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TEJER EL PAISAJE ".....y este grano infinitamente pequeño de Universo, es después de todo un Universo. Descubro que el Universo se desgrana para repe

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TEJER EL PAISAJE

".....y este grano infinitamente pequeño de Universo, es después de todo un Universo. Descubro que el Universo se desgrana para repetirse en infinitos Universos de alcance personal. Conocer el mundo, significa ante todo conocer la casa en que vivimos, sus senderos, su jardín. Porque si es cierto que todas las casas y todos los senderos y todos los jardines componen un mundo, también es cierto que el mundo se despliega para encontrar un lugar total en cada casa, en cada sendero, en cada jardín. Toda la inmensidad, esta contenida en lo pequeño." Manfred Max – Neef, 1985.

En 1977 surge la Asociación de Veredas de La Calera (A.V.C.), organización de mujeres campesinas del municipio, con el principal objetivo de fortalecer el nivel de participación y acción de las mujeres campesinas, a partir de la concientización para la valoración del papel que juega la mujer en la sociedad y en su espacio de vida cotidiana.

“Como medio de reflexión se uso el tejido que, entre puntada y puntada, permite encontrar el sentido del papel que jugamos las mujeres campesinas con nuestro entorno y la importancia de recuperar en nuestro arte practicas ancestrales que nos identifica como portadoras de la tradición del altiplano cundiboyacense.

Rescatando la tradición encontramos los tintes naturales que dieron origen a la revaloración y acción sobre el entorno en que vivimos. Así nuestras miradas se encuentran en el páramo. Buscando respuestas a la producción y propagación de especies nativas que tinturan nuestros paisajes, a pesar de que poco a poco están desapareciendo sumado al agravante de que no conocemos sus nombres ni para que sirven y como conviven con nosotras.”

Esta mirada, en perspectiva de mujer, se volvió hacia lo cercano, hacia su espacio de cotidianidad. La reflexión sobre el entorno, como campesinas pobladoras de los páramos, se volcó a su casa (predio rural), pequeña pero llena de características, que nos permite vivir. Son los espacios de vida, que de generación en generación han sido apropiados por las mujeres porque los hombres primero viajaron a vender productos a Bogotá, luego se ocuparon en las fábricas de cemento y ahora se encuentra en la incertidumbre porque no saben reconocer su espacio, su predio, su casa, su vida.

“Hablar del ambiente, nos remitió a hablar de nosotras mismas. Sí partimos de nosotras, del alcance de nuestras posibilidades, nos identificamos con nuestro espacio de vida, que es el predio. Se trata de una propuesta de construcción colectiva que empieza con reconocer nuestras fortalezas y su proyección en lo comunitario desde lo cotidiano. Así, primero se trabajan propuestas educativas y de manejo integral del predio para pasar a reconocemos como habitantes de una parte del arroyo, el hilo del agua, la quebrada, sin que existan límites de predio que nos hacen perder la identidad como vecinos y la pertenencia o no a nuestros espacios naturales”

Como resultado de este ejercicio de reflexión, dentro una propuesta de identidad de mujer con su entorno, surgen los interrogantes sobre el desarrollo rural del municipio y sí éste era consecuente con la forma de manejar el predio de manera integral.

“Nos dimos cuenta que nuestros hijos están perdiendo su identidad. Que el predio no permitía su arraigo, y que en la economía campesina el predio es insignificante frente a los procesos agroindustriales modernos. Por eso se propone un manejo integral como predio y con la naturaleza. El predio debe devolver todo lo que presta de la naturaleza y permitir la reproducción social, económica y cultural de nuestras familias.”

El componente ambiental, es entonces, permanente en la vida y obra de la AVC, organización de mujeres campesinas que con el manejo integral del proceso productivo de prendas tejidas en lana virgen y teñidas con tintes naturales, desde “la cría y levante de ovejas” hasta la comercialización, ha consolidado un proceso organizativo y de incidencia en la vida del municipio.

A pesar de que se dice que la oveja deja impactos nocivos en el suelo, (no lo entendimos, por que nadie nos explicó de relaciones ni cadenas que existen y se tejen armoniosamente en el paisaje), comenzamos nuestro cultivo de rebaños. Más tarde con la alternativa novedosa de los tintes naturales, nos maravillarnos con la aparición del color y nuevamente nuestra cotidianidad se cruza con el entorno: semillas, hojas, frutos, raíces y cortezas se funden para mostrar una naturaleza

de color

que plasmamos en nuestros tejidos:

fue allí donde

empezamos a pensar en el ambiente, tema obligado para abordar el aprendizaje de extraer el color de las plantas y momento trascendental en el rumbo que tomo la historia de vida de las mujeres de la AVC y su proyección en la comunidad.

Incursionar en el tema nos mostró que como mujeres campesinas hemos perdido nuestra identidad y la relación con el entorno... casi da pena decirlo... pero es bueno y formativo saberlo que a pesar de nuestra condición y posición como mujeres campesinas no conocemos nuestro entorno...por lo tanto no lo valoramos, ni nos comprometemos con acciones que aporten a su conservación y protección.

Empezamos un proceso de capacitación profundo en dos sentidos: Uno desde el conocimiento de las políticas públicas y su impacto en la vida rural, y otro, desde la relación de la cultura con el ambiente. Aprendimos que las visiones de desarrollo están marcadas por lo productivo y económico y niegan el valor de la vida misma, y que el proceso evolutivo del hombre con la consolidación de la plataforma de instrumentos resultado de esa evolución

nos hace

diferentes de los otros seres de la naturaleza y nos permite adaptarnos al medio natural y en esos procesos de adaptación vamos construyendo una cultura en relación con el medio, y así, la naturaleza va siendo transformada por la cultura y cada vez va siendo más difícil establecer barreras. Las mujeres campesinas debemos rescatar nuestra identidad y la de nuestras familias desde una propuesta para la educación rural que desde la interdisciplinariedad aborde el problema ambiental, que es el problema de la supervivencia, que para solucionar requiere cambios profundos de comportamientos que construyan una sociedad alternativa, una nueva cultura.

Al reconocernos y validarnos, reconocimos y validamos nuestro entorno. Así descubrimos en nuestro municipio el Parque Nacional Natural Chingaza que surte en un 80% el agua para la ciudad de Bogotá. Empezamos a reconocernos como parte viva de la montaña, como montañeras, y a descubrir que vivir en la montaña tiene sus encantos, su ciencia, como también su particularidad. casi sin darnos cuenta fuimos aplicando la investigación, la tecnología a la cotidianidad de nuestras vidas y fue la reflexión permanente sobre esa cotidianidad la que nos permitió hacer conciencia sobre el desconocimiento y la responsabilidad tan grande que tenemos como habitantes de la montaña y el impacto de nuestro comportamiento en ella. El recrear memoria sobre prácticas ancestrales nos permitió enriquecer nuestra visión y misión como organización y plasmar en su momento propuestas de acción como remplazar el uso de estufas de leña(madera) por gas, capacitación, investigación y construcción de espacios para la producción de plantas nativas y tintóreas de la región (vivero ).

En este proceso de crecimiento personal y organizativo, se dan reflexiones que nos permiten evaluar el problema ambiental local. La mayoría de nuestras familias campesinas, aunque poseen minifundios, dedicados al cultivo de la papa, la ganadería, las especies menores y pequeñas huertas, están viviendo una situación de decadencia y desestabilización económica por el deterioro general de la situación del país y particularmente por la inseguridad que vive la zona, ya que en los últimos cinco años, ha sido azotada por el secuestro y la inseguridad que produce la localización en la zona de frentes guerrilleros de las FARC. Aunque esta situación no afecta directamente la seguridad personal de las familias campesinas, si ha provocado un proceso de expulsión de familias más adineradas que adquirían nuestros productos y generaban empleo en servicios agrícolas para sus fincas. Esta situación ha afectado la seguridad económica y alimentaria de nuestras familias, pues se han roto las cadenas de producción y mercado locales.

De estas reflexiones surge la propuesta de trabajar desde la perspectiva de cuenca como unidad ambiental integral, pero desde acciones puntuales en el predio como unidad familiar y desde la visión de que los comportamientos individuales se transmiten e identifican en el predio y son la respuesta de formas de vida particulares que se convierten en impactos macro en el concepto de cuenca. Por lo tanto lo que debemos transformar son comportamientos que se pueden identificar en reflexiones de grupos focales por cuenca. Como en la practica el predio está en gran proporción a cargo de las mujeres, somos nosotras las mas dadas a construir alternativas con características de participación comunitaria, sostenibilidad, productividad y equidad social y de género, a pesar de que somos las mujeres quienes como resultado de una cultura inequitativa, tenemos menor acceso al crédito, a la tecnología, a la educación y a la participación activa en la vida local. Surge entonces, el proyecto que denominamos ESCUELA DE CAPACITACIÓN Y DESARROLLO RURAL INTEGRADO desde el CONSORCIO "TEJEDORAS DEL PAISAJE", conformado por la AVC y el CENTRAP -Centro de Apoyo Popular-, organización afiliada a REPEM, que desde hace 20 Años ha acompañado nuestro proceso, que nos permitió continuar con el proceso de reflexión frente al tema ambiental y en coordinación con las instituciones gubernamentales locales, hacer practicas que permitieran tener bases para la construcción final del sueño de Escuela Campesina, como propuesta permanente para el desarrollo estratégico del sector rural, que involucra la perspectiva de la sostenibilidad, la equidad, la participación y el mejoramiento de la calidad de vida.

Abordar la problemática desde una perspectiva integral, permite comprender que sólo en la medida en que se dé el fortalecimiento de cada persona como individuo interactuante con el medio y con su grupo social, en la potencialización de sus capacidades de reflexión, análisis, cuestionamiento, argumentación y acción, es posible avanzar en el fortalecimiento del grupo social como tal, para la gestión, la autodeterminación y la transformación de las condiciones de la realidad, que son las que determinan su vida presente.

De esta manera, proponemos un planteamiento de Desarrollo Rural Integral, que considere la satisfacción de todas las necesidades humanas, empezando por el reconocimiento de las necesidades del individuo, continuando con las necesidades de los grupos sociales, en relación con ellos mismos y con el entorno, entendiéndonos, como integrantes de un sistema e interactuantes con él y no como dominadores del mismo. Fue su propósito, fortalecer la identidad campesina de las familias que conforman la AVC, para lograr un desarrollo integral. Se aplicó la propuesta en cinco zonas del municipio, con 25 familias de cada zona y con los centros educativos existentes. (escuelas y 1 colegio).

Algunos resultados fueron:

 La instalación de un vivero en la sede de la AVC con sus respectivas áreas de semilleros, germinadores, áreas de crecimiento, zona de riego, carga y descarga de materiales.  La capacitación a la comunidad de las cinco zonas, a las instituciones educativas en procesos de participación comunitaria, régimen municipal, planeación del desarrollo, perspectiva de género, medio ambiente, técnicas forestales, tejidos y manejo de ovejas,

formación

ciudadana,

agricultura

biológica,

seguridad

alimentaria,

administración agropecuaria, especies menores. Simultáneamente se trabajó sobre veinticinco predios demostrativos como experiencia piloto, para el manejo integral del predio  Un trabajo de educación ambiental con docentes y estudiantes, obteniendo como logros la siembra de cinco bosques educativos con especies nativas, tintóreas, medicinales, leñosas, frutales, maderables, y huerta y la elaboración de un material didáctico denominado MONTAÑA ANDINA COLOMBIANA, en el cual se integran las áreas de Ciencias Sociales, Ciencias Naturales y Educación ambiental en el currículo escolar.

La escuela ha tenido una fase de ensayo durante los años 1998 y 2000 para fortalecer formas organizativas y existentes en la comunidad que han ido surgiendo en los últimos cinco años (gestadas y/o apoyadas en sus inicios por la AVC) como AGROORIENTE, (organización campesina), APAC (Asociación de productores agropecuarios de la Calera) ARCA (Asociación de artesanos de la Calera). En esta fase de ensayo se ha trabajado con la Unidad de Asistencia Técnica Agropecuaria. Actualmente no contamos con recursos para seguir impulsando la escuela. ENFOQUE DE LA “ESCUELA PARA EL DESARROLLO RURAL”

El problema que afecta al sector rural del municipio requiere de una política agraria y ambiental en el ámbito nacional que surja de una concepción ambiental en la que se relacione la vida social y económica con los recursos naturales. La acción estatal fraccionada ha conducido a que los recursos oficiales no se utilicen eficientemente y no se enfrenten las consecuencias de los problemas mientras que las causas permanecen inalteradas. El problema del agua o del suelo necesariamente están vinculadas a las formas de producción y estas son expresión de la cultura, valores y relaciones sociales. Igualmente se requiere de un énfasis especial en el Plan de Ordenamiento Territorial. La educación se constituye en el medio para avanzar hacia un desarrollo con equidad (entre géneros, los pobladores y la naturaleza) siempre y cuando esta se constituya en un elemento para enriquecer la vida. La Escuela Para el Desarrollo Rural “Tejedoras del paisaje” es una propuesta pedagógica orientada para fortalecer la vida en el campo. A ella asisten habitantes de todas las edades(niños/as, jóvenes y adultos) imprimiendo un carácter heterogéneo y comunitario al aprendizaje. La propuesta pedagógica para el desarrollo rural se sustenta en una concepción curricular integral que responda a las áreas determinadas del desarrollo rural: -

Educación Ambiental

-

Formación ciudadana.

-

Equidad en las relaciones de género.

-

Alternativas productivas.

-

Administración y organización.

-

Participación comunitaria.

Esta propuesta avanza sobre la búsqueda de herramientas teóricas y metodológicas que respondan a las necesidades del campo y sus pobladores.

En la Escuela para el desarrollo rural la teoría y la práctica están interrelacionadas, lo que determina que los conocimientos adquiridos conducen a una transformación del entorno por medio del reconocimiento y recuperación de las cuencas y microcuencas del territorio, además la capacitación va ligada a la transformación del predio tanto en las condiciones ambientales como productivas e igualmente en la vida familiar y personal, y en últimas, en sus prácticas culturales. La Escuela es un lugar de encuentro de los pobladores para conocer y reflexionar sobre el territorio y un espacio para propiciar la integración y la acción municipal. La propuesta de capacitación para el sector rural debe surgir de una concepción que entienda lo rural en una dimensión integral que no solo involucre la producción agropecuaria sino que tenga en cuenta los aspectos sociales, las relaciones familiares y entre géneros, la infancia, el descanso, el afecto, la participación, el conocimiento, la recreación, la salud, en general todos los elementos que imprimen un carácter humano al desarrollo. Además se requiere que se entienda la propuesta de desarrollo, no solo como respuesta a las necesidades presentes o como un problema técnico de utilización de los recursos existentes en las necesidades detectadas; se busca que la comunidad pueda pensar en la vida de hoy y la vida futura; por tal razón debe asegurarse una utilización de los recursos que garanticen su conservación para el futuro.

La AVC entiende que su fortalecimiento institucional es consecuencia de la participación de la comunidad y de la cooperación institucional entre entidades gubernamentales,

no

gubernamentales y la comunidad, en razón a que el destino del municipio debe definirse con la participación de sus actores. El proceso metodológico que hemos experimentado en el camino recorrido es el de “aprender haciendo” que a partir del reconocimiento de la diversidad de saberes que aportan los expertos como las mismas comunidades, confluye en lo que en Educación Popular se llama “diálogo de saberes” que articula la reflexión con la acción y el debate con el compromiso de los grupos en la toma de decisiones frente a la vida cotidiana en los ámbitos

familiar, comunitario, social, productivo, político. Para la continuidad e

implementación de la propuesta la AVC cuenta con una sede en la vereda la Toma Centro, con aulas, auditorio, sala de sistemas y comunicación, vivero y huerto. que será el centro de coordinación de la propuesta.

HERMINIA CRISTANCHO Consorcio TEJEDORAS DEL PAISAJE. CENTRAP_AVC

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