APARTADO 8150 CARACAS - VENEZUELA. ALBERTO MENDEZ AROCHA LA PESCA ESTACION DE INVESTIGACIONES MARINAS DE MARGARITA

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mSTiTUTO C~~ISl

I

n A~lRG~GlOGIA y SOG\OlOfilA

!

CENTPO DE INFORMACION y DOCUMENTACION

APARTADO 8150

/1

¡¡:'-.--{I L, Caracas, 17 de marzo de 1814.

(44)

Gazeta de Caracas, N.> 54, Caracas, 31 de marzo de 1814.

1814.

(45)

Gazela de Caracas, N.» 56. Caracas, 7 de abril de 1814.

(46)

Gazeia de Caracas, N,> XLIX, Caracas, 14 de marzo de 1814.

(47)

Gacela de Caracas, N.> 76, Caracas, 20 de junio de 1814.

(48)

Gazeia de Caracas, 1. 1, N." 12, Caracas, 2 de diciembre de 1808.

LA PESCA EN LA ISLA DE MARGARITA

Al año siguiente, para el mes de diciembre,

la tarifa de exportación (49) para el puerto de La Guaira fue (*): (sólo se mencionan los productos pes­ queros): .

pescado salado

.

libra........ arroba. " .. .

Por el mismo mes de diciembre la tarifa de los aforos de la Aduana de Puerto Cabello (Edo, Carabobo) era la siguiente (50): Pesos Reales . . .

libra arroba uno

Pescado salado, libras .. Tortugas .

11

1

Valencia, Noviembre 28 de 1828

carey , Iebranches y lisas pescado salado

Cantidad

. . .

11

1

2

Pescado salado, arrobas Tortugas y morrocoyes

país, según la Secretaria de Hacienda, co­

mienzan en el año 'económico de 1829-30, con estos valores (51):

. . .

libras arrobas quintales. "

Cantidad

Valores

4.752

3.734,94 405,68

Cantidad

Valores

Carey, libras . Pescado salado, libras . Remos .

40 82.500

557,30 2.446,25 30,00

(Se excluye la exportación de Margarita).

Cantidad

Valores

254.811 284

7.885,99 1.442,07

1839 - 40 (libres de impuestos):

Cantidad

9 lbs. 4.349 a. 85 qq.

Pescado salado, libras. . Tortugas .

y durante. el año 1830-31 (52): Jarcia Vieja Pescado Tortuga

2.814,75 288,37

1833 - 34:

Por esta misma época, en los años siguien­ 1834 - 35: tes, los registros de Entrada y Salida de buques por el puerto de La Guaira no dan ningún dato concreto sobre el Comercio Exterior. Los Pescado salado, libras . datos exactos sobre la exportación total del Tortugas, quintales ....

. . .

97.770

1

Puerto Cabello, Noviembre 15 de 1828

carey pescado salado tortugas

Valores (..)

1832-33:

Pesos earey'

1831-32 (reí. Level, loe. cit.):

. . .

16.179 3.342 281

592.562

Valores 17.299,65 1.358,00

Respecto a Margarita, por 1841, ésta tenía comercio con las «Provincias de Cumaná, Bar­ celona y Caracas, con la isla de Trinidad y las colonias de Barlovento, llevando a ellas

(49) Gaceta del Gobierno, N.O 133, Caracas, 13 de diciembre de 1828. (*) Sin embargo, la presentación original del aforo de exportación era más detallada en los productos de la pesca, como vemos en la _Tarifa de los atoros que se señalan á los frutos y efectos para esta tesorería para (>1 mes de diciembre del corriente año, y se remite a la Intendencia para su aprobación conforme el decreto de S. E. el Libertador,

Presidente de 8 de marzo del año próxImo pasado•. Carey. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Lebranche y lisa ................ Pargos y pescado salpreso Pescado seco de fondo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Idem cachícato u otros medianos. " . . . . . . . . . Tortugas de 25 libras Vicente Lecuna.-José M. Arrlllaga

libra. . . . . . . . . . . . arroba. . . . . . . . . . uno arroba . " . . . . . . . arroba. " . . . . . . . una

10

1

2

1 6 5 4

Guaira, NOViembre 17 de 1828.

(V. Gaceta del Gobierno, N.O 132, Trim. 5, Caracas, 10 de diciembre de 1828). (50) (51) (52) In: 64.

(..)

Gaceta del Gobierno, N.O 134, Caracas, 17 de diciembre de 1828. Gaceta de Venezuela, N.O 54, Caracas, 18 de enero de 1832-3. Gacela de Venezuela, N.O 57, Caracas, 1832-3. V. 1. .Memoria de la Dirección General de Esladislico, 1873,

Valores en Venezolanos: 1 Venezolano

= Es. 5.

EPOCA RECIENTE (1800'..1951)

pescado, carey, hamacas, gallinas y tortugas...» la exportación por la Aduana de Juan Griego (Codazzi, op. cit., p. 303). Sigue la exportación fue de 24.164 kgs. de pescado a las colonias inglesas y 4.902 a las holandesas. (Cl, Estadis­ total: tica Mercantil de Venezuela; año económico 1844 - 45:

1873 a 1874; Caracas, 1875; p. 30). Cantidad Valores

11.586,50

372.980 Pescado salado, libras .• El movimiento industrial de Venezuela pa­ 2.692,50

Tortugas ............. ra 1873-74 contiene, entre otras, las siguientes cifras (54):

1849 - 50:

Pescado salado. libras .. Tortugas ............. Manteca de tortuga ...

Cantidad 207.225

Agricultura •.......•..•.• , .. Bs. Cría .•...............•...... Bs. Mínas ..................•... Bs.

Pesca y caza. . . . . . . . . . . . . .. Bs.

Valores

5.457,87

270,00

58,00

1854 - 55:

Pescado salado, I'bras..

Cantidad 41.593

Valores

1.622,71

(Faltan las aduanas de Barcelona, Maturín, Gülria, Sole­ dad y Cumarebo).

1859 - 60: Pescado salado, libras: La Guaira . .. La Vela Carúpano ......•....... Pampatar . Juan Griego. " . TOTAL.

.

3.000 3.080 8.500 40.579 2.700 57.855 lbs.

1864 - 65: Aceite de tortugas.. . . . . . . . Buches de bagres. . . . . . . . . Nasas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pescado. . . . . . . . . . . . . . . . . .

galones. . . . . . libras.. . . . . . libras.. . . . . .

5

472

78

2.830

Durante el año económico 1873-74 fueron exportados 34.607 kgs. de pescados diversos, además de 24.085 kgs, de conchas de perlas, mariscos y caracoles (53). En este año, y en los meses del 1.0 de julio al 30 de septiembre, EXPORTACION . . . .

79.6 J,6.355,OO 26.250.000,00

Para 1874 existía un comercío regular entre las islas de.Margarita y Trinidad (ya mencio­ nado en 1841); la Gaceta Oficial de Caracas del 16 de julio de 1874, trae una sentencia por causa de comiso contra el falucho nacio­ nal San Juan, por llevar «más bultos de los que corresponden a la carga»,tales como «cinco paquetes de hilo de chinchorro». En la misma Gaceta hay otro dato sobre la exportación de pescado a Trinidad, la cual se extendía a las Antillas vecinas. Por ejemplo, la balandra na­ cional Nereida embarcó clandestinamente a Trinidad 4.673 kgs. de pescado, además de los 2.000 que llevaba por ley; también le co­ misaron «loza del país» y carne de cochino (55). Según Level (1942, p. 78), años ha habido en Margarita que se ha exportado: Pescado, 10.000 arrobas... Bs. 40.000; ade­ más de zapatos de tapetao, hamacas, sombre­ ros, dívidive, ganado... Posteriormente, durante el año económico 1882-83, se tiene el siguiente resumen de la producción de pesca y caza. (Véase la reíe­ rencia 54). Kgs.

Tortugas y pescado Conchas de carey, conchas marinas y esponjas Buches de pescado Cacería

193.406.830,00

3.043.712,00

122.718 1.465 12.274

Bs.

Consumo

Bs.

28.901 8.668 47.909

45.098.160 Kgs.

22.549.080

45.958.840 Kgs.

22.979.420

T O TAL Tortugas y pescado , ..................•... Conchas de carey, conchas marinas y esponjas . Buches de pescado . Cacería , .

Kilos

Bolívares

45.220.878 1.465 12.274 45.958.840

22.577.981 8.668 47.909 22.979.420

(53) Primer Anuario Estadístico de l'mezuela. Ministerio de Fomento, Dírecclón de Estadistica, Caracas, Imp. Nacional, 1877, p. 201. (54) Anuario Estadistico- de los Estados Unidos de Venezuela, Lit. e Imp. de Vapor del Gobierno Nacional, Ca­ racas, 1884. (55) Juan Griego. julio. de 1874.

4

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HUI

111

. "61

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,

LA PESCA EN LA ISLA DE MARGARITA

50

'Del cuadro anterior se deduce que la expor­ tación de los productos de pesca y recolec­ ción de moluscos para 1882-83 fue de 136.457 kilogramos, correspondientes a Bs. 85.478, y la producción fue de 45.234.617 kgs. con un va­ lor de Bs. 22.634.558. Este es, en realidad, uno de los pocos valores definitivos que hemos en­ contrado sobre la producción pesquera de los siglos XIX y XX hasta 1936, cuando se funda el Servicio de Pesquería del Ministerio de Agricultura y Cría. Para el año de 1882-83; el número de brazos útiles empleados en las industrias era de 806.300, de los cuales 375.800 corresponden a Agricultura, 220.000 corresponden a Cría y 30.000 a Pesca y Caza. El rendimiento anual bruto por brazo útil en cada industria fue el siguiente: Agricul­ tura, Bs. 734; Cría, Bs. 875, y Pesca y Caza, Bs. 912. El precio promedio del pescado de mar en los mercados de las ciudades princi­ pales era de Bs. 0,75 a Bs. 1,00 el kilo. La exportación pesquera para el año de 1886 a 1887 (56) fue de 22.942 kgs. de bu­ ches de pescado, para Alemania, EE. UU. de Norteamérica y las Antillas, con un valor de Bs. 70.290. En el siguiente año fue de 23.771 kilogramos con un valor de Bs. 61.185, todo en buches de pescado para los EE. UU. de Norteamérica y las Antillas. En el año económico.de 1893 a 1894, las cifras del resu­ men de la exportación de Venezuela para puertos extranjeros son: Pescado salado Buches de pescado

. .

34.526 kgs. 26.897 kgs.

Es. 7.355 Bs. 42.964

Importación.

Con respecto a la importación, el bacalao se trajo desde comienzos del siglo, y aún con anterioridad. Así vemos que por septiembre de 1827,. en Caracas, la casa del comerciante Telésíoro de Orea e Hijos, ofrecía a sus clientes a precios módicos: bacalao, galá­ pagos, ron inglés... (57). También en el car­ .gamento de la goleta «América Tres Herma­ nos» figura (58): «35 qs. jarcia, 25 ps. ql.». Entre los proyectos de leyes publica(~s en el año económico 1831-32 (59) figura llIlO sobre Derecho de Importación, el cual clasifica a

las anclas, jarcias y arboladuras como ar­ tículos de segunda clase (12 %), y luego añade (específico): «Pescado salado o seco de todas clases... qq... 300; salmón... por barrilito... 200». La importación en los años que siguen fue: 1831 - 32: ad honorem (valores): Jarcias

.

2.538,23

específico: Pescado salado y seco, libras.

Cantidad

Valores

118.554

4.941,40

. 1832 - 33:

ad honorem (valores):

Jarcias

.

1.042,14

específico: Pescado salado, libras .... ',' ...

Cantidad

Valores

99.943

4.209,79

1833 - 34:

ad honorem (valores): Jarcias

.

5.674,09

específico: Pescado salado, libras ......•.

Cantidad

Valores

70.963

2.994,49

1834 - 35: ad honorem (valores): ,

Jarcias..

395,93

específico: Cantidad

Valores

Carey, libras. . . . . . . . . . . . . . . . 338 2.536,00 Jarcia, quintales . . . . . . . . . . . . 593 5.523,58 (Faltan las aduanas de Puerto Cabello y Barcelona).

1839 - 40: específico: Cantidad Articulas de carey manufactu­ radas . Carey. arrobas.. ... Jarcias, quintales. " ".

136,00 925,16

Valores 15,00 902,50 10.857,94

(56) .Anuario Estadistico de los Estados Unidos de Venezuela, 1889, Imp. y Lit. del Gobierno Nacional, Caracas. (57) Gaceta del Gobierno, Caracas, 19 de septiembre de 1827. (58) Gazeia iJe Caracas, t. 11, N.O 120, Caracas, 21 septiembre 1810. (59) Gaceta de Venezuela, N.O 42, Caracas, 26 octubre 1831-32.

EPOCA RECIENTE (1S00-1951)

1844 - 45: espectfico: Carey, libras. Jarcias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Cantidad 82 101.455

Valores 188,75 10.020,27

Cantidad 7.315 65.317

Valores 2.382,43 5.777,99

1849 - 50:

especifico: Curricanes y cordeles, libras. . Jarcias, libras...... . . . . . . . .

(Faltan las aduanas de Maracaibo, Carúpano y Gülrla).

1854 - 55: (Valores; no se incluyen las aduanas de La Guaira, Ciudad Bolívar, La Vela, Maturín, Cumaná y Barcelona). Bacalao..............

1.673,75

Un dato sobre importación de atún ob­ servamos en Maracaibo, a mediados de 1873 (60) donde decomisan dos cajas al bergantín italiano .Santiago, La Venta de las Salinas de Margarita.

«Margarita, no pudiendo sostener ni su tren administrativo, cedió al Gobierno sus salinas por los 16.000 pesos fuertes que el Tesoro Público suministra a los Estados que no tie-

Chinchorro ..........•......................... Mandinga. Faluchos y botes. . '. . , . FIletea . .0 • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •

TOTAL

nen minas en explotacións.Il.evel, ibíd., p. 27). Por medio de este contrato, de gran impor­ tancia para la industria pesquera oriental, el Gobierno se comprometió a venderanualmen­ te a los pescadores de dicho estado 3.000 fa- . negas ó 414.000 kgs. de sal al precio de ochen­ ta centésimos de venezolano la fanega de 138 kilos, según resolución del 3 de octubre de

1873. Los pescadores que deseaban salir favo­

recidos con tal condición debían, entre otros requisitos, matricularse en la aduana de Juan Griego, haciendo constar el número de trenes usados y el tipo de éstos (61). Posteriormente, considerando el Gobierno que la importancia de la pesquería de Cumaná y Nueva Esparta estaba en la proporción de 3 a 5 (según dato de la Dirección de Estadística), resuelve dis­ tribuir entre los primeros 248.000 kgs. de sal anuales (62). No obstante, por el año 1874 (63) los pescadores piden exención de dere­ chos sobre la sal que tenían depositada antes de la cesión y renuncian, mientras no se hayan agotado estos depósitos, a la parte que les co­ rresponde de la distribución. En la distribución correspondiente a 1876, a cargo de la Dirección de Salinas, se vieron beneficiados un total de 103 patrones del Es- , tado Nueva Esparta, los cuales se clasifica­ ban según el método de pesca exigida como sigue: Número de patrones

METODO DE PESCA

.

Más tarde, según resolución del 18 de mayo de 1877, se ordenó distribuir 828.000 kgs. de sal entre los pescadores de Nueva Esparta y 496.000' entre los de Cumaná, al precio de 80 centésimos de venezolano la fanega de 138 kgs., libres del impuesto del tránsito. Cualquier pescador que desease participar en la distribución debía inscribirse (igual que anteriormente) en los despachos al efecto, in­ dicando localidad de actuación, arte, de pesca

51

Produc. anual en kilogramos

Cantidad de sal que les corresponde, Kgs.

10 3 48 42

230.000 100.000 20 - 60.000 25 - 70.000

15.979 6.947 1.389 - 4.168 1. 736 - 4.863

103

5.959.000

414.000

empleado, etc. Si suponemos que el conjunto de pescadores registrados es representativo de las proporciones de instrumentos usados en esta época, se obtienen los siguientes va­ lores (100 % = 103 patrones) (*): Redes de playa (chinchorro y man­ dinga) . Redes de enmalle . Aparejos de anzuelos y nasas .

13 41 46

% % %

(60) Gaceta Oficial, Vol. 11, N.O 132, 30 noviembre de 1873. (61) Gaceta Oficial, Vol. 11, N.O 135, trim. 11, Caracas, octubre de 1873. (62) Gaceta Oficial, Vol. 11, N.~ 163, 13 diciembre de 1873. (63) G~etfJ Oficial, N.O pO, mes VII, Caracas, 27 de julio de 1874. (*) Esta. clfras tlenen un valor estimativo muy frágil y no se deben tomar en cuenta para ninguna conclusión.

52

LA PESCA EN LA ISLA DE MARGARITA

LA PESCA EN LA PRIMERA MITAD DEL nizaeión, pero queda la reserva de no ser esta SIGLO

xx.

En los años que siguieron, hasta la cuarta década del siglo XX, el control de los pesca­ dores, los impuestos de tránsito, etc., se lle­ varon a cabo por medio de autoridades muni­ cipales y estadales, y la producción, que des­ conocemos, descansaba en manos de los parti­ culares. Sin embargo, la impresión general pa­ rece ser que suponía que «las pesquerías de Venezuela, si se las puede considerar existen­ tes, son de muy escasa importancia, y aún los bancos perleros tienen comparativamente po­ co valón, (V. Dalton, Leonard V. vmezuda. The South American Series, T. Fisher Unwin, Londres, 1925. p. 250). Es importante destacar una modificación profunda ocurrida en las unidades dé explo­ tación. Durante la primera parte del presente siglo las asociaciones de pescadores (llama­ das trenes) variaron notablemente su. organi­ zación de explotación, transformándose de las escasas compañías de grandes dimensiones como eran en el siglo XIX, en numerosas eompañías de personal redueído, (Véase la comparación con el siglo XIX en la: Epoca Actual, más adelante). Los 12 trenes de chin­ chorros de 1873, cada uno con más de 200 empleados, dieron lugar a más de 170 en 1956, con un promedio de 10 empleados por tren. Los instrumentos de pesca de la Colonia son fundamentalmente los más abundantes del siglo XX, aunque parece que en las últimas décadas se introdujeron nuevos ele­ mentos, por difusión. El vivero en el interior de las embarcaciones para mantener las sar­ dinas vivas que se emplean de carnada pa­ rece ser una adaptación reciente. Es posible que con el éxodo español producido por la Guerra Civil de 1936 se hayan realizado nue­ vas aportaciones a la industria pesquera ame­ ricana, pero no las podriamos señalar concre­ tamente. Están además los elementos no citados en la Colonia, de origen europeo, que son hoy de uso normal. Es el caso del palan­ gre, de la nasa y de la ballestilla. Puesto que estos aparejos se encuentran diseminados por las ex-colonias españolas del Caribe y de Amé­ rica, seria razonable pensar que fueron traídos al Nuevo Mundo desde el primer siglo de colo­

aseveración concluyente porque no se mencio­ nan dichos métodos en los documentos revi­ sados en la época. Para la nasa hexagonal del tipo portugués (v. p. 154) existe la antigüedad mínima de 1873, que es la fecha de la descrip­ ción de Level y de 1899 para Puerto Rico (64), como fechas de llegada a la zona del Ca­ ribe. Lo mismo se puede decir de la ballestilla del tipo de Cumaná, En las postrimerías del periodo que estu­ diamos fueron traídas a Venezuela las redes de argolla y de arrastre, por compañías pri­ vadas. La primera en 1940 por las (.

(.)

Gl.--Vi>(ü, otean.lo el mar de cardumeucs.

Los trenes de redes establecidos en una es­ tación pesquera de la isla, aislada o de po­ blación, cuentan entre sus miembros, en la mayoría de los casos, de 1 a 5 vigías, o per­ sonas especializadas en vistear, desde sitios prominentes de la costa, los mares cercanos y en observar los movimientos de los cardúme­ nes que los recorren; cuando un cardumen se acerca a la zona de actuación del tren, dan los vigías aviso a la gente, la cual se pone en acción de inmediato. También puede suceder que los peces sean percibidos por Jos hom­ bres de la ranchería sin utilizar vigías. En todo caso los miembros del tren están pendien­ tes continuamente de los peces o de los vigías. El equipo y la gente se puede encontrar en la misma residencia del tren o en una zona cercana donde se hayan trasladado, según el comportamiento de los peces y su zona de abundancia.

Para una descripción del catado en Cariaco, véase: Arlstlguieta, Francisco de Pauta. La l nduslria Pesqurru

en Cutnaná; en Carrocera, Cayetano de, O. F. M. Mis. Cap., Memorias pura in Il i s torio de Cnmaná U Nurnn A ndaluciu, Caracas, 1945 (pp. 631-6:38).

tos

METODOS

Cuando en una zona, urbana o rural, se encuentran reunidos diversos trenes -como es frecuente-, todos los vigías reunidos otean las aguas de los alrededores; pero cada cual mandará en el caso oportuno a calar el tren respectivo; a veces, en trenes de poblaciones, los vigías trabajan independientemente y son retribuidos por el tren que cale debido a su aviso. Al ver un cardumen conveniente, el vigía determina la especie dominante (por el com­ portamíento o «escarceo», típico de cada espe­ cie) y su cantidad; si amerita la acción, se indica el tren que lo cale, por medio de señas convencionales con las manos o arrojando trapos. En condiciones especiales (en caso de que el vigía se encuentre muy lejos de~ tren) se hacen señales de humo para prevenir a la gente, como también informa Level en 1873. Para la determinación de la especie del car­ dumen el vigía se guía príncipalmente por el color: la carachana tiene un color colorado oscuro; el jurel hace espuma «como agua de pozo» en los bordes; el pargo «nada hondo), etc. Al comenzar la operación, el vigía es quíen dirige los movimientos de los que echan la red, haciéndoles señales sobre las direcciones oportunas que deben tomar a fin de encerrar por completo el cardumen. Al describir las características de los trenes de redes de la isla de Coche, Level, para 1870, hace observaciones interesantes y por ellas podemos juzgar métodos usados en aquella época respecto de los vigías, para lo cual ha­ gamos un brev.e paréntesis. «tiene también un chinchorro tres o cua­ tro botes finos, muy veleros, en que an­ dan los vigías, que son los empleados de mayor responsabilidad en el chinchorro, porque un aviso falso o equivocado en la calidad y cantidad del cardumen que anuncia, puede causar muy serias pérdi­ das al establecimiento. Estos vigías van por un número determinado de días a fijarse en distintos puntos, lejanos unos de otros, de la Costa Firme, Macanao o Margarita, y, colocados en las alturas in­ mediatas a la costa, permanecen obser­ vando el movimiento de los cardúmenes de peces y al verlos aproximarse a la costa, en lugares donde pueda calar el (72)

Level, Andrés A., op. eít., p. 2:l.

DE

PESCA

99

chinchorro (pues en las costas de arreci­ fales o en las de mucho fondo y acanti­ ladas, donde el chinchorro no vele, no es posible calar), hace las señales correspon­ dientes a la cantidad y especie del car­ dumen, por medio de una o más fogatas de leña seca si es de noche, y si es de día, con una o varias columnas de humo, hechas con ramas verdes. Ambas señales se divisan y distinguen muy bien de Co­ che por mayordomos v rancheros, mu­ chas veces sin el auxilio del anteojo, pues ni con este instrumento son siquiera visi­ bles para los demás. Así, causa extrañeza en Coche, cuando el mayordomo, muy sosegado y muy en ello, le dice al dueño del chinchorro: «está recalando a la ense­ nada de Lebranches un grandísimo car­ dumen de Lisa y pescado de Fondo, se­ gún anuncia el vigía de Chacopata»; y cambiando inmediatamente el tono de voz, hendiendo los aires con el estentó­ reo grito de «jA la piraguals, y cinco mi­ nutos después, sin más averiguaciones y sin más preparativos, porque siempre está todo listo, se ve navegando en .dírec­ ción recta al lugar destinado, todo el tren del chinchorro, compuesto de 10 Ó 12 velas ... » (72). '. '.

Hoy en día los vigías permanecen en las cercanías de sus trenes y no se da el caso des­ crito por Level, en alcance y organización de los trenes, pues en la operación sólo es nece­ saria una embarcación y 20 hombres, como mínimo, según se indica en el Capítulo III. El tendido de la red.

La red se tiene siempre plegada sobre una embarcación ligera, la caladora, que es una piragua provista, en la mayoría de los casos, de motor. Está colocada la red en el centro de la embarcación, y 'el plegado realizado de tal forma que los plomos están todos del lado de proa y las corchas del lado de popa. Luego de usada la red, y ya reacondicionada para una nueva operación, se vuelve a colocar so­ breel bote de modo que esté allí siempre lista, a la espera, cubierta con una lona que la pro­ tege del rigor de la intemperie. (V. Fig. 62). Al comenzar la operación, ya avistado el cardumen por los vigías y determinada la for­

100

LA PESCA EN LA ISLA DE MARGARITA

ma del calado, se trata de cercar con la red a los peces, rodeándolos con la embarcación al mismo tiempo que se arroja la red por la borda. Esta se echa por dos personas, cada una de las cuales arroja una cuenda, de plo­ mos o de corchas, acompasadamente, por la borda que da al interior de la circunferencia que describe la embarcación. Estos operarios reciben el nombre de plomero y corchero, res­ pectivamente. Algunas veces la embarcación se impulsa n canalete; pero si es cardumen rápido el que se cala, la red se debe echar en poco tiempo, en una lancha veloz, de motor, para capturar los peces con mayor seguridad. Fig.

62 (b).

hábiles nadadores que durante la calada reco­ rren toda la red, sosteniéndose de la cuenda de corchas o de los botes que participan en la calada. Se ayudan con máscaras submarinas que ellos mismos arman, y suelen conocer todos los obstáculos que tiene cada playa de calado. Para hundirse en busca de las pegas, los buzos se sumergen impulsándose con fuer­ tes golpes de los talones, y también bajan agarrándose del tejido del chinchorro. Fig.

62.-Lanehas caladoras con la red a bordo, listas para calar.

Ya arrojada toda la red, atadas las cabuyas al asa que forman los fiadores, sevan arrojando y añadiendo los trozos necesarios, hasta poner los extremos en manos de la gente que ha quedado en tierra. La cabuya se lleva dentro de dos botes, en forma de capas superpuestas de arrollados concéntricos de afuera hacia adentro. En un bote mediano se pueden guar­ dar cerca de 46 cabuyas. (V. Fig. 63). Durante el calado de la red hacia tierra, (realizado por' la gente del tren y los colabo­ radores: hombres, mujeres y niños), se sitúa un bote junto al copo; en él van el mayor­ domo --quien dirige la operación- y varios buzos; el primero indica por medio de señas ~on las manos o con trapos a los de tierra, cuál manga de b e n halar más o menos, o cuándo deben detenerse, cuidando así de que el copo vaya siempre parejo, o que la red no se rompa al trabarse con el fondo, en cuyo caso les tocaría trabajar a los buzos. Estos son

Las señas del mayordomo durante la calada son convencionales dentro de cada grupo; y aun el vigía, cuando las aguas son claras, pue­ de intervenir en dicha dirección. Si la opera­ ción se realiza de noche, las señales son lumi­ nosas con fósforos o linternas: una luz: manga larga.

dos luces: manga chica.

tres luces: jalen parejo.

Fig.

li2 (e).

Los METonOs DE

PESCA

101

..

Fíg,

63.-Embarcación cargando la cabuyería.

Antiguamente se usaba la trompeta de ca­ racol o «bctuto»: un toque: manga larga. dos toques: manga chica. De día es frecuente que el mayordomo le­ vante las manos con trapos para dirigir la operación: . mano derecha: manga larga. mano izquierda: manga chica. dos manos: jalen las dos mangas.

I • • Fig.

64 (b),

Para facilitar el traslado de la red hacia la playa, se colocan orinques en las cabuyas, y en algunas localidades se ata la cabuya a em­ barcaciones ligeras que así impiden su in­ mersión.

~11IlI"'ClU.

CAI.ADQ ...A

Fig.

64.-Secuencia esquemática de las etapas del calado de la red de p1aya. _

'

Fig.

64 (c).

LA PESCA EN LA ISLA DE MARGARITA

102

Recién echada la red es conveniente deter­ minar la cantidad de peces que han que­ dado dentro de ella. Los buzos pueden esti­ marla al comienzo, y en algunas partes saben la existencia de peces dentro. de la red por el ruido o «tronido. que éstos producen. Pero la cantidad pescada sólo puede determinarse con exactitud en los últimos momentos de la cala­ da, cuando la estrechez del conjunto permite apreciar el tamaño y densidad del cardumen. Si se cala con boyante y se ha cercado (véase «tapas» más adelante), se hace la apreciación antes de iniciar la calada hacia tierra; al esti­ mar que los peces han escapado, se procede a leoar la red de nuevo a bordo del bote. En­ tonces se va recorriendo toda la cuenda, izán­ dola los hombres de a bordo directamente con las manos.

~.cAOO" • •

V...."NDO

.Lo.

00,"0



I.­ Fig.

(;4 (11).

Flg.

65.·-JalanÜo para tierra.

que toda ella hale por una sola serie de cabu­ yas hasta tener cerca de tierra un lado de la red, y luego van al otro lado a halar la manga, hasta tener los calones sobre tierra; entonces se distribuyen en dos grupos, uno a cada manga, y comienzan a tirar por las cuen­ das al mismo tiempo que se van acercando entre sí, de modo que cuando el copo llega a la playa ambos grupos se encuentran casi juntos. La mayoría de la gente de tierra se ocupa de tirar por las cabuyas, caminando de espaldas hacia atrás, y luego de un trecho vuelven al comienzo: son los jaladores. Al final de la hilera hay una persona encargada de enrollar y separar las cabuyas: es el retor­ nero. En raras ocasiones, cuando la red está muy cargada, atan dos series de cabuyas por cada calón. Otra modalidad, muy provechosa por cierto, observada sólo en una localidad, es la del empleo de un sistema de poleas (garru­ chas) para disminuir el esfuerzo cuando son

En Pampatal' se cuenta que cuando la red ha capturado pescado de fondo, se escucha el sonido de un batuta sen corneteo. tocado por «un espanto. que nadie ha visto.

J alar para tierra. Una vez arrojada la red, se llevan las dos series de cabuyas a tierra, comenzando la gente a halar, ayudándose con trozos de me­ cate que tercian a la espalda, llamados «bo­ zas» (Fig. 66), que se fijan por.un nudo (Fig. 39) a la cabuya. El tren se mueve hacia tierra simétricamente, aunque cuando está muy ale­ jada y hay poca gente disponible es frecuente

Fig.

liG. -Siguon [alnu.lo, ayudados de /11I,,'-' a la 1"¡Jalda



tl'rriacla,



u ,

I •

I

LOS

Fig.

METO DOS

(;7.-A 1 final de la hilera, un joven relornero,

pocos los hombres disponibles. Este sistema, observado en Guayacán, lleva el nombre de quachisteclas. Varado del copo.

Cuando la cantidad de peces que la red ha encerrado no es muy grande, aproximada­ mente menor de 400 arrobas, o bien cuando es peligrosa la brusquedad de las olas, que baten el copo sobre la playa, se procede a vararlo, o sea, a sacarlo hasta tierra. Para ello, al mismo tiempo que se hala por las mangas (lo que quede aún dentro del mar), otro grupo de personas, inclusive los buzos, se colocan dentro del agua por la parte pos­ terior del copo, protegiendo la red para que los peces no escapen; entonces los de la playa toman ambas cuendas del copo y uniéndolas tiran de ellas fuerte y rápidamente hacia la playa, al mismo tiempo que los de atrás tra-

Fig. (*)

DE

PESCA

Fig.

(H¡ - Varando el copo con palunrjrs.

tan de suspender y trasladarse ayudando a los primeros. Al unirse las cuendas el copo queda en forma de una bolsa cerrada llena de peces, que imposibilita el escape. Si está muy pesado, a veces se ayudan con varas que hacen de palanca. Una vez en seco, o donde revientan las olas, se comienzan a sacar los peces del copo, seleccionándolos y colocán­ dolos en maras para su distribución. En algunas zonas y hace algunos años los peces pertenecientes a un tren se marcaban para evitar pérdidas: «son los pescados -di­ cen los dueños- como propiedades de una hacienda). Para ello, a los peces tonderos se les quitaba un fragmento de la aleta caudal, y al carite el extremo de la cabeza. Los peces se sacan del copo con las manos, y para los más peligrosos se emplea un gara­ piño (*). El mayordomo decide allí mismo la

68.-Y el calón llegó a tierra...

Generalmente rematan el carite para evitar su mordedura.

Fig.

69 (b).

LA PESCA EN LA ISLA DI·:

104

\¡AlH~AHITA

donación del pescado a los individuos que colaboraron en la calada pero que no pertene­ cen al tren. La broza se regala a otros asis­ tentes, en particular a mujeres y niños.

Una vez que se han recogido todas las es­ pecies aprovechables, queda dentro del me­ nudo tejido del copo cierta cantidad de peces pequeños, los cuales, al final de la operación, quedan muertos en la playa y son rápida­ mente devorados por el gran número de aves marinas que acuden a la calada. Secado de la red. Luego hay que recoger, secar y reparar la red. Uno de los botes se acerca a la costa, y en él se embarcan las redes y cabuyerías para llevarlas a la localidad del tren. O si ésta

Fig. 71. -Selección y repartición de la pesca: p.ute para el tren, algo para los colaboradores; la broza, para las tijeretas.

aunque se suelen colocar sobre las estacas sus cuendas. Las estacas son varas de 1,7 m. de alto, con una pequeña horqueta en el extre­ mo superior y que se clavan en la arena, en las cercanías de la casa del tren. Estas esta­ cas se colocan en filas paralelas de J O estacas cada una, separadas entre sí por unos dos metros. En cada fila se pone a secar una pieza de la red, cuyas cuendas van de estaca a es­ taca. La disposición de la red en las estacas se hace gener~lmente de la manera que se observa en la figura 72.

Fig.

70.-Copo en tierra, lleno tic pescarlos.

queda cerca, se transportan a pie. Se usa por comodidad 'separar las principales piezas de la red, pues de este modo se trasladan y repa­ ran más fácilmente, volviéndose a unir una vez secas. Cuando el bote con el equipo llega a la residencia del tren, fondea junto a la pla­ ya y la red se arroja desde el bote al agua (en lo llano) y de allí es tomada por los obre­ ros, quienes agrupando las cuendas, transpor­ tan la red sobre el hombro, formando una continua hilera, hasta que se descargan del bote todas las piezas de la red, calones, cabu­ yas y boyas. Todo se coloca al sol: las redes sobre las estacas; los calones v cabuyas se tienden sim­ plemente sobre la arcna., y también el copo,

Para hundir las estacas en la arena, un in­ dividuo toma una con ambas manos por su parte superior, y con los pies abiertos, co­ mienza a balancearse hacia los lados al mismo tiempo que presiona la estaca hacia abajo, hasta iumdirla suficientemente.

Fig.

71 (b).

LOS

Fig.

METODOS

DE

t:>ESCA

n.-Esquema de la disposición de la red en las estacas.

Fig.

72 (b).

105

L\ PESC,A EN LA rSL.\ DE 1\L-\l{(;AH ITA

1011

Una vez seco el equipo, se procede a exa­ minarlo, cosiendo las mallas que los peces ha­ yan roto, y reparando en general cualquier desperfecto originado durante la operación. Cuando un tren va de expedición, es necesa­ rio que lleve las estacas consigo, pues no se pueden cortar arbustos en la isla (según dis­

posición del MAC). Amarrado de la red. Durante la operación, cuando la cantidad estimada de peces capturados es muy grande, tal que la red no se puede varar (pues si así fuera el tren no se daría abasto para aprove­ charla en su totalidad), se fija o «íondoa. la

Fig.

'-l.---Hezón o ('-'/lio.

peces se vara y es necesario salar y escalar en seguida y venderlo fresco (*). Si la especie capturada es lebranche, se vara, no importa la cantidad que sea, pues este pez no se puede dejar encerrado porque se escapa saltando por encima de la red. La cuchara.

Ftg.

73.-Reparando los destrozos sufridos en la calada.

red por medio de anclas o espías, cuando ya está inmediata a la costa, para proceder más tarde, sin ningún apuro, a descargarla de los peces que permanecen encerrados, según se requiera. Es quizás este método uno de los más comunes; y para capturar los peces cer­ cados se emplean unas redes auxiliares. Si se va a fijar la red, deben quedarle pocas piezas en el mar, unas dos por manga, o menos. Se fijan al fondo las mangas cada una con un espía (Fig. 74) o ancla; otro espía se ata a la parte del copo; las cuendas de corchas se sue­ len unir a botes que se dejan fondeados junto a la red, y a veces se colocan canaletes tra­ bados a la cuenda superior para reforzar los flotadores. En cambio, cuando son pocos los

en

UII

lT na de las redes auxiiiares que se usan para sacar el pescado de la red ya fijada es la llamada cuchara, que es una red fondera de playa, pero de pequeñas dimensiones. Tie­ ne generalmente de 1 a 5 piezas, cada una de las cuales está formada por unos 7 paños, desde 3 varas de alto y copo de saco. El copo puede variar o dejar de existir según la espe­ cie capturada, y las dimensiones restantes de­ penden de la localidad; las hay hasta de 16 varas de altura por el Norte. En algunos sitios, cuando el pez encerrado es m uv peIi-

Fig.

75.-Hed de playa amarrada.

(*) En Santa Fe y Mochima (Edo. Sucre) se vara siempre, y si se desean guardar peces frescos, se introducen tanque hecho especialmente.

l. O S

Fig.

1\1 E T O D O S

DE

P E SeA

IOí

71i.-Cuehareando en un tanque del Estado Suero.

groso, por ejemplo cazón, se usan de cuchara unas piezas de trasmallo de mallas amplias y fuertes. (Ver pág. 114). A veces se saca la cu­ chara de las mismas piezas de las mangas que ya se encuentran en tierra. La cuchara se arroja por la parte interior de la red original (ver fig. 77), desde un bote, o cuando el agua es llana y la gente se puede adentrar en ella, se arroja con un fuerte movimiento de manos, 10 cual llaman a volapié. Si la cuchara ha encerrado demasiados peces, los cuales ame­ nazan su resistencia, se le levantan las cuen­ das desde el bote tirando hacia arriba por las corchas de modo que una porción de los ani­ males salga por debajo.

El cala - por - detrás. Otra red auxiliar que se usa en esta misma operación es la llamada cala - por - detrás, que suele llevarse durante la operación en un bote aparte. Una vez fondeada la red junto a la playa, formando un estrecho círculo don­ de los peces se encuentran encerrarlos, se pue­

Fig.

7ü (u).

de hacer necesario esperar para varar porque haya muchos peces o porque venga aja zona algún barco hielero a comprar la pesca, con lo cual los pescadores obtienen mayor rendi­ miento. No se puede dejar la red original fon­ deada por mucho tiempo, porque los peces que se encuentran ahorcados o enredados en la malla mueren rápidamente y se descompo­ nen. Luego, hay que sacar la red. Entonces se echa por el lado exterior esta otra, formada por cuatro piezas, y se levanta hacia arriba, por las mangas, la primera. Porque como se desea hacer reserva de los peces capturados, al halar esta red hacia tierra, hay que levan­ tar las cuendas para que los peces acudan y queden en el cala - por - detrás, donde perma­ necen los días que sean.

Otras modalidades. Para cada tipo de playa, el método de ope­ ración puede ser distinto del mencionado an-

CHINC ....OIlUl-o

\ _

Fi~.

77.-I-:squt·l1Ia de algunas mud.rlhla.Ics en 1:1 opcraciun d,' la red barredera

,e-..=C-=-Ue H A R A

tos

METo DOS

DI:.:

PESCA

109

cadas, por medio de las gasas, se vuelve a . cerrar y se continúa el movimiento. Para se­ parar las piezas, se suben desde el bote las asas de las cuendas, abriéndolas y despegando las costuras. Tal operación se designa como el recortado de la red.

Tapas.

Fíg,

79-005 escenas de un copejeo afuera realizado en

Chacopata, Sucre.

las mangas, el mecate de cada cuenda se do­ bla formando cada una de ellas un asa, donde se atan los mencionados extremos por medio de una vuelta pisada doble (Fig. 39). Esto se hace en cada extremo de la manga, notando que si la primera quedó por el lado exterior del cerco, la restante ha de estar por el lado interior. Terminada esta operación, comienza el traslado de todo el conjunto hacia la playa escogida. La red es remolcada por embarca­ ciones a motor, con varias series de cabuyas atadas a las cuendas inferiores, mientras las superiores se mantienen a flote por la acción de otras embarcaciones que se colocan de tre­ cho en trecho, junto a éstas (Fig. 78 b), Gene­ ralmente remolcan la red dos lanchas, una cada manga. También se usan' otras lanchas menores que tiran de la red lateralmente, por medio de un mecate, para impedir que el apa­ rejo se estreche. De este modo se lleva pau­ sadamente a las cercanías de la playa, hasta llegar a una profundidad permisible para abrir de nuevo las mangas y que sus extremos lle­ guen a la costa y los peces no escapen. En­ tonces según la cantidad, se fija, se cucharea o se vara directamente. Es frecuente durante este transporte, o en otras ocasiones, con el fin de aligerar el peso del aparejo o cuando la operación se hace sobre piedras, que se izen a bordo de una de las lanchas algunos trozos de las mangas, una o dos piezas por cada una. Para hacer esto se suspende el traslado y desde dos lanchas se comienza a tirar de las cuendas de la red, introduciéndolas a bordo; una vez izada la cantidad suficiente, se despegan las piezas sa­

Cuando se echa la red de playa muy lejos de la costa, a unas 30 ó 40 cabuyas, existe el peligro de que los peces rodeados (en especial cuando son lebranche, jurel, carachana o ca­ rite) se escapen por el espacio libre que queda entre los calones y la playa. La forma de evitarlo puede variar según el tren, y así son diversos los métodos que se emplean. El más usado es el de poner una tapa, o sea, algunas piezas de red atadas directamente de calón a calón. Suelen ser de 1 a 3 piezas, de construcción normal. La tapa se fabrica y se coloca a bordo de la embarcación, de modo que sea la parte que se arroje primero; luego la manga chica, el copo y la manga larga (cu­ yo extremo se une a la tapa cerrando así el cerco). El conjunto se hala entonces para tierra. Otro método consiste en aumentar, de ser económicamente posible, las piezas que for­ man las mangas, de modo que al echarse la red las mangas terminen suficientemente cer­ ca de la costa como para impedir la salida de los peces, los cuales cuando tienen esta tendencia de huida los llaman caloneros. Este método es bastante enojoso, pues hace falta disponer de gran número de piezas. Otro, hoy

Fig.

79 (bl.

LA PESCA EN LA rSLA DE MAR 60 3 redes macuíreras, hechas con hilo N.> 30 Palangres: 2 de 45 c/u 1 de 600 1 de 70 1 de 500 2 de 80 c/u 2 de 200, de cadena. 2 de 60 c/u 1 de 200 2 de cadena, de 150 c/u 2 de cadena, de 50 c/u 2 de cordel, de 45 c/u 2 de cadena y-mecate, 100 /l/u 2 de 50 c/u 1 de cadena, 500 anz., 1.100 brazas 1 de 400 1 de 300 1 de cadena de 100 anz.

Patrones de nasas: 3 de 30, 1 de 80

Hay unas 36 atarrayas, y algunos pescado­ res de cordel. GUARAGUAO. Sur.~La mayoría de la pesca se realiza. y en gran escala, por medio de nasas. Algunos pescan con otros instrumentos.

200 200 100 100 100 100 100

p., 1.200 x 7 p., 1.200 x 7 p., 600 x 5 p., 1.2Óo x 6 p., 400 x 6 p., 400 x 7 p., 400 x 5

Redes liseras: 200 60 100 100 100 180 100

p., p., p., p., p., p., p.,

600 180 600 600 600 360

x

x x x x x

8 130 4 100 20 100 20 2 de 90 20 200 8-2 de 100 100

p., 240 x p., 200 x p., 400 x p., 300 x p., 1.000 x p., 600 x p., 100 x

13 6 10 18 18 20 15

Trasmallos: piezas con mallas de 10" 5 piezas chucheras de hilo 36 10 piezas chucheras y tortugueras, 800 x 8 de hilo N.> 40 8 piezas cazoneras 8 piezas de macuirero de hilo catalán N.» 4 4

Hay además un palangre de 400 anzuelos. y algunos que se dedican a la pesca con cor­ del; serán unos cuatro patrones. Se llevan ac­ tividades perleras y de salinas. GUAMACHE (COCHE). Sur.-Hayespe­ cialmente trenes de redes y palangres. Redes de playa: 200 2 de 400 250 220

p., 800 x 12

p., 1.800 x 10 c/u

p., 1.500 x 4

p., 1.300 x 14

LA PESCA EN LA ISLA DE MARGARITA

190

Liseras:

Liseras: 150 p.,

600 x 18

80 p., 100 p., 60 'p.,

Trasmallos: 8 piezas chucheras

Hay un patrón con 60 nasas y unos 13 de

anzuelos y atarrayas. Además, .los siguientes palangres: uno de 350 anzuelos, núm. 3, con guaral núm. 60; tres de 500 y uno de 1.000 anzuelos. EL MANGLILLO. registradas:

Sur.-Redes de playa

50 p., 300 x 6

2 de 12 piezas ciu

GUAMACHE (Cerca de Punta de Piedras). Sur. Redes liseras:

GÜINIMA. (Coche). Sur. Redes de playa: 200 p., 1.600 x 8 100 p., 600 x 6 150 p., 650 x 8 500 x 5

200 p., 1.400 x 170 p., 1.150 x 100 p., 600 x 800 x

6

6

6

12

200 p., 1.200 x 20

480 x 16

3 de 80 p., 2 de 100 p., 600 x 16

4 de 100 p., 500 x 16

Palangres: 1 de 200 y 1 de 500 anzuelos

10 patrones de anzuelos y tarrayas.

EL BICHAL.

Sur.

Redes de playa: 550 x 18

120 p.,

Trasmallos:

Patrones de nasas: uno de 70, dos de 80 y dos de 100. Varios palangres: dos de mecate, de 100 anzuelos c/u; uno de 150 y uno de 100. Unos 30 patrones de anzuelos y atarrayas. LAGUNA DE RAYA. Redes de playa: 150 x 3,5

480 x

6

Liseras:

6 piezas de chuchero

50 p.,

Hay además unos 15 patrones de anzuelos y atarrayas.

Liseras:

Hay cerca de 10 patrones de anzuelos y ata­ rrayas, uno de 100 nasas, y los palangres que se anotan: tres de 150, hechos de guaral; uno cazonero, con cadena, de 150 anzuelos; uno de 200 y uno de 100.

150 p.,

400 x 10

280 x 10

300 x 12

Sur.

100 p., 100 p., 100 p.,

350 x 6 400 x 18 500 x 17

115 p., 400 x 14

100 p., 280 x 17

80 p., 250 x 12

Hay alrededor de dos patrones de anzuelos y tarrayas. LAS CASITAS. Sur.-Sólo sabemos que se ha registrado un patrón con 120 nasas y un sardinero de 150 piezas.

CAPITULO

VIII

EMBARCACIONES DATOS RESUMIDOS DEL PRIMER CENSO PESQUERO DE 1951

-de la flota pesquera de la Zona Oriental: 31 %.

La Dirección General de Estadística y de Censos Nacionales del Ministerio de Fomento publicó en 1955 el «Primer Censo Pesquero, 195l», en el cual se exponen detallada y gráfi­ camente los valores de numerosos aspectos de la actividad pesquera nacional, tal como se deducen de las embarcaciones que tuvieron actividad en el año censal de 1951.

-de la flota pesquera Nacional: 12

%.

Hay que resaltar, sín embargo, que por cla­ se de embarcaciones principales, las piraguas del Estado Nueva Esparta (E.N.E.) repre­ sentaban el 59 % de la flota pesquera Nacio­ 'nal (F.P.N.) y el 61 % de la Zona Oriental (F.P.Z.O.). La distribución porcentual de las embarca­ ciones, según clases, para la Zona Oriental en 1957, fue la siguiente (85):

Estas embarcaciones serían, para nuestra zona de estudio, las que forman parte de los equipos de los trenes de cordel, nasas y pa­ langres; de los pescadores individuales; de los trenes de redes (como embarcaciones auxi­ liares) y las embarcaciones de transporte para comercio con los sitios de consumo.

Curiara. . .. . . . . . . . Cayuco. Canoa............ Lancha... . . . . . . . ..

En relación con el Estado Nueva Esparta, presentaremos aquí un resumen de los datos del Censo.

La Zona Oriental tiene el 36,7 % de las em­ barcaciones del total general, o sea de 7.043.·

a) N úmero de embarcaciones y clase.-Las embarcaciones principales (*) estaban distri­ buidas así:

La distribución porcentual en la Zona Oriental de las embarcaciones, según clases con respecto a los totales de cada clase, fue:

Lanchas: 23 Tres puños: 50 Piraguas: 460

Orejetas: 81 Botes: 49 Canoas: 2

Total..................

Otros:

6

771.

Este valor total representa los siguientes porcentajes:

Curiara ........... Cayuco ........... Canoa ........... Lancha ............

.

1,4 .1,0 9,9 15,1

4,2 5,5 8,9 37,6

Bote Píragua , . .. .. . .. . Tres puños. . . . . . .

80te Piragua .......... Tres puños ....... o

•••••••••••

51,3 20,0 1,3

79,9

94,8

75,6

b) Arqueo bruto (....).-Sobre este particu­ lar se tienen los datos:

(.) Embarcación principal es tia que figura matriculada en los registros correspondientes y a la cual se le expide el Permiso de Pesca. En ella se almacena o recoge el mayor volumen del producto de la pesca antes de desembarcarlo, En general es la embarcación donde se concentra la dirección de las operaclones. Auxiliar es la que desempeña labores secundarias' y depende de la principal, ayuda en las maniobras de atraque e interviene en la pesca formando un todo con la principal> (M. de F., 1955, p. XIV). (85) Los datos que siguen han sido extraídos de los cuadros N.OS 5 y 6 del trabajo Actividades Pesqueras en Ve­ nezuela en el Año de 1967 de la Divlsíón de Pesca y Caza del MAC. Nótese en especial el NOTA8L~ incremento, entre 1951 y 1957, de las piraguas del Edo. Nueva Esparta con respecto al total. (••) .El arqueo bruto representa el peso del volumen de los espacios totales de la embarcación a 2,83 m." por tonelada métrica de arqueo. (M. de F., 1955, p. XV).

192

LA PESCA EN LA ISLA DE MARGARITA

del MAC para 1957, los cuales son, para el E.N.E.: Número de embarcaciones: Tonelaje total:

766 2.303.304

e) Medios de propulsión y motorizacián.:« Las embarcaciones principales (total: 771) se distribuian: total 216 A remo y vela: 63 Con motor total 555 Remo y motor: 126

Sin motor

Flg.

Principales 771

Auxílíares 257

Arqueo bruto tot. (ton. métr.) 2.368 2.035

333

Arqueo promedio:

1,3

2,6

153

Remo, vela y motor:

429

O sea, que del total de 1951, el 72 % usaba motor y un 20 % sólo vela. Para aquella épo­ ca las embarcaciones del E.N.E. representa­ ban el 16 % de la flota pesquera motorizada nacional, y el 37 % de la Zona Oriental.

124 (a).-Embarcaei6n tres puños.

N.·' total Embarc, 1.028

Sólo a vela:

El E.N.E. tenía entonces el 19 % del tone­ laje total de la flota pesquera nacional. Ob­ sérvese además que 1; Brídgetown.

1949b

~Thé Sea Fishértes of Trtnidad dnd Tobaqo, Development and Welí. West In­

19411tl

~The

1046

~thé

dles, auil. N.O :J, Brídgetown, Fisheriés o/ Britisñ Ouidná. Devel, Welt. West Indíes, Bull. N.' 3, Bríd­ getown, pfJ. sa.

nen.

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