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12/10/2009
Hablar del envejecimiento supone referirse a un proceso dinámico que afecta de manera continua e irreversible a todos los seres vivos, cuyo inicio, en la especie humana, lo sitúan algunos en el mismo momento de nacer.
Momento a partir del cual los procesos catabólicos dominan sobre los anabólicos y empieza a producirse el fenómeno conocido como “pérdida de vitalidad”.
Envejecimiento I.
De forma más habitual suele tomarse como punto de referencia para este inicio el momento en el que el individuo alcanza su pleno desarrollo físico –su madurez – .
Esta circunstancia, en el hombre, se acepta que tiene lugar en torno a los 30 años. Es importante destacar dos características en relación con el envejecimiento humano:
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Son datos fácilmente observables en la vida diaria por lo que respecta al aspecto externo:
En primer lugar su variabilidad.
Ni todos los individuos envejecen por igual, ni en una misma persona lo hacen a la misma velocidad los diferentes componentes del organismo.
cambios en la piel, en el pelo, en la masa muscular o en las articulaciones, en la forma de moverse o de actuar, etc., pero que comprometen de la misma forma al resto de los órganos y sistemas no directamente accesibles.
La segunda característica,
muy importante en la medida en que modula la cadencia de estos cambios, tiene que ver con las causas que determinan la aparición de los mismos.. mismos
En relación con ello cabe destacar tres apartados.
En primer término
habría que citar a los cambios debidos a las consecuencias de lo que conocemos como “Envejecimiento fisiológico”.
Son cambios inevitables, comunes a todos los individuos de la especie, consecutivos al uso y desgaste de los propios órganos y sistemas, y muy vinculados a la carga genética familiar e individual del sujeto.
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Envejecimiento patológico.
Junto a ellos, y de forma superpuesta,
Hace referencia a los efectos negativos que en forma de secuelas van dejando en nuestro organismo las enfermedades o mutilaciones – accidentales o por cirugía– cirugía–, sean o no conocidas, que se han ido acumulando durante la vida. vida.
Por último, Implican una necesidad posterior de adaptación, se superponen a los cambios fisiológicos y condicionan en cierta medida nuestra forma de envejecer.
Es evidente que no envejece igual la persona que se mantiene físicamente activa que la que no lo hace; y que condicionantes como el tipo de vida, la alimentación, el nivel de polución ambiental, el consumo de tabaco o alcohol, etc., van a ejercer un influjo muy grande en cómo envejecemos.
un tercer grupo de cambios viene condicionado por la propia forma de vida. Son los atribuibles al ambiente y a los factores de riesgo de todo tipo a los que haya estado expuesto el sujeto a lo largo de su vida.
En base a todo lo anterior suele establecerse una diferencia entre lo que se conoce como envejecimiento eugérico, sujetos que podríamos considerar que “envejecen en salud”, y envejecimiento patogérico o patológico.
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En el primer caso dominan los cambios derivados de lo que hemos llamado envejecimiento fisiológico.
Son personas que han tenido pocas enfermedades a lo largo de su vida, la cual ha tenido lugar en un entorno ambiental propicio. En el lenguaje de la calle se dice que “no suelen representar la edad que tienen”.. tienen”
En el segundo caso –envejecimiento patogénico– patogénico –
Su expresión máxima sería lo que en terminología de Rowe y Kahn se conoce como successful aging (envejecer con éxito) en contraposición al usual aging o forma de envejecer habitual.
se produce el fenómeno contrario: acúmulo de enfermedades y/o inadecuación al ambiente, y se puede emplear con toda propiedad la expresión de envejecimiento prematuro.
Debemos diferenciar por tanto entre: Envejecimiento Normal
Consiste en cambios graduales en la estructura del organismo, acaecidos por el transcurrir de los años y no a causa de procesos patológicos o accidentales.
Envejecimiento Patológico
Es el deterioro físico y mental por el acúmulo sucesivo de daños tanto primarios como secundarios a procesos vasculares, infecciosos o tumorales.
Aunque el envejecimiento normal se acompaña de una pérdida progresiva del rendimiento de los sistemas fisiológicos, esta involución no supone un riesgo para la supervivencia y suele ser compatible con la preservación de un adecuado nivel funcional.
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A.
B.
C.
Desde un punto de vista fisiológico, el envejecimiento normal se acompaña de numerosos cambios, que incluyen los siguientes:
D.
E. F. G. H.
Disminución de la capacidad para conseguir frecuencias cardíacas altas durante el ejercicio. Tendencia al ascenso de la tensión arterial, sobretodo de la tensión sistólica, pues la diastólica apenas se modifica en las últimas décadas de la vida. Disminución de la capacidad vital pulmonar, en un 45%, de los 25 a los 85 años de edad. Descenso de la filtración glomerular del riñón y de la función detoxificadora hepática y muscular. Pérdida "benigna" de memoria. Presbicia, reducción del campo visual y de la adaptación a la oscuridad. Pérdida de capacidad auditiva para los sonidos agudos. Arrugas y otros cambios degenerativos de la piel.
Por otra parte, el envejecimiento patológico incluye uno o más de los siguientes procesos:
a) Hipertensión arterial, con cifras de tensión sistólica/diastólica iguales o superiores a 160/95. b) Arteriosclerosis. c) Bronquitis crónica y enfisema, habitualmente causados por el tabaquismo. d) Diabetes. e) Osteoporosis. f) Artritis y reumatismo.
g) Hipertrofia prostática con alteraciones de la micción, y otros síndromes con retención e incontinencia urinaria en hombres y mujeres. h) Cataratas. i) Glaucoma. j) Degeneración macular senil. k) Presbiacusia. Presbiacusia. l) Inmuno depresión y enfermedades autoinmunes. m) Neoplasias. n) Enfermedad de Parkinson. o) Demencias tipo Alzheimer.
La principal consecuencia del proceso de envejecer es la pérdida progresiva de nuestros sistemas de reserva.
Los sistemas de reserva
Son muy ricos en la infancia y adolescencia, pero su limitación a lo largo de la vida va a determinar la aparición, de forma progresiva, de: una mayor vulnerabilidad y una respuesta menos eficaz de los sistemas defensivos del organismo ante cualquier forma de agresión.
En estas circunstancias… Cuando aumentan los requerimientos, como ocurre en las situaciones de sobrecarga funcional … la pérdida de vitalidad referida a los órganos o sistemas afectos por esa sobrecarga se va a hacer más evidente.
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En la práctica ello se traduce en:
una mayor incapacidad para mantener la homeostasia en situaciones de estrés fisiológico y en una mayor facilidad para la enfermedad, con peor respuesta a la misma, y con un aumento progresivo de las posibilidades de claudicación y muerte.
Todo lo anterior ha dado lugar a la teoría de la “compresión de la morbilidad”. morbilidad ”.
En esencia, se trata de …
luchar por un aumento en la esperanza de vida media, en un intento de aproximarnos a la esperanza máxima de vida en las mejores condiciones, limitando la inevitable patología que nos va a conducir a la muerte a un periodo lo más tardío y breve posible.
Una nota final para insistir en otros dos puntos fundamentales.
El primero recalcar que No se es viejo desde un momento determinado. La vejez no viene establecida por un corte etario transversal de carácter universal, sino que es consecuencia de un proceso mantenido en el tiempo con una enorme variabilidad individual.
La línea de corte sólo es aplicable en dos situaciones.
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Una de ellas la determina la administración cuando fija una edad de jubilación y declara laboralmente muerto al individuo.
La segunda nota, es que:
la vejez en modo alguno puede considerarse como sinónimo de enfermedad.
Esta medida tiene consecuencias trascendentales a muchos niveles, (incluido el de la salud), pero, en ningún caso, representa el punto de entrada en la vejez desde una perspectiva fisiológica.
Pero no debemos olvidar que…
Aunque la vejez nunca debe aparecer como un diagnóstico clínico ni en ningún catálogo de enfermedades …
Como conclusión podemos señalar que: 1.
2. 3.
el proceso de envejecer nos hace más vulnerables, reduce nuestra viabilidad biológica y favorece la presencia de buen número de procesos crónicos y agudos.
“el envejecimiento, aunque obviamente ligado al paso de los años, NO es el paso de los años”.
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El concepto de edad cronológica
Cuatro definiciones diferentes de edad:
El concepto de edad cronológica
Sin embargo, existe una enorme variabilidad en el grado de deterioro entre individuos de la misma edad, aunque también es claro que algunas funciones se relacionan estrechamente con la edad, por ejemplo la pérdida de los ciclos ovulatorios en la mujer, la pérdida de la capacidad de acomodación del cristalino (presbicia) o la pérdida de la audición a altas frecuencias.
Se refiere a los cambios anatómicos y bioquímicos que ocurren en el organismo durante el envejecimiento. En este sentido debe señalarse que no existe un “marcador biológico de envejecimiento”, es decir, no existe un parámetro biológico que indique el inicio del proceso de envejecimiento.
Es un concepto más estadístico que individual,, ya que se individual trata de convenir la edad a la que podemos considerar que la mayoría de las personas son viejas.
El concepto de edad funcional
El concepto de edad biológica
Viene a explicar que a partir de cierta edad comienza el período de deterioro funcional.
Se basa en el cambio funcional concreto de los diferentes aparatos o sistemas del organismo. Es un concepto más individual, dado que trata de definir el envejecimiento en función del grado de deterioro de cada persona.
El concepto de edad sociogénica
Es un concepto laxo que se refiere al hecho de que los individuos tienden a comportarse de la manera en la que la sociedad en la que viven considera apropiada.
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