DESTINOS DEL DOLOR EN EL TRAUMA

XXV CONGRESO LATINOAMERICANO DE PSICOANÁLISIS "EL PSICOANALISIS EN AMERICA LATINA HOY. TEORIA Y PRACTICA EN TIEMPOS DE CRISIS" Guadalajara, Jalisco. M

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Para orientar el tratamiento del trauma del
GUÍAS PARA MANEJO DE URGENCIAS CAPÍTULO XXVI Trauma de cuello Jorge Alberto Ospina Londoño, MD, FACS Profesor Asociado, Departamento de Cirugía Univ

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Trauma
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XXV CONGRESO LATINOAMERICANO DE PSICOANÁLISIS "EL PSICOANALISIS EN AMERICA LATINA HOY. TEORIA Y PRACTICA EN TIEMPOS DE CRISIS" Guadalajara, Jalisco. México, Septiembre 2004

DESTINOS DEL DOLOR EN EL TRAUMA

Eje II: Metapsicología

Eje III: Psicoanálisis con niños y con adolescentes

Lic. Marta Kreiselman de Mosner Particular: Av. Las Heras 1750 2 “F”, Capital Federal, Argentina Tel: 0054-114-803-2514 Mail: [email protected] Consultorio: Junín 1626 PB “B”, Capital Federal, Argentina Tel: 0054-114-806-8097 Mail: [email protected] 1

Introducción: Este trabajo es una continuación en la investigación de los temas del dolor psíquico. Los antecedentes de esta comunicación se pueden encontrar en mi trabajo “Por qué retorna la compulsión a repetir” (2002)1. En dicho trabajo postulo la hipótesis del retorno de la compulsión a repetir como modo de volver a llenar al aparato psíquico de formas alternas de sentimiento de dolor, estas son: colisión contra el mundo exterior y enfermedad en el cuerpo, estos modos otorgan al aparato psíquico grandes cantidades de dolor y la compulsión a repetir arma el retorno a una escena traumática imposibilitada de evocación bajo el signo del pensamiento, por lo tanto se convoca a su actuación en el mundo externo (accidente, estallido traumático, o enfermedad psicosomática). Mi interés psicoanalítico en el tema es profundizar sobre hipótesis comunes a otras disciplinas. La ingeniería en telecomunicaciones, la genética y la epistemología entre otras, se aventuraron en las fronteras de la trasmisión de una información2. Es decir cuáles son los modos de almacenar mensajes para ser trasmitidos. ¿Los seres humanos tendremos conservación a futuro de una memoria de los hechos y sucesos dolorosos y/o traumáticos?. Postulo la imposibilidad de muchos sujetos de hacer los duelos por lo penoso sufrido, ya que significa mantener dentro de la mente grandes cantidades de afecto doloroso. ¿Podremos intentar pensar estos modos tan estruendosos de

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Este trabajo fue presentado en el XXIV Congreso Fepal de Niños y Adolescentes en Montevideo, Uruguay, 2002; y fue elegido como trabajo libre en el 43ª Congreso de la Asociación Psicoanalítica Internacional en New Orleans, Estados Unidos, 2004. 2 XXIV Congreso Fepal Montevideo, Uruguay, 2002. Foro: Permanencias y cambios en los relatos científicos. Panelistas: Jose Luis Calabrese (Arg), Ing. María Simón (Urug) y Eduardo Mizraji (Urug). 2

retorno de los hechos traumáticos como el modelo de inscripción y conservación de una memoria de largo plazo?.

Duelo, angustia y dolor Freud (1926) reconoce en la “Addenda de Inhibición, síntoma y angustia”, lo poco que ha investigado la psicología de los procesos de sentimiento. A raíz de esto puntualiza y diferencia conceptos teóricos que se prestan a confusión cuando no se tienen en cuenta: ¿qué es sentimiento de angustia, dolor y duelo?. La angustia nace como reacción a la pérdida de objeto. La pérdida de objeto instala el proceso de duelo. “¿Cuándo la separación del objeto provoca angustia, cuándo duelo y cuándo sólo quizá dolor? Para responder a estos interrogantes Freud (1926) se remonta al lactante en su estado de indefensión, nos dice que la angustia ante la ausencia de la madre produce el peligro de la pérdida de objeto. Esta angustia se corresponde a una reacción de llanto y desesperación. Supone Freud (1926) que el bebé siente dolor. Angustia y dolor van conjugados, luego se separarán. En el bebé la ausencia temporaria del objeto es vivida como una pérdida definitiva. El modo de domeñar esta angustia por pérdida de objeto es, por ejemplo que la madre juegue a ocultar su rostro ante el niño y volverlo a descubrir, para su alegría. La madre hace madurar ese discernimiento. El niño podrá sentir entonces una añoranza no acompañada de desesperación, la angustia se atenúa. En la página 156 del mismo texto Freud (1926) nos advierte: “Malcriar” al niño pequeño tiene la indeseada consecuencia de acrecentar, por encima de todos 3

los demás, el peligro de la pérdida de objeto - siendo este la protección frente a todas las situaciones de desvalimiento - (...)”. Vemos lo importante que es en el cuerpo teórico de Freud (1926) la construcción del “discernimiento” para que la añoranza de objeto no este acompañada de desesperación. Si el bebe no logra representar la fantasía de añoranza se le igualan la pérdida de percepción a la pérdida de objeto, constituye para Freud (1926) una situación traumática. En la construcción del aparato psíquico, el discernir es la capacidad de sustituir la urgencia pulsional por la postergación en primeras fantasías llamadas añoranzas. Freud (1926)diferencia: -

angustia de nacimiento: hay incremento de cantidad, es traumática pero al no haber existencia de objeto alguno que pudiera echarse de menos, reacciona con angustia.

-

angustia de pérdida de objeto: es dolor y es traumática pues hay repetidas ocasiones donde la necesidad fue cubierta por el objeto asistente, su ausencia aunque sea temporal es vivida como desvalimiento. Es criar al bebe a través de construir el discernimiento.

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angustia por pérdida de amor del objeto: es el peligro de que el objeto deje de querer, por lo tanto la pérdida de amor por parte del objeto se convierte en un nuevo peligro, puede por desplazamiento llevar al peligro de la pérdida misma del objeto.

Freud (1926) nos aclara, el dolor es la genuina reacción a la pérdida de objeto, la angustia es el peligro que la pérdida de objeto conlleva (por ejemplo perder el amor, sentirse malo etc.) y el duelo se genera bajo el influjo del examen de 4

realidad que exige categóricamente separarse del objeto porque él ya no existe más. Encontramos en estos conceptos la enorme importancia que Freud (1926) otorga al sentimiento de dolor. Solo se puede atravesar un duelo si hay sentimiento de dolor. •

Pero, ¿qué es el dolor?: “El dolor nace cuando un estímulo ataca en la periferia y perfora los dispositivos de la protección antiestímulo y entonces actúa como un estímulo pulsional continuado, frente al cual permanecen impotentes las acciones musculares, en otros casos eficaces, que sustraerían del estímulo el lugar estimulado” (Freud, 1926).



¿Cuáles son las fuentes del dolor? :El dolor se genera por un impacto sobre la piel (periferia externa) o por un estímulo en un órgano interno.

La vivencia de dolor es independiente de la vivencia de necesidad que instala por apoyatura el circuito deseante. La necesidad arma la estructura del principio de placer-displacer, mientras el dolor siempre es displacer, aunque secundariamente se lo erogenice. •

¿Cómo se hace psíquico el dolor para poder hacer un duelo?

Freud (1926) responde que sentir dolor en el cuerpo provoca una investidura narcisista cada vez más elevada que ejerce sobre el yo un efecto de vaciamiento. Sin embargo, a la inversa una distracción psíquica puede evitar sentir por un tiempo la sensación dolorosa más intensa. Concluye que esta analogía puede permitir hacer una trasferencia del dolor corporal al ámbito anímico. Un dolor en el cuerpo se puede aplacar con una representación 5

psíquica, del mismo modo, una representación psíquica puede llenarse de sensación de dolor porque tiene que reconocer a través del duro examen de realidad que el objeto no existe más. En este sentido es fundamental señalar que: - El proceso de duelo se inicia con un trabajo psíquico, al que llamamos examen de realidad. - Significa desasir, desligar, retirar todas las investiduras donde el objeto fue asunto (gegenstand) de una investidura elevada. - Esta desligadura provoca en el yo un incremento de catexia, sentido como estasis libidinal, dolor. - El examen de realidad le exige al sujeto cancelar sus vínculos con el objeto perdido. La investidura añorante del objeto perdido siente dolor pues nunca más se va a encontrar con el objeto en la realidad. - Por lo tanto, se crean las condiciones para sentir la angustia primitiva por la pérdida de objeto que era equivalente al dolor y la pérdida de percepción del objeto queda asimilado a trauma. - En este suceso de elaboración de un duelo hay desesperación porque la fantasía de añoranza no va a tener reencuentro con el objeto perdido. Se siente igual que el dolor corporal por la desesperación pero, es dolor psíquico pues prescinde del condicionamiento periférico del cuerpo. - El discernimiento actúa como función del examen de realidad para poder reconducir hacia otros destinos lo desligado y evita la caída en una situación traumática.

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-

Mas si el examen de realidad fracasa y no se tolera el sentimiento de dolor en el yo, se producirá una alteración en el yo, una melancolía construirá el objeto dentro del yo, o una megalomanía disfrazará con alucinación y delirio la pérdida. Es decir, se crean las condiciones de un trauma.

El primer paso del duelo es tolerar un gran dolor, el sujeto debe discernir la pérdida de objeto, llamamos a esto “examen de realidad”. Cuando el sentimiento doloroso de un trauma no obtiene refugio psíquico, la compulsión a repetir creará las condiciones adecuadas para volver a llenar al aparato psíquico de dolor, pero utilizando fuentes de dolor alternas. Estas son: colisión contra el mundo exterior o enfermedad en el cuerpo. Son intentos de reconciliar las partes escindidas por el trauma. En el psicoanálisis de niños escuchamos reiteradamente escenas que nos llevan a interrogar a la Bruja Metapsicología. ¿Repetición, edición, compulsión, destino? Se pone en cuestión al sujeto del psicoanálisis ¿Cuál es la libertad del deseo si no se escuchan, si no se logran expresar estas voces inscriptas con tanto dolor?

La clínica del dolor, la angustia y el duelo Juana tiene dos años de edad y sus padres consultan pues tuvo un accidente en el ascensor. Como tantos niños en plena etapa de separación-individuación, escenifican el proceso. Juanita saca su piecito por la puerta tijera del ascensor. Después de permanecer media hora con la pierna atascada, logra sacarla su papá, ayudado por un vecino. Todo el tiempo que permaneció inmóvil en el ascensor estaba apoyada sobre la mamá. No hay fracturas pero sí se produjo 7

un corte y deslizamiento de la piel desde el tobillo hasta los deditos. La piel quedó como un colgajo. Hay peligro de que no se regenere la piel o que haya infección, con lo cual tendría que recibir implantes. Se decide iniciar tratamiento psicológico de la niña, y entrevistas con los padres. La terapeuta va al domicilio de la niña que estaba dolorida y con vendas. Pensamos la técnica desde la figurabilidad del trauma padecido. Había que regenerar piel, la terapeuta tenía que ser piel con Juana. La transferencia nos podría alertar sobre el proceso de curación. Juana incluye a la terapeuta y ambas pueden quedarse a solas. Muestra su dolor de modo sádico pegándole al perro y a los muñecos. Vendas, tijeras, inyecciones y algodón son herramientas para hacer activo lo sufrido pasivamente. Tanto en las entrevistas en casa de Juana, como cuando ya evitado el peligro, se traslada la terapia al consultorio, la psicoanalista de Juana percibía en su contratransferencia que la mamá de Juana era otra nena más usando el espacio terapéutico. En las entrevistas con los padres, el papá era muy colaborador mientras que la madre tenía una transferencia hostil y desconfiada. Solo en la tercera entrevista de padres resolvimos la incógnita. El padre con mucha dulzura le dice a su mujer que trate de contar lo que pasó con ella cuando era niña. Y como la mamá no habla, el papá cuenta algo que recordaba haber oído cuando estaban de novios, teniendo ella 5 años fue a comprar algo al almacén y cuando subió al ascensor un hombre la abusó. Cuando habla lo escindido traumático, la señora rechaza con indignación el relato, aduce que hace 30 años que pasó, que no lo tenía en la cabeza, y que no tiene ninguna importancia, es solo una casualidad. Mira con desprecio a su pareja, como si él hubiera roto un pacto de silencio. Percibo el sometimiento al 8

superyo. Interpreto: -vos estas atascada en el ascensor y tu marido te quiere ayudar a salir, como hizo con Juana – Deja de estar tensa. Y cuenta que los padres no la ayudaron, tampoco se habló más del tema. En entrevistas posteriores comenta que a partir de ese momento tuvo mucha rabia y angustia. Tiene mucha bronca. Es notable en este caso la función de la contratansferencia que anticipó el relato de la escena del abuso: había dos nenas en el consultorio de niños. Estos estados fusionales, trauma materno preexistente, impiden a la niña el despliegue, a través de fantasías, del desarrollo evolutivo, separaciónindividuación.

Son

atascamientos

imposibles

de

metabolizar,

pues

permanecen dentro de la mente materna escindidos, son alteraciones del Yo gobernados por la compulsión a repetir pues hay un trauma vigente y se demanda a futuro la presencia del sentimiento de dolor para editar una escena, antes inédita. La interpretación analítica une las dos escenas: lo vivido por la generación anterior, traumático, que no tiene sentimiento de dolor pues el afecto doloroso sufrió el desgaste del paso del tiempo; y la escena traumática actual que aporta el afecto doloroso. En la madre la escisión provocó una alteración de carácter, es Yo. En la niña pequeña entró vía Ello. Pero aquello que se inscribe vía Ello son caracteres difíciles de asir y necesitará reforzarse por el “vivenciar en uno mismo”3 para que ese carácter se inscriba como permanente o que acuda en su auxilio el trabajo analítico para frenar la compulsión a repetir.

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Freud S. (1938), “Moises y la religión monoteísta” Tomo XXIII, pág 94 a 96, Buenos Aires, Amorrortu: “...Las impresiones de los traumas tempranos, que fueron nuestro punto de partida, o no son traducidas a lo preconciente o son trasladadas pronto hacia atrás, por la represión, al 9

La terapeuta de la niña aportó su contratransferencia: hay dos niñas en el consultorio. La entrevista de padres editó la escena: - vos estas atascada en el ascensor como tu nena, tu marido te quiere ayudar a salir como hizo con la nena-. La nena inscribe su fantasía de curación, aporta lo distinto de la repetición. Una mamá que sostiene media hora a la nena evitando que entre en desesperación y un hombre-papá la recibe. Si la madre puede ceder su cría a la cultura, entregarla a la investigación sexual infantil y a la curiosidad de las teorías sexuales infantiles se habrá roto el campo de la repetición compulsiva para instalar las fantasías edípicas. Esto es lo progrediente del tratamiento, descubrir las diferencias en los dos tiempos de la sexualidad humana: primera infancia - amnesia infantil, latencia - elevar los logros culturales. Adolescencia para una re-edición o un pequeño cambio de lo inscripto como fantasía infantil ya reprimida. Más si lo acontecido en la primera infancia no puede ser reprimido porque no fue fantasía sino realidad que perforó los dispositivos de protección anti-estímulo, perdurará la realidad de la escena dolorosa escindida en el yo a la búsqueda de afecto doloroso. estado - ello. Sus restos mnémicos son, entonces, inconscientes y producen efectos desde el ello. Creemos poder perseguir bien su ulterior destino mientras se trate de algo “vivenciado por uno mismo”. Pero una nueva complicación sobreviene si reparamos en la probabilidad de que en la vida psíquica del individuo puedan tener eficacia no sólo contenidos vivenciados por él mismo sino otros que le fueron aportados con el nacimiento, fragmentos de origen filogenético, una herencia arcaica. Surgen así estas preguntas: ¿En qué consiste ella? ¿Qué contenido tiene? ¿Cuáles son sus pruebas? Cuando hablamos de la persistencia de una tradición antigua en un pueblo, de la formación del carácter de un pueblo, las más de las veces tenemos en mente una tradición así, heredada, y no una que se propague por comunicación. O, al menos, no hemos distinguido entre ambas si nos hemos puesto en claro sobre la temeridad que cometemos con tal descuido. Además, nuestra situación es dificultada por la actitud presente de la ciencia biológica, que no quiere saber nada de la herencia, en los descendientes, de unos caracteres adquiridos. Nosotros, por nuestra parte, con toda modestia confesamos que, sin embargo, no podemos prescindir de este factor en el desarrollo biológico. Es cierto que no se trata de lo mismo en los dos casos; en uno, son caracteres adquiridos difíciles de asir; en el otro, son huellas mnémicas de impresiones exteriores, algo en cierto modo asible. Pero acaso suceda que no podamos representarnos lo uno sin lo otro...” 10

Podremos poner en correspondencia, aunque sea para pensarlo y luego descartar, dos escenas. Una niña de cinco años ve la acción del exhibicionistaabusador pelando el pene, mostrándoselo en erección, y una nena de dos años pelando la piel de su pié por el accidente sufrido. La teoría de la complejidad en ciencia nos aporta un dato interesante dice que si logramos poner en correspondencia aquello que denominamos azar y le aplicamos determinismo surge un efecto interesante: surge memoria. José Luís Calabrese dice “Quiere decir entonces que la visión clásica de ‘lo determinado’ como el contrario dicotómico de ‘lo aleatorio’ debe ser reemplazada por una noción más compleja en que determinismo y azar se interpenetran en el proceso estocástico, configurando el escenario en que se manifiesta ‘lo complejo’. Personalmente pienso que apenas abandonamos la noción gaussiana de probabilidad basada en eventos independientes, entramos en un mundo donde no podemos evitar la complejidad: la idea es que una sucesión aleatoria de eventos no independientes tiene la doble propiedad de permitir la incorporación de la novedad (por ser aleatorios) y a la vez de conservar la huella de todos los eventos anteriores (porque cada evento depende de todos los anteriores revelando memoria de largo plazo); esta combinación tan poderosa hace que el objeto resultante sea flexible y receptivo al cambio sin dejar de ser estable”.4 Los mecanismos de escisión son formas de evitar escenas de sufrimiento. ¿Habría un modo de recuperar esas otras memorias no inscriptas desde la psiconeurosis cuando no hay fantasía y en su lugar hay dolor traumático?

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Todos los seres humanos padecemos de “el más allá del principio de placer” y “el malestar en la cultura”, es decir estamos expuestos al dolor y a tolerar pérdidas. Recuperar estas memorias de lo penoso permitiría abrir el campo de la elaboración de duelos. Más no todos los sujetos pueden sostener en su espíritu el instante desgarrante donde el duelo se inicia. Discernir en el examen de realidad que el objeto ya no está, ni volverá. Ese momento donde el yo es atravesado por un rayo y el dolor se hace cuerpo.

Resumen Los mecanismos de escisión son formas de evitar escenas de sufrimiento. ¿Habría un modo de recuperar esas otras memorias no inscriptas desde la psiconeurosis cuando no hay fantasía y en su lugar hay dolor traumático? Todos los seres humanos padecemos de “el más allá del principio de placer” y “el malestar en la cultura”, es decir estamos expuestos al dolor y a tolerar pérdidas. Recuperar estas memorias de lo penoso permitiría abrir el campo de la elaboración de duelos. Más no todos los sujetos pueden sostener en su espíritu el instante desgarrante donde el duelo se inicia. Discernir en el examen de realidad que el objeto ya no está, ni volverá. Ese momento donde el yo es atravesado por un rayo y el dolor se hace cuerpo. Investigamos si podremos recuperar memoria de lo penoso traumático en la clínica de una niña de dos años que sufre un accidente con la puerta de un ascensor.

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“Aproximándonos a las fronteras de la complejidad”. José Luis Calabrese 1998, leído en el 12

Bibliografía •

Freud, S. (1926). Obras Completas. Inhibición, síntoma y angustia. Parte C. Angustia, dolor y duelo, pág 158-161 (Vol. XX). Buenos Aires: Amorrortu.



Freud S. (1938), “Moises y la religión monoteísta” Tomo XXIII, pág 94 a 96, Buenos Aires, Amorrortu.



Calabrese, José Luis (1998), “Aproximándonos a las fronteras de la complejidad”.



Kreiselman de Mosner, Marta (2002 y 2004), “Porque retorna la complusión a repetir”.

XXIV Congreso Fepal Montevideo, Uruguay, 2002. 13

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