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ESTUDIO DE HEBREOS Por: Rubén Álvarez

El fundamento doctrinal Introducción Hebreos 8: 6 “Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas” Hemos observado a lo largo de los primeros cinco capítulos del libro a los hebreos que el ministerio de Jesús es mejor que le ministerio de Aarón o el de Melquisedec, también que el pacto establecido en Su sangre es mejor que el pacto hecho con Abraham mediante la circuncisión, y que definitivamente las promesas del nuevo pacto son mucho mejores que las del antiguo, puesto que no solo promete bendiciones en esta vida sobre la tierra, sino una vida eterna, la comunión con Dios por medio de Su Espíritu Santo y estar sentados juntamente con Él en los lugares celestiales. El autor de la carta, les decía a los hebreos que aún eran niños espirituales a los que no se les podía dar alimento sólido sino solo leche. Comportándose como niños al estar atados a los reglamentos de la ley, en nada diferían de esclavos aunque eran dueños de todo por cuanto eran herederos con Cristo. Ellos se habían quedado en la fase de la ley, obedeciendo reglamentos. Pero la verdadera obediencia se logra no a través de seguir lineamientos y reglas, sino mediante la transformación del hombre interior y esto por el Espíritu de Dios obrando en el espíritu de los creyentes. De allí que el autor mencione que el alimento sólido es para aquellos que han alcanzado madurez, quienes han desarrollado sus sentidos espirituales y puede ahora discernir y no conocer, el bien y el mal. Así que el desarrollo de los sentidos espirituales logra activar un discernimiento del bien y el mal que radica en el espíritu, mucho mejor que una obediencia por fuerza de voluntad de reglamentos aprendidos en el alma, mejor conocidos como moral. Pero el nuevo pacto, de este nuevo ministerio; tiene grandes fundamentos, los cuales veremos a continuación: DESARROLLO Doctrinas Fundamentales.

Hebreos 6: 1 “Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, 2de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno” Por Rubén Álvarez- Alcance Izcalli.

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Como podemos apreciar del texto anterior, el autor del libro de hebreos se dispone a hablar sobre cosas más profundas que los simples fundamentos de la fe cristiana. De aquí podemos rescatar cuáles son esas doctrinas fundamentales y darles un ligero repaso. No pretendo enseñarlas en este momento dado que tenemos un módulo entero de la Escuela de Obreros en donde enseñamos tales doctrinas fundamentales. Así que sirva de mero repaso para aquellos quienes ya lo han estudiado y como una introducción para quienes no han pasado aún por ese nivel. 1. Arrepentimiento de obras muertas.

Marcos 1: 14 “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, 15diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” Juan el bautista predicaba por todas partes el arrepentimiento, y todos aquellos que lo hacían eran bautizados en el río Jordán, pero llegó el día en que fue encarcelado y entonces Jesús retomó su predicación pero declarando su propósito. Jesús dijo que el tiempo en que el reino de Dios se acercara para la humanidad había llegado, así que para poderlo tomar era necesario arrepentirse, creyendo ahora en las buenas noticias del reino de Dios. El Reino de Dios se ponía a un arrepentimiento de distancia, declaraba Jesús. Por las prácticas religiosas de los judíos, ellos estaban dispuestos a hacer muchos ritos y a obedecer muchas reglas con tal de entrar en el Reino de Dios, pero el mensaje de Jesús no favorecía a sus pretensiones. Jesús decía que era necesario creer y no esforzarse por hacer aquellas obras de la ley, por lo cual era necesario cambiar el rumbo. En el antiguo testamento la palabra arrepentimiento describe un cambio radical de rumbo: Volver, girar, regresar. Como ejemplo podríamos citar a Isaías 55: 6

“Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. 7Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar” Y en el nuevo testamento, escrito en griego, usa la palabra “Metanoein” que significa un cambio en la forma de pensar. Así, podríamos comprender que un cambio en la forma de pensar producirá un cambio en la forma de accionar y no al revés. Así que Jesús declaraba que era necesario un cambio en la forma de pensar para creer en las buenas noticias (evangelio) si es que querían tener acceso al Reino de Dios. Así que Jesús había venido para poner el Reino de los Cielos al alcance de un cambio de pensamiento. Las obras muertas son todas aquellas obras que intentan obtener por cuenta y esfuerzo propio el ganarse el derecho para conquistar algo de Dios. Son muertas porque no tienen ningún resultado positivo. La única forma de alcanzar el Reino de Dios es creyendo en la obra redentora de Jesús. Por Rubén Álvarez- Alcance Izcalli.

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Mucha gente ha declarado por muchos años que no pueden creer que una persona que ha hecho mucho mal tan solo con arrepentirse y creer en Jesús vaya a ser salvada. ¿A poco nada más así? Pues a esas personas es que precisamente Jesús envió su mensaje: Arrepiéntanse y crean porque el Reino está cercano. No más obras religiosas, no más obras de la carne, no más auto justificación. Si deseas tomar el Reino se requiere una actitud violenta. Dejar atrás el pensamiento de conquista propia, para aceptar y creer en lo que Jesús ganó para nosotros. Esta es la base de la fe cristiana. Cualquier otra doctrina que motive a las personas a ser buenas por sí mismas o a obedecer reglas para ganarse el cielo, es totalmente ajena a Cristo. Comprendemos así mismo que toda persona debe arrepentirse de su vieja manera de vivir a fin de poder virar hacia Dios, hacia una nueva vida de santidad en Cristo Jesús. 2. La fe en Dios El segundo fundamento del cristianismo no está basado en la obediencia hacia reglamentos o leyes morales que pudieran ofrecer un cambio de estilo de vida, como muchos comprenden que ser cristiano significa. El fundamento está en la fe en Jesucristo a través de la cual: a). Somos justificados. Romanos 5: 1 “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” Es la fe en el sacrificio de Jesús el único medio que tenemos los seres humanos para ser justificados y tener paz para con Dios. Ninguna acción de benevolencia, ningún esfuerzo por ser mejores, ningún sacrificio que tú quisieras hacer; podrá hacerte justo delante de Dios ni tener paz con Él. Es solo creyendo en que el sacrificio de Jesús, su sangre derramada, y el que Él nos sustituyó en el pago del pecado que podemos volvernos a Dios en plena paz, sin miedo, confiadamente. b). Tenemos entrada en la gracia de Jesús. Romanos 5: 2 “por quien

también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios” La única entrada hacia la gracia es por la puerta de la fe en Jesús. Y el vivir en la gracia de Jesucristo es nuestra esperanza de acceso a la gloria de Dios.

Hebreos 11: 6 “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” c). Agradamos a Dios.

Nadie puede agradar a Dios por su conducta, sino únicamente a través de la fe. Y esta fe radica en que sepamos que Él es galardonador de quienes le buscamos. La gracia de Jesucristo se establece no solo en que no recibamos el castigo que merecíamos conforme a nuestros pecados, pues el mismo los llevó todos y pagó el castigo por todos; sino que con su obediencia y santidad conquistó todas las promesas establecidas en la ley de Dios para dárnoslas a nosotros, y por si fuera poco restituyó, para quienes creemos en Él, todo lo que el primer Adán había perdido. Por Rubén Álvarez- Alcance Izcalli.

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d). Vivimos una vida justa. Romanos 1: 17 “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá” Después de ver todos lo anterior podemos fácilmente comprender que la vida del justo está en la fe y no en su conducta. La conducta será un resultado de su fe en Dios. La justicia de Dios, Su Santidad se revela por la fe. Si tú quieres vivir una vida justa, lo que necesitas es creer en la Palabra de Dios y la obra de Jesús. Allí está nuestra vida y tranquilidad. Y entonces llegamos a la pregunta más obvia: ¿Y cómo podemos definir la fe? Pues la Palabra de Dios en este mismo libro tiene una perfecta definición:

Hebreos 11: 1 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. 2Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos” Es la certeza de lo que esperamos aunque aún no lo vivimos ni lo hemos recibido, es la convicción de lo que no se ve por nuestros cinco sentidos. Y como te puedes dar cuenta es el único medio de alcanzar buen testimonio delante de Dios. ¿Quién es quien tiene fe? ¿Quién ya recibió alguna promesa de Dios o quién está contento y feliz porque Dios le dará algo que aún no ha recibido? Sin duda es el segundo caso. Es por ello que Jesús dijo: Pidan en mí nombre para que su gozo sea cumplido. Primero es el gozo que produce la fe, y después el cumplimiento que lo confirma. 3.

La doctrina de bautismos.

Otra doctrina fundamental de quienes nos decimos cristianos es la de los bautismos. Jesús ordenó que todo aquel que creyera fuera bautizado.

Marcos 16: 15 “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. 16El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” Como resultado de la predicar las buenas noticias del Reino de Dios, es de esperarse que mucha gente crea en ellas y evidentemente en Jesús, el autor de esas buenas noticias. Pero Jesús mismo dijo que aquellos que creyeran a la predicación fueran bautizados. El bautismo es un acto de fe por el cual la persona testifica públicamente que el viejo hombre o mujer ha quedado sepultado juntamente con Cristo, en tanto que una nueva persona ha nacido por el poder del Espíritu Santo. Bautismo significa literalmente “sumergirse”, por lo cual el acto se trata de una persona que se sumerge en el agua y después se levanta. Para muchos, el bautismo no es más que un acto simbólico, sin embargo, de acuerdo con las palabras de Jesús podemos entender que hay mucho más en él. Es un Por Rubén Álvarez- Alcance Izcalli.

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acto de fe por el cual la gente obtiene una gran salvación, pues declara morir al viejo hombre y sus deseos para una nueva vida dirigida por el Espíritu de Dios. Cuando la gente lo hace simplemente por obedecer un mandato y sin plena certidumbre de fe, entra seca y sale mojada sin ningún cambio real. Pero cuando este acto se hace con fe, un cambio real puede ser experimentado en el creyente. Jesús mismo aclaró que quien no creyera es condenado, de forma tal que estar libre de la condenación se logra a través de creer en el evangelio, pero una salvación ampliada es lograda mediante el acto de fe del bautismo. La Palabra de Dios también nos habla de un bautismo en el Espíritu por el cual somos sumergidos en el río de Dios de Su Espíritu y empezamos a ser dirigidos todos los días por Él, y de otro en fuego que tiene como propósito quitar toda oposición al fluir de Su Espíritu a fin de dar abundante fruto. 4. La imposición de manos. Esta doctrina consiste en saber y creer que a través de la imposición de las manos se ministra a las personas. Se trata de una transferencia a través de las manos, para darle a la persona lo que Dios tiene para ella.

Hechos 19: 1 “Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos, 2les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. 3Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. 4Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. 5Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. 6Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban. 7Eran por todos unos doce hombres” Como podemos ver el apóstol Pablo, mediante la imposición de las manos, ministraba el Espíritu Santo a los creyentes. Gente que ni siquiera sabía de la existencia del Espíritu de Dios empezó a profetizar y a hablar en lenguas como resultado de haberlo recibido. La imposición de manos es una poderosa obra de fe para ministrar a los creyentes y una doctrina fundamental en el cristianismo para bendecir, sanar, consagrar y entregar dones espirituales para la edificación de la iglesia. 5. La resurrección de los muertos.

1 Corintios 15: 16 “Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; 17y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. 18Entonces también los que durmieron en Cristo Por Rubén Álvarez- Alcance Izcalli.

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perecieron. 19Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres” La resurrección de los muertos es una doctrina que resulta fundamental en los creyentes y el apóstol Pablo la muestra de la siguiente manera: Si alguien no cree que los muertos resuciten es porque no cree que Jesús resucitó, y si no cree en ello entonces tampoco puede creer en que sus pecados ya fueron llevados por Él. La razón por la que podemos estar seguros que nuestros pecados ya fueron llevados y pagada la condenación de los mismos no es el hecho de la muerte de Jesús en la cruz, pues hubiera sido un mártir más, un hombre bueno que predicaba buena palabra, un profeta quizá que se volvió loco intentando morir por los demás; sino el hecho de Su Resurrección venciendo a la muerte. Muchos grandes hombres han hablado buenas palabras, han sufrido algún tipo de martirio y hasta han dado su vida a favor de otros, pero lo que hace la diferencia es que Jesús resucitó al tercer día de haber sido crucificado. Nuestro Señor no es un mártir muerto, sino un Dios vivo, que ahora intercede por nosotros sentado a la diestra del Padre, y si esto es así, tenemos la promesa de que nuestros cuerpos mortales resucitarán de la misma manera en la que Jesús resucitó. No somos dignos de conmiseración, sino de admiración y hasta envidia. Todos los muertos en Cristo resucitarán para estar con Él para siempre. 6. Juicio Eterno

Hebreos 9: 27 “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, 28así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan” La Palabra nos indica que para todos los hombres está establecido que mueran una sola vez y después de esto enfrenten un juicio. Con esta declaración, la Palabra de Dios cierra de tajo cualquier idea de reencarnación o de tener un Karma como otras corrientes religiosas ajenas al cristianismo afirman. Todos tendremos un juicio. Quienes morimos en Cristo nos presentaremos vivos y confiados delante de Su tribunal para conocer las coronas y recompensas ganadas a partir de nuestra vida cristiana. Será un juicio de premios y no de condenación puesto que no hay condenación alguna para quienes están en Cristo Jesús. 1 Corintios 3: 10 “Porque nadie puede poner otro fundamento

que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 12Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 13la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 14Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15Si la obra de alguno se quemare, él Por Rubén Álvarez- Alcance Izcalli.

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sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego” Pero aquellos que murieron sin creer en Jesús se presentarán muertos delante del Trono Blanco de Dios donde escucharán las palabras de condenación al ser juzgados conforme a sus obras. Es terrible, pero esto es justamente lo que aclara la Palabra de Dios.

Apocalipsis 20: 11 “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. 12Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 13Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” Conclusiones: Gracias damos a Cristo Jesús por Su magnífica obra, por la cual somos libres de toda condenación. Si hoy tú te das cuenta que necesitas arrepentimiento para entrar en esta maravillosa gracia entonces ven y hazlo. Los tiempos son difíciles, pero la gracia de Jesús nos es suficiente. Como puedes ver Dios, en estas doctrinas fundamentales, muestra su obra maravillosa a favor de todo aquel que en Jesús crea.

Por Rubén Álvarez- Alcance Izcalli.