Juntos! Elkarrekin! ESPECIAL DON BOSCO

¡Juntos …! Elkarrekin…! Provincia Salesiana “San Fco. Javier” Boletín Informativo - Informazio Orria ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORESOS SALESIA

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¡Juntos …! Elkarrekin…!

Provincia Salesiana “San Fco. Javier”

Boletín Informativo - Informazio Orria ASOCIACIÓN DE SALESIANOS COOPERADORESOS SALESIAR LAGUNTZAILEEN ELKARTEA

ESPECIAL DON BOSCO DON BOSCO, TU NOS SOÑASTE Gracias Don Bosco, tu nos soñaste Te gastaste y desgastaste por nosotros Viviste por y para los jóvenes, Lo hiciste en clave de amor Fuiste y sigues siendo signo y portador del amor de Dios Tu nos soñaste, intuiste que te necesitábamos y te convertiste en instrumento del Señor para acercarnos a El. Gracias Don Bosco por soñarnos, hoy, Tus sueños son una realidad, que empezaron En Turín y ahora ya han llegado de Valparaíso A Pekín. Don Bosco siempre Padre, siempre Hermano, siempre Amigo Gracias por soñarnos.

BILBAO

FEBRERO 2010 Nº 17

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¡Juntos …! Elkarrekin…!

El Coordinador de coordinadores En este especial que queremos llevar a efecto, cada uno del Consejo Provincial queremos expresar en unas líneas cómo vemos a un Don Bosco con nuestro cargo, por ejemplo, a mí me toca a un Don Bosco como Coordinador. No es más que expresar con unas ideas propias el sentimiento que tenemos cada uno de nosotros desde nuestro cargo pero en el puesto de Don Bosco. Coordinador es según la Real Academia Española aquella persona que coordina. Bien, y Coordinar dice que es disponer cosas metódicamente, y también concertar medios, esfuerzos, etc., para una acción común. ¿A que os suena en muy pocas palabras a la vida tan intensa de Don Bosco? Resulta fácil pararme a pensar en un Don Bosco Coordinador, puesto que siempre a lo largo de toda su vida estuvo al frente de su basto movimiento, siempre organizaba una cosa u otra y además era el primero que participa de todo, siempre trataba de que todo estuviera bien y además lo conseguía, siempre queriendo estar rodeado de personas que sacaran adelante la obra con su madre o con personas afines, siempre… Don Bosco fue un Coordinador de los pies a la cabeza y con un gran carisma. Atender a una juventud en un ambiente de juegos y sanas diversiones, animando a los jóvenes a convertirse en hombres hechos y derechos y en cristianos activos y convencidos, tomando a los mayores de entre esos jóvenes como colaboradores suyos haciendo que participasen en el funcionamiento de la casa y las labores educativas. Me podría extender en mil y un detalles que ya conocéis para definir a un Don Bosco que siempre esta al pié del cañón, pero me gustaría reseñar dos detalles que para mí han sido como pilares para poder decir que quiero a Don Bosco como un padre: el “saber hacer” y el “buen pastor” (entre otras mil). Don Bosco no era teórico, era eminentemente práctico pero no por ello le faltaba la otra parte. Formaba desde la practicidad, ejemplo de lo cual tenemos en el Sistema Preventivo. El documento que escribió como tal no era un extenso estudio científico, sino ideas bien formadas de cómo deberá ser la manera de educar de su Familia Salesiana; educar desde el cariño, la comprensión, haciendo que los jóvenes no solo sean amados, sino que sepan y sientan que se les quiere, con confianza. Don Bosco es sinónimo de la parábola del “buen pastor”; conoce sus ovejas y ellas le conocen, y da su vida por ellas. Ejemplo de educador salesiano, capaz de sacar a unos cuantos jóvenes de la cárcel jugándose su propia libertad. Acompaña en el camino de superar los sufrimientos diarios, coopera en mil y una actividades dirigidas a “sus chavales”, dice algo al oído en mitad de un juego, valora e induce positivismo, abraza manifestando afecto que es una base fundamental de nuestra pedagogía salesiana y además con confianza, educa. Don Bosco tuvo que desprenderse de personas como Juan Cagliero, se privó de un apoyo tan importante apostando por el futuro en las misiones salesianas de Sudamérica. Apuesta por su equipo y además lo refunda una y cuantas veces sea necesario para extender su misión. No se aferraba a las personas que tenía a su lado sino que con ellas extendía hasta el final sus sueños. No dejó de estar al frente de su equipo, y siempre en mitad de la acción, recordado como un santo con la camisa remangada presto a hacer… Como dice un Salesiano cooperador de nuestra provincia, “lo más importante es rodearse de gente más lista que tú” a lo que añadiría que Don Bosco lo hizo muchas veces en su vida sabiendo que lo importante no es lo listo que seas sino las ganas que tengas para llevar a cabo la misión por la que debes luchar. Bueno, lo dejo. Como habéis leído son pinceladas de alguien que además de muchas otras cosas, fueha sido y es un Coordinador de Coordinadores. Enrique García Caballero Coordinador Provincia San Francisco Javier Bilbao (España)

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Don Bosco y los salesianos Me piden los responsables de esta página provincial que diga algo sobre Don Bosco y los Salesianos. Esta vez el tema va a ser más o menos obligado. Hablar a los 150 años del nacimiento de la Congregación Salesiana, supone hablar de todos aquellos valientes que aceptaron reunirse en la habitación de Don Bosco ese 18 de diciembre de 1859. Pero especialmente yo quiero hablar de cuatro personas. El primero, Domingo Savio. ¡Cuánto le hubiese gustado a Domingo estar en ese grupo fundador de la Congregación! Y, en verdad, lo estuvo de alguna manera. Todos sabemos que poco tiempo antes fundó la Compañía de la Inmaculada. Y la fundó con muchos de los estaban allí. Pero Dios se lo llevó en marzo de 1857. Desde el cielo siguió con alegría los primeros e inciertos pasos de sus compañeros de camino. Además, Don Bosco era muy astuto y muy cuidadoso en esas cosas. El mismo año de la fundación de los Salesianos, había caldeado el ambiente con la publicación de la vida de Domingo Savio. Dicen que fue un bet-seller en el ranking de los libros más leídos de aquellos meses. Casi nada. La segunda es una mujer. Mamá Margarita, claro. Don Bosco nació demasiado pronto en la Historia de la Iglesia. Si hubiese vivido en tiempo del Vaticano II, quién sabe. Tal vez habría conseguido que Roma le permitiese fundar comunidades-familia. Qué papelón harían en estas comunidades gente tan inteligente y tan santa como la madre de Don Bosco. Actualmente estamos dando tímidos, pero seguros pasos, para conseguir hacer de la Familia Salesiana un “amplio movimiento espiritual y apostólico”. Cuántas cosas aprenderíamos de seglares comprometidos y serios como la campesina de Capriglio. El tercero es José Buzetti. Estaba entusiasmado y contento como el que más con la proposición de fundar una nueva familia religiosa con su querido Don Bosco. Pero no tuvo la valentía de dar el paso con el resto de sus compañeros. Pero nunca supo abandonar a Don Bosco. Siempre estuvo allí al pie del cañón. Es el ejemplo de tantos como quieren ser “Salesianos”, pero no se atreven a hacer ninguna promesa pública en alguno de los grupos de la Familia Salesiana. Pero tampoco quieren alejarse demasiado. El cuarto es, cómo no, Miguel Rua. Es un caso extraordinario en nuestra particular historia. Desde su infancia (ocho años), Don Bosco puso los ojos en él. Y le fue colmando de una serie de privilegios espirituales que lo fueron preparando para ser una especie de sombra de Don Bosco. Recibió la sotana en la casa de Don Bosco. Fue el primero en hacer los votos en privado, solo con Don Bosco. Fue el primero en recibir el sacerdocio. El primer director. El primer, y único, alter-ego de Don Bosco. Estamos contentos de poder celebrar, junto con el padre (Don Bosco), el comienzo del año centenario del hijo (Miguel Rua). Celebramos los cien primeros años de la muerte de Don Rua. Ojalá que Dios nos dé Salesianos santos, trabajadores y fieles como el pequeño huérfano de Turín. Porque Miguel Rua es el único Rector Mayor nacido y muerto en Turín. José Antonio Hernández Delegado Inspectorial para los SSCC

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Don Bosco y las salesianas Para una Hija de María Auxiliadora decir algo sobre “Don Bosco y las salesianas” es una gozada. Es algo así como hacer vibrar la cuerda más sensible del corazón. Nos situamos en el año 1864 en Mornese. Esto nos recuerda ya a Don Pestarino y a las Hijas de la Inmaculada de la Parroquia mornesina. Don Pestarino anuncia a las jóvenes que Don Bosco, a primeros de octubre iría a Mornese. A ellas les encarga los preprativos de la fiesta, porque recibir a Don Bosco va a ser una fiesta. El 7 de octubre, leemos en la Cronohistoria, “llega Don Bosco con sus muchachos, a pie o a lomo de algún borriquillo los más afortunados”. Este primer encuentro de Don Bosco y la joven María Mazzarello es el preámbulo de un largo capítulo que aún le queda letra para mucha historia. Pasan los días y las semanas y en junio Don Lemoyne hablando con Don Bosco, le pregunta cómo atender a las niñas. Don Bosco, sin titubear, le contesta: “tendremos a las Hermanas”. Desde entonces el ir y venir de las ideas, de las propuestas, de los insomnios de los consejos, de las fiestas no para. Las Hijas de María mornesinas, Don Pestarino, Don Bosco sueñan en un futuro no lejano y en 1872 hacen los primeros votos religiosos las 15 primeras Hijas de María Auxiliadora. Don Bosco iluminó el camino, contagió su espíritu, acompañó los inicios, escribió las primeras Constituciones… En junio de 1874 María Mazzarello escribe a Don Bosco: “Permita, Rvdmo. Rector Mayor, que me encomiende a sus oraciones para poder cumplir con exacttud los deberes que mi cargo me impone y pueda corresponder a tantos beneficios que me ha hecho el Señor y a las esperanzas de usted. Había sido elegida Superiora por unanimidad por las Hermanas de la Comunidad y corroborado por D. Bosco. Muchas son las cartas que personalmente escribió Don Bosco a las Hijas de María Auxiliadora en sus inicios. Algunas de ellas acompañan el libro de nuestras Constituciones como material espiritual que ha de animar nuestra vida diaria y nuestra opción vocacional. En diciembre de 1884 envía a todo el Instituto algunos puntos prácticos, son sus palabras, que os facilitarán el conocimiento del espíritu en que están informadas las Reglas y os ayudarán a observarlas con amor y diligencia. En mayo de 1886 anuncia la celebración de un Capítulo General para la elección de la Superiora General, acabado el sesenio. D. Bosco nos ha hablado de los Votos, del estilo de Comunidad, de las Relaciones fraternas. Nos ha dejado como método educativo El Sistema Preventivo, nos ha contagiado su alegría, sencillez, seriedad, estilo de oración, responsabilidad en el trabajo, creatividad en las obras y una forma de ser espontánea y natural. Encontró en María Mazzarello y en las primeras salesianas el terreno abonado para prolongar su espíritu como método de acompañamiento especialmente entre las jóvenes. Este flujo de gracia sigue corriendo en nuestras venas. Desde los comienzos, pues, Don Bosco acompaña el camino del Instituto y encomienda a los Salesianos un acompañamiento espiritual y fraterno. Don Bosco, es el maestro y guía, es el manantial de cuya fuente beben las primeras Hijas de María Auxiliadora y cuyas aguas siguen corriendo por nuestras vidas hasta estos días. Montserrat Derch FMA

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Don Bosco y la formación A estas alturas de nuestra historia salesiana, 150 años, ya podemos hablar de pasado, presente y, si Dios quiere, de futuro. Además de nuestro aniversario, nos encontramos en un momento fuerte y creo que debemos aprovecharlo, podemos hablar de: “Proyecto Europa” o del “Capítulo general de los Salesianos”; tenemos HISTORIA y una Historia con mayúsculas, con nombres y apellidos de gente sencilla y de gente importante; de chavales y chavalas que han pasado por nuestros Colegios y Centros Juveniles u Oratorios, aunque algunas veces hayan sido verdaderos Laboratorios como le ofrecieron en un principio a Don Bosco. Quienes hemos pasado por alguno de estos Centros, creemos que hemos hecho historia y sabemos, porque es cierto, que tenemos una manera especial de educar, “que estamos hechos de otra pasta”, y no es porque tengamos la autoestima muy alta, que también puede ser, sino porque el Espíritu Salesiano nos hace ser como somos. Los que tenemos vocación de educadores, de educadores salesianos, claro está, sabemos que “para Don Bosco, el sistema preventivo es su persona, su inteligencia y su corazón puestos al servicio de los jóvenes y de su salvación”; Don Bosco es de los que no se guarda nada para si mismo. En su momento, Don Bosco se hizo rodear de un grupo de colaboradores bien formados y unidos, funcionaban en equipo; por eso, podemos hablar del sistema preventivo como una Comunidad Educativa, que sabe encarnar sus valores y hacer camino con los jóvenes mediante su testimonio, su cercanía y diálogo, sus vivencias, interpelaciones y propuestas; ¿es para nosotros un modelo de identificación? Estoy convencida de ello. Ya sabemos que no es tarea fácil, somos conscientes que esto exige a los educadores: ser personas maduras, unificadas, serenas y equilibradas; optimistas y alegres; capaces de relación y diálogo; que aman la vida y creen en los demás con realismo y esperanza; competentes y preparados en el campo pedagógico, cultural y evangelizador; con iniciativa y creatividad; cristianos convencidos y coherentes, que traducen su fe en actitudes, opciones y estilo de vida realmente evangélicos. Don Bosco puso unos cimientos sobre roca para que esta Historia Salesiana nuestra no se la llevara el mar, porque sin estos educadores convencidos, difícilmente se podría realizar el proyecto que Don Bosco pensó hace ya… unos cuantos años. Al principio os decía que esta Historia nuestra tiene algunos nombres propios y gente sencilla; me gustaría hablar de dos personas que siendo gente sencilla, tienen nombre propio. Razón, religión y amabilidad: los tres valores que forman el sistema educativo salesiano, que Don Bosco aprendió de su madre. La gran Obra Salesiana fue acunada sobre las rodillas de mamá Margarita. Si existe la santidad del éxtasis y de las visiones, existe también la de las ollas de limpiar, la de los pantalones que remendar, la de los muchachos que hay que sacar adelante a base de polenta y amor. Mamá Margarita fue una santa de esta clase; es verdad que no era una mujer culta, pero tenía una sabiduría maternal y un afecto tan grande hacia los jóvenes más pobres que creo, que sin ella, Don Bosco no hubiera sido lo que fue. Otra persona que tenía claro lo qué significa ser educador Salesiano era el beato Ceferino Namuncurá, recordemos que era un joven laico salesiano argentino de orígenes mapuches y criollos. Ceferino decía: “Quiero estudiar para ser útil a mi pueblo”; él quería estudiar, ser sacerdote y volver entre su gente para contribuir al crecimiento cultural y espiritual de su pueblo, como había visto a los primeros salesianos; murió antes de conseguirlo, pero nos dejó un maravilloso testimonio. Sólo me queda recordar que en estos tiempos en los que nos invade “la cultura del sofá” y del deporte del “tumbing”, si queremos continuar con esta Historia y si queremos hablar de futuro, tenemos que empezar a construirlo sobre roca, con bases firmes y una buena preparación, hemos recorrido 150 años pero nos quedan muchos jóvenes, niños y niñas a los que dar un futuro y una educación para que sean los nuevos monitores de nuestros Centros y Oratorios, los nuevos maestros y maestras de nuestros hijos, nietos… dentro de unos cuantos años. Vocal de Formación Mertxe Martín

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Don Bosco y el dinero Algunos episodios de la vida de Don Bosco sobre el dinero y la providencia: Después de las crisis del Oratorio con motivo de la guerra, Don Bosco elevó una petición al Ministro del Interior con el propósito de obtener una ayuda para sus jóvenes aprendices. Un domingo por la tarde tres senadores se llegaron hasta Valdocco para visitar y conocer la obra de Don Bosco. La impresión fue positiva. Estos señores senadores vieron como actuaban los jóvenes de don Bosco: jugaban por los patios y prados, los observaron como rezaban en la capilla, se informaron del Internado y la zona aledaña. El resultado del saldo fue: la institución del distinguido sacerdote Juan Bosco se manifiesta eminentemente religiosa, moral y muy provechosa. Seria un gran daño a la ciudad si debiese interrumpir su labor por la falta de recursos. Nuestra comisión cura una instancia al Ministerio del Interior para que acuda eficazmente en tan útil y ventajosa obra”. Y se labró el Acta correspondiente. El Senado envió una ayuda 300 liras y además, el ministro Urbano Rattazi le ayudó con 2.000 liras más. Con la ayuda de mucha gente de bien, Don Bosco se vio en la necesidad de levantar una capilla en honor a San Francisco de Sales. El 20 de julio de 1851 se bendijo la primera piedra fundamental. Don Bosco siguió pidiendo dinero por todas partes. Había que atender a más de 500 jóvenes los fines de semana. Primero juntó 35 mil liras; luego hizo una lotería y sacó 26 mil liras más. Con esta cantidad se pudo construir dicha capilla para el santo protector. El 20 de julio de 1852 se consagraba iglesia de San Francisco de Sales. En esta capilla rezaron Santo Domingo Savio, Mamá Margarita, Miguel Magone, Francisco Besucco. Aquí celebró su primera misa don Miguel Rúa, el primer sucesor de don Bosco en la continuidad de la Obra de los Salesianos. Y en junio de 1869 se inauguró un templo dedicado a Maria Auxiliadora. Así, poco a poco, fue creciendo este Oratorio. La Basílica de María Auxiliadora en Turín fue el monumento material de la gratitud de Don Bosco a la Virgen que “lo había hecho todo…” La construcción de ese maravilloso templo fue milagrosa. Cuando el constructor suspendió los trabajos por falta de pago, Don Bosco quiso pagarle: “Abra las manos….”….Don Bosco arrojó en las manos todo el dinero del monedero (0,40 centavos de aquellos). El constructor se puso pálido….”Esto, ” dijo el santo “es lo que puede pagar el pobre Don Bosco, pero pronto lo hará la Virgen y mandará dinero no sólo para la construcción del templo, sino también mandará dinero para la construcción de un gran edificio, para niños pobres”….. y comenzaron los milagros.

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Don Bosco y los jóvenes Dicen que las comparaciones son odiosas pero aquí va una comparación: ¿Los jóvenes de ahora son peores que los de otras generaciones? ¿Son más insolidarios? ¿No aprecian la familia? En fin, se podrían plantear muchas preguntas parecidas. Para intentar responder a estas preguntas vamos a fijarnos en los jóvenes de Don Bosco, cómo era la situación en la que les tocó vivir. En esa época muchos niños y jóvenes se iban de sus pueblos en busca de un trabajo en la ciudad que les diera un futuro digno y en la ciudad lo que encontraban eran trabajos en los que se les explotaba, no tenían ningún derecho y se les trataba con desprecio y les ninguneaban. El que no conseguía trabajo, robaba para poder sobrevivir y su final era la cárcel. En la cárcel vivían hacinados en celdas y el trato que recibían era de desprecio. Se suponía que la cárcel les iba a rehabilitar pero cuando quedaban en libertad volvían a robar y eran otra vez detenidos. En definitiva, los jóvenes de Don Bosco eran muchachos que no tenían estudios, muchos no tenían familia ni un lugar donde vivir y lo más importante para un joven, no tenían el calor y el cariño de una familia. Don Bosco supo dar respuesta a estos jóvenes y para ello formó un triángulo fuerte e irrompible, cada vértice significa: - El primer vértice era él mismo. Quiero ayudar a los jóvenes. - El segundo vértice eran los jóvenes a los que quería ayudar y los puso en el centro de su vida. - El tercer vértice: ¿Quién me ayuda a mí? Todos necesitamos sentirnos queridos, que nos apoyen y nos ayuden. Don Bosco para esto siempre tuvo a su madre y a María Auxiliadora a quien encomendaba todo lo que él hacía. Sin este vértice es imposible que las cosas funcionen bien. Don Bosco supo responder tres preguntas de los jóvenes de su época: ¿Quiénes son?, ¿hacia donde van?, ¿qué necesitan? A cada uno le ofrecía lo más necesitaba en ese momento de su vida: un hogar donde vivir, comida, estudios, libertad… Pero también les enseñaba lo que era la piedad, el trabajo bien hecho, la responsabilidad. La clave de Don Bosco y por lo que su obra salió adelante no era lo que les ofrecía, sino como lo ofrecía, una frase clave de él es: “amar al joven sea cual fuera la situación en la que se halla” La clave de Don Bosco es el AMOR a los jóvenes. Alguna vez he escuchado decir: Ya me gustaría preguntarle a Don Bosco que haría con los jóvenes de hoy, no tienen ningún respeto por nada… Y supongo que la respuesta de Don Bosco sería muy sencilla: “Quiérelos y recuerda que no basta amar, la gente debe de sentirse amada” Sólo si un joven se siente amado, apreciado, tenido en cuenta y respetado, entonces y solo entonces, podremos llegar a su corazón y sacar lo mejor que tiene dentro. Además, los jóvenes de hoy no son como los de Don Bosco, ni como nosotros, tienen otras preocupaciones pero no olvidemos lo más importante AMAN y necesitan ser AMADOS. Por lo que tendremos que hacernos las tres preguntas que se hizo Don Bosco: ¿Quiénes son?, ¿hacia donde van?, ¿qué necesitan? Los jóvenes de hoy nos demandan Paz, libertad, derechos humanos, participar, igualdad de sexos, solidaridad, desarrollo, ecología… Tenemos muchos campos en los que están interesados A cada joven le debiéramos enseñar la necesitad de formar su propio triángulo, enseñarle que los tres vértices son igual de importantes: - Enseñarle que el vértice de su persona no puede estar ni por encima ni por debajo de los otros, que cada uno es muy importarte para el mundo que le rodea. - Enseñarle que el segundo vértice son las personas que se va encontrando en su camino y son en las que se va a apoyar y a las que tendrá que ayudar cuando lo necesite. - Enseñarle a descubrir a Dios, que lo vean cercano, divertido, solidario… Los jóvenes de hoy, más que ninguno de otras generaciones, necesitan tocar para creer, no podemos mostrarle un Dios lejano y serio. Los jóvenes de hoy en días son como los de otras generaciones, solo necesitan que los queramos. Lo que si es cierto es que no podemos llegar a ellos de la misma manera, tenemos que cambiar como lo hacen ellos y adaptarnos. Tendremos que perder el miedo a las nuevas tecnologías y navegar por Internet, manejar el Facebook, etc. Mucho ánimo a los padres, educadores y personas en general, que la educación de nuestros jóvenes a veces es una labor dura y cansada pero cuando se hace con amor no hay nada en el mundo que merezca más la pena. Eduardo Rodríguez Vocal Provincial de Juventud

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Don Bosco y sus colaboradores Del libro “DON BOSCO, UN AMIGO” de E. Blanco y C. de Ambrogio, que salió a la luz con motivo y como homenaje del 150 aniversario de su nacimiento, en el que se des-cribe la figura de Don Bosco, voy a sacar algunas pinceladas. Sus colaboradores Desde el principio, circundan a Don Bosco centenares de muchachos que no le dejan parar: él solo no puede llegar a todo. Ha de pedir ayuda. Y muchos se la dan, el primero el teólogo Borel; luego, personas de toda categoría , que le echan una mano en lo que pueden. Entre sus primeros ayudantes cuenta Don Bosco, con un carpintero, un comer-ciante, un droguero, un pastelero, un corredor de comercio, un tipógrafo, un quincallero, un joyero. Enseñan el catecismo en el oratorio el marqués de Fassati, el conde de Case-lette y el conde Callori de Vignele. Don Bosco les llama sus colaboradores o cooperado-res y cooperan de veras. Al oratorio van muchachos que llevan el pantalón y la chaqueta hechos jirones, Algunos no tienen más camisa que la puesta, y van tan sucios que ningún patrono los acepta en el trabajo: mugre, andrajos. Muchas damas de la aristocracia turinesa se prestan a arreglar un poquito aquellos pintorescos atavíos, con gran descanso para mamá Margarita que, por mucho que haga, no llega a todo. Una de ellas, la señora Gastaldi, se preocupa de los muchachos que duermen en el oratorio. “Querría –dice un día Don Bosco- contar por todas partes cómo muchas de las señoras turinesas, no sintieron repugnancia de tomar en sus manos aquellos pantalones, que da-ban asco, y remendarlos; lavar aquellas camisas desgarradas que quizá no pasaron nun-ca por el agua, remendarlas y devolverlas después a los pobres muchachos, los cuales atraidos por la caridad cristiana perseveraron en el oratorio y en la práctica del bien. Algunas de estas señoras enviaban ropa blanca, trajes nuevos, dinero, alimentos y todo lo que podían” El caballero Colt y su noble esposa, el oficial Dasso, el conde Cays (después se hizo salesiano sacerdote), el barón Blanco de Barbania, el conde Galiano, un general de la Armada, el conde Viancino, el marqués Gustavo de Cavour y muchos otros, con menos blasones pero con la cartera repleta. Son amigos de Don Bosco y sus colaboradores. Don Bosco lo agradece, y más de una vez oye decir, por toda respuesta: “Somos noso-tros los que debemos dar gracias a usted, que nos brinda la ocasión de hacer algo bueno. ¡A más de que el Señor, gracias a sus oraciones, nos bendice y triplica nuestros bienes!” Algunos de estos cooperadores de Don Bosco se preocupan de encontrar trabajo a los muchachos. Eran tiempos aquellos en que ninguna ley protegía a los aprendices y fre-cuentemente se aprovechaban de ellos los patronos imponiendo condiciones humillan-tes. Los colaboradores de Don Bosco, de acuerdo con él, estipulaban verdaderos y formales contratos. Aún se conservan algunos de estos contratos. Uno lleva la firma del joyero Victor Ritner quien toma bajo su tutela al aprendiz. Así trabajan los cooperadores de Don Bosco. Y Don Bosco piensa organizar una asocia-ción para tenerlos unidos. Pues según él dice: “Una cuerdecilla sola, es débil, pero unidla a otras dos y vereis cuán difícilmente se rompe”.

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Una noche de 1850, reune Don Bosco a siete hombres de su confianza. Quisiera iniciar con ellos un grupo de seglares dispuestos y animados a colaborar con el clero en defen-sa de la fe. Da principio y funda una “Unión provisional”, preludio de un movimiento más amplio, pero todo acaba allí. Resulta verdaderamente una misión provisional.

En el 1864 presenta Don Bosco al Papa las reglas de su congregación. Hay en ellas un capítulo en el que se habla de “miembros externos de la congregación”. ¿Quiénes son? En el pensamiento de Don Bosco son sus cooperadores. Él hace de ellos una especie de salesianos, como los contrafuertes de su muralla apostólica. Ha escrito en las reglas: “Cualquier persona, aun viviendo en el mundo, en su propia casa, en el seno de su familia, puede pertenecer a nuestra sociedad. No hace ningún voto, pero procura practicar la parte de las reglas que es compatible con su edad, su estado y condición. En el año 1875, da a sus cooperadores un reglamento que es un programa de cosas a hacer, de actividades a realizar. La Pía Sociedad de Cooperadores Salesianos (según el nombre original dado por Don Bosco) fue aprobada el 9 de Mayo de 1876 por el papa Pio IX y quiere ser el primero de los cooperadores de Don Bosco aconsejándole organi-zar también las cooperadoras. “Las mujeres-le dice- tuvieron siempre una parte importante en la misma Iglesia.”. Don Bosco organiza enseguida las cooperadoras. En breve, los cooperadores y las cooperadoras son innumerables. Allí donde los salesia-nos abren una casa, encuentran la ayuda de los cooperadores. Don Bosco les escribe una carta de agradecimiento antes de morir. “A muchos de vosotros no os he podido conocer personalmente en esta vida. Pero no importa: nos conoceremos todos en en el otro mun-do, y nos alegraremos eternamente del bien hecho en la tierra, por la gracia de Dios… Sin vuestra caridad, muy poco o tal vez nada habría yo podido hacer; en cambio, con vuestra caridad, hemos cooperado a enjugar muchas lágrimas y a salvar muchas almas”. Estos “salesianos externos” (así les quiso llamar), profesores, maestros, conferenciantes, obreros, periodistas, abogados, contando las mujeres (las que remiendan, zurcen la ropa, friegan la vajilla, limpian a los demás desgraciados, que en fín, de un desastrado hacen un muchacho presentable) son hoy centenares de millar. Para mantener la unión entre estos millares de personas, Don Bosco funda una publica-ción (1879); el Boletín Salesiano, revista mensual ilustrada, difundida gratuitamente por las cinco partes del mundo. Es un vínculo de unión para los cooperadores, y un podero-so instrumento de propaganda. Como colaboradores de Don Bosco, quiero citar además a su propia madre, Mamá Margarita, su director espiritual José Cafasso, Dorotea de Chopitea, el padre José Benito Cottolengo, Alejandrina Da Costa, Matilde Salem, Attillio Giordani, y como salesianos cooperadores los papas Pio IX y León XIII. Tres grandes edificios humanos, tres catedrales de almas: los Salesianos; las Hijas de María Auxiliadora; los Cooperadores. Don Bosco es su arquitecto y su constructor. Don Bosco, al frente del castillo espiritual que ha levantado en medio de la Iglesia, es todavía una realidad no acabada; es una realidad en constante renovación. Don Bosco vive todavía, sí, vive como nunca; diría, como cooperadora, que lo estoy palpando a cada instante. Mercedes Arias Secretaria Provincial

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¿Sabes silbar? En el primer Consejo Provincial del 2010 celebrado el sábado 16 de enero, se llegó al acuerdo que cada responsable de vocalía debíamos escribir un artículo relacionando a Don Bosco con la vocalía que dinamizamos. En mi caso además, es un punto de partida a la Vocalía de Marginación, que reconozco, no tengo muy claro cómo poner en marcha. Si intentamos clarificar qué es marginación, podemos utilizar la denominación que se utiliza en ciencias sociales y podemos definir la marginación como una “situación social de desventaja económica, profesional, política o de estatus social, producida por la dificultad que una persona o grupo tiene para integrase en algunos de los sistemas de funcionamiento social”. Seguro que las personas que estáis leyendo este artículo os preguntareis el por qué de la definición y la respuesta que os puedo dar es que pienso que es importante partir desde el conocimiento de esta definición para conocer – reconocer el gran trabajo de nuestro fundador en la época social, política y económica que le tocó vivir. Podemos afirmar que Don Bosco trabajó y dedicó su vida a los marginados, los marginados de su época, esos chicos que llegaban a Turín, la mayor parte de las veces sin recomendaciones, sin padres ni madres y que llegaban a una ciudad que se estaba desarrollando industrialmente, pero que no daba cabida ni trabajo a todos esos muchachos que llegaban en busca de una vida mejor. Si no eran capaces de tener una profesión, se encontraban en desventaja económica-social y no eran capaces de integrarse. En muchas ocasiones robaban para comer, para conseguir aquello que la sociedad les negaba y acababan en la cárcel. Este es el panorama que Don Bosco se encuentra al inicio de su sacerdocio. Panorama que con su sensibilidad fue capaz de ver, comprender y dedicar su vida a dar respuesta a estos “marginados” que se cruzaron por su vida. Esos chicos pobres y abandonados recibieron de este cura con sotana raída algo que fue para ellos primordial: confianza, confianza ciega en sus posibilidades, en su futuro y ellos encontraron en Don Bosco un padre solícito, siempre amigo, que les acompañaba en su crecimiento personal y que con los tres pilares del Sistema Preventivo (razón, amor y religión) hizo de muchos de ellos “buenos cristianos y honrados ciudadanos”. Las mujeres también tuvieron protagonismo en esta historia, sobre todo dos: Mamá Margarita, la primera Cooperadora que ya con avanzada edad, supo dejar sus comodidades para acompañar y ser la madre de la gran familia que estaba formando su hijo. Y María Auxiliadora, la señora que aparecía en los sueños y que con “a su tiempo lo entenderás todo”, hizo de Don Bosco un hombre luchador y atento a las necesidades de su rebaño. Digamos que todo comenzó un 8 de diciembre, allá por 1841, cuando Bartolomé Garelli sale huyendo de la sacristía por los escobazos que le propinaba el sacristán. Don Bosco le para y tiene la sabiduría de encontrar un punto de partida con ese chico que humildemente reconoce que no sabe hacer nada, sólo silbar. La semilla del Oratorio, de la Congregación Salesiana y de toda la Familia Salesiana estaba plantada. Después de este pequeño resumen, por que la mayor parte de vosotros conocéis la historia, me gustaría que nos centráramos en nuestro tiempo, en 2010. Y viendo nuestro panorama actual nos damos cuenta que nos encontramos en tiempo de crisis económica, de crisis espiritual, de falta de trabajo, de incomprensión hacia personas que vienen de otros países en busca de una vida mejor. Tiempo de inestabilidad política, de una sociedad que prima el individualismo frente a la colectividad, que premia el no esfuerzo frente al sacrificio, que se acuerda de los necesitados cuando les sacuden las catástrofes (reciente tenemos Haití) pero les olvidamos en el día a día …. Pues la verdad, no hay tanta diferencia con la sociedad de hace casi 170 años.

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Y aquí llega la reflexión, los interrogantes y el trabajo para los Cooperadores Salesianos y la Familia Salesiana. ¿Sabemos reconocer a los marginados de nuestra sociedad actual? ¿Son los jóvenes del siglo XXI uno de estos grupos? ¿Somos capaces de ser sensibles a sus necesidades y a las de la sociedad actual? ¿Sabemos dar respuesta a estas necesidades, orquestando nuevos recursos que les ayuden a solución sus carencias? ¿Somos capaces como Don Bosco, de encontrar esos puntos que nos unen con los “marginados” de nuestro tiempo? ¿Somos capaces de dedicar nuestra vida, hasta nuestro último aliento por las personas que nos necesitan? ¿Compartimos lo que tenemos o damos lo que nos sobra? Si somos sinceros y aunque trabajamos por que esto sea posible, nos queda un largo camino de reflexión, compromiso y actuación para conseguir que nuestros marginados de hoy en día, lo sean un poco menos. Nuria Bravo Vocal Provincial de Marginación

Don Bosco y las misiones Como se dice familiarmente, tenemos a la vuelta de la esquina la fiesta de Don Bosco. Como Vocal de CSTM siento que os debo una pequeña referencia a Don Bosco sobre las misiones sobre todo a mis hermanos Salesianos Cooperadores y a toda la Familia Salesiana. Para hablar de este tema hay que tener siempre muy presente que Don Bosco ya llevaba años pensando y sopesando cómo podría ayudar a esas personas que estaban a miles de kilómetros y que ni conocía, pero que sabía que necesitaban la ayuda de alguien y había niños y jóvenes completamente abandonados a su suerte. Don Bosco sabía que se iba a encontrar con muchos y duros quebraderos de cabeza, pero —por encima de todo— estaba convencido de ello y sabía que Dios, a través de personas importantes, se lo estaba pidiendo. El “Padre de la juventud” tenía muy claro cuál era la misión de sus misioneros , sobre todo en esta primera expedición a la Patagonia: «la gloria de Dios y las muchas almas a salvar […], los niños y jóvenes abandonados, necesitados de atención y ayuda». Comentemos algo de esta primera expedición. Lo primero y muy importante fue que Don Bosco no envío al cargo de ella a cualquiera, sino que escogió a uno de los mejores (por supuesto, con su consentimiento; ya que Don Bosco nunca envió a quien no quería ir): Juan Cagliero, que en 1884 llegó a ser ordenado obispo y, posteriormente, fue nombrado Cardenal. Don Bosco acompañó a sus primeros Salesianos hasta el puerto de donde saldría la embarcación, con esperanza, pero con sentido de la realidad y del dolor que supone la separación, ya que sabía que no volvería a ver a muchos de ellos. Un 14 de noviembre de 1875, a las dos de la tarde, zarpó la embarcación de la Compañía Francesa de Transportes Marítimos de Marsella — se llamaba “Savoie” —, llevando la primera expedición de misioneros salesianos con destino a la Patagonia, con Juan Cagliero al cargo, recibiendo las últimas recomendaciones del mismo Don Bosco. Todo esto, y lo que se encontraron al llegar, Don Bosco lo había visto en un sueño que tuvo en 1872 y que contó por primera vez al Papa Pío IX en marzo de 1876. Después, y en privado, también se lo contó a otros Salesianos. Hubo muchas más expediciones que se fueron propagando por el resto del mundo, todas ellas con el mismo lema salesiano que la primera: atención a los jóvenes y más necesitados, creando escuelas, talleres e intentando sacar alguna vocación.

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¡Juntos …! Elkarrekin…!

Don Bosco y los medios de comunicación Un tema que Don Bosco domino e intuyo que era importante, los medios de comunicación no fueron desconocidos para nuestro fundador de hecho fueron una herramienta de evangelización y de transmisión del carisma muy importante. Don Bosco siempre intento estar en la vanguardia de la comunicación social y no solo como escritor, también como editor un ejemplo claro de ello son Las lecturas católicas que edito entre otras producciones Pero me quiero detener en una de sus publicaciones que todavía se edita y que fundo Don Bosco me refiero al Boletín Salesiano, que mensualmente llega a miles de casas y que esta presente muchos países y se lee en otros tantos idiomas. Una revista que es algo mas que eso, es el nexo de unión de toda la familia salesiana pues cada grupo. Salesianas, Cooperadores, AA.AA, Damas… Tienen su revista informativa, pero el Boletín Salesiano es el referente que nos lleva a los orígenes, que nos recuerda la importancia que le dio Don Bosco a los medios de comunicación, que tuvo muchas y grandes intuiciones, sobre este tema. El Boletín Salesianas llega a todos los rincones, y se puede encontrar en sitios inimaginables haya o no presencia salesiana. Don Bosco cuido mucho la comunicación, se pasaba horas escribiendo muchas de ellas robadas al sueño, sabia que era importante, su estilo cercano se puede ver en sus escritos , y esa cercanía se sigue manteniendo en el Boletín Salesiano una revista que Forma, informa y entretiene y que sigue manteniendo tras mas de un siglo de fundación Por eso la Familia Salesiana tenemos que cuidar los medios de comunicación y estar presentes en ellos pero claro no de cualquier manera, Don Bosco nos marco el camino, y no es que se nos haya olvidado ahora. el Boletín Salesiano es un ejemplo de ello. Misión Joven y la revista Catequistas son también referencia en sus ámbitos y muy leídas y que aportan su grano de arena en la iglesia. Y ahora las paginas Web nos permiten también comunicarnos con mayor rapidez y también acortar las distancias entre los miembros de la Familia Salesiana estén donde estén. Debemos aprovechar estas plataformas para ser signos y portadores del amor de Dios a todos a aquellos que nos lean, todo un reto que seguro que sabemos afrontar de la mejor manera posible. Alberto López Escuer Vocal Provincial de Información

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