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DEDICATORIA. XVI NOTA ACLARATORIA XIX ACERCA DEL AUTOR. XXI AGRADECIMIENTOS. XXIII PRÓLOGO. XXV CAPITULO
INDICE PREFACIO. DEDICATORIA. NOTA ACLARATORIA ACERCA DEL AUTOR. AGRADECIMIENTOS. PRÓLOGO. CAPITULO 1 Introducción a la publicidad. LO QUE LA PUBLICID

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DEDICATORIA Mi reconocimiento a don Antonio Cuesta Moreno, maestro de obras en concreto, y a la señora Ángela Torres Valderrama, lavandera de manduco erguido. Ellos, al darme el ser, se convirtieron en cómplices de este torrente de motivos.

AGRADECIMIENTOS Valoro positivamente la buena disposición y paciencia de cada uno de los ilustres chocoanos que se prestaron a responder las inquietudes planteadas en este trabajo y también, cómo no, a quienes con el mismo juicio me otorguen la licencia de leerlo. Hago público agradecimiento al doctor WILLIAM KLINGER BRAHAM, director del Instituto de Investigaciones del Pacífico, huésped de un alma de mecenas con sentimiento vallenato, sin cuya gentil colaboración este proyecto no hubiese sido posible.

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PRESENTACION Los chocoanos, negros e indígenas en mayoría, descendemos de una estirpe marginada cuya permanencia vital estuvo signada por el cruel proceso de la esclavización a los primeros y el desplazamiento y saqueo de las tierras a los segundos. En este marco de tragedia, la lectura y la escritura fueron habilidades negadas al ancestro de quienes hoy habitamos y defendemos con pasión este territorio. También en razón de esas circunstancias llevamos más de tres siglos de presencia en suelo colombiano sin que se reconozcan las huellas de nuestros pasos y los aportes que hemos dado al desarrollo del país, debido en buena parte a la escasez de documentos escritos que los registren. Bajo tan difíciles condiciones de difusión, el trasegar humano de muchos nativos ilustres ha quedado invisibilizado o perdido en la bruma de la historia nacional. La ausencia de documentos, archivos, registros gráficos y fílmicos ha dificultado sin duda la tarea de los estudiosos de la historia y las ciencias sociales. Dadas las circunstancias, este trabajo no sólo pretende ponderar la obra de los coterráneos que hoy son faro de luz para sus paisanos, sino también tomar de las propias fuentes sus conceptos, inquietudes y motivaciones. Es necesario que los chocoanos nos miremos y admiremos después de hacernos una evaluación crítica, de ese modo empezaremos a corregir las inconsistencias que nos han dejado injustamente por fuera de la historia. Esta idea reivindicativa nació así: Para alimentar el vicio este de escribir, luego de un receso voluntario en la elaboración de la columna de opinión Armadura suscrita por varios años en el semanario Chocó 7 días, me di a la tarea de elaborar un reportaje macro a través de la formulación de una serie de preguntas dirigidas a las personas que se tienen como faros inequívocos del ideario chocoanista. Esto con el propósito de compilarlas algún día y dejarlas como testimonio de visibilización del hombre chocoano, sus sueños y metas en este amanecer del siglo y del milenio. Corría, sin embargo, el riesgo de elaborar un trabajo sesgado, basado principalmente en la política y dejando de lado aspectos tan importantes como la literatura, el emprendimiento empresarial, la academia, las artes y todo aquello que nos convierte en una sociedad viva y actuante. Decidí entonces ampliar el espectro para darle cabida a estas otras expresiones; así, de una empresa difusora del pensamiento chocoanista el asunto se fue convirtiendo en un asunto de trascendente chocoanidad.

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La selección de personajes no fue algo casual, aunque justo es admitirlo, siempre se queda por fuera alguien con los méritos suficientes para ser tenido en cuenta. Empero, no existe la más mínima duda de que los elegidos son coterráneos ejemplares, dignos de ubicarse en estas páginas. La aplicación se hizo sobre la base del reconocido liderazgo, emprendimiento, trayectoria artística, deportiva o académica de los escogidos. Para concretar y llevar a cabo esta iniciativa, hemos tomado los elementos propios del reportaje a fin de desarrollar con cada personaje un diálogo a través del cual se nos revelen sus ideas y principios. Las conversaciones giran en torno a temas filosóficos, literarios, políticos, educativos, culturales o sociales según la característica del entrevistado. La versatilidad del género nos permite otear aquí la similitud o disparidad de perfiles según el caso: la solvencia académica de César Rivas Lara, la sorna de Efraín Gaitán Orjuela, la pulcritud de estilo de Jorge Tadeo Lozano, la frescura conceptual de Octavio Panesso Arango, la modestia casi romántica de Miguel Ángel Mosquera Klínger, el dinamismo de Jesús Lozano Asprilla, la mordacidad argumentativa de Hérberth Valencia Barco, el análisis enjundioso de Néstor Emilio Mosquera Perea y el verbo autorizado de Arnoldo Palacios; todo esto plasmado en letras de molde y catado a sorbos con la oralidad musical de Madolia Dediego. Como toda empresa de este tipo, al principio nos encontramos con varios interrogantes: ¿grabadora o libreta de apuntes? ¿Textualidad o edición de respuestas? ¿Entrevista en la casa o en la oficina? Todo se resolvió conforme lo determinaron las circunstancias de tiempo y espacio, dado el perfil disímil de cada entrevistado. El trabajo lleva insertas algunas fotografías o ilustraciones que recrean la vida y obra de cada uno de los personajes escogidos para este maxi reportaje. Lo que se pretende, en últimas, es llevar al lector a entablar una rica interacción con diez figuras seleccionadas, cuyos perfiles son los siguientes: • MADOLIA DEDIEGO PARRA. Folclorista, poetisa, bailarina, cantante. Cultora amante de la poesía y el folclor autóctonos; difusora de nuestra cultura en distintos rincones del mundo. • CESAR RIVAS LARA. Escritor, docente universitario, políglota. Autor de más de veinte libros que recogen novelas, cuentos, poesías e investigaciones. • OCTAVIO PANESSO ARANGO. Científico pedagógico, músico, políglota. Creador de una nueva metodología escolar denominada Pedagogía Descontaminada; compositor de los grandes éxitos musicales de varias orquestas nacionales.

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• HERBERTH VALENCIA BARCO. Antropólogo, sacerdote, investigador, profesor universitario, columnista de prensa. Ha publicado varios libros en los cuales da a conocer la composición de la familia chocoana y conceptualiza frecuentemente sobre el devenir de la región. • EFRAIN GAITAN ORJUELA. Periodista, investigador, sacerdote. Fundó el periódico “Presente”, uno de los más antiguos en el Chocó; biógrafo de ilustres chocoanos. Construyó la iglesia de Bellavista, bombardeada por las FARC en el cruento ataque de mayo de 2002. • ARNOLDO PALACIOS MOSQUERA. Literato, políglota, promotor de los valores étnicos. Su nombre aparece reseñado en la Enciclopedia Mundial de la Literatura por Las estrellas son negras, novela reconocida como una de las mejor escritas en Colombia en el siglo XX. • MIGUEL ALONSO MOSQUERA KLINGER. Profesional de la contaduría. Maestro Internacional de Ajedrez. Ganador de varios torneos nacionales e internacionales del deporte ciencia. • JESUS LOZANO ASPRILLA. Empresario, académico. Primer rector de la Universidad Tecnológica del Chocó, impulsor de su creación y funcionamiento; animador de importantes iniciativas empresariales dentro y fuera del Chocó. • JORGE TADEO LOZANO OSORIO. Abogado laboralista, político, periodista, escritor. Estructuró el Movimiento Liberal Popular con el cual por varios lustros se convirtió en dominador absoluto del panorama político en el departamento. Fue el primero en hablar de una ley de excepción para subsanar la eterna crisis del Chocó. • NESTOR EMILIO MOSQUERA PEREA. Intelectual, ensayista, profesor universitario, filósofo. Autor de varios libros de epistemología y tesis regionales. Me anticipo a aceptar humildemente las críticas que se susciten de este trabajo y propongo un brindis del alma por todos los hijos de esta tierra.

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MADOLIA DEDIEGO PARRA Certificado de chocoanidad en las venas. Hablar con Madolia Dediego es un ejercicio del alma, y eso deviene en privilegio. Sus palabras tienen el timbre costumbrista del solar nativo, por lo que aun sin haberla tratado antes, un diálogo con esta dama se convierte en una charla de viejos amigos. En la esquina de la calle 29 con carrera quinta de Quibdó está su casa. Vive rodeada constantemente de vecinos, amigos y estudiantes de todos los niveles que a menudo llegan a consultarle cualquier aspecto del folclor regional. Mana, como se le conoce familiarmente y en todo el barrio, asegura que sintió inclinación por el baile y la danza desde cuando estaba en el vientre de su madre, Esneda Parra. De ella escuchó las primeras coplas, y su preciosa voz entonó tiernas canciones de cuna que le dejaron un recuerdo indeleble. Su padre, Patrocinio Dediego Espinosa, era un músico empírico ejecutante del bombardino y la percusión, que combinaba su pasión artística con las labores de sastrería. Nacida en ese ambiente, Madolia no tenía un destino diferente al arte; así, desde muy niña se especializó en coplas vivenciales que compartía con sus compañeras de asiento en la escuela María Montessori, en la más grande concentración escolar de la capital del Chocó. Justamente cursando estudios primarios hizo su primera composición poética, con la cual se llevó el primer lugar en un concurso organizado por las directivas de su escuela. A los dieciséis años, en 1957, fue “descubierta” por la famosa folclorista cartagenera Delia Zapata Olivella, quien de inmediato la sumó a su grupo de ballet folclórico. Con Delia Zapata recorrió el mundo bailando. Actuó en Francia, Alemania, España, China, Venezuela, Cuba, Panamá y los países soviéticos. De regreso al Chocó nacieron sus dos hijos Audrey del Carmen y Manlio Enrique Gamboa Dediego. Educadora, licenciada en idiomas, e ingeniero agrónomo respectivamente

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Con sobrada creatividad, Madolia compone poemas, boleros románticos, villancicos, alabaos, canciones e himnos. Entre sus muchas creaciones hizo un canto a Tutunendo, que es usado como himno en esa población y compuso los gozos a San Benito de Palermo, cantados en las fiestas patronales de Guayabal, corregimiento de Quibdó. Como promotora del folclor regional, trabajó por mucho tiempo en la oficina de cultura y turismo del departamento, donde obtuvo su jubilación. Bien como bailarina o como directora ha participado y triunfado en numerosos eventos dentro y fuera del país, pero su más rotundo éxito fue en el concurso nacional de danzas organizado por Polímeros Colombianos. Esta valiosa mujer ha sido objeto de incontables homenajes y galardones, más de cuarenta, entre los que aparece la distinción como Maestra de la Danza otorgada por la sociedad ibaguereña; la medalla de oro que recibió de la negritudes organizadas en Medellín. Ha sido homenajeada por la organización Fundanza de Armenia; el Distrito Especial de Bogotá y con ocasión de los 456 años de fundación de la ciudad de Cartagena de Indias. A su espléndida vena artística se agrega una amable personalidad que infunde confianza a todo aquel que se le acerca. Hoy está retirada de la actividad danzística, sin embargo dirige el coro “Alabaos y romances del Chocó” de la Asociación Folclórica Ciudad Quibdó. Por su edad y condición física ya no baila, pero dirige, compone, fabrica artesanías; canta abozaos, aguabajos, currulaos y tamboritos. Su estro es un candil inagotable de los encantos del arte regional. Cuando se oye un canto folclórico en la voz de Madolia Dediego, estandarte de la cultura chocoanista, se crispan todos los sentidos y, sin más ni más, cualquier tristeza del alma se torna irreversiblemente en alegría desbordada. •Con toda justicia, usted es reconocida como la mejor folclorista del Chocó, ¿desde qué edad empezó a bailar? Desde pequeñita, o mejor desde el vientre de mi mamá porque aquí en el Chocó uno nace bailando. Ya cuando me integré al grupo de Delia tenía 16 años cumplidos. •También ha hecho poesía, ¿qué recuerdos tiene de su primera composición poética? Yo estaba en cuarto de primaria en la Escuela María Montessori, ahí en el barrio Roma; en ese entonces se hacían unos exámenes para becas. Estaba presentando el examen y en eso se acercó un joven de cuarto año en la Escuela Normal. Ellos se iban a los salones a “soplarles” a los que estaban presentando el examen. Pasado un corto tiempo ese joven fue mi primer novio, mi primer amor. Entonces fue cuando compuse ese poema que no tiene nombre.

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•¿Cómo dice ese poema? No recuerdo mucho… Una mañana de linda primavera Un sujeto mis ojos nubló Llegó a un lugar muy galante y preguntó Señorita qué desea… Hasta ahí me acuerdo, pero eso está publicado en una revista de folclor. •¿Luego siguió escribiendo? Seguí haciendo mis versitos sin escribirlos, pero ya cuando estaba trabajando en la oficina de Cultura y Turismo conseguí el apoyo de una gran consejera y amiga, doña Libia Abadía de Valencia, quien me insistió que escribiera todo lo que se me viniera a la mente. Ella es una gran educadora; yo la quiero mucho y ella me quiere mucho a mí. Gracias al impulso de doña Libia hoy en día compongo de toda cosa, hasta alabaos. •¿Cuál ha sido su fuente de inspiración? El entorno. Por ejemplo si me viene la musa compongo un villancico, lo hago en borrador y lo sigo puliendo hasta que lo perfecciono. Así hago con todo. También me sirven las vivencias; la experiencia desde cuando era niña, lo que uno oyó de sus viejos. Todos esos elementos se unen. •Ha incursionado también en el campo gastronómico Sí, claro. Como mi mamá y mi abuela preparaban muy bien, ellas nos enseñaron. A mí nadie me viene a enseñar cómo hacer un tapao chocoano o un mestizo. En la oficina de Cultura y Turismo me ideé la Danza de los Platos Típicos. El entrar y salir de ollas, platos y bandejas es una danza en movimiento. Sucede que por esa época habían dejado de prepararse los platos típicos: los dulces, las masas, las tortas, los envueltos. Todo eso que las señoras de antes hacían con el maíz, el plátano, la yema de huevo, la papaya o la piña. Como vi que todo eso se iba perdiendo me ideé ese concurso. Danza porque yo la bailo y los platos los sé preparar. •¿Cómo se organizó ese evento? Como por lo regular en el departamento nunca había plata para la cultura, fuimos al comercio a pedir obsequios para las ganadoras y en el Hotel Citará hicimos la primera versión. A las concursantes les dábamos un ficho por cada plato diferente. Participaron varias artesanas como Belén Mosquera, Fabiola Torres de Moreno, Flora Mosquera de Salazar, Belén Ferrer, Lucinda Hurtado y otras señoras. Luego entraron los particulares, las escuelas, los colegios, y ya en todas partes, en todo evento se tienen en cuenta los platos típicos. Eso a mí me parece maravilloso

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•Usted hizo parte de la oficina de Cultura y Turismo, hoy esa gestión casi no se nota. En la oficina de Cultura y Turismo me jubilé; primero entré como coordinadora de actividades culturales y estuve encargada de la jefatura, reemplazando a doña Carmela Arriaga. Tal vez en esa época había más aportes e interés. A esa posición debe llegar gente idónea, porque a veces nombran personas que no saben qué van a hacer en el cargo. Muchas veces los estudiantes vienen aquí a mi casa a hacer investigaciones y yo les digo que vayan a la Secretaría de Cultura y Turismo, luego me responden que de allá los mandaron para acá. •En los ambientes culturales y folclóricos, ¿cuál es la mayor riqueza del Chocó? El folclor chocoano se simboliza con un árbol cuyas ramas lo dividen en folclor musical, literario, demosófico y coreográfico. •¿Y cuál es nuestro fuerte? El folclor musical, porque el Chocó es muy rico en alabaos y aires folclóricos, igual que toda la costa del pacífico. •Ahora que lo menciona, la música fúnebre se ha ido perdiendo; hoy sólo se practica en algunas comunidades campesinas. No sólo en los campos se está cantando, aquí en Quibdó también. El problema del alabao es que no había sido aceptado por la iglesia. Detrás de la catedral había una señora que le decían “La Cuca”, María Isabel se llamaba ella, que hacía alumbramientos con cantos alabaos y los domingos estaban los curas en el púlpito reprochándola. Pero en la medida que la iglesia católica ha hecho sus congresos y concilios ha llegado a la conclusión de que el alabao es una alabanza a Dios nuestro señor, como su nombre lo indica: alabanza al padre eterno, a la virgen y a los santos. Hoy en día los alabaos se cantan en las salas funerarias, en las casas y hasta en la propia iglesia catedral de Quibdó, siempre y cuando el dueño de su muerto lo quiera. Se están estudiando los alabaos y aquí viene gente del interior del país, vienen extranjeros a hacer estudios; inclusive a veces hay que hacerles la actuación, presentando el rito tal como es. Cuando presentamos los alabaos en Popayán, en el concurso nacional CREA, recibimos un aplauso apoteósico. Cantamos uno llamado Bárbara. Al lado de nosotros había una mamá cargando su hijo como de dos años. Cuando empezamos a cantar todo mundo se quedó en silencio. Y repentinamente dentro de ese canto nuestro rompió la voz del niño gritando de alegría. Todo el público se congestionó de ver la alegría de ese niño y el jurado calificador se reía emocionado sin saber qué hacer.

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Allí, en Popayán, le dimos a conocer al país la riqueza de los alabaos chocoanos. •Usted dirige el coro “alabaos y romances del Chocó” ¿cuántos integrantes posee este grupo? Para salir del departamento pueden ser 15, pero cuando ensayamos acuden entre 25 y 30. En Quibdó hay más afluencia de cantadores durante la procesión del Santo Sepulcro. •Los cabezones de Madolia son reconocidos en la fiesta de San Pacho, ¿cómo surgió la idea? Yo quise embellecer la fiesta de San Francisco, principalmente la de mi barrio César Conto. Preparé los muñecos, porque soy artesana del SENA, con unos canastos y unas varetas que me dio Rufo Ramos, luego los adorné con capuchones. Así nacieron los cabezones, en la carrera quinta del barrio César Conto •¿Tienen antecedentes estos muñecos? Sí, cuando yo era niña veía que las fiestas eran adornadas con muñecos gigantes que en otras regiones llaman cabezudos. •¿Qué representan los cabezones? Representan la etnia chocoana. Hay dos negros, una mulata y una blancaindígena. •Su vena artística viene de familia, usted es hija de un músico. Además de músico mi papá era sastre, y al morir era también tinterillo, es decir practicante de la abogacía pero sin título. Mi mamá cantaba muy bonito, ella me enseñaba canciones. •¿En su familia quién la ha heredado? Aquí el que bailó fue Manlio, mi hijo, cuando estudiaba en el colegio Antonio María Claret; mi hija Audrey me heredó la poesía. •Hablemos de sus giras internacionales. Mi primera gira internacional fue con los hermanos Zapata Olivella, Manuel y Delia. Aquí organizaron el primer grupo y luego recogieron gente de la costa pacífica y atlántica. De aquí fuimos seleccionados Julio Rentaría y yo. Julio actualmente vive en Bogotá. Salimos de Colombia con rumbo a París. De aquí salimos a Puerto Rico, de allí fuimos a las islas Azores y Tenerife. De Tenerife fuimos a Lisboa, donde cenamos. Luego fuimos a Madrid y finalmente a París. En esa ciudad permanecimos unos días hasta cuando el maestro Manuel Zapata consiguió el viaje a Moscú, donde para esa época se celebraba el un aniversario más de la revolución bolchevique. Allí asistimos bailarines de todo el mundo. En ese país permanecimos bailando y actuando hasta mes y medio después de que los otros países invitados se habían ido.

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Atravesando en el transiberiano viajamos a la China, ahí permanecimos tres meses entre Pekín y Shangai. Regresamos por la misma ruta a Moscú, pasamos por Praga donde permanecimos un mes más. De ahí pasamos a Alemania, de Alemania a Francia, donde estuvimos cinco meses. De parís salíamos a actuar en algunas ciudades cercanas. Luego de eso permanecimos tres meses y medio en España, sobre todo en Barcelona. Recorrimos varias ciudades antes de regresar para acá. Cuando llegamos a América pasamos otra vez por Tenerife, por Venezuela, de Venezuela a Barranquilla y de allí a Cartagena. Esa fue mi primera gira. •Un recorrido largo… Sí. Un año y cuatro meses en total. Después me mandó a llamar Delia Zapata y fui con ella a Panamá y Cuba. •Usted y su grupo ganaron el concurso de polímeros colombianos… Esa fue una expedición por todo el país igual a la del CREA. Se hacían eliminatorias entre los grupos de cada departamento; nosotros ganamos en Quibdó la eliminatoria departamental. Fuimos a Cali y allá ganamos la zonal. De Cali viajamos a Medellín, donde se realizaba el concurso a nivel nacional. Allá ocupamos el primer lugar. •¿En qué consistía el premio? Plata, en ese tiempo eran como ochenta mil pesos. •¿Y qué pasó al regresar a Quibdó? Fue un día bellísimo. Todo el pueblo volcado en las calles; las escuelas, los colegios, las banderas del Chocó y Colombia. Nosotros no esperábamos un recibimiento tan grande. No pudimos utilizar los carros porque la gente nos bajó en hombros del aeropuerto; a mí me trajeron cargada hasta el Club de Leones, que en ese entonces quedaba en el edificio ocho pisos. •También participaron y ganaron otros concursos. Ganamos en Ibagué el concurso nacional de danzas, en Buenaventura el de currulao; ganamos en Pasto, en Manizales. A donde viajábamos salíamos ganadores, gracias a Dios. •Precisamente, nuestro folclor le gusta a mucha gente. Yo le cuento, cuando ganamos el concurso de polímeros en Medellín, entramos al estadio y todo el público se puso de pie para aplaudirnos. Tuvimos que dar la vuelta olímpica para no dejar a la gente ahí parada sin saludarla. •¿Hacia dónde va hoy el folclor chocoano? Si no abrimos los ojos se va a deteriorar el folclor. Yo estoy de acuerdo en que todo evoluciona en la vida y hay que mejorar, pero eso no quiere decir que las cosas se tergiversen. Lo tradicional debe ser embellecido, no cambiado. Si cambiamos la esencia podemos perder la herencia cultural y folclórica. Hay que hacer charlas, talleres y conferencias desde la escuela primaria.

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•¿Hay entonces una tergiversación del folclor? Principalmente en la danza. Hay gente que no entiende cómo debe ser la evolución. Los hechos folclóricos tradicionales no los cambia una persona en particular porque le da la gana, los cambia el pueblo de acuerdo a las influencias y situaciones del medio. Con el deseo de ganar plata están haciendo unos cambios en la danza tradicional, tratando de desfigurarla con un falso modernismo. Para trabajar estos hechos debe haber mucha investigación en la fuente antes del montaje y la puesta en escena. Las cosas deben hacerse con responsabilidad y amor, no por capricho. •Se dice que los chocoanos no nos tomamos nada en serio, somos folclóricos en todo: en la política, el comportamiento… En el fondo sí lo somos. Pero en este país donde no todos somos blancos y los que se creen blancos no lo son tanto, todos tenemos un poquito de folclor en la sangre. Yo creo que folclórico es todo mundo, lo que pasa es que nosotros lo expresamos mejor. •A mucha gente le parece llamativo que en nuestros pueblos se baile cuando muere un niño. En los chigualos se baila porque se dice que el niño no tiene pecados, por eso se va directo hacia el cielo. Pero en la muerte de personas mayores hay mucha seriedad, distinto a la alegría cuando muere un menor. •A propósito, la muerte es uno de los mitos que los chocoanos siempre tenemos presente, usted que le ha dado tanto al Chocó, ¿cómo le gustaría que le llegara la muerte? Ve este muchacho, te digo francamente que a mí no me gusta nada con esa señora.

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CESAR RIVAS LARA El deber cumplido del intelectual. Monsieur (léase mesié), como prefieren llamarlo sus discípulos y colegas, es un académico e intelectual chocoano que oculto en su reserva y sencillez ha publicado más de veinticinco interesantes libros que abarcan novela, poesía, cuento, perfil e investigación folclórica. La complexión fornida de este valioso hombre de letras contrasta con su discreción social y la delicadeza de su trato. Rivas Lara es el modesto académico que pasa desapercibido (y a veces ignorado) en el escenario público comarcano donde lo estridente tiene gran cabida y reconocimiento. Después de un bachillerato rutilante en las aulas del colegio Carrasquilla Industrial de Quibdó, se recibió con honores como licenciado en Filología e Idiomas en la Universidad Libre de Bogotá y luego adelantó estudios de postgrados en Los Ángeles, Estados Unidos, y Hilversum, Holanda. Este riosuceño nacido en 1946 posee una reconocida habilidad políglota: habla fluidamente inglés, francés y alemán; adicionalmente es una autoridad nacional en el estudio y enseñanza del latín y el griego. Es docente fundador de la Universidad Tecnológica del Chocó, foro desde donde ha contribuido grandemente a la formación de una cultura reivindicativa de la dignidad y calidad de vida del individuo chocoano. Considerando su facción poética Rivas Lara no es propiamente un bardo, aunque pareciera serlo por el título de sus primeras obras: “veinte poemas desesperados” y “poemas de cumpleaños” escritas en Quibdó a finales de la década del 60, recién egresado del colegio Carrasquilla. A partir de allí podemos decir, sin lugar a dudas, que toda su producción literaria se empeña en el rescate de los valores intrínsecos de la chocoanidad, especialmente “Quién es quién en el Chocó”, “Diccionario popular chocoano y apuntes regionales”, “Coplas décimas y refranes oídos en el Chocó”, “Tradición oral en el Chocó: mitos, supersticiones y agüeros en la sabiduría popular” y muchos otros trabajos con los cuales ha ahondado en la investigación del folclor literario. Sus relatos más recientes: “callejón sin salida”, “Folclor, comedia y carnaval”, “Los desplazados”, son libros con los cuales cumple ese deber intelectual de señalar los males que corroen la sociedad de su época. Monsieur Rivas Lara es un confeso admirador de la obra poética del maestro Miguel A. Caicedo Mena, de quien además de ser su mejor

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biógrafo, fue discípulo y amigo sincero. Así también su pluma ha trazado semblanzas de Rogerio Velásquez, Diego Luís Córdoba, Ramón Lozano Garcés, Neftalí Mosquera y Mosquera, Arnoldo Palacios y Manuel Saturio Valencia. Este prolífico escritor de nuestra tierra, paradigma de la virtud chocoanista, tuvo la deferencia de atendernos para compartir algunas reflexiones. •En su libro “Los desplazados” usted abarca la cruda realidad de un conglomerado irredento, ¿es el legado de su compromiso social? Abordo esa cruda realidad, como usted dice, porque tengo gran sensibilidad social y humana que me hace sufrir, en cierta forma, como propias las calamidades y vejaciones que padecen los desplazados por la violencia que, sin querer, llegan a la ciudad dejando atrás todo lo suyo para engrosar allí los cordones de hambre y miseria. Es, además, un compromiso que como escritor de una literatura realista he contraído conmigo mismo y con la sociedad para la que escribo. El escritor comprometido es una especie de notario de su pueblo y de su época, por tanto no puede ser ajeno a lo que ocurre a su alrededor. Debe puntualizar los hechos que observa, palpa y siente, valiéndose de la palabra comunicante. No hacerlo equivaldría a una traición a la nobleza del espíritu; sería faltar a la verdad y a la vida. Un escritor serio y comprometido con su gente no puede eludir circunstancias históricas, sociales, políticas y culturales del medio geográfico en que vive, ni del tiempo en que actúa. •“Folclor, comedia y carnaval” presenta una concordancia de nombres con situaciones de la vida política del Chocó: Lezotania, Mazo, Servelio, Fidel Cordero, Prudencio Cortés. ¿Cuál fue su intención? Esa obra no sólo está emparentada con la vida social y política del Chocó; por la amplitud de su temática y sus casos recurrentes alude a muchos sitios y escenarios de Colombia y del mundo donde se practica la deshonestidad política y administrativa, la trapacería, la inversión de valores, la inmoralidad, la venta y compra de conciencia y donde campea como una reina la corrupción en todos sus órdenes. Este morbo, altamente corrosivo, cada día hunde nuestra sociedad con pocas posibilidades de salvamento a la vista. Los personajes de la obra son la resultante de su propia concepción y trama. Unos son rudos, tiranos, vulgares y avaros, pero también hay otros reflexivos, sensatos, ingenuos, resignados e inconformes con la degradación que nos afecta, sin que en ellos deje de titilar una chispita de esperanza que les alimenta el alma. Lezotania, el nombre del pueblo donde suceden los hechos, es un compuesto griego que significa “tierra de la muerte y del olvido” pregúntese el lector

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cuántos Lezotania hay en Colombia y en el mundo, expuestos al abuso y todos los desmanes. •Seguramente muchos. Hablemos del resto de nombres. Los nombres Mazo, Servelio, Fidel Cordero, Prudencio Cortés y otros, son producto de la imaginación del autor, que personifican el desastre, la comprensión y la cordura. Su asociación con personajes reales de la vida en sociedad es parecer íntimo del lector, a quien corresponde hacer sus propios juicios. El, desde luego, tiene amplio derecho a hacer comparaciones e hilar hechos y circunstancias según su visión y su propia estimativa del mundo que lo rodea. •Su personaje Ernesto Salinas, en “Frustración y crimen”, tiene el perfil psiquiátrico de Rodion Romanovich en “Crimen y castigo”, de Dostoiesky y de Pablo Castel en “El Túnel”, de Sábato, ¿influencias? Ernesto Salinas, el protagonista de Frustración y crimen, tiene el perfil asesino y psiquiátrico de Romanovich, en Crimen y castigo de Dostoiesky. Es aquel un hombre que pertenece a la clase de los humillados y ofendidos; un hombre que ha pasado su vida en los tugurios peterburgueses pasando hambre, frío en soledad y aislado por la miseria y el orgullo. En un momento dado, armado con un hacha, asesina a una vieja usurera y a su aterrorizada hermana. El no se reprocha el crimen sino el error, pues con la comisión de aquél no logra resolver nada porque el dinero robado es poco para satisfacer sus ideales de justicia. Del autor ruso recuerdo haber leído: Pobres gentes, La casa de los muertos, Humillados y ofendidos, Los hermanos Karamasov y, por supuesto, Crimen y castigo dos veces a pesar de lo voluminosa. De Ernesto Sábato recuerdo aun la lectura de Sobre héroes y tumbas, Abaddón, el exterminador. Leí también sus ensayos El escritor y sus fantasmas, Uno y el universo, lo mismo que su gran obra El túnel, que me hizo recordar la lectura de Crimen y castigo. El personaje central de la obra, el pintor Juan Pablo Castel, guarda las proporciones asesinas de Ernesto Salinas en Frustración y crimen, una historia real (casi al pie de la letra) de un ex convicto que purgó 34 años de prisión en las cárceles más peligrosas del país. En vida fue acusado de cometer 32 asesinatos con arma blanca. El último lo cometió en la humanidad de su amante, por quien profesaba un amor enfermizo hasta la obsesión, y a quien cortejaba con poemas e imposibles ilusiones cotidianas. •Entonces, ¿hubo influencias? Es natural que de distinguidos escritores se aprenda el buen gusto literario, el goce y la apreciación de la belleza. La lectura meditada de obras maestras del arte, que son de nuestras preferencias, constituyen sustancialmente la regla de oro en el largo camino hacia el robustecimiento literario. Creo que todos en mayor o menor grado hemos recibido influencias, las que de ninguna manera nos privan de imprimir a la obra una fisonomía peculiar y sugestivo acento de fuerza y de carácter que se traduce en el estilo, alma del escritor.

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•Usted ha abordado con suficiencia el tema de la mitología vernácula. De las leyendas y supersticiones que se hallan en el Chocó, ¿cuál aplica mejores recursos literarios? Me parece que en el campo de la tradición oral, mejores recursos literarios se pueden aplicar a las supersticiones que a las leyendas. Recuérdese que las primeras no son otra cosa que creencias populares de tipo mágico o animista que, querámoslo o no, influyen en nuestros comportamientos y sentimientos, no pocas veces en franca contradicción con la ciencia y ciertos códigos existentes. Las segundas mezcla hechos reales con la ficción, y sus elementos tienen carácter regional, a diferencia de los mitos, cuyos elementos son universales. Las supersticiones aplican mejores recursos literarios porque sencillamente en ella la imaginación vuela en dirección de los cuatro puntos cardinales; son ficciones muy libres que brotan del estado emocional del hombre, quien las expresa mediante un juego de imágenes y símbolos que se muestran como fuerzas operantes de la sociedad. El lector puede lanzar juicios a priori, si se quiere. De allí que figuras literarias como las pintorescas, lógicas, patéticas e intencionales tengan amplia cabida para jugar con ellas al antojo. Con la parte de no ficción de la leyenda el campo es más restringido, porque la verdad debe conservar su figura y su permanencia, y la aplicación de figuras literarias no adecuadas la desvirtúan totalmente. •¿No resulta un tanto arribista el título “Quién es quien en el Chocó”? No me parece que el título tenga visos de arribista. De pronto sea una apreciación subjetiva. En esa obra me propuse presentar un muestrario de personajes valiosos que le han dado lustre a la tierra en la política, en el campo abierto de la cultura, las ciencias y las artes. El libro traza la trayectoria vital de nuestros autores y sus días, es decir, qué hizo cada quien en procura del bienestar de su región. Es indudable que faltaron personajes en la compilación. De allí mi inquietud en proyectar una segunda edición corregida y aumentada para llenar, en cierta forma, ese vacío. Sin embargo estoy seguro de que el padre Efraín Gaitán Orjuela de alguna forma ha suplido esas expectativas con los dos tomos de su libro Grandes del Chocó. •Usted conoció de cerca al maestro Miguel A. Caicedo, ¿por qué razón su obra no tiene suficiente reconocimiento nacional? El maestro Miguel A. Caicedo fue mi profesor en la aulas de colegio carrasquilla en Quibdó y después mi colega en la Universidad Tecnológica del Chocó. Compartí con él largas jornadas de su vida y debo confesar que fue un hombre íntegro a quien la envidia, el egoísmo ni la vanidad le inspiraron acto alguno. Varias veces he dicho, y ahora vale la pena decirlo de nuevo, que nadie puede intentar un bosquejo, por leve que este sea, de la realidad literaria del Chocó sin mencionar el nombre de Miguel A. Caicedo, porque el suyo está íntimamente ligado a los acontecimientos culturales más importantes que han tenido lugar en la comarca.

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Descolló él en muchos campos, pero en el que más brilló con fulgor genuino fue en el campo de la poesía folclórica. En ella fue un verdadero maestro. Su poesía no puede ser leída ni entendida a plenitud sino por quien lleva en su alma sentimientos y vivencias de esta tierra prodigiosa de nuestros abuelos, que es donde ella se origina. La obra del profesor Miguel A. Caicedo fue reconocida por el Ministerio de Cultura en público homenaje realizado en el parque centenario de Quibdó. Allí se le declaró poeta viviente de la chocoanidad y patrimonio cultural de su terruño. A pesar de que su obra es toda interesante, le faltó difusión, como ha ocurrido con las obras de casi todos los chocoanos que trabajamos en silencio, sin apoyo institucional ni estímulo de ninguna clase. •Tengo entendido que usted fue un adolescente lector, ¿quién fue el autor que más lo influyó en aquella época? En mi adolescencia tuve un autor de mis gustos que todavía, en mis ratos libres releo: Es José María Vargas Vila, un escritor que me impresionó no sólo por su lenguaje retórico, sino también por la franqueza llana para llamar las cosas por sus propios nombres, sobre todo en una época de reservadas cerrazones, cuando pocos se atrevían a polemizar y denunciar cosas de la manera en que él lo hizo. Las reacciones que causaron sus escritos le valieron el veto de la iglesia católica que, tengo entendido, lo consideró un escritor maldito. Vargas Vila fue perseguido por los adversarios de su doctrina y puesta a precio su cabeza; fue vejado y encarnecido por sus enemigos. Pese a todo ello, sus relatos gozaron de gran notoriedad. Cómo olvidar: Ibis, Aura o las violetas, flor de fango, las rosas de la tarde y los césares de la decadencia entre otras. •La enseña rebelde de Vargas Vila guió varias generaciones hasta bien avanzado el siglo XX, ¿cómo la asume usted? Creo que el sello de Vargas Vila marcó a muchos de mi generación y nos enseñó la independencia del espíritu para pensar y obrar con libertad. Me acojo plenamente a ese concepto suyo en cuanto a que “el escritor que no expresa lo que siente y lo deja todo represado en su pecho por temor a represalias no es un hombre libre”. Y creo que cuando escribo hago uso de esa libertad de la que hablaba el maestro de muchos. •¿Por qué un hombre de su talento vive en el Chocó? Estoy en el Chocó porque fue la tierra que elegí para vivir y porque, como buen terrígeno, la quiero con amor patrio y apego vigoroso. Pude haberme realizado en otra parte, sin embargo sigo pensando que en esta tierra prodigiosa de contrastes he hecho algo por mí, por la sociedad y por los míos. Decir o afirmar, sin temor a equivocarnos, que nuestra vida en otras latitudes hubiera sido mejor, es uno de los tantos supuestos en el afán de encontrarle una explicación a la misma vida y sus misterios. Uno es lo que es en la actualidad, y nada más.

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•Se podría adivinar, pero ¿cuál es su poeta más admirado? Por supuesto que mi poeta más admirado en lo folclórico es Miguel A. Caicedo, pero también debo decir que admiro al poeta cartagenero Luís Carlos López (el tuerto López). Él se ríe de todo y de todos, y cual otro Garrik (inmortalizado en la poesía de Juan de Dios Peza), insatisfecho de la vida, oculta sus lágrimas y penas riendo a carcajadas. Ni el pudor ni la dignidad sacerdotal escaparon a sus duras pinceladas. En cuanto la cancelación del verso modernista, admiro al poeta payanés Guillermo Valencia por esa musicalidad sonora de sus interpretaciones. Sus versos, de rima constante y alterna, me parecen perfectos. Él nos enseñó lo que puede hacer la plasticidad con la palabra. No dudo que esa musicalidad de la que hablo me predispuso a apreciar mejor los ritmos típicos musicales del caribe, los cuales modestamente se ejecutar en el acordeón, instrumento que aprendí a ejecutar desde muy joven y con el cual le arranco notas a la naturaleza y a la vida. •Fuera de Eugenio Perea García, quien ha escrito varios cuentos, no hay autores nuevos en el Chocó. ¿A qué se debe esta escasez? Eugenio Perea es un buen cuentista. Recuerdo que con su cuento el golpe de amporá ganó un concurso departamental de cuento auspiciado por la farmacia magistral de Quibdó. Fui miembro del jurado calificador que merecidamente lo declaró ganador. Me parece que es Eugenio el representante del cuento de esta nueva generación de chocoanos; al menos es el cuentista más conocido y el que se ha conservado en la línea. A los pocos cuentistas que están en ciernes les falta apoyo económico para publicar sus trabajos, por eso nadie los conoce. Puedo pensar también que hay crisis de vocación literaria y falta de orientación vocacional, pues el arte de escribir tiene dos ingredientes: uno natural o espontáneo y otro que se adquiere a través del estudio, la disciplina y la academia. El primer ingrediente tiene que ver mucho con el desarrollo de la sensibilidad y el vigoroso desarrollo de la imaginación y la fantasía, bases de toda creación artística. El dominio del idioma, la cultura y el gusto literario pertenecen al segundo ingrediente, que es el que guía, el que conduce. •¿Cómo superar entonces la escasez literaria? Creo que la creación de talleres escriturales en las escuelas y colegios podría servir de mucha ayuda para no perder ese gran potencial de nuestros jóvenes que desea escribir bien. •Idéntico destino tienen la poesía, la pintura, la escultura, etc. En cuanto a la poesía, bien pudieran implementarse talleres de creatividad literaria. La pintura y la escritura requieren de talleres formativos y ejercitación. En cuanto a la música, valga la pena decir que el Chocó es semillero de compositores, cantantes y músicos naturales que piden a una sola voz una escuela de formación superior para capacitarse y pulimentar sus aciertos. A este respecto creo que la Universidad Tecnológica del Chocó está ad portas de dar pasos definitivos en esta materia.

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OCTAVIO PANESSO ARANGO La academia se canta. Un capítulo del libro titulado “Sin tregua” del periodista y escritor zipaquireño Germán Castro Caicedo, retrata la angustia y la impotencia de una familia que está a punto de ser desalojada de su vivienda porque se retrasó en el pago de las cuotas del crédito hipotecario, pactadas sobre la base de la onerosa UVR. La familia de marras, sin otro recurso para cumplir la demanda hipotecaria, decide armarse de picas y almadanas para derribar la casa antes que entregársela al pulpo financiero. Todo este trance transcurre bajo el estribillo pegajoso de una canción compuesta por el maestro Octavio Panesso Arango: La vamo a tumbá. “La canción de los ahorcados” titula Castro Caicedo el capítulo de su libro, ambientado al ritmo de Saboreo, el grupo musical dirigido por Panesso Arango. Octavio es el menor de un trío de hermanos que hacen docencia universitaria desde la creación de la Utch; él se desempeña en el área de idiomas extranjeros mientras que Oswaldo y Gilberto lo hacen en el programa de Ciencias Sociales. Complementa música y academia en forma armónica: es reconocido por sus aleccionadoras composiciones musicales, además inventó una manera descomplicada de orientar contenidos en el aula, a la que denomina Pedagogía descontaminada. Panesso es de un espíritu jovial y descomplicado, pero distante de lo rústico. Su círculo social lo conforman los estudiantes y la gente de a pie, en quienes explaya su numen inquieto. Lo inspiran los vendedores ambulantes, los padres de familia, los políticos, las vivanderas y sus recuerdos de niño en Condoto. Aunque no se le conoce militancia política, es demasiado visible su compromiso social, al punto que todas sus camisetas (es casi enemigo de las camisas y los trajes formales) llevan impreso un mensaje de reivindicación social o étnica. Vive entre timbales, bongoes y campanas en un local de la carrera cuarta de Quibdó, desde donde proyecta música del pacífico para el mundo y entrena jóvenes talentos artísticos. Al lado de su escritorio conserva una olla grande forjada en hierro, hallada en un viaje al Baudó, que opaca el resto de los cachivaches del lugar.

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Nos recibió en su particular vivienda con la misma disposición que emprende una clase. •La música y el folclor como factores de desarrollo regional, ¿cómo sustenta su tesis? Eso no lo dice sólo Octavio Panesso, a nivel mundial se ha logrado observar y comprobar que la música y la cultura en general son grandes empresas promisorias, rentables no sólo para quien la produce sino también para las personas que están alrededor del negocio. Y hay que aclarar, sea esta la oportunidad, que en el mundo de la cultura se mueven muchos, pero muchos negocios; basta citar un ejemplo: el caso de los discos compactos (C.D.) que uno produce; ganan los músicos, los compositores, los arreglistas, los empresarios de la industria disquera, quienes después de haberse producido el C.D. matriz son los que se encargan de la industrialización de los mismos. Además de eso vienen los que hacen el negocio de la promoción a nivel nacional e internacional. Desde todo punto de vista la música es un negocio rentable, pero esa rentabilidad necesariamente debe ir acompañada de una gran estrategia de publicidad y divulgación. •Que es una de las carencias de nuestros músicos… Sí, desde luego, esa es una de las grandes deficiencias y una de las batallas que debemos librar. Todo lo que transmiten por RCN, Caracol, CNN o cualquier otro medio de difusión masiva se puede convertir en un gran éxito, aun sin tener mucha calidad de fondo. •Se puede decir que tiene la venta asegurada… Sí, y esa es precisamente una de las deficiencias que queremos corregir en este proceso de internacionalización de la música del pacífico. Porque hay empresarios – y vamos a hablar abiertamente- que no sólo le invierten a la promoción de determinada canción en la radio, sino que también se dan el lujo de pagar para que le bajen el éxito a una que esté sonando en el momento. •La famosa payola, pero en doble sentido… Eso ha existido siempre. Te pago para que esta suba y si es posible te pago el doble para que aquella baje. •Juego sucio… Desde luego, esa es una competencia desleal. Entonces Amílcar, ya te puedes imaginar cuáles son las dificultades que debemos eliminar las personas que, desinteresadamente y con el reducido apoyo de algunas instituciones, estamos metidos en este proyecto. Pero además falta que la música nuestra sea incluida en los planes de desarrollo locales y nacionales. En la medida en que los administradores de los diferentes institutos se den cuenta del potencial que hay aquí y lo asuman como un gran eje para construir un plan de desarrollo, yo podría decir que hemos ganado la batalla. En conclusión, la música que aquí se produce hay que ponerla a sonar en radio o televisión; cuando el éxito se dispara, al músico lo van buscar donde esté, para ganar plata no es necesario que abandone la región donde nació.

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Es así de sencillo. Los cultores no tenemos necesidad de irnos, debemos tener es un buen mecanismo de comercialización. Te doy este dato: leí en un reportaje que por haber cantado durante dos horas en un matrimonio ruso, Jennifer López cobró ocho mil millones de pesos. Y en el Chocó hay peladitas que cantan mucho mejor que Jennifer López, pero ella es la mujer de Marc Anthony y está mucho más publicitada. Entonces en el Chocó nos falta es un eficiente proceso de comercialización para nuestra música. Ojalá que nuestros dirigentes entiendan eso. •En Cuba crearon el Buenavista Social Club para darle visibilidad a grandes talentos yacentes en un grupo de músicos ancianos. Cómo le parece Chirimía Social Club, ¿le suena? Todo lo que vaya en beneficio de la cultura y el desarrollo socio económico me suena, y mucho más en el caso de la chirimía. Si en Cuba, donde toman la cultura como un medio para vivir, han logrado proyectarse en el mundo a través de estas instituciones, en el Chocó también podemos hacerlo. Lo que pasa es que anteriormente se manejaba la tesis de que hacer música era una vagabundería. Los padres de antes querían que sus hijos fueran maestros porque el magisterio en esa época era la mejor profesión del Chocó. Por eso nosotros no fuimos músicos a temprana edad. •Lo de Chirimía Social Club sería comparable a lo que los cubanos hicieron con Francisco Repilado o Ibrahim Ferrer. Eso mismo se podría replicar aquí con el Brujo Alfonso Córdoba, Mario Becerra, Pacheco… Sería darle una proyección universal a esa música que es tan rica en tonalidades. La gran dificultad que veo en los personajes que estás mencionando es quela velocidad del pensamiento y de la creación es mucho mayor que la capacidad de construcción del arte. O sea, todo el caudal artístico que ellos tienen es mayor que su capacidad económica para llevarlo a la práctica y venderlo. Miles de artistas, investigadores y académicos han muerto con cantidad de obras en la cabeza. El día que el mundo pueda explorar y explotar el cerebro de cada hombre mucho antes de su muerte, ese día el hombre será rico no sólo a nivel cultural sino integral. Por ejemplo, yo no creo que el maestro Augusto Lozano haya alcanzado a grabar todas las canciones que logró construir; incluso tal vez concibió canciones que no alcanzó a componer. Ese trabajo hay que hacerlo; no hay que dejar morir a la gente sin que le entregue al mundo todo su pensamiento y el arte que pueda tener guardado en un cofre. •¿Cómo encauzar la nueva cultura del reguettón? Al contrario de lo que se pueda pensar, mi concepto es favorable para la raga, el reguettón y todos estos ritmos modernos. Toda música que nazca en los asentamientos negros y les esté dando soluciones socioeconómicas a los negros, es para mí de buen recibo porque yo tengo la música como empresa.

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•Eso nos devuelve al primer interrogante… Claro, yo creo que la música no es sólo para divertir el corazón y mover el cuerpo. La música como empresa busca soluciones económicas. Con el reguettón y la raga los muchachos por lo menos están logrando algo, un pesos, un dólar para llevar soluciones a su familia. Ahí no se necesita ser afinado ni haber estudiado música. Sólo se necesita tener corazón y creatividad para expresarle al mundo lo que quiere. Desde ese punto de vista, no acepto que nadie se meta con el reguettón. Esos ritmos nacieron en asentamientos negros. •Pero en el reguettón no hay ejecución de instrumentos, se bajan ritmos preestablecidos en un computador… Si no hay instrumentos es porque ellos no quieren. La tecnología es simplemente un medio mecánico y no le está evitando al ser humano que le agregue algo que no está allí creado. El ritmo del reguettón da un margen para que la persona incluya su creatividad o ejecute cualquier tipo de instrumento. Otra cosa es que las personas que practican estos ritmos, generalmente desfavorecidas económicamente, no tengan cómo pagarles a músicos de calidad para presentar a la comunidad un trabajo más elaborado. Celia Cruz siempre hizo un reguettón mezclado con los instrumentos tradicionales de la salsa. Usted va a un concierto de reguettón en Cuba y la orquesta tiene quince o veinte instrumentos presenciales. •Para Bernard Shaw quien no es revolucionario a los 20 no tiene corazón, ¿Qué tanto corazón halla usted en la juventud chocoana? Estoy de acuerdo con el papel que juega el proceso de educación en cualquier comunidad. Cuando un niño viene al mundo no está diciendo yo quiero ser tal cosa. El no tiene culpa de que al nacer el estado no tenga un plan prefabricado sobre su vida. Creo que nuestros niños desde su nacimiento están desprotegidos. Si se toma la creatividad de los jóvenes como política de la nación creo que sí podemos involucrarlos en un proceso revolucionario. Por ejemplo yo no acepto que me digan que mis estudiantes son perezosos o que son apáticos a la lectura, porque yo los pongo a leer sin necesidad de atropellarlos. Si ellos no son revolucionarios y transformadores es porque no se les impulsa a serlo. No quiero terminar esta respuesta sin hacerles entender que los padres y abuelos son demasiado protectores y no les dejan seguir los caminos que ellos quisieran. El proteccionismo ha incidido en que estos jóvenes sean tranquilos y pasivos. Ellos empiezan a enfrentarse al mundo seriamente cuando el papá y la mamá se mueren. Mientras éstos vivan, ellos entenderán que tienen asegurado lo principal, que es su comida. Lo de luchar por una causa es secundario. • A propósito, los críticos de “la vamo a tumbá” creen que esa famosa canción suya deja una noción de derroche, la visión banal de tumbar la casa al calor del jolgorio momentáneo… Lo que sucede también es que lo más dócil de arrancarle a una sociedad es su cultura. La cultura se va regando de generación en generación como

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verdolaga en playa. •¿Aunque sea una cultura errática? Aunque lo sea. Esta cultura se extiende de manera espontánea si no es centrada por un buen sistema educativo. Por decir algo, a nosotros nos pueden quitar el oro, el platino, la fauna, la flora, todo lo que quieran, pero ¿quién evita que un chocoano cante Mama u? Eso no lo sacarán nunca de nuestro espíritu. De lo contrario el africano que vino a América esclavizado no hubiera reproducido los tambores. Recuerda que él no trajo sus instrumentos tradicionales porque no venía acá a bailar y a divertirse. Esencialmente para que una persona de otra cultura entienda esa canción, tendrá que venirse a vivir por lo menos cuarenta o cincuenta años entre los negros del pacífico. Ellos jamás entenderán por qué para nosotros es más importante el derroche espiritual que las ganancias materiales. De África llegamos desnudos, nosotros no trajimos casas, vivíamos casi a la intemperie. Entonces es normal que seamos desprendidos de esos bienes materiales y frente a una rumba empeñemos lo que sea; por encima de cualquier cosa está nuestra alegría, y creo que eso es positivo. Por otro lado, los líderes como tú o como yo estamos en la obligación de convertir en fortaleza lo que se vea como debilidad. ¿Por qué no hacer de la fiesta de San Pacho todo un emporio social y económico? ¿Quién ha dicho que únicamente lo material genera riqueza? La gente no tiene culpa de que las expresiones culturales no sean incluidas en los planes de desarrollo. “La vamo a tumbá” es una canción muy compleja; el hecho de que se tumbe la casa para darle importancia a la diversión, a la alegría y a nuestras tendencias idealistas no significa que en esa canción no haya empresa. •Pasemos a otro aspecto: la eterna disputa entre sanjuaneños y atrateños, en un departamento con tantas expresiones regionales ¿Cuál sería la fórmula para conciliar las provincias bajo un ideal de chocoanidad? En el mundo hay dos enfoques de racismo y de disputa. Hay un racismo y un conflicto de primer orden e igualmente los hay de segundo orden. Cuando el racismos es de segundo orden a mí poco me interesa. •Entonces este sería un conflicto de segundo orden… Sí, a mí me interesan más los conflictos de segundo orden en el cual simplemente porque tú no hagas parte de mi sociedad y mi cultura yo trato de hacerte daño psicológico o físico. Es el caso del racismo que existió en estados Unidos antes de Martin Luther King; ese conflicto es el que yo combato. Por otro lado, no es que yo quiera ser pesimista, pero va a tomar años recomponer lo que divide la historia. Porque en el mundo hay unas leyes naturales y otras sociales. Un día, detrás de una paliadera en Istmina miré que había unos gallinazos negros alrededor de un podrido. Curiosamente esos gallinazos no le metieron el pico al bombo hasta cuando llegó un gallinazo blanco y lo probó. Eso me hizo entender que existen unas leyes naturales

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Yo insisto en que no soy partidario del racismo de primer orden, donde una raza trata de destruir a otra. Este conflicto nuestro es secundario y hasta cierta forma conveniente para mantener a la gente en una permanente dialéctica. •¿No será precisamente ese tipo de disputas las que no dejan que el Chocó avance? Pero mira, el día que nosotros todos nos parezcamos nuestra razón de ser debe desaparecer; el día que en el mundo todas las personas sean iguales ese día se acaba. A esas diferencias entre la gente del San Juan y el Atrato hay que sacarles provecho para el engrandecimiento del departamento. Esa parte hay que entenderla como dialéctica comunitaria que incluso puede generar desarrollo; lo que no se debe permitir es que nosotros nos matemos entre hermanos. •Un candidato negro a la presidencia de Colombia, su paisano Jesús Lozano Asprilla, ¿Cómo interpretar y concretar esa utopía? Siempre debe haber candidatos negros. Si lo lograron en los Estados Unidos, uno de los pueblos más racistas del mundo, por qué no lo podría lograr cualquiera de nuestros países. Sí se puede, lo que pasa es que es necesario aclarar que a nosotros nos esclavizaron por una razón fundamental: por no tener poder económico y político significativo para el mundo. En la medida en que no consigamos poder económico y de conciencia se nos va a atrasar demasiado ese objetivo. Nosotros somos timoratos para invertir. En su caso, Obama entendió que debía invertir plata en los medios de publicidad, y contra la crítica internacional buscó como aliados a los medios. Obama es una persona abierta, que ya sabe cómo ganar y se da cuenta de que no hay que encajonar la puerta. Como te digo, nosotros somos muy timoratos, en lugar de invertir el capital para que crezca y genere poder, lo que hacemos es guardarlo en un banco o irnos a vivir en un barrio de ricos, olvidándonos de que detrás de nosotros hay toda una comunidad negra que nos está esperando como líderes. ¿Por qué surgieron los vallenateros? Porque un empresario pagaba el trabajo fonográfico de un artista por el solo hecho de que mencionaran su nombre en las canciones. En cambio acá a un artista se le vuelve un lío conseguir un peso. Nuestros verdaderos aliados son los medios de comunicación, pero las instituciones están un poco calladas. ¡Por favor Negros que tienen la plata encaletada!, pónganla al servicio de su gente, inviértanla para que logremos meternos en las grandes estructuras políticas. Hay que empezar a hacer el trabajo que hizo Obama. El se hizo amigo de la gente que tenía poder, fuera blanco, indígena o negro. Y nunca dijo yo voy por el poder para favorecer a una raza. Nosotros también podemos aplicar estrategias de esta naturaleza.

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•Ya que caemos en el tema de Obama, ¿Cuál es la esperanza que se debe tener frente a este fenómeno? Lo que yo esperaba de él ya lo tengo. El sólo hecho de enseñarnos que siendo negro se puede cruzar cualquier barrera, eso ya es un pago. Le digo a la gente que no esperemos más, lo demás tomémoslo como una ñapa. •Pero Obama va a gobernar el país más poderoso del mundo. Estamos pendientes de qué va a pasar en Irak, en Afganistán. Qué va a pasar con las cárceles de Abu-Grahib o Guantánamo… Desde luego que estamos de acuerdo, pero debes entender que para los negros esto fue un empujón. Ya nos dijo que sí es posible. Yo particularmente digo que mientras halla una cara negra en el tarjetón de presidente, marco esa cara tal como lo hice con el doctor Jesús Lozano Asprilla. Por lo otro que tú mencionas, los problemas creados por lo republicanos, pienso que hay una gran esperanza. Por su modo de pensar, el tipo de corazón que tiene y la familia de donde viene está obligado a hacerlo. Obama tiene que aprovechar el amor que el mundo le mostró, porque fue un presidente elegido por el mundo entero. Fíjate que los pueblos que los pueblos que odian a los Estados Unidos se alegraron por su elección. •Había un deseo de cambio, un gran sentimiento en la gente de todo el mundo… Bueno ese sentimiento es voz, y las voces también ayudan a elegir. El debe aprovecha ese amor para hacer alianzas con otros países: Esas alianzas le ayudarán a aliviar la crisis con la que encontró su país. Pero si continúa con la visión guerrerista de destrucción de los otros pueblos, caería en los mismos vicios tradicionales. •Hablemos de la ley 70, que en esencia es como un catálogo de buenas intenciones en un marco de exclusión y conflicto social. ¿Qué le falta o qué le sobra a esta herramienta jurídica? A la ley 70 le falta reglamentación. Porque ni siquiera se han logrado conciliar los intereses que la misma constitución nos da. La ley 70 hay que cuantificarla, nosotros no somos solamente cualidades. No necesitamos que nos vengan a decir que somos religiosos, que ancestralmente vivimos en esta tierra. Cuando hablo de cuantificarla y hacerla efectiva quiero preguntar a cuántos ministerios tenemos derecho, con qué frecuencia debe haber un presidente negro, así como dice a cuántas hectáreas tenemos derecho. ¿Por qué no dice a cuántos senadores tenemos derecho, cuántos empleados negros debemos tener en los bancos, en los almacenes de cadena etc.? Otra deficiencia de dicha ley es que deja filtrar unos micos eleccionarios. Nuestros candidatos por comunidades negras pertenecen a grupos tradicionales.

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•Entre otras cosas la ley 70 no es producto de un proceso ni una lucha de la gente negra, sino una concesión de la oligarquía en el mandato de César Gaviria… Claro, si yo hubiera estado en el proceso hubiera dicho cuantifiquemos. En este aspecto hay grandes deficiencias por corregir. •Desviémonos hacia otro tema. Usted defendió la permanencia del nombre de Jorge Isaac Ferrer en la casa de la cultura de Quibdó, en una polémica surgida hace unos diez años ¿qué idea tiene de él? Yo lo defendía por la visión estratégica que tengo de la cultura. Las informaciones que dan las grandes empresas culturales no son necesariamente ciertas. Por ejemplo, hace poco el periódico El Siglo publicó una noticia que anunciaba que hubo en Colombia un presidente negro a quien habían pintado como blanco. Esas son estratégias que se usan para que las cosas estén acordes con la raza dominante. Entonces nosotros tenemos es que pelear porque Jorge Isaacs se tenga como nacido acá. Si hay dudas tenemos que pelear por lograr ese objetivo. Porque al lado de ese nombre lo que hay es una gran empresa socio cultural, detrás de él viene un museo, un emporio… Por eso entré a defenderlo. Cuando fui a estudiar a Europa el director de mi tesis me advirtió que no aceptaría que yo fuera a cuestionar las instituciones que ellos han construido a través de la historia. Decía: “el día que este edificio cultural se caiga caemos nosotros como imperio”. Oiga, y en el Chocó dándonos el lujo de decir que el nombre de Jorge Isaacs no merece estar aquí. ¡Por Dios! Si los chocoanos no queremos que los grandes hombres de esta tierra se sientan avergonzados, como creoque se sintió Jorge Isaacs, creemos las condiciones para que las futuras generaciones se sientan orgullosas de nuestro entorno. •Entramos aquí a otro debate: al momento de realizar este trabajo el gobierno departamental promueve la idea de cambiar la estrofa del himno del Chocó que menciona los nombres de algunos personajes ilustres nacidos acá. Surge la idea de retirar estos nombres bajo el argumento de que los enaltecidos fueron miembros de familias esclavistas. ¿Usted comparte esta iniciativa? Tú eres racista, yo soy racista, la naturaleza misma es racista. Por el simple hecho de habernos creado negros, blancos o indios, se está preparando una dialéctica natural para que la sociedad sea más perfecta. Es normal que esos señores hayan sido racistas y esclavistas, pero si por otro lado ayudaron a construir nuestra historia y forjar nuestra nación por qué no aceptarlos. Ellos por lo menos no negaron ser chocoanos e hicieron algo positivo por el país; hay que tenerlos en el himno departamental.

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En el Chocó hay muchas cosas por hacer y la gente venir a interesarse en que le cambien una estrofa al himno. Que busquen otros temas: la vía al mar, el puerto de Tribugá, la Terminal de transportes, el acueducto de Quibdó… Que se dediquen a cosas más serias. •Ahora hagamos referencia a su principal tesis pedagógica ¿Cómo debe entenderse su teoría de la “Pedagogía descontaminada”? Eso es producto de la forma como a mí me educaron desde el Colegio Luís Lozano Scipión de Condoto. Allá nos levantaron con una visión crítica; yo tuve la dicha de ser discípulo de Carlos Mosquera Asprilla. Aprendí de ese señor la rectitud. La energía que nos proyectaba nos inducía a ser inquietos y a tener deseos de investigar. Profesores como él, y otros, nos enseñaron desde muy temprano la epistemología: la ciencia que critica a la ciencia; que nada es perfecto y acabado, que todo está sujeto a una constante transformación. Esas ideas que en mí sembraron, complementadas con la estructura, los ideales y la visión de la Universidad Libre de Colombia me enseñaron que uno tiene que avanzar de manera crítica y tratar de resolver los problemas donde se encuentren. Desde cuando empecé a estudiar encontré problemas en la pedagogía, en los métodos. Me daba cuenta de que la metodología utilizada estaba cerca de la edad media; los métodos expositivos y explicativos que aun en la era de la alta tecnología continúan teniendo eco. Muchas Universidades todavía utilizan métodos ancestrales. Entonces cuando regresé a la UTCh se me pidió trabajar con los enfoque de la didáctica de los idiomas extranjeros: enfoque comunicativo y otros. Pero a medida que avanzaba iba encontrando dificultades frente a los resultados de los estudiantes, que es lo que más me interesa. Empecé a experimentar con métodos cercanos a lo etnoeducativo. Empecé a aplicar cambios en la enseñanza de los idiomas extranjeros, no enseñándolos de afuera hacia adentro sino de adentro hacia a fuera. Me explico: a los estudiantes se les enseñaban primero las características de los buses de dos pisos que hay en Inglaterra; en francés se les enseñaba primero a tomar el metro de París. Me di cuenta de que con ese sistema se tardaba mucho el proceso de enseñanza aprendizaje; lo que hice fue invertirlo: inglés y francés a partir de la plaza de mercado, de la lavandera, de la Alameda Reyes… Y cuando ya tengamos ese bagaje de lo que somos y hacemos, nos proyectamos hacia fuera. La etnoeducación es intracultural e intercultural; no es que se parte de lo de afuera, lo que se reclama es que lo nuestro también haga parte de los planes educativos. •¿Pedagogía descontaminada es básicamente etnoeducación? Diría que es necesariamente etnoeducativa, pero es un concepto más amplio y más racional. Lo que se le pide a un docente es que antes de entrar a clase busque el camino más corto, el menos complejo, el menos enredado para que sus estudiantes puedan entender la clase

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. Quitarle a la enseñanza todo lo que sobra, lo que no es de ahí; eso es lo que busca esencialmente la pedagogía descontaminada. Como consecuencia de esto, unos logros que con los métodos tradicionales se alcanzaban en dos o tres años, se logran en un semestre. •¿Qué es lo que contamina una clase? Puede haber muchas variables que incidan, pero lo que más contamina una clase es el exagerado uso de tecnicismos lexicales en el proceso. Como segundo factor tenemos la inclusión de contenidos innecesarios e improductivos en los planes curriculares y en las diferentes actividades pedagógicas. A mí para qué me tienen que decir que el vestido que llevaba la mujer de Napoleón el día de la boda era rosado. La pedagogía descontaminada está pidiendo una buena administración del cerebro, sin que se confunda con el facilismo. El esfuerzo mental del muchacho debe servirle para la vida, para el avance y la transformación de su entorno. Si podemos fusionar materias, fusionémoslas; adiestrémoslos en resumen y contracción de textos. La tecnología en cierta forma nos está ganando el interés y la motivación de los estudiantes, paradójicamente por la descontaminación de su lenguaje. El computador es altamente descontaminado en cuanto a la cantidad de conceptos que vehicula a los espectadores. No se le haga raro que un niño esté navegando en Internet y le aparezca una página pornográfica. Pero a nivel de acceso al conocimiento es totalmente descontaminado: le dice prender, pagar, entrar, salir, cancelar. Mientras tanto nosotros le estamos diciendo al estudiante que ya no se dice anular sino nulitar. Entonces llega el momento en que la educación se vuelve un conflicto de intereses lexicales antes que solución de problemas comunales. Pero la pedagogía descontaminada va más allá, porque tiene tres etapas: la primera es la descontaminación de los idiomas, la segunda etapa es descontaminar las matemáticas con un equipo internacional y la tercera etapa consiste en venderles paquetes de descontaminación a las entidades públicas, privadas y comunitarias. Así que este es un proyecto que sale del aula de clase y por eso tiene tanto impacto cuando uno lo socializa. Esto ya tiene definido su modelo pedagógico y el perfil del hombre y la mujer que se quiere formar, persigue competencias racionalizadotas para facilitar el acceso a las cosas del mundo. Repito, sin confundir facilidad con facilismo. La idea es que cuando el estudiante haga un esfuerzo mental tenga una productividad significativa. •¿Qué pasa con la dimensión dialéctica de la pedagogía descontaminada? Esa pregunta me la hizo una italiana en Cuba. Oiga bien: el cerebro humano es el mayor productor y almacenador de las formas de contaminación del mundo: ambiental, lumínica, auditiva, electromagnética o ideológica.

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Como pregona Ghandi, uno de los grandes pensadores del siglo XX, el principal flagelo que el hombre debe atacar es la contaminación industrializante, que también va a la mente del ser humano, de los intelectuales, de los investigadores para tratar de neutralizarlos y ponerlos al servicio de un imperio. Es ahí donde viene la relación: en la medida en que el cerebro tenga esos virus, lógicamente se va a dificultar el proceso de aprendizaje. •¿Qué tiene de emancipadora la pedagogía descontaminada? La pedagogía descontaminada está diciendo que hay carreras que deben durar apenas cuatro o cinco semestres en vez de diez, después de todo un proceso de descontaminación. De esta forma se acaba esa educación tradicional que se caracteriza por tener reclutado al estudiante para que desde temprana edad no le pida trabajo al sistema ni cause problemas laborales. Entonces les estamos diciendo a esos muchachos que desde mucho más jóvenes se pueden integrar al proceso de las comunidades y esta vez lo van a hacer con una mente más tranquila, con una mente más sana. Usted puede alternar ahora el trabajo con la educación porque los procesos de aprendizaje son más sencillos; así que puede alternar la educación con factores como la creatividad, la inteligencia, etcétera. •¿En quiénes aplica mejor esta nueva pedagogía? A través de mi trabajo con los alumnos me di cuenta de que en el proceso de la pedagogía descontaminada las mujeres obtenían mejores resultados que los hombres, porque esta pedagogía pide una calma para el cerebro. Me di cuenta de que, aunque algunos piensen lo contrario, sicológicamente el cerebro de la mujer está menos afectado que el del hombre. El cerebro del hombre vive más agitado porque durante el día tiene que vivir cantidad de situaciones diversas. Resulta paradójico, pero cuando preparo al hombre y a la mujer, en el proceso la mujer se dispara porque este enfoque exige mucho reposo mental, mucha tranquilidad, mucha normalidad. Y después de tantos virus y accidentes es más fácil normalizar el cerebro de la mujer que el del hombre. •Vamos al terreno local y particularmente al campo académico en que usted se desempeña, ¿por qué no se ha cristalizado la idea suya de tener un rector elegido sólo por las bases estamentarias de la UTCh? Eso sería lo ideal si se va a hablar de democracia, independientemente de quién sea el rector. Me identifico con eso de que la voz del pueblo es la voz de Dios, sin embargo tú sabes que por encima de eso están las normas que rigen el proceso eleccionario. Yo entiendo que un pueblo como el nuestro, que no ha madurado políticamente, se presta para que los políticos que han causado la gran crisis del Chocó le metan corrupción al proceso y se tomen lo único que nos queda, que es la universidad.

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Habría que hacer todo un proceso de conciliación, de repensar la universidad y la política en el departamento. •¿A usted le gustaría se rector de la UTCh? De la única manera sería que las bases estamentarias tuvieran consenso en cuanto un sólo nombre, lo mismo que pido para ser alcalde de un pueblo del Chocó. •Pero eso rompe la dialéctica… Me gusta que estés encontrando contradicciones en mis planteamientos porque de eso se trata. El pensamiento no es perfecto, es dinámico, por eso no me gusta escribir libros. Volviendo al tema, la única manera de retirarme de la universidad para ser alcalde de Condoto, mi pueblo, es que esa sea una decisión de consenso por que no quiero pelear con mis paisanos, los aprecio mucho. Me gustaría entrar en guerra con ellos, pero no que por mí haya guerra entre ellos. La verdad es que no tengo ambiciones de ser directivo de los puestos del Chocó porque afortunadamente Dios me dio una profesión muy linda: la dicha de ser maestro, que para mí es la mejor profesión del mundo. Es muy fácil construir un edificio donde va a funcionar un centro educativo, eso se puede hacer en unos pocos meses; pero construir y transformar el comportamiento de un muchacho nos puede ocupar toda la vida. Me gusta la educación porque es un gran reto para el educador. •¿Hacia dónde enfocaría su gestión si llegara a la rectoría de la UTCh? Enfocaría la visión en ofrecer al mundo, para su explotación, el gran potencial biodiverso que tenemos. Sueño con una UTCh asumiendo el liderazgo del apelativo al denominarnos como uno de los pueblos más biodiversos del mundo. Todas las instituciones se tienen que orientar por ahí, porque la biodiversidad es riqueza material, espiritual y a todo nivel. Ya es hora de que esto sea un laboratorio biodiverso y que el Chocó sea un laboratorio de la biodiversidad. Con este aspecto saldríamos de las dificultades socioeconómicas que tenemos. Sueño con ver grandes investigadores del mundo metidos acá haciendo sus tesis, conociéndonos, negociando las patentes con nosotros. Como rector asumiría el liderazgo de los registros de nuestras riquezas faunísticas y biodiversas. Ese es uno de los pasos que hay que dar; de nada nos sirve saber que tenemos tantas riquezas y tantas investigaciones cuyos resultados sólo les sirven a los europeos, a los gringos, a los japoneses o a los chinos para que desde allá simplemente hagan los registros y las patentes.

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•Precisamente el TLC que se pretende firmar con los Estados Unidos les otorga patentes a las transnacionales para que exploten la biodiversidad del Chocó sin contraprestación a la vista… Yo no estoy de acuerdo con eso; si esa negociación se va a hacer en ese nivel de desventaja y humillación es mejor que no se haga. Si la gente de otros países va a venir a investigar debe saber que el Chocó es de nosotros para el mundo, y no del mundo para nosotros. •¿Cuál es el legado que Octavio Panesso Arango deja a las nuevas generaciones del Chocó? Es la dicha de ser maestro. El hecho de saber que formé tantas generaciones con una nueva mentalidad, un nuevo enfoque que creo que muy pronto se estará tomando el mundo. El resumen de mi vida, además de lo cultural, es la pedagogía descontaminada, mi pensamiento pedagógico. No tengo el propósito de dejar mi nombre en la mente de ninguna persona, sino meterme al desarrollo integral y hacer un servicio a través de la limpieza del cerebro. Esto es lo que les voy a dejar a mis hijos, a mi familia y a las nuevas generaciones.

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JOHN HERBERT VALENCIA BARCO La sotana irreverente. Por sus posturas y conceptos referentes al sórdido acontecer regional, en el mundillo académico del Chocó se cataloga a este sacerdote, sociólogo y antropólogo javeriano como un “negro blanqueado”. Él evade el apelativo con una profusa argumentación. Por varias décadas ha sido profesor titular del programa de ciencias sociales en la Universidad Tecnológica del Chocó, a pesar de lo cual no esconde sus críticas a este centro de educación superior, en especial a su personal discente. Desde un pequeño espacio radial llamado “El minuto inquieto” fustiga a la juventud chocoana, a la que califica de facilista e indiferente. Para obtener su doctorado en antropología, este noviteño nacido en 1936 realizó estudios de postgrado en Zaire, hoy República del Congo, en pleno corazón del África subsahariana, lo que le ha permitido establecer claras diferencias comportamentales entre el negro de aquí y el de allá. Para él no hay dudas de que tener el mismo color de piel no hace idénticos al africano puro y al afrodescendiente americano, asiático o europeo. Precisamente en su trasegar profesional se ha empeñado en demostrar el origen triétnico de la gran familia chocoana, a despecho de quienes ven en el Chocó una réplica completa de la madre África. Sus obras escritas van de la investigación antropológica al análisis socioeconómico. He aquí algunos títulos: La compañía minera ChocóPacífico y la explotación económica y social en el Chocó, survances bantus au Chocó Colombie, Mitos y leyendas en el Chocó, Antropología de la familia chocoana, ¿Una raza tiene su propia cultura? Con este último sostuvo, en la década de los años 80, una interesante polémica con el intelectual y académico Néstor Emilio Mosquera Perea, a través de un leído mensuario regional. Por sus investigaciones en el campo antropológico, el presbítero Valencia Barco estuvo postulado por Colombia al prestigioso premio Príncipe de Asturias, junto al historiador Jaime Jaramillo Uribe. Se dice que su vida no ha sido precisamente ascética, sin embargo en muchos de sus trabajos critica la concupiscencia del hombre chocoano. Ha sostenido que “La cultura chocoana es causa principal de nuestro atraso”

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Aduciendo además que la organización familiar, política, religiosa y educativa no dan esperanza de desarrollo regional. Asiduo colaborador de la prensa regional, en alguna ocasión escribió un urticante artículo titulado “A veces me arrepiento de ser chocoano”; éste y otros escritos suyos lo convierten para muchos en un enemigo de la chocoanidad. Opina igualmente que la ley 70 es la legalización de la discriminación racial en Colombia, puesto que nos aísla del resto de nuestros compatriotas. Ha sostenido controversias con los dos últimos obispos de la diócesis de Quibdó: Jorge Iván Castaño Rubio y Fidel León Cadavid Marín. Llegó a afirmar que la iglesia católica no les da a sus feligreses suficientes alternativas de buen vivir, y aduce a esto la posible causa del crecimiento de las sectas religiosas y la baja práctica del catolicismo en sí. Es un opositor declarado del celibato en la iglesia católica, al cual se refiere como una frustración para la condición humana de los sacerdotes. Animador de interesantes polémicas, crítico de la indeferencia de la juventud, ácido y controvertido. Aquí tratamos de presentar al padre Hérberth de cuerpo entero. Se intuye desde la amable carta con la cual nos remitió sus respuestas: “… están fundadas o son expresiones de mis propios valores, mis estudios de sociología, antropología y de la modernización o actualización de mis principios teológicos, incluyendo las experiencias vividas en diferentes espacios (África, Europa y países de nuestra América) como también las diferentes etapas de mi desarrollo psico-físico-social”. •Usted ha dicho que el pensamiento del hombre chocoano es infantil, ¿en qué se basa para hacer esta afirmación? En repetidas ocasiones y escritos que el hombre chocoano, en un 70 u 80%, es niño debido a su comportamiento. Basta con analizar las teorías de Jean Piaget o comparar la conducta de un niño con un adulto y usted podrá sacar la conclusión. En el hombre verdadero se notan las influencias de la parte mental, mientras que en la mayoría de los chocoanos se nota y sobresale su parte animal, es decir lo biológico, emotivo y sentimental. El hombre chocoano es más primario que secundario, su placer está en los sentidos, elige lo gustativo; muy poco se motiva por lo trascendental, es conformista y mediocre… •¿Cómo derrotar el individualismo del ser chocoano? Para mí el chocoano no es individualista porque ni siquiera se preocupa por su autoestima: en el porcentaje antes indicado, el chocoano es oportunista, lo que le impide desarrollar su individualidad. Ser individuo es sentir el “yo” y saber que “yo soy”. El egoísmo es el acaparamiento de las cosas sin tener conciencia de para qué sirven. El hombre mental tiene y busca valores trascendentes, no solo valores biológicos sino también espirituales. La mayoría de chocoanos sólo viven del “hoy” sin pensar ni importarles el “mañana”; no busca relacionarse con otros mundos y personas sino sólo con “los suyos”, por lo tanto es gregario y rural. Su lógica es lo que le conviene, a lo tuyo con la razón o sin ella.

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•Según le entiendo, el hombre chocoano no es individualista sino egoísta, pero ¿relacionarse con los suyos no es cosa de todos los pueblos? El hombre individualista tiene consciencia de su unidad personal, por eso indiviso: es decir, no se deja invadir, no se deja manosear. Pero el hombre egoísta todo lo quiere acaparar aun vendiéndose sin darse cuenta. Esto es fácil de observar en tiempos electorales, o en el reparto de los puestos públicos, o entre los que se roban la “res pública”. Cuando me relaciono con los demás lo hago porque necesito de ellos (ser social) o por acapararlos. Ser social es relacionarse con los demás porque los necesito para mi crecimiento social, material, espiritual, para llegar a ser hombre. Pero ser egoísta es aprovecharme de los demás. •¿En qué dimensión debe tomarse la africanización del ser chocoano? Todos los hombres participan de una misma naturaleza y en este sentido todos somos uno y el uno también está en el todo. Todos participamos de la civilización griega, romana, judía, africana, cristiana, musulmana, pagana etc. Todos somos uno en esencia y sustancia, la diferencia sólo la ponen el tiempo y el espacio, los cuales traen oportunidades que el hombre racional es capaz de descubrir y aprovechar. Poseemos los mismos elementos culturales africanos que con tanta ignorancia se reivindican, también tenemos de los indios y los españoles. Hoy más que nunca el concepto de unidad humana se vive en el concepto de la globalización sin negar las diferencias espacio – temporales. Si se dice que África es la cuna de la humanidad, no es por su cultura ni mucho menos por la pigmentación de la piel de sus habitantes, sino por las condiciones climáticas y geográficas que propiciaron su evolución. •Está claro que el ser chocoano es una mezcla de sangres europeas, indoamericanas y africanas, ¿eso nos redime o nos condena? Ninguna herencia biológica determina el desarrollo del ser humano: es su propia dinámica, su automovimiento, la visión que tenga de las cosas, el tipo de relaciones que tenga con su entorno físico y humano. La herencia sólo predispone, no ejecuta; no determina, no me hace tal o cual, pues cada uno es dueño de su destino. Todos nacemos “tabula rasa”, vacíos, vasija que se va llenando con el proceso de aprendizaje. Nadie salva o condena a nadie… cada uno elige lo suyo. Aquí podría evocarse la ley de causa y efecto. La herencia no hace, la herencia predispone. •Entonces se puede alegar que la mayoría de los chocoanos nacemos predispuestos a ser pobres. Nadie nace pobre o nace rico. Todos los hombres nacemos “tabula rasa”, vacíos, sin nada. Por nuestro medio ambiente físico y social voy adquiriendo los elementos para mi futuro, para mi enfrentamiento con la vida. Y aunque mis padres me proporcionaron una serie de elementos o genes, éstos no se desarrollan sin la influencia de mi medio ambiente físico y social. La cultura de mi sociedad es la que me proporciona el desarrollo de los elementos de la herencia.

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Usted y yo como chocoanos nacimos predispuestos a ser ricos o pobres material e intelectualmente, porque yo me hago hombre relacionándome con los demás hombres. •¿Alguna vez lo han tildado de racista? Sí, algunas personas me han tildado de racista porque no saben en qué consiste el racismo y porque tampoco conocen el concepto de raza. También me han tratado de ateo por la nueva concepción que tengo de Dios. Reconozco que antes de ir a estudiar a África defendía la pigmentación “negra”, pero hoy reconozco que lo hacía por ignorancia, como también son ignorantes los que me tratan de racista. El racismo es la expresión de la ignorancia. •¿Cómo conciben el racismo aquellos que lo tratan de racista? Insisto en que el racismo es efecto de la ignorancia y la incapacidad mental de aceptar las diferencias junto con las semejanzas. La mayoría de la gente cree que el racismo está fundado en la pigmentación, pero para mí esta posición del racista sólo es un pretexto para aprovecharse del otro, por el color. El racista “blanco” me trata de racista porque piensa (en su ignorancia) que yo me apego a mi pigmentación; y el racista “negro” porque cree que soy “acomplejado” y me siento inferior por la pigmentación que tengo. •Usted complementó sus estudios en Zaire, antiguo Congo belga, cuando estuvo allá quedaban rezagos de la ideología de Patricio Lumumba? Cuando estuve en el Zaire el recuerdo de Lumumba era ya algo del pasado porque Mobutu Sese Seko se presentó como liberador de ese país; por lo tanto el recuerdo de Lumumba estaba en la tradición del pueblo. Por el contrario se buscaba acabar con su memoria, y la de todos los líderes anteriores, por el aspecto salvador y divino con que se presentó Sese Seko, el cual se creía enviado de Dios y de los antepasados muertos. •¿Cómo lo trataron en África? En África, en el Congo belga, me discriminaron, me trataron como “americano” y como descendiente de esclavos, pues ellos no son descendientes de esclavos como los negros americanos. Por eso sienten que nosotros no somos nada con ellos. Pues tienen razón, la cultura africana no es la misma cultura del “negro americano”. Sólo la ignorancia histórica puede imaginar que tenemos elementos culturales de algún pueblo africano, pues el concepto de cultura entre los africanos se determina por la pertenencia a un grupo lingüístico y no por la pigmentación. El aspecto lingüístico conlleva a tener el mismo modus vivendi entre ellos. Y como en África subsisten más de 350 lenguas, esa misma cantidad de culturas hay.

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•Usted se recibió de sociólogo en la década del 60 ¿qué influencia recibió de personajes como el sacerdote liberacionista Camilo Torres, por ejemplo? Cuando comencé mis estudios de sociología en la javeriana de Bogotá, estaba el boom de Camilo Torres. Ello me determinó que formara parte de un grupo marxista de universitarios de la Universidad Nacional y la javeriana, allí me empapé del movimiento camilista que influyó en toda mi personalidad: con decirle que sentía vergüenza de ser sacerdote, casi “cuelgo la sotana”. Hubo un tiempo en que no aceptaba el Dios cristiano (¿ateo?). Pero todo ello me ayudó bastante a poner mis ideas en orden. A reestructurarlas. Eso me ayudó a un lavado mental de lo cual hoy me alegro y le agradezco a Dios. Fue tal el influjo que al llegar de nuevo al Chocó, por los artículos que me publicaba EL ESPECTADOR, me llamaban el Camilo chocoano. Estuve amenazado por la cuarta brigada de Medellín y en Quibdó formé mi grupo especial… •¿Cuál fue, en su concepto, el error del padre Camilo? El sacerdote Camilo Torres, como todo buen discípulo del marxismo, apoyándose en la historia creyó que el poder está en el fusil, en las armas; como también creyó en la unilinealidad de la historia, es decir que ésta se repite en todos sus elementos, grandes y pequeños. Desconocía que la historia sigue las leyes de la evolución cósmica: descendencia con modificaciones. Su afán de cambio, su desilusión, el desamparo de sus correligionarios y su deseo de dar ejemplo de entrega lo llevaron a tomar las armas. Pero también confió más en los hombres que en Dios, cuando yo creo que debió tener un equilibrio: creer en los hombres y también en su unión con Dios. El verdadero cambio humano debe partir de la mente, de la razón de lo interior para que opere en la parte social. •¿Qué impresión tiene de los abanderados de la Teología de la liberación, como Leonardo Boff y otros? La Teología de la Liberación es un nuevo modo de concebir las relaciones hombre-Dios según los nuevos tiempos, según el proceso evolutivo de nuestra cosmogonía. Es la concepción de que el hombre no es esclavo o manumiso de Dios, sino un ser que debe jugársela en este mundo utilizando todo el potencial que el mismo Dios le entregó; es no vivir apegado a la letra de una ley de hace más de dos mil años, como tampoco vivir esclavo de una religión manipulada por hombres que en nombre de Dios se autonombran sus representantes. Es verdad que la religión debe darle ciertas normas y orientaciones al hombre, pero sin quitarle su libertad, pues en última instancia el hombre es responsable de su destino. •¿La religión tiene algo de “opio del pueblo” como lo sugería Marx? La religión es un arma de doble filo: esclaviza o libera, según como se manipule o interprete. La religión es como la primaria o el kínder en la formación del niño.

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Así como no se puede ser liberal o conservador ciento por ciento, tampoco en lo religioso, pues todas las religiones tienen algo que le sirve a uno. Así como en ciencia la heterogeneidad es importante (ley de los contrarios) también ocurre en lo religioso. Ninguna religión tiene la verdad absoluta, sólo Dios es absoluto. Por ejemplo, usted sabe que en gran parte el capitalismo tiene su origen en la ética protestante; cuando la religión no libera a las personas se constituye en opio como aconteció con nuestro pueblo chocoano. •Se puede colegir entonces que es el absolutismo lo que convierte en opio a las religiones. Cuando cada religión cree que ella es la única fuente de conocimiento del ser superior, busca manejar toda la personalidad del hombre a través del miedo presentando al ser superior como el “coco”, el policía, el castigador, el que tiene el poder absoluto para destruir, castigar y condenar. Esta forma de presentar a Dios no permite que yo desarrolle mi personalidad a mi manera sino como quiere la religión: todo opio emborracha, duerme, lo convierte a usted en otro, pero no en usted mismo. •Usted ha mostrado sus reservas con respecto al celibato sacerdotal. El celibato sacerdotal nació como represión al libertinaje, la prostitución y corrupción sexual que existía en los primeros siglos del cristianismo, por lo tanto su origen no es evangélico ni mandato de Cristo. El celibato debe ser de libre opción para que cobre su precio de virtud o de carisma. Y todo carisma debe estar al servicio de los demás. ¿Qué servicio o beneficio reciben los cristianos porque sus sacerdotes sean casados o solteros? Más se bien se perjudican con los escándalos protagonizados por los sacerdotes. En realidad, el celibato va en contra de los derechos del hombre y cuando se opta por él por obligación, sin carisma o virtud, se va contra natura. Además, entre los hombres no puede haber leyes inmutables y eternas porque todo en el hombre está sujeto a la gran ley de la evolución. Me haría interminable hablando de este tema. •¿Cómo debe el negro chocoano asumir el cristianismo? Ninguna ideología debe tomarse en función de la pigmentación, por lo tanto el Cristianismo no es una opción según el color de la piel. El término ideología se deriva entre otras cosas de la palabra idea, y las ideas dependen del desarrollo mental del hombre. La religión es parte de la cultura de un pueblo y toda cultura, según la antropología, es efecto del quehacer del hombre en su medio. El Cristianismo, como cualquier idea, se asume en función del desarrollo mental de la persona influenciada. Las influencias están en el medio ambiente físico y social. El color de piel no produce ideas, éstas se producen en la mente. Hablar de “cultura negra” o de “etnia negra” implica ignorancia y racismo.

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El cristianismo debe asumirse como un reto para la superación, un desafío a la evolución mental y la asunción de valores superiores. •Alcides Rojas, Eduardo Antonio Rosero, Hérberth Valencia y luego muchos más, ¿es difícil para un negro hacerse sacerdote? El racismo o elemento pigmentario hoy por hoy es menos virulento, este tipo de racismo está tomando otra forma: la xenofobia. Ahora en el mundo no se rechaza al otro por su color de piel sino por su cultura, su comportamiento. El chocoano hoy es rechazado no sólo por su color de piel sino sobre todo por su comportamiento: el ruido, el desorden, la bulla, la indisciplina, su forma de divertirse, las relaciones con los demás, etcétera. Las prevenciones contra los chocoanos se basan principalmente en estos parámetros, sin negar el poquitín de influencia del color. Porque con la idea del color van impresas todas estas conductas: ser negro implica ser desordenado, bullicioso, indisciplinado… Es lo que se llama estereotipo. •Se rumora una división racista en las entrañas de la iglesia católica chocoana, ¿qué tiene esto de cierto? Toda lucha entre los hombres está determinada por la obtención del poder: político, ideológico o económico. Esto mismo pasa dentro de la curia o en el clero, se busca el poder. Esto no puede negarse en el clero chocoano. Algunos llaman racismo a este fenómeno dentro de la iglesia chocoana, con este sobrenombre se disfraza la lucha poder en el manejo de lo económico o la ganancia de espacios claves. Los que ostentan el poder en la curia chocoana tienen la pigmentación clara por eso se percibe como racismo, pero en el fondo se descubre otra cosa. Yo he sostenido que mientras el clero “nativo” no tenga una preparación académica excelente y en universidades presenciales no podrá tener el verdadero poder e influir en el cambio estructural del Chocó, añadiendo a lo anterior el rechazo a las ideologías de las negritudes, expresión de la ignorancia y el racismo. •Pasando a otro tema, ¿La Universidad en el Chocó no produjo más bien un efecto placebo en la región? La UTCh no sólo ha sido pasiva o inactiva en el proceso o situación regional sino que ha perjudicado al Chocó con la titulación de licenciados en serie, pero no en serio. No me equivocaría en afirmar que el 80 ó 90 por ciento de los egresados y actuales estudiantes ingresaron a ella no por amor a la ciencia o deseos de obtener nuevos conocimientos de la realidad chocoana sino por snobismo o por obtener mejores ingresos económicos. Los docentes de preescolar, escuelas y colegios son egresados de ella… ¿y acaso se ve un cambio positivo y ascendente entre los estudiantes? A mi parecer estamos peor en materia de urbanidad, de valores, de autoestima, de civismo y de costumbres. Más aún: la UTCh ya no es levadura sino que pertenece a la estructura corrupta del Chocó. Por ahí entran y salen los corruptos, se compran y venden votos; las elecciones al consejo superior y a la rectoría valen millonadas de pesos, esto es un secreto a voces.

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Las estudiantes ganan semestres vendiendo su cuerpo, los varones pagando dinero. La mayoría de los docentes son gestores del bajísimo nivel académico, acolitados por los estudiantes mediocres. Es bueno reconocer que también hay buenos profesores y muy buenos estudiantes; para sólo el diez por ciento en uno y otro bando. La UTCh es un antro de prostitución, mediocridad, vulgaridad… allá residen todos los vicios en máximo grado. Lo digo yo que soy docente. Universidad significa pluralidad de ideas, diversidad de opiniones, no de vicios. •¿A qué podemos atribuir la superficialidad del estudiante chocoano? La homogeneidad no es dialéctica y sólo a través de esta se templa la personalidad y por lo tanto ha opción de elección. La vida del chocoano es muy monótona y rutinaria; siempre tiene en su espectro mental lo mismo: el mismo entorno físico y ambiental, la misma comida. La vida social es muy cerrada, se ejerce el paternalismo… No hay diversidad ni dialéctica. Por eso sigo sosteniendo la necesidad del mestizaje cultural. En el Chocó los padres conviven mucho tiempo con sus hijos, proporcionándoles todo y sin exigencias: Cuando los hijos forman sus hogares sigue la manipulación de los padres y el atenimiento de los hijos. Los padres consideran a los hijos como propiedad privada, por ellos se sacrifican hasta la muerte, y a su vez los hijos se sienten con derecho a una paternidad biológica eterna. Todo lo anterior determina la superficialidad, la falta de carácter y un desfase de la verdadera visión de la vida. •Por último, ¿cómo se explica aquella proclama con la cual usted cierra sus intervenciones radiales: “hasta la próxima si Dios y yo queremos”? De acuerdo a mi visión del mundo el hombre es efecto de una existencia superior y por ende participa de ella. Si esa existencia superior es libre, sabia omnisciente, poderosa, inteligente… el hombre como efecto de ella debe participar aunque sea en un mínimo grado, así como el hijo en relación a sus padres pero sin depender de ellos toda la vida y en toda circunstancia. Debe el hombre poner en función todos los atributos recibidos. Yo no puedo considerarme un títere en el accionar de esa existencia superior, hay cosas exclusivas de ella y otras mías; cuando no pueda por mí mismo entonces busco ayuda: a Dios rogando y con el mazo dando. Con padrenuestros no voy a solucionar mis problemas, debo poner también mi esfuerzo personal. Repito, la religión es una espada de doble filo: esclaviza o libera. Depende.

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EFRAIN GAITAN ORJUELA El Curita buscapleitos. Llegó al Chocó como misionero de la orden claretiana en 1967, desterrado “a voluntad propia” porque quería servirle a Dios a través de los más pobres y desamparados. Arribó por azar a la apartada población de Bellavista, a orillas del río Atrato, cargando consigo un equipo transmisor de radio y un mimeógrafo, aperos tecnológicos que alimentaban su pasión por el periodismo. Traía la Biblia bajo el brazo y el corazón fruncido por la injusticia social que tanto ayer como hoy se impone en el país. El año anterior, en Patio Cemento Santander, había sido muerto en combate el cura guerrillero Camilo Torres Restrepo, por quien Gaitán no ocultaba sus simpatías. Era una época de gran agitación social en la que algunas corrientes progresistas del clero latinoamericano, aupadas por el franciscano brasilero Leonardo Boff, tomaron partido a favor de los desposeídos, en el movimiento que se conoce como Teología de la Liberación. Ego (por las iniciales de su nombre) venía de coordinar “El Voto Nacional”, la más influyente revista católica del momento, de cuya dirección fue removido por exteriorizar en radio y televisión su simpatía por las tesis políticas del popular cura rebelde. La primera llama de su pasión periodística se encendió en el seminario claretiano de Bosa, donde dio vida a tres periódicos estudiantiles: el periscopio, Ki-tob (que traducido del hebreo significa cosa buena) y el polvorín. En territorio italiano, mientras se diplomaba en Ciencias y Técnicas de la Opinión Pública, escribió su libro más polémico, “La clave del éxito periodístico, normas prácticas para aumentar la tirada de periódicos y revistas”, publicado en 1965 por la editorial Hérder de Barcelona, España. Corría el mes octubre de 1966 cuando Gaitán, para la época párroco del barrio La Joya, de Bucaramanga, vio en El Espectador el despliegue noticioso de un gran incendio que arrasó el centro de Quibdó. Convocó entonces la solidaridad de los bumangueses y envió a esta capital varias cajas con víveres y otras ayudas. Ese mismo año, por desacuerdos con sus superiores jerárquicos, envía una carta al vicario apostólico de Quibdó, Pedro Grau y Arola en la que “le suplicaba casi con gemidos que me recibiera en el Chocó y me destinara al sitio más inhóspito y difícil, donde la presencia del sacerdote fuera más urgente” Ya en el corazón de la selva, despojado de las comodidades citadinas, fundó la emisora “Ecos del Atrato” y empezó a publicar una hojita escrita en

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De periodicidad indeterminada, llamada “Presente”. Así, este sacerdote bogotano, de reconocimiento mundial, vino a convertirse en un chocoano más.Desde ese entonces Gaitán ha fundado varios periódicos y escrito algunos libros que son de consulta obligatoria para los estudiosos de periodismo y del tema chocoanista. De su minerva son los dos tomos de “Grandes del Chocó”, “Rastros y rostros del periodismo chocoano”, “El Chocó de la A a la Z”, “Confesiones de un misionero del Chocó”. Antes de llegar a esta tierra de lluvias eternas había escrito “Anécdotas sobre periódicos y periodistas”, “La clave del éxito periodístico” y “Biografía de las palabras”, estos dos últimos de resonancia internacional por la particularidad de su temática. La obra cívica y espiritual de Efraín Gaitán en el Chocó se empezó a desarrollar desde su llegada a Bellavista, donde bajo su liderazgo se construyó en concreto la recién erigida parroquia de San Pablo y el colegio comunitario César Conto; para paliar las enfermedades tropicales impulsó la construcción de un modesto puesto de salud al que bautizó “Hospitalito Pablo VI”. En 1973 fue trasladado a Quibdó, donde además de potenciar la emisora amplió el tamaño de “Presente” y fundó la imprenta “Gráficas Camilo”. Ya instalado en esta capital, inicia la construcción del parque La Gloria en la deprimida zona norte. En estas más de cuatro décadas de convivencia entre nosotros, el cura Gaitán ha peleado con casi todo mundo: los comerciantes, la prensa, los políticos y hasta la misma iglesia. Son históricos sus enfrentamientos con Raúl Cañadas, Marino Bejarano, Carlos “El Mono” Díaz Carrasco, los hermanos Odín y Patrocinio Sánchez Montes de Oca y el obispo Jorge Iván Castaño Rubio, por sólo mencionar algunos contendores. En cada edición de sus periódicos va un dardo, una puya o una acusación contra un juez, un alto funcionario, un político o un sacerdote. Las respuestas tampoco se han hecho esperar: van desde la solicitud de rectificación y el reclamo airado hasta la trompada limpia. Por su espíritu conflictivo, Gaitán fue retirado del sacerdocio católico hace ya varios años, lo que no ha obstado para que este bogotano reafirme su fe en la doctrina cristiana. Pero con todos los defectos que pueda tener, los nativos de esta tierra tenemos que reconocer en Efraín Gaitán un hombre de gran valía para la chocoanidad. Por mucho tiempo su periódico “presente” fue el principal órgano de difusión del acontecer regional, aunque con la botana de su estilo un poco áspero . En ese mensuario leímos las interesantes opiniones de don Ramiro Ortiz Hurtado y Andrés Fernando Villa; las enriquecedoras polémicas de los intelectuales Néstor Emilio Mosquera Perea y John Hérberth Valencia Barco, los versos enamorados de Ventura Díaz Chaverra y los comentarios rebeldes de su hijo Ventura Díaz Ceballos.

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En los micrófonos de “Ecos del Atrato” se iniciaron y pulieron sus voces los más afamados locutores de la comarca; en esa estación radial se dieron a conocer los timbres de Gildardo Figueroa Rentería, Eugenio Perea García, Resnel “El Rey” Mosquera, Rosa Omaira Moreno, Eduardo Hálaby, Maritza Ortiz, Jairo Rivas Chalá, el trío de hermanos Oscar Enrique, Luís Mario y Jorge Iván Echeverry, Emil Nauffal, Gustavo Vélez, Pedro J. Echeverry y muchos otros. Igual que todos los hombres de su talante, Gaitán ha sido tentado por las aspiraciones políticas: finalizando la década de los años ochenta, aprovechado la rebeldía popular que replicó del paro cívico de 1987, lanzó su nombre como candidato al concejo de Quibdó y logró un escaño en el cuerpo edilicio; en el año 2000 se postuló a la alcaldía capitalina, pero no consiguió los votos suficientes. Con más de 80 años de edad, o “en el ocho pisos” como se declara él, actualmente se ocupa de la edición del periódico “El Chocófilo”, incendiario, como todo lo suyo, y practicante de la “sensacionalidad” término que usa para lo que otros conocen como sensacionalismo. Prepara además su regreso a las sotanas y al púlpito para seguir cultivando la doctrina de Cristo. * ¿Qué tiene el Chocó para que un cura culto y de abolengo venga a encerrarse más de cuarenta años acá? Lo de abolengo sobra, pues provengo de una familia de clase media. Mi padre fue un forjador de verjas, puertas y ventanas metálicas, y mi madre un ama de casa a quien le correspondió criar seis hijos. Nací en Bogotá, muy cerca del templo del “Voto Nacional”, construido por los Misioneros Claretianos para cumplir el “voto” hecho por el gobierno nacional de levantar un santuario al Corazón de Jesús si transcurrían varios años sin guerra civil en Colombia después de la de los “Mil días”. De monaguillo en ese templo pasé al seminario claretiano de Bosa. En 1955 asumí la dirección de la revista “El Voto Nacional”, de la que me destituyeron por apoyar las tesis revolucionarias del Padre Camilo Torres Restrepo. Por no estar de acuerdo con mi superior religioso en mi nuevo destino de párroco en un modesto barrio de Bucaramanga, solicité traslado a las misiones del Chocó, a donde paraban los sacerdotes rebeldes de la comunidad claretiana o los que se sentían con vocación de servir a Dios en los más pobres, olvidados y maltratados. Yo estoy en el Chocó hace 43 años por los dos motivos.

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•Una de sus primeras empresas se llamó “Gráficas Camilo” en honor al cura guerrillero. ¿Conoció usted a Camilo Torres Restrepo? Luego de 6 años de permanencia en el municipio del Medio Atrato BojayáBellavista y de mi traslado a Quibdó, organicé una imprenta que se llamó efectivamente “Gráficas Camilo” en homenaje al llamado cura guerrillero Camilo Torres Restrepo. En 1959, a los pocos meses de mi ordenación sacerdotal, los miembros de una institución francesa que tenía por objeto fomentar entre sus socios la filiación divina y que se denominó “Foyer” (Hogar), me invitaron a una reunión en una elegante mansión de Chapinero, el barrio más distinguido de Bogotá. Allí conocí al Padre Camilo Torres, quien acaba de regresar de Lovaina (el que va a Lovaina, vuelve con su vaina, se decía en ese entonces) y que sólo llevaba poco tiempo como capellán de la Universidad Nacional. Recuerdo perfectamente que mi colega (casi de la misma edad) se destacó en ese encuentro por sus apuntes geniales, sus dichos agudos y oportunos, signos evidentes de una inteligencia no común. Más tarde, hacia 1965, a mi regreso de Roma y ya como director de la imprenta y de la revista El Voto Nacional me llamó por teléfono para que le imprimiera un periódico que se llamaría “Frente Unido”. Pero en consideración tal vez a que me podría comprometer ante la comunidad claretiana, prefirió acudir a la Editorial Canal Ramírez. No por esto me libré de la persecución de mi comunidad, pues sabedores los superiores que preparaba una edición de la revista “El Voto Nacional” en apoyo a Camilo, me destituyeron de su dirección y me desterraron primero al departamento de Santander del Norte (Zulia, cerca a Cúcuta) y luego al del Sur (Bucaramanga). •¿Usted Prefirió el ejercicio del periodismo antes que tomar las armas? Más que preferir el periodismo, preferí el ejercicio apostólico de mi sacerdocio con el propósito de dilatar el reino de Dios, de que la gente del Chocó conociera a Jesucristo, lo amara, adorara y sirviera, cumpliendo sus mandamientos. La prensa, la radio, el colegio que organicé en Bellavista los consideré siempre medios para lograr estos ideales y nunca fines. Cuando Camilo decidió empuñar las armas, yo me encontraba todavía en Bogotá. Recuerdo que muchas personas amigas y familiares me entrevistaron y me llamaron para preguntarme si pensaba seguir los pasos de Camilo. Yo más tarde los seguí, pero mientras él se fue a la selva a matar gente, yo me fui a la selva chocoana a tratar de hacer algo por el pueblo. Conservo un recorte de “El Siglo”, de Bogotá, firmado por el excelente periodista Hugo Ochoa, jefe de redacción del periódico. Cuando leí el titular CAMILO EN LA SELVA, pensé que re refería a Camilo Torres Restrepo, pero no. Dice así: "CAMILO EN LA SELVA Hace varios días que se encuentra en Bogotá el Padre Efraín Gaitán Orjuela. Es una versión del Padre Camilo que se ha querido glorificar equivocadamente por donde no se debiera.

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Gaitán es el sacerdote católico que profundamente conmovido por las injusticias sociales, por el abandono del prójimo, por resolver los inmensos problemas que padecen millares de colombianos, hace varios años se internó en la selva. No para lanzar manifiestos, ni para matar humildes soldados o policías, o para recibir dinero foráneo y armas que permitan corromper la conciencia de los buenos campesinos. El Padre Gaitán evangeliza con su ejemplo, reclama ayuda para sus obras, trabaja por los negritos chocoanos con verdadero amor por ellos, padece a su lado y ya ha realizado muy buenas obras de progreso. La ayuda ha sido precaria, porque el castrismo no colabora para fundar escuelas, ni para construir refugios, ni para establecer centros de salud, fábrica de velas o algo que atienda la necesidad ajena. Ahora el Padre Gaitán está preparando una edición extraordinaria de su periódico PRESENTE, guía de la esperanza de millares de colombianos abandonados. Ojalá que encuentre cooperación anunciadora a raudales. Y ojalá tuviésemos centenares de Padres Camilo, como éste". José Hugo Ochoa. •¿Se puede ser sacerdote y revolucionario a la vez? No solamente se puede sino que se debe. El sacerdote es otro Cristo y Cristo ha sido el mayor revolucionario en la historia de la humanidad, tanto que por serlo terminó clavado en una cruz y desde ella pidió al Padre perdonar a sus verdugos, porque no sabían lo que hacían y en su vida pública nos ordenó orar por nuestros enemigos y por los que nos persiguen. Dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Buscar primero el reino de Dios y su justicia… No solo de pan vive el hombre. Amar a todos como yo os he amado. Quien se crea sin pecado, tire la primera piedra. El rico que confía en sus riquezas no entrará en el reino de los cielos. Es más fácil que entra un camello por el ojo de una aguja que un rico al reino celestial. Id malditos a las tinieblas, pues me vieron con hambre y no me dieron que comer, me vieron sediento y no me dieron agua (no se refería a él, sino a sus amados hijos los pobres). •Usted construyó el templo de Bellavista en donde las FARC en el año 2002 masacraron a 119 personas, entre ellas 45 niños, ¿qué recuerdos tiene de su iglesia antes de tan espantosa hecatombe? Dice usted bien “hecatombe”, pero le agrego, fue más que una hecatombe por que los griegos usaban ese término cuando sacrificaban para sus Dioses paganos la inmensa cantidad de 100 bueyes. Ese 2 de Mayo los inhumanos de las FARC sacrificaron a 119 personas en pocos minutos en la cabecera municipal de Bojayá. Recuerdo lo que escribí en mi diario: “la primera preocupación del misionero a su llegada a Bellavista fue la construcción de un templo de modestas proporciones. A pesar de la dificultad del acarreo de los materiales, cemento, varillas, piedrilla, etc. La obra se hizo en el tiempo récord de 9 meses. Como dato curioso anoto que la cruz que remata la fachada es de una sola pieza, sacada de un árbol encontrando por un campesino cerca de Bellavista, los brazos están retorcidos y en un extremo aparecieron espinas sobresalientes que semejan clavos”.

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Cuando me comunicaron que el Cristo de la iglesia había sido destruido lo primero que pensé fue en la cruz de la fachada; cuando me presentaron la foto del Cristo desfigurado por la explosión del cilindro-bomba, caí en la cuenta de que se trataba de un crucifijo adquirido en Medellín gracias a la colaboración del entonces obispo Pedro Grau Arola y de muchos bellavisteños que dieron sus aportes. Esa iglesia con esa cruz de madera en lo mas alto de su fachada fue la que sirvió de tumba a 119 cristianos, después de 34 años de construida. •¿Qué sintió al ver esa imagen de Cristo mutilado? Un inmenso dolor que se une a otro dolor: Primero el de las victimas y segundo el de la profanación de una imagen sagrada. Puede usted imaginar el dolor que sentí y la desgarradura del corazón cuando me enteré de esa tragedia, la peor en 40 años de violencia en Colombia, precisamente en la iglesia que construí entre 1967 y 1968. •Sus periódicos son tildados de amarillistas. ¿Los considera así? Efectivamente, en el transcurso de estos largos años en que he ejercido el periodismo en el Chocó, varios ciudadanos, especialmente los afectados por mis denuncias, me han tildado de sensacionalista, escandalístico y amarillista. ¡Pero si fuera esto sólo! Cuando en 1964 apareció en España (Barcelona) mi segundo libro, (el primero fue “Biografía de las Palabras”), titulado “La clave del éxito periodístico” no pocos me tacharon de favorecedor del sensacionalismo en la prensa. El subtítulo del libro es: claves para aumentar el tiraje de los periódicos, y está confeccionado a estilo norteamericano. He aquí algunos de los acápites: Sea de la oposición, Busque un enemigo a quien atacar, Indígnese ante las injusticias, Emplee oportunamente la sátira y la ironía, De vez en cuando “infle el perro”, Sea un poco sensacionalista. Como de esto último trata su pregunta, lo transcribo al pie de la letra: SEA UN POCO SENSACIONALISTA Es conveniente distinguir entre sensacionalismo y sensacional. El primero se refiere al periodismo morboso, macabro, espeluznante, que, sirviéndose de las crónicas rojas o negras, despierta en los lectores perturbaciones físicas o anímicas, en todo contrarias a los sentimientos nobles, a la moral y a la más elemental cultura. Concebido así el sensacionalismo, entra en la lista de las palabras despectivas terminadas en «ismo», como salvajismo, caciquismo, paganismo. En este sentido, los periodistas que lo practican se parecen a los traperos. En Europa, las fábricas de papel compran trapos viejos. Existe para este fin el oficio de los traperos, los cuales, provistos de una vara terminada en un gancho, van por todos los muladares, revolviendo inmundicias para pescar algunos trapillos, que luego depositan en las canastas que llevan a la espalda. Hay también periódicos y periodistas traperos, que recorren los muladares del país y del mundo, revolviendo subfondos y pescando en el río revuelto de la hez moral de la sociedad. Todo para satisfacer el hambre y la sed de una multitud ávida de platos picantes y de licores fuertes.

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Este sensacionalismo cruel, sádico, repugnante, escandaloso, debe ser rechazado de plano, aunque no se triplique la tirada. Existe otro sensacionalismo moderado, que puede ser llamado «sensacionalidad» o «lo sensacional», que es indudable-mente periodístico, y que por su eficacia para aumentar la tirada puede ser utilizado. Emplea los mismos métodos y las mismas noticias del sensacio¬nalismo reprobado, pero con «exquisita discreción». Un periódico que no despierte sensación alguna, que sus títulos no sean vibrantes y tengan novedad, que sus narraciones no sean o tiernas o emocionantes o humorísticas, es un periódico sin vida, llamado a desaparecer por inanición o por hipertrofia. Tengo la conciencia, respetado periodista, de que a lo largo de estos más de 40 años de ejercicio periodístico en el Chocó, no he utilizado para nada el sensacionalismo ni el amarillismo, sino la sencionalidad o lo sensacional, tanto es así que nunca “Presente” bajo mi dirección ni “El Chocófilo” han sido demandados ni condenados por injuria y calumnia. A decir verdad, el ex magistrado Vitalino Palacios Mena me demandó por injuria y calumnia. La justicia chocoana se solidarizó con el magistrado y me condenó a tres años de cárcel (excarcelables) y a cinco millones de pesos por haber dicho que Vitalino había subido como palma y bajado como coco y que a todo puerco le llega su San Martín. El caso fue que esto no fue publicado ni en “Presente” ni en “El Chocófilo” sino en una hoja volante. Este mismo caso se repitió recientemente. En un volante escribí que Bismark Valdés Lara, de la oficina de Planeación Municipal, era uno de los testaferros de Patrocinio Sánchez. Me demandó, pero como me retracté en El Chocófilo, no fui condenado. •Hay quienes consideran a “Grandes del Chocó” como un libro mal titulado, ¿Qué opina usted? Es posible que algunos lectores del libro “Grandes del Chocó”, que contiene en dos tomos de 600 páginas cada uno, cerca de 1.200 biografías de personajes relacionados con el Chocó, lo consideren mal titulado por cuanto en él incluí el relato de la vida de personas de poca monta al parecer como aquellos excéntricos a quienes se les ha corrido la teja. ¿Por qué colocar al lado de los “grandes” a la “Modelo del año”, la mujer que recorría las calles de Quibdó exageradamente acicalada proclamándose como la reina del Chocó o a Elimeleth, que se pasaba horas enteras en el cementerio leyendo y recitando de memoria pasajes de la Biblia o a “Guabina”, zapatero remendón, quien cuando alguien lo picaba con algún tema de actualidad, respondía a gritos con apuntes geniales y dichos agudos que quizás no los hubiera aportado ni Aristóteles ni Platón? Libardo Arriaga Copete, chocoano, escritor, abogado, ex parlamentario y a la sazón notario en Bogotá, me hizo idéntico reparo, pero una década después me dijo: Tuvo usted razón, lo he pensado mejor: la idiosincrasia de una sociedad se forma no solo con los hechos y pensamientos de los “grandes”, sino que allí se mezclan las hazañas, los dichos y las vivencias de quienes consideramos alienados o dementes.

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Ahora que usted me dice que el título pudo estar equivocado, me consolé al recordar que la educadora y escritora chocoana Yamileth Palacios de Moreno tomó pie del título “Grandes del Chocó”, para escribir que sería el libro “grande del Chocó”. •En su concepto y después de 43 años entre nosotros, ¿cuál ha sido el político más importante y diligente? Para mí, sin duda, Jorge Tadeo Lozano Osorio es el príncipe o el rey de los políticos chocoanos. Ninguno como él dominó a su antojo la política regional durante las décadas del 80 y del 90. Puso a sus plantas al partido conservador y al movimiento cordobista. Quitaba y ponía gobernadores. Brillantísimo orador en los cuatro periodos que estuvo en el Senado, en Quibdó llenaba las plazas públicas o el salón del Hotel Citará. Con los dineros del Estado o con los auxilios parlamentarios organizó más de siete fundaciones, cuyos presidentes hacían lo que él mandaba, construyó edificios y compró emisora. Puso a todos sus familiares en los cargos que quiso. Jefe único e indiscutible del M.L.P. Ha sido el político con más fanáticos y adoradores. Vicepresidente del Parlamento Andino. Gestor de la Ley Tercera. Político ejecutivo, audaz y muy capaz, dotado de extraordinario carisma. Temido, admirado y respetado por sus adversarios. ¿Qué más? • Y… ¿el peor? Para mí, sin duda, el peor es Jorge Tadeo Lozano Osorio. Es el monstruo más terrible que ha dado la política chocoana. Ningún político ni antes ni después ha sido tan odiado por un buen número de ciudadanos. Fue acusado y sindicado de enriquecimiento ilícito, vinculado al narcotráfico al recibir cheque millonario de la mafia. Tenía íntima amistad con lo peor del país como Alberto Santofimio Botero a quien trajo varias veces al Chocó. Acusado de lavar auxilios parlamentarios a través de siete fundaciones. Apoyó a Ernesto Samper Pizano cuando el proceso 8.000. Daniel Samper Pizano escribió que allí donde había un lío, un desfalco, un atropello allí estaba Jorge Tadeo Lozano. Tadeo Lozano escribió el libro “Juicio a la Nación”, en el que intentó enjuiciar a la nación por el descuido en que ha tenido al Chocó, pero luego la nación lo enjuició a él y de qué manera, pues lo condenó a 19 años de cárcel, de los cuales pagó 7. Desafortunadamente el brillantísimo Jorge Tadeo Lozano ha tenido un final que a nadie se desea. Se enfermó, hace poco le mataron un hijo en Medellín y por falta física de plata tuvo que alquilar su emisora La Voz del Chocó, adquirida con auxilios parlamentarios. ¿Qué más? •¿Cuál ha sido la figura cimera del periodismo chocoano? La figura cimera del periodismo chocoano en estos últimos cien años ha sido Reinaldo Valencia Lozano. En mi libro “Rastros y Rostros del periodismo chocoano”, publicado en Medellín en 2004 se dice que Reinaldo Valencia nació en Quibdó en 1891. Estudió en el Colegio Carrasquilla y antes de cumplir 22 años fundó en 1913 el periódico “ABC”, que sostuvo durante 30 años.

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Hasta el momento ningún periódico chocoano ha logrado superar al de Reinaldo Valencia en cuanto al número de ediciones: 3.950. Pasarán muchos años, quizá más de un siglo, para que una publicación lo alcance. Si “Chocó 7 días”, que es en la actualidad el periódico que está saliendo más asiduamente, no dejara de hacerlo ninguna semana, gastaría 77 años para llegar a la edición 3.950. Para mí, el segundo es Emiliano Rey Barbosa, quien intentó importar la más moderna maquinaria para su periódico, pero el diario “El Tiempo” se quedó finalmente con ella. Emiliano Rey publicó tres periódicos: “Ecos del Chocó”, “Napipí” y “El Grito del Pueblo”. Con maquinaria más modesta que la primera imprimió “El Grito del Pueblo” en Istmina, luego lo trasladó a Buenaventura, donde en 1930 un voraz incendio consumió la maquinaria y dio al traste con el periódico. La tercera figura cimera del periodismo chocoano es Primo Guerrero. Llevaba el periodismo en la sangre y lo ejerció donde quiera se encontraba y desde su juventud hasta poco antes de su muerte, ocurrida en 1984. Fundó cerca de diez periódicos. Los principales fueron “Frente Chocoano” y “Enguardia”. •¿Cómo están sus relaciones con la Iglesia? Confieso que desde que me conozco he sido un ferviente amante de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Creo en todos sus dogmas y misterios y por nada del mundo me pasaré a otras toldas. Recuerdo que hace unos años, monseñor José María Valencia Barco, hermano del Padre John Hérbert y obispo de los Viejos Católicos, al enterarse de mi situación de perseguido por la diócesis de Quibdó, me ofreció sitial en su Iglesia y que si aceptaba hablaría con sus superiores resientes en Cali para que me ordenaran de obispo. Yo me limité a torcer la boca y a hacerle mala cara. Nunca me volvió a tocar el tema. Y ya que nombré al hermano de monseñor Chepe, con Hérbert me he enfrentado en varias oportunidades, pues tiene la manía de atacar a la Iglesia Católica, a la cual dice pertenecer. En la actualidad estoy en conversaciones con monseñor Cadavid Marín, obispo de Quibdó, para mi retorno al buen redil de la diócesis, quedando atrás las dos suspensiones que he padecido. La primera por monseñor Grau Arola, quien me sancionó por haberme opuesto, en asocio con el Padre Jaime Salazar, a la supresión del llamado Seminario de los Negros, y la segunda efectuada por monseñor Castaño Rubio, quien me suspendió por haberme solidarizado con los integrantes de la Junta administradora del Santuario de Raspadura y por no apoyar las arbitrariedades del obispo de Istmina. Post scriptum Una de las personas que más animó y aconsejó la publicación de este trabajo fue el sacerdote Efraín Gaitán, quien en sus últimos años se convirtió en algo así como un maestro consejero para quienes en el Chocó queremos dejar impresa alguna idea.

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Víctima del caos del tránsito de Quibdó, el padre Gaitán cayó en el cruce entre la carrera séptima y la calle treinta, arrollado por una motocicleta la tarde el 7 de marzo de 2011. Para la ocasión escribimos en el periódico Chocó 7 días el siguiente artículo: Armadura El curita buscapleitos Si Dios le concediera al presbítero Efraín Gaitán Orjuela la gracia de volver a vivir sólo para escribir una noticia, no hay duda de que ésta levantaría polémica por lo exótica. A él le fascinaba la estridencia en la información. “Los Sánchez Montes de Oca mataron al padre Gaitán” rezaría el titular póstumo. La familia de marras fue como una obsesión en la última etapa de su trasegar periodístico. Los fustigó con saña. Sus corrupción evidente pero improbada, sus escándalos, sus descaches políticos y hasta sus desgracias familiares fueron tema central de su periódico El Chocófilo. Gaitán nació en Bogotá en 1929 y vino a esta tierra en 1967 como misionero claretiano. Llegó a Bellavista con los rudimentos de una estación de radio y luego obtuvo los cacharros para el montaje de una mini revista. Allá, en la selva, nacieron “Ecos del Atrato” y “Presente”, soportes todavía vigentes entre los medios de comunicación del Chocó. Al llegar a estos parajes ya había escrito su obra principal, “Biografía de las Palabras”, que por su contenido es uno de los libros más importantes de la lengua castellana, honor que comparte con dos títulos españoles: “Diccionario Crítico Etimológico” de Joan Corominas y la “Historia de las cosas” de Pancracio Celdrán Gomáriz. Había causado escándalo en España con un libro cínico pero riguroso: “La clave del éxito periodístico”. A los ibéricos les irritaban incitaciones como “busque un enemigo a quién atacar” o “sea un poco sensacionalista” A tierra chocoana llegó por su gusto, en contradicción con sus superiores, que no le perdonaron la amistad con Camilo Torres Restrepo, el famoso cura guerrillero. Ya estando aquí escribió la mayor parte de su obra, toda de corte periodístico. Lo que sintió por el Chocó fue amor a primera vista, así nos lo contó alguna vez; por ese amor se quedó con nosotros hasta cuando le sobrevino la ancianidad. Tenía la mala costumbre de andar a pie por las calles de Quibdó, sin percatarse del peligro que eso representa; caminar por estos huecos es exponerse a la muerte, más aun si se trata de un adulto de más de ochenta años. Durante esta década han muerto en Quibdó más ancianos por accidentes de tránsito que en cualquier otra ciudad del país, lastimosamente aquí no se llevan estadísticas. Ese cáncer lo heredamos de los dos últimos alcaldes, cada uno por lo suyo, que se jodan los demás. El cura Gaitán los atacaba con denuedo.

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Entre sus malqueridos figuraban también la ex senadora Piedad Córdoba, el presbítero Hérberth Valencia y hasta sus colegas periodistas, pero los Sánchez Montes de Oca fueron su blanco preferido. Algunas veces sus escritos llegaban al límite de la injuria, sin embargo el levita se sabía inimputable legalmente. Un día le preguntamos que si no temía morir abaleado, nos respondió: ojalá. A imitación de Cristo quería ser mártir, y lo logró. No lo mataron las balas de un sicario, lo mató el desgobierno de los politiqueros que él combatió.

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ARNOLDO PALACIOS MOSQUERA Las letras viajeras del Chocó En su integridad la obra literaria y periodística de Arnoldo Palacios es un reclamo social abierto a favor de los descamisados y descalzos que él conoció en la Quibdó de su juventud. Descamisados y descalzos deambulaban los negros ante la mirada de desprecio de la aristocracia supuestamente blanca que gobernaba la entonces intendencia del Chocó, a mediados del siglo XX. El hambre, la ignorancia, las pestes y los abusos eran la constante cuando Palacios, de tan sólo 23 años de edad, se decidió a plasmar tanta ignominia en letras de molde. Había iniciado el bachillerato en el colegio Carrasquilla de Quibdó, donde abrevó las ideas socialistas de don Primo Guerrero Córdoba, y lo culminó en el Externado Nacional Camilo Torres de Bogotá. En la capital de la República leyó los clásicos de la literatura y dio sus primeros pasos en el periodismo escribiendo en la revista “sábado” dirigida por Plinio Mendoza Neira. La recomendación del rector del Externado Nacional, José María Restrepo Millán, le abrió también las puertas de El Espectador, el mejor y más antiguo diario de Colombia. Los trabajos periodísticos de Arnoldo Palacios demuestran su ineludible talante de hombre de izquierda y su compromiso con causas revolucionarias, no pocas veces reprimido por la derecha reaccionaria. En su obra inicial “las estrellas son negras” el personaje principal, Irra, encarna los anhelos y frustraciones de la juventud chocoana y del pacífico. Quiere viajar a muchos lugares, estudiar, hacerse médico, ganar mucho dinero y amar a Nive, su heroína. Por la buena crítica que logró la novela, el autor logró una beca para estudiar en Francia, país donde reside desde entonces. La París de hoy, frívola y narcisista, es la misma que encontró en su primer viaje en septiembre de 1949, sólo que ahora el ritmo agitado de la ciudad no le conviene para vivir en ella. Se fue a vivir más al norte, a Fiquefleur, un paraje turístico del Mar de la Mancha, frecuentado por pintores e intelectuales de todo el mundo. Allí, en una casa antigua pintada y decorada a lo chocoano, desarrolla su actividad artística.

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Obviando el obstáculo de su discapacidad y sus más de ochenta años de edad, al maestro Arnoldo se le puede encontrar con cierta frecuencia en Cértegui conversando con un grupo de mineros nativos, en Bogotá rodeado de decenas de libros o en Fiquefleur repitiendo la escena bogotana. Asiste además a todo encuentro académico donde lo invitan, ostentando una gran lucidez que atribuye a los baños iniciales en su río natal. Arnoldo Palacios, el viajero infatigable, ha vivido también en Varsovia, Moscú y Bucarest, siempre portando el estandarte de su chocoanidad. Resulta paradójico, pero aunque se inspiran en esta selva tropical, sus obras literarias son poco conocidas en el Chocó. Todas ellas han sido traducidas a otros idiomas, principalmente al francés. Les mamuelles du Chocó traducción gala de buscando mi madredediós, una especie de memorias de Palacios, se leyó y criticó primero en Francia que en la tierra que la inspiró; en el caso de la novela la foret et la pluie o la selva y la lluvia está originalmente editada en ruso, sin que exista una versión en español. ¿Cómo ve el Chocó desde su espacio en Europa? La situación del Chocó parece una parodia. Me enteré de que aquí traían agua desde Antioquia en carrotanques; aquí, al pie de uno de los ríos más importantes del mundo. Que los pacientes tienen que llevar sus propias sábanas a los hospitales. Esas cosas son de ficción. Es asombroso lo que hacen los dirigentes. ¡Cómo pueden despilfarrar tanto y dejar al pueblo sufriendo! Una cosa importante es que en el Chocó el negro tiene todo el poder administrativo, la gobernación, puede elegir a sus representantes. Luego son los mismos negros los responsables de la situación que existe. Eso hay que denunciarlo, aunque con otro lenguaje. Pero además para mi el Chocó es una representación de las cosas auténticas, de lo existente, de lo que se ha mantenido hasta hoy en lo que se puede llamar la cultura. Lo siento en el idioma que hablamos, la medicina popular que practicamos, las cosas que hacemos aunque no parezcan ser científicas ni serias. Por ejemplo el uso de la medicina popular con eficacia, por ejemplo los bebedizos curativos. El Chocó representa el mundo que viene, que forzosamente tendrá que ser mejor. Yo no he hecho sino escribir, y escribir en nombre del Chocó. Aunque he aprendido algunos idiomas y he durado años sin hablar castellano, hago el esfuerzo por mantener en el espíritu y en el cerebro mi lengua materna porque yo solamente escribo en castellano. Puede creerme que en Francia hago mis bebedizos y aromáticas con sauco, yerbabuena y albahaca que llevo desde aquí cada vez que vengo. Me da pena y miedo cuando en algunos aeropuertos creen que son alucinógenos.

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•Con el estigma de ser colombiano imagino que ha tenido inconvenientes cuando viaja. Sí, en Bahamas hace algún tiempo unos agentes aeroportuarios me rompieron la maleta a cuchilladas. •¿Cómo es su vida en Europa? Yo siempre había estado en París, pero por ese desarrollo que tienen las grandes ciudades me fui a Fiquefleur; además de que yo ya no tengo la misma fuerza de antes, ya no podía andar en buses, en metro, subir, bajar. A pesar de que ya casi todo está automatizado, había mucha gente, por ejemplo a las cinco o seis de la tarde, a la salida del trabajo. La gente va corriendo, nadie mira a los lados ni a quien lo empuja. Por eso me fui a Fiquefleur, que es cerca de la ciudad de Honfleur, en el norte, sobre el mar de la Mancha. Esa ciudad tiene la característica de haber atraído a los precursores del impresionismo en la pintura, una capital que todo el tiempo está llena de turistas interesados en la pintura. En Fiquefleur vivo en una casa antigua, del estilo de las construcciones de los normandos, los pescadores. Es una casa de paja, cerca hay un riachuelo y un bosque. De manera que me instalé ahí porque es una casa muy típica y vivo en una tranquilidad completa. A mi me gusta estar pegado a la tierra, los árboles, los pájaros. •¿Cómo llegó a Fiquefleur? Yo acababa de conseguir esa casa y de comprometerme con los propietarios, unos antiguos pesadores del puerto de L’havre. Ellos me tenían mucha consideración y admiración. Hice amistad con una señora llamada Katia Granoff, una de las promotoras de la vida artística de Honfleur, ella le escribió una carta al presidente de la República diciéndole que una persona como yo merecía cierto apoyo. Un día mis hijos me llevaron una carta y me dijeron viene del Palacio del Elíseo. Yo creí que me estaban haciendo un chiste, pero era una carta del presidente de la República diciéndome que tenía noticias de mi presencia en Honfleur y preguntándome cuál era mi deseo principal en ese momento. Firmaba François Mitterrand. Luego enviaron al director de emisiones del Elíseo y le dije que tenía vista una casita, que eso era suficiente para mí.Entonces esa casa, que es como una casa en Ibordó, me la obsequió el presidente Mitterrand. Después de los trámites notariales me puse a estudiar sobre la reparación de una casa antigua como esa. Yo recordaba cómo empañetaban las casas en Cértegui. Conseguí los materiales, arcilla, cal, y con la ayuda de mis hijos la restauré.

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•Apropósito, ¿cuántos hijos tiene? Mis hijos son cinco. El primero que tuve, el mayor, es médico ortopedista, se llama Jean Luc, vive en la ciudad de Beauvais. Luego sigue Pol, con ortografía de Bretaña, no Paul con ortografía francesa; su nombre es en honor al cirujano Pol Le Coeur. Pol es ingeniero de petróleos, en este momento está en África, en Nigeria. Matías y Eloisa son gemelos. Matías también terminó ingeniería de petróleos y acaba de llegar de Singapur. Eloisa estudia letras en la Sorbona, termina este año.Y Leopoldo, el último, estudia ingeniería en una institución que se llama Grands École en la ciudad de L’ille. •¿Cómo empezó en la literatura? Leyendo. Desde niño, en Cértegui, leía resúmenes de los clásicos: Sófocles, Esquilo, Virgilio… •¿Y poesía también? Claro, en esa época vendían unos libritos un poco cursis llamados Lecturas Escogidas, ahí se hallaba prosa y poesía. Yo leía versitos como estos: Mariposa vagarosa, rica en tintes y donaires Qué haces tú de rosa en rosa ¿De qué vives en el aire? Yo, de flores y de olores, y de espumas de la fuente Y del sol resplandeciente que me viste de colores. Me regalas tus dos alas Son tan lindas, te las pido Deja que horme mi vestido Con las pompas de tus galas. Tú niñito tan bonito Tú que tienes tantos trajes Por qué envidias mi ropaje Que me ha dado Dios bendito. También en la escuela, siempre me pedían leer una poesía a las madres, recuerdo este verso: Ah, qué dolor igual al que sentimos Cuando vemos el cadáver macilento Del cuerpo de la madre que quisimos Árido el seno que nos dio alimento. En general había mucha poesía romántica, como la de Julio Flores, relacionada con la muerte. •Por eso se caracterizan los poetas románticos, con la figura emblemática de Julio Flores… Claro, poema del dolor de Roberto Muñoz Londoño, poemas de Adolfo León Gómez, quien vivía en el leprosorio de Agua de Dios y desde allá escribía piezas poéticas desgarradoras.

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El poema dedicado a María, la de Jorge Isaacs, que menciona a varias musas literarias: Laura, Julieta, Tetrarca, Beatriz, la dama de las Camelias, Graciela, Leonor… y entre todas la pálida María. Leía fábulas de Rafael Pombo y cuentos de Callejas. Yo tenía un diccionario Laruosse que leía como leer un ensayo. El himno nacional era otro de nuestros alimentos líricos en la escuela. También me interesaban las lenguas extranjeras porque sirven de vehículo para profundizar el conocimiento de los pueblos que nos interesan. •¿Y en qué momento se sintió escritor? Eso no se puede decir exactamente, creo que fue en el mismo Cértegui, escribiendo cosas sencillas, buscando expresar los sentimientos. Me gustaba leer los folletos que enviaba el Ministerio de Educación. Llegaban libros de arte, botánica y otros que formaron mi vocación humanística. El encuentro con mi profesor José María Restrepo-Millán, rector del Externado Nacional de Bachillerato Camilo Torres fue el verdadero arranque de mi carrera literaria. Él me dictaba latín y su influencia en mí fue decisiva. Leer La Eneida con él fue la puerta a conocer el mundo clásico. Pero para demostrar que soy literato lancé un libro, una novela llamada Las Estrellas son Negras. •¿Sus personajes son reales o imaginarios? Yo no creo que deba haber personajes reales en la novela. Los personajes se inventan de acuerdo a la realidad para que sean aceptados por el lector. También está la cuestión de los nombres; a mí me gusta la belleza de los títulos, los nombres que dicen algo. •Como Nive, un personaje importante en “Las estrellas son negras” Ese personaje representa a la mulata que se integra a nosotros como pueblo en formación, con el blanco y el indio; no se puede decir que sea una persona real. Si se lee hoy el libro ese personaje tiene la misma fuerza, sesenta años después. •En su pueblo dicen que esa Nive certegueña existe o existió. Yo conozco a esa Nive, pero no es la misma. Además, en la novela Nive muere. El personaje se crea, se inventa. •Tal como Irra en Las estrellas son negras El personaje central de esa novela es un negro que en el fondo de su tragedia, cuando está buscando lombrices para ir a pescar, considera que hay injusticia, y como hay injusticia él señala al representante de ley en el Chocó como responsable de la desgracia. En un momento de ira toma un hacha para matarlo, pero en el momento de asestar el hacha resuelve devolverse a su casa. En otro momento cree que debe irse del Chocó y piensa hacerlo en barco para Cartagena, pero al momento de salir no alcanza a poner bien el pie en el barco y cae al río Atrato.

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Nada, y cuando sale del agua se siente libre porque ha tocado tierra, tierra chocoana. Las estrellas son negras no es un libro que deja a la gente desanimada ni pesimista, porque el personaje asume su condición de negro. En un momento de la obra dice: Dios, en qué estrella pusiste mi llave; ¿Quién soy yo? Y él mismo se responde: yo soy una estrella negra. •Su obra literaria es un misterio para la mayoría de los chocoanos, sobre todo para las nuevas generaciones. Bueno, eso puede deberse a que después de publicarse Las estrellas son negras yo me fui para Europa. Yo tenía 24 años y era muy discreto. •No hubo en el Chocó quien promocionara su lectura. No, no hubo, pero se seguía escribiendo sobre el libro, hay muchas cosas escritas, el misterio es ese. Es una obra que no ha sido suficientemente distribuida y parece también que hay muchas fotocopias porque la gente no consigue la novela. Por otra parte yo no he sabido manejar eso desde el punto de vista práctico, y siempre me ha parecido que el precio no está al alcance de los estudiantes. El precio de la última edición, publicada por Intermedio Editores, es de cuarenta mil pesos y vale eso, no es que sea caro, pero un estudiante de Cértegui tal vez no pueda comprar ese libro. Por eso también hay mucha piratería, no hay difusión ni posibilidad de comprarla. •Puede ser también indiferencia de los chocoanos por lo suyo. Esa indiferencia podría traducirse en la ignorancia que nos hace creer que nuestros valores son insignificantes o no existen. •¿De qué trata su obra Sonetos de Crimea? Hay un personaje considerado el poeta nacional de Polonia, se llama Adam Mickiewicz. Fue un gran revolucionario en la época en que Polonia estaba dominada por los rusos. Desterrado en la península de Crimea, en el sur, escribió una serie de sonetos que tituló “los sonetos de Crimea” en los que estaba el eco del hombre que va al destierro, proscrito. Ocurrió que cuando yo fui a Polonia se celebró el centenario del fallecimiento de Mickiewicz. Eso fue un gran acontecimiento. In vitaron a todos los interesados en las literaturas eslavas. Llegaron especialistas de toda Europa; por el castellano estaban Pablo Neruda, Miguel Ángel Asturias y Rafael Alberti. Yo no estaba ahí como invitado, estaba entre la masa. Cuando le tocó la palabra a Rafael Alberti él leyó un discurso, pero no llevaba ningún texto de Mickiewicz. Entonces yo me puse a pensar que siendo el español una de las lenguas más importantes del mundo no tenía una sola palabra traducida de Mickiewicz. Ahí fue cuando decidí traducir al castellano una selección de “sonetos de Crimea” como dejando un recuerdo de mi paso por Polonia.

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Para esa edición escogí también un poema de Julius Slovanski titulado “mi testamento”. Pensé que debía incluir a una representante del género femenino, una poetisa clásica polaca llamada María Konovniska. •La selva y la lluvia es otra de sus obras, ¿de qué se trata? Esa es una novela que escribí en Bucarest, en Rumania. Era la época de la guerra fría. Yo senté mi posición de hombre de izquierda, defensor de la libertad. Hay un capítulo de esa novela donde exalto el 9 de abril. Un día estando en Varsovia, pedí una cita con el embajador de la Unión soviética en Polonia, cuando me atendió le dije yo quiero conocer su país y tengo un libro que quiero publicar. Casi inmediatamente me dijo que sí. •O sea que usted escribió “La selva y la lluvia” en Rumania, gestionó la publicación en Polonia y la publicó en la Unión Soviética. Sí es verdad. La traducción está en ruso, pero la obra está escrita en castellano. •En el Chocó no se conocen estos detalles, ahora hablemos de “El duende y la guitarra” Esa también es una novela. Está basada en esa leyenda que hay en el Chocó del duende que se lleva a las muchachas cuando están empechando y las deja en el monte todas arañadas. Es un libro sobre esas cosas que les pasan a los niños y adolescentes en la selva, un relato basado en la leyenda. •En el Valle del Cauca encontré una antología donde aparece un cuento suyo llamado “Entre nos” Sí, lo escribí cuando regresé de Europa por primera vez. Yo estaba en Cali buscando trabajo, vivía donde una prima. Había muchos chocoanos, entre ellos el gran poeta Hugo Salazar Valdés. También un hombre muy serio que estudió en el Carrasquilla, se llamaba Maximiliano Rey. Óscar Collazos estaba buscando abrirse paso en la literatura, él tenía un amigo de apellido Rivas que quería hacer una antología del cuento colombiano. Me pidió que escribiera un cuento y yo le colaboré con ese; está traducido al inglés y al francés. •Cuando leí Las estrellas son negras me di cuenta de que usted hace transcripción fonética, algo muy escaso en escritores colombianos; Jorge Artel, Candelario Obeso… ¿Pretende reivindicar el habla del campesino chocoanos? Sí, en el sentido de fijar lo que se tiene hasta ahora, aunque finalmente eso tendrá que desaparecer. Cuando uno va a la escuela la gramática, que es el estudio científico del idioma, lo hace cambiar. Entonces uno que en el campo decía “truje” al estar matriculado en una escuela o colegio tiene que decir “traje” porque los profesores le enseñan a conjugar bien los verbos. Los que hemos nacido en los pueblos llamados cascos no hemos hablado así tanto tiempo porque ahí está la escuela, los que venían de los campos decían “yo truje tal cosa…”

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Yo trato más bien de fijar eso y exactamente te diré que yo me baso en que en la lengua italiana había un habla popular y otro italiano que se estaba imponiendo pero que no entraba bien, en cambio la popular iba desapareciendo y estaba destinada a morir; entonces Dante Alighieri escribió en esa lengua, que es el italiano moderno y oficial. Dante escribió en esa lengua para fijarla con su talento y eso se impuso. Yo hice lo contrario: nosotros estamos conservando la lengua clásica, el castellano auténtico; eso se conserva por la esclavitud, porque el negro que vino de África tenía que aprender castellano para entenderse con sus amos, y los amos decían “truje”, esa era la forma. Dentro de doscientos o más años se sabrá cómo eran esos tonos del castellano leyendo Las estrellas son negras. •Corrientemente se piensa que el campesino chocoano habla mal. Esa forma de hablar no es errada, al contrario hay que reivindicarla. Por ejemplo tú como crítico reivindicarías el castellano que yo utilizo en diálogos diciendo que el negro hablaba como el amo porque quería hablar bien. Lo que la gente no pregunta es cómo hablaba el amo. He leído críticos españoles de la Universidad de Santander que han escrito diciendo que yo escribo utilizando una de las mejores formas del castellano, y ese es el castellano del Chocó. El chocoano tiene una forma especial de expresar sus pensamientos, y a mí me parece que eso viene de África. Cuando nosotros decimos en los alabaos “qué son esas cuatro velas allá en el altar” y los otros contestan “son las cuatro gradas de la eternidad” eso es una poesía que repite entre nosotros la gente que trabaja en las minas y vienen por las tardes con su grano de oro. Ese espíritu, ese pensamiento también hay que conservarlo. •En su novela Las estrellas son negras usted habla de turcos, bogas, prostíbulos y aguaceros, ¿Qué diferencia ve entre la Quibdó de hoy y la que usted describió? Me parece que hay la misma tragedia. Tal vez por el fenómeno de la violencia pareciera que todo el Chocó está en Quibdó. Yo no puedo andar tranquilamente por la carrera tercera porque eso hierve: pasan los carros, las motos, los buses están en la mitad de la calle. Ves tú que se acabó el transporte fluvial, eso es una cosa gravísima desde el punto de vista económico. Ya no hay cómo ir Cartagena en barco, eso que yo describo en las estrellas son negras. El cambio más grande lo produjo el incendio de la carrera primera, con eso desapareció la aristocracia de Quibdó. Los que no emigraron se quedaron viviendo en la Yesca, el Pandeyuca y otras partes. Quedaron con los negros e igual que los negros. La discriminación se terminó. Los hijos de los Díaz, los Ferrer y otros hoy están casados con negras. Ahora hay ciertos progresos en la presentación personal de la gente. Antes el negro vestía pantalones cortos o remangados, no usaba zapatos; hoy se viste de otra manera.

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Hoy se puede viajar de otra manera, pero antes los que salían a estudiar a Medellín se iban en mula; los que no podían alquilar una mula se iban a pie hasta Bolívar o la Mansa. •Ese drama lo vivió Diego Luís Córdoba, ¿qué concepto tiene de este personaje? Diego Luís Córdoba fue un gran jurista y podríamos decir que un gran humanista. En lo político él mismo se definía como un liberal socialista marxista revolucionario. Es un personaje importante en la vida nacional. Sus ideas eran de izquierda y eso lo unió a la defensa de su raza en contra de la discriminación de los blancos que tenían el dominio en Quibdó y el Chocó. Él se rebeló contra eso y fundó el movimiento que lleva su apellido. •La misma discriminación que usted denuncia en la novela. Exactamente, esa discriminación violenta es la que yo denuncio. Diego Luís le quitó la tapa a eso que estaba hirviendo y necesitaba salir. Fue un hombre de gran valor que encontró una tribuna en el senado de la República. Precisamente hace poco me encontré por ahí un libro sobre los artículos del periodista Armando Solano y hallé un artículo sobre Diego Luís Córdoba. •Ahora que nos referimos a chocoanos ilustres hablemos de Adán Arriaga Andrade. Ese fue otro gran jurista que alcanzó a ser ministro en la época de López Pumarejo. Adán Arriaga tiene una diferencia con Diego Luís: Arriaga no era blanco, pero tampoco era negro; era uno de esos mulatos que nosotros vemos en el Chocó con el pelo suave. La aristocracia de la carrera primera de Quibdó en un momento dado se quedó sin quién la representara y se aferró a él. Diego Luís representaba a los negros y Arriaga a los blancos en las luchas políticas. Todas estas cosas hay que explicarlas, eso no es malo. Le cuento una anécdota importante: entre mis primeros trabajos hay un artículo que escribí en la revista sábado, dirigida por Plinio Mendoza Neira, es una semblanza sobre Adán Arriaga Andrade que en ese momento era ministro. Hay que decir francamente que para entrar en la vida literaria y periodística de Colombia yo traté de escribir en “Sábado”. Quería hacer un reportaje como los de Juan Lozano y Lozano que con el título de “mis contemporáneos y yo” hacía semblanzas de Gaitán, Echandía, Armando Solano, en fin. Como Arriaga Andrade era ministro, yo quería demostrar que en el Chocó también tenemos grandes personalidades. Con algunas personas de su generación obtuve los datos y escribí un reportaje pero sin la participación del personaje. Había allí un pasaje que narraba unas vacaciones de él en Quibdó: hubo una fiesta en el salón del Banco de la República y Arriaga sacó a bailar a una joven blanca de la sociedad, hija de don Jorge Enrique Díaz, representante de la aristocracia.

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Cuando empezó a bailar con la señorita el padre se la arrebató y le dijo mi hija no baila con un negro. Para concluir dije: la señorita cuyo padre impidió bailar con ese negro es hoy la esposa del ministro, y ese negro la saca a bailar en los grandes salones de la capital de la república. Yo era un joven desconocido cuando escribí ese artículo, pero eso me lanzó. Jorge Enrique Díaz era el distribuidor de los periódicos y revistas en Quibdó. Cuando llegó “Sábado” guardó todos los ejemplares, pero los cordobistas de Bogotá mandaron el recorte por avión y eso se difundió de todas maneras. A la semana siguiente Plinio Mendoza Neira pidió excusas a los lectores por haberse “zafado” ese artículo. •Me imagino que le cerraron las puertas de la revista. No, me permitieron continuar. Yo siempre tenía una página entera, escribí muchos artículos después. También hice uno sobre Diego Luís. Eso se consigue en la biblioteca Luís Ángel Arango en Bogotá. •¿Qué recuerdos tiene de Primo Guerrero? Primo Guerrero fue un buen estudiante que no pudo terminar su carrera. Sin embargo tenía una formación ideológica bien estructurada, fundó varios periódicos. Era un mulato brillante compañero de Diego Luís. Todos ellos leyeron el marxismo se formaron con una ideología de izquierda, de allí formaron el movimiento cordobista que movilizó al Chocó. Primo era un hombre muy culto, fue mi profesor de historia en el colegio Carrasquilla. Fue un gran opositor de la aristocracia de la carrera primera. Cada primero de mayo se paraba en una esquina y daba un discurso, decía ¡hay que despertar las masas obreras y campesinas del Chocó! Luego, cuando yo salí del país y presencié marchas del primero de mayo en Moscú o en Varsovia, vi la desproporción del discurso de don Primo: un campesino del Chocó es una persona que vive en el campo y se dedica a la pequeña agricultura. Pero según la filosofía marxista los campesinos son los que están siendo explotados en las grandes haciendas. Cuando yo veía en Francia o en Italia las grandes manifestaciones obreras, pensaba en don Primo atizando ese ambiente ideológico en Quibdó, donde sólo había una fábrica de velas y otra de jabón. Eso es una desproporción. •De gran relieve literario fue Teresa Martínez de Varela. Teresita fue una mujer muy activa, muy pegada a las cuestiones literarias y pionera del tema racista porque ella como que sufrió esa realidad del racismo en su matrimonio; de allí debe haberse inspirado para su famosa “Guerra de amor”.Fue muy trabajadora y defensora de su trabajo literario; su obra tiene mucho valor y voluntad. A este punto la charla se interrumpe debido a que el maestro Arnoldo Palacios debe atender varias llamadas telefónicas.

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Después de la pausa nuestra conversación se enmarca en los conceptos del maestro sobre el amor propio de los franceses, lo que les ha dado fama de vanidosos y chovinistas. •¿Es cierto que La Marsellesa es el himno más hermoso? La Marsellesa no deja de ser un poema patriótico revolucionario. Fue compuesto por el soldado Rouger De L’Ille en Marsella, de ahí su nombre. Es una arenga que algunos franceses rechazan porque la consideran una composición que incita a la guerra. En París, el himno está representado por un medallón de piedra llamado La Marsellaise de Rude que significa La Libertad guiando al pueblo, pero no se puede decir que es el himno más hermoso del mundo, esa es una exageración. Además, nadie ha llamado a un concurso para determinarlo. Hay otros igualmente bellos: La Internacional, compuesto por otro francés; Banderas Rojas, himno de la resistencia italiana contra el fascismo. •Girando un poco el tema, ¿cómo vivió usted el mes de mayo de 1968, dónde estaba? Yo estaba aquí en Colombia, pero no creí en ese movimiento, no me entusiasmé como otros. •Pero fue un movimiento de repercusión mundial que generó un ambiente de inconformidad impensado… Es cierto, con todo y su snobismo creó un ambiente de inconformidad, pero no tenía como objetivo la toma del poder, estaba condenado a fracasar. No tenía elementos ideológicos ni organizativos para reemplazar las instituciones de forma radical. No era un movimiento dispuesto a tomar el poder, por eso fracasó. Ni siquiera debilitó el orden o el establecimiento. Hoy, el fenómeno Obama debilita el imperialismo porque es una etapa del triunfo contra el racismo. •Ya que menciona a Barack Obama, algunos lo ven como parte esencial del imperialismo… Esa puede ser una reacción de la extrema izquierda; en todo caso eso es otra cosa. Barack Obama ha sido escogido por las mayorías demócratas en Estados Unidos, no es una concesión a los negros norteamericanos. •Entonces a finales de la década del 60 estaba en Colombia, ¿qué papel jugó en el movimiento social que se gestó en el Chocó en esa época? Yo regresé al país en octubre de 1966, estuve unos años, y me regresé a Europa. El 22 de agosto de 1967, día del paro “agua y luz” yo acababa de llegar de Bogotá porque el día anterior no hubo cupo en el avión. Todo lo que sucedió fue muy grave. Sospecho que los americanos tenían las manos metidas en eso. Yo vivía donde Tomás de Aquino Moreno, en la carrera cuarta; sentía pisadas en los alrededores, se veían sombras en el techo. Ese día me detuvieron, pudieron haberme matado. Decían que venía de Cuba con una delegación de terroristas.

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•¿En que se encuentra ahora Arnoldo Palacios? Estoy pensando en la publicación de mis obras completas, pero las cosas se han quedado quietas por el cambio en la directiva del Instituto Caro y Cuervo. Espero hacer un lanzamiento en Colombia del libro “Buscando mi madredediós", del cual hay una parte editada en francés. También he hecho poesía popular en castellano y eso no se ha publicado. Hay otro cuento del que quiero hacer una buena edición, ese fue publicado con éxito en El Tiempo hace como treinta años, en la época de las elecciones de Alfonso López Michelsen. •¿Cómo se llama? Se llama “regalo de navidad para el niño negro”. Hay una traducción muy bien publicada en Francia, en Normandía. Fue publicado en inglés en los Estado Unidos en la revista Afrospanish review. Tengo también una traducción al alemán, pero esa no se ha publicado. Necesito que alguien me lea esa traducción y me la revise porque yo no hablo alemán. El traductor fue un profesor alemán que desgraciadamente murió. Quiero hacer una edición trilingüe de ese cuento. •Hablemos de “Buscando mi madredediós” No es buscar a la virgen santísima. En el Chocó buscar la madredediós es buscar que se realice el milagro de la aparición del pan de cada día, o usted puede decir el sustento: una onza de queso, por ejemplo, para hacer una sopa de fideo. En ese libro cuento mi infancia en Cértegui desde cuando tenía dos años, pero no es sólo mi vida sino la vida de todo el pueblo. •Maestro, no puedo cortar este diálogo sin cuestionarlo por algo que hace tiempo me ha inquietado, ¿cómo hace usted para conservar la lucidez, a pesar de su edad? Bueno, esas son cosas del río Cértegui (risas). El que se baña en el río Cértegui conserva la lucidez.

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MIGUEL ALONSO MOSQUERA KLINGER El tablero ajedrecístico que brilla por el Chocó. La motivación inicial de Miguel Alonso para aprender a jugar ajedrez fue la compasión. A sus escasos 14 años le dolía ver que su padre, el educador Alfonso Mosquera Córdoba, perdía todas las partidas con los amigos que iban a visitarlo a su casa. Esas derrotas a domicilio lo animaron a conocer los secretos del juego con la idea de reivindicar algún día el honor familiar, y en verdad que lo ha logrado con creces. Con su curiosidad de niño aprendió los primeros movimientos de las fichas bajo la orientación de su padre. Ya cuando se tuvo confianza empezó a jugar partidas barriales y a participar en torneos locales. Desde ese entonces Miguel Alonso ha recorrido un sendero de éxitos: ha sido triunfador en las diversas ferias y eventos que se realizan en distintas ciudades del país; subcampeón nacional infantil en 1990, campeón nacional prejuvenil en 1991 y juvenil en 1995 y 1996, campeón universitario de Bogotá desde 1993 hasta 1995, campeón nacional en 2004; ha obtenido innumerables medallas representando a Colombia en torneos internacionales en España, Alemania, Cuba y otros países. Mosquerita, como se le conoce en los torneos internacionales donde actúa, alcanza hoy en día el título de Maestro Internacional, en proceso de convertirse en Gran Maestro Internacional. Miguel Alonso, a quien el ajedrez le ha dado el amplio reconocimiento que tiene en Colombia y el exterior, es Contador Público egresado de la Universidad Central; trabaja como instructor de esta disciplina en el Instituto Distrital de Recreación y Deportes (IDRD), en la Universidad de los Andes y en la Pedagógica. El destacado tablero chocoano es referente nacional del buen juego y de una connotada técnica pedagógica que lo ha llevado a orientar más de una vez la Selección Colombia de este deporte. No tiene planes inmediatos de regresar al Chocó, pero extraña de su terruño los aguaceros casi eternos y la gastronomía, las tardes de fútbol en “el polvorín” y las “voladas” a nadar en la Yesca y Montefrío.

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•¿Cómo empezaste a jugar ajedrez? Lo cierto es que siendo muy joven mi papá fue quien me indujo y me enseñó. Yo tenía más o menos 14 años y había bastante fiebre por el ajedrez en el departamento, específicamente en Quibdó. Jugué un par de torneos y obtuve buenos resultados, eso a uno lo motiva. Me propuse, de manera muy personal, tratar de superar a las personas que le ganaban a mi papá. En ese propósito me fui involucrando mucho. Luego llegué a Bogotá, donde me ofrecieron una beca para estudiar Contaduría Pública en la Universidad Central. En el año 2000 me gradué como Contador Público con un apoyo importante porque sólo pagaba el 30% de matrícula. •Quiere decir que la motivación principal para jugar ajedrez vino de la familia y del deseo de ganarles a quienes derrotaban a tu padre… Exactamente. Una vez llegué a Bogotá me animé más porque había torneos de todo tipo. A la vez el fundador y rector de la Universidad Central, Jorge Enrique Molina Mariño, era el presidente de la Asociación Colombiana de Ajedrez. Entonces empecé a viajar a nivel internacional porque obteníamos logros en el equipo de la universidad. Cuando fui a ver estaba demasiado involucrado en esto. •¿Lo de la universidad se dio gracias al ajedrez o te afianzaste en el ajedrez estudiando en la universidad? A la universidad ingresé como cualquier persona que practica un deporte con alguna facilidad: había sido campeón nacional prejuvenil en 1991 en Medellín, el torneo se llamaba superestrellas 2000. Entré a la universidad con una beca porque había jugado de buena forma varios torneos, luego me gradué como contador. Al final de la carrera empecé atrabajar en el tema del ajedrez con la universidad ESAP, la Pedagógica y a la vez inicié a trabajar en algunos colegios distritales como contador, dictando clases de contaduría. La Universidad Central otorgaba las becas porque se practicaba ajedrez u otro deporte. Uno tenía que sostener los resultados académicos; yo tenía becadle 70% siempre por la práctica de ajedrez. Durante dos semestres la pude haber tomado por promedios académicos pero eso sería quitarles la oportunidad a otros. Estando en Bogotá me afiancé en el deporte, me pasé ya a la liga local y el año pasado obtuve medalla de oro en los juegos nacionales representando la liga de Bogotá. Hoy trabajo en el IDRD y enseño ajedrez en dos universidades muy importantes. Este fue el camino que escogí, la profesión a la cual estoy dedicado en este momento.

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•Te apartaste de la contaduría y te concretaste al ajedrez… Sí, estuve trabajado en el Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico IIAP desde el año 2003 hasta el 2005; en ese momento era representante de la liga de ajedrez de Cundinamarca. Estando como tesorero en el IIAP tuve la oportunidad de ir a una olimpiada mundial en la que obtuve unos resultados nunca antes logrados por un deportista colombiano en la rama del ajedrez. Por eso determiné que por aquí es la cosa. •¿Cuáles han sido tus mayores logros a nivel nacional e internacional? Bueno, para que se pueda entender bien esto digamos que he ganado todos los torneos abiertos que se hacen en Colombia y las ferias de todos los lugares, con excepción de la feria de Cali a la que no he asistido de manera reiterativa. He ganado en Medellín, Manizales, Bogotá etc. En el año 2008 obtuve una medalla de oro en los juegos nacionales realizados en la isla de San Andrés. No estoy seguro de que en el Chocó alguien haya obtenido estos logros, siendo que hay muy buenos deportistas. •Tú eres Maestro Internacional, ¿qué implica eso y cómo se obtiene ese título? La gente piensa que un maestro internacional es un maestro que enseña a nivel internacional. No, ser maestro internacional es otra cosa. El título se obtiene jugando internacionalmente y logrando unos resultados importantes. En los torneos que he participado hasta hoy en el exterior he ganado rating y era necesario ganarme tres normas. En el año 2004 durante el torneo de Caldia, en Palma de Mallorca gané una norma de gran maestro, que es como el doctorado en ajedrez, e hice el título de Maestro Internacional directo. Cualquier persona tendría que jugar por lo menos tres torneos y obtener unos resultados muy brillantes para hacer ese título, yo solamente con el de Caldia lo logré. En las olimpiadas mundiales cabe destacar que van los mejores ajedrecistas del mundo y yo era el primer tablero de Colombia en ese momento. •¿Por qué al ajedrez lo llaman deporte si el jugador no suda? Básicamente el ajedrez se cataloga como deporte porque lleva implícito el aspecto competitivo. No es un deporte que necesita fuerza física; es un tablero plano en el que le tienes que dar proyección a las piezas. Es un juego bonito porque se combate y se gana con argumentos, no con armas. •¿Y por qué lo llaman ciencia? Porque en el ajedrez es necesario investigar demasiado; uno lo ve como un jueguito inofensivo y hasta lo compara con el parqués y el dominó que son juegos muy limitados

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. En el parqués y el dominó uno sabe lo que va a pasar, en el ajedrez cada año salen seis libros, fuera de todo lo que se pueda escribir y se tome como literatura, porque siempre hay jugadas nuevas. La gente desconoce que muchas personas se han hecho profesionales jugando ajedrez porque este juego todo el tiempo está cambiando, por esa razón es ciencia. •¿Qué te falta por conquistar en el campo deportivo? He estado metido en el ajedrez desde la época del colegio y no he logrado lo máximo que se podría conseguir, que es ser Gran Maestro. Yo soy Maestro Internacional, eso es en la escala jerárquica el segundo momento, en Colombia hay tres, pero sería bueno hacer el título de Gran Maestro. •¿Quiénes son los tres Grandes Maestros en Colombia? Un risaraldense, Alonso Zapata, que es el mejor jugador de Colombia en toda la historia, él tiene 53 años; un antioqueño de 55 años, Gildardo García, y Jaime Alexander Cuartas, también de Antioquia, dos años mayor que yo. Jaime Alexander se hizo Gran Maestro en las olimpiadas que se realizaron en Dresden Alemania, donde yo fui como entrenador de la selección Colombia. •Es decir él fue tu alumno… Sí, todos recibieron apoyo de mi parte. Era un grupo más bien joven, en donde teníamos edades similares, somos amigos y todo el tiempo hemos venido compitiendo. Yo determinaba quiénes jugaban y por qué razones y eso fue bien atendido. •¿Qué perspectivas le ves al ajedrez en el Chocó? Bueno, en cuanto al nivel nunca ha habido dificultad. Los chocoanos normalmente hacemos las cosas bien porque somos orgullosos. Fuera del folclor y la vagabundería somos dedicados, siento que ese no es el problema. En el Chocó hace falta una persona, un ícono para seguir allí cerca, porque yo aunque soy del Chocó no voy con regularidad y las noticias que acaparan la atención de los medios son de actividades deportivas masivas. Se necesita alguien que asuma un papel importante en este deporte; hay capacidades y habilidades pero no hay motivación. •¿Motivación por parte de los organismos estatales? Necesariamente eso incentivaría, pero si hubiera gente joven involucrada en el tema el Chocó sería una potencia como lo ha sido. Después de un jugador importante siempre ha venido otro y otro; después de Carlos Ramírez vino Ricardo Díaz, después Freddy Díaz, Jorge Rentería, Miguel Mosquera… Es allí donde me quedo con la incógnita. Nunca ha habido una propuesta de parte de los que administran. •¿Te gustaría ejercer en el Chocó un liderazgo especial? Realmente no lo he pensado, pero cualquier persona desde lo que hace se puede sacrificar por su departamento, no creo que eso tenga inconveniente. Y no lo he pensado es porque estoy en Bogotá, tengo respaldo del IDRD que es la institución deportiva más importante del país, trabajo para la

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universidad de los Andes, para la Libre. Son instituciones que me han acogido para bien. •Como quien dice, tú eres un “cerebro fugado” del Chocó… Y sabemos que hay muchos, yo en este tema, y podríamos mencionar a muchas personas en otros campos.Fugado y todo a mí se me ha reconocido a nivel nacional e internacional como un chocoano que representa a la ciudad de Bogotá. •¿Qué es lo que más extrañas del Chocó viviendo en la capital de la república? La comida: la longaniza, los patacones, los pasteles. Bueno, si uno busca tiene la facilidad de conseguir con los chocoanos este tipo de cosas. Afortunadamente mantenemos la familiaridad, a pesar de vivir a toda carrera. En otro país eso sería terrible. •¿Qué referente tienes de la juventud del Chocó? Tendría que estar cerca para darme cuenta en detalle, pero siempre he creído que tenemos muchas potencialidades y las desperdiciamos. Aunque en términos generales no descalifico esa posición, somos muy rumberos. De pronto esas neuronas podríamos utilizarlas. Se vive con mucha alegría, eso también es importante. Hay muchos profesionales pero no veo que nos enfoquemos en cómo poderle aportar al departamento, pues casi siempre estamos buscando sacar provecho a cada situación. Quizá el sistema capitalista a todos nos tiene así, pero me preocupa. Hago un llamado pero no como crítica, debemos pensar en cómo ser importantes para el departamento. •Tú que eres una persona de méritos nacionales e internacionales, ¿por qué crees que en el Chocó a mucha gente no se les reconocen los valores? Antes de hablar de eso es importante decir que hay personas a las que sí se les reconoce, entonces creo que hace falta que todo tenga eco. El Chocó presupuestalmente no está bien, hay mucho derroche, hay administraciones no muy buenas que dejan dudas sobre el amor por el departamento. Me parece que todo eso hace que se omitan cosas que no se ven como importantes o necesarias. Pero, por suerte para mí eso nunca ha sido motivo de preocupación porque me satisface saber que hago con gusto lo que escogí como camino. Sería bueno sí que algunos medios destacaran no a Miguel Alonso sino Felipa Palacios, Clara Inés Córdoba y muchas otras personas que han obtenido logros, pero lastimosamente a la gente se le mide es por lo que tiene. •¿Es muy remoto tu regreso al Chocó como profesor de ajedrez? No me ha pasado por la cabeza, y es por lo que te decía antes: aquí tengo grandes oportunidades y he adquirido responsabilidades. Vengo practicando ajedrez hace unos veinte años, casi todos en Bogotá; no sería serio pensar en ir al Chocó. Remoto por eso.

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•De tantos triunfos, ¿cuál es tu mayor orgullo? Yo he ganado torneos de todo tipo, para mí es algo habitual, pero el torneo que jugué en el 2004 en Palma de Mallorca ha sido mi mayor resultado personal y deportivo porque estaban todos los jugadores de la élite mundial; mejor dicho esa olimpiada era como unos juegos olímpicos. •¿En el corto plazo tendremos a Miguel Alonso Mosquera Klínger como el cuarto Gran Maestro de Colombia? La idea es participar en dos torneos en Brasil: el intercontinental que es en Sao Paulo, y en el panamericano de Méndez, una provincia de Río de Janeiro. Tengo expectativas grandes en estos dos torneos para subir mi ELO, que en el campo del ajedrez quiere decir escalafón. •¿Qué sientes cuando escuchas el himno del Chocó? Si estoy en una competencia internacional y oigo el himno de Colombia porque alcancé un logro importante, tarareo siempre el himno del Chocó. Donde quiera que esté pienso siempre en mi departamento y en las dificultades que hay en él.

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JESUS LOZANO ASPRILLA El quijote negro de Colombia En su explicación acerca de la relación hombre-trabajo, Karl Marx sostiene que el trabajador pone su vida en la elaboración de un objeto, pero a partir de entonces ya su vida no pertenece a él sino al objeto. Chucho Lozano, como conocemos todos a este condoteño grande en estatura y en proyectos, tiene el mérito inmenso de haber dejado su vida en la empresa que lo desveló siempre: la creación y puesta en funcionamiento de un centro de educación superior en el departamento; es decir lo que hoy representa la Universidad Tecnológica del Chocó. Con toda certeza la tesis de Marx encaja en este caso. A finales de la década de los años sesenta, él y otros 38 profesionales chocoanos decidieron materializar la idea de fundar en el Chocó una Universidad que formara profesionalmente a las personas que carecían de recursos para desplazarse a estudiar en los grandes centros urbanos del país. Toda una utopía tratándose de un claustro para la educación superior ubicado en un departamento que acaso alcanzaba las dos décadas de creado. El sueño se cumplió en marzo de 1972 bajo precarias condiciones, pues a falta de energía eléctrica los salones se iluminaban con velas, los profesores trabajaban fiado o ad honorem y los mismos estudiantes desconfiaban de los contenidos académicos. Así nació el alma máter de los chocoanos, con Jesús Lozano Asprilla como partero, ilusionista y animador. Pero este economista, administrador de empresas, especialista en economía solidaria y sobre todo maestro, no se frenó. Y no lo hizo precisamente porque la meta era mucho más ambiciosa: el plan completo contemplaba vías de comunicación, energía eléctrica, desarrollo empresarial a través de la actividad minera organizada, acceso a los altos cargos del estado, y en términos generales la verdadera inclusión del Chocó en los destinos de la vida nacional. Después de desempeñarse como primer rector de la Universidad Tecnológica del Chocó, y con la vitalidad que lo caracteriza, este fabricante de utopías se comprometió de nuevo y llevó a cabo otra iniciativa: inauguró la empresa de transporte urbano Expreso Chocó, que actualmente sobrevive a un caos administrativo. En su hoja de vida, u hoja de amor y de servicios como él prefiere llamar a su currículum, “porque venimos al mundo a amar, servir y perdonar si nos ofenden”, se observa un largo recorrido sindical y solidario

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que abarca varias décadas de su prolífica vida: fundador de la Cooperativa del Magisterio de Bogotá –Codema-, de maestros del Chocó –Coomachocó y de Cooemutch, que agrupa a los empleados y docentes de la Universidad Tecnológica del Chocó. En 1998, en una decisión sin precedentes en la historia del país, resolvió poner su nombre a consideración de los colombianos como candidato a la Presidencia de la República en representación de las personas negras. El resultado electoral fue exiguo, pero meritorio por la osadía de su contenido. Sin lugar a dudas Chucho Lozano es un dínamo, recientemente ingresó al campo periodístico con la fundación de un quincenario titulado “Chocó tierra mía”, para lo cual comprometió a más de 100 profesionales criollos que con sus aportes dieron vida a la publicación, desde la cual se jalona la construcción de la vía al mar, se exaltan méritos y se llama al emprendimiento de los chocoanos, además de registrar los hechos noticiosos de la región. En su madeja de ilusiones, Chucho Lozano tiene la intención ecuménica de unir a los chocoanos bajo una sola bandera, y en procura de ese sueño ha marrado ingentes esfuerzos, por lo que se destaca como el gran quijote negro de la chocoanidad. Está residenciado en la capital de la República pero viene al Chocó cada vez que puede; cuando regresa anda a pie por las calles de los pueblos, sostenido por un gran paraguas, cargando en su mente un costal de ideas para desarrollar la región y sacar al negro de su encrucijada. Porque como él mismo lo dice, tiene energía hasta el año 3000. •A usted le tocó fundar la universidad y trabajar en ella alumbrándose con velas. Hoy tiene una sede muy moderna y bonita pero se escuchan muchas críticas. ¿La UTCh ha cumplido el papel para el cual fue fundada? A la universidad le fijamos una misión de la cual ha cumplido con un 75% y con la conducción del rector, que es un líder de la institución, puede llegar a la excelencia académica. Pero falta el otro 25% y ¡ojo! Tiene que cumplirlo en estos próximos 10 años. Si no se cumplen las metas, en el año 2019 la universidad pierde el protagonismo que está obligada a tener. Hoy por hoy nada se podría mover en el Chocó sin que se contara con la universidad. El gobernador y los alcaldes serían designados por la universidad, no egresados impuestos por los politiqueros. Gobernantes puestos por la universidad teniendo su ideología propia y comprometida con un plan de desarrollo presentado al pueblo para que éste lo fortalezca y se comprometa a sacarlo adelante con el equipo de líderes que se conforme. A la Universidad Tecnológica del Chocó se le entregó la misión de liderar el proceso de desarrollo del Chocó y mejorar la calidad de vida de sus habitantes a través de la generación de trabajo productivo. Si eso se hubiese cumplido sería una universidad piloto no sólo en Colombia sino en América Latina. En este momento no hace más que sacar gente y decirles váyase a buscar trabajo.

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La UTCh debe crear un plan de desarrollo 2010-2019, todavía tiene tiempo y hay insumo suficiente. Si hace eso genera trabajo para esos 35.000 egresados que andan por ahí con mentalidad de burócratas. Pero si no lo hace, llegará el momento de la entelequia. La universidad lleva en su propio seno el germen de la destrucción, es decir sus egresados, porque todos al terminar quieren ser profesores en ella. Con cuarenta mil egresados y cinco mil alumnos, tendría que tener cuarenta mil alumnos para que cada profesor cogiera uno y anduviera con él rumbeando en las discotecas de Quibdó y al final del mes ir a cobrar el sueldo. •En su momento, la idea de crear una universidad en el Chocó no vino sola, según entiendo estaba integrada a planes de interconexión eléctrica, empresas de economía mixta, vías etc. ¿Qué pasó con el resto? La actitud que tuvimos quienes regresamos en 1970 a Quibdó era una actitud de cambio de mentalidad, una mentalidad empresarial positiva, con cultura accionaria, de manera que no hubiera un solo negro pobre. En relación con el tema de la minería, por ejemplo, éste aparecía en el inventario del festival del retorno. El sexto punto del hexálogo de desarrollo proponía: “una empresa nacional de economía mixta que explote para nosotros y el resto de los colombianos nuestros yacimientos de oro y platino, hoy en manos de los gringos”. Se tenía prevista la creación de la Empresa Colombiana de Metales, llamada ECOMETAL. Sosteníamos la tesis de que si para solucionar el problema del petróleo en Colombia fue necesario crear ECOPETROL, para desarrollar el tema del oro y el platino en el Chocó era necesario crear ECOMETAL. El día en que se iba a fundar la empresa en Condoto, mediante asamblea, con la asistencia de los alcaldes de la Asociación de Municipios del San Juan y gente de la comunidad, el único alcalde que se apareció con los ocho millones para la compra de sus acciones fue el de San José del Palmar, un municipio con vocación agrícola y pecuaria. ¿Por qué no se creó la empresa? Porque los politiqueros del Chocó les dijeron a sus alcaldes de Istmina, Tadó y Condoto que no permitieran el nacimiento de esa empresa porque eso le iba a dar puestos y votos a Chucho Lozano. Nosotros cumplimos creando la universidad y allí está, una cosa muy bella. •O sea que del hexálogo quedó por lo menos la universidad… Claro, y al crecer a la universidad le tocaba sacar adelante los otros puntos. Porque ahí se iría a formar el gran grupo de líderes auténticos que por su formación, con ese criterio de unión de los chocoanos saldría con todo… Sin embargo, en la medida en que la universidad fue creciendo los politiqueros fueron sintiendo ganas de tomársela, porque estaban por fuera. En esto de la universidad hay muchas cosas bonitas y también muchas cosas duras.

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En los anales del congreso está registrado el comportamiento de cada uno de los parlamentarios, para que no se inventen cosas. Para que se diga lo que es. •Un negro chocoano, de origen campesino, candidato presidencial en Colombia. ¿Qué experiencia le dejó ese desafío? Ese desafío me dejó algunas experiencias básicas. La primera: a los negros no les cupo en la cabeza mi atrevimiento de ser el único negro en la historia de Colombia que se candidatiza a la presidencia de la República, atendiendo la petición del Movimiento Nacional Palenque Afrocolombiano. Segunda: recibí el gran reto. Recorrí 254 pueblos de mayorías negras en toda Colombia para darme cuenta de que los negros que mejor viven son los de Quibdó y Buenaventura. Buenaventura no es sino un Quibdó con mar y Quibdó es un Buenaventura sin puerto marítimo. Al no caberles en la cabeza la idea del candidato propio, comprendí que los negros pensaban que hacer esto era irrespetar al amo. Por eso en los minutos que me daban en televisión les decía pídale permiso a su amo para votar por usted mismo. •¿No le parece una frase muy fuerte? No, porque había una más débil. Cuando me preguntaban por qué quería ser presidente respondía: porque nos hemos venido preparando para administrar mejor al país, haciendo justicia social para lograr la paz. A preguntas como ¿hay discriminación racial en Colombia? Les respondía a los medios: ¿cuántas veces ha entrevistado usted al doctor Pastrana, a Serpa o a Nohemí y cuántas veces me ha entrevistado a mí? Todas esas cosas serían pocas si no me preguntan el sábado anterior a las elecciones si todavía tenía esperanza de ser presidente. Dije claro, porque somos trece millones de ciudadanos y espero saber si de aquí a mañana domingo los negros recuerdan tantos años de discriminación y maltrato. •¿Al final cuántos votos logró? Fueron 16.600 votos, pero en el boletín oficial de la primera vuelta aparecen 12.703. Pero no fui la reina más fea, de trece candidatos quedé en el puesto ocho. Como si fuera poco en los llanos orientales y en otras partes saqué más votos que en el Chocó. Algunos decían no votamos por Chucho porque él va a perder. Éramos trece candidatos y perdimos doce, ganó uno solo. Y no ganó en primera vuelta. Recuerde que en la primera vuelta ganó Horacio Serpa y en la segunda ganó Andrés Pastrana. •Resumiendo entonces ¿la experiencia fue negativa? Sí, en esta primera experiencia el negro no asimiló algo que no le cupo en la cabeza. En Colombia sólo nos respetarán a partir del día que haya una votación considerable por un negro o una negra.

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•Ese irrespeto contra el negro no es suficientemente denunciado En Colombia nos irrespetan porque nosotros no nos damos a respetar. Algunos dicen que no sienten discriminación ni maltrato. Nuestros llamados pensadores lanzan expresiones como dizque estamos mal porque el amo no nos preparó para ser libres, nos dio la libertad pero sin recursos económicos. Eso no lo podía hacer porque nosotros éramos y somos hasta hoy, herramientas de trabajo. Amigo mío, antes de Misael Pastrana en 1970, sólo en 1934 el Chocó había sido visitado por un presidente de la República: el presidente Eduardo Santos. Porque él fue a Cali con la intención de salir luego para el Chocó, y después de terminar la jornada en Cali le dijeron: doctor Santos, de ninguna manera vaya al Chocó porque eso allá es muy inhóspito. Al final, Lorencita Villegas, su esposa, le dijo: “mijo vamos al Chocó. Al fin y al cabo una mala noche se pasa en cualquier parte”. En esa época se construyó el puente de la carretera a Istmina, que precisamente se llama Eduardo Santos. Desde esa época no volvió ningún otro presidente, hasta 1970 cuando vino Misael Pastrana. De ahí para acá siguieron viniendo. El presidente Turbay cuando estaba aquí dijo dos cosas: “si yo fuera chocoano sería revolucionario” y “estén seguros de que yo iré con ustedes a Bahía Solano en carro”. Se murió y no lo cumplió. Vino otro, para no citar muchos. Belisario Betancur decía que el sueño de llegar en carro a la costa pacífica chocoana se tenía que cumplir, pero tuvo que reducir los recursos para dedicarlos a la vía Pereira- Tadó, se le abona. Después de ser presidente, Belisario iba pasando por el pacífico en un barco de la armada, con chaleco antibalas. Arrimó a Bahía Solano y dijo: “chocoanos, el sueño no se ha podido cumplir, pero sigan soñando, ustedes tienen derecho a soñar”.Yo me propuse ser un alto personaje no del Chocó sino de Colombia. Por eso salí a estudiar, por eso tengo que cuidarme: porque soy el único negro ex candidato presidencial de Colombia. •Algo que para usted es un honor, obviamente… Claro, y como tal, si yo me porgo a andar con mi tarjetita de ex candidato a ofrecer mis servicios, aquí me levanto mis buenos pesos. Los negros que no votaron por mí muchas veces han recibido el abrazo, el saludo y el cariño de un ex candidato presidencial llamado Chucho Lozano. Pero ni Serpa, ni Bedoya, ni Nohemí los han saludado nunca, porque ni los conocen. •¿Por qué no prosperan las aspiraciones de los chocoanos en la circunscripción especial de comunidades negras en la Cámara de Representantes? No prosperan porque todos quieren se representantes, y cuando alguno llega a la Cámara lo hace por un movimiento político tradicional. Como consecuencia, él cree tener mayor compromiso con su grupo político que con su etnia.

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Hay una cosa que se llama mayorías idiotas, son aquellas mayorías que por no unirse nunca llegan al poder sino que cargan a otros al poder. Somos mayorías idiotas los trece millones de negros, los maestros, las mujeres y siga sumando. Ojo, tampoco nadie quiere comprometerse con nada en el Chocó, y si nadie se compromete nadie defiende la causa. En la época del festival del retorno me decían no se meta en eso, el que se mete a redentor muere crucificado. Mentalidad negativa. Aparte de esto, los politiqueros de turno del Chocó emborrachan al pueblo y afianzan en él sentimientos electoreros y partidistas, lo ponen a hacer sectarismo a favor de sus partidos. En las elecciones cada político del interior tiene un grupo de capitanes que le trabaja a cambio de plata, y todos consiguen votos. La única ventaja es que ahora están yendo al Chocó y usted sabe que solamente cuando están de candidatos van a ofrecer cosas que no son capaces de conseguir. •¿Por qué fracasó su aspiración al Senado en 2006? Porque había sonado la noticia que no tenía plata. En esa ocasión me enfrenté a 854 personas de otras partes del país y parecía que sería senador, pero cuando faltaba un mes para las elecciones ya no tenía el apoyo de partidos ni de grupos étnicos ni de concejos comunitarios. •De esta nueva frustración debió quedarle otra lección. Las experiencias son muy importantes, esa vez me quedó la enseñanza que el Chocó votó por 425 candidatos que llegaron a comprar votos. El Chocó puso 92.000 votos, pero no sacó un solo senador de su seno. Óigalo bien, yo pude ser senador cuando me llamó un mafioso de Barranquilla para decirme que fuera al día siguiente a Panamá a recibir 400 millones de pesos. Si los hubiera recibido a esta hora estaría en la picota, llevando candela en la celda más oscura por ser negro. Los que votaron por mí son dignos y orgullosos de haber demostrado que ese tipo de direcciones en el Chocó sólo son un negocio del que se benefician los capos. •¿Se perfila algún negro como futuro candidato presidencial? No creo, pero estoy esperando la hora de que venga un negro aspirando a la presidencia. Si me promete que no se detiene hasta llegar al final, yo seré su mejor jefe de debate, porque esa es la lucha que hay que hacer. •Ha habido una discusión sobre nuestra denominación, que si somos afrocolombianos o afrodescendientes, ¿cuál es su opinión? Esa es otra forma de enredarnos más, porque nosotros nos llamamos de esas maneras cuando ellos nos dicen negros. Es que no nos gusta ser negros y tenemos que disimular la peor parte que nos tocó, en consecuencia los oye usted diciendo algo que está muy en boga: es que estamos invisibles, tienen que visibilizarnos.

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Carajo, cuando a un muchacho no le paran bolas en la casa rompe la vajilla, quema las cortinas etcétera. Somos nosotros quienes tenemos que hacernos visibles y no ellos los que nos tienen que mostrar. •¿Cómo hacernos visibles? La única manera es la candidatura presidencial. El único día que nos buscan, porque nos necesitan, es el día de las elecciones. Es ahí cuando más deberíamos pincharnos, pero es el día que más nos regalamos por cualquier peso. Queda otra forma: ninguna posición o cargo desempeñado por un negro sirve, si quien lo ostenta no pone ese cargo al servicio del proceso organizativo de los negros. •Pero cómo lograr esa cohesión Lo que pasa es que nosotros no nos amamos, por eso no nos organizamos. Como no nos organizamos no somos fuertes ni libres. •Entonces continuará la discriminación Permanentemente. En realidad el negro tiene cuatro utopías, por eso busco siquiera diez negros ricos que se unan a través de una organización que llamamos UNIR, sigla que representa las cuatro utopías del negro: U, de unión. Somos individualistas hasta la muerte. Ni san Pacho logra unirnos después de la fiesta. Apenas se acaba la fiesta se acaba la unión. N, de negros. No sentimos orgullo por ser negros, por eso nos inventamos ese poco de términos: afrocolombianos, afrodescendientes, afrocaucanos, afrometenses, afrochocoanos. Llevamos por dentro la idea de que en el reparto nos tocó lo peor, y queremos de vez en cuando ganar. I, e independientes. Somos más dependientes que nadie. Tomamos los pedazos de cadenas que rompieron nuestros abuelos y las pegamos con hilos invisibles para volvernos más dependientes. En los estudios y títulos que ostentamos sin saber para qué, siempre nos falta el pedacito de compromiso que hasta la muerte tenemos con la comunidad. Profesional que no tiene compromiso con su comunidad es mediocre. Dependencia es opresión, algo que tenemos que rechazar; interdependencia, algo que debemos aceptar; independencia, algo por lo que vale la pena vivir.Independencia es liberación, algo por lo que vale la pena morir varias veces. R, de ricos. No hay marco de referencia de la riqueza. Cualquier peso nos cambia el comportamiento. Somos ricos gritamos un día, pero cuando los pesos se acaban pasamos a ser pobres, miserables absolutos. Caminamos como desplazados, con unos diplomas bajo el brazo, buscando una limosna y pisando la riqueza en un paraíso que se llama Chocó.Desde 1970 ando buscando diez negros ricos y no aparecen. •Hay quienes creen que el discurso negrista debe ser reemplazado, ¿qué opina usted? Es que nosotros no hemos sabido utilizar ni siquiera nuestra vida. Hablamos demasiado y hacemos muy poquito.

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Cuando fui candidato éramos 13 millones. Bastó con que nos preguntaran usted qué es: negro, afrocolombiano, afrodescendiente, afroantioqueño, carmelito o mestizo. En ese desacomodo bajamos a cuatro millones precisamente porque no tenemos autoestima, identidad ni sentido de pertenencia que es lo mínimo que debe tener un ser humano digno. Hoy es tan claro el mensaje, que cada vez que hablan de desplazado, mendigo o miserable absoluto sale un negro. En función de eso, más que el discurso negrista necesitamos amarnos, organizarnos, unirnos y llegar al poder. Pero no nos unimos porque tenemos un doble complejo: un complejo de superioridad individual con el propio negro y otro de inferioridad frente a las otras etnias. Así sólo queda frustración y resentimiento. •Cómo resolver ese interrogante con visos de dilema planteado por Caicedo Licona, ¿por qué los negros somos así? Mire, el negro no tiene solidaridad porque por sus venas corren sangre de perro y sangre de pavorreal. El negro siente un freso cuando sabe que su compañero está abajo. Y si es posible busca a otro para seguirlo hundiendo. Exactamente es como un perro pequeño que corre y grita porque uno más grande se le abalanza; otros perros también corren detrás de los dos animales, pero para atacar al pequeño, no para defenderlo. Eso tiene una expresión muy usada en el Chocó: al caído caerle. La sangre de pavorreal nos viene porque aunque no tenemos referente de riqueza o bonanza, el sólo hecho de poseer alguito ya nos crece y nos hace pavonear. En un cargo oficial el negro no atiende al público porque siempre está en junta; se cree rico y hay que decirle doctor. Ese torpe comportamiento es de pavorreal. Ese es el animal más bonito si se le ven las plumas, pero mire hacia abajo y verá una patas feas y llenas de mierda. Tenemos también varias mentalidades: mentalidad de burócrata y de minero. El burócrata no se siente feliz si no está en un puesto público y el minero derrocha todo lo que se gana en el día. Con esas sangres y esas mentalidades formamos un hombre al que se le dificulta comprender y analizar, lleno de contrastes y círculos viciosos, que cambia varias veces de opinión en una hora. Con ese hombre no se hace nada grande. •¿Por qué no avanzan las iniciativas empresariales en el Chocó? Porque no existe espíritu emprendedor ni cultura accionaria. Le repito, por la mentalidad de burócrata el chocoano sólo quiere ser empleado público. Además de que no manejamos las técnicas elementales de un negocio, tampoco sabemos manejar el crédito. Nos comemos la plata que nos prestan para el plante. Somos mala paga.

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No conocemos la doctrina empresarial. Nos limitamos a decir que aquí hubo fábrica de fideos, de velas y tal, pero no decimos que esas fábricas eran de turcos y judíos, no de chocoanos. Los chocoanos que crecieron lo hicieron mediante la compraventa de mercancías, los llamados burros de oro. El empresario y el emprendedor siempre corren riesgos. Como puedo ganar puedo perder; hoy perdí mañana me desquito. La mayor preocupación es que las empresas que llegan al Chocó terminan buscando personal de otras regiones porque ellos no saben cómo ser exitosos con nuestra gente. •¿Ve cercano el día en que haya en Colombia un negro burgués? Aclaremos primero que el burgués no gobierna directamente, él no sale en prensa ni le interesan la presidencia o los ministerios. El rico es el que impone a los presidentes y a los ministros, pero no se deja ver. Para que haya un negro rico se necesita cambiar de mentalidad; una mentalidad negativa por una positiva y abierta.Hay que crear empresas, y el más verraco creador de empresas es el que las crea donde no es fácil crearlas.

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JORGE TADEO LOZANO OSORIO El cacique malogrado Alguna vez en una cafetería de Quibdó empezó un señor a hablar mal de mí, pero no me miraba; yo estaba ahí en otra mesa. Un compañero que estaba conmigo le preguntó: ¿oiste, vos conocés a Jorge Tadeo? No lo conozco pero me han dicho tal y tal cosa, ese H.P. no ha hecho más que tirarse este departamento. Hablando sin identificarme, lo metí en la temática del país, del Chocó y de la política. Al final de la charla y después de decir que yo tenía la razón, que así era como debería verse el Chocó, le dije hermano yo soy Jorge Tadeo Lozano. Tal como se expresa en esta corta anécdota, narrada por su protagonista, así son de encontrados los sentimientos que despierta el ex senador Jorge Tadeo Lozano, el más destacado parlamentario chocoano de las últimas décadas. Aunque él no se considera un delfín, es hijo de otro reconocido político regional, Ramón Lozano Garcés, parlamentario y embajador en Jamaica. Por su carisma y oralidad envolvente Jorge Tadeo brilló con luz propia en el escenario político chocoano durante más de dos décadas. Es, sin lugar a dudas el político más avanzado que tuvo el Chocó en las postrimerías del siglo XX. En su fulgurante carrera política alcanzó a ser Concejal de varios municipios, Diputado a la Asamblea, Representante a la Cámara y Senador de la República. Así mismo fue miembro de la Comisión Política Central del Partido liberal y presidente del Parlamento Andino, liderando delegaciones congresionales de Bolivia, Perú, Venezuela, Ecuador y Colombia. Su dicción madura y verbo convincente lo convirtieron en líder indiscutido de la región. De sus dotes y probidad no dudan ni sus más enconados enemigos. El líder de negritudes Eulides Blandón (Kunta Kinte) lo describió como “la inteligencia al servicio de la maldad” En su trasegar político debió sortear todo tipo de debates, entre ellos el del sonado caso de la Compañía Minera Chocó Pacífico. También fue cuestionado por el destino que daba a los auxilios parlamentarios. En el ocaso de su carrera fue a dar a prisión tras ser acusado de peculado, no obstante su presidio le sirvió para contraatacar al estado con un libro, Juicio a la nación, en el cual denuncia la enorme desigualdad que se vive en Colombia y ahoga a regiones como la nuestra.

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Este polémico ex congresista, blanco de tantas pasiones, es hoy un activo hombre de 74 años que aprovecha el tiempo para leer y escribir sus memorias. Vive en Medellín, hasta donde llegamos a establecer este diálogo. Nos recibió en una extensa biblioteca que resplandece por su orden y profusión de volúmenes.De entrada, se anticipó a refutar el nombre metafórico que le correspondió: Permítame hacer algunos comentarios previos sobre el título “El cacique malogrado”: La expresión “cacique” en el Diccionario de la RAE tiene tres acepciones: a)Señor de vasallos en alguna provincia o pueblo de indios. b)Persona que en una colectividad o grupo ejerce un poder abusivo. c)Persona que en un pueblo o comarca ejerce excesiva influencia en asuntos políticos. Acepto -en gracia de discusión- la c) porque en efecto si fue cierto que en determinado período ejercí influencia política en el Chocó que mis adversarios estimaron “excesiva” pero que mis amigos siempre sintieron “democrática” en la medida en que la compartí con ellos en el interior de directorios, asociaciones de profesionales, de capitanes y capitanas, de juventudes, de fundaciones e institutos de investigación que creamos. Rechazo enfáticamente la a) porque el Chocó no es como peyorativamente se quiere hacer creer una “provincia o pueblo de indios” sino un comunidad organizada de negros e indios inteligentes; ni los chocoanos que me siguieron fueron mis “vasallos” dado que los vínculos que existieron fueron de recíproco respeto, fidelidad y lealtad con la mayoría de ellos y de intercambio de “favores” con otro puñado de socios políticos que tomaron rumbos diferentes por instinto de conservación o por propensión a la traición. Tampoco la b) porque en lugar de haber sido yo quien hizo mal, excesivo, injusto, impropio e indebido uso del poder contra alguien, fue ese “alguien plural” al que serví gratis o me sirvió a título de contraprestación, el que utilizó abusivamente contra mí, contra mucha gente humilde y contra el Chocó, el poder y mandato que le propicié. La palabra “malogrado” no existe en el Diccionario de la RAE pero sí en el Espasa-Calpe como “participio de malograr” y con tres significados: a)Perder o no aprovechar algo b)Frustrarse lo que se pretendía conseguir c)No alcanzar el desarrollo esperado En verdad que admitiría este mote de “malogrado” sin observación alguna, en cualquiera de sus acepciones, si desconociera la intención perversa del mismo: recordarme la cárcel injusta que padecí; por lo que fijaré mi posición personal sobre sus alcances, así: Perder algo o no aprovechar algo. Sí, en efecto, en lo personal perdí un tiempo precioso que hubiese podido aprovechar familiarmente;

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otros creen que con mi retiro forzoso perdió el Chocó; y un tercer grupo piensa que fue una oportunidad preciosa para el surgimiento de nuevos dirigentes. Sobre lo primero no tengo duda; respecto al segundo criterio, se lo dejo a la historia; y en cuanto a la tercera posición, solo opino que es una cruel manera de ascender en la escala de “valores políticos” en contra vía de la escala de valores éticos instituida para los cristianos en las Sagradas Escrituras, cuya trasgresión allí mismo condena el Señor para que el hombre la sancione en la tierra. Frustrarse lo que se pretendía conseguir. Si entendemos la “frustración” como el fracaso de una esperanza o deseo, no puedo negar que me sentí frustrado porque mi aspiración era haber dotado al Chocó y a todas las regiones de bajo desarrollo del país de herramientas legislativas de excepción que les hubiese permitido un crecimiento político, económico y social alternativo, intensivo y sostenible, con el objetivo de cerrar la brecha de la marginalidad territorial, de las diferentes formas de discriminación humana y de la desigualdad social. No alcanzar el desarrollo esperado. Siempre creí que el Régimen de Excepción planeado por mí para regiones de menor desarrollo del país seria la “panacea legislativa ideal” para el tan esperado crecimiento de estos pueblos y territorios; es obvio que no alcancé dicho objetivo durante mi gestión directa en el Congreso, pero también lo es que continué luchando indirectamente por lograrlo. Aclarado el significado literal y variado de aquella palabreja, entremos a responder el interrogatorio formulado: •¿Qué lecciones le quedaron de su paso por la política? Muchas que me dieron las gentes humildes de mi tierra. Lo intenté, me metí en las grandes ligas de la política nacional y allí la zancadilla, la discriminación, la envidia y la “politización de la justicia” están a la orden del día y me hicieron caer -mediante maniobras ilegales- en la celada de la “judicialización de la política”. “Es duro caer pero es peor no haber intentado algo” (Theodore Roosvelt) Para mí nada ha sido fácil: despedido del Colegio Carrasquilla por huelguista cuando cursaba 4º año de bachillerato, encarcelado en Medellín por dirigir una insubordinación estudiantil contra la dictadura de Rojas Pinilla cuando cursaba 1º de Derecho en la Universidad de Medellín, víctima de un atentado en Andagoya cuando luchaba por la defensa de los derechos de los trabajadores, objetivo militar del M19 durante la incursión de este grupo guerrillero al Chocó por la costa pacífica desde el barco Karina proveniente de Cuba, víctima de un complot contra mi vida planeado por un grupo de profesionales jóvenes de izquierda a quienes había llevado a posiciones destacadas en el Chocó, tentativa de secuestro en Quibdó de un hijo mío y “secuestro judicial” a mí durante algo más de seis años violándoseme derechos fundamentales, constituyen hitos de mi procelosa vida pública, a pesar de lo cual jamás desfallecí.“Un hombre acostumbrado a las adversidades, nunca se rinde”: (Samuel Johnson)

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Más claro, todo lo que me ha ocurrido en la vida me enseñó a caminar entre abrojos, para lo cual no nacemos preparados. “Tropezando se aprende a caminar” (Proverbio Húngaro) Lo positivo de lo que me ha sucedido son las lecciones de perseverancia, fortaleza, valor, lealtad, prudencia y templanza aprendidas de la gente y el fortalecimiento del carácter y la personalidad como resultado. “Todos los hombres pueden caer en un error, pero solo los necios perseveran en él” (Marco Tulio Cicerón) •En estos tiempos de parapolítica, farcpolítica y narcopolítica en los que, penosamente, nuestros dos representantes directos al congreso (Odín Sánchez Montes de Oca y Edgar Eulises Torres) se encuentran presos por parapolítica, le pregunto, ¿a usted nunca lo tentaron con dineros calientes o le ofrecieron ayuda grupos al margen de la ley? Jamás. Recuerdo que alguna vez en Unguía me llamó la guerrilla porque querían plantear algo relacionado con el pueblo, creo que el hospital no estaba funcionando bien o algo así; fui acompañado de un grupito de concejales y luego en Quibdó hablé con el gobernador. No me ofrecieron ayuda ni nada a cambio, eso fue hace más de veinte años. Nota. A este respecto formulé la siguiente pregunta al doctor Lozano Osorio: •Leyendo una crónica de Juan José Hoyos publicada en 2003, pero escrita en 1983, el entonces periodista de El Tiempo lo menciona a usted como uno de los políticos visitantes de la famosa Hacienda Nápoles, propiedad de Pablo escobar. Entre los invitados estaba también Alberto Santofimio Botero. Explíqueme por favor qué tipo de relaciones tuvo usted con el capo, ¿se benefició en alguna forma de los llamados dineros calientes? ¿se beneficiaron otros políticos de la región? Como única respuesta, el ex senador se limitó a darme a conocer una carta dirigida al periódico El Colombiano, fechada 31 de julio de 2006, en la cual se queja de una alusión a su nombre al pie de una fotografía en la que supuestamente aparece acompañado de los ex congresistas Alberto Santofimio Botero y Carlos Holmes Trujillo. El experimentado político le argumenta a la directora de ese diario antioqueño que el de la imagen es un hombre con bigote, lo que no corresponde a su biotipo porque él nunca usa bigote. En resumen, la pregunta sobre sus presuntos vínculos con el narcotráfico fue evadida. Continuemos con el cuestionario: •Algunos ven en usted un delfín político, ¿cómo se define ideológicamente? Normalmente los delfines son repudiados, yo no. Yo impuse mis condiciones con mucho trabajo político. En lo ideológico, mi papá fue un liberal clásico, moderado.

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Él nunca fue un hombre de izquierda, yo sí lo fui sin llegar a vincularme al partido. Siempre tuve una posición de izquierda muy clara, una cosa más o menos de corte gaitanista, nacionalista. •¿A qué atribuye esa malquerencia propagada contra usted? A que yo surgí con mucha fuerza. Y toda acción crea una reacción proporcional. Lo mío apareció en un momento crítico del Chocó: crisis en la compañía minera Chocó Pacífico, crisis política, enfrentamiento entre el cordobismo y el lozanismo, choque entre mi papá y Leopoldino Machado. Entonces yo surjo en ese momento como una fuerza que va a compensar las probables debilidades de la campaña de mi papá en lo económico, político y filosófico. En los años 60 elaboramos la plataforma del MLP, esa fue mi obra. Arranco como concejal de Istmina, luego paso a la Asamblea Departamental; en 1968 me lanzo a la Cámara contra la voluntad de Leopoldino Machado. Todos los alcaldes eran cordobistas, todos los puestos públicos estaban ocupados por el cordobismo y el gobernador era Ramón Mosquera Rivas. Contra todo eso me lancé y saqué 19.000 votos; me ganó Félix arenas Conto, con toda la maquinaria, por sólo 900 votos de diferencia. Como en ese momento no se aplicaba el cociente electoral, él se llevó las dos curules. En ese entonces la política se hacía con debates en la plaza pública. Recorrí palmo a palmo todo el Chocó; hice el recorrido Pueblo Rico- Tadó, que eran dos días caminando. Todos los caminos que hoy son carreteras yo los anduve a pie. Luego Leopoldino hizo disidencia, se unió al cordobismo, y los derroté. Al arrancar con tanta fuerza fui creando unos resentimientos a mi alrededor. •La historia reciente señala a la dirigencia chocoana como la responsable de la debacle, ¿le queda a usted algún remordimiento? No, ninguno, porque siempre obré de buena fe y sobresalí corriendo riesgos que otros predecesores y sucedáneos ni siquiera lo intentaron ni lo pudieron proponer sin mi asesoría y apoyo; en efecto, planteé “la segunda independencia del centralismo colonial ejercido por las ciudades y departamentos desarrollados del país”, a través de un Régimen Legal de Excepción para Regiones Menos Desarrolladas. ¿Por qué? Porque el problema del retraso del Chocó y de la mayoría de las regiones atrasadas de la nación es estructural y de muy vieja data. En el caso del Chocó, el atraso se remonta al origen institucional minimalista y dependiente que se le impuso, a los vaivenes político administrativos a que ha sido sometido su territorio y población, a las condiciones selváticas especiales prevalecientes en su entorno físico que han generado una equívoca marginalidad y al trato discriminatorio dado a la raza negra e indígena que lo han habitado. Espero que, como decía Voltaire, “El tiempo haga justicia y ponga todas las cosas en su lugar”

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•En la gestión de obras regionales hay una ruptura entre Diego Luís Córdoba, Adán Arriaga Andrade, Manuel Mosquera Garcés y su generación política. Su concepto es muy sincero pero es anti histórico. En la época nuestra se hicieron los puentes de Istmina y de Yuto, se construyó la nueva sede del hospital San francisco de asís, el hospital de Istmina, el de Acandí, el de Bahía Solano y el de Condoto. La ley 3ª de 1981 fue la única ley permanente de inversión pública que hubo en el Chocó durante una década. No hubo una sola escuela, un solo puesto de salud, un solo camino veredal, que no proviniera de la ley 3ª, única ley de fomento que existía, y yo la hice aprobar. Todos los gobernadores que rigieron desde 1981 hasta 1991 acudían a Planeación Nacional en busca de recursos de esa ley para adelantar sus obras. La construcción de los puentes del San Juan y del Atrato fue clave. •Pero el puente de Yuto es producto de una lucha cívica de los Chocoanos. Eso es cierto, pero el problema no es que la gente pida. Lo importante es que pidan y en el congreso haya alguien que coadyuve ante el gobierno nacional con documentos y debates. Nadie puede negar en el Chocó la contribución de los congresistas en la construcción de esas obras. Sí hubo gestión popular, pero se necesitó permanencia parlamentaria para sacar adelante esas obras. De manera que no estoy desestimando lo que los líderes del paro hayan hecho, básicamente en Quibdó, pero todos esos hospitales que le mencioné los hizo el gobierno nacional bajo la presión nuestra. •¿Cuál fue la génesis de la ley tercera de 1981? En su época de congresista Diego Luís Córdoba venía presentando cada diez años, yo las cambié por una ley permanente y le agregué algo nuevo: la destinación específica para obras de infraestructura en los sectores de salud, vías, comunicaciones, educación, es decir, los sectores básicos. Los dineros que los gobernadores ejecutaron de 1981 a 1991 fueron producto de esa ley, que fue suspendida por la constitución de 1991. La ley tercera de 1981 es mi mayor legado en obras físicas. •¿Cuál es su versión sobre el tema de la Compañía Chocó Pacífico? Mi versión es la versión objetiva de la historia. Cuando nosotros propusimos al gobierno de Alfonso López Michelsen que nos acompañara en ese proceso y nos nombrara a los asesores para convertir la pequeña cooperativa que existía en una cooperativa de producción y desarrollo minero, él dijo eso es algo extraordinario, y nos dio el apoyo. Todo comenzó muy bien. Yo me fui a Ginebra como delegado de Colombia al congreso de la OIT, hablé con el presidente de la OIT y nos mandó tres asesores extranjeros para que indujeran a los trabajadores en la creación de una Cooperativa de Producción y Trabajo.

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Se hicieron los contactos para las posibilidades empresariales: la exportación del oro, la tecnificación, la sustitución de esas dragas depredadoras por elementos que preservaran más el medio ambiente. Tecnología francesa, que en ese momento era tecnología de punta en la explotación minera. Mire, tengo los recortes de toda la gran prensa nacional con elogios más o menos en frases como esta: “el más extraordinario cambio que se pueda producir en América Latina en materia de la transformación de una empresa extranjera es el que se está dando en Andagoya” Todos los asesores, nacionales y extranjeros, concluyeron que el proceso era lo más inteligente que se podía hacer, pero como yo estaba en medio de la política surgió el fenómeno de la insolidaridad del cual hemos hablado anteriormente. Empezaron a atacar por la parte más débil que es el amigo político trabajador de la empresa. Había trabajadores de todos los grupos y todos habían votado por mí al concejo de Istmina en su época, pero entonces empezó la erosión política. Manuel Barcha Garcés me denunció ante la procuraduría, me hizo un debate en la Cámara; yo me bajé del Senado a la Cámara y respondí el debate. Demostré con documentos que el proceso era limpio, que se concibió como un negocio en el cual a los trabajadores se les trasladaba la propiedad de la empresa, las acciones. A su vez los trabajadores pagaban con sus prestaciones sociales, esa era la filosofía. Hubo un valor equis que nosotros pretendíamos que el gobierno lo liberara con recursos del presupuesto y que les dejaran a los trabajadores sus prestaciones. Que buscáramos la forma de pagarles sus prestaciones. Lo que intentábamos en el fondo era liberar a los trabajadores de ese inicial compromiso con algún ejercicio del gobierno pagándole a la compañía el valor que los trabajadores se comprometían a pagar. •¿Qué pasó entonces? Cuando comenzó a erosionarse eso por la acción política ocurrió una huelga en el Banco de Bogotá. Fíjese cómo esta oligarquía está conectada. Nosotros trabajábamos con anticipos. Para el pago de sueldos el Banco de Bogotá nos anticipaba el dinero. La Compañía le enviaba el oro al Banco de la República, éste compraba el oro y le pagaba al Banco de Bogotá el anticipo que nos había dado. Así, con ese déficit, funcionaba la Compañía antes de pasar a manos de los trabajadores. A veces se atrasaba el pago de los sueldos. Entonces con todo ese boom periodístico que se había dado, en plena huelga sale el presidente del sindicato diciendo nosotros queremos que aquí en el Banco de Bogotá se haga un proceso como el que se está haciendo en la Compañía Minera Chocó Pacífico.

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Se alborotó entonces toda la oligarquía de este país, llegaron hasta donde el presidente López Michelsen y le dijeron mire sus famosas ideas, mire a dónde vamos. Usted sabe que López manejaba una doble faz por ser un burgués con apariencia izquierdoide. Acuérdese del MRL. Decidió no seguirnos acompañando. Me alcanzó a llamar y me dijo que no podía detener las acciones que iba a tomar el banco. Pues sucedió que con la última remesa el Banco de Bogotá suspendió los anticipos y empezó a fallar el pago a los trabajadores. Así ocurrió, eso es histórico y ahí están todos los datos. •¿Fue así como colapsó la empresa? Ahí comenzó el colapso. Sin embargo logramos sostener la empresa dos o tres meses más. Surgieron las famosas suspicacias: Jorge Tadeo se está robando la plata. Empezaron las investigaciones, los debates en la Cámara y toda esa historia. Por supuesto que si estaban robando eran los propios trabajadores; si había sustracción de metal era por la crisis económica. Los mismos empleados que traía la Compañía anterior – Manuel Pereiro y otras personas – eran los que manejaban las operaciones. Ellos sólo fueron reemplazados cuando nombraron a Álvaro Uribe Vélez gerente liquidador. •¿Había corrupción dentro de la Compañía? Como le digo, estaba todo el equipo que venía de antes. Desde que el metal salía no lo tocaba nadie de la empresa; iba a Condoto en avioneta expresa del Banco de la República que lo evaluaba y purificaba en Bogotá, sacaba un valor que le daba al Banco de Bogotá, otra parte la repartía como regalía a los municipios y el resto a la Compañía. Se sabía con datos oficiales cómo se movía ese dinero. Algunos trabajadores, para mí con cierta razón, empezaron a decir bueno, si no nos pagan… Hubo mucha gente que comentó que el oro lo cambiaban en Condoto. No es que yo lo justifique, me lo explico porque la gente tiene que supervivir. Ese era un fenómeno inatajable; esa fue la gran crisis. •¿Qué pasó finalmente? Uribe Vélez toma la Compañía y la desmonta. Luego empezó a dar autorizaciones a varios antioqueños para que llevaran las retroexcavadoras que han hecho daños impresionantes. Yo pregunto ¿qué hicieron con esos equipos, con el taller de oxígeno y el de mecánica? Esos talleres tenían las herramientas más modernas. En Andagoya pudo haber un expendio de oxígeno porque tenían los elementos técnicos y ese era un elemento básico para la soldadura.

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•¿Dónde está la traba del desarrollo del Chocó? En la falta de solidaridad. Está claro en la historia de la humanidad que el símbolo del éxito de los pueblos, tanto en la guerra como en la paz, está en la unión; como también que la unión colectiva proviene del sentimiento individual de solidaridad excepcional, o sea, de la adhesión no solo circunstancial sino permanente a la causa o a la empresa no solo de otro u otros sino a la causa colectiva de la cual nos beneficiamos todos. No basta la solidaridad o unión de sentimientos en el duelo y en la fiesta, es indispensable la solidaridad en planes, programas y proyectos comunes o comunitarios. “Hay que unirse, no para estar juntos sino para hacer algo juntos”: (Juan Donoso Cortés) •Somos un pueblo minero por excelencia, pero esta condición no nos redime económicamente, ¿qué hacer? Potenciar nuestra solidaridad interior para luchar denodadamente por nuestra segunda independencia del centralismo y emprender un desarrollo alternativo sostenible tanto en la minería como en la explotación de los demás recursos renovables y no renovables. Tampoco podemos permitir que se nos deje como un santuario, tenemos que laborar la tierra como se hace en algunos países de África: un desarrollo alternativo sostenible donde no sólo vamos a explotarla para beneficio económico y de calidad de vida del ser humano que está inmerso en la región, sino que al mismo tiempo vamos a recuperar biodiversidad, a resembrar naturaleza. •¿Cómo podría contribuir el elemento chocoano a su emancipación? Teniendo convicción plena de que debemos coincidir en objetivos de unidad y solidaridad y en un modelo alternativo de desarrollo sostenible con independencia y autonomía. En mis discursos en el congreso proponía que no nos dejaran como santuario en esta inmensa riqueza, sino que nos permitiesen trabajarla recuperándola. Hay muchas cosas por hacer, estamos ad portas de una apertura mundial. No se trata de decirle al estado cuánto bosque hemos destruido, sino cómo vamos a aprovechar ese bosque en beneficio de la comunidad, económicamente y de manera sostenible. •¿Cómo borrar el estigma de la corrupción que pesa sobre los chocoanos? Ese es un tema generalizado en el Chocó y en el mundo, aunque eso no quiere decir que es menos grave en el Chocó. Me parece que el tema de la corrupción tiene mucha relación con la incapacidad de los órganos de control: procuraduría y contraloría. La corrupción es algo inevitable porque existe la tentación del ser humano por tomar los recursos públicos; en sitios pequeños como el Chocó es aparentemente más visible por las condiciones de pobreza y miseria, eso resalta ante la opinión pública.

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Creo que si mejoramos los órganos de control amos a disminuir los índices de corrupción. Yo estoy proponiendo en el régimen de excepción unas fórmulas que se llaman auditorías ciudadanas que están siendo ensayadas en Brasil. Tienen la ventaja de ser auditorías públicas y transparentes; no son las meras audiencias que están inscritas en las leyes colombianas, sino que tienen dientes. Una auditoría ciudadana tendría necesariamente la asistencia de la procuraduría y las contralorías en los aspectos legales y contables. •La constitución de 1991 produjo el artículo transitorio 55 que posteriormente dio origen a la famosa ley 70, ¿representa esta norma un avance para el Chocó y las comunidades negras de Colombia? Si fue un avance, sin embargo tuvo inconsistencias jurídicas en su trámite y dejó vacíos que han sido insubsanables por la condición temporal del Artículo 55 Transitorio de la CPC. El texto básico del artículo 55 citado es como sigue:“Dentro de los dos años siguientes a la entrada en vigencia de la presente Constitución, el Congreso expedirá, previo estudio por parte de una comisión especial que el Gobierno creará para tal efecto, una ley que les reconozca a las comunidades negras que han venido ocupando tierras baldías en las zonas rurales ribereñas de los ríos de la Cuenca del Pacífico, de acuerdo con sus prácticas tradicionales de producción, el derecho a la propiedad colectiva sobre las áreas que habrá de demarcar la misma ley”. Sin embargo, al Parágrafo Segundo del mismo artículo dijo lo siguiente: “Si al vencimiento del término señalado en este artículo el Congreso no hubiere expedido la ley a la que él se refiere, el Gobierno procederá a hacerlo dentro de los seis meses siguientes, mediante norma con fuerza de ley” La Constitución de 1991 entró en vigencia certificada por el propio Secretario de la Asamblea Nacional Constituyente el 7 de Julio de ese mismo año. La Comisión que menciona la norma transcrita la constituyó el Gobierno mediante Decreto Nº 1332 de 1992 de agosto 11 de 1992, publicado en Diario Oficial No. 40.538 de 12 de agosto de 1992, con fecha limite de funciones, como era obvio, hasta el 7 de julio de 1993, pues este día vencía el plazo de dos años dado por el mismo artículo 55 para que se profiriera la ley correspondiente. Sin embargo, la ley 70 de 1993 aparece fechada y promulgada por el Gobierno Nacional el 27 de agosto de 1993 y publicada en el Diario Oficial No. 41.013 del 31 de agosto de 1993. En el mejor de los casos, el Congreso excedió en 20 días el plazo de que disponía para legislar sobre la materia; por consiguiente, el Gobierno ha debido asumir la responsabilidad de hacerlo mediante Decreto dentro de los seis meses siguientes y no lo hizo. La ley así dictada es –sin lugar a dudasinconstitucional y el Gobierno ya no dispone de facultad para promulgar su contenido mediante Decreto puesto que venció el 8 de enero de 1994, según el

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Parágrafo 2º del Artículo 55 Transitorio de la Constitución que, entre otras curiosidades, también perdió todo efecto jurídico por su transitoriedad de dos años. Por motivos de especial consideración hacia el tema tratado en La ley 70/93 no se ha demandado ante la Corte Constitucional su evidente inconstitucionalidad, pero es obvio que cualquier ciudadano lo podría hacer en algún momento, generando con ello un verdadero caos jurídico para las comunidades negras y altísimos grados de inseguridad jurídica y desprotección de sus intereses. Propongo que se aprovechen las facultades otorgadas por el Artículo 14º del AL Nº 1º de 2009 sobre régimen de excepción para incluir las conquistas de la ley 70/93, llenando algunos vacíos existentes, mejorando la definición y límites de algunos derechos allí regulados e incorporando nuevas garantías, pues para fortuna de esta alternativa, la eco región del Chocó Biogeográfico coincide básicamente con la delimitación geográfica definida por la ley 70 de 1993, pudiendo extenderse tales beneficios a las demás Eco regiones delimitadas en el mencionado Acto Legislativo. Podrían adicionalmente incorporarse en el Estatuto normas que señalasen cupos fijos mínimos y gratuitos para niños y jóvenes negros en escuelas, establecimientos de secundaria y universidades públicas y privadas en regiones de marcada prevalencia poblacional de raza blanca o mestiza; la concesión a aquel sector social de becas integrales que aseguren sus estudios de principio a fin, con subsidios para libros y material didáctico en general y el suministro de alimentación, transporte y vivienda a los estudiantes de buen rendimiento académico; la obligación de las empresas y del Estado de recibir en su nómina de personal a determinada proporción de técnicos, profesionales y personal calificado y no calificado de afrodescendientes; la cobertura plena de salud a familias afrocolombianas que no estén en el régimen contributivo; la concesión preferente de crédito subsidiado no reembolsable a emprendedores empresariales negros para proyectos de desarrollo limpio; la participación política proporcional de la población de esta raza en las listas y candidaturas de los partidos políticos a cargos de elección popular e igual criterio de asignación en los órganos judicial, electoral y de control del Estado; además de otras garantías económicas, sociales y políticas que han constituido avances de las negritudes en otras latitudes. Todo esto enmarcado en un régimen constitucional y legal especial de derechos a la raza negra que está en mora de reconocer el Estado colombiano. De otra parte, como subsiste aún la discriminación política, racial y social a los negros en Colombia, individualizada en continuas acciones de Estado, empresariales, sociales, económicas y políticas, unas más visibles que otras, convendría estudiar la posibilidad de tipificarlas como ilícitas en el Proyecto de Estatuto si aún no han sido incluidas en el que se tramita en este momento en el Congreso, con penas lo suficientemente correctivas; pues hasta hoy solo tenemos, nacional e internacionalmente, unos delitos denominados colectivos, cuando se cometen contra grupos étnicos.

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•Otra inquietud es la siguiente: ¿Por qué para la regulación de algunos derechos de las comunidades negras la Constitución faculta al Congreso transitoriamente por un corto período de años en cambio las garantías allí mismas consagradas para los indígenas son de carácter permanente? ¿Una forma más de discriminación? Muchos, muchísimos derechos denegados históricamente a las comunidades afro-colombianas quedaron por fuera de la regulación de ley 70 de 1993, por lo que aún no han podido contar con la posibilidad de su exigibilidad por la vía judicial. •A la manera de Plinio Apuleyo Mendoza, ¿en qué momento se jodió el Chocó? Yo también me he hecho esa pregunta. El Chocó se jodió desde mucho antes de esta generación de políticos, desde cuando no se le dio jerarquía como institución político administrativa y empezó a manejársele como intendencia dependiente de otras provincias. Aquí ha habido unos errores desde la época de la colonia: las regiones a desarrollar eran las que tenían unas condiciones de aptitud de tierras, de medio ambiente ideal para la gente que venía de Europa con sus recursos. El Chocó y los llamados territorios nacionales de la Orinoquia y la Amazonia eran regiones inhóspitas para la visión de desarrollo de esa época. Nuestras selvas servían para escenas de terror cinematográfico inspiradas en Hollywood, pero nunca para desarrollo. Vino la desatención del estado en el tema de la inversión pública. Las formas de inversión en la época de la colonia eran individualistas. No era el estado sino el hombre rico quien invertía donde mejor le producía renta. Cuando el concepto de estado se fue arraigando y se fueron recaudando impuestos para invertir en las obras, aparecieron unas situaciones de hecho en donde el poder político, por la gran concentración humana, estaba en los territorios privilegiados con la inversión privada. Así siguió avanzando el país, aumentándose la brecha entre los territorios desarrollados y los no desarrollados. Coincidencialmente a los negros nos trajeron a zonas difíciles, a las minas, a las selvas; allá era donde se necesitaba el trabajo de nuestros ancestros. En ese momento se jodió el Chocó porque así creció Colombia: desigual. •Háblenos de aquella iniciativa suya que pretendía crear un marco legal de excepción para el Chocó. Aclaremos: no es solo para el Chocó; para que la iniciativa constitucional pudiese tener respaldo suficiente en el Congreso tanto del gobierno como de otros parlamentarios, el representante que la presentó tuvo que negociar dos aspectos cruciales: 1.Con el gobierno: la transitoriedad por un año de la norma constitucional que la autorizaría; y

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2. Con algunos congresistas: la inclusión en el proyecto de otras regiones de bajo crecimiento económico similares al Chocó. Estamos en la etapa de integración de la Comisión –a cargo del gobierno- que ordena el artículo 14º transitorio del Acto Legislativo Nº 1. de 2009 y ha transcurrido casi la mitad del tiempo concedido por la disposición superior para que el Congreso ejerza esta competencia especial y aún no hay señales externas de su conformación. Como autor intelectual de la iniciativa tengo la propuesta lista para presentarla a la Comisión una vez se sepa que está constituida; en el ínterin, la he estado socializando tanto en el Chocó como con autoridades de otros territorios interesados. •El representante que la presentó fue Odín Sánchez… Sí, pero él consultó conmigo antes de presentar el proyecto; estuvo aquí en mi casa varias veces pidiéndome la información, los antecedentes. Hubo dos o tres cositas en las que no coincidimos. Odín tiene el mérito de haberla hecho aprobar. •En pleno auge de la “seguridad democrática” del presidente Uribe, en el Chocó la guerrilla sigue emboscando y los grupos paramilitares se han multiplicado; Istmina es un polvorín y los asesinatos en Quibdó son el pan de cada día, ¿por qué los planes de seguridad no funcionan en el Chocó? Porque tales planes para el Chocó son mediocres debido a la discriminación rampante contra nuestra región y nuestras etnias. Siempre las ha habido; ahora es un poco más visible la desprotección porque se trata del atropello del derecho a la vida y la integridad personal de los ciudadanos y está afectando en mínima proporción a gentes blancas y mestizas del interior del país de tránsito en nuestro territorio, que han llevado la queja a los medios. En una región con un 90% de vías fluviales navegables, las cuencas de las áreas meridionales y altas de nuestros ríos están absolutamente indefensas mientras en los ríos de las fronteras, en el Magdalena, Cauca y algunos de sus afluentes, sobran las lanchas artilladas y blindadas de la Armada Nacional, bien apoyadas por la Fuerza Aérea, dándole seguridad a las poblaciones ribereñas. Cómo va a ser que uno viaja, ve y conoce que en todos los ríos del país, los de frontera y sus afluentes hay lanchas ligeras blindadas protegiendo a la comunidad y acá nosotros no tenemos ninguna vigilancia en las cuencas de los ríos. La hay en algunos sitios muy puntuales, en algunos retenes, pero no en la parte meridiana y alta de los ríos. La armada no está en el interior del Chocó sino en la periferia. Colombia tiene unos soldados dizque especializados en selva y otros en montaña, pero vemos que no salen de los pueblos, no van a los sitios donde está la guerrilla; eso es inapropiado. El Chocó era un lugar de reposo para los subversivos, acá venían a esconderse. Ahora es un pasadizo estratégico por nuestra posición geopolítica, somos un medio fácil para el tráfico de armamento y drogas.

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Con toda la fuerza naval existente en el pacífico sur en Málaga, no hay cubrimiento total. Hay unos puestecitos en el norte. En el Atrato cubre hasta un tercio del río, de Turbo hacia el norte. De Quibdó para arriba está totalmente desprotegido. En el San Juan es igual. Esa es una forma de discriminación en materia de seguridad. •¿Usted cómo ve el país, hacia dónde va Colombia? Los indicadores están señalando que el país no va bien. La inconformidad nacional está creciendo por las desigualdades aberrantes. Es obvio que este es un país con una economía fuerte porque la crisis no ha sido peor a pesar de la subversión, pero es una economía neoliberal donde el crecimiento de la riqueza es para los poderosos y el empobrecimiento está en aumento. El neoliberalismo clásico se sintetiza en creer que si se fortalece a los ricos ellos van a darles dádivas a los pobres: el ciclo ese de madres en acción que no resuelve problemas estructurales de la sociedad sino que, al contrario, los agrava. •¿Qué piensa de las propuestas separatistas que han surgido últimamente en el Chocó? Yo tengo muy claro eso porque he sido un separatista a ultranza. El argumento central de mi discurso en el congreso fue: si ustedes no nos quieren por lo menos permítannos independizarnos. En un discurso de casi hora y media les dije no es cierto que porque tengamos debilidades institucionales nosotros somos incapaces. En ese entonces mi lenguaje aterraba a la gente. Yo tenía la impresión de que la selva era una especie de virtud, de concesión de Dios, y que allí había mucha riqueza. Hoy se ha identificado plenamente que la mayor riqueza está ahí. •¿El separatismo no rompe la unidad nacional? Nosotros en este momento no estamos integrados al resto del país. Siempre hemos sido una isla, nos han discriminado, nos han marginado, unas veces en forma visible y otras soterradamente. •¿No es la separación un sueño impracticable? Cuando Panamá se separó estaba peor que nosotros y hoy tiene los mejores indicadores de desarrollo en Centroamérica. Yo sé que es una comparación abrupta porque en ese entonces Estados Unidos había acentuado su trabajo colonialista y le dio un apoyo inicial, pero usted sabe cómo son los apoyos nacionalistas: exigen más de lo que dan •Precisamente la contraprestación de las potencias es un agravante; además, el Chocó no tiene el impulso de los gringos… La geopolítica ha cambiado mucho también, hoy Estados Unidos no necesita de nosotros. Ni de Panamá… a Panamá lo entregó fácilmente porque no lo necesita dado que en la guerra hoy se usan armas intercontinentales, ya no necesitan el paso del canal como estrategia militar.

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Pero sí somos otro tipo de centro polar de un desarrollo especial alternativo que a Estados Unidos y los países avanzados les conviene. Somos un productor de oxígeno, ellos necesitan de las selvas porque no quieren desmontar sus plantas industriales. Ellos son conservacionistas fuera de su territorio. Aquí es donde entra en juego un tema bien interesante: el mecanismo de desarrollo limpio. •En este mismo trabajo interrogué a un influyente hombre de medios en el Chocó sobre cuál ha sido el peor político de la comarca, me respondió que Jorge Tadeo Lozano; sorpresivamente cuando le pregunté por el más importante y diligente me dio el mismo nombre, ¿usted qué opina de esas respuestas? El continuado respaldo político que obtuve durante más de 50 años de vida pública en el Chocó generó enorme simpatías pero también odios viscerales de distintos “personajes” graduados de profesionales del odio, el panfleto y la calumnia, actividades que combinaron hábilmente con el noble oficio del periodismo; son las “paradojas” de “humanoides” suficientemente conocidos y despreciables. •¿Qué le deja usted al Chocó como legado de su vida pública? Si por legado entendemos la trasmisión de valores tangibles e intangibles de la vida pública de una persona o de una generación a otra, debo reconocer sin falsa humildad que libré en la plaza pública, con argumentos programáticos desde consejos estudiantiles, organizaciones cívicas y todos los cargos políticos de elección popular en las corporaciones legislativas una lucha tenaz por la defensa de las libertades públicas y los derechos fundamentales de la nación, porque siempre he creído que el Chocó es una nación. Culminé con independencia y autonomía, sin aceptar ningún tipo de halago o señuelo de la compañía Chocó Pacífico, la trayectoria de nacionalización de las minas de oro y platino del Chocó y de Colombia, que había iniciado mi padre no obstante la obstrucción de los políticos adversarios. También dejo como legado el consenso mayoritario del pueblo chocoano, aun de mis contradictores, de haber sido el parlamentario de más abigarrada presencia en el congreso en defensa de sus intereses durante el tiempo que tuve la investidura. Además: I.Junto con un grupo de compañeros estudiantes recibí mención de honor del Ex-presidente Alberto Lleras Camargo en la ciudad de Medellín “como ejemplo de valor y lucha por la democracia al calificar de valiosa y eficaz nuestra acción estudiantil en la caída de la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla”. II.“Por haber librado con perseverancia y tenacidad arduas batallas cívicas y políticas en defensa de la democracia y de las libertades públicas y derechos fundamentales del territorio y del pueblo chocoanos con argumentos programáticos, desde los consejos estudiantiles y organizaciones comunitarias así como desde todos los cargos políticos de elección popular a

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los cuales fui reiterada y popularmente asignado”, como lo dijo en su discurso el Gobernador de ese entonces Doctor Miguel Ángel Correa Baldosea, se me otorgó la máxima condecoración del Departamento del Chocó. III.Según notas de estilo que recibí de algunos Sindicatos y Federaciones Nacionales de Trabajadores, fui “un ejemplo de lucha por la defensa de los derechos sindicales y laborales de los empleados públicos y trabajadores oficiales y privados”, asumiendo en unos casos la representación de sus intereses a nivel nacional y regional como Presidente del Sindicato de Trabajadores del Ministerio de Hacienda, Fundador y Vice-Presidente de la Federación Nacional de Trabajadores al Servicio del Estado, Asesor de más de cincuenta sindicatos de trabajadores oficiales y privados en el país y especialmente del Sindicato de Trabajadores de la Compañía Minera Chocó Pacífico en Andagoya, obteniendo para todos ellos conquistas laborales aún no superadas. Sobre este tema hay un libro elaborado. IV.Me desempeñé como docente universitario en la capital de la república con reconocimiento directivo y discente por mis aportes “a la investigación jurídica en las áreas del Derecho Constitucional y del Derecho del Trabajo”. Sobre estos temas hay dos obras en preparación. V.Hice una carrera política desde abajo, primero como concejal de Istmina y de media docena más de municipios, después como diputado a la Asamblea en dos ocasiones y Presidente de la misma corporación. Posteriormente Fui elegido al Congreso de la República durante seis períodos consecutivos en elecciones transparentes jamás demandadas ante tribunal alguno, enfrentado a mis adversarios en debates de tribuna pública y de confrontación de ideas y programas. Hay una novela autobiográfica en elaboración. VI.Presidí varias Comisiones constitucionales y legales del Congreso, llegando hasta ser elegido Vice-Presidente del Senado de la República desde donde propuse algunas reformas estructurales del órgano legislativo. Existen proyectos y leyes que lo evidencian. VII.Con ocasión de mi elección a la Vice-Presidencia del Senado se me hizo un homenaje nacional en el Salón Rojo del Hotel Tequendama de Bogotá en el cual el vocero de la costa pacífica en el acto, médico y senador nariñense Dr. Justiniano Quiñones Angulo, insinuó mi nombre para la Presidencia de la República, lo cual produjo urticaria política en los agentes del régimen y movió a la oligarquía bogotana representada en la Procuraduría a enfilar su acción persecutoria contra mi. La anécdota se cita y prueba en algunas de mis obras. VIII.En el ejercicio profesional del derecho recorrí todo el país “defendiendo exclusivamente y con honor e inteligencia la causa de los trabajadores y la justicia social” sin desviarme jamás de estos objetivos, como lo registró el vocero de las organizaciones sindicales en el homenaje del Hotel Tequendama.

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IX. Presenté al Congreso entre los años 70 a 90 varios Proyectos de Ley revolucionarios para el Chocó y para el país que resultaron demasiado avanzados para la época; y dos Proyectos de Reforma Constitucional a la Asamblea Nacional Constituyente de 1991 en nombre de la Fundación para el Desarrollo Social del Chocó y de la Federación de Trabajadores de Bogotá y Cundinamarca, que aparecen publicados en las Gacetas respectivas. En mis “Memorias” se transcriben y comentan. X.Políticamente llegué a integrar, coordinar y presidir Comisiones Estatutarias de la Dirección Nacional del Partido Liberal y a formar parte de la Comisión Política Central de la misma organización política. En sus archivos y en mis Memorias se registra esta actuación. XI.Fui elegido por el Senado de la República su delegado ante el Parlamento Andino durante casi una década, habiendo presidido varias Comisiones Especializadas, elegido su Vice-Presidente en varias ocasiones y Presidente de la misma organización. En los archivos de este organismo se deben encontrar algunos de mis discursos y actuaciones, los cuales obrarán igualmente en mis “Memorias” XII.Di ejemplo de lucha tenaz por la defensa de las libertades individuales y derechos fundamentales de las poblaciones afro-colombiana e indígena en escenarios políticos nacionales e internacionales en los cuales me correspondió intervenir como Congresista, Vice-Presidente del Senado de la República y Presidente del Parlamento Andino y en escritos y conferencias académicas que citaré en mis “Memorias”. XIII.Fui ejemplo de independencia y honestidad profesional y política al no aceptar ningún tipo de halago o señuelo de las compañías mineras extranjeras establecidas en el Chocó para detener la trayectoria de nacionalización de las minas de oro y platino del Chocó y de Colombia que había iniciado mi padre, no obstante la obstrucción e incomprensión de políticos adversarios y las denuncias presentadas en la época contra mí, de las cuales salí indemne. Sobre este tema he escrito un ensayo que publicaré próximamente. XIV.El concepto mayoritario del pueblo chocoano, aún de mis contradictores, de haber sido el parlamentario de más abigarrada presencia en el Congreso en defensa de sus intereses durante el tiempo en que estuve con la investidura congresal, sienta un precedente respetable; XV.Representé con decoro intelectual al Congreso de Colombia y al país en diferentes Conferencias Internacionales y Regionales del Trabajo – OIT - en Suiza y América Latina, huella de lo cual quedará plasmado en mi obra “Código Internacional del Trabajo” que espero concluir antes de un año. XVI.Dejé plasmados mis criterios sobre temas internacionales en discursos que pronuncié ante el Consejo Municipal de los Ángeles California, los Congresos de Colombia, Venezuela, Ecuador y Bolivia, así como ante organismos gubernamentales y centros académicos de Rusia, China y

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Taiwán, en el marco de mi ejercicio como Vice-Presidente y Presidente del Parlamento Andino, o como invitado especial, como quedará XVII.Mí estilo político polémico y crítico contra el régimen por las condiciones de marginalidad estructural, discriminación racial y violación del derecho al desarrollo de que ha sido víctima el Chocó, marcaron una época, como lo describo en mi libro “Juicio a la Nación” que me publicó la Cámara de Representantes en 1998; XVIII.Soporté con dignidad un presidio infamante y una condena injusta e ilegal sin derecho a apelación y violándose una docena más de formas universales del debido proceso consagradas en tratados internacionales que obligan a Colombia, lo cual constituye otro episodio de mi trayectoria pública que debe mostrarse como una afrenta irrepetible al Estado de Derecho, según quedó demostrado en mi libro “Yo Acuso…Monólogo sobre la injusticia de la justicia”, editado en el 2005 por www.trafford.com del Canadá. XIX.El haber hecho aprobar algunas leyes especiales de desarrollo específico para algunos municipios, entre ellos Istmina, Lloró y Pizarro; y el haber intervenido activamente –entre 1974 y 1998- con los demás Congresistas de mi época en las gestiones ante los gobiernos respectivos para la construcción de todas las obras de infraestructura que se ejecutaron en aquel lapso, respaldando en algunos casos movilizaciones cívicas en la misma dirección, constituyeron verdaderas acciones de trabajo coordinado y conjunto cuyos frutos se vieron reflejados en obras trascendentales como los puentes de Yuto, Tadó e Istmina; las carreteras de Pueblo Rico Tadó, Las Ánimas-Pié de Pepé, Bahía Solano-El Valle y Unguía-Gilgal-Santa María; los hospitales de Quibdó, Bahía Solano, Istmina, Condoto, Acandí y Riosucio; la ampliación de los aeropuertos de Quibdó, Bahía Solano, Condoto y Acandí; infinidad de puestos de salud en el Baudó, el San Juan, el Atrato y el Darién; cientos de escuelas en las mismas provincias; la introducción de la interconexión eléctrica a Quibdó y el San Juan; la construcción de docenas de acueductos y alcantarillados rurales que luego se dejaron perder; la iniciación y crecimiento del campus universitario de la Universidad Tecnológica del Chocó, etcétera, etcétera. Sin embargo, todavía hay personas a quienes les parece que los edificios del Colegio Carrasquilla y de la Normal Superior de Quibdó son obras más emblemáticas de la acción de una generación política anterior que las que hemos sucintamente relacionado como gestión conjunta de nuestra generación. Claro que sí, cuando el Chocó era solo Quibdó y no se miraba hacia la provincia.

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NESTOR EMILIO MOSQUERA PEREA Filósofo en tierra firme Recién graduado de maestro en la normal de Medellín, Néstor Emilio Mosquera Perea, se enfrentó a una disyuntiva trascendental: hacerse farmaceuta profesional o estudiar filosofía. Para suerte de la academia este tadoseño nacido en 1941 escogió lo segundo. La Universidad de Antioquia lo tituló en Filosofía e Historia. Muy joven, a los 27 años, asumió una tarea de gran responsabilidad: ser el primer Rector del Colegio Demetrio Salazar Castillo de Tadó (entre 1968 y 1972), posteriormente elevado a Normal Departamental gracias a su gestión. Hoy el Consultorio Pedagógico de esa institución educativa rinde homenaje a su nombre. Complementó su formación con estudios de maestría en Ciencias Políticas en la Universidad de los Andes y maestría en Ciencias de la Educación en el Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño de La Habana. Después de la rectoría en su pueblo natal, Millo, apelativo con el que lo conocen familiares, alumnos y amigos, se unió al grupo de profesionales que echaron a andar la Universidad Tecnológica del Chocó, institución en la que laboró hasta jubilarse. En la UTCh fue profesor asociado, ocupó la decanatura de la Facultad de Ciencias de la Educación y la presidencia del sindicato de profesores. Desde el Alma Máter defendió una concepción del mundo enmarcada en el materialismo histórico y planteó inquietudes sobre el sentido que tiene la vida para los pueblos negros e indígenas. Ha escrito tres libros que resumen su legado académico e intelectual: Claves del pensamiento filosófico, Diez tesis afrocolombianas e indígenas y Epistemología e historia de las investigaciones científicas. Sus planteamientos también están impresos en numerosos artículos de prensa regional y nacional. Casado con la dirigente sindical e investigadora Luz América Delgado, forman una pareja de avanzada y amplio reconocimiento intelectual. Para comprobar el pensamiento progresista de los Mosquera Delgado, basta saber que han expresado su solidaridad con la causa palestina bautizando a uno de sus hijos el nombre del líder antisionista Yasser Arafat. •En uno de sus trabajos usted afirma que el hombre es un ser racional porque es un ser social, y no al contrario; asegura además que la sociedad no sólo causa el pensamiento sino que influye en la manera de pensar. ¿Cómo categoriza usted el modo de pensar del hombre chocoano? Definir es encontrar la esencia del objeto que se define, y diferenciarlo de lo más parecido. El hombre se define por su esencia. En términos de la lógica se denomina género próximo y diferencia específica. Lo más parecido al hombre es el animal.

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Por eso cualquier definición del hombre empieza por ahí. Lo que se enseña en las instituciones de Occidente es que “el hombre es un animal racional” pero eso es discutible desde una perspectiva científica. Existen otras esencias de donde se han extraído otras definiciones de hombre. Te digo algunas: “es un animal que trabaja”, “un animal social”, “un animal con lenguaje articulado”, “único animal capaz de construir instrumentos de trabajo”. Es decir, hay diversas esencias para definirlo. Sin embargo occidente ha escogido, de ellas, una que ha divulgado como incontrovertible: “el hombre es un animal racional”. Pero desde una óptica científica resulta incorrecta. Habría que hacerse una pregunta: ¿El hombre es racional porque es social o es social porque es racional? Una respuesta rigurosa echa al suelo ese concepto. Siempre hay que ir a la esencia principal, a la primaria, a la que da origen. Es obvio, un ser al margen de la sociedad no aprende a pensar ni a hablar. Pero la sociedad es producto del trabajo y éste surge al construir instrumentos de trabajo. Por eso, esta es la esencia fundamental, madre y rectora a la cual están subordinadas las demás. Eso explica que desde una perspectiva científica se opte por definir al hombre como el “animal que es capaz de construir sus instrumentos de trabajo”. Únicamente lo hace él, dando origen a las otras cualidades esenciales. Poseer una concepción clara de qué es el hombre permite entender más fácilmente su quehacer. La concepción de occidente no es gratuita, es el fundamento de la visión metafísica del mundo. Sobre tu pregunta, ¿cómo categorizo el modo de pensar del hombre chocoano? Es el modo de pensar de un hombre metafísico. En el plano ideológico pienso que es de derecha, a pesar de nacer y vivir en una de las regiones más pobres de Colombia. Eso significa ser defensor del “orden”, de las injusticias y las desigualdades. Su modo de pensar es producto de la concepción de hombre que recibe a través de los distintos aparatos ideológicos, como decían Althusser y Nicos Poulantza: la familia, la escuela, la iglesia, los medios de comunicación, etc. •Es evidente que las relaciones laborales humanizan al hombre, pero siendo que en nuestro territorio estas relaciones no se cumplen a plenitud por el precario desarrollo productivo, estas no siempre humanizan. ¿somos los chocoanos menos “racionales”? El padre Herbert Valencia cree que somos poco racionales. Esa visión de relacionar la racionalidad con las fuerzas productivas en el sentido de la pregunta puede caerse en un mecanicismo peligroso. Significaría que los hombres de países capitalistas más desarrollados son más racionales que los de naciones menos desarrolladas. Eso no es cierto. Encontramos que 20 austriacos han recibido el Premio Nobel y Austria no es el más desarrollado de Europa; en cambio, países más desarrollados no han tenido ni un sólo Nobel. Es falsa creencia que a más desarrollo más racionalidad. Sería caer, además, en el determinismo y el racismo. La racionalidad no está distribuida ni dosificada por pueblos, ni razas, ni culturas como creyó Hitler.

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Otra cosa es que ciertas condiciones históricas y sociales favorezcan el surgimiento de algunas habilidades y aptitudes. Así, el ajedrez entre los rusos, el fútbol en Brasil, los científicos ingleses del siglo XIX, los músicos austriacos. Hay diversas expresiones y sentidos de racionalidad. Los indígenas y otras etnias poseen sus propios tipos de racionalidad. Ahora bien, el trabajo es humanizador, pero no todo trabajo humano humaniza. El del esclavo, el de los niños en las profundidades de un socavón, son trabajos que alienan y humillan. •Sabemos que su concepción del mundo es materialista pero ¿qué explicación tienen fenómenos como la brujería y la sanación con secretos, tan comunes en nuestra tierra chocoana? Ser materialista es aceptar que la materia es primaria y el espíritu secundario. Se puede ser las dos cosas a la vez sin violar el principio de no contradicción. Por ejemplo, en las corrientes cristianas de la teoría de la liberación hay sacerdotes idealistas frente a la naturaleza, pero materialistas en lo social. El clero perteneciente a la corriente “Teología de la Liberación” es un claro ejemplo. En ese contexto, y desde una óptica epistemológica, la brujería y sanación, mi intención no es reivindicarlas sino explicarlas. Primero hago abstracción de la charlatanería que suele darse en estos campos; mi posición ha sido el respeto y reconocimiento a todos los saberes, en especial al popular y al científico. Entre los diferentes tipos de conocimientos hay y ha habido nexos: la química proviene de la alquimia; la astronomía de la astrología; la brujería hizo importantes aportes a la biología. La hechicería fue perseguida por la iglesia en el Medioevo, millones de hechiceras fueron quemadas, pues su saber era un desafío al monopolio divino del conocimiento, bajo tutela masculina y de la Iglesia. Hoy, más que satanizarlos, la perspectiva es la dialogicidad de saberes. Recordemos que Karl Popper demostró que muchas creencias han sido precursoras del conocimiento científico. El sistema copernicano tuvo su origen en el culto al Sol. El problema no es cómo se veta o queman brujas, sino cómo se dialoga entre el conocimiento científico y otro tipo de saberes. Lo estamos viendo entre la medicina científica y la medicina alternativa. •El científico Rodolfo Llinás dijo en una entrevista televisiva que no cree en la destrucción de la raza humana puesto que la vida hace parte de la materia, además hay quienes afirman que después de la muerte el espíritu se reintegra a la naturaleza ¿Estamos hablando de otro tipo de materialismo? De acuerdo sólo en una afirmación: la vida hace parte de la materia, pero el hecho que la vida haga parte de la materia no implica su infinitud. La edad de la Tierra se calcula en 4.600 millones de años, la vida sólo lleva 600 millones de año y se calcula que la vida humana lleva apenas 25.000 años. Eso no es materialismo sino optimismo. La tesis científica es que la materia no se crea ni se destruye, se transforma, pero en su forma general. Todo lo que existe fuera de la conciencia es materia.

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La raza humana es materia, ciertas especies desaparecidas también eran materia, se transformaron. Lo que no desaparece es la materia en general. Las razas humanas no siempre han existido y probablemente no existirán para siempre. Hoy la tierra, la vida y el hombre están en peligro. La materia inerte corre peligro: ríos y quebradas están desapareciendo, la materia viva también. Cada día desaparecen miles de especies, y de conservarse la tendencia la vida humana no será una excepción. Las especies surgieron históricamente, lo probó Darwin, lo negó Carlos Limneo. •Alguna vez escuché o leí una teoría según la cual después de la muerte el espíritu se reintegra a la naturaleza. Si la raza humana no siempre ha existido y es improbable su eternidad, ¿entonces el espíritu es mutante? Afirmar que después de la muerte el espíritu se reintegra a la naturaleza, eso no es materialismo sino idealismo objetivo, de Hegel y Platón. Pues le da existencia objetiva al espíritu. El espíritu andando de un lado a otro, solitariamente, no se sabe haciendo qué, hasta reintegrarse a la naturaleza. Bueno, el espíritu es el alimento de todas las religiones. •Como herencia del siglo pasado nos quedó el horror de dos guerras mundiales y por consiguiente el miedo, la angustia, el sufrimiento… ¿Qué le depara a la humanidad en este nuevo siglo de globalización y miseria? La globalización ha existido desde hace siglos, el imperialismo también. Pero éste ha sido sustituido por el primero. Ha muerto también el Estado-nación. Vemos el declinamiento de la soberanía. El capital siempre ha existido en un mundo globalizado. Lo nuevo es la globalización neoliberal. Te recuerdo que no sólo heredamos dos guerras mundiales, sino un arsenal nuclear capaz de desaparecer al hombre de la faz de la tierra; heredamos una capa de ozono que podría hacer añicos la vida humana; heredamos la venganza de una naturaleza de la cual el hombre se había erigido en rey y ahora es su esclavo. •¿Usted cree que la historia del negro en Colombia está bien contada? No. Ni la del pobre, ni de la clase trabajadora, ni la del indígena. La historia hay que escribirla desde abajo. Los afrodescendientes procedemos de culturas orales, ágrafas. Sólo a fines del siglo XVIII los Vais de Sierra Leona, una rama de los mandingas, crearon su propia escritura. Heredamos contarla, ahora corresponde escribirla; no desde la perspectiva eurocentrista de hegemonías: reyes, príncipes, conquistadores, presidentes, blancos, sino que se invierta la ecuación y se reconceptualice. •Usted está casado con una reconocida feminista, ¿chocan las ideas feministas con las doctrinas revolucionarias? Mi esposa, Luz América Delgado, lucha por las mujeres, niños, maestros, trabajadores, indígenas, afrodescendientes, medio ambiente, por la justicia y la democracia, no sé si eso lo denominen feminismo o revolucionario. Es nuestra hoja de ruta; ahí nos hemos encontrado. Las diferencias construyeron nuestra unidad. Ella, una lectora compulsiva, en el mejor de los sentidos, en un lugar donde casi nadie lee. Su formación me ha enriquecido.

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Choque no hay, aunque sí luz y complemento. Nunca he dejado de aprenderle. Un regalo del destino. •¿Qué tipo de valores y anti valores observa en la juventud chocoana de hoy? Pertenezco a los que niegan la existencia de los antivalores. Hay valor y no valor. La crisis de los valores es universal. Una académica cubana, me solicitó le enviara de Colombia libros de axiología, porque según ella, había una crisis de valores en la juventud cubana. La globalización no es sólo económica, es de problemas también. Hay homogenización de la cultura, del mercado, del poder. •¿Es la Tecnológica del Chocó una Universidad “de garaje”? La Universidad Tecnológica del Chocó tiene una de las mejores ciudadelas del país. Ciudadela originariamente significó fortaleza en las afueras de la ciudad. En materia locativa lo es, pero hay que librar una dura batalla para ser una fortaleza ética y académica. Pericles colocó a la entrada de Atenas este aviso: “entre a la ciudad quien esté dispuesto a comprometerse con el destino de Atenas”. Esas palabras merecen colocarse a la entrada de la ciudadela, quitándole, obviamente, Atenas por la Universidad. •Para algunas personas el hombre chocoano se caracteriza por su egoísmo, ¿está de acuerdo con esta afirmación? La sociedad en que vivimos forma personas egoístas, es parte de la moral burguesa, pues se fundamenta en el lucro. En estas sociedades si las guerras, los incendios o las drogas producen ganancia, se hacen y estimulan a pesar de las hipócritas posturas “éticas”. Por eso, mientras más nos aproximamos a la producción mercantil e imperial más egoísmo encontramos. Entre los campesinos chocoanos, en cambio, reina el espíritu solidario, el trabajo minero, agrícola; en algunas regiones esta cadena se rompió con la presencia de grupos armados, sobre todo, a partir de 1998. El capital entró por el Urabá chocoano derramando sangre inocente. Esa es la ética del capital. •¿Cómo sacar al Chocó de su encrucijada? El capitalismo periférico se caracteriza por el desarrollo de desarrollo. Harlem en EU, las favelas en Brasil, están ubicadas cerca de sus respectivos polos de desarrollo. En Colombia el polo de desarrollo lo conforma el famoso triángulo de oro. La riqueza nuestra ha servido para apalancar el desarrollo del triángulo. La Costa Pacífica, con Buenaventura, y el Chocó, a la cabeza constituyen, con otras regiones los polos del subdesarrollo. El desarrollo, como el subdesarrollo, es estructural, es decir, debe examinarse su particularidad desde la visión de la generalidad, lo cual implica transformar el modelo económico del país. Los cambios pasan por la cabeza de los hombres. Hay que educar para cambiar, para transformar. El conocimiento es un instrumento de cambio. Japón y Finlandia son claros ejemplos. No necesitaron materias primas para hacerlo: el conocimiento fue el arma. Darle la dirección adecuada a esa educación. El chocoano tiene la cualidad de gustarle estudiar, pero no es estudioso.

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Debe superar esta debilidad. El estudioso investiga, descubre, conoce, y asume compromiso para transformar. El estudiante chocoano es hombre de aula, se queda en la repetición, la nota, el diploma en la pared y la vanidad. De esos hombres está lleno el Chocó.

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