CELEBRACIÓN DEL CATEQUISTA FIESTA DE SAN PIO X. Signos: Levadura, Harina en un recipiente, rodillo de cocina, tabla, pan, paño

Viernes, 21 de Agosto de 2015 CELEBRACIÓN DEL CATEQUISTA – FIESTA DE SAN PIO X META Al finalizar la Celebración del Catequista, todos los catequista

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Viernes, 21 de Agosto de 2015

CELEBRACIÓN DEL CATEQUISTA – FIESTA DE SAN PIO X META

Al finalizar la Celebración del Catequista, todos los catequistas de la Diócesis de Santa Rosa de Osos en ambiente de comunión y participación han: 1. Orado la Palabra de Dios, acogiéndola como estilo de vida cristiana. 2. Celebrado en comunidad su experiencia de fe vivida como catequistas discípulos misioneros. 3. Reconocido en San Pio X, Patrono de la Catequesis un modelo de fe desde su Ser, Saber, Saber Hacer y Saber Convivir. 4. Renovado su compromiso cristiano, personal y eclesial al servicio del Ministerio catequético. Mediante la lectura orante de la Palabra, la integración, la formación y celebración que favorezcan la vivencia del discipulado misionero para la catequesis, el encuentro con Jesucristo, creciendo como comunidad edificados en la fe.

LECTURA ORANTE DE LA PALABRA

Signos: Levadura, Harina en un recipiente, rodillo de cocina, tabla, pan, paño. 1. LECTURA: Lucas 13 20-21 · ¿De qué nos habla el texto? · ¿Qué nos dice cómo catequista? · ¿Qué debe hacer un catequista? 2. MEDITACIÓN: A la luz del texto y el Video de la canción “Dime como ser Pan”, enlace: https://www.youtube.com/watch?v=rQQRt4G9Zb8 o la letra (ver anexo 1); meditemos las siguientes preguntas: · ¿A qué población se dirige el video? · ¿Qué evoca en mí los signos que vemos? · ¿Qué realidades pudimos encontrar en el video? · ¿Cuál de las frases del canto te llamo más la atención? Explica. · ¿Con qué o con quien podríamos comparar el pan y la levadura? 3. ORACIÓN: ¿Qué nos mueve a decir este mensaje de la Palabra? 4. CONTEMPLACIÓN: En un momento de silencio contemplemos el signo y el mensaje de la Palabra como catequistas. 5. COMPROMISO: Se le entrega a cada uno un poco de levadura, que irá arrojando

en la masa ya medida que comparte su compromiso.

RELACIONES

DINÁMICA: Mi nombre me describe Cada catequista escribirá su nombre de manera vertical en una tarjeta, y cada integrante escribirá una cualidad que le quiera resaltar delante de una de las letras (forma de acróstico) y se van rotando todas las tarjetas.

San Pío X FORMACIÓN

Antes de iniciar este momento, preguntémonos: 

¿Qué sabe usted de San Pío X?

Al finalizar el compartir, por subgrupos reflexionan las lecturas que colocamos en el anexo 2 sobre la vida de San Pío X, desde SU SER, SABER, SABER HACER Y SABER CONVIVIR, pilares en los procesos de formación humana, cristiana, espiritual y apostólica de un catequista como discípulo-misionero de Jesucristo, dentro de la comunidad:  Dimensión Espiritual (Trascender - SER) Dimensión Intelectual (Saber) Dimensión Pastoral y Misionera (Saber Hacer) Dimensión Humana y Comunitaria (Ser Convivir)

  

En un pliego de papel cada grupo escribirá y compartirá los aspectos más sobresalientes de la dimensión que les haya correspondido, desde el modelo de San Pio X. Cuestionémonos: ¿Cómo debe ser la fe de un catequista? ¿Qué referencia hace la dimensión del “saber”? ¿Qué es para mí el "saber hacer" de un catequista? ¿Cómo diseñaría el perfil de un pedagogo de la fe? En este año de la fe vivida en comunidad, ¿Qué actitudes debo fortalecer para construir la comunidad de catequista? ¿Qué levadura esparció San Pío X a la Iglesia? PROYECCIÓN

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Ágape Comunitario: Motivación con Dinámicas, juegos, cantos …

(Anexo 1)

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(Anexo 2)

Dimensión Espiritual (Trascender - SER) Nacido en una familia pobre, humilde y numerosa. Giusseppe Melchiorre Sarto vino al mundo el 2 de junio de 1835 en Riese, Italia. Desde pequeño se mostró muy afanoso para los estudios, siendo esa inquietud la que le llevaría a aprovechar muy bien la enseñanza del catecismo. Por entonces, y desde que ayudaba al párroco como monaguillo, el travieso "Beppi" ya les decía a sus padres una frase que reiteraría con frecuencia: "Quiero ser sacerdote". De aquella época es la siguiente anécdota: En una ocasión, durante la catequesis parroquial, el párroco, para atraerse la atención de los niños, dijo: Regalaré una manzana a quien me diga dónde está Dios. El pequeño José Sarto se levantó como un resorte y, con vivacidad, dijo inmediatamente: Y yo regalaré dos, si sabe alguien dónde Dios no está. Con el tiempo este deseo que experimentó desde niño no haría más que afianzarse y madurar en un ardiente anhelo de responder al inicial llamado del Señor. Así pues, en 1850 ingresaba al Seminario de Padua, para ser ordenado sacerdote del Señor el 18 de septiembre de 1858. Su primera labor pastoral la realizó en la parroquia de Tómbolo-Salzano, distinguiéndose (además de su gran caridad para con los necesitados) por sus ardorosas prédicas. Por ellas el padre Giusseppe atraía a muchas "ovejas descarriadas" hacia el rebaño del Señor. Sus oyentes percibían el especial ardor de su corazón cuando hablaba de la Eucaristía, o la delicadeza y ternura cuando hablaba de la Virgen Madre, o recibían también sus paternales correcciones cuando se veía en la obligación de reprender con firmeza ciertas faltas o errores que deformaban la vida de caridad que debían llevar entre sí. Ya desde el inicio de su sacerdocio Giusseppe daba muestras de ser un verdadero hombre de Dios. El fuerte deseo de hacer del Señor Jesús el centro de su propia vida y de la de aquellos que habían sido puestos bajo su cuidado pastoral, le llevaba a darlo todo y darse todo él a los demás. Ningún sacrificio era muy grande para él cuando la caridad así se lo requería. Luego de trabajar en Treviso (1875 a 1884) como canciller y como director espiritual del seminario, el padre Sarto sería ordenado Obispo para la diócesis de Mantua. Como Obispo se distinguiría también -y de modo ejemplar- por la práctica de la caridad. En 1893, León XIII le concedió el capelo cardenalicio y Páginá 4

lo trasladó a Venecia. Al igual que en Tómbolo-Salzano, en Treviso y en Mantua luego, el ahora Patriarca de Venecia daría muestras de ser un celoso pastor y laborioso "jornalero" en la viña del Señor. En ningún momento cambió su modo de ser: siempre sencillo, siempre muy humilde, siempre ejemplar en cuanto a la caridad. Es más, a mayor "dignidad" dentro de la Iglesia (primero como obispo, luego como cardenal), mayor era el celo con el que se esmeraba en la práctica de las virtudes cristianas, especialmente en el humilde servicio para con quienes necesitasen -de una o de otra forma- de su pastoral caridad. Al tránsito de S.S. León XIII, acaecido el 20 de julio de 1903, el Cardenal Giusseppe Sarto sería el nuevo elegido por el Espíritu Santo para guiar la barca de Pedro, elegido Papa quien eligió el nombre de San Pio X.

Dimensión Intelectual (Saber) Luego de terminar sus estudios elementales, recibió clases privadas de latín por parte del arcipreste de su pueblo, Don Tito Fusarini, después de lo cual estudió durante cuatro años en el gimnasio de Castelfranco Veneto, caminando de ida y vuelta diariamente. En 1850 recibió la tonsura de manos del Obispo de Treviso y obtuvo una beca de la Diócesis de Treviso para estudiar en el seminario de Padua, donde terminó sus estudios filosóficos, teológicos y de los clásicos con honores. Fue ordenado sacerdote en 1858, y durante nueve años fue capellán de Tómbolo, teniendo que asumir muchas de las funciones del párroco, puesto que éste ya era anciano e inválido. Buscó perfeccionar su conocimiento de la teología a través de un estudio asiduo de Santo Tomás y el derecho canónico; al mismo tiempo estableció una escuela nocturna para la educación de los adultos, y siendo él mismo un ferviente predicador, constantemente era invitado a ejercer este ministerio en otros pueblos. En 1867 fue nombrado arcipreste de Salzano, un importante municipio de la Diócesis de Treviso, en donde restauró la iglesia y ayudó a la ampliación y mantenimiento del hospital con sus propios medios, en congruencia con su habitual generosidad hacia los pobres; especialmente se distinguió por su abnegación durante una epidemia de cólera que afectó a la región. Mostró una gran solicitud por la instrucción religiosa de los adultos. En 1875 creó un reglamento para la catedral de Treviso; ocupó varios cargos, entre ellos, el de director espiritual y rector del seminario, examinador del clero y vicario general; más aún, hizo posible que los estudiantes de escuelas públicas recibieran instrucción religiosa.

Dimensión Pastoral y Misionera (Saber Hacer) Cuando el cardenal Oreglia, decano del Sacro Colegio se le acercó para recibir su aceptación del Sumo Pontificado: ¿Aceptas la elección que acaba de hacerse de tu persona en calidad de papa?, el cardenal Sarto a esta pregunta contestó: Que ese cáliz se aparte de mí. Sin embargo, que se haga la Voluntad de Dios. La respuesta no fue considerada válida, por lo que el cardenal decano le hizo la misma pregunta por segunda vez. En esta ocasión el elegido respondió: Acepto como una cruz. A continuación fue interpelado por el nombre que elegía para su pontificado, y he aquí la respuesta: Puesto que debo sufrir, tomo el nombre de los que han sufrido: me llamaré Pío. El lema de su pontificado o su programa de trabajo fue: “Instaurare omnia in Christo”, Instaurar todas las cosas en Cristo (Ef. 1,10), que llevó a cabo con sencillez de ánimo, pobreza y fortaleza, promoviendo

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entre los fieles la vida cristiana por la participación en la Eucaristía, la dignidad de la sagrada liturgia y la integridad de la doctrina. Su Santidad Pío X promovió, así mismo, la reforma de la liturgia de las horas. San Pío X fue un gran catequista. Sintió la necesidad de hacer una urgente catequesis en la Iglesia universal. Nunca quiso abandonar los medios tradicionales de la catequesis y con su impulso se publicó el Catecismo que lleva su nombre. planteó la necesidad de que la instrucción catequética no se limitara a los niños, sino que también fuera dirigida hacia los adultos, dando para ello reglas detalladas, especialmente en lo referente a escuelas adecuadas para la impartición de la instrucción religiosa a los estudiantes de escuelas públicas, y aun de universidades. Es llamado también San Pío X el Papa de la Eucaristía ya que recomendó a través de varios decretos sobre la edad de la Primera Comunión, fijándola en la edad de la discreción, alrededor de los siete años y la Comunión frecuente, la razón de esta disposición promovida por el Santo Padre, la encontramos en estas palabras: "La finalidad primera de la Santa Eucaristía no es garantizar el honor y la relevancia debidos al Señor, ni que el Sacramento sea premio a la virtud, sino que los fieles, unidos a Dios por la Comunión, puedan encontrar en ella fuerza para vencer las pasiones carnales, para purificarse de los pecados cotidianos y para evitar tantas caídas a que está sujeta la fragilidad humana"

Dimensión Humana y Comunitaria (Ser Convivir) Tenía una honda preocupación por la santidad de los sacerdotes. Él mismo, con el ejemplo, se esforzó porque los clérigos cumpliesen cuidadosamente con las obligaciones propias de su estado, respondiendo de la mejor manera posible al don recibido de lo Alto, por la imposición de manos del Obispo. El sentido del deber y el ardiente amor al Señor debían llevarles a asumir con radical amor y fidelidad sus responsabilidades, y ése precisamente era el testimonio que él mismo daba a los clérigos. Humilde, muy humilde era aquel Papa que en su "Testamento Espiritual" dejaría escrito a sus hijos e hijas: “Nací pobre, he vivido pobre, muero pobre". La bondad fue otra de sus virtudes con la cual construía Iglesia: “Nunca fue difícil tratar con Pío X pues siempre estaba de buen genio y dispuesto a mostrarse como padre bondadosos con quien necesitara de él”. A no pocos edificó su admirable testimonio de caridad y de amor al prójimo. Cuando a su puerta tocaba alguien que necesitaba de su ayuda, renunciaba incluso a lo que él necesitaba para alimentarse: su magnanimidad no tenía límites. Sobrio y frugal en las comidas; amante de la limpieza y del orden; sencillo en sus vestidos; para nada amigo de recibir aplausos: así se mostró siempre Giusseppe, primero como presbítero, luego como Obispo y Cardenal, y también como Sucesor del Apóstol Pedro. Se encargó de fomentar la vida interna de la Iglesia. San Pío X murió el 20 de agosto de 1914. Fue beatificado por Pío XII el día 3 de junio de 1951 y el mismo pontífice lo canonizó el 30 de mayo de 1954.

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CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA

Comentario Inicial En conmemoración del Papa Pío X quien tuvo actuación decisiva a favor de la catequesis e hizo posible entre otras cosas que los niños se acerquen a los sacramentos a temprana edad, hoy celebramos el día del Catequista, a ellos se les ha concedido transmitir la Palabra de Dios mediante el ministerio catequético, a fin de toda la comunidad parroquial crezca en la fe, la esperanza y la caridad. LITURGIA DE LA PALABRA (VIERNES DE LA VIGÉSIMA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO) Primera lectura Rt 1,1.3-6.14b-16.22: Noemí, con Rut la moabita, volvió a Belén. En tiempo de los Jueces, hubo hambre en el país, y un individuo emigró, con su mujer Noemí y sus dos hijos, desde Belén de Judá a la campiña de Moab. Elimelec, el marido de Noemí, murió, y quedaron con ella sus dos hijos, que se casaron con dos mujeres moabitas: una se llamaba Orfá y la otra Rut. Pero al cabo de diez años de residir allí, murieron también los dos hijos, y la mujer se quedó sin marido y sin hijos. Al enterarse de que el Señor se había ocupado de su pueblo, dándole pan, Noemí, con sus dos nueras, emprendió el camino de vuelta desde la campiña de Moab. De nuevo rompieron a llorar. Orfá se despidió de su suegra y volvió a su pueblo, mientras que Rut se quedó con Noemí. Noemí le dijo: -Mira, tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a su dios. Vuélvete tú con ella. Pero Rut contestó: -No insistas en que te deje y me vuelva. Donde tú vayas, yo iré; donde tú vivas, yo viviré tu pueblo es el mío, tu Dios es mi Dios. Así fue cómo Noemí, con su nuera Rut la moabita, volvió de la campiña de Moab. Empezaba la siega de la cebada cuando llegaron a Belén. Salmo Responsorial Sal 145,5-6ab.6c-7.8-9a.9bc-10: Alaba, alma mía, al Señor. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob, el que espera en el Señor, su Dios, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y cuanto hay en él. Que mantiene su fidelidad perpetuamente, que hace justicia a los oprimidos, que da pan a los hambrientos, el Señor liberta a los cautivos. El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos. Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. Páginá 7

El Señor reina eternamente, tu Dios, Sion, de edad en edad. Mt 22,34-40: Amarás al Señor, tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo. En aquel tiempo, los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se acercaron a Jesús y uno de ellos le preguntó para ponerlo a prueba:-Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley? Él le dijo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser”. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas.

Oración universal Presidente: Como Iglesia, reunidos en torno a Jesucristo, intercedamos al Padre por las necesidades de nuestros hermanos catequistas. Oremos diciendo: ESCÚCHANOS PADRE 1. Oremos por el Papa Francisco, por nuestro Obispo Jorge Alberto Ossa, por los Sacerdotes, diáconos y todos los que trabajan al servicio de la Palabra de Dios para que ejerzan su ministerio con responsabilidad, entrega y amor. OREMOS 2. Oremos por los Gobernantes, Empleados Públicos y Candidatos a las alcaldías para que promuevan los valores de justicia, paz y libertad promoviendo su trabajo al servicio de la comunidad. OREMOS 3. Oremos por nuestra Comunidad de ___________ para que en el corazón de todos los hombres crezca la semilla de la Palabra de Dios como una vid fecunda. OREMOS 4. Oremos por todos los Catequistas para que unidos más a Jesucristo sean verdaderos discípulos misioneros al servicio de la Iglesia. OREMOS

Ofrendas Pan y vino: Con el pan y el vino te presentamos Señor a los catequistas para que continúen siendo verdaderos evangelizadores tuyos en esta Iglesia permaneciendo unidos a tí. La Biblia: te presentamos Señor la Biblia que es fuente de inspiración para nuestro trabajo evangelizador y el alma de la catequesis Antorcha: Te presentamos Señor esta antorcha para que no deje de arder en cada uno de los catequistas el deseo de encontrarte, amarte, conocerte y servirte en cada uno de los catequizandos. Gota de agua: Te presentamos Señor esta gota de agua para que tu Palabra que transmitimos, toque vida y refresque los corazones de todos los catequizando.

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Gracias, muchas gracias Catequistas 

Gracias catequista, por responder a la llamada gratuita de Dios que te constituyó en educador de la fe de tus hermanos.



Gracias catequista, porque con tu alegría, disponibilidad, amor y paciencia me ayudas a descubrir la presencia amorosa de Jesús.



Gracias catequista, porque con tu vida sencilla y comprometida me enseñas que el cristianismo vivido al servicio de los hermanos es fuente de felicidad.



Gracias catequista, porque a través del estudio asiduo de la Palabra y de la doctrina de la Iglesia para compartirlo conmigo me liberas, ahora entiendo porque decía Jesús, «la verdad os hará libre».



Gracias catequista, porque lo que me enseñas no es solo el fruto del estudio de grandes volúmenes de doctrina sino tu simple y bella experiencia de fe.



Gracias catequista, porque anunciaste a Jesús no solo con las palabras, sino, también con los gestos, la mirada y el silencio.



Gracias catequista, porque no respondiste a mis preguntas haciéndome creer que sabías mucho, sino, que me ayudaste a entrar en mí permitiéndome escuchar el espíritu que habla dentro de mí.



Gracias catequista, porque me enseñaste a percibir a Dios como Padre y me enseñaste a dirigirme a él como una hija.



Gracias catequista, porque al tener tanta paciencia conmigo me enseñaste a respetar el ritmo de los otros así como Dios hace con cada uno de nosotros.



Gracias catequista, porque me haces vivir el día del catecismo como día de encuentro, de fiesta, de comunidad, de reflexión, un día diferente a los otros.



Gracias catequista, por aceptar las críticas y correcciones sin desanimarte, y por estar siempre en búsqueda de nuevos métodos y experiencias.



Gracias catequista, por escucharme, animarme, exigirme, guiarme a Jesús y hacerme sentir miembro vivo de mi comunidad parroquial, Gracias por ser compañero en el camino de mi fe.

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