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CAPITULO II CARACTERIZACIÓN DE LAS GRAMÁTICAS LATINAS Y CASTELLANA DE ELIO ANTONIO DE NEBRIJA
Todo estudio que intente explicar el aparato conceptual o definiciones y el índice temático utilizados en las gramáticas coloniales escritas por jesuitas, en este caso para lenguas de México, necesariamente tendrá que partir de la exploración de algunas de las obras de Nebrija, tales como: i) Gramática castellana (1492), ii) Introductiones latinae (1481), iii) Introducciones latinas, Contrapuesto el romance al latín (1486), iii) Introductiones in latinam grammaticam (1523). Conocer sus índices temáticos y sus apartados de definiciones, como ya se ha adelantado en la introducción, constituye un paso necesario en este tipo de investigación, ya que representa la plataforma inicial desde la cual se puede explicar porqué las artes coloniales están estructuradas temáticamente de una determinada manera, y sobre todo cómo se “entienden” las categorías gramaticales en este caso el nombre, el adjetivo y el verbo, sus propiedades y sus funciones. El propósito del presente capítulo es proporcionar una caracterización de los índices temáticos y del aparato de definiciones de las gramáticas de Nebrija. Para ese fin, primeramente se describe la distribución temática de la Gramática latina de 1481 (versión original), así como también la distribución temática de otras dos versiones de la misma dadas a conocer en 1486 y 1532. La razón de esto es mostrar un panorama más amplio en cuanto a la visión que el autor tenía en lo relativo a la descripción de una lengua. En segundo lugar se hace una revisión de las definiciones para las tres principales categorías o clases de palabras nombre, adjetivo y verbo. Cabe señalar que estas definiciones se tomaron de la parte en castellano de la versión bilingüe “Latín-castellano” publicada en 1486. Puesto 29
que ambas, la de 1486 y la de 1532 son versiones que no difieren mucho de la publicada en 1481, esto es, su aparato de definiciones es muy similar. El hecho de utilizar la versión en castellano evita la traducción del latín al español, necesaria en caso de recurrir a las versiones escritas totalmente en latín. Después de las gramáticas latinas se caracteriza de la misma forma que éstas la Gramática castellana. Es decir, primero se describe su índice temático y después se revisan sus definiciones. 2.1. GRAMÁTICA LATINA La gramática latina de Nebrija desde su publicación en 1481 fue objeto de transformaciones por parte del mismo autor. Moreno de Alba en su prólogo al Arte de la lengua tegüima vulgarmente llamada ópata edición realizada por Ignacio Guzmán Betancourt (2002), ha señalado por lo menos tres versiones de esta gramática latina. La primera corresponde a Introductiones latinae (1481), transformada después en Introducciones latinas… contrapuesto el romance al latín (1486), y luego en Introductiones in latinam grammaticam (1523). (Guzmán Betancourt 2002). 2.1.1. Índice temático En los índices temáticos de cada una de las gramáticas latinas se advierte una tendencia en el ordenamiento de sus temas. Por lo general se distribuyen de la siguiente manera: los dos primeros libros tratan de las declinaciones de los nombres y pronombre así como de las conjugaciones de los verbos, incluyen también apartados que mencionan brevemente las partes de la oración. Los siguientes dos libros (tercero y cuarto) abordan más a fondo cada una de las partes de la oración y explican aspectos de la sintaxis. Finalmente los últimos libros abordan los temas de la sílaba, los pies, el verso y el acento. 30
2.1.1.1. Introductiones latinae (1481) De acuerdo con Moreno de Alba esta primera versión se compone de seis libros: los dos primeros tratan de la flexión del nombre, el verbo y los pronombres. Dentro de ellos se aborda lo relacionado a las declinaciones y conjugaciones. Las clases léxicas nombre, pronombre, verbo, preposición, adverbio, interjección así como los participios y las conjunciones, consideradas por Nebrija como las ocho partes de la oración, se estudian en los libros tercero y cuarto. La sintaxis de estas partes también se explica en estos libros. Finalmente la cantidad de sílabas, la métrica, las figuras poéticas, las reglas de ortografía entre otros temáticas son tratadas en los libros quinto y sexto. 2.1.1.2. Introducciones latinas, contrapuesto el romance al latín (1483) La versión revisada para este trabajo corresponde a una reimpresión hecha en 1773 en la imprenta de Don Joachin de Ibarra y publicada en Madrid por Bartholome Ulloa. Esta edición cuenta con un apartado introductorio muy breve titulado: Advertencia al lector que corresponde a las hojas foliadas con los números I y II. Y a partir de la hoja III inicia la obra de Nebrija. A juzgar por el índice, ubicado al final del documento (pp. 253-254), la obra contiene cinco libros señalados simplemente como libro primero, libro segundo, libro tercero, libro cuarto y libro quinto. Dos de los rasgos distintivos de esta obra son su carácter didáctico y la disposición de la información en dos columnas, una en latín y otra en castellano que no se encontraba en la versión anterior. Libro primero El libro primero aborda la declinación de los nombres y los pronombres y
las
conjugaciones de los verbos regulares e irregulares. Dentro del apartado de los nombres 31
incluye la declinación de los adjetivos, señalados como nombres adjetivos. También contiene la declinación latina de nombres griegos y nombres bárbaros. Los cuadros 2 y 3 muestran ejemplos de la declinación de estos nombres. El ejemplo del cuadro 2 corresponde a la primera declinación de nombres griegos y el del cuadro 3 corresponde a la tercera declinación de nombres bárbaros.
Latín
Castellano
Prima declination Greca La primera declinac. Griega Nom
Calliope
En Nom.
Caliope
Gen.
Calliopes
En Genit.
de Caliope
Dat.
Calliope
En Dat.
á Caliope
Accus.
Calliopen
En Acusat.
á Caliope
Vocat.
ò Calliope
En Vocat.
ó Caliope
Ablat.
á Calliope
En Ablat.
De Caliope
Cuadro 2. Primera declinación griega (adaptado de Nebrija (1773 [1486]: 10-11))
Latín
Castellano
Tertia Declinatio barbara La tercera Declinacion barbara Nom.
Moyses
En Nom.
Moysen
Gen.
Moysis
En Genit.
de Moysen
Dat.
Moysi
En Dat.
á Moysen
Accus.
Moysem
En Acusat.
á Moysen 32
Vocat.
ò Moyses
En Vocat.
ó Moysen
Ablat.
á Moyse
En Ablat.
de Moysen
Cuadro 3. Tercera declinación bárbara (adaptada de Nebrija (1773 [1486]: 13)) La parte final del libro menciona ocho partes de la oración: nombre, pronombre, verbo, participio, preposición, adverbio, interjección y conjunción (Nebrija 1773 [1486]:60) En esta sección Nebrija explica brevemente las características morfosintácticas, incluso fonéticas de cada una de ellas y proporciona conceptos en algunos casos. Libro segundo Esta parte de la obra inicia con la explicación de los géneros de los nombres incluyendo un apartado donde indica el género de los nombres dependiendo de su terminación. La siguiente sección continúa abordando el tema de las reglas de la terminación pero en lo referente a las declinaciones de los nombres. Finaliza el tema de esta clase léxica con un apartado sobre los nombres irregulares. Las tres secciones finales están dedicadas mayormente a las diferentes terminaciones que presentan los pretéritos y supinos de los verbos6. Libro tercero En este libro Nebrija (1773 [1486]: 125) aborda el tema de las partes de la gramática: la ortografía, la prosodia, la etimología y la sintaxis. En la sección donde se menciona la etimología y que se titula De etymologia, y dicción, el autor hace alusión a las partes de la
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Una peculiaridad de este libro es que no presenta encabezado alguno que indique su comienzo, es decir, el autor inicia el libro sin indicar que se trata del libro segundo. Para ubicar la página de su inicio es necesario recurrir al índice. 33
oración (p. 131). Por esta razón los siguientes ocho apartados de este libro tercero están dedicados a cada una ellas. La parte final del libro titulada De construcción o De Syntaxi (en latín) trata de algunos aspectos de la sintaxis como la construcción, la oración y las partes en las cuales se divide cada una. Así, la construcción se divide en transitiva e intransitiva y la oración en perfecta, imperfecta, finita e infinita. La construcción por su parte también tiene figuras: reducimiento, aposición, anticipación, concepción, conjunción, composición por caso y sinécdoque (synecdoche). Libro cuarto Este libro aborda aspectos morfosintácticos de dos partes de la oración: verbo y nombre. La primera mitad está dedicada al verbo. En ella se describen los verbos personales e impersonales, de los verbos de género diverso, del infinitivo, de los gerundios, de los supinos y de los participios. Con respecto a los verbos personales, el libro presenta los cinco géneros en los que se pueden dividir dichos verbos y son: activo, pasivo, neutro, deponente y común, los cuales, exceptuando a los verbos comunes, se dividen a su vez por especie (primera especie, segunda especie, etc.): seis para los géneros activo, pasivo y deponente y cinco para el género neutro. Por su parte, los verbos impersonales se dividen en dos tipos de acuerdo con su semejanza con verbos de la voz activa o los verbos de la voz pasiva. Al igual que los verbos personales, los impersonales de la voz activa se clasifican por especies (cinco en este caso). Los impersonales de la voz pasiva no tienen clasificación. Sobre los verbos de género diverso el autor presenta diferentes ejemplos con los verbos: dar, encomendar, alabar, saludar, acrecentar, aconsejar, temer, imponer, estar triste, etc. En la mayoría de los casos se tratan de uno o dos ejemplos por verbo, nunca el paradigma completo es decir la conjugación completa. Los apartados que mencionan el 34
infinitivo, los gerundios, los supinos y los participios son breves. Cada uno de ellos presenta una caracterización de estas partes (o subpartes) de la oración, atendiendo a criterios sintácticos y semánticos principalmente. La segunda mitad trata del nombre. En los primeros folios se estudia el tema de los nombres adjetivos y brevemente toca el tema de los comparativos. Las siguientes secciones están dedicadas a la declinación latina de algunos nombres griegos como Penélope, Eneas, Anchises y Aegina, a los nombres relativos, patronímicos, diminutivos, comparativos y superlativos. Con respecto a la declinación latina de algunos nombre griegos, cabe aclarar que en la obra esta sección se titula: De la Declinación Griega (De Græca Declinatione). El título, como se puede apreciar, presenta ambigüedad ya que alude a la declinación griega propiamente, y no a la latina. Sin embargo la ambigüedad desaparece en el primer párrafo del apartado. El párrafo señala que “Todos los nombres griegos […] redúcense á la primera, segunda, ó tercera declinacion latina del nombre” (Nebrija 1773 [1486]:193), aclarado esto se entiende entonces que se trata de la declinación latina de nombres griegos. Por otra parte esta sección no da ejemplos a manera de paradigmas de declinaciones de nombre griegos como sí los da el libro primero. La parte final del libro toca lo relativo a los adverbios de lugar. Libro quinto Nebrija concluye esta gramática con el libro quinto. En su primer apartado trata principalmente de la longitud de la sílaba. Por ejemplo la longitud de la sílaba en los pretéritos y los supinos. También trata del comportamiento de la sílaba dentro de la prosa y el verso. Los siguientes dos apartados abordan el “cremento” (aumento o disminución de sílabas) en los nombres y los verbos. A estos apartados le siguen otros tres titulados: de las 35
primeras sylabas, de las medias sylabas y de las últimas sylabas, los cuales tratan de la longitud de las vocales tomando en cuenta, por un lado, la posición de la sílaba y por otro, la consonante que le sigue a cada vocal. Los tres últimos apartados tocan lo referente a los pies silábicos, a los géneros de los versos y al acento. Los pies silábicos son divididos en 29 tipos7 y el verso es clasificado por géneros, 15 en total8. Finalmente el acento es dividido en agudo si la sílaba se alza, grave si la sílaba se baja y circunflejo si la sílaba se alza y se baja. 2.1.1.3. Introductiones in latinam grammaticam (1523) Esta versión fue editada en el año de 1523 en Sevilla, España por el impresor Juan Varela. La obra, escrita totalmente en latín, consta principalmente de cinco libros, distribuidos de la siguiente manera, según la información expuesta en la portada: 1) 2) 3) 4) 5)
Liber primus de primis grammaticae rudimentis Liber secundus de gñe /& declinaciones / & pteritis/ & supinis. Liber tertius de erotematis partium orationis Liber quartus de constructione octo partium orationis Liber quintus de quantitate syllabarum metris & accentu El resto de la obra trata de otras categorías y temas diversos como los números, los
adverbios, el alfabeto y las declinaciones griegas, el acento latino entre otros temas. Los siguientes apartados se centran solamente en la descripción de la distribución temática de los cinco libros que conforman la obra, ya que la revisión de éstos provee la información suficiente y necesaria para la comparación con el Arte de la lengua tegüima.
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Pyrrichio, spondeo, iambo, trocheo o choreo, tribraco, anapesto, bachio, antibachio, dáctilo, doloso, amphimacro, amphibraco, proceleusmatico, dispondeo, dichoreo, diiambo, coriambo de choreo y iambo, antispasto, peon primero, peon segundo, peon tercero, peon cuarto, epitrio primero, epitrio segundo, epitrio tercero, epitrio cuarto, jonico menor y jonico mayor. 8 Phaléutico, sáphico, adónico, asclepiadeo, glicónico, pherecracio, phalisco, alcaico, archilochio, dimetro iambico, trimetro iambico, exâmetro, pentámetro elegiaco, monocolon e hypérmetro. 36
Liber primus Este primer libro inicia con una serie de paradigmas que incluyen tanto declinaciones nominales y pronominales como conjugaciones de verbos. El resto del libro habla sobre la formación de los verbos tanto regulares como irregulares en sus diferentes modos: indicativo, imperativo, optativo, subjuntivo e infinitivo, incluyendo la formación de sus supinos y gerundios. Trata también de las ocho partes de la oración (nombre, pronombre, verbo, participio, preposición, adverbio, interjección y conjunción) y de los casos entre otros temas. Todos estos temas, tal como aparece señalado en la portada de esta obra, son catalogados como temas básicos o rudimentarios de una gramática. Liber secundus En este libro se aborda el género y las declinaciones del nombre así como los supinos y el pretérito de los verbos. Los primeros tres capítulos tratan del nombre y están distribuidos de la siguiente manera: capítulo i genere nominum; capítulo ii de nominum declinatione y capítulo iii de nominibus anomalis. El resto de los capítulos (iiii – viii) tratan del verbo. La temática está ordenada de la siguiente forma: capítulo iiii de preteritis verborum; capítulo v de supinis verbox; capítulo vi de supinis verborum deponetiu & comuniu; capítulo vii verba activa supinis carentia y capítulo viii de varietate quada verbox. Liber tertius Este libro menciona de las partes de la gramática tales como la ortografía, la prosodia y la etimología. Además aborda de las ocho partes de la oración y de la sintaxis. El capitulado está distribuido de la siguiente manera: capítulo i de erotematis grammaticae; capítulo ii de erotematis orthographiae; capítulo iii de erotematis prosodiae; capítulo iiii de erotematis 37
etymolgiae; capítulo v de erotematis nominum; capítulo vi de erotematis pronominum; capítulo vii de erotematis verborum; capítulo viii (vii) de erotematis participiorum; capítulo ix de erotematis praepositionum; capítulo x de erotematis adverbiorum; capítulo xi de erotematis interjectionum; capítulo xii de erotematis coniuctionum; capítulo xiii de partibus orationis quae aliae pro aliis & pro inuicem ponuntur y capítulo xiiii de syntaxi & orationis constructione. Liber quartus Este libro está constituido por los siguientes capítulos: capítulo primum de constructione verborum activorum; capítulo ii de verbis passivis; capítulo iii de verbis neutris; capítulo iiii de verbis deponentibus; capítulo v de verbis communibus; capítulo vi de verbis diversorum generum; capítulo vii de verbis impersonalibus; capítulo viii de infinitivo; capítulo ix de gerundios; capítulo x de verbis supinis; capítulo xi de constructione participii; capítulo xii de nominii constructione cum alio casuali; capítulo xiii de constructione quarundam partium orationis; capítulo xiiii de comparativo & superlativo; capítulo xv de diminutivis; capítulo xvi de relativis; capítulo xvii de nominibus patronymicis y capítulo xviii de adverbios localibus. Como se puede advertir gran parte de este libro estudia dos de las principales partes de la oración: el nombre y el verbo. Liber quintus El libro quinto está dividido en nueve capítulos que describe entre otras cosas de la sílaba sílabas largas y sílabas cortas, la métrica y el acento. Estos capítulos son los siguientes: capítulo i in quo permittit regulas generales; capítulo ii de crementis singularis; capítulo iii de crementis verborum; capítulo iiii de primiis syllabis: capítulo v de mediis syllabis; 38
capítulo vi de ultimis syllabis; capítulo vii de pedibus qui syllabis constant; capítulo viii de metris qui ex pedibus componuntur y capítulo ix de accentu. 2.1.2. Aparato conceptual de la gramática latina: Introducciones latinas, contrapuesto el romance al latín Las primeras definiciones que se proporcionan en esta gramática para las categorías léxicas nombre, adjetivo y verbo, aparecen en el último apartado del libro primero. Sin embargo éstas son definidas nuevamente, y en algunos casos con más detalle, en el apartado de Etymologia, y diccion del libro tercero, el cual Nebrija (1773[1486]:125), parte de preguntas o “erotemas” para explicar las partes de la gramática ortografía, prosodia, etimología y sintaxis. El libro cuarto, aunque está dedicado mayormente a la caracterización sintáctica del nombre y del verbo, da definiciones más completas para algunos de los cinco géneros de los verbos personales que el libro primero no menciona y el libro tercero trata brevemente. En cuanto al nombre, el libro cuarto no proporciona definición alguna, pero la caracterización sintáctica que proporciona complementa las definiciones presentadas en los libros primero y tercero. Los libros segundo y quinto no son relevantes en cuanto a definiciones para nombre, adjetivo y verbo. El libro segundo no presenta definiciones para estas categorías y el libro quinto sólo da definiciones relacionadas con la ortografía y la prosodia a saber: sílaba, acento, pies y verso. A continuación se revisa por categoría léxica la definición presentada en los libros primero, tercero y cuarto. El nombre adjetivo se describe en el apartado de nombre, por ser considerado en esta gramática como parte de esta categoría. Nombre y nombre adjetivo
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El libro primero define al nombre como una de las partes de la oración que puede declinarse por casos y no puede recibir marcas de tiempo. Tiene cinco géneros: masculino, femenino, neutro, común de dos y común de tres 9; dos números: singular y plural; puede representarse por medio de siete casos: nominativo, genitivo, dativo, acusativo, vocativo, ablativo y efectivo o instrumental, los cuales pueden declinarse por medio de cinco formas. Este libro, por presentar definiciones para nombre sustantivo y nombre adjetivo, adelanta en cierta forma, es decir de manera implícita, que el nombre se puede dividir en dos tipos. La definición para cada uno de estos tipos se da desde un punto de vista morfosintáctico ya que menciona que el nombre sustantivo puede declinarse “[…] por un artículo o dos solamente y el adjetivo se declina por tres artículos, ó por tres diversas terminaciones” (Nebrija 1773[1486]:62). Las declinaciones para cada uno de estos dos tipos de nombres aparecen también en este libro. El cuadro 4 presenta un ejemplo de la declinación latina, en este caso para el sustantivo tierra. Prima declination nominis Singulare Nominativus Terra Genitivus Terrae Dativus terrae Accusativus terram Vocativus ò terra Ablativus à terra Plurale Nominativus terrae Genitivus terrarum Dativus terris Accusativus terras Vocativus ò terrae
Primera declinación del nombre Singular Nominativo la tierra Genitivo de la tierra Dativo á la tierra Acusativo la tierra Vocativo ó tierra Ablativo de la tierra Plural Nominativo las tierras Genitivo de las tierras Dativo á las tierras Acusativo las tierras Vocativo ó tierras
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Los géneros común de dos y común de tres se refieren a nombres que aceptan en una misma forma o tema tanto masculino y femenino como masculino, femenino y neutro respectivamente. 40
Ablativus
à terris
Ablativo
de las tierras
Cuadro 4. Primera declinación del nombre (adaptado de Nebrija (1773[1483]: 1)) El siguiente cuadro presenta ahora un ejemplo de declinación latina para nombre adjetivo. Nomina adjectiva primae e secundae Nominativus Genitivus Dativus Accusativus Vocativus Ablativus Nominativus Genitivus Dativus Accusativus Vocativus Ablativus
Nombre adjetivos de la primera y segunda declinación Singulare Singular bonus, bona, bonum Nominativo cosa buena boni, bonae, boni Genitivo de cosa buena bono, bonaee, bono Dativo á cosa buena bonum, bonam, Acusativo cosa buena bonum ò bone, bona, bonum Vocativo ó cosa buena à bono, bona, bono Ablativo de cosa buena Plurale Plural boni, bonae, bona Nominativo cosas buenas bonorum, bonarum, Genitivo de cosas buenas bonorum bonis Dativo á cosas buenas bonos, bonas, bona Acusativo cosas buenas ò boni, bonae, bona Vocativo ó cosas buenas à bonis Ablativo de cosas buenas
Cuadro 5. Primera y segunda declinación latina del nombre adjetivo (adaptado de Nebrija (1773[1485]: 4)) La división en nombre adjetivo y nombre sustantivo queda anunciada explícitamente en el libro tercero. El libro primero también señala la relación de concordancia que se presenta el nombre con el adjetivo y con el verbo. Así, con el adjetivo concuerda 10 en género, número y caso y con el verbo concuerda en número y persona. Por su parte el libro tercero también define al nombre como una de las partes de la oración que puede declinarse, sin embargo alude al aspecto semántico mencionando que nombre 10
Nebrija utiliza “conviene” en lugar de concuerda. 41
“significa cuerpo, ó cosa propia comúnmente” (Nebrija 1773[1486]: 132). Por otra parte, este libro hace explícita la división del nombre en nombre sustantivo y nombre adjetivo tal como se señaló anteriormente. La definición que da para cada uno de estos tipos es la misma que presenta el libro primero. El libro tercero contiene el apartado más importante en cuanto a definiciones de nombre. Este apartado después de presentar las definiciones mencionadas en el párrafo anterior, continúa hablando de los accidentes del nombre que son: cualidad, especie, género, número, figura y caso con declinación. Da sus definiciones y sus clasificaciones en caso de que las posean. De los accidentes del nombre caben destacar dos: cualidad y especie. El primero se define como el accidente por medio del cual el nombre propio se distingue del común (Nebrija 1773[1486]: 132). Es importante aclarar esto para evitar cualquier asociación que pueda darse entre este accidente del nombre y el nombre adjetivo o adjetivo, ya que este último, en su concepto tradicional, alude a términos como cualidad y atributo. Schachter (1986: 13) menciona que desde la noción tradicional el adjetivo es definido como la clase de palabra que denota cualidades y atributos. Con respecto al accidente denominado especie cabe señalar que se divide en dos tipos de nombres: nombres primitivos y nombres derivativos. Estos últimos a su vez se dividen
en
nueve
tipos:
patronímicos,
posesivos,
denominativos,
diminutivos,
comparativos, superlativos, verbales, participiales y adverbiales, cuatro de los cuales los comparativos, los superlativos, los verbales y los participiales presentan estrecha relación con las categorías léxicas adjetivo y verbo. De lo anterior se desprende que es importante atender las definiciones de estos cuatro tipos de nombres. De igual forma, cabe señalar que resulta interesante conocer las definiciones para nombre comparativo y nombre superlativo 42
porque, y de acuerdo con Bhat (1994), los grados de significación comparativo igualdad, inferioridad y superioridad y superlativo son distintivos de los adjetivos y en cierta medida de los adverbios. En otras palabras, una de las características que distingue a los adjetivos de los nombres es su ocurrencia en construcciones comparativas y superlativas11. De hecho Nebrija (1773[1486]:134) ejemplifica con adjetivos cuando da las definiciones de estos dos tipos de nombres. El nombre comparativo lo define a partir del significado positivo del nombre y el comparativo de superioridad, expresado por medio del adverbio más no menciona los comparativos de igualdad y de inferioridad. Incluye el siguiente ejemplo: justo, mas justo: inferior, mas abajo. La definición puede parafrasearse de la siguiente manera: el nombre comparativo es aquel que a partir de su significado positivo puede, con ayuda del adverbio más, expresar superioridad (Nebrija 1773[1486]:134). Por su parte, el nombre superlativo es definido como el nombre que al compararse con otros nombres resulta ser superior, se sobrepone a ellos o como el nombre cuyo significado positivo por medio del adverbio muy logra el superlativo. El ejemplo que incluye es el siguiente: Platon de todos los Griegos mas docto, ó Platon doctísimo, que es muy docto (Nebrija 1773[1486]:134). Por otra parte, los nombres verbales y participiales presentan definiciones más breves. El primero se define como el [nombre] derivado del verbo, como de trabajar, trabajo y el segundo como el [nombre] derivado de participio, como de leído, lector, y lección (Nebrija 1773[1486]:134). El libro cuarto no proporciona definiciones para la categoría léxica nombre, pero sí complementa las definiciones dadas para el nombre comparativo. De éste menciona que puede formarse a partir de los nombres adjetivos los cuales “pueden recibir 11
Para una explicación más detallada véase el capítulo IV. 43
acrecentamiento, y diminucion [disminución]; y de los verbos, como de gastar, mas gastado; y de los adverbios, como de allende, mas allende” (Nebrija 1773[1486]:200). Aquí cabe recalcar que i) Nebrija hace una clara alusión a los comparativos de inferioridad y superioridad acrecentamiento y diminución que no explicita en la definición del libro tercero, y ii) que lo que él considera un comparativo derivado de un verbo: mas gastado, se corresponde con lo que actualmente se conoce como adjetivo deverbal o adjetivo derivado de un verbo (véase Dixon 2004). El libro cuarto también complementa la definición del nombre adjetivo proporcionando una caracterización sintáctica de éste. Es decir, muestra los casos que pueden entrar en contacto o juntarse con esta categoría léxica. Por ejemplo menciona que los nombres adjetivos pueden juntarse con el caso genitivo y muestra los siguientes ejemplos: entero de vida (integer vitea), limpio de pecado (purus celeris), desatinado de ánimo (praeceps animi), gastado de la vida (prodigus vitae), etc. Esta caracterización también incluye a los comparativos y los superlativos. Verbo Este libro define al verbo como una de las partes de la oración que puede declinarse por modo y tiempos pero no por caso. Tiene, al igual que el nombre, dos números: singular y plural. Posee además tres voces: activa, impersonal y pasiva; cuatro conjugaciones, cinco modos: indicativo, imperativo, optativo, subjuntivo e infinitivo y cinco tiempos: presente, pretérito imperfecto, pretérito perfecto, pretérito pluscuamperfecto y futuro. Las conjugaciones se identifican gracias a las terminaciones del infinitivo, denominadas primera, segunda, tercera y cuarta [conjugación]. La explicación que se da sobre estas terminaciones se puede resumir de la siguiente manera: el infinitivo de la primera conjugación termina en -āre, el de la segunda en -ēre, el de la tercera en -ěre y el de la 44
cuarta en -īre12. Para las voces, modos y tiempos verbales no da explicación, simplemente los anuncia. Este libro presenta, en cuatro líneas, una breve descripción de los gerundios, supinos y participios todos relacionados con el verbo; presenta también las primeras definiciones para verbo activo y verbo pasivo. Todo esto se explica con más detalle en los libros cuarto y tercero. De estos dos libros, el cuarto define y caracteriza más ampliamente al verbo incluyendo al infinitivo, a los gerundios y a los supinos. Sin embargo no proporciona una definición para el participio, aunque lo caracteriza morfosintácticamente. El libro tercero, por su parte, proporciona una definición para el participio y presenta también una definición amplia para infinitivo. Además, contiene definiciones para términos como sintaxis, transitividad e intransitividad que conviene revisar primero, dada la relación de estos conceptos con la definición de verbo. El apartado que contiene las definiciones sintaxis, transitividad e intransitividad se denomina De construcción. Define primeramente a la construccion (sintaxis)
13
como “la
ciencia por la qual se distingue la buena construc [cion] de la mala” (Nebrija 1773 [1486]:161). Después, a la transitividad como la parte (de la construcción)14 “en la qual el hacer, y padecer del verbo se muestra pasar, o ser pasado de una persona a otra” (Nebrija 1773 [1486]: 161) y a la intransitividad como la parte “en la que ni el hacer, ni padecer del verbo se muestra pasar, ó ser pasado de una parte en otra” (Nebrija 1773 [1486]: 161). Ahora bien, en cuanto a las definiciones para verbo, cabe señalar que el libro cuarto retoma y enriquece las definiciones que presentan los libros primero y tercero. La parte inicial del libro cuarto describe los verbos personales, los verbos de diverso género y los 12
Nebrija no utiliza diacríticos para indicar la cantidad vocálica. Cuando se refiere a las vocales ā, ē, ī o ě, las enuncia como a luenga, e luenga, i luenga o e breve respectivamente. 13 La traducción al castellano contiene el término construccion como equivalente de sintaxis. 14 Aquí el término construccion no es el equivalente a sintaxis sino que se refiere a la “conveniente ordinacion de palabras, la cual muestra conveniente, y perfecta sentencia” (Nebrija 1773 [1486]: 161). 45
verbos impersonales. Señala primeramente que los personales tienen número y persona y los divide en cinco géneros: activo, pasivo, neutro, deponente y común. Cada uno de estos géneros los define atendiendo a los criterios morfológico, sintáctico y aludiendo al aspecto semántico. Así, de acuerdo con el criterio morfológico, menciona estos verbos o géneros15 tomando en cuenta su terminación: -o u –or. De acuerdo con el criterio sintáctico y sólo para los verbos activo y pasivo señala los casos que les anteceden y les suceden. Por ejemplo, menciona que el verbo activo es aquel al que le antecede el caso nominativo y le sigue el caso acusativo (Nebrija 1773 [1486]: 165), y el verbo pasivo es aquel al que le antecede, también, el caso nominativo, pero le suceden el caso dativo o el caso ablativo con la preposición de (Nebrija 1773 [1486]: 169). Este criterio sintáctico sirve de base para clasificar por especie cuatro de estos cinco géneros, los verbos comunes no presentan clasificación. La clasificación por especie toma en cuenta el caso que aparece inmediatamente después de los verbos de cada género. Los verbos o géneros activo, pasivo y deponente se dividen en seis especies mientras que los verbos neutros se dividen en cinco. El nombre de cada especie es simplemente primera especie, segunda especie, etc. Cabe aclarar que para el verbo pasivo no explicita cada una de sus especies, como sí lo hace con el resto de géneros. Simplemente el autor enuncia que este género de verbos los pasivos se divide en el mismo número de especies que el verbo activo (Nebrija 1773 [1486]: 169). En el siguiente cuadro se presenta un condensado de las seis especies del verbo activo.
Especie
15
Caracterización sintáctica
Ejemplos
En la obra, Nebrija utiliza indistintamente los términos “verbo” o “género” para referirse a cada uno de los cinco géneros del verbo. Por mencionar un ejemplo, cuando habla del género activo, algunas veces lo nombra “verbo activo” y otras “género activo”. 46
Primera especie Segunda especie Tercer especie Cuarta especie Quinta especie Sexta especie
Verbos a los que les sigue un acusativo
Amo, as, amavi (amar)
Verbos a los que además de un Impleo, es, impleavi (llenar) acusativo les sigue un genitivo o un Impleo granarium frumenti (yo ablativo lleno el granero de trigo)16 o yo lleno la panera de pan17 Verbos a los que además de un Do, das, dedi (dar) acusativo les sigue un dativo Do tibis pecunias (yo te doy los dineros) Verbos a los que además de un Doceo, es, docui (enseñar) acusativo les sigue otro acusativo Ego doceo te grammaticam (yo te enseño la gramática) Verbos a los que además de un Dono, as, donavi (dar, otorgar) acusativo les sigue un ablativo sin Dono te corona (yo te doy la preposición o con efectivo corona) Verbos a los que además de un Audio, is, audivi (oir) acusativo les sigue un ablativo y Ego audio grammaticam à te (yo preposición oigo la gramática de ti) Cuadro 6. Condensado de las seis especies de los verbos activos (Nebrija 1773 [1486]: 165-168)
En lo referente al aspecto semántico las definiciones de Nebrija para el verbo activo y pasivo aluden a los argumentos que cada uno de ellos requiere, es decir, el verbo activo requiere ante sí nominativo en la persona que hace, [clara alusión al agente del verbo] y acusativo en la persona que padece [clara alusión al paciente] (Nebrija 1773 [1486]: 165). La definición para el verbo pasivo, que es aquel que requiere caso nominativo por persona que padece y caso ablativo con preposición de o caso dativo, por la persona que hace (Nebrija 1773 [1486]: 169), alude de igual forma a sus argumentos: agente y paciente. El resto de los géneros (neutro, deponente y común) se definen con base en su significación activa o pasiva, es decir, si presentan significado activo y/o pasivo. De igual forma, el libro 16
La traducción es mía. Este es el ejemplo que Nebrija utiliza en la parte castellana que corresponde a la explicación de esta especie de los verbos. Como se puede observar no es la traducción del ejemplo en latín. 17
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cuarto muestra ejemplos de verbos de diversos géneros, sin embargo, no proporciona ninguna definición. Tal como se advierte en la sección para el libro cuarto del apartado 2.1.1.2, estos ejemplos no constituyen paradigmas completos de su conjugación. Se trata solamente de una o dos oraciones ejemplificando el uso de verbos como dar, encomendar, alabar, saludar, acrecentar, aconsejar, temer, imponer, estar triste, entre otros. Los siguientes son ejemplos de estas oraciones: Mitto tibi epistolam o Mitto ad te epistolam que se traduce como ‘yo te envío la carta’. Después de este apartado (verbos de diversos géneros), el libro proporciona las definiciones y caracterizaciones de los verbos impersonales. Éstos no presentan números ni personas y pueden clasificarse como verbos impersonales de la voz activa y verbos impersonales de la voz pasiva. Los primeros, según la definición, se asemejan en su conjugación a las terceras personas de los verbos de la voz activa. Se dividen en cinco especies que son caracterizadas sintácticamente y, al igual que las de los verbos personales, simplemente se las denomina primera especie, segunda especie, etc. La tabla 2 resume estas cinco clasificaciones. Los impersonales de la voz pasiva “siempre significan acción con una generalidad […] como todos corren, todos están, todos pelean, todos se encuentran, todos contienden, todos van” […] (Nebrija 1773[1486]: 182). No se dividen en especie y no pueden aparecer (juntarse) con acusativo, ablativo ni con las preposiciones a o ab. Estos verbos presentan una semejanza (en su conjugación) con las terceras voces de los verbos de la voz pasiva (véase cuadro 7). Especie Primera especie
Caracterización sintáctica Ejemplos Verbos a los que les antecede un Praeceptoris interest docere, senatoris genitivo y les sigue un infinitivo refert administrare rempublicam (al maestro pertenece enseñar, al regidor regir la república) 48
Segunda especie Tercera especie Cuarta especie Quinta especie
Verbos a los que les antecede un dativo y les sigue un infinitivo Verbos a los que les antecede un acusativo y les sigue un infinitivo Verbos a los que les antecede un acusativo y les sigue un genitivo Aquellos verbos (impersonales) que si se les coloca junto a infinitivos de verbos personales se convierten en personales
Accidit mibi febrire (acontéceme tener fiebre) Delectat me audire (pláceme oír) Piget me patris (tengo vergüenza de mi padre) Incipit me taedere (yo comienzo a tener enojo)
Cuadro 7. Especies de los verbos impersonales de la voz activa (adaptado de Nebrija 1773[1486]: 179-182) El libro cuarto finaliza la parte dedicada al verbo con secciones que tratan sobre el infinitivo, los gerundios, los supinos y los participios. Estas secciones contienen caracterizaciones y, en la mayoría de los casos, presentan definiciones. Infinitivo Anteriormente ya se ha señalado que tanto el libro tercero como el cuarto proveen definiciones amplias para infinitivo. El libro tercero lo señala como uno de los modos de los verbos que no presenta marcación de números ni personas y que para completar su significación, requiere estar acompañado de un verbo conjugado. El libro cuarto complementa esta definición mencionando que, al infinitivo le puede anteceder un agente o un paciente, en las voces activa y pasiva respectivamente. Ambos, agente y paciente, en caso acusativo. Por el contrario, los casos que pueden aparecer después son aquellos que rige el verbo del cual desciende el infinitivo o en palabras de Nebrija (1773[1486]: 182183): […] “después de sí [los infinitivos] se juntan con el caso del verbo de donde descienden […]”.
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Gerundio Con respecto a los gerundios, la información más detallada y explicativa se presenta en el libro cuarto. En éste, Nebrija expone que algunos han catalogado al gerundio como parte del verbo porque al igual que éste rige casos. Señala que otros han dicho que el gerundio tiene casos y por lo tanto lo catalogan como parte del nombre. Finalmente otros lo catalogan como nombres participiales porque en algunas cosas es parecido al nombre y en otras al participio. Sin embargo Nebrija (1773[1486]: 184) lo señala como otra de las partes de la oración que presenta mucha semejanza con el nombre, aunque en el apartado sobre el supino lo coloca como parte del participio. Cabe aclarar que esta parte de la gramática, es la única en la que el autor incluye al gerundio dentro de las ocho partes de la oración. Al gerundio, como al infinitivo, no le anteceden casos y los que pueden colocarse después, son aquellos casos que rige el verbo del cual se originan los gerundios. Los gerundios se clasifican en gerundios adjetivos y gerundios sustantivos. Los gerundios adjetivos son aquellos que presentan un significado pasivo, tal como lo muestran los siguientes ejemplos: ‘el día volvible, que es porque se vuelve’ (volvenda dies, id est, volubilis) o ‘el juramento que es que se jura’ (jus jurandum i, e, quod juratur) (Nebrija 1773[1486]: 184). Asimismo, presentan también marcación para género, número y caso, y pueden acompañar al sustantivo. Por otra parte, los gerundios sustantivos, dependiendo de cual sea el verbo que lo origina, tendrán una significación activa o pasiva (acción o pasión). Así, si se derivan de verbos activos tendrán un significado activo y pasivo; si se derivan de verbos neutros activos o pasivo tomarán una significación activa o pasiva respectivamente y finalmente si se derivan de verbos comunes y deponentes, tendrán un significado activo y pasivo. Otra 50
idea que señala Nebrija (1773 [1486]: 185) en relación con el gerundio, es la diferencia entre éste y el participio. Mientras que el gerundio en su significado alude a la “administración, ó hábito de la cosa” y a una atemporalidad, el significado del segundo, remite a una temporalidad futura “en acto sin administración” Nebrija (1773 [1486]: 185). Supino El supino es considerado como otra de las ocho partes de la oración, sin embargo, debe incluirse como parte de los verbos. El apartado sobre supinos marca claramente dos tipos de supinos: el que puede acompañar a un verbo (primer supino) y el que puede acompañar a un nombre adjetivo (último supino). Si existe otra clase de supinos dígase segundo o tercer supino, no lo indica el apartado. El primer supino acompaña a verbos cuyo significado indica movimiento hacia un lugar (ad locum) como: ‘voy á pasear’ (eo deambulatum) o ‘voy á cazar’ (vado venatum). Las palabras que le siguen a los verbos latinos eo y vado son los supinos, y sus correspondientes castellanos son los infinitivos pasear y cazar. Estos supinos, por lo tanto, presentan un significado activo o de acción, lo anterior se mantiene solo si dichos supinos no se derivan de verbos con significado pasivo o de pasión. El último supino es aquel que, como verbo y no como sustantivo, siempre acompaña al nombre adjetivo. Se establece entre ellos una relación de rección en donde el adjetivo rige al supino. Este último además presenta un significado pasivo tal como los demuestran los siguientes ejemplos: ‘cosa terrible de decir’ (est horrendum dictu) o ‘cosa increíble de hacer’ (incredibile factu). En estos ejemplos, el supino latino corresponde a las palabras dictu y factu y el castellano a las frases de decir y de hacer. Ninguna de estas definiciones menciona, de manera explícita, que el supino se considera un sustantivo verbal que se usa sólo con algunos casos y en algunas 51
construcciones. Tampoco menciona que el latín presente los supinos en –um o supinos activos y los supinos en –u o pasivos (Mariotti 1967:340). Sin embargo, hay algunos elementos en esas definiciones que pueden advertirlo. Por ejemplo la desinencia –um de deambulatum y de venatum remiten al supino activo y la desinencia –u en dictu o factu al supino pasivo. Participio El libro tercero señala al participio como una de las ocho partes de la oración. Es declinable y se forma a partir de un verbo. Tiene similitudes con el verbo y el nombre, ya que a semejanza del primero presenta accidentes, sin distinción de modo ni de persona; y al igual que el nombre, presenta marcas de género y caso. Los accidentes del verbo que presenta el participio son tiempo y significación. Un participio puede estar en presente como amante (amans); pretérito como amado (amatus) y futuro como que ha de amar o ser amado (amaturus/amandus). La significación se refiere a la cualidad del participio de ser activo o pasivo. En relación con las similitudes que presenta el nombre con el participio, cabe señalar que éste posee género y caso. Con respecto al género el participio puede ser masculino (amatus), femenino (amata), neutro (amatum) o común a los tres géneros (amans). Puede declinarse por medio de siete casos que son los mismos del nombre: nominativo, genitivo, dativo, acusativo, vocativo, ablativo y efectivo o instrumental. Otros accidentes del participio que son comunes tanto al verbo como al nombre, son la figura: simple o compuesto y el número: singular (amans) y plural (amantes).
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2.2. GRAMÁTICA CASTELLANA (1492) Esta gramática, según la información presentada al final del libro quinto, fue publicada en Salamanca, España en el año de 1492. Según Niederehe (2004) a este documento se le ha considerado, aunque de manera poco acertada, como la “primera gramática de un idioma europeo moderno” (p. 41). 2.2.1. Índice temático Esta obra está constituida por cinco libros y un prólogo. La lista que se presenta a continuación muestra los títulos de cada libro así como el número de capítulo que contiene cada uno. 1) Libro primero en que trata de la orthographia (10 capítulos) 2) Libro segundo en que trata de la prosodia e sílaba (10 capítulos) 3) Libro tercero que es de la etimologia e dicion (17 capítulos) 4) Libro cuarto que es de sintaxis e orden de las doze parte de la oracion (7 capítulos) 5) Libro quinto de las introduciones de la lengua castellana para los que de extraña lengua querran deprender (11 capítulos) Niederehe (2004: 43) comenta lo siguiente acerca de la estructuración de esta gramática: 18 Comprende 68 folios o, aproximadamente, 160 páginas impresas. Los cuatro primeros libros tratan en orden ascendente de la lengua, es decir, empiezan por los elementos más pequeños, los sonidos y la manera de escribirlos, “la orthographia” […] sigue “el libro segundo” “que trata de la prosodia silaba” y el libro tercero […] “que es de la etimologia e dicion” […] y termina con “el libro cuarto que es de sintaxis e orden de las partes de la oración” […] A este
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Con respecto al libro quinto Niederehe (2004: 43) igualmente afirma: “A estos cuatros libros sigue otro cuyo título – redactado poco antes de la vuelta de Cristóbal Colón de su viaje al Nuevo Mundo – […] reza así “delas introduciones de la lengua castellana para los que de estraña lengua querrán deprender” [...]” 53
procedimiento ascendente lo llama Nebrija el “orden natural de la grammatica” […] 2.2.2. Aparato conceptual El aparato conceptual concerniente a las clases léxicas nombre, adjetivo y verbo así como de otras clases léxicas como gerundio, participio, adverbios etc. se concentra en el libro tres aunque el cuatro provee información complementaria. Con respecto al total de clases léxicas, cabe decir que el libro tercero señala, en repetidas ocasiones, que en la lengua castellana hay diez partes de la oración. El libro cuarto, sin embargo, da a entender que las partes de la oración son doce, pero no las menciona. En este trabajo de tesis se toma como base la información del libro tercero, pues explica con más detalle cuáles y como son las diez partes de la oración, comprobando con ello que efectivamente son diez y no doce19. Nombre y adjetivo El libro tres se refiere al nombre como una de las diez partes de la oración, la cual puede declinarse por casos más no por tiempos. Según este libro nombre significa cuerpo como hombre, piedra, árbol o cosa como dios, ánima, gramática. Esta categoría se llama así: nombre, porque por medio de él se nombran las cosas (Nebrija 1492 Libro 3 Cap. ii). El nombre también tiene seis accidentes: calidad, especie, figura, género, número y declinación por casos. El primer accidente: la calidad, resulta de gran importancia porque
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Parte de la explicación que da Nebrija (1492 Libro tres, Cap. i) sobre el número de partes de la oración que tiene el castellano, es la siguiente: “Los griegos comúnmente distingue ocho partes de la oración. Nombre. pronombre. articulo. verbo. participio. preposición. adverbio. conjunción. Los latinos no tiene articulo: mas distinguen interjección del adverbio: e así hacen otras ocho partes de la oración. Nombre. pronombre. verbo. participio. preposición. adverbio. conjunción. interjección. Nosotros con los griegos no distinguiremos la interjección del adverbio: e añadiremos con el articulo el gerundio: el cual no tiene los griegos: e el nombre participial infinito: el cual no tienen ni los griegos ni los latinos. Así que serán por todas diez partes de la oración en el castellano. Nombre. pronombre. articulo. verbo. participio. gerundio. nombre participial infinito. preposición. adverbio. conjunción […]”. 54
es por medio de éste que se puede distinguir al nombre (sustantivo) del adjetivo. La explicación que da Nebrija al respecto no es clara, ya que no menciona qué se debe entender por calidad sólo enuncia lo siguiente: calidad esso mesmo en el nombre se puede llamar aquello por lo cual el adjetivo se distingue del substantivo (Nebrija 1492 libro tres). Sin embargo, por la explicación que da en el ejemplo: hombre bueno, se interpreta que calidad se refiere probablemente a un atributo o a un calificativo, ya que la palabra bueno la considera el adjetivo y a hombre el sustantivo. Otras definiciones de carácter sintáctico que proporciona Nebrija en el libro tres, para las categorías de nombre y adjetivo, tienen que ver con la capacidad de cada uno de aparecer solos o acompañados por un sustantivo y con la cantidad de artículos que pueden acompañarlos. El nombre, por ejemplo, no puede aparecer solo sin que lo acompañe otro sustantivo, a diferencia del adjetivo que debe aparecer acompañado de un sustantivo. En cuanto a los artículos, el adjetivo puede ir acompañado de tres artículos: el fuerte, la fuerte, lo fuerte, por su parte el sustantivo sólo puede aceptar un artículo: el hombre, la mujer, lo bueno o quizás dos: el infante o la infanta. El segundo accidente, la especie (capítulo iii), distingue a los nombres primogénitos de los nombres derivados. Los primeros se denominan así porque no se derivan de otros nombres por ejemplo monte. Los segundos como su nombre lo indica se derivan de otros nombres tal como: montañés, formado a partir del sustantivo montaña. Asimismo, Nebrija clasifica los nombres derivados en nueve formas: patronímicos, posesivos, diminutivos, aumentativos, comparativos, denominativos, verbales, participiales y adverbiales. De esta clasificación cabe resaltar la definición de nombres verbales y participiales por su relación con las clases léxicas tratadas en este trabajo de tesis. La definición tanto para los nombre 55
verbales como para los participiales es sencilla, es decir, este gramático se limita a decir que los primeros son aquellos nombres que se derivan de un verbo, como de amar se deriva amor, y los segundos son aquellos que se originan de un participio como de docto se origina doctor. No obstante esta breve alusión a los nombres verbales, este autor dedica el capítulo a los nombres verbales. En el capítulo cinco retoma para los nombres verbales la misma definición que da en el capítulo tres, y presenta básicamente las terminaciones que pueden tomar los nombres derivados de verbos. Por ejemplos algunos terminan en –anza como esperanza (de esperar), enseñanza (de enseñar), perdonanza (de perdonar). Otros terminan en –encia como dolencia (de doler), tenencia (de tener) y así sucesivamente otras serie de terminaciones. El capítulo seis trata sobre el resto de los accidentes: la figura, el género, el número y la declinación por caso. La figura alude a la distinción entre los nombres compuestos y los sencillos. Aquí el autor presenta definiciones de tipo morfológico para cada uno de estos nombres. El nombre sencillo es aquel que no puede descomponerse en partes o morfemas con significado propio como pa- y -dre para padre. En cambio el nombre compuesto sí puede seccionarse y las partes que resultan poseen significado propio como con- y padre para la palabra compadre. Estas dos unidades que conforman esta palabra, según Nebrija, poseen significado propio y a la vez ayudan a configurar el significado de la palabra resultante: compadre (padre con otro). El género es aquel accidente que distingue gramaticalmente al macho de la hembra, y al neutro de estos dos. Este gramático señala que la lengua castellana posee siete géneros: masculino, femenino, neutro, común de dos, común de tres, dudoso y mezclado. La definición que proporciona para cada uno es de orden sintáctico ya que alude a la capacidad 56
que tiene el sustantivo y el adjetivo para recibir los artículos el, la, lo. Así el masculino recibe el artículo el (el hombre, el libro); el femenino recibe la (la mujer, la carta); el neutro recibe lo (lo justo, lo bueno); el género común de dos recibe el o la (el infante o la infanta); el género común de tres recibe el, la o lo (el fuerte, la fuerte, lo fuerte); el género dudoso recibe el o la (el color o la color) y el género mezclado recibe el o la (el ratón, la comadreja, el milano, la paloma). En cuanto al accidente número menciona que puede ser singular o plural. El último accidente del nombre que es el de declinación y caso, el autor puntualiza que la lengua castellana no tiene declinaciones salvo la que se presenta en el número, esto es, la terminación –s o –es del plural. Con respecto a los casos Nebrija afirma que en la lengua castellana la significación de caso se da por medio de preposiciones y no por desinencias. Los casos castellanos son cinco: nominativo o primer caso, genitivo o segundo caso, dativo o tercer caso, acusativo o cuarto caso y vocativo o quinto caso. El libro cuarto, aunque concentra sus explicaciones en la sintaxis, complementa las definiciones de nombre sustantivo y de nombre adjetivo que provee el libro tercero. Al sustantivo lo señala como el nombre que significa sustancia y al adjetivo lo considera como el nombre que significa algún accidente, más no aclara a qué accidente se refiere. Éste, el adjetivo, se junta al sustantivo y concuerda con él en número, género y caso. El ejemplo que proporciona es hombre bueno y explica Nebrija que bueno es del género masculino, es singular y pertenece al primer caso en concordancia con hombre que también es masculino, singular y pertenece al primer caso. Respecto del adjetivo hay dos ideas del libro cuarto que son importantes resaltar. La primera, se refiere a que esta categoría está catalogada como algún tipo de accidente y la segunda, el adjetivo es denominado nombre adjetivo. Esto 57
indica que el adjetivo en esta gramática es colocado dentro de la clase léxica nombre o considerado como parte de él. Verbo El capítulo décimo del libro tercero está dedicado al verbo. Aquí Nebrija añade que verbo en “castellano quiere dezir palabra […] porque las otras [palabras o partes de la oración] sin esta no hazen sentencia alguna: esta por ezcelencia llamose palabra.”(Nebrija 1492 libro tres]. El verbo está considerado como una de las diez partes de la oración que puede declinarse por modo y tiempo aunque no por casos. Sus accidentes son ocho: especie, figura, género, modo, tiempo, número, persona y conjugación. La especie, figura y número son definidos de una manera similar a sus correspondientes en el nombre, de esta manera especie se refiere a verbos primogénitos como amar y verbos derivados como armar que se deriva de armas. La figura alude a los verbos sencillos amar y a los verbos compuestos desamar y finalmente el número evoca al singular como en yo amo y al plural como en nos amamos. La explicación que da para género es de especial importancia, ya que en ella alude a conceptos como transitivo e intransitivo. El género es el accidente verbal por medio del cual se puede distinguir al verbo activo del verbo absoluto. El primero se define como aquel cuya acción recae en una persona o cosa, o en palabras de Nebrija (1492: libro tercero): “Activo verbo es aquel que passa en otra cossa. como diziendo io amo a dios. esta obra de amar passa en dios”. Esta definición alude claramente al concepto de verbo transitivo. Por su parte los verbos absolutos son aquellos cuya acción no recae en ninguna persona o cosa, tal como lo expresa el autor: “Absoluto verbo es aquel que no passa en otra cosa como diziendo io vivo, io muero. Esta obra de bivir e morir no passa en otra cosa despues de si” (Nebrija 1492 libro tercero). Aquí se hace alusión al concepto de verbo intransitivo. Los 58
otros accidentes verbales son el modo, el tiempo, la persona y la conjugación. Según Nebrija la lengua castellana tiene cinco modos: indicativo, imperativo, optativo, subjuntivo e infinitivo. El modo permite distinguir ciertas formas o matices de significado en el verbo. Los tiempos castellanos son cinco: presente, pasado no acabado, pasado acabado, pasado más que acabado y venidero. Las personas son tres: primera como yo amo, segunda como tu amas y tercera como alguno ama. El último accidente, la conjugación, puede dividirse en tres: la primera cuyo infinitivo termina en ar como amar y enseñar; la segunda con infinitivo en –er como leer y correr y la tercera con infinitivo en –ir como oir y vivir. Finalmente, cabe señalar que los capítulos doce, trece y catorce abordan el tema del gerundio, del participio y del nombre participial respectivamente, relacionados los tres con el nombre y el verbo. Gerundio El gerundio, según lo expuesto en el capítulo doce, es la forma presente del verbo del cual se origina. Aunque Nebrija no lo aclara, esta forma se corresponde con la flexión verbal – iendo o –ando. El gramático da el siguiente ejemplo: leiendo el virgilio aprovecho. También señala que el gerundio puede formarse con la preposición en más el infinitivo del verbo como en leer el virigilio aprovecho. Con respecto al significado menciona que el gerundio presenta el mismo significado del verbo del cual se origina. En el mismo capítulo dedica unas líneas al supino y dice que la lengua castellana no lo tiene. Sin embargo relaciona el primer supino latino (-um) con la construcción castellana formada por la preposición a y un infinitivo tal como aparece en la oración voy a cazar para el supino latino eo venatum. El segundo supino latino (-u)
lo relaciona con la
construcción castellana formada por la preposición de y un infinitivo que el llama infinitivo 59
de la pasiva, tal y como se aprecia en el siguiente ejemplo castellano: cosa maravillosa de ser dicha que se corresponde con el supino de la frase mirabile dictu. Participio El participio es considerado como una de las diez partes de la oración y se asemeja tanto al verbo como al nombre. Al igual que el verbo el participio tiene tiempos y a semejanza del nombre presenta casos. El participio también tiene accidentes tales como: tiempo, significación, género, número, figura y caso con declinación. Los tiempos del participio son tres: presente, pasado y venidero. Nebrija advierte que en la lengua castellana los participios en presente y venidero apenas si se advierten en el uso. Algunos de los ejemplos que da para estos participios son paciente, doliente, bastante, sirviente para el presente y cosa matadera que ha de matar, cosa hacedera que ha de ser hecha, queso asadero que ha de ser asado para el tiempo venidero. Asimismo señala también que el tiempo del participio que más se utiliza es el pasado: casi todos los verbos tiene un participio pasado. La significación alude a las formas activas y pasivas de los participios. Los participios presentes siempre son activos pues todos en su significado remiten a una acción, mientras que los participios pasados son por lo general pasivos, aunque algunos pueden ser activos como callado (el que calla), hablado (el que habla), porfiado (el que porfía), etc. Los géneros del participio son cuatro: masculino (el amado), femenino (la amada), neutro (lo amado) y común de tres (el corriente, la corriente, lo corriente). Las figuras son dos, como el nombre y el verbo, sencilla como amado y compuesta como desamado. Los números del participio son dos singular y plural. El caso y la declinaciones del participios son las mismas que presenta el nombre (Véase apartado para nombre y adjetivo).
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Nombre participial infinito Esta parte de la oración se corresponde con los participios pasados que acompañan al verbo haber en las perífrasis verbales como yo he amado, tú has amado, etc. Se utiliza para suplir aquellos tiempos verbales del latín que el castellano no tiene. Nebrija explica que lo denomina nombre porque significa sustancia y no presenta tiempos, y lo llama participial porque se asemeja al participio pasado Es infinito porque no posee ni géneros, ni número, ni casos ni persona. Ahora bien, el libro cuarto retoma en parte lo que menciona el libro tercero de los verbos activo y absoluto. Sin embargo cabe resaltar que a los verbos activos cuya acción recaen en otra persona o cosa, los denomina verbos transitivos; los gerundios y participios no se mencionan. Las cuatro gramáticas descritas en este capítulo: Introductiones latinae (1481), Introducciones latinas, contrapuesto el romance al latín (1486), Gramática castellana (1492) e Introductiones in latinam grammaticam (1523), abordan las mismas temáticas, es decir, abarcan las clases léxicas nombre, nombre adjetivo, verbo (incluyendo participio, gerundio, supino e infinitivo), adverbio, pronombre, preposición, conjunción e interjección. Incluyen también declinaciones nominales, conjugaciones verbales, orden de las palabras dentro de la oración (sintaxis), métrica, acento, etc. En relación con los índices temáticos, tal como se ha señalado al inicio del apartado sobre estos elementos, las gramáticas latinas presentan una manera muy similar de ordenar los temas, de esta manera los dos primeros libros tratan de las declinaciones de los nombres y pronombre así como de las conjugaciones de los verbos, incorporan también apartados que estudian brevemente las partes de la oración. Los siguientes dos libros (tercero y cuarto) abordan más a fondo cada una de las partes de la oración y explican aspectos de la sintaxis. Finalmente los últimos 61
libros (quinto y/o sexto) tratan de la sílaba, los pies, el verso y el acento. En cuanto a las definiciones para las clases léxicas nombre, nombre adjetivo y verbo, el criterio que prevalece es el sintáctico. Las clases de palabras nombre y verbo son descritas o definidas, la mayoría de las veces, en función de las palabras que les anteceden o les sucede, no obstante se presentan para cada una de ellas definiciones desde el punto de vista semántico. Por su parte el nombre adjetivo es descrito principalmente desde el punto de vista sintáctico, sin embargo cabe resaltar que en la Gramática castellana es considerado como uno de los accidentes del nombre; dicho accidente denota calidad.
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