ANÁLISIS TECNOLÓGICOS Y PROSPECTIVOS SECTORIALES Madera y muebles Responsable: Juan Federico FEBRERO 2016
AUTORIDADES ■
Presidente de la Nación
Ing. Mauricio Macri ■
Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva
Dr. Lino Barañao ■
Secretario de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva
Dr. Miguel Ángel Blesa ■
Subsecretario de Estudios y Prospectiva
Lic. Jorge Robbio ■
Director Nacional de Estudios
Dr. Ing. Martín Villanueva
RECONOCIMIENTOS Los estudios sobre complejos productivos industriales fueron coordinados por el Dr. Juan Santarcángelo y asistidos por el Lic. Martín Kalos. La supervisión y revisión de los trabajos estuvo a cargo del equipo técnico del Programa Nacional de Prospectiva Tecnológica (Programa Nacional PRONAPTEC) perteneciente a la Dirección Nacional de Estudios del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva: Lic. Alicia Recalde. ■ Lic. Manuel Marí. ■ Lic. Ricardo Carri. ■ A.E. Adriana Sánchez Rico. ■
Se agradece a los diferentes actores del sector gubernamental, del sistema científicotecnológico y del sector productivo que participaron de los distintos ámbitos de consulta del Proyecto. No habría sido posible elaborar este documento sin la construcción colectiva de conocimientos. Por consultas y/o sugerencias, por favor dirigirse a
[email protected]
El contenido de la presente publicación es responsabilidad de sus autores y no representa la posición u opinión del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. El estudio se realizó entre entre octubre de 2012 y abril de 2013.
COMPLEJO MADERA Y MUEBLES INTRODUCCIÓN
El objetivo de esta consultoría es describir y analizar los posibles escenarios futuros que se prevén para el sector de Madera y Muebles de Madera, en particular en términos de tendencias en nuevas tecnologías y demandas de los consumidores. En concordancia con los Términos de Referencia los objetivos específicos serán:
Identificar tendencias globales en el desarrollo tecnológico del complejo.
Reconocer áreas del mismo donde existan buenas posibilidades de crecimiento y competitividad en el país en el curso de los próximos años.
Analizar los impactos de esas tecnologías en la generación de valor agregado y empleo.
Detectar posibles cuellos de botella existentes en el país e identificar la eventual necesidad de impulsar políticas públicas de apoyo que permitan mejorar los escenarios que resulten del ejercicio.
Para la realización de este trabajo se consultaron diferentes documentos y diagnósticos sectoriales previos y se realizaron distintas entrevistas con actores clave del sector. Sin embargo, antes de comenzar con este trabajo es importante señalar algunas particularidades que hacen a esta cadena productiva y que sirven como marco general en el cual se inserta el presente estudio. En primer lugar, se trata de un complejo productivo principalmente dominado por micro y pequeñas empresas con alguna presencia marginal de empresas medianas y muy pocas grandes. Datos del último relevamiento del RIMRA muestran que un 95% de las empresas facturan hasta 10 millones de pesos anuales, límite que según la Resolución SEPYME N°21/2010
1
identifica a las pequeñas empresas. En términos de empleo, la misma fuente muestra que el 83% tiene hasta 29 empleados, siendo el tamaño medio cercano a los 10 ocupados1. Otra nota distintiva de este sector y esta cadena productiva es su importante presencia en casi todo el país, llegando en algunos casos, como las provincias mesopotámicas, a representar la mitad de su producto bruto geográfico. Si se subdivide a las empresas según su actividad, se observa que las empresas fabricantes de muebles tienden a concentrarse en torno a los grandes centros urbanos (Buenos Aires: 38%, Santa Fe: 16%, Córdoba: 12%) mientras que las proveedoras de insumos (maderas aserradas y remanufacturas) se localizan principalmente en las provincias mesopotámicas (35%) y en menor medida en Buenos Aires (27%), Córdoba (6%) y Santa Fe (6%). En particular, varios clusters o agrupamientos de empresas del sector se hallan a lo largo de la geografía productiva nacional, siendo los más conocido los casos de Esperanza y Cañada de Gómez en la provincia de Santa Fe o los más recientes ejemplos ubicados en distintos distritos de la Provincia de Buenos Aires (San Fernando), en Misiones (Montecarlo, Eldorado) o en los departamentos cercanos al Río Uruguay en las provincias de Entre Ríos y Corrientes. Finalmente, debe destacarse su orientación principalmente mercado-internista. Según datos del RIMRA en base al INDEC, las exportaciones totales del complejo en 2010 alcanzaron los 260 millones de dólares, lo que representó el apenas el 0,39% del total de exportaciones para ese año. Si bien no se cuenta con información más actualizada, las entrevistas realizadas en el marco de esta consultoría permitieron averiguar que las exportaciones en el último año tendieron a disminuir respecto del 2010, especialmente en lo que a tableros y madera aserrada se refiere, lo cual implica una mayor concentración de las ventas de este sector en el mercado doméstico. La estructura de este informe se organiza en cuatro grandes apartados. En el primero de ellos se resume un diagnóstico general de la situación tecno-productiva de la cadena de madera y muebles que servirá de marco general de análisis y desde dónde
1
FAIMA (2011). 2
se podrán pensar las propuestas de acción futuras. En el segundo capítulo se presentan y analizan las principales tendencias y escenarios que se prevén para el desarrollo de la cadena a nivel global, focalizando en aquello que tiene que ver con la evolución de los productos forestales y su aprovechamiento tecnológico, los nuevos desarrollos y tecnologías y el comportamiento del consumidor y los mercados. La tercera sección, en cambio, describe los principales aspectos de la evolución futura de la cadena en el país y cómo los escenarios futuros planteados a nivel global se irán materializando en una agenda de acciones estratégicas. La última sección de conclusiones, ofrecerá una visión de conjunto de la cual se destilarán los principales ejes estratégicos que debieran tomarse de manera de aprovechar con la mayor eficiencia las condiciones favorables de los escenarios planteados al mismo tiempo que se disminuyan sus efectos negativos.
3
1
1.1
LA CADENA MADERA Y MUEBLES EN LA ACTUALIDAD
Descripción de la situación tecno-productiva de la cadena y grado de heterogeneidad intrasectorial
En términos generales la cadena de madera y muebles puede dividirse en tres grandes eslabones, tal como lo ilustra la figura a continuación. El primer eslabón de la cadena comienza en la producción primaria, la silvicultura. El principal output de esta etapa es la madera en rollizos (troncos) y también los residuos de las podas y raleos que se orientan a madera triturable (que luego se puede procesar para la fabricación de pasta, tableros y la generación de energía)2. Figura 1. Descripción de la cadena de madera y muebles
Fuente: elaboración propia
2
Del total de madera extraída de un rollizo, un aprovechamiento sustentable y racional indicaría que sólo
el 46% puede ser utilizado para aserrado, el otro 46% para madera triturada y el 8% restante para uso energético. 4
La industrialización de la madera comienza con la primera transformación que incluye procesos de transformación mecánicos o químicos-mecánicos. Los primeros son los que tienen lugar en los aserraderos y tienen como resultado la madera aserrada (listones o tablas) o la fabricación de tableros faqueados-laminados y compensados. La transformación químico-mecánica, por su parte, es la que se hace a partir de la madera triturada para la elaboración de pasta celulosa para papel y la elaboración de tableros de fibras para la industria del mueble. Desde el punto de vista tecnológico, los procesos de aserrado emplean –dependiendo de la escala– tecnologías más capital-intensivas (en el caso de unos pocos aserraderos grandes) o mano de obra intensivas (en la mayoría de los aserraderos medianos y pequeños) 3. Por su parte, la producción de tableros y de pasta son actividades capital-intensivas, con grandes economías de escala y llevadas a cabo por grandes empresas verticalmente integradas. La segunda transformación de la madera incluye dos procesos. La elaboración de remanufacturas y la fabricación de muebles. Las remanufacturas consisten en diversos procesos productivos que se hacen tanto sobre maderas aserradas como sobre tableros a través de los cuales se eliminan los defectos (nudos, manchas de resina, rajaduras, etc.) y se obtienen trozas o fracciones más pequeñas. Las tecnologías utilizadas en estos casos son principalmente de producción en lotes con una importante utilización de tecnología. Es importante destacar que muchas de estas plantas de remanufacturas están verticalmente integradas con el eslabón de los aserraderos o la fabricación de tableros. Así se obtienen distintos productos finales que se utilizan principalmente en la industria de la construcción y en la elaboración de muebles. En la fabricación de muebles se pueden identificar dos grandes grupos, según el tipo de materia prima que utilizan: los fabricantes de muebles macizos y los fabricantes de muebles planos. Los primeros, son elaborados a partir de madera aserrada (nativa o implantada) aunque incorporan de manera creciente otros materiales. Su 3
De hecho, si se miran las estructuras de costos promedio de los aserraderos, el componente
correspondiente a la mano de obra es similar al que se observa en la industria de fabricación de muebles, destacando el peso de la importante presencia de pequeñas unidades intensivas en mano de obra en la etapa de aserrado (FAIMA, 2011). 5
fabricación es principalmente mano de obra intensiva. Dentro de este segmento se pueden identificar pequeñas y medianas empresas orientadas hacia los segmentos bajos o medios del mercado interno que producen muebles –fundamentalmente de pino– sin mucha incorporación de diseño o diferenciación. Por otro lado, existe un conjunto de fabricantes de muebles macizos que, sobre la base de esfuerzos propios de diseño e innovación de producto, comercializan sus muebles en los segmentos más altos del mercado doméstico o incluso en el exterior. Los fabricantes de muebles planos, por su parte, utilizan como insumo principal tableros y tienen un proceso de producción estandarizado y en serie a partir de la utilización de tecnologías capital-intensivas. Se orientan mayoritariamente a segmentos de gama baja y media. En términos generales este tipo de proceso exige menores requerimientos de mano de obra. Como se desprende de los párrafos anteriores, la nota característica de esta cadena es su importante nivel de integración vertical, pero en el contexto de una fuerte heterogeneidad estructural entre eslabones y al interior de cada uno de ellos. Una de las primeras diferencias que se deben hacer en el análisis de esta cadena obedece a si el origen de la materia prima proviene de forestaciones de bosques nativos o implantados. A grandes rasgos, si bien pueden compartir algunos rasgos, se trata de dos mundos diferentes. En primer lugar, la distribución geográfica del bosque nativo tiene una mayor dispersión que en el caso del bosque implantado. Mientras que en este último, las extracciones se concentran en las Provincias de la Mesopotamia (fundamentalmente en Misiones)4 en el caso de los bosques nativos las mayores extracciones se dan en el Parque Chaqueño y en menor medida en la Selva Misionera, luego le siguen el NOA y el Bosque Andino Patagónico5. Asimismo, distintos factores como la expansión desordenada de la frontera agropecuaria junto con talas indiscriminadas y no planificadas en las últimas décadas, llevaron a que la oferta sea cada vez menor, 4
Esta Provincia concentra el 55% de la masa forestal implantada en el país. Le siguen Entre Ríos (13%) y
Corrientes (9%). Sin embargo, La gran importancia de forestaciones en la provincia de Corrientes permiten estimar que la participación de la provincia en el total de extracción de madera implantada nacional podría aumentar significativamente en los próximos años (IERAL, 2011). 5
IERAL (2011). 6
de menor calidad y de características heterogéneas. En cuanto a la explotación de los bosques nativos, la misma está caracterizada por la ausencia de planificación y por la mala gestión empresarial. Las explotaciones se encuentran en general verticalmente integrados en dos o más eslabones y se dedican a varias actividades con escaso grado de especialización. En general, estos productores utilizan equipos antiguos y disposiciones mínimas en materia de seguridad ambiental y laboral. Asimismo, muchos de estos productores forestales viven en condiciones sociales muy precarias lo cual refuerza su asimetría respecto a los compradores, que fijan los precios a niveles inferiores a los del mercado. Contrasta con esta situación un grupo reducido de productores, bien equipados tecnológicamente que fabrican productos de alta calidad con maderas nobles, aprovechando las maderas de menor tamaño para hacer productos de alto valor agregado como pisos, tableros o remanufacturas (alistonados). Con excepción de algunas especies como la lenga y en menor medida el algarrobo, las posibilidades de fabricar productos a gran escala en base a madera de bosques nativos son limitadas6. La situación es muy diferente cuando se habla del bosque implantado, cuya superficie total ha venido creciendo como resultado de la aplicación del régimen de promoción de forestaciones actualmente vigente (Leyes N° 25.080 y N° 26.432). Además, debe tenerse en cuenta que la Argentina tiene ventajas comparativas para el cultivo de especies implantadas ya que los ritmos de crecimiento de pinos y eucaliptos son mucho más rápidos que en otros países7. La otra diferencia importante entre el bosque nativo y el implantado es la distribución de la propiedad en uno y otro. Mientras que la propiedad de la superficie nativa es muy atomizada, la superficie boscosa implantada se encuentra fuertemente concentrada en un conjunto de empresas grandes, muchas de ellas de capitales extranjeros, verticalmente integradas con las etapas subsiguientes (celulosa, aserrado y tableros). La necesidad de contar con grandes suministros de madera de buena calidad y certificadas, explican en gran medida la alta verticalización que existe entre la etapa 6
Maslatón (2011).
7
La productividad en nuestro país es de 33m3/Ha en el caso de los pinos y 43m3/Ha en el caso del
eucalipto, mientras que en Chile tienen rendimientos de 20m 3/Ha y 30m3/Ha respectivamente. En Estados Unidos y los países nórdicos la productividad de los pinos no llega a los 20m 3/Ha. 7
de producción primaria y su transformación posterior. Alternativamente, si se recorren las historias de las empresas medianas (principalmente de capital nacional), lo que se observa es que todas comenzaron con la explotación forestal y que luego fueron integrándose hacia adelante incorporando los procesos de aserrado y luego las remanufacturas, como una forma de ir escalando en la cadena de valor. Incluso algunos de ellos, en especial los medianos y algunos pequeños producen muebles o tienen carpinterías industriales (para la fabricación de puertas, ventanas y otros insumos de la construcción). Desde el punto de vista conceptual, la alta integración vertical de esta cadena se explicaría tanto por la existencia de costos de transacción como por la presencia de incentivos al upgrading. La figura siguiente intenta dar una visión estilizada del grado de integración que existe entre los diferentes eslabones. Para ello se ubicó a las principales empresas de cada etapa8. Figura 2. Principales empresas de la cadena según eslabón
Fuente: elaboración propia
Como se ve en la figura anterior, casi todos los productores forestales (grandes y medianos) cuentan con aserraderos propios y todos ellos avanzan hasta la etapa de
8
No se incluyeron los fabricantes de muebles macizos. Luego se hará mención especial a la
organización de esa etapa de la cadena. 8
re-manufacturas. Como se describía anteriormente, los aserraderos más grandes poseen tecnología moderna y plantas con líneas automatizadas de producción de gran capacidad. Gran parte de su producción se orienta al mercado externo. Junto a ellos están los aserraderos medianos (ubicados principalmente en Misiones) que atravesaron en los últimos años un proceso de importante modernización lo que les permite producir madera de mayor valor que destinan al mercado interno 9. Asimismo, tanto unos como otros, han comenzado a expandir sus líneas de productos incluyendo partes de muebles y aberturas10. En paralelo, existe un amplio conjunto de micro y pequeños aserraderos que operan en
contextos de fuerte informalidad
con tecnología
antigua
y
deficiente
infraestructura. Dado que estos pequeños aserraderos trabajan casi exclusivamente con madera verde o secada a la intemperie, su producción se orienta básicamente a nichos en el mercado doméstico (envases, pallets, etc.) y depende en gran medida de qué es lo que pase con los saldos de los aserraderos más grandes. Éstos últimos, son los principales oferentes de rollizos (y los únicos oferentes de rollizos de calidad) y además son los que tienen la mayor capacidad de procesamiento. Así, cuando la demanda internacional (principal cliente de este tipo de aserraderos) cae, como viene sucediendo en los últimos dos años, estas empresas rápidamente saturan el mercado doméstico dejando para las empresas más pequeñas los espacios marginales de mercado o de menor rentabilidad. La fabricación de tableros, por su parte, está dominada por sólo cinco empresas, de las cuales tres son de capital extranjero y de ellas dos cuentan con aserraderos y reservas forestales propias. Este segmento de la primera transformación es de carácter capital intensivo y presenta importantes barreras a la entrada, situación por la cual desde lo tecnológico se explica la fuerte concentración de este segmento. En
9
En este grupo se suman los productores de tableros compensados que salvo un caso son todas
empresas PyME. 10
Como ejemplo se puede citar el caso de la unión asociativa que han hecho un grupo de cuatro
aserraderos del NEA, que están entre los más grandes del país, para abastecer de partes de muebles a un sólo cliente mueblero de Brasil, lo cual pone de manifiesto las diferencias de escala entre uno y otro país. 9
cuanto a su nivel tecnológico, estas empresas no presentan brechas significativas con las fronteras regionales o internacionales. Finalmente se encuentra los fabricantes de muebles. El 70% del total de muebles que se fabrican en el país son muebles planos, derivados de la utilización de tableros de fibras o partículas, mientras que el restante 30% se fabrican con madera maciza. Dentro de los fabricantes de muebles planos, se destaca un conjunto de empresas medianas que operan con escalas y tecnologías similares a las mejores prácticas regionales e internacionales. Estas empresas producen principalmente para el mercado interno, aunque de manera creciente, están exportando a países limítrofes donde compiten con los productos brasileros y chinos. Unas 12 empresas concentran la producción de este tipo de muebles en el país, localizándose principalmente en Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe. El principal problema que –desde la perspectiva de la cadena– enfrentan estas empresas es su dependencia del eslabón anterior, proveedor de sus materias primas (fábricas de tableros)11. El poder oligopólico de estas últimas les permite no sólo fijar precios (en función de los precios internacionales) sino también establecer condiciones de venta (cantidades y formas de pago). Asimismo, una de estas empresas tiene su propia red de distribución y comercialización, con lo cual el grado de asimetría es aún mayor. En el resto de los casos, el segmento de intermediación (básicamente corralones o grandes superficies dedicadas a la venta de materiales de construcción) es también funcional a esta situación ya que cargan su margen sobre el precio. En este sentido algunos expertos en el sector afirman que es un error pensar que el hecho de contar con una gran capacidad de producción de tableros de alta calidad en el país pueda ser el pilar a partir del cual desarrollar una industria de muebles de calidad competitiva a nivel mundial, ya que la disponibilidad de tableros no necesariamente implica que los productores de muebles planos puedan acceder en condiciones de costos y cantidades adecuados para su producción12.
11
Sólo dos empresas fabricantes de muebles planos están verticalmente integradas hacia atrás.
12
Maslatón (2011). 10
Hacia adelante, estos productores de muebles planos enfrentan también situaciones de asimetría de posición ya que la comercialización se hace básicamente a través de cadenas de supermercados, tiendas de electrodomésticos e hipermercados especializados en materiales de construcción y para el hogar, que en general detentan una posición dominante en cuanto a las cantidades y periodos de pago. Así, estos productores se encuentran como el eslabón más débil entre dos estructuras fuertemente oligopolizadas. Los fabricantes de muebles macizos completan la cadena. En este caso, la estructura está dominada fundamentalmente por micro y pequeñas empresas, con una muy baja especialización, una tendencia a integrar diferentes partes del proceso y un mix de productos muy amplio. No existe un segmento importante de proveedores de partes de muebles. Sin embargo, existen diferencias respecto del tipo de mueble que fabrican. Los muebles de gama baja o media (generalmente de pino crudo o encerado) se destinan casi exclusivamente al mercado interno. La virtual ausencia de barreras tecnológicas a la entrada permite que existan unidades productivas de tamaños y características muy variadas sin que esto implique una pérdida de eficiencia. Además, la elevada segmentación y diversificación de la demanda por parte de los consumidores finales, les posibilita sobrevivir e incluso crecer sobre la base de la explotación de mercados locales no directamente contestables 13. Contrasta con este grupo un pequeño conjunto de empresas medianas y pequeñas que producen muebles macizos de alta gama, con tecnología de diseño y productos propios con destino al mercado interno y la exportación. En la mayoría de estos casos, la comercialización está internalizada a través de locales propios o distribuidores especializados14. Las asimetrías presentes en la cadena tanto entre eslabones como al interior de cada uno de ellos, tienen también una expresión regional, ya que cada una de las regiones productoras del país está caracterizada por una relativa especialización en determinado eslabón así como el predominio de cierto tipo de empresa. En efecto, la 13
Maslatón (2005).
14
Éstas son, también, las que presentan mayor capacidad de inserción internacional. 11
región del NOA
(Noroeste Argentino integrado por las provincias de: Jujuy,
Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, y Santiago del Estero) se caracteriza por el predominio de micro y pequeñas empresas de subsistencia, mano de obra intensivos y con baja incorporación de tecnología. Su producción se orienta principalmente a productos artesanales y mobiliario rústico en base a maderas nativas (principalmente algarrobo).
La
región
del
NEA
(Nordeste
Argentino,
comprende
las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes, y Misiones) constituye el motor del sector donde se concentran las mayores superficies de bosque implantado y la mayor cantidad de aserraderos. Las empresas más grandes (y de capital extranjero) se ubican en Misiones (Montecarlo, Puerto Piray, El dorado) y en menor medida Corrientes (Virasoro). Junto a estas empresas grandes y medianas existe un gran núcleo de pequeños productores (principalmente aserraderos). La producción de muebles, sin embargo, no está difundida en esta región, siendo éste uno de los principales desafíos hacia el futuro15. La región Centro concentra la mayor cantidad de empresas productoras de muebles, tanto planos como macizos. Los primeros son en general empresas medianas de capital nacional, principalmente instaladas en la provincia de Santa Fe (Cañada de Gómez), Córdoba (principalmente Capital, San Francisco y Río Cuarto) y Mendoza. Cuentan con procesos automatizados y economías de escala – aunque no llegan a los niveles de sus competidores internacionales (Brasil, China, por ejemplo). En cuanto a la fabricación de muebles macizos, al ser un sector que no presenta importantes barreras a la entrada, coexisten empresas de las más variadas escalas y niveles de tecnología. Entre éstos se destacan los polos de Esperanza (Santa Fe) y San Fernando (Buenos Aires). Otras regiones productoras que se pueden destacar son Rio Negro, que produce fundamentalmente madera de álamo, y cuyo principal destino es la industria de envases (cajones) y pallets para la industria frutícola. Al igual que en el NOA, se trata de pequeñas empresas con niveles de tecnificación bajos. En Tierra del Fuego se ha desarrollado una importante industria alrededor de la lenga. A las ventajas naturales que presenta esa región para el desarrollo de esa 15
Destaca en esta región el Aglomerado Productivo Forestal (APF) de Misiones y Corrientes,
conformado por diversas instituciones relacionadas al sector forestal de la Provincia de Misiones y Norte de Corrientes con sede en Eldorado (Misiones) y del cual el FONTAR ha participado activamente en su gestación y desarrollo. 12
especie se suma la acción de algunos aserraderos importantes, aunque todavía es muy incipiente el desarrollo del sector en la segunda transformación (muebles). Una última característica distintiva de la cadena madera y muebles argentina es que, a diferencia de lo que acontece a nivel internacional, la vinculación horizontal es escasa. Son muy pocas las relaciones que existen entre los diferentes eslabones y otros sectores relacionados como el de químicos (fundamentalmente pintura, barnices y adhesivos). Históricamente, las empresas que buscaban calidad se aprovisionaban con insumos importados. La utilización de insumos químicos nacionales ha respondido más a cuestiones de costo por el encarecimiento de los importados que a su calidad. Otros eslabonamientos que aún no están del todo desarrollados son los que refieren a otras materias primas para la fabricación de muebles (cueros, textiles, plásticos, etc.) accesorios, herrajes, y servicios de alto valor agregado (servicios profesionales, arquitectos, diseñadores, etc.). En especial, sobre este último aspecto (servicios de valor agregado) hay que destacar la aparición en los últimos años de un número reducido de empresas jóvenes dedicadas a la prestación de servicios forestales (registros, bases de datos, inventarios forestales, herramientas sistemas de información geográfica y geolocalización -SIG-GPS y sistemas de gestión para aserraderos). Estas empresas surgen en algunos casos de las mismas universidades nacionales y se concentran principalmente en Misiones y Corrientes. En resumen, la cadena madera y muebles puede caracterizarse por una marcada integración vertical en un contexto de alta heterogeneidad entre los diferentes eslabones y al interior de los mismos. La presencia de grandes aserraderos integrados con la forestación permite que los mismos puedan saturar el mercado doméstico ante caídas en los volúmenes exportados, dejando de lado a un gran número de productores pequeños y medianos. Asimismo, la alta concentración en las empresas fabricantes de tableros genera asimetrías de poder en la fijación de precios y condiciones respecto de los fabricantes de muebles planos. La presencia de grandes cadenas de distribución, por su parte, refuerza esta situación desventajosa. Finalmente, dentro del eslabón de fabricación de muebles se observa una baja especialización a nivel de la firma y una fuerte integración de actividades. En términos geográficos, la cadena se encuentra fuertemente 13
especializada. Mientras que los productores forestales y la primera transformación se encuentran en la región Mesopotámica, la fabricación de muebles se concentra en la región Centro, próximo a los grandes centros urbanos (Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe).
1.2
Evolución de la actividad y la balanza comercial de la cadena
El período 2003-2008 implicó un proceso de recuperación de la cantidad de empresas, luego de la crisis de 2001. En este sentido, el sector de muebles es el que experimentó una caída más importante y que demoró más tiempo en equiparar la cantidad de empresas existentes a mediados de los años 90. El sector de productos de madera, por el contrario, no sólo recuperó el número de empresas de mediados de la década del 90, sino que lo superó llegando a un máximo en 2008. Tanto uno como otro subsector evidencian a partir de 2008 una leve disminución en la cantidad de empresas, tal como se observa en el gráfico siguiente. Figura 3. Evolución de la cantidad de empresas 4000
3500 3000 2500 2000 1500 1000 500 0
Madera
Muebles
Fuente: elaboración propia en base a OEDE, MTEySS
La evolución del empleo también mostró una tendencia ascendente desde el 2003 hasta el 2008, luego se destaca una caída tal como la registrada en el número de
14
empresas. En este contexto, la fabricación de muebles muestra un mejor desempeño e incluso una recuperación en 2011. Figura 4. Evolución del empleo por sector 40000
35000 30000 25000 20000 15000 10000
5000 0 2003
2004
2005
2006
2007
empleo madera
2008
2009
2010
2011
empleo muebles
Fuente: elaboración propia en base a OEDE, MTEySS
Una tendencia similar se observa en cuanto al nivel de actividad. Una primera etapa de fuerte recuperación (en especial entre los productores de muebles) a la salida de la crisis de la Convertibilidad y hasta 2008, seguido luego por una caída como consecuencia de la crisis global. A partir del 2010, en cambio, comienza un nuevo período de incremento de la actividad. Figura 5. Evolución del nivel de actividad 180 160 140 120 100 80 IVF - Maderas
IVF - Muebles
60
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
Fuente: elaboración propia en base a EMI - INDEC. Año base 2003=100 15
En resumen, todos los indicadores destacan la importante recuperación de la actividad a la salida de la crisis de la convertibilidad. Esta recuperación fue mucho más pronunciada entre los fabricantes de muebles, tanto en lo que se refiere a la creación de empleos como al nivel de actividad. Sin embargo, este crecimiento de la actividad del sector se vio interrumpido por las consecuencias de la crisis global cuyos efectos se comenzaron a registrar a partir de 2008. Así como la reacción posterior a 2003 se dio de manera más intensa entre los fabricantes de muebles, también esta caída fue más pronunciada. El final del período, sin embargo, muestra una nueva recuperación del nivel de actividad, lo que parecería indicar que la peor parte de la crisis podría haber pasado. Sin embargo, una descripción de la evolución del sector en los últimos años no puede obviar el análisis de lo que sucedió con el comercio internacional. Desde inicios de la década pasada, la balanza comercial ha tendido a ser superavitaria para los productos de madera y fuertemente deficitaria para los fabricantes de muebles. Como lo muestra el gráfico a continuación, las exportaciones de maderas registraron un fuerte impulso a partir de 2003 motorizados por un incremento en los precios de exportación por un lado, y por el aumento de la actividad de la construcción principalmente en los Estados Unidos y Europa. Los principales productos exportados son los tableros de fibras, producidos por las empresas más grandes y capital intensivas de la cadena, y madera aserrada. A nivel regional, las exportaciones de tableros dominan la escena y se trata en su mayoría de comercio intrafirma. Estos productos se orientan principalmente a la producción de muebles planos. La madera aserrada se utiliza principalmente en la construcción y tiene como principal destino los Estados Unidos y Asia. La evolución favorable de las exportaciones se detiene en 2006 cuando comienza a caer. Esta disminución del volumen exportado se profundiza a partir de 2008 como consecuencia de la crisis global y la importante caída de la demanda norteamericana. Recién en 2010 se ve alguna mejoría de la mano de un aumento en las exportaciones de re-manufacturas.
16
Figura 6. Evolución del comercio exterior de productos de madera 350
Miles de dólares
300 250 200 150 100 50
0 2003
2004
2005
2006
Exportaciones
2007
2008
2009
2010
Importaciones
Fuente: elaboración propia en base a INDEC
Las importaciones de madera, por su parte, muestran una tendencia alcista continua lo que hace que el balance comercial del sector, si bien es todavía positivo, se haya reducido en forma importante. La situación es totalmente diferente en el sector de fabricantes de muebles, el cual presenta un déficit comercial estructural. Figura 7. Evolución del comercio exterior de productos de madera 70
Miles de dólares
60 50 40 30 20 10
0 2003
2004
2005
2006
Exportaciones
2007
2008
2009
2010
Importaciones
Fuente: elaboración propia en base a INDEC
17
Desde la salida de la convertibilidad los saldos exportables de muebles fueron creciendo paulatinamente hasta el año 2006. Luego comienza un lento descenso hasta los 14 millones de US$ en 2010. Las importaciones de muebles, por su parte, experimentaron un crecimiento muy superior a las exportaciones, en especial a partir de 2006. En 2009 junto con la crisis global, la Argentina comienza con la aplicación de licencias no automáticas, en particular para las importaciones de mobiliarios de oficinas y dormitorios desde Brasil. Por ello es que se ve la brusca caída de las importaciones, aunque el saldo sigue siendo negativo. La aplicación de estas medidas de administración del comercio internacional permitió frenar el ritmo de crecimiento de las importaciones brasileras y proteger la industria local que fue la que abasteció a la creciente demanda doméstica. No obstante, el ritmo de las importaciones vuelve a crecer al recuperarse la economía en 2010. Las exportaciones de muebles se concentran en los países limítrofes, como Chile y Uruguay mientras que las importaciones de muebles son en su mayoría de Brasil y de China. Un apartado especial merece el segmento de partes de muebles, que ha venido creciendo en su importancia dentro de las exportaciones, principalmente hacia Brasil. De esta forma, se consolida una tendencia de especialización productiva y articulación comercial intra-MERCOSUR que es esperable se profundice en el futuro.
1.3
Diagnóstico de la realidad tecnológica de la cadena y los recursos humanos
Las empresas que componen la industria de madera y mueble presentan realidades tecnológicas muy diferentes, determinadas según el eslabón de la cadena y de acuerdo a la zona en donde se desarrollen. Los sectores que muestran un mejor nivel de equipamiento son los fabricantes de tableros, los aserraderos de tradición exportadora y los fabricantes de muebles planos, mientras que los pequeños aserraderos y las carpinterías son los que tienen mayores necesidades de modernización16. Esta situación se da principalmente en el segmento de madera 16
Maslatón (2011). 18
implantada. El segmento de madera nativa, tiene una escala menor, manejos más artesanales y por lo tanto menos intensivos en máquinas y equipos. En general, los expertos del sector coinciden en señalar que las brechas tecnológicas con los países más avanzadas no aparecen hoy como relevantes, como resultado de las inversiones realizadas en los 90 y en menor medida en los últimos años. Esta situación, sin embargo, se refiere principalmente a las empresas medianas y grandes, y al segmento de pequeños productores tecnificados. Subsiste, por el contrario, un segmento amplio de pequeñas y microempresas cuyos niveles tecnológicos no sólo distan de las fronteras tecnológicas internacionales y regionales (países nórdicos y de América del Norte y Brasil, Chile en la región), sino también de las mejores prácticas observadas a nivel local. Los resultados de la encuesta del Registro Industrial Maderero de la República Argentina (RIMRA) confirman esta situación. Casi un 80% de los empresarios del sector afirma que el estado general de sus equipamientos es bueno, siendo este porcentaje mayor entre los fabricantes de muebles (84%) que en los aserraderos (66%)17. En cuanto al origen de los bienes de capital, todas las evidencias indican que en su gran mayoría se trata de maquinaria importada. A medida que se avanza en la complejidad tecnológica, como maquinaria de control numérico computarizado, la presencia de máquinas nacionales es cada vez menor. En efecto, entre 2003 y 2010 las importaciones crecieron un 334% como respuesta a la recuperación de la actividad de esos años. Los principales orígenes de estas maquinarias son Alemania, los Estados Unidos, Canadá, Italia y China. La producción nacional de máquinas y equipos está en mano de unas 60 empresas PyME, ubicadas en la región Centro. La producción local se orienta principalmente a ciertos nichos de PyME, en especial las que producen en gamas medias y bajas, tanto en la primera como fundamentalmente en la segunda transformación. Todo lo que se produce localmente se logra colocar, principalmente en el mercado doméstico. Las exportaciones de este sector son marginales y prácticamente no han aumentado en la última década. Estas empresas
17
La Encuesta del RIMRA es el único relevamiento periódico existente en el país sobre cuestiones
tecnológicas. A su vez, esta encuesta sólo tiene una pregunta sobre el estado de la maquinaria cuyas opciones van desde mala a buena. Como tal, se trata de una apreciación subjetiva del encuestado (empresario) sobre su stock de bienes de capital (FAIMA, 2011).
19
nacionales combinan la importación de máquinas y herramientas convencionales, la prestación de servicios posventa y de asistencia técnica en base a sus capacidades acumuladas y la fabricación de aquellas piezas o partes customizadas, o máquinas no convencionales. Si bien se reconoce el importante avance en los últimos años relacionado con la incorporación de bienes de capital, el desafío hacia adelante refiere a la difusión de las tecnologías desincorporadas. Distintos expertos consultados coinciden en afirmar que las brechas principales entre el sector local y las regiones más avanzadas se dan en la aplicación de las llamadas tecnologías blandas. En efecto, las estadísticas del RIMRA muestran que la organización de la producción es el segundo problema más relevante entre los empresarios, detrás del financiamiento18. Asimismo, distintos estudios consultados coinciden en que todavía se verifican importantes brechas en lo relacionado con innovación de producto, principalmente en diseño y acabado. En este sentido, entrevistas realizadas en el marco de esta consultoría, revelan que las empresas muebleras han avanzado significativamente tanto en el reconocimiento de la importancia como la incorporación de actividades de diseño en sus productos. Como refleja la encuesta de Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA), el diseño de productos aparece como uno de los problemas menos frecuentemente señalados por los empresarios del sector (con un 3%). En este sentido, es importante señalar las contribuciones derivadas del Plan Nacional de Diseño y del Plan de Diseño del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Asimismo, poco más de la mitad de las empresas muebleras manifestó tener asesoría en diseño de productos. Por el contrario, la incorporación de diseño entre los aserraderos alcanzó sólo al 12% 19. Esto se relaciona también con el limitado desarrollo y lanzamiento de nuevos productos en la primera transformación. Sin embargo, dentro de esta mejora que se observa en el sector, no debe dejar de reconocerse que todavía queda mucho trayecto para avanzar, en especial entre los productores más pequeños y aquellos orientados a la demanda local. En efecto, la
18
FAIMA (2011).
19
FAIMA (2011). 20
atomización de la demanda así como la inexistencia de un polo distribuidor dificulta la transferencia de las necesidades del consumidor hacia los diferentes segmentos de la cadena, lo cual atenta contra la innovación en diseño y producto, a partir de la interacción cliente-proveedor. Esta situación afecta tanto la segunda transformación (muebles) como la primera (tableros y madera maciza). De cara al futuro, los principales desafíos que enfrenta este sector según todas las entrevistas realizadas y documentos revisados son la certificación, calidad y estandarización de la producción a lo largo de la cadena. La certificación forestal es una práctica que recién comenzó en nuestro país en 2002 pero que toma forma recién a partir del 2010 con el lanzamiento del Sistema Argentino de Certificación Forestal (CerFoAr). Según la información disponible, cerca del 30% de la superficie forestada en el país se encuentra certificada o en vías de estarlo. Esta práctica es mucho más generalizada entre los grandes productores que en los productores pequeños. Asimismo, fueron las empresas extranjeras vinculadas a la forestación y la producción de celulosa y papel las que iniciaron estos procesos de certificación por encontrarse mucho más expuestas a la competencia internacional que hoy los pide como requisito. La certificación no sólo refiere al manejo de determinada masa forestal de acuerdo a criterios de sustentabilidad y calidad, sino también a los productos que provienen de esas masas forestales (papel, corcho, muebles, etc.) que se certifican a través de lo que se denomina “cadena de custodia”20. Sin embargo, la difusión de la certificación de la cadena de custodia es aún más limitada que la anterior. Además de la certificación, todavía existe un amplio margen para avanzar en la clasificación y estandarización de la madera aserrada. Si bien los recientes avances en la incorporación de tecnología de secado van en esa dirección, la baja valorización en el mercado de maderas de diferente calidad no proporciona los incentivos adecuados para que las empresas avancen en estos procesos que implican una serie de erogaciones que luego no podrían ser trasladadas a precios. El panorama es algo más alentador en lo que hace a la adopción de normas y estándares de calidad en los procesos productivos (ej. ISO 9000 o ISO 9001). Así como pasó en el caso del diseño, 20
Este concepto es similar al de trazabilidad en la industria alimenticia. 21
en los últimos años las empresas del sector fueron incorporando crecientemente normas o estándares de calidad en sus procesos. Según el Registro de la Industria Maderera de la República Argentina (RIMRA), el porcentaje de empresas muebleras con sistemas de seguimiento sistemático de la calidad se encuentra sobrerepresentado en relación al total de empresas de este segmento incluidas en la muestra. La situación inversa se da en cuanto a la adopción de normas técnicas de producción, reforzando los comentarios anteriores sobre la estandarización de los productos21. La cadena madera-muebles es principalmente mano de obra intensiva. Por tal motivo, la cuestión de los perfiles de recursos humanos cobra especial atención. En general, la formación de los trabajadores en este sector se realiza de forma interna y no sistemática. Es decir, se trata de capacitación en el puesto de trabajo como resultado de la experiencia acumulada, donde aquellos trabajadores con mayor experiencia van pasando sus conocimientos a los más jóvenes. Según datos de la Encuesta del Mapa PyME, un 35% de las empresas de la cadena señaló haber realizado algún tipo de capacitación de sus empleados durante el año 2008 (último año en que se realizó este relevamiento). Este porcentaje fue un poco mayor entre los aserraderos que en los fabricantes de muebles (34% vs. 29% respectivamente). En general, esta capacitación es dictada por personal interno de la empresa (59%), siendo mucho menor la presencia de proveedores de equipos o insumos en este sentido (28% y 19% respectivamente). Similares resultados se obtuvieron en el relevamiento del RIMRA, donde sólo el 29% señaló tener programas de capacitación de su personal. En cuanto a los perfiles más demandados, se observan algunas diferencias importantes según la etapa que se trate. La actividad primaria (forestación) crecientemente está incorporando la mecanización de sus procesos por lo cual aparecen nuevos perfiles faltantes tales como motosierrista o aplicador de agroquímicos y sobre todo aquellos vinculados con el manejo sustentable y eficiente del recurso. En el caso de los aserraderos, las demandas de formación de recursos humanos se orientan en mayor medida a lo que tiene que ver con el secado, clasificación de maderas, cepillado y mantenimiento de 21
FAIMA (2011). 22
las maquinarias. Las fábricas de muebles de estilo, por su parte, son el segmento de la cadena que más vinculado se encuentra a la tradición artesanal del sector. Por lo tanto sus demandas se orientan principalmente a carpintería en banco, artesanía de tallado, lustrado, laqueado y diseño. Las fábricas de muebles planos, finalmente, necesitan perfiles asociados a las TIC y al manejo de maquinaria con control numérico22. Asimismo, si se descompone a los actores según su tamaño, se observa que en el caso de los productores más pequeños se requieren también perfiles fundamentalmente vinculados a la seguridad, salubridad, y buenas prácticas productivas. La reciente modernización y automatización de gran parte de los procesos en aserraderos y fábricas de muebles (fundamentalmente, muebles planos) llevó a una reconfiguración de los perfiles de competencias laborales requeridos23. Llegados aquí se da una situación paradójica que surge de las entrevistas mantenidas en el marco de esta consultoría. Si bien existe un consenso general acerca de la necesidad de perfiles más especializados de los recursos humanos (operador de equipos de control numérico computarizado -CNC, por ejemplo), todavía existe una importante demanda insatisfecha de perfiles más básicos (generalistas y polivalentes) como por ejemplo el carpintero de banco. En este sentido, importantes avances se han alcanzado como resultado del Programa de Certificación de Competencias Laborales del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTEySS) junto con las principales asociaciones gremiales y sindicales. Finalmente, y dada la naturaleza fundamentalmente PyME de este sector, es necesario focalizar sobre la figura del dueño al momento de hablar de los recursos humanos en vista de la decisiva intervención de éstos sobre las decisiones y la organización de la producción en este tipo de empresas. Si bien se puede destacar un conjunto no menor de empresarios actualizados tecnológicamente y conocedores de las tendencias mundiales, gran parte de los empresarios PyME del sector conservan las características tradicionales del oficio, con bajos niveles de tecnificación y alta informalidad. Los resultados de la encuesta del RIMRA muestran 22
INET (2010) y FAIMA (2011).
23
INET (2010). 23
que gran parte de los entrevistados no llevan sistemas de contabilidad, registración de costos, de producción y productividad. Además, son muy pocos los que reciben asistencia técnica externa (24%)24. De esta manera, la falta de profesionalización en la gestión de estas empresas junto con la elevada informalidad de las relaciones laborales, constituirían una restricción al avance del sector.
1.4
A modo de resumen
Del diagnóstico anterior se rescatan los siguientes aspectos clave para tener en cuenta en relación al futuro del sector. Los mismos se agrupan en puntos positivos y negativos: Aspectos positivos
Creciente importancia y adopción de normas de certificación de calidad en la producción. Importantes avances en la introducción de diseño en la producción (fundamentalmente en diseño de producto). Incipiente incorporación de conceptos de funcionalidad y ergonomía en el diseño. Emergencia de nuevos actores: proveedores de nuevos servicios de alto valor agregado (derivados de la aplicación de TIC). Consolidación y emergencia de clusters y aglomeraciones productivas regionales.
Aspectos negativos
24
Escasa profesionalización de la gestión empresarial, en especial en las PyME. Limitada adopción de buenas prácticas de gestión y organización industrial, así como la estandarización de procesos. Déficits en la formación de operarios calificados (tecnologías CNC) y en perfiles básicos (carpintero de banco). Limitada difusión de la certificación forestal y de la cadena de custodia, tanto desde el lado de los productores como de los consumidores. Limitada incorporación de otros materiales en el diseño de muebles, objetos y construcciones de madera. Déficit estructural de la balanza comercial de muebles y fuerte disminución de los saldos positivos entre los productos de madera. Fuerte asimetría y heterogeneidad de posiciones al interior de la cadena. Alta integración vertical y ausencia de especialización. Limitada agregación de valor allí donde se localiza el recurso.
FAIMA (2010) y Maslatón (2011). 24
El diagnóstico anterior sirve como plataforma para luego discutir los principales ejes estratégicos de un plan de desarrollo del sector. Antes de eso, se avanzará en la descripción de los principales escenarios futuros de la industria a nivel global, un aspecto que servirá también como insumo clave para pensar nuevas estrategias y acciones obre la cadena.
25
2
TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS MUNDIALES EN EL SECTOR DE MADERA Y MUEBLES
2.1
Productos forestales: los escenarios futuros
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), tanto la superficie forestada como la producción de madera registrarán importantes incrementos en el futuro25. Este crecimiento en la masa forestal estará dado fundamentalmente por el aumento de la superficie de bosques implantados. Según la misma fuente, la explotación de los bosques nativos tenderá a declinar en el futuro, principalmente por consideraciones ambientales y de preservación de la diversidad de los ecosistemas. Las proyecciones de la FAO prevén para 2030 una superficie de bosque implantado de entre 300 millones de hectáreas (escenario de crecimiento constante sin mejoras en la productividad) y 350 millones (escenario más optimista). Esto representa una tasa de crecimiento del 40% respecto de la superficie registrada en 2005. En términos geográficos, se espera que Asia y el Pacifico superen la barrera de los 150 millones de héctareas (has), la mitad de la superficie global prevista para 2030. Le sigue Europa casi 100 millones de has, América Latina alcanzaría los 15 millones de hectáreas. En volumen de madera producida, las proyecciones hablan de superar la barrera de los 2.000 millones de m3/año (el valor en 2005 era de poco menos de 1.500 millones de m3/año). Asia y la región del Pacífico serían las principales zonas de producción de madera, consolidando la posición de liderazgo que tiene en la actualidad con casi 700 millones de m3/año. América Latina, por su parte, alcanzaría los 200 millones de m 3/año en el escenario más optimista. 25
FAO (2009). 26
Figura 8. Proyecciones 2030 del volumen de productos de madera 3000
millones de m3
2500
2000
1500
1000
500
0 1965
1990
madera aserrada
2005 tableros
2020
2030
rollizo uso industrial
Fuente: elaboración propia en base a FAO (2009).
Tal como muestra el gráfico anterior, otro de los cambios que se espera hacia el 2030 es la creciente sustitución de madera aserrada por tableros (tanto de fibras como de partículas). Según las estimaciones de FAO el volumen de tableros alcanzará al volumen de madera aserrada en 2030 siendo que en 2005 representaba sólo la mitad. Dentro del segmento de tableros, otra tendencia que se espera es el reemplazo de los tableros laminados o contrachapados (madera terciada) por tableros de fibras o partículas (aglomerado, MDF: Medium Density Fibeboard, HDF: Medium Density Fibeboard). Estos tableros representan hoy el 90% de los tableros producidos en Europa y el 70% de los de Estados Unidos. Por el contrario, en Asia (fundamentalmente Malasia e Indonesia) los tableros laminados representan todavía la mitad de la producción. La evolución del consumo de productos de madera acompañará la evolución de la producción. En este contexto, se destaca un exceso de oferta en Europa, una de las mayores regiones productoras, principalmente por el crecimiento en la producción de madera en Rusia. Asia y el Pacífico por el contrario será la única región con un déficit en su abastecimiento de madera liderado por un importante crecimiento del consumo (fundamentalmente en China e India). Esta situación hará que esta región dependa de las importaciones ya que la cantidad de bosques no podría crecer más 27
por la elevada densidad poblacional de esa región y los usos competitivos de la tierra. Esta situación puede ser una oportunidad tanto para Europa como en menor medida para América del Norte y América Latina. Figura 9. Proyecciones 2030 de la producción y consumo de madera, por región 900 800
millones de m3
700
600 500 400 300 200 100
0 Africa
Asia y Pacífico Producción
Europa
América Latina y Caribe
América del Norte
Consumo
Fuente: elaboración propia en base a FAO (2009)
El último cambio que se espera hacia el futuro es un fuerte incremento en la evolución del uso de madera como fuente de energía, como consecuencia de las regulaciones ambientales y de uso de la biomasa como combustible en reemplazo de los combustibles fósiles no renovables. Esta tendencia, ya instalada en gran parte de los países europeos y en Estados Unidos, crecerá en el futuro con el consiguiente impacto sobre el uso de la madera como combustible. Por ejemplo, la Unión Europea fijó que para el año 2020 el 20% de la energía generada provenga de fuentes renovables. El uso de la madera para leña y carbón seguirá creciendo –en especial en los países más pobres–, en tanto que en los países más avanzados se espera un crecimiento de alternativas de producción de bioenergía más sustentables. Además, la creciente utilización de pellets y chips de madera como fuente de energía competirá con la industria de tableros y celulosa por el abastecimiento de materia prima (madera triturada). Esta tendencia implica también desafíos y necesidades en cuanto a las temáticas y líneas de investigación y desarrollo que permitan avanzar hacia nuevas tecnologías de generación de bioenergía a partir de la madera. 28
En resumen, las predicciones de la FAO sobre la base de proyecciones de los diferentes productos de madera, mostraría en primer lugar que la producción de madera a nivel global seguirá acompañando los incrementos en su consumo, sin que se prevean importantes faltantes de materia prima. Asia y el Pacífico, la principal región
productora
de
madera,
será
también
la
principal
consumidora,
fundamentalmente por el crecimiento de la demanda en China e India. En este contexto, se prevé un crecimiento en la producción de tableros que para 2030 llegará a igualar en importancia a la madera aserrada. Aún más, dentro de este segmento se espera una creciente sustitución de los tableros laminados (madera terciada) por los tableros de fibras y partículas (aglomerados y MDF). Por último, se prevé un fuerte incremento de la utilización de la madera y sus residuos en la generación de energía. A nivel geográfico no se prevén cambios significativos en la superficie forestada, consolidándose la posición de Asia y el Pacífico. En este contexto, la tendencia que sin duda se consolidará es la del manejo sustentable del recurso y la certificación de la madera y su cadena de custodia. A nivel global existen dos sistemas de certificación: Forest Stewarship Council (FSC) y Programme for the Endorsement of Forest Certification (PEFC). La adopción de estos sistemas implica un cambio de enfoque desde la regulación a un enfoque basado en los incentivos del mercado como mecanismo de promoción de un manejo forestal responsable. La certificación garantiza al consumidor que la madera o cualquier otro producto forestal no maderable, como papel o cartón, proviene de bosques gestionados de manera sustentable. Ahora bien, no sólo se certifica la masa forestal sino también todos los procesos y productos que se obtienen a partir de su explotación, lo que se denomina cadena de custodia. PEFC es el sistema de certificación más difundido del mundo con una cobertura de 245 millones de has (poco más del 8% de la masa forestal global). Algo menor es la cobertura del sistema FSC que alcanza las 167 millones de has. En términos regionales, América Latina representa el 7% de la superficie certificada (FSC) y un poco más del 1% de la superficie certificada (PEFC). América del Norte y Europa son las regiones con mayor cantidad de superficie forestada. En general, las estadísticas muestran que la mitad de la superficie certificada es de propiedad pública. En cuanto a las certificaciones de la cadena de custodia, el sistema FSC ha otorgado más de 29
24.000 certificados (5% del total global en América Latina), mientras que el sistema PEFC lleva certificadas casi 9.000 empresas. Como se describió precedentemente, la difusión de las certificación es más importante entre las empresas forestales que entre los aserraderos y empresas industrialización de la madera. Además, entre éstas, la difusión es mayor entre las empresas fabricantes de pasta y celulosa, fundamentalmente aquellas más grandes sometidas a la competencia internacional. Al ser un incentivo de mercado, la difusión futura de la certificación dependerá en gran medida del valor que el consumidor haga de este atributo y su disponibilidad para pagar los mayores costos en los que se incurre. Por tal motivo es interesante conocer más acerca de las preferencias de los consumidores al respecto. Un estudio reciente
de
la
Confederación
Española
de
Empresarios
de
la
Madera
(CONFEMADERA) revela que la certificación es un atributo bien valorado entre los consumidores. Al comprar un mueble, el 77% valora como muy importante el cuidado del medioambiente frente al diseño (43%), precio (50%) o la producción local (54%). Sin embargo, más del 90% no conoce ni el sello FSC ni el PEFC. El 90% estaría dispuesto a pagar más por un producto de origen certificado. De ellos, un 62% estaría dispuesto a pagar entre 5% y 10% más. El perfil del consumidor de productos certificados, según este estudio, es el de una persona joven (entre 30 y 44 años) con ingresos medios-altos y con un consumo asociado de otros productos ecológicos
(alimentos
orgánicos,
bolsas
reutilizables,
etc.).
Asimismo,
son
consumidores muy informados y que buscan intensivamente información tanto sobre el origen como sobre el proceso de elaboración al momento de decidir la compra. Si bien estos resultados reflejan las percepciones de consumidores de un país europeo, cuyo grado de concientización sobre cuestiones ambientales es mayor que en nuestro medio, los resultados resumidos en los párrafos anteriores dan una idea de quién es el que compraría este tipo de productos que – como se dijo –, es una tendencia global que se espera se consolide hacia el futuro. Según FAO, se espera que el 45% del volumen de madera industrializada provenga de masas forestales certificadas.
30
Junto con las prácticas del manejo sustentable de las masas forestales, otra tendencia que se viene consolidando, en especial a partir de este año en que se puso en vigor el Protocolo de Kyoto, es el mercado de bonos de carbono. Los bonos de carbono son certificados de reducción de emisiones de dióxido de carbono que tienen un valor en el mercado de capitales. El valor de mercado de cada uno de estos certificados estuvo entre 3 y 6 dólares, pero se espera que tanto el volumen como el precio comiencen a subir en vista de la puesta en marcha del protocolo de Kyoto. Estos bonos de carbono, en general generados en los países más desarrollados –los más contaminantes–, pueden luego utilizarse para el financiamiento de proyectos de forestación o reforestación principalmente en países en vías de desarrollo. Aquí es donde radica el atractivo de estos bonos y no en su precio de mercado. Por tal motivo, la evolución de este mercado de bonos en el futuro abriría un nuevo negocio para financiar inversiones forestales en nuestro país. Sin embargo, la no presencia de Estados Unidos entre quienes firmaron el Protocolo de Kyoto hace que sean aún muchos quienes se muestran escépticos con el desarrollo de estos instrumentos.
2.2
La oferta: nuevos desarrollos en ciencia y tecnología a nivel global
De acuerdo a la FAO los esfuerzos de I+D deberían centrarse en el futuro en los siguientes ejes: (i) utilización de tecnologías GIS, GPS y de teledetección en la caracterización de las masas forestales, (ii) genética vegetal y biotecnología forestal, (iii) tecnologías de extracción y corte de la madera, (iv) aplicación de nanotecnologías, y (v) bioenergía26. En cuanto al primer eje, las principales áreas donde se puede avanzar refieren por un lado a la mejora de las capacidades de los satélites de poder generar imágenes que contribuyan a la identificación y monitoreo en tiempo real, no sólo de los avances en la desforestación, sino también en el avance de pestes y enfermedades, prevención de incendios forestales y otros desastres naturales. En particular, se espera también mejorar el software existente para la visualización de estas imágenes satelitales así
26
FAO (2009). 31
como un avance en su capacidad de procesamiento de grandes volúmenes de información. La disponibilidad y creciente precisión de los sistemas de información geográfica (GIS) será complementada por otras tecnologías de teledetección (radares, imágenes aéreas) y láser para tener información más precisa sobre la superficie forestada, su altura y cobertura. Además, estas tecnologías permitirán sobreponerse a alguna de las desventajas de las imágenes satelitales tales como la dificultad para penetrar nubes o identificar diferentes formas de las superficies. A su vez, la aplicación de sensores espectrales podría servir para mapear varias características de las superficies y vegetaciones. En el campo de la genética vegetal, los principales avances que se esperan refieren a técnicas que incrementen la productividad de los bosques implantados, a partir de lograr tasas de crecimiento más altas, mejoras en la calidad de las maderas y en la capacidad de los bosques de sobreponerse a las condiciones adversas del cambio climático así como pestes y enfermedades. Por ejemplo, grandes avances se han logrado en especies de rápido crecimiento tales como el eucalipto a partir de mejoras en los plantines, las prácticas en los viveros y un intensivo manejo del bosque. Otros avances en la misma línea tienen que ver con la caracterización genética de diferentes especies. Si bien todavía es un tema controversial, la modificación genética de los árboles es una tendencia que se incrementará en el futuro. Los atributos considerados para su modificación genética incluyen la tolerancia a los herbicidas, la reducción de la floración o de la esterilidad, resistencia a insectos, la calidad de las fibras. Todos estos atributos mejorarán sin dudas el potencial económico de los bosques. En particular, el creciente interés en los biocombustibles ha puesto gran atención sobre la modificación genética, en especial, la reducción del contenido de lignina. Otros avances en la biotecnología forestal –como el completar el mapa del genoma del eucalipto– van en la dirección de aumentar nuestro conocimiento sobre el funcionamiento de las células, permitiendo avanzar en una mejor comprensión de la formación de la madera, la tolerancia al stress y la posibilidad de fijar carbono. Asimismo, los avances en biotecnología permitirán alcanzar mejoras en los procesamientos químicos y mecánicos de la madera. 32
Una nota saliente de estos nuevos desarrollos en la etapa primaria (silvicultura) es que se verifican y aplican fundamentalmente en el ámbito corporativo, sea a partir de sus propios laboratorios de I+D como de acuerdos que establecen con Universidades y Centros Públicos de I+D. Por ello, su difusión es todavía limitada, ya que rigen complejos acuerdos de licencias y protección de la propiedad industrial. En cuanto a la etapa de extracción y aserrado, los principales avances que se están registrando tienen que ver con la adopción de tecnologías de identificación vía radiofrecuencia, tags y códigos de barra de los troncos para poder rastrearlos desde los bosques hasta el mercado, algo similar a la trazabilidad en el caso de los alimentos. En el aserrado, las nuevas tecnologías incluyen la incorporación de láseres y escáneres de rayos X para obtener información acerca del diámetro, largo y forma de los troncos y así maximizar el aprovechamiento de cada tronco optimizando el corte y también minimizar la cantidad de residuos. Asimismo, el análisis fotográfico de las superficies mejorará la selección y clasificación de la madera aserrada y controlar posibles defectos. La nanotecnología es quizás el área donde se depositan mayores expectativas en cuanto a su desarrollo. Si bien todavía está en una etapa embrionaria, las potenciales aplicaciones de la nanotecnología serían la producción de materiales más ligeros desarrollados a partir de nanofibras, el incremento de la calidad de las superficies a partir del desarrollo de nuevos revestimientos y la producción de maderas “inteligentes” a partir de la incorporación de nanosensores que sean sensibles a la presión, temperatura y humedad. Esto último de especial interés entre las maderas de uso en la construcción. Finalmente, en cuanto a la generación de energía a partir de la madera, los nuevos desarrollos apuntan a combinar combustibles tradicionales con la combustión de biomasa, o a la utilización de pellets. Otro aspecto sobre el que se están explorando y desarrollando inversiones apuntan a la producción de biocombustible a partir de celulosa. Una tendencia que según la FAO se consolidará en el futuro es la generación de biorefinerías: unidades integradas que transforman la madera y sus residuos a forma líquida y de ahí se obtienen mediante procesos químicos diferentes
33
productos tales como etanol, almidón, ácidos orgánicos, polímeros, oleoquímicos, bioplásticos y varios ingredientes para alimentos y abonos.
Tendencias en acabados, materiales e insumos (Fuente: Observatorio Industrial de la Madera, Federación Española de Centros Tecnológicos) La utilización de madera maciza como material seguirá estando en boga pero con criterios de ecocertificación. Las mejoras tecnológicas en su primera transformación (prensado isostático, nuevos procesos de aserrado, mejoras en el proceso de secado y estabilizado, tratamientos para mejorar sus cualidades físico-mecánicas, etc.) permitirán aplicar la madera maciza a usos que hasta ahora no eran comunes. Asimismo, la introducción de nuevos materiales (metales, plásticos, vidrio) y su combinación con la madera, ofrecerá un abanico de nuevos efectos estéticos que serán muy valorados por los consumidores. En cuanto a los colores, si bien seguirán conviviendo maderas claras (como el roble o la haya) con maderas oscuras (como el wenge o cerezo), las primeras experimentarán un mayor crecimiento. Otro punto importante es el aspecto. Aquí la tendencia es a utilizar maderas con poco poro y una veta no muy marcada. En cuanto a los tableros, se consolidará el predominio del MDF y un crecimiento en la utilización del OSB como sustitutos de los tableros contrachapados. Otro cambio importante es la introducción de tableros con usos y aplicaciones específicas como la insonorización, alivianados (más ligeros), tableros de alta densidad (HDF) y mayores espesores, y tableros con protecciones antibacterianas (a parir de la incorporación de nanopartículas). Los alistonados también ganarán cuota de mercado, en especial a partir de la combinación con maderas macizas e incluso listones metálicos o traslúcidos, generando nuevos productos con alto valor estético y amplias posibilidades. Finalmente, debe señalarse la incorporación de los biotableros, es decir, aquellos que incorporan insumos como resinas y adhesivos de origen vegetal así como residuos sólidos urbanos clasificados como materia prima.
Los recubrimientos melamínicos seguirán ampliando sus potenciales usos, incluso en segmentos de gamas medias o altas. La tendencia es a combinar acabados símil madera con diferentes colores e incluso terminaciones imitación metal. En este segmento el polilaminado será el que experimente el mayor crecimiento, aunque reemplazando el PVC (policloruro de vinilo) por películas de PP (polipropileno) con mejores características ecológicas. Las cuestiones ecológicas también afectarán el desarrollo de nuevos adhesivos, barnices y productos de acabado. Se buscarán productos con menor impacto ambiental y secado rápido a partir de la introducción de productos de alto contenido en sólidos, al agua, ceras y aceites.
2.3
La demanda: escenarios futuros y tendencias del consumo de muebles
De cara hacia el futuro, un estudio del
Furniture Foresight Centre (CEFFOR)
perteneciente al Instituto Tecnológico del Mueble, Madera, Embalajes y Afines 34
(AIDIMA) de España, estableció un conjunto de tres escenarios posibles para industria del mueble en 2016. A continuación, se resumen los principales rasgos de cada uno de ellos. El primero de estos escenarios, representa la continuación del escenario actual. A nivel general, se prevé una demanda de escaso dinamismo, solo motorizado por el crecimiento en los países emergentes. Los países más desarrollados apenas se están recuperando de los efectos de la crisis. El rasgo estructural que caracteriza a este escenario es la importante concentración e integración vertical de la industria en torno a un conjunto de marcas de grandes empresas de distribución de carácter internacional (casos como IKEA o Steinhoff), que crecientemente integran diferentes etapas de la producción a través de cadenas de aprovisionamiento globales, en particular en países emergentes como los del Sudeste Asiático y Europa del Este. Además, estas empresas son las que establecen los estándares de diseño. En este escenario, la mitad del mobiliario se ubicará en las gamas más bajas, un 30% será de gama media y un 20% de gama alta. Los consumidores, en general pasivos, valoran sobre todas las cosas la funcionalidad y el diseño pero en un contexto de alta racionalidad del proceso de compra donde el precio sigue siendo una variable clave. La comercialización se concentra en el canal físico (en especial, grandes superficies) y menos en otras formas, como por ejemplo vía internet. El consumidor reconoce el mueble por la marca de quien se lo vende y no por quien lo fabrica, por eso el nombre de este escenario: Retail Brand.
35
En este contexto, el fabricante de muebles se debe esforzar por mantener su poder de negociación frente al poder de los intermediarios y grandes cadenas de distribución que a su vez tienden a la deslocalización de actividades. Por eso, es que también
se
espera
un
incremento de las prácticas proteccionistas en especial de
los
países
más
desarrollados como forma de proteger su industria local, situación que afectará las posibilidades
de
importaciones de muebles salvo que sea a través de estas cadenas globales. El escenario más pesimista, es
el
denominado
Low
Consumption, el cual parte de
asumir
económico todavía
un
contexto
internacional
afectado
por
la
Tendencias en la producción de muebles En el futuro, los muebles no serán como hoy los vemos. En primer lugar, el cambio en los gustos de los consumidores, en especial los más jóvenes, llevarán a que los muebles dejen de ser aquellos bienes que se compraban para siempre. Por el contrario, al igual que otros bienes que equipan el hogar, los muebles se cambiarán cada 5 ó 6 años. En segundo lugar, los ambientes tenderán a ser más pequeños por lo que los muebles deberán ser más compactos, livianos y multifuncionales. Los acabados es otro de los aspectos que cambiarán en el futuro, ampliando la gama de colores y terminaciones. La iluminación incorporada, así como la necesidad de contar con electricidad en los muebles se ha integrado como una necesidad más en la concepción de los mismos. En su fabricación se combinarán crecientemente otros materiales tales como aluminio vidrios, textiles, materiales reciclados, etc. En particular, grandes avances se esperan en todo lo referente a herrajes y otros accesorios que faciliten o automaticen los movimientos de los muebles y aberturas. En cuanto al armado, se consolida la tendencia de self-finishing y una fuerte customización en base a especificaciones del cliente.
recesión. En este contexto, el consumo de muebles se estanca y el precio se convierte en la principal variable de decisión. Así, las empresas se concentran en la disminución de costos. Por tal motivo, la industria se concentrará en aquellas regiones con mayores ventajas de costos y la deslocalización hacia los países emergentes alcanzará su máximo. En este contexto, los fabricantes que no logren alcanzar escalas y niveles de eficiencia que les permitan competir sobre la base de costos tendrán amenazada su posición, sobre todo en los países con altos costos. El consumidor se vuelve previsible y poco complejo. El consumo se concentra en las gamas de precios más bajas (70%). Sólo las clases más altas pueden seguir con un patrón de consumo de precios altos, pero esos segmentos son limitados. Las
36
compras se hacen tanto en tiendas como virtualmente para la obtención de mejores precios. Un último escenario que se plantea es el denominado Smart Solutions. Como su nombre lo indica, se trata de un escenario de ruptura donde el atributo diferencial es el avance de la innovación y la rapidez de respuesta y anticipación a la evolución de la demanda. Se asume que el contexto económico internacional será de un crecimiento continuado, con una sofisticación de las demandas de los consumidores. El mueble, en este contexto, excede el producto y se entiende como un vehículo de expresión de valores y estilos de vida. Los valores ecológicos y la vida sana son valores cada El escenario futuro de la producción de muebles en Brasil (Fuente: Projeto perspectivas do investimento no Brasil - Documento setorial: móveis e artefatos plásticos, UNICAMP 2009) Según un estudio de la Universidad de Campinas, el escenario de largo plazo de la industria de muebles de Brasil, estará caracterizado por la emergencia de grandes empresas locales que seguirán los pasos de las empresas asiáticas y europeas, concentrando no sólo la producción sino fundamentalmente la distribución y comercialización. Así, se busca dar un salto en la relación calidad-precio y focalizar fundamentalmente en las gamas medias de muebles planos (muebles de cocina oficina y dormitorios). La expansión internacional de estas empresas no descarta, por el contrario, incluye la compra de empresas argentinas, mexicanas y hasta norteamericanas. En otras palabras, el escenario planteado es que, tal como ocurre en otras manufacturas, se creen y consoliden grandes empresas (marcas) brasileras como grandes jugadores globales con una alta presencia en todo el continente a partir de sus ventajas de costos (por economías de escala) y diferenciación de producto (vía diseño y utilización de maderas exóticas). En paralelo, se consolidará un grupo de empresas más pequeñas que pasarán a actuar con marca propia y alto grado de diferenciación y diseño que abastecerán a todo el continente.
vez más difundidos. Asimismo, las nuevas tecnologías han pasado a formar parte de la vida cotidiana, modificando conductas del consumidor como la comunicación, la información y la inmediatez. Finalmente, se registra un crecimiento de la industria del hábitat la cual influye sobre el diseño de ambientes y viviendas aggiornadas a los nuevos tiempos y valores (por ejemplo, la eco-construcción o construcción verde). En este escenario, el consumidor desempeña un rol clave y muy activo. Se trata de consumidores muy informados que participan en el proceso de creación y desarrollo del producto, generando un mercado de alta diferenciación con propuestas diferentes para cada segmento de mercado. Respecto de los escenarios anteriores, la estructura del mercado del mueble por gama de precio tiende a angostarse en las 37
gamas medias. Las gamas bajas representarán el 45% de los muebles y las gamas altas –asociadas a este nuevo escenario– el 40%. Las empresas se alejan de la competencia por precios y buscan incrementar las experiencias de sus consumidores a través de servicios de alto valor agregado (realidad aumentada, ventas on-line, utilización de redes sociales). El foco pasa del producto a los servicios que a lo largo de su ciclo de vida se pueden desarrollar. Se trata de un escenario de evolución más positiva para el sector de muebles de los países más desarrollados, que efectivamente pueden levantar barreras a la entrada respecto de los productores de los países de menores costos (en términos de conocimiento
del
consumidor,
marca,
know-how
específico,
producto
y
posicionamiento internacional). Las grandes cadenas todavía concentran una parte importante del mercado, en especial en gamas bajas. El segmento de gamas medias y altas es atendido desde diferentes tipos de empresas con modelos de negocios innovadores. Resumiendo, según los especialistas las previsiones para los próximos años giran en torno a alguno de los tres escenarios anteriormente descriptos. De los tres, el primero es quizás el más probable ya que representa la continuación de la estructura actual del mercado y la profundización de alguna de sus rasgos más destacados. Incluso es aquel donde las cuestiones ambientales, si bien relevantes, no alcanzan a influir decisivamente en la compra. A su vez, es el escenario que plantea un crecimiento del contexto económico mundial más moderado, hecho que está más en línea con las previsiones internacionales. Brasil, asimismo, plantea un escenario similar por cuanto entender cuáles serán las principales fuerzas dinamizadoras ayuda a poder adaptarse a tiempo (ver recuadro). De todas formas, sea cual sea el escenario, es esperable que los muebles en el futuro difieran de cómo hoy los concebimos. Por tal motivo, la innovación de producto y la incorporación de diseño, aparecen como fuerzas claves para poder competir en el mercado futuro del mueble.
38
3
LA CADENA DE LA MADERA Y EL MUEBLE ARGENTINA EN 2020: ESCENARIOS, TENDENCIAS Y DESAFÍOS
3.1
Perspectivas de crecimiento de la oferta nacional de madera
Las perspectivas para la actividad forestal en Argentina hablan de un importante desarrollo, tanto en lo relacionado con el bosque nativo como con el bosque implantado. En cuanto al bosque nativo, las perspectivas de crecimiento son más moderadas teniendo en cuenta la alta tasa de desforestación y la ampliación de la frontera agropecuaria. Por ejemplo, para el caso del bosque chaqueño (que representa más del 70% del bosque nativo en Argentina), un informe de la FAO habla que existiría una oferta de madera del parque chaqueño de 3,4 millones de m3 por año y un consumo de 1 millón de m3, siempre y cuando se ordenen y gestionen de manera sustentable estas masas forestales27. En otras palabras, aun cuando se trata de una masa forestal seriamente afectada, las perspectivas futuras son positivas e indican una sobreoferta respecto del consumo. La tasa de crecimiento que se asume para este cálculo es de 1,5m 3/ha por año. Sin embargo, el mismo informe advierte que si además se adoptan tecnologías y manejos apropiados para esta superficie, esta tasa puede llegar a duplicarse28. Por tal motivo, adquieren particular relevancia todos los esfuerzos que se puedan hacer en cuanto a I+D relacionada con la genética vegetal de estas especies y las técnicas más apropiadas para su manejo (podas, raleos, etc.). Del lado de la demanda, la I+D relacionada con nuevas aplicaciones y usos de la madera nativa y sus derivados no maderables aparecen como actividades clave a encarar. Las perspectivas para el bosque implantado son mucho más favorables. El rápido ritmo de crecimiento de estas especies y el acelerado proceso de forestación verificado en los últimos años producto de la aplicación de los regímenes de promoción de la actividad forestal, constituyen las principales fuerzas impulsoras. 27
FAO (2004)
28
FAO (2004) 39
Según el citado informe de FAO, asumiendo un ritmo anual de crecimiento de 40 mil hectáreas/año, para 2020 la superficie de bosque implantado (coníferas) en la Provincia de Misiones
llegará a 1,8 millones de hectáreas 29. Una estimación
posterior, realizada por el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), habla de un escenario optimista de 5 millones de hectáreas, que si bien parece muy elevado respecto del anterior, sólo representa explotar la cuarta parte de la superficie forestable potencial estimada por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca. Si se toma el escenario de la FAO, las casi dos millones de hectáreas representan un aprovechamiento industrial de 20 millones de m3/año en 2020, esto es, casi 4 veces la demanda actual. Téngase en cuenta además que aún en la actualidad, la demanda local alcanza a procesar sólo la mitad de la madera que está en pie. Este crecimiento en la oferta de madera proveniente de bosque implantado no se dará en forma continua sino escalonada con picos en los años 2015 y 2017 como consecuencia de la incorporación de los bosques derivados de los regímenes de promoción (el tiempo medio de maduración de una conífera va entre 10 y 15 años). Incluso más, un escenario pesimista donde la tasa de crecimiento sea de 25 mil hectáreas/año, llevaría a un total de 14 millones de m3 de madera, lo cual es 3 veces el volumen que hoy se consume30. El caso de la provincia de Corrientes y Entre Ríos (donde crece la especie de árbol eucaliptus) también muestra perspectivas favorables. En efecto, el informe de FAO prevé una tasa de crecimiento del 4,5% anual. Se prevé un total de 3 millones de m 3 de madera triturada y casi 2,5 millones m 3 de madera para aserrío. Actualmente, el eucalipto se usa principalmente para la fabricación de tableros. Otros usos industriales recién se están desarrollando y se dirigen a gamas de precios bajos. La I+D en este caso deberá estar dirigida a encontrar nuevos usos de esta madera, tanto triturada como en rollizo de manera de aprovechar todo el potencial de crecimiento que tiene esta especie, en especial en la provincia de Corrientes.
29
Recuérdese que Misiones concentra la mayor parte de la superficie cultivada del país (55%).
30
FAO (2004). 40
Finalmente, la zona del Delta del Paraná (con la especie de salicáceas) tendrá un crecimiento menor y casi constante hasta el 2020, en torno a los 750.000 m 3 para pulpa y 100.000 m3 para aserrado. Este escenario futuro podría ser consecuencia del escaso dinamismo de los aserraderos instalados en la región así como de la baja demanda por pasta y celulosa para fabricar papel (Papel Prensa tiene su fábrica en la zona). En resumen, la masa forestal argentina ha experimentado un fuerte crecimiento en los últimos años como consecuencia de las inversiones registradas a finales de la década del ´90 a partir de las leyes de promoción de la actividad (Leyes N° 25.080 y N° 26.432). Las proyecciones para el 2020 hablan de un importante crecimiento en la oferta de madera, en especial la proveniente de bosques implantados. En términos generales, se prevé que para 2020 la cantidad de madera lista para usarse sea de 20 millones de m3, volumen que cuadruplica el nivel de consumo que existe en la actualidad. Incluso en un escenario pesimista, la oferta superaría en 3 veces al consumo actual. Por tal motivo, importantes inversiones y decisiones estratégicas serán necesarias para poder aprovechar de la mejor manera ese recurso. Algunas ideas al respecto se avanzarán en la sección siguiente.
3.2
Perspectivas y necesidades de la futura industrialización de la madera
Como se describió anteriormente, el escenario futuro del sector es el de una importante sobreoferta de madera, principalmente aquella proveniente de los bosques cultivados. En este sentido, cobra relevancia preguntarse acerca de los posibles destinos de esa oferta excedente. Según el documento de la FAO, la oferta excedente de madera permitirá obtener la siguiente proyección de usos industriales:
41
Figura 10. Proyecciones 2020 de la producción madera, por producto 7000 6000 5000 4000 3000 2000
1000 0 Pulpa (000 tn)
Papel (000 tn)
Tableros (000 m3) 2010
Aserrío (000 m3)
Chips (000 tn)
2020
Fuente: FAO (2004)
Una revisión de este escenario realizada por el IERAL y que coincide en gran medida con las previsiones de la Asociación Forestal Argentina (AFoA) sostiene que si se explotara el recurso de manera sustentable y eficiente, esto es, 46% para triturado, 46% para aserrado y 8% para generación de energía, los resultados serían otros, incluso tomando los cálculos del informe FAO 2004. Escenario 2010 Superficie forestada (has)
Producción de rollos
Producción madera aserrada
Escenario 2020 (FAO)
1,2 millones
1,8 millones
3,4 millones de t aserrables
11,4 millones de t aserrables
3,4 millones de t triturables
11,4 millones de t triturables
0,59 millones de t para energía
1,9 millones de t para energía
1,4 millones de t
4,65 millones de t
USD 1.023 millones
USD 3.359 millones
0,85 millones de t
2,95 millones de t
USD 442 millones
USD 1.535 millones
Producción de pasta
Fuente: IERAL (2011)
42
El escenario de explotación sustentable y eficiente permitiría en 10 años aumentar por 3 veces el volumen de madera aserrada así como de pasta. Esto implica importantes efectos sobre el empleo. De cumplirse
esta
proyección
y
de
extenderse hasta el 2020, el mencionado estudio del IERAL estima que el sector estaría generando unos 97 mil puestos de trabajo
adicionales
(19,2
mil
en
silvicultura, 28,6 mil en los aserraderos y plantas de re-manufactura y 49,2 mil en pasta celulósica)31. A esto habría que sumarle el empleo que se generaría en el sector de muebles, aunque éste tiende a depender
más
del
ingreso
de
los
consumidores que del nivel de actividad
Las metas cuantitativas Estratégico Industrial 2020
del
Plan
(Fuente: Plan Estratégico Industrial 2020, Ministerio de Industria) Las metas establecidas para la cadena en el año 2020 en el documento sectorial del Plan Estratégico Industrial 2020 son las siguientes: Valor de la producción: 26.273 millones de dólares, un 140% más que en 2010. Empleo: 63.600 nuevos puestos de trabajo, un 72% más que en 2010.
Balanza comercial: Superávit de 542 millones de dólares (vs. déficit de 425 millones de dólares en 2010).
en las etapas previas de la cadena. Estas proyecciones son bastante más optimistas que los propios pronósticos del Plan Estratégico Industrial 2020 que hablan de una generación de 63 mil nuevos puestos de trabajo (ver recuadro). En cuanto a la evolución del comercio exterior, el documento del Plan Estratégico Industrial 2020 elaborado por el Ministerio de Industria prevé un escenario donde las exportaciones totales de la cadena alcanzarán un valor de 2.800 millones de dólares y las importaciones unos 2.300 millones, estimándose una mejora en las perspectivas de la balanza comercial que pasaría de un déficit en la balanza comercial de 425 millones de dólares a un superávit de 540 millones de dólares en 2020 32.
31
El supuesto de base para esta estimación es que la matriz productiva se mantenga constante en el
tiempo y similar a la actual. El mismo informe, además, advierte que esta proyección puede ser incluso conservadora ya que supone que se mantendrá bajo el nivel de explotación general del bosque y la madera (baja producción de pasta celulósica, sin aprovechamiento de residuos para generación de energía) y tampoco considera la posibilidad de agregar más valor a la madera mediante la producción de mayor cantidad de remanufacturas. 32
Esta estimación del valor de las exportaciones en 2020 coincide con un ejercicio realizado en el
estudio del IERAL. 43
Sin embargo, para alcanzar este escenario es necesaria la realización de una serie de inversiones en capacidad instalada que permitan aprovechar el excedente de materia prima. Según estimaciones de la AFoA, recogidas en el informe del INET, existiría suficiente materia prima como para instalar una o dos plantas de celulosa, dos fábricas de tableros, unos 15 aserraderos de escala competitiva y unas 12 usinas termoeléctricas de biomasa33. Por su parte, el informe del IERAL estima que de cumplirse el escenario más conservador de crecimiento de FAO y un régimen de explotación sustentable y eficiente, serían necesarios en primer lugar 8 megaaserraderos (con una capacidad instalada de 200.000 t) o 38 aserraderos medianograndes (con capacidad para procesar 25.000 t), lo que implicaría inversiones de entre 190 y 240 millones de dólares sólo para lo que tiene que ver con la madera aserrada. Según el mismo estudio, si se quiere aprovechar también de manera sustentable y eficiente la madera triturada, serían necesarias un o dos plantas de celulosa cuya puesta en marcha implicaría un monto de inversiones de entre 1.100 y 1.400 millones de dólares. En este sentido, una política de aprovechamiento integral de esta sobreoferta de materia prima deberá contemplar acciones concretas de atracción y promoción de inversiones, sean estas de capital nacional o extranjeras. Dada la importancia de los costos de transporte, estas inversiones deberían estar radicadas en aquellas provincias donde se encuentran los recursos.
3.3
El nuevo escenario de la industria en Argentina: hacia una agenda
El planteo anterior, sin embargo, no incorpora de manera completa las tendencias mundiales que se resumieron precedentemente. En su reciente número de aniversario, la revista editada por la Asociación de Fabricantes y Representantes de Máquinas, Equipos y Herramientas para la Industria Maderera (ASORA), reunió a una decena de expertos del sector para discutir las principales tendencias y desafíos para el mismo en nuestro país34. Aquí se resumen los resultados más importantes. 33
INET (2011).
34
ASORA (2012). 44
Cuatro fueron los denominadores comunes de todos los análisis y son los que constituyen los principales ejes de transformación del futuro escenario de la industria:
El medioambiente. La madera y sus derivados emergen como los materiales del futuro por su representación de la naturaleza y su impacto positivo sobre el medioambiente. En este contexto, los nuevos temas son: manejo sustentable del recurso, la certificación y trazabilidad; la generación de bioenergía y el surgimiento de nuevos negocios ambientales (bonos de carbono, reciclado, etc.).
El uso estructural de la madera. La madera es considera como uno de los materiales más nobles y además respetuosos del medioambiente que se puede utilizar para la construcción. En este sentido, el escenario futuro pasa por promover la emergencia de la arquitectura y el hábitat sustentable, fomentar el uso de la madera como insumo, no sólo decorativo sino estructural (cambio cultural), y avanzar en la I+D en técnicas y procesos de construcción que den al consumidor seguridad y confianza.
Los cambios en la conducta del consumidor. La dinámica del mercado pone cada vez más énfasis sobre el rol del consumidor. La demanda es cada vez más segmentada, atomizada, diversificada y rigurosa en las prestaciones y la ecuación costo-beneficio. Los temas de esta agenda son: la calidad como un principio fundamental de la gestión, la emergencia de nichos de mercado relacionados con productos “verdes”, la mayor customización (una oferta que responda crecientemente a las necesidades de los distintos subsegmentos de consumo) y el mejoramiento de la calidad de vida de los consumidores (satisfaciendo sus demandas de bienestar y confort).
La innovación. La dinámica de cambio constante del contexto influye sobre la motivación de la demanda. Flexibilidad, adaptación, velocidad en la 45
respuesta, seguridad y calidad son los principales desafíos. Los temas del futuro son: desarrollo tecnológico (que permita mejorar la competitividad y calidad de producción, introduciendo el concepto de “artesanía a escala industrial” y “producción industrializada a medida”), capacitación y formación de recursos humanos (indispensable para el crecimiento de las empresas y la operación de nuevas tecnologías y procesos), diseño (no sólo en la estrategia de diferenciación de producto sino también en la optimización de los procesos) y nuevos materiales (buscando simplicidad, funcionalidad, racionalidad y cuidado del ambiente). A continuación, y de acuerdo al objetivo de esta consultoría, se avanzará en una mayor especificación de las implicancias de este nuevo escenario para la industria, destacando avances y limitaciones que se encuentran en nuestro país.
3.3.1 El cuidado del medioambiente Si bien la preocupación medioambiental en Argentina no está tan presente como en otras latitudes, es innegable que hacia el futuro será cada vez más difícil comercializar productos de madera cuyo origen no sea legal o no se encuentre certificado o no provenga de bosques manejados de manera sustentable. La madera es, en sí mismo, un producto ecológico. No sólo porque es renovable sino porque constituye uno de los principales medios de capturar carbono. La cuestión medioambiental tiene en la industria tres claras implicancias: el manejo forestal de especies nativas y el cuidado de la biodiversidad, la certificación y la bioenergía. Respecto de la primera de ellas, existe una preocupación cada vez mayor en la lucha contra la informalidad y la venta de maderas de origen ilegal, es decir, que provenga de explotaciones que no cuenten con la propiedad de las tierras o que no tengan las debidas autorizaciones de los gobiernos provinciales para ello. En Argentina, existe un marco jurídico que ordena la explotación de bosque nativo y es la Ley 26.331 de Presupuestos Mínimos. Un punto básico en este sentido es el efectivo cumplimiento de las disposiciones de la misma. De todas formas, tal como señala G. Cetrángolo en su análisis de la Revista de ASORA, esto no es algo que se pueda hacer de 46
inmediato, tiene que ser un proceso gradual dadas las fuertes implicancias sociales y económicas que tiene la explotación de bosques nativos en nuestro país, en especial en las regiones del NOA y NEA. Según Cetrángolo, la eliminación de la venta ilegal y el ordenamiento de la explotación es un proceso que puede tomar de 3 a 5 años, un período que en términos del bosque es muy pequeño, pero que en términos políticos abarca todo un período presidencial. Por tal motivo, tiene que ser una cuestión de política estratégica de mediano – largo plazo. La segunda implicancia de la cuestión medioambiental es el avance de la certificación forestal. Ya se han mostrado claras evidencias de la relevancia que esta tendencia adquiere a nivel global, tanto en lo que refiere a la masa forestal como a la cadena de custodia. En nuestro país, los procesos de certificación comenzaron a inicios de la década pasada, pero claramente se verán fortalecidos con la reciente creación del Sistema Argentino de Certificación Forestal (CerFoAr). El desafío principal es cómo ampliar la base de empresas que puedan acceder a este sistema de certificación, sobre todo las más pequeñas. Pensar esquemas de co-financiamiento de los costos de la certificación entre todas las partes interesadas es sin dudas un camino a seguir. El involucramiento de las empresas más grandes del sector así como de las organizaciones empresariales y sindicales es clave. La segunda tarea es la realización de convenios y acuerdos con los sistemas internacionales vigentes de manera de homologar el Sistema Argentino con las mejores prácticas internacionales. Finalmente, es importante poder sumar al consumidor final en este proceso. Sin que exista un convencimiento por parte de los destinatarios finales de la importancia colectiva de la certificación, ésta no tendrá éxito. Tal como indica B. Sauret en su nota de la Revista ASORA “…los consumidores no pagarán cualquier precio por los diferenciales de coherencia ambiental: se requiere estrategia y precisión [en la comunicación]…” 35. Se habla entonces de un cambio cultural y ahí el Estado tiene un rol muy importante para jugar en la fijación de incentivos y en la comunicación para todos los interesados (productores, empresarios, consumidores, trabajadores, etc.). En este sentido, algunas buenas prácticas internacionales como el proyecto “Vivir con Madera” que se lleva adelante en España con gran participación de los gobiernos de las Comunidades Autónomas y el sector privado pueden servir de inspiración.
35
ASORA (2012, pág. 64). 47
Asimismo, existen otras formas a partir de la cuales el sector público puede incentivar la certificación. En efecto, algunos gobiernos han comenzado a exigir certificaciones en los productos que participan de sus procesos de compras públicas, tanto para papel, mobiliario o construcción (ej. Japón, España, Estados Unidos, Nueva Zelanda). El tercer eje de cambio en relación a la cuestión medioambiental es la generación de bioenergía. El consenso general indica que el aprovechamiento de los residuos de la madera como forma de generación de energía, no sólo implica un manejo más sustentable del recurso, sino que mejora sustantivamente la ecuación de rentabilidad de la explotación. Así desde el punto de vista individual y colectivo, avanzar en este sentido es una tarea estratégica. Además de reducir las emisiones de carbono y eliminar gradualmente la presión sobre los bosques nativos (para la producción de carbón vegetal), la biomasa forestal tiene capacidad de dar respuesta a los vaivenes de la oferta energética, en especial en algunas zonas desfavorecidas del país. Actualmente, la generación de bioenergía se encuentra en un estado embrionario, a partir de algunas plantas de pequeña escala que en general alimentan las necesidades de las instalaciones de secado de los mismos aserraderos. Proyectos de mayor magnitud se están lanzando, por ejemplo, en el caso del APF (Aglomerado Productivo Forestal) de Misiones y Corrientes. Es necesario avanzar en este sentido en dos ejes fundamentales. Por un lado, la realización y atracción de inversiones con destino a la instalación de usinas termoeléctricas de biomasa de mediana y gran escala y por otro, no abandonar la política de promoción de la forestación aumentando la superficie y el recurso disponible para la generación de insumos bioenergéticos (recuérdese que Argentina tiene hasta 20 millones de has aptas para forestar y sólo cuenta con 1,2 millones). La creación de fideicomisos parecería ser uno de los instrumentos financieros más adecuados para logar concentrar el capital necesario para estas inversiones. Finalmente, deberían ampliarse los esfuerzos de I+D en lo que refiere a nuevas técnicas y procesos de biorefinería. El país cuenta con una inmejorable posición para convertirse en la biorefinería de la región y así disminuir la presión sobre los recursos fósiles no renovables y generar también un flujo de divisas relevante como resultado de la exportación de combustibles y otros derivados químicos. Por la cercanía del 48
recurso y sobre todo por la superficie disponible, la provincia de Corrientes es –según varios expertos–, uno de los principales lugares donde se podría avanzar en esta dirección.
3.3.2 La madera como insumo en la construcción La utilización estructural de la madera es otro de los principales cambios que se espera hacia el futuro. El avance en la utilización de la madera como insumo para la construcción es uno de los ejes desde donde se puede traccionar el desarrollo del sector, fundamentalmente en lo que refiere a la madera aserrada. En el caso argentino se abren importantes perspectivas a partir del Proyecto de Reglamento Argentino de Estructuras de Madera (CIRSOC 601). Esta iniciativa busca subsanar un vacío regulatorio que existía en el país acerca del uso de la madera en la construcción. De continuar su proceso de aprobación, éste sería el paso decisivo en una arquitectura de madera asegurando su confiabilidad y seguridad, primero entre los profesionales de la arquitectura, luego entre los productores y finalmente entre los consumidores. En efecto, ya existen varios proyectos en pequeña escala realizados en el NEA –como complejos habitacionales– y otros en camino como un complejo hotelero en Andresito (Misiones), que evidencian la viabilidad técnica de la arquitectura en madera. En este sentido, el Gobierno puede jugar un rol destacado en la generación de demanda a partir de programas de viviendas realizadas y equipadas en madera. Además, el Gobierno puede desempeñar un rol también muy importante en la comunicación y concientización de los consumidores. El mensajes a transmitir según M. Demkoff es que “Una construcción en madera, bien hecha, no tiene fecha de vencimiento y puede permanecer en el tiempo mucho más que otra tradicional” 36. La I+D, por su parte, deberá hacer su aporte en el estudio de las propiedades estructurales de diferentes maderas, en especial las del NEA. Según J.C. Piter “ya hay en marcha varias tesis de posgrado, maestrías y doctorado en el país que indican que 36
ASORA (2012, pág. 36). 49
en un horizonte de cinco años tendremos muy ampliada la información disponible al día de hoy sobre nuestras especies”37. Asimismo, el mismo especialista señaló que como se comenzó tarde, ésta es una tarea que no debe demorarse más. Para ello es necesario crear nuevos grupos de investigación en estos temas y fortalecer los existentes tales como el Grupo de Estudios de Maderas (GEMA) de la Universidad Tecnológica Nacional, Regional Concepción del Uruguay, la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Morón o el PIT-Madera de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (Universidad Nacional de Mar del Plata). Sin dudas, el INTI-Madera tendrá también un rol preponderante en este sentido a través de la realización de ensayos y pruebas técnicas de los materiales. De todas formas, ninguno de los expertos imagina un salto abrupto desde la construcción tradicional a la construcción en madera. M. Demkoff en su nota en la Revista ASORA, cita el caso de Francia donde progresivamente se fue avanzando en la aplicación de la madera en la construcción: primero se reemplazó la tabiquería interna, luego las aberturas, etc. “…Más que plantear una revolución en el uso de la madera imagino una evolución, donde cada paso esté bien consolidado y no haya vuelta atrás…”, afirmó Demkoff38. Finalmente, la intersección entre el uso estructural de la madera y el cuidado del medioambiente se verifica en el concepto de arquitectura sustentable (green building) que irá ganando terreno en el futuro. Asimismo, se espera que la construcción sustentable cambie paulatinamente el paradigma desde la casa supuestamente indestructible y difícil de modificar a una casa más flexible y adaptable y donde el usuario tenga un mayor aporte en la modificación y ajuste de su casa, con menos herramientas y dificultad que una construcción tradicional. La formación de recursos humanos y profesionales en este tipo de arquitectura sustentable así como su incentivación mediante premios, ferias o bienales, también contribuirán a darle mayor visibilidad al tema y al mismo tiempo contar con profesionales aptos para encarar los desafíos que éste implique.
37
ASORA (2012, pág. 56).
38
ASORA (2012, pág. 38). 50
3.3.3 Los cambios en los mercados y la conducta del consumidor Repasando las secciones anteriores, las tendencias proyectadas en el mercado del mueble prevén por un lado, un rol cada vez más importante del consumidor, lo cual lleva a una creciente customización de los bienes, y por otro, un crecimiento en la importancia de los servicios asociados al mueble, que dejará de ser un fin en sí mismo. Según M. Aguerre “… hoy la combinación volumen/commodities ya no está funcionando y se está virando hacia segmentos de mercado muy fragmentados, con mucho valor agregado a través de servicios y customización para atender a medida las necesidades del demandante…”39. De todos modos, la preocupación por la eficiencia y el bajo costo no se abandona. El secreto hoy pasa por crear más valor para el consumidor pero al menor costo, lo que en la jerga de la gestión estrategia se llama “innovación en valor”. Argentina se encuentra en una muy buena posición para enfrentar esta nueva competencia. Las ganancias de escala no vendrían por el tamaño del mercado sino por un avance en la especialización productiva, lo cual lleva a otra de las implicancias de este nuevo escenario que es la organización en torno a aglomeraciones productivas regionales o clusters. Si bien es posible identificar en la geografía nacional un conjunto de casos virtuosos en este sentido, con presencia de actores relevantes y una densa red de interrelaciones, todavía son pocos y su alcance es limitado. Replicar estas experiencias, así como la del APF de Misiones, constituye una línea de trabajo a profundizar. El escenario futuro que se prevé debería ser el de un sector altamente especializado con una base de empresas fuertemente interrelacionadas, con importante presencia de instituciones de I+D a nivel del cluster y con una fuerte orientación exportadora. La dimensión y especialización regional que adquiere esta producción por la localización de la materia prima es una cuestión que sin dudas favorece este tipo de organización de la producción y el intercambio. Esta visión es compartida por casi todos los expertos del sector. En este sentido, R. Ariza señalaba que es necesario “…ampliar el tejido industrial para establecer polos productivos regionales fuertes que permitan que, en zonas donde existe desarrollo forestal, también se hagan productos con alto valor agregado…”.40 39
ASORA (2012, pág. 22).
40
ASORA (2012, pág. 26). 51
Como se dijo, un punto clave en la agenda del sector es fomentar la exportación de muebles y la sustitución de importaciones, y así ir revirtiendo el saldo negativo de la balanza comercial sectorial. En este sentido, y en vista de la desaceleración del consumo de los países tradicionales, distintos expertos coinciden en que los países limítrofes y en segundo lugar los de la región en su conjunto, se convertirán en los futuros mercados para la industria local de muebles, buscando insertarse en aquellos nichos de alta gama a través de productos diferenciados y servicios de alto valor agregado. Los esfuerzos en este sentido deberán apuntar a desarrollar inteligencia estratégica en estos mercados, conociendo bien las demandas de los diferentes tipos de consumidores en los países de destino. En este sentido, hay un rol muy importante para que juegue el Ministerio de Relaciones Internacionales a través de sus Embajadas y Agregadurías Comerciales. Otras medidas más proactivas que deben también complementar las anteriores son las relacionadas con el prefinanciamiento de exportaciones, en especial, para las empresas más jóvenes y PyME. El rol del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) como banco de segundo piso y el Banco de la Nación, serían los actores clave en este aspecto. Finalmente, otra de las tendencias que se consolidará en el futuro es la creciente concentración del sector en manos de unas pocas grandes empresas globales que, desde la comercialización, han integrado las diferentes etapas de la cadena incluyendo la producción y el diseño, fundamentalmente en gamas medias. Brasil, buscará insertarse en este segmento a través de la emergencia de grandes empresas locales que sobre la base de una creciente internacionalización busquen conquistar mercados masivos. En este contexto, Argentina tiene importantes potencialidades para convertirse en proveedor especializado de partes de muebles para la industria brasilera. Esta integración productiva regional ya se está verificando, pero su potencial todavía está lejos de ser explotado totalmente. Aserraderos y remanufactureras, principalmente de Misiones y el NEA, son las empresas que más ventajas tienen para aprovechar esta oportunidad. Sin embargo, para ello las empresas deben avanzar en la estandarización, certificación y calidad de su producción. Nuevamente el INTI-Madera en primer lugar y el IRAM, tienen un rol muy destacado que cumplir en el asesoramiento a las empresas en estas cuestiones.
52
3.3.4 Nuevos desarrollos e innovaciones: una necesidad a lo largo de la cadena El último eje de discusión en torno a la agenda futura del sector se relaciona con la adopción de nuevos desarrollos e innovaciones a lo largo de toda la cadena. En las primeras etapas (silvicultura) los principales desafíos se verifican en: (i) los avances en genética y biotecnología, (ii) los sistemas de teledetección y (iii) la incorporación de la nanotecnología. Como se describía en la sección de tendencias globales, cada vez son más importantes los avances en esta materia, tanto en lo que a especies nativas se refiere como
a
especies
implantadas.
Los
principales
avances
–aunque
todavía
controversiales – giran en torno a la modificación genética de las especies buscando atributos tales como una mayor resistencia a las pestes, mejoramiento de las fibras y contenido de lignina. Sin embargo, hay otras aplicaciones menos discutidas como las mejoras en la productividad y ritmo de crecimiento a partir de mejoras en los viveros y en la producción de plantines. En Argentina, y tal como lo destacan algunos informes previos, a partir del ingreso de grandes jugadores globales en la etapa primaria se registraron importantes avances en lo relacionado con la genética vegetal a inicios de la década pasada 41. Sin embargo, estos avances no han quedado circunscriptos a las grandes forestaciones de origen internacional, sino que las empresas nacionales también han avanzado en la instalación de sus propios viveros y en el tratamiento de sus semillas y plantines 42. Asimismo, existe un importante número de Centros de I+D en diferentes universidades nacionales y estaciones experimentales del INTA que aportan en la mejora de las características y condiciones de la genética vegetal así como en el
41
Bercovich (2000).
42
Algunos ejemplos son las actividades de la Forestal Tapibecuá en Corrientes o algunos proyectos
desarrollados por empresas medianas en el marco del Aglomerado Productivo Forestal de Misiones y Corrientes (APF) y financiados por FONTAR. 53
manejo de los suelos y bosques43. Por lo tanto, existen evidencias de capacidades instaladas dentro del sistema científico tecnológico en estas áreas. El futuro pasará por consolidar estas capacidades y avanzar en la cooperación público-privada entre las empresas del sector y las instituciones de ciencia y tecnología. Los instrumentos del FONTAR y del FONCyT podrían servir de apalancamiento de estas actividades. En cuanto a los sistemas de teledetección a través de sistemas geo-referenciados (GIS) y de seguimiento satelital (GPS) también existen capacidades y recursos humanos en el país, aunque su grado de desarrollo es menor que en el caso de la biotecnología. En 1998 se comenzó con el primer inventario nacional de plantaciones forestales pero todavía no se ha concluido. Todavía quedan áreas del país sin inventariar y se pueden mejorar mucho en la calidad de las imágenes y el software que las procesa. El próximo paso será analizar en qué medida estas innovaciones se pueden trasladar al sector privado, a través de la creación de empresas de servicios forestales que puedan brindar asistencia y diagnósticos a los productores y gobiernos sobre la base de estas informaciones 44. Contar en el país con una empresa como INVAP, líder en la tecnología satelital, puede servir asimismo de plataforma para pensar nuevas técnicas y desarrollos que apunten a tener más precisión en los sistemas que permitan dar alertas tempranas, tanto en lo que a desforestación como incendios se refiere. Estas tecnologías tendrían un enorme potencial para exportación. Finalmente, continuar los esfuerzos de cooperación regional como el iniciado con el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais de Brasil (INPE), es otra línea a profundizar en el futuro.
43
En este sentido, se puede señalar los Proyectos desarrollados por distintas Estaciones Experimentales
del INTA (Concordia, Bella Vista, Sáenz Peña) en el marco del Programa de Mejoramiento Forestal de INTA. 44
Un ejemplo de esto es la empresa Araucaria SIG & GPS, un spin off de la Facultad de Ciencias
Forestales de la Universidad Nacional de Misiones, que fue desarrollada en el marco del APF. Otro ámbito de aplicación de las TIC tiene que ver con el desarrollo de software y aplicaciones específicos para el sector. Un ejemplo de este tipo de aplicaciones es el de la empresa Roble Sistemas, también surgida en el marco del AFP. 54
Sin dudas, el área más promisoria es el de la nanotecnología y la generación de nuevos materiales. Es también la que menos avances tiene, incluso a nivel internacional. Por tal motivo, sería estratégico avanzar en la creación de programas o subprogramas de investigación sobre la temática tanto en el ámbito de la Fundación Argentina de Nanotecnología como en las Universidades y Centros de I+D a través de proyectos de áreas de vacancia del Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCyT) o de Convocatorias específicas en el marco del Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC), como ya se han realizado para otros sectores. Estos proyectos deberían contemplar necesariamente la cooperación con equipos de otros países así como con los laboratorios en empresas internacionales, dadas las importantes incertidumbres que existen en este campo. En la industrialización de la madera, los desafíos más importantes están en el desarrollo de nuevos productos, procesos y servicios de alto valor agregado. En la primera transformación, los nuevos productos y procesos estarán relacionados con el acabado de las maderas y en especial de los tableros. Ya se han mencionado los diferentes avances que en el mundo se están alcanzando y que incluyen tableros más ligeros, con nuevos laminados, con colores más variados, terminaciones novedosas como los cantos curvos y la combinación de diferentes materiales. Las grandes empresas instaladas en el país –en especial las de tableros– tienen las escalas y tecnologías para ello. Incluso muchos de estos adelantos ya deberán estar disponibles en sus países de origen o en otros puntos donde tengan presencia. El incentivo deberá venir entonces desde la sofisticación de las demandas. Proyectos conjuntos donde participen usuarios (muebleros) y productores servirían para promocionar el uso de nuevos materiales. Experiencias como la del Proyecto Eucalis, que contó con la participación de varias empresas productoras, comercializadoras y diseñadores, pueden servir como inspiración y modelo a seguir. El área de servicios forestales está todavía en sus primeros pasos. La incorporación de tecnologías TIC que ayuden a la gestión forestal y a la trazabilidad de los productos a través de sistemas de rastreo, tags o códigos de barras son algunas de las cuestiones en las que se debería avanzar. De igual forma, ya existen ejemplos en nuestro país de pequeñas empresas que han desarrollado software para optimizar la gestión de las empresas forestales y aserraderos. En cuanto a las tecnologías de 55
optimización de corte, las entrevistas mantenidas, señalaron que se encuentran disponibles en nuestro país. Más aún, algunos aserraderos medianos y grandes cuentan con líneas de aserrado semi-o totalmente automáticas. No parece ser esa una limitante sino conseguir una escala de producción que justifique esas inversiones. Algo similar pasa en el caso de los tableros y las re-manufacturas. La producción de muebles y partes de muebles es otra de las áreas donde se deberían registrar las mayores innovaciones. Estas deberían enfocarse en dos aspectos: los nuevos materiales y los nuevos consumidores. Del lado de los materiales, ya se han comentado las tendencias a mezclar textiles, materiales reciclados, metales y hasta vidrio en la creación de nuevos muebles y objetos. En muchos casos, la diferenciación estará dada por la introducción de maderas y materiales autóctonos, hasta ahora no utilizados, lo cual implica también ponerlos en valor. Desde la lógica de los nuevos consumidores, el acento deberá concentrarse en el agregado de nuevas funcionalidades a los muebles. Incorporar iluminación o la posibilidad de que ya vengan con equipos electrónicos, son algunos de los puntos sobre los cuales explorar. Se trata tanto de agregarle funcionalidades a los muebles como de lograr, al mismo tiempo, una mayor personalización. “Nos estamos aproximando a una era de productos que pasan a estar acompañados de servicios para mejorar la experiencia de uso dentro de un sistema complejo: el hábitat” afirma R. Ariza. “Son nuevas realidades y demandas para las que la industria no tiene aún respuestas precisas y versátiles en sus productos”, finaliza45 Asimismo, la cuestión espacial (más gente viviendo en espacios más chicos), obliga a repensar como optimizar los espacios y cómo hacer a los muebles más compactos, livianos y multifuncionales. Según R. Ariza, “…la ecuación es menos objetos con más funciones”46. En la misma línea, deben destacarse los cambios operados en los ambientes laborales que hacen que los puestos de trabajo (oficinas) y sus amoblamientos deban ser rediseñados, dotándolos de mayores servicios y funciones. 45
ASORA (2012, pág. 24).
46
ASORA (2012, pág. 24). 56
Asimismo, se deberá dar respuesta a los desafíos que imponen los cambios en la organización del mercado, producto de esta “industrialización a medida” o “artesanía con escala industrial”. La coexistencia de estos dos aspectos tradicionalmente opuestos necesita de innovaciones de procesos que permitan dar respuesta a una producción a escala, pero diferenciada. De igual modo, los cambios que están operando en las formas de comercialización y en el rol de los usuarios/consumidores en los procesos de venta y co-diseño, llevan a plantear innovaciones en los modelos de negocios a partir de las posibilidades que abren las TIC y las redes sociales. El tamaño de estos desafíos en materia de innovación y diseño hace que cada vez sea más necesario contar centros tecnológicos y de servicios ahí donde están las demandas. Frustrados proyectos como el Instituto del Mueble deberán ser reemplazados por iniciativas regionales, con fuerte presencia de todos los actores relevantes del sector que puedan dar respuestas tecnológicas y servicios de alto valor agregado a las empresas. La deslocalización del Centro INTI-Madera que recientemente inauguró un Centro Regional en Misiones marca la dirección hacia donde se tienen que orientar estos esfuerzos: crear valor allí donde están los recursos y los actores relevantes. Finalmente, una última referencia a la formación de recursos humanos y profesionales para el sector, condición básica sin la cual es imposible el salto a una producción más diferenciada con alto valor agregado y que dé respuesta a las complejas necesidades de los consumidores, tanto locales como del exterior.
3.4
Conclusión
A modo de cierre se resumen las principales ideas que se fueron analizando a lo largo de este documento. En primer lugar, remarcar que el sector de madera y muebles es un sector altamente heterogéneo, tanto entre eslabones de la cadena como al interior de cada uno de ellos. Igualmente, las particularidades de la materia prima hacen que el mismo presente diferentes especializaciones regionales a lo largo de la geografía nacional, destacándose la Mesopotamia como principal zona productora de madera y las áreas cercanas a los centros urbanos como los principales productores de muebles. 57
En los últimos años se han identificado algunos avances muy importantes tales como la incorporación de normas de calidad, de equipamiento y maquinaria actualizada y de actividades de diseño. Sin embargo, todavía subsisten debilidades estructurales tales como las limitaciones de recursos humanos, en el comportamiento innovativo y sobre todo en la balanza comercial. Hacia el futuro se abren expectativas favorables, tanto a nivel global como en el país. En el país se prevé una sobreoferta de materia prima en el sector que lleva a plantear la necesidad de importantes inversiones así como de pensar estratégicamente el crecimiento futuro del sector. En esta línea, el presente trabajo aportó algunos elementos para pensar propuestas e imaginar escenarios. Los principales ejes estratégicos a partir de los cuales pensar el desarrollo futuro del sector serían:
El cuidado del medioambiente, la certificación forestal y la utilización de la biomasa forestal como fuente de energía.
La madera como insumo en la construcción y la arquitectura sustentable.
La adaptación a las nuevas formas de organización del mercado y las nuevas conductas de los consumidores.
La necesidad de incorporar decisivamente crecientes niveles de innovación y diseño a lo largo de toda la cadena.
A lo largo de este informe se han indicado los principales avances que ya se han dado en el país en cada uno de estos ejes y se han señalado los posibles cuellos de botella y allí donde era pertinente se desarrollaron algunas propuestas de intervención.
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REFERENCIAS ASORA (2012) Revista ASORA, Año 17, número 100. Buenos Aires. Bercovich, N. (2000) “Evolución y Situación Actual del Complejo Forestal en Argentina”, Documento de la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de la CEPAL y del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (CIID/IDRC) FAIMA (2011) Anuario 2010 de la Industria Maderera de la República Argentina FAO (2004) “Estudio de tendencias y perspectivas del sector forestal en América Latina al año 2020. Informe Nacional: Argentina”. FAO
(2009)
State
of
the
World’s
Forests,
disponible
on-line
en
http://www.fao.org/forestry/sofo/en/ IERAL de Fundación Mediterránea (2011) “Una Argentina Competitiva, Productiva y Federal. Cadena foresto industrial”, Documento de trabajo. Año 17 – Edición Nº 95 INET (2009) Sector Foresto-Industrial. Informe Final Maslatón, C. (2005) “Potencial del complejo maderero argentino. Propuestas para el desarrollo de la cadena madera-muebles y su inserción en el mercado mundial”, Instituto Nacional de Tecnología Industrial INTI, Documentos de trabajo Número 2. Maslatón, C. (2011) Plan Estratégico Industrial – Argentina 2020. Sector Madera y Muebles.
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