ANÁLISIS TECNOLÓGICOS Y PROSPECTIVOS SECTORIALES
ANÁLISIS DE DIAGNÓSTICO TECNOLÓGICO SECTORIAL QUÍMICA DE CONSUMO
Responsable: SANTIAGO JUNCAL MARZO 2013
MARZO 2013
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AUTORIDADES ■
Presidenta de la Nación
Dra. Cristina Fernández de Kirchner ■
Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva
Dr. Lino Barañao ■
Secretaria de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva
Dra. Ruth Ladenheim ■
Subsecretario de Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva
Lic. Fernando Peirano
RECONOCIMIENTOS Los estudios de Análisis de Diagnóstico Tecnológico Sectorial fueron coordinados, supervisados y revisados por la Mg. Florencia Kohon, el Lic. Gustavo Baruj y el Lic. Fernando Porta. Colaboró con la edición el Lic. Sebastián Spector. Se agradece a los diferentes actores del sector gubernamental, del sistema científicotecnológico y del sector productivo que participaron de los distintos ámbitos de consulta del Proyecto. No habría sido posible elaborar este documento sin la construcción colectiva de conocimientos. Por consultas y/o sugerencias, por favor dirigirse a
[email protected]
El contenido de la presente publicación es responsabilidad de sus autores y no representa la posición u opinión del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
COMPLEJO PRODUCTIVO: QUÍMICA DE CONSUMO 1. PROCESOS PRODUCTIVOS Y TECNOLOGÍAS EMPLEADAS 1.1. Procesos productivos El sector química de consumo final se encuentra integrado por dos grandes subsectores: la química cosmética y de higiene personal, y la química para higiene doméstica (o productos domisanitarios). Según la Agencia Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), los productos cosméticos y de higiene personal y perfumes se definen como “preparaciones constituidas por sustancias naturales o sintéticas o sus mezclas, de uso externo en las diversas partes del cuerpo humano: piel, sistema capilar, uñas, labios, órganos genitales externos, dientes y membranas mucosas de la cavidad oral, con el objeto exclusivo o principal de higienizarlas, perfumarlas, cambiar su apariencia, protegerlas o mantenerlas en buen estado y/o corregir olores corporales”1. Por su parte, los productos domisanitarios son (también según ANMAT) aquellos “que empleamos para la limpieza y desinfección de superficies inanimadas y ambientes, así como la desinfectación (combate de insectos y roedores) en el hogar y en ambientes colectivos públicos y/o privados, tales como escuelas, hospitales y lugares de esparcimiento, entre otros”2. Como se desprende de la propia definición de ambos sub-sectores, los segmentos y productos que cada uno de ellos involucra son múltiples. En ese sentido, por caso, una buena forma de diferenciarlos en el caso de la química cosmética es por las partes del cuerpo humano al que el producto apunte a higienizar, reparar o
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Definición disponible en el propio sitio web de la ANMAT
(http://www.anmat.gov.ar/cosmeticos/definicion_cosmeticos.asp) 2
Definición disponible en el propio sitio web de la ANMAT
(http://www.anmat.gov.ar/Domisanitarios/definicion_Domisanitarios.asp). 4
embellecer3. De modo análogo, podría proyectarse una clasificación semejante para el sub-sector de productos domisanitarios, en el sentido de diferenciar los ambientes o superficies a los que estén abocados los productos correspondientes (cocina, living, baño, muebles, ropa, etc.). Esta gran variedad de productos involucrados nos lleva a categorizar al sector como multifunción, o multiproducto. Todos los entrevistados involucrados tendieron a coincidir en este punto; incluso, el Lic. Mazzía (entrevistado referente de ALPHA, cámara que representa a los fabricantes de domisanitarios) acotó que actualmente es muy difícil encontrar una firma del sector que no lleve a cabo una mínima diferenciación de productos, realizados a partir de diferentes formulaciones, aunque siempre con una misma base de tensioactivos. Un ejemplo de ello en domisanitarios constituye el de producir tanto detergentes lavavajillas como detergentes en polvo para la ropa; en tanto, en los productos de tocador, un caso ilustrativo es el de elaborar tanto jabones sólidos como líquidos4. A continuación, se presenta un esquema básico de la cadena de valor del subsector cosméticos5, que con algunas salvedades puede servir también para comprender la realidad del subsector de domisanitarios:
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En efecto, esta forma de segmentar al sub-sector coincide con la propuesta por los referentes de la
Asociación Argentina de Químicos Cosméticos (AAQC). 4
Mazzía indicó que décadas atrás existían empresas jaboneras que podían elaborar tanto el jabón en pan
para lavar la ropa como el de tocador para higiene personal. De todos modos, la Dra. Pérez Damonte (especialista en el sector cosméticos y también entrevistada para este trabajo) indicó que las regulaciones actualmente vigentes impiden la posibilidad de fabricar productos cosméticos y domisanitarios en forma simultánea en un mismo establecimiento productivo. 5
El esquema es tomado de CEP (2004). 5
Los proveedores de materias primas y materiales de empaque constituyen el primer eslabón del sector. En el caso de las materias primas, los proveedores son en muchos casos importadores, ya que hay numerosos insumos químicos que no se fabrican en el país6. El sector de materiales de empaque, en cambio, encuentra una nutrida red de proveedores con producción propia en el país (CEP, 2004). Es importante destacar que ciertos proveedores de estos insumos atienden las necesidades de diferentes sectores productivos, además de la química de consumo final. El caso de los aerosoles (de buen desarrollo en el país) es bastante ilustrativo en ese sentido, en la medida en que se trata de un tipo de envase utilizado tanto en la higiene personal y doméstica como en productos alimenticios y farmacéuticos. El segundo eslabón considerado en el esquema (que se define como el “sector” propiamente dicho) involucra una amplia y diversa gama de actividades, que pueden
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Esta información es suministrada por CEP (2004). A pesar de los años transcurridos desde la
elaboración de aquel trabajo, la situación no se ha modificado en la actualidad; Pérez Damonte estima que alrededor del 70% de las materias primas utilizadas por el sector cosméticos (fragancias, tensioactivos, conservadores, colorantes, etc.) son importadas. La elevada multiplicidad y grado de especificidad de las mismas hace que no exista un listado disponible al respecto, por lo que avanzar en un diagnóstico sobre estos insumos no producidos en el país resultaría un paso previo indispensable para cualquier política pública encarada con y para el sector. 6
o no convivir en la operatoria de una misma empresa. En suma, los fabricantes de productos cosméticos y sus pares domisanitarios pueden:
Llevar a cabo la mera producción a pedido de grandes empresas contratantes con marca propia, que además le brindan la formulación del producto por ella desarrollada.
Desarrollar y elaborar sus propios productos, pero trabajando a pedido de empresas con marca que le demandan una cierta cantidad de los mismos.
Desarrollar productos con marca propia, para ser comercializados en diferentes tipos de mercado.
Estos formatos de negocios no son mutuamente excluyentes, por lo que una firma puede operar en dos o hasta en los tres al mismo tiempo. Los dos primeros casos involucran diferentes grados de tercerización, que a la vez pueden estar caracterizados por distintos matices en algunos aspectos puntuales, como la responsabilidad en el financiamiento o provisión de insumos (tanto de las materias primas como de materiales de empaque) o los niveles de confidencialidad en el caso de que exista el otorgamiento de una formulación7. Del mismo modo, pueden existir casos intermedios entre la primera y segunda modalidad de negocios, dado que los productos pueden ser elaborados en forma conjunta entre la empresa contratante y la denominada “tercerista”; o situaciones extremas en las que la empresa tercerista se aboque únicamente a fraccionar el producto a granel ya elaborado y provisto por la empresa contratante (CEP, 2004). Según Mazzía, en el subsector de domisanitarios es común que en la medida que una empresa crece en tamaño y diversifica su cartera de productos, comience a tercerizar la fabricación de los mismos. La gestión de la calidad es un proceso que forma parte de las actividades necesarias del sector, pero que en cierta medida también puede ser llevada a cabo por un tercero que no sea el propio fabricante. En el caso de los productos cosméticos, por ejemplo, existen empresas que proveen servicios de cosmetovigilancia para asegurar
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También puede ocurrir que haya formulaciones ya estandarizadas (“formulas tipo”) y difundidas por los
propios proveedores de materias primas en el sector, por lo que aquí se anula la posibilidad de establecer cualquier clase de confidencialidad. 7
la eficacia y la seguridad de los productos que otras firmas pretenden lanzar al mercado8. Finalmente, el eslabón final, que en el gráfico aparece nombrado como “canales de distribución”, también involucra un abanico de modalidades diferentes, que se replican en el caso del sub-sector de domisanitarios, aunque con ciertas diferencias. La primera de ellas es que, por cuestiones lógicas, el canal denominado “profesionales” no está presente en el mismo. Asimismo, la venta directa de productos domisanitarios también es prácticamente inexistente, o al menos insignificante con relación a la de bienes cosméticos. Por último, el canal de farmacias y perfumerías (sobre todo en el caso de las grandes cadenas) ha ido incorporando progresivamente a los productos domisanitarios como parte de su oferta, por lo que ambos sub-sectores conviven hoy en estos puntos de venta específicos.
1.2. Tecnologías empleadas
La caracterización del sector en términos de la intensidad de uso de los factores de la producción resulta ciertamente compleja y variable en relación a sus respectivos subsectores y al tamaño de las firmas. En domisanitarios, Mazzía sostiene que las pequeñas y medianas empresas suelen tener un sesgo más trabajo-intensivo que las grandes, y que en la medida que las empresas tienden a crecer, es muy normal que se equipen e incrementen el capital físico en mayor medida que el volcado a salarios. Las empresas terceristas de menor tamaño relativo suelen ser mano de obra intensivas, lo que las favorece para ser flexibles a la hora de responder a diferentes tipos de servicios demandados por empresas clientes. En cuanto a los procesos propiamente dichos, Mazzía indica que toda tarea factible de llevarse a cabo en forma continua, se realiza de esa manera. En principio, la 8
La firma Claim, cuyo CEO es la Dra. Pérez Damonte (referente entrevistada para este trabajo), es una
de las que proveen este tipo de servicios. 8
tendencia a una mayor tecnificación provoca que la mayoría de los procesos tiendan a llevarse a cabo “en equipo cerrado”, desde la selección de la materia prima hasta la fragmentación y envasado del producto final. De todos modos, en la práctica el fraccionamiento, acondicionamiento y envasado requieren de una etapa previa en que la producción se acumula a granel, segmentación que da margen para una eventual tercerización del proceso productivo. El fraccionamiento y el envasado son las etapas del proceso en las que existe una mayor incidencia de la mano de obra, aunque también pueden ser sujeto de cierto grado de automatización. En cuanto a la posibilidad de integrar en una misma planta los procesos de producción de materias primas del sector, los referentes sostuvieron que aquí entran a jugar muy fuertemente las economías de escala de las firmas. El equipo de Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) Química dio un ejemplo ilustrativo al respecto: las maquinarias que generan el cloro para producir lavandinas son de gran envergadura y precio, por lo que las firmas pequeñas que compiten en este segmento necesariamente se aprovisionan del cloro comprándoselo a otras firmas. Asimismo, Mazzía sostuvo que como las materias primas suelen sufrir una serie de transformaciones hasta llegar al producto domisanitario final, cada firma tiende a iniciar su elaboración desde el punto de partida en el que su economía de escala se lo permite. En tanto, el subsector de cosméticos e higiene personal comparte con el de domisanitarios la complejidad inherente a su caracterización, a pesar de lo cual evidencia ciertos elementos diferentes al mismo. Uno de ellos radica en que, como destacaron los referentes de la Asociación Argentina de Químicos Cosméticos (AAQC), las empresas no necesariamente suelen ser más capital-intensivas a medida que crece su tamaño, y hasta en algunos casos puede darse el fenómeno inverso. Esto se explica por el hecho de que en las empresas de menor tamaño relativo suele haber uno o pocos empleados “que hacen todo”, y en la medida en que van creciendo, incrementan fundamentalmente su plantilla de personal, dividen la firma en
diferentes
áreas
(administrativa,
desarrollo
de
producto,
logística,
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comercialización) e incorporan profesionales y recursos humanos más capacitados, antes que equiparse o adquirir nueva maquinaria. En cuanto a los procesos productivos propiamente dichos, también existe un contraste con la elaboración de domisanitarios. En parte por ser una industria en que la diferenciación de producto es alta, la fabricación de productos cosméticos no es de flujo continuo, salvo en algunos bienes que se elaboren en gran cantidad, como el caso de ciertos champús.
En la gran mayoría de los productos, se utiliza la
modalidad de “batch”. Desde ya, esto no obsta que existan etapas del proceso productivo con mayor o menor versatilidad en cuanto a la posibilidad de ser automatizados. En general, la elaboración de los productos propiamente dicha suele ser más capital-intensiva, mientras que los eslabones finales del proceso (envasado, etiquetado, etc.) son aquellos en los cuales se necesita más mano de obra. El estuchado, por ejemplo, es una tarea generalmente realizada en forma manual; en el envasado y etiquetado, es factible tener máquinas automatizadas llevando a cabo el proceso, pero en definitiva siempre es indispensable contar con algún empleado controlando el proceso. Los referentes del subsector coincidieron en señalar que el tamaño de las empresas resulta una variable clave al momento de tomar este tipo de decisiones. La versatilidad y la diversidad de productos (en desmedro del volumen de producción) son ventajas con que suelen contar las PyME y que requieren justamente la falta de automatización de buena parte de sus procesos. Asimismo, los formatos de presentación de los productos suelen cambiar de forma permanente, lo que resulta un factor clave para disuadir a las firmas de iniciativas para automatizar la etapa de envasado. El tamaño relativamente pequeño del mercado argentino y los ciclos de vida cada vez más cortos de los cosméticos (atados a las modas y a una demanda de carácter aspiracional, en muchos casos) operan en ese mismo sentido. En líneas generales, puede sostenerse (al igual que en el caso de domisanitarios) que las empresas de mayor tamaño relativo (y que explican el grueso de la producción de cosméticos en el país) y/o que alcanzaron un cierto nivel de penetración en los mercados externos tienden a avanzar en procesos de automatización de forma más
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decidida que las firmas de menor envergadura, que representan la gran mayoría dentro del tejido productivo del subsector.
1.3. Mapeo institucional y territorial El sector no cuenta con complejos productivos, clusters ni ningún tipo de aglomeración productiva destacable o digna de mención en el territorio nacional. Tampoco existen parques tecnológicos o emplazamientos similares. Se advierte la presencia de algunas empresas del sub-sector de cosméticos en el Parque Industrial Pilar, en la provincia de Buenos Aires, pero estas firmas conviven con firmas de otros sectores y no tienen ningún lazo asociativo entre sí, al margen de estar ubicadas en el mismo territorio por ventajas de carácter impositivo o logístico. El aprovechamiento de desgravaciones o reducciones impositivas también se aprecia en la instalación de plantas del sector en la provincia de San Luis y en otros parques industriales del país, pero siempre en convivencia con firmas que operan en otras actividades económicas. Por su parte, el subsector de domisanitarios no cuenta con ninguna institución específica de investigación y desarrollo. Mazzía indicó que en el caso de las empresas multinacionales que operan en el segmento, las actividades de I+D han sido llevadas a cabo en todo caso como parte de la interacción con las casas matrices u otras sucursales de mayor envergadura en la región (aunque no propiamente al interior de las firmas emplazadas en el país, dado que no cuentan con laboratorios de I+D). En tanto, el referente señaló que los procesos de aprendizaje o innovación en las PyME se han desenvuelto tradicionalmente como consecuencia de la interacción entre éstas y las empresas proveedoras de materias primas, a través del otorgamiento de “formulas tipo” para que aquellas avancen en procesos de prueba y error hasta poder alcanzar un determinado producto final. La vinculación con el INTI ha sido, en cualquier caso, marginal o poco significativa. Por su parte, en el subsector de cosméticos la única institución promotora de I+D es la propia AAQC. Sus referentes indicaron que la entidad tiene cinco grupos de
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investigación en marcha y seis en carpeta. En general, las empresas argentinas no realizan actividades de investigación y, al igual que en domisanitarios, este tipo de tareas llega de la mano de los proveedores de materias primas, que buscan explotar sus propiedades distintivas para lograr colocarlas en el mercado. La francesa L’Oreal y la japonesa Shiseido son claros ejemplos de firmas marcadoras de tendencias innovativas a nivel mundial en el subsector, pero Argentina no cuenta con este tipo de firmas9. En tanto, la actividad de INTI Química es limitada y se circunscribe, por caso, a controles de determinados activos, pero no genera desarrollos de productos ni el sector privado se lo solicita.
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Cabe destacar que las más grandes multinacionales que operan en Argentina suelen desplegar
estrategias mixtas, elaborando algunos productos e importando otros. En el caso de L’oreal, que opera en los segmentos de fragancias, cremas y maquillajes. Algo semejante puede decirse de Procter & Gamble, que según CEP (2004) producía en el país en forma significativa productos de higiene descartable, elaboraba una porción poco relevante de sus productos capilares y directamente importaba los artículos de tocador que comercializaba en el país. Otro ejemplo en ese sentido es el de Gillette, que importaba la totalidad de las hojas de afeitar vendidas en el país, pero producía buena parte de los artículos de tocador que comercializaba en el territorio nacional. 12
2. ORIGEN Y CARACTERÍSTICAS DE LOS BIENES DE CAPITAL Las máquinas utilizadas en el sector son diversas y se utilizan para diferentes funciones y etapas de los procesos productivos. Entre las principales, es posible enumerar las siguientes:
Mezcladoras y emulsificadoras
Agitadoras
Reactores
Tolvas
Envasadoras
Estuchadoras
Etiquetadoras
Blisteras
Según Mazzía, en el subsector de productos domisanitarios el parque de maquinaria evidencia grandes disimilitudes. Las empresas más grandes suelen disponer del equipamiento más avanzado y nuevo, y las de menor tamaño relativo tienden a equiparse con maquinaria usada, que adquieren de empresas de mayor envergadura; en estas empresas es habitual que mientras los equipos sigan funcionando mínimamente bien, se los siga utilizando (de hecho, es raro que los equipos sean llevados a desguace). El origen principal de los equipos importados más complejos y que generan las propias transformaciones químicas de los productos (agitadoras, mezcladoras, reactores) es alemán e italiano, aunque la automatización para el sector fue originada en Japón; la compra al exterior de estas maquinarias se suele hacer a través de contactos directos (las empresas proveedoras no suelen tener distribuidores oficiales, oficinas comerciales o representantes de ventas en nuestro país). En tanto, hay un cierto desarrollo de proveedores de bienes de capital argentino para las áreas de envasado y fraccionamiento, que suelen ser maquinarias de propósito general y, por ende, adquiridas por empresas de otras actividades industriales en el país (alimenticia, por ej.). De todos modos, los avances tecnológicos en el subsector siempre han provenido del exterior y la incorporación de
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equipamiento por parte de las empresas ha dependido de las coyunturas y vaivenes económicos del país. En tanto, en el subsector de productos cosméticos también coexiste la oferta de bienes de capital nacional e importado. La producción de equipos nacionales se aprecia en las etapas de elaboración (mezcladoras, agitadoras, reactores, tolvas) y envasado y etiquetado (envasadoras, etiquetadoras, estuchadoras, blisteras), aunque no está presente en las máquinas para análisis y control, donde la oferta existente esta exclusivamente constituida por equipos importados (generalmente, de origen alemán). En rigor, el análisis y control de procesos es una actividad que debe estar presente en todos los eslabones de la cadena (insumos, elaboración, envasado, control final del producto, etc.) a los efectos de garantizar Buenas Prácticas Manufactureras (BPM), norma presente en la industria cosmética. Según los referentes de la AAQC, es plausible pensar que las empresas de mayor envergadura evidencian un nivel de obsolescencia inferior en sus bienes de capital al de las firmas de menor tamaño relativo, aunque desafortunadamente no existen cálculos oficiales ni privados acerca de los niveles de obsolescencia y antigüedad del parque de máquinas (ni en domisanitarios ni en cosméticos). Finalmente, los referentes indicaron que las condiciones de acceso al crédito para adquisición de bienes de capital en el sector no son fáciles en la actualidad. Por un lado, debe destacarse que no existen líneas de crédito específicas orientadas a la elaboración de productos químicos o afines. Asimismo, Mazzía indicó que en la actual coyuntura el acceso al crédito no es sencillo para el subsector de domisanitarios, o al menos resulta más oneroso que en décadas previas. Finalmente, Pérez Damonte resaltó que los créditos de organismos oficiales suelen tener complicaciones con los plazos de aprobación, lo que termina redundando en desincentivos a los proyectos de inversión encarados por las empresas cosméticas.
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3. BRECHA RESPECTO DE LAS PRÁCTICAS INTERNACIONALES La comparación internacional de la industria de química de consumo revela matices entre sus dos subsectores. El segmento de los productos domisanitarios argentinos no ha sido estudiado bajo una clave comparativa a nivel internacional; de hecho, los referentes entrevistados dijeron desconocer los principales aspectos relacionados con las asimetrías de procesos productivos y equipamiento tecnológico entre el aparato productivo argentino y sus pares internacionales. Sin embargo, sostuvieron que era factible pensar que las empresas multinacionales (de fuerte incidencia en el sub-sector) no evidenciaran grandes diferencias en estos aspectos con relación a sucursales semejantes en países de la región. Asimismo, Mazzía puntualizó que la entrada de multinacionales al país había tenido un “doble impacto”; si bien había generado que algunas empresas nacionales que competían en los mismos segmentos de mercado no
pudieran
equiparse
para
competir
con
ellas
y
quedaran
rezagadas
tecnológicamente (y eventualmente, quebrasen), también habían provocado el efecto positivo de traer tecnología de punta desconocida en el país, por lo que para aquellas firmas nacionales que (por cualquier motivo) hubieran logrado equiparse y competir con las grandes, la entrada de nuevos competidores le había generado un efecto indirectamente positivo también, en la medida que habían dado un salto de calidad que las terminase dotando de mayor competitividad genuina. Otra forma utilizada por Mazzía para analizar el subsector fue a través del análisis de la penetración en mercados externos. En ese sentido, el referente de ALPHA indicó que la competitividad argentina se podía apreciar en la actual llegada de los productos domisanitarios no sólo a distintos países sudamericanos, sino también a América Central y a Europa. De todos modos, el entrevistado también reconoció la asimetría que existía en este aspecto en relación al tamaño de la empresa, toda vez que las multinacionales exhiben una capacidad exportadora que las pequeñas y medianas empresas del subsector están lejos de lograr en la actualidad.
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En tanto, los referentes del subsector de cosméticos e higiene personal también tendieron a mostrar un cierto desconocimiento sobre el estado del arte internacional en materia de procesos y tecnología, pero a la vez marcaron la existencia de elementos concretos que dificultaban esa comparación y remarcaron ciertos puntos ciertamente trascendentes para el análisis. Si bien la Dra. Pérez Damonte reconoció que el “espejo” en el que se mira el subsector en Argentina tiende a ser naturalmente su par brasileño, los referentes de la AAQC indicaron que la comparación con Brasil era difícil de ser realizada, toda vez que una PyME brasileña del subsector solía tener, por caso, un tamaño relativo marcadamente superior al de una firma argentina que opera en el mismo. No obstante ello, todos los referentes indicaron que si bien la calidad de los cosméticos argentinos no era superada por la de los brasileños, la fortaleza de estos últimos residía muchas veces en la buena presentación del producto, lo que se sostenía a su vez en el buen nivel de la industria de packaging brasileña, con un desarrollo claramente superior a la argentina. Asimismo, Pérez Damonte también indicó que si bien Brasil contaba con un subsector que en líneas generales detentaba un desarrollo tecnológico y bienes de capital más avanzados a los hallados en Argentina, los recursos humanos (personal técnico de las empresas) y la capacidad de generar desarrollos de producto tendían a ser mejores en nuestro país que en el vecino. En tanto, la otra comparación relevante marcada por la referente en el plano latinoamericano fue la de la industria colombiana. Pérez Damonte sostuvo que en la actualidad buena parte de la inversión extranjera en el subsector se estaba volcando a Colombia, y que el reconocimiento de los productos cosméticos colombianos estaba igualando y hasta superando en cierta a medida al de los argentinos en el mundo, por lo que en Sudamérica este país se estaba transformando en un jugador de peso con el que la industria argentina va a tener que convivir compitiendo en los próximos años. En cuanto a la comparación extra regional, Pérez Damonte indicó que no advertía grandes diferencias en materia de equipamiento y procesos entre ciertos países de Europa (como Italia y España) y la Argentina. No obstante ello, la referente señaló que la principal asimetría de esta comparación se apreciaba en el acceso a las materias
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primas para el subsector. En Europa, el aprovisionamiento de ciertos insumos para la actividad cosmética es mucho más sencillo que en nuestro país, habida cuenta de la existencia de empresas elaboradoras de esas materias primas en el continente. En contraste, la casi inexistencia de productores de insumos químicos en Argentina es un factor que marca un deterioro de la competitividad de los costos del subsector cosmético en Argentina a favor de los países europeos, lo que recrudece en ciertas coyunturas en las cuales existen restricciones o dificultades para importar productos del exterior y/o hay una marcada elevación del tipo de cambio.
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4. HETEROGENEIDAD INTRASECTORIAL Y ESLABONES La composición empresarial de los subsectores evidencia una diferencia importante: el peso de las multinacionales y empresas de mayor tamaño relativo es más fuerte en domisanitarios (donde las economías de escala juegan un papel relevante) que en cosméticos e higiene personal. En este subsector, existe un nutrido tejido de PyME que también coexiste con grandes empresas10, pero aquellas pueden competir mejor dada la mayor variedad de productos del subsector y la consecuente versatilidad para ingresar en distintos nichos de mercado en comparación con el de domisanitarios, donde tradicionalmente ha habido pocos jugadores. Asimismo, la presencia de empresas terceristas es, como se dijo más arriba, una constante en ambos subsectores. De hecho, Mazzía indicó que en domisanitarios muchos terceristas son promovidos por las propias empresas multinacionales para cubrir eventuales baches de producción. Desde la perspectiva del tercerista, esto puede tener el efecto negativo de generar lazos de dependencia con la empresa de mayor envergadura, pero también el impacto positivo de desarrollar ciertas capacidades productivas que de otro modo no habría podido adquirir. En el subsector de cosméticos, en cambio, las empresas terceristas no suelen producir a pedido de multinacionales (salvo productos muy puntuales, que por algún motivo las multinacionales no puedan importar), sino más bien para firmas nacionales de mayor envergadura11. De todos modos, la posibilidad de avanzar hacia la
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La presencia de numerosas PyME en el subsector de cosméticos ya aparece en CEP (2003) y fue
corroborada por información reciente suministrada por la Cámara Argentina de la Industria de Cosmética y Perfumería (CAPA), quienes indicaron que hay 450 empresas fabricantes y comercializadoras de cosméticos en el país, de las cuales la gran mayoría (alrededor del 80%, según los referentes de AAQC) son PyME y el 30% sólo terceristas. CAPA fue contactada originalmente para ser entrevistada a los efectos de la realización de este trabajo, pero al sentirse incapacitados para responder buena parte de las preguntas de la misma (por considerar que no contaban con los cuadros técnicos necesarios para ello), se limitaron a proporcionar información básica sobre la estructura empresarial y exportadora del subsector. 11
Entre las empresas nacionales con cuotas de mercado significativas en el país (y en la mayoría de los
casos con experiencias exportadoras regulares), cabe destacar a Gigot (cremas y artículos de tocador), 18
elaboración de productos propios está presente y se verifica en ambos subsectores. Mazzía indicó que, en el caso de los domisanitarios, las empresas de menor envergadura tarde o temprano logran lanzar productos similares a los consolidados en el mercado, conservando la función principal de dicho producto aunque no necesariamente la fórmula completa o sus componentes exactos. Un ejemplo en ese sentido es el de productos para lavar la ropa conteniendo ciertas enzimas que ayudan a sacar manchas “difíciles”; las empresas multinacionales hicieron un desarrollo conjunto con las proveedoras de materias primas químicas, lanzaron los primeros productos al mercado y mantuvieron contratos de exclusividad temporal con sus abastecedoras, pero al cabo de un tiempo aparecieron productos semejantes, compitiendo con aquellos. La explicación de este fenómeno reside en que los componentes principales de esos productos fueron ofrecidos luego de un cierto lapso como “formulas tipo” a distintas empresas elaboradoras de productos de limpieza, y estas pudieron ajustarlo de forma tal de poder lanzar un producto que pudiera competir con los incumbentes en ese segmento de mercado. Referentes de la AAQC sostuvieron que este tipo de experiencias de copia tardía suelen registrarse también en el subsector de cosméticos e higiene personal. En sintonía con lo expuesto, cabe resaltar que, como sostuvo el equipo de INTI Química, las innovaciones del sector suelen ser de carácter adaptativo, en el sentido de que se trata de ajustes a nuevas fórmulas o combinaciones desarrolladas fundamentalmente por los proveedores de materias primas. En ese contexto, las empresas más pequeñas son seguidoras de las nuevas tendencias que (como se dijo) se manifiestan en la aparición de nuevos productos en el mercado lanzados por las empresas más grandes, casi exclusivamente multinacionales. En el subsector de cosméticos en particular, las novedades en productos a nivel mundial son difundidas a través de ferias internacionales del subsector y suelen llegar a Argentina con un retraso de entre seis meses y un año. La habilidad central de las empresas locales consiste, en tal caso, en transformar las materias primas para adaptarlas a una “expresión de marketing” lo más atractiva posible (resaltando los beneficios de las Cannon Puntana (fragancias y productos para niños y bebés), Silkey Mundial (productos capilares y maquillajes), Capilatis (productos capilares y cremas) y Millanel (fragancias y maquillajes). 19
propiedades intrínsecas del producto), dada la alta exigencia que tiene el mercado argentino, a pesar de su tamaño relativo pequeño. Según los referentes de la AAQC, esta exigente demanda signada por cuestiones estéticas se traduce, a veces, en un “exceso de innovación” por parte de las empresas, que no logran traducir las materias primas en un producto lo suficientemente atractivo para ciertos segmentos de mercado. Así se percibe, entonces, la presencia de una importante asimetría en el sector: el acceso diferenciado a materias primas provenientes del exterior 12 o la mayor vinculación con nuevos lanzamientos de productos a nivel internacional determina que las empresas multinacionales (o nacionales de mayor tamaño relativo) puedan incorporar o adaptarse más rápidamente a estas tendencias, lo que les permite a su vez ser los primeros en lanzar novedades en el mercado doméstico. La eventual consolidación de estos bienes en determinados nichos puede generar obstáculos lo suficientemente significativos como para que posteriores lanzamientos de PyME que pretendan competir con aquellos que no logren ganar las cuotas de mercado que determinen que la iniciativa haya sido económicamente exitosa. Otra de las asimetrías muy marcadas es, según Mazzía, la que se aprecia en el subsector de domisanitarios entre los hipermercados y los terceristas. Allí se observan disparidades muy grandes sobre todo en cuanto a las condiciones de pago de los servicios (plazos y formas), que suelen ser muy favorables a las grandes empresas minoristas en desmedro de los productores. En cambio, la relación entre las grandes empresas que operan en el sector (y deciden tercerizar parte de su producción) y sus correspondientes terceristas no suele ser tan asimétrica en ese aspecto, pero sí es habitual que sea muy estricta en términos de que se cumplan las especificaciones del servicio prestado. Concretamente, las grandes empresas buscan vigilar y auditar que los productos se elaboren bajo las mismas condiciones que deberían primar si la fabricación la emprendiesen ellas mismas.
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En algunos casos, las empresas multinacionales adquieren sus insumos regionalmente y en grandes
cantidades, lo que ya de por sí le genera una ventaja de costos con relación a las PyME. 20
5. IDENTIFICACIÓN DE TECNOLOGÍAS O CONOCIMIENTOS QUE CONSTITUYEN BARRERAS A LA ENTRADA En sintonía con lo indicado más arriba, las economías de escala y la necesidad de hundir altos costos en capital físico son mayores en el subsector de productos domisanitarios que en el de cosméticos y afines. Por su parte y como ya se adelantó también, las dificultades y/o altos costos para alcanzar el aprovisionamiento de materias primas químicas (para la producción) y para acceder a canales minoristas masivos (para la comercialización de los productos) son, en cambio, barreras que operan con intensidad en ambos subsectores y que afectan, en particular, al desenvolvimiento de las empresas de menor tamaño relativo, sean estas terceristas o no. En cuanto a las normas que deben cumplirse para la elaboración de productos, la ANMAT dispone una regulación para cada subsector, con la correspondiente autoridad de aplicación en cada caso; el Instituto Nacional de Medicamentos (INAME) es el organismo encargado de fiscalizar a los establecimientos que elaboran, importan, fraccionan y comercializan medicamentos y cosméticos, mientras que el Instituto Nacional de Alimentos (INAL) es la autoridad a cargo de registrar y controlar los productos de higiene doméstica, además de los utilizados en la alimentación. El requisito de operar con arreglo a las normas de estos organismos genera, en sí misma, una barrera a la entrada adicional en el sector, ya que para algunos potenciales productores las normativas pueden resultar ciertamente exigentes y eso les impide entrar a competir en el mercado legal13. Desde ya, las posibilidades de recurrir a la producción ilegal siempre están presentes, y de hecho el crecimiento en las ventas de productos “sueltos” durante la crisis de principios de siglo en la Argentina fue evidente y quitó cuotas de mercado a los productores que operaban en
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De cualquier modo, cabe destacar que Pérez Damonte relativizó la altura de las barreras a la entrada
implicadas en las regulaciones de la INAME, ya que consideró que al no contar este organismo con la cantidad de inspectores necesarios para cubrir la cantidad de empresas del sub-sector, existirían también incentivos también al incumplimiento de las normativas por parte de las empresas. 21
la legalidad, aunque la posterior mejora de la actividad económica ayudó a desincentivar nuevamente la actividad ilegal. Además de estas regulaciones de carácter obligatorio, en ambos sub-sectores existen normas voluntarias para llevar a cabo la elaboración de los productos. En domisanitarios, por caso, hay normas IRAM que rigen para la producción de jabones y detergentes, que dictaminan especificaciones de diversa índole (composición y requisitos del producto, método de análisis, etc.) y sirven de marco de referencia para los acuerdos entre partes (de hecho, existen licitaciones donde las especificaciones de producto se hace a través de las normas IRAM). Como ya fue indicado más arriba, en cosméticos y afines existen, en cambio, las Buenas Prácticas Manufactureras (BPM), que también son otorgadas y reguladas por la ANMAT y disponen especificaciones en materia de recursos humanos, infraestructura (equipamiento, local,
archivo
documental),
actividades
tanto
propias como
contratadas y
responsabilidades del director técnico de los establecimientos. En cuanto a los registros de propiedad intelectual de productos, estas suelen estar (en caso de existir) en manos de los proveedores de materias primas del sector, que pueden aplicar patentes sobre sus moléculas. Luego, estas moléculas son, como ya se expuso, otorgadas bajo contratos de exclusividad (usualmente temporales) a alguna determinada empresa, generalmente de gran envergadura, para luego difundirse al resto de las firmas, que adaptan esas combinaciones a un determinado producto propio. Por consiguiente, las patentes no juegan un rol verdaderamente importante en el sector, en la medida en que sólo están en manos de los eslabones previos a la elaboración de productos finales, tienden a estar atadas a una exclusividad muy acotada en el tiempo y, fundamentalmente, a que es de interés de los proveedores de materias primas que rápidamente se difundan, para lograr ampliar su cartera de clientes. En cuanto a la comercialización de los productos, así como se indicó que la dificultad de acceder a canales de comercialización masivos atraviesa a ambos subsectores, la llegada al consumidor suele ser aún más complicada en el sector de cosméticos e
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higiene personal, dada la connotación estética y el carácter aspiracional que suelen tener este tipo de productos. En ese sentido, la estrategia de marketing, la publicidad y las determinaciones del envasado juegan un rol crítico que se manifiesta en la exigente selectividad de los productos por parte de los consumidores, a punto tal que a veces estos roles son tan importantes como las fragancias mismas de los perfumes. En palabras de los propios referentes de la AAQC, los cosméticos son productos que “entran por los ojos” más que muchos otros. Finalmente, cabe decir en relación a los bienes de capital del sector que la posibilidad de sustitución de importados por nacionales se ve limitada por el estrecho tamaño del mercado argentino, situación distinta a lo que ocurre, por ejemplo, en Brasil. Esto explica por qué la fabricación de maquinaria y equipos que más se ha desarrollado en la Argentina es aquella de propósito general y que es adquirida, por tanto, por varios sectores industriales, fundamentalmente para llevar a cabo la presentación final y envasado de los productos. Por otro lado, la inexistencia de un mercado consolidado de bienes de capital usados como existen en los países desarrollados (Estados Unidos, por ejemplo) genera que existan problemas de asimetrías de información y faltas de garantías de calidad en la adquisición de los mismos. Asimismo, cabe agregar que los equipos de control de calidad para los bienes cosméticos también son fabricados enteramente en el exterior y, en algunos casos, los precios de los mismos provoca que las empresas directamente desistan de importarlos. Los viscosímetros, elaborados en China y Estados Unidos., son un ejemplo de ello. La falta de análisis de viscosidad de un producto cosmético resulta un factor que atenta contra la calidad del producto final, por lo que la no incorporación de estos bienes de capital a las empresas termina teniendo un impacto negativo perceptible en las mismas.
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6. PRESENTE Y FUTURO DE LOS PERFILES LABORALES La disponibilidad actual de recursos humanos en el sector es en términos generales adecuada
y
no
presenta
mayores
inconvenientes,
aunque
los
referentes
entrevistados han indicado ciertos puntos críticos que merecen ser destacados. Según Mazzía, en el subsector de domisanitarios no suele haber problemas para encontrar trabajadores con los perfiles necesarios para trabajar en las distintas áreas de las firmas, aunque existan en la actual coyuntura algunas complicaciones para hallar personal técnico especializado en química. El referente de ALPHA atribuye esto a que la formación del sistema educativo no ha sido favorable a la actividad en el curso de los últimos años. De todos modos, Mazzía señaló también que las dificultades en el mercado laboral del subsector suelen surgir por el hecho de que las empresas tienden a contratar empleados sin experiencia para formarlos dentro de la cultura de la empresa (“fidelización laboral”), lo que provoca que a aquellos empleados que (por el motivo que fuese) han quedado inactivos por un tiempo les cueste reinsertarse en ciertas firmas que llevan a cabo esta política. En sintonía con esto, el equipo de INTI Química remarcó el hecho de que en el subsector de artículos de limpieza la capacitación a los trabajadores del sector suele generarse fundamentalmente al interior de las firmas y, en mucho menor medida, en organismos o instituciones educativas externos vinculados a las mismas. Por su parte, desde la AAQC se informó que los típicos perfiles requeridos para los distintos puestos de laboratorio en el subsector son el de técnico químico (formación secundaria) o el de licenciados en química o farmacia (formación universitaria), cuyas tareas laborales específicas luego varían con arreglo a esa formación previa y al aprendizaje que obtengan al interior de las firmas. Al frente de una máquina envasadora, por ejemplo, las calificaciones requeridas pueden ser, en principio, básicas (las de un técnico químico o industrial, por ejemplo), aunque el perfeccionamiento posterior se efectúa luego a partir del empleo concreto de la maquinaria.
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Los referentes de la AAQC indicaron que los alumnos de los cursos que ellos dictan no tienen problemas para ser absorbidos por el sector empresario. De todos modos, remarcaron dos problemáticas que a su juicio están afectando actualmente al sector. La primera de ellas es la falta de técnicos especializados en control de calidad. La segunda radica en los conflictos de intereses que existen entre los directores técnicos de las empresas y los dueños de las mismas, que suelen traducirse en abusos ejercidos por ciertas firmas sobre sus directores técnicos en términos de sobrecarga de tareas14. El origen de este conflicto está vinculado con la sobreoferta de directores técnicos que existe en la actualidad en el mercado laboral de nuestro país. Tanto las actuales autoridades de la AAQC como la Dra. Pérez Damonte indicaron que se está trabajando en forma conjunta con la Cámara Argentina de la Industria de Cosmética y Perfumería (CAPA) para organizar un curso de formación orientado a directores técnicos, aunque evidentemente esto no tendería a resolver el problema de fondo mencionado, sino más bien a cubrir ciertas carencias de conocimientos sobre cosmética que suelen tener en particular los profesionales farmacéuticos. En cuanto al panorama de oferta académica vigente, el contraste entre ambos subsectores es muy marcado y favorable a la industria cosmética. La existencia de una entidad como la AAQC (que no encuentra correlato en el subsector de domisanitarios) es uno de los elementos que explica esta asimetría. Con más de 40 años de existencia, la AAQC es un referente regional e internacional ineludible del sector, organiza cursos de reconocido prestigio, cuenta con una subcomisión de Ciencia y Técnica desde hace más de diez años, posee una biblioteca muy nutrida y especializada en ciencia y tecnología aplicada al subsector y edita una publicación técnica cuatrimestral (Revista Cosmética) que ya cuenta con más de un cuarto de siglo de existencia. Entre los cursos vigentes de la AAQC, vale destacar por su importancia a la carrera de Químico Cosmético (que tiene una duración de 4 cuatrimestres, con la posibilidad de obtener el título intermedio de Técnico Superior en Desarrollo Cosmético), aunque también se brindan capacitaciones más 14
El Director Técnico de una empresa cosmética está fundamentalmente a cargo del aseguramiento de
la calidad de los procesos en la operatoria de la misma. 25
específicas y acotadas, como el curso de Química Cosmética para Cosmetólogas y Cosmiatras (de un año de duración), el curso intensivo anual de Perfumería y el curso intensivo de Protección Solar. La otra diferencia entre ambos subsectores reside en la existencia de un posgrado de Producción de Cosméticos en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, en marcha desde principios de la década de 1990, el cual tiene una duración de un año y medio, cuenta con acreditación de la Comisión Nacional de Acreditación Universitaria (CONEAU) y está orientado a profesionales con formación de grado farmacéutica o bioquímica, algunos de los cuales provienen de países latinoamericanos15. Esta carrera de especialización tampoco encuentra paralelismo en el subsector de domisanitarios, aunque tanto Mazzía como los referentes de INTI Química indicaron que la propia Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA estaba trabajando en el armado y futuro lanzamiento de un posgrado análogo al del subsector de cosméticos. Asimismo, Mazzía indicó que ALPHA no tenía ningún tipo de convenio con universidades o instituciones educativas para la formación de técnicos del subsector y que estas iniciativas de vinculación con el sector académico eran encaradas, en todo caso, por las empresas en forma individual. Por último, vale la pena destacar que la Dra. Pérez Damonte aseveró que la capacitación en el subsector de cosméticos estaba cubierta en términos generales, destacando todos los elementos hasta aquí expuestos y añadiendo además la existencia del posgrado de Especialización en Dermocosmética en la Universidad Juan Agustín Maza, ubicada en la ciudad de Mendoza, al que destacó como el único posgrado con acreditación de la CONEAU fuera de la ciudad de Buenos Aires. Esta carrera (dirigida por la propia Dra. Pérez Damonte) está destinada a farmacéuticos, se extiende por 18 meses de duración y cuenta con docentes provenientes de universidades argentinas (UBA, Universidad Juan Agustín Maza, UNC, UNL) y de
15
A los efectos de la realización de este Análisis Tecnológico y a partir de referencias brindadas por el
equipo de INTI Química, se intentó entrevistar al actual Vicedirector de este posgrado, el cual se disculpó por considerar que no podía cubrir buena parte de los contenidos de la entrevista basada en los términos de referencia del trabajo. 26
países limítrofes (Chile y Uruguay). Una de las particularidades del posgrado es su conexión con la búsqueda de desarrollo de productos cosméticos en base a materias primas y cultivos de la región cuyana, como los casos del olivo y la uva, lo que puede llegar a constituir en el futuro una potencialidad interesante como nicho de mercado del subsector.
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7. IMPACTO DE LAS TECNOLOGÍAS DE PROPÓSITO GENERAL SOBRE LAS CONDICIONES PRODUCTIVAS DEL SECTOR Las tecnologías de propósito general cuentan con cierto grado de difusión y aplicación en el sector. Entre ellas, la de mayor incidencia es la biotecnología. Según un estudio elaborado por la Federación Española de Centros Tecnológicos (FEDIT, 2009) 16, los distintos productos biotecnológicos aplicados al sector son:
Glicerol: es un alcohol sumamente versátil, que tiene utilización en diferentes tipos de industria. En el sector de química de consumo final, se utiliza fundamentalmente en productos de tocador e higiene personal (dentífricos, colutorios, productos para el cuidado de la piel y el cabello, jabones de glicerina, etc.), en los que actúa como humectante, emoliente, disolvente y/o lubricante.
Enzimas: su principal uso se verifica en la elaboración de detergentes (proteasas, lipasas, amilasas, celulasas), en los que fueron incorporadas de forma progresiva desde la cuarta década del siglo XX. Actualmente se siguen realizando investigaciones para introducir variedades con propiedades blanqueantes, como el caso de las peroxidasas y oxidasas, lo que reduciría la utilización de productos más agresivos con esa misma función. También hay enzimas y microorganismos para tratamientos de limpieza de superficies, como el caso de los biofilms (generados por bacterias que suelen tener una gran adherencia a ciertas superficies) y el material de piedra de los edificios (donde suele tener lugar la denominada “costra negra”, que es una capa superficial deteriorada del propio material). En tanto, las enzimas aún no han encontrado en el sector de higiene personal y cosmética un área de aplicación importante, aunque existen ciertos desarrollos dignos de mención (limpieza de lentes de contacto, dentífricos, limpieza y suavizado de la piel, teñido y desteñido del cabello) y ciertas investigaciones en curso (xilitol aplicado a protección dental, evitación de contaminación microbiana en cosméticos) que pueden ampliar su potencial a futuro.
16
FEDIT (2009). 28
Biotensioactivos: la aplicación tradicional de estas moléculas se verifica en detergentes y productos de limpieza, pero también existen algunos de ellos (como el caso de los soforolípidos) que son utilizados en determinados productos cosméticos y de limpieza personal, tales como desodorantes y agentes anticaspa y bacteriostáticos.
Fragancias y aromas de origen biotecnológico: se realizan a partir de la extracción de diversas fuentes naturales, fundamentalmente vegetales, y de la transferencia
de
las
capacidades
de
esas
fuentes
hacia
diversos
microorganismos (hongos, levaduras, bacterias) que terminan sintetizando compuestos químicos que generan estos insumos que sirven al sector cosmético, fundamentalmente.
Otros ingredientes biotecnológicos: se destacan una serie de compuestos adicionales que sirven fundamentalmente a la industria cosmética, como el caso de la dihidroxiacetona aplicada a la fabricación de bronceadores, y el ácido hialurónico, las ceramidas y los emolientes que sirven a la elaboración de productos rejuvenecedores (“anti-edad”), restauradores y suavizadores de la piel.
Estas innovaciones biotecnológicas varían sensiblemente según su antigüedad en la aplicación y difusión en el sector. En un extremo, la producción biotecnológica de glicerol, por ejemplo, tiene más de un siglo y medio de existencia, por lo que (al margen de que sus numerosas aplicaciones se fueron dando en diferentes etapas posteriores) se trata de un caso claramente “maduro” dentro del sector.
Algo
semejante puede decirse de las enzimas para uso en productos de limpieza doméstica, los que (como se indicó) datan de años previos a la Segunda Guerra Mundial. En contraste con estos ejemplos, pueden observarse ciertos casos mucho más recientes de innovaciones en el sector. Un ejemplo visible (e incluso, resaltado explícitamente en diversas publicidades de productos cosméticos) es el del ácido hialurónico en los productos antiage, que data de fines del siglo XX. De todos modos, es posible aseverar que es en fragancias y aromas donde la biotecnología encuentra actualmente el campo con más potencial para desplegarse durante los años venideros.
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De todos modos, cabe señalar que, como indicaron los referentes de la AAQC entrevistados, ninguno de los desarrollos biotecnológicos existentes tuvo su origen en la Argentina; las empresas del sector siempre absorbieron las innovaciones realizadas fundamentalmente en los países desarrollados. Por su parte, la nanotecnología también ha tenido incidencia en el sector. En esta tecnología sí es posible apreciar algunos desarrollos que se están llevando a cabo, aunque de manera incipiente, en nuestro país. De hecho, entre los seis proyectos pre-semilla con que cuenta actualmente la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN), uno tiene aplicaciones concretas en el sector de química cosmética. Se trata de un proyecto denominado Lipomize, el cual consiste en el desarrollo tecnológico de nanopartículas liposomales y es llevado a cabo en la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). El interés de este proyecto reside en que su aplicación ha posibilitado el desarrollo de productos con mejoras en el campo de la estética, dada su mayor estabilidad y penetración en la piel de ciertos componentes, como vitaminas y antioxidantes. Asimismo, según un informe de la propia Fundación (FAN, 2012) existen otras aplicaciones de la nanotecnología a la industria cosmética, tales como el uso de nanopartículas de diferente composición en protectores solares, cremas, lápices labiales, desodorantes y champús. Referentes de la AAQC han señalado que están en tratativas con la FAN para comenzar a realizar charlas de interés conjunto para ambas organizaciones. A pesar de estos desarrollos y vinculaciones, cabe destacar que, según indicó Pérez Damonte, la actividad nanotecnológica está siendo cuestionada en su aplicación a la industria cosmética a nivel mundial (y con especial énfasis, en la Unión Europea), por lo que se necesitará un seguimiento futuro sobre la evolución de estos eventuales obstáculos para la penetración de la tecnología en el subsector17. Finalmente, los referentes entrevistados coincidieron en señalar que las tecnologías de información y comunicaciones (TIC) no tienen aplicaciones significativas en el
17
Este cuestionamiento se vincula tanto a la potencial toxicidad como al daño medioambiental que
conllevaría el comportamiento de las nanopartículas utilizadas en ciertos productos, como en el caso de las cremas faciales y los protectores solares. 30
sector, por fuera de las naturalmente implicadas en la gestión administrativa, contable y logística de las empresas.
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8. OPORTUNIDADES CIENTÍFICAS Y TECNOLÓGICAS LATENTES AÚN NO APROVECHADAS Al margen de todo lo expuesto en el apartado anterior, las oportunidades futuras en el sector de domisanitarios radican, según Mazzía, en la elaboración de bienes con menor impacto ambiental posible. El referente estimó factible que la nanotecnología pueda tener algún rol por jugar en este tipo de desarrollos. Asimismo, indicó que un avance de utilidad sería el pasaje hacia productos domisanitarios con mayores niveles de concentración, lo que se traduciría en una reducción de los costos de envasado y transporte de bienes, entre otros beneficios. Con todo, un incipiente nodo de potencial despegue futuro en el sub-sector es un grupo de trabajo conjunto recientemente formado en el país, constituido por profesionales de INTI Química, IRAM y ALPHA. Este grupo ha organizado en dos ocasiones (2011 y 2012) la Jornada Argentina de Detergencia, Tensioactivos y Afines, que pretende instituirse de forma anual en los años por venir. Por su parte, el sub-sector de productos cosméticos e higiene personal cuenta en el país con el valioso acervo de los conocimientos acumulados por los equipos de investigación de la AAQC. Actualmente, estos grupos están llevando a cabo investigaciones específicas, entre las que pueden destacarse algunas de carácter incipiente realizadas en fotocosmética y vegetales de origen nacional. Este tipo de investigaciones está orientado a encontrar ciertas propiedades (inhibidoras, estimuladoras, eliminadoras, etc.) en las moléculas de las sustancias estudiadas y, por lo general, redundan (en el caso de tener éxito) en la demostración de que las mismas detentan propiedades semejantes a las de otros productos o sustancias provenientes del exterior. Otros ejemplos de elementos naturales estudiados recientemente son el de algas marinas en Puerto Madryn (Chubut) y el de la nuez pecán en la zona del Delta del Río de la Plata. Los referentes entrevistados coinciden en señalar que la riqueza de recursos naturales de nuestro país representa una potencialidad muy grande para descubrimientos semejantes en el sub-sector.
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Finalmente, vale la pena destacar que los referentes entrevistados tendieron a coincidir en que, si bien en ocasiones las relaciones entre el sistema de Ciencia y Técnica (CyT) y la industria encuentra diversos tipos de obstáculos, la alta calidad de los recursos humanos de nuestro país resulta una sólida base para generar desarrollos científicos y tecnológicos en el sector.
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REFERENCIAS CEP (2004). “El sector de artículos de tocador, cosmética y perfumería en Argentina”, en Síntesis de la Economía Real. Centro de Estudios para la Producción, Ministerio de Industria de la Nación. Buenos Aires, Nro. 47, pp. 49-77. Octubre de 2004. FAN (2012). “Quién es Quién en Nanotecnología en Argentina”. Fundación Argentina de Nanotecnología. Buenos Aires (disponible en el sitio web www.fan.org.ar). FEDIT (2009). “Tendencias en el uso de la biotecnología en el sector químico”. Observatorio Industrial del Sector Químico, Federación Española de Centros Tecnológicos (disponible en el sitio web www.fedit.com).
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