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PUENTES LEYAUllOS POR
EL
CA.PITÁN DE INGENIEROS
D. JUi\N CALVO ESCRIVA Profesor de la Aoademia del Cuerpo.
GUADALAJARA. UIPRlIINTA
y BNOUADERNAmÓN
1899
PR.OVINOIAL
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ADVERTENCIA ''888
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Esta obra ha sido impresa\después del fallecimiento de su autor. La persona que se ha encargado de -dirigir la impresión-, partiendo del borrador que dejó el malogrado capitán Calvo, suplica á los lectores tengan en cuenta estas circunstancias~
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PUENTES MOVILES MILITARES ,
- HISTORIOA. -RESENA
1. Si la idea del foso ha sido contemporánea de la de mura11á, en su calidad ambas de obstáculos levantados por el débil p~ra protej erse del fuerte, parece que la de franquear aquél por un medio que p8rmitiera ,en casó necesario la restitución al obst~cul~ de su valor como tal, debe haber seguido con escaso intérvalo á la invención del foso: no se encuentran, sin embargo, datos bastantes, quizás por la naturaleza misma de los materiales empleados, para poder establecer cuál fuera la constitución de los puentes de tablero móvil, ni siquiera si los hubo, e'n las Jortificaciones más antiguas; el pnente construído por Semíramis en Babilonia, que según De Ville (1) consistía en una serie de maderos juxtapuestos que se quitaban por la noche para ser retirados al interior del recinto, parece que no debe considerarse sino como una fábula por la falta de fundamentos serios sobre su existencia. Pero si carecemos de datos para establecer la existencia. de puentes móviles á través de los fosos de las primitivas fortifica~ ciones (2), consta de un modo terminante que se es~ablecieron, (1) Antoine de Ville, Les tortitications,' citado por el mayor Gratry, Essai sur 'les ponts móbiles militaires. (2) Sabido es que algunos escritores han sostenido carecían de foso los recintos de las antiguas plazas, fundándose en que los escritores de la época no hablan de su paso al describir los sitios más célebres. Otros escritores hacen, sin embargo, mención expresa del mismo, y según Zastrów, su existencia debe considerarse como indudable.
-6aun cuando con objeto distinto del de franquear aquéllos. Los eleópolos ó torres de asalto estaban provistos, para salvar el espacio que quedaba entre ellos y las murallas, de puentes levadi-
zos corredizos que se maniobraban desde su interior, habiéndo-
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se em pIeado por vez primera en el sitio de Tiro por Alej andro (331 a. J. C.) Y debiéndose su invención al célebre ingeniero
Diades (1).
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Asimismo para separar las torres flanqueantes del resto del recinto á que pertenecían, constituyendo con ellas núcleos de resistencia, se establecían cortaduras que se salvaban en tiempo ordinario por un tablero fácil de quitar en el momento en que el enemigo se apoderaba de un punto de la muralla: en el Tratado de arquitectura de Vitrubio se lee acerca de este particular: «En la gola de las tbrres el muro debe interrumpirse sobre »toda la anchura de ellas: á fin de que el camino de ronda sea })continuo á lo largo de esta gola, se cubrirá el hueco por un ta) bleroque se tendrá cuidado de no clavar: si el enemigo llega á »apoderarse de alguna porción del muro, los defensores quitan. »el tablero, y si la operación ha sido hecha con bastante celeri~dad, impedirán al enemigo extenderse por las otras partes de las »torres » (2). Pero en las entradas de las plazas, cuyo acceso en la época de la dominación romana, en que tanto se perfeccionó la arquitectura militar, se procuró. dificultar por varios medios, como el es. tablecimiento detórres. flanqueantes y obras avanzadas, quebrando las comunicaciones en forma tal, que el agresor hubiera de presentar el flanco no protegido. por el escudo á su enemigo, etc., etc.; no se llegaron sin embargo á usar los puentes móviles: un puente fijo sobre pilas de madera, fácil de destruir en caso necesario, daba acceso á la plaza, empleando otras veces puentes de de mampostería ó un simple dique de tierras. 2.
En los primeros siglos de la Edad media la fortificación
(11 Beausobre, Tableau militai~'e des Grecsi citado por Delair, Histoi~.e de fortificat-ions anciennes, pág. 313. (2) Tmtado de arquitectura, libro T, capítnlo V, citado por Rochas.Princ'ipes. de la fortifica tion antiq1ie. .
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- '(.adelantó poco ó nadar construyéndpse las plazas ó puntos fuertes con arreglo á los principios establecidos por los romanos; la invasión de los bárbaros o1?ligó á fo'rtificar numerosas ciudades; pero,estas obras, improvisadas en su mayoría, nada tenían tam..,. poco de notable y nada pueden ensenarnos relatIvo al asunto
que nos ocupa.
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A principios del siglo x consta que se construían puentes mó-viles en las entradas ,de las plazas, del tipo de los corredizos, y :aun cuando carezcamos de datos sobre ellos, parece que debían ser semejantes álos que luego describiremos, como muy gene Talizados én el siglo XIII, y que según Viollet le Duc (1) se cons-
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, truían desde época muy anterior de la Francia'.
en las provincias ,'"
meridionales
En la crónica de los duques de Norniandía, de Benoitde. Saint Maur (2), dice éste hablando de los trabajos de defensa eje'