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Copyright 2004 by Psykhe ISSN 0717-0297 PSYKHE 2 0 0 4 , Vo l . 1 3 , Nº2 , 1 4 3 1 5 7 Subjetividad Adolescente: Tendiendo Puentes Entre la Oferta

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Copyright 2004 by Psykhe ISSN 0717-0297

PSYKHE 2 0 0 4 , Vo l . 1 3 , Nº2 , 1 4 3 1 5 7

Subjetividad Adolescente: Tendiendo Puentes Entre la Oferta y Demanda de Apoy o Psicosocial Para J ó venes

Adolescent Subjectivity : Tending Bridg es Between Offer and Demand of Psy choSocial Support for Youth

Christian Berger Univ ersid adAl b ertoHu rtad o

El presente artículo ref lex iona en torno a la tensió n ex istente entre la of erta de programas y serv icios para adolescentes y la demanda de ap oy o y serv icios de este grup o p ob lacional. Se p lantea q ue dada la ausencia de la p ersp ectiv a adolescente en el desarrollo de p rogramas y p olíticas dirigidas a dicha p ob lació n, la of erta p rogramá tica responde a creencias y ex pectativ as del mundo adulto. Se propone que la subj etiv idad adolescente debe ser reconocida e integrada con el ob j eto de articular en mej or f orma la of erta y demanda de p rogramas y serv icios p ara j ó v enes. A trav é s del aná lisis de las nociones de ap oy o p sicosocial ( como of erta)y las conductas de b ú sq ueda de ap oy o ( desde la p ersp ectiv a de la demanda) , el p resente artículo p retende iluminar la discusió n resp ecto de có mo enf ocar el diseño e implementació n de programas y políticas que esté n orientadas a promov er el desarrollo j uv enil.

The p resent article ref lects on the ex isting tension b etween the p rogrammatic of f er f or y outh and the demand f or support and serv ices by this population. I t is argued that the absence ofthe adolescent perspectiv e in the dev elop ment ofp rograms and p olicies oriented to this p op ulation, the of f er ofp rograms and serv ices resp onds to belief s and ex pectancies display ed by the adult world. I t is proposed that adolescent subj ectiv ity should be ack nowledged and integrated in order to achiev e a b etter matching b etween of f er and demand ofy outh p rograms and serv ices. Through the analy sis ofthe notions ofp sy chosocial sup p ort ( as of f er)and the adolescent help seek ing b ehav ior ( f rom the demand’ s p ersp ectiv e) , the p resent article intends to enlighten the discussion ab out how to ap p roach the design and imp lementation ofp rograms and p olicies aimed to f oster adolescent dev elop ment.

Introducción

v estigad o res, p ro f esio nal es q u e trab aj an d irec tamente c on j óv enes y ,tambié n,de patroc inantes e

Rec ientes p u b l ic ac io nes han p l antead oq u e ex is-

inv ersio nistas en el c amp od el d esarro l l oso c ial res-

te u na imp o rtante c antid ad d e rec u rso s inv ertid o s

p ec tod e al gu nas temá tic as rel ac io nad as c o n eld e-

en p ro gramas yserv ic io s p ara j ó v enes q u e no so n

sarro l l od e ad o l esc entes,intentand oc o mp rend er y

ap ro v ec had o s ad ec u ad amente ( Riz z ini,Bark er &

rev ertir l a situ ac ió n antes menc io nad a ( Natio nal

Cassaniga,2 0 0 0 ) ,esp ec ial mente si se c o nsid eran

Researc h Co u nc il andI nstitu te o f M ed ic ine, 2 0 0 2 ) .

al gu nas med ic io nes d e c o sto b enef ic io , c o motamb ié n l a c o b ertu ra d e esto s p ro gramas. De l a misma

Elp resente artí c u l o intenta av anz ar en l a c o mp rensió n d e esta situ ac ió n amp l iand ol a d isc u sió n

f o rma, c ad a d í a ex iste may o r c u estio namientores-

en to rnoal d esarro l l oad o l esc ente ya l o sp ro gramas

p ec toa l a f al ta d e c o herenc ia y / oeq u il ib rioentre l a

yserv ic io sp ara ad o l esc entes al rel ev ar l a imp o rtan-

o f erta d ep ro gramas yserv ic io s tend ientes a f av o re-

c ia d e l a p ersp ec tiv a d e l o s p ro p io s j ó v enes resp ec -

c er el d esarro l l oad o l esc ente yl ad emand ad e ap o y o

to d e é sta.La tensió n ex istente entre l a o f erta d e

– p sic o l ó gic o , f í sic oyso c ial –p o r p arte d e l o s p ro -

p ro gramas y serv ic io s,y l a d emand a d e é sto s p o r

p io s ad o l esc entes ( Natio nalResearc h Co u nc iland

p arte d e l o s ad o l esc entes,p arec e resp o nd er a u na

I nstitu te o fM ed ic ine, 2 0 0 2 ) ; asimismo , l o s resu l ta-

f al ta d e c al c e entre l a manera en q u e el ap o y oso c ial

d o s noal c anz an el niv el esp erad o( Cairns & Cairns,

es o f rec id oa l o s j ó v enes yel ac erc amientod e é sto s

1 9 9 4 ) . Así , ha au mentad oel interé s p o r p arte d e in-

a d ic has f u entes d e ap o y o( Bark er,2 0 0 2 ;Zel d in, Mc Daniel , To p itz es & Cal v ert, 2 0 0 0 ) . En este senti-

Christian Berger S., Escuela de Psicología.

d o , el ej ec entral d e este esc ritoref iere a l a nec esid ad

La corresp ondencia relativ a a este artículo deb erá ser en-

d e artic u l ar en mej o r f o rma l a o f erta p ro gramá tic a

v iada al autor:Room 2 2 6 Education Building, M C7 0 8 .

p ara ad o l esc entes a trav é s d e l a v al id ac ió n e inc l u -

1 3 1 0 S. Six th St., Champ aign, I L 6 1 8 2 0 6 9 9 0 , EE.UU. Email:cb erger1 @ uiuc.edu

sió n d e l a su b j etiv id ad ad o l esc ente.En l a med id a

144

BERGER

que la subjetividad adolescente no es reconocida e

nente potencial en términos de recursos para el de-

integrada en la planificación, implementación y eva-

sarrollo, en la medida que “ … comprometen, moti-

luación de programas y servicios para dicho grupo

van y movilizan a las personas (… )” (Gubbins,

poblacional, la orientación de éstos se fundamenta

Venegas & Romero, 1999, p. 3 ).

en la perspectiva de los adultos respecto de la expe-

En la misma línea se encuentran los planteamien-

riencia adolescente y de sus creencias y expectati-

tos de Rizzini, Barker y Cassaniga (2000), quienes

vas a la base de ésta.

reconocen dos paradigmas que sustentan diferen-

Con el objeto de contribuir a la discusión res-

tes acercamientos a situaciones psicosociales rela-

pecto de cómo enfocar el diseñ o de programas y

cionadas con niñ os y adolescentes (independiente-

políticas dirigidas a fortalecer el desarrollo adoles-

mente que estas situaciones sean definidas como

cente, el presente escrito reflexiona en primer lugar

problemas o no). Estos dos paradigmas serían el

sobre las perspectivas y nociones respecto de la

paradigma de riesgo y el paradigma de promoc ió n

adolescencia que fundamentan la oferta de progra-

del desarrol l o. La distinción realizada por estos au-

mas y servicios para jóvenes, para luego abordar la

tores surge en torno a los usuarios o beneficiarios

subjetividad adolescente y la adecuación –o falta

de distintas estrategias, planteando que las estrate-

de ésta– entre ambas perspectivas. Para ello se con-

gias fundadas en el riesgo tienden a privilegiar ac-

sideran dos temáticas centrales para el desarrollo

ciones inmediatas y urgentes, limitadas a grupos que

adolescente y los programas destinados a favore-

se encuentran en situaciones extremas, en tanto

cerlo:el apoyo psicosocial y las conductas de bú s-

aquellas fundadas en el paradigma de promoción de

queda de apoyo. Finalmente, a modo de conclusión

desarrollo poseen un abordaje más amplio que favo-

se presentan algunas reflexiones que surgen de este

recen el acceso de todos quienes estén interesados

análisis y que pretenden constituir futuras líneas de

o puedan beneficiarse de dichas acciones. A pesar de la distinción recién planteada, un

investigación y acción para el desarrollo adolescen-

elemento comú n a ambas perspectivas es que la

te.

noción de riesgo y/o de promoción (o bien, desa-

Desarrollo Adolescente: Perspectivas y Conceptualiz aciones Revisar la forma en la cual distintas perspectivas

rrollo) y su definición operacional no considera la subjetividad adolescente; en otras palabras, no existe una demanda concreta de servicios o programas desde la propia población beneficiaria, sino

abordan el desarrollo adolescente desde las estrate-

que esta demanda se construye desde una pers-

gias de trabajo para con esta población permite dis-

pectiva externa basada en suposiciones respecto

tinguir diversas aproximaciones y perspectivas sub-

de qué elementos constituirían una demanda ado-

yacentes respecto de éste. Algunos autores plan-

lescente, lo que algunos estudios (abordados más

tean una distinción polar en relación con el foco que

adelante) plantean usualmente se encuentra bas-

planificadores e interventores enfatizan al reflexio-

tante alejado del propio discurso adolescente. En

nar sobre el trabajo comunitario, las políticas pú bli-

términos generales, las temáticas o dimensiones en

cas y estrategias respecto de éste (Aylwin & Solar,

las cuales se supone que los y las adolescentes

2000); los dos polos son, por un lado, una perspec-

necesitan apoyo (esto es, la oferta existente que es

tiva relacionada con los problemas o déficits y, por

propuesta desde el gobierno, ONGs y otras organi-

el otro, un enfoque relacionado con los recursos y

zaciones) son definidas por adultos, constituyen-

potencialidades. Ambas perspectivas están basadas

do así lo que algunos autores han denominado una

en la consideración de necesidades humanas. De

perspectiva “ adultocentrista”(Duarte, 2000) . En

hecho, la noción de necesidades humanas presenta

palabras de Iglesis (2000), “ … se puede afirmar que

una interesante riqueza conceptual, ya que involucra

no se ha valorado la subjetividad colectiva de los

1

la interacción de variables individuales tanto como

jóvenes al definir las metas ú ltimas de la política

colectivas (socioculturales). Así, “ comprendidas en

social juvenil”(p. 13 0).

un sentido amplio, las necesidades pueden ser concebidas como carencias y a la vez como potencialidad”(CEP AUR, 198 6en Gubbins, Venegas & Romero, 1999, p. 3 ). En otras palabras, desde esta óptica

1

Asimismo, las temáticas y dimensiones señaladas se relacionan generalmente con problemáticas psicosociales (la mayoría de ellas relacionadas a la sexualidad, el consumo

las necesidades pueden ser conceptualizadas como

de alcohol y/ o drogas, y conductas de riesgo en general),

“ falta de algo”o, por otra parte, como un compo-

asumiendo así una perspectiva de riesgo.

SUBJ ETIVIDAD ADOLESCENTE Y APOYO PSICOSOCIAL

En este sentido, se hace relevante reflexionar en torno al concepto de adolescencia que subyace a

145

afectivas, cognitivas, biológicas y sociales con poca disrupción” (p. 50).

ambas perspectivas del desarrollo adolescente, ya

En este sentido, para alcanzar una mayor com-

que éstas incluyen necesariamente una concepción

prensión de esta etapa y de la propia experiencia de

de adolescencia que orienta su aproximación a este

los adolescentes, parece importante considerar su

segmento de la población; es en este nivel donde la

propia subjetividad, su forma de experimentar el ser

tan clara distinción entre los dos paradigmas pare-

adolescentes , más que datos objetivos sobre la

ciera desaparecer, o al menos presentarse como con-

adolescencia (los cuales se encuentran en la litera-

2

fusa y poco clara .

3

tura, aunque también teñidos por las ideologías im-

Al examinar la concepción de adolescencia que

plícitas en ellos). Por otra parte, tomando una aproxi-

fundamenta a los programas y servicios para jóve-

mación ecológica (Bronfenbrenner, 1982), debiera

nes (y que puede observarse en el acercamiento de

considerarse cómo la experiencia de los propios ado-

la sociedad en general a la adolescencia), común-

lescentes es validada y valorada en el contexto so-

mente ésta es entendida como una etapa de desequi-

c i a l y c u l t u r a l . H e n d r y, S h u c k s m i t h , L o v e y

librios, estrés y crisis personales, la mayoría de ellas

Glendinning (1993) apoyan lo anterior planteando

referidas a la definición personal.

que diferentes factores, tanto internos como exter-

Sin embargo, la adolescencia no debiera ser con-

nos, afectan el desarrollo adolescente; al referirse a

cebida exclusivamente como una fase de desequili-

los segundos estos autores se refieren a los padres,

brios; de hecho, el desarrollo evolutivo individual

profesores, pares y la sociedad en su conjunto. Como

es un proceso constante y continuo (Erikson, 1982),

argumenta Ryan (2001) (al referirse a la baja en el

y por lo tanto los conflictos relacionados con la con-

logro y motivación académica durante la adolescen-

figuración personal no son exclusivos de ninguna

cia):

etapa del ciclo vital. Respecto de esto, la perspecti-

Algunos investigadores han sugerido que esta

va de Frydenberg (1997 ), la cual se basa en diversos

baja es el resultado de las “tormentas y estrés”

estudios revisados por esta autora, es concluyente:

que acompañan los cambios normativos propios

Mitos prevalentes en torno a la adolescencia han

de la adolescencia. Recientes teorías, sin embar-

sido recientemente explotados, tales como aque-

go, han enfatizado que el contexto en el cual se

llos que consideran a la adolescencia inevitable-

desarrollan estos cambios es crítico para com-

mente como un periodo de tormentas y estrés, o

prender los procesos de cambio durante esta eta-

que los cambios hormonales causan invariable-

pa vital. (p.1135)

mente dificultades, o que existe una brecha

Otro aspecto que emerge de la revisión de la con-

generacional “negativa” entre los adolescentes

cepción de adolescencia es su estatus de “etapa de

y sus padres. La prevalencia de psicopatología

paso” entre el mundo infantil y el mundo adulto,

en adolescentes no es mayor que en otros gru-

careciendo así de un estatus propio. La pregunta

pos etáreos. Además, investigaciones en torno

central aquí parece ser cómo escuchar y validar la

a la salud de adolescentes revelan que la mayo-

propia experiencia adolescente, no sólo como una

ría de ellos atraviesa este periodo sin dificulta-

preparación para el mundo adulto , sino con sus par-

des significativas. No obstante, los y las adoles-

ticularidades y vivencias subjetivas. Siguiendo las

centes experimentan estrés y preocupaciones, al

palabras de Zegers (1988):

4

igual que todas las secciones de la comunidad

La adolescencia conlleva una serie de ajustes

en diferentes momentos durante su ciclo vital.

que pueden sintetizarse en torno a la problemáti-

(p. 7 )

ca de la definición de la Identidad. De un modo

Lo anterior es apoyado por Moreno y del Barrio

general se puede afirmar que definir una identi-

(2000), quienes plantean que la inestabilidad atribui-

dad no sólo supone definir un futuro, qué “hace”,

da a los adolescentes no sería normativa. Como plantea Florenzano (2002), “la mayoría de los adolescen-

3

tes son capaces de integrar sus nuevas experiencias

Es interesante al respecto la perspectiv a de Sh eperd Zeldin al conceb ir a los adolescentes como actores sociales plenos ( comunicación personal,3 0 octub re 2 0 0 3 ,Univ ersity

2

Comúnmente se asume que el paradigma de promoción del desarrollo incluy e por def ecto la perspectiv a adolescente;asumir aquello puede limitar una comprensión má s

ofI llinois) . 4

I mplí cita en esta def inición está la idea de la adolescencia como una f ase incompleta del ser h umano,considerando

acab ada de los y las adolescentes en el contex to de distin-

a la adultez como un “ logro” o un “ producto f inal” de la

tos programas y serv icios destinados para ellos.

adolescencia.

BERGER

146

sino que fundamentalmente “quién ser y quién

unitario (National Research Council and Institute of

no ser”. Requiere de una definición frente a la

Medicine, 2002), lo cual implica la existencia de una

vida y una integración del yo frente a las exigen-

demanda explícita, articulada y unívoca por parte de

cias y posibilidades sociales. Identidad es por

los adolescentes como grupo. Al considerar a los

tanto una síntesis entre realidad interna y exter-

adolescentes como un grupo etáreo de gran hetero-

na. (p. 105)

geneidad, establecer un consenso entre ellos resul-

En palabras de Moreno y del Barrio (2000):

ta casi imposible. Así, al incluir otros factores tales

La naturaleza de la adolescencia no parece adap-

como género, nivel socioeconómico, nivel educa-

tarse a su retrato como un período de graves

cional, contexto geográfico, ideología política, entre

trastornos y convulsiones sino más bien a un

otros, se hace imprescindible hablar de “adolescen-

dilatado y paulatino proceso de adaptación a lo

cias”. Como plantea Duarte (2000), una concepción

largo del cual y secuencialmente se van realizan-

homogénea de la adolescencia es impracticable; sin

do las tareas propias de estas edades. (p. 109)

embargo, esta concepción pareciera ser precisamente

Así, a pesar de que la adolescencia implica una

la que fundamenta la oferta programática para los

noción de paso, al mismo tiempo tiene característi-

jóvenes. Así, considerando que no existe una de-

cas y procesos particulares que deben ser tomados

manda unitaria y específica por parte de los y las

en consideración; más aún, la propia experiencia

adolescentes, su subjetividad puede constituir un

adolescente de los profesionales y personal a cargo

factor esencial para identificar maneras pertinentes

de los programas y servicios para jóvenes debe ser

de lograr esta adecuación. Si bien lo anterior puede parecer bastante cohe-

reconocida para construir una comprensión más in5

tegral de la misma .

rente y deseable a nivel conceptual, su implementa-

Comúnmente, la concepción de adolescencia que

ción presenta dificultades importantes. La noción

fundamenta cualquier programa u oferta de servi-

de subjetividad, si bien de dominio público, por lo

cios para jóvenes, bien permanece implícita y por

mismo presenta gran inespecificidad. En términos

ende desconocida incluso para los propios inter-

generales subjetividad refiere a la dimensión parti-

ventores, bien es una concepción limitada y/o rígi-

cular al sujeto, en oposición a objetividad, aquello

da. Como se planteó en este apartado, existen diver-

propio del objeto que puede ser aprehendido. Así,

sos mitos en torno a los adolescentes, sus caracte-

subjetividad remite a una relación particular entre

rísticas y experiencias, los cuales sin ser reconoci-

sujeto y objeto, en la cual las propiedades del objeto

dos como tales fundamentan y orientan diversas

que pueden ser aprehendidas dependen de las par-

estrategias de trabajo con jóvenes. De la misma ma-

ticularidades del sujeto. Subjetividad, entonces,

nera, el asumir que todos los adolescentes son simi-

puede comprenderse como un “filtro”, el cual es

lares y que comparten intereses, preocupaciones y

determinado por las propiedades y particularidades

consiguientes demandas (si bien comparten carac-

del sujeto, que necesariamente determina la percep-

terísticas evolutivas), limita aún más un acercamien-

ción del objeto, y por ende las creencias, sensacio-

to adecuado y por ende constructivo a esta pobla-

nes y conductas relacionadas a éste . Desde esta

ción.

perspectiva, toda experiencia es subjetiva, y por

6

ende, diferente (es decir, dependiente de las particu-

Subjetividad Adolescente: I nter eses y Pr eocup aciones

laridades del filtro). Al analizar la noción de subjetividad pueden distinguirse distintos niveles o dimensiones. En primer

Al reflexionar en torno al planeamiento, imple-

lugar, la idea de filtro remite a la experiencia particu-

mentación y/o mejoramiento de la oferta de progra-

lar de cada sujeto; esta experiencia es el resultado

mas y servicios para adolescentes, un aspecto cen-

de la interacción entre el objeto (situación, entorno,

tral es la adecuación de esta oferta a las demandas

etc.) y el filtro (construido a lo largo de la experiencia

de la población objetivo. Ahora bien, los adolescen-

psicosocial del sujeto), constituyéndose así en una

tes como población no son un grupo homogéneo y

forma particular de situarse en el mundo. En otras

6

5

No es la intención de este apartado plantear una discusión

No obstante los adultos ya han “pasado” por la adolescen-

de orden epistemológico respecto de la obj etividad y sub-

cia, al tomar su propia experiencia de é sta como referente

j etividad, ni menos de orden metafísico respecto de la

están negando el entorno social en el cual la experiencia

realidad. El interé s se centra en relevar la idea de filtro que

adolescente se desarrolla.

se relaciona con la subj etividad.

SUBJETIVIDAD ADOLESCENTE Y APOYO PSICOSOCIAL

147

palabras, podría hablarse de una perspectiva o para-

en los programas y servicios para adolescentes. Al

digma subjetivo, el cual incluiría creencias, valores,

intentar caracterizar el paradigma subjetivo de los

experiencias previas, entre otros. Ahora bien, un

adolescentes, la heterogeneidad de este grupo pre-

segundo nivel o dimensión a considerar es la forma

senta dificultades. En este sentido, el paradigma

en que esta perspectiva singular se expresa en un

subjetivo, si bien puede presentar elementos comu-

contexto sociocultural. Al interactuar con el contex-

nes basados en el proceso evolutivo, también pue-

to, el paradigma particular de cada sujeto emerge y

de presentar grandes diferencias tanto a nivel

se expresa tomando distintas formas (conductas,

interindividual como intergrupal. Respecto del se-

lenguaje, arte, formas de relación, entre otras). Esta

gundo nivel, usualmente la manera en que la subje-

dimensión es lo que algunos autores han llamado

tividad adolescente se expresa ha sido abordada

7

“voz” . Lo anterior remite al tercer nivel o dimen-

como “cultura juvenil”. No obstante, al momento de

sión, el cual se relaciona con la manera en que cada

concretizar dicha cultura en programa para jóvenes

perspectiva particular participa del entorno colecti-

en pos de su desarrollo, la amplitud e inespecificidad

vo, en el encuentro de distintas subjetividades en 8

un contexto sociocultural determinado .

de este concepto implica la necesidad de encontrar indicadores operacionalizables de esta subjetividad

Al tomar en consideración estas tres dimensio-

–sus preocupaciones, preguntas, demandas y sue-

nes o niveles, la pregunta por la subjetividad ado-

ños, entre otros– (National Research Council and

lescente debe necesariamente incluir también es-

Institute of Medicine, 2002). El tercer nivel, a saber,

tas distinciones. Así, preguntarse por la subjetivi-

la noción de una integración subjetiva, refiere a la

dad adolescente implica preguntar por su perspec-

relación entre mundo juvenil y mundo adulto, as-

9

tiva o paradigma como grupo , al mismo tiempo pre-

pecto abordado en el párrafo anterior.

guntarse por las formas en que esta perspectiva se

Algunas investigaciones que han abordado la

manifiesta en el contexto sociocultural, como tam-

pregunta respecto de la subjetividad adolescente la

bién por la manera en que esta perspectiva particu-

han operacionalizado en términos de preocupacio-

lar se relaciona con otras en dicho contexto. Así, si

nes adolescentes. Si el interés consiste en informar

el interés se refiere a conocer la perspectiva parti-

a los distintos programas y servicios para jóvenes

cular de los jóvenes –en pos de poder favorecer la

respecto de cómo lograr un mejor ajuste entre oferta

integración intersubjetiva–, la manera de acceder a

y demanda de apoyo, identificar las preocupaciones

una comprensión de esta perspectiva es a través

adolescentes resulta pertinente. De Meer (1985, ci-

de sus expresiones en un contexto sociocultural

tado en Darley, Glucksberg & Kinchla, 1988) consul-

determinado.

tó directamente a adolescentes estadounidenses

Considerando lo antes expuesto, y retomando el hilo argumentativo de este escrito, la inclusión del

sobre eventos o problemas específicos que les generaban estrés (Tabla 1).

discurso adolescente resulta central para todo programa o servicio destinado a ellos con el fin de reco-

Tabla 1

nocer y acoger explícitamente las demandas de este

Porcentaje de reportes según fuentes de estrés en

segmento de la población. Para alcanzar lo anterior,

adol escentes estadouni denses

parece relevante cambiar la manera de definir la relación entre la juventud y los adultos (y en general

Fuente de estrés

Porcentaje de reportes

con el mundo adulto) y la manera en que ésta se

Materias reprobadas en la

lleva a la práctica, y consiguientemente la manera en

boleta de calificaciones

28

Discusiones entre los padres

28

que la subjetividad adolescente es considerada en esta relación (Zeldin et al., 2000). Ahora bien, considerando los niveles de la subjetividad antes expuestos, no es clara la manera en que la subjetividad adolescente se expresa, y menos aún la forma de operacionalizarla en pos de incluirla

7

Dolto (1990); Berger, Milicic, Alcalay y Torretti (2001).

8

Este encuentro de subjetividades ha sido denominado “inter-

9

Suponiendo que existe una base común a este grupo y que

subjetividad”, noción desarrollada por M. Foucault.

por ende podría considerarse que ciertos elementos subjetivos serían compartidos.

Enfermedad grave de un miembro de la familia

28

Rompimiento con el novio o la novia

24

Muerte en la familia

22

Problemas con hermanos o hermanas

21

Discusiones con los padres

21

Enfermedades o heridas en su persona

16

Fuente: De Meer, 1985 (en Darley et al., 1988).

BERGER

148

Los resultados presentados por De Meer dan

preocupaciones en cada categoría), a pesar de que

cuenta de las preocupaciones percibidas por los pro-

la categoría logro yá mb ito educacional es la que

pios adolescentes; no obstante, su estudio no pre-

presenta un mayor señalamiento como estresora, las

senta resultados más detallados respecto de otras

diferencias se deben básicamente al nse. Lo anterior

variables. Al respecto, Berger (2002) encontró dife-

también es válido para las categorías relaciones in-

rencias relativas a género y nivel socioeconómico

terpersonales y dimensión intrapsíq uica, las cua-

(nse), variables que actuarían como influencias y

les no presentan diferencias según nse pero sí se-

10

mediadores de las preocupaciones adolescentes

.

gún género. No obstante los resultados no presen-

Este estudio fue desarrollado con adolescentes chi-

tan diferencias significativas (probablemente debi-

lenos de tres instituciones educacionales, cada una

do al tamaño de la muestra), señalan una tendencia

11

de ellas correspondiente a un distinto nse

. Es im-

de sumo interés para el tema de este escrito.

portante señalar que las categorías de preocupacio-

En la misma línea, Gü nther (1996) abordó el tema

nes no fueron definidas previamente al estudio, sino

de las preocupaciones adolescentes en un estudio

que fueron construidas en base a los datos y a una

realizado en Brasil

investigación cualitativa previa (Berger, Milicic,

tigación es que incluyó una comparación entre las

12

. La particularidad de esta inves-

preocupaciones relatadas por los propios adoles-

Alcalay & Torretti, 2001). Como se observa en las Tablas 2 y 3 (los núme-

centes y las preocupaciones que adultos (incluidos

ros representan el porcentaje de señalamiento de

padres de los adolescentes que participaron en este

Tabla 2 Resultados comparación de promedios para categorías de preocupaciones, según sexo Logro y ámbito

Relaciones

Salud

Dimensión

educacional

interpersonales

y autocuidado

intrapsíquica

Total

Femenino

56.11

55.24

56.29

57.22

56.22

Masculino

60.55

45.23

55.18

43.33

51.07

Total

58.33

50.24

55.74

50.28

53.65

Fuente: Berger, 2002

Tabla 3 Resultados comparación de promedios para categorías de preocupaciones, según niv el socioeconómico ( nse) Logro y ámbito

Relaciones

Salud

Dimensión

educacional

interpersonales

y autocuidado

intrapsíquica

Total

nse medio-alto

50

47.14

51.67

48.33

49.29

nse medio-bajo

57.5

52.14

59.44

50.83

54.98

nse bajo

67.5

51.43

56.11

51.67

56.68

Total

58.33

50.24

55.74

50.28

53.65

Fuente: Berger, 2002

10

El foco principal de este estudio fue las estrategias de

11

La distinció n segú n nse se h iz o en b ase a la institució n

afrontamiento y preocupaciones adolescentes.Los resul-

educacional,considerando su financiamiento asícomo su

tados muestran q ue el estilo de afrontamiento se relaciona

ub icació n geográ fica.El nse medioalto corresponde a un

con diferentes categorí as de preocupaciones señaladas

colegio particular pagado,nse mediob aj o a un colegio par-

como tales por los j ó v enes.Una h ipó tesis para ex plicar

ticular sub v encionado,y nse b aj o a una escuela municipal.

estos resultados plantea q ue en la medida q ue el indiv iduo se siente capaz de afrontar determinadas situaciones,é s-

12

Gü nth er desarrolló un cuestionario de 1 0 0 itemes b asado en una encuesta aplicada a adolescentes.Este cuestionario

tas no serí an definidas como incontrolab les,y por ende

presenta una alta confiab ilidad y v alidezen v ariadas mues-

no generarí an igual estré s.

tras de j ó v enes b rasileros.

S UBJ ETI VI DAD ADOLES CENTE Y APOYO PS I COS OCI AL

149

T a b l a4 Comparación entre el porcentaje de preocupaciones señaladas por, al menos, el 50% de los adolescentes y de los adultos

Preocupaciones

Grupo d e ent rev ist ad os Ad ol escent es ( n=1 4 2 3 )

Ad ul t os ( n=8 8 3 )

Not as b aj as en l a escuel a

7 0 %

2 6 %

Prueb as en l a escuel a

6 8 %

2 9 %

M uert ed e al g ú nf amil iar

6 7 %

2 0 %

Prob l ema d el h amb re en el mund o

6 4 %

2 0 %

Perd er un( a) amig o( a) pró x imo( a)

6 2 %

2 4 %

S I DA

5 9 %

6 0 %

No t ener amig os

5 5 %

4 6 %

La posib il id add e una g uerra nucl ear

5 3 %

1 8 %

Terrorismo / secuest ro

5 1 %

2 4 %

Separació n d e l os pad res

4 0 %

6 5 %

Pel eas ent re l os pad res

4 5 %

6 3 %

No t ener d inero suf icient e

3 9 %

5 8 %

Emb araz o no d esead o

4 5 %

5 4 %

Uso d e d rog as

3 8 %

5 0 %

Fuente: Günther, 1996, p. 66

est ud io)at rib uí an a l os j ó v enes ( es d ecir,l as pre-

apoy a l o ant erior,alpl ant ear q ue l as preocupacio-

ocupaciones q ue l os ad ul t os pensab an l os j ó v enes

nes ad ol escent es pued en ser ag rupad as en t res ca-

t ení an) .Los resul t ad os g eneral es pued en apreciar-

t eg orí as, a sab er: l og ro ( al canz ar l as propias met as) ,

se en l a Tab l a 4 .

rel aciones int erpersonal es yal t ruismo. Est os resul -

Ung er ( 1 9 9 7 ) encont rót amb ié n como preocupació n d e l os j ó v enes elá mb it o ed ucacional .En su est ud io real iz ad o con ad ol escent es ch il enos

13

d es-

t ad os apoy an t amb ié n l a h ipó t esis d e q ue el cont ex t o sociocul t ural d et ermina en ciert o g rad o aq uel l os ev ent os o sit uaciones q ue int eresan y apel an en

cub rió q ue una d e l as preocupaciones principal es

may or g rad oal os ad ol escent es ( Berg er, 2 0 0 2 ; Casul l o

en j ó v enes d e una comunid add e b aj os ing resos d e

& Ferná nd ez , 2 0 0 1 ) .

Sant iag o era el é x it o y / o permanencia en el sist ema

Al consid erar el cont ex t o sociocul t ural ( sig uien-

ed ucacional , ex presad as en t é rminos d e met as a al -

d o l a perspect iv a ecol ó g ica d e Bronf enb renner,

canz ar ( o b ien met as no al canz ad as) .

1 9 8 2 ) , una perspect iv a int eresant e para anal iz ar l os

Si b ien l os resul t ad os d e est os est ud ios id ent if ican alá mb it o ed ucacionalcomo elmá s est resant e

resul t ad os present ad os por Gü nt h er se rel aciona con l a d ist ancia e incong ruencia ent re l as preocu-

para l os j ó v enes, el est ud io d e Gü nt h er ( 1 9 9 6 ) d est a-

paciones real es d e l os ad ol escent es – “ real es” en

ca t amb ié n ot ros el ement os import ant es, como por

elsent id o d e señ al ad as por el l os– yaq uel l as at ri-

ej empl o l a preocupació n ad ol escent e por t emá t icas

b uid as por l os ad ul t os,sit uació n d e g ran impor-

social es o b ien g l ob al es, como el prob l ema d el h am-

t ancia si se consid era q ue l os ad ul t os son q uienes

b re en elmund o,l a posib il id ad d e una g uerra nu-

pl anif ican y d esarrol l an d if erent es est rat eg ias d e

cl ear yel sid a. En est e sent id o, est os resul t ad os con-

prev enció n,promoció n y apoy o para ad ol escen-

t rad icen al g unas h ipó t esis prev ias l as cual es pl an-

t es.En est e sent id o,l o ant erior es coh erent e con

t eab an q ue l as preocupaciones cent ral es d urant e l a

ot ros resul t ados obt enidos a t rav é s de g rupos

ad ol escencia est arí an l ig ad as a l as t ransf ormacio-

f ocal es con ad ol escent es ch il enos ( Berg er etal . ,

nes b iol ó g icas yl a apariencia f í sica ( Brad l ey , 1 9 8 4

2 0 0 1 ) , cuy o aná l isis se f ocal iz a en l a necesid add e

en Gü nt h er, 1 9 9 6 ) , o a preocupaciones inmed iat ist as,

una may or comunicació n yconf ianz a en l a rel ació n

t riv ial es o eg océ nt ricas ( Coel h o, 1 9 9 5en Gü nt h er,

parent of il ial , como t amb ié n enf at iz a l a percepció n

1 9 9 6 ) .Fry d enb erg ( 1 9 9 7 )present a ev id encia q ue

d e l os propios ad ol escent es respect o d e l as preocupaciones d e sus pad res,l as cual es se rel acio-

13

El estudio de Unger siguió un diseño etnográfico, utilizan-

narí an principal ment e a prob l emas psicosocial es

do metodologí a cualitativ a.

( d esd e una perspect iv a d e riesg o) ,t al es como el

150

BERGER

embarazo adolescente y conductas de riesgo tales

que las decisiones importantes son tomadas” (p. 1).

como el consumo de alcohol y drogas.

Más específicamente en torno a los intereses ado-

Esta brecha entre los jóvenes y sus padres (y en un sentido más amplio entre los jóvenes y la socie-

lescentes, en los Estados Unidos, el Carnegie Council on Adolescent Development (1992) plantea que:

dad en general) es presentada pertinentemente por

Cuando se consultó a los jóvenes qué activida-

De Laire (2001), al discutir en torno a la crítica que la

des querían realizar durante las horas extra-

sociedad hace de la falta de compromiso de los jóve-

escolares, éstos respondieron parques seguros

nes (específicamente en relación con la política y la

y lugares de recreación, excitantes museos de

participación, en su argumentación), la cual puede

ciencias, surtidas bibliotecas con los últimos li-

extrapolarse a otros fenómenos; en sus palabras,

bros, películas y discos, posibilidades de ir a

“… para juzgar su compromiso [ el de los jóvenes] lo

acampar y participar en deportes, largas conver-

hacemos desde n ue st r aexperiencia del compromi-

saciones con adultos confiables que supieran

so. Como nos observara una joven: se trata de una

bastante sobre el mundo y a quienes les gusta-

óptica ‘ adultocentrista’ ” (p.3). Lo anterior ha sido

ran los jóvenes, así como oportunidades para

trabajado en mayor medida por Duarte (2000), quien

aprender nuevos oficios. (p. 43)

se refiere al “adultocentrismo” como una matriz “que

La misma lógica es apoyada por W ynn (2003) al

sitúa lo adulto como punto de referencia para el

discutir en torno a la oferta programática para las

mundo juvenil, en función del deber ser, de lo que

horas extraescolares definida por los planeadores,

debe hacerse para ser considerado en la sociedad”

implementadores y sostenedores de la misma (es

(p. 67). Para este autor, la mirada de la juventud como

decir, el otro polo de la relación planteada por Zeldin).

una etapa de paso, de apresto para la vida adulta,

En sus palabras, “para los adolescentes, la mayor

“refuerza la idea de pensar lo social desde lo adulto,

parte de este debate se ha focalizado en las conse-

señalando lo juvenil –aquello que vive la juventud–

cuencias negativas que podrían involucrar estas

siempre en referencia al parámetro de medida central

actividades. Poca atención se ha otorgado a los va-

que es lo adulto” (Duarte, 2000, p. 63).

lores y usos específicos de las horas extraescolares

Lo que estos estudios han abordado es lo que otros autores han definido como rescatar la voz de 14

las y los adolescentes

para los adolescentes… ” (p. 59). Al reflexionar sobre programas y servicios para

, es decir, lo que los propios

jóvenes y estrategias de trabajo con ellos a la luz de

adolescentes pueden decir de su propia experiencia,

lo antes expuesto, destacan dos elementos centra-

intereses y necesidades. Desde esta perspectiva,

les. En primer lugar, debe existir necesariamente un

impresiona la falta de investigación en esta direc-

ajuste entre la oferta programática para adolescen-

ción, y al mismo tiempo la facilidad con que el mun-

tes y sus intereses y preocupaciones o, en otras

do adulto asume que lo que se piensa o cree respec-

palabras, los programas para jóvenes debieran ba-

to de la adolescencia es realmente lo que los y las adolescentes experiencian en sus vidas cotidianas

15

.

sarse en la subjetividad adolescente y no sólo en la “objetividad” adulta. En este sentido, investigacio-

En otras palabras, una perspectiva que asume saber

nes como las presentadas aquí permiten una mayor

mejor que los propios jóvenes lo que es adecuado

comprensión de la subjetividad adolescente a tra-

para ellos, así como las mejores trayectorias y pro-

vés de su expresión y, por ende, pueden resultar de

yectos vitales a seguir.

vital importancia al informar a los programas y servi-

Sin embargo, la idea de escuchar la voz de los

cios para jóvenes en pos de alcanzar su objetivo,

adolescentes no es sólo una perspectiva aislada,

cual es favorecer el desarrollo adolescente. Así, las

sino que ha sido desarrollada y promovida por algu-

formas en que los propios adolescentes conceptua-

nos autores. Zeldin et al. (2000), al presentar un es-

licen sus necesidades, sus problemas y su desarro-

tado del arte respecto del desarrollo juvenil positi-

llo, así como la manera en que se comporten de acuer-

16

, plantean que “algo esencial para estos esfuer-

do a ello, deben ser tomadas en consideración al

zos es el movimiento que busca incluir la voz, ideas

planificar e implementar estos programas y oportu-

y experiencias de los jóvenes en las instancias en

nidades para jóvenes.

vo

Lo anterior no implica una noción ingenua, es decir, 14 15

Por ejemplo, el trabajo de F. Dolto.

hacer lo que los jóvenes quieren que los programas

Desde una perspectiva comunicacional, “ confundir el mapa

hagan, sino desde una perspectiva ecológica ampliar

con el territorio” . 16

Es decir, el campo de trabajo relacionado con la promoción de desarrollo propiamente tal.

la discusión respecto de ello incluyendo la voz de los propios adolescentes, lo que parece ser esencial para

SUBJETIVIDAD ADOLESCENTE Y APOYO PSICOSOCIAL

151

la consecución de los objetivos propuestos (Dávila

Existen diversas formas y dimensiones en las

& Honores, 2003). El interés y motivación de los ado-

cuales el apoyo puede ser entregado a los y las jó-

lescentes debe ser incluida en cualquier estrategia de

venes. En el marco del presente escrito, el interés

trabajo con adolescente, posibilitando así su movili-

está focalizado principalmente en el apoyo psico-

zación; a pesar que diferentes programas pueden pre-

social. Éste es entendido como recursos de la comu-

sentar distintos acercamientos, presentaciones, acti-

nidad en la cual el/la adolescente se desarrolla, que

vidades, dichos programas pueden perseguir el mis-

ofrecen a los jóvenes seguridad, relaciones perso-

mo objetivo implícito. Así, lo que relevan las investi-

nales protectoras, oportunidades para el desarrollo

gaciones antes presentadas refiere en último término

de habilidades, amistad y confidencialidad, y activi-

a facilitar un acercamiento entre adolescentes y fuen-

dades y servicios que contribuyen al desarrollo

tes de apoyo, a través de programas y servicios signi-

cognitivo, social, creativo, cultural, vocacional y

ficativos para ellos. Ahora bien, facilitar este acerca-

emocional. Pueden distinguirse redes de apoyo for-

miento no implica ocultar los objetivos del programa

males (como las instituciones educacionales o gu-

ni utilizar el conocimiento respecto de las preocupa-

bernamentales) e informales (como el grupo de pa-

ciones adolescentes simplemente para atraerlos; in-

res o la familia) (Cohen & Syme, 1985).

cluir la perspectiva adolescente debe necesariamente

Ahora bien, diversos estudios han planteado

consistir en un proceso de validación y valoración de

que las redes de apoyo psicosocial constituyen un

la misma.

factor protector para los(as) adolescentes, específi-

La búsqueda de un mayor ajuste entre las pers-

camente considerando las necesidades particulares

pectivas de jóvenes y adultos resulta entonces esen-

de esta etapa vital, a saber: apoyo para la supera-

cial. Como plantea Bark er (2002), un desajuste entre

ción de crisis normativas, apoyo en temáticas rela-

ambas posiciones no permite aprovechar los recur-

cionadas con la salud, y apoyo para el afrontamien-

sos –siempre escasos– asignados para esta pobla-

to de situaciones de estrés personal (Bark er, 2000).

ción. En último término este desajuste se vuelve en

En este sentido, se ha demostrado que el apoyo so-

contra de los objetivos de los propios programas al

cial aumenta la sensación de predictibilidad, estabi-

potenciar la brecha entre los profesionales y perso-

lidad y control (Cohen & Syme, 1985). Como plan-

nal de éstos y los adolescentes.

tean Riquelme, Buendía y Rodríguez (1993), “la percepción de apoyo social aparece relacionada positi-

Apoyo Psicosocial y Conductas de Bú sq ueda de Apoyo en Adolescentes Siguiendo la línea argumentativa presentada hasta aquí, la oferta programática para jóvenes debiera ser entendida entonces como una instancia para que los adolescentes puedan desarrollarse, y no como una instancia exclusivamente centrada en la prevención de problemas psicosociales

.

17

Como plantean Roffman, Suárez-Orozco y Rhodes (2003): En contraste con la filosofía del déficit de muchos programas designados para prevenir efectos negativos en jóvenes, un programa de desarrollo juvenil enfatiza lo positivo y las fortalezas que niños y adolescentes poseen, e intenta proveer el apoyo y respaldo necesario para que los jóvenes cumplan sus metas y alcancen su po-

vamente con la salud en forma directa, y a través de las estrategias de afrontamiento” (p. 83). Reconociendo que el apoyo psicosocial es un elemento clave en el desarrollo juvenil, tres preguntas surgen al respecto. Primero, cómo conceptualizan los adolescentes este apoyo psicosocial; segundo, como pueden beneficiarse de él; y tercero, cómo ofrecer oportunidades de apoyo para jóvenes con el objeto de satisfacer sus necesidades, ajustándose a sus creencias y subjetividades. En relación a las primeras dos interrogantes, la distinción realizada por Caplan (1979, en Jaramillo, 1998) es de gran relevancia. Básicamente, la propuesta de este autor se relaciona con la manera en que el apoyo psicosocial impacta al individuo; distinguiendo dos dimensiones, objetivo-subjetivo y p sic ol ó g ic o-ta n g ibl e, establece cuatro tipos de apoyo social: 1.

17

No obstante esto constituye un objetivo implícito y di-

tivos sobre el bienestar físico y mental; 2.

ción de q ue la participación en programas para jóvenes

gos psicosociales, no debiera constituir el foco principal.

Apoyo psicológico-objetivo: conductas dirigidas a proporcionar tipos de pensamiento y/o inducir

versas investigaciones y modelos teóricos apoyan la no-

apropiados actú a como factor protector respecto de ries-

Apoyo tangible-objetivo: conductas dirigidas a dar recursos tangibles que tengan efectos posi-

tencial. (pp. 103-104)

estados afectivos que promuevan el bienestar; 3.

Apoyo tangible-subjetivo; y

152

BE RGE R

4 . Ap o y op s i c o l ó g i c o s u b j e t i v o :a mb o sb a s a d o s

e nl o sc u a l e sl o sa d o l e s c e n t e ss es i e n t a nc ó mo d o s

e nl a sp e r c e p c i o n e sd el ae x i s t e n c i ad el o sa p o -

yv a l i d a d o sp a r as o l i c i t a ra y u d a .Co mo p l a n t e a

y o sp r e v i a me n t eme n c i o n a d o s .

Ba r k e r ( 20 0 2) : . . . a l g u n o si n v e s t i g a d o r e sh a ns u g e r i d ol an e c e -

Al p e n s a re s p e c í f i c a me n t ee nt o r n oal aa d o l e s c e n c i a , l o sú l t i mo sd o s( a p o y ot a n g i b l e s u b j e t i v oy

s i d a dd ee n t e n d e rl a sc o n d u c t a sd eb ú s q u e d a

p s i c o l ó g i c o s u b j e t i v o )p r e s e n t a ng r a ni n t e r é sp a r a

d ea p o y o( d ea d o l e s c e n t e sa s íc o mo d eo t r o s

c u a l q u i e r t r a b a j oc o ne s t ap o b l a c i ó n . Lap e r c e p c i ó n

g r u p o sp o b l a c i o n e s )d e s d el ap e r s p e c t i v ad e

q u el o sj ó v e n e st e n g a nr e s p e c t od e l a p o y oc o nq u e

“ c l i e n t e s ” ;e s t oe s ,i n t e n t a rc o mp r e n d e rc ó mo

c u e n t a n ,l a sc a r a c t e r í s t i c a sd eé s t e ,s ud i s p o n i b i l i -

l o sa d o l e s c e n t e s( yo t r o s )c o mo c l i e n t e sd e c i -

d a d , a c c e s i b i l i d a d , f o r t a l e z a syd e f i c i e n c i a s , c o n s t i -

d e ne n t r ev a r i o sp r o d u c t o syq u éc a r a c t e r í s t i c a s

t u y e ne l e me n t o sc e n t r a l e sa lr e f l e x i o n a rs o b r ed i s -

d ee s t ep r o d u c t oos e r v i c i ol e sa t r a e n . ( p . 20 ) No o b s t a n t e ,n oe x i s t es u f i c i e n t ei n v e s t i g a c i ó n

t i n t o sme d i o sp a r af a v o r e c e re ld e s a r r o l l oa d o l e s c e n t e . Si g u i e n d oaBa r k e r ( 20 0 2) : Di v e r s o sf a c t o r e si n d i v i d u a l e s– i n c l u y e n d ol a

e nl ama t e r i a , c o mot a mp o c ou nma r c ot e ó r i c os ó l i d o 18

q u ef u n d a me n t ee s t ap e r s p e c t i v a . Al i n t e n t a r c o n s -

mo t i v a c i ó np e r s o n a l ,l ap e r c e p c i ó nd en e c e s i -

t r u i ru n ac o mp r e n s i ó nmá sc l a r ad ee s t ep r o c e s o , l a

d a d ,l aa u t o g e s t i ó n ,n o r ma sd eg é n e r oi n t e r -

p e r s p e c t i v ad eBa r k e re sd eg r a na y u d a . Ens u sp a -

n a l i z a d a s , l ap e r c e p c i ó nd e l a p o y os o c i a l c o mo

l a b r a s ,l ac o n d u c t ad eb ú s q u e d ad ea p o y od el o s

p o s i t i v o ,e n t r eo t r o s –i n f l u e n c i a nl ac o n d u c t a

a d o l e s c e n t e sp u e d es e rd e f i n i d ac o mo :

d eb ú s q u e d ad ea p o y oe na d o l e s c e n t e s .( . . . ) .

. . . c u a l q u i e ra c c i ó noa c t i v i d a dd e s a r r o l l a d ap o r

Ex i s t e nd i f e r e n c i a si n d i v i d u a l e st r e me n d a se n

u n ( a )j o v e nq u i e np e r c i b el an e c e s i d a dd eu n

r e l a c i ó nal oq u el o sa d o l e s c e n t e sd e f i n e nc o mo

a p o y op e r s o n a l , p s i c o l ó g i c o , a f e c t i v oor e l a c i o -

u n an e c e s i d a dd ea y u d a . ( p . 11)

n a d oc o nl as a l u d , c o ne lp r o p ó s i t od ea l i v i a ro

Pa r e c i e r aq u el ap e r c e p c i ó ns u b j e t i v ad ea p o y o ,

r e s o l v e re s t an e c e s i d a dd eu n mo d op o s i t i v o .

má sq u ee l a p o y oo b j e t i v o , e smá ss i g n i f i c a t i v ap a r a

Es t oi n c l u y et a n t ol ab ú s q u e d ad ea p o y oe ns e r -

l o sa d o l e s c e n t e s( Ba r r e r , 20 0 2) . Si ne mb a r g o , l a sf o r -

v i c i o sf o r ma l e s– p o r e j e mp l o , s e r v i c i o sc l í n i c o s ,

ma se nl a sc u a l e sl o sa d o l e s c e n t e sp u e d e nb e n e f i -

a p o y op s i c o l ó g i c o ,p r o g r a ma sj u v e n i l e s ,e n t r e

c i a r s ed ee s t ea p o y on os o nt a nc l a r a s .En o c a s i o -

o t r o s –c o mot a mb i é nf u e n t e si n f o r ma l e sd ea p o -

n e ss ep r e s u meq u el o sa d o l e s c e n t e ss ea c e r c a r á na

y o , d o n d es ei n c l u y eag r u p o sd ep a r e s , a mi g o s ,

s o l i c i t a ra y u d ae nc a s od en e c e s i t a r l a ;e no t r a s ,a l

f a mi l i a r e sy / uo t r o sa d u l t o se nl ac o mu n i d a d . El

c o n s i d e r a ra l a d o l e s c e n t ec o mof a l t od ec o n c i e n c i a

a p o y oo t o r g a d op u e d ec o n s i s t i re nu ns e r v i c i o

r e s p e c t od es u sn e c e s i d a d e s ,é s t a ss o nd e f i n i d a s

c o n c r e t o( a s i s t e n c i amé d i c a ,p s i c o l ó g i c a ,e t c . ) ,

e x t e r n a me n t eya s u mi d a sc o mor e a l e s , b r i n d á n d o s e

u n ad e r i v a c i ó nao t r os e r v i c i oo t o r g a d oe no t r o

a p o y oe nt o r n o aé s t a s( yd i s mi n u y e n d oa lmi s mo

l u g a r ,o b i e ns i mp l e me n t el ac o n v e r s a c i ó nc o n

t i e mp oe l r o l a c t i v od el o sj ó v e n e sys us e n t i mi e n t o

o t r a ( s )p e r s o n a ( s )s o b r el an e c e s i d a dop r o b l e -

d ea u t o n o mí aya u t o e f i c a c i a ) . Loq u es ep l a n t e aa q u í

mae nc u e s t i ó n .Esi mp o r t a n t ed e s t a c a rq u el a

e sq u ee l a p o y os o c i a l d e b i e r ar e s p o n d e ral o si n t e -

n e c e s i d a dd e b er e s o l v e r s ed eu nmo d op o s i t i v o ,

r e s e s ,n e c e s i d a d e sy c o n d u c t a sd eb ú s q u e d ad e

d i s t i n g u i e n d oc o n d u c t a sd eb ú s q u e d ad ea p o -

a p o y oe x p l í c i t a sp o rp a r t ed el o sa d o l e s c e n t e s . Po -

y od eo t r a sc o n d u c t a sc o mo l aa s o c i a c i ó nc o n

d r í ac o n t r a a r g u me n t a r s eq u el o sj ó v e n e sg e n e r a l -

p a r e sa n t i s o c i a l e s ,oe lu s od es u s t a n c i a se nu n

me n t en ot i e n e nc o n c i e n c i ad el a sd i me n s i o n e so

ma r c og r u p a l ,l a sc u a l e sp u e d e ns e rd e f i n i d a s

t e ma se nl o sc u a l e sr e q u i e r e na p o y o , oq u en os o l i -

p o ru n ( a )j o v e nc o mo b ú s q u e d a sd ea p o y oo

c i t a r í a na p o y oe x p l í c i t o ; c o mod e s t a c aEl l i s( 19 9 7 ) ,

e s t r a t e g i a sd es u p e r a c i ó nd eu n an e c e s i d a d , p e r o

“ e nc u l t u r a so c c i d e n t a l e s ,l o si n d i v i d u o sg e n e r a l -

q u en os o nc o n s i d e r a d a sc o mo p o s i t i v a sd e s d e

me n t er e c h a z a ne l b u s c a ra y u d aa l i n t e n t a rs o l u c i o -

u n ap e r s p e c t i v ad el as a l u dyd e lb i e n e s t a r .

n a ru np r o b l e ma , p o r q u ee l b u s c a ra p o y oe si n c o n -

( Ba r k e r , 20 0 2, p . 4 ) Es t ad e f i n i c i ó nf u ec o n s t r u i d ap o r Ba r k e r a l r e a l i -

s i s t e n t ec o nl o sv a l o r e sd ec o mp e t i t i v i d a d , c o n f i a n z ae ns í mi s moei n d e p e n d e n c i a ”( p . 50 1) . Te n i e n d o

z a ru n me t a a n á l i s i sd el ao f e r t ap r o g r a má t i c ayd e

e s t oe nc o n s i d e r a c i ó n , e l e s f u e r z od e b i e r ad i r i g i r s e

s e r v i c i o sp a r aj ó v e n e se nd i s t i n t o sp a í s e sl a t i n o a me -

h a c i ap r o mo v e rl a sh a b i l i d a d e sy r e c u r s o sd el o s

r i c a n o s , l l e v a n d oac a b op a r ae l l ou n ar e v i s i ó nd el a

j ó v e n e sp a r ai d e n t i f i c a rs u sp r e o c u p a c i o n e sei n t e r e s e s , c o mot a mb i é nh a c i ae l e s t a b l e c i mi e n t oyma n t e n i mi e n t od ec o n t e x t o sd ea p o y on oa me n a z a n t e s ,

18

Al respecto es interesante lo realizado por algunos investigadores y teó ricos en el á mb ito del mark eting social.

SUBJ ETI VI DAD ADOLESCENTE Y APOYO PSI COSOCI AL

153

literatura como también investigación cualitativa in-

terreno como de planificación. Los resultados y las

cluyendo entrevistas a jóvenes y profesionales a car-

dimensiones de análisis se presentan en la Figura 1.

go de estos programas y servicios, tanto a nivel de

Factores individuales

El esquema desarrollado por Barker presenta

Factores asociados a la

Adolescente

percepció n de

asociados con la búsqueda de apoy o ( motivació n y

necesidad de apoy o

conducta)

-p unto d e i ni c i oyc arac te-

-c o no c i mi entod el asf uentes d e ap o y o

PERCEPCI ON Pro b l ema / Necesidad de Apoyo

- rec o no c i mi entod el p ro b l e-

- no rmasd e g é neroi nternal i -

ma

z ad asrel ati v asa l ab ú s q ued a

- rec o no c i mi entod e l a nec e-

d e ap o y o -p erc ep c i ó n d e l o so tro syd e i ns ti tuc i o nesd e ap o y oc o mo ef i c ac es -p erc ep c i ó nd e auto ef i c ac i a/

rí s ti c asp erc i b i d asd elp ro b l ema onec es i d ad

Tipo de Necesidad de Apoyo Normativa

Estrés

Relacionada

(del desarrollo)

personal

con la salud

s i d ad d e ap o y o

ni v el d e auto no mí a - e xpe r i enc i a s pr e vi as en

M OTI VACI ON

b ú s q ued asd e ap o y o -c apac i dad c og ni ti v a para

(¿ M otivado para solicitar apoyo? )

i d enti f i c ar yarti c ul ar nec es i d ad es .

CONDUCTA (Adolescente busca apoyo) Factores ex ternos asocia-

Esf uerz os de prog ramas

dos a la

ypolí ticas para promover

búsqueda de apoy o

la búsqueda de apoy o

-d i s tanc i a p ara s o l i c i tar ap o yo -d i s p o ni b i l i d ad y c o s to d el

- reubi c ac i ón de s erv i c i os

Posibles fuentes de apoyo Familia cercana

Amigos/pares

F amilia extendida

Escuela/Liceo

p ro f es i o nala l asnec es i d a-

Centros de información,

Clínicas (centros

d esad o l es c entes

sitios web, líneas

abiertos)

abiertas

Programas/

s erv i c i o - rec e pt i vi da d de lc u e r po

-c onoc i mi ento delc uerpo p ro f es i o nal s o b re l a ad o l es -

Líderes religiosos,

Organizaciones

c enc i a

comunitarios u otros

juveniles

- emp atí ad el s erv i c i oc o nl o s ad o l es c entes

adultos

q ue c o ns ti tuy e una nec es i -

apoy o

Ev al u ació ndel adol escen t er espect o del in t en t o de b ú sq u eda de apoyo (Fue el intento exitoso/positivo o un fracaso/negativo)

-c o ntex tod e p o l í ti c asp ú b l i c asyl eg i s l ac i ó n

Reinicio del cicl o

Figura 1. Búsqueda de apoyo. Fuente: Barker (2000).

muni d aden g eneral - es f uerz o sd e ex tens i ó n yrec l utami ento -o f erta d e nuev o ss erv i c i o s p ara ad o l es c entes

l o sad o l es c entes

tari asy c ul tural ess o b re l o

l es c ente y q ui en b ri nd a el

- ed uc ac i ó n d e p ad resy c o -

v i c i o smá semp á ti c o sp ara

- rep res entac i o nes c o muni -

nex i ó n c read oentre el ad o -

-c amp añ asd ei nf o rmac i ó n

c asp ú b l i c asp ara c rear s er-

rac c i ó n ad ul to ad o l es c ente

d ad d e ap o y o

c entes -p ro mo to resad o l es c entes

-i ni c i ati v asa ni v el d ep o l í ti -

-v al o rac i ó n l o c ald e l a i nte-

-s enti d od e c o nf i anz a /c o -

p ara al c anz ar a l o sad o l es -

154

BERGER

variados elementos de interés. La consideración de

sión clara de cuáles son sus fundamentos, o en otras

factores individuales y contextuales determinando

palabras, a qué paradigma se adscriben. Lo anterior

la conducta de búsqueda de apoyo, en el marco de

implica una reflexión respecto de lo que se entiende

una perspectiva ecológica que identifica diferentes

por adolescentes, por p r og r amas p ar a j ó v enes o

niveles y dimensiones articuladas en este proceso,

estrategias de trabajo, y la relación involucrada en

permite una comprensión más amplia y compleja res-

ello. Como señ ala Iglesis (2000):

pecto de cómo los adolescentes se relacionan con

… de lo que se trata es de renovar las premisas y

distintas fuentes de apoyo, y así plantea ciertas di-

conceptos desde los cuales se aborda, se cons-

rectrices para mejorar la oferta de diferentes instan-

truye y actualiza, la relación con el mundo juve-

cias para el desarrollo juvenil. Resulta esencial para

nil, venciendo los miedos de enfrentarse desde

alcanzar esta comprensión el contextualizar este pro-

una perspectiva de sujetos concretos a las reali-

ceso en un marco sociocultural mayor (Bronfen-

dades del mundo juvenil. (p. 128 )

brenner, 198 2) considerando sus creencias, valores

Asimismo, implica tener claridad respecto de los

y mitos tanto respecto de los adolescentes (para los

objetivos, recursos y capacidades existentes, como

adultos) como respecto de los adultos y la sociedad

también de aquellas necesarias para alcanzar las metas

(para los jóvenes), así como también respecto de las

propuestas. Como destacan los resultados de la in-

necesidades y lo que constituye apoyo, para am-

vestigación de Larson, W alker y Pearce (2003), un

bos. De la misma forma, es esencial comprender el

aspecto central relacionado con la efectividad de

proceso de búsqueda de apoyo de los adolescentes

cualquier instancia de trabajo con jóvenes es “la

como un ciclo y prestar especial atención a los pro-

intencionalidad de los adultos en la forma en que se

cesos de retroalimentación involucrados en éste; así,

relacionan con los jóvenes. (… ) los adultos tenían

pueden identificarse diferentes fases del proceso, lo

filosofías claras y desarrolladas respecto de cuáles

que permite realizar ajustes y mejoramientos para

eran sus objetivos y cómo trabajar para alcanzarlos”

alcanzar los objetivos de los distintos programas y

(p. 12). Al considerar esto a la luz de lo expuesto

servicios para jóvenes.

respecto de la subjetividad adolescente, la reflexión planteada por Duarte (2000, 2002) es contundente;

Discusión

como él argumenta, si la juventud es conceptualizada desde una perspectiva “adultocentrista”, la partici-

Existe cierto consenso entre investigadores, aca-

pación juvenil se verá necesariamente minimizada.

démicos e interventores respecto de la importancia

Al establecer las preocupaciones e intereses desde

de tomar en consideración la subjetividad adoles-

una óptica externa, los adolescentes no son valo-

cente al planificar y desarrollar programas para jóve-

rados como sujetos de su propia historia, negando

nes, o cualquier tipo de intervención cuyo objetivo

así una instancia para la reflexión sobre sí mismos y

incluya el favorecer la salud y desarrollo adolescen-

la consiguiente posibilidad de significar su propia

te. Sin embargo, al intentar una definición operacio-

experiencia.

nal y una puesta en práctica de este consenso, lo

Otro aspecto importante se refiere a la participa-

que parece tan claro se vuelve difuso. ¿Qué signifi-

ción juvenil. ¿Debe esta participación ser promovida

ca tomar en consideración la subjetividad adoles-

en las diferentes etapas del desarrollo de un progra-

cente? ¿Quién es representativo de la juventud?

ma o servicio para jóvenes (planificación, promoción,

¿Cómo aislar la subjetividad adolescente de la sub-

implementación, evaluación)? ¿Deben los adolescen-

jetividad adulta? No existen respuestas simples a

tes identificar las áreas en las cuales están interesa-

estas interrogantes; no obstante, los aspectos de-

dos, o tienen ellos un determinado nivel de responsa-

sarrollados a lo largo de este escrito permiten articu-

bilidad al respecto? ¿Qué forma concreta debe adop-

lar ciertas dimensiones analíticas que pueden ayu-

tar esta participación? Dos consideraciones son im-

dar a construir una mejor comprensión de este fenó-

portantes de destacar respecto de esto. Tomando

meno.

como referente el p ar adi g ma de p r omoci ó n de desa-

Cualquier instancia en la cual el desarrollo ado-

r r ollo (Rizzini, Barker & Cassaniga, 2000; Zeldin et al.,

lescente es promovido intencionalmente tiene una

2000), la participación surge como un factor central

filosofía a la base. A pesar de que en algunas ocasio-

para el desarrollo de programas efectivos y significa-

nes existe una explicitación de los objetivos y me-

tivos. Si el foco de cualquier programa es la promo-

tas, la mayoría de los programas y estrategias de

ción de la autogestión y el emp ower ment, la participa-

trabajo para con jóvenes no presentan una compren-

ción es crucial; los adolescentes deben sentir como

S UBJ ETI VI DAD ADOLES CENTE Y AP OYO P S I COS OCI AL

155

propio el programa del cual forman parte, siendo res-

como actores crí ticos de su propio desarrollo ( si-

ponsab les por su é x ito y / o fracaso. Sin emb argo, al-

guiendo la ló gica de Freire) , ypor lo tanto la partici-

gunos inv estigadores ( Bark er, 2 0 0 0 ;Berger, 2 0 0 2 ;

pació n, la autogestió n y la responsab ilidad deb ie-

Larson, W alk er & Pearce, 2 0 0 3 ; M oreno & del Barrio,

ran ser fortalecidas a trav é s de la v aloració n de los

2 0 0 0 ;National Research Council and I nstitute of

adolescentes como interlocutores v á lidos en el mar-

M edicine, 2 0 0 2 ) plantean q ue el paradigma fundante

co de espacios q ue promuev an la reflex ió n sob re sí

de cualq uier programa o serv icio para j ó v enes no deb e

mismos, incluy é ndolos en su propio proceso de de-

ser necesariamente el de promoció n del desarrollo; la

sarrollo ( Berger, 2 0 0 2 ) . Siguiendo la perspectiv a de

adscripció n a uno u otro paradigma se relaciona í nti-

Bark er ( 2 0 0 2 ) , “ v arios estudios y consultas de la

mamente con los ob j etiv os ycaracterí sticas del pro-

OM S h an confirmado la importancia de relaciones

grama. Esto llev a a la segunda consideració n, la cual

significativ as yde conex iones prosociales con indi-

es claramente ex presada por Larson, W alk er yPearce

v iduos e instituciones sociales en té rminos de la

( 2 0 0 3 ) : “ lo importante desde nuestro punto de v ista

reducció n de riesgos yla promoció n de un desarro-

es q ue deb e ex istir consistencia, transparencia, e

llo sano ypositiv o”( p. 4 ) .

intencionalidad en el modelo q ue se estéusando”( p.

En relació n con lo anterior, el amb iente q ue se

1 4 ) . De esta forma, las preguntas planteadas anterior-

crea ydesarrolla al interior de los programas yserv i-

mente deb ieran ser ab ordadas por cada programa en

cios para j ó v enes es esencial, y a q ue é ste define la

particular. Como concluy e el informe respecto de pro-

relació n entre los adolescentes ylos adultos, esta-

gramas comunitarios y desarrollo adolescente del

b leciendo así el marco dentro del cual amb os se de-

National ResearchCouncil and I nstitute of M edicine

finen mutuamente; en este sentido, el amb iente de-

( 2 0 0 2 ) , “ la b ú sq ueda del programa perfecto es

b iera ser consistente con los resultados esperados.

q uij otesca. No somos capaces de definir un particular

Sin emb argo, como destaca Bark er ( 2 0 0 2 ) , ex isten

programa completamente ex itoso q ue pudiera ser re-

ciertos sesgos ylimitaciones q ue comú nmente per-

plicado idé ntico en todas las comunidades”( p. 3 6 ) .

manecen implí citos:

I ntegrando todo lo h asta aq uíex puesto en este

Para comprender el porq uélos j ó v enes b uscan

ensay o, yreconociendo las limitaciones del mismo

ay uda, yq uétipo de ay uda b uscan, es necesario

al intentar ab ordar una temá tica tan amplia como es

comprender có mo los adolescentes definen sus

la oferta de apoy o para el desarrollo adolescente,

necesidades, como tamb ié n comprender las per-

algunas consideraciones finales son importantes de

cepciones ylos sesgos de padres, profesionales

destacar al pensar en directrices para programas y

q ue trab aj an con j ó v enes, planificadores de po-

serv icios orientados al desarrollo de j ó v enes.

lí ticas pú b licas, yotros adultos. ( p. 1 3 )

En primer lugar, es necesario rev isar las concep-

Así , resulta fundamental desarrollar contex tos

ciones respecto de la adolescencia q ue fundamen-

no amenaz antes en los cuales los adolescentes se

tan distintos ab ordaj es del desarrollo j uv enil. La

sientan có modos, tengan confianz a, y puedan ex -

sociedad – yespecí ficamente el mundo adulto–pre-

plorar diferentes á reas de sus v idas. El supuesto

senta div ersos mitos y creencias sob re esta etapa

aq uíes q ue si los adolescentes pudieran clarificar

del ciclo v ital, los cuales en algunos casos resultan

sus intereses, preocupaciones, y por ende sus ne-

19

incompatib les

.

Si g u i e n d o a He n d r y , Shu c ks m i t h, Lo ve y Glendinning ( 1 9 9 3 ) : Frecuentemente los adolescentes son descritos como receptores pasiv os de las circunstancias y

cesidades, podrí an plantear una demanda consistente a los programas y serv icios para j ó v enes en los cuales participen, b asá ndose en su propia ex periencia. Para lograr lo anterior, deb en considerarse al

recursos q ue otros h acen disponib les para ellos.

menos dos niv eles de acció n diferentes. En un niv el

En realidad ellos j uegan un rol activ o en la elec-

micro – esto es, al interior de los programas yserv i-

ció n y modelaj e de los contex tos en los cuales

cios para adolescentes– , promov er un proceso cons-

ellos operan – sus amigos, sus activ idades ysus

tante yab ierto de auto reflex ió n ymonitoreo. Este

estilos de v ida. ( p. 1 8 0 )

proceso deb iera incluir aspectos tales como los ob -

Los adolescentes deb ieran ser considerados

j etiv os del programa, las caracterí sticas tanto de la pob lació n ob j etiv o ( no de los adolescentes en su

19

Por ejemplo, concebir la juventud como “una etapa de

totalidad, sino del grupo especí fico ab ordado) como

tormentasy es tré s ” , y concebirla como una etapa romá n-

de los propios interv entores, la ev aluació n del pro-

tica, de sueños.

grama ( tanto del proceso como de los resultados) , la

156

BERGER

formación y acreditación de los encargados del programa, entre otros. En palabras de Larson, Walker y Pearce (2003), “los programas para jóvenes pueden alcanzar mayor intencionalidad en las interacciones joven-adulto, no a través de la aplicación de fórmulas estándar, sino a través de un proceso abierto de cuestionamiento y reflexión” (p. 14). Concretamente, el National Research Council and Institute of Medicine (2002) propone los siguientes pasos para abordar este proceso: a)

¿ Es la teoría subyacente al programa explícita y plausible? ;

b)

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¿ La concreción e implementación de la teoría en el programa es adecuada? ;

c)

¿ Es el programa efectivo, particularmente con la

d)

¿ Cuál es el valor del programa? ;y

e)

¿ Qué recomendaciones y modificaciones pueden

población específica abordada? ;

hacerse? ” (p. 15) De la misma forma, en un nivel macro es necesaria una oferta integrada de servicios y programas para la juventud (Carnegie Council on Adolescent Development, 1992; Iglesis, 2000; Wynn, 2003). La articulación de los distintos niveles relacionados a éste es esencial, con el fin de proveer un conjunto de programas y servicios diversos que interesen a diversos subgrupos de adolescentes y satisfagan las distintas necesidades de éstos. Aspectos tales como la disponibilidad, accesibilidad y calidad de los programas y servicios pueden ser monitoreados y perfeccionados desde un nivel meso y/o macro que actúe como eje articulador (Barker, 2002; National Research Council and Institute of Medicine, 2002). Existen numerosas razones –desde la consideración de los recursos económicos hasta el apoyo y aprendizaje mutuos– que fundamentan la importancia de esta integración. Existe una importante cantidad de experiencia y reflexión en el campo del desarrollo adolescente que no es compartida y por ende aprovechada, la cual puede constituir una importante guía para continuar favoreciendo el desarrollo adolescente a través de diferentes aproximaciones e iniciativas.

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