Boletfn de la semana

• Año cin.~enta y siete. Madrid 9 de Abril de 1910. Número 2.939 =~~-=.~.~~--~-===-~===== = = = = = = = = = SUMARIO -BOLEriN DE LA SEMANA: El Co

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Año cin.~enta y siete.

Madrid 9 de Abril de 1910.

Número 2.939

=~~-=.~.~~--~-===-~===== = = = = = = = = =

SUMARIO

-BOLEriN DE LA SEMANA: El Congreso de Laringologia.-L8I

eonferenoias del Dr. Ubeda.=SECCIÓ:N DE MADRID: Embrio' oardia gripal.-EI ritmo Dndl'l en tu afaooione9 dol eorllzóo,TraDsrlantaoióo de 108 do. riñone•. =BtBLIOGRAFIA MEOI·

011.. = SECCION PROFESJON AL: BoJetin de la Asooiaoión de médico. titulare•. - En d.. fen.s& propia. - A la barra qllien debll ir.=PERIÓOICOS MEDICOS.=VARIKOAOES: PIe (taHa

medioa.=GACEllA DE LA SA.LUD PÓBLICA: Elta.do 8&oitario de lladrid .... CRÓNICAS. = ANUNCIO&.=-=VACANTRS.=FO. L~ETIN.

Boletfn de la semana. El Congreso de Laringología.-Las conferencias del Dr. Ubeda. S. M. el Rey ba recibido á los doctore" Cisne· ros, Gereda, Barajas y Howasitas, quienes solicitaron del Monarca que patrrcinara el tercer Congreso de Laringología, que se celebrará en Sevilla el 13 del actual. S. M. no sólo acc'edió á los destos de la Comisión, sino que ofreció conceder la Gran Cruz de Alfonso XII, al doctor Sota y Lastra, relevante figura de la ciencia médica espall.ola. El Rey se hará representar en el acto de la inauguración, y en su nombre le ~erán impuestas al referido doctor las insignias de la Gran Cruz de Alfonso XII Esta noticia se~uramente causará excelente efecto en la clase médica espanola, máxime cuando uno de estos días precisamente los laringólogos de todas las provincias se reunirán en Sevilla para tributar un solemne y merecido bomenaje al venerable anciano. El doctor Sota y Lastra, decano de los laringólogos espanoles, es quien implantó, después de Ariza, la especialidad en Espana N atural de Santau· der, pero establecido desde muy joven en la bermosa ciudad del Betis, fundó aliado de los Rubios, los Marsellas, los Lasos y los Morenos, la célebre Escuela Médica Sevillana, saludable hervidero de savia y amor cieotífico. Hoy, ya viejo y achacoso, vive jubilado, apartado por completo de las luchas profe~icnales, ocultando humilde, con modsstia no fingida, su labor fructífera y bien nutrida de mate. riales utilísimos. Fué el primer médico espanol que practicó la intubación en los difr.éricos, y el primero también que, después del doctor Rubio, hizo la extir-

pación total ds laringe; discutió felizmente con los especialistas ingleses, mostrándoles las mutilacio· nes laríngeas de la lepre; publicó libros de texto atesorados de labor personal, y llenó la prensa patria y exlt'anjera c'n sus co'liciados artículos é histories clloiras. El m'ércoles próximo, día 13, le glorificarán sus companeros eu la s3sión inaugtlral nel tercer Con· gres) de Oto-rino Iltringologli. El acto será brillantísimo. y ssgún se dice, es muy probable que el Infante D. Carlos de Borbón, en nombre de S M. el Rey, imponga al doctor Sota y Lastra las insignias de la alta condecoracióu con que ba sido agraciado. Sobre el tema La vida de Madrid: algunas cuestiones de higiene relacionadas con las condiciones de la capital, ba comenzado el doctor D. José Ubeda, en el aula núm. 19 de la Universidad Central, á dar unas cuantas cor;ferencias. Primera conferencia.-cElaire y el suelo.: objeto de las confereucias, división; el aire de Madrid, generalidades. composición, variaciones y sus causas; el suelo de Madrid, composición, condiciones de porosidad y permeabilidad, aire interpuesto, . su composición y variaciones. Segunda conferencia.-cEI agua en Madrid.: cantidad, condiciones, composición, variaciones en ésta y causas q ne las determinan, conveniencia de un sistema central de purificación, cuál sería el más conveniente. Tercera couferencia.-cLa babital)ión en Madrid.: condiciones generales que deberla reunir, terreno y su mejora, calles, altura de las cssos, materiales de construcción, distribución interior; alumbrado, calefacción y ventilación, casas baratas. Cuarta conferencia.-cLa alimentación en Madrid.: algunos ideos teóricos wbre la alimentación, ración, circunstancias que la modifican, equivalencia mecánica de 108 alimentos, sustituciones, la carestla de las subsistencias en Madrid, sus causas y IJ;ledios para reducirla. La primera conferencia tuvo carácter eminen· temeute práctico, demostrando en ella el conferenciantq los conocimientos profundos que en estas materias tieue. Después de exponer el plan general á que han de ajustarse estas conferencias, se ocupó en el examen de las condiciones del aire y del terreno en el que vive y sobre el que se sustenta Madrid; dió noticia de la composición de ese aire, estudiando sus •



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variacioDes, asf eD el traDscurso de las estacioDeII, Colmo dentro del período de veiuticuatro horas: recordó la influeDcia que alguDos de los elemeDtos químicos puede tener eD la prod u ÓD de deter minadas eDfermerlades, citaDdo, como ejemplo, la epidemia de gripe de 1~99; y se ocupó, COD minuciosos detalles, de 160 precaucioDes que es preciso tomar para aDular los efectos de esss modificaciones en beneficio de las coDdicioDes de saDeamieDto y de habitabilidad, por consiguieDte, de Madrid. Las iDteresaDtes confereDcias del Dr. Ubeda, á las cuales ha concurrido numeroso y selecto públi· co y á su cabeza el alcalle de Madrid, Sr. FraDcos Rodrlguez, 80D dignas de su autor y puedeD ser de graD provecho para la humaDidad. Dsclo (;ARLAN

Madrid, 9 de Abril de 1910 EMBRIOCAROIA GRIPAL DJ:eENVUELTA EN LA CONVALECENCIA DE UNA FIEBRE DE INFECCIÓN Ó INTOXIOACIÓN INT.I!;8TINAL, SEGUIDA DE

rCTEalClA y

CURACIÓN

No bay cuso clJnico importante que no contenga algunas enseñanzas relativss al ejercicio profesional, sirviendo, á veces, para orientar hacia la resolución de algún punto dudoso de la ciencia. Por eso Le.creido toda mi vid., que los casos de esta Indole debieran publicsrse siempre; pero, por desgracia, no sucede s51, pnrgue hay médicos que no se atreven á d.. á luz sus observnciones por temor de que

Folletín. CUENTECILLOS MEOICOS

RESULTAOOS DE UNA AUTOPSIA -Poes e(, como ustedes lo oyeo: voy" hacer la autopsia en ree1e.-dije al Ilcalde y é. 109 del Ayuntamiento que me bablabao;-porque por la wi!3ma importaocia que da el pueblo al aBunto, habia de trascender. si DO la practicara, la Dolicia al póblico¡ y podría llegar é. oídos del Duevo Juez, CUY08 alardee de rigorismo ustedes conocen. ¡Caracolesl ¿Conque no sólo desoía á los vecinos, que aquel dla me hablan recibido casi en masa como si hubie· ra sido el diputado, sino que también desairaba, .porque por desaire tenían que tomarlo ellos, á la ca nisión de justi· oiales? Extranados de mi actitud, pues so Ha yo transigir en tantas cosas, trataron el prinl1ipio de bacerme cargos: jamb en el pueblo 8e haLla visto tal COBR, pues cuando hacía afias spareció un hombre muerLQ en el campo y el Juzgado arde. uó que ese bicie~t\, el médico fué á reconocerle al campoBtlnto, y sin andar cortándole-como yo debfa bacer en aquel C&80- consintió que le eoterraran¡ ademáe, bi~a se !:labia, aunque la difunta habitaba con su ff,milia en aquel cRserío del monte, que se hablan prendido fuego 8U~ ropae á la llama de la cocina¡ y lo que es la causa de 8U muerte, bien patente estaba en aquella llega que la cogía gran parte de 80 cuerpo. Y en calnto á querer averiguar si hubiera habi.

se cODsideren de poca utilidad, liendo loe mAl DO escriben por fslta de tiempo Óapau.. Esto, como es natural, no favorece al d88lllllllD gresivo de la Medicioa, porque como cienoia p te aoalltica ó ioductiva, cuantol mu datoe lIll y sporten, la regla práctica y la ley ó prio •• fico, tendrán fUDdameotos mlls sólidoe. Yo no he querido nunca inourrir en eemej gligencia, y cuaodo he tenido un enfermo ouya me ha parecido interesante, he embono cuartillas y 18B he publicado, como lo hllllO caso oUnico que me permito exponer. Se trata de una señorita de di" y eine huena constitución, sin antecedeDtes morbosae haber sufrido otr8B enfermedades que las plOpiu infanoia y gozar sus padres de la más completa la cual empezó á perder el apetito y á sentir, poi tarde~, cierto malestar y escalofrioR. Á pesar de eBO, no dijo nada porqua DO la biesen salir á pasco eo aquellos dlas que se celebra las ferias del pueblo; pero al fin se vió obligada á cirselo á su p..dre, que es médico, porque las mol ;ban sieodo cada vez mayores; le dispuso, de aoa con otro compañero, el aceite de ricino, por oreer q se trataba de un empacho gástrico, y la sometieron la dieta láctea. La enfermedad, sin embargo, llegó á formali porque la lengua se puso enceodida y estrecha, briéndose de uoa capa blanqueciDa de algún eepeeor. vientre se movía con dificultad y el 6l'cremento lllI tremadamente fétido, lal orinas eSClll!as, auoqul sas, y sio alteración eu sus elementos iDtegra188I:! temperatura, por las tardes, de 39 'l. Y de al por do otra caOBa, como que hubiera Bido envenenada por plo, que no se me ocurriera Di mentarlo liquiera, po difunta. tenía trae hermanoe como tres leooes, que . . . de dejar sin su merecido que 88 les ofendie,. coa ... cha... Pero cuando ad virtieroD que Begof. 8n .1 . pusieron muy foscos, y mirándome como' no bomlml,. va 'cometer UDa atrocidad y á hacer UD deeatiDo, ...... jaron. Ocurría esto en on pueblecillo de In montdU d. . . . tander, visitado por mi como anejo, en el qne 'rifta."de all1, UD pobre practicante, viejo ya y que DO era DD . . pócralee, pero que me evitaba mUIJbo8 pueó.. '/_ qu ... gaha yo algo para que estuviera á mis órden... ~

poes, él y yo soloo eo medio de la calle (porque lo qae , . cede tuvo logar al apearme del caballo), y como me d1j •

que el cad.Yttr estaba ya en el cementerio, all' BOl glmos. y 8 alU, vimos medio vestido el cadé"er de DO. moaula echado en unas andas que estaban en 8leuelo; y nldapara ayudarnos ó darnos agua y toall88, ni on. DlG 11 Pero en cambio en las estribaciones de la sierra iDlDediI" al camposanto, mirando por encima de 1&1 tapial de ..... estaban contemplándonos, lo mismo chico. qae piad., !

todos los del pueblo. Nada os diré de la ao opoia. Como á todoo

101

m~

me asuetan á mí los muertos poco, y en vista de tao'" . pavienlos haBta se me ocurrió algunl cachud.m q1ll . pecé á decir al practicante. Pero ~ para brom . .

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mañanas, el pulso muy frecuente.)" el aparato respira. torio no ofrecl.a novedad. Me dieron estos antecedentes el dla que me llama· ron para que la viese, y que fué el octavo de estar en cams, antecedentes que pude comprobar, notando, ade· mas, marcada desproporción entre la temperatura y el pulso, pues tenia 39 grados y 130 puleaciones. Presuml que se tratarla de una fiebre de intoxics· oión intestinal, sin atreverme á calificarla de verdaderamente tlfica, porque DO había petequias, ni gorgoteo eD la fosa iUaca derecha, ni infarto del bazo ni del hlgado, no obstante de practicar, con toda minuciosidad, la palpación y percusión, ni habido epistaxis, y se carecia de los datos para comprobar la iDfeccióD eberthiaDa, como cultivos de heces ventrales, reacción de Vidal, 6 sero, diagnóstico, por falta de medios, y recomendé que siguiera con el mismo régimen dietético, le hicieran dos lavados intestínales diarios, á presión débil, consumiendo eD cad" UDO, cuando menos, un par de litros de agua templada, pero hervida, y tomara todas las mañanas, al remitir la liebre, 50 centigramos de cloruro de quinina en dos dosis, con intervalo de una .hora, y por las tarde? un gramo de carbón de Belloc, diluido en un poco de agulI. Con tan sencilla medicacióD, cuatro días después, que le repetlla visita, la encontré sin fiebre ni dolor de cabeza, con la lengua ancha y jugosa, orinando mucho y con deseos de comer, refiriéndome el padre que, á su juicio, aquel cambio de escena obedecla a haber arrojado con las irrigaciones una gran cantidad de materias fecales, que él denominaba cieno intestinal por su colo·ración y extraordinaria fetidez. Insistl mucho en que siguiera con la dieta lactea, el

c.rbón de Belloc y los enemas; me marché a mi casa de campo y a los dos d!as recibl UDa carta de .quél en la que me decia: .Mi chica coutinúa sin fiebre, no le duele narla, la leDgua está fisiológica, las deposieioDes son normales, y deseada que me dijeses si podremos darle un huevo pasado por agua, porque DO hac~ mas que pedir de comer, se pone muy nerviosa cuando no se le da, y la leche no le satisface, aUDque le gusta y la digiere muy bien.• Le contesté que debiera seguir COD la dieta lactea siquiera media semana, pero que le autorizaba para que le diera el huevecito, siempre que fueee DlUY bland", con muy poco pan y lo m astieaee mucbo. El huevo lo tomó aquél mismo dla, y dos al siguiente y el otro, sentandole á maravilla; pero el cuarto dia á las tres de la madrugada despertó con dolores ambulantes en brazos, piernas, y uno intensfsimo en la región supra·orbitaria derecba, la fiebre vol vió a aparecer llegando á la una de la tarde a 41 '/2 grados, y para rebajarla y calmar la inquietud que tenía le dispuso SU padre un baño templado, del que tuvieron que sacarla a toda prisa, porql,le sintió un frlo irresistible y desvanecimientos con tendencia al colapso, llamándome, por tal motivo, con urgencia. Acudl al instante, y la encontré con la cara encen- . dida y poco animada, en decúbito supioo, pero podía adoptar todos los demas, agitación respiratoria, frecuencia de pulso extrema (1,0 a ISO pulsaciones por minuto), temperatura 41 grados 5 décimas, y quejandose de falta de fuerzas y de los dolores indicados. Reconoc! el aparato respiratorio y no observé nada anormal; pero al auscultar el corazÓn hallé que el pequeño y el gran silencio eran iguales en duración, y que

el queridol Había notado yo que iba roncero, y que ponía gran empeflo para disuadirme; pero en Jo Que no había caído era en que pudiera darle miedo, ni más ni menoe que , 8UB convecinos, pero UD miedo espantoso. Me habia ayudado el buen hombre' acabar de desnudar á la muerta, y empezaba ti cortarla el pelo para seccionar el cuero cabelludo; pero cuandf') vi6 que empezaba yo á iociodir loe tejidos del pecho, dió al traste eu valor: le vi poneree desencajado y con voz temblorosa me dijo: -Perdónem.e: quisiera ayudarle á usted, pero no puedo... vamos que no puedo... lo uno por esta aprensión que no consigo dominar, y después, porque si aquellos me vieran las manos manchadas con sangre de eela desgraciada, me cogerían horror. .. Comprendí entonces todo lo que significaba á los ojos de aquellas gentes lo que yo estaba haciendo. En medio de , aquella naturaleEa tan agreste, en aquellas mootafi&f1 que elevabaD BUS picachos al cielo y cobijaban en sus oquedades á los osos, jamás los nacidos presenciaron tal espec táculo: en el fondo de SU8 conciencias resuJgían ahora, al eco d. los ,R'o]pes con que abría yo aquel cráneo, instintos ancestrales, sentimientos de respeto y de temor álos muertoe, legados baBta ellos, de unas en otras generaciones, desde BUS progeni,tores los cántabros: al remover con mis maoos las eot_ afia8 de aquella moza, tan lozana pocas boras antes. quizás amada de algunos, de seguro estimada de l0008, re movía en el alma de loe que me miraban algo muy humano, muy íntimo, muy bando: bajo aquel Bol esplendoroso, en

el silencio imponeote de aquellos boequeb seculares, sobre aquella tierra virgen de lujuriante verdor, verme cortar sin compasión aquella carne virgen también. tenían que juzgarlo ell08 profanación y eBcrilegio, y la escaoa. tenía que apa-recer ante SUB ojo~ como algo diabólico y macabro. No verían con más horror que ellos á mí, las generaciones de otras épocas y de otros paises á Jos médicos 8saltar 108 cementerios pa.ra robar los cadáveres; y la miema banda emo ción con que se presencian, ó se oyen, las peripecias de un crimen horrendo, ellos la sentían. Pero en fin, cosido el cadáver, y pudorosa mente echada sobre él 8U ropilla, ya estaba lielo; ¡que mandara cuando quisiera el juez desenterrarle para ·comprobar si babIa yo serrado el cráneo y seccionado l8S c.)stillasJ Sin poder lavarme las mlln08, encendí un pitil!o, miré buscando á mi practicante; pero ¿dónde estaría él? Probablemente p'Jr no participar de la excomunión que sobre mí iba á caer, se ha·

bla escabullido. Salí, pues, cerrando coidadoE'amente la puerta y guardándome la lIa ve, y con el caballo de ]a brida, me encaminé

al pueblo. -¡Que viene yal-gritó un chiquillo al verIDe doblar UDS esquina, y como almas que lleva el diablo escaparon todos loe muchachos que estaban en la calle. Me pillaba al pa80 una casa, medio tienda y medio taberna, donde s01h.. yo ca· mer, y entré; pues como si hubiera entrado el mismo demonio: pillaron cuantos estaban la escalera arriba y allí me ·dejaron.



El 8IGLO ODloo

tiese la embriocardia, y que eetuYiera 116100 .. ~ los dos ruidos ofreclsn el miamo timbre, el mismo tono Á los dos di80 volvi a verla y me dij8l'llll y ls misma intensidad. bre 80cendla por 180 tardea á 18 grad08 y unu dtúIil Antes de verla crei que babrfa sobrevenido una re· y descendla por las mañanas a 37 '/1, qne lu infección ó intoxicación intestinal, producida por el es· nes eran normales, y se babia indicado nn paao caso alimento sólido que le daban, pero rectifiqué mi La reconoct nuevamente y aprecié ligo d. juicio porque no tenias náuseas, ni vómitos, ni dia· tis, y que los ruidos cardiacos hablan reoobrado rrea, conservaba la lengua limpia, húmeda, con aspecto bre normal y lO!! espacios de duración entre el ligeramente opalino, y puse mi pensamiento en la griy seguRdo ruido, y viceveraa, eran 1011 fi8Íol~ pe por corresponder el cuadro de sin tomas á esa afec· ción, de la cual habla en el pueblo bastantes invadidos I jor dicho, aprecié que haola deeapareoido la cardia ó ritmo fetal. quedando sólo una y haber sufrido la enferma un enfriamiento la noche anterior, en que la temperatura atmosférica descendió I engerada, pues el pulso se aostenla por cima de mas de 12 ~rados á consecuencia de una gran tempes· pul88cionea por minuto, la lengua se puso opa1lDir¡ todo como ocurre en los griposos, segan obaen hel. Se trataba, pues, de un ataque gripal complicado diario. y lo tienen conaignadn los Dree. Paiuu y de embriocardia, producida por la baja de presión que ocasiona la toxina del bacilus , de Pfeiffer, por su acción ham, sienno el riñón ajeno al conflicto pakllópaD deprimente é inhibitoria, sobre los centros y nervios que la orina era abundante y sin modificaci6n ea vasomotores, y quizá sobre la fibra cardlsca, ó por la componentes. bipertemia, y sin perder momento, pues la cosa urgia, Continuó con el mismo régimen, y aloa poooa se le hizo una inyección de aceite alcanfora~o para tola fiebre era sólo de décimas, pero la taqui nificar el ceutro circulatorio, se le dieron 50 centicedla. gramos de citrófeno en una limonada cltricaligera, y se En vista de esto, BUPpendl la quinina y ordené le aplicaron esponjas empapadas en vinagre aromático se le hicieran, simultllneamente, inyeccionae de á la superficie tegumentaria, y á las pocas horas la temna y de aceite alcanforado con éter iL partes ¡pl8f. peratura descendió á 39 grados, la neuralgia supra-oro ergotina para que sirviera de freno iL aquel bitaria era menor, la agitación respiratoria casi nula,la desbordado aumentaudo la resistencia circnlalOJir oara más expresiva, pero el pulso segula muy frecuenriférica, por aquello del principio de lu velnoi te y loa ruidos del corazón sin modificarse. virtuales, ó sea que la intensidad de la potencia y. Recomendé que le diesen aqueUa tarde un gramo de sistencia estén en razón inversa de los caminOB quinina en cinco sellos, de hora en hora, y al dia sirridos por los puntos de aplicación, ó lo que 88 lo guiente 50 centigramos en dos dosis con igual intervaroo, que A mayor potencia menor resistencia. ó si lo; que no le faltase el lavado iutestinal, ni dos intrario, y las inyecciones de éter y aceite alC&lltodilq; yecciones diarias de aceite alcanforado, mientras persispara dar mayor energla iL la fibra cardiaca en eYillíi6a

q1IIl.



-¡Eh, ehl ¡Bajad á darme UDa copa de vinol -No bay vino. • -Pues dadme agllardiente. -No hay aguardiente tampoco. -PuBe dadme agua para lavarme las manoa. -Para usted ya IDi agua hayl -Pues,tseD.or,Bet.:lmOB frescos-me dije¡ -eatoa me tntan como un indio ó como á u.n apestado; pero tengo que dar el informe y entregar eata llave: vamoa alIé. Entré en el juzgado y 88 repitió el juego al escondite. -Es que tiene que salir el secretario para extender el informe-dije al alguacil que á mie vocee 8somo la jeta por DO ventanillo. • -Que DO quiere escribirla-conteetó.-IQae vaya usted á dánela al Jnn de Caboérnigal -Bueno-volví " de~irme para mie adentros, - pues Ile,.ré eeta llave á casa del cura; éete es mál culto y 110 eerá tan cernícalo. Subí ein lIama.r, hallé al ama en la cocina, y debió pro. ducirla mi presiocia el miemo efecto que si se la bubiera aparecido algún ánima en pena, porque empezó A. santiguarse y A correr despavorida. ¿Para qué iosi.tir más si sentí que la mujer iba atrancando todas la8 puertas que dejaba atrás? ¿SI? Puse encima de una meea la llave, monté , caballo y para casa. Me chocó que mientras todos S8 ocultaban cerrando baso ta las ventaDas á mi paBO, permanecieran impávidos en oierta CUODa derruida, cerca de la cual tenía que pu.r yo,

aqnello. mozanclon!"'. lb. á bablarlo. como de C08\aIB

tal.

cuaodo vi venir volando por el aire OD caICO'" 7 aquél empezaron á venir atrae, y otro., tan deprlla, ... bien dirigidos, que loe BenUa paear snmbaudo cerca.'orejas, y no tove más remedio que salir de.IU'''' de bailo. Iba YI acortando la Clrrera, admirado de ha ....... ileso de aquella granizada de ladrillos, cn.ndo de 11 matorral vi salir , trBe hombres, en 1011 qal RI punto' 108 tre8 hermanoa _como tree 180D8I_ d.I. . . . IY menudoa garrotee que tr.fan prepuadol101 aaúpIIa, lo que .s á é.t.o. no andnve intentando bablarloa¡ espuelas, y como quien 88 tira' mataree, P"" qil ..... deeempedrando la tierra ante ell08.

r80'''.

p1q".

pubIlt.,

Re.piré coando me vi fuera del término d8I di por terminado el a.uato; pero aÚn me faltaba lo .... 11: mentable. Á los poco. dla. me mandaron 101 -'Da "'" trime8tre que estaba para cumplir~el 1 el recado de , .... • bablan de.titnldo. Y poco antes de e.to, babll ibido_ carta de mi novia, montalleaa de la m's para dicYD. dome que yo había levantado entre 108 dOI oDa barrera di eaugre, y arreándome leodas calabazae.

¿Oe parece qoe fueron f1ojoe p.ra mI loa reeoltadOl di 11 autopsia?

DR. R. LÓPEZ PELAEZ.

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EL SIGLO MÉDIOO

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de un colapso, en el supuesto de que la ergotina es· EL RITMO NODAL EN LAS AFECCIONES DEL CORAZÓN trecbsse exageradamente los vasos; pero todo en vano, PorD.JOSÉ VBRDBS IfONTENEORO, porque la taquicardia continuaba impertérrita, á pesar Profesor de enfermedadee del curazón y do 108 palmODes de esos remedios y de las inyecciones de suero artifien el In8tituto Robio¡ Dirtotor del Real DI"'peoflario Ant.ituberouloso Maria Cri"tina, de Madrid. cial que se le administraron también. Aquella excesiva frecuencia de pulso me tenía perplejo. El ritmo Dodal debe su nombre á la suposición de Llegué basta temer si babr{a algo de tuberculosis que cuaDdo esle curioso fenómeno aparece, el estimulo latente por ser la taquic.udia en ocas'ones)a anuncia· para la contraccióD cardíaca DO parte de la desem· dora de ese proceso; pero como la enferma ya no tenia bocadura de la cava superior, sino del Dódulo auriculo· fiebre, ni señales de bronquitis y suplicaba que le die ventricular. Supónese que disminuIda la excitabilidad sen de comer, alejé de mi mente esa idea, como la de de squel centro por procesoa patológicoa, Óaumentada la enfermedad de Basedow, porque no babía nada de la de éste por análogas causas, el punto de origen de la bipertrofia tiroidea, exoftalmía, ni temb or vertical de contracciÓn es distinto del normal. Keitb se iDclina á manos, y me afirmé en la creencia de que estaría sos creer que esta suposición debe ser acertada. y MackeDtenida por DO baberse eliminado ni neutralizado aún las zie ba aducido bistorias cllnicas y datos de autopsia toxinas gripales, y que DO cODvenía más alimeotación que la robustecen y hacen verosímil. que la lecbe. No es Dada raro, aino al cODtrario, baatante frecuen· Al cabo de una semana, durante la cual me comu· te el ritmo nodal, característico de la mayoría d~ las nicaron que persistia la taquicardia, el padre me escri· arritmias graves determinadas por procesoa arterioea .. bió diciéndome: .La polluela ba vuelto atrás, la lecbe clerosos ó por antiguas lesiones reumaticas del corale da Ráuseas, el vientre se le ba descompuesto, y des· ZÓD. En periodos avanzados de las lesiones mitrale., es de anocbe está con fiebre; te ruego que vengas.• corrieDte observarlo, y la estrecbez mitral es una de las Fui de seguida, y después de observarla, dije: .La eDfermedadea que més se prestan á su estudio Forque eDferma ba vuelto efectivamente atrás, pero me gusta eD ella, ademés de la comparación de las gréficaE, bay més que nunca, porque 1'1 que me inquietaba era la signos flsicos que la denuncion. frecuencia inusitada de pulso que ya no existe. . Lo que tiene abora es una policolia tremenda. . 56 1 23 4 La coloración de los eacrementos, el tinte aubicté· rico de la piel y conjuntiva aaí lo revelan, y el análisia ~ de oriDa que pienao hacer creo que lo ba de ratificar, como, en efecto, lo ratificó.• La orina tenía gran cantidad de bilia. • Empezó á bacer uso del sgua de Vicby (Grande A.B • Grille), y á poco las náuaeas desaparecieroD, la leche a. volviÓ á agradarle, la fiebre deacendió, el pulso ae bizo -~ bradicárdico (68 pujaacioDea por minuto), el color ama· I~ rillo de tegumentos y conjuntivas no se percibía, la orina dejó de contener elementos biliarea, y tres serna· CA R. ::las más tarde estaba libre de aquella ictericia, deter~, 1' miDada, en mi aentir, por el bacilo de Pfeiffer, vinien' iiI a • do á robustecer la opiDión de Rendu y otros, de que ese e agente no excluye de au influencia perniciosa al hígalJ f~ do, y á deepertar, quizá, la esperanza de liIue laa taqui· JUG • cardias rebeldes á todos los remedios, en especial las y. gripales, se puedaD combatir, aDdando el tiempo, COD . alguDo de los priDcipios que iDtegraD la bilis admiDis· trado por el tubo digestivo, Ó por la vla bipodérmica Ó intraveDoaa, porque eD la bilia bay una substaDcia que RAD hace más lenta la circulación, aegún lo ban demoatra· 1iIi!-Ol'l do experimentalmente Robrig, Fdtz y Rltter, y se ve ii:! Iil COD frecueDcia eD la cliDica, y de 10 que ea elocueDte teatimonio la bistoria que acabamoa de referir. Pero, en fin, para llegar 11. e_e resul~ado, se necesita Fil;. 1.4ue los sabios, los experimeDtadores, loa que estable· Caracterizase, como sabemo·, ellnicameute la e;tre· cen el canon científico estudien el problema, si lo creen cbez mitral, entre otras cosa e, por la existeDcia de un uigDo de eatudio, y determiDen Ó DO su conveniencia. soplo presistólico, rudo, aspero, acentuado fuertemenDR. PASANIS. te al final y que termina bruscamente en el primer tono reforzado. Ofrace eete eoplo varieda::es grandee' en eu inteneidad, en EU duruoión, en el lugar que ocupe

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EL 81GLO MEOlOO

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en la diastole; pero esto no interesa á nuestro objeto. Lo interesante es señalar que en un perIodo avanzado de la sofermedad, coincidiendo generalmente con trastornos m!Ís Ó menos acentuados, este eoplo presistólico desaparece y el pulso 3e hace jrre~lllar.

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¿Por qué desaparece este soplo? Broaobent que ha es· tudiodo tan minuciosamente los diversos sin tomos y signos flsicos de Iss enfermedades del cor~.zór:, 10 otri· buye a 'lue en esos casos avanzados se llega a producir iosuficieocia tricúspide, y disminuyendo con ello la pre· sión en el interIOr de la auricula izquierda, falta una de las condiciones necesarias p.ua que el soplo se produz· ca. No siempre se presenta la insuficiencia tricúspide en el curso de la estrechez mitral, y, además, aun cuondo se presentase, no bastada á determioar la des· aparidón

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