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1. INTRODUCCIÓN
El cultivo de flores de corte es un rubro que ha tenido un cierto crecimiento, tanto en el mercado nacional como internacional.
A nivel del mercado nacional presenta alta estacionalidad de oferta y precios, llegando en muchas ocasiones a ser los precios internos, en el período invernal, superiores a los precios internacionales. Así, los mejores precios son alcanzados por los productos que lleguen más temprano al mercado, es por esta característica que Freesia x hybrida, de floración natural a fines de invierno, se presenta como una interesante alternativa de producción de flores, dado que puede ser producida como primor (SEEMANN Y ANDRADE, 1999).
La introducción de fresias a Chile data de principios del siglo pasado, cultivándose principalmente por sus flores aromáticas. Posteriormente, dejó de ser ampliamente conocida, hasta la reintroducción de híbridos modernos de gran cantidad y tamaño de flores, que sin embargo, no poseen el aroma de las variedades antiguas (SEEMANN Y ANDRADE, 1999).
De acuerdo al último censo agropecuario realizado en Chile, el año 1997, actualmente la superficie nacional de fresias alcanza las 3.8 hectáreas, de las cuales 3 ha corresponden al cultivo al aire libre y 0.8 ha al cultivo bajo invernadero (INE, 1998).
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La producción de estas flores se concentra en los meses de agosto y septiembre, sin embargo, las mejores posibilidades comerciales se producen la primera quincena de agosto. De esta forma, para obtener floraciones tempranas se puede recurrir al uso de invernaderos u otras estructuras de protección.
La aplicación de materiales plásticos, ha tenido gran influencia en la agricultura, siendo uno de sus usos principales los invernaderos, pero éstos dada su construcción, requiere elevadas inversiones. Debido a lo anterior, se han desarrollado formas alternativas de obtener precocidad en los cultivos, uno de ellos lo constituye la malla llamada ortoclima.
NAVARRETE (2003) probó que en fresias es factible el uso de mallas térmicas en producción de primavera, sin embargo, en su experiencia el ciclo de cultivo fue iniciado en abril, no obtuvo en realidad precocidad. En esta experiencia, en tanto, se adelantará la fecha de plantación, respecto a NAVARRETE (2003) y se evaluará el cultivo bajo malla ortoclima en la misma época y condiciones que un cultivo en invernadero.
La presente investigación se realizará con el objetivo de evaluar en el cultivo de fresia el uso de un sistema de producción con malla ortoclima, en comparación con el sistema de producción bajo invernadero tradicional. Además,
se
analizarán
económicamente
los
costos
e
ingresos
incrementales de producción de los dos sistemas de cultivo, calculando asimismo la relación beneficio costo en ambos sistemas.
3
1.1.
Objetivos:
1.1.1. Objetivo general
•
Evaluar en el cultivo de fresia, el uso de un sistema de producción con malla ortoclima, en comparación con el sistema de producción bajo invernadero tradicional.
1.1.2. Objetivos específicos
•
Determinar producción de varas florales y cormos en ambos sistemas.
•
Definir época y calidad de la producción.
•
Determinar costos de ambos sistemas.
•
Determinar ingresos
incrementales en cultivo bajo invernadero
tradicional y bajo malla ortoclima. •
Hacer un análisis de relación beneficio costo en ambos sistemas.
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2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
2.1.
Origen y descripción botánica de la fresia:
El centro de origen de fresia se ubica en Sud-Africa (DE HERTOGH, 1989).
El género Freesia, representado por sólo 19 especies, pertenece a las plantas monocotiledóneas y a la familia Iridaceae. Es una planta perenne. Las variedades que actualmente están disponibles en el mercado corresponden
a
híbridos
(Freesia
x
hybrida)
obtenidos
mediante
cruzamientos entre las especies Freesia alba, Freesia refracta, Freesia corymbosa y Freesia leichtlinnii (DOLE y WILKINS,
1999, IMANISHI,
1993). Desde entonces, el desarrollo de fresias hibridas ha mejorado el cultivo, logrando aumentar largo de vara, tamaño de la flor y resistencia a plagas y enfermedades (REES, 1992).
Fresia corresponde a una de las flores de corte de mayor importancia a nivel mundial, basándose en el número de varas florales cosechadas y comercializadas (IMANISHI, 1993 y DE HERTOGH, 1989).
La fresia pertenece a las llamadas plantas “geófitas”, conocidas como “bulbosas”, que se caracterizan por poseer estructuras vegetativas subterráneas especializadas, las que les permiten sobrevivir en épocas adversas y al mismo tiempo cumplen con la función de órgano de propagación vegetativa. Dentro de este tipo de estructuras, se incluyen
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bulbos, cormos, rizomas, raíces tuberosas e hipocotilo engrosado (SCHIAPPACASSE, 1996).
Casi en su totalidad, la zona de origen de las “geófitas” se encuentra comprendida entre los paralelos 23º y 45º de latitud norte y sur. Chile es el país que presenta la mayor diversidad en géneros de geófitas ornamentales después de Sudáfrica (SCHIAPPACASSE, 1996).
Las fresias se cultivan normalmente a partir de un cormo, aunque es posible producir flores a partir de semillas (SALINGER, 1991).
El cormo es un tallo de almacenamiento, que como tal posee nudos e internudos. En los nudos presenta yemas que en su totalidad se ubican en un mismo plano (VERDUGO, 1994). El cormo además se puede definir como la base hinchada de un vástago de tallo envuelto por hojas secas de aspecto de escamas (HARTMANN Y KESTER, 1995).
Los cormos anualmente entregan todas sus reservas a la formación de la flor y cada año se forma un nuevo cormo, por lo tanto, la creencia popular que habla de cormos viejos no corresponde a la realidad (VERDUGO, 1994). Estos cormos perpetúan la especie de un año a otro y producen numerosos cormillos (MÜLLER, 1994).
Cuando el cormo germina, a partir del ápice, se desarrolla un tallo único, el cual se caracteriza por poseer hojas envainadas en su base, desde las cuales emerge el raquis de la flor y el tallo de las hojas principales del follaje. La fresia normalmente tiene un tallo floreciente principal, con dos o
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más tallos laterales en la parte inferior del primero. El tallo principal es la fuente más importante de ingresos, ya que constituye la flor de mayor calidad y la que por ende alcanza los mejores precios, los tallos laterales son más cortos y poseen un menor valor comercial (SALINGER, 1991).
IMANISHI (1993), señala que estas plantas son capaces de producir hasta cuatro inflorescencias secundarias en una temporada de cultivo.
DE HERTOGH (1998) indica que se pueden obtener largos de tallos que van en promedio de 51 a 76 centímetros, cuando las condiciones de cultivo son las óptimas. El largo corresponde a la distancia entre la base del tallo y la inserción de la inflorescencia (MEDIO AMBIENTE, AGRICULTURA Y AGUA, 1998).
Las flores crecen en una espiga que descansa en un ángulo de 90º con el resto del tallo, pudiendo contener la inflorescencia más de 20 flores sólo en la parte superior del eje. Cada flor puede alcanzar hasta 5 cm. de diámetro. Sus colores son el amarillo, rosado, rojo, naranja, azul o blanco y algunas pueden presentar una agradable fragancia (MÜLLER, 1994).
Fresia posee hojas de tipo lineales, ordenadas en una disposición en forma de abanico (IMANISHI, 1993).
7
2.2.
Requerimientos climáticos:
En la V región y el área Metropolitana se concentra la producción de varas florales a partir de cormos, siendo necesario en esta zona forzar los “cormos” en el período de reposo (MÜLLER, 1994).
Las plantas requieren 16ºC y humedad para comenzar el crecimiento. Previo a la inducción floral, generada por bajas temperaturas, es importante que la planta tenga un fuerte desarrollo vegetativo, ya que así es posible obtener una vara floral de calidad con muchas flores. (REES, 1992). Cuando ya se han formado las hojas, el desarrollo de la inflorescencia, requiere una temperatura óptima de 13ºC. Sobre los 18ºC se inhibe el desarrollo de la inflorescencia y bajo los 9ºC se desarrolla lentamente. Una vez que se ha formado la inflorescencia, el crecimiento continúa a temperaturas de 12 a 20ºC como máximo. (SALINGER, 1991).
La fresia exige una secuencia de temperaturas, las cuales tienen que ser primero elevadas para salir de dormancia, después temperaturas bajas para enraizar, elongar el tallo floral y florecer; finalmente una vez más temperaturas altas para bulbificar (VERDUGO, 1998).
DE HERTOGH (1989) señala que las plantas de fresia no son particularmente sensibles al fotoperiodo, considerándola como una planta de día neutro. Sin embargo, DE HERTOGH (1998) establece que el crecimiento vegetativo se ve beneficiado con altos niveles de luz, siendo
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mejor la calidad de plantas y flores cuando la irradiación es mayor a 2500 Fc (27 Klux), con un óptimo que va entre 3000 a 5000 Fc (32 - 54 Klux).
Según SEEMANN Y ANDRADE (1999), la reacción de la planta es variable frente a la intensidad lumínica a que es sometida, así por ejemplo: a bajas intensidades lumínicas no se desarrollan flores; con altas temperaturas, acompañadas de bajas intensidades lumínicas, forman tallos débiles y altas intensidades lumínicas estimulan la formación de tallos laterales.
El valor de la humedad relativa óptima para el desarrollo del cultivo de fresia está directamente relacionado con la temperatura y la intensidad lumínica VAN ZANTEN PLANTS (2002), lo que se refleja en el Cuadro 1.
CUADRO 1. Rango de temperatura y humedad relativa ideales para fresias. Humedad relativa del aire Temperatura
óptima
Noche
7 a 9° C
Menos del 95%
Día: con tiempo sombrío
8 a 10° C
Menos del 85%
Día: con tiempo soleado
16 a 18° C
Más del 60%
Fuente: VAN ZANTEN PLANTS (2002).
SALINGER (1991), señala que las temperaturas en un cultivo de fresias es el factor más importante para obtener éxito.
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2.3.
Requerimientos de suelo:
La fresia puede adaptarse a varios tipos de suelo, aunque prefiere un suelo de buen drenaje. Las fresias son bastante sensibles a la sal, por lo que una concentración muy alta de sal o cenizas, retarda el despunte y provoca el retraso de la floración. La conductividad eléctrica adecuada para la especie es de 1.5 - 2.0 mmhos/cm2 (VAN ZANTEN PLANTS, 2002). El pH debe fluctuar entre 6,5 a 7,2 (SEEMANN Y ANDRADE, 1999).
En suelos con bajo contenido de humus, la incorporación de una enmienda orgánica puede contribuir de manera importante a mejorar la estructura, favoreciendo de esta forma el buen desarrollo del cultivo (VAN ZANTEN PLANTS, 2002).
DE HERTOGH (1996) señala que el suelo en el cual se va a establecer un cultivo de fresias, idealmente debe estar libre de malezas y patógenos (principalmente Fusarium oxysporum).
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2.4.
Profundidad y distancia de plantación:
La profundidad de plantación de la fresia va a depender del tipo de suelo donde se establecerá el cultivo, aunque por lo general se ubica entre los 2 y los 4 cm de profundidad. Normalmente se planta a mayor profundidad en suelos livianos y en verano (SEEMANN Y ANDRADE, 1999).
VAN ZANTEN PLANTS (2002) señala que el número de cormos por metro cuadrado depende de la época del año (en verano se plantan menos cormos por metro cuadrado que en primavera, ya que la floración tiene lugar en una época con poca luz), de la variedad (dependiendo del desarrollo vegetativo, plantando menos cormos por metro cuadrado en cultivares que presenten hojas anchas y/o colgantes, con respecto a aquellos con pocas hojas o con hojas pequeñas), y del tamaño de los cormos (se plantarán menos unidades por metro cuadrado de aquellos cormos de calibres mayores).
DE HERTOGH (1989) establece como óptima una densidad de 97 a 120 cormos por metro cuadrado.
La distancia de plantación es de 5 a 10 cm sobre hilera y 15 a 20 cm entre hilera aproximadamente (SEEMANN Y ANDRADE, 1999).
11
2.5.
Desarrollo:
El crecimiento y desarrollo de las bulbosas está afectado por factores internos y externos. De los factores internos, el más importante es el tamaño crítico del órgano vegetativo subterráneo, éste debe pasar una etapa juvenil y alcanzar un tamaño crítico para ser capaz de florecer, lo cual se visualiza en el Cuadro 2 (SCHIAPPACASSE, 1996).
CUADRO 2. Duración de fase juvenil y tamaño mínimo para florecer. Género
Freesia
Duración de la fase
Tamaño mínimo para florecer (cm
juvenil (años)
de circunferencia)
1
2-3
Fuente: Adaptado de Fontanier, 1973. En: De Hertogh y Le Nard, 1993.
La fresia presenta tres etapas en su desarrollo. La primera de ellas ocurre en verano y corresponde a la fase de receso o letargo, donde los cambios no son visibles (DE HERTOGH, 1996 Y SCHIAPPACASSE, 1996).
La segunda etapa corresponde al periodo vegetativo, el cual normalmente transcurre desde emergencia a aparición de la espiga floral. Durante esta etapa ocurre la inducción floral. Ésta dura tres a seis semanas y requiere 13ºC (LARSON, 1996 Y SALINGER ,1991) y el desarrollo previo de tres a cuatro hojas (LARSON, 1996 Y MÜLLER, 1994).Temperaturas de 18ºC inhiben completamente la inducción. También en esta etapa ocurre la iniciación y la órgano-génesis (SCHIAPPACASSE, 1996).
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Con el nuevo ciclo de temperatura alta, normalmente en primavera, ocurre la antesis (SCHIAPPACASSE, 1996).
La temperatura del suelo tiene en esta etapa una importancia secundaria, siendo el clima ambiental fundamental (VAN ZANTEN PLANTS, 2002).
VAN ZANTEN PLANTS (2002) señala que para un cultivo exitoso se deben proteger las plantas en épocas frías, ya que su crecimiento se ve afectado con temperaturas ambientales menores a 8° C.
El cultivo de fresias en zonas de clima templado, sólo requeriría protección frente a las heladas (SALINGER, 1991).
El período entre plantación y cosecha de varas florales, a partir de cormos, es de 5 meses aproximadamente (SEEMANN Y ANDRADE, 1999), siendo la duración de la floración de cuatro semanas, independiente del método de propagación utilizado. Posterior a la cosecha, las plantas envejecen naturalmente a las seis semanas (SALINGER, 1991 Y DE HERTOGH, 1989).
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2.6.
Cosecha:
2.6.1. Varas florales
VAN ZANTEN PLANTS (2002) señala que la etapa óptima de cosecha de la vara floral, corresponde al momento anterior a la antesis de la primera flor de la inflorescencia. Influye en esta decisión también la época del año, ya que a finales de otoño y durante el invierno hay que cortar las fresias en una fase de madurez más avanzada que en primavera. Sin embargo, MEDIO AMBIENTE, AGRICULTURA Y AGUA (1998) señala como momento óptimo de cosecha cuando se hace visible el color de la primera flor de la espiga, sin llegar en ningún caso, a mostrar la vara alguna flor abierta. DE HERTOGH (1998) indica que las inflorescencias deben ser cosechadas cuando la primera flor está comenzando a abrir y otras dos mostrando color.
Las varas deben ser recolectadas en forma manual, utilizando cuchillo o tijeras, cuidando siempre no dañar las plantas durante esta labor (SALINGER, 1991).
El periodo de cosecha de flores se extiende en promedio por cuatro semanas (DE HERTOGH, 1989).
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Según las normas de calidad para flor cortada descritas por MEDIO AMBIENTE, AGRICULTURA Y AGUA (1998), en la definición de las distintas categorías de calidad, se debe considerar la longitud de vara, expresada en centímetros, medidos desde la base del tallo hasta la inserción de la inflorescencia y el número de flores por vara, el que indica el número de botones viables dentro de la espiga floral (Cuadro 3).
CUADRO 3. Categorías de calidad de fresias para la Unión Europea. Categoría
Extra
Primera
Segunda
Long. de vara
+ 50 cm
+ 40 cm
+ 30 cm
Nº de flores por vara
+8
+7
+6
Fuente: MEDIO AMBIENTE, AGRICULTURA Y AGUA, 1998.
2.6.2.
Cormos y cormillos
Al finalizar el cultivo de fresias, es posible cosechar los cormos para ser utilizados en la próxima temporada (DE HERTOGH, 1998 y SALINGER, 1991).
Los cormos desarrollados en condiciones secas y cálidas, estarán listos para levantarse al mes de haber acabado la floración. Si se cultiva en suelo frío y húmedo, el follaje puede no secarse rápidamente, en este caso, los cormos deben levantarse a las seis semanas después de la cosecha de flores, y secarse artificialmente en cámara o exponerlas a condiciones más cálidas (SALINGER, 1991).
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SALINGER (1991), recomienda levantar los cormos con una pequeña cantidad de suelo, y luego limpiarlos.
2.7.
Fertilización:
MÜLLER (1994) recomienda aplicar nitrógeno, fósforo y potasio, tanto en abonado de fondo, como de mantenimiento.
DE HERTOGH
(1989) recomienda fertilizar un cultivo de fresias sólo
cuando un análisis de suelo revele una deficiencia de nutrientes.
Una vez iniciada la brotación de los cormos comienza el crecimiento, para lo que se recomienda fertilizar semanalmente con 200 ppm de una mezcla N : P : K en razón 20 : 20 : 20 (DE HERTOGH, 1998).
2.8.
Control de malezas:
SALINGER (1991) señala que los productores de fresias realizan el control de malezas en forma manual, pero recomienda aplicar Chloroxuron directamente al suelo, y previo a la brotación de los cormos, en dosis de 250 g de ingrediente activo por cada 1000 m2 de superficie.
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2.9.
Plagas, enfermedades y desórdenes fisiológicos:
MÜLLER (1994) Y LARSON (1996), señalan que fresia está sujeta a las mismas enfermedades y plagas que el gladiolo, este antecedente indica que es recomendable no cultivar ambas especies cerca y no realizar cultivos de fresia después de gladiolo.
Las principales plagas del cultivo son áfidos, trips, lepidópteros, nóctuidos, ácaros y nemátodos (Meloidogyne). Las principales enfermedades en tanto son Botrytis cinerea, Corvularia sp, Pseudomona sp., Xanthomona sp., Stromatinia sp. y Fusarium oxysporum. Dentro de los virus, la fresia se puede ver afectada principalmente por Cucumber Mosaic Virus, Tomato Ringspot, Tobacco Ringspot y Bean Yellow Mosaic, los cuales generan síntomas de clorosis de hojas, moteado de flores, distorsión de la espiga y enanismo de la planta (MÜLLER, 1994).
Las babosas y caracoles pueden ser también un serio problema para el cultivo (MÜLLER, 1994).
En el cultivo de la fresia, además debe evitarse la aparición del hongo Stromatinia gladioli (pudrición seca), especialmente si el material viene de Argentina, Europa o Estados Unidos (MÜLLER, 1994).
Los desórdenes fisiológicos que afectan a la fresia son: aborto de flores, el cual puede ser causado por bajas intensidades lumínicas y/o altas temperaturas durante el periodo de rápido crecimiento. Hoja corchosa, lo
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cual puede ser inducido por el flúor, algunos cultivares presentan este desorden cuando son forzados con altas temperaturas. Pupación, es la formación durante el almacenaje de un nuevo cormo, el cual reemplaza al cormo madre, esto ocurre cuando las temperaturas son inferiores a 13ºC. “Thumbing”,
corresponde
al
término
utilizado
para
describir
una
inflorescencia de fresia donde dos o tres flores son espaciadas en forma desigual a lo largo de la inflorescencia, lo cual ocurre cuando las temperaturas son mayores a 18ºC durante el periodo de iniciación floral y organogénesis (DE HERTOGH, 1996). Espigas y flores deformadas, ocurren cuando una vez iniciada la floración, existe en el ambiente grandes variaciones entre la temperatura diurna y nocturna (SALINGER, 1991). Quemadura de hojas, puede ser inducida a causa de contenidos de fluoruro, tanto en el suelo como en el agua de riego. Es importante tener la precaución de no fertilizar con superfosfatos o enmiendas que contengan fluoruro dentro de su composición (DE HERTOGH, 1989).
2.10. Consideraciones económicas:
La flor se considera como un producto suntuario, cuyo consumo está notablemente relacionado con el nivel de ingreso de las personas. De poca vida útil, alto precio y que depende mucho de la moda, lo que lo hace un negocio bastante inestable y variable en el tiempo. El consumo interno de flores está ligado fuertemente a ciertas festividades en que aumenta la demanda de este producto (FUNDACIÓN CHILE, 2001).
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En Chile el consumo de flores por habitante no supera los US$4 anuales, monto que al compararlo con el registrado en Estados Unidos y Europa donde asciende a US$25 y US$50 respectivamente, indica que las proyecciones de este rubro en el ámbito nacional son amplias (FUNDACIÓN CHILE, 2001).
De acuerdo con el último censo agropecuario realizado en Chile en el año 1997, la superficie cultivada con flores en Chile asciende a 1472 hectáreas; de ellas, solo 3.8 hectáreas corresponden al cultivo de fresias, representando así, el 0.26 % del total. El 100% de la producción de esta especie tiene como destino el mercado nacional (INE, 1998).
2.11. Reseña sobre la malla ortoclima:
La malla ortoclima es un material no textil, es un tejido formado por filamentos continuos de polipropileno ligero (30 g/m2), indesmallable, resistente a los agentes químicos y atmosféricos (TENAX, 2003).
Sus características permiten el paso de agua, luz y aire, además, no daña los cultivos y puede utilizarse varias veces, por lo que resulta muy ventajosos su uso. Se utiliza principalmente para proteger y favorecer el crecimiento de los cultivos, ya que evita el daño causado por el frío y las heladas (TENAX, 2003).
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Este material ofrece protección climática (NAVARRETE, 2003), siendo ésta posible de utilizar para proteger cultivos al aire libre, ya sea en estructuras de microtúneles, o colocándose directamente sobre la planta (TENAX, 2003).
Durante los meses críticos del cultivo (julio y agosto), la malla ortoclima permite lograr un aumento de grados día, y una disminución de horas de frío con respecto al aire libre (NAVARRETE, 2003).
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3. MATERIALES Y MÉTODOS
3.1.
Aspectos generales del sector:
3.1.1. Ubicación del estudio
El estudio se realizó en el período comprendido entre febrero y noviembre del 2003, en la Facultad de Agronomía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, ubicada en Quillota, V región (latitud 32º 50’ S; longitud 71º W y altitud 130 m.s.n.m.).
Climatológicamente la provincia está comprendida dentro del clima seco estival costero, en el dominio templado, el cual corresponde, de acuerdo a la clasificación de Köppen, a un clima templado de verano seco (GASTO, GALLARDO Y CONTRERAS, 1987).
3.1.2. Condición edáfica del sector cultivado
El suelo en ambas mesas se presenta de tipo franco-arenoso, de baja pedregosidad y buen drenaje (Anexo 1).
21
3.2.
Descripción del estudio:
3.2.1. Material vegetativo
Como material vegetal se utilizó cormos de Freesia x hybrida, color amarillo, de calibre entre 2 y 8. (Cuadro 4)
CUADRO 4. Calibre de cormos (cm de circunferencia). Calibre (cm)
Cantidad
2
189
2/4
599
4
222
4/6
36
6
16
6/8
18
3.2.2. Preparación del terreno
El estudio se realizó en dos ambientes. Uno de ellos dentro de un invernadero de estructura metálica con cubierta de polietileno, 30 m de largo y 7 m de ancho, cinco metros de altura, con lucarna y el otro ambiente se ubicó al aire libre bajo túnel cubierta con malla ortoclima.
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Para cada sistema se preparó una mesa de 12 metros de largo y 0.80 metros de ancho. Como fertilización base se aplicó 30 kilogramos de guano, por mesa de 9.6 m².
3.2.3. Tratamiento previo a la plantación
Previo a la plantación, los cormos fueron sumergidos durante 10 horas, en ácido giberelico (1%) y durante 10 minutos en Iprodione (4 g*5 l -1).
3.2.4. Plantación
La plantación fue realizada el día 28 de febrero de 2003.
Para la plantación se utilizó una cantidad total de 1080 cormos de fresia, los cuales fueron previamente calibrados. Se dividieron en dos partes iguales, para ser utilizados en ambos sistemas.
En cada mesa se dispusieron 4 líneas de plantas, con una distancia entre hilera de 20 cm y sobre hilera 8 cm, con lo cual se obtuvo una densidad de 60 plantas.m-², con una orientación norte-sur (Anexo 2). El material vegetal se plantó a 4 cm de profundidad. Las plantas se condujeron en forma vertical, cuando alcanzaron un tamaño de 15 cm de altura, usando cinta gareta, una hebra a cada costado de cada hilera.
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3.2.5. Riego
El riego se efectuó mediante cinta, cuya descarga corresponde a cuatro litros hora-1 metro-1 lineal, se dispusieron tres cintas por mesa. Se utilizó una frecuencia de riego diaria y una duración de 15 a 20 minutos, en cada riego, dependiendo de las condiciones de las plantas. El agua provino de un pozo profundo.
3.2.6. Control de malezas, plagas y enfermedades
El control de malezas sobre la mesa de plantación se llevó a cabo a través de un control manual y en los pasillos se utilizó herbicida Oxifluorfen.
Para el control de áfidos se hizo una aplicación con Imidacloprid, (2 ml*10 l-1), efectuada el 22 de julio 2003.
Para la prevención y control de botrytis se hicieron dos aplicaciones con el fungicida, Iprodione, el 13 de junio y el 10 de julio 2003.
3.2.7. Cubierta de protección
Se instaló un túnel con estructura de tubos de PVC y listones de madera, con una altura aproximada de 60 cm, cubriendo el 100% de la superficie
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plantada con malla ortoclima (Anexo 3), desde que las plantas presentaron 8 cm de altura, y hasta el término de cosecha de las flores.
3.2.8. Registro de temperaturas
A fin de mantener un registro diario de las temperaturas extremas durante el cultivo, se instalaron termómetros de temperatura máxima y mínima, uno se instaló dentro del invernadero y otro al interior del túnel con malla ortoclima.
También se consideraron las temperaturas registradas por la estación metereológica de Quillota ubicada en la Facultad de Agronomía, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, distante a 20 m del lugar del estudio.
Los datos obtenidos fueron utilizados para calcular en ambos sistemas y al aire libre, las horas frío y grados día acumulados, con el fin de determinar y comparar el efecto que produce el invernadero y la malla ortoclima.
3.2.8.1.
Recuento de horas frío
Se contabilizó desde el 21 de abril hasta el 8 de septiembre las horas frío al aire libre, bajo invernadero y bajo la malla ortoclima. Se utilizó la fórmula (1) de CROSSA RAYNAUD (1985) citado por GIL-ALBERT (1992), deducida en una zona templado cálida, la cual tiene una temperatura umbral de 7 ºC; misma utilizada por NAVARRETE (2003).
25
n = (7-t) / (T-t) * 24 * 1.5
(1)
Donde: n: número diario de horas frío bajo 7º C. t : temperatura mínima diaria. T: temperatura máxima diaria.
Para realizar los cálculos se recurrió a datos diarios. Además, aquellos valores que resultaron negativos, debido a que la temperatura mínima fue mayor a 7 ºC, no se contabilizaron ya que éstas no producen horas frío (GIL-ALBERT, 1992).
3.2.8.2.
Cálculo de grados día
La suma de grados día se calculó para ambos sistemas y al aire libre, desde el 21 de abril hasta el 8 de septiembre, de la siguiente manera:
Suma de calor = tº máxima + tº mínima - 10
(2)
2
De este modo, se fue sumando la cantidad correspondiente de tiempo térmico, estableciendo los grados día acumulados (MONTEITH, 1984). Para realizar los cálculos se necesitó datos de carácter diario. Además aquellos valores que resultaron negativos, debido a que el promedio diario
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de temperaturas fue menor a 10 ºC, no se contabilizaron ya que éstas no producen suma de calor (MONTEITH, 1984).
3.2.9. Cosecha de varas florales
La cosecha de varas florales comenzó, el día 4 de agosto bajo invernadero y el día 8 de agosto bajo malla ortoclima, en ambos casos se prolongó hasta el 8 de septiembre de 2003.
Cuando las varas florales presentaban una flor de la inflorescencia mostrando color, éstas fueron cosechadas con tijeras de podar (Anexo 4).
Luego de cosechada una muestra, correspondiente al 15% de la población en cada caso en estudio, ubicadas en las hileras centrales de las mesas (para evitar el efecto bordes), se les midió el largo de vara y largo de la inflorescencia, en cm, con huincha de medir, el diámetro del tallo en la base del corte, en mm, con un pie de metro, el número de flores por inflorescencia.
Con estas mediciones se calculó para cada parámetro media, mediana, moda, desviación estándar y varianza, en ambos sistemas.
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3.2.10.
Cosecha de cormos y cormillos
La cosecha de cormos y cormillos se realizó el día 13 de noviembre de año 2003, en forma manual.
El material fue llevado a un sombreadero por 20 días, para el curado de las catáfilas externas.
Posteriormente, se contabilizaron los cormos y se evaluaron en su totalidad, el tamaño alcanzado durante la temporada, y posteriormente se evaluó la producción total de cormillos (peso total y cantidad estimada).
3.3.
Aspectos económicos:
Se realizó una evaluación económica del cultivo de fresia, tomando en cuenta los costos e inversiones, que se requieren para un cultivo de 1000 m² bajo malla ortoclima de 1000 m² bajo invernadero y los ingresos por venta obtenidos en ambos casos. Se analizaron para una sola temporada de cultivo con una duración de 8 meses.
Los costos para la implementación del proyecto se calcularon de acuerdo a precios vigentes al 12 de enero de 2004 (sin IVA).
La evaluación económica se realizó mediante el cálculo de la relación beneficio costo.
28
4.
4.2.
PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS
Producción de flores:
El periodo de cosecha de varas florales de fresia se extendió entre el 4 de agosto y el 8 de septiembre bajo invernadero y desde el 11 de agosto al 8 de septiembre bajo malla ortoclima, Esta labor se efectuó en diez oportunidades cuando las varas presentaban una flor de la inflorescencia mostrando color. La distribución en el tiempo de la cosecha no fue homogénea para ambos sistemas, lo que se puede visualizar en la Figura 1. Es destacable que la mayor proporción de varas precoces se obtuvo del invernadero.
Del total de las varas cosechadas en el periodo, se tomó una muestra al azar equivalente al 15%, las cuales fueron evaluadas en su calidad floral, los indicadores de calidad se indican en el Cuadro 5 y 6, para ambos sistemas.
29
700
Nº Varas Florales
600 500 400 300 200 100 0 4/08
11/08
14/08
Invernadero
18/08
21/08
Bajo Malla
25/08
28/08
1/09
4/09
8/09
Total Cosechado
FIGURA 1: Distribución de la cosecha de varas florales de fresia, de un cultivo bajo invernadero v/s bajo malla ortoclima en la localidad de La Palma (Quillota) 2003.
30
CUADRO 5. Evaluación de calidad floral de fresias bajo invernadero v/s bajo malla ortoclima en la localidad de La Palma (Quillota) 2003. INVERNADERO Media Mediana Moda Desviación Varianza CALIDAD FLORAL
estándar
Largo de vara
34,81
35,00
32,00
4,96
24,58
Diámetro de tallo
5,37
5,00
5,00
0,84
0,71
Flores por inflorescencia
9,49
10,00
10,00
1,11
1,23
Inflorescencias secundarias 2,55
3,00
3,00
1,11
1,23
Largo inflorescencia
9,00
8,00
1,66
2,76
8,73
CUADRO 6. Evaluación de calidad floral de fresias bajo malla ortoclima en la localidad de La Palma (Quillota) 2003. BAJO MALLA Media Mediana Moda Desviación Varianza CALIDAD FLORAL
estándar
Largo de vara
34,57
35,00
36,00
5,51
30,37
Diámetro de tallo
5,58
5,00
5,00
0,94
0,88
Flores por inflorescencia
9,21
9,00
9,00
0,88
0,77
Inflorescencias secundarias 2,49
2,00
2,00
1,23
1,51
Largo inflorescencia
9,00
10,00
1,41
2,00
8,82
El largo de vara floral promedio obtenido en ambos sistemas se encuentra en la categoría segunda, lo cual significa que son aquellas varas de fresia de un tamaño mayor a 30 cm y menor a 40 cm, definida por MEDIO AMBIENTE, AGRICULTURA Y AGUA (1998). Este resultado podría
31
deberse a efecto de bajas temperaturas. VAN ZANTEN PLANTS (2002), señala que para un cultivo exitoso se deberá proteger las plantas en épocas frías, ya que su crecimiento se ve afectado con temperaturas ambientales menores a 8° C, ambos sistemas de cultivos fueron afectados por temperaturas inferiores a los 8º C (Anexo 5). Por otra parte, DE HERTOGH Y LE NARD (1993), indican que los cormos de fresia necesitan un tamaño mínimo para florecer de 2 a 3 cm de circunferencia, en ambos sistemas el mayor porcentaje de cormos plantados presentaban el tamaño mínimo, lo cual pudo afectar el largo de varas promedio obtenido, ya que dentro de las mediciones también se obtuvieron largos desde 40 a 50 cm posiblemente originadas por los cormos más grandes.
Otras condiciones de cultivo también pudieron limitar la calidad de las flores, al respecto DE HERTOGH (1998) indica que se pueden obtener largos de tallo de 51 a 76 centímetros, cuando las condiciones de cultivo son las óptimas. Entre las condiciones evaluadas es destacable el pH, en el invernadero fue de 8.05 y en la platabanda cubierta por malla fue de 7.72, siendo para la especie el rango óptimo de 6.5 a 7.2 (SEEMANN Y ANDRADE 1999). Esta condición de suelo pudiese haber afectado los largos de los tallos, sumado a esta condición la alta conductividad eléctrica determinada (bajo invernadero 6.23 dSm-1y bajo malla 2.71 dSm-1 VAN ZANTEN PLANTS (2002), indica que la fresia es sensible a la sal, y lo máximo tolerable para este especie es de 2.0 dSm-1.
El grosor del tallo floral y el largo de la inflorescencia obtenidos en el sistema invernadero, no son posibles de comparar con alguna referencia
32
bibliográfica, ya que dentro de la literatura consultada no se encontró información sobre estos parámetros. En tanto, bajo malla ortoclima, los resultados pueden ser comparados con aquellos presentados por NAVARRETE (2003), quien obtuvo un promedio de diámetro de tallo de 4 mm. En este trabajo el promedio de grosor de tallo fue mayor a 5 mm, posiblemente debido a que la fecha de plantación fue más temprana, permaneciendo las fresias durante siete meses en cultivo.
El número de inflorescencias secundarias obtenido fue menor al esperado, IMANISHI (1993), señala que estas plantas son capaces de producir hasta cuatro inflorescencias secundarias en una temporada de cultivo. NAVARRETE (2003) corrobora esta información al haber obtenido cuatro inflorescencias secundarias por tallo. En este ensayo se obtuvo en invernadero un promedio de 2.55 y bajo malla ortoclima 2.49. Esta respuesta puede estar relacionada con el hecho de haber obtenido más varas por planta que los mencionados autores.
Respecto al número promedio de flores por vara obtenido, el cultivo con que se trabajó corresponde a una variedad moderna, descrita por LARSON (1996) como aquellas plantas de fresia capaces de producir más de ocho flores por inflorescencia. En ambos sistemas se vio sobrepasado satisfactoriamente, siendo en los dos casos el promedio mayor a 9 flores por inflorescencia. De acuerdo a MEDIO AMBIENTE, AGRICULTURA Y AGUA (1998) este resultado es catalogado dentro de la categoría extra.
33
Frente a estos resultados se puede establecer que no hubo diferencias importantes con respecto a la calidad de las flores obtenidas, sin embargo, el usar invernadero adelantó en una cierta proporción la cosecha.
Otra de las variables evaluadas fue la cantidad de flores no comerciales. En la Figura 2 se muestra la cantidad de la producción para ambos sistemas que no cumplía con las características de una vara floral.
Al analizar las causas de descarte como varas comerciales, se encontró desórdenes fisiológicos, tales como “Thumbing”, el cual corresponde al término utilizado para describir una inflorescencia de fresia donde dos o tres flores son espaciadas en forma desigual a lo largo de la inflorescencia. Este fenómeno se asocia a temperaturas mayores a 18ºC durante el periodo de iniciación floral y organogénesis (DE HERTOGH, 1996). En ambos sistemas se sobrepasó la temperatura de 18ºC, por otra parte, se obtuvo una cantidad de espigas y flores deformadas, al respecto SALINGER (1991) señala que esto ocurre cuando una vez iniciada la floración existe en el ambiente grandes variaciones entre la temperatura diurna y nocturna, sin embargo, el descarte no sobrepasa al 5% de la producción bajo invernadero y al 10% bajo malla. Por lo cual, se puede pensar que las fluctuaciones que alteran la floración son mayores a las registradas en esta experiencia.
34
40 35
Nº varas florales
30 25 20 15 10 5 0 04/08
11/08
14/08
18/08
21/08
INVERNADERO
25/08
28/08
BAJO MALLA
01/09
04/09
08/09
TOTAL
FIGURA 2: Cantidad y distribución de varas florales no comerciales de fresia, en un cultivo bajo invernadero v/s bajo malla ortoclima en la localidad de La Palma (Quillota) 2003.
35
4.3.
Producción de cormos y cormillos:
Al finalizar el cultivo se registró el calibre de los cormos cosechados. Estos fueron comparados con los calibres iniciales y los resultados se presentan en el Cuadro 7. También se evaluó la distribución de cormos en los diferentes calibres (Figura 3). Con respecto a los cormillos producidos, se determinó el peso y se estimó el número de unidades producidas, estos resultados se presentan en el Cuadro 8.
CUADRO 7. Comparación entre la producción de cormos obtenidos en un cultivo de fresias bajo invernadero v/s bajo malla ortoclima en la localidad de La Palma (Quillota) 2003. INVERNADERO TAMAÑO INICIAL
BAJO MALLA
TAMAÑO FINAL
TAMAÑO INICIAL
TAMAÑO FINAL
CALIBRE Cantidad Porcentaje Cantidad Porcentaje Cantidad Porcentaje Cantidad Porcentaje 2
95
17,6
98
13,4
94
17,4
134
22,2
2/4
299
55,4
391
53,5
300
55,6
270
45
4
111
20,6
117
16
111
20,5
131
21,8
4/6
18
3,3
72
9,8
18
3,3
37
6
6
8
1,4
45
6,1
8
1,5
16
3
6/8
9
1,7
9
1,2
9
1,7
13
2
TOTAL
540
100
732
100
540
100
601
100
36
FIGURA 3: Distribución de calibres de cormos de fresia, de un cultivo bajo invernadero v/s bajo malla ortoclima en la localidad de La Palma (Quillota) 2003.
37
Con respecto a la cosecha de cormos en ambos sistemas, se puede decir que se mantuvo el mayor porcentaje correspondiente al calibre 2/4 y aumentó en ambos sistemas la cantidad de cormos de calibre 4/6. El total cosechado aumentó en ambos sistemas comparado con el total plantado en febrero 2003, lo cual indica que posiblemente se produjeron cormillos de gran tamaño, que pudieron ser catalogados de cormos. También pudo haber un crecimiento de los cormos iniciales simultáneamente con una multiplicación.
CUADRO 8. Comparación entre la producción de cormillos obtenidos en un cultivo de fresias bajo invernadero v/s bajo malla ortoclima en la localidad de La Palma (Quillota) 2003. INVERNADERO
BAJO MALLA
UNIDADES
5233
2594
PESO (g)
4984
2471
* 100 gramos = 105 cormillos
La cantidad de cormillos producidos en ambos sistemas, muestra la alta tasa de propagación. Bajo invernadero fue posible septuplicar el material de plantación y bajo malla ortoclima cuadruplicar. Cabe mencionar, que la producción bajo malla ortoclima concuerda con los resultados obtenidos por NAVARRETE (2003). La diferencia obtenida entre ambos sistemas, se puede deber a las condiciones climáticas dentro del invernadero.
38
4.4.
Comportamiento térmico:
La Figura 4 muestra el efecto que ejerce el invernadero y la malla ortoclima sobre las temperaturas máximas y mínimas del ambiente, desde el 21 de abril hasta el 8 de septiembre del año 2003.
En el Cuadro 9, se muestra que el invernadero permitió lograr en promedio un aumento de 6 ºC en la temperatura máxima y un aumento de 2.6 ºC en la temperatura mínima, respecto al aire libre y el material de la malla, permitió lograr en promedio un aumento de 8 ºC en la temperatura máxima y 2 ºC en la temperatura mínima, respecto al aire libre. Sin embargo, como muestra la Figura 4, no en todos los días la malla ortoclima ejerció un efecto positivo sobre las temperaturas ambiente, especialmente sobre la mínima. Con respecto al efecto del invernadero este ejerció un mejor control de las temperaturas mínimas respecto del aire libre.
Cuadro 9. Comparación de las temperaturas promedio desde 21 abril al 8 de septiembre, 2003, al aire libre, bajo invernadero y bajo malla ortoclima, en la localidad de La Palma, Quillota. Temperatura
Aire libre
Bajo
Bajo malla
invernadero
ortoclima
Máxima
19
25
27
Mínima
4
6.6
6
Para comparar mejor las temperaturas máximas y mínimas se realizó un cálculo de las horas de frío y los grados día acumulados (Anexos 6 y 7),
39
desde la puesta de la malla ortoclima (21 de abril) hasta la última cosecha de varas florales (8 de septiembre). Para ello se utilizaron los registros de temperaturas máximas y mínimas al aire libre (proporcionados por la estación metereológica más cercana al cultivo) y las temperaturas máximas y mínimas al interior del invernadero y bajo el túnel de malla ortoclima Los resultados se presentan en el Cuadro 10.
CUADRO 10. Comparación entre el efecto que ejerce el invernadero, la malla ortoclima v/s aire libre, sobre la acumulación de horas de frío y días grado desde el 21 de abril hasta el 8 de septiembre del 2003, en la localidad de La Palma (Quillota). HORAS FRÍO
GRADOS DÍA
INVERNADERO
298
607
BAJO MALLA
353
756
AIRE LIBRE
671
220
Por lo tanto, desde el 21 de abril hasta el 8 de septiembre 2003, el invernadero respecto al aire libre, permite lograr un aumento de 387 grados día y disminuir las horas frío en 373. La malla ortoclima permite lograr un aumento de 536 grados día y una disminución de 318 horas de frío con respecto al aire libre. Los datos obtenidos bajo malla ortoclima muestran una tendencia similar a la presentada por NAVARRETE (2003), sin embargo
este autor sólo consideró los meses de julio y agosto. Los
antecedentes señalan que tanto la malla como el invernadero ofrecen algún grado de protección del cultivo.
40
40 35 30
Tº (ºC)
25 20 15 10 5 0 -5 21/04 29/04 07/05 15/05 24/05
09/06 18/06 26/06 03/07 14/07 23/07 01/08 09/08 19/08 27/08 03/09 12/09 Fecha
Tº MÁX MALLA
Tº MIN MALLA
Tº MÁX INVERNADERO
Tº MIN INVERNADERO
Tº MÁX AIRE LIBRE
Tº MIN AIRE LIBRE
FIGURA 4: Comparación entre las temperaturas máximas y mínimas bajo invernadero, bajo malla ortoclima y al aire libre en un cultivo de fresias en la localidad de La Palma (Quillota), desde el 21 de abril hasta el 8 de septiembre del 2003 (entre lunes y sábado).
41
4.5.
Evaluación económica:
4.5.9. Estimación de ingresos
Los ingresos considerados en este estudio, Cuadro 11, corresponden a la venta de varas florales, cormos y cormillos de fresia.
CUADRO 11. Producción e ingreso por venta de varas florales, cormos y cormillos de fresias para una temporada de cultivo de 1000 m² bajo invernadero v/s bajo malla ortoclima en la localidad de La Palma (Quillota) 2003. INVERNADERO
BAJO MALLA
Producto Cantidad Precio Ingreso por Cantidad Precio Ingreso por ($)
venta
92.828
*
$ 2.151.093
49.765
70
$ 3.483.550
Cormillos 354.317
20
Varas
($)
venta
84.432
*
$ 1.827.069
40.692
70
$ 2.848.440
$ 7.086.340 175.635
20
$ 3.512.700
florales Cormos
Total
$ 12.720.983
$ 8.188.209
* El precio ($) varía según época de cosecha
Venta de varas florales: la cantidad producida bajo invernadero corresponde a 92.828 varas comercializables y bajo malla ortoclima a 84.432, cuyo precio de venta unitario fue desde $40 hasta $15 dependiendo el día de cosecha (Anexo 8), se obtuvo un promedio ponderado de $27.5 en ambos sistemas. Comparando el sistema bajo
42
malla ortoclima con los resultados obtenidos por NAVARRETE (2003), la producción de varas florales de fresia fue ampliamente sobrepasada, 24.000 unidades en 1000 m², contra 84.432 unidades, el año 2003, lo cual significa que en promedio se cosecharon dos varas por cormo. Este resultado se puede deber a que NAVARRETE (2003), sólo cosechó la primera vara floral o sólo haya obtenido una vara por cormo, y/o que la plantación realizada a fines de febrero, induce mayor cantidad de varas por cormo que plantando en abril.
Hay que destacar que la cosecha bajo malla el 2003 se comenzó a realizar 5 días antes que 2002, a pesar de haber plantado 40 días antes NAVARRETE (2003). Además estos resultados están influidos por la densidad de plantación NAVARRETE (2003) usó 56 plantas/m², en tanto en el presente estudio se emplearon 60 cormos en la misma superficie.
Venta de cormos: La cantidad producida bajo invernadero corresponde a 49.765 unidades y bajo malla ortoclima 40.692 unidades, el precio de venta unitario fue de $ 70, precio real de venta de este producto en el mercado al momento de ser cosechado.
Venta de cormillos: La cantidad producida bajo invernadero corresponde a 354.317 unidades y bajo malla ortoclima a 175.635 unidades, el precio de venta en ambos sistemas fue de $20, precio real de venta de este producto en el mercado al momento de ser cosechado. Comparando con NAVARRETE (2003), el sistema bajo malla ortoclima, la cantidad de cormillos producidos fue superada el año 2002, se cosecharon 91.200 unidades y el 2003 175.635 unidades, esto se puede deber a la diferencia
43
en la época de plantación, es decir adelantando la fecha de plantación en 40 días aproximadamente, el cormo está más tiempo en el suelo nutriéndose y por lo tanto produce más cormillos.
4.5.10.
Estimación de costos
Los costos considerados corresponden a: remuneraciones, insumos, arriendos, compra y puesta del polietileno, en caso del sistema bajo invernadero y asistencia técnica especializada.
Mano de obra: este ítem incluye los gastos efectuados en ambos sistemas por pago de remuneraciones, por labores de aplicación de giberelina y desinfección de cormos en preplantación, plantación, instalación de cinta gareta, instalación de malla ortoclima (en el sistema bajo malla ortoclima), riego, limpias de malezas, aplicación de fungicida, insecticida, herbicida entre los pasillos, cosecha de varas florales, cormos, cormillos, retiro de mallas (en el sistema bajo malla ortoclima), limpieza, separación, desinfección de cormos y cormillos al término del cultivo. Las especificaciones del número de jornadas hombre y su costo para ambos sistemas, se detallan desde el Anexo 9 hasta el Anexo 12.
Insumos: corresponde a gastos efectuados durante una temporada de cultivo de fresias (1000 m²), en un sistema bajo invernadero y otro bajo malla ortoclima (Anexo 13 y 14).
44
Arriendos: corresponde a $ 100.000, siendo los gastos efectuados por concepto de arriendo por un año de 1000 m2 de suelo cultivable en la localidad de La Palma (Quillota), para el sistema bajo malla ortoclima y $ 500.000 de arriendo de terreno con estructura de invernadero (5 naves de madera sin cubrir) en la misma localidad, $400.000 compra polietileno y $200.000 mano de obra puesta de polietileno, y $25.000 del arriendo de maquinaria para la preparación del terreno en cada uno de los sistemas (Anexo 15 y 16).
Asistencia técnica específica: se consideró en ambos sistema la contratación de tres asesorías técnicas durante el año de un Ingeniero Agrónomo especialista, a un costo total de $300.000 para cada uno de los sistemas.
Los costos totales del proyecto para cada uno de los sistemas se describen a continuación en el Cuadro 12.
45
CUADRO 12. Costos totales del proyecto de una temporada para un cultivo de fresias bajo invernadero v/s bajo malla ortoclima en la localidad de La Palma (Quillota) 2003. INVERNADERO Ítem
Total costos ($) Ítem
Remuneraciones Arriendo
BAJO MALLA
de
estructura maquinaria
422.500
terreno
de
con
Total costos ($)
Remuneraciones
460.000
1.125.000
Arriendos
125.000
2.232.414
Insumos
2.341.614
invernadero, y
confección
invernadero Insumos Asistencia técnica
300.000
Asistencia técnica
300.000
Otros (5% Imprevistos)
203.995
Otros
161.330
(5%
Imprevistos) Total
4.5.11.
4.283.909
Total
3.387.944
Cálculo Relación Beneficio Costo
En el Cuadro 13, se muestra la Relación Beneficio Costo para cada uno de los sistemas, la cual relaciona el ingreso y costo total para cada sistema. En este caso la producción bajo invernadero presenta una relación beneficio costo de 2.97, mayor que la obtenida al analizar la producción bajo malla 2.42, que indica la conveniencia de ese sistema de producción de fresias bajo las condiciones de este estudio.
46
CUADRO 13. Ingreso Total y Costo Total bajo invernadero v/s bajo malla ortoclima, y sus respectivos Relación Beneficio Costo (R B/C) de un proyecto de una temporada de cultivo de fresias, en la localidad de La Palma (Quillota) 2003. INVERNADERO
BAJO MALLA
Ingreso Total ($)
12.720.983
8.188.209
Costo Total ($)
4.283.909
3.387.944
R B/C
2.97
2.42
No se consideró el cálculo del valor actual neto (VAN) y de la tasa interna de retorno (TIR), dado que se trata de una evaluación de corto plazo. Obviamente, el sistema bajo invernadero es mejor que el sistema bajo malla ortoclima.
La introducción del costo alternativo del dinero no altera esta situación en forma significativa.
El caso anteriormente planteado obedece a una situación puntual, pues podría verse alterada en condiciones de incremento de la oferta o reducción del precio del producto, estrechando esto la relación beneficio costo.
47
5.
CONCLUSIONES
La producción de fresias en invernadero o bajo malla ortoclima en la localidad de Quillota, son técnicamente factibles.
La producción de varas florales obtenida fue alta, ya que en promedio se obtuvieron dos tallos por planta para ambos sistemas.
Las variables de calidad de las flores en ambos sistemas son adecuadas, salvo el largo de varas que determinó una producción de categoría segunda.
Con respecto a la producción de cormos y cormillos, ambos sistemas incrementan la cantidad y el calibre de los cormos producidos.
Plantando en febrero, se obtuvo bajo malla una precocidad de 5 días, respecto a NAVARRETE (2003) y una mayor producción de cormillos.
Los resultados obtenidos en el estudio indican que el negocio es rentable para ambos sistemas, considerando la venta de varas florales, cormos y cormillos. La relación beneficio costo sin actualización, fluctuó entre 2.97 y 2.42. Se destaca que el cultivo bajo invernadero es el más rentable (R B/C 2.97).
48
6.
RESUMEN
Se realizó una investigación consistente en evaluar dos sistemas de producción de fresia (Freesia x hybrida) bajo invernadero y bajo malla ortoclima, en la localidad de La Palma (Quillota). Los cormos fueron plantados el 28 de febrero del 2003, a 4 cm de profundidad utilizando una densidad de 60 plantas m-², empleándose 540 cormos en cada sistema.
Para determinar el efecto que produce la malla y el invernadero sobre el clima, se registraron las temperaturas máximas y mínimas al interior del túnel y del invernadero, desde el 21 de abril hasta el 8 de septiembre, periodo en que estuvo puesta la malla ortoclima. Estas observaciones fueron comparadas con las temperaturas al aire libre registradas en la estación metereológica, cercana al cultivo. Como resultado se obtuvo que el invernadero tradicional y la malla ortoclima ofrecen protección climática, reflejado en un aumento promedio de 6 ºC en la temperatura máxima y 2.6 ºC en la temperatura mínima bajo invernadero, incrementando con ello 387 días grado y disminuyendo 373 horas de frío respecto al aire libre. Se cuantificó un aumento promedio 8 ºC en la temperatura máxima y de 2 ºC en la temperatura mínima bajo malla, incrementando con ello 536 días grado y disminuyendo 318 horas de frío respecto al aire libre.
La producción se evaluó en una muestra equivalente al 15 % del total de plantas, en cada sistema, se determinó en promedio: largo de vara de 34.81 cm bajo invernadero y 34.57 bajo malla y para ambos casos un diámetro del tallo sobre 5 mm, flores por inflorescencia nueve, inflorescencias secundarias 2,5, largo de inflorescencia 8.75 cm, indicativo de una calidad floral que, para todas las variables, exceptuando el largo de vara, fue considerada como buena en ambos sistemas. Finalmente, se obtuvo una producción promedio de siete cormillos por planta bajo invernadero y de cuatro cormillos por planta bajo malla.
Se realizó la evaluación económica de una unidad productiva de 1000 m², en ambos sistemas y se obtuvo una relación beneficio costo sin actualización de 2.97 bajo invernadero y de 2.42 bajo malla ortoclima, indicando que para ambos casos, es rentable su realización.
49
7.
ABSTRACT
An study was done to evaluate two freesia (Freesia x hybrida) production systems, one under greenhouse and one under an ortoclima mesh, near La Palma, Quillota. The corms were planted on the February 28th, 2003, to a depth of 4 cm, using a density of 60 plants per m-2, and using 540 corms for each system. In order to determine the effect that the mesh and the greenhouse had on the climate, maximum and minimum temperatures were recorded inside the tunnel and the greenhouse, from April the 21st until September the 8th, the period in which the mesh was used. These observations were compared with the outdoor temperatures recorded by a meteorological station near to the crop. As a result, it was found that both the traditional greenhouse and the ortoclima mesh offered climatic protection, which was reflected in the average increase of 6ºC for the maximum temperatures and 2.6ºC for the minimum temperatures under the greenhouse system, increasing the growing degree days to 387, and decreasing chilling hours to 373, compared with the open air. An average increase of 8ºC in the maximum temperature and of 2ºC in the minimum temperature was measured under the mesh, increasing growing degree days to 536, and decreasing chilling hours to 318, compared with the open air. Production was evaluated from a sample equivalent to 15 % of the total plants in each system, averages were determined for: twig length, with 34.81 cm under the greenhouse and 34.57 cm under the mesh, diameter of the stem, which was over 5 mm in both cases, flowers by the ninth inflorescence and secondary inflorescences 2.5 long were seen under both systems, the length of inflorescences was 8.73 cm for the greenhouse and 8.82 for the mesh, indicating that floral quality, which for all the variables, excepting twig length, was considered equally good under both systems. Finally, the average production of seven cormels per plant under greenhouse and four cormels per plant under mesh was obtained. The economic evaluation for a productive unit of 1000 m² was made for both systems, and a cost to benefit ratio of 2.97 was obtained for the greenhouse and 2.42 for the ortoclima mesh, indicating that both systems were profitable to use.
50
8.
LITERATURA CITADA
DE HERTOGH, A. 1998. Freesia. In: Ball, V., ed. Ball Redbook. Illinois, Ball Publishing. pp. 517 – 522. _____. 1996. Holland Bulb Forcer´s Guide. 5th Edición. Hillegom, Alkemade Printing BV. 1123 p. ______________. 1989. Freesias. In: . Holland bulb forcer´s guide. 4 th ed. International flower bulb centre, Hillegom, Netherlands. pp. C59-71 DE HERTOGH, A. Y LE NARD, M. 1993. The physiology of flower bulbs. Ed. ElSevier. Amsterdam, 811 p.
DOLE, J. y WILKINS, H. 1999. Floriculture; principles and species. New Jersey, Prentice-Hall. 613 p. FUNDACIÓN CHILE. 2001. Flores y bulbos de flor. agroalimentarias. Santiago. Fundación Chile. 83 p.
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