I CONGRESO SOBRE LA IDENTIDAD DE LA REGIÓN DE MURCIA

Sobre la idiosincrasia de pueblo de Murcia Juan Antonio Cabezos Martínez

Cualquier tipo de identidad tiene que tener un elemento común o varios que unifiquen y den sentido a los pueblos. O bien esa identidad se forma por oposición a otros o bien se forma porque todos son iguales. El siglo XIX creyó encontrar los elementos unificadores e identificadores de los pueblos como la lengua, en el caso del nacionalismo alemán, o el deseo de pertenecer a un pueblo, como es el caso del nacionalismo francés. En este caso hay un elemento común todos hablan la misma lengua o todos quieren pertenecer a un pueblo. Ahora bien ¿Qué otros elementos identificadores tiene un pueblo? O dicho de otro modo ¿Puede existir otros elementos identificadores que no sean la lengua o el deseo de pertenecer a un pueblo?. Américo Castro en su obra “el origen de los españoles” nos dice que el vocablo español viene de fuera, es decir cuando los habitantes de la Península Ibérica salían y cruzaban los Pirineos los

habitantes del otro lado de los

Pirineos se relacionaban con ellos llamándoles españoles. En este caso la identificación viene dado externamente porque si yo tengo conciencia de ser francés y tu eres español. Por otro lado el elemento identificador puede ser un accidente geográfico y en España tenemos dos ejemplos muy claros.: Las islas Baleares y las islas Canarias, y dentro de la Península Ibérica la meseta da conciencia a sus pobladores de ser diferentes a las gentes del Mediterráneo.

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El hecho insular en las islas Baleares se manifiesta con la palabra despectiva “ forasteros”, para referirse a todos los ciudadanos que no son de las Islas Baleares y que, por tanto , vienen de fuera. En el caso de las Islas Canarias tenemos dos palabras “peninsular” cuando hay una aceptación de las personas que vienen de fuera y la palabra despectiva “godo” para los que no son aceptados. Y en el caso de los habitantes de la meseta ellos tienen la conciencia de que son castellanos o bien viejos o bien nuevos pero castellanos. En el caso de los archipiélagos el elemento identificador es la insularidad que condiciona su carácter social dando lugar a una actitud ante la vida de nosotros (los isleños) y ellos (los forasteros o los godos), y en el caso de Castilla la meseta con un invierno riguroso y un verano caluroso condiciona su forma de ser. Aplicando estos elementos diferenciadores al caso murciano nos encontramos que no nos sirven porque la identidad de Murcia no viene dada por el exterior ni por el hecho geográfico de ser islas ni de ser una meseta Debemos, por tanto, adentrarnos en nuestra Historia para hallar, si es que existe, algún elemento identificador. De nuestra Historia podemos ver la primera característica: El carácter fronterizo. El tratado de Tudilén firmado en el año 1150 entre el emperador Alfonso VII y el Conde Ramón Berenguer IV establecía que “ además, el emperador Alfonso VII y el conde Ramón Berenguer IV dan su beneplácito y aprobación que de la tierra de España, que ahora tienen los sarracenos, el conde tenga la ciudad de Valencia con toso sus territorios que se extienden desde el río Júcar hasta los límites del reino de Tortosa la ciudad y el reino de Denia con los mismos límites que tuvo en tiempo de los musulmanes… Asimismo, el emperador Alfonso dona al conde y le concede igualmente la ciudad de Murcia

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y todo su reino, menos los castillos de Lorca y Vera con todas sus jurisdicciones…” Observamos dos cosas primero que es un reparto de influencias y segundo que Murcia es donada por el emperador Alfonso VII y si este emperador dona Murcia es porque el reino aragonés se convierte en vasallo. Sin embargo este tratado no fue llevado a la practica en su totalidad por la presión de los almohades que llevó a un nuevo tratado el de Cazola por el que el nuevo rey de Castilla, Alfonso VIII y el rey de Aragón, Alfonso II, por el cual el reino de Aragón no sería vasallo del reino de Castilla y se fijaba la frontera entre ambos reinos en el puerto seco de Biar, esto significaba en la práctica que Murcia sería castellana. A partir de este momento el reino de Aragón avanza sobre Valencia mientras que el reino de Castilla lo hace sobre Murcia, es decir que practica la ocupación efectiva de los territorios. ¿Tanto le interesaba a Castilla el control de Murcia? La respuesta es afirmativa porque con el control del Reino de Murcia Castilla tenía acceso al mar Mediterráneo y por tanto a las rutas comerciales con el Imperio Bizantino y por otro lado cerraba la posibilidad de expansión del Reino de Aragón en territorio ibérico. Los roces surgidos en ambas ocupaciones porque los nobles aragoneses querían conquistar plazas que correspondían a los castellanos y los nobles castellanos hacían lo mismo con los territorios aragoneses

ambos reinos

acordaron una nueva redistribución de las zonas de influencias y esa redistribución se plasmó en el tratado de Almizra. Sin embargo la debilidad castellana hizo que Jaime II ocupase el reino entre 1296 y 1304 por lo que la frontera entre el Reino de Castilla y el Reino de Aragón se fijó en la sentencia de Torrellá. ¿Qué sentido tiene la consideración de Murcia como tierra de frontera disputada entre los dos grandes reinos cristianos de la península Ibérica como elemento identificador del ser murciano?.

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El carácter de frontera ha permitido que Murcia pueda ser considerada como territorio de oportunidad económica durante la plena y ya casi Baja Edad Media porque había territorio y poca población y esto forja un tipo de carácter emprendedor que hoy lo observamos en el gran número de pequeñas y medianas empresas. Nuestro tejido empresarial es una consecuencia de la frontera. Podríamos decir que Andalucía también fue frontera y que sin embargo no hay ese dinamismo empresarial como es el caso de Murcia pero nos olvidamos de la rica tierra de Andalucía, tan productiva, que impidió formar un carácter emprendedor. Para ello debemos recordar la riqueza en monumentos renacentistas de las ciudades de Úbeda y Baeza consideradas como la Salamanca del Sur. Ello fue posible por el latifundio y por la riqueza productiva de la tierra andaluza. Y por último para incidir más en el carácter fronterizo la bandera de Murcia tiene cuatro castillos que representan las cuatro fronteras del Reino de Murcia: Andalucía, Castilla, Valencia y el mar Mediterráneo. Apegados a la tierra Alfonso X organizó el Reino de Murcia en señoríos eclesiásticos y seculares, villas y ciudades de propios, y órdenes militares siendo la más importante la de Santiago que controlaba amplios territorios (Valle de Sangonera, Sierra Espuña, Caravaca, Cehegín y Fortuna). Las

distintas repoblaciones con gentes venidas de Aragón, de

Galicia, de los Pirineos, de Valencia, de Cataluña, de la propia Castilla (recordemos que en el campo de Cartagena hay una pedanía con el nombre de Valladolises) y al mismo tiempo repartimientos de tierras han hecho que el carácter murciano esté muy apegado a la tierra dando lugar una cultura popular que se manifiesta en las fiestas siendo estas muy diferentes así en la Semana Santa bien diferente es la Semana Santa en Murcia (con regalos de comida y

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caramelos) de la Cartagena con impronta militar), como de las de Lorca ( un espectáculo). Las fiestas otro elemento identificador cuando hablamos de Brasil nos recuerda el carnaval y la samba como un elemento que identifica a Brasil, de la misma forma las fiestas, en el caso de Murcia, se convierte en otro elemento de cohesión de la sociedad. Y hecho que el murciano se identifica con sus fiestas hace que prefiera un “arroz con conejo” a un discurso filosófico, por lo que la Universidad, los estudios universitarios, han sido considerados como ajenos al ser murciano. Y este hecho es bien importante porque frente a otras regiones que tienen literatura propia en Murcia no tenemos literatura sino autores pero el aumento de la sociedad civil a consecuencia de la democracia y del Estatuto de Autonomía abre la puerta para la formación de una literatura regional. Idiosincrasia sin complejos Otro rasgo de los murcianos que no tienen complejos porque se sienten seguros, es por tanto una mentalidad sin complejos por el cree que puede alcanzar sus objetivos; y ello es así porque hay un componente fenicio, un componente de comerciante, por ello el murciano sabe que cualquier acuerdo es posible, que todo es negociable y que todo tiene un precio. Y esta componente fenicio hace posible que el murciano actual no tenga complejo ante nada y por ello la sociedad murciana es dinámica porque cree que cualquier adversidad es superable. Modelo productivo propio Al no contar con riquezas mineras como el carbón y el hierro, ni contar con recursos energéticos, ha hecho que el carácter fronterizo del ser murciano haya inventado un modelo que podríamos decir sui generis que se basa en la agricultura más empresas de exportación hortofrutícola.

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A diferencia de la Comunidad Valenciana no existen empresas de fabricación de automóviles, ni acerías, ni empresas de fabricación de componente para la construcción, ni empresas de calzado sino empresas con carácter exportador la mayor parte de ellas pequeñas y medianas. Y además se añade un handicap porque el puerto de Cartagena al haber sido militar no ha tenido usos civiles por lo que la otra gran frontera del reino de Murcia, el otro castillo de nuestra bandera, ha estado cerrada hasta fecha bien reciente. A modo de conclusión Podemos señalar los tres elementos identificadores de Murcia: su carácter fronterizo, la importancia de sus fiestas, y el modelo productivo sui generis hace que la sociedad de Murcia en palabras de Maria Teresa Perez Picazo sea una sociedad dinámica.

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