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CONOCIENDO A DON BOSCO
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I.- EL MÉTODO CORRECTO PARA EL ESTUDIO DE LA VIDA DE DON BOSCO En el pasado, inmediatamente después de la muerte de Don Bosco, la literatura sobre su persona se alimentó de un grande optimismo despertado por su gigantesca figura de educador y de organizador de obras a favor de los jóvenes. El entusiasmo fue empujando los límites de la verdad histórica hasta quererlo adornar con méritos no comprobados totalmente, por ejemplo, como el iniciador de los oratorios, como primer divulgador del Sistema Métrico Decimal, o como primer promotor de los contratos entre los aprendices y los patronos. En Milán, hacia 1850, había 15 oratorios para jóvenes, algunos de los cuales tenían más de un siglo de existencia (P. Stella I, p. 106, nota 15); la difusión del Sistema Métrico Decimal está ligado a los Hermanos de las Escuelas Cristianas, anteriores a D. Bosco en Turín (ver el mismo Stella p. 17, nota 14); los contratos a beneficio de los aprendices eran practicados en Piamonte por la Pía Obra de la Mendicidad Instruida, aprobada por el obispo desde 1774 (Stella, p. 17, nota 15) 1 Hoy, gracias a los abundantes documentos heredados y a la mayor prospectiva histórica, puesto que estamos más alejados de los acontecimientos, nos podemos dar cuenta de esas imprecisiones, 1.- P. GARCÍA, Jorge, sdb (adaptación del libro “Iniciación el estudio de Don Bosco” por el P. Fernando Peraza Leal, sdb). Conociendo a Don Bosco. Curso de iniciación al estudio de la vida de San Juan Bosco, CSRFP, Quito 1999.
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producto del entusiasmo y de la devoción. El examen atento de esos documentos y de su valor se puede emprender con mayor serenidad, conscientes de la seguridad que esto ofrece a quienes se inspiran en Don Bosco para su acción y su vida. Don Bosco, mientras más verdadero, es más hermoso y atractivo, y está más al alcance nuestro para imitarlo. Tenemos que estudiar a Don Bosco con un método que nos acerque a la verdad de su persona, sin dejarnos llevar por el antiguo entusiasmo, “no porque haya disminuido la fe en que Don Bosco ha sido uno de los más singulares personajes del catolicismo de siglo XIX, sino porque a la aclamación entusiasta le está sustituyendo una atenta reflexión… hoy es necesaria una presentación histórica de Don Bosco hecha con un método científicamente válido. Y nada es más connatural en él que presentar su obra en su desarrollo histórico, desde el momento en que él mismo quiso presentar su vida precisamente como Historia del Oratorio” (P. Stella, I, p. 17 y 18). El profesor de historia de la Iglesia, Walter Nigg, luterano, que hizo una biografía de Don Bosco en 1981, afirma también, en relación con las biografías de los santos. “Porque suelen los hombres, conscientes o inconscientemente manipular con los santos hasta lograr que se conformen con cierto esquema convencional… en cambio es necesario presentarlos de acuerdo a la realidad de la vida eclesial y en forma que el pueblo cristiano se sienta vivamente atraído. Pero cierto que no hay mala intención en el uso de tales afeites o cosméticos de belleza. Solo es evidente el deseo de que el santo aparezca hermoso, virtuoso y noble, porque cualquier defecto no haría más que ofuscar y dañar su imagen. Sin embargo tales procedimientos nos parecen erróneos. La razón es porque presentan a todos los santos de acuerdo al mismo modelo, de lo cual deriva una fastidiosa y pesada uniformidad, ya que la rica variedad de matices que ofrece el mundo de los santos resulta fatalmente velada. Don Bosco no se libró de tales fanáticos devotos. Es verdad que se cuenta con una preciosa literatura de su persona, pero más de una vez lo han presentado en forma que se ajusta exactamente a un mismo molde. En alguna ocasión alguien trató de aplicarle las conocidas palabras: “llegué, vi, vencí”. O no ha Método de Estudio
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faltado quien interpretado el sueño de los 9 años como un suceso vocacional, opinando que la carrera del santo haya empezado en la primera infancia. Tampoco han faltado quienes han identificado su personalidad con las habilidades infantiles de prestidigitador, afirmando que las numerosas dificultades que tuvo que vencer no fueron tales. Por otra parte hay obras sobre Don Bosco que, escritas bajo la impresión de su canonización, reflejan caracteres triunfalistas que no caen bien”. (Walter Nigg/ “Don Bosco, un santo para nuestro tiempo”, Editorial Salesiana, Santiago de Chile, 1981, p. 7). Es necesario seleccionar una manera de estudiar a Don Bosco si queremos tener de él un conocimiento completo, objetivo, apropiado a su persona y a su vida. Por eso proponemos un método ya experimentado que llena las condiciones que acabamos de enunciar: el método HISTORICOGENÉTICO-PROCESUAL-TEOLÓGICO. MÉTODO HISTÓRICO: que compruebe la veracidad y el sentido de los hechos a base de documentos objetivos y por las fuentes históricas de mayor credibilidad; que ubique la vida de Don Bosco en su contexto cultural (familiar, local, piamontés, europeo) y cada acontecimiento en sus circunstancias y tiempo precisos y con relación a otros hechos y otras personas contemporáneas. MÉTODO HISTÓRICO- GENÉTICO: significa que trata de conocer y examinar las causas que influyen de tal manera en él que generen su modo de ser, de pensar y su estilo de trabajo. MÉTODO HISTÓRICO-PROCESUAL: este método ve no solo el hecho en sí, como estático, a manera de una fotografía, sino más bien como una película, en la sucesión de los cuadros, con el antes y el después de cada cuadro. Don Bosco cambió a través de su vida. Fue madurando como hombre y como cristiano hacía la santidad. Y también la historia de su tiempo Método de Estudio
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(de su patria y de la Iglesia) fue cambiando. Queremos captar a Don Bosco a través de estos cambios. MÉTODO TEOLÓGICO: hay que tener clara conciencia de que nos acercamos a él como a un santo. Estamos ante una obra de la gracia, de la acción de Dios sobre el ser humano. Estamos en presencia de una criatura en quien obra y domina, de una manera peculiar, la vida del Espíritu de Dios, que tiene un plan para él, dentro de la Iglesia y de la humanidad. Y esto no puede ser captado por la ciencia, ni podemos descubrirlo en los documentos. Escapa a nuestra investigación. Dice el citado Walter Nigg en su libro sobre Don Bosco: “interesa cómo es el santo, su realidad histórica… pero la ciencia por si sola es ineficaz para comprender la profunda realidad de los santos. La ciencia queda en las constataciones de la experiencia… la hagiografía va mas allá, no es solo fruto de la ciencia, sino de una intuición artística, de una visión religiosa, de una exploración interior…”
II.- FUENTES LITERARIAS HISTORICO-BIOGRÁFICAS SOBRE DON BOSCO Solamente tratamos de biografías. Presentamos análisis y orientaciones para la lectura. 1. LITERATURA ENTUSIASTA La literatura sobre Don Bosco ha sido muy abundante, pero tuvo su culmen alrededor de su beatificación y canonización. Antes, ya desde 1875-1881, hubo publicaciones en forma de artículos, de fascículos laudatorios, en Marsella (L. Mendre, 1879; P. Jues Rostand, 1881), en Padua (E. Conestabile, 1878) y en Roma (C. Leonori, 1881). Se puede considerar como iniciador de la literatura entusiasta al médico de Niza, Carlos D´Espiney, amigo personal de Don Bosco, que veía en el sacerdote piamontés la mano palpable de Dios que obraba Método de Estudio
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prodigios por medio de María Auxiliadora a favor de su siervo. Su biografía, publicada en francés en 1881 con el título de Dom Bosco, está hecha de anécdotas. Sirvió para preparar el triunfo de Don Bosco de 1883, en París. En pocos años fue traducida al italiano, alemán, español, y portugués. Fue también la base de otras publicaciones en húngaro, polaco, ucraniano, y fuente de inspiración para muchos artículos de revistas y publicaciones de inspiración católica en Europa y América Latina. Esta biografía tenía algunas imprecisiones. Los salesianos y el mismo Don Bosco encargaron a un literato francés, Alberto Du Boys, que hiciera una nueva biografía. Salió a la luz en 1883, en francés, con el título de “Dom Bosco et la Pieuse Societé des Salésiens”, fue traducida pronto al italiano y en pocos años llegó a la cuarta edición. Es menos anecdótica que la anterior, pero igualmente laudatoria y elogiosa, celebra a Don Bosco como el poeta de la caridad… “el homero del apostolado católico”. Escriben con mucho entusiasmo sobre Don Bosco y le atrajeron mucha simpatía y admiración pero no señalan la realidad histórica de su tiempo, ni de su tierra, ni de la Iglesia en que vivió, ni su crecimiento como hombre y como cristiano, ni la originalidad de su mensaje pedagógico. De 1884 es también el libro de Marcelo Spínola, obispo de Milo y después cardenal, en España. Su libro, “Don Bosco y su obra”, fue editado en Barcelona. Es también laudatorio y entusiasta: “Dios en su misericordia nos lo ha dado para que con su potente brazo haga retroceder la avalancha de la iniquidad y esparza por todas partes la semilla del bien”. Alaba también mucho a los salesianos: “Tiene el salesiano algo de la energía, de la actividad, de la extensión y alteza de miras y de la incontrastable firmeza jesuita, tiene algo de la popularidad del capuchino, tiene algo del recogimiento y de los hábitos de trabajo del monje, tiene algo, en fin, de todos los institutos religiosos conocidos, siendo no obstante, un tipo nuevo” (p. 99).
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2. LOS PRIMEROS CRONISTAS Algunos alumnos del oratorio, a partir de 1858, empiezan a anotar por propia iniciativa los hechos y palabras de Don Bosco, de los cuales son observadores y frecuentemente protagonistas. Es un género de narrativa familiar, que revela admiración y amor. Entre estos cronistas están:
Juan Bonetti (1838 – 1891)
Domingo Ruffino (1840 – 1865), su crónica data de 1858
Pedro Enria (1841 – 1898) había quedado huérfano a raíz del cólera de Turín en 1854 y fue llevado al oratorio por Don Bosco. Fue su enfermero en Varazze, en 1871, y en su última enfermedad. Escribió tres cuadernos con anotaciones desde 1854 a 1888, que se encuentran en el apéndice de “Don Bosco nella storia económica e sociale” de P. Stella.
Julio Barberis (1847 – 1927) escribió una crónica que va de 1875 a 1888.
Carlos Viglietti (1864 - 1915) fue secretario particular de Don Bosco en sus últimos años y nos deja una crónica de 1884 a 1888.
Juan Bautista Lemoyne (1839 – 1916) que empezó a escribir en 1864, cuando entró al oratorio siendo ya sacerdote, y sus crónicas se extienden hasta 1870.
La Comisión de las Fuentes En 1861 se crea una comisión de 14 miembros para la recopilación y verificación de datos sobre Don Bosco. Esta comisión pronto entró en crisis. En 1874 se creó otra comisión, bajo la presidencia de Don Rúa. De ahí surge, entre otros escritos, la crónica de Don Barberis (1875 – 1880). Método de Estudio
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En 1863 el Padre Juan Bautista Lemoyne, llamado a ser secretario del Capítulo Superior (el Consejo General de la Congregación Salesiana) y más tarde de Don Bosco, continúa la recopilación de datos junto con Don Carlos Viglietti. 3. LAS MEMORIAS BIOGRÁFICAS Don Lemoyne no solo fue secretario de Don Bosco sino un amigo fiel y su confidente. Al asumir el cargo de secretario de Don Bosco éste le dijo: “Me confío totalmente a ti; ten mucha paciencia en escucharme. No tendré secretos contigo, sea en lo que guardo en mi corazón como en lo referente a la Congregación. Cuando llegue la hora de mi muerte necesitaré cerca de mí a un íntimo amigo a quien pueda hablarle con toda confianza”. (B.B. XVI, 351). Durante 30 años pudo reunir y ordenar un enorme material que dio la base para elaborar las Memorias Biográficas, que comprenden diecinueve volúmenes de la vida de Don Bosco, la obra más importante que tenemos sobre nuestro Santo. En realidad la documentación está organizada en 45 volúmenes y se encuentra en el Archivo Central Salesiano. La convicción de Don Lemoyne está declarada en la introducción del primer volumen: la vida de Don Bosco “es un complejo maravilloso de cosas, en las cuales evidentemente se manifiesta el dedo de Dios para nuestro inefable consuelo” (M.B. I, VII). El mismo Lemoyne, antes de morir, resumió la vida completa de Don Bosco en dos volúmenes, que había sido la más usada por otras biografías como fondo de información. ¿Cuál era este material que recopiló Don Lemoyne? Los apuntes de los primeros cronistas espontáneos desde 1858. Lo que hizo aquella primera comisión de 1861 y las sucesivas comisiones. Los Manuscritos de Don Bosco.
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“Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales”, que abarcan los primeros 40 años de su vida. Las hizo por orden del Papa Pío IX. Es el material más valioso que tenemos sobre la infancia de Don Bosco y fue publicado por primera vez en 1946. Otros escritos sobre Don Cafasso (1860), sobre el compañero de seminario José Burzio y las biografías de Comollo (1844), Savio (1859), Magone (1861), Besucco (1864), Luis Fleury, Colle (1882). En estos escritos se transparentan rasgos y características del autor. Otras “memorias” que van de 1864 a 1887.
Los testimonios de personas que conocieron a Don Bosco, recabados poco después de su muerte por algunos salesianos como Don Secondo Marchisio, Don Joaquín Berto, Don Juan Bonetti, Don Juan Bautista Francesia. El epistolario. Los testimonios de los proceso de beatificación y canonización. Don Lemoyne alcanzó a publicar solo nueve volúmenes, porque murió en 1916. Pero dejó el material preparado para los otros diez, que terminaron de publicarse en 1939. Con frecuencia Lemoyne afirmará que no inventa nada, cf. MB I, capítulo XV: “Nos sentimos en la obligación de indicar algunas cosas necesarias para demostrar que lo que hemos escrito y vamos escribiendo está fundado en la verdad… mi narración es conforme a la verdad. Yo mismo, desde 1864 hasta 1888, consigné por escrito cuanto sucedió de más memorable. Muchas cosas las supe a través de frecuentes, largos y confidenciales coloquios tenidos con el siervo de Dios a lo largo de 24 años, de los que no dejé perder ni una sola palabra… estas páginas fueron dictadas no por la fantasía sino por el corazón, guiado por la fría razón, después de muchas disquisiciones, correspondencia, confrontaciones. Las narraciones, los diálogos, todo aquello que he creído digno de memoria, solo son la exposición literal de lo manifestado por los diversos testimonios. Mi descripción es propia de quien habla en Método de Estudio
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familia y mi anhelo es el de presentar a Don Bosco como fue; reproducir en cuanto sea posible, al vivo, su retrato”. Juicio global sobre Don Lemoyne Don Lemoyne es un biógrafo honesto, cuya obra está respaldada por una copiosa documentación que existe en el Archivo Salesiano Central (ASC). Pero reconocemos todos que no comprobó suficientemente la objetividad de los documentos que poseía. Es evidente también que escribe desde una óptica religiosa contraria al anticlericalismo creciente del siglo XIX desde la cual interpreta la figura de Don Bosco y los acontecimientos de la Iglesia y de la historia. Es un narrador y de buena vena poética. Era un emotivo – activo, no un intelectual o pensador. Recopilador de una constancia notabilísima. Fue un confidente afectuoso de Don Bosco, a quien escuchó y observó muy atentamente El P. Ángel Amadei publicó el X en 1939. Podemos decir que Amadei mantiene, en la elaboración de su libro, los criterios y la óptica de Lemoyne. El P. Eugenio Ceria del XI al XIX, que terminó también en 1939. Don Ceria, que escribió los volúmenes XI al XIX, entre 1929 y 1939, es un hombre muy preparado científicamente, es un humanista y estudioso de la espiritualidad. Trabaja con la misma documentación que dejó Don Lemoyne y trata de ser menos cronista, de día por día, prefiriendo englobar en espacios más largos de tiempo, las etapas de la vida de Don Bosco. El P. Desramaut, dice en su estudio sobre el Vol. I de las MB.: “para mí la obra de Don Ceria es sólida” (pg. 4, nota 21). En la inmediata postguerra surgieron algunas opiniones sobre las memorias Biográficas que ponían en duda la validez histórica, sobre todo de la obra de Lemoyne. Don Ceria, en una carta al Director del Estudiantado Teológico de Bollengo, Italia, hace la defensa de dicho Método de Estudio
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autor y del afecto con que él mismo escribe las memorias Biográficas, sin que por ello intente manipular los hechos, que busca documentar mas cuidadosamente (cf. Sussidi 3, Roma, Dicasterio per la formazione). 4. BIOGRAFÍAS EPISÓDICAS Son las biografías que se nutren de la obra de Lemoyne, tanto de las M.B. como de las biografía en dos volúmenes que editó en 1911-1913. A veces hacen aparecer a Don Bosco como un hombre superficial, al que no le costó ningún trabajo ser bueno y llegar a la santidad. Tienen por lo general una función amena y educativa. Pero es verdad que lo hacen simpático y muchos solo lo conocen por estos libros. Por lo menos hay que reconocer sus límites. Son insuficientes para tener un conocimiento completo sobre la vida del santo. Entre ellos:
Don Bosco que ríe (Luis Chiavarino, 1929) Episodios de Don Bosco (Juan Zin, 1928) Florecillas de Don Bosco (Miguel Molineris, 1973)
5. MODERNAS BIOGRAFÍAS Estas biografías aparecieron alrededor de la beatificación (1929) y canonización (1934) del santo. Son biografías más completas y sólidas, que presentan a Don Bosco como un hombre que creció en virtudes y superó dificultades. Incorporan la información ofrecida en los procesos de beatificación y canonización, introducidos en Roma el 28 de julio de 1907.
“Un gran educador S. Juan Bosco” de Agustín Aufray (1929), traducida a muchos idiomas, ubica al santo en su contexto histórico, geográfico, religioso, político y cultural. “S. Juan Bosco en su vida y en sus obras”, de E. Ceria, 1934. “D. Bosco”, de Juan Joergensen, en 1929. “Las aventuras de Don Bosco”, de Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría). Esta novela histórica se considera también como perteneciente a este género.
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“Il Beato Giovanni Bosco”, del Card. Carlo Salotti, SEI, Torino, 1929. “Don Bosco, un amigo”, de Enzo Bianco y Carlo De Ambrogio, 1965.
6. CRITICA HISTÓRICA Algunos pusieron en duda la seriedad histórica de Lemoyne con expresiones como esta: “se dice que Lemoyne no sería un historiador sino un novelista histórico”…, “en las MB hay muchos hechos que no resisten la más benigna crítica”…, “hay contradicciones sobre todo en los primeros volúmenes”, cosa muy grave para una obra fundamental (cf. Francis Desramaut, “Les Memorie I…” pg. 4). Se dio inicio poco a poco a los estudios críticos de documentos relacionados con la biografía de Don Bosco, prescindiendo de la información presentada por Lemoyne en las Memorias Biográficas, que había sido la fuente tenida en cuenta hasta entonces. Se ha llegado poco a poco a rectificar fechas y hechos con sólidas bases científicas y se han estudiado aspectos culturales e históricos más amplios en que se mueve su vida o se destaca su protagonismo. Al mismo tiempo se ha recuperado la credibilidad fundamental en Lemoyne, como un autor que no inventó nada, porque existen los documentos que respaldan sus afirmaciones. Tal vez se le puede reclamar que no fue suficientemente exigente en seleccionar esos documentos, con más rigor científico. Y, además, está claro que las fuentes de Lemoyne fueron Don Bosco mismo y sus hijos salesianos, sus amigos y sus admiradores, que no podían ser imparciales. Son notables los libros de Francis Desramaut: “Les Memorie I de J.B. Lemoyne”, 1962: deja en claro la fundamentación documental del autor del primer volumen de las M.B. y afirma categóricamente la importancia imprescindible de este trabajo. “Don Bosco y la vida espiritual”, 1967, que ubica a Don Bosco dentro de la espiritualidad italiana de la restauración Método de Estudio
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católica, señala los autores ascéticos de los que derivan sus pensamientos y a la luz de los cuales lleva a cabo sus experiencias de fe. “Don Bosco en son temps”, 1996. Según Francisco Motto, Director del Istituto Storico Salesiano, esta obra no aporta grandes novedades, “pero dentro de un vasto y envidiable conocimiento de Don Bosco, saturada de una profunda erudición (y sostenida) y sostenida por una grande capacidad de análisis literaria de los documentos, pone a disposición de todos un enorme material de primera mano, analiza situaciones complicadas, ofrece síntesis validas, superó posiciones preconcebidas, señala direcciones de búsqueda, propone interpretaciones estimulantes…”. Los varios volúmenes de Pietro Stella: “Don Bosco nella storia religiosità cattolica”, en tres volúmenes, 1968, 1981, 1988: no es propiamente una biografía, pero plantea el método de estudio históricogenético como el más apropiado para el estudio del Santo y lo aplica él mismo (Vol. I); afronta el análisis de las fuentes inspiradoras del pensamiento ascético-pastoral del Santo, las transformaciones políticas, religiosas y sociales de su medio y las respuestas dadas a este medio desde su visión global de fe (Vol. II); los procesos de beatificación y canonización (Vol. III). “Don Bosco nella storia economica e sociale” (1815-1870), de 1980: aporta un riquísimo material sobre la genealogía y las condiciones socioeconómicas de la familia Bosco, de los destinatarios y de las obras de Don Bosco. Michelle Molineris, Rector por varios años del Templo de Don Bosco, en el Colle Don Bosco, recoge material que no había llegado a Lemoyne y lo edita en la revista “Il tempio di Don Bosco”. Hay que destacar sobre todo dos libros suyos en los que rectifica o complementa algunos datos de las MB: “Don Bosco inédito” y “Vita episódica di Don Bosco”, ambos de 1974. Método de Estudio
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Los estudios de Secondo Caselle. Ex alcalde de Chieri e investigador de los archivos de esa ciudad y pueblos vecinos. “Cascinali e contadini in Monferrato”. Proporciona un sorprendente cúmulo de datos sobre la sociedad rural del Monferrato del siglo XIX. Trae también un estudio exhaustivo sobre la familia Bosco de Chieri desde el s. XVII. “Giovanni Bosco Studente” (Dieci anni che valgono una vita). Con el estudio de la vida de Don Bosco cuando era estudiante en las escuelas públicas de Chieri y en el seminario, con documentos sobre algunos de los personajes que tuvieron que ver con él. Giacomo D´Aquino, profesor de Psiquiatría en la universidad de Turín, con motivo del centenario de la muerte de Don Bosco, y a pedido de la SEI (editorial salesiana Societá Editrice Internazionale), hizo el libro “Psicología di Don Bosco”, después de haber leído 30 000 páginas sobre el santo. Da Silva Ferreira Antonio, del Istituto Storico Salesiano que opera en la casa Generalicia de Roma, hizo en 1991 la edición crítica en italiano de “Memorie dell´oratorio di S. Francesco di Sales”, que en su aparato crítico reconstruye el texto original de Don Bosco y trae una seria documentación básica sobre la vida del santo. 7. BIOGRAFÍAS RECIENTES Son biografías que ya han incorporado, en mayor o menor grado, los estudios de la crítica histórica y tienen corregidas las inexactitudes que presenta Lemoyne en las MB. Las mejores son: “Don Bosco una biografía nueva”, de Teresio Bosco (1979), CCS, Madrid. “Don Bosco 100 años después”, de Antonio Martínez Azcona (1980), BAC Popular, Madrid. Método de Estudio
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“Don Bosco”, de Domenico Agasso (1988), Ediciones Paulinas, Buenos Aires, 1988. “Don Bosco, un santo para nuestro tiempo”, del Prof. Luterano suizo, Walter Nigg, Ed. Salesiana, Santiago de Chile, 1981. “Don Bosco en son temps”, Francis Desramaut, SEI, Turin, 1996. “Don Bosco, historia de un cura”, de Teresio Bosco. Centro de Estudios Don Bosco El Capítulo General XIX promovió el estudio histórico de San Juan Bosco y así nació el Centro de Estudios Don Bosco, con sede en la UPS (Universidad Pontificia Salesiana) de Roma, que editó desde 1976 las “opere edite” de Don Bosco, con 38 volúmenes. Istituto Storico Salesiano Obedeciendo al Capítulo General XX, de 1971-72, el Rector Mayor, Don Egidio Viganó, con decreto del 31 de enero de 1982, creó el Istituto Storico Salesiano, con sede en la casa Generalicia Salesiana. Publica la revista “Ricerche Storiche Salesiane”. Para finalizar las celebraciones del centenario de la muerte de Don Bosco se hizo, en enero de 1989, el primer Congreso Internacional de Estudios sobre San Juan Bosco. Las actas fueron publicadas en español por la Central Catequística Salesiana de Madrid en 1990, con el título de “Don Bosco en la historia”. Fuera del campo de las biografías, tenemos otros poderosos autores sobre diversos aspectos vinculados a la persona de Don Bosco: Alberto Caviglia (1868-1943): espiritualidad educativa de Don Bosco.
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Francesco Cerrutti, Bartolomeo Fascie, Mario Cassotti, Pietro Braido, Luciano Cian: Sistema Educativo de Don Bosco. Morand Wirth con el equipo Lyonés de investigación: Condicionamientos históricos y desarrollo de la obra de Don Bosco y de la Congregación Salesiana. Arnaldo Pedrini y Josef Strus: San Francisco de Sales.
III.- ENCUADRE HISTÓRICO Y GEOGRÁFICO DE LA VIDA DE DON BOSCO Nota: Don Bosco es súbdito de la dinastía de los Saboya o Sabauda, en el Reino de Cerdeña, cuya capital es Turín, en el Piamonte. Don Bosco es un hombre profundamente radicado en su pueblo, en su tierra y en su tiempo. Ubicado desde 1841 en Turín, capital del Reino de Cerdeña y epicentro de los movimientos que llevaron a la península italiana a la independencia (expulsión de los austríacos) y a la unidad (un solo país en lugar de 8 pequeños estados), no puede ser estudiado sino dentro de los acontecimientos complejos y vertiginosos de la historia de su época. Los gráficos que presentamos dentro de este texto, tienen la finalidad de ayudar como puntos de referencia para los argumentos tratados. En el mapa de Italia se ven los 8 estados en los cuales se dividió políticamente, la península italiana después de la caída de Napoleón y del Tratado de Viena de 1815, quedando bajo el protectorado de Austria, que incluía la posibilidad de una intervención armada. Con este tratado se quería mantener: El equilibrio político entre las potencias (Austria, Rusia, Inglaterra, Francia) y El orden social bajo los regímenes absolutistas de la Restauración.
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Como una reacción a las exageraciones y desafueros de la Revolución Francesa (1789-1799) se vuelve a la RESTAURACION de las estructuras monárquicas absolutistas del antiguo régimen y a sus tradiciones morales y religiosas, haciendo de esta una restauración católica. 1. La vida de Don Bosco se ubica cronológicamente (1815-1888) teniendo como referencia las principales fechas de su infancia y juventud hasta su ingreso al seminario, ya como sacerdote, en el Convitto Eclesiástico de Turín; luego algunos de los hechos o iniciativas más significativas de su trayectoria como sacerdoteeducador. Los primeros 26 años en sectores eminentemente agrícolas, y los 46 restantes (1841-1888) en el medio urbano de la capital de reino de Cerdeña. 2. Las transformaciones políticas y culturales de Italia dividen la historia italiana del siglo pasado en dos grandes etapas: LA RESTAURACION LA INDEPENDENCIA Y UNIDAD DE ITALIA. Entre estas dos etapas se coloca un período en que hacen explosión violenta las ideas, fermentos revolucionarios y conciencia de unidad que hay en el pueblo. A este período se le llama RESURGIMIENTO que desembocará en las luchas por la independencia y unidad de Italia. En 1848 habrá revoluciones liberales en toda Europa. En Piamonte se suscita la primera guerra de independencia contra Austria y ese año dividirá en dos la historia de Italia del siglo XIX.
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