Story Transcript
01
Caribbeana
Panorama Green Building Expo
Green Building Expo RD : Ken Yeang visita República Dominicana El arquitecto de Malasia, Ken Yeang, líder mundial del diseño sostenible, visitó la República Dominicana con motivo de la celebración de la Green Building Expo, donde dictó una conferencia magistral sobre “Diseño Sostenible” el pasado viernes 24 de octubre.
Proyecto de grado UPR Mónica V. Sánchez Sepúlveda
Entre la muralla colonial y la trujillista: Patrimonio arquitectónico y evocación histórica Investigación que estudia la muralla colonial y la muralla trujillista de la Ciudad de Santo Domingo, con la intención de fijar las premisas para definir políticas de intervención en este patrimonio histórico. El análisis incluye una propuesta integradora que busca la protección y revalorización de los símbolos de la historia local y de su memoria colectiva.
Proyecto de grado UCE David Contreras
Arquitectura 4-40 : Inferencias correlacionales sobre arquitectura y música Resumen de este proyecto de grado de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Central del Este, que estudia la relación entre arquitectura y música. Se plantea un procedimiento metodológico y analítico que permite la representación formal, visible y tridimensional de la música, utilizando como recurso primario las matemáticas y la geometría contenida en las partituras musicales.
Proyecto de grado UCE Yaritza E. Díaz González Nelson Morales Aybar
Impacto urbano-ambiental en límites costeros Proyecto de grado que desarrolla una propuesta de revitalización urbana del litoral costero de la Ciudad Colonial de Santo Domingo, promoviendo la sostenibilidad de los recursos naturales del litoral y generando espacios y arquitectura complementaria que incentiven el sector turístico, comercial, institucional, recreativo, entre otros.
Reseña AAA
Encuentro Pre SAL XVI. 03 y 04 de noviembre de 2014 Santo Domingo Durante los dias 3 y 4 de noviembre, se celebró en las 4 sedes, un encuentro PreSAL de programación y discusión, con los protagonistas y representantes locales y con 4 invitados de la región: los arquitectos Silvia Arango (Colombia), Eduardo Tejeira Davis (Panamá), Mark Raymond (Trinidad y Tobago) y Andrés Mignucci (Puerto Rico), quienes además ofrecieron conferencias magistrales a las que acudió un nutrido público.
Panorama
AAA 053/6
Green Building Expo
Green Building Expo DR: Ken Yeang visita República Dominicana
Hace pocos años el diario británico The Guardian incluyó el nombre de Ken Yeang como una de las 50 personas que podrían salvar al mundo. Este arquitecto malayo es considerado el padre del diseño sostenible y sus proyectos han sido un ejemplo real de que la arquitectura es capaz de integrar elementos de la naturaleza sin sacrificar diseño y confort. Frente a un auditorio de más de 200 personas, la charla de Yeang fue la clausura de la primera Green Building Expo el pasado viernes 24 de octubre de 2014, donde además acudieron expositores de la talla de Bruno Stagno, de Costa Rica; Luis Losoya, de México; y más de 15 profesionales en diseño y arquitectura dominicanos. En su presentación, Yeang fue desmenuzando cada uno de los cuatro factores que influyen en sus proyectos: naturaleza, agua, seres humanos y diseño; y explicando cómo ha logrado no sólo edificios más eficientes en cuanto al uso de la energía, el agua y el control de la temperatura, sino también cómo ha conseguido que las personas que los habitan se sientan cómodas. Según él, la solución de los problemas del diseño tradicional merece un enfoque holístico, es decir, integral, de todas las actividades que emprende el ser humano. “Estamos devastando nuestros recursos y contaminando con toda clase de desechos. El ser humano debe aspirar a que sus edificios se reconecten con el ecosistema, así sus habitantes (nosotros) podremos reconectarnos con la vida”. En una de sus primeras intervenciones, el arquitecto reflexionó sobre la inspiración que le ha llevado a optar por edificios sostenibles. “Los seres humanos somos parte de la naturaleza y somos los únicos capaces de cambiar el clima, por ejemplo: si vamos a buscar armonía con la naturaleza debemos imitarla”, afirmó Yeang. “El mayor reto es lograr que las construcciones del ser humano se integren al ambiente natural. Debe haber una conexión adecuada entre ellos, deben fusionarse”, señala para definir el “ecodiseño”, el cual emplea para levantar sus famosos “rascacielos verdes”. Además, explicó que más allá de los beneficios a la naturaleza, invertir en las construcciones sostenibles vale la pena. A pesar de que los costos suelen ser entre un 4% y un 8% más elevados que los diseños tradicionales, el gasto se ve compensado a mediano plazo con los ahorros en energía y agua, los cuales se mantendrán durante toda la operación del edificio. Ken Yeang lleva 41 años a la cabeza de proyectos orientados hacia un enfoque conservacionista. Entre sus proyectos más importantes están la Torre Menara Mesiniaga,
Subang, Malasia; Mesiniaga Penang, Malasia; Biblioteca Nacional de Singapur; Wirrina Cove Condominium, en Australia; Eco-Tower, en Malasia; Solaris Building, en Singapur. Durante la clausura de Green Building Expo también se anunciaron los ganadores del concurso estudiantil de diseño ecológico, donde, Donato Bruno, de la Universidad Pedro Henríquez Ureña se llevó el primer lugar y un premio de US$1,000.00 con su proyecto “Algadaptiva”. Cada uno de los proyectos fue evaluado por los expositores internacionales del evento.
Sobre el arquitecto Ken Yeang Ken Yeang nació en Malasia y estudió en el Cheltenham College en Gloucertershire, Inglaterra, y obtuvo el doctorado en diseño ecológico por la Universidad de Cambridge. Al darse cuenta de que los rascacielos son una inevitable respuesta a la presión de una creciente población y a la carencia de tierra donde desarrollar nuevas construcciones, Yeang ha dedicado su carrera a refutar la idea que prima de que los edificios altos contribuyen a la destrucción del medio ambiente. Como director de TR Hamzah & Yeang, en Kuala Lumpur, Malasia, Yeang es pionero en el diseño de elementos pasivos para el ahorro de energía en rascacielos, que él ha denominado como diseño bioclimático. En 2005 se convirtió en director de Llewelyn Davies Yeang, una firma multidisciplinaria de diseño urbano, arquitectura y paisaje.
Proyectos de la firma TR Hamzah & Yeang: Solaris, Fusionopolis (Phase 2B), Singapore; National Library Board Building, Singapore; y Guthrie Pavilion, en Selangor, Malasia. Al centro: Dr. Ken Yeang durante la conferencia “Diseño Ecológico”; expositores junto a los estudiantes ganadores del concurso de diseño. Debajo: Estudiante Donatello Bruno, ganador del 1º lugar del concurso de diseño; Dr. Ken Yeang, Neiquel Filpo y Bruno Stagno.
Proyecto de Grado UPR
AAA 053/8
Mónica V. Sánchez Sepúlveda
Entre la muralla Colonial y la Trujillista: patrimonio arquitectónico y evocación histórica Ensayo escrito por la Arq. Mónica V. Sánchez, producto de su proyecto de fin de carrera dirigido por el Prof. Arq. Manuel Bermúdez en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Puerto Rico. Mayo, 2011.
1. Introducción y explicación del problema arquitectónico que aborda: A. La Muralla Colonial La mayoría de las ciudades coloniales caribeñas presentan un sistema defensivo en forma de torres de vigilancia, fortalezas y murallas para protegerse de invasiones enemigas. La muralla servía como garantía mínima de protección; la de Santo Domingo comenzó a construirse en 1543, bajo el cargo de la Real Audiencia con el gobernador Alonso de Fuenmayor, y tiene diferentes fuertes, fortalezas y puertas que dan acceso a la Ciudad Colonial; fue construida en piedra y ladrillo y tiene en total seis puertas de entrada y veinte baluartes, entre ellos la Fortaleza Ozama, construida en 1502 en piedra coralina y que antecedió la construcción de la muralla. Al día de hoy se destacan en la misma la Torre del Homenaje y el Fuerte de Santiago, únicas dos edificaciones que quedan de su conjunto original. Una de las estructuras que componen la Fortaleza Ozama es el Fuerte Santiago, que está paralelo a la Muralla de Trujillo, y que fue la primera y principal defensa de la misma. De éste se conservan la garita, cuatro arcos y una porción del piso original. La Fortaleza es la más antigua de su género existente en América, y está enclavada en un acantilado que mira el río Ozama y al mar Caribe para cumplir con su función de supervisión y defensa del puerto. Su construcción, bajo la responsabilidad de Gómez García Varela, fue realizada en varias etapas, concluyendo la primera con la construcción de su torre, llamada la Torre del Homenaje. Esta edificación de 18.50 metros de altura tiene el estilo de un castillo medieval por su pureza formal, sobriedad y terminación superior almenada. En intervenciones sucesivas realizadas durante el siglo XVI y la primera mitad del siglo XVII se construyeron las plataformas de tiro y el fuerte de defensa principal, se añadieron nuevas instalaciones en él, y se efectuaron modificaciones en las ya existentes. El recinto conservó su uso militar y sirvió como prisión hasta la década de 1970, cuando se le liberó de elementos añadidos con el fin de devolver la condición original a las edificaciones correspondientes a los siglos XVI, XVII y XVIII. Algunas figuras políticas que estuvieron aquí encarceladas fueron: Peña Gómez, Juan Bosch y Bienvenido Peynado. La Puerta Carlos III es la entrada a la Fortaleza y está enmarcada por un portal que se construyó en 1787, durante el reinado del monarca Carlos III. Su distribución, en torno a un patio interior, incluye espacios que sirvieron propósitos variados. Alojó en el ala norte la vivienda del Alcalde, donde el Virrey y Gobernador Don Diego Colón llegó a vivir los primeros tiempos después de su llegada. El ala sur alberga un antiguo Polvorín y un aljibe profundo. La plataforma de tiro alta fue construida en 1570, tiene una serie de cañoneras y almenas que protegían la entrada del puerto; la rampa permitía el traslado de los cañones en carros especiales desde la plataforma superior.
La plataforma de tiro baja es de mediados del Siglo XVII y proveía defensa mediante el disparo de cañones a blancos distantes en el mar. En el terreno que hoy se conoce como el Museo de las Armas también está la estatua de Oviedo y los restos de lo que fue el fuerte provisional, levantado a principios del siglo XVI en tanto se construía la Torre del Homenaje, y que ostenta una sala grande y dos pequeñas. Hoy la muralla no es la que se construyó originalmente ya que de ella se sustrajeron muchas piedras que sirvieron para reconstruir edificaciones destruidas en Santo Domingo por los ataques de los piratas. Uno de ellos ocurrió en 1586 cuando Francis Drake entró y arrasó la ciudad. Unos años después de la devastación de Draque, la ciudad fue visitada por Juan Bautista Antonelli y otros ingenieros militares como Juan de Rabee, Rodrigo de Liendo, Juan Bautista Ruggiero y Marcos de Cáceres quienes se encargaron de continuar su diseño y construcción. Posteriormente pedazos de la muralla fueron removidos para permitir el paso y la edificación de otras construcciones; la significación de la muralla ha sido cambiante y ha desempeñado distintas funciones de acuerdo a las necesidades de cada época. B. La Muralla Trujillista La ciudad de Santo Domingo no se desarrolló fuera del casco colonial sino hasta el 1916, luego de la intervención militar norteamericana. En este momento los marinos estadounidenses tomaron las aduanas y los puertos del país, incluyendo el de Santo Domingo, y se abrieron las murallas. En 1935 el entonces presidente y luego dictador Rafael Leónidas Trujillo contrató al ingeniero puertorriqueño Félix Benítez Rexach para construir una plataforma sobre pilotes alrededor de la Antigua Fortaleza Ozama y diseñó un puerto para uso comercial que unió el paseo Presidente Billini con los muelles existentes en la ribera del río. Esta obra incluyó la Muralla Trujillista, una fortificación de hormigón armado sobre la plataforma nueva que corre paralela a la primera Fortaleza Colonial. La misma alteró la configuración espacial y funcional del área. El Muro Trujillo (como también se le conoce) tiene 350 metros de longitud, 12 metros de altura, 74 contrafuertes, 15 garitas y paso de ronda. La Muralla Colonial que bloquea, llamada el Fuerte Santiago, tiene aproximadamente la misma altura. Sobre los motivos para la construcción de la Muralla Trujillista se dan tres explicaciones diferentes: primero, que se construyó para separar la Fortaleza de la nueva construcción (la instalación portuaria); segundo, para separar la Fortaleza del Puerto, ya que antes de que el río fuera dragado para crear el Puerto, el agua llegaba cerca de las antiguas murallas (el puerto y parte de la avenida se construyeron en la zona que se dragaron del río Ozama); y tercero, se hizo para impedir el contrabando, ya que para entonces la Fortaleza daba directamente al río Ozama.
Dirección entre murallas
Interacción colonial
C. Problema teórico Ambas murallas -la colonial y la trujillista- fueron construidas una frente a la otra por el gobernante al mando en distintas épocas. A pesar de que forman parte de la evolución urbana y se han convertido en parte de la Ciudad Colonial de Santo Domingo, entre ellas ocurre un lugar ‘muerto’, sin vida social, cultural y económica. La Muralla Trujillista obstaculiza las visuales hacia la parte sureste de la Ciudad Colonial, en especial donde se encuentran las construcciones de mayor valor de la Ciudad Colonial. ¿Debemos mantener esta muralla para alimentar la memoria de los tiempos en los que la tiranía trujillista controlaba el pueblo dominicano? ¿Debemos permeabilizar ese muro del pasado, dándole su lugar en la historia, pero abriéndolo a nuevas oportunidades que representen el pueblo democrático actual?
La Ciudad Colonial de Santo Domingo no es la excepción. Guarda y hace posible organizar un conjunto de memorias, algunas más amables y otras que aun muchos temen. Alberga en su área sureste construcciones de gran valor histórico, sin embargo tienen un velo que las cubre en su área costera, bloqueando lo que podría ser un diferente presente. Este ‘velo’ ya no ejerce ninguna función que no sea de separación, visual y de acceso a la Ciudad Colonial y, viceversa, como barrera desde la Ciudad Colonial hacia el Puerto. El cambio temporal de los valores y de la forma de interpretarlos es parte de la vida de una sociedad. Es normal que una sociedad democrática elimine de sus espacios públicos los símbolos instalados por regímenes dictatoriales y totalitarios; algunos países como Alemania, Austria o Italia, no sólo han eliminado esos símbolos de los lugares públicos, sino que han prohibido su representación, difusión o comercio. Cada pueblo debe decidir cómo desea convivir con el pasado. Sin embargo, la época de Trujillo en la República Dominicana no desaparecerá solo con derrumbar ‘su’ muro, como tampoco desaparecería en Alemania el Holocausto, destruyendo todo rastro de los campos de concentración. Sin embargo, la adecuación de ese espacio hoy perdido y desvalorizado puede ser utilizado para cambiar la imagen imponente del pasado y transformarla en una imagen de un mejor porvenir. Así el espacio que promueve la memoria traumática daría origen a un nuevo porvenir.
Durante años ha habido quienes entienden que la Muralla Trujillista debe conservarse porque forma parte de la historia de la ciudad de Santo Domingo, mientras que otros opinan que debe ser demolida. La Muralla Trujillista representa un pasado que se refleja a gran escala en el presente como problema para el pueblo dominicano. Demolerlo acudiendo a la razón de que representa un régimen tiránico sería un argumento incompatible con el resto de la ciudad ya que inclusive, de la misma manera podría emplearse esta razón para derribar las murallas coloniales, que también representan un régimen que fue opresivo. Además, las ciudades evolucionan, y la memoria que se organiza en ella depende de que se puedan percibir las distintas capas que conforman la evolución arquitectónica de una ciudad. Por otro lado, conservarla, sin hacer nada sería como rechazarla, y el gesto sería insustancial, al mismo tiempo que el predio que reside entre estas murallas un ‘espacio muerto’, compromete el significado de la Ciudad Colonial. 2. Diagnóstico o hipótesis La arquitectura y la memoria colectiva de un pueblo son dos cosas muy afines. Las ciudades y su arquitectura sirven como organizador de la memoria construida de una sociedad. En las calles y en los muros de las urbes se acumulan capas del pasado que permiten construir un relato sobre las transformaciones de la civilización. Sin embargo, la arquitectura y los espacios urbanos, a su vez, son también el escenario del presente, que utilizamos para desarrollarnos y el espacio futuro que dejaremos como legado a las próximas generaciones. Entonces, una ciudad que intente ser únicamente una expresión de un solo periodo de la historia ¿será un ambiente urbano vivo o se convertirá en un inútil ‘museo’ del recuerdo no superado mentalmente? Una ciudad viva y una arquitectura viva son las que reutilizan los elementos del pasado y a la vez construyen el presente e innovan el futuro. Tanto la ciudad como la arquitectura deben transformarse para poder acoger las funciones actuales, para servir a la vida de hoy y así seguir siendo útil en el mañana, si congelamos la ciudad distorsionamos la memoria.
Intervenir el denominado Muro de Trujillo, significa trabajar con las memorias que aun sobreviven en torno al régimen pasado y además con el conflicto que se crea al bloquear actualmente una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1992; además limita la integración de los proyectos que se continúan desarrollando como el proyecto San Souci al otro lado del río Ozama. La intención es crear conciencia de que el presente es capaz de interpretar el pasado al colaborar con la ruptura del mito de la historia y puede ayudar a recordar lo necesario y preservar lo que da valor utilizando la ciudad como artefacto organizador de la memoria misma. Las propuestas se harán en el entorno del pasado pero mirando hacia el futuro, con el propósito de conservar adecuadamente la memoria y a la vez propiciar un futuro satisfactorio para la sociedad. 3. Estrategias de diseño El proyecto tiene la intención de fijar las premisas para definir políticas de intervención en el patrimonio histórico de la Ciudad Colonial de Santo Domingo. Luego del análisis, se preparó una propuesta integradora que relaciona la intervención y rescate del patrimonio arquitectónico urbano, con la visión de protección y revalorización de los símbolos de historia local y de su memoria colectiva. Las políticas patrimoniales son muy variadas, y existe un rango amplio de opiniones. Es por esto que este trabajo considera la estrategia de no aplicar un tratamiento único a los bienes patrimoniales, sino que cada caso deba ser evaluado y considerado según su particularidad. Se estudiaron leyes y paradigmas acerca del patrimonio arquitectónico y cómo acercarse a él, partiendo del análisis de cómo afecta
AAA 053/10
Contemplación colonial
Nueva perspectiva
la memoria y analizando el contenido de estos parámetros y los puntos de conexión con el patrimonio cultural de la Ciudad Colonial de Santo Domingo proponiendo algunas medidas de aplicación. El registro del pasado en la memoria toma su forma materializado en lugares y objetos. Maurice Halbwachs al respecto asegura que “no hay memoria colectiva que no se desarrolle dentro de un marco espacial”.
El vínculo emocional que tiene el patrimonio con la memoria colectiva dominicana no solo afecta a la población, sino el lugar mismo donde éste se enclava, lo que provoca falta de interacción de la ciudadanía con los elementos patrimoniales, en lugar de convertirlos en experiencias de vida cotidiana. El valor simbólico de las estructuras realizadas en épocas de represión dictatorial es traumático. Actualmente el recuerdo ‘trujillista’ en los dominicanos sigue latente, formando aun parte de conflictos paradigmáticos en la sociedad. En muchas ocasiones el discurso de la necesidad de conservar y proteger las evidencias del pasado no es respaldado por el conjunto de la ciudadanía. No obstante, la protección desmedida de tales evidencias patrimoniales puede ser un freno a los avances del progreso, un obstáculo para la creación de nuevos espacios contemporáneos que puedan mirar hacia el futuro. Esta ‘herencia’ cultural, en vez de ser un orgullo y un motivo para el disfrute colectivo, se convierte en una pesada carga para sus ‘herederos’.
Según nos indica el Plan Regulador de Santo Domingo el predio y su entorno están clasificados como zona 4C y tipología 4: Área del Puerto de San Diego 4.3, la cual presenta las siguientes políticas: • Zona 4C. Área del Puerto de San Diego: “No se admite nueva construcción. La posible transformación de los edificios del Puerto debe observar las alturas existentes. En las áreas libres sólo se permitirán estructuras ligeras y removibles, que no ocupen más del 5% de la superficie dedicada al uso público y no tengan más de un piso de altura”. • Tipología 4: “Las áreas libres deben recuperarse para uso peatonal y recreativo, sometiéndolas a un tratamiento paisajístico adecuado. Todo el borde del Río Ozama, entre la Zona 4B y el Puente Mella debe ser organizado como paseo peatonal arborizado”. Otros artículos que se refieren a al predio son: • Artículo 1.b Rehabilitación [Tipologías 2.1, 2.2, 3, 4]: “Es la intervención sobre edificios antiguos, mediante acciones de modernización, reparación, reposición o ampliación de algunos elementos, así como de servicios básicos y áreas libres, a fin de recuperar, restituir y mejorar las condiciones de funcionalidad, seguridad, la capacidad de uso y el ambiente urbano. Se sujetará a las siguientes disposiciones: -Remodelación: Es la obra a realizarse en un edificio existente que implica la modificación de parte de sus elementos con o sin incremento de la superficie construida, según la zona en la cual el edificio se encuentra”. • Artículo 4.2. Demolición: “[Tipologías 5 y 6] Es la destrucción parcial o total de una edificación. Está prohibida en edificaciones que constituyen Patrimonio Cultural (Categorías 1, 2, 3, 4, y Tipologías 1, 2.1, 2.2, 3, 4)”. • Artículo 4.3. Obra Nueva Construcción: “De solares baldíos y áreas sin edificar, con pleno respeto de las zonas urbanas donde se ejecuta y sujeta a lo estipulado en la normativa”. Estas políticas no promueven el reto de acercar el legado patrimonial a la sociedad, lograr que ésta lo asuma como suyo y que interactúe de manera sostenible con él. Más allá de la conservación está la dimensión más dinámica y elástica de su naturaleza y concepción. El patrimonio cultural y sus múltiples manifestaciones no sólo se presentan como objetos estáticos, sino que, al contrario, éstos deben encontrarse en la realidad cotidiana.
Por esto, se toma como referencia otro paradigma en el que una sociedad conserva e interviene sobre su patrimonio cultural, expresado en la Carta de Cracovia –texto de consenso internacional sobre conservación del patrimonio arquitectónico– la cual propone que “Cada comunidad, teniendo en cuenta su memoria colectiva y consciente de su pasado, es responsable de la identificación, así como de la gestión de su patrimonio. Los elementos individuales de este patrimonio son portadores de muchos valores, los cuales pueden cambiar en el tiempo. Esta variabilidad de valores específicos en los elementos define la particularidad de cada patrimonio. A causa de este proceso de cambio, cada comunidad desarrolla una conciencia y un conocimiento de la necesidad de cuidar los valores propios de su patrimonio”. Bajo este mismo ideal en la Ley de Memoria Histórica “se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la Dictadura”. La ley incluye en su texto un artículo que ordena que los símbolos militares de la Guerra Civil y la Dictadura se retiren de los edificios y espacios públicos. Esta ley tiene como uno de sus objetivos “reconocer y ampliar derechos a favor de quienes padecieron persecución o violencia, por razones políticas, ideológicas, o de creencia religiosa, durante la Guerra Civil y la Dictadura, promover su reparación moral y la recuperación de su memoria personal y familiar, y adoptar medidas complementarias destinadas a suprimir elementos de división entre los ciudadanos” según se describe en su primer artículo. Alois Riegl, en el ensayo “El culto moderno a los monumentos” establece componentes que concurren en la valoración del patrimonio cultural. Riegl diserta sobre el valor rememorativo intencionado que “tiene el firme propósito de, en cierto modo, no permitir que ese momento se convierta nunca en pasado, de que se mantenga siempre presente
Contemplación trujillista
Pausa
y vivo en la conciencia de la posteridad”. Por otro lado afirma que “el valor rememorativo intencionado aspira de modo rotundo a la inmortalidad, al eterno presente, al permanente estado de génesis”. Esto lo observamos en estructuras como la Muralla Trujillista, que invoca determinados valores y normas de comportamiento que significan una continuidad del pasado. Sin embargo, superada esa época, la reconstrucción nacional es una tarea fundamental de paz y restablecimiento de la memoria nacional. Es necesario ordenar la vida ‘material’ del país con nuevos principios, entendiendo la importancia representativa que tienen las obras de arquitectura como expresión de la fuerza en una época determinada; mediar porque los ciudadanos tengan el derecho a que los ‘símbolos’ públicos sean ocasión de encuentro armonioso cotidiano y no recuerdo reprimido.
un país democrático o la permanencia de la pasada dictadura? La falta de superación de un pasado represivo mantiene más esta memoria en su cotidianidad. Por esto es pertinente evidenciar y alimentar el pueblo con los logros de progreso y su desarrollo en lugar de mantener la omnipresente memoria de tiranía.
Si se entiende claramente que Dominick La Capra asegura que en la medida en que el trauma es ‘transhistórico’, sólo se puede aprender a vivir mejor con su ansiedad presente y no atribuirle perplejidad a un evento como su supuesta causa o la responsabilidad del proyecto. Entre la historia y la memoria colectiva está la identidad y la experiencia, ya que contrario a lo que alega Riegl, si se convierte el evento en un pasado sobre el que se puede reflexionar, se puede sanar en la medida que se convierte en pasado. Comprender que la manera en que se organizan los espacios y las experiencias en las cuales los usuarios se puedan identificar puede colaborar en la reflexión necesaria para entender que esto ya es pasado con la visión de un mejor porvenir. Enfrentarnos a comprender lo más profundo, lo incomprendido del evento, la fuerza de su historia, para de esta manera lograr una metamorfosis espacial a favor de la memoria colectiva. 4. Pertinencia Durante la dictadura de Trujillo, edificios oficiales y espacios urbanos constituían elementos de propaganda ideológica y de enaltecimiento de su figura como dictador. La utilización de la arquitectura y el urbanismo como elementos difusores de la ideología dominante ha ocurrido en dictaduras en otros países como Alemania. Sin embargo, ¿se resuelve el conflicto que ‘supone’ la conservación del Patrimonio Histórico con eliminar los símbolos del anterior y traumático régimen? Los ciudadanos tienen derecho a que los escenarios de sus vidas, los espacios públicos, no estén presididos por símbolos que exalten el origen y la presencia de un régimen político represivo. Conservar la muralla tiene sentido por su valor histórico, pero es necesario intervenirla para darle un nuevo significado. La memoria es un encuentro indeterminado entre espacio y tiempo: la mirada sobre la ciudad es la esencia de la memoria que le atribuimos. La memoria se organiza en torno a marcas de la ciudad. Entonces, ¿qué memoria han creado los dominicanos que está representada en su Ciudad Colonial? ¿Acaso están reforzando el paso a
La intención del proyecto es colaborar en la ampliación de la mirada histórica del pueblo dominicano e incorporar aquellos que van a ser los futuros herederos de la ‘herencia cultural’ y atender la demanda ciudadana, entendida ésta desde una perspectiva responsable, sostenible y racional, con nuevas estrategias que resulten atractivas y se acerquen a las realidades que ellos presentan. Se intenta propiciar que exista un mayor nivel de conciencia social sobre el valor del patrimonio; no se trata de alimentar la nostalgia, sino utilizar el patrimonio y la herencia cultural para resolver problemas del mañana, convirtiéndolo en un activo social. Por esto se propone un espacio de congregación social, que incentive la actividad y demanda en ‘la zona’ y que integre su entorno de manera que todos los sectores recobren vida, y que más que un espacio independiente genere un circuito de invitación al usuario a recorrer toda ‘la zona’ hasta el punto sureste. La propuesta va dirigida al habitante local, al visitante y al turista; un espacio que cumpla sus necesidades y las necesidades de un Santo Domingo Colonial activo, aliviando el pasado, interactuando en el presente con su historia y entretejiendo el futuro. 5. Revisión crítica de los precedentes considerados en las estrategias de diseño La investigación comprendió proyectos que desarrollaron intervenciones en predios con características similares: A. Memorial al Muro de Berlín (Berlín, Alemania): el proyecto trabaja con una programación que cumple con necesidades contemporáneas, pero mostrando el recuerdo de la memoria, reforzada con áreas útiles y progresivas para la sociedad. El muro de Berlín se mantuvo desde 1961 hasta 1989 dividiendo físicamente el este y el oeste de Berlín con una longitud de más de 120 km; estaba protegido por una valla de tela metálica, cables de alarma, trincheras para evitar el paso de vehículos, una cerca de alambre de púas, más de 300 torres de vigilancia y treinta bunkers, lo que respondía físicamente a un trama de separación. El ancho total de la franja fronteriza variaba entre 30 y 500 metros (en Potsdamer Platz). En 1989 el muro se convirtió en algo irrelevante luego del permiso que Hungría concediera a los alemanes del este, para viajar a través de su país hacia Austria, y desde allí llegar al oeste de Berlín: la franja terminó siendo ‘tierra de nadie’. Algunas de las intervenciones que se hicieron sobre este espacio, ahora ganado, fueron: 1. East Side Gallery: durante el proceso de destrucción del muro, el artista alemán Bodo
Intervención entre murallas
Puerta muralla trujillista desde calle Las Damas
Paso de ronda Trujillista
AAA 053/12
Fotos aéreas
Foto Aérea
Muralla Trujillista
Muralla Colonial
ENTRE MURALLAS COLONIALES Y TRUJILLISTAS
Sperling promovió la idea de salvar un trozo de muro para crear una galería de arte urbano al aire libre a lo largo de la rivera del río Spree. Más de 100 artistas de todo el mundo fueron invitados a pintar murales en pintura y aerosol rindiendo homenaje a la libertad. Desde antes de demoler el muro este sector recibía bastante atención a diferencia de la mayor parte del muro ya que el lado oriental era público y visible, pues la Muhlenstrasse, de cuatro carriles, era ‘trayecto de protocolo’ por el que se transitaba del aeropuerto de Schonefeld al centro de la ciudad. Este precedente sirve de referencia para dar utilidad a la Muralla Trujillista en su cara externa con utilidad de visual artística desde la avenida Francisco A. Caamaño Deñó, por la que transcurren muchos carros y desde el otro lado del río como pantalla exhibicionista. 2. Los restos del muro en el Mauerpark (Parque del muro): Durante los años que siguieron a la caída del muro, se decidió crear espacios verdes en la antigua franja fronteriza situada entre los barrios densamente poblados. Este parque diseñado por el arquitecto paisajista de Hamburgo, Gustav Lange en 1993, desarrolla la idea de convertir toda la franja en un lugar de ocio. A diferencia de otros terrenos de la franja el cambio de ‘espacio fronterizo en espacio libre’ fue posible en este lugar porque no había sido edificado antes de la construcción del muro, semejante al espacio comprendido entre ambas murallas dominicanas. Este terreno berlinés antes de construir el muro sirvió como patio de instrucción donde los militares llevaban a cabo sus entrenamientos, instalaciones ferroviarias, pequeños huertos, un asentamiento provisional de viviendas e instalaciones deportivas. Por esa razón, el muro interior en esa zona era más alto y liso de lo usual, además de estar a mayor distancia del muro. El muro evitó durante décadas que se edificase en esa tierra e hizo posible así que después de la caída del mismo se pudiese tender un ‘puente verde’ que uniese las dos mitades de la ciudad. Se han conservado alrededor de 300 metros de muro interior, interrumpido en dos puntos y las autoridades permiten que se pinten grafitis sobre él. El precedente trae la idea del aprovechamiento de las áreas verdes para utilizar el relieve topográfico que tiene para una nueva función como un anfiteatro y contemplación, utilizando el área verde en área de ocio y diversión; además apoya la idea de la posibilidad de ‘poner’ arte en la muralla. 3. En los restos del muro en Kieler Eck aún se preserva una torre de vigilancia, rodeada y casi tapada por los edificios construidos en los años 90, que está situada en la ribera del canal Spandauer Schifffahrtskanal. Como testigo de la frontera interurbana, recuerda la caída del muro, pero también ilustra la nueva utilización de los antiguos terrenos fronterizos. Los nuevos edificios construidos después de la caída del muro, justo al lado de la antigua frontera, bloquean la vista que se tenía desde la torre de vigilancia. Incita a preservar fragmentos de la historia, alterando su función inicial por funciones contemporáneas, la función que afecta la memoria: conservar
la muralla Trujillista dándole un carácter escenográfico incorporado a nuevos usos sociales y de desarrollo alternativo. 4. En los restos del muro en Leipziger Platz / Potsdamer Platz que a principios del siglo XX, el área de alrededor estas plazas constituía uno de los mayores centros urbanos de Europa y un símbolo de la metrópoli Berlín. La construcción del Muro de Berlín, a partir del año 1961, convirtió las plazas en “tierra de nadie”. La actual Potsdamer Platz, se convirtió en una importante atracción turística. En tan solo unos pocos años, surgió un nuevo centro económico y cultural, eliminando así prácticamente todos los vestigios de las instalaciones fronterizas de esta zona. Varios segmentos del muro se han colocado en la Potsdamer Platz y Leipziger Platz, aunque no en su ubicación original, propia, para marcar el curso de las paredes interiores y exteriores. Hay sólo unos pocos recordatorios de las fortificaciones de la antigua frontera aquí, que no fueron pintadas hasta después de la caída del muro. Estas paredes además contienen un tramo llamado ‘Berlin Wall History Mile’ explican los acontecimientos que condujeron a la división de Alemania y su impacto en este centro de Berlín. El precedente sugiere utilizar los muros como medio educativo además de alcanzar revivir el área como un espacio ícono del turismo, congregación social local y bienestar del pueblo. B. La Granja Escalator, en Toledo, España (2000) diseñada por los arquitectos José Antonio Martínez Lapeña y Elías Torres Tur, consta de unas escaleras en una ladera adyacente a una muralla medieval. La tierra de esta ladera fue formada por la continua acumulación de escombros a lo largo de los siglos. Con el fin de disminuir el impacto visual y ambiental, la construcción se incrustó en la ladera. Estas murallas han sido elogiadas por tener la escalera de entrada en un nivel por debajo de sus cimientos. La construcción fue realizada en hormigón ocre, tono de la arquitectura típica de Toledo. Los seis tramos de escaleras, con el fin de salvar la diferencia de 36 metros, forma una figura en zigzag, que les permite adaptarse a la topografía y evita la sensación de vértigo que puede ser causada por la visión de una escalera de un solo tracto, apertura que desde la distancia, se convierte en el elemento más característico de este trabajo: una brecha, una fisura de luz, una luz herida curada en la fachada de la ciudad. El precedente sugiere intervenir en el terreno sin tocar las murallas, y hacer de la intervención un hito para la ciudad adaptándose a lo que el terreno ofrece actualmente. C. La ampliación (un edificio neoclásico) del Museo Real de Copenhague en Dinamarca por el arquitecto Enric Miralles, está ubicado junto a un estanque situado en un céntrico parque de la ciudad. Surge de la necesidad de albergar en un solo edificio su colección permanente, las exposiciones temporales y diversos equipamientos, un restaurante, un bar, un grupo de tienda, etc. El proyecto establecía la ampliación del museo precisamente hacia el lado que da al estanque utilizando los sótanos del actual
Manzanas y clasificación
Valor histórico y arquitectónico
Diagrama de concepto
AAA 053/14
Planta de techo
Extensión de red vial y teorías urbanas
Planta de tierra
Plano de emplazamiento antes / despúes