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6 de noviembre de 2016 Nº 1164 • AÑO XXV
CONTEMPLAR A CRISTO EN EL ROSTRO DEL ENFERMO
ANTONIO CABA POZO VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS DE GUADIX
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Semanario de las Iglesias de Granada y Guadix
vozdelPapa
Los santos son felices Palabras del Papa en la Eucaristía con motivo de la festividad de Todos los santos, celebrada en el estadio Swedbak de Malmö, en su viaje ecuménico a Suecia, el pasado 1 de noviembre Con toda la Iglesia celebramos hoy la Solemnidad de Todos los Santos. Recordamos así, no sólo a aquellos que han sido proclamados santos a lo largo de la historia, sino también a tantos hermanos nuestros que han vivido su vida cristiana en la plenitud de la fe y del amor, en medio de una existencia sencilla y oculta. Seguramente, entre ellos hay muchos de nuestros familiares, amigos y conocidos. Celebramos, por tanto, la fiesta de la santidad. Esa santidad que, tal vez, no se manifiesta en grandes obras o en sucesos extraordinarios, sino la que sabe vivir fielmente y día a día las exigencias del bautismo. Una santidad hecha de amor a Dios y a los hermanos. Amor fiel hasta el olvido de sí mismo y la entrega total a los demás, como la vida de esas madres y esos padres, que se sacrifican por sus familias sabiendo renunciar gustosamente, aunque no sea siempre fácil, a tantas cosas, a tantos proyectos o planes personales.
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Solemnidad de Todos los Santos
Pero si hay algo que caracteriza a los santos es que son realmente felices. Han encontrado el secreto de esa felicidad auténtica, que anida en el fondo del alma y que tiene su fuente en el amor de Dios. Por eso, a los santos se les llama bienaventurados. Las bienaventuranzas son su camino, su meta, su patria. Las bienaventuranzas son el camino de vida que el Señor nos enseña, para que sigamos sus huellas. En el Evangelio de hoy, hemos escuchado cómo Jesús las proclamó ante una gran muchedumbre en un monte junto al lago de Galilea. Las bienaventuranzas son el perfil de Cristo y, por tanto, lo son del cristiano. Entre todas ellas, quisiera destacar una: “Bienaventurados los mansos”. Jesús dice de sí mismo: “Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón” (Mt 11,29). Este es su retrato espiritual y nos descubre la riqueza de su amor. La mansedumbre es un modo de ser y de vivir que nos acerca a Jesús y nos hace estar unidos entre nosotros; logra que dejemos de lado todo aquello que nos divide y enfrenta, y se busquen modos siempre nuevos para avanzar en el camino de la unidad, como hicieron hijos e hijas de esta tierra, entre ellos santa María Elisabeth Hesselblad, recientemente canonizada, y santa Brígida, Brigitta Vadstena, copatrona de Europa. (…)
Editorial
Cuidar a cada enfermo como a Cristo Desde el pasado 21 de octubre las carteleras de los cines figura una película poco habitual, por tratarse de la vida y obra de una santa llevada al cine. Se trata de la película Luz de Soledad, que acerca el origen de la congregación Siervas de María Ministras de los Enfermos, dedicadas a cuidar a los enfermos y ayudar a sus familiares, aliviando así a unos en la prueba de la enfermedad y a otros en la vida diaria, para que puedan descansar y seguir asistiendo a su trabajo. Con motivo de la película, en el Secretariado de Medios de Comunicación Social del Arzobispado hemos querido conocer esta Congregación, fundada por santa Soledad Torres Acosta, que hace de la obra de misericordia “Visitar y cuidar a los enfermos” su vocación religiosa. Su presencia por las noches en los domicilios para ayudar a las familias a asistir en los cuidados enfermeros supuso una gran novedad y desconcierto en el siglo XIX en Madrid, donde se originó la Congregación a propuesta de un sacerdote. Hoy, dos siglos después, aunque con distintas formas de vida y avances técnicos, su presencia en domicilios y hospitales continúa siendo fundamental, en la atención enfermera a quien padece dolores físicos y también a la familia. Con la conciencia de que cuidar al enfermo es cuidar a cristo sufriente y la sacralidad de toda persona, por muy enferma o impedida que esté, las Siervas de
María acercan la humanidad que todos siempre necesitamos y que, en la prueba de la enfermedad, se convierte en una gracia y un don de Dios. A través de su mirada, de sus manos, de sus palabras, de su paciencia y atenciones, las Siervas de María testimonian que Cristo ama a todos y el valor infinito de cada vida, especialmente de los enfermos. En la enfermedad se hace evidente nuestra dependencia de Dios y es un paradigma de nuestra necesidad, a cada instante, del Señor, porque es el único que cumple y llena el corazón. En su testamento espiritual, santa Soledad Torres Acosta transmitió a las Hermanas lo que ella misma vivió: “Hijas mías, deseo que seáis testigos vivos de Cristo en el mundo. Os dejo: como misión, la asistencia a nuestros hermanos enfermos, para que curando sus cuerpos podáis salvar sus almas. Como Madre y Patrona principal de la Congregación: a la Santísima Virgen con el título de Salud de los Enfermos. Como mandamiento: el amor, amaos las unas a las otras, sabed que os llevo a todas dentro del corazón. Como mensaje: la paz, sufrid con paz como buenas religiosas, llevando la sonrisa en los labios y el amor a la humildad en el alma. Como lema: la caridad; habéis de repartir lo que Dios os dé entre sus pobres, la caridad es obligatoria. Hijas mías os dejo en manos de la Divina Providencia; ¡si no puedo levantar el brazo, Dios os bendiga! Adiós, Hijas mías, ¡hasta la eternidad!”.
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Sumario Directora: Paqui Pallarés García Redacción: Rosa Die Alcolea María José Aguilar Colaboradores: Antonio Gómez Casas (Guadix) Ignacio Fernández González
Edita: ARZOBISPADO DE GRANADA Plaza Alonso Cano, s/n 18001 GRANADA tel.: 958 215 675 e-mail:
[email protected] www.archidiocesisgranada.es
Facebook: Archidiócesis Granada Twiter: @Archigranada
Diseño y maquetación: Secretariado de Medios de Comunicación de la Archidiócesis de Granada
Sumario 02. Voz del Papa “Los santos son felices” Solemnidad de todos los Santos
12. A fondo Comtemplar a Cristo en el rostro del enfermo Entrevista a la Madre Provincial de Siervas de María Ministras de los Enfermos
03. Editorial Cuidar a cada enfermo como a Cristo 05. Mirada • Septena a la Virgen de las Angustias en Guadix • “La Casa de la Esperanza” • “Sin vacilación en la comunión eclesial y fidelidad al ministerio recibido” • Granada acogee el Congreso Nacional de Hospitalidades de Nuestra Señora de Lourdes • Polícar inaugura la restauración de su iglesia 10. Textos Esperanza ante el itinerario por delante Declaración conjunta católica-luterana
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17. Cultura El enigma de la naturaleza humana Sobre San Gregorio Nacianceno (y II)
19. Testimonio “Matadme, yo muero gustoso por Jesucristo” Antonio Caba Pozo 21. Signo y gracia Al servicio del altar Funciones en la Eucaristía
22. Luz de la Palabra XXXII Domingo del Tiempo Ordinario
Mirada
Retransmisión por internet de la Septena a la Virgen de las Angustias La emisión en streaming se realiza pensando en los enfermos, para que puedan asistir desde casa, pero se podrá seguir desde cualquier lugar del mundo. Solo se necesita un móvil, una tablet o un ordenador. Y la devoción a la Virgen de las Angustias, por supuesto. Los cultos en honor de la Virgen de las Angustias, Patrona de Guadix, serán retransmitidos en directo a través de internet, con imagen y sonido, para que todos los accitanos, también los que están lejos, puedan sentirse como en casa y honrar así a la Virgen. Todos los actos que tengan lugar en la catedral accitana van a ser retrasmitidos mediante streaming, a través de youtube. De esta manera, se podrá ver y oír la celebración de la Septena, así como la Misa en la catedral a la llegada de la imagen y la Misa Pontifical del día de la fiesta. Y lo mejor de todo es que se podrán seguir los cultos en cualquier lugar del mundo, algo que van a agradecer los accitanos que viven lejos de su ciudad, incluso en otros países. Y, sobre todo, lo van a agradecer los enfermos que no puedan desplazarse a la catedral, porque van a poder asistir a la septena desde su casa, como si estuviesen junto a la imagen de su Patrona. Sólo hace falta un ordenador, o una tablet, o un teléfono móvil, y enlazar con esta página, o entrar en la web de la diócesis de Guadix ( www.diocesisdeguadix.es). Desde google, buscando “emisión en directo Virgen de las Angustias”, que es como se llama el canal, también sale el enlace para ver la Septena.
Patrona de Guadix
Que se pueda asistir a la septena a través de internet ha sido, desde hace tiempo, un deseo de la Archicofradía de la Virgen de las Angustias. Y no han parado, hasta conseguirlo, con la colaboración del cabildo catedralicio, que presta la infraestructura en la catedral. De esta manera, cabe pensar que las celebraciones de la Eucaristía desde la catedral, los domingos, puedan ser retransmitidas en un futuro, también, a través de internet. Por el momento, la retransmisión de la Septena en honor de la Virgen de las Angustias, es el primer paso. Ya se han hecho pruebas y todo ha salido bien. Los cultos en honor de la Virgen de las Angustias van a tener lugar desde el domingo día 6 hasta el sábado día 12, a partir de las 19:30 horas. Primero se rezará el Rosario, después la septena y, finalmente, la celebración de la Eucaristía. El domingo 13 se celebrará la Misa Pontifical, a las 12 horas. Será la celebración del día grande de la fiesta y estará presidida por el Obispo de Guadix, Mons. Ginés García. Los enlaces para seguir la retrasmisión de la septena a través de internet son: -Desde el Canal de Tv de la Archicofradía de la Virgen de las Angustias -Desde la web de la diócesis de Guadix: www.diocesisdeguadix.es Antonio Gómez
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Mirada
“La Casa de la Esperanza”, para ayudar a mujeres embarazadas con dificultades
Es un proyecto social de obra de misericordia aprobada por el Cabildo Extraordinario de la Cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza, con motivo de la Coronación canónica de su Titular en 2018. La Cofradía de la Esperanza ha aprobado la puesta en marcha del proyecto social de la obra de misericordia La Casa de la Esperanza, con motivo de la Coronación canónica de su Titular, prevista en el año 2018. La Casa de la Esperanza fue aprobado por unanimidad en el Cabildo Extraordinario de hermanos y su objetivo es ayudar a mujeres embarazadas con dificultades. En colaboración con las Madres Adoratrices y su Fundación Amaranda, la cofradía ayudará “para que en una casa convivan hasta tres familias monoparentales con hijos menores de diez años”, explicaron. “La hermandad aportará voluntariado y se hará cargo ‘sine die’ de un piso alquilado, su adecuación y mantenimiento anual”, subrayó la cofradía.
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La aprobación tuvo lugar en el Cabildo Extraordinario, máximo órgano de decisión de la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y Nuestra Señora de la Esperanza, celebrado el día 29, y que tenía la Coronación canónica de su Titular como único punto del orden del día. CORONA DE LA VIRGEN En este Cabildo Extraordinario también se aprobó el diseño de Juan Manuel Martínez Hurtado para que sea éste con el que la cofradía realice la corona de la Virgen de la Esperanza de cara a dicha Coronación. Los hermanos conocieron los pormenores de los diseños de corona aportados por los artistas José Manuel Bernet, José Manuel Martínez Hurtado y Ramón Léon. “En los dos primeros casos, fueron los propios autores quienes explicaron sus propuestas al cabildo y un hermano leyó la presentada por Ramón León”, explicó la cofradía.
Mirada
“Sin vacilación en su comunión eclesial y fidelidad al ministerio recibido”
Exequias del canónigo emérito de la Catedral D. Juan Rodríguez Segura, presididas por el Arzobispo Mons. Javier Martínez, quien agradeció al Señor el servicio a la Iglesia del sacerdote fallecido y su “buen consejo para mi ministerio”. En una ceremonia íntima y recogida, de respeto y veneración, el cuerpo de D. Juan Rodríguez Segura, sacerdote diocesano y canónigo emérito de la Catedral, ha recibido sepultura en la tarde del lunes, víspera de la Solemnidad de Todos los Santos, en la cripta del templo catedralicio. Nuestro Arzobispo Mons. Javier Martínez presidió las exequias, que comenzó con una oración ante el féretro en la entrada de la Catedral y, una vez ante el Altar Mayor, fue cubierto con la casulla sacerdotal y el Evangelio. Una veintena de sacerdotes concelebraron el funeral y la familia estuvo acompañada por amigos y trabajadores de la Curia Metropolitana, en la que el sacerdote desarrolló gran parte de su ministerio como presbítero. En la Oración de los fieles, entre otras cosas, se rezó por los distintos lugares en los que D. Juan Rodríguez Segura ejerció su labor sacerdotal, desde las parroquias de Santa Fe, La Herradura y Fornes donde comenzó como presbítero una vez fue ordenado en el año 1957 hasta el Colegio de La Asunción, la parroquia de San Cecilio, el monasterio de San Jerónimo y la Curia Metropolitana. AGRADECIDOS POR SU SERVICIO A LA IGLESIA En la celebración eucarística, Mons. Javier Martínez dio gracias a Dios por las distintas facetas del ministerio del sacerdote fallecido, por su vida “consagrada a la enseñanza”, por su ministerio como vicario, “por su ayuda a los monasterios y a las comunidades reli-
giosas cuando ha sido delegado de vida consagrada”, por su trabajo en la Catedral y por lo que “su consejo, su buen consejo ha sido para mi ministerio”. En este sentido, nuestro Arzobispo destacó el modo discreto con el que el sacerdote sirvió a la Iglesia a lo largo de todos sus ministerios. Un servicio que llevó a cabo -explicó Mons. Martínez- “de una manera callada, silenciosa, quieta y fiel, sin ninguna vacilación en su comunión eclesial y en su fidelidad al ministerio que había recibido”. Asimismo, nuestro Arzobispo destacó la “exquisitez de alma” y “fidelidad” con la que “ha servido mi ministerio y me ha sostenido en ese ministerio, en algunos momentos de especial dificultad”. “Señor, tenle en cuenta a D. Juan todos los gestos de amor y de caridad que ha tenido contigo y con nosotros, y reúnenos a todos un día en la gloria de tu Reino”, concluyó Mons. Martínez, al mismo tiempo que afirmaba que nuestro Destino es Dios: “Nosotros sabemos que nuestra vida desemboca en Ti, nos conduce a Ti, al abrazo de tu infinita e inmensa, inefable, misericordia. Anhelamos ese abrazo”. D. Juan Rodríguez Segura, natural de Granada, tenía 82 años, 60 de ellos como sacerdote. Estuvo en las parroquias de Santa Fe, La Herradura, Fornes, Corpus Christi, San Cecilio, y capellán en el Colegio Asunción. En la Curia Metropolitana asumió distintas responsabilidades como Vice Canciller en 1999 y Delegado Diocesano de Vida Contemplativa en 2001, así como Vicario General-Moderador de Curia entre 2002 y 2007, y Vicario Episcopal para la Vida Consagrada desde 2004 hasta 2013, cuando se jubiló. En 2001 fue designado canónigo de la Catedral de Granada, de la que actualmente era emérito. También fue capellán del Monasterio de San Jerónimo. Paqui Pallarés
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Mirada
Granada acoge el Congreso Nacional de Hospitalidades de Nuestra Señora de Lourdes El Congreso Nacional de Hospitalidades de Nuestra Señora de Lourdes se celebrará en nuestra diócesis del 10 al 13 de noviembre. Este evento, que se celebra anualmente, reunirá en Granada a los representantes de las hospitalidades y del Santuario de Ntra. Sra. de Lourdes. La Hospitalidad de Ntra. Sra. de Lourdes colabora en nuestra diócesis en el cuidado de los enfermos organizando para ellos la tradicional peregrinación anual al Santuario de Lourdes, que el año pasado contó con casi 150 peregrinos, entre otras actividades. El objetivo del Congreso, cuya ponencia inaugural versará sobre cristianismo y salud a cargo del sacerdote diocesano D. Serafín Béjar, será tratar los principales
desafíos de la hospitalidad en su cometido a nivel nacional. “Todos llevamos las mismas inquietudes al Congreso, entre las cuestiones que se abordarán estarán cómo conseguir nuevos hospitalarios o cómo involucrar a los jóvenes para que formen parte de la hospitalidad”, afirmó Adela García, presidenta de la hospitalidad de Granada. La clausura del congreso de realizará con la celebración de un Eucaristía, presidida por nuestro Arzobispo, D. Javier Martínez, el domingo día 12, a las 20 horas. Dentro del programa del Congreso está previsto también que los asistentes visiten durante su estancia en Granada varios templos como la Cartuja, Santa María Magdalena o la Basílica de las Angustias.
Polícar inaugura la restauración de su iglesia El sábado 29 se presenta el nuevo Plan de Evangelización a toda la diócesis. El acto tendrá lugar en Baza, a partir de las 17 horas, en una celebración en la que intervendrá el Obispo, pero en la que también habrá música y otras actuaciones, para ofrecernos los contenidos de este nuevo Plan de Evangelización que va a marcar la vida de la diócesis durante los próximos tres años. Las obras, que han tenido un presupuesto cercano a los 50.000 euros, han servido para restaurar prácticamente la totalidad del templo: desde la cubierta, que se ha arreglado por completo, hasta los interiores. También se ha cambiado la instalación eléctrica, que ahora es del tipo led en su totalidad, y se ha quitado la capa de pintura al artesonado, que ha recobrado su aspecto original. La espadaña que soporta la campana, la sacristía y las paredes del exterior también han sido restauradas. Ha sido una restauración integral que ya hacía falta,
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dada la cantidad de goteras que tenía este templo cada vez que llovía. La restauración ha contado con una ayuda de la Diputación de Granada, a través del Ayuntamiento de Polícar, de 40.000 euros. Los 10.000 euros restantes los han aportado tanto la diócesis de Guadix como los feligreses de Polícar, que han quedado muy satisfechos con la restauración realizada. La bendición se va a realizar el domingo día 6, a las 12 horas, con la celebración de una Eucaristía presidida por el obispo de Guadix, Mons. Ginés García. Antonio Gómez
Mirada AGENDA • Pastoral Universitaria. Los días 10 y 11 la Pastoral Universitaria de Granada asiste al encuentro de Delegados Episcopales de Pastorales Universitarias de España, que se celebra en Málaga, organizado por la Conferencia Episcopal Española, con motivo de su 50 aniversario.
portada del Programa Oficial de Horarios e Itinerarios y la del Pregón oficial. La muestra puede visitarse de martes a sábado, de 17 a 21:30 horas, y los domingos, de 10 a 14 horas. El día de la clausura se dará a conocer el acta del jurado con las fotografías ganadoras, a las 20:30 horas.
• Año de la Misericordia. Clausura del Año de la Misericordia en la Archidiócesis de Granada –junto al resto de Diócesis de todo el mundo- el día 13. En la Catedral la clausura será con la Eucaristía que presidirá Mons. Javier Martínez a las 13:30 horas. El resto de templos jubilares de la Diócesis también clausuran este Año Jubilar ese día. En Roma, la clausura será el día 20, Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, por el Papa Francisco.
• CC. Nuevo Inicio. Taller La gestión de las emociones, dentro del Ciclo Los retos de la era tecnológica: libertad frente a control social, organizado por el CC. Nuevo Inicio en colaboración con el Instituto de Filosofía Edith Stein-International Academy of Philosophy de Granada. Estará a cargo de Enrique Fuentes, especialista en Programación Neurolingüística e Inteligencia Emocional, el día 10 de 17 a 20:30 horas.
• Exposición cofrade. Hasta el día 11 podrá visitarse en el Centro Cultural Gran Capitán la exposición de fotos de la que saldrá el cartel oficial para la Semana Santa de 2017 de la Real Federación de Hermandades y Cofradías de Semana Santa de Granada. También se elegirá de entre las fotografías expuestas, la portada de la edición de Cuaresma de la Revista Gólgota, la
• Clero. Encuentro de Formación Permanente del Clero en Lanjarón el día 7 con el tema Memoria de los Mártires del Siglo XX en España. Estará a cargo del sacerdote diocesano D. Santiago Hoces, que hará una breve presentación del tema desde el testimonio del mártir de Lanjarán D. Antonio Caba Pozo. Posteriormente, tendrá lugar la Eucaristía y almuerzo fraterno.
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Textos
Esperanza ante el itinerario que tenemos delante Declaración conjunta católica-luterana
En el curso de la celebración de la oración ecuménica común en la catedral luterana de Lund, el Papa Francisco y el obispo Munib Yunan, presidente de la Federación Luterana Mundial, firmaron una Declaración común, que se inicia con la frase del Evangelio: “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí” (Jn 15,4). Con corazones agradecidos Con esta Declaración Conjunta, expresamos gratitugozosa a Dios por este momento de oración en común en la Catedral de Lund, cuando comenzamos el año en el que se conmemora el quinientos aniversario de la Reforma. Los cincuenta años de constante y fructuoso diálogo ecuménico entre Católicos y Luteranos nos ha ayudado a superar muchas diferencias, y ha hecho más profunda nuestra mutua comprensión y confianza. Al mismo tiempo, nos hemos acercado más unos a otros a través del servicio al prójimo, a menudo en circunstancias de sufrimiento y persecución. A través del diálogo y el testimonio compartido, ya no somos extraños. Más bien, hemos aprendido que lo que nos une es más de lo que nos divide.
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pasar del conflicto a la comunión Aunque estamos agradecidos profundamente por los dones espirituales y teológicos recibidos a través de la Reforma, también reconocemos y lamentamos ante Cristo que Luteranos y Católicos hayamos dañado la unidad vivible de la Iglesia. Las diferencias teológicas estuvieron acompañadas por el prejuicio y por los conflictos, y la religión fue instrumentalizada con fines políticos. Nuestra fe común en Jesucristo y nuestro bautismo nos pide una conversión permanente, para que dejemos atrás los desacuerdos históricos y los conflictos que obstruyen el ministerio de la reconciliación. Aunque el pasado no puede ser cambiado, lo que se recuerda y cómo se recuerda, puede ser trasformado. Rezamos por la curación de nuestras heridas y de la memoria, que nublan nuestra visión recíproca. Rechazamos de manera enérgica todo odio y violencia, pasada y presente, especialmente la cometida en nombre de la religión. Hoy, escuchamos el mandamiento de Dios de dejar de lado cualquier conflicto. Reconocemos que somos liberados por gracia para caminar hacia la comunión, a la que Dios nos llama constantemente.
Textos compromiso para un testimonio común
A medida que avanzamos en esos episodios de la historia que nos pesan, nos comprometemos a testimoniar juntos la gracia misericordiosa de Dios, hecha visible en Cristo crucificado y resucitado. Conscientes de que el modo en que nos relacionamos unos con otros da forma a nuestro testimonio del Evangelio, nos comprometemos a seguir creciendo en la comunión fundada en el Bautismo, mientras intentamos quitar los obstáculos restantes que nos impiden alcanzar la plena unidad. Cristo desea que seamos uno, para que el mundo crea (cf. Jn 17,23). Muchos miembros de nuestras comunidades anhelan recibir la Eucaristía en una mesa, como expresión concreta de la unidad plena. Sentimos el dolor de los que comparten su vida entera, pero no pueden compartir la presencia redentora de Dios en la mesa de la Eucaristía. Reconocemos nuestra conjunta responsabilidad pastoral para responder al hambre y sed espiritual de nuestro pueblo con el fin de ser uno en Cristo. Anhelamos que sea sanada esta herida en el Cuerpo de Cristo. Este es el propósito de nuestros esfuerzos ecuménicos, que deseamos que progresen, también con la renovación de nuestro compromiso en el diálogo teológico. Pedimos a Dios que Católicos y Luteranos sean capaces de testimoniar juntos el Evangelio de Jesucristo, invitando a la humanidad a escuchar y recibir la buena noticia de la acción redentora de Dios. Pedimos a Dios inspiración, impulso y fortaleza para que podamos seguir juntos en el servicio, defendiendo los derechos humanos y la dignidad, especialmente la de los pobres, trabajando por la justicia y rechazando toda forma de violencia. Dios nos convoca para estar cerca de todos los que anhelan dignidad, justicia, paz y reconciliación. Hoy, en particular, elevamos nuestras voces para que termine la violencia y el radicalismo, que afecta a muchos países y comunidades, y a innumerables hermanos y hermanas en Cristo. Nosotros, Luteranos y Católicos, instamos a trabajar conjuntamente para acoger al extranjero, para socorrer las necesidades de los que son forzados a huir a causa de la guerra y la persecución, y para defender los derechos de los refugiados y de los que buscan asilo. Hoy más que nunca, comprendemos que nuestro servicio conjunto en este mundo debe extenderse a la creación de Dios, que sufre explotación y los efectos de la codicia insaciable. Reconocemos el derecho de las generaciones futuras a gozar de lo creado por Dios con todo su potencial y belleza. Rogamos por un cam-
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bio de corazón y mente que conduzca a una actitud amorosa y responsable en el cuidado de la creación. Uno en Cristo En esta ocasión propicia, manifestamos nuestra gratitud a nuestros hermanos y hermanas, representantes de las diferentes Comunidades y Asociaciones Cristianas Mundiales, que están presentes y quienes se unen a nosotros en oración. Al comprometernos de nuevo a pasar del conflicto a la comunión, lo hacemos como parte del único Cuerpo de Cristo, en el que estamos incorporados por el Bautismo. Invitamos a nuestros interlocutores ecuménicos para que nos recuerden nuestros compromisos y para animarnos. Les pedimos que sigan rezando por nosotros, que caminen con nosotros, que nos sostengan viviendo los compromisos de oración que manifestamos hoy. Exhortación a los Católicos y Luteranos Exhortamos a todas las comunidades y parroquias Luteranas y Católicas a que sean valientes, creativas, alegres y que tengan esperanza en su compromiso para continuar el gran itinerario que tenemos ante nosotros. En vez de los conflictos del pasado, el don de Dios de la unidad entre nosotros guiará la cooperación y hará más profunda nuestra solidaridad. Nosotros, Católicos y Luteranos, acercándonos en la fe a Cristo, rezando juntos, escuchándonos unos a otros, y viviendo el amor de Cristo en nuestras relaciones, nos abrimos al poder de Dios Trino. Fundados en Cristo y dando testimonio de él, renovamos nuestra determinación para ser fieles heraldos del amor infinito de Dios para toda la humanidad.
aFondo
Contemplar a Cristo en el rostro del enfermo Entrevista a Madre Encarnación Rodríguez, Provincial de Siervas de María Ministras de los Enfermos, fundada por santa Soledad Torres Acosta, cuya vida y obra ha sido llevada al cine con el título Luz de Soledad. En Granada están desde el año 1880 y actualmente tienen la casa en C/ Niños Luchando. Con la conciencia de la sacralidad de toda persona y de que el enfermo es un cristo sufriente, cada día las Siervas de María acompañan y ayudan a las familias a atender a los enfermos en sus domicilios o en el hospital. Con ellas se creó en España el título de Enfermería.
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Entrevista a la Madre Provincial de Siervas de María Ministras de los Enfermos ¿Han visto la película? ¿Qué les ha parecido? Yo puedo decir que soy una afortunada porque la he visto varias veces. Para nosotras es una satisfacción grande, no porque la película aporte datos que nosotras no conozcamos. Muchas veces hemos leído y releído, y meditado, la vida de nuestra fundadora, pero, como suele decirse, “una imagen vale más que mil palabras”. La película está muy bien lograda y la elección de los personajes ha sido muy acertada y, sobre todo, la artista que encana el papel de Madre Soledad. Con su mirada y sus gestos han sabido transmitir la figura de la Madre.
aFondo
Han sabido conjugar la historia de una Sierva de María actual cuidando a un enfermo, que sirve de base para dar motivo a que esta Sierva de María actual narre la vida de la Madre Soledad. Se refleja lo que ha sido la fundación, la historia de la fundadora. Ha dado origen a que se vea y el espectador pueda captar de la película un valor bien sea desde el punto vista humano, sociológico, e ir adentrándose a un punto de vista espiritual, y yo me atrevo a decir que hasta místico. Porque el lema que mueve a la Madre Soledad y nos mueve a nosotras es contemplar a Cristo en el rostro del enfermo. Eso lo refleja la película. ¿La película es entonces fiel a la vida y obra de Soledad Torres Acosta? Verdaderamente, la refleja. Porque a nivel humano narra la historia de una persona –una mujer-; en aquella época las mujeres no tenían tanto protagonismo y ella era de clase social humilde, de naturaleza física no muy fuerte, y era la menos apropiada para cogerla como pilar para una fundación. Soledad nos da ejemplo de superación de dificultades, porque la madre Soledad siempre tuvo en cuenta un factor: se sabe conocedora de un plan de Dios sobre ella. Sabe su pobreza persona, pero sabe la grandeza de Dios y cómo, ofreciéndose como un pobre instrumento, Dios actúa y hace una obra grande. De ahí que uno de los rasgos de su espiritualidad sea abandono a la
Providencia. Ella no se acobarda ante las dificultades y en pequeños gestos vemos cómo lo supera. Visitar y cuidar a los enfermos es una obra de misericordia corporal. Ustedes viven esta obra de misericordia todos los días desde su vocación. ¿De qué modo? ¿Cómo atienden a los enfermos? San Juan de la Cruz decía, “religioso estudiante, religioso por delante”. Nosotras decimos, “religiosa enfermera, religiosa por delante”. No se pueden separar estas facetas. De tal manera están unidas que nosotras consideramos que el paso del convento a la habitación del enfermo es cruzar una puerta. Dejas un lugar sagrado, que es el convento, y entras en otro lugar sagrado, que es la habitación del enfermo. Es un lugar sagrado primero por lo sagrado que es la persona que sufre, pero es porque nosotras vemos allí que Dios se hace presente de dos maneras. Para la Sierva de María, Cristo se hace presente en el enfermo al que cuidamos. Y procuramos, en la medida que nuestra pobreza nos lo permite, que Dios también se haga presente en nosotras para que el enfermo perciba que a través de la Sierva de María es Dios mismo el que se hace presente para consolarlo, aliviarlo, decirle que le ama. Eso se hace a través de nuestros gestos, de nuestro modo concreto de cuidarlo.
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aFondo Cuando uno se convence que es un miembro dolorido de Cristo al que cuidas, lo haces como algo sagrado, como cuando te acercas al Sagrario: te merece un respeto y te merece también ese cariño que quieres transmitirle al enfermo en nombre de Dios. Yo he llorado cuando se me ha muerto un enfermo, porque se le ama de verdad, y se comparte la situación de dolor de la familia. Se crea una relación muy especial cuando se cuida a los enfermos. Que somos personas que a lo mejor puede traslucirse un rasgo de humanidad que no quisiéramos, también puede darse, pero lo que nos anima siempre es eso. ¿Cómo se originó la fundación? Lo que dio origen a la fundación fue constatar que no había religiosas que se dedicaran a cuidar de los enfermos de noche. Un sacerdote que tomó conciencia de esa realidad fue el inspirador de la obra. Luego la abandonó. Y por eso decimos que la Madre Soledad es la fundadora, porque se quedó ella al frente y la que dio vida, “cuerpo”, a la congregación. La idea originaria fue partiendo de ver la carencia en la vida religiosa de aquella época de que salieran de los conventos –aquello era impensable en el siglo XIXde noche, para cuidar enfermos a domicilio. La idea de este sacerdote fue una inspiración de Dios, porque vivieron de cerca el caso de una persona bastante considerable socialmente que tenía una hija enferma y no
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lograba que las Hijas de la Caridad fueran porque sus Constituciones y reglas no se lo permitían. Ahí tiene el nacimiento la congregación de Siervas de María, para ocupar ese hueco que había en la sociedad. Después, enseguida hubo el cólera y ahí hubo derroche de caridad, de donación de las hermanas, hasta el punto de que una fue mártir del cólera. Ponen la ciudad en cuarentena e impiden que las hermanas salgan cuando están cuidando un enfermo para no contagiar. La Madre Soledad da la cara y dice: “Nosotras somos enfermeras y lo mismo que los médicos van de un sitio a otro nos tienen que dar permiso”. Y lo consiguen, para que las hermanas cuando terminan en una casa de cuidar a un enfermo, porque fallezca o cure, puedan estar disponible para otro. Ahí hicieron despliegue de caridad, pasando de un sitio a otro sin descansar y pasando todo lo que había que pasar. Las primeras titulaciones de enfermera nacieron con esta congregación... Las hermanas nuestras que estaban en Roma estudiaron Enfermería. Nuestra Superiora General entendió que eso iba a ser bueno para todas las Siervas: dar una formación adecuada al personal y quisieron instaurarlo en España pensando primero en nosotras (no pensamos que iba a tener una dimensión como ha tenido) y llegaron a fundar la primera escuela de enfermeras. Y las primeras 36 enfermeras eran Siervas de María.
aFondo La Congregación tuvo la Escuela de Enfermería propia en Madrid, que acogió a muchísima gente, religiosas de otras congregaciones y gente seglar. De esto se ha celebrado el año pasado el primer centenario del título de enfermeras a nivel de España. Nosotras sabíamos que éramos las primeras, pero lo habíamos visto como una cosa normal. Aquí en Granada quisieron dar un premio. Y los premios no se buscan; se agradecen. Nosotras las Siervas de María no somos nadie si no es dentro de la Iglesia. Entonces, es la Iglesia y un orgullo para los creyentes: que la Iglesia ha estado al tanto no sólo con una caridad plasmada en palabras, sino en hechos concretos que requieren una preparación para que se le pueda dar al enfermo aquellos cuidados enfermerísticos para los cuales tienes que estar más preparada. Es una Congregación que nació en Madrid, pero qué presencia tienen en nuestra Diócesis. En Granada está desde 1880. Hay una cosa muy bonita ligada a la historia de la comunidad de Granada y es que la efectuó la misma Madre Soledad. Ella estuvo aquí presente y fue la que dio los primeros pasos, y la que marcó el camino que han procurado seguir siempre todas las Siervas de María. Hubo un imprevisto en la casa: se quemó. Había habido antes otras desgracias que obligaron que las hermanas acogieran a la gente en su casa y cuando fueron ellas las que necesitaron, también encontraron las puertas abiertas. Se tuvieron que cobijar en otra congregación religiosa. La Madre Soledad, como persona humana y con los pies en la tierra, escribió y tenemos un puñado de cartas preciosas de la fundadora dirigiéndose a la comunidad de Granada. Para nosotras son un tesoro, no sólo en Granada y Andalucía sino en la Congregación. En su origen, la atención a los enfermos era en los domicilios. ¿Van también a los hospitales? Ir a los domicilios, de noche y gratuita. Ahora, como puede haber otras necesidades que no es sólo a domicilios, porque si los enfermos están en los hospitales y los familiares tienen que trabajar no pueden quedarse de noche. Entonces, nos llaman a nosotras. Ahí se desarrolla una labor también muy bonita, porque los enfermos a los que vamos, normalmente, si están en los hospitales
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están con otros enfermos, y acabas cuidando a los dos o tres que estén allí. Vemos casos muy duros. A lo mejor, hay un enfermo, y su esposa lo cuida de día y de noche muchos días, son de un pueblo, tiene las piernas hinchadas… ante eso, la hermana se compadece y la manda a su pueblo porque tiene que descansar. La hermana acaba haciéndose cargo de todos los enfermos para que los familiares puedan descansar, y seguir con su puesto de trabajo y no perder el puesto de trabajo. Y se integran como uno más en la familia. Nos integramos y eso es muy bonito. A veces, la hermana –y eso lo refleja la película Luz de Soledad- en un principio es rechazada, pero la labor callada, de entrega, servicio, de desinterés, hace que la persona poco a poco vaya recapacitando y llega un momento en que te preguntan “pero, ¿por qué hace todo esto?”. Por dinero, no. Es por otra cosa. Y llegan a tomarte un cariño que te consideran de la familia, de confianza, de apertura. El gesto de confianza es desde el principio, aunque no lo quieran reconocer. Te entregan lo que más quieren, para que les cuides sus familiares, que es lo más preciado que se tiene. Esa confianza se agranda y va mezclada también con el cariño que nosotras cogemos a esas personas y ellas a nosotras. Estamos todavía en el Año de la Misericordia. ¿Cómo practicamos entre nosotros la misericordia con las personas que nos rodean y especialmente con los enfermos, aquellos que tienen familiares enfermos o que tienen que acudir al hospital diariamente?
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Cuidar a un enfermo es una misión sagrada. Porque la dignidad de la persona humana es muy grande, pero esa dignidad cuando la persona se deteriora por la salud no disminuye, aumenta. Cuando estás enfermo es un grado de dependencia tan grande que sólo desde ahí se entiende que la persona tenga que dejarse hacer ciertas cosas; tenga que depender tanto de otros. Realmente es prestarle nuestras manos, nuestros pies, llegar donde esa persona no llega. La persona enferma cuanto más enferma es, más dependiente es en mayor grado, genera en los demás lo más noble y lo más grande que encerramos cada uno en el corazón. Es el sentimiento de compasión, pero no la compasión que entiende la gente (“le da lástima”). No. Es padecer-con, sufrir-con. Quisieras aliviar tanto… Cualquiera de los servicios que se preste, cualquiera que trabaje con los enfermos, es una obra de misericordia. Y hay que valorarlos y hay que decirles la importancia que tienen y la labor que siguen desarrollando. Dios no ha creado nada inútil. El enfermo, por muy mal que esté, por muy dependiente, por muy que ya no tenga conciencia, no es inútil. Dios lo mantiene, porque Dios no mantiene nada inútil, si no, no lo habría creado, y si no, no lo mantendría. Algo grande tiene el dolor y los cristianos sabemos lo que tiene. Desde que Cristo sufrió el dolor tiene un algo tan grande para el mundo que se convierte en “pararrayos” en la sociedad. Cada enfermo es un cristo que está sufriendo. Y cuando decimos, “si yo hubiera vivido en tiempos de Cristo, le hubiera hecho esto…”. Házselo al que está sufriendo. Es la oportunidad que tenemos. Y Cristo lo ha dicho, no es una idea bonita: “Lo que hagáis a uno de estos a mi me lo hacéis”. “Estuve enfermo y me visitasteis”, pues las Siervas de María las más felices del mundo cuidando a Cristo cada noche. Es una obra de misericordia, porque el enfermo es sagrado y lo que se le haga desde ese sentirse uno pobre, pequeño, que no vales, que vea que se le acerca alguien con cariño –la familia o personas que podamos dedicarnos a ello- se merecen lo mejor de todos nosotros. Paqui Pallarés
Cultura
San Atanasio, Obispo de Alejandría.
El enigma de la naturaleza humana La vida humana es un enigma, un nudo que debe ser desatado pues está lleno de experiencias misteriosas: “Sin embargo, como si tuviese una cierta consistencia, ¿cómo es que me dejo dominar por los males? Éstos son de hecho para los mortales la única realidad inmutable, innata, firme, que no envejece. Desde que, salido del vientre de mi madre, derramé el primer llanto, ¡cuántas y qué desgracias habría tenido que afrontar llorando, antes incluso de tocar la existencia! Enfermedad, pobreza, nacimientos, muertes, oído, personas malvadas… : todo esto es la vida. Males he conocido muchos, totalmente desagradables mientras que cosas buenas, ninguna que estuviera totalmente exenta de amargura”.
Sobre San Gregorio Nacianceno (y II) El drama de lo humano Sin embargo, frente al enigma de la naturaleza humana, Gregorio reconoce que si el hombre fuese sólo materia no permanecería nada de él. No es posible que termine así. En particular él siente dentro de sí como dramática la oposición entre la realidad material y la espiritual, entre la carne y la espiritual, y comprende que no puede ser aplastado por las necesidades del cuerpo porque está hecho para algo grande, es más, es tan grande como un ángel. Comentando la muerte de su hermano Cesáreo dice: “¡Que pueda yo mortificar los miembros terrenos! Que pueda consumar todo en el espíritu, recorriendo el camino estrecho, que pocos recorren, no el que es largo y
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Cultura fácil, porque lo que viene después es luminoso y grande, más grande que nuestra expectativa. “¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él?” (Sal 8, 4). ¿Cuál es este nuevo misterio que me concierne? Soy pequeño y grande, humilde y sublime, mortal e inmortal, terreno y celestial, por una parte estoy en lo bajo, en el mundo, por otra estoy con Dios, soy carnal y espiritual… Esto es lo que quiere decirnos este gran misterio, esto es lo que quiere decirnos este Dios que se ha hecho hombre y que se ha hecho pobre por nosotros: su fin es el resucitar la carne, salvar la imagen, recrear al hombre, para que todos seamos uno solo en Cristo que se ha hecho todo en nosotros –precisamente aquello que espara que no seamos ya hombre o mujer, bárbaro o escita, esclavo o libre – distinciones de la carne -, pues llevamos en nosotros mismos solamente la impronta divina, de la cual hemos sido formado y señalados de tal forma que sólo por ésta podemos ser reconocidos”.
cuerpo fue formado de la tierra, pero el alma es soplo de Dios y ansía perennemente y con fuerza la mejor parte de los bienes celestiales. Así corre a propagarse la oleada de una fuente y el fuego ardiente conoce un solo camino sin retorno y se alza hacia lo alto. Así es de grande el hombre (¡como un ángel!), si liberado, como una serpiente, de sus despojos manchados, se alza de la tierra… Y yo, abandonada toda cosa, no poseo más que una, cruz, columna luminosa de mi vida”. Lucia Bacci Revista Huellas
El cumplimiento El Nacianceno percibe por tanto la desproporción entre el deseo de totalidad que lo constituye y la incapacidad de realizarlo plenamente, por lo que vive en todas las circunstancias una experiencia dramática (enfermedades, dolores, inconvenientes, disputas), que no es eliminada, sino radicalizada por quien según él ha resuelto el problema, es decir, Cristo. En efecto si Cristo acompaña al hombre hasta el cumplimiento de la felicidad que anhela y revela el sentido de la realidad, que no es negativa, sino positiva, en cuanto signo revelador del Padre, no elimina sin embargo la desproporción en las circunstancias y en las relaciones, más aún, pide todavía más al hombre que se adhiera a él, que le siga incluso donde no quiere ir. San Gregorio de Nisa.
Algunos han acusado a Gregorio de ser pesimista por el hecho de que subraya a menudo y con insistencia su insatisfacción con respecto a la vida, él que, aun admitiendo a Cristo como respuesta total, sigue “consumiéndose de pena en el corazón”. El Nacianceno es, en cambio, realista y consciente de que la felicidad completa se encuentra “más allá”, sabe que “el drama no es el enigma, sino el camino agónico de la felicidad”. De hecho en otro lugar el padre capadocio observa: “Un deseo insatisfecho es un tormento” y “la recompensa del deseo consiste en alcanzar el cumplimiento del deseo”. Tal cumplimiento es el abrazo de una relación que impulsa continuamente al hombre: “Nunca dejaré de aferrarme a Cristo, en el intento de desatarme de los lazos de esta vida terrena. Hay una dualidad en mí: el
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Testimonio
“Matadme, que yo muero gustoso por Jesucristo” Antonio Caba Pozo, joven inteligente y seminarista piadoso, quiso ser, a imitación de su divino Maestro, sembrador de paz y amor en medio de tanto odio y de tanta guerra; víctima de la horrible persecución religiosa que hubo en España durante la Guerra Civil, Antonio sufrió el martirio en las inmediaciones de su pueblo natal, Lanjarón. Antonio había nacido en Lanjarón el año en el que se encendía una devastadora conflagración: la Primera Guerra Mundial. Este seguidor de Cristo será víctima de otra horrible persecución religiosa, en la que padecerán el martirio varios millares de sacerdotes y religiosos, son contar otros muchísimos cristianos, que murieron solo por serlo. Con la edad de trece años, manifestaba Antonio el deseo de iniciar sus estudios en el Seminario y así, en el año 1927, el joven entró al Seminario San Cecilio de Granada. MARTIRIO Había terminado el seminarista el segundo curso teológico con la calificación de “Meritissimus” en todas las asignaturas, y en las vacaciones de verano, estaba Antonio en su pueblo, con su querida familia; pero
Antonio Caba Pozo
el ambiente en Granada y en Lanjarón y en España entera era la abierta persecución y de suma violencia. Si ya la persecución contra la Iglesia era sumamente violenta a partir de la instauración de la República, en este verano horrible se iba a convertir en sangrienta. Dos compañeros de estudios del siervo de Dios: Ignacio Sánchez Ontiveros y Juan Camacho Triviño, (el clérigo minorista que había sido apedreado en su pueblo de Alhama de Granada, cuando llevaba los Óleos), se encontraban en Lanjarón, en donde habían pasado unos días de convivencia los tres amigos; y el 19 de julio, pensaban marchar al pueblo de Domingo Pérez, en donde Ignacio tenía su domicilio. Pero Antonio no pudo emprender el viaje proyectado, ya que a las siete de la mañana, se presentaron siete u ocho individuos preguntando por él; llegaron armados con pistolas y escopetas unos, y con garrotes y palos los otros. “Tienes que venirte con nosotros”, le dijeron los pistoleros. “¿Y quién es el que tal cosa ordena?”, preguntó el seminarista. “Venimos de parte del comité, advirtiéndote que no eres tú el que harás las preguntas, sino el que deberá responder y hacer las aclaraciones que se te exijan, le respondieron ellos con desconsiderados modales.
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Testimonio
D. Santiago Hoces, autor del libro Los Mártires Granadinos de 1936.
Se marchó con los milicianos que lo condujeron a la prisión, situada en los bajos de la Casa-Ayuntamiento. También don Antonio Barea, el cura párroco, con su padre y hermano, el médico, D. Francisco Hernández, y el encargado de la Fábrica Orujera, habían sido conducidos allí de la misma forma. En la cárcel sufrieron una gran humillación, los carceleros se burlaban de ellos, y les dirigían palabras ofensivas y llenas de amenazas: “Os ha llegado la hora”, les decían. Y todos los encarcelados guardaban silencio, menos el seminarista, que siendo el más joven, les respondió con gran serenidad y mesura: “Estáis equivocados, os lo aseguro, porque al abrirnos a nosotros las puertas del cielo, si es que nos matáis, os las estáis cerrando a vosotros mismos”. Conocía el estudiante de Sagrada Escritura el relato de la muerte martirial de los siete Hermanos Macabeos, y la respuesta que dio al tirano el primero de ellos. “Tú, criminal, nos privas de la vida presente, pero el Rey del mundo, a nosotros que morimos por sus leyes, nos resucitará a una vida eterna”. Día 21 de julio. Serían las ocho de la mañana; y habían sido dos las noches, pasadas por los presos en la cárcel del municipio. Se escuchó un tiroteo por el lado oeste del pueblo; se pusieron muy nerviosos los milicianos carceleros, y hablando entre ellos, cogieron las pistolas y escopetas y decidieron sacar precipitadamente a los prisioneros. Y lo hicieron, encaminándolos en dirección contraria al tiroteo escuchado; es decir por la carretera, en dirección a Órgiva.
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Caminaban pensativos y tristes los presos, y entre ellos se movían nerviosos los milicianos. El seminarista, con serenidad y sosiego, lo que les faltaba a sus guardianes, iba rezando el santo rosario, como lo hizo de aquella lejana tarde de septiembre, en el Seminario ante la Virgen de Gracia. Ignoramos si le dio tiempo de dirigirse a la Señora con las distintas advocaciones de la letanía mariana. Lo que sí sabemos es que la Reina de los Mártires tuvo que estar muy cerca de Antonio, y que el Espíritu Santo lo llenó con el Don de Fortaleza. La mayoría de los presos, valiéndose del nerviosismo de sus guardianes, se evadieron, echándose a rodar por un terraplén, muy cerca de la Venta del Buñuelo, al margen derecho del camino de Órgiva. El seminarista y el médico fueron los únicos que no huyeron. Y afirmarían después quienes lo oyeron, que Antonio les dijo a sus guardianes: “Matadme, si es eso lo que queréis; que yo muero gustoso por Jesucristo”. Y efectivamente, una descarga de perdigones destrozó el cráneo y el rostro del intrépido joven. Huyeron los pistoleros, y Antonio cayó fulminado e inconsciente, muy mal herido y bañado en su propia sangre, lo condujeron a Granada; en el Hospital de san Juan de Dios los médicos diagnosticaron que el desenlace era fatal, y que no había esperanza alguna de vida; por este motivo lo llevaron a su tierra, para que muriese en donde había nacido y cerca de los suyos. El sacerdote don Miguel Mingorance, el mismo que le administró el Bautismo, le dio la absolución y la unción de enfermos. A la una de la tarde murió en el destierro, en donde había nacido, para renacer en la patria por la que siempre había suspirado. Al sepelio del muchacho, tan bueno, acudió todo el pueblo; lloraban, lamentándose, las mujeres; y se veían rodar algunas lágrimas, incluso por las mejillas curtidas de muchos hombres. “Antonio era un santo”, fue la expresión más repetida aquellos días en el pueblo de Lanjarón. Santiago Hoces Pérez Publicado en Los Mártires Granadinos de 1936
SignoyGracia
Al servicio del altar La participación del salmista, el coro, los acólitos y los ministros extraordinarios de la Eucaristía son fundamentales en la liturgia de la Santa Misa. SALMISTA El salmista es guía y maestro de oración poética y cantada. Proclamará el Salmo bien, es decir, que el salmista cante bien, que se le escuche y que la letra la entienda la asamblea. CORO El canto es un aspecto importantísimo en la celebración. El canto ayuda a sentir más en profundidad y a expresar más claramente los varios sentimientos y actitudes de la fe: la alegría, la petición, la alabanza y el dolor. Los cantores son cristianos como los demás que tienen que participar en la celebración. Han de buscar cantos adecuado a las lecturas de la misa y al tiempo litúrgico correspondiente. Los instrumentos no deben apagar la voz de los cantores, es más importante oír claramente la voz que el instrumento musical. ACÓLITOS Debe llegar con tiempo suficiente antes de empezar la celebración; es importante que sus vestiduras sean dignas y estén limpias.
Funciones en la Eucaristía Deben formarse para salir a la celebración de menor a mayor estatura y colocarse dos a la derecha y dos a la izquierda del sacerdote celebrante. Durante la celebración eucarística deben cuidar la compostura: no estar hablando y sentarse bien. El que sostiene el libro debe saber cuándo ha de cambiar la página sobre todo para la oración de despedida. Después de la comunión y la purificación debe recoger todo lo que haya sobre el altar. MINISTROS EXTRAORDINARIOS DE LA EUCARISTÍA Llegar con tiempo suficiente antes de empezar la celebración. Deberán tener sus manos limpias, cuidar la postura y los gestos durante la Eucaristía, participando activamente. Si abre el Copón, debe hacerlo siempre sobre el altar, no en el aire, y una vez abierto y puesto sobre el corporal, hacer una genuflexión En la credencia debe haber un purificador para que los ministros después de dar la comunión se limpien los dedos. Ignacio Fernández González Sacerdote Diócesis de Granada
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La Resurrección. Sebastiano Ricci.
“No es Dios de muertos, sino de vivos”
XXXII Domingo del Tiempo Ordinario
2 Macabeos 7, 1-2. 9-14 Salmo 16 2 Tesalonicenses 2, 16-3, 5 Lucas 20, 27-38 Se acercaron algunos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron: “Maestro, Moisés nos dejó escrito: `Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero sin hijos, que tome la mujer como esposa y dé descendencia a su hermano´. Pues bien, había siete hermanos; el primero se casó y murió sin hijos. El segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron todos sin dejar hijos. Por último, también murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la tuvieron como mujer”. Jesús les dijo: “En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, pero los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre los muertos no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. Pues ya no pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección. Y que los muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor: `Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob´. No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos”. Intervinieron unos escribas: “Bien dicho, Maestro”. Y ya no se atrevían a hacerle más preguntas.
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Comentario al Evangelio Las lecturas de este domingo son una reflexión sobre la vida, la muerte y la resurrección. La vida nos enseña que la muerte es compañera de viaje, pero la muerte no es el punto final, sino un punto y seguido, es un paso doloroso, pero un paso hacia Dios nuestro Padre. El Evangelio de san Lucas nos presenta a unos saduceos haciéndole una pregunta a Jesús para ridiculizar la creencia en la resurrección. Basándose en la “Ley del levirato”, por la que el hermano del esposo debía casarse con la viuda si ésta no tenía descendencia, le preguntan a Jesús: “¿de quién será esposa en el cielo una mujer que se ha casado con siete hermanos?” Jesús responde diciendo que no se imaginen la vida eterna según el modelo de la vida actual. La resurrección no debe ser imaginada como la reanimación de un cadáver. La vida eterna no es, una mera prolongación de la vida de este mundo; ya no está sujeta a la muerte. La resurrección es una forma de existencia totalmente nueva y transformada. Se trata de una nueva vida, de la participación plena en la vida de Dios.
Lo que Dios ama no puede terminar, no puede tener fin en el tiempo. Dios nos resucitará un día para vivir con Él. La muerte acaba con nuestra vida biológica, pero no puede terminar con la vida que brota de Dios. El creador de la vida es más fuerte que la muerte, porque “nuestro Dios, no es un Dios de muertos, sino de vivos”. Porque Dios es un Dios de vivos, hay que luchar por la vida y esforzarnos por tener una vida digna para nosotros y para todos. Optar por la vida es, por lo tanto, optar por Dios, es no apoyar los antivalores de muerte que se propagan en nuestro mundo, como la violencia, el odio, la miseria, etc. Hoy, Jesús nos invita a fortalecer nuestra fe en la resurrección y a creer en un Dios que es Padre y que nos ha dado una vida maravillosa que la continuaremos después de la muerte. Ignacio Fernández González Sacerdote Diócesis de Granada
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laPuntada Reflexiones para náufragos
Jamás nos abandonará, porque por su voluntad la tierra es una anticipación del Reino de los Cielos y forma parte del cielo desde hoy. Esa tosca nodriza de todos, la esfera que es un punto en el infinito, y sin embargo contiene la esperanza del infinito, Cristo la ha recobrado para sí como propiedad eterna, y hoy está más ligado a nosotros que cuando comía el pan en nuestros campos. Giovanni Papini Historia de Cristo