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DESGRABACION JUAN ANTONIO BONTEMPO Buenos días a todos, a todas. Mi agradecimiento y reconocimiento a Raúl y a Gabriela por hacernos parte de este evento que creemos, es uno de los más importantes de la actividad y también el reconocimiento al trabajo, porque cuando termina este evento ya la semana que viene comienzan a organizar el del año que viene, lo que realmente es una muestra de mucho compromiso y profesionalismo. Siempre hemos aprovechado esta oportunidad para conversar y plantear algunos temas de agenda, de parte del organismo y también del sector. Temas que se han instalado, que se discuten, iniciativas; y nos parece éste un ámbito propicio para fijar la posición del organismo de supervisión y analizar algunas cuestiones que tienen que ver con el desenvolvimiento y crecimiento del mercado asegurador. Hay 4 o 5 puntos que son interesantes traer a esta conferencia, el primero, el que señalaba Raúl, nos parece que fue muy importante el acontecimiento de ayer en términos institucionales y de afianzamiento de la democracia. Siempre que el pueblo se expresa es saludable, además porque marca lo que entendemos como parte de esta agenda que queremos mencionar, que es una tendencia clara a la estabilidad política en la Argentina. Se suma a un proceso que se ha consolidado también en términos económicos, es el de un escenario de estabilidad económica, de una dinámica de precios hacia la baja, que había sido una de las preocupaciones que se habían planteado en este evento el año pasado. Una demanda activa estimulada por el Gobierno Nacional que ha generado un mercado interno vigoroso y que se refleja claramente en la actividad del sector asegurador, y una política económica que ha preservado el
empleo, el trabajo y el consumo, lo cual ha generado para este sector un año favorable. Ha cerrado en junio el 2014-2015 para la actividad aseguradora y todo indica un escenario de crecimiento que estamos calculando arriba del 40% en relación al año pasado. Hay un marco de estabilidad política y económica y un mercado en crecimiento. En ese contexto, nos parece interesante traer a este debate 2 o 3 cuestiones que escuchamos recurrentemente, porque lo hacemos a partir de lo que sale en los medios especializados, los programas de televisión, lo que uno conversa con gerentes y con las Cámaras. Hay un tema que es recurrente: el Inciso K. Desde hace mucho tiempo se plantea que el Inciso K ha traído una situación desfavorable para el sector asegurador, que el sector asegurador ha perdido rentabilidad a partir de estos instrumentos y que, dando un pasito más, se termina perjudicando a los asegurados porque afectamos la solvencia de las compañías. Hay dos cuestiones generales que me parecen importantes reseñar: primero, que en el ciclo económico que va del 2003 al 2015, el sector siempre tuvo tasas de ganancias positivas; no sucedía lo mismo en la década pasada, pero en este período el sector siempre ha tenido tasas de ganancias positivas y la verdad, es que la rentabilidad financiera antes y durante el Inciso K, ha sido altamente positiva y ha ido en franco aumento. En términos sistémicos no ha existido un escenario desfavorable para el sector pero, yendo puntualmente al Inciso K, hay 2 cuestiones que es importante aclarar. Primero, que no hay productos que hayan sido, salvo raras excepciones, desarrollados específicamente para el Inciso K. Son productos de oferta pública que están en el mercado y que incorporamos a un menú de inversiones para ser reconocidos como Inciso K en función de que no están destinados a saldar deudas ni financiar consumo, ni son estrictamente financieras, sino que van directamente a la economía real en sus beneficios y en sus inversiones. La otra cuestión muy importante, no es cierto que los rendimientos de los instrumentos del Inciso K estén por debajo del resto de las inversiones de una manera significativa.
De hecho, los trabajos de evaluación que hacemos con nuestra Gerencia de Evaluaciones acerca del comportamiento de las carteras del Inciso K y las que no tienen Inciso K, nos dan que los rendimientos promedio, -que eso es lo que hay que analizar- son similares para los instrumentos que están y que no están dentro del Inciso K. Si hacemos una lectura muy fina, hay una baja de 0,3 % de aquellos instrumentos que están en el Inciso K en relación al resto, en la rentabilidad promedio. Por lo tanto, si esa es la diferencia, en un stock de inversiones de más de 155.000 millones de pesos donde al Inciso K sólo se destina en promedio el 15%, y en un mercado donde la rentabilidad es superior, las tasas son superiores al 20%. No se puede hablar de que el organismo de control afecta la solvencia, porque el Inciso K tiene una rentabilidad a la baja significativamente con el resto de los instrumentos. Esto es importante plantearlo como un tema a definir claramente y ver qué pasa con los gerentes financieros de las compañías, porque sería interesante que también hicieran este cálculo que hoy traemos acá. A veces nos traen y plantean situaciones puntuales que todos conocen, por ejemplo el tema de IMPSA, pero también es cierto que los instrumentos de IMPSA ya lo tenían las compañías antes de que lo pusiéramos en la agenda del Inciso K, y que siguieron comprando instrumentos de IMPSA que no estaban dentro del Inciso K. O sea que, creemos que el verdadero trabajo vinculado a la solvencia lo hemos realizado, es un compromiso central que tiene el organismo y una de las razones de ser de la Superintendencia. Hice una enumeración de alguno de los puntos que hemos llevado adelante en este último tiempo, en relación a resguardar el interés de los asegurados, velando por la solvencia de las compañías. En los últimos años, muchos de los que están acá han sido partícipes de este proceso, hemos regularizado la situación de más de 100 compañías, generando planes específicos de adecuación y de regularización.
Terminando con las excepciones que generaban una competencia desleal, pero fundamentalmente logramos aportes de capital por más de 3.000 millones de pesos al sector asegurador que hicieron las compañías, para sanear los déficit que se presentaban en relación al capital y a la cobertura. Terminamos con un mecanismo producto de la crisis del 2001 como fueron los fideicomisos de garantías, y hoy quedaron al alcance de los asegurados más de 3.000 millones de pesos. Se modificaron las reservas de insuficiencia de primas, que después también quisiéramos profundizar; se modificaron las reservas de riesgos del trabajo; ya están funcionando los cruces con la justicia de las provincias para detectar el ocultamiento de juicios que hacen las compañías; se modificó el sistema de custodia de inversiones; se estableció un mecanismo de intercambio de información con el Tribunal de Tasación. Se generó el Panel de Control; las alertas tempranas, obviamente que tenemos un compromiso con la solvencia del sistema para resguardar los intereses de los asegurados y las políticas de inversión que establece el reglamento de la actividad aseguradora, tienen básicamente este objetivo. Me parece que era un punto interesante para traer en un ámbito como éste, es también algunos desafíos que tenemos por delante. Un tema recurrente también, es hablar de los resultados técnicos negativos que tiene el sistema asegurador, y en ese sentido hay cuestiones estructurales que tienen que ver directamente con la actividad, y otras que no. En lo que compete a la Superintendencia, también desarrollamos una política en los últimos años, tendiente fundamentalmente a resolver seriamente esta problemática, con un trabajo consensuado con el sector y con las Cámaras, analizando los casos puntuales. Trabajamos en un indicador de primas para incorporar al esquema de alertas tempranas, fundamentalmente porque del análisis de esta problemática, lo que surgía era que no había un trabajo analítico por parte de las compañías, ni tampoco el Organismo de Control tenía una política adecuada para penalizar la insuficiencia de primas.
Había una reserva técnica que no estaba bien aplicada ni formulada, fue por eso que modificamos el cálculo de esta reserva de insuficiencia de primas buscando adecuarla a la realidad del mercado y a las particularidades que se presentaban en las compañías. Buscamos que aquellas compañías que bajaran sus tarifas debieran ser penalizadas con mayor reservas y que ese sistema realmente funcionara, y por sobre todas las cosas, que quienes tienen la responsabilidad de los controles internos dentro de las compañías: los auditores, los actuarios, diseñen reales políticas hacia adentro de la compañía para atacar este problema. No había una explicación técnica fundada para explicar cuál era el nivel adecuado de tarifas de las compañías, ni tampoco el porqué los resultados eran técnicamente negativos en la mayoría de los casos. Fue un trabajo muy minucioso de nuestra Gerencia de Técnica y Normativa y en conjunto también con el sector, porque creemos que ése también es un problema que hay que atacar seriamente y con todas las cartas sobre la mesa. Otro tema de agenda que ha generado cierta incomodidad y lógicamente que esto es así, porque es un volumen de trabajo significativo, ha sido todo lo que tiene que ver con el vencimiento y la revisión de los Planes. Si bien es cierto que se ha dado casi 4 años si no me equivoco, de plazo para hacerlo, es un trabajo que a último momento a veces se junta mucha tarea. Creo que hemos hecho un esfuerzo tanto el organismo como ustedes, el sector, para llegar de la mejor manera y teniendo conciencia que es un trabajo que vale la pena hacer, porque un sistema asegurador es mejor para todos cuando pone en el centro al asegurado y da su normativa de una manera clara. Cuando elimina las letras chicas, cuando quien compra un seguro tiene claro qué está comprando, cuando se deja de lado toda la maleza que a veces, en términos de productos se va generando en relación a la redacción de las cláusulas y de las pólizas.
Creemos que ese ha sido un trabajo arduo pero que va a dar los frutos, y que la simplificación de este sistema también va a dar beneficios tanto a los productores como a las compañías. Otro tema también significativo es la entrada en vigencia del Código Civil y Comercial y el impacto que tiene en la actividad aseguradora, lo cual también obliga, tanto al órgano de supervisión como a los distintos actores del sector, a trabajar e ir generando los mecanismos de adecuación pertinente. Hace poco hicimos una jornada donde participaron centenares de profesionales y miembros del sector de los productores, como de las Cámaras y de las compañías, porque se abre una puerta muy importante para las próximas décadas en la Argentina a partir de este Código moderno, que retoma las transformaciones de la sociedad y que va a tener su impacto en el sistema asegurador. Creemos en forma positiva porque rediseña el rol del asegurado como ciudadano, dandole derechos y oportunidades y centralmente abre un espacio que se irá llenando a partir del fallo de los jueces, de la jurisprudencia y del accionar de la justicia. Otro tema importante en la agenda de este año, es una política que el año pasado en este evento la reseñábamos como un desafío para la Argentina, que era el desarrollo del seguro agrícola. Sólo el 2% la producción de seguro en la Argentina tienen que ver con el seguro agrícola, y decíamos que también era una política que había que diseñar y trabajar con precisión y responsabilidad. Hemos contado con el trabajo en conjunto con el ministerio de Agricultura y sus técnicos. En marzo firmábamos un convenio con el ministro Casamiquela, y hoy estamos a las puertas en los próximos días, de ponerse en funcionamiento el primer paso en el desarrollo de un sistema asegurador agrícola para la Argentina. Como planteaba el Ministro en marzo pasado cuando hicimos el evento en la Facultad de Ciencias Económicas, que parta de visualizar el riesgo
agrícola como un sistema que hay que atacar de diferentes dimensiones: tecnológicas, con recursos humanos y donde el seguro entra con un potencial enorme. En los próximos días comienza a implementarse en la provincia de Santa Fe y en la de Entre Ríos, en el Departamento de Paraná y en el de la capital y Castellanos, la primera prueba piloto del seguro basado en índice en la Argentina. El índice seleccionado es el de precipitaciones acumuladas y fue diseñado para cubrir el déficit de hídrico en el período de floración del maíz. Argentina, con una producción agrícola enorme, una gran diversidad de climas y de territorios, necesita que se vaya avanzando con producciones puntuales y con particularidades regionales. Este primer paso que da el ministerio de Agricultura con el asesoramiento y la colaboración de la Superintendencia, abre una puerta inicial a un desarrollo espectacular para el sector asegurador. Esto le sumamos también las actividades que también hace un año anunciábamos en este evento, y que hoy han arrancado con fuerza. El programa, decíamos que la cultura aseguradora, la que genera sujetos de derechos en los asegurados y que genera asegurados para que le compren a ustedes los seguros. La cultura aseguradora tenía que ser una política pública. Hace unos meses firmamos el convenio con FAPASA y AAPAS para iniciar el desarrollo de este programa que hace que los productores capaciten, informen e instruyan a los chicos en las escuelas, acerca de qué es el seguro, qué es la actividad aseguradora; que constituya a los ciudadanos y ciudadanas que están en el sistema escolar, en futuros consumidores de seguros. Hace poco participamos de la capacitación del primer grupo de productores que va a desarrollar esta actividad y que hacían historia, porque dábamos un paso fundamental en el desarrollo de la conciencia aseguradora. También reconocer a las Cámaras del sector que se han sumado a esta iniciativa y que van a ser parte también de este proceso de desarrollo de la cultura aseguradora en la Argentina y que se suma a otras políticas que hemos llevado adelante, por ejemplo, que el Ministerio de Educación haya declarado a
este programa de Interés Educativo y que en la formación de los docentes argentinos, se incorpore la educación acerca del seguro como un elemento curricular. Creemos que con esto comenzamos a dar un paso trascendental a mediano y largo plazo, pero estructural para el desarrollo de la actividad y que se suma a otros programas, como han sido los convenios con el INCA para la promoción de la actividad aseguradora en los cines del Espacio INCA o los trabajos permanentes que hemos realizado con las áreas de Defensa del Consumidor de distintas provincias y localidades. El programa de la Superintendencia Me Acerca que hace que se realicen charlas en diferentes lugares de la Argentina, mostrando cuál es nuestra actividad y cuáles son las características de la actividad aseguradora; el convenio que firmamos con el Canal Pakapaka para que se incorpore la problemática del seguro a la programación. Nos parece que es muy importante como desafío, decía el desafío del Seguro Agrícola como un mecanismo de crecimiento, pero también el desarrollo de la cultura aseguradora. En relación a los productores hemos tenido una agenda fructífera, hemos avanzado en temas estructurales como el que tiene que ver con los agentes institorios, las credenciales, los diplomas, la capacitación. Sobre todo, una dinámica de trabajo permanente porque consideramos que la mejor forma de comercializar el seguro es la que realizan los productores como asesores, en el sentido más cabal de esa palabra. Y que si están bien capacitados, si están reconocidos en su dimensión y en su dignidad, contribuyen a mejorar el sistema asegurador. Quisiera ya ir terminando, con dos ideas que nos parecen que son muy importantes. La primera, es que es cierto, el año pasado cuando estábamos acá el tema candente era el de los fondos buitres y la casi llegada del apocalipsis a la Argentina a partir de julio del 2014. Es reconfortante ver de que el crecimiento
en la Argentina no se ha detenido, que ha habido un gobierno que ha apostado a las variables del trabajo, del empleo, de la demanda y que por sobre todas las cosas, y por el ámbito en que hoy estamos hablando, esto ha impactado positivamente en el sector asegurador. Es cierto que el contexto internacional es difícil, saben muy bien que Brasil, uno de los principales socios comerciales de la Argentina, ha iniciado un proceso de devaluación, de ajuste y contracción de su economía, y por lo tanto, de lo que nos demanda como comprador. Que Rusia ha iniciado un proceso de devaluación muy importante y que Estados Unidos ha contraído su producción en casi medio punto. Sin embargo, hemos sostenido como gobierno la dinámica de una demanda activa y el fortalecimiento de las variables de crecimiento de la economía nacional y eso ha redundado en algunos datos que han significado un crecimiento de la actividad aseguradora. Vamos a llegar a casi 112.000 millones de pesos de producción en la actividad, lo que marca para el bienio 2014- 2015 que ha cerrado en junio, una proyección de crecimiento de cerca del 40 % en la producción de seguros en la Argentina. Ha aumentado la penetración del seguro en el Producto Bruto Interno, hemos superado largamente el 3% y del 2004 al 2014 esa penetración creció casi un 50%, 46,8. Los resultados positivos del sector asegurador han llegado casi a los 10.000 millones de pesos. Los resultados financieros fueron de 17.800 millones de pesos y los resultados técnicos a la baja con 4.500 millones, son 28% menores a los que se habían registrado en marzo de 2014. El crecimiento ha sido significativo en todos los ramos: Automotores 38%;
Accidentes
Personales
24;
Vida
33;
Seguros
Técnicos
83%;
Aeronavegación 44%; Incendio 44%. El activo del sector ha llegado a los 210.000 millones de pesos, con un crecimiento del 33% apalancado centralmente por las inversiones, que hoy
superan los 150.000 millones, y el Inciso K ha superado la barrera de los 23.000 millones de pesos destinados a la producción y al desarrollo. Asique seguimos confiando en las políticas que llevamos adelante. Este gobierno es el único que ha planteado una política específica para el sector, a través del Plan Estratégico, que nos ha marcado una hoja de ruta que venimos cumpliendo. Hay más de 100 medidas del sector asegurador puestas en marcha, y les reitero lo que hemos dicho sistemáticamente en estos años, que es el optimismo y la confianza de políticas públicas que dan resultado y le permiten al sector asegurador crecer. La importancia que tiene la continuidad de esas políticas y el desafío que se nos presenta como país y como región. En la Argentina y en Latinoamérica, se ha dado un proceso enorme de incorporación de sectores a las clases medias. La Argentina es un país, -esto lo dice la CEPAL- que más personas ha incorporado a la clase media y que son potenciales consumidores de seguros. Hay desafíos como el cambio climático; las nuevas realidades socioeconómicas. Creo que la perspectiva es muy favorable y que si somos capaces como hasta ahora, con una política pública, articular esfuerzos del sector privado y el sector público, solamente nos espera un buen futuro. Nos espera la generación de trabajo, de riqueza y el reconocimiento de esta actividad como una actividad no solo noble por su sentido, sino como una de las actividades económicas más importantes que tiene la economía nacional. Los insto a seguir trabajando. El equipo de la Superintendencia es un equipo de profesionales comprometidos, con un profundo sentido de la responsabilidad y que ha demostrado que está a la altura de las circunstancias. Reitero, somos optimistas y creemos que se van a consolidar estas políticas que nos han llevado a este sendero de crecimiento. Muchas gracias.