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VOLVIENDO A LAS FUENTES Por Alberto Monteagudo ULTREYA DE LA REGIÓN XI DEL 26/08/06 EN OAKLAND - USA Introducción Me piden que hable, que comparta un

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VOLVIENDO A LAS FUENTES Por Alberto Monteagudo ULTREYA DE LA REGIÓN XI DEL 26/08/06 EN OAKLAND - USA Introducción Me piden que hable, que comparta un poco sobre este ir volviendo a las fuentes del MCC, hoy lema de esta Ultreya de la Región XI del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de nuestra Iglesia Católica, en EE.UU. Desde que comencé mi colaboración en este sentido de ir buscando en las Fuentes, buscar en Cristo, buscar en el ser humano, en cuanto a Cursillos, lo hice en unión a la comunidad de Mallorca, teniendo en claro que la persona, era y es el eje de nuestra inquietud. En ello, en las búsquedas inquietas que tuve y que tuvimos entre algunos amigos, comprobamos que muchas personas se sienten alejadas de Cristo y de su Iglesia, porque los cristianos no acertamos aún ha transmitirles en amistad, que la felicidad que buscan está a su alcance, dentro de sí mismos, gracias a Jesucristo. Desde este pensamiento, los iniciadores y aquellos que les acompañamos en este regreso a los orígenes del movimiento, lo hacemos en sintonía con lo que el Papa solicita a todas las comunidades y asociaciones eclesiales, que no es otra cosa que renovarse cada una, en su particular Carisma. Los que venimos estudiando, vivenciando, testimoniando el nuestro, lo hacemos con confianza en la Gracia del Señor, y de acuerdo a ello, seguimos propiciando en lo que nos es posible, los valores del Carisma del MCC. Seguramente entre nosotros, ahora con motivo de esta Ultreya, hemos de comprobar estas realidades de búsqueda y vida que nos compartimos. En mi caso, voy a referirme a la vivencia de un grupo de amigos que hace años, con motivo de conocer en mayor detalle los valores del Carisma de nuestro Movimiento, comenzamos a pensarlo, a estudiarlo y de alguna manera, unos mejor que otros, a vivirlo, encarnarlo mejor, ya que entendimos que es la forma y en ello, no perder la cualidad de reconocernos personalmente, en algunos casos limitados. Esto nos sirvió y sirve para certificar nuestra cualidad de hombres y nuestra confianza en Quién nos conforta. El desarrollo del tema tiene conceptos, ideas y vivencias que surgen en bastantes casos de mi libro “Volviendo a las Fuentes”, del que soy autor, aunque en realidad, su contenido esta formado por varios artículos escritos por Eduardo Bonnín. Necesidad de redescubrir la visión El carisma fundacional de nuestro Movimiento, nos señaló como preferencia ir a los “alejados”, que perciben por lo general su identidad entre sus ansías de felicidad y la vida de Cristo, si la ven hecha vida en otros que les tratan en amistad, que son sus amigos. Nosotros en este recorrido de vuelta a los orígenes hemos intentado transmitir lo que los iniciadores nos mostraron. Una de las cosas más valiosas que descubrimos, es la dimensión de qué sucede, cuando “los alejados” captan la Buena Nueva. Es un acontecimiento sorprendente. Su ausencia de previos corsés histórico-religiosos les hace aflorar una creatividad evangélica, una vida cristiana que nos asombra. Para el mejor logro de ello, fuimos dándonos cuenta que es necesario generar un ambiente en el que esta creatividad no sea coartada, sino posibilitada, esto es clave para que el encuentro sea favorecido y nos sea útil también a nosotros, para aprender de esa natural expresión de alegría. Si este encuentro está basado en la amistad en sus dos dimensiones, de intimidad en el grupo y de universalidad en la Ultreya, los ambientes en que nos movemos en la vida normal y cotidiana, pueden irse Editorial De Colores http://www.editorialdecolores.com.ar

impregnando de esa misma amistad, claro es, si aquellos que así lo vamos comprendiendo, lo vamos poniendo en práctica. Quienes fuimos entendiendo esto, la circunstancia nos invitaba a ir colocándola inicialmente en medio de nosotros con una dimensión más profunda de apertura, para que con renovado ímpetu extenderla a los demás en el mundo. ( ver “Redescubrir la visión” Pág 27/28) Volviendo al encuentro en el interior de si mismo En esto estamos, y en ello todos comprendemos, que la palabra de cualquiera de nosotros, de algún modo tiene algún sentido valioso y ello, sabemos, lo encontramos aún más y mejor dimensionado en el testimonio, en la medida que, ahora, en el presente, esté yo haciendo realidad en mí, la Obra de Cristo, ya que de esta manera los demás tendrían posibilidad de entenderlo mejor. Este planeamiento, quizás más valioso, no por propiamente pensado, sino más bien, sentido como vital necesidad de existencia, ya que el cristianismo no es una ideología, sino una palabra dicha por Quien nos ama, y su Verdad es en si misma, Vida, (Pág.30) nos situó a quienes iniciamos este camino de regreso a los orígenes, en la esencial posibilidad y necesidad de vivenciarlo. Se trató y se trata, de un regreso a las Fuentes de la persona misma, de sí mismo, de un encuentro continuo de uno consigo mismo. En esto, fuimos comprendiendo, que para no caer en una exigencia imposible de cumplir, teníamos necesidad de aceptarnos como somos y ponernos en la vía de nuestra posibilidad de llegar a ser, y en esto, nos manifestamos continuamente y renovadamente, en la expresión de que, es amando como se testifica con autenticidad a Cristo. Aprender a ir hacia fuera de uno mismo La vida testimoniada en cristiano no es estática y en ella vamos optando por no excluir, por que ya hemos optado por Cristo y conocemos por experiencia que Él nos ama, y que ese Amor primero, es extensivo a todos, (Pág.33) por lo mismo, la preferencia que tenemos por los “alejados”, no es excluyente de los ya cercanos a las cosas de Dios. Nos fuimos presentando a sí mismos, para que se desarrolle la conversión, la necesidad de cambiar el egoísmo por el amor verdadero. Nos dijimos y reconocimos que lo que puede de verdad dar vigor y brío a la vida, es lo que hay o puede haber en lo interior de sí mismo. Nosotros hemos de buscar el Reino de Dios, primero en el interior personal y particular de uno y desde allí su extensión en amistad a todas partes. Ya sé, es demasiado exigente, pero todos sabemos en Quién confiamos. Los que como amigos venimos reflexionando nuestro Carisma, vimos y contemplamos en esto, que de alguna manera éramos y somos invitados a seguir buscando, y al ir conociendo lo que nos posibilitaba el reflexionar, la necesidad de vivir lo que íbamos descubriendo se fue haciendo cada vez más notoria en nuestras vidas. Ante uno, frente a la conciencia de ser hombre, no puede menos que querer ser más, buscar los medios para serlo y reconocer y mover los obstáculos que se lo puedan estar impidiendo. (Pág.34) En este planteo, nos dijimos, necesitamos avanzar en una repetida acción en búsqueda del encuentro con uno mismo, si, repetirlo, tantas veces como lo creyéramos necesario, aunque ahora de otro modo al que tuvimos en nuestro cursillo. Un volver al punto de partida, más que nada en aquellos momentos en que todo nos parece sin solución por los problemas que solemos ver y adjudicar a otros, siempre creados por otros, nos está evidenciando que este es el tiempo propicio para reciclar, para volver a las fuentes, para desde uno avanzar hacia todas partes. En esto, apreciamos que juega un papel importantísimo la libertad. Parece ser que lo de ser libre, la libertad de ser, nos requiere el dar de continuo, algún paso más, tener vivo siempre el objetivo de ser más y mejor persona, que necesariamente tiene que tener disposición, para a la vez ir creciendo en decisión. Editorial De Colores http://www.editorialdecolores.com.ar

Existen personas que no se dan cuenta de unas trabas que se ponen ellas mismas. Adoptan para sí lo que viene de fuera, lo general, aunque lo que sientan, piensen, digan, crean, no coincida con eso que le viene desde afuera, y como en una masificación, se adhieren a los pensamientos de otros. ¿Que sucede cuando alguien empieza por pensar y hacer por cuenta propia? Fuimos comprobando que lo diferente a lo que viene indicado, lo puesto en práctica, al aparecer una iniciativa por cuenta propia, se transforma en una opinión divergente de la generalmente aceptada por el “sistema” que se hizo cerrado y no admite lo distinto por molesto, y por lo mismo dicen, se encuentra por fuera de las normas, que esa acción, normalmente creativa, sería la que es intrusa, no siendo extraño entonces de que el, pensar y llevar a hecho lo pensado, sea rechazado. Nos dijimos, como en realidad, somos libres, ante esto, hemos de aprender a ejercer verdaderamente nuestra libertad. En ello, es esencial descubrir o redescubrir constantemente, el espacio interior propio a disposición de sí mismo. Darse cuenta que uno no depende de otros, sino de su propia interioridad, de su propia intimidad, que uno tiene que aprender a conocer y respetar y desde allí poderse orientar. Esto le sirve para darse cuenta de que es lo que le favorece y de que es lo innecesario. Es volver al encuentro de la Fuente de la vida, que quiere darnos vida en abundancia y esto depende de algún modo, también de nosotros. Hemos de vivenciar en nosotros la Fe, la Esperanza y la Caridad Nos fuimos manifestando, que las virtualidades del hombre son en principio ilimitadas, pero que acertaremos, si lo que solicita el cursillo lo ponemos en práctica y nos proyectamos con fe, esperanza y caridad de un modo personalizado, ya que estas virtudes son lo único que puede crecer indefinidamente, sin que su crecimiento desequilibre nuestra armonía y la de nuestro entorno. Las demás virtudes, al crecer desmesuradamente o no crecer, se convierten en caricaturas de sí mismas. En nada que no sea la fe, la esperanza y la caridad, cabe el infinito, porque ellas son el Infinito. Fuimos confirmándonos que por esta vía de testimonio de fe, esperanza y caridad, la realidad del hombre y del mundo interesa de una forma total y plena y pueden ser realmente transformadas todas las cosas. (Pág.35/36) Iniciado este trayecto, este camino, verdad y vida, nos dijimos, creemos en el futuro y damos testimonio de ello, si actuamos simultáneamente sobre estructuras y personas, pero estando plenamente conscientes de que es la persona la que conserva absoluta prioridad en valor y necesidad de atención. Esto lo entendemos como esencial y es prudencial su aceptación, ya que lo contrario, -priorizar algo por fuera de la posibilidad del hombre- es decir, creer que se evangeliza un ambiente sin contar con la actitud esencial, la del hombre, resta criterio evangélico a la acción. Alguien dijo que la solución para todos los problemas humanos sólo pueden llegar a hombros de hombre, y precisamente esto puede ocurrir, a través de los hombres que asumiendo su pasado y agradeciendo su presente, demuestran con sus vidas que creen en el futuro. Nosotros nos expresamos la necesidad de que es quizás frecuente la confusión del camino, porque no pocas veces nos empeñamos en ser testigos de la Pasión del Señor, cuando nuestro testimonio es que Cristo ha resucitado. (Pág. 37). Como dije, a medida que íbamos profundizando en los puntos que veíamos, se nos fue haciendo necesario vivirlos, al menos cada uno con sus posibilidades y aceptándose en sus límites.

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La alegría y la libertad, patrimonio de lo cristiano Constatamos que la avenida de la alegría, el testimonio de la Resurrección, nace de este creer en el futuro y hace posible, al mismo tiempo, el conseguirlo. La alegría es la piedra de toque que nos revela si lo cristiano, y la acción cristiana, brotan desde dentro de la persona. ( Pág. 38) La alegría, por ser comunicativa, facilita, posibilita y expresa la comunicación. La alegría se expande y, al ser captada, remite al que la percibe, a interrogarse sobre la motivación que la produce. El hombre está ya liberado, redimido y salvado por Cristo. Lo que nosotros tenemos, es la asombrosa ocasión de hacer actual, personal y eficaz la liberación que el ser humano ya tiene, casi siempre sin haberlo descubierto. Creemos que el Reino de Dios está dentro de nosotros mismos y la historia de la humanidad, tal vez se pueda resumir diciendo que es la historia de los intentos de los hombres por querer situarlo, buscarlo y encontrarlo en otra parte, haciendo que seamos eternos buscadores, en lugar de conscientes, y por conscientes, alegres poseedores. (Pág.39) Esta es una realidad que para nosotros, en este regreso a los orígenes, nos lo proponemos y lo hemos de proponer reiteradamente en nuestros corazones. Nos hemos decidido por el verdadero amor, que sabemos no cambiara nunca, persistirá más allá del tiempo y esto nos orienta en nuestro ser y hacer. Los orígenes Fuimos entendiendo que para pensar los comienzos de los Cursillos, el génesis del Movimiento ha de buscarse en la repercusión que tuvo el conocimiento del ambiente de entonces en el grupo de jóvenes seglares que intentaban estudiarlo a fondo allá por los años 40. La inquietud que nos produjo, dice Eduardo Bonnín, quedó plasmada en la estructura y desarrollo del rollo “ Estudio del Ambiente”, que fue el primero de todos y el que originó y promovió el que se pensaran y estructuraran todos los demás, ( Pág. 58) Nos replanteamos los hechos y verificamos históricamente lo sucedido. El estudio del ambiente lo iniciaron Eduardo acompañado por sus jóvenes amigos laicos en 1940 y el rollo sobre este tema fue desarrollado por Eduardo Bonnín poco tiempo después. El Dr. Hervás y sus colaboradores En 1948, Mons. Hervás pronto valoró los esfuerzos del grupo iniciador y lo que singularmente Cursillos estaba significando y puso al ya prestigiado Sebastián Gayá y el recién llegado Juan Capó como Conciliario y Viceconciliario Diocesanos de los jóvenes de la Acción Católica. Por su gran personalidad no podían ser meros asesores, sino significados protagonistas. (Pag. 74) A los amigos que veníamos estudiando el Carisma del MCC, nos pareció oportuno, necesario, repetir el estudio del ambiente, que tiene que partir del mundo real, no de abstracciones teológicas estratosféricas, que aunque muy verdaderas, solamente pueden llegar a la persona normal hechas vida viva en quien las vive. De manera tal, que tratamos con lo mejor de nuestra intención, vivir el carisma. Todo en el Cursillo y después de pasar por la experiencia, constantemente nos señalamos, tiene que arrancar de la realidad de un encuentro con uno mismo, que es el único que hace posible a cada uno irse conociendo en sus cualidades, en sus limitaciones y es lo que propicia también el cultivo del espacio interior donde reside y se orienta el punto clave que codifica la intención, que es lo que da dimensión de valor a las acciones. ( Pag. 82) Desde estas premisas, hemos de reconocer que será necesario siempre tener en cuenta que los Cursillos de Cristiandad por ser vida, no caben en una definición definitiva que los limite y constriña. ( Pag. 89) Editorial De Colores http://www.editorialdecolores.com.ar

Los tiempos cambian Estábamos en estas reflexiones, en estas búsquedas de la realidad y en algunos casos en la vivencia, y nos presentamos muy concretamente aquello que de algún modo intuyeron y asumieron los fundadores, que nos explica, que el tipo de comunidad que necesita hoy el mundo, y por lo tanto la Iglesia, tiene que estar nucleado y aglutinado por la gratuidad, por el más interesado desinterés; tomando en serio cada una de las personas por lo que son, por el hecho de ser personas, no por lo que tienen ni por lo que saben ni por lo que pueden, ni siquiera por lo que puedan colaborar en la Iglesia, ya que ello impide transparentar con la máxima diafanidad la ternura de Dios, su Gratuidad. El sentido de la realidad coincide con el sentido del Evangelio, que es amor. Dios nos ama y su Palabra y su noticia, son tan de verdad, que se identifican con lo amado y se hace Hombre para vivir en todos los hombres. Nuestro Dios no sólo nos explica la realidad, sino que es el sentido de ella misma y por ello será históricamente posible recapitular todas las cosas en Cristo. (Pag.111) Se trata sólo de fe, de esperanza, de una realidad de Amor que se expande y de este modo la asumimos, la creemos y la intentamos vivir. Esto significa verdad, en lo que todo es realidad según el querer de Dios, más allá o acá de la acción del hombre. Este querer de Dios, lo que señala, lo que expresa, es que siempre será en bien del ser humano. Nos hicimos un replanteo de cómo llegar al hombre de hoy Continuando en línea con lo que veníamos pensando, encontramos en nuestras intenciones, lo mismo que habían buscado lograr los iniciadores y nos dijimos: De verdad necesitamos experimentar lo que Eduardo Bonnín manifiesta en cuanto al valor de la gente, de la importancia que tiene cada ser humano y actuar dentro de nuestras posibilidades, - con las diferencias del caso - de la misma forma que lo hace Dios. Reflexionamos algunas ideas sobre la gratuidad y los desvíos por no tenerla en cuenta El mundo se pierde en un nuevo Triángulo de las Bermudas, que se encierra en tres puntos de mira: - Qué vale - Qué me cuesta Para que me sirve Esto suele ser una tarifa general que se aplica no sólo a las cosas, sino también a las personas. No obstante aún así, y siendo el Movimiento de Cursillos un exponente vivo de ello, la fe viva y auténtica que sabe expresarse, convivirse y continuarse en gratuidad, siempre vence. La esperanza del que espera contra toda esperanza, cuando todo invita a la desesperación, tiene una fuerte energía mimética que, aunque no se comprenda, catapulta hacia las ganas de conocer y penetrar en su motivación. La caridad íntegra, la integrada por todos los ingredientes que San Pablo relata en su primera epístola a los Corintios, posee una fuerza unitaria, cuando va llegando a la existencia humana por medio de personas que la viven y que intentan con honradez llevarla a la vida detalle a detalle. Alguien ha dicho certeramente que “quien quiera hacer bien al otro, debe hacerlo en las minucias.” Sin embargo, casi siempre el cristianismo que percibe el hombre de hoy, por desgracia, es todo un complejo entramado de misterios, preceptos, instituciones y ritos. Como consecuencia, el hombre real de estos días, sólo detecta un cristianismo complejo, escasamente evangélico, donde el amor se utiliza para la retórica, mientras lo concreto se centra en los elementos míticos o mágicos, en el grupo de presión que en ellos se ampara y en una moral de preceptos, que generalmente le parecen frustrantes. Todas estas cosas la comprobamos, las certificamos y lamentamos, ya que también en Cursillos, a veces se intenta llevar las cosas por otros rumbos y como esto de hecho trae algunas tensiones en la comunidad, siempre hemos de esperar que la distorsionada acción de querer subordinar algo tan vivo como los cursillos a unas personas que no han tenido tiempo de pensar con lo que con ellos se pretende, nos está Editorial De Colores http://www.editorialdecolores.com.ar

diciendo, que bastantes de sus desvíos se producen, por no tener en cuenta la importancia de vida de los seglares. (Pág.111/113) En este sentido, me parece oportuno conocer el libro “Los movimientos en la historia de la Iglesia” del P. Fidel González, que naciera en los ámbitos del Pontificio Consejo para los Laicos, en los tiempos de la 1ra. Asamblea de Movimientos y Comunidades Eclesiales en Roma. Queremos evangelizar en comunión, participación y corresponsabilidad. Nos pareció oportuno en su momento, decir y transparentar lo que otros venían expresando y ahora lo reiteramos porque nos parece, es una síntesis de lo que son y pueden decirnos los Cursillos de Cristiandad. Cuando se comprende la delicada tarea de escribir o discernir sobre un fundador, (iniciador de una orden, congregación, movimiento, etc.), se debe buscar en sus ideas, en su personalidad, en su vida toda, en el conjunto de cualidades que lo llevaron a ser inspirado por Aquél que lo eligió. Esto es solicitado constantemente desde la Santa Sede. Reflexionar sobre los fundadores nos lleva siempre a descubrir cosas nuevas y nos pone ante el Misterio de Dios, ya que ellos y a través de ellos es Él Señor el que actúa. El Espíritu los mueve y les concede un carisma particular, poseen el Espíritu de la Iglesia en cuyo seno viven. Este don particular (carisma) que les concede el Espíritu Santo, los coloca en una vanguardia histórica y los convierte en punta de lanza en el Camino de la Iglesia. ( Pág. 123/124). El grupo laico iniciador del MCC con la guía de Eduardo Bonnín, le constituye a él, que no se propuso fundar nada, en el principal iniciador-fundador del Movimiento. Un movimiento que desde que empezó, buscó extenderse y explicarse desde la simplicidad. A continuación, compartimos una explicación que nos hizo Eduardo y que fuera publicada en el libro “VOLVIENDO A LAS FUENTES” sobre la “Simplicidad y los Cursillos ”, que sintéticamente dice así: “Se han hecho esfuerzos “simplificantes” muy notables ( los catecismos, el Concilio Vaticano II, etc.), pero todos ellos de arriba abajo; los Cursillos son el esfuerzo simplificante de lo cristiano hecho de abajo a arriba, como el fabricante que antes de decidir qué producto fabrica, hace un test de mercado a los consumidores). Un grupo de seglares apoyados por algunos sacerdotes realizaron en Mallorca, España, en los años 40, este esfuerzo simplificador que después ha acogido la Iglesia institucional. Sólo centrándose en la persona, desde la fe, podía simplificarse el mensaje sin tragiversarse. Así el cristianismo ( más que una doctrina, una moral, unos ritos, una estructura, etc.) es una relación personal de amistad con Cristo, que hace feliz a quien la alcanza. En un clima de verdadera amistad podía ser también simple comunicar el cristianismo de hoy, en la línea del Evangelio”. Pareció bueno traer aquí estas palabras de Eduardo para ir cerrando con estos pensamientos, estas ideas, estas vivencias, estos testimonios y creyendo oportuno repetir ahora lo que dije en su momento en el libro que es hoy el motivo o lema de esta Ultreya “…Se puede leer mucho sobre el carisma, incluso los libros fundacionales, pero es muy difícil conocer el proyecto del Espíritu Santo si se desconoce al que lo encarnó y sus circunstancias de vida dentro de un contexto cultural, social y eclesial. (Pag.125/126) En Cursillos este tiempo, invita a ello quizás como nunca antes, y la Iglesia nos lo pide como siempre desde el Santo Padre a todos los Movimientos Eclesiales. Conocer más y mejor a Eduardo Bonnín, nos permite saber sobre su ser de persona, sobre su temperamento, sobre sus motivaciones e intenciones, sobre su vida y testimonio, por lo cual, nos da la alegría de conocer mejor a quién más bien puede expresar el CARISMA DEL MCC. Como ayer, hoy y siempre, el Señor está con nosotros, a Él toda la Gloria y a nosotros la alegría de poder contar con Su Gracia. Editorial De Colores http://www.editorialdecolores.com.ar

Cierro, recordando sin nombrarlos, a tantos amigos, que por medio de los intentos reflexivos sobre el Carisma fuimos creciendo en sus solicitudes, cada uno con lo suyo, y sin que nos faltaran contradicciones humanas, nos hemos admirado en la Obra de la Providencia en lo interno del Movimiento, tanto en los dirigentes que se encuentran en las estructuras operacionales como en aquellos otros que desde su lugar aportan con sus pensamientos, con sus ideas, con su creatividad. También apreciamos mucho de lo que desde las raíces de Cursillos se propone hacia fuera, hacia aquellos a los que identificamos con la expresión de los “otros” y que el MCC puede favorecer aún más y mejor por Gracia de Dios y esfuerzo de voluntad de todo aquel que así lo decida desde nosotros. Trate de decir en pocas palabras algo de nuestros intentos, procurando acompañar este regreso a los orígenes, desde la acción primera de un grupo reflexivo que procuro conocer mas hondamente el Carisma del MCC por medio de la reflexión, pensamientos que de alguna manera también crecieron en el discernimiento y que con el aporte de otros hermanos, en el boca a boca, va extendiéndose a algunas comunidades, en distintos países, que se van interesando en la búsqueda en espíritu y en verdad, posibilitando entre unos y otros dirigentes, un mayor deseo de información y un conocimiento compartido. Los pensamientos descriptos los trato de vivir y aquellos que no los puedo experimentar por mi incapacidad humana, me duelen, pero trato de aceptar mis límites, sino, no sería posible continuar. Ello, la aceptación de lo que no logro vivir, me motiva a ofrecerlos al Señor, Quién sé, me espera y me da señal para un nuevo intento. A María, Madre de Dios, Bendita entre todas las mujeres, le agradezco el poder haberme ayudado a compartir estas vivencias y un poco de lo que dice el libro “Volviendo a las Fuentes”, - del que provienen las menciones y números de paginas señaladas en este texto, y del que Providencialmente soy su autor - que después de cerca de 10 años de su aparición, nos continua presentando un compendio espléndido de “novedades”, siempre actuales y surgidas de la pluma de Eduardo Bonnín. De Colores…

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