Biblia y cultura oral en medios evangelicos

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Biblia y cultura oral en medios evangelicos Véronique Lecaros*

Resumen

El presente artículo propone la interpretación de una paradoja en el campo religioso limeño, cuya existencia también se da en el resto de América Latina: el éxito de una “religión del libro”, en un entorno donde predomina la cultura oral. Los evangélicos fieles a la tradición protestante del Sola Scriptura atribuyen un papel central a la Biblia. Logran que poblaciones analfabetas funcionales la asimilen a través de una lectura fundamentalista que recorta el texto en pedazos aplicándolo a situaciones cotidianas. Así, el Dios “Emanuel” acompaña siempre al creyente y participa de su vida. Aunque no haya comprensión profunda del texto y que muchas estructuras del catolicismo popular perduren, el acceso a la Biblia representa una posibilidad de promoción y de reconocimiento social. Palabras clave: Biblia, evangélico, cultura oral, reconocimiento, Lima, Perú.

A Bíblia e a cultura oral nos meios evangélicos Resumo

O presente artigo propõe a interpretação de um paradoxo no campo religioso de Lima, que também existe no resto da América Latina: o êxito de uma “religião do livro” em um ambiente no qual predomina a cultura oral. Os evangélicos fiéis à tradição protestante da Sola Scriptura atribuem um papel central à Bíblia. Conseguem que populações analfabetas funcionais a assimilem por meio de uma leitura fundamentalista que recorta o texto em excertos, aplicando-os às situações cotidianas. Assim, o Deus “Emanuel” acompanha sempre o crente e participa de sua vida. Embora não haja um entendimento profundo do texto e muitas estruturas do catolicismo popular perdurem, o acesso à Bíblia representa uma possibilidade de promoção e reconhecimento social. Palavras-chave: Bíblia, evangélico, cultura oral, reconhecimento, Lima, Peru.

* Profesora en la Pontificia Universidad Católica del Perú.

Estudos de Religião, v. 26, n. 43 • 203-219 • 2012 • ISSN Impresso: 0103-801X – Eletrônico: 2176-1078

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Bible and oral culture in evangelical environments Abstract

This article offers an interpretation of a paradoxical situation in the religious field of Lima, which can be also found in the rest of Latin America: the success of a “religion of the book” in a milieu where oral culture prevails. For the Evangelicals following the Protestant Sola Scriptura tradition, the Bible plays a central role. Thanks to a fundamentalist reading which divides the text in sequences easily used to answer daily problems, they render the text understandable by semi-illiterate people. In this way, God, Emanuel, is always at the believer’s side and takes part in his life. Although the reading of the Bible remains superficial and several structures of popular Catholicism endure, the access to the Bible represents an opportunity of social promotion and recognition. Keywords: Bible, evangelical, oral culture, recognition, Lima, Peru.

Introducción

El analfabetismo ha disminuido drásticamente en el Perú hasta casi desaparecer de Lima, la metrópolis mejor provista en todo tipo de servicios, en particular de escuelas. Según cifras del último censo (2007) corroboradas por encuestas, 98% a 99% de la población ha concluido sus estudios primarios. Tomando en consideración el nivel bajo de la educación pública, la casi totalidad de la población puede descifrar pero no domina lectura y escritura. Según las evaluaciones de los sociólogos Catalina Romero y Guillermo Nugent, la cultura se mantiene predominantemente oral1.Tomando como ejemplo la regulación del tráfico en Lima, Romero (2008, s.p.) concluye: el sentido de estos ejemplos consiste en subrayar la heterogeneidad de las comunidades que habitan Lima y la influencia homogeneizadora que puede ejercer una cultura predominantemente oral. […] Esta oralidad no es propia de los que no leen, es una característica general de la sociedad2.

En este contexto, parece paródico que una religión fundada en un libro complejo como la Biblia haya tenido tanto éxito, especialmente en los medios pobres y menos instruidos. Los evangélicos [empleo el término en el sentido 1 2



Romero (2008). Nugent (2010, p. 73 y siguientes). Analizando las prácticas de manejo en la ciudad de Lima, Romero muestra que la regulación del tráfico vehicular y peatonal no se hace siguiendo las indicaciones en los paneles, sino tomando en cuenta la situación concreta; la presencia de automóviles y la buena voluntad del conductor que puede eventualmente parar en medio de la calle. Esta forma de actuar puede funcionar bien en pequeñas calles poco transitadas, pero es muy peligrosa en autopistas y cada año varias personas mueren por cruzarlas. Romero muestra como se forma un círculo vicioso, es decir, nadie lee con atención los paneles y por este motivo nadie se preocupa en ordenarlos de manera lógica, por lo que se vuelven disfuncionales e imposibles de usar.

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peruano, es decir, refiriéndome a todos los cristianos no católicos] representaban, según los censos nacionales, 2.5% de la población en 1972 y 12.5% en 2007; en cambio, en el mismo tiempo, los católicos pasaron de 96.4% a 81.3%3. En los barrios pobres, en los suburbios de Lima, la proporción es mucho más elevada y puede llegar a 30% según las evaluaciones de Mons. Strotmann, obispo de Chosica (2006). Para dar cuenta de esta paradoja, defendemos en este artículo la hipótesis de que se ha producido una reapropiación oral de la Biblia por los evangélicos, de manera tal que basta poder descifrar algún versículo, o hasta porción de versículo, para asimilar las Escrituras a la manera evangélica. Nuestra hipótesis nos lleva a dos preguntas. ¿Por una parte, en qué medida la predominancia del libro transforma la relación al más allá? En medio católico, las imágenes, las estatuas, las peregrinaciones juegan un papel esencial, mientras que en medio evangélico todas estas prácticas de devoción son reemplazadas por la Palabra. ¿El Sola Scriptura protestante es válido en medio evangélico latinoamericano? De otra parte, la adaptación del acceso a las Escrituras en contexto de oralidad y la consecuente transformación de la relación al más allá no dan cuenta de la espectacular progresión evangélica: ¿porqué una religión del libro puede tener éxito en una población de analfabetos funcionales? ¿Las personas se convierten a pesar del libro o por el contrario atraídas por el? Según nuestra perspectiva, el libro, lejos de ahuyentar a los fieles, los atrae.

La reapropiación de la Biblia en el medio evangélico

Los estudiosos del evangelismo latinoamericano han notado el paradójico éxito de una religión del libro en una cultura oral y han propuesto diversas interpretaciones. No pretendemos examinarlas de manera exhaustiva, sin embargo todas insisten sobre la teología fácil o teología literal y fundamentalista. Cabe recalcar que no existe un estudio sistemático sobre la relación entre Biblia y evangelismo. Los especialistas solo mencionan el tema en el marco de sus investigaciones sobre el fenómeno evangélico en América Latina4. En Lima, 3



4



En este mismo lapso de tiempo, han aumentado de manera importante otras religiones para-cristianas también del libro, testigos de Jehovah, mormones y adventistas: han pasado de 0.7% en 1972 a 3.3 en 2007. Hay que precisar que la alternativa propuesta en el censo no es tan específica: se menciona “otras religiones”, estas consisten mayoritariamente en estas tres denominaciones. Jean Paul Willaime, en su artículo introduciendo y presentando el número de la revista Archives des Sciences Sociales des Religions (1999) dedicado al movimiento pentecostal (“Le pentecôtisme: contours et paradoxes d’un protestantisme émotionnel”), considera que “el análisis sistemático de las relaciones a la Biblia en el mundo pentecostal sería muy interesante a desarrollar” (p. 14). Este análisis queda por hacer y en el marco de este artículo nos proponemos solamente aportar unas reflexiones al tema.

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varios pastores perteneciendo a iglesias protestantes históricas se quejan de la ausencia de enseñanza en teología crítica en los centros de estudios. Conscientes de la necesidad de paliar a esta situación, recientemente los luteranos alemanes, en el marco de su programa de apoyo a sus correligionarios latinoamericanos, están considerando abrir, en colaboración con la institución UNICEP, un centro de estudios teológicos5. Si la teología fundamentalista no toma en cuenta los estudios científicos y arqueológicos en su comprensión del texto, ella presupone en todo caso una buena capacidad lectora que no está al alcance de la gran mayoría de los fieles. Hablar de teología fácil no resuelve la paradoja.

La Biblia como objeto

Jean Paul Willaime menciona “un uso puramente material de la Biblia como de un libro objeto que no se lee”. Desarrollando este comentario, podemos considerar que existe una sacralización del Libro objeto y de las Escrituras objeto las que juegan un papel protector tal como lo harían estampitas, medallas y rosarios para los católicos (WILLAIME, 1999, p. 14). En contexto evangélico, el lugar que ocuparían imágenes en medio católico lo toma la Biblia o algún extracto de la Biblia. Los posters impresos con algún versículo de la Biblia tienen gran éxito comercial en las librerías evangélicas. La pertenencia religiosa del dueño de los automóviles, camiones o buses es fácilmente identificable. Mientras que en medios católicos, imágenes de santos o rosarios cuelgan de retrovisores interiores o se pegan, en medios evangélicos, un conductor viaja con su Biblia, usualmente puesta con respeto encima de una tela bonita y pega en su vehículo, versículos de la Biblia. Sin embargo, si una tendencia a la sacralización de las Escrituras se puede observar –especialmente comparándola con prácticas católicas–, este uso de la Biblia queda relativamente periférico y residual, por supuesto, sin llegar a ser favorecido por pastor alguno. La Biblia no es objeto de adoración; se abre, se lee, se marca con rotulador fluorescente. El libro se personifica, reflejando los intereses de su dueño. 5



En el Perú existen dos asociaciones evangélicas reagrupando la casi totalidad de los grupos evangélicos con la excepción importante de la Alianza Cristiana y Misionera. El CONEP, Concilio Nacional Evangélico del Perú, fundado en 1940, agrupa las iglesias protestantes históricas que cuentan pocos miembros y los pentecostales, la iglesia más importante corresponde a las Asambleas de Dios que pretende tener un millón de miembros. La UNICEP, Unión de Iglesias Cristianas Evangélicas del Perú, fundada en 2003, agrupa las iglesias de tipo neo-pentecostales. Puede parecer sorprendente que los neo-pentecostales tengan interés en este tipo de formación pero cabe recalcar que por una parte, sus miembros pertenecen a las clases medias mejor educadas y que por otra parte, buscan de esta manera una forma de respeto y de legitimidad, tomando en cuenta el prestigio de los luteranos alemanes.

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La Biblia y el hablar en lenguas

Otros autores, Jean Pierre Bastian y André Corten, tomando en cuenta la preeminencia del Espíritu Santo en el movimiento pentecostal, al subrayar la importancia de la glosolalia, el “hablar en lenguas”, consideran que como forma de alabanza, ocupa un lugar privilegiado en el culto y que es accesible a cualquier persona, inclusive los analfabetos. “No hace falta ser instruido o pertenecer a algún nivel del clero para ‘hablar en lenguas’. Por supuesto, todos los pobres no hablan en lenguas, pero el fenómeno es suficientemente extendido como experiencia y testimonio popular” (CORTEN, 1995, p. 143). Sin embargo, la importancia acordada a la glosolalia nos parece sobre-dimensionada. No todos hablan en lengua y sólo un quinto de los fieles afirman hacerlo (CORTEN, 1995, p. 66). En los diferentes cultos a los cuales hemos asistido, el hablar en lenguas ocupa un espacio marginal en el ritual. En los grupos pentecostales tradicionales, como las Asambleas de Dios, el fenómeno prolonga la oración sobre los enfermos y dura unos minutos. En las iglesias neo-pentecostales, el hablar en lenguas es casi inexistente en los oficios aunque pueda seguir en los grupos de oración. Nuestra discrepancia con Bastian y Corten se debe quizás al hecho que no hayamos desarrollado nuestras observaciones en los mismos países y en los mismos grupos, sin embargo, es muy probable que se deba a una evolución en el formato de los cultos (CORTEN, 1995, p. 98)6. Bastian y Corten publicaron hace ya 15 años y los cultos en medio evangélico evolucionan constantemente, influyéndose unos a otros. En todo caso, si el hablar en lenguas ha impresionado a los visitantes, nunca ha suplantado el papel de la Biblia en las prácticas devocionales de los fieles y en los cultos pentecostales.

La Biblia y las tradiciones orales

Reflexionando sobre la religión oral, Walter Hollenweger, tomando en cuenta el proceso de formación de la Biblia, considera que el texto puede ser fácilmente asimilable en una cultura oral (HOLLENWEGER, 1979). De hecho, como lo han demostrado los recientes estudios científicos en exegesis, la Biblia consiste en la compilación de cuentos, poemas y proverbios que se transmitían verbalmente de generación en generación. Para Hollenweger, el texto puede fácilmente revertir a su formato inicial. De hecho, en medio evangélico, poco se mencionan las complejas demostraciones teológicas de las epístolas de Pablo o las sutilezas del evangelio Juánico. En las prédicas, los pastores que suelen contar las historias bíblicas, lo hacen en general de 6



Corten menciona la existencia de un cambio, sin más precisión. El tema merecería atención y un estudio más desarrollado. Si la tendencia se confirmaría, podría considerarse como un indicador de una evolución en relación a la interpretación del papel del Espíritu Santo.

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manera muy teatral, es decir, hasta mimando las escenas. Favoritas son las historias de victorias, triunfo de los más débiles sobre los más fuertes, gracias al apoyo del Señor, las hazañas de Moisés contra Faraón, el sitio de Jericó o el aniquilamiento de Goliat por David. También suelen referirse frecuentemente al llamado de Jesús a sus discípulos. Todos estos temas tienen un sentido muy concreto y actual para los evangélicos de hoy. Sin embargo, los evangélicos no han reformateado la Biblia en versión oral para así rendirla más asequible. Muy por el contrario, han mantenido la preeminencia del Libro, privilegiando por cierto los textos inicialmente transmitidos oralmente, quizás de comprensión más abordable. En todo caso, el comentario de Hollenweger explica que la Biblia, texto concebido en una cultura oral, sea asimilable por otros pueblos entre los cuales predomina también la cultura oral, pero no ocurre en medio evangélico un retorno al estado inicial: la Biblia no se transmite oralmente.

La Biblia como canto

El uso de la Biblia en la alabanza representa una excepción. Es el único caso en el cual ocurre un retorno a la oralidad, es decir un uso del texto de la Biblia parecido a su uso inicial. Casi toda la alabanza en medio evangélico consiste en cantos cuyos textos son extraídos de la Biblia, en particular de los salmos (palabra cuya significación etimológica es precisamente canto), revirtiéndolos a su uso inicial, con otras melodías, sin duda. Los fieles suelen escuchar estos cantos, por la radio o por CD, mientras cumplen con sus actividades cotidianas. Estas palabras cantadas extraídas de la Biblia funcionan como una catarsis. Expresan las angustias, las dudas y también las felicidades de los fieles, transcendiendo sus malestares, dándoles una dimensión cósmica y universal, confirmando y fortaleciendo la confianza en un Dios atento que escucha, responde y salva, aunque humanamente el drama parezca insoluble. A las quejas humanas responden las promesas divinas, restableciéndose de esta manera la esperanza y la convicción de poder afrontar victoriosamente las pruebas. El debate entre exégetas sobre la formación y la significación de los personajes y de los temas en los salmos es duro, sin embargo, existe consenso sobre su uso, como oraciones acompañando, apoyando y orientando a los fieles, individualmente y colectivamente (LACOCQUE; RICŒUR, 1998, p. 287; WENIN, 2001)7. En este sentido, el movimiento pentecostal representa una justa intuición y comprensión de la Biblia. Según la expresión de Corten, la queja que se origina en “los males sociales vividos individual7



La significación de los omnipresentes enemigos en los salmos es un tema en disputa entre los exégetas: ¿la expresión se refiere a adversarios en un contexto de guerra o a las fuerzas opuestas que todo ser humano debe afrentar a lo largo de su vida?

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mente se disuelven en la lamentación de los salmos transformándose en un arquetipo colectivo” (1995, p. 98)8.

La Biblia como índice

Más allá de ser una fuente de cantos o de cuentos, la Biblia representa para el evangélico un guía y un garante. Un buen evangélico no afirma nada que no se pueda respaldar por una cita en la Biblia y un evangélico capacitado suele hasta mencionar el versículo. En su uso diario y común, el texto es despedazado: se maneja como una compilación de consejos, explicaciones… Se conforman índices con los cuales el fiel busca la respuesta “divina” a sus preguntas en la Biblia y se conforta en sus decisiones. Cada iglesia distribuye listas para enfrentar la muerte, la enfermedad o el dolor o para tener orientaciones morales, frente a la homosexualidad, el consumo de vino… Durante los sermones, los pastores citan versículos de manera precisa, los fieles apuntan las referencias exactas. Progresivamente de esta manera, cada uno compila sus propios índices sobre la base de lo propuesto en la iglesia. Según la expresión de Manuel Marzal, los evangélicos transforman la Biblia en un “libro de recetas religioso” (1988, p. 414). Las referencias se pueden reducir a algunas palabras fuera de contexto pero bien claras y precisas. El pastor Caraucari, en sus manuales destinados a la formación de líderes y de pastores, apoya todas sus indicaciones con citas de este tipo9. Para incitar a leer, da como referencia la recomendación de Pablo a Timoteo (1Tm 4,13): “Dedícate a la lectura”; para convencer un orador que debe cuidar su apariencia física, menciona de la misma epístola (1Tm 4, 16): “vela por ti mismo”. Estas referencias son fácilmente descifrables por los que tienen un nivel elemental de la comprensión lectora: leer unas palabras está al alcance de todos. 8



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Corten pondera el papel esencial de los cantos en medio pentecostal. “La importancia que cobra en medio pentecostal el canto y la música […] merecería por si sola un estudio. El culto pentecostal se presenta como una alternancia entre cantos y palabras” (1995, p. 67). El pastor Caraucuri enseña en 5 seminarios o centros de formación de muy diversas tendencias en Lima, incluyendo denominaciones de tipo neo-pentecostales, Camino de Vida, Iglesia Bíblica Emanuel; denominaciones pentecostales, Asambleas de Dios, Iglesia de los Peregrinos; iglesias históricas como la Presbiteriana. Vende resúmenes de sus cursos en librerías evangélicas. Estas referencias provienen de su curso: “Oratoria: el arte de hablar en público”. Estas referencias sacadas de su contexto llegan casi a un contrasentido. Estas dos exhortaciones pertenecen a un conjunto articulado, destinado a fortalecer la misión. En 1 Tm 4,13, la lectura no es privilegiada; el versículo entero reza: “hasta que yo llegue, dedícate a la lectura, a la exhortación a la enseñanza”. En 1Tm 4, 16, el cuidado personal es casi segundario: “Vela por ti mismo y por la enseñanza; persevera en estas disposiciones, pues obrando así te salvaras a ti mismo y a los que te escuchen”.

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En estos índices, el texto como referencia es indispensable. Se convierte en una colección de dichos que se pueden insertar en situaciones cotidianas concretas. El discurso de ciertos evangélicos toma la forma de una suma de citas añadidas una tras la otra. Esta característica corresponde a una de la especificidad de las culturas orales, según lingüistas y semiotistas. Refiriéndose a Roland Barthes y Umberto Eco, Juan Biondi y Eduardo Zapata afirman que la cultura oral “privilegia las construcciones coordinadas yuxtapuestas en detrimento de las subordinadas” (BIONDI; ZAPATA, 2006, p. 64). No se toma distancia con el texto para una reflexión sobre su significado; se recortan los pasajes en pequeños pedazos fáciles de insertar en un discurso. Además, esta manera de procesar la Biblia corresponde a otra característica de la cultura de la oralidad según Biondi y Zapata: así como en el sistema cultural de la escribalidad, la grafía que representaba al sonido posibilitaba objetivar y, entonces, favorece las asociaciones por semejanza (metáfora), la cultura de la oralidad, que no aprisiona los sonidos y que está signada por el perspectivismo de ello, privilegia más bien las asociaciones por contigüidad (metonimia)” (2006, p. 63).

Las articulaciones entre la situación concreta en la cual se encuentra el fiel y el texto de la Biblia se forman según el modelo de la metonimia: para cada problema o regla moral se busca el equivalente en la Biblia. En general, el índice es tan preciso que funciona por identidad de palabra o de tema, casi como un índice numérico. Este breve análisis nos lleva a precisar la problemática. Los evangélicos poco instruidos, es decir, la gran masa de los evangélicos, logran asimilar la Biblia adaptándola a su cultura oral. No leen el texto de corrido y menos tratan de entenderlo en el contexto en el cual fue redactado. Por tres vías que se complementan, tienen acceso a la Biblia y llegan así a apropiarse del texto. Durante las enseñanzas del pastor o de otros líderes, se cuentan las historias, los hechos del Antiguo Testamento o las parábolas y otros momentos de la vida de Jesús. Sistemáticamente, las predicas incluyen varios cuentos, vinculados al pasaje propuesto. Por otro lado, los cantos, extractos de salmos o de otros poemas bíblicos, se repiten durante la alabanza en el culto (a menudo, el texto mismo es comentado) y se escuchan para acompañar las tareas cotidianas. Finalmente, los índices con referencias cortas que el fiel considera y maneja como la esencia del mensaje bíblico dan acceso físicamente al libro. Estas vías transforman el libro y permiten su asimilación en una cultura oral.

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La significación del Sola Scriptura en medio evangélico

Ya sea como objeto casi sagrado que protege, como historias para contar, como cantos a escuchar por la radio, como palabras de sabiduría a buscar por medio de índices, la Biblia se vuelve en medio evangélico un compañero de todos los instantes, reemplazando santos, imágenes, devociones diversas y toda la parafernalia del catolicismo popular. Intentemos precisar como funciona este cambio.

Dios con nosotros (Emanuel) por medio de la Biblia

Según los términos de Allan Anderson, en su análisis de la teología pentecostal, la mayoría de los pentecostales desarrollan una comprensión más experimental que literal de la Biblia. […] Esta interpretación experimental tal como es rezada, cantada, bailada, profetizada y predicada en el culto pentecostal implica una comprensión de la Biblia desde abajo, donde la gente ordinaria puede interpretar la Biblia desde la perspectiva de sus propias experiencias y luchas. […] Creen que la Biblia tiene las respuestas a sus necesidades concretas, tales como enfermedad, pobreza, hambre, opresión, desempleo, soledad, mal espíritu y brujería. (2005, p. 595).

De esta manera, en todas las circunstancias de sus vidas, por medio de la Biblia, Dios se hace presente, ya sea para alentar, para aconsejar, para acompañar o para solucionar algún problema. Dios no es una representación, es un ser cercano, un tu que responde al yo que lo llama. Si en los índices no figura una pregunta que se hace el fiel, este siempre puede abrir la Biblia después de orar y tomar como respuesta la primera palabra que vea. El Dios próximo por medio de la Biblia, que responde a toda situación, es el Dios que encara perfectamente en una cultura oral. Según los términos de Biondi y Zapata, la cultura de la oralidad no conoce del ello objetivo. Este es una consecuencia de los dominios del mundo de la palabra escrita. Individuos y colectivos orales se aproximan al mundo del ello siempre desde la perspectiva del yo y el tú. Las funciones expresiva y apelativa se entremezclan con la función representativa. La representación pura no existe. (2006. p. 63).

La Biblia en el marco evangélico no es un texto que representa y ofrece a nuestra meditación la relación de Dios con su pueblo. Es la palabra de un Dios cercano que se dirige personalmente a cada uno y le responde inmediatamente a todas sus preguntas. Estudos de Religião, v. 26, n. 43 • 203-219 • 2012 • ISSN Impresso: 0103-801X – Eletrônico: 2176-1078

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En catolicismo popular también, la divinidad se hace cercana por medio de las prácticas de devoción, en particular las promesas a algún santo o una epifanía de la Virgen o de Jesús10. Sin embargo, el evangelismo, desde este punto de vista, logra más eficiencia. Dios penetra totalmente el cotidiano del creyente, ya sea por medio del canto, de las respuestas a todas las preguntas, de la posibilidad de referirse a Dios en todas las conversaciones… El santo en catolicismo popular hace milagros, ayuda pero no se logra esta compenetración de todos los instantes y el santo no responde nunca a todo o por lo menos nunca con esta claridad que lo parece dar un versículo de la Biblia. Esto es una de las razones del éxito evangélico: lograr más cercanía con Dios11. En este sentido, se puede considerar que el Sola Scriptura se aplica al evangelismo: solo por el intermedio de la Biblia se llega a Dios, intermedio entendido de manera polisémica, por supuesto. Hasta se podría considerar que existe una omnipresencia de la Biblia en medios evangélicos. Ejemplo de ello es el nombre de las iglesias independientes fundadas en los últimos 30 años en Lima que se refiere directamente o indirectamente a la Biblia: Iglesia Bíblica Emanuel, fundada por Humberto Lay (congresista desde 2011 y ex-candidato a la presidencia de la republica en 2006), Iglesia Bíblica la Molina, escisión de Iglesia Bíblica Emanuel, Misión Bíblica Carismática; otras iglesias recogen en su nombre imágenes bíblicas: Agua Viva, Aposento Alto, El Sembrador, Camino de Vida…

De la visión y del tacto al sentido auditivo

Convertirse al evangelismo implica un cambio en el sentido solicitado en la relación con lo divino. Los católicos mantienen un contacto constante con lo divino por medio de la vista y del tacto. Se rodean de imágenes piadosas. Para aumentar sus ventas, el periódico popular, El Trome, ofrecía a lo largo de un año una estampita de algún santo todos los miércoles. No hay casa o tienda que no tenga colgada una cruz o una imagen del Sagrado corazón o de algún santo o epifanía de Cristo o de la Virgen. A los limeños, les gusta tocar las estatuas en las iglesias. Los santos más populares, como el mulato San Martín de Porras, tienen el pie negro por el paso de miles de manos de fieles. En el cotidiano, todos los católicos llevan consigo varias estampitas, En el marco de este artículo, no podemos desarrollar un análisis del catolicismo popular peruano. Los estudios más serios y comprensivos sobre el tema los escribió Manuel Marzal. Su última obra que sintetiza el conjunto de sus investigaciones es: Tierra encantada (Lima: PUCP, 2002). 11 Por otro lado, cabe también recalcar que las tradiciones del catolicismo popular, en particular con las migraciones a la ciudad, pierden su fuerza y su coherencia. El catolicismo popular se vive en comunidad y cada comunidad tiene sus tradiciones transmitidas de generación en generación. 10

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en particular en la billetera. Aunque el Estado peruano sea aconfesional, en los parques públicos, en las calles, hasta en los ministerios, se erigen estatuas, en particular de la Virgen12. En caso de dificultad, un católico mira hacia la imagen de su santo protector o la toca. En medio evangélico, el consuelo o el apoyo divino se transmiten por los cantos, los versículos de la Biblia. Los mismos sentidos no son solicitados para establecer contacto con el más allá: mientras que para los católicos la vista y el tacto son medios privilegiados de comunicación con Dios, para los evangélicos el oído es el importante. Este cambio sin duda tiene un impacto sobre la estética, tal como lo tuvieron la reforma y subsiguiente contra-reforma en Europa, pero todavía es difícil evaluar las consecuencias en América Latina. Desde otro punto de vista, esta transformación cobra sentido en el marco general de la espiritualidad evangélica que privilegia el Espíritu, una persona inmaterial cuyo medio principal de comunicación es la palabra, mientras que los católicos privilegian santos y epifanías concretas del más allá, en particular objetos sagrados, impregnados del divino tal como, por ejemplo, las estatuas milagrosamente salvadas del mar o que se mueven por si solas o que son hechuras de ángeles13.

¿El Sola Scriptura elimina los intermediarios?

El sociólogo peruano Guillermo Nugent, en sus investigaciones sobre las estructuras sociales peruanas, nota la importancia del ejército y de la Iglesia católica. A partir de una genealogía de las formas de autoridad, muestra como el tutelaje que se instaló en la época colonial ha perdurado hasta nuestra época, teniendo como modelos las jerarquías militares y clericales consideradas como ideales. Nugent, constatando la ausencia de espíritu crítico y la apatía de sus estudiantes, observación que como docente confirmamos, desarrolla una interpretación general de la relación a la autoridad en la sociedad peruana. Se trata de una forma de autoridad que hace parecer normal considerar que hay gente que no puede encargarse de sus propios intereses y que debe ser guiada por los que son lideres naturales. Esta disposición puede encontrarse en múltiples escenarios pero hay dos campos en el cual es particularmente notoria: el patriotismo o el heroísmo virtuoso, asunto de militares, y la moral, cuestión Una de las reivindicaciones de los evangélicos consiste en eliminar todas las estatuas de los espacios públicos, tomando en cuenta el carácter aconfesional del Estado peruano. 13 Cada santuario tradicional tiene por origen algún milagro, epifanía del sagrado. Podríamos multiplicar los ejemplos, desde la Virgen de Guadalupe, lienzo representando milagrosamente una aparición de la Virgen hasta el Señor de los Milagros, patrón de Lima, un fresco figurando Cristo en la cruz hecho sobre un muro que no se derrumbó en un terremoto que arraso con Lima. 12

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214 Véronique Lecaros de curas y de administración de la fe. Las fuerzas armadas y la Iglesia católica son organizaciones jerárquicas y cerradas donde el espacio para la creación y la superación de las normas no se dialoga entre iguales. Es en este orden tutelar que se desarrollan efectivamente nuestras actividades cotidianas. (2010, p. 19).

El tutelaje, tal como lo entiende Nugent, no significa que los católicos obedecen sistemáticamente a los preceptos y normas del clero. Nugent muestra que el tutelaje tiene como contra parte una cultura de la transgresión porque el tutelaje implica que el católico no asume como suyas las normas y por consiguiente la puede transgredir sin sentimiento de culpa. El tutelaje corresponde a una manera de ubicarse y de confiar en otros, considerados como más aptos que uno, para la dirección de su vida, para la interpretación del mundo… ¿La conversión al evangelismo significa el fin de la situación de tutelaje? Algunos autores, en particular Willaime, considera que “el movimiento pentecostal está marcado a su manera, por la tradición de protesta del protestantismo dando la Biblia al pueblo a través de una apropiación emocional que provoca un corto circuito con las mediaciones doctrinarias de los aparatos eclesiales” (1999, p. 13). Sin embargo, la tradición de protesta poco se manifiesta en el mundo evangélico. Seria más adecuado considerar la conversión como una transferencia de autoridad. Dios estando por encima de cualquier jerarquía, incluida la católica, y la Biblia representando su palabra, por ende la Biblia es la autoridad suprema y se ubica por encima de cualquier jerarquía. Si la Biblia permite cuestionar cualquier jerarquía, sin embargo, no es un instrumento de emancipación. El acceso directo y personal a la Biblia es una ilusión porque solamente ocurre por el intermedio de índices manejados por pastores. Por ejemplo, para convencer a sus fieles de no tomar alcohol, los pastores se refieren principalmente a las desavenencias de Noah quien habiendo perdido el uso de razón por el vino se desnudo en su tienda frente a los suyos (Gen 9, 20-27). Sin embargo, omiten en sus prédicas los consejos de Pablo a Timoteo quien le sugiere de “tomar un poco de vino” para aliviar sus malestares (1Tm 5, 23). Los investigadores del tema, desde el pionero Christian Lalive d’Epinay (1969), han subrayado la estructura jerárquica, piramidal y autoritaria de los grupos evangélicos14. Poniéndonos en la perspectiva de Nugent, la conversión 14

En el artículo de Willaime (1999), el autor piensa que por la vía de la emoción, el evangelismo se acerca a la tradición de protesta del protestantismo. Sin embargo, mencionando varios autores, considera que las estructuras evangélicas son autoritarias. Bastian (1992, p. 153) resume muy claramente la situación: “la cultura religiosa y política del “protestantismo” latinoamericano es autoritaria y vertical”. Sin poder comparar en el marco de este artículo evangelismo y catolicismo, las reglas de vida dadas por los pastores sobre la base de citas de la Biblia son mucho más precisas y tajantes que los preceptos católicos. Para toda situación, tienen su dirección.

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al evangelismo no representa la emancipación del tutelaje sino el cambio de tutelaje bajo la dirección de la Biblia organizada en índices por los pastores15. El acceso a la Biblia y al mundo del escrito no abre al fiel directamente nuevas perspectivas de pensamiento autónomo.

¿La Biblia: un atractivo de las iglesias evangélicas?

El acceso a la Biblia no lleva a una transformación de la cultura oral y tampoco significa una perspectiva de autonomía crítica; sin embargo, la Biblia representa una promesa de promoción y reconocimiento social. En grupos sociales de nivel escolar primario, la capacidad de usar un libro, de poder citarlo, representa un signo de instrucción. Frente a los de su medio social, el evangélico aparece como una persona instruida. De hecho, la práctica asidua de la lectura en medio evangélico, por más que se trate de porción de textos de comprensión fácil, permite al fiel desarrollar sus capacidades lectoras, además representa un aliciente para seguir aprendiendo. El nivel de analfabetismo entre los evangélicos pobres es inferior al de los católicos (CORTEN, 1995, p. 67)16. La conversión al evangelismo representa entonces una oportunidad para superar la “ignorancia” (termino frecuentemente usado por evangélicos) y para integrarse al mundo moderno. Para los migrantes de primera o segunda generación, la mayoría de la población limeña se trata de una promoción social y de una vía de acceso al mundo urbano17. El tema de la emancipación, en general, podría ser fuente de debate. La emancipación no ocurre por el medio de la Biblia, ni siquiera se produce una reflexión sobre la base de las contradicciones en el texto bíblico. En cambio se podría considerar que la facilidad a cambiar de iglesia evangélica es una forma de emancipación: el fiel que se desilusiona con su pastor busca otro grupo. Aunque no existan estudios cualitativos sobre la frecuencia de cambios en medio evangélico, el jargón evangélico es revelador. Un evangélico suele presentarse de esta manera: yo “naci” en tal iglesia (i.e., me convertí), “crecí” en otra iglesia (i.e., me eduque en la fe) y ahora me congrego en otra iglesia (i.e., pertenezco). El tema de una eventual emancipación merece por sí un estudio para poder tomar en cuenta todos los matices. 16 Corten considera que se desarrolla en medio evangélico una “voluntad de aprender a leer”. 17 Véronique Boyer, en sus estudios sobre la conversión en la Amazonia Brasileña, llega a conclusiones muy parecidas a las nuestras: “el saber evangélico que se aparenta por el soporte usado al repertorio de la erudición mantiene vínculos con el registro de la oralidad, modo habitual de transmisión de los conocimientos y de la experiencia para la gran mayoría de la población: el libro es único y la relación al texto dominado por las repeticiones de algunos pasajes bíblicos. Se puede entonces pensar que la posibilidad de apropiarse del libro como signo de estatuto social ejerce un fuerte poder de seducción sobre los que son normalmente tildados de ignorantes por las clases medias” (BOYER, 2007, p. 182). 15

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Evangelismo y reconocimiento

Para profundizar en nuestra interpretación del uso de la Biblia en medio evangélico, debemos brevemente presentar las grandes líneas de nuestras investigaciones desarrolladas para nuestra tesis doctoral sobre la conversión al evangelismo. El fenómeno de conversión masivo al evangelismo ocurre en una sociedad muy marcada por la exclusión social, consecuencia de lo que los historiadores llaman el “trauma de la conquista”, trauma siempre de actualidad como lo muestran los estudios recientes, en particular las conclusiones de la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Por otro lado, a esta situación de exclusión se superpone, en las ciudades grandes, en particular en Lima, un fenómeno de ascenso social que se ha desarrollado muy fuertemente en la última década con el crecimiento económico general del país. Los provincianos llegan a Lima, esperando enriquecerse, soñando con los success stories, cada vez más numerosos y espectaculares. Sin embargo, estas mejorías no absorben toda la pobreza y los desilusionados son numerosos, nueva forma de exclusión sin resignación. Por otro lado, los datos sobre los movimientos de conversión al evangelismo, ya sea en Perú o en otros países del mundo, muestran que las personas más susceptibles de convertirse provienen de las capas más pobres y excluidas de la población. Todos los especialistas del tema, desde los pioneros Walter Hollenweger, Christian Lalive d’Epinay, Emilio Willems hasta los contemporáneos Marion Aubrée, Jean Pierre Bastian, Edward Cleary, André Corten, en Perú, Manuel Marzal, José Sánchez, describen el proceso en términos similares: los creyentes lo viven como un pasaje de la pobreza, de la exclusión hacia la dignidad, el reconocimiento. Estas expresiones son particularmente adecuadas en un país como el Perú. Por otro lado, algunos especialistas, Aubrée y, en Perú, Marzal, José Luis Pérez Guadalupe, insisten sobre la importancia del factor tiempo: la adhesión al grupo es un proceso. La decisión por Cristo puede ser inmediata pero la integración a la comunidad evangélica no lo es. El conjunto de estas características, la oposición binaria entre exclusión y reconocimiento nos han llevado a profundizar el sentido del concepto de reconocimiento, inspirándonos de las teorías desarrolladas en filosofía de ética social por Axel Honneth, Nancy Fraser y Paul Ricoeur a partir de una lectura de los escritos de juventud de Hegel. La teoría de Honneth, aprovechando las investigaciones recientes en psicología y sociología, considera la evolución social como movida por luchas por el reconocimiento. Los individuos despreciados y humillados, identificándose e insertándose en colectivos, pasan del sufrimiento del rechazo a la plenitud de su ser por Estudos de Religião, v. 26, n. 43 • 203-219 • 2012 • ISSN Impresso: 0103-801X – Eletrônico: 2176-1078

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un proceso complejo de reconocimiento en tres etapas, reconocimiento de amor, de derecho y de estima social. En medio evangélico, la primera fase corresponde al acercamiento al grupo; el individuo excluido e humillado [tomando en cuenta que la humillación es muy subjetiva] es acogido en el grupo pentecostal, es aceptado: experimenta calor humano y divino. En una segunda fase, se integra a la comunidad, adquiriendo así una identidad nueva y una ubicación en la sociedad. Finalmente, convencido de su propio valor a los ojos de los hombres y de Dios, se pone al servicio de su fe y se vuelve un prosélito activo.

La Biblia y el reconocimiento

Pensar en términos de reconocimiento permite entender porque el acceso a la Biblia representa un atractivo para el fiel pobre y de poca instrucción. El acceso directo a la Biblia, y entonces a la Verdad, dignifica al evangélico. Si para nosotros, observadores exteriores, los índices manejados por pastores representan una mediación solapada, el creyente no tiene conciencia de ser dirigido. Considera que lee libremente a sus antojos, o mejor dicho, por inspiración divina la Palabra de Dios. El “conocimiento de la Biblia y por ende de la Verdad” confiere al fiel la capacidad para hablar y merecer ser escuchado: el evangélico que logra citar abundantemente la Biblia y justificar cada una de sus ideas por una referencia bíblica siente que puede polemizar con cualquier. Varios sacerdotes nos han expresado su sorpresa por la forma en que algunos evangélicos casi iliteratos se “atreven” a querer debatir con ellos temas de fe mientras que sus huestes católicas se conforman con escuchar al “padrecito”. Esta manera de abordar la Biblia aunque se desarrolle en un marco autoritario tradicional rompe con las distinciones entre cultura oral popular y cultura escrita erudita: el iliterato al cabo de unos meses de frecuentación de la Biblia puede arremeter contra los instruidos con años de estudio en la universidad. De esta manera se igualan a los creyentes: todos, con empeño y esfuerzo, pueden lograr predicar la Verdad. En el seno de la iglesia se invierte el orden social: el pobre humillado y marginado en Lima se inserta en la comunidad cósmica de los hijos de Dios por medio de la Biblia, libro de alcance universal. Por su oración enraizada en la Palabra de Dios, el evangélico se vuelve un agente al servicio de Dios en la lucha cósmica entre le Bien y el Mal. En esta perspectiva se entiende el éxito de la teoría de la “guerra espiritual” que se ha propagado desde los Estados Unidos hasta América Latina. El limeño considerado con un ser insignificante en su diario vivir, juega como “guerrero de la oración” un papel esencial, desconocido para muchos pero valorado por Dios, en la salvación del mundo. De esta manera se da la revancha tantas veces proclamada en Estudos de Religião, v. 26, n. 43 • 203-219 • 2012 • ISSN Impresso: 0103-801X – Eletrônico: 2176-1078

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la Biblia de los humildes (los “anawim” del Antiguo Testamento) sobre los poderosos ricos (BASTIAN, 2008, p. 183; RUIZ, 2006).

Conclusión

El éxito del evangelismo, una religión cuyo eje central, siguiendo la tradición protestante, es la Biblia (Sola Scriptura), entre los pobres, la mayoría analfabetos funcionales, es una paradoja aparente. Los pastores evangélicos presentan el texto, originalmente una transcripción de tradiciones orales viejas de tres milenios, de manera a hacerlo asimilable por una cultura oral del siglo XXI, ubicado en un marco radicalmente diferente. Logran esta hazaña descontextualizando pasajes del libro para que puedan responder al fiel peruano, dando mensajes de esperanza e indicaciones de conducta moral. Si la cercanía a la Biblia es una ilusión porque solamente se aborda por el intermedio de los pastores, en cambio, Dios por estas palabras cantadas, aprendidas o descifradas se vuelve el compañero fiel que no abandona en las desgracias, el Emanuel, Dios con nosotros. En medio evangélico, la Biblia no es solamente un obstáculo superado para convertir a analfabetas funcionales, representa una promesa de promoción y reconocimiento social. Por medio de la Biblia, el pobre entra en el mundo del escrito, adquiere un estatus y se logra así invertir la jerarquía social. El humillado y despreciado teniendo acceso a la Palabra de Dios, es decir, a la Verdad, esta en medida de debatir con todos hasta los más eruditos y de jugar un papel en el plan salvífico de Dios. Todos los creyentes, iguales frente a Dios, son dignificados por su Palabra.

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