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Revista Mirada Universitaria
PUCESA
CÓMO VIVIR CADA ETAPA CONYUGAL PARA ENVEJECER JUNTOS
Junio 2013 | Número 11
Cómo Vivir Cada Etapa Conyugal para Envejecer Juntos
Alejandra Naranjo
Y llegó el gran día: ¡el esperado matrimonio! Empieza una vida juntos; una vida llena de emociones, sueños, planes y anhelos. Pensamos en la clásica línea de los cuentos infantiles: “se casaron y vivieron felices para siempre”. Es decir, después de todos los problemas que atravesaron, los protagonistas llegan a su final feliz. El matrimonio puede considerarse el inicio de una experiencia para la cual nadie estará completamente listo y en donde la pareja encontrará un sinnúmero de altibajos –no sólo la idealizada felicidad. ¿Cómo entender el cambio de no querer separarse ni un segundo durante el noviazgo a no soportar a la pareja después de un tiempo de casados (a pesar de sentir que aún se aman)? El objetivo de este ensayo es presentar la dinámica de una pareja y el porqué de muchos conflictos. La idea es aportar con una reflexión que nos ayudará a evitar la frustración y desesperación que todo matrimonio puede sentir en cierto momento. Volvamos a la línea final de los cuentos de hadas. Puede ser que esa simple frase distorsione la idea de lo que será el matrimonio, ya que nos lleva a idealizarlo y considerar que será el que nos proporcionará la satisfacción plena de todas las necesidades, o nos producirá eterna felicidad. Sin embargo, esto solo causa que en nuestra pareja recaigan expectativas muy grandes. Así, si vemos que aquellas expectativas no se cumplen, surge la frustración y la dificultad para resolver cada pequeño conflicto necesario que se presenta con el paso del tiempo.
es decir, dejaron de demostrarse amor, de dar y recibir, y esperaron que por estar casados el amor
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sucede con frecuencia que pensaban que el amor estaba en el matrimonio y no en ellos mismos,
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¿A dónde se fue el amor?, se preguntan muchas parejas que recurren a terapia. Pues
iba a estar implícitamente presente. Siguen buscando el perfecto matrimonio y olvidan disfrutar de las pequeñas imperfecciones que hacen plenamente hermoso aquel caminar juntos, para toda la vida, como lo dijeron y decidieron alguna vez. Se puede afirmar que los valores y la percepción que tienen las parejas respecto al matrimonio también influyen en las formas de conflictos. Así, Willi (2002) identificó diferencias en la apreciación que tienen las parejas maduras por su manera de pensar respecto al matrimonio que las formadas por jóvenes. Las parejas maduras tienden a querer mantener una sujeción demasiado fuerte y ven en el matrimonio algo que debe ser para toda la vida, mientras que en los jóvenes se observa que la institución del matrimonio ha perdido importancia. En su lugar existen muchos pensamientos que consideran una supuesta libertad en la pareja, pero tras de ello se encuentran múltiples temores a estar solos. Para comprender por qué en ocasiones surgen conflictos, los especialistas que estudian la dinámica de pareja afirman que toda pareja y familia atraviesa un ciclo vital familiar, en el que los miembros se desarrollan y evolucionan. Este ciclo está marcado por los cambios que se presentan dentro de la pareja en un inicio, y en lo posterior con la presencia o ausencia de los hijos. De esta manera, algunos investigadores señalan que son algunos los factores que influyen en el aparecimiento de las diversas etapas del ciclo, lo que afecta directamente la relación de pareja. Los factores se refieren a algunos de estos cambios y transiciones: cambios en el tamaño de la familia, debido usualmente a la llegada, salida o pérdida de miembros; cambios laborales del jefe de familia; cambios en el contenido del rol y en las tareas de los miembros de la familia; transiciones asociadas a ingreso a la escuela, pubertad, salida del hogar; y cambios en la
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orientación de las metas familiares.
Considerando el desarrollo que puede tener una pareja, se mencionan las siguientes etapas (las mismas que variarán en duración de acuerdo a cada caso):
La “luna de miel” Es característico el galanteo. Inicia después de la boda y el tiempo que va a durar depende de la pareja pero pueden ser los primeros meses de matrimonio. La pareja presenta sueños e ilusiones, la idealización del cónyuge y de sus virtudes, una relación simbiótica, promesas que parecen garantizar la obtención de felicidad para toda la vida.
Vuelta a la realidad - “Rutina” Uno o ambos miembros de la pareja salen para cumplir con obligaciones. En esta etapa puede darse la llegada del primer hijo. Por estas circunstancias se resquebraja la relación simbiótica. Surgen, además, sentimientos de frustración, y la esperanza de volver a la luna de miel. Hay el temor de que se acabe el amor.
Lucha por el poder – “Amargura y agresión” Comienza cuando la persona deja de pedir o esperar, y empieza a demandar que el otro cumpla sus promesas. Existe temor de perder la felicidad. Ambos se quejan por haber sido defraudados. Aparecen amenazas de tipo “te voy a hacer cumplir las promesas que me hiciste”. Aumenta la manipulación, hay peleas continuas, se culpabiliza al otro por la situación vivida. En ocasiones se busca ayuda para que el otro cambie. Desilusión y separación – “Ya me cansé” Uno o ambos miembros de la pareja deciden que no vale la pena luchar para alcanzar el sueño de la felicidad. Se pueden identificar dudas para continuar o no. Existe una separación en lo
para crecer y tomar responsabilidad del compromiso, hacer ajustes, renegociar la relación,
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emotivo y lo sexual, y cada uno se dedica a alguna actividad para llenar el vacío. Están listos Página
cambiar y crecer; o, al contrario, romper la relación, pues consideran que se equivocaron al estar juntos.
Transformación o toma de la responsabilidad Inicia cuando se acepta la responsabilidad de lo que sucede y de lo que se espera. Surge la disposición para renegociar la relación con bases más sólidas. De esta manera se comprometen, se aceptan sin esperar que a otra persona satisfaga todas sus necesidades y se comprende que el amor es algo más que un sentimiento.
Estabilidad y compromiso – “Ahora si me caso contigo” Cada uno siente que puede compartir sin imponerse o ser impuesto. La intimidad se intensifica. Tienen un plan de vida en común y ambos sienten que están creciendo y se están realizando.
Generatividad La pareja no está absorta por su propia relación y siente que se puede dar a los demás sin menoscabar su propia relación. Pueden sentir que no están viviendo en vano y llegan a la autorrealización. Mencionaremos algunas recomendaciones obtenidas de los resultados de varias
investigaciones para aplicarlas en los momentos de crisis. Éstas deben ser adaptadas, ya que dentro de cada pareja y de cada familia existe un mundo diferente, con sus características propias. Los problemas de pareja pueden surgir por un mal manejo de las diferencias personales, y de sus conflictos individuales. No es la incompatibilidad la causa de problemas, es la dificultad para resolver los conflictos que se generan de sus diferencias. Se considera que dentro del
van a existir desacuerdos; de hecho, es lo que permitirá que la pareja crezca.
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matrimonio es imposible que no existan conflictos. Por ser una relación tan íntima, siempre Página
Se debería dialogar dentro de cada pareja sobre cómo ser felices con el ser que decidimos amar. El amor no siempre es cuestión de sentir, sino de mantener, cuidar y valorar.
El matrimonio y su vida sexual no van a ser siempre iguales. Tal vez en un inicio existía mayor pasión, pero con el paso del tiempo puede disminuir, sin que eso sea señal de que se ha deteriorado la relación. Igualmente, en un matrimonio de varios años la queja es que el cónyuge cambió; pero, lo raro sería que después de muchos años no haya cambiado.
Para mantener un matrimonio feliz en todas las etapas se recomienda: estar conscientes de lo que esperamos ya que unas altas expectativas desembocan en frustración; ser razonables; ser específicos y decir lo que queremos, ya que la otra persona no puede leernos la mente; y estar dispuestos a complacer a la pareja (Zabala, 2009).
Algunos investigadores han señalado que aunque las capacidades de escucha y comunicación son necesarias, las parejas que tienen una buena relación demuestran que son verdaderos amigos, reconocen y favorecen las necesidades del otro, y comprenden que una solución en la que ambos ganen a veces requiere de duras decisiones.
Todas las parejas, en cierto punto de la relación, pueden sentir un conflicto entre la necesidad de libertad individual y el anhelo de tener una persona estable y duradera a su lado. Para ello cada pareja debe buscar el equilibrio que les ayude a sentirse satisfecha. Para las personas casadas, las que planifiquen casarse o simplemente las curiosas,
podemos resumir de la siguiente manera. Si una pareja siente que tiene un problema conyugal, debería decidir tener un nuevo matrimonio con la misma persona. Sea cual sea la etapa en la que se encuentren, otra decisión podría ser disfrutar de las imperfecciones, dejar de lado los
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discutir, solo hacerlo de una manera adecuada. Es necesario ver que cada uno es responsable de
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pensamientos erróneos y negativos, ver la importancia de aceptarse mutuamente y no dejar de
su propia felicidad, pero que juntos pueden vivir felices hasta envejecer, para seguir escribiendo su cuento porque éste no termina con el matrimonio, apenas empieza.
Referencias
Willi, J. (2002). La pareja humana: relación y conflicto. Madrid: Ediciones Moratas.
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Zabala, F. (2002). A pesar de nuestras diferencias... Me casaría de nuevo contigo. S.d.