APdeBA Symposium 2013

APdeBA Symposium 2013 Trabajo Libre Realidad y ficción en la escena freudiana Sofía Gradín 1 Teresa Zaefferer 2 Jorge Eduardo Catelli 3 El impulso cu

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APdeBA Symposium 2013 Trabajo Libre Realidad y ficción en la escena freudiana Sofía Gradín 1 Teresa Zaefferer 2 Jorge Eduardo Catelli 3

El impulso curioso estuvo presente en Freud desde su infancia. Su célebre sueño de “la

monografía botánica” da cuenta del origen de este

impulso en su propia historia, viéndolo así, ahondar en cada idea que va desarrollando a lo largo de su obra y que va siendo parte de la construcción de un corpus teórico para la “indagación”, y

“tratamiento de perturbaciones

neuróticas” de la “nueva disciplina científica” del psicoanálisis (1923a [1922]). Freud inicia su carrera como investigador en neuropatología y, posteriormente, su trabajo clínico renueva en él ese espíritu investigador: las histerias lo sorprenden y seducen. Descubre así la ficción de la representación corporal en la histeria, que no respeta las inervaciones biológicas, la histeria construye su propia geografía corporal. Escuchando a sus pacientes, adentrándose en el mundo de las fantasías y los sueños, se escapa del terreno puramente médico y es gracias a un clásico de la literatura griega que logra, en su autoanálisis, descubrir el inconsciente y formular uno de los conceptos básicos del psicoanálisis: el complejo de Edipo. Edipo Rey le permite descubrir y conceptualizar los impulsos incestuosos y parricidas. La literatura y el teatro en diálogo intertextual con la medicina y la neurología abren para Freud el camino a esa otra escena.

1

[email protected], Asociación Psicoanalitica Argentina.

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[email protected], Asociacion Psicoanalitica Argentina.

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[email protected], Asocicación Psicoanalitica Argentina.

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Los primeros escritos ya incluyen la mención a una “escena”, que se encuentra presente “para la contracción de la enfermedad”, que luego pasará a ser una “otra escena”, dando lugar a cierta ficción eficaz y constitutiva de otra realidad del mundo psíquico. Realidad que se hará presente, entre otras manifestaciones del inconsciente, en los sueños y en la transferencia. Si la fisiología y el microscopio produjeron gran impacto en Freud, la literatura también ofreció material para la construcción de nuevas ficciones que permitieron la indagación del mundo de los recuerdos, relatos, fantasías y demás producciones del inconsciente, en el desarrollo del “andamiaje psicológico” de su metapsicología (1900a [1899]) . Nuestro propósito en este trabajo es redimensionar por un lado, la potencialidad y eficacia de la ficción sobre la que se monta la realidad psíquica del sujeto. Constituyendo así ese otro escenario: la “realidad psíquica” en la que intervenimos y construimos con nuestros pacientes y por otro esa otra ficción: el “andamiaje” metapsicológico con el que trabajamos como psicoanalistas.

Los inicios Freud se inscribe en la carrera de medicina de la universidad de Viena en 1873 con el propósito de convertirse en un biólogo investigador. Inicia luego su carrera de investigador siguiendo los cánones que especificaban qué era ser un hombre de ciencia de esa época apoyándose en la filosofía positivista y mecanicista como metodología de investigación. Siguiendo estos lineamientos es que intenta correlacionar los fenómenos psíquicos con la función fisiológica y la estructura anatómica, tal vez creando una ficción del funcionamiento nervioso. neurólogo

En su primer libro publicado, “La afasia”, Freud se apoya en el inglés

Hughlings

Jackson

para

cuestionar

la

neurología

localizacionista de su época y postular la interdependencia de los procesos físicos y psíquicos (pág. 70 de “La afasia”) “El proceso psíquico es, por lo tanto, paralelo al fisiológico, ‘un concomitante dependiente’.” (p.70). Podríamos pensar que su primera ficción es el “aparato del lenguaje” (p.44-47; 81; 100-

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102) –tal como lo postula en “La afasia”- antecedente inmediato del aparato psíquico y del reordenamiento y retranscripción postulados en la carta 52. Su encuentro con Charcot y el trabajo con Breuer van despertando en él otro camino a transitar. Dice en una carta a Fliess (21 de mayo de 1894) […]”Me encuentro bastante solo en esta tarea de elucidar las neurosis Ellos me consideran casi monomaníaco, pero tengo la impresión de haber dado con uno de los mas grandes misterios de la naturaleza”[…] Escuchando a sus pacientes, adentrándose en el mundo de las fantasías y los sueños Freud se escapa del terreno puramente médico descubriendo una nueva ficción: la del inconsciente revelando así el secreto de las fantasías. Pero para poder hacer esto, ha de abandonar parcialmente el modelo neurológico y tomar como modelo la literatura y el teatro para pensar y estructurar la experiencia emocional. Sin embargo hay desde los primeros escritos, como la observación de un caso severo de hemianestesia en un varón histérico de 1886, o el prólogo y las notas de la traducción de J-M Charcot, de las lecciones de los martes de la Salpétrière, que incluyen la mención a una “escena”, que se encuentra presente “para la contracción de la enfermedad”, que luego pasará a ser una “otra escena”, dando lugar a cierta ficción eficaz y constitutiva de otra realidad del mundo psíquico. Con el caso de la Señorita Elisabeth von R. (1893-1895) menciona por primera vez esta idea de “otra escena”, como aquella que “desempeñó un papel en el enlace de los dolores con el estar sentado”. Un poco más adelante plantea que “la neuralgia […] esta vez se pudo solucionar por la reproducción de otra escena, cuyo contenido era, de igual modo un supuesto ultraje.” (AE 2, p. 191) Recordemos tal como es citada Anna O., en el historial, quien hablaba de su “teatro privado” (Cf. Ibídem, pp. 47 y 65) Freud, en la carta 69, hace la importantísima aclaración de que en lo inconsciente no existe un signo de realidad y que, por lo tanto, una fantasía que esté fuertemente cargada con afecto ha de tomarse por el psiquismo también como real, “(…) la intelección cierta de que en lo inconsciente no existe signo de realidad, de suerte que no se puede distinguir la verdad de la ficción investida con afecto”. (AE 1, pp 301-2)

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Freud y una de sus escenas prínceps: los sueños Freud señala en Interpretación de los sueños que en los sueños, el pensamiento deseado es objetivado y “es figurado como escena o, según creemos, es vivenciado” (pp. 527-8). Nos parece importante este señalamiento de Freud de que en el sueño se aúnan tanto pensamiento como vivencia. Un poco más adelante, Freud dirá, citando a Fechner (pp. 529) que “el escenario de los sueños es otro que el de la vida de representaciones de la vigilia” y que ese es el supuesto que permitirá conceptualizar las peculiaridades de la vida onírica. Tal como señalábamos al principio del presente trabajo, encontramos en “La Interpretación de los Sueños”, el testimonio que nos transmite Freud de una experiencia propia (a partir del análisis de uno de sus sueños), del encuentro de esa “otra escena”, como una ficción eficaz, en el caso de la interpretación del “sueño de la monografía botánica” (apartado “A” del cap. V). Vemos en este caso cómo opera Freud con la otra escena del sueño: abre múltiples líneas de asociación, fragmenta, toma sus partes, las analiza. Un sueño breve, una imagen, múltiples asociaciones: la monografía, ciclamen flor preferida de Martha, autorreproches, el ojo y la mirada,

la

curiosidad infantil. Su recuerdo infantil: el libro de los viajes a Persia que su padre les acerca a él y su hermana para que lo destrocen deshojando dichosos aquél libro “hoja por hoja como un alcaucil”. De ahí quizás, más tarde, la invitación que nos transmite a los psicoanalistas de destrozar el sueño, también parte por parte en el análisis ¿Qué más si no que descomponer parte por parte significa “analizar”? La curiosidad infantil tiene su origen en un interés práctico, persigue descubrir los secretos de la sexualidad y del origen de los niños. Es así que, en el niño, la pulsión de saber y de ver recaen sobre la sexualidad. Por lo tanto, siguiendo algunas ideas desarrolladas por Jorge Winocur,

vemos en ese

recuerdo infantil el contenido erótico de esa escena de Sigmund Freud con su pequeña hermana, en esa otra escena, con quien había sido invitado a

4

“destrozar (venichten4) el libro”, por parte de su padre. Libro que relataba las aventuras de un viaje a Persia, tierra desconocida e inquietante. Entendemos en esa situación una autorización del viejo Jakob a romper el libro, a penetrar en el conocimiento y por lo tanto dejarse llevar por la curiosidad sobre la sexualidad: habilitación a atreverse con el deseo incestuoso, en la medida que había sido también convocada para aquella tarea la hermana, desplazamiento de la madre prohibida. La autorización de un padre a ingresar en la escena del Edipo de un modo princeps para no retirarse del objeto potencialmente incestuoso de la hermana desplazado ahora en el libro. Recordemos a Dora y sus encuentros con la Sra K para leer “La fisiología del amor” de Mantegazza y los relatos que la gobernanta le hacía de sus lecturas sobre cuestiones sexuales. Libros que contenían el ingreso a un texto prohibido, por lo que Freud sostiene que los niños no acceden a estas lecturas de manera tranquila. Se sienten vigilados por un prohibidor, un interdictor de aquellas curiosidades Es a partir del atravesamiento de estos tabúes, que es posible desarrollar el conocimiento, dejándose llevar por la curiosidad. A Prometeo lo castigaron a quedar encadenado a las montañas caucásicas para que eternamente los buitres le devoraran el hígado que crecería por las noches. Esta escena trágica, aparece en el relato del sueño de Freud, como una escena “más que dichosa”5; en esta línea, sale de lo trágico, para ir más allá y conquistar el conocimiento. Ha de ser esa otra escena, tal como citaba del “gran Fechner” (1900, p.529) de la que “el escenario de los sueños es otro” respecto de la vigilia, pero que sin embargo mostraría la dimensión metapsicológica de la constitución del aparato psíquico y a su vez la sobredeterminación de un aparato psíquico organizado desde “otro lugar”, con reglas propias y un funcionamiento eficaz respecto de la vida de ese sujeto. Podemos pensar que Freud pudo animarse a 4

N de los A: De las variadas maneras que podría haber utilizado Freud para decir “destrozar”, utiliza el término “vernichten”, que designa en idioma alemán la acción de destrozar, pero hasta sus últimas consecuencias, despedazar hasta las últimas partes, transformando el objeto en “Nichts” –nada-. Es en este sentido también el modo que tiene de analizar los sueños, analizándolo hasta sus últimas instancias. 5

“überselige” es el término que utiliza Freud en el original –Cf. SA II, p. 185, Fischer Verlag-.

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meterse en ese libro, el de las imágenes en colores y el de los sueños, el ofrecido por su padre y aquellos que cada sesión iban trayendo sus pacientes, padeciendo, relatando con sus palabras, con sus síntomas y sus actos esa otra realidad comandada desde otro lugar. En la Interpretación de los sueños Freud intenta dar cuenta de la peculiaridades de la vida anímica, animándose al desafío de construir la idea de localidad psíquica, sin “… caer en la tentación de determinar una localidad psíquica como si fuera anatómica” (pag.529) y construyéndola desde el terreno psicológico. La analogía con el microscopio y el telescopio le sirven de apoyatura metafórica para la construcción de esa ficción: la metapsicología del aparato psíquico. La comprensión de lo psíquico

se sostiene en la

descomposición de sus partes y sus funciones. Estas hipótesis auxiliares le permitirán la aproximación a aquel terreno desconocido siempre y cuando “…mantengamos nuestro juicio frio y no confundamos los andamios con el edificio” (pag 530). Años después, en la Conferencia 32 (1932-33) (pág. 88), la ficción metapsicológica será explícitamente reconocida por Freud al referirse a la teoría de la libido como la mitología del psicoanálisis, “La doctrina de las pulsiones es nuestra mitología, por así decir. Las pulsiones son seres míticos, grandiosos en su indeterminación. En nuestro trabajo no podemos prescindir ni un instante de ellas, y sin embargo nunca estamos seguros de verlas con claridad”6

Algunas conclusiones En este trabajo nos hemos propuesto ver cómo se ha ido desarrollando y gestando en Freud, desde sus inicios como neurólogo e influido por su vasta cultura, la idea de escena de modo inseparable con el descubrimiento del psicoanálisis.

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Freud, Sigmund.(1932-33). Conferencia 32: Angustia y vida pulsional, Buenos Aires: Amorrortu, p. 88

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Freud también reconoce su curiosidad respecto de

“…. aquellos

sueños que jamás fueron soñados, sino creados por poetas7 y atribuidos a unos personajes de invención dentro de la trama de un relato”8 Borges decía que el Psicoanálisis era una rama de la literatura fantástica. Tal vez tenía más razón de lo que a simple vista podría parecer. Los conocimientos neurológicos de Freud en conjunción con su experiencia literaria le permiten conceptualizar la “otra escena” de los sueños, fantasías y síntomas. El psicoanálisis nos lleva a esa otra escena, la del inconsciente –regida por los deseos sexuales infantiles imperecederos- con su propia legalidad, descubierta por primera vez en los sueños. Realidad y ficción se entretejen en la trama psíquica/subjetiva que nos constituye, “estamos hechos de la misma materia que nuestros sueños y nuestra breve vida cierra su círculo con otro sueño” decía Shakespeare. 9

Descriptores: inconsciente, escena, sueño, metapsicología,

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“dichter” entiéndase “poeta” en el sentido lato de “creador literario”

8

9

Freud (1907 (1906)) El delirio y los sueños en la “Gradiva” de W. Jensen, pag 50 Prospero:

Our revels now are ended. These our actors, As I foretold you, were all spirits, and Are melted into air, into thin air: And like the baseless fabric of this vision, The cloud-capp'd tow'rs, the gorgeous palaces, The solemn temples, the great globe itself, Yea, all which it inherit, shall dissolve, And, like this insubstantial pageant faded, Leave not a rack behind. We are such stuff As dreams are made on; and our little life Is rounded with a sleep.

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Bibliografia -Freud, S. Obras Completas, Editorial Amorrortu (AE), Buenos Aires, 1976. -Freud, S. (1891) La afasia (2004). Buenos Aires: Nueva Visión. (1ª ed., 3ª reimp.). -Jones, E. (1060) Vida y obra de Sigmund Freud, Buenos Aires, Ediciones Horme, 1979. -Shakespeare, W, La Tempestad, traducción al español recuperada el 7 de julio de 2013 de http://www.mcasillas.net/9.html -Shakespeare, W. The Tempest, London, The Arden Shakespeare, 2011. -Winocur, J., 1996, El narcisismo y la identificación narcisistica, Revista de Psicoanálisis, vol 53, numero 1, APA, Buenos Aires -Zaefferer, T; Shammah, S.; Catelli, J. (2010) Un intento de explicación psicoanalítica sobre la transmisión entre pares. Los hermanos Freud y el incesto, una monografía. Revista Moción, Asociación Psicoanalitica Argentina, Buenos Aires, 2010

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