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C. Venustlaíw Carranza,
~fJPesldente de la ~ept16íica ...Atexicana.
Gl I Homenaje al Primer Mandatario de mi Patria, don Venustiano Carranza, con todo respeto. El.fluior.
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toque de c1arinerla ! vibró en las entrañas de la serranía; ! - ._ -recorrió los valles; pasó por la uro bría; resonó en loE' bosques y en las soledades con el ronco estrépito de las tempestades que en el cielo abortan su furia sombría, y fué como el toque terrible y fatal que en otras edades, irá plegonando que amanece el Día del Juicio Final! ¿Qué nos anuncia ba la gran sinfonía? II Era flor de sangre la naciente aurora que en aquella hora .~fulgió con destellos ardientes y fijos; tal como los ojos de madre que llora.
vtaJe sin retorno de sm tiernos hijos y del cielo, en vano, la piedad implora. Desconsoladora la quietud solemne...... i Como la del reo que el cuadro avizora en donde su cuerpo finja un balanceo pendientr al extremo de cuerda opresora que mnestre al viandante rígido trofeo. La quietud tristísima, no del hipogeo que la mano labra para los inertes despo jos humanos; sino la imponente, :londe loe gusanos hacen misteriosos su labo r macabra y en aquel sil encio, por entre rüinas. la Patria llor03a que discurre a tientas llevando en la frente corona de espinas : i la que le pusieron manos asesinas por significarle todas sus afrentas! Tan solo interrumpe la quietud extraña , el grito de triunfo de Caín, que asoma por aquel abismo su cabeza huraña, !:lemejante al grito del q UE' incendia Roma y abre con su acero la materna ent raña! .. . .. .
In He aquí lo que dijo la clarinería: " Montañas enormes de la tierra mía "a las que la nÍlwe ceba formado on manto ,.:obre sus haE'tiones, "donde no se atreve "a lleva r la audacia sus ex ploraciones,
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"y por donde pasa corno aliento leve "el bes() tronant3 .. ... . "Valles legenciarios donde se ha vertido •'sangre generosa d€ nobles guerreros "que caer lograrun sin dar un gemido, "bajo el aletazo de rudos aceros "que Eon como buitres con hambre y sin nido . .. .... . ,. Misteriosos valles dondE' ha percutido "una trepidante fuga de centauros "que iban a la gloria, Jamás al olvido, "yen donde verdecen "regados con sangre, simbólicos lauros "que al paso del tiempo más brillan y crecen "Alma de la raza que vagó al de3nudo .. resolviendo obstáculos y salvando abismos: "raza de los méxicas, que forjó su escudo "sobre lOA volcanes, con los mazos mismos "con que un genio pudo .' deRtrozar los mundos entre cataclismos
"Dadme vuestros ímpetus y vuestra energía" i y acreció, de súbito, la clarinería!
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Era que de aquellos erguidos bastiones con que se coronan las cumbres serenas, bajaban los bravo'3, altivos leones de hirsutaR melenas: Ileonf's que sab:Jn, en sus con vulsiones, con garras y dientes destrozar cadenas, mientras sus pupilas de fulgores plf'nas tienen compasione~ para los leones que hay en los blasones o em botan sus g'Lrras sobre las almena,,! Era que de aquellos bORqlles tutelares surgía una racha de enojos postreros que estallaba en gritos de ocultos penares, como el ruido sordo que l'e alza en los mares cuando el oleaje reta a los luceros porque tiene envidia de sus luminare8! Y, iprodigio enorme!: por senda lejana. que dorso luciente de ('rótalo fingE', una caravana hacia los desiertos corría li Vlana por oir las voces de la pétrea Esfinge! Era que de aquellos profundos torrentes -al abrir loe grifos sus airadas faucesmanaban las olas potentes, rugientes, arrastrando guijas y ensanchando cauces para ser dé' un río terribles afluentes;
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y tal, que laR rocas por donde corrían, t'ntre aquel soberbio cuadro parecían horrendas cariátides v~tadas de bruma qut'. en airado gesto, sin hallar acorros, lloraban a chorros lágrimas enormes cubiertas de espuma I Erll que de a.quellos valles legendarios que fueron palenques y fueron (Jsaríos y fueron Tabores y fueron Calva~ios. se alzaba una indómita y airada legión de héroes tem