Velia Morales Pérez, universitaria ejemplar

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Año 10, número 5, Heroica Puebla de Zaragoza, mayo de 2007

Velia Morales Pérez, universitaria ejemplar

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l 4 de abril del presente año murió la maestra Velia Morales Pérez. Pocas veces una muerte ha causado honda y dolorosa impresión en una parte importante de la comunidad universitaria. Tal muerte significa la pérdida de una excepcional mujer dotada de virtudes personales y cívicas. No es exagerado afirmar que con esta muerte el país, el Estado y la Universidad pública, la BUAP , pierde a una defensora del patrimonio nacional. Velia murió muy joven, sin embargo su producción era notable. Nos hereda sólidas investigaciones sobre obras de arte que recibiera durante muchos años la máxima institución educativa del Estado. Grabados, esculturas, pinturas de caballete, óleos religiosos, autorretratos y todo lo que custodia el Museo Universitario, fue objeto de atención y estudio por parte de nuestra inquieta compañera y colaboradora del Archivo Histórico Universitario. La Casa de la Memoria Universitaria, como se llama el inmueble que ocupa el Archivo Histórico, publicó en su gaceta Tiempo Universitario los trabajos de Velia Morales, entregados en diferentes años: Acervo Pictórico Universitario (2000); La Casa de las Bóvedas, esplendor del siglo XVII (2001); Museo Universitario, historia de su creación (2002); La Academia de Bellas Artes (2003); El Pentecostés, pintura monumental de la escalera principal del Carolino (2003); La Inmaculada Concepción en el Acervo Artístico Universitario (2004); El Museo Universitario y sus Colecciones (2005); Exposición permanente del Museo Universitario (2006). En septiembre de 2002, la BUAP, publicó el libro Estudio, devoción y belleza, obras selectas de la Pinacoteca Universitaria siglos XVII - XX que escribieran Eduardo

Velia Morales, con el doctor Jesús Márquez Carrillo, festejando el 2 de octubre de 2002, la inauguración de la Casa de la Memoria Universitaria. Foto: Armando López.

Merlo Juárez y Velia Morales Pérez quien, un año después, viera publicado dos libros de su autoría: El arte en la pintura (series e imágenes de la Pinacoteca del Museo Universitario); Miradas del pasado: de los Colegios Jesuitas al Colegio del Estado. Retratos e imágenes de la historia universitaria. Como homenaje, Tiempo Universitario, a continuación reproduce Historia de la formación de la pinacoteca universitaria que forma parte del primer libro mencionado. Al mismo tiempo, deseamos que el dolor producido por la muerte de tan querida compañera avive el interés universitario para defender el patrimonio nacional que custodia nuestra institución. (AYD).

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Pinacoteca Universitaria Por Velia Morales Pérez

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a Benemérita UniXIX-XX existen obras de José Luis versidad Autónoma Rodríguez de Alconedo, José de Puebla (BUAP) resManzo, Agustín Arrieta, Franguarda uno de los cisco Morales, Daniel Dávila y acervos artísticos poblanos más Gonzalo Carrasco. importantes, tanto por la cantiPor la relevancia del patridad como la calidad de las monio cultural universitario obras que lo conforman. Este se han existido esfuerzos imporencuentra custodiado en el tantes de diversas administraMuseo Universitario, creado en ciones universitarias para tener 1987, con sede en la Casa de un control eficiente y adelos Muñecos. cuado de este acervo; actualLa colección de pinturas del mente se tiene un inventario Museo Universitario es notabicompleto de las obras y, en lísima y con seguridad se pueestos momentos, se lleva a cabo de afirmar que resulta ser la un proyecto de investigación más numerosa concentración para la catalogación de todo el San Francisco de Asís recibe al Niño Jesús de este tipo localizada en el acervo artístico universitario. de manos de María, Pascual Pérez, Óleo/ tela, 158x111.5, Pasquel Pérez (ángulo inferior estado de Puebla. De acuerdo Para este estudio se llevó a derecho) Colegio del Estado, núm. inv. 200145. con el inventario del Museo se cabo la revisión de todas y tiene registrado que la pinacada una de las pinturas del coteca universitaria está formada por 450 obras, acervo junto con la consulta de los archivos de la que datan desde el silgo XVII hasta el siglo XX. Academia de Bellas Artes, que custodia la Del período colonial se resguardan obras de Biblioteca José María Lafragua, de la sección de maestros pintores de gran renombre como José Patrimonio del Archivo Histórico Universitario, y Juárez, Gaspar Conrado, Juan Tinoco, Diego de otros documentos resguardados por el Museo Borgraf, Cristóbal de Villalpando, Francisco Universitario, en los cuales hasta ahora se han Martínez, Luis Berrueco, la familia Talavera, localizado diversos inventarios de pinturas, que Miguel Jerónimo Zendejas, Bernardino Polo y se custodiaban tanto en el Colegio del Estado como Miguel Cabrera. De la valiosa colección de los siglos en las colecciones de la Academia de Bellas Artes de Puebla.

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La Buenaventura (copia de Caravaggio), siglo XVII(XIX), óleo/tela, 116x151, Academia de Bellas Artes de Puebla, núm. inv. 200218.

Procedencia del acervo de pinturas Al revisar las obras se registraron todos los números de inventario que tienen las pinturas en diversas partes, advirtiendo que una cantidad considerable de estos números se han perdido por el transcurrir del tiempo o por las intervenciones que han tenido; se encontraron además, algunos textos detrás de las obras que nos dieron pistas del origen de algunas de ellas, como lo veremos más adelante. De los diversos números de registros en las obras, dos son los números más antiguos, que se encuentran en la parte del frente de los lienzos, el primero en forma de sello formado con un número y hecho a mano; éstos coinciden con dos inven-

Los archivos son el fundamento mismo de la memoria consciente que tiene el hombre de sí mismo. Bruno Delmas

Moisés hace brotar el agua de las rocas de Orbe, siglo XVII, óleo/lámina de cobre, 58x77, Academia de Bellas Artes de Puebla, núm. inv. 200290.

tarios, el del Colegio del Estado de 19371 y el de 1912 de la Academia de Bellas Artes2. Por lo anterior, se puede asegurar que el acervo de la pinacoteca universitaria procede básicamente de dos colecciones poblanas, la de los colegios jesuitas y la de la Academia de Bellas Artes de Puebla, las cuales subsistieron y se enriquecieron durante el siglo XIX. Reunir las noticias sobre la formación de las colecciones de estas dos instituciones educativas, indagar y comprender cómo finalmente se unieron para llegar a ser parte del acervo universitario, y comentar algunas de sus series, con el propósito del presente estudio. Orígenes Colecciones jesuitas Hacia 1760, los jesuitas tenían en la ciudad de Puebla “tres colegios (Espíritu Santo, San Ildefonso y San Javier) y dos seminarios, internados o convictorios (San Jerónimo y San Ignacio)”.3 Para 1767, por la expulsión de la Compañía de Jesús, los colegios de San Ildefonso y San Javier cerraron sus puertas y en 1790 se fundieron San Jerónimo, San Ignacio y el Espíritu Santo, en una sola institución, el Real Colegio Carolino, donde debió concentrarse la mayor parte de las pinturas de los establecimientos jesuitas, incluyendo las que se encontraban en el propio Colegio Carolino. Posteriormente esta colección quedó bajo la custodia del Colegio del Estado; ésta debió enriquecerse con algunas obras de los conventos clausurados en 1861, de acuerdo con la Lista general de las pinturas que eligió y recibió la comisión de la junta Directiva de la Academia de Bellas Artes, de los conventos suprimidos,4 pero no tenemos ninguna

otra referencia acerca de este asunto. Esta colección llegó a sobrepasar el centenar de obras. En 1937, por orden gubernamental, pasaron 125 obras del Colegio del Estado a la custodia de la Academia de Bellas Artes, en su recinto de la Casa de las Bóvedas. Ambas colecciones, las pinacotecas del Colegio y de la Academia, formaron en ese momento un solo acervo; pero debemos indicar que el Colegio del Estado siguió conservando un buen número de pinturas en su edificio, entre otras la colección de retratos del Paraninfo, la serie de la Vida de la Virgen del Salón Melchor de Covarrubias (o Salón Barroco), y otras más que nunca salieron de esta institución. Hubo un intento en 1950, bajo la rectoría de Horacio Labastida para que fueran devueltas las obras, pero no fructificó. En 1960 y 1970, estando bajo custodia de la Academia ambas colecciones, esta institución entregó al Patronato del Teatro Principal 22 obras, de ambas colecciones. En 1973, el acervo artístico completo quedó bajo la custodia de la Universidad Autónoma de Puebla, creándose la Pinacoteca Universitaria en la Casa de las Bóvedas, y se trasladó al Museo Universitario en 1987. Pinacoteca de la Academia de Bellas Artes de Puebla Como hemos mencionado, a partir de los cotejos de los registros de las obras del acervo universitario con el inventario de la Academia de Bellas Artes de 1912 formado por 155 obras, se identificaron la mayoría de las obras que proceden de la pinacoteca de la Academia de Bellas Artes de Puebla.

La confusión de las lenguas o la torre de Babel, siglo XVII, óleo/ lámina de cobre, 58x78, Academia de Bellas Artes, núm. inv. 201020.

Archivo de la Academia de Bellas Artes de Puebla, Caja 36, Expediente 2, Biblioteca Lafragua, desde ahora BLAABA. Documento custodiado por el Museo Universitario, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, desde ahora MUMS. 3 MÁRQUEZ CARRILLO, 1999, p. 34 4 Archivo Histórico Universitario, Sección Patrimonio, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, desde ahora AHUSP. 1 2

Los archivos llegan a ser la memoria viva de todo lo que un día se construyó, se defendió, se amó y se soñó. Hermes Tovar

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La Academia de esta ciudad fue fundada en 1813 por la Junta de Caridad y Sociedad Patriótica para la Educación de la Juventud, siendo su sede la mencionada Casa de las Bóvedas; también esta institución formó su pinacoteca con obras de distintos orígenes. En el siglo XIX, surgen en Puebla afamados coleccionistas de arte religioso, entre ellos reconocidos jerarcas religiosos y miembros de la élite poblana como los obispos Antonio Pérez Martínez o Pablo Vázquez Sánchez, y los señores José Antonio Cardoso Mejía (1772-1850), Alejandro Ruiz Olavarrieta (18211895), Francisco Cabrera Ferrando (1822-1889) y José Luis Bello y González (1822-1907). Antonio Joaquín Pérez Martínez, obispo de Puebla (18161829), mecenas y patrono de la Academia de Bellas Artes, fue un relevante personaje ilustrado poblano, que “[…] entre sus prendas que eran muchas destaca su pasión de coleccio-

Santa Rosalía, Luis Berrueco, óleo/tela, 189x127, Berrueco ft (ángulo inferior derecho) Colegio del Estado, ním. inv 200146. 5

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CABRERA,

San Ignacio en Manresa, José Ortiz, óleo/tela, 127x131, Colegio del Estado, núm. inv. 200166.

nista y de empeñoso promotor de las artes, dotes que había sabido cultivar en Europa”.5 En 1824 y 1825, el obispo Pérez donó de su exquisita pinacoteca tres obras a la Academia, de acuerdo con manuscritos localizados en la parte posterior de las piezas, pero debieron ser más las pinturas cedidas, a juzgar por lo que se expresa en el texto que se encuentra en la parte posterior de la obra La oración del huerto: El Ilustrísimo Señor Doctor Don Antonio Joaquín Pérez Martínez, dignísimo Obispo de esa Diócesis de la Puebla de los Ángeles y Patrono de esta Casa de educación pública, en 1º de Diciembre de 1824 años, entre otros muchos liensos que le cedió, también este de la Oración del huerto; el que mandó el Señor Director actual, Don José Antonio Ximénez de las Cuevas se le pasara al Colegio Seminario, donde por sus días, quería tenerlo a la vista; y que después de su fallecimiento, se debolviera a esta casa, donde pertenece; y lo recibió el Señor Director, en catorce de Diciembre de Mil ochocientos veinte y quatro. Recibí José Antonio Ximénez Q Rúbrica

Pero no se ha localizado, hasta este momento, otro testimonio documental que hable acerca de estas donaciones; lo que se sabe es que la Academia de San Carlos quiso adquirir un lote de la pinacoteca del obispo después de su fallecimiento en 1829, pero las negociaciones fracasaron, pues tanto el Gobierno de Puebla, como la Academia de la misma ciudad, influyeron para que el Cabildo Angelopolitano se negara terminantemente a entregar la pinacoteca del que fuera patrono de la Escuela de Bellas Artes de la Puebla de los Ángeles. Según las palabras textuales de Sánchez de Tagle (Secretario de la Junta de la Academia de San Carlos), todo se había frustrado porque el Sr. Gallo [Secretario del difunto Obispo] había escrito que la Legislatura de aquel Estado manifestaba oposición a que saliera de él las pinturas y proyectaba tomarlas para aquella Academia de Dibujo.6

San José y el niño, Miguel Jerónimo Zendejas, (atribuido), óleo/tela, 63x50, Academia de Bellas Artes de Puebla, núm. inv. 200285.

Francisco J., 1988. p. 20. Abelardo, 1944, pp. 29 y 30, Apud Francisco J. Cabrera, El coleccionismo en Puebla, México, 1988.

CARRILLO Y GARIEL,

Los archivos cosntituyen la posibilidad de conservar la memoria de nuestra sociedad, de conservar en los documentos las acciones de los hombres y la vida de las instituciones. Gustavo Villanueva.

El nacimiento de la Virgen María, siglo XVIII, óleo/tela, 109x81, Colegio del Estado, núm. inv. 200242.

No se tiene mayor información de lo que sucedió con las obras de la pinacoteca de este obispo poblano. La pinacoteca del obispo Francisco Pablo Vázquez y Sánchez Vizcaíno (1831-1847) fue en sus tiempo de las más preciadas, debido a que durante su larga estancia en Europa como ministro plenipotenciario en la primera embajada ante la Corte Pontificia, adquirió un gran número de obras de gran calidad. En 1831, estando en Europa Pablo Vázquez, la Academia de San Carlos le encargó “la compra de 30 pinturas para su galería. Es muy probable que dichas pinturas llegaran junto con las que su propia colección. No hay evidencia de que se encargara obra para la Academia de Puebla”7 Carrillo y Gariel, al explicar cómo se formaron las galerías

de pintura de la Academia de San Carlos, dice que en ese año “aún cuando no fue posible lograr que el cabildo de Puebla hiciera entrega de las pinturas que poseía y estaban destinadas a la Academia de México, en atención a que el Gobierno y la Academia de aquella ciudad se opusieron terminantemente a eso, no por ello dejan de crecer las Galerías […]”.8 Lo que probablemente tiene que ver con el obispo Vázquez quien tuvo conflictos con la Academia de México para el pago de las obras, “si las pinturas estaban destinadas para esa Academia, el señor Vázquez aguantaba para entregarlas recibir su importe, lo que en el largo período de su Pontificado no consiguió arreglar, a pesar de su eficacia e interés”.9 Comenta Carrillo y Gariel sobre la intención de la testamentaría de Vázquez de vender dicha colección

Las Bodas de la Virgen María y San José, siglo XVIII, óleo/tela, 109x81, Colegio del Estado, núm. inv. 200247.

San José de Casalanz de la Madre de Dios, Miguel López Guerrero, óleo/tela, 148x99, Academia de Bellas Artes, núm. inv. 200133.

a la Academia de San Carlos: “todavía a principios de 1851 existían numerosas pinturas, y por conducto de don Francisco Javier Echeverría se propuso a Cuoto la venta de las que quedaban —varios pasteles de Rodríguez Alconedo, óleos de Zendejas, Salazar, Vázquez, Manzo, Mata y Caro; además, copias de los más señalados ejemplares que se encontraban en la Galería Borghese, la Sciarra, la Corsini y el Capitolio”.10 Estas negociaciones fracasaron finalmente y la Academia de San Carlos no adquirió ningún lote de la pinacoteca del Obispo Vázquez. Probablemente esas obras tuvieron como destino final la Academia de Bellas Artes de Puebla, para enriquecer su propia pinacoteca.11

7 GALI BOADELLA, Montserrat, “El Patrocinio de los obispos de Puebla a la Academia de Bellas Artes”, en Patrocinio, Colección y Circulación de las Artes, XX Coloquio Internacional de Historia del Arte, México, 1997, p. 258. 8 CARRILLO Y GARIEL, Abelardo, 1939, p. 99. 9 CARRILLO Y GARIEL, Abelardo, op. cit. p. 37. 10 Idem. 11 Por otra parte, Montserrat Galí se pregunta ¿Por qué no fueron a para estas obras a la colección de la academia poblana?, y si se debe esta decisión sólo al capricho de la testamentaría o bien se trata de una decisión del propio obispo Vázquez. Asimismo, agrega, que durante la estancia en Roma de Francisco Pablo Vázquez como Ministro Plenipotenciario ante la Santa Sede, por encargo de la Academia de San Carlos compró obras para su galería, pero “no hay evidencia de que encargara obra para la Academia de Puebla. ¿Es que nadie pensaba en las necesidades de este establecimiento?” GALIBO ADELLA, Montserrat, op. cit. p. 258.

Los archivos constituyen la expresión más completa de la actuación humana en todos los aspectos de las relaciones de los hombre y las instituciones. José Manuel Mata Castillón

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Se localizó en la pinacoteca universitaria, entre las obras procedentes de la Academia de Bellas Artes de esta ciudad, un testimonio documental ubicado en la obra Papa León XII, cuyo texto está en italiano, por el que nos enteramos que fue obsequiada por un jerarca de la Iglesia romana al obispo Pablo Vázquez; dice el texto: Valerio Radice ossre a sua Ecenza Rma. (Rina) Mgr Francesco Paola Vazquez Vescere di Puebla questo Retratto della S. M. di Leone XII in attesto di gratitudine e di Viconotcenza. [Valerio Radice de la Sagrada Congregación de Religiosos (ofrece) a su Excelencia Reverendísima Monseñor Francisco Pablo Vázquez obispo de Puebla este retrato de la Sacra Majestad de León XII en acto de gratitud y de reconocimiento].12 Por lo que es posible pensar que alguna porción de la pinacoteca del obispo Vázquez llegó a formar parte de las galerías de la Academia; sin tener certeza de cómo sucedió, esta hipótesis se refuerza por el Inventario de la Academia de Bellas Artes de 1912, donde están registradas algunas copias hechas en Roma de obras de la Galería de Borghese. No se ha localizado ningún otro documento en los archivos consultados, que hablen de esta donación. Pero quizá posteriormente, con la consulta de los inventarios de las pinacotecas en los testamentos de los obispos, se pueda identificar qué obras fueron donadas por estos jerarcas eclesiásticos o si fueron adquiridas posteriormente por la Academia.

La imposición de la Casulla a San Ildefonso, Bernardino Polo, óleo/tela, 57x76.5, Academia de Bellas Artes, núm. inv. 200271.

La adoración de los pastores, Gaspar Conrado,óleo/tela, 165x257.5, Colegio del Estado, núm. inv. 200217.

José Manzo (1789-1860), reconocido arquitecto y grabador poblano, en 1813, “fue uno de los firmantes de las capitulaciones para abrir la ‘sala de dibujo gratuito’ de la Junta de Caridad y Sociedad Patriótica, que sería el origen de la Academia de Bellas Artes, donde trabajó como profesor desde 1814, llegando a ser segundo director de dibujo”.13 Por lo tanto fue fundador, al lado de los pintores Salvador del Huerto, Lorenzo Zendejas, Manuel López Guerrero, José Julián Ordóñez y Manuel Caro, y del platero Juan Manuel Villafañe, de la Academia de Bellas Artes de Puebla. Cuando el canónigo poblano Francisco Pablo Vázquez fue nombrado ministro plenipotenciario en el Vaticano, agregó a “la Misión Diplomática varios artistas inteligentes que fueron a estudiar y perfeccionarse en Europa; entre ellos figuraron el pintor don Ignacio Vázquez y don José Manso que recibió para poder emprender viaje tan largo, una corta pensión acordada por el Congreso del Estado de Puebla, el 30 de abril de 1825”.14 De regreso a Puebla, fundó en 1827 el primer museo de Puebla, el Museo de Antigüedades y Conservatorio de Artes, que se estableció en un local del Colegio del Estado en 1828, “contenía interesantes colecciones de antigüedades mexicanas, pintura, grabado y curiosidades muy al estilo de la época, cuando los museos respondían más a la idea del conocimiento universal que no al de categorías estéticas”.15 En 1849, el museo pasó a formar parte de la Academia de Bellas Artes. Antonio Carrión nos dice que llegó a estar formado por 12 226 objetos, distribuido en varios estantes “[…] el 5º estante

Traducción realizada por el arqueólogo Eduardo Merlo Juárez. Efraín. “Edición, estudio preliminar y notas” en OLIVARES IRIARTE, Bernando, Album Artístico 14 PEREZ SALAZAR, Francisco, 1963, p. 102. 15 GALIBO ADELLA, Montserrat, op. cit., 1977, p. 14. 12 13

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CASTRO MORALES,

La posibilidad de hacer historia está en relación directa con la riqueza documental Luis González

contiene dibujos, estampas, pinturas, estampados de colores en lienzo e hilaza, […] hay también una estatua de una monja de piedra blanca, un lienzo del Señor de la Caña y cuatro santos pintados al óleo”.16 Posiblemente algunas pinturas pudieron ser adquiridas por Manzo durante su estancia en Europa para su futuro museo y finalmente donadas a la Academia. Otra de las contribuciones más importantes e interesantes a las colecciones de la Academia fueron las obras confiscadas a diversos conventos en 1861, debido al proceso de desamortización de las propiedades eclesiásticas. En ese año una comisión de la Junta Directiva de la Academia realizó la elección de pinturas en los conventos y monasterios suprimidos, además de obras del Obispado y del Palacio de Gobierno, las cuales fueron cedidas a esta institución. Las obras fueron seleccionadas de los conventos de San Agustín, San Antonio, Belén, el Carmen, la Concordia, Santo Domingo y de Santa Teresa, Santa Mónica, Santa Inés y de la Santísima. De acuerdo con la Lista general de las pinturas que eligió y recibió la comisión de la Junta Directiva de la Academia de Bellas Artes, de los conventos suprimidos, de 1861, se pudieron localizar algunas obras que formaron parte del acervo de la Academia; sin embargo, la identificación es muy

Visión de Santo Domingo de Guzmán, Miguel Cabrera, óleo/ tela, 290x279, Academia de Bellas Artes, núm. inv. 201107.

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difícil debido a la vaguedad del registro. Pese a ello se pudo establecer con este documento el origen de algunas colecciones del acervo. De las obras de la Lista General debemos mencionar que una parte de ellas fue cedida a la Academia de México y otra se dio a la colección del Colegio del Estado, esto es respaldado con la evidencia documental por lo menos de una obra que tiene este origen conventual. Otra aportación al acervo de la Academia es el de las obras pertenecientes a maestros y alumnos que decidieron donarlas a esta institución: Daniel Dávila, Francisco Morales, los hermanos Padilla y Calixto Carrión: y acaso también algunas adquiridas por la propia Academia. La Pinacoteca de la Academia, resultado de largos años de cuidado y esfuerzo, fue dividida en 1926, cuando se creó el Museo Regional, en la Casa de Alfeñique, pasando a formar parte de él la mayor parte de las piezas del Museo de José Manzo y parte del acervo pictórico de la Academia. Posteriormente, la Academia de Bellas Artes, en la Casa de las Bóvedas “inauguró el Museo de Pinturas con motivo de las fiestas del Centenario de la fundación de Puebla, [el] 18 de abril de 1931, se nombró el salón de Museo de Pintura Juan de Salmerón”.17 Lo ubicaron en la sala principal del segundo piso que abarca la fachada del edificio, además se encontraban obras en los corredores y en los salones de clase de la institución. Para 1937, por orden del gobernador Maximino Ávila Camacho, parte de la colección de pinturas del Colegio del Estado se trasladó a la Academia de Bellas Artes. Según el inventario localizado, estaba formada por 125 obras; es en este momento cuando se unieron la Pinacoteca de la Academia de Bellas Artes y de la del Colegio del Estado. Como ya lo hemos mencionado, en 1960 y 1970, también por orden gubernamental, se trasladaron 22 obras de este acervo al Teatro Principal, estas obras eran tanto del acervo de la Academia de Bellas Artes como del Colegio del Estado. En 1973, el acervo de la Academia de Bellas Artes ya nombrada para ese momento Instituto de Artes Plásticas, pasó de facto a formar parte de la pinacoteca universitaria; sólo algunas obras se quedaron bajo la custodia del Instituto que cambió de sede y nombre, llamado hasta la actualidad Instituto de Artes Visuales.

CARRION, BLAABA.

Antonio, 1970, pp. 406, 408. Asunto: Lista de Asistencia de alumnos. Año: 1924-1931. Caja 30. Carpeta: Correspondencia, Exámenes. Expediente: 4.

El archivo es la memoria de las instituciones, es también la memoria histórica de las sociedades es el lugar que guarda la obra viva de los hombres muertos. Luis Núñez Contreras

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A través del estudio de las obras, se han logrado identificar un número considerable de series con los más diversos temas, abordando la mayoría de las veces temas religiosos; los pasajes más frecuentes son sobre la vida de la Virgen, de Cristo o algún santo, obras que abordan diversos temas bíblicos —tanto de Antiguo como del Nuevo Testamento—, algunas series de retratos de personajes relacionados con los jesuitas. Todas ellas son obras representativas de la pintura novohispana de los siglos XVII y XVIII, junto con piezas de gran aprecio de los siglos XIX-XX. Se resguarda el Apostolado completo del poblano Juan Tinoco, existen dos series de la Vida de la Virgen María, doce pinturas de Los hijos de Israel atribuida al taller de Francisco de Zurbarán, Los ermitaños atribuida al taller del flamenco Diego de Borgraf, una colección de cuatro láminas de cobre de origen flamenco, una serie denominada Historia Sagrada con 14 obras, hasta este momento como anónima. Entre las colecciones jesuitas más completas e interesantes se tienen la Colección de Teólogos y religiosos europeos, formada por once retratos de religiosos de las distintas órdenes que promovieron los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola y fueron encargados por los jesuitas para colocarse en la Casa de Ejercicios del Colegio del Espíritu Santo edificada en el siglo XVIII (hoy tercer patio del edificio Carolino) y fueron realizados entre 1729 y 1731 por la reconocida familia poblana de los Talavera. Otra colección es la de Los colegiales de San Ignacio, formada por seis retratos del siglo XVIII, de los personajes José Fernández de Villanueva Alonso del Linaje y Veitia e Ignacio Gámez de Altamirano, firmados por Miguel Jerónimo Zendejas, y los de Francisco Javier Rodríguez Calado, Andrés de Arce Quirós y Miranda, Agustín de Echeverría y Orcolaga, y Domingo José Gandare Apreza, que no tienen firma. Estos son algunos ejemplos de la riqueza artística que resguarda la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y que podrán apreciar en las siguientes páginas donde presentamos las obras

más destacadas de cada artista. Ellos mostraron una gran destreza artística al expresar las creencias, los sentimientos y afanes de una época. Fuentes y bibliografía Fondos documentales BLAABA, Archivo de la Academia de Bellas Artes de Puebla,

custodiado por la Biblioteca José María Lafragua, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. AHUSP, Sección de Patrimonio, Archivo Histórico Universitario, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. MUMS, Documentos custodiados por el Museo Universitario, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Bibliografía CABRERA, Francisco J., El coleccionismo en Puebla, México 1988, sin editorial, 251. pp. CARRILLO Y GARIEL, Abelardo, Datos sobre la Academia de San Carlos de Nueva España, México, 1939, sin editorial, 113 pp. CARRILLO Y GARIEL, Abelardo, Las Galerías de Pintutra de la Academia de San Carlos, México, 1944, Imprenta Universitaria. CARRION, Antonio, Historia de la Ciudad de Puebla de los Ángeles, Puebla, México, 1970, editorial José M. Cajica Jr, ts. I y II. CASTRO MORALES, Efraín, “Edición, estudio preliminar y notas”, en OLIVARES IRIARTE, Bernardo, Album Artístico 1874, Puebla, Gobierno del Estado de Puebla, Secretaría de Cultura, 1987. GALI BOADELLA, Montserrat, Casa de las Bóvedas, Antigua Academia de Bellas Artes, Colección Puebla, la ciudad y sus monumentos, México, 1997, Gobierno del Estado de Puebla, 24 pp. GALI BOADELLA, Montserrat, “El Patrocinio de los obispos de Puebla a la Academia de Bellas Artes”, en Patrocinio, Colección y Circulación de las Artes, XX Coloquio Internacional de Historia del Arte, México, 1997, UNAM, 237-260 pp. MARQUEZ CARRILLO, Jesús, Educación, Historia y Sociedad en Puebla, 1999, México, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Cuadernos del Archivo Histórico Universitario, 118 pp. PEREZ SALAZAR, Francisco, Historia de la pintura en Puebla, “Edición, introducción y notas” de Elisa Vargaslugo, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Estéticas, 3era. edición. 1963. Fotografías Ángela Arziniaga y Everardo Rivera.

BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA Rector: Enrique Agüera Ibáñez Secretario general: José Ramón Eguibar Cuenca

Tiempo Universitario

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Director: Alfonso Yáñez Delgado, Diseño gráfico: Armando López Vázquez. Captura: Luz María Muñoz Diaz. Tiempo Universitario es una publicación del Archivo Histórico Universitario. Aparece quincenalmente. Impreso en: Litografía Magno Graf. El costo por ejemplar de 8 páginas es de noventa y ocho centavos más IVA. Tiraje: Veinte mil ejemplares. Responsable de distribución: Marcos Medrano Flores. Los autores son responsables por los textos publicados. Esta publicación se puede adquirir en La Casa de la Memoria Universitaria, Avenida Reforma 531. Puebla, Pue. teléfono: 232 74 79. Se aceptan colaboraciones de investigación sobre la vida universitaria. E-mail: [email protected] Distribución gratuita.

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