DOMINGO 21 DE FEBRERO

DOMINGO 21 DE FEBRERO 2010.Salmo 91:1-2, 9-16; Deuteronomio 26:1-11. Romanos 10:8-13; Lucas 4:1-13.Pbro. Neftalí Gajardo Serrano SALMO 91:1-2, 9-16.E

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DOMINGO 21 DE FEBRERO 2010.Salmo 91:1-2, 9-16; Deuteronomio 26:1-11. Romanos 10:8-13; Lucas 4:1-13.Pbro. Neftalí Gajardo Serrano

SALMO 91:1-2, 9-16.El Salmo 91, no tiene título, ni se conoce el nombre de su autor ni la fecha de su composición con exactitud. En toda la colección no hay Salmo más alentador; su tono es elevado y sostenido. Es una de las obras más excelentes 1 que se han escrito de esta clase. Es imposible imaginar nada más sólido, hermoso, profundo o adornado Es un Salmo de confianza con una marcada intención didáctica. Los vv.1-2 están dirigidos a alguien que busca refugio en Dios, probablemente asilo en el templo. Los versículos siguientes hablan de la protección que le 2 proporciona Yahvé (vv.3-12). Los vv.14-16, son un oráculo divino asegurando la salvación Este poema didáctico o sapiencial con un lenguaje lleno de imágenes poéticas invita a confiar en Dios, porque él es el único refugio seguro en todas las adversidades y peligros. Describe a Dios como: Abrigo, Sombra, Esperanza, Castillo y habitación El Salmista exhorta a tomar a Dios por refugio y fortín (vv.1,2) Los vv.9-12, Describe el carácter de quienes tendrán el beneficio y el consuelo de las promesas divina (Los que han puesto a Jehová por esperanza, al Altísimo por morada), expresan que la exención del mal es el resultado de la excesiva confianza en Dios. Esta sección demuestra la cúspide de la protección que Dios ofrece, una protección milagrosa (no le sobrevendrá mal, ni plaga tocará su morada). Los vv. 14-16, Expresan el compromiso de Dios ante la actitud de confianza. Dichas promesas pertenecen: (a) Los que han puesto en Dios su amor (v. 14); (b) Los que conocen su nombre (v. 14b). (c) Los que le invocan en oración (v. 15). El compromiso de Dios se expresa en siete formas: “lo libraré”, “lo pondré en alto”, “yo le responderé”, 3 “con el estaré yo en la angustia”, “le glorificaré”, “lo saciaré de larga vida”, “le mostraré mi salvación”. Deuteronomio 26:1-11. En este Capítulo de Deuteronomio nos encontramos con instrucciones acerca de las primicias o las ofrendas de los primeros frutos cosechados en la primera parte del verano. Esto normalmente sucedería durante la fiesta de las semanas (Lev. 23:15-20, Núm.28:26). En Deuteronomio la ley acerca de la fiesta de las semanas (Deut.16:9-12) no menciona expresamente los primeros frutos, sin duda porque este pasaje estaba siendo reservado para este lugar en el libro. La razón para reservarlo hasta ahora es que la ofrenda de los primeros frutos tendría un significado especial la primera vez que se hiciera en la nueva tierra. La presente ley tiene esa perspectiva principalmente esa primera ofrenda de los frutos de la cosecha que lograría el pueblo que Dios había tomado de la esclavitud, y después del peregrinaje en el desierto, para ser un pueblo con una tierra propia. Aunque Israel debería presentar las primicias regularmente a través de toda su historia, hay algo especialmente conmovedor en esta ceremonia (algo como un acto de acción de gracias), como una muestra de que Dios cumple sus promesas. La ceremonia involucra un tipo de confesión de fe que reconoce la fidelidad de Dios y contiene la estructura de la formación de Israel. Comienza haciendo memoria de Jacob, el antecesor de Israel, llamado aquí un arameo errante (v.5). La frase se refiere a su vida relativamente errante y su migración hacia Egipto, y también a los años que pasó en Arán o Siria, donde se casó con Raquel y Lea, las hijas de Labán el arameo (Gén. 28:5, 29). La confesión continúa recordando la migración a Egipto, cuando la gente de Jacob aún eran pocos en números (Gén. 46:8-27), la opresión por parte de los egipcios, la liberación por medio de los actos poderosos de Dios y su arribo final a la tierra prometida (vv. 5-9). Pudiera parecer extraño que no se mencione el pacto en Horeb, pero el énfasis está puesto sobre la historia de la promesa, yendo atrás a los antecesores de Israel (Gén. 12:1) y ahora gloriosamente cumplida. La ceremonia debía llevarse a cabo en el lugar central de adoración (v.2), por eso están presentes las notas usuales de regocijo y ayuda para el necesitado (v.11).

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C. H. Spurgeon. Aguas vivas N° 40.-Agosto 2006.-. Comentario Bíblico San Jerónimo, Tomo II, A.T. Pág. 654.3 "Comentario Exegético-Devocional A Toda La Biblia." Libros poéticos -Salmos Tomo-1. Editorial CLIE.) 2

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En otras palabras, la vida de Israel incluyendo los rituales de adoración estaba centrada sobre la misericordia y la 4 justicia. En efecto, la preocupación por los pobres es compartida por los dos rituales prescritos en este capítulo. Siendo los israelitas los inquilinos de Dios, estaban obligados a darle a Él, tributo en la forma de primicias y diezmos. Ningún israelita estaba en libertad de usar algún producto de su campo, mientras no hubiera presentado las ofrendas indicadas. El tributo empezó a ser exigible después del establecimiento en la tierra prometida, y era repetido anualmente en una de las grandes fiestas (Lev_2:14; Lev_23:10; Lev_23:15; Num_28:26; cap. 16:9). Cada jefe de familia lo llevaba sobre sus hombros en una canasta de mimbre, o de hojas de palmera, y lo traía al santuario. Los antepasados de los hebreos eran pastores nómadas, o sirios de nacimiento como Abraham, o por larga residencia como Jacob; y cuando fueron establecidos como nación en posesión de la tierra prometida, por la bondad inmerecida de Dios, se hicieron deudores del privilegio tan distinguido, y en señal de gratitud, ellos traían 5 esta canasta de primeros frutos. Según el gran biblista alemán G. von Rad, estamos aquí ante un “credo primitivo”, pronunciado en el santuario de Guilgal en la liturgia, y que representa el corazón histórico de Israel. Los vv. 5-9, “recapitula los datos principales de la historia salvífica desde la época patriarcal, hasta la conquista de Canaán, con una rigurosa concentración sobre 6 los hechos históricos objetivos” . Las características principales de esta hermosa profesión de fe, de este “credo” es que la fe de los israelitas no se expresa con conceptos, sino por medio del reconocimiento de la acción de Dios en la historia. Este es un elemento característico de los credos israelitas, el Dios de Israel es un Dios que se revela en la historia de su pueblo, en la de ayer y la de hoy. En este sentido es muy importante notar, por un lado los usos de las primeras personas del singular, y los plurales: el orante se planta personalmente ante Dios (“mi padre”, “traigo”...) pero cuando debe hacer memoria de su pecado y la intervención salvadora de Dios recurre al plural: “nos maltrataron”, “nos oprimieron”, “nos impusieron servidumbre”, “clamamos”, “escuchó nuestra voz”... “nos trajo”). Ese cambio de personas puede resumirse diciendo “mi padre era Israel, por lo tanto nosotros somos Israel”. Esa latencia de pasado y presente, singular y plural mantiene vivo a Israel, y haciendo presente todo esto, presentado como reconocimiento de los dones de Dios, el mayor de los cuales es la tierra, esa ofrenda se transforma en un pueblo que se postra ante su Dios y reconoce que de él, y no de los dioses de la fecundidad o la tierra le vienen los dones. Postrarse ante Dios, bienes en mano, es reconocer que la idolatría es estéril, y que Yahvé 7 es el único ante el cual es sensato agradecer, y a quien es justo adorar. Romanos 10:8-13 Después de la sección teológica (caps. 1-8) y antes de la sección parenética (caps. 12-15), el Apóstol Pablo introduce un paréntesis sobre Israel (caps. 9-11) recogiendo un texto del Deuteronomio 30:11-14 ("Porque este mandamiento que yo te ordeno hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos de ti. No están en el cielo…, ni están al otro lado del mar.... sino muy cerca de ti, está en tu boca y en tu corazón para que la pongas en práctica"), aplicados a Dios y a la fe de Israel, y los aplica a Jesús y a la fe cristiana. Pese a que la observancia de la Ley es la condición necesaria para obtener la salvación, no debe pensarse que esto sea imposible; no es preciso escalar las alturas o bajar a las profundidades. Este razonamiento de Moisés halla su plena realización en Cristo. Él es el que ha bajado de lo alto, para compartir la vida de los hombres, y es el que ha subido de las profundidades de la muerte, para resucitar. La Resurrección es esencial, es el punto central de estos versos. El 8 único camino que conduce a la salvación es la fe en Jesucristo, el Señor. No es necesario que el hombre busque con esfuerzo el camino del cumplimiento de la Ley para obtener la salvación, sino que se ponga en el camino de la fe: "si confiesan con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo"(v.9). Cristo ocupa el lugar salvífico que tenía la Ley en la Antigua Alianza. Una vez abrogada la ley, "Cristo habita por la fe en nuestros corazones" (Ef. 3:17). El núcleo de esta fe lo constituye el hecho y la confesión de que Jesús es ahora el Señor. En este contexto de los capítulos 9-10, sobre Israel y su destino, aparecen estos versículos, para una concepción profunda y auténtica de la fe. La fe aquí, no es sólo el asentimiento intelectual, aunque lo incluye, sino la actitud total del hombre. Lo externo ("boca", "labios") y lo interno ("corazón"). Todo el yo comprometido (vv.9-10). La relación corazón, sede del pensamiento y boca, sede de las palabra es estrecha. Con el corazón creemos y con la 4

Nuevo Comentario Bíblico siglo XXI. A.T. Editorial Mundo Hispano 2003 Comentario Bíblico Jameison Fausset Brown (E-Sword) 6 Teología del A.T. Vol. I. Gerhard Von Rad. Pág. 168 7 Koinonía. Servicio Bíblico Latinoamericano. 8 Comentario Bíblico San Jerónimo. Tomo IV. Pág. 177-178.5

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boca proclamamos esa fe, fe que se expresa en la sencilla fórmula fundamental: “Jesús es Señor”, confesión decisiva para el creyente (1ªCor 12:3; 2ªCor 4:5; Fil 2:11), y en el reconocimiento de que “Dios lo resucitó” (1ªCor 6:14; Gal 1:1). Es un interesante quiasmo en el que aparecen confesar - boca - creer - corazón / corazón - creer boca – confesar, donde se deja en el centro: el ser salvos por esa fe confesada. La fe tienen una doble dimensión inseparable: hacia el interior (para reconducir el hombre a la vida), y hacia el 9 exterior, aceptando y expresando unas verdades (profesión de fe). El contenido de esa fe es reconocer y aceptar a Jesús como el Señor Resucitado. No sólo es reconocer el milagro del poder de Dios, el sí de Dios a Jesús al resucitarlo, exaltarlo, glorificarlo y colocarlo a su derecha, sino el señorío total de Jesús. El apóstol Pablo recoge esta fórmula de fe, probablemente la más antigua de los cristianos: Kyrios lesous, Jesús es el Señor. La proclamación pública de esta fe ("en tus labios") y la adhesión interior ("en el corazón"), es lo que justifica y salva. Se trata pues, de tener a Jesús como Señor, con una fe que incluye, además de la profesión pública y la adhesión interior antes mencionadas, la "invocación" de su nombre, la confianza en su salvación. Este Credo está al alcance de todos. «Todo el que invoque el nombre del Señor Jesús -de palabra, con la mente y el corazón- será salvo, sea judío o griego, “¡Se salvará!”. Pablo rompe con el mito de la discriminación "judío y griego", ya no hay diferencia. Lucas 4:1-13. Lucas expresa en forma de narración el proceso interior de Jesús en tres tentaciones representativas. El relato de las tentaciones presenta a Jesús como el que quiere enfrentar al mal, personificado en el texto en la figura del diablo La genealogía de Jesús en el evangelio Lucas (Lc. 3:23-38), tiene por finalidad demostrar la humanidad de Jesús. Esta estructura significa que el que va a ser tentado es hijo de Adán (v.38), pero al contrario del primer Adán, no va 10 a sucumbir a la tentación. En la escena del bautismo Jesús es presentado como el Hijo amado de Dios sobre quien desciende el Espíritu Santo. La escena de las tentaciones pone en claro que Jesús es también hombre, y como hombre emprende su misión en absoluta obediencia al Padre. La mención del ayuno y el hambre tienen por finalidad resaltar la humanidad de Jesús (v.2). La conexión entre el bautismo de Jesús y la tentación no es sólo de carácter cronológico, sino que va dada también en los hechos mismos. El Espíritu que descendió sobre Jesús en forma de paloma es quien lo lleva al desierto .Lucas emplea aquí unas expresiones griegas que muestran una delicada matización del sentido: “y fue llevado por el Espíritu al desierto” (v.1). El Espíritu acompañó a Jesús durante cuarenta días en el desierto. Sólo después de este periodo de comunión con el Padre (en oración) Jesús emprenderá su lucha con el mal. La fuerza de Dios se enfrenta a los poderes diabólicos, ha llegado el momento escatológico. Jesús va al desierto, pero no va solo. Entra en el desierto movido por el Espíritu Santo y acompañado por su Padre. Este es un caminar comunitario; Jesús no va solo. El ha puesto su historia, su vida en su Padre; sabe en quien ha puesto su confianza, sabe que no será 11 defraudado. El sabe en quien confía. La primera tentación del v.3: “Si eres el Hijo de Dios”. La respuesta de Jesús se refiere al tipo de Mesías que él aspira ser. Su respuesta a ésta y a las otras tentaciones las hace mencionando textos Veterotestamentarios: Dt. 8:3 (cf. Éx. 16), Dt. 6:13, 6:16. Jesús revive la experiencia de Israel en el desierto durante el éxodo. El Espíritu Santo lo indujo a que se pusiera a prueba a sí mismo en el desierto (vv.1-2). Al marchar al desierto, comarca desolada, habitada por demonios y fieras salvajes, Jesús subyuga a los poderes hostiles y vive, como un nuevo Adán, en perfecta armonía con las fieras (Is. 11:6-9.) El desierto es el lugar donde moran los malos espíritus, pero también tiene una significación escatológica: del desierto viene el Mesías (Is.40:3. Jesús permanece en el desierto 40 días. El número 40 tiene un sentido simbólico que designa un periodo de calamidades y desgracias. Durante este tiempo Jesús es tentado. La discusión entre Jesús y Satán se da en tres diálogos distintos, localizados en tres lugares diferentes (vv. 2, 3, 5 y 9).Mientras se encontraba en ese desolado lugar El diablo lo tienta con las promesas de pan (símbolo de las comodidades físicas), de poder (autoridad sobre los demás), y gloria falsa (tener conocimientos superiores a los de Dios) (vv.3-7). Las tentaciones que Jesús experimenta son las tentaciones de los israelitas en el desierto y las tentaciones de toda la humanidad. Los israelitas sucumbieron, pero Jesús no, conquistó las tentaciones afirmando la palabra del Dios vivo. En la primera tentación, Satanás trata de hacer desviar a Jesús de su vocación de hijo obediente, lo invita a utilizar su autoridad para sus propios fines, lo invita a preocuparse de su existencia y a no 9

Comentario Bíblico San Jerónimo. Tomo IV. Pág. 177-178.Estudio Exegético-Homilético 059, Febrero 2005.11 Comentario Bíblico San Jerónimo. Tomo III. N.T. I, Pág. 333 10

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contar exclusivamente con su Padre. La respuesta de Jesús afirma que hay bienes mayores que el alimento, y que el hombre no es sólo un consumidor, un oeconomicus homo (vv.3-4). En la segunda tentación, sobrepasa a la anterior por su audacia, Satanás hace una nueva tentativa de apartar a Jesús del servicio exclusivo de su Padre para hacer de él un “adorador” del diablo. La respuesta de Jesús afirma que solamente el poder de Dios es absoluto (vv.5-8). y en la tercera tentación que tiene como escenario la ciudad Santa, Jerusalén, la ciudad que pertenece exclusivamente a Dios a causa del templo, Satanás, provoca el peligro citando el salmo 91 para exigir un milagro de parte de Dios. Jesús rechaza de nuevo el ataque afirmando que nunca se debe poner a prueba a Dios (vv.9-12). Jesús rechaza la posibilidad de aprovecharse de su mesianidad en su propio favor, rechaza la proposición de convertirse en un Mesías de ostentación, un Mesías político. Prefiere afirmarse en su completa obediencia al Padre. A través de la experiencia de todas las tentaciones, pareciera ser que Jesús alcanza su propia perfección (cf. Heb. 2:10, 5:9). Esa idea está expresada el v.13 “Cuando acabó toda tentación”. Cómo hombre, Jesús cumple su función mesiánica y vence en nombre de todos los seres humanos. En el ministerio público de Jesús se verán las consecuencias de su victoria. Todo el ministerio público de Jesús servirá para demostrar que el camino de la cruz 12 lleva a la victoria. En ese retiro Jesús experimentó su fragilidad como criatura y sus dudas antes de enfrentar lo desconocido, pues dejaba la vida de Nazaret para entregarse a la voluntad del Padre en una misión que, en pocos meses, lo llevaría a la muerte. Por último, el sentido de esta llamada historia de la tentación, no es que Jesús fuera inducido a un pecado y el resistiera a esta inducción, sino que más bien se trata del Si, de la aceptación de Jesús a su misión. Por lo tanto, no 13 tenemos ante nosotros a un Jesús tentado, sino a Jesús que tiene que pasar una dura prueba.

SUGERENCIAS HOMILÉTICAS 

La fe cristiana es historia, no sólo una serie de conceptos. La profesión de fe que hacemos en la liturgia no está compuesta de una serie de ideas elevadas de la esencia de Dios, de las cualidades, de los conceptos del hombre o del mundo. El credo de los israelitas, de Jesús y de la comunidad cristiana refleja los altibajos de la historia. El credo de Israel comienza con la historia de Jacob, un arameo errante, y sus descendientes, conducidos por Dios, a través de los siglos, a la tierra prometida. El credo de los cristianos está fundado en la historia de Jesús de Nazaret, a quien Dios Levantó de entre los muertos y hecho Señor. Las ideas están para pensar, no para creer. La historia de la salvación debe ser ambas cosas: alimento para el pensamiento y una profesión de fe. De la misma manera que Moisés quería que las personas expresaran su fe, el Apóstol Pablo llama a los cristianos de Roma a “reconocer a Jesús como Señor”. Les recuerda a ellos y a nosotros que debemos creer que Jesús verdaderamente resucitó para salvarnos. A través de Jesús, la gran misericordia de Dios llega hasta nosotros y nos ayuda a establecer una relación correcta con Dios.



La fe en Cristo nos hace un solo pueblo: En los inicios del cristianismo, las primeras comunidades cristianas estaban formadas por judíos y griegos. Ambos pertenecían a dos culturas diferentes y pensaban muy distinto acerca de la religión. Los judíos tenían una larga historia de adorar a un verdadero Dios y estaban acostumbrados a sus propios rituales. Los griegos tenían a su vez sus propias costumbres, con muchos dioses. Sin embargo, la fe de que Jesús, nuestro Dios, resucitó de los muertos nos hace uno a todos y eso es lo que importa.. Ahora ¿Cómo expresamos nuestra unidad y nuestras diferencias en nuestra Iglesia Local y en el amplio mundo de la Iglesia?



La centralidad de Dios en la historia, personal y comunitaria. Cuando nos ponemos de cara a Dios y lo reconocemos como el Señor de la Vida, del acontecer y del ser, terminamos rindiéndonos y postrándonos ante Él. Aprender a caminar con Dios requiere esfuerzo, dedicación y trabajo. Quien ponga en Él su confianza no terminará nunca defraudado. Esa es la historia de Israel que toma posesión de la tierra, termina confesando la fidelidad de Dios por la gracia concedida.

 La narrativa de la tentación en Lucas enfatiza tres temas: 1) el poder del Espíritu, 2) la relación especial de Jesús con el Padre, y 12 13

Comentario Bíblico San Jerónimo. Tomo III. N.T. I, Pág. 334 Teología del N.T. Vol. I. Joachim Jeremías, Pág. 95.-

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el conflicto entre Cristo y Satanás. El Espíritu Santo lleva a Jesús a la tentación, pero también le fortalece y le acompaña durante la prueba (v. 14). Jesús entra en el desierto movido por el Espíritu Santo y acompañado por su Padre. Ha puesto su historia, su vida en su Padre, y sabe en quien ha puesto su confianza, y sabe que no será defraudado. El sabe en quien confía. El tentador, enemigo del hombre y de Jesús, tiene por propósito desviar a Jesús de su misión, inducirlo a cambiar el carácter de su mesianismo, ofreciéndole confort, poder y gloria Pretende que en lugar de salvar a la humanidad se haga súbdito y agente del enemigo del hombre, significa traicionar el designio divino que pretende salvar al hombre. El único verdadero salvador es el que, lejos de dominar al hombre, da su vida por él



En un mundo de tentación afirmemos nuestra fe. “esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe" La tentación nos acompaña a través de nuestra vida. El tentador está solo, y es tan arrogante que no tiene ningún escrúpulo en tentar incluso al Hijo de Dios. Mientras que las culturas y las costumbres cambian él ha ido cambiando sus tácticas, pero los ingredientes son siempre iguales: poder, conocimiento y placer. La sociedad moderna ofrece al tentador una avalancha de posibilidades para influir en la humanidad, y a menudo estamos indefensos y desprotegidos. Como creyentes afirmamos con orgullo nuestra fe en un mundo que se olvida a ratos de ella, la sofoca, o la deja de lado. Las tentaciones son una oportunidad de dar testimonio de Jesucristo, nuestro Señor y Dios, y a través de nuestro testimonio conquistar la tentación con el poder de Dios. No debemos asustarnos de la tentación. “esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe" (1ªJuan 5:4). Dios es suficiente para fortalecernos en todo tipo de desafíos. Cuando tenemos una crisis de confianza, cuando nos sentimos amenazados, podemos utilizar los recursos que Dios nos ha proporcionado. Cuando los gritos del mundo parecen ahogar nuestra seguridad. El Espíritu de Dios nos recuerda todo lo que Dios ha hecho por nosotros. Cuando ponemos nuestra fe en Cristo, tenemos una fe que puede vencer al mundo. Esa fe es suficiente durante los tiempos buenos y también difíciles. Nos sostiene cuando nuestro miedo nos dice que nos rindamos. Nos mantiene en la carrera cuando queremos darnos por vencidos. En un mundo de tentación afirmemos nuestra fe.

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