POEMA No. 1: LOS POTROS

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POEMA DEL CANTE JONDO
FREDERICO GARCIA LORCA POEMA DEL CANTE JONDO POEM OF THE DEEP SONG Introduction Chronology PARALLEL TEXT Notes Further Reading and Links A photogra

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POEMA No. 1: LOS POTROS Atropellados por la Pampa suelta los raudos potros en febril disputa. hacen silbar sobre la sorda ruta los huracanes en su crin revuelta. Atrás dejando la llanura envuelta en Polvo, alargan la cerviz enjuta Y a su carrera retumbante y bruta cimbran los pinos y la palma esbelta Ya cuando cruzan el austral peñasco vibra un relincho por las altas rocas ; entonces paran el triunfante casco, resoplan roncos, ante el sol violento Y alzando en grupo las cabezas locas oyen llegar el retrasado viento. JOSE EUSTASIO RIVERA

Poema No. 2: Una noche una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de música de älas, Una noche en que ardían en la sombra nupcial y húmeda, las luciérnagas fantásticas, a mi lado, lentamente, contra mí ceñida, toda, muda y pálida como si un presentimiento de amarguras infinitas, hasta el fondo más secreto de tus fibras te agitara, por la senda que atraviesa la llanura florecida caminabas, y la luna llena por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz blanca, y tu sombra fina y lángida y mi sombra por los rayos de la luna proyectada sobre las arenas tristes de la senda se juntaban. Y eran una y eran una ¡y eran una sola sombra larga! ¡y eran una sola sombra larga! ¡y eran una sola sombra larga! Esta noche solo, el alma llena de las infinitas amarguras y agonías de tu muerte, separado de ti misma, por la sombra, por el tiempo y la distancia,

por el infinito negro, donde nuestra voz no alcanza, solo y mudo por la senda caminaba, y se oían los ladridos de los perros a la luna, a la luna pálida y el chillido de las ranas, sentí frío, era el frío que tenían en la alcoba tus mejillas y tus sienes y tus manos adoradas, ¡entre las blancuras níveas de las mortüorias sábanas! Era el frío del sepulcro, era el frío de la muerte, Era el frío de la nada... Y mi sombra por los rayos de la luna proyectada, iba sola, iba sola ¡iba sola por la estepa solitaria! Y tu sombra esbelta y ágil fina y lánguida, como en esa noche tibia de la muerta primavera, como en esa noche llena de perfumes, de murmullos y de músicas de alas, se acercó y marchó con ella, se acercó y marchó con ella, se acercó y marchó con ella... ¡Oh las sombras enlazadas! ¡Oh las sombras que se buscan y se juntan en las noches de negruras y de lágrimas! José Asunción Silva.

Poema No. 3: Soneto I Cuando me paro a contemplar mi estado y a ver los pasos por dó me ha traído, hallo, según por do anduve perdido, que a mayor mal pudiera haber llegado; mas cuando del camino estoy olvidado, a tanto mal no sé por dó he venido: sé que me acabo, y mas he yo sentido ver acabar conmigo mi cuidado. Yo acabaré, que me entregué sin arte a quien sabrá perderme y acabarme, si quisiere, y aun sabrá querello: que pues mi voluntad puede matarme, la suya, que no es tanto de mi parte, pudiendo, ¿qué hará sino hacello?

Garcilaso de La Vega

Poema No. 4: Nocturno Respira la noche, bate sus claros espacios, sus criaturas en menudos ruidos, en el crujido leve de las maderas, se traicionan. Renueva la noche cierta semilla oculta en la mina feroz que nos sostiene. Con su leche letal nos alimenta una vida que se prolonga más allá de todo matinal despertar en las orillas del mundo. La noche que respira nuestro pausado aliento de vencidos nos preserva y protege "para más altos destinos". Álvaro Mutis

Poema No. 5: Poema Tristísimo Si muero te invito al sol alma mía y no olvides llevar tu cuerpo Sufriremos felices y juntos seremos carne de luz en la memoria de Dios Y si no hay Dios lo mismo da Recordaremos el sol que tanto nos gustaba allá en Cali Colombia Nuevo Mundo ¿Recuerdas? ¿O era en la luna? ¡Lo olvidé! Gonzalo Arango

Poema No. 6: Infección (Odio la Avenida Sexta por creer encontrar en ella la bienhechora importancia de la verdadera personalidad. Odio el club campestre por ser a la vez un lugar estúpido, artificial e hipócrita. Odio el teatro Calima por estar siempre los sábados lleno de gente conocida. Odio al muchacho contento que pasa al lado, perdió al fin del año cinco materias, pero eso no le importa, porque su amiga se dejó besar en su propia cama. Odio a todos los maricas por estúpidos en toda la extensión de la palabra. Odio a mis maestros y sus intachables hipocresías. Odio las malditas horas de estudios por conseguir una buena nota. Odio a todos aquellos que se cagan en la juventud todos los días). *** Odio a todas las putas por andar vendiendo adoraciones falsas en todas sus casas y sus calles. (Odio la Avenida Sexta por creer encontrar en ella la bienhechora importancia de la verdadera personalidad. Odio el club campestre por ser a la vez un lugar estúpido, artificial e hipócrita. Odio el teatro Calima por estar siempre los sábados lleno de gente conocida. Odio al muchacho contento que pasa al lado, perdió al fin del año cinco materias, pero eso no le importa, porque su amiga se dejó besar en su propia cama. Odio a todos los maricas por estúpidos en toda la extensión de la palabra. Odio a mis maestros y sus intachables hipocresías. Odio las malditas horas de estudios por conseguir una buena nota. Odio a todos aquellos que se cagan en la juventud todos los días). *** Odio a todas las putas por andar vendiendo adoraciones falsas en todas sus casas y sus calles. Odio las misas mal oídas... odio todas las misas. Me odio, por no saber encontrar mi misión verdadera. Por eso me odio... y a ¿ustedes les importa? Si, odio todo esto, todo eso, todo. Y lo odio porque lucho por conseguirlo, unas veces puedo vencer, otras no. Por eso lo odio, porque lucho por su compañía. Lo odio porque odiar es querer y aprender a amar. Me entienden? Lo odio, no he aprendido a amar, y necesito de eso. Por eso, odio a todo el mundo, no dejo de odiar a nadie, a nada... a nada a nadie ¡sin excepción! Andrés Caicedo.

Poema No. 7: Poema del 16 de septiembre de 1961

" Qué terriblemente triste me siento al pensar de mi madre dormida en su cama que algún día morirá aunque ella se diga: "la muerte no debe preocuparnos, después de esta vida empezamos otra" Qué terriblemente triste me siento de todos modosQue no tenga vino que me haga olvidar mi diente cariado es bastante malo pero que todo mi cuerpo esté pudriéndose y el cuerpo de mi madre se pudra hacia la muerte, es tan enloquecedoramente triste. Salí al amanecer puro: pero, por qué debería alegrarme ante un amanecer que levanta otro rumor de guerra, y por qué debería estar triste: ¿no es por lo menos el aire puro y fresco? Contemplé las flores: una de ellas ha caído: otra acaba de abrirse: ni una ni otra estaba triste o alegre. Súbitamente comprendí que todas las cosas sólo van y vienen incluido cualquier sentimiento de tristeza: también se irá: triste hoy alegre mañana: sobrio hoy borracho mañana ¿por qué inquietarse tanto? Todos en el mundo tienen defectos lo mismo que yo. ¿Por qué deprimirse? Es sólo un sentimiento que viene y va. Todo viene y va. ¡Qué extraordinario! !Guerras dañinas existirán siempre! Formas agradables se van también. Ya que todo viene y va: ¿por qué estar triste? ¿o alegre? Enfermo hoy sano mañana. Pero tan triste sigo siendo el mismo.

Todo viniendo y yendo en todas partes, los mismos lugares viniendo y yendo. De cualquier modo todos terminaremos en el cielo, juntos en esa dorada gloria eterna que he visto. ¡Oh! qué condenadamente triste es que no pueda escribir bien sobre ello. Esto es un intento a la fácil ligereza de la poesía ciardiana. Debería de hacerlo a mi manera. Pero eso también se irá, las preocupaciones acerca del estilo. Acerca de la tristeza. ¡Mi gatito ronroneando feliz odia las puertas! Y a veces está triste y silencioso, nariz caliente, sollozos, y un leve maullido doliente. Allí van las aves, volando hacia el oeste un momento. ¿Quién llegará a conocer el mundo antes de que se vaya? podría decir que quizás ella era más feliz que todos esa vieja solitaria del chal en el tren de vagones naranja con el pequeño pájaro manso en su pañuelo al que le canturreaba todo el tiempo mia mascotta mia mascotta y ni uno de los excursionistas de domingo con sus botellas y sus canastas le ponía atención y el vagón chirriaba a través de los maizales tan lentamente que las mariposas entraban y salían. "

Jack Kerouac.

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