Esa ha de ser la tarea del creyente de todos los tiempos: anunciar a Jesús resucitado. Dicho anuncio ha de hacerse con valentía y determinación, sin miedo, de forma incondicional, siendo obedientes al Señor que nos envía: “Hemos de obedecer a Dios antes que a los hombres”. Porque si realmente hemos encontrado con fe al Señor resucitado, nadie nos puede parar de proclamarlo a él y a su Buena Nueva de salvación: “No podemos menos que contar lo que hemos visto y oído”. Pero más impactante y más convincente que cualquier cosa que digamos será el lenguaje vivo de nuestras actitudes y acciones. Ésa debería ser nuestra experiencia como fue la de los apóstoles. Como cristianos no somos diferentes en cuanto personas; vivimos la misma vida que otra gente, hacemos las mismas cosas, pero deberíamos hacerlas de una manera diferente si es que realmente hemos encontrado a Cristo resucitado. 3

II Domingo de Pascua

II Semana de la Liturgia de las Horas

Blanco

Día de la Divina Misericordia Por tu divina misericordia, aumenta nuestra fe en Ti Ambientación: Colocar la imagen de la Divina Misericordia. Se adorna todo muy bonito y con sentido de fiesta. Se asperja con el agua bendita. Se colocan signos de interrogación (¿¿¿¿???). Se puede dramatizar el Evangelio. Se puede colocar con letras grandes la frase: ¡Señor mío y Dios mío! Monición de entrada: Hermanos y Hermanas: estamos a ocho días del acontecimiento central de nuestra fe: la Resurrección de Jesús, acontecimiento que nos llena de júbilo, gozo y alegría para transmitirlo a los demás. Es tanta la importancia y el gozo de este suceso, que la iglesia

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extiende su celebración durante cincuenta días. Los festejos pascuales van a concluir con la solemnidad de Pentecostés. En este segundo domingo de pascua, la comunidad de los discípulos y testigos se ve invitada a reflexionar en el clima que ella hace posible, para que todos y todas puedan llegar al encuentro con el Resucitado y puedan gozar de su misericordia. Recordemos que en este Día celebramos la fiesta de la Divina Misericordia, que es Jesucristo mismo que se nos da como Señor y Salvador comunicándonos el amor del Padre para que del mismo modo nos volvamos misericordiosos como El. Con renovada alegría y fe en Jesús resucitado, nos ponemos de pie, y cantado recibamos a Jesucristo, Divina Misericordia del Padre quien a través de su ministro presidirá nuestra Celebración. Primera lectura: Hch 5, 12-16 La misericordia del Señor siguió y sigue manifestándose a través de su Iglesia que en nombre de Jesús evangeliza y realiza las obras de misericordia. Esa es nuestra misión hoy en medio de nuestro pueblo. Escuchemos. Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles Los apóstoles hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo. Los fieles se reunían de común acuerdo en el pórtico de Salomón; los demás no se atrevían a juntárseles, aunque la gente se hacía lenguas de ellos; más aún, crecía el número de los creyentes, hombres y mujeres, que se adherían al Señor. La gente sacaba los enfermos a la calle, y los ponía en catres y camillas, para que, al pasar Pedro, su sombra, por lo menos, cayera sobre alguno. Mucha gente de los alrededores acudía a Jerusalén, llevando a enfermos y poseídos de espíritu inmundo, y todos se curaban. Palabra de Dios. Salmo responsorial: Sal 117, 2-4. 22-24. 25-27a R. Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. (O también puede responderse cantando: Aleluya”). Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. Diga la casa de Aarón: eterna es su misericordia. Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. R. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo. R. Señor, danos la salvación; Señor, danos prosperidad. Bendito el que viene en nombre del Señor, les bendecimos desde la casa del Señor; el Señor es Dios, él nos ilumina. R. Segunda lectura: Apoc 1, 9-11a. 12-13. 17-19 El Apocalipsis nos coloca a Jesucristo en el centro. Es El quien provoca en nosotros el júbilo y por su misericordia nos tiene en sus manos y nos da la fuerza para perseverar sin miedo hasta el final. Escuchemos.

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Lectura del libro del Apocalipsis Yo, Juan, su hermano y compañero en la tribulación, en el reino y en la constancia en Jesús, estaba desterrado en la isla de Patmos, por haber predicado la palabra de Dios, y haber dado testimonio de Jesús. Un domingo caí en éxtasis y oí a mis espaldas una voz potente que decía: —«Lo que veas escríbelo en un libro, y envíaselo a las siete Iglesias de Asia.» Me volví a ver quién me hablaba, y, al volverme, vi siete candelabros de oro, y en medio de ellos una figura humana, vestida de larga túnica, con un cinturón de oro a la altura del pecho. Al verlo, caí a sus pies como muerto. Él puso la mano derecha sobre mí y dijo: —«No temas: Yo soy el primero y el último, yo soy el que vive. Estaba muerto y, ya ves, vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del abismo. Escribe, pues, lo que veas: lo que está sucediendo y lo que ha de suceder más tarde.» Palabra de Dios. Aleluya Jn 20, 29: Porque me has visto, Tomás, has creído, —dice el Señor—.Dichosos los que crean sin haber visto. Evangelio: Juan 20,19-31 La misericordia grande del Resucitado pasa por encima de la duda de Tomás y lo lleva a proclamar la fe en El que se ha convertido en la expresión más grande de la fe cristiana: “Señor mío y Dios mío”. Así mismo, hace el Señor con nosotros transformando en fe viva nuestras dudas y vacilaciones. Escuchemos. + Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 19-31 Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: —«Paz a ustedes.» Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: —«Paz a ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo.» Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: —«Reciban el Espíritu Santo; a quienes les perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengan, les quedan retenidos.» Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: —«Hemos visto al Señor.» Pero él les contestó: —«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.» A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: —«Paz a ustedes.» Luego dijo a Tomás: — «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.» Contestó Tomás: —« ¡Señor mío y Dios mío!» Jesús le dijo: —« ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.» Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre. Palabra del Señor.

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Meditación: Características de una comunidad cristiana ejemplar Es indudable que la comunidad cristiana debe aparecer ante el mundo como signo del Señor resucitado; una comunidad que vive unida en el amor y animada por el Espíritu testimonia la victoria de la fe sobre el mal existente en el mundo. Esa comunidad ha de presentar los siguientes rasgos característicos: • Comunidad de fe, consagrada y constituida como tal por la palabra que anuncia a Cristo resucitado. • Comunidad de vida y amor: si algo ha de identificar y diferenciar al cristiano es el amor; por eso las primeras comunidades ponían todo al servicio de los demás para remediar las necesidades de cada uno. • Comunidad eucarística: el concilio Vaticano II nos recuerda que la Eucaristía es el centro y culmen de la vida cristiana; pues, la Iglesia nace de la Eucaristía y vive de la Eucaristía. • Comunidad de oración: la oración ha de ser siempre el pilar del cristiano; es el mandato de Jesús: “donde dos o tres se reúnan en mi nombre”, “oren para que no caigan en tentación”. • Comunidad de alegría: Esta ida está clara en el evangelio de hoy, la presencia del Resucitado llena de alegría a la comunidad. En este mes de abril decimos que nos llena de júbilo. • Comunidad misionera: un cristiano que no es capaz de asumir la misión de Jesús aún le falta madures en la fe; por eso el papa Francisco nos dice que quiere una Iglesia en salida, o sea, misionera. • Comunidad de paz: Cuando el Resucitado se aparece, su saludo siempre es transmitir la paz. Por ello la comunidad debe vivir en paz y trabajar por la paz en su entorno y en todo el país. Que tengamos una campaña electoral pacífica. Oración de los fieles El que preside: Padre te presentamos llenos de confianza nuestras súplicas diciéndote: Padre, muéstranos tu divina misericordia. Por la Iglesia, para que siendo testigo de la misericordia de Jesús, impulse a las comunidades a confesar y afianzar su fe en El y así irradie al mundo entero la alegría de la pascua. Oremos. Por los que nos gobiernan, para que tengan un corazón misericordioso como el del Padre se conmueven y actúen ante los gritos de sus pueblos por justicia, igualdad y paz. Oremos. Por todos los que viven la experiencia del dolor, la pobreza y el desánimo para luchar, para que experimenten a través de nosotros la gran misericordia del Señor. Oremos. Por los que no creen en Dios ni en su Hijo, para que reciban el don de la fe y puedan confesar que Jesús es el Señor. Oremos. Por la campaña electoral, para que se realice en paz y respeto entre las distintas ideas y partidos, y que los candidatos y candidatas presenten lo que de verdad tienen intención de realizar. Oremos Por todos aquellos que en esta Pascua han recibido y recibirán los sacramentos de iniciación Cristiana, para que creciendo en la fe y en el amor de Cristo manifiesten su misericordia. Oremos.

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Por nosotros que estamos celebrando la resurrección del Señor dentro del Jubileo extraordinario de la Misericordia, para que la misericordia del Padre, nos fortalezca y podamos con nuestro testimonio y apostolado, ser signos visibles de Reino de Dios. Oremos. El que preside: Padre, recibe nuestras oraciones y haz que la confesión de nuestra fe se muestre en signos de misericordia hacia nuestros hermanos. Por Jesucristo nuestro Señor. 4 Lunes

Solemnidad: La Anunciación del Señor Azul o Blanco

Lectura del Profeta  Isaías 7,10-14; 8,10 En aquel tiempo, el Señor habló a Acaz: “Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.” Respondió Acaz: “No la pido, no quiero tentar al Señor.” Entonces dijo Dios: “Escucha, casa de David: ¿No les basta cansar a los hombres, que cansan incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, les dará una señal: Miren: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”. Salmo Responsorial: 39 R. “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad” Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, / y, en cambio, me abriste el oído; / no pides sacrificio expiatorio, / entonces yo digo: “Aquí estoy.” R. “-Como está escrito en mi libro- / para hacer tu voluntad.” / Dios mío, lo quiero, / y llevo tu ley en las entrañas. R. He proclamado tu salvación / ante la gran asamblea; / no he cerrado los labios: / Señor, tú lo sabes. R. No me he guardado en el pecho tu defensa, / he contado tu fidelidad y tu salvación, / no he negado tu misericordia y tu lealtad / ante la gran asamblea. R. Lectura de la Carta a los  Hebreos 10,4-10 Hermanos: Es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados. Por eso, cuando Cristo entró en el mundo dijo: “Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: “Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad.” Primero dice: “No quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas expiatorias”, que se ofrecen según la Ley. Después añade: «Aquí estoy yo para hacer tu voluntad.» Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre. Lectura del Santo Evangelio según san  Lucas 1,26-38 A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.” Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.

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El ángel le dijo: “No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.” Y María dijo al ángel: “¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?” El ángel le contestó: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.” María contestó: “Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.” Y la dejó el ángel.Palabra del Señor Meditación Una respuesta que cambiará la historia de la humanidad Hoy celebramos la solemnidad de la Anunciación del Señor, ya que el 25 de marzo era viernes santo, y desde entonces hasta hoy hemos tenido días de mucha fiesta, recordemos que toda la octava de Pascua es como si celebrásemos la misma Pascua. Hoy es el primer día que no tenemos una fiesta muy importante y por eso, la Iglesia ha trasladado al día de hoy esta solemnidad tan importante. Dios, con el anuncio del ángel Gabriel y la aceptación de María de la expresa voluntad divina de encarnarse en sus entrañas, asume la naturaleza humana (“compartió en todo nuestra condición humana, menos en el pecado”) para elevarnos como hijos de Dios y hacernos así partícipes de su naturaleza divina. El misterio de fe es tan grande que María, ante este anuncio, se queda como asustada. Gabriel le dice: “No temas, María” (Lc 1,30): el Todopoderoso te ha mirado con predilección, te ha escogido como Madre del Salvador del mundo. Las iniciativas divinas rompen los débiles razonamientos humanos. San Bernardo suplicaba: “Se te ofrece el precio de nuestra redención. Seremos liberados inmediatamente, si tú dices sí. Todo el orbe está a tus pies esperando tu respuesta. Di tu palabra y engendra la Palabra Eterna”. Dios espera una respuesta libre por parte de María, y “La llena de gracia”, representando a todos los necesitados de redención, responde: ¡Hágase! Desde hoy ha quedado María libremente unida a la Obra redentora de su Hijo, hoy comienza su Mediación; desde hoy es Madre de los que son uno en Cristo (cf. Gal 3,28). En efecto, el “hágase” de María hace eco a la disponibilidad de Cristo al entrar en el mundo: “Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad”. El Papa Benedicto XVI decía en una entrevista: “[Quisiera] despertar el ánimo de atreverse a decisiones para siempre: sólo ellas posibilitan crecer e ir adelante, lo grande en la vida; no destruyen la libertad, sino que posibilitan la orientación correcta. Tomar este riesgo —el salto a lo decisivo— y con ello aceptar la vida por entero, esto es lo que desearía trasmitir”. María: ¡he aquí un ejemplo!

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Hoy no es solo una fiesta mariana, hoy es una solemnidad tan importante, que muchos de los santos padres consideran que es la segunda fiesta de la vida cristiana. La primera sería al Resurrección, la segunda la Encarnación. Esta es la solemnidad que celebramos hoy: Dios se ha encarnado, se ha hecho nosotros. El misterio de la Encarnación no lo podemos entender, eso de que Dios se haga hombre es demasiado misterio para entenderlo. Pero es un misterio para vivirlo. Desde hoy, desde la Encarnación, la humanidad ha ascendido de categoría: ser humano es tan importante que hasta Dios se ha hecho humano; desde este misterio, la humanidad participa de la divinidad. Respetémonos como humanos, valoremonos y respetemos a los demás. Hoy es motivo de enorme alegría, de gran júbilo ya que Dios se ha hecho como nosotros, como yo. 5 Martes

Feria o Memoria Libre; San Vicente Ferrer, Presbítero Blanco

Lectura del Libro de los Hechos de los Apóstoles 4,32-37 En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno. José, a quien los apóstoles apellidaron Bernabé, que significa Consolado, que era levita y natural de Chipre, tenía un campo y lo vendió; llevó el dinero y lo puso a disposición de los apóstoles. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 92 “El Señor reina, vestido de majestad” El Señor reina, vestido de majestad, el Señor, vestido y ceñido de poder. R. Así está firme el orbe y no vacila. Tu trono está firme siempre, y tú eres eterno. R. Tus mandatos son fieles y seguros; la santidad es el adorno de tu casa, Señor, por días sin término. R. Lectura del Evangelio según san Juan 3,5a.7b-15 En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: “Tienes que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu. Nicodemo le preguntó: ¿Cómo puede suceder eso? Le contestó Jesús: “Y tú, el maestro de Israel, ¿no lo entiendes? Te lo aseguro, de lo que sabemos hablamos; de lo que hemos visto damos testimonio, y no aceptan nuestro testimonio. Si no creen cuando les hablo de la tierra, ¿cómo creerán cuando les hable del cielo? Porque nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.”Palabra del Señor.

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Meditación

Una sola mente, un solo corazón Basados en nuestras experiencias decepcionantes, sabemos lo difícil que es formar una verdadera comunidad. Somos diferentes, con diferentes personalidades, ideas, talentos, actitudes, etc. El mayor obstáculo somos nosotros mismos: queremos que la gente siga nuestro camino, imponemos a los demás nuestros criterios y puntos de vista, etc. En nuestras comunidades cristianas hay uno que nos puede unir en sí mismo: es Jesús, nuestro modelo y nuestro Señor. Él está vivo y presente entre nosotros; nos une a todos en una misma fe y en un mismo amor. Al igual que la primera comunidad cristiana de Jerusalén, debemos trabajar para ser, en Jesús, una sola mente y un solo corazón. Ese era su ardiente deseo cuando oraba al Padre por la unidad de sus discípulos antes de despedirse (cf. Jn 17). Si lo hacemos así recibiremos el don de la vida eterna por la fe en Jesús, el enviado del Padre; pues, la fe en Cristo resucitado nos ha de llevar a la comunión total en el amor fraterno. Este amor fraterno se traduce en obras concretas, gestos tangibles, porque nuestra fe no puede ser abstracta, sino concreta y en este año 2016, esas obras concretas se llaman “obras de misericordia”. En la práctica de las obras de misericordia también podemos mostrar nuestra condición de verdadera comunidad cristiana.

6 Miércoles

Feria de Pascua Blanco

Lectura del Libro de los Hechos de los Apóstoles 5,17-26 En aquellos días, el sumo sacerdote y los de su partido –la secta de los saduceos- llenos de envidia, mandaron prender a los apóstoles y meterlos en la cárcel común. Pero, por la noche, el ángel del Señor les abrió las puertas de la celda y los sacó fuera, diciéndoles: “Vayan al templo y explíquenle allí al pueblo íntegramente este modo de vida.” Entonces ellos entraron en el templo al amanecer y se pusieron a enseñar. Llegó entre tanto el sumo sacerdote con los de su partido, convocaron el Sanedrín y el pleno de los ancianos israelitas, y mandaron por los presos a la cárcel. Fueron los guardias, pero no los encontraron en la celda, y volvieron a informar: “Hemos encontrado la cárcel cerrada, con las barras echadas, y a los centinelas guardando las puertas; pero, al abrir, no encontramos a nadie dentro. El comisario del templo y los sumos sacerdotes no atinaban a explicarse qué había pasado con los presos. Uno se presentó, avisando: “Los hombres que metieron en la cárcel están ahí en el templo y siguen enseñando al pueblo”. El comisario salió con los guardias y se los trajo, sin emplear la fuerza, por miedo a que el pueblo los apedrease. Palabra del Señor. Salmo Responsorial: 33 R. /“Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha” Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R

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Proclamen conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R. Contémplenlo, y quedarán radiantes, su rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R. El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gusten y vean qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. R. Lectura del Evangelio según san Juan 3,16-21 Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios. Palabra del Señor. Meditación

No condenar, sino salvar Dios envió a su único Hijo al mundo para salvarnos. Así lo expresa el evangelio que hemos proclamado en este día; y esa salvación la recibimos por el amor con el que Dios nos ha amado en su Hijo, de modo que creyendo en Él tengamos vida eterna. La encarnación del Hijo de Dios no ha sido el fruto del azar, sino que forma parte del plan salvífico de Dios; ésta tiene un motivo y una finalidad: el motivo es el amor de Dios al mundo, mientras que la finalidad es la salvación, que no perezca ninguno de los que creen en Cristo. No obstante, en el mundo actual tenemos que preguntarnos: ¿tenemos necesidad de salvación?, ya que nos hemos vuelto tan autosuficientes y orgullosos de nuestras realizaciones y logros humanos, que con frecuencia pensamos que la salvación es cosa del pasado. Pero cuando, en nuestros momentos de sensatez, nos sentamos a reflexionar, tenemos que afrontar realidades más profundas: ¿De qué logros se trata? ¿Para qué sirven? ¿Nos han hecho más felices? ¿Hemos transformado el mundo en un lugar mejor para vivir? Y entonces nos damos cuenta de que no podemos hacerlo solos. Necesitamos salvarnos incluso de nosotros mismos, de nuestros logros, de nuestro, así llamado, progreso; de “las estructuras de pecado vinculadas a un modelo falso de desarrollo, basado en la idolatría del dinero”, como nos decía el Papa Francisco en su mensaje para la cuaresma de este año 2016. De ahí que debemos volver la mirada hacia atrás, hacia Jesús, que es no sólo un “hombre-para-los-demás”, sino también el “Dios-con-nosotros”, y que puede sacarnos del desastre y la confusión que hemos producido y en los que estamos metidos. Mediante la escucha de la Palabra y la práctica de las obras de misericordia podemos poner fin a nuestros vacíos existenciales y al afán de suficiencia que no nos permite reconocer la necesidad de la salvación que Dios nos envía en su Hijo Jesucristo.

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Memoria Obligatoria: Juan Bautista de la Salle, Presbítero

Jueves

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Lectura de los Hechos de los Apóstoles 5, 27-33 En aquellos días, los guardias condujeron a los apóstoles ante el Consejo, y el sumo sacerdote les preguntó: “¿No les prohibimos terminantemente enseñar en nombre de ése? Y sin embargo, han llenado Jerusalén con sus enseñanzas y además quieren hacernos responsables de la muerte de ese hombre”. Pedro y los apóstoles replicaron: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros antepasados ha resucitado a Jesús, a quien ustedes mataron colgándolo de un madero. Dios lo ha exaltado como Príncipe y Salvador, para dar a Israel la ocasión de arrepentirse y de obtener el perdón de los pecados. Nosotros y el Espíritu Santo, que Dios ha dado a los que le obedecen, somos testigos de todo esto”. Ellos, enfurecidos por estas palabras, querían matarlos. Palabra de Dios Salmo Responsorial: 33 “Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha” Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca. Gusten y vean qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. R. El Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria. Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias. R. El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. Aunque el justo sufra muchos males, de todos lo libra el Señor. R. Lectura del santo Evangelio según San Juan, 3, 31-36 El que viene de lo alto está sobre todos. El que tiene su origen en la tierra es terreno y habla de las cosas de la tierra; el que viene del cielo da testimonio de lo que ha visto y oído; sin embargo, nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio, reconoce que Dios dice la verdad, porque cuando habla aquél a quien Dios envió, es Dios mismo quien habla, ya que Dios le ha comunicado plenamente su Espíritu. El Padre ama al Hijo y le ha confiado todo. El que cree en el Hijo tiene la vida eterna; pero quien no lo acepta, no tendrá esa vida, sino que está sujeto al castigo de Dios. Palabra del Señor Meditación

Testigos en el peligro En el evangelio de hoy leemos un texto crucial, el evangelista nos presenta la disyuntiva entre creer o no creer en Jesús: “El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida”. El resultado de la elección entre el creer o no creer es vivir o no vivir. En efecto, en la primera lectura de hoy podemos notar claramente que la increencia fue la opción de los miembros del sanedrín que se oponen al anuncio del mensaje pascual de los apóstoles. El anuncio de los discípulos del resucitado pondrá en evidencia la culpa de las autoridades judías. La fuerza del Espíritu Santo que actúa en ellos deja claro que es

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mejor obedecer a Dios que a los hombres. Por eso no sienten miedo a la represión que sufren a causa del anuncio de Cristo resucitado. De esa manera los apóstoles se convierten en testigos del resucitado en medio del peligro y no sienten miedo a lo que pueda venir. De igual modo, nosotros, como comunidad cristiana, tenemos la responsabilidad de testimoniar a Cristo resucitado ante el mundo no sólo de palabras, sino también mediante la práctica de las obras de misericordia, la caridad fraterna, la solidaridad con los más pobres (especialmente los “pobres” esclavizados por el dinero y el pecado), aun cuando esto implique el martirio y la persecución religiosa; pues, al igual que Jesús y los apóstoles, la Iglesia no ha de temer si sirve al Evangelio, porque su testimonio será confirmado por la presencia del Espíritu Santo en medio de ella. 8 Viernes

Feria de Pascua Blanco

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 5, 34-42 En aquellos días, un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley y respetado por todo el pueblo, tomó la palabra en medio del Consejo, mandó que sacaran fuera unos momentos a los apóstoles, y dijo: “Israelitas, piensen bien lo que van a hacer con estos hombres. Porque hace algún tiempo apareció un tal Teudas con la pretensión de ser alguien importante, y lo siguieron unos cuatrocientos hombres; pero fue ejecutado, y todos los que lo seguían se dispersaron. Después de éste, surgió Judas el Galileo en los días del censo, y arrastró detrás de sí al pueblo; pero también él pereció, y todos sus seguidores se dispersaron. En este caso mi consejo es que se olviden de estos hombres y los dejen en paz; porque, si lo que ellos se proponen hacer es cosa de hombres, desaparecerá; pero si procede de Dios, ustedes no podrán destruirlo. No corran el riesgo de luchar contra Dios”. Todos aceptaron su consejo. Hicieron llamar a los apóstoles, los azotaron, les prohibieron hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Ellos salieron de la presencia del Consejo alegres de haber merecido tales injurias por causa del nombre de Jesús. Y día tras día, tanto en el templo como por las casas, no cesaban de enseñar y anunciar que Jesús es el Mesías. Palabra de Dios Salmo Responsorial: 26 “Una cosa pido al Señor: habitar en su casa” El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida ¿quién me hará temblar? R. Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo. R. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. R. Lectura del santo Evangelio según San Juan 6, 1-15 En aquel tiempo, Jesús pasó a la otra orilla del lago de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque veían los signos que hacía con los enfermos. Jesús subió

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a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba próxima la fiesta judía de la pascua. Al ver Jesús que mucha gente acudía a él, dijo a Felipe: “¿Dónde podríamos comprar pan para dar de comer a todos éstos?” Dijo esto para ver su reacción, pues él ya sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió: “Con doscientos denarios no compraríamos bastante pan para que cada uno tomara un poco”. Entonces intervino otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, diciendo: “Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es esto para tanta gente?” Jesús mandó que se sentaran todos, pues había mucha hierba en aquel lugar. Eran unos cinco mil hombres. Luego tomó los panes, y después de haber dado gracias a Dios, los distribuyó entre todos. Hizo lo mismo con los peces y les dio todo lo que quisieron. Cuando quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: “Recojan lo que ha sobrado, para que no se pierda nada”. Lo hicieron así, y con lo que sobró de los cinco panes llenaron doce canastos. Cuando la gente vio aquel signo, exclamó: “Este hombre es verdaderamente el profeta que debía venir al mundo”. Jesús se dio cuenta de que pretendían proclamarlo rey. Entonces se retiró de nuevo a la montaña, él solo .Palabra del Señor. Meditación

Pan para compartir: Eucaristía La primera lectura nos habla de la alegría de los discípulos por tener la oportunidad de sufrir por Jesús. El cristiano está alegre, su vida tiene sentido en todas las situaciones, porque siempre está el Señor en nuestra vida. Un milagro realizado por Jesús, y narrado con lujo de detalle por los cuatro evangelistas, es la multiplicación de los panes; este es el único milagro que aparece narrado por los cuatro evangelistas; y más todavía, son seis las narraciones que tenemos del acontecimiento; en todos los evangelios se ofrece como un signo de cómo Jesús se da a sí mismo. Esto nos habla de la importancia que la primera comunidad cristiana le dio a este milagro por su largo alcance de signo; en efecto, este signo es una figura de cómo Jesús continúa dándose a sí mismo en la Eucaristía. La Eucaristía es el lugar donde Jesús se entrega total y absolutamente a los suyos; por eso, ella tiene la categoría de signo para el evangelista San Juan; es un signo cristológico, o sea, referido a Cristo y cuya finalidad no es otra que la de la fundamentación de la fe de los discípulos en Él como Hijo de Dios. Ahora bien, la celebración de la Eucaristía nos debe mover al compromiso cristiano, ya que el Señor Jesús quiere seguir multiplicando el pan para los hombres de nuestro tiempo, deseosos de saciar no sólo el hambre material, sino también de llenar sus vacíos existenciales y espirituales. En primer lugar, el milagro consiste en compartir fraternamente unos pocos panes que, confiados al poder de Dios, no sólo bastan para todos, sino que incluso sobran hasta llenar doce canastos. En segundo término, el Señor invita a los discípulos a que sean ellos quienes distribuyan el pan a la multitud; de este modo los instruye y los prepara para la futura misión apostólica: ellos deberán llevar a todos el alimento de la Palabra de vida y del Sacramento eucarístico.

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Todo esto nos dice que Cristo está atento a la necesidad material de la gente, la multiplicación de los panes debe ser material, es decir debemos hacer que el alimento de cada día llegue a todas las personas, esta es una de las maneras fundamentales de cumplir la misericordia y de cumplir la obra de misericordia de “dar de comer al hambriento”; pero quiere dar algo más, porque el hombre siempre tiene hambre de algo más, necesita algo más que el pan material para saciar el hambre: necesita calmar el hambre de Dios que sólo encuentra el amor que Dios le muestra por medio de Cristo; en el encuentro con él nos alimentamos, por así decirlo, del Dios vivo, comemos realmente el pan del cielo. En la Eucaristía Jesús nos hace testigos de la compasión y la misericordia de Dios por cada hermano que sufre en el cuerpo o en el espíritu. 9 Sábado

Feria de Pascua Blanco

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 6,1-7 En aquellos días, al crecer el número de los discípulos, los de lengua griega se quejaron contra los de lengua hebrea, diciendo que en el suministro diario no atendían a sus viudas.  Los Doce convocaron al grupo de los discípulos y les dijeron: “No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos de la administración. Por tanto, hermanos, escojan a siete de ustedes, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, y los encargaremos de esta tarea: nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra.”  La propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía, Se los presentaron a los apóstoles y ellos les impusieron las manos orando. La palabra de Dios iba cundiendo, y en Jerusalén crecía mucho el número de discípulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 32 R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti Aclamen, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos. Den gracias al Señor con la cítara, toquen en su honor el arpa de diez cuerdas. R/. La palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. R/. Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. R/. Lectura del santo evangelio según san Juan 6,16-21 Al oscurecer, los discípulos de Jesús bajaron al lago, embarcaron y empezaron a atravesar hacia Cafarnaúm. Era ya noche cerrada, y todavía Jesús no los había alcanzado; soplaba un viento fuerte y el lago se iba encrespando. Habían remado unos cinco o seis kilómetros, cuando

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vieron a Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre el lago, y se asustaron. Pero él les dijo: “Soy yo, no teman.” Querían recogerlo a bordo, pero la barca tocó tierra en seguida, en el sitio a donde iban. Palabra del Señor Meditación

Servidores en el espíritu El pasado martes veíamos con gran alegría el esbozo que nos daba Lucas en los Hechos de los Apóstoles sobre la primera comunidad cristiana; es una comunidad ideal. No obstante, es difícil alcanzar un ideal y más difícil aún es mantenerse en él. Es lo que vemos en el día de hoy, esa imagen de una comunidad ideal entra en crisis; hay un problema que oscurece la vida interna de la comunidad. Esto era de esperarse, ya que donde quiera que se reúnen más de uno surgen las dificultades. En este caso se trata de la queja de los cristianos provenientes de la diáspora judía cuyas viudas no eran bien atendidas en la repartición de las raciones diarias a los pobres. Para resolver esa dificultad, los apóstoles deciden buscar un grupo de varones de fe y capacidad probada para que atendieran a las necesidades materiales de la gente. Se esperaba que estos discípulos fueran servidores llenos del Espíritu de sabiduría, que percibieran con sensibilidad las necesidades y fueran justos e imparciales al distribuir el alimento y la ayuda necesitada. Se requiere efectivamente sensibilidad para percibir quiénes son los realmente necesitados y qué necesitan realmente. Los apóstoles designaron a siete varones ejemplares para esta misión, quedando ellos liberados para la oración y el servicio de la palabra. Surge así el ministerio de los diáconos en la Iglesia y, a la vez, la corresponsabilidad eclesial en el ejercicio de la misión evangelizadora. Efectivamente, de la actitud de los apóstoles podemos inferir que la primera obligación de la Iglesia es la proclamación de la Buena Noticia de salvación. El Evangelio añade, como buena noticia, que Cristo permanece siempre con su Iglesia también en las pruebas y tempestades de todos los tiempos. Pero no se puede dejar de lado la caridad y la misericordia con los necesitados; la predicación y la misericordia o el amor son dos partes de la misma evangelización. Evangeliza quien predica y evangeliza quien, desde la fe, cumple con el compromiso de ayudar a los necesitados. 10 III Semana Liturgia de las Horas Señor, Tú sabes que te quiero Ambientación: Se puede colocar un distintivo a los que llegan a la Eucaristía con el nombre de la persona y con esta pregunta ¿me amas? Se puede preparar pan y pescado para compartir al final de la Celebración. Se renuevan las promesas

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III Domingo de Pascua Blanco

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bautismales. Se hace la aspersión del agua en vez del Acto Penitencial. Se recuerda a los hermanos perseguidos por ser fieles al Señor. Se puede tener un momento de alabanza a Jesucristo. Monición de Entrada Hermanos y hermanas: El Señor nos reúne en este Tercer Domingo de Pascua para llenarnos de la alegría de su resurrección y hacernos sus testigos ante nuestro mundo. Así hizo con sus discípulos primeros apareciéndoseles para sostenerlos y confirmarlos en su fe, para que junto con El puedan pescar con abundancia, comer con El y, en el caso, renovar su amor y su compromiso con su misión. Esta presencia de Jesús los llenaba, y nos llena hoy, de gozo grande. El mensaje de la Palabra está centrado sobre el tema de los alcances del testimonio al que están llamados los que han contemplado la gloria del resucitado. Dichos alcances son, a veces, insospechados en cuanto implican momentos difíciles donde es necesario la fidelidad y hasta la alegría en medio de los ultrajes que nos llegan de muchos que se manifiestan opuestos a la Pascua de Cristo. Nos ponemos de pie y con júbilo grande recibimos a Cristo que se hace presente en medio de nosotros para compartir su vida, su Palabra y su mesa a través de su ministro. Primera Lectura: Hch 5, 27b-32. 40b-41 Con Pedro y los discípulos proclamamos llenos de júbilo: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”. Nada ni nadie nos puede quitar esta alegría de ser testigos del Señor Resucitado. Escuchemos Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles En aquellos días, el sumo sacerdote interrogó a los apóstoles y les dijo: —«¿No les habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, ustedes han llenado Jerusalén con su enseñanza y quieren hacernos responsables de la sangre de ese hombre.» Pedro y los apóstoles replicaron: —«Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes mataron, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.» Prohibieron a los apóstoles hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús. Palabra de Dios. Salmo responsorial: Sal 29, 2 y 4. 5 y 6. 11 y 12a y 13b R. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado. (O se puede responder solo cantando: Aleluya). Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se rían de mí. Señor, sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R.

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Tañan para el Señor, fieles suyos, den gracias a su nombre santo; su cólera dura un instante, su bondad, de por vida; al atardecer nos visita el llanto; por la mañana, el júbilo. R. Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme. Cambiaste mi luto en danzas. Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R. Segunda lectura: Apoc 5, 11—14 Junto con los ángeles y llenos de júbilo cantemos a Jesucristo, el Cordero que por misericordia con nosotros se dejó degollar en la Cruz, pero que ahora está sentado en el trono y merece todo honor y toda gloria. Escuchemos. Lectura del libro del Apocalipsis Yo, Juan, en la visión escuché la voz de muchos ángeles: eran millares y millones alrededor del trono y de los vivientes y de los ancianos, y decían con voz potente: «Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.» Y oí a todas las criaturas que hay en el cielo, en la tierra, bajo la tierra, en el mar —todo lo que hay en ellos—, que decían: «Al que se sienta en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos.» Y los cuatro vivientes respondían: «Amén.» Y los ancianos se postraron rindiendo homenaje. Palabra de Dios. Aleluya. Ha resucitado Cristo, que creó todas las cosas y se compadeció del género humano. Evangelio: Juan 21, 1-19 A Pedro que le había negado tres veces Jesús llena su corazón de alegría al hacérsele cercano haciendo el milagro de la pesca y preguntándole tres veces sobre su amor hacia El. Pedro recibe la misión de pastorear sus ovejas y sus corderos. También nosotros con júbilo renovemos nuestro amor a El y comprometámonos más y más en su misión. Escuchemos + Lectura del santo evangelio según san Juan En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: —«Me voy a pescar.» Ellos contestan: —«Vamos también nosotros contigo.» Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: —«Muchachos, ¿tienen pescado?» Ellos contestaron: —«No.» Él les dice: —«Echen la red a la derecha de la barca y encontrarán.» La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: —«Es el Señor.» Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces.

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Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: —«Traigan de los peces que acaban de coger.» Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: —«Vamos, almuercen.» Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos. Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: —«Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» Él le contestó: —«Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Jesús le dice: —«Apacienta mis corderos.» Por segunda vez le pregunta: —«Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» Él le contesta: —«Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Él le dice: —«Pastorea m mis ovejas.» Por tercera vez le pregunta: —«Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: —«Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.» Jesús le dice: —«Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.» Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: —«Sígueme.» Palabra del Señor. Oración de los fieles: Llenos de confianza en tu amor y de tu poder manifestado en la resurrección de tu Hijo te invocamos diciendo: Padre, haz crecer en nosotros la fe y el amor a Ti Por el Papa Francisco, por todos los pastores de tu Iglesia para que conducidos por el Espíritu y llenos de amor a Ti apacienten a tu pueblo y lo conduzcan hacia Ti. Oremos. • Por todos los gobernantes de las naciones, para que como Jesús estén dispuestos a preocuparse de sus pueblos proporcionándoles el alimento y los medios necesarios para su desarrollo integral. Oremos. • Por los enfermos y todos los que sufren, para que sientan la presencia de Jesús Resucitado a través de nosotros sus hermanos y así en medio de sus sufrimientos confiesen su fe en Ti y en tu Hijo. Oremos. • Por nuestras comunidades, para que se reúnan asiduamente para profesar y renovar la fe en el Señor, alimentarse con el pan de vida para ser testigos de la Resurrección. Oremos. • Por nuestras familias, para que celebren en sus hogares la alegría de la Pascua, confesando a Jesús, el Señor, como el centro de sus vidas, y viviendo en amor fraterno. Oremos. • Por nosotros, reunidos en el Día del Señor para compartir la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, para que Jesús Resucitado, nuestro Señor y Salvador aumente nuestra fe y seamos testimonio vivo de su amor. Oremos.

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El que preside: Padre te pedimos que aceptes nuestras súplicas para que podamos mantenernos fieles a Ti a pesar de las dificultades que encontremos para confesar tu nombre y seguir tus caminos. Haz crecer nuestro amor hacia Ti y hacia tu Enviado, Jesucristo por quien te presentamos nuestras oraciones. Amén. 11

Memoria Obligatoria: San Estanislao de Cracovia, Obispo y Mártir

Lunes

Rojo

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 6,8-15 En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes signos y prodigios en medio del pueblo. Algunos de la sinagoga llamada “de los Libertos”, a la que pertenecían cirenenses y alejandrinos, y algunos de Cilicia y de la provincia de Asia, se pusieron a discutir con él; pero al no poder contradecir la sabiduría y el espíritu con que hablaba, sobornaron a unos hombres para que dijeran: “Hemos oído a éste blasfemar contra Moisés y contra Dios”. De este modo amotinaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas. Luego, llegando de improviso, lo arrestaron, lo llevaron al Consejo y presentaron testigos falsos, que decían: “Este hombre no cesa de hablar contra el templo y contra la ley. Le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar santo y cambiará las costumbres que nos transmitió Moisés”. Todos los que estaban en el Consejo lo miraron con atención, y les pareció que su rostro era como el de un ángel. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 118 R/ “Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.” Aunque los poderosos conspiren contra mí, medito tus normas. Pues mis delicias son tus preceptos; tus normas, mis consejeros. R. Yo te expongo mi camino y tú me escuchas, enséñame tus normas. Enséñame la senda de tus decretos, y meditaré en tus maravillas. R. Apártame del camino falso, dame el gusto por tu ley. He elegido el camino verdadero, he deseado tus mandamientos. R. Lectura del santo Evangelio según San Juan 6, 22-29 Al día siguiente, la gente continuaba en la otra orilla del lago. Se habían dado cuenta de que allí solamente había una barca y sabían que Jesús no había embarcado en ella con sus discípulos, sino que éstos habían partido solos. Otras barcas llegaron de Tiberíades, y se detuvieron cerca del lugar donde la gente había comido el pan, después que el Señor había dado gracias a Dios. Cuando se dieron cuenta de que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, subieron a las barcas y se dirigieron a Cafarnaúm en busca de Jesús. Lo encontraron en la otra orilla y le dijeron: “Maestro, ¿cuándo has llegado aquí?” Jesús les contestó: “Les aseguro que no me buscan por los signos que vieron, sino porque comieron pan hasta saciarse. Esfuércense por conseguir no el alimento transitorio, sino el permanente, el que da la vida eterna. Este

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es el alimento que les dará el Hijo del hombre, porque Dios, el Padre, lo ha acreditado con su sello”. Ellos le preguntaron: “¿Qué debemos hacer para actuar como Dios quiere?”. Respondió Jesús: “La obra que Dios quiere es ésta, que crean en el que EL ha enviado.” Palabra del Señor. Meditación

El trabajo que Dios quiere El evangelio de este día forma parte de la introducción al discurso sobre el pan de vida que leeremos durante esta semana. Después de la multiplicación de los panes Jesús despidió a la gente y fue a un lugar solitario a orar; luego alcanzó a sus discípulos andando sobre el agua. Con la multiplicación de los panes se despertó un gran entusiasmo sobre la persona de Jesús; así que muchos partieron en su búsqueda, hasta dar con él en Cafarnaúm. Ante la pregunta de cuándo has venido hasta aquí, Jesús hace un comentario sobre el signo que había realizado, quizás con dolor por la incomprensión del mismo, dejando al descubierto la intención oculta de quienes querían proclamarlo como rey: “se lo aseguro, ustedes me buscan porque comieron pan hasta saciarse”, no por el signo en sí mismo. La suerte de Esteban no fue diferente a la de Cristo. También él va a sufrir la incomprensión de sus conciudadanos, en cuyo beneficio ha operado grandes obras. El mismo Jesús había señalado que “el discípulo no es más que su maestro”. La historia de la incomprensión se repite en la historia con los discípulos de Cristo y la predicación del evangelio; pues, muchos contemporáneos nuestros quieren o pretenden oír hablar de un dios de uso y consumo, un dios que sirve a nuestros intereses y necesidades, un dios comercial que oferta y distribuye sus dones de acuerdo a la demanda de los usuarios. En otras palabras, un dios acomodado a los intereses y necesidades de la gente. Muy lejos se encuentra esta mentalidad secularista y de la New Age del Dios personal anunciado por Jesús. De ahí que la conclusión de Jesús es lapidaria: “Trabajen no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura, el que le dará el Hijo del hombre”. La pregunta obligada de la gente no se hizo esperar, como también la respuesta de Jesús: Y ¿cuál es el trabajo que Dios quiere?: que crean en el que Él ha enviado; es decir, crean en mí. Sólo creyendo en Jesús será posible alcanzar la plenitud del signo que Él había realizado en favor de la muchedumbre. 12 Martes

Feria de Pascua Blanco

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 7,51-60; 8,1 En aquellos días, Esteban decía a la gente, a los ancianos y a los escribas: “Ustedes, hombres testarudos, tercos y sordos, siempre se han resistido al Espíritu Santo. Eso hicieron sus antepasados y lo mismo hacen ustedes. ¿A qué profeta no persiguieron sus antepasados? Ellos mataron a los que predijeron la venida del Justo, a quien ustedes acaban de traicionar y asesinar.

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Se llenaron de alegría al ver al Señor

Ustedes recibieron la ley por mediación de ángeles, pero no la han cumplido”. Al oír esto, se llenaron de rabia y apenas podían contener su furor contra él. Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, mirando fijamente al cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y exclamó: “Veo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios”. Ellos, dando grandes gritos se taparon los oídos, se lanzaron como un solo hombre contra él, lo sacaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos habían dejado sus ropas a los pies de un joven llamado Saulo. Mientras lo apedreaban, Esteban oraba así; “Señor Jesús, recibe mi espíritu”. Luego cayó de rodillas, y gritó con fuerte voz: “Señor, no les tengas en cuenta este pecado”. Y dicho esto, murió. Saulo aprobaba este asesinato. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 30 R. /“A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu Señor, sé para mí roca de amparo y fortaleza protectora. Tú eres mi roca y mi fortaleza; guíame y condúceme por el honor de tu nombre. R. A tus manos confío mi espíritu: tú el Dios fiel, me rescatarás; yo confío en el Señor. Me llenaré de júbilo y alegría por tu amor. R. Que tu rostro resplandezca sobre tu siervo, sálvame por tu amor. Al amparo de tu presencia nos ocultas de las intrigas de los hombres. R. Lectura del Santo Evangelio según San Juan 6, 30-35 En aquel tiempo, la gente preguntó a Jesús: “¿Qué señal puedes ofrecernos para que, al verla, te creamos? ¿Cuál es tu obra? Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: Les dio a comer pan del cielo”. Jesús les respondió: “Les aseguro que no fue Moisés quien les dio el pan del cielo. Es mi Padre quien les da el verdadero pan del cielo. El pan de Dios viene del cielo y da la vida al mundo”. Entonces le dijeron: “Señor, danos siempre de ese pan”. Jesús les contestó: “Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no volverá a tener hambre; el que cree en mí nunca tendrá sed”. Palabra de Dios. Meditación Jesús, el pan de vida vive en sus discípulos  Siguiendo los pasos de Jesús, Esteban verá correspondida su actuación en favor del pueblo con el odio, la calumnia y la prisión; de igual modo los cristianos perseguidos de la Iglesia primitiva van a revivir en sí mismos la pasión de Cristo; sufren no solamente “por” Cristo, sino también “con él y como él”. Pero Esteban y los primeros cristianos están seguros de que la muerte no tiene la última palabra: ellos seguirán viviendo después con Cristo resucitado. En el evangelio de hoy hay una referencia al maná y la revelación de Jesús como pan de vida. En el día de ayer Jesús le había dicho a la multitud que el trabajo y la obra que Dios quería era que creyesen en su enviado, es decir, en Él; de ahí que se le requiere algún signo que lo acredite ante Dios para creer que Él es su enviado. Como se puede notar, o es un pueblo de una memoria muy frágil o simplemente no quiere recordar el signo que habían visto el día anterior.

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La referencia al maná apunta también a una persona clave: Moisés. En efecto, es el maná que avaló a Moisés ante el pueblo como profeta enviado por Dios. Pero Jesús va a decir que no fue Moisés el que le dio a comer el pan del cielo, sino su Padre; pues, el maná era un alimento perecedero, mientras que el pan que baja del cielo da la vida al mundo, y ese es Jesucristo. Por eso, los cristianos nos sustentamos en la vida con el verdadero pan del cielo: Cristo, que parte para nosotros el pan de su palabra y el pan de sí mismo (la Eucaristía), porque Él es pan entregado, que se sacrifica para dar vida y vida en abundancia. Cristo es la respuesta a nuestros anhelos más profundos. Nosotros también habríamos de decirle a Él: “Danos siempre de este pan”. Y otros dos aspectos más que podemos destacar: “no fue Moisés, fue mi Padre”, no confundamos al mensajero, al intermediario, con quien de verdad da la vida, el alimento y la Palabra. Sólo Dios hace milagros, aunque normalmente actúa por medio de intermediarios. Si somos intermediarios no queramos llevarnos la fama, sino que hagamos presenta a Dios y todo su poder. Segundo, sería que Dios cuidó del pueblo por medio de Moisés dándole el alimento, el maná. Hoy día, en nuestra República Dominicana hacen falta muchos intermediarios de Dios para alimentar al pueblo, alimentarlo sí con la Palabra, pero también con el alimento material; en nuestro país hay muchas personas, muchas familias pasando hambre material. Si hemos experimentado la misericordia de Dios, debemos ser misericordiosos con los demás, sobre todo preocupándonos de que no haya un dominicano o dominicana que carezca de alimentos y de vida digna. Ahí están las elecciones, a la vuelta de la esquina, tenemos una oportunidad de elegir autoridades que trabajen por erradicar el hambre no con fundas o cajas, sino con el desarrollo del país. 13

Feria o Memoria Libre: San Martín I, Papa y Mártir

Miércoles Blanco o 20 Aniversario de la Muerte del Arzobispo-Obispo Mons. Hugo Eduardo Polanco Brito , Obispo Emérito de Nuestra Señora de la Altagracia Lectura del Libro de Hechos de los Apóstoles 8, 1-8 Aquel día, se desencadenó una gran persecución contra la iglesia de Jerusalén; y todos, excepto los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaria. A Esteban lo enterraron unos hombres piadosos e hicieron duelo por él. Saulo, por su parte, perseguía con furor a la Iglesia, entraba en las casas, se llevaba por la fuerza a hombres y mujeres y los metía en la cárcel. Los que se habían dispersado fueron por todas partes anunciando el mensaje. Felipe bajó a la ciudad de Samaria y estuvo allí predicando a Cristo. La gente escuchaba con aprobación las palabras de Felipe y contemplaba los signos que realizaba. Pues de muchos endemoniados salían los espíritus inmundos, gritando con fuerza, y muchos paralíticos y cojos sanaron. Y hubo gran alegría en aquella ciudad. Palabra de Dios

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Salmo Responsorial: 65 R./ Aclama al Señor, tierra entera Aclama a Dios, tierra entera, canten en honor de su nombre, alaben su gloria, digan a Dios: “¡Qué admirables son tus obras!”R. Que se postre ante ti la tierra entera, que canten para ti, que canten en honor de tu nombre. Vengan a ver lo que ha hecho Dios, sus hazañas en favor de los hombres. R. Convirtió el mar en tierra seca, por el río cruzaron a pie; así pues, celebrémoslo con alegría. Él gobierna con su poder eternamente. R. Lectura del Santo Evangelio según San Juan 6,35-40 En aquel tiempo dijo Jesús a la gente: “Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no volverá a tener hambre; el que cree en mí nunca tendrá sed. Pero ustedes, como ya les he dicho, no creen, a pesar de haber visto. Todos los que me da el Padre vendrán a mí, y yo no rechazaré nunca al que venga a mí. Porque yo he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y su voluntad es que yo no pierda a ninguno de los que él me ha dado, sino que los resucite en el último día. La voluntad de mi Padre es que todos los que vean al Hijo y crean en él tengan vida eterna, y yo los resucitaré en el último día”. Palabra del Señor Meditación

Persecución, Pan de vida y salvación Hoy comenzamos a leer propiamente el discurso sobre el pan de vida, que es Jesús mismo. Y en él podemos destacar un elemento clave: el Padre ha enviado al Hijo para que ninguno de los que cree en Él se pierda; en otras palabras, el Dios que no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, tiene la voluntad expresa de que todos los hombres se salven (cf. 1Tim 2,4). Dicha salvación, aunque es la voluntad de Dios, es gratuita y hay que recibirla como don, como regalo y en libertad asumiendo cualquier peligro. Pero vale la pena asumir el riesgo por la salvación operada por Dios en Cristo para todos los hombres. En la Iglesia primitiva parece haberse entendido bien esto. Así lo refleja la primera lectura de hoy, en donde se nota que el fervor con el que se asume la fe es tan contagioso que incluso en la persecución los cristianos aprovechan la ocasión para predicar a Cristo resucitado hasta los confines de la tierra. Ciertamente, Dios no abandona a la Iglesia, aun en momentos de prueba y sufrimiento. La lectura de los Hechos de los Apóstoles señala que había gran alegría por los signos de la presencia de Jesús en medio de la comunidad. Hoy día el Señor debe seguir trayendo alegría a nuestro mundo, y lo quiere hacer por nuestro medio, por nuestras acciones. Así como en aquel momento la persecución fue motivo de la expansión de la predicación, y de la alegría, hoy en nuestra realidad también debemos hacer presente la salvación de Cristo por medio de nuestras palabras y por hacer presente la misericordia de Dios con todos los necesitados de cualquier tipo de ayuda. La comunidad cristiana actual no deja de ser perseguida de diversos modos, incluso el Papa francisco ha denunciado que la persecución

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actual es más intensa que la de los primeros siglos; hace un mes fueron asesinadas cuatro hermanas Misioneras de la Caridad, y muchos cristianos y cristianas que por su fe son perseguidos en distintas partes del mundo. Pero las dificultades no pueden ser obstáculos para la evangelización y el testimonio cristiano, ya que la Iglesia nace de la evangelización y vive para evangelizar y encuentra su fuerza en la Eucaristía, el pan de vida. Por eso todo cristiano ha de buscar la fortaleza de su fe en la participación frecuente en el sacramento eucarístico, pues, sólo dicha participación garantiza vivir y dar testimonio alegre de la fe en Jesucristo en el mundo actual. En efecto, debe haber gran alegría cuando oímos a Jesús decir que Él es nuestro pan de vida, el cual no solamente se da a sí mismo como pan para ser comido, sino que su palabra y mensaje son para nosotros auténtico pan de vida eterna y garantía de la resurrección para la vida; y esto es algo por lo que y para lo que vale la pena vivir y arriesgarlo todo. 14 Jueves

Feria de Pascua Blanco

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 8,26-40 En aquellos días, el ángel del Señor le dijo a Felipe: “Ponte en camino hacia el Sur, por la carretera de Jerusalén a Gaza, que cruza el desierto.” Se puso en camino y, de pronto, vio venir a un etíope; era un eunuco, ministro de Candaces, reina de Etiopía e intendente del tesoro, que había ido en peregrinación a Jerusalén. Iba de vuelta, sentado en su carroza, leyendo el profeta Isaías. El Espíritu dijo a Felipe: “Acércate y pégate a la carroza.” Felipe se acercó corriendo, le oyó leer el profeta Isaías, y le preguntó: “¿Entiendes lo que estás leyendo?” Contestó: “¿Y cómo voy a entenderlo, si nadie me guía?”  Invitó a Felipe a subir y a sentarse con él. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era éste: “Como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Sin defensa, sin justicia se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino? Lo arrancaron de los vivos.”  El eunuco le preguntó a Felipe: “Por favor, ¿de quién dice esto el profeta?; ¿de él mismo o de otro?”  Felipe se puso a hablarle y, tomando pie de este pasaje, le anunció el Evangelio de Jesús. En el viaje llegaron a un sitio donde había agua, y dijo el eunuco: “Mira, agua. ¿Qué dificultad hay en que me bautice?”  Mandó parar la carroza, bajaron los dos al agua, y Felipe lo bautizó. Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El eunuco no volvió a verlo, y siguió su viaje lleno de alegría. Felipe fue a parar a Azoto y fue evangelizando los poblados hasta que llegó a Cesárea. Palabra de Dios. Salmo Responsorial 65. R/. Aclama al Señor, tierra entera Bendigan pueblos, a nuestro Dios, hagan resonar sus alabanzas,  porque él nos ha devuelto la vida y no dejó que tropezaran nuestros pies. R/.

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Fieles de Dios, vengan a escuchar, les contaré lo que ha hecho conmigo:  a él gritó mi boca y lo ensalzó mi lengua. R/. Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica ni me retiró su favor. R/. Lectura del santo evangelio según san Juan 6,44-51 En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: “Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: “Serán todos discípulos de Dios.” Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí. No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al Padre. Les aseguro: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Sus padres comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.”Palabra del Señor Meditación Encuentro con Cristo por la fe, la palabra y el sacramento     En la primera lectura de hoy, San Lucas presenta la conversión del tesorero de la reina de Etiopía en paralelo con la de los discípulos de Emaús. Éstos habían escuchado la explicación de las Escrituras por parte de Cristo acerca de sí mismo, y entonces reconocieron y encontraron realmente al Señor, vivo y resucitado, al partir el pan, en la Eucaristía. Mientras que el etíope había recibido la explicación de las Escrituras sobre el cordero sacrificado y sobre la buena nueva de la resurrección de Jesús por parte del diácono Felipe. Es la tarea de la Iglesia de todos los tiempos: llevar a los hombres al encuentro con Cristo por medio del anuncio de la Palabra. En el evangelio, Cristo habla de sí mismo como el pan de vida que hay que aceptar con fe, y promete dar el pan de su propia carne en la Eucaristía para la vida del mundo, para la vida eterna.Sin embargo, no recibe la aprobación de todos sus interlocutores, pues, sus palabras resultan fastidiosas al entendimiento humano. De ahí que los judíos (los dirigentes religiosos del pueblo) lo criticaban por decir que Él era el pan vivo bajado del cielo; y tenían un punto de partida para dudar de sus palabras: conocían a sus padres y familiares; por tanto, era difícil asumir su discurso, les faltaba la inteligencia de la fe. Por ende, Jesús tendrá que resaltar el hecho de que su misterio sólo puede ser asumido por medio de la fe, que es don de Dios: “Nadie viene a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado”, y el que cree en Él tiene vida eterna. Esa vida ya ha comenzado y alcanzará su plenitud en “el último día”. La clave es escuchar al Padre y responder con responsabilidad y generosidad a su llamada. El versículo 51, el último leído hoy, marca un cambio en la conversación de Jesús con los judíos. Hasta aquí, Jesús se está refiriendo a su predicación y a su persona como pan y alimento; a partir de este versículo habla de carne, habla de que su cuerpo es carne. A partir de aquí es donde se refieren directamente a la Eucaristía, así lo veremos mañana.

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Lectura de los Hechos de los Apóstoles 9, 1-20 En aquellos días, Saulo, que seguía amenazado de muerte a los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote y le pidió cartas de presentación para las sinagogas de Damasco, con el fin de llevar encarcelados a Jerusalén a todos los que encontrara, hombres o mujeres, que siguieran el camino de Jesús. Cuando estaba cerca de Damasco, de repente lo envolvió un resplandor del cielo, cayó a tierra y oyó una voz que decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” Saulo preguntó: “¿Quién eres, Señor?” La voz respondió: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate, entra a la ciudad y allí te dirán lo que debes hacer”. Los hombres que lo acompañaban se detuvieron espantados; oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada; así que lo llevaron de la mano y lo introdujeron en Damasco, donde estuvo tres días sin ver y sin comer ni beber. Había en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor le dijo en una visión: “Ananías”. El respondió: “Aquí me tienes, Señor”. Y el Señor le dijo: “Levántate, vete a la calle llamada Recta, y busca en la casa de Judas a un tal Saulo de Tarso. Está allí orando, y ha visto a un hombre llamado Ananías, que entraba y le imponía las manos para devolverle la vista”. Ananías respondió: “Señor, he oído a muchos hablar del daño que ese hombre ha hecho en Jerusalén a los que creen en ti; y ha venido con poderes de los sumos sacerdotes, para arrestar a todos los que invocan tu nombre”. Pero el Señor le dijo: “Vete, porque éste es para mí un instrumento elegido para anunciar mi nombre a todas las naciones, a sus gobernantes, y al pueblo de Israel. Yo le daré a conocer cuánto tendrá que padecer por causa de mi nombre”. Ananías fue, entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: “Hermano Saulo, Jesús, el Señor, que se te apareció cuando venías por el camino, me ha enviado para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo”. En ese momento se le cayeron de los ojos una especie de escamas y recuperó la vista, y a continuación fue bautizado. Luego comió y recobró las fuerzas. Después de pasar algunos días con los discípulos que había en Damasco, Pablo empezó a predicar en las sinagogas, proclamando que Jesús es el Hijo de Dios. Palabra de Dios Salmo Responsorial: 116 R/ Vayan a todo el mundo y proclamen el Evangelio Alaben al Señor todas las naciones, aclámenlo todos los pueblos. R. Grande es su amor por nosotros, y la fidelidad del Señor dura por siempre. R. Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 52-59 En aquel tiempo, los judíos disputaban entre sí: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?” Jesús les dijo: “Yo les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré el último día. Mi

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carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre vive en mí y yo en él. Como el Padre que me envió posee la vida y yo vivo por él, así también, el que me coma vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo, no como el pan que comieron sus antepasados. Ellos murieron, pero el que coma de este pan, vivirá para siempre”. Meditación

Cristo vive en mí por la Eucaristía “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” Ésta es la pregunta de Cristo, el Señor, cuando se hace el encontradizo con Saulo, el perseguidor de los cristianos, en el camino de Damasco cuando aún maquinaba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor. El mismo Jesús glorioso se le reveló en el camino. Jesús se identifica con sus seguidores perseguidos. Desde aquel momento Saulo servirá al Señor, cuya vida vivirá plenamente: “Ya no soy yo quien vivo; es Cristo quien vive en mí” (Gál 2,20). El del camino de Damasco fue un encuentro que cambió radicalmente a Saulo en Pablo. El Señor lo eligió para que, lleno del Espíritu Santo, anunciase el Evangelio de la salvación a los gentiles. Al igual que Pablo, nosotros podemos expresar que es Cristo quien vive en nosotros, pues, cada vez que lo recibimos en la Eucaristía es Él mismo que viene a morar en nuestros corazones, si no nos escandalizamos como los judíos al escuchar que Jesús le daría a comer su propia carne: “El pan que yo daré es mi carne, para la vida del mundo”. La Eucaristía es el pan que el Señor nos da para la vida y nos permite entrar en comunión plena con Él: “El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él”. En la Eucaristía nos encontramos con el Señor; ella es garantía de vida eterna porque es verdadera comida y verdadera bebida cuando la recibimos con fe. Los judíos le habían dicho antes que les diera ese pan. Ahora protestan, no entienden ni aceptan. Es que eso de comer la carne no pueden entenderlo. Por eso decimos que cuando se trataba de aceptar a Jesús como que sí lo entienden pero cuando se refiere a comerlo en la Eucaristía es más difícil de aceptar. Aquí nos está hablando claramente de que comer su cuerpo y beber su sangre; y también que su carne es verdadera comida y su sangre es verdadera bebida. No podemos dudar de esto o dudaremos de todo lo dicho, hecho y de toda la persona del mismo Jesús. Por otra parte este es el misterio de la misericordia y de la alegría. Jesús se queda para poder comerlo, beberlo, adorarlo, postrarnos ante Él, alimentarnos con su cuerpo y su gracia… ¿qué mayor misterio de la misericordia de Dios? ¿Qué mayor motivo para alegrarnos de su presencia real en medio de nosotros? 16 Sábado

Feria de Pascua Blanco

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 9,31-42 En aquellos días, la Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo. Pedro recorría el país y bajó

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a ver a los santos que residían en Lida. Encontró allí a un cierto Eneas, un paralítico que desde hacía ocho años no se levantaba de la camilla. Pedro le dijo: «Eneas, Jesucristo te da la salud; levántate y haz la cama.» Se levantó inmediatamente. Lo vieron todos los vecinos de Lida y de Sarán, y se convirtieron al Señor Había en Jafa una discípula llamada Tabita, que significa Gacela. Tabita hacia infinidad de obras buenas y de limosnas. Por entonces cayó enferma y murió. La lavaron y la pusieron en la sala de arriba. Lida está cerca de Jafa. Al enterarse los discípulos de que Pedro estaba allí, enviaron dos hombres a rogarle que fuera a Jafa sin tardar. Pedro se fue con ellos. Al llegar a Jafa, lo llevaron a la sala de arriba, y se le presentaron las viudas, mostrándole con lágrimas los vestidos y mantos que hacía Gacela cuando vivía. Pedro mandó salir fuera a todos.  Se arrodilló, se puso a rezar y, dirigiéndose a la muerta, dijo: «Tabita, levántate.» Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó. Él la cogió de la mano, la levantó y, llamando a los santos y a las viudas, se la presentó viva. Esto se supo por todo Jafa, y muchos creyeron en el Señor.Palabra deDios. Salmo Responsorial 115 R/. ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?Alzaré la copa de la salvación,invocando su nombre. R/. Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo. Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles. R/. Señor, yo soy tu siervo, siervo tuyo,hijo de tu esclava:rompiste mis cadenas.Te ofreceré un sacrificio de alabanza,invocando tu nombre, Señor. R/. Lectura del santo evangelio según san Juan 6,60-69 En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?» Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: «¿Esto les hace vacilar?, ¿y si vieran al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de ustedes no creen.» Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: «Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede.» Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: «¿También ustedes quieren marcharse?» Simón Pedro le contestó: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios.»Palabra del Señor Meditación

La opción por Jesús La primera lectura nos ha presentado a Pedro dando los frutos que Jesús había prometido a sus discípulos: curar, echar demonios, resucitar muertos, convertir…

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Se llenaron de alegría al ver al Señor

Leemos hoy la conclusión del discurso del pan de vida, y como era de esperar, es necesario tomar una decisión sobre la persona de Jesús: a favor o en contra; seguirle o marcharse por otro camino; fe o incredulidad. Por la fe optarán los Doce, mientras que la mayoría del pueblo y discípulos lo harán por la incredulidad. Efectivamente, muchos discípulos están decepcionados con Jesús. Habían esperado otro tipo de Mesías, uno que dirigiera a sus discípulos, no uno que les sirviera y que les diera su carne para comer. Mucha gente, incluido un buen número de discípulos, volvieron la espalda a Jesús y le abandonaron. Los que permanecían quizás no estaban demasiado seguros sobre qué pensar y qué hacer. Pero Jesús quiere saber con qué cuenta y confronta a los apóstoles y les pregunta: “¿También ustedes quieren irse?”Y Pedro responde en nombre de los Doce: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el santo, consagrado por Dios”. Esto nos recuerda la profesión de fe de Pedro en Cesarea de Filipo: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo” (Mt 16,16). Hoy en día también a nosotros el Señor dirige su pregunta: “¿También ustedes quieren irse?” La respuesta corresponde a cada uno; o seguimos con Jesús o lo abandonamos, pero no puede haber término medio. Muchas veces nos resultan duras las exigencias del evangelio y nos vemos tentados a abandonar, pero cuando lleguen esos momentos creo que no nos queda un camino más seguro que el de seguir fielmente a Jesús como lo hizo Pedro y los demás apóstoles, pues, sólo Él tiene palabras de vida eterna. Sin embargo nosotros sabemos arreglarnos para intentar seguirle a medias; unas veces sí y otras no, cuando vienen las dificultades, como que nos tiramos atrás y buscamos otras salidas… Es necesario dejar de lado la mediocridad, la tibieza y decidirnos por el Señor. 17

IV Domingo de Pascua, Domingo del Buen Pastor

IV Semana de la Liturgia de las Horas

Blanco

Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones Alegrémonos: Jesús Resucitado es nuestro Pastor Ambientación: Se coloca una imagen de Jesús Buen Pastor. Colocar imágenes de ovejas y bastones y pegarlas a los bancos y paredes de la Iglesia. Orar por las vocaciones sacerdotales y religiosas. Destacar las vocaciones sacerdotales y religiosas de nuestra comunidad. Hacer un reconocimiento al sacerdote de nuestra Parroquia. Destacar a las personas que están llamadas a pastorear a sus familias, sectores, comunidades, alumnos, Comisiones… Monición de Entrada Hermanos y hermanas: en este Cuarto Domingo de Pascua, la Liturgia nos presenta a Jesús como el Buen Pastor. Cuánta fuerza tenía esta imagen en

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el ambiente natural de Jesús y de la primitiva Iglesia. También puede tenerla para nosotros si pensamos en el especial cariño que el pastor siente por sus ovejas y la necesidad que la oveja tiene de su pastor. La Resurrección de Cristo inicia una nueva forma de relación entre Dios y los hombres; ahora las vidas de todos los que confían en el Señor, pasan a través de Cristo mismo como Pastor de las ovejas. En su ministerio público, Jesús, verdadero Pastor del cielo, dejaba entrever su inmenso amor cuidadoso por los que le pertenecen. En este Domingo del Buen Pastor, celebramos la 53ª. Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones con el lema “La Iglesia, madre de las vocaciones”. El Papa Francisco nos recuerda que las vocaciones nacen y crecen en la Iglesia y son sostenidas por la Iglesia. Pidamos que en nuestra Parroquia surjan nuevas y santas vocaciones que necesitamos y que las sostenga. Recibimos cantando con júbilo a Cristo, el Buen Pastor, que viene a presidir nuestra Celebración. Primera lectura: Hch 13, 14. 43-52 El anuncio del Evangelio llega a los pueblos paganos por la predicación de Pablo y Bernabé. A sabiendas de las dificultades los discípulos comprenden que su misión enfrenta el rechazo, pero lo que importa es mantenerse fieles en el testimonio del Señor Resucitado lo que les traerá gran alegría. Escuchemos. Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles En aquellos días, Pablo y Bernabé desde Perge siguieron hasta Antioquia de Pisidia; el sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. Muchos judíos y prosélitos practicantes se fueron con Pablo y Bernabé, que siguieron hablando con ellos, exhortándolos a ser fieles a la gracia de Dios. El sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la palabra de Dios. Al ver el gentío, a los judíos les dio mucha envidia y respondían con insultos a las palabras de Pablo. Entonces Pablo y Bernabé dijeron sin contemplaciones: “Teníamos que anunciarles primero a ustedes la palabra de Dios; pero como ustedes la rechazan y no se consideran dignos de la vida eterna, saben que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: “Yo te haré luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el extremo de la tierra”. Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida eterna creyeron. La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas y devotas y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron del territorio. Ellos sacudieron el polvo de los pies, como protesta contra la ciudad, y se fueron a Iconio. Los discípulos quedaron llenos de alegría y de Espíritu Santo. Palabra de Dios. Salmo responsorial: Sal 99, 2. 3. 5. Somos su pueblo y ovejas de su rebaño. (También puede cantarse: Aleluya). Aclama al Señor, tierra entera, sirvan al Señor con alegría, entren en su presencia con vítores. R.

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Sepan que el Señor es Dios: que él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño. R. «El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades.» R. Segunda lectura: Apocalipsis 7, 9. 14b-17 Llenos de júbilo porque Jesús, el Buen Pastor, nos conduce a manantiales de aguas vivas, comprometámonos a seguir fieles y firmes en El, ya que nos fortalece en las tribulaciones, ataques y persecuciones. Escuchemos. . Lectura del libro del Apocalipsis Yo, Juan, vi. una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y uno de los ancianos me dijo: —«Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero. Por eso están ante el trono de Dios, dándole culto día y noche en su templo. El que se sienta en el trono acampará entre ellos. Ya no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el sol ni el bochorno. Porque el Cordero que está delante del trono será su pastor, y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas. Y Dios enjugará las lágrimas de sus ojos.» Palabra de Dios. Aleluya Jn 10, 14: Yo soy el buen Pastor —dice el Señor—, conozco mis ovejas, y las mías me conocen. Evangelio: Juan 10, 27-30 Hoy es un día de júbilo para nosotros que somos el rebaño de Jesús el Buen Pastor que nos conoce y nos da vida eterna. La alegría crece en nosotros al escuchar su voz de Pastor: nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Escuchemos . + Lectura del santo evangelio según san Juan En aquel tiempo, dijo Jesús: —«Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.» Palabra del Señor. Oración de los fieles El que preside: Padre, abandonados en tus manos y seguros de tu amor confiamos a Ti nuestras peticiones: Padre, que tu Hijo el Buen Pastor guíe nuestro caminar. Por el Papa, los Obispos, Sacerdotes, Diáconos y Consagrados, para que a ejemplo de Jesús, Buen Pastor, sepan guiar el rebaño a ellos encomendado y que su testimonio atraiga a los jóvenes a entregar su vida al Señor. Oremos. Por los gobernantes, para que imiten el liderazgo de Jesús “Buen Pastor”, den sus vidas como El por su pueblo hasta lograr una sociedad más justa. Oremos.

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Para que Dios siga dando a su pueblo sacerdotes, santos, humildes, comprensivos, cercanos, sin apego al dinero, que escuchen, guíen y acompañen a las comunidades que les han sido confiadas. Oremos. Por todos los jóvenes, para que confiando en la iniciativa de Dios den una respuesta generosa, consagrando sus vidas al sacerdocio y a la vida consagrada. Oremos. Por nuestras familias para que viviendo los valores de Jesús en sus hogares sean fermento de vocaciones sacerdotales y a la vida consagrada. Oremos. Por nosotros invitados por el Buen Pastor a compartir su Eucaristía, para que, renovando nuestra fe en él, seamos verdaderos seguidores de su proyecto de Vida y confesemos con nuestro testimonio que él es nuestro Señor y Salvador. Oremos. . El que preside: Padre, Tú que nos diste a tu Hijo amado para que nos pastoreara en el camino hacia la plenitud de tu amor, haz que experimentemos la fe firme y segura de que estamos en tus manos y que nada ni nadie nos puede arrebatar de tus manos misericordiosos. Bendice a tu Iglesia con abundantes y santas vocaciones al ministerio sacerdotal y a la vida consagrada. Por Jesucristo, nuestro Buen Pastor. 18 Lunes

Feria de Pascua Blanco

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 11, 1-18 En aquellos días, los apóstoles y los hermanos que vivían en Judea se enteraron de que también los paganos habían recibido la palabra de Dios. Y cuando Pedro fue a Jerusalén, los partidarios de la circuncisión le reprochaban: “Entraste en casa de incircuncisos y comiste con ellos”. Entonces Pedro comenzó a darles una explicación punto por punto: “Yo estaba en Jafa orando, cuando caí en éxtasis y tuve una visión. Una especie de lienzo grande, colgado por las cuatro puntas, descendía desde el cielo, y vino hasta mí. Yo lo miraba con atención y vi que estaba lleno de animales: cuadrúpedos, bestias, reptiles y aves. Entonces oí una voz que me decía: “Pedro, levántate, mata y come”. Yo respondí: “De ninguna manera, Señor; jamás ha entrado en mi boca nada profano o impuro”. Pero la voz me habló por segunda vez desde el cielo y me dijo: “Lo que Dios ha hecho puro, no lo consideres tú impuro”. Esto se repitió tres veces, y después todo fue retirado de nuevo al cielo. En ese mismo momento, se presentaron en la casa donde estábamos tres hombres que habían enviado desde Cesarea para buscarme. Y el Espíritu me dijo que fuera con ellos sin dudar. Vinieron conmigo también estos seis hermanos, y entramos en la casa de aquel hombre. Él nos contó cómo había visto un ángel que se presentó en su casa y le dijo: Manda que vayan a Jafa en busca de Simón, llamado Pedro; sus palabras te traerán la salvación a ti y a todos los de tu casa”. Apenas había yo comenzado a hablar, cuando el Espíritu Santo descendió sobre ellos, como sucedió con nosotros al principio.

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Se llenaron de alegría al ver al Señor

Entonces recordé aquello que había dicho el Señor: “Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo”. Por tanto, si Dios les había dado a ellos el mismo don que a nosotros por creer en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para oponerme a Dios? Al oír esto, se calmaron y alabaron a Dios diciendo: “¡También a los paganos les ha concedido Dios la conversión que lleva a la vida!”“. Palabra de Dios Salmo Responsorial: 41 R/Mi Alma tiene sed de ti, Dios vivo Como busca el venado corriente de agua, así, Dios mío, te busca todo mi ser. Tengo sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios? R. Envíame tu luz y tu verdad, que ellas me guíen, y me lleven a tu santo monte, hasta tu morada. R. Y me acercaré al altar de Dios, al Dios de mi alegría, y te daré gracias con el arpa, Dios, Dios mío. R. Lectura del Santo Evangelio según San Juan 10,1-10 En aquel tiempo, dijo Jesús: —«Les aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.» Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: —«Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.»Palabra del Señor. Meditación

La puerta de las ovejas Al Igual que ayer, el domingo del buen Pastor, continuamos con el tema del pastor y las ovejas. Hoy y mañana leemos la parábola del Buen Pastor, la cual contiene tres imágenes hermosísimas: la puerta, el pastor y las ovejas. La idea central es que Jesús es el Buen Pastor, es decir, que su misión es auténtica y se realiza en el servicio total hasta entregar la vida por sus ovejas: “He venido para que tengan vida y la tengan abundante”. Jesús es la puerta abierta para todos, por medio de Él (camino-verdadvida) podemos llegar al Padre. Jesús no es un guía ciego como los malos pastores fariseos (cf. Jn9); ellos, más que guías religiosos, son “ladrones y bandidos” que no entran por la puerta, sino que saltan la cerca del redil y entran para causar daño en el rebaño.

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Ante la presencia de los malos pastores que sólo se aprovechan de la lana, la leche y la carne de las ovejas, Dios mismo tiene que asumir la responsabilidad de conducir a su pueblo (cf. Ez 34). Ahora será Jesús que, viendo la situación de explotación a la que es sometido el pueblo de Dios, tendrá que decir que esos guías son ciegos, son malos pastores; por eso, Él se definirá como el Buen Pastor. Él es la puerta abierta para todos, la puerta que conduce a la vida, a la inmortalidad, y nos da acceso al Padre y a su Reino, sin importar condición social, económica o política. Una muestra de ello la vemos en la primera lectura de hoy en donde Pedro bautiza al pagano Cornelio Pastores que huelen a oveja, decía el Papa, puertas que están sucias de tanto rozase con las ovejas que pasa por esa puerta. Si la puerta está limpia es que no deja pasar a las ovejas. Si Jesús es el pastor y la puerta, tiene que oler a ovejas, estará sudado y manchado por las ovejas. Eso debemos pedir a los pastores actuales: estar con las ovejas, ir por delante para enseñar el camino, cuidarlas, cargarlas sobre los hombres y mancharse, dejarse manchar por estar tan cerca de ellas que las toca y las limpia. Queremos pastores en el rebaño, al ejemplo de Cristo. Queremos pastores misericordiosos con las comunidades, como lo fue Cristo. 19 Martes

Feria de Pascua Blanco

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 11,19-26 En aquellos días, los que se habían dispersado en la persecución provocada por lo de Esteban, llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, sin predicar la palabra más que a los judíos. Pero algunos, naturales de Chipre y de Cirene, al llegar a Antioquía, se pusieron a hablar también a los helenistas, anunciándoles la Buena Noticia del Señor Jesús. Como la mano del Señor estaba con ellos, gran número creyó y se convirtió al Señor. Llegó la noticia a la Iglesia de Jerusalén, y enviaron a Bernabé a Antioquía; al llegar y ver la acción de la gracia de Dios, se alegró mucho, y exhortó a todos a seguir unidos al Señor con todo empeño; como era hombre de bien, lleno de Espíritu Santo y de fe, una multitud considerable se adhirió al Señor. Más tarde, salió para Tarso, en busca de Saulo; lo encontró y se lo llevó a Antioquía. Durante un año fueron huéspedes de aquella Iglesia e instruyeron a muchos. Fue en Antioquía donde por primera vez llamaron a los discípulos cristianos. Palabra de Dios Salmo Responsorial: 86 R/“Alaben al Señor, todas las naciones” Él la ha cimentado sobre el monte santo; y el Señor prefiere las puertas de Sión a todas las moradas de Jacob. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios! R. “Contaré a Egipto y a Babilonia entre mis fieles; filisteos, tirios y etíopes han nacido allí.” Se dirá de Sión: “Uno por uno todos han nacido en ella; el Altísimo en persona la ha fundado.” R.

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El Señor escribirá en el registro de los pueblos: “Éste ha nacido allí.” Y cantarán mientras danzan: “Todas mis fuentes están en ti.” R. Lectura del Santo Evangelio según San Juan 10, 22-30 Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del Templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón. Los judíos, rodeándolo, le preguntaban: “¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso?, si tú eres el Mesías, dínoslo francamente.” Jesús les respondió: “Se lo he dicho, y no creen; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ésas dan testimonio de mí. Pero ustedes no creen, porque no son ovejas mías. Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.” Palabra del Señor. Meditación

Un nuevo enfoque misionero  La primera lectura de hoy nos del surgimiento de una nueva comunidad cristiana en Antioquía, de la cual Pedro sería su primer obispo, más a delante. Los cristianos de Antioquía (que fueron los primeros en llamarse “cristianos” como discípulos de Cristo) eran de dos clases: los griegoparlantes de origen judío y los de origen pagano. Los primeros habían huido a Antioquía cuando la Iglesia de Jerusalén era perseguida y comunicaban su fe a sus compañeros judíos. Pero seguramente habían hablado también de su fe en Cristo a algunas personas de raíces paganas que aceptaron a Cristo, no ya como el Mesías prometido, sino como el Señor de todos, sin distinción. Esto puso a la Iglesia en un dilema: ¿Serían estos cristianos marginados, seguidores de Cristo de segunda clase? Bernabé, lleno del Espíritu Santo, reconoció cómo la gracia de Dios obraba en ellos. Donde la Iglesia oficial de Jerusalén duda, Bernabé interpreta los signos de los tiempos. Para él es voluntad de Dios que estas personas acepten a Cristo como a su Señor y Salvador. Confronta con audacia el problema misionero, y lo resuelve localmente, y no teme abrir nuevos caminos En el evangelio de hoy se sigue el tema del Buen Pastor que veíamos ayer. Si ayer Jesús declaraba que Él era la puerta de las ovejas, hoy nos dice que es el único y auténtico pastor del rebaño. Esa afirmación la va a sustentar en tres características esenciales:1) Él está dispuesto a dar la vida por las ovejas en el momento del peligro; 2) Él conoce a las ovejas y ellas le conocen, creando una comunión de vida con Él tan profunda como la que existe entre Él y el Padre; y 3) Él entrega la vida por sus ovejas. La misión de los pastores de la Iglesia ha de estar centrada, por tanto, en la necesidad y el cuidado de las ovejas, teniendo en cuenta los signos de los tiempos como nos dice el Concilio Vaticano II (cf. Gaudium et spes,nn. 4, 11, 44), pues, los tiempos hacen lo que deben: cambian. Y los cristianos deben hacer lo que quiere Cristo, a saber: evaluar los tiempos y cambiar con ellos, permaneciendo “firmes en la verdad delEvangelio”, decía el Papa Francisco.

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Feria de Pascua

Miércoles

Blanco 15o

Aniversario de la Dedicación de la Catedral de San Francisco de Macorís

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 12,24–13,5 En aquellos días, la palabra de Dios cundía y se propagaba. Cuando cumplieron su misión, Bernabé y Saulo se volvieron de Jerusalén, llevándose con ellos a Juan Marcos. En la Iglesia de Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simeón, apodado el Moreno, Lucio el Cireneo, Manahén, hermano de leche del virrey Herodes, y Saulo.  Un día que ayunaban y daban culto al Señor, dijo el Espíritu Santo: “Apartadme a Bernabé y a Saulo para la misión a que los he llamado.”  Volvieron a ayunar y a orar, les impusieron las manos y los despidieron. Con esta misión del Espíritu Santo, bajaron a Seleucia y de allí zarparon para Chipre. Llegados a Salamina, anunciaron la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos, llevando como asistente a Juan. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 66. R/. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben El Señor tenga piedad nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. R/. Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra. R/. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.  Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe. R/. Lectura del santo evangelio según san Juan 12,44-50 En aquel tiempo, Jesús dijo, gritando: “El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así el que cree en mí no quedará en tinieblas. Al que oiga mis palabras y no las cumpla yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, ésa lo juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo lo hablo como me ha encargado el Padre”Palabra del Señor. Meditación

Reflejos de la luz de Cristo Si anteriormente veíamos a Jesús presentarse como el Buen Pastor, ahora lo vemos identificarse como luz: “Yo he venido al mundo como luz”. Eso significa que quien cree en Jesús no camina en tinieblas. La misión del cristiano es hacer que resplandezca ante los hombres de hoy la luz de Cristo: no su propia luz, sino la de Cristo como lo hicieron Pablo y Bernabé en Antioquía.

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Se llenaron de alegría al ver al Señor

En la actualidad, si echamos una mirada nos daremos cuenta de que las nubes del materialismo y el consumismo han cubierto el horizonte cultural secularizado; son muchas las sombras de pecado que se ciernen en el corazón del hombre actual; una cortina de humo impide que la luz de la Palabra ilumine las mentes y los corazones de nuestros contemporáneos: la luz penetra cada vez menos, la esperanza parece disminuir. Sin embargo, en medio de la oscuridad del pecado que arropa al mundo, que ha rechazado al enviado del Padre, prefiriendo las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas (cf. Jn 3, 19), Jesús viene a decirnos que el que cree en Él no permanece en las tinieblas. De ahí que el discípulo de Jesús permanece en su palabra, para conocer la verdad que hace libre y que santifica. Por tanto, como cristianos bautizados, estamos llamados a ser luz para la salvación del mundo.  En efecto, Jesús no vino a juzgar al mundo para condenarlo, sino para salvarlo. Él vino para traernos vida, y vida en abundancia. Si creemos en Él y escuchamos su Palabra llegaremos a ser luz para los hombres. Creer en Jesús nos compromete a ser reflejo suyo ante los hermanos.Pues, creer en Jesús es más que una declaración externa de palabra, e incluso más que una simple disposición interna; es un compromiso profundo que me mueve a adherirme a su persona y a reflejarlo en mis acciones y mediante la predicación de la Palabra, convirtiéndonos en pequeñas luces que lleven un poco de claridad y calor a nuestro mundo frío y oscuro. 21 Jueves

Feria o Memoria Libre; San Anselmo de Canterbury, Obispo y Doctor de la Iglesia Blanco

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 13, 13-25 En aquellos días, Pablo y sus compañeros se hicieron a la vela en Pafos y llegaron a Perge de Panfilia. Juan los dejó y se volvió a Jerusalén. Desde Perge siguieron hasta Antioquía de Pisidia; el sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. Acabada la lectura de la Ley y los profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron a decir: “Hermanos, si quieren exhortar al pueblo, hablen.” Pablo se puso en pie y, haciendo seña de que se callaran, dijo: “Israelitas y los que temen a Dios, escuchen: El Dios de este pueblo, Israel, eligió a nuestros padres y multiplicó al pueblo cuando vivían como forasteros en Egipto. Los sacó de allí con brazo poderoso; unos cuarenta años los alimentó en el desierto, aniquiló siete naciones en el país de Canaán y les dio en posesión su territorio, unos cuatrocientos cincuenta años. Luego les dio jueces hasta el profeta Samuel. Pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, que reinó cuarenta años. Lo depuso y nombró rey a David, de quien hizo esta alabanza: “Encontré a David, hijo de Jesé, hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos.” Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús. Antes de que llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión; y, cuando estaba para acabar su vida, decía: “Yo no soy quien piensan; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias”“. Palabra de Dios

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Salmo Responsorial, 88. R/ “Cantaré eternamente las misericordias del Señor.” Cantaré eternamente el amor del Señor, anunciaré por siempre tu fidelidad, proclamaré: “Tu amor está consolidado para siempre, tu fidelidad está firme en los cielos”. R. He hallado a mi siervo David, y lo he ungido con mi óleo santo; mi mano está siempre con él, mi brazo lo fortalecerá. R. Mi fidelidad y mi amor estarán con él, en mi nombre triunfará. El me dirá: “Tú eres mi padre, mi Dios, la roca que me salva”. R. Lectura del santo evangelio según san Juan 13, 16-20 En aquel tiempo, después de lavar los pies a sus discípulos, Jesús les dijo: “Yo les aseguro que un siervo no puede ser mayor que su señor, ni un enviado puede ser superior a quien lo envió. Sabiendo esto, serán dichosos si lo ponen en práctica. No estoy hablando de todos ustedes: yo sé muy bien a quiénes elegí. Pero hay un texto de la Escritura que debe cumplirse: El que come mi pan, se ha puesto en contra mía. Les digo estas cosas ahora, antes de que sucedan, para que cuando sucedan crean que yo soy. Les aseguro que todo el que reciba a quien yo envíe, me recibe a mí mismo y, al recibirme a mí, recibe al que me envió”. Palabra del Señor Meditación

Servidores al estilo de Jesús  En su predicación, Pablo, presenta a Cristo como la personalidad hacia cuya venida iba orientado todo el Antiguo Testamento, y Juan el  Bautista se presenta como el mensajero inmediato que anuncia el cumplimiento de las promesas al aparecer Jesús. Jesús había dicho a sus discípulos con mucho énfasis e insistencia que ni el poder terreno ni el rango social habría de ser la señal del discípulo, sino el servicio: el amor servicial. Ahora, en la Última Cena muestra eso claramente con su propio ejemplo, cuando él, el Señor y Maestro, lava los pies de sus apóstoles, incluso a aquel que pocas horas después lo iba a traicionar. Jesús ha llevado hasta lo más profundo sus gestos de amor fraterno lavando los pues a sus discípulos, asume la condición de esclavo; pues, era el esclavo quien lavaba los pies a su amo. Pero el Señor siempre actúa contrario a la lógica humana y de lo que podría ser algo denigrante Él lo convierte en el gran gesto de entrega y servicio en favor de sus hermanos. Jesús nos muestra a un Dios humano, un Dios que ama y que sirve a los que ama. La misericordia y el servicio de Jesús deben convertirse en misericordia y servicio hacia los demás. Hagamos de las próximas elecciones un acto de misericordia para con nuestra República Dominicana, porque elegimos, votamos por las personas que van a servir al pueblo San Juan afirma que Dios es amor, y la medida del amor es amar sin medida, decía San Bernardo. De ahí que la mediada de la grandeza de Jesús no es el poder terrenal, sino la del amor servicial, la entrega incondicional a los suyos. Como alguien afirmó, con toda razón, Jesús es el hombre para los demás.

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Ese es el camino que hemos de seguir como sus seguidores en este tiempo. En la medida que nos identifiquemos con el Jesús sirviente en el hermano que necesita de nuestra ayuda, en el que sufre la soledad o la injusticia, en el que pasa hambre o sed, en el que no tiene lo necesario para vivir o le falta medicina, seremos testigos del amor de Dios a los hombres, manifestado en Cristo, que ha venido no para que le sirvan, sino como servidor de todos. El cristiano comprometido que piensa, habla y actúa como Jesús participará de su destino de humillación y gloria; pues, los siervos no son más que su Maestro; sus mensajeros no serán mejores que Jesús que les envía. Seguir el ejemplo de Jesús va más allá de la simple confesión de la fe: implica un compromiso serio de entrega generosa, de servicio alegre y de amor sincero a su estilo. 22

Feria de Pascua

Viernes Blanco 54o Aniversario de la Ordenación Presbiteral de Mons. Amancio Escapa Aparicio, O.C.D., Obispo Auxiliar de Santo Domingo Lectura de los Hechos de los Apóstoles 13,26-33 En aquellos días, habiendo llegado Pablo a Antioquía decía en la sinagoga: “Hermanos, descendientes de Abrahán y todos los que temen a Dios: A ustedes se les ha enviado este mensaje de salvación. Los habitantes de Jerusalén y sus autoridades no reconocieron a Jesús ni entendieron las profecías que se leen los sábados, pero las cumplieron al condenarlo. Aunque no encontraron nada que mereciera la muerte, le pidieron a Pilato que lo mandara ejecutar. Y, cuando cumplieron todo lo que estaba escrito de Él, lo bajaron del madero y lo enterraron. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos. Durante muchos días, se apareció a los que lo habían acompañado de Galilea a Jerusalén, y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo. Nosotros les anunciamos la Buena Noticia de que la promesa que Dios hizo a nuestros padres, nos la ha cumplido a los hijos resucitando a Jesús. Así está escrito en el Salmo segundo: “Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.” Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 2 R. “Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.” “Yo mismo he establecido a mi rey en Sión, mi monte santo.” Voy a proclamar el decreto del Señor; “Él me ha dicho: Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.” R. “Pídemelo: te daré en herencia las naciones, en posesión, los confines de la tierra: los gobernarás con cetro de hierro, los quebrarás como jarro de loza.” R. Y ahora, reyes, sean sensatos; / escarmienten, los que rigen la tierra: / sirvan al Señor con temor, / ríndanle homenaje temblando. R.

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Lectura del Santo Evangelio según San Juan 14, 1-6 En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “Que no tiemble su corazón: Crean en Dios y crean también en mí. En la Casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar. Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes. Ya conocen el camino del lugar adonde voy”. Tomás le dijo: “Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?”. Jesús le respondió: “Yo soy el Camino, y la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Palabra del Señor. Meditación Jesucristo: camino, verdad y vida En la sinagoga Pablo proclama a Cristo resucitado. Que Cristo haya resucitado no es un mero acontecimiento importante del pasado: es “un mensaje de salvación pensado para ustedes. Hemos venido aquí para anunciarles la Buena Nueva”. Esta noticia va dirigida a ustedes, hoy. ¿Cuál es la tarea y la misión de todos los cristianos en el mundo hoy? Proclamar la Buena Nueva de que Cristo ha resucitado y vive entre nosotros. Hacer lo que Cristo hizo. “Ser Cristos” los unos para con los otros y para el mundo, porque somos pueblo de Dios, pueblo sacerdotal y misionero. No estamos solos en esta misión, ya que el mismo Cristo vivo está con nosotros como camino, verdad y vida. Decir que Cristo es el camino significa que sólo por medio de Él se llega a la casa del Padre; es decir, somos un pueblo peregrino que, cumpliendo su misión, se dirige hacia la tierra de promisión en la vida eterna. Jesús también es la verdad en medio de la mentira del mundo, porque Él es la revelación del Padre. Finalmente, es la vida en plenitud y sin término en un mundo donde prima la cultura de la muerte y la autodestrucción, pues, gracias a Él podemos entrar en comunión con el Dios vivo y verdadero. San Agustín afirma que “era necesario que Jesús dijera ‘Yo soy el camino, la verdad y a vida’, para que una vez conocido el camino, quedara por conocer la meta”, y la meta es el Padre. Para los cristianos, para cada uno de nosotros, el camino al Padre entonces es dejarse guiar por Jesús, por su palabra de Verdad, y acoger el don de su Vida. De ahí que el esfuerzo por anunciar a Jesucristo ‘el camino, la verdad y la vida’, constituye la tarea principal de la Iglesia y de cada uno de sus miembros en particular. 23 Sábado

Feria o Memoria Libre: San Jorge, Mártir o San Adalberto , Obispo y Mártir Blanco o Rojo

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 13, 44-52 El sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la palabra de Dios. Al ver el gentío, a los judíos les dio mucha envidia y respondían con insultos a las palabras de Pablo. Entonces Pablo y Bernabé dijeron sin contemplacio-

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nes: “Teníamos que anunciarles primero a ustedes la palabra de Dios; pero como la rechazan y no se consideran dignos de la vida eterna, sepan que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: “Yo te haré luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el extremo de la tierra.” “Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida eterna creyeron. La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas y devotas y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron del territorio. Ellos sacudieron el polvo de los pies, como protesta contra la ciudad, y se fueron a Iconio. Los discípulos quedaron llenos de alegría y de Espíritu Santo. Palabra de Dios Salmo Responsorial: 97 R. “Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.” Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R. El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; griten, vitoreen, toquen. R. Lectura del Santo Evangelio según San Juan 14, 7-14 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Si me conocen a mí, conocerán también a mi Padre. Ahora ya lo conocen y lo han visto.” Felipe le dice: “Señor, muéstranos al Padre y nos basta.” Jesús le replica: “Hace tanto que estoy con ustedes, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo les digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras. Créanme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, crean a las obras. Se lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidan en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me piden algo en mi nombre, yo lo haré.” Palabra del Señor Meditación La salvación en Cristo no margina De forma peculiar los judíos de Antioquía querían monopolizar la salvación, quizás permitiendo más tarde a los paganos tomar parte en ella, a través de sí mismos. Por esta razón rechazan a Cristo, a su evangelio y a sus misioneros. Pero ningún grupo particular puede monopolizar a Cristo. Él vino como luz para el mundo entero. Viniendo a nosotros, Cristo aceptó a los hombres tal como son, en sus propios términos, para salvarles en su propia situación, mentalidad y cultura.

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Así era también la Iglesia de los apóstoles, dispuesta a acoger no solamente a los judíos, sino también a los paganos. De igual modo la Iglesia debe ser misionera, acogiendo y sirviendo a todos. De esta manera la Iglesia hará como hizo Cristo: ser el signo de salvación y esperanza para el mundo, mostrar al Dios distante como muy cercano y presente en nosotros y en medio de nosotros. En efecto, Jesús es el rostro humano del Padre, “el rostro de la misericordia del Padre”; Él es la imagen visible del Padre. Por eso, quien ve a Jesús ve al Padre. Pero ese ver, según la teología de san Juan, no se reduce a la visión del ojo, pues, muchos lo vieron en persona o contemplaron sus obras y no creyeron en Él. Ver a Jesús significa entrar en comunión profunda con Él a través de la visión auténtica que dan los ojos de la fe. Tampoco el conocerse reduce a un aspecto intelectivo, sino que tiene que ver con el corazón, con una identidad íntima con el Señor. De ahí que el conocimiento de la fe es una experiencia personal con Dios por medio de su Hijo Jesucristo, totalmente identificado con el Padre. Nuestra misión como cristianos de este tiempo es precisamente buscar la identificación profunda con el Padre por medio de su Hijo, guiados por la luz del espíritu del resucitado. Si nos identificamos con Jesús, conoceremos al Padre y lo daremos conocer al mundo como el Dios que se ha revelado en el Hijo para la salvación de todos, sin excluir a ninguno. 24

V Domingo de Pascua

Primera Semana de la Liturgia de las Horas Blanco 23º Aniversario de la Dedicación de la Catedral de Santiago. Solemnidad en la Iglesia Catedral El amor fraterno alegra el corazón Ambientación: Colocar una foto representando a los discípulos que se aman. Dar al inicio en la puerta de entrada un escrito que diga: Ámense unos a otros. Se hace la aspersión del agua. Poner un corazón grande a la entrada e invitar a inscribir su nombre. Luego, se lleva ese corazón en las ofrendas y se pone delante del altar. Destacar signos de amor entre nosotros que se dan en la comunidad, en la Parroquia y en el Sector. Monición de entrada: Hermanos y hermanas: En este Quinto Domingo de Pascua Jesús nos señala el amor entre nosotros como el mandamiento nuevo por el cual seremos reconocidos como sus discípulos. Ese amor fraterno se alimenta y se basa en el amor que Jesús nos tiene. Porque El nos amó primero estamos llamados a mostrarnos amor unos a otros. Perseverar en el amor a Cristo y a los hermanos nos lleva a ser

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testigos suyos en medio de los pueblos sin importar que sean duros los trabajos y haya que pasar mucho para estar en el Reino de Dios. Sólo si vivimos en el amor nuestra vida se llena de alegría y dejamos que se haga visible desde ahora la nueva ciudad, los cielos y la tierra nueva que Jesús ha iniciado entre nosotros. Nos ponemos de pie y uniendo nuestros corazones y nuestras voces llenos de gozo recibimos al Señor Resucitado que llega a nosotros a través de su ministro para presidir nuestra Celebración. Primera lectura: Hch 14, 21b-27 Pablo y Bernabé cuentan con alegría a la comunidad cristiana de Antioquía lo que Dios ha realizado a través de ellos y cómo animaron a las comunidades visitadas a perseverar en la fe sin dejarles claro que hay que pasar mucho para entrar y ser del Reino de Dios. Escuchemos. Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles En aquellos días, Pablo y Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquia, animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios. En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Predicaron en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquia, de donde los habían enviado, con la gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir. Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe. Palabra de Dios. Salmo responsorial: Sal 144, 8-9. 10-11. 12-13ab (R.: cf. 1) R. Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi rey. (O puede cantarse el Aleluya). El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R. Explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y majestad de tu reinado. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad. R. Segunda lectura: Apoc 21, 1-5ª Nos llena de júbilo contemplar con el autor del Apocalipsis la visión de la Jerusalén celestial, la morada eterna de Dios para los hombres, los cielos nuevos y la tierra nueva de los que la Iglesia viviendo en el amor anuncia y hace presente como su signo e instrumento en esta tierra. Escuchemos. Lectura del libro del Apocalipsis Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo. Y escuché una voz potente que decía

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desde el trono: —«Ésta es la morada de Dios con los hombres: acampará entre ellos. Ellos serán su pueblo, y Dios estará con ellos y será su Dios. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado.» Y el que estaba sentado en el trono dijo: —«Todo lo hago nuevo.» Palabra de Dios. Aleluya Jn 13, 34 Les doy un mandamiento nuevo —dice el Señor—: que se amen unos a otros, como yo los he amado. Evangelio: Juan 13, 31-33a. 34-35 Jesús nos recuerda hoy que el amor fraterno en su Iglesia es el testimonio vivo por el que toda la gente podrá reconocer que El vive entre nosotros y que nosotros somos sus alegres discípulos. Escuchemos. + Lectura del santo evangelio según san Juan Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: —«Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con ustedes. Les doy un mandamiento nuevo: que se amen unos a otros; como yo los he amado, ámense también entre ustedes. La señal por la que conocerán todos que son discípulos míos será que se aman unos a otros.» Palabra del Señor. Oración de los fieles El que preside: Llenos de fe y de esperanza en Ti imploramos por nuestra Iglesia, por nuestro mundo y por todos nosotros diciéndote: Haz, Señor, que nos amemos unos a otros. • Por la Iglesia, morada de Cristo con los hombres, para que observando el mandamiento nuevo del amor, sea en medio del mundo signo de esperanza de la nueva tierra que Cristo ha inaugurado. Oremos • Por nuestros gobernantes y todos los políticos para que trabajen por un mundo mejor, en el que reine el amor fraterno que lleva a trabajar por el Bien Común de todos y de todas. Oremos • Por los pobres, los enfermos y cuantos sufren por cualquier causa para que con nuestra atención a ellos demos testimonio de la fe en la misericordia. Oremos • Por todos nosotros aquí reunidos alrededor del altar, para que amándonos unos a otros, el mundo pueda reconocernos como discípulos de Jesucristo, el Señor. Oremos. • Para que la campaña electoral se realice en paz y respeto de las personas y las ideas de los demás, y los candidatos y candidatas presenten programas realizables y que estén dispuestos a poner en práctica. Oremos • Para que la visita con el Cirio Pascual a los hogares de nuestros sectores parroquiales, durante esta cincuentena pascual, renueve y reafirme la fe en Jesús, acreciente el amor y la fraternidad entre los esposos, sus hijos y toda la familia. Oremos

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El que preside: Escucha, Padre de Amor, nuestras oraciones. Aviva en nosotros la esperanza, fortalece nuestra fe y haz que de nuestros corazones brote tu amor a todos los que nos has regalado como hermanos y hermanas. Por Jesucristo nuestro Señor. 25

Fiesta San Marcos, Evangelista

Lunes Blsnco 1º Aniversario de la Ordenación Episcopal de Mons. Andrés Napoleón Romero Cárdenas, Obispo de Barahona Lectura de la Primera Carta de Pedro 5, 5b-14 Queridos hermanos: Sean humildes en sus relaciones mutuas, pues Dios se enfrenta a los soberbios, pero concede su favor a los humildes. Así pues, humíllense bajo la poderosa mano de Dios, para que los exalte en su momento. Confíenle todas sus preocupaciones, ya que él se preocupa de ustedes. Vivan con sobriedad y estén alerta. El diablo, su enemigo, ronda como león rugiente buscando a quién devorar. Háganle frente con la firmeza de la fe, sabiendo que sus hermanos dispersos por el mundo soportan los mismos sufrimientos. Y el Dios de toda gracia, que los ha llamado a su eterna gloria en Cristo, después de un corto sufrimiento los restablecerá, los fortalecerá, los robustecerá y los consolidará. Suyo es el poder por siempre. Amén. Por medio de Silvano, a quien ustedes consideran un hermano digno de confianza, según tengo entendido, les he escrito brevemente para exhórtales y asegurarles que ésta es la verdadera gracia de Dios. Permanezcan firmes en ella. Los saluda la Iglesia de Babilonia, a la que Dios ha elegido lo mismo que a la de ustedes; los saluda también Marcos, mi hijo. Salúdense mutuamente con el beso de amor fraternal. Paz a todos ustedes, los que viven unidos en Cristo. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 88 R/ “Cantaré eternamente tus misericordias, Señor Cantaré eternamente el amor del Señor, anunciaré por siempre tu fidelidad, proclamaré: “Tu amor está consolidado para siempre, tu fidelidad está firme en los cielos”. R. Señor, los cielos proclaman tus maravillas, y tu fidelidad la asamblea de los santos. ¿Quién puede compararse al Señor sobre las nubes? ¿Quién como el Señor entre los Dioses? R. Dichoso el pueblo que sabe aclamarte; caminará, Señor, a la luz de tu presencia; todo el día se alegra en tu nombre, son engrandecidos por tu fuerza salvadora. R. Lectura del santo evangelio según san Marcos 16, 15-20 En aquel tiempo se apareció Jesús a los Once y les dijo: “Vayan al mundo entero y anuncien la buena noticia a toda criatura. El que crea y se bautice, se salvará, pero el que no crea, se condenará. A los que crean, les acompañarán estas señales: expulsarán demonios en mi nombre, hablarán

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en lenguas nuevas, agarrarán serpientes con sus manos y, aunque beban veneno, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos sanarán”. Después de hablarles, el Señor Jesús fue elevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos salieron a predicar por todas partes, el Señor los asistía y confirmaba la palabra acompañándola con señales. Palabra del Señor Meditación Celebramos hoy la fiesta de San Marcos evangelista, discípulo de San Pedro y autor del segundo Evangelio del Nuevo Testamento. Su símbolo es el León Alado por su relación con el Apocalipsis y San Juan Bautista. San Marcos era judío de la zona de Jerusalén. Acompañó a San Pablo y Bernabé, su primo, a Antioquía en el primer viaje misionero. Fue también con Pablo a Roma. San Marcos se separó de ellos en Perga y retornó a su casa. Más adelante, Pablo se rehusó aceptar a Marcos, Bernabé rompió su asociación misionera con San Pablo y se fue a Chipre con su primo. Años después, San Marcos y San Pablo se juntarían en otro viaje misionero. Sobre su Evangelio, San Marcos escribió en griego al parecer para un público cristiano. Se debate la fecha en la que lo escribió, pero quizás se dio en la década del 60–70 después de Cristo. El evangelista fue con San Pedro a Roma; Pedro que se refería a San Marcos como “mi hijo”. Marcos estableció a la Iglesia en Alejandría, donde fundó su famosa escuela cristiana. Murió mártir aproximadamente el año 68 en Alejandría. Sus reliquias reposan en la Catedral de Venecia. Marcos nos describe con estilo sencillo cómo con Jesús llegó el tiempo de arrepentimiento y salvación. Nos muestra a Jesús como Hijo de Dios o como Hijo del Hombre, cuyo estilo de vida le llevó a su muerte, pero que se nos manifestó plenamente a sí mismo en la resurrección. El discípulo tiene que seguir al maestro. En el evangelio de hoy vemos el envío que hace Jesús a sus discípulos luego de la resurrección. El mandato misionero de Jesús lleva consigo una promesa: el bautismo en el Espíritu Santo que es quien hace de puente entre la etapa de Cristo y el tiempo de la Iglesia. Efectivamente, el mensaje que se deduce del evangelio de Marcos pone de relieve la misión evangelizadora de la Iglesia y de los cristianos: “Vayan al mundo entero y proclamen el evangelio a toda la creación”. Esto indica claramente que la misión de la Iglesia es universal, ya que la salvación es don de Dios para todos los hombres que acepten a Jesús como su enviado. Por eso, “el que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer, será condenado”. La evangelización es la vocación propia de la Iglesia, ella nace de la evangelización y vive para evangelizar. Mediante el anuncio del evangelio, los cristianos hemos de testimoniar la acción liberadora de Dios realizada por medio de Jesucristo que Marcos nos narra en su Evangelio.

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Memoria Obligatoria: San Isidoro, Obispo y Doctor de la Iglesia

Martes

Blanco

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 14,19-28 En aquellos días, llegaron unos judíos de Antioquía y de Iconio y se ganaron a la gente; apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, dejándolo por muerto. Entonces lo rodearon los discípulos; él se levantó y volvió a la ciudad. Al día siguiente, salió con Bernabé para Derbe; después de predicar el Evangelio en aquella ciudad y de ganar bastantes discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios. En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Predicaron en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habían enviado, con la gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir. Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe. Se quedaron allí bastante tiempo con los discípulos. Palabra de Dios Salmo Responsorial: 144 R. “Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado.” Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R. Explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y majestad de tu reinado. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad. R. Pronuncie mi boca la alabanza del Señor, todo viviente bendiga su santo nombre por siempre jamás. R. Lectura del Santo Evangelio según San Juan 14, 27-31a En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “La paz les dejo, mi paz les doy; no se la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble su corazón ni se acobarde. Me han oído decir: ‘Me voy y vuelvo a su lado.’ Si me amaran, se alegrarían de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigan creyendo. Ya no hablaré mucho con ustedes, pues se acerca el Príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo hago.”Palabra del Señor. Meditación Mensajeros de la paz y la alegría de Cristo  Cristo, en el discurso de despedida antes de su pasión y muerte, habla de paz y anima a los apóstoles a no preocuparse ni sentir miedo: “Que no tiemble su corazón ni se acobarde”. Nada ni nadie le va a impedir a él llevar a cabo su misión de amor. Nadie tampoco nos va a arrebatar a

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nosotros la paz interior, la serenidad y la libertad si estamos unidos a Dios en el amor. La paz que Cristo ofrece a sus discípulos es uno de los dones esenciales del resucitado, y en aquel momento de la resurrección, la paz está íntimamente unida a la alegría; ella encierra el conjunto de todas las bendiciones mesiánicas de la nueva alianza, pues, el don de la paz que Él otorga es el mismo. Con razón dirá San Pablo: “Cristo es nuestra paz” (Ef 2,14). Si Cristo es nuestra paz, esto indica que la paz que Él nos da es diferente a la que otorga el mundo; ella es fruto de la gratuidad de Dios que nos ama como hijos y de Jesucristo que nos reconcilia con el Padre. Esta paz no depende de los intereses mezquinos de los hombres; tampoco representa la simple ausencia de guerras o conflictos, de violencia o un equilibrio de fuerzas. La paz de Cristo es la seguridad que tiene el creyente de su presencia continua por medio del Espíritu Santo. Los cristianos estamos llamados a ser mensajeros alegres de la paz que Cristo nos da. Así lo hicieron Pablo y Bernabé, como vemos hoy en la primera lectura que nos narra el final del primer viaje apostólico. A pesar de los peligros que conlleva la misión evangelizadora, Pablo y Bernabé no se rinden; siguen fundando comunidades cristianas y dándoles una estructura básica de liderazgo: “En cada Iglesia dejaban presbíteros”, es decir, ancianos que la presidieran y animaran, de forma que puedan funcionar por sí mismas. Ellos tienen incluso el coraje y la fortaleza para animar y “poner un corazón nuevo en los discípulos”, para reconocer que Dios ha realizado grandes cosas en ellos. Por eso regresan contentos, pues, han experimentado la paz interior que sólo Cristo puede dar. 27 Miércoles

Feria de Pascua Blanco

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 15,1-6 En aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme a la tradición de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre la controversia. La Iglesia los proveyó para el viaje; atravesaron Fenicia y Samaria, contando a los hermanos cómo se convertían los gentiles y alegrándolos mucho con la noticia. Al llegar a Jerusalén, la Iglesia, los apóstoles y los presbíteros los recibieron muy bien; ellos contaron lo que Dios había hecho con ellos. Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían abrazado la fe, intervinieron, diciendo: “Hay que circuncidarlos y exigirles que guarden la ley de Moisés.” Los apóstoles y los presbíteros se reunieron a examinar el asunto. Palabra de Dios

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Salmo Responsorial: 121 R. “Vamos alegres a la casa del Señor.” ¡Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor”! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. R. Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. R. Lectura del Santo Evangelio según San Juan 15,1-8 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Ustedes ya están limpios por las palabras que les he hablado; permanezcan en mí, y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no pueden hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que deseen, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que den fruto abundante; así serán discípulos míos.” Palabra del Señor. Meditación Parece increíble que el Señor con tan pocas palabras y con tanta sencillez, nos revele misterios tan profundos y tan sublimes. En este día nos habla, con una bella imagen de la vida cotidiana, de una de las realidades más hondas de nuestra vida cristiana: el misterio de nuestra inserción a Él por la gracia. “Yo soy la Vid y ustedes los sarmientos”. Jesús expuso esta alegoría a sus apóstoles la noche de la Última Cena, y con ella nos introduce a todos los cristianos en el seno de su intimidad divina. Nos está diciendo que estamos unidos a Él con un vínculo tan profundo y tan vital como los sarmientos están unidos a la vid, como las ramas al tronco. El sarmiento es una parte de la vid, una especie de emanación de la misma. Y por ambos corre la misma savia. Las ramas y el troncono son la misma e idéntica realidad -como no lo son la raíz y el tallo, aunque forman un único árbol-; son, más bien, la prolongación de árbol. De esta manera, nuestra unión con Cristo es un bello reflejo de la misma vida de cristo. Dios nos ha amado tanto que quiso hacernos partícipes de su naturaleza divina (cf. 2Pe 1,4) y nos creó para gozar de la comunión de vida con Él (cf. Gaudium et spes, 19). ¡No podía ser más íntima nuestra inserción a la persona de Cristo! Pero, por supuesto, no se trata de una unión física, sino espiritual y mística; lo cual no significa que no sea real, como si sólo fuera real lo que se ve o se toca.La unión del amor que nos une a nuestro Señor Jesucristo es más fuerte y poderosa que cualquier otra cosa. Tan fuertes son los lazos

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del amor. Pero todo ha sido por mérito y benevolencia de Cristo hacia nosotros. En efecto, esta unión se puede romper por culpa nuestra (como se puede ver en la primera lectura), por negligencia, por ingratitud, por soberbia o por los caprichos personales de nuestro egoísmo; en definitiva, por el pecado. El pecado que nos lleva a rechazar la amistad de Dios y la unión con Cristo a la que hemos sido llamados por amor, por vocación, desde toda la eternidad, desde el día de nuestra creación y del propio bautismo. Y es que nuestro Señor no obliga a nadie a permanecer unido a Él. Nuestra respuesta al amor de Cristo ha de ser dada en libertad. Un amor por coacción no es amor; el mismo Dios no nos obliga a amar a alguien contra nuestra voluntad, aunque sea a Él mismo. Él nos deja en libertad para optar por Él o para darle la espalda e ir en su contra. Pidamos al Señor que nos pode y purifique y nos una a todos en Cristo, como sarmientos de la misma vid; que no nos separemos de Él, porque nos secaríamos y entonces nuestra vida cristiana no tendrá ningún sentido. Feria o Memoria Libre: San Pedro Chanel, Presbítero y Mártir o San Luis María Grignion de Momtfort, Presbítero Jueves Blanco o Rojo 28

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 15, 7-21 En aquellos días, después de una fuerte discusión, se levantó Pedro y dijo a los apóstoles y a los presbíteros: «Hermanos, desde los primeros días, como saben, Dios me escogió entre ustedes para que los gentiles oyeran de mi boca el mensaje del Evangelio, y creyeran. Y Dios, que penetra los corazones, mostró su aprobación dándoles el Espíritu Santo igual que a nosotros. No hizo distinción entre ellos y nosotros, pues ha purificado sus corazones con la fe. ¿Por qué provocan a Dios ahora, imponiendo a esos discípulos una carga que ni nosotros ni nuestros padres hemos podido soportar? No, creemos que lo mismo ellos que nosotros nos salvamos por la gracia del Señor Jesús.» Toda la asamblea hizo silencio para escuchar a Bernabé y Pablo, que les contaron los signos y prodigios que Dios había hecho por medio de ellos entre los gentiles. Cuando terminaron, Santiago resumió la discusión, diciendo: «Escúchenme, hermanos: Simón ha contado la primera intervención de Dios para escogerse un pueblo entre los gentiles. Esto responde a lo que dijeron los profetas: “Después volveré para levantar de nuevo la choza caída de David; levantaré sus ruinas y la pondré en pie, para que los demás hombres busquen al Señor, y todos los gentiles llevarán mi nombre: lo dice el Señor, que lo anunció desde antiguo.” Por eso, a mi parecer, no hay que molestar a los gentiles que se convierten a Dios; basta escribirles que no se contaminen con la idolatría ni con la fornicación y que no coman sangre ni animales estrangulados. Porque durante muchas generaciones, en la sinagoga de cada ciudad, han leído a Moisés todos los sábados y lo han explicado.» Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial: 95 R. “Cuenten las maravillas del Señor a todas las naciones” Canten al Señor un cántico nuevo, canten al Señor, toda la tierra; canten al Señor, bendigan su nombre. R. Proclamen día tras día su victoria. Cuenten a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones. R. Digan a los pueblos: «El Señor es rey, Él afianzó el orbe, y no se moverá; Él gobierna a los pueblos rectamente.» R. Lectura del Santo Evangelio según San Juan 15, 9-11 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así les he amado yo; permanezcan en mi amor. Si guardan mis mandamientos, permanecerán en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he hablado de esto para que mi alegría esté en ustedes, y su alegría llegue a plenitud.» Palabra del Señor Meditación Todos son bienvenidos  La primera lectura de hoy nos habla del primer Concilio de la Iglesia en Jerusalén. En él los apóstoles, iluminados por el Espíritu Santo, decidieron que la Iglesia debía abrirse a todos sin distinción alguna. Se sirve a todos de la misma manera; pues, por medio de Jesucristo, Dios ama a todos indistintamente. Esta decisión del Concilio de Jerusalén debió ser un reto tremendo para los judíos, que consideraban a los paganos como impuros y extraños. Para que esto se realice en la comunidad cristiana se necesita poner en práctica lo que nos dice Jesús en el evangelio de hoy: permanecer en su amor. La idea central del evangelio de hoy, en continuación con la de ayer, es la unión permanente del discípulo a Cristo mediante el amor y el cumplimiento de sus mandatos. El amor mutuo del Padre y del Hijo se trasvasa de Cristo al discípulo y de éste a los hermanos. Como veíamos ayer, Cristo es la verdadera vid, que comunica la savia y la fecundidad a los sarmientos, es decir, a nosotros, que permanecemos en Él por medio de la Iglesia y sin el cual nada podemos hacer. Por eso, el Señor quiere enseñarnos la necesidad que tenemos de estar unidos a él por el amor, y el gran provecho que nos proviene de esta unión. El mismo Señor nos enseña que quien permanece en Él como el sarmiento permanece en la vid, dará cada vez “más fruto” y “mucho fruto”, un fruto que permanecerá por toda la eternidad.  Y esta unión es motivo de alegría para Jesús y para nosotros. Alegría que debe llegar a su plenitud, es decir, debe convertirse en júbilo. Hoy nos habla Jesús del motivo central del valor de este mes: el júbilo nace de la unión con Cristo y de cumplir sus mandatos. La pregunta que salta a la memoria de inmediato es la siguiente: ¿Cómo permanecer en el amor de Cristo? La respuesta de Jesús será sencilla,

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pero contundente: “Si guardan mis mandamientos permanecerán en mi amor”. Pero no siempre es fácil amar a Jesús, pues, el amor lleva consigo la obediencia a los mandatos del Padre. De ahí la necesidad de amar a Jesús en el hermano; pues, nadie puede amar a Dios a quien no ve si no ama a su hermano a quien ve, nos dice san Juan. Esto nos habla del grado de dificultad de la vida cristiana y la praxis del amor fraterno. Pero en esos momentos de necesidad, cuando nos sentimos incapaces de amor como Jesús nos ama, o aprensados como los racimos de uvas que son exprimidos completamente, sabemos que unidos a Cristo nos convertimos en vino de solera. En otras palabras, Dios sabe transformar en amor incluso las cosas difíciles y agobiantes de nuestra vida. Por eso, lo importante es que permanezcamos en la vid, en Cristo.  29 Viernes

Memoria Obligatoria: Santa Catalina de Siena, Virgen y Doctora de la Iglesia Blanco

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 15, 22-31 En aquellos días, los apóstoles y los presbíteros con toda la Iglesia acordaron elegir algunos de ellos y mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Eligieron a Judas Barsabá y a Silas, miembros eminentes entre los hermanos, y les entregaron esta carta: «Los apóstoles y los presbíteros hermanos saludan a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia convertidos del paganismo. Nos hemos enterado de que algunos de aquí, sin encargo nuestro, les han alarmado e inquietado con sus palabras. Hemos decidido por unanimidad, elegir algunos y enviárselos con nuestros queridos Bernabé y Pablo, que han dedicado su vida a la causa de nuestro Señor Jesucristo. En vista de esto, mandamos a Silas y a Judas, que les referirán de palabra lo que sigue: Hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros, no imponerles más cargas que las indispensables: que se abstengan de carne sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de la fornicación. Harán bien en apartarse de todo esto. Salud.» Los despidieron, y ellos bajaron a Antioquía, donde reunieron a la Iglesia y entregaron la carta. Al leer aquellas palabras alentadoras, se alegraron mucho. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 56 R. “Te daré gracias ante los pueblos, Señor” Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme. Voy a cantar y a tocar despierta, gloria mía; despierten, cítara y arpa; despertaré a la aurora. R. Te daré gracias ante los pueblos, Señor; tocaré para ti ante las naciones por tu bondad, que es más grande que los cielos; por tu fidelidad, que alcanza a las nubes. Elévate sobre el cielo, Dios mío, y llene la tierra tu gloria. R. Lectura del Santo Evangelio según San Juan 15,12-17 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo les he amado. Nadie tiene amor más

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grande que el que da la vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no les llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a ustedes les llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre se lo he dado a conocer. No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien les he elegido y les he destinado para que vayan y den fruto, y su fruto dure. De modo que lo que pidan al Padre en mi nombre se lo dé. Esto les mando: que se amen unos a otros.»Palabra del Señor Meditación

El amor fraterno, la amistad y la alegría Si ayer escuchamos a Jesús invitándonos a permanecer en su amor, hoy nos manda que nos amemos los unos a los otros; esto es consecuencia de aquello. Antes de ser arrestado, el Señor Jesús, pasó una última noche con sus discípulos. Usó ese tiempo para consolarles e instruirles. Dio también a sus discípulos este mandamiento: “Ámense los unos a los otros”.Amarse unos a otros no es una opción; es un mandato expreso de Jesús. A los cristianos se nos manda amarnos unos a otros; no es una cuestión de si queremos o no amar a los hermanos; es el mandamiento de nuestro Señor: “Esto les mando, que se amen unos a otros”. ¿Qué implica esto? No es solamente una simple frase piadosa que se escucha cada domingo desde los púlpitos de las iglesias. Es el compromiso de todo cristiano. Implica salir de nuestro pequeño mundo, llámese trabajo, estudios, cosas personales, placeres, gustos, para fijarnos en las necesidades de nuestro prójimo. Es lo que el Papa Francisco va a llamar “la Iglesia en salida”; es decir, una iglesia que busca, acoge, acepta, ama y sirve a los hermanos. Más aún, sirve al pobre, al enfermo, al excluido, al que resulta antipático, al que molesta. Todos estos servicios son obras de misericordia que estamos llamados a realizar en nombre de Cristo para manifestar el amor que Él nos ha pedido. Recordemos que al final de nuestra vida lo único que contará será lo que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos los hombres. San Juan de la Cruz dirá que “al caer la tarde se nos preguntará sobre el amor”. El amor fraterno será la señal por la que conocerán a los discípulos de Jesús (cf. Jn 13,31ss). El amor entre los hermanos es una consecuencia lógica del amor primero que hemos recibido del Señor. Por eso, Él nos dirá claramente: “Ámense como yo les he amado”, y la evidencia de ese amor es que Jesús es capaz de dar la vida por sus amigos. De ahí que el amor que se sacrifica es un amor auténtico. Y así ha de ser el amor entre los hermanos, pues, él produce la alegría y el júbilo como consecuencia de la experiencia con el resucitado. 30 Sábado

Feria o Memoria Libre: San Pio V Blanco

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 16,1-10 En aquellos días, Pablo fue a Derbe y luego a Listra. Había allí un discípulo que se llamaba Timoteo, hijo de un griego y de una judía creyente.

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Plan de Pastoral - Abril 2016

Los hermanos de Listra y de Iconio daban buenos informes de él. Pablo quiso llevárselo y lo circuncidó, por consideración a los judíos de la región, pues todos sabían que su padre era griego. Al pasar por las ciudades, comunicaban las decisiones de los apóstoles y presbíteros de Jerusalén, para que las observasen. Las Iglesias se robustecían en la fe y crecían en número de día en día. Como el Espíritu Santo les impidió anunciar la palabra en la provincia de Asia, atravesaron Frigia y Galacia. Al llegar a la frontera de Misia, intentaron entrar en Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo consintió. Entonces dejaron Misia a un lado y bajaron a Troas. Aquella noche Pablo tuvo una visión: se le apareció un macedonio, de pie, que le rogaba: «Ven a Macedonia y ayúdanos.» Apenas tuvo la visión, inmediatamente trataron de salir para Macedonia, seguros de que Dios los llamaba a predicarles el Evangelio. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 99 R“Aclama al Señor, tierra entera” Aclama al Señor, tierra entera, sirvan al Señor con alegría, entren en su presencia con vítores. R. Sepan que el Señor es Dios: que él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño. R. El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades. R. Lectura del Santo Evangelio según San Juan 15,18-21 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si el mundo les odia, sepan que me ha odiado a mí antes que a ustedes. Si fueran del mundo, el mundo les amaría como cosa suya, pero como no son del mundo, sino que yo les he escogido sacándolos del mundo, por eso el mundo les odia. Recuerden lo que les dije: ‘No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a ustedes les perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la de ustedes.’ Y todo eso lo harán con ustedes a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.» Palabra del Señor Meditación Rechazados con Cristo El mundo que rechazó a Cristo odia también a sus discípulos; el mundo les persigue porque el estilo de vida de un buen cristiano es siempre una condenación silenciosa del mismo mundo. Quizás más amortiguada que la persecución, es la actitud de un mundo que no ha descubierto a Cristo o que tiene una imagen distorsionada de Él y del cristianismo. Para esa gente nosotros somos ridículos, atrasados, irrelevantes, lejanos de la realidad, estamos en las nubes y somos dignos de una sonrisa llena de lástima. Sin embargo, ésta fue precisamente la suerte de Jesús. Nosotros compartimos su amor, y también el tratamiento que le otorgó el mundo. El discípulo no es más que su maestro. En el discípulo el mundo todavía rechaza a Cristo, el Maestro. Al menos estamos en buena compañía.

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Se llenaron de alegría al ver al Señor

Todo esto indica que nuestra comunión con Cristo en el amor implica también la comunión en su destino. De modo que si el mundo ha odiado a Jesús también odiará a los suyos; pero todo forma parte de la comunión de vida y amor con Él. Esta actitud de odio hace referencia a la persecución,proveniente de la sinagoga judía y del imperio romano, que sufre la primera comunidad cristiana. Pero el cristiano tiene sobradas razones para mantener la esperanza en medio de la tribulación; pues, Cristo ha salido vencedor. Por tanto, el cristiano que ha renacido por el agua y el Espíritu en el bautismo ya no pertenece al mundo y tiene asegurada su victoria sobre el mundo enemigo de Dios: “Tengan valor, yo he vencido al mundo” (Jn 16,33). La persecución genera una proximidad y un conocimiento mayor de Jesús por parte de quien los sigue con la cruz del sufrimiento. Así lo vemos en la primera lectura de hoy, en donde se nos narra el inicio del segundo viaje misionero de Pablo, el cual tiene que pasar muchas tribulaciones y malos ratos a causa del evangelio. Esa persecución y odio contra los cristianos no ha cesado a lo largo de la historia del cristianismo. Nuestro tiempo no es la excepción. Pensemos, por ejemplo, en Medio Oriente, específicamente en Siria e Irak en donde el denominado Estado Islámico (EI) está llevando a cabo una de las peores persecuciones jamás vista, lo cual constituye “uno de los dramas humanitarios más opresivos de los últimos decenios”, ha dicho el Papa Francisco. De hecho, el Pleno del Parlamento Europeo aprobó una resolución conjunta en la que por primera vez se aseguró que el grupo terrorista Estado Islámico “está perpetrando un genocidio contra cristianos, yazidíes y otras minorías religiosas y étnicas” en Siria e Irak.Y aquí, en nuestra República Dominicana, estamos siendo mal vistos, atrasados, de otros siglos, porque seguimos defendiendo la vida desde su concepción hasta la muerte natural; o defendemos el matrimonio como lo pide Dios, educamos en la sexualidad según las enseñanzas de la Iglesia….

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