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El futuro del empleo y la tesis de la masa marginal Author(s): Jose Nun Source: Desarrollo Económico, Vol. 38, No. 152 (Jan. - Mar., 1999), pp. 985-10

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El futuro del empleo y la tesis de la masa marginal Author(s): Jose Nun Source: Desarrollo Económico, Vol. 38, No. 152 (Jan. - Mar., 1999), pp. 985-1004 Published by: Instituto de Desarrollo Económico y Social Stable URL: http://www.jstor.org/stable/3467265 Accessed: 11/05/2009 01:56 Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of JSTOR's Terms and Conditions of Use, available at http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp. JSTOR's Terms and Conditions of Use provides, in part, that unless you have obtained prior permission, you may not download an entire issue of a journal or multiple copies of articles, and you may use content in the JSTOR archive only for your personal, non-commercial use. Please contact the publisher regarding any further use of this work. Publisher contact information may be obtained at http://www.jstor.org/action/showPublisher?publisherCode=ides. Each copy of any part of a JSTOR transmission must contain the same copyright notice that appears on the screen or printed page of such transmission. JSTOR is a not-for-profit organization founded in 1995 to build trusted digital archives for scholarship. We work with the scholarly community to preserve their work and the materials they rely upon, and to build a common research platform that promotes the discovery and use of these resources. For more information about JSTOR, please contact [email protected].

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vol. 38, Ng 152 (enero-marzode 1999) DESARROLLO ECONOMICO,

EL FUTURO DEL EMPLEO Y LA TESIS DE LA MASA MARGINAL* JOSE NUN**

1. Introducci6n Segun se sabe, es muy poco lo que se puede decir validamenteacerca del futuro desde el campo de las ciencias sociales: las leyes de causalidadque a veces invocamos suelen ser meramente estadisticas; nuestras explicaciones acerca del pasado o del presente son demasiado parcialescomo para extenderlasen el tiempo en tanto razones suficientes de lo que sucedera; y, por ahadidura,nuestro objeto de estudio mismo es altamenteheterogeneoe inestable. Perosi nos estan vedadas las predicciones,podemos formular,en cambio, conjeturas mas o menos plausibles. De hecho, como senal6 alguna vez Sheldon Wolin,en la historiadel pensamientopoliticohansido siempremas importanteslas advertenciasque las predicciones;y las advertenciasno son otracosa que conjeturasacerca de los resultados indeseables que pueden llegar a producirsesi es que no se adoptan las medidas necesarias paraevitarlos.Poreso, el mayorexitoal que pueden aspirarconsiste justamente en no cumplirse,esto es, en impedirque ocurraen la realidadaquello acerca de lo cual previenen.Lo que es otraformade decir que las advertenciassblo se refierenal futuro porquepretendenteneralgOnefecto sobre el presente. Y es precisamentea esto, a situarseen el modo de la advertencia,que obliga hoy cualquierreflexi6nacerca del futurodel trabajoasalariado.Porcierto,no siemprefue asi. A poco de iniciadoel siglo, AlfredMarshalldescartabaque algunavez los hombresIlegasen a ser finalmenteiguales pero estaba seguro de que el progresocontinuaria"firme,aunque lentamente,hasta que, al menos porocupaci6n,cada uno sea un caballero". * Versi6nrevisadade la ponenciapresentadaa la Sesi6n IV,"TheFutureof Wage Work", Simposio2, XIV CongresoMundialde Sociologia,International SociologicalAssociation,Montreal, julio1998. ** Investigadordel CONICET. Directordel Institutode Altos EstudiosSociales, UniversidadNacionalde GeneralSan Martin.[ I2 Parana145, 5- p. / 1009BuenosAires/ Argentina/ I 374-8389/ Fax:(54 1) 373-1910 / Email:[email protected]]. 1Hobsbawm(1995:15)lo dice sin demasiadasvueltas:"...el6xitode los pronosticadoresde los ultimostreinta o cuarentaanos, con independenciade sus aptitudesprofesionalescomo profetas,ha sido tan espectacularmente bajo que s6lo los gobiernosy los institutosde investigaci6necon6mica siguen confiandoen ellos, o aparentan hacerlo".La conclusi6nque saca Heilbroner(1995: 115) es similar:"Cualquier esfuerzopor predecirel curso que seguiranen el pr6ximosiglo la politica,las relacionessociales, las creenciasreligiosaso inclusola ciencia misma,es puraarrogancia".

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Mucho mas cercanamente, hace algo menos de cincuenta anos, dos conocidos expertos franceses se preguntabancomo seria el mundo al Ilegarel ano 20002. Y se respondianque el miedode los trabajadoresal desempleo tecnologicoya no se justificaba pues 'hoy, los problemas de la desocupacion, del poder adquisitivoy de las crisis econ6micas han sido dominadospor la ciencia economica asi como la tuberculosisy las enfermedadesinfecciosaslo han sido porla medicina"(1960: 103).No es que ignoraranlas dificultades:los sistemas econ6micos no colectivistas,decian, engendrannecesariamente crisis periodicas y una desocupaci6n cr6nica, solo que "la previsionecon6mica y la adaptacibnde la estructurade la poblaci6nactiva a la estructuradel consumo ya han en el porvenirlas crisisecon6micasy el subempleo, reducidoy reduciranininterrumpidamente a medida que esas t6cnicas de previsiony de orientaci6nse perfeccionen"(1960: 126). Escribianen pleno auge del keynesianismofordistay del estado benefactor(seria precisamenteFourastiequiendespues bautizariaa los anos de la posguerraeuropeacomo los "treintagloriosos"),apoyaban sus conjeturasen algunos aspectos parciales de la realidadde su tiempoy no imaginabanque el siglo se cerrariacon mas de 800 millonesde seres humanos desempleados o subempleados (50 millonesde ellos en los paises mas ricos del mundo)y con la perspectivade un empeoramientoprobablede esta situaci6n dada una poblacionplanetariaque, en los proximos25 anos, es posible que se incremente en mas de un tercio. Baste pensar que, segun calculos de Naciones Unidas, en los diez anos que vienen deberiangenerarsemas de milmillonesde nuevos puestos de trabajono paraeliminarel desempleo sinotansolo paraimpedirque crezca, absorbiendoa los nuevos ingresantesa los mercados laborales. Ya al poco tiempode publicadoel librode Fourastiey Vimont,en 1966 para ser mas preciso, quien esto escribe empezaba a plantearuna visiondel tema muydistintaa esa y afirmaba,entreotrascosas, que los "EstadosUnidoscomienzana asemejarse a los paises subdesarrollados-aqui, los de AmericaLatina-en la medida en que generan una masa marginalno absorbible por el sector hegembnico de la economia"(Nun, 1969: 211). Introduciaasi una nocion a la que voy a referirmeenseguida y que suscit6 bastantes polemicasen esa epoca, sin perjuiciode lo cual el nOcleode miargumentode entonces ha sobre estas cuestiones que vueltoa aparecercon diversosropajesen algunade la literatura mrs se ha difundidoen los ultimosanos. un futuroen el Oigamos,porejemplo,algunasvoces del primermundo."Enfrentamos cual el desempleo va a ser una experiencianormaly no aberrantepara la masa de la poblacion.Dado que todos nos contamosentrelos potencialmentedesocupados, esto se ha vueltoahoramuchomas que untemade agradableespeculacion acerca de las vidas de los otros'(Kurma,1984:15). "Laenfermedadde la desocupacion tecnologicaha alcanzado (Lunghini,1995: 61). "...un hoy el estadio endemico y es tendencialmenteirreversible" mundocercano a laausenciade trabajose esta aproximandoa pasos agigantadosy puede Ilegarantes de que la sociedad tenga tiemposuficientetantoparadebatirsus importantes consecuencias como para prepararse plenamente frente a su impacto generalizado" nos encaminamosa un capitalismo (Rifkin,1996: 117)."Entodos los paises postindustriales sin trabajo"(Beck, 1997: 51). "Nose necesita ser un profetapara reconocer el problema centralque preocuparaalas institucionesde nuestraseconomias politicasen un futuro previsible,tantoa nivelnacionalcomo global"(Offe,1996:24). Este problemacentrales, desde luego, la faltade trabajoremunerado;y resultapor demas significativoque, en la decada del '50, se considerase como pleno empleo una tasa 2 VerJean Fourastiey ClaudeVimont(1956).Citola traduccional castellano(BuenosAires,Eudeba, 1960).

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de desocupaci6n de hastael 3 %;que en la decada del '60 se subierala cota al 4 %;que en la decada del 80 se la hiciese oscilar, como minimo,entre el 5 y el 5,5 %;y que en la actualidadya se juzgue mas que aceptable un piso del 6 6 7 %3. Sinembargo,mitesis de la masa marginalno apuntabasolo al asuntodel desempleo; y, al menos en este sentido, iba mas alla del debate actual en el que la OIT,por ejemplo, sostiene que la desocupaci6n sigue siendo eliminablemientrasautores como los recien citados opinanque no. Poreso y poralgunosotrosmotivosque iredesarrollando,creo que puede ser utilvolveraqui brevementesobre ella.

2. La tesis de la masa marginal En las Grundrisse,primero,y en El capital,despues, Marxelaboro las nociones de superpoblacionrelativay de ejercitoindustrialde reserva,las cuales han influidohasta hoy en los an6lisis de los movimientosde la acumulacioncapitalistay del empleo, aunque muchos de estos analisis suelan manteneren silencio su fuente o ni siquiera tengan conciencia de ella. Miargumentopartiade una criticaa la maneraen que autorestan influyentescomo OskarLangeo PaulSweezy habianasimiladoesas dos nociones, con lo cual no advirtieron la importantediferenciaque existe entrela genesis de una poblacionexcedente y los efectos que su apariciOnprovocaen el sistemaque le da origen,talcomo se desprende del tratamientoque el propioMarxhace del tema en las Grundrisse(1968,II,esp. pp. 105-113)4. SegOnafirmaalli,"sonlos medios del empleo y no los medios de subsistencia los que hacen ingresaral trabajadoren la categoriade la superpoblacion.Enrealidad,es necesario concebiresta formulade unamaneratodaviamas generaly vincularlaa la mediacionsocial que le permiteal individuoligarsea los mediosde su reproducciony a los productos.Enuna palabra,se tratade las condiciones de producciony de las relacionesdel individuocon ellas'. Valedecirque el excedente de poblacion"esentonces unexcedente paratal nivelde desarrollo"y, en consecuencia, "cada modo de producciontiene sus propias leyes de crecimientode la poblaciony de la superpoblacion..." (Marx,1968,11,106,109, 110). Quedaclaroasi el caractergeneralque Marxle asigna al concepto de superpoblacion. La confusionen que incurrieron la mayoriade sus exegetas se vincula,entre otras cosas, con el hecho de que centraronsus analisisen el capituloXXIII de El capital,donde Marx examinacomo se genera la superpoblacionrelativaal modo de produccioncapitalistay trata,a la vez, los efectos funcionalesque ellatiene sobre la dinamicade la acumulaci6nen un estadio determinado,esto es, la medidaen que opera efectivamenteen ese caso como un ejercitoindustrialde reserva.Elproblemaes que esta identificacionequivocada de las dos nociones les impidiover que la superpoblacionpuede producirtambien efectos no funcionales y obstaculiz6 de esta manera el examen tanto de las condiciones en que emergen efectos de uno u otrotipo como de las consecuencias que de ello resultan. Fue precisamente para tematizarlos efectos no funcionalesde la superpoblacion relativa(que, segOn el caso, pueden ser a-funcionaleso dis-funcionales)que introdujela categoriade masa marginal.Es obvio-y asi lo dije- que, al igualque la de ejercitoindustrial 3Aludoa lo que los economistashandadoen llamarel NAIRU rateofunemployment), inflation (non-accelerating son dificilesde ignorar.En 1983,porejemplo,el U.S.Economic cuyos componentesideologicamentejustificatorios de la tasa de desempleo local debia estimarseentre Reportof the Presidentconsiderabaque el umbraiinflacionario el 6 y el 7 %;quinceaiios despues, en ese pais el nivelde desocupaci6ngiraen tornoal 4,5 %y la tasa de inflaci6n es de menosdel 2 %anual.Otrotantoocurreen Holanda,con undesempleodel 4,2 %y una inflaci6nanualdel2,5 %. 4 Para un desarrollomuchomas extenso de estas cuestiones, me remitoa Nun (1969: 178-236;y 1972: 97-128).

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de reserva,designa a las relacionesentrela poblacionexcedente y el sistemaque la origina y no a los agentes o soportes mismosde tales relaciones,contrariamentea lo que algunos quisieroninterpretar5. De ahique Marxenglobaraen el ejercitoindustrial de reservaatres "modalidadesmuy diversas de la superpoblaci6nrelativa": la latente, la estancada y la flotante.S1lo que considerabaa las dos primerascomo formastransicionalesy, poreso, su reflexi6nte6rica se ci6n a la tercera,esto es, a la situacionde esos contingentesobrerosque, en los centros de la industriamoderna, "laproducciontan prontorepele como vuelve a atraer"(1956: 1,532-542). Notese, por un parte, que Marxse ocupa del capitalismo industrialen su fase anteriora 1875, cuando esa fase Ilegaa competitivay su referenteempiricoes la Inglaterra su apogeo y el capitalismoconstituyetodavia,basicamente, un negocio de empresarios individualesen pequena escala, estrechamentesometidosa los avataresdel mercado.Por otra parte, se tratade una epoca en la que el desarrollode la maquinatendia a una progresivadescalificacionprofesionaldel obrero,destruyendola jerarquiade trabajadores especializados propiade la manufactura.Estohizoplausibleque Marxdieraporsupuesta una homogeneizacioncreciente tantodel mercadode trabajocomo de la mano de obra, se volviaasi cada vez menos problematica. cuya sustitutibilidad Estoexplicalafuncionalidad que le atribuiaa la poblacionexcedente en el contextode un capitalismopujantey aut6nomo,capaz de optimizarsus decisiones de inversionen terminosde los factores productivosdisponibles. Esa poblacion excedente era la proveedora de brazos en la etapa ascendente del ciclo econ6mico y en los momentos de del capital,como el de la construccionde los ferrocarriles6; era tambien "expansionsObita" una amenaza constante y disciplinadorapara los trabajadoresocupados; y era, finalesto es, mente,"elfondosobre el cual se muevela ley de la ofertay la demandade trabajo", unfrenoparael alza desmedidodel preciode lafuerzadetrabajo(Marx,1956,1:509,512,515). Pero hay variase importantesrazones por las que, desde entonces, un analisis en terminos de la funcionalidadde la superpoblacionrelativaresulta necesario pero no suficientepara caracterizarsus relacionescon el sector dominantede la economia. Voya senalar tres que considere centrales hace ya treintaanos y que luego han tendido a complejizarsey agravarsemuchomas7. 5 Ver,porejemplo,mipolemicacon FernandoHenriqueCardoso,quienvariosanos despues iba a terminar reconociendola existenciade los excedentes de poblacionno funcionalesa los cuales yo me referia(cf. Nun,1972). Distintoha sido el caso de AnibalQuijano(1969 y 1970),quien sigui6 mi replanteoteoricodel tema pero paso a de la economiaya no al tipo de relacionesa las cuales me designarmas descriptivamentecomo "polomarginal" refieroen el texto sino a "unconjuntode ocupaciones o actividadesestablecidas en tornodel uso de recursos residualesde produccion" (Quijano,1998:70). 6Convienerecordarque Marxadmiterepetidamentela posibilidaddel plenoempleoen la crestadel ciclo (ver, porejemplo,1956,V:75). Braverman (1974:386) iba a retomarel puntomuchosanos despues: "[Ladesocupacion] es produciday absorbidacontinuamenteporla energiadel propioproceso de acumulacion". 7Eneste sentido,convieneteneren cuentavariascircunstancias.Laprimera,que en terminosdel desempeno de la economiamundial,misanalisisde la marginalidad fueronhechos cuandoapenas se iniciabael segundo de los periodosque distingueBrenner(1998:9) en la posguerra:1) largoascenso: 1950-65;2) caida de las ganancias y crisis: 1965-73;y 3) largodescenso: 1973 hasta hoy. La segunda circunstanciatambienes importante.Desde el puntode vistade la organizacionproductiva,misanalisistematizaron algunosefectos de los que resultarianser s6lo los comienzosde los procesos de automatizacion basados en computadoras,los cuales ibana adquirirsu impulso en los umbrales plenoen las decadas del '70y del '80.Porultimo,esos analisisestuvieronubicadoscontextualmente de una serie de grandescambios de indoleculturalque despues tendrianunaincidenciadirectasobre el tamanoy la composicionde la fuerzade trabajo,como lo testimoniaria la incorporacion crecientede las mujeresal mercado. N6tese al respectoque la criticafeministaa las interpretaciones tradicionalesde la divisionsocial del trabajoemergi6 reciena fines de la decada del '60.

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Una,es el pasaje del modode producci6ncapitalistaa su fase monopolista,que Marx previ6perono analizo8.Eneste nuevoestadiode la acumulaci6n,se segmentan fuertemente los mercados de trabajo;la ciencia y la tecnica se incorporanal proceso productivo mismo, con lo cual cambia la composici6nen calificacionesde la demanda de mano de de los trabajadores;y aunque no desaparecen, se obra y disminuyela sustitutibilidad amortiguan considerablemente las funciones directas e indirectas que cumplia la superpoblaci6nrelativaen relaci6nal sector dominantede la economia, el cual tiende a operarahora en los distintosmercados mucho mas como un 'price giver"que como un "pricetaker'9y desarrolladiversasestrategiasde integraci6ndel trabajadora la empresa, en el marcode una legislaci6nsocial que antes casi no existiay de la acci6n de sindicatos de masas que Marxno lleg6 a conocer10. Lasegunda raz6nse vinculaal poderosoimpulsoque adquiri6la internacionalizacion del capitalen nuestrosiglo y que, obviamente,afectotantoa los paises centralescomo a los perifericos.Por un lado, las decisiones de inversionde las grandes empresas pasaron a adoptarse cada vez mas a escala mundialy a no depender necesariamentede las tasas locales de rentabilidad; y, sobre todo en los paises perifericos,se rompibesa congruencia entrelas innovacionestecnol6gicasy la dotacionde factoresque tanbienestudioHabakkuk para los casos de Inglaterray de Estados Unidos en el siglo XIX.De ahi la limitada pertinenciaque iba a tener para America Latinay el Caribe un modelo como el de econ6mico con ofertailimitadade manode obra"elaboradoporW.ArthurLewis "desarrollo (1960) paraestas regiones. Ocurreque se trat6,en verdad,de unaextrapolaci6ncasi literaly no reconocidade la teoriade Marxdel ej6rcitoindustrialde reserva,lo cual llev6a Lewisa dar por supuesto un crecimiento'sostenidodel polo industrialmodernode la economiacon tecnologiaintensiva en mano de obra,salariosconstantesy reinversi6ncontinuaen el mismolugarde las altas utilidadesobtenidas.Enestas condiciones,no s6lo toda la poblaci6nexcedente que antes absorbia la economia de subsistenciase vuelve, por definici6n,funcionalal sistema sino que lo que acaba resultandoproblematicoes su agotamiento,que se supone que terminara conduciendoa importartrabajadoreso a exportarcapitales11. 8 En esto, puede caber poca duda del caracter notablementeanticipatoriode su apartado sobre la automaci6nen las Grundrisse,dondeavanzasu luego difundidaproposici6nacerca de la naturalezacontradictoria del capitalismoque "porunaparte,empujaa reducirel tiempode trabajoa unminimoy, porla otra,planteaal tiempo de trabajocomo la unicafuentey la cnica medidade la riqueza"(1968:II,222). 9 Utilizoaquila conocidadistinci6nque introdujo Scitovsky(1951: 18-20). 10Anos despu6s seriadesarrolladamas precisamentela idea de los 'contratosimplicitos", segun la cual los empleadoresde este sectorofrecensalariosmas altos que los de mercado,seguridaden el empleo y perspectivas de ascenso a cambio de un nivelmayorde esfuerzopor partedel trabajador.Ver,por ejemplo,Azariadis(1975). Desde finesde la decada del '70,con la p6rdidacrecientede eficaciade los principiostayloristas(unode los pilares tendierona dividirseen "neotayloristas" del fordismo),tales"contratosimplicitos" parausart6rminos y "kalmarianos", decreciente de la mano de de Lipietz(1992: 17).Todo indicaque hoy abarcana una fracci6nproporcionalmente obra. 11De masesta decirque las cosas no sucedieronprecisamenteasi cuandolos paises del Caribese inspiraron Comoserale en su oportunidad,la mejorcritica en Lewisparaimpulsarsus politicasde "industrialization by invitation'. a la relevanciade este modeloparalas situacionesde subdesarrolloque intentaexplicarse desprende del propio (1967: 1), sin mencionartampocola claradeuda con Marx:"Ayudaa comprender elogio que le dirigeKindleberger como el ascenso en el ingreso real de los tantoel crecimientode GranBretanadurantela Revoluci6nIndustrial trabajadorescuando ese crecimientodisminuyeen la segunda mitaddel siglo XIX;es pertinenteparael desarrollo es utilparaexplicarlas tasas muyaltas de crecimiento de los EstadosUnidosdesde 1880a 1913;y en particular... de algunospaises de Europaen el periodoque se extiendedesde la SegundaGuerraMundial". O sea que el llamado de reserva"y su aplicabilidadgeneralal caso de AmericaLatina "efectoLewis"no es sinoel "efectoejercitoindustrial dista de ser evidente.

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Laultimade las razonesque quieromencionarconciernea las profundasmodificaciones que ha venido experimentandoen todas partesla estructuraocupacionaldesde hace por lo menos cincuentaahos. Tantolos analisisde Marxcomo muchos que les siguieron despues adoptarona la industriacomo eje centralde su reflexi6n,al puntoque inclusolos WelfareStates de la posguerrase organizarontodaviaen tornode la figuradel obrerode fabricay Onicososten de su familia.Sin embargo,como alguiendijorefiriendosea Inglaterra,si hasta hace un parde decadas el trabajador tipicoera en efecto unobreroindustrial, jefe de familia,con empleo estable y remuneraci6nadecuada, hoy el trabajadortipico tiende a ser cada vez mas una mujersin marido,que sostiene a su familiacon un empleo temporarioy mal pago en el sector servicios.Sea como sea, lo ciertoes que la industriaha declinado claramentecomo empleadorade mano de obra a favor de un generalizado proceso de terciarizacion.La consecuencia es que la estructuraocupacionalse ha vuelto muchisimomas heterogeneae inestablede lo que imaginaronaquellosanalisis,dividiendo los mercados de trabajoy agregando una enorme complejidada la incidencia de los excedentes de poblacibnsobre los movimientosde la acumulacibncapitalista. No solo eso. La crisis de la gran f,brica fordista,por una parte, y las crecientes exigencias de especializaci6ndel sector servicios, por la otra, se combinan ahora para producirun doble efecto. Antetodo, un relegamientocada vez mayorde la mano de obra no calificada;y, a la vez, una extendida incertidumbreocupacional de los trabajadores calificados,paramuchosde los cuales ha ido perdiendosentidola idea mismade "carrera". "elestallidode las desigualdaEstoexplicaunfenomenobastantenuevoy muysignificativo: des dentro de cada grupo sociocultural" (Cohen, 1998: 71). Y obliga a no confundirla necesariamente segmentaci6nde los mercadosde trabajocon unacompartimentalizaci6n correspondientede los contingenteslaborales,dado que es mas o menos habitualque los trabajadoresparticipenen formaalternadaen variosde esos mercados. Con lo cual vuelvo al tema de la masa marginal.Dado los diversos procesos de acumulacibnque ahorase superponeny combinany que ya no pueden ser concebidos como meros momentostransicionalesde pasaje a un solo gran proceso en el cual todos acabaran por disolverse,los mecanismosde generaci6nde la superpoblacibnrelativase pluralizany variatambienla funcionalidadde sus efectos segun el sector de que se trate. Es asi que, a esta altura,los desocupados son su componentemas dramaticoy visible pero de ningunamanerael Onico12. Enuna primeray muyesquematicaaproximaci6n, no s6lo tales desocupados pueden actuar,a la vez, como un ejercitoindustrialde reserva en el mercadosecundario(donde tiendea operarel sector competitivo)y como una masa marginalen el mercado primario(donde suele predominarel sector monopolistico)sino que, ademas, la mano de obra redundanteen relaci6na este ultimono necesariamente carece de empleo pues puede estarocupada en el otrosegmento e incluso,en situaciones de gran atraso, hallarsetodaviafijadaa la tierrao algunfondo de consumo. Desde luego, existen grados variablesde satelizaci6nde un segmento por otro;pero lo que aqui me importamarcares la distanciaque separa a la conceptualizacionque he venido proponiendo tantode los enfoques mas clasicos sobre el tema como de algunas de las teorizaciones mas recientes. 12Resultaun poco sorprendenteque en un escritoque acaba de publicar,Quijano(1998: 109) diga que el "limite" de mi propuestasobre la masa marginalhaya sido su concentraci6nen el caso de los y la dificultad" sin empleo".Nuncafue asi, nien el pianote6riconi en el campo de las investigacionesempiricasque "trabajadores realizamosmiscolaboradoresyyo (ver,porejemplo,Nun[1989]y algunasde las contribucionesa Nun[1969]).Tanto se mas que las situaciones que el considera -y que, se supone, superarianaquel "limite" y esa "dificultad"correspondenclaramentecon manifestacionesactualesde las que MarxIlamabalas formas"latente" y "estancada" de la superpoblaci6nrelativa.

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En relaci6na los primeros,mi tesis de la masa marginalsupuso un cuestionamiento de izquierdapara el cual hasta el ultimocampesino sin tierrasde del hiper-funcionalismo AmericaLatina(o de Africa)apareciacomo funcionalparala reproducci6nde la explotaci6n capitalista.Porel contrario,intentemostrarque, segOn los lugares, crecia una poblaci6n excedente que, en el mejor de los casos, era simplemente irrelevantepara el sector hegem6nico de la economiay, en el peor, se convertiaen un peligropara su estabilidad. Esto le planteabaal ordenestablecidoel problemapoliticode la gestibn de esos excedentes no funcionalesde mano de obra, a fin de evitarque se volviesendisfuncionales.Asi, mas difundidasera la que Ilevaba, sugeri que una de las estrategiasde a-funcionalizaci6n paraddjicamente,a disminuirla integraci6ndel sistema para aumentarde esta manera la integracibnsocial. Si el apartheiden sus diversas formasera el ejemplo mas extremode esta estrategia, tambien proporcionabailustracionesabundantes la literaturasobre el dualismoestructuralo sobre los guetos urbanos. En cuanto a la literaturamas reciente, creo que por estar muy determinadapor la experienciade los paises centralesy por abandonar,a veces, una visibnde conjuntodel movimientode la acumulaci6ncapitalista,suele incurriren algunas confusiones que es convenientedespejara la luzde lo dicho. Masaun que no es infrecuenteen ella una falacia de composici6n que Ilevaa exagerar y a absolutizaren formapor lo menos prematura ciertas tendencias que efectivamentese detectan. 3. ,El fin del trabajo? 3.1. En las'primerasd6cadas de la posguerra,no s6lo los paises capitalistascentrales experimentaronun crecimientoecon6mico espectacularcon muy bajas tasas de inflacion sino que alcanzaronsostenidamentenivelescercanos al plenoempleo-ello sin perjuiciode la persistenciade considerablesdesigualdadesy de bolsones de pobrezaque, en Estados Unidosporejemplo,dieronlugaren los anos '60a la Waron Povertyya que el tema pasase a constituirdesde entonces unareade investigaci6nespecifica en el campo de las ciencias sociales13. A impulsosdel keynesianismofordistay a la inversade lo que sucederia despues, las politicasmacroecon6micasasumianla responsabilidadpor el problemade la ocupacion mientrasque los riesgos inflacionarioseran generalmentecontroladosen el plano de la microeconomia,medianteacuerdos entre empresas y sindicatos. Se consumaba asi la Ilamadasociedad salarial,en la que el empleo de tiempocompletoy duraci6nindeterminada, con proteccioneslegales y buenas remuneraciones,se convertiaen el dispositivoclave de distribuci6ndel ingresoy conformabaesa dimensi6nsocial de la ciudadaniade la que habia habladoT. H. Marshall. en el ultimocuarto de siglo, Como se sabe, las cosas cambiaronsignificativamente cuando la inflaciondesplazb al empleo como preocupaci6ndominantede los gobiernos, mientrasavanzabantantola recesi6necon6mica como los procesos de automatizaci6nen 13Enverdad,Ios desempeios de la economianorteamericana y de las principaleseconomias europeas no son asimilablespues, desde finesde los ahos '40 hastacomienzosde los '60, la primerase caracteriz6porunatasa de crecimientorelativamentebaja,altos nivelescomparativosde desempleo y (contrariamente a lo previstopor la curvade Phillips)salarioselevados. Ver,por ejemplo,Brenner(1998:48-63). Porlo demas, como senala EspingAndersen(1997:243), en los 60 emergioenvariospaises un 'newwelfarestate egalitarianism,impulsadomenos por la clase obreraque por "nuevos'grupos sociales: "Algunos,como los pensionados, fueroncreaciones del propio WelfareState;otros,como las mujeresy las minorias,simplementehabiansido dejadosa un ladoen la primeraronda de construcci6nde ese estado".

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la industriay en los serviciosy se generabaunaumentoalarmantede la desocupaci6n y de la subocupacion.Fueentonces que autorescomo Gorz,Habermaso Dahrendorfcomenzaron a plantearla cuesti6n del fin del trabajo,asunto que ha venido siendo objeto de interpretacionesdistintasque amenazanvolverlobastanteequivoco. Es que, en efecto, manteniendonostodavia en el contexto de los paises mas desarrolladosy segOnse desprende de lo anterior,no es lo mismohablardel findel trabajo, del fin del trabajoasalariadoo del fin del trabajoasalariadoestable y bien remunerado. Como tampoco es lo mismo tratarprincipalmenteal trabajocomo factorde produccion como mecanismode distribucibn del ingresoo como expresionde la libertadcreadoradel sujeto (cf. Meda, 1995: 137). 3.2. En este sentido, es bueno recordarque hasta el siglo XVIIno sblo el trabajono constituiael centrode las relacionessociales, como ocurririamas tarde,sino que connotaba padecimientoy humillacion14. El cambio de significado-a todas luces notable- iba a ocurriren la segunda mitaddel siglo siguientey resultaindisociablede otrostres grandes procesos. Antetodo, el ascenso del capitalismo,con la difusi6nde las relacionesmercantiles y la consiguienteestructuracionde los mercados, entre los cuales el de la mano de obra iba a desempenar un papel obviamentedecisivo. Despu6s, es en esa epoca que cobra forma,por primeravez, la idea de la civilizacioncomo lo opuesto a las inclinaciones naturalesy no controladasde los hombres. Data de esos mismos anos (y es el tercero de los grandes procesos a los cuales aludo)la concepcibnde la economiacomo un dominioautbnomo,cuya acta de nacimiento fue firmadaporAdamSmithen 1776 en abiertacriticaal mercantilismo. Estaseparacibnde una esfera propiamenteeconomica no tenia precedentes historicosy se sostuvo en dos postulados:el de su coherenciainternay el de su orientaci6nal bien comOn(cf. Dumont, 1987: 122). Es que de otromodo -sea por su faltade organizaci6n,sea por sus efectos perniciosos-se hubieratenidoque admitiraquelloque se rechazaba,esto es, la necesidad de una intervencionpoliticaen la esfera econ6mica para poner orden o para corregirlos desvios. Laeconomiase presento,pues, como doblementedotada:de una logica propiay de la capacidad de resolverporsi mismael granproblemadel ordensocial. Con lo cual vuelvoa nuestroasunto:el nOcleode esa soluci6nradicbjustamenteen el nuevo concepto de trabajoque introdujeron los economistas,dandole por primeravez una significacionhomogenea, mercantily abstracta,cuya esencia era el tiempo.La riquezade las naciones paso asi a ser definidaporel trabajode sus habitantesy porlos medios de los que estos disponen para aplicarlomejor.Como concluye Meda (1995: 69) en su agudo analisisde este proceso, en un mismomovimientoel trabajopaso a ser consideradocomo la m.s alta manifestacionde la libertadindividualy como mercancia, es decir, como empleo. Y, en tanto tal, se convirti6en el fundamentoetico -y no solo econbmico- del capitalismoy en la marca por excelencia de la civilizacion,en obligaci6n moral y no Onicamenteen mediode subsistencia(ver,tambien,Applebaum,1995). La novedad radicalde este planteoiba a dominarel siglo XIXen Occidente. Desde entonces, el trabajoaparece como la verdaderaesencia del hombre,la culturatiende a reducirsebasicamente al trabajoy este deviene, en la practica,"unareligionsecular"(cf. 14Recordemosuna de las imagenes mas clasicas: cuando los expulsa del Paraisoy los condena a ser mortales,el castigo que Diosle imponea Adanes justamenteel de ganarseel pan con el sudorde su frentey a Eva, el de parircon dolor.Poreso terminoscomo travail/en franceso laboureningles hanestado investidosde esa doble referenciaal alumbramiento y al trabajo,entendidoscomo castigos del pecado original.

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Kumar,1984: 7). Ello no implica minimizarlas fuertes protestas y revueltas contra la explotaci6ncapitalistaque acompanarona la primerarevoluci6nindustrialni tampoco las conocidas criticassocialistas (y no s6lo socialistas)a la alienaciony al trabajoasalariado que vendriandespues. Pero, en general, los cuestionamientosno estuvierondirigidosal trabajoen si mismo sino a los modos en que lo pervertiauna sociedad injustamente organizada. De ahi que, si en los primerosanos de nuestrosiglo los programasde los partidosde izquierdareclamabantodaviala abolici6ndel trabajoasalariado,seriadespues de la propia social democraciaque ibana proveniralgunosde los mayoresimpulsosparaconsolidarlo, desconectando en toda la medidade lo posible al empleo y al ingreso de los avataresdel mercado. Esta protecci6ndel trabajadordentroy fueradel trabajofue, en efecto, el rasgo distintivode los WelfareStates, mediantelos cuales adquiri6plena vigencia lo que se ha denominadola "sociedadsalarial". Como explica uno de sus mas informadosinterpretes,una sociedad salarialno es simplementeuna sociedad donde la mayoriade los trabajadoresson asalariadossino una sociedad del pleno empleo, crecientementehomogenea, donde el trabajoasalariado brindastatus, dignidad y protecciony donde aparece asi un nuevo tipo de seguridad, ligada al trabajoy ya no solo a la propiedad(ver Castel, 1995). Esta es la construccion hist6ricamenteinedita que se fue levantandoen los paises desarrollados durante la posguerra,con rasgos propiossegun los lugares;y es ella la que iba a empezar a mostrar sus grietasen la decada del '60 y a tambalearsecada vez mas con las crisis de los anos siguientes,que instalaroncomo datos a la desocupacidnmasivay a la fragmentacionde la estructuraocupacional. 3.3. Paradojicamente,en el momento mismo en que se derrumbabael comunismo reganaba asi toda su actualidad una de las preguntas centrales que Marxse habia formuladoun siglo y medio atras: ,como pueden combinarse en el largo plazo un crecimientocapitalistamotorizadoporla constanteexpansionde la productividadcon una efectivagarantiadel derecho al trabajode todos los ciudadanos? Hoyen dia, una primerarespuesta negativaa esta preguntaenfoca al trabajocomo factorde produccionpara sostener que, en efecto, los avances de la automatizaci6nlo estan eliminandopaulatinay sistematicamentedel proceso productivo.Es esta una versi6n de latesis del findeltrabajoy,sin duda,JeremyRifkin(1996) se haconvertido "tecnologica" en uno de sus expositoresmas vigorososy conocidos. Otrarespuesta tambiennegativa toma un rumbodiferente.Llamemoslala version de esa tesis. Introduceunasegunda cuestionque se desprende de la respuesta "filosbfica" negativaque le da a la primera:,c6mo puede, entonces, seguir estando estructuradaen tornoal trabajouna sociedad que ya no se hallaen condiciones de asegurarleel pleno empleo a sus miembros?ContestaDominiqueMeda (1995): no puede ni debe. Hay que desencantaral trabajo,liberarlode toda la carga ut6picaque le fuerondepositandolos dos ultimossiglos, paraque logrendesarrollarseasi otrasactividades"deIlgicas radicalmente distintas,fuentes de verdaderaautonomiay cooperaci6n". Sin embargo, una lecturaatentade estas dos versiones de la tesis del findel trabajo indicaque, en verdad,apelana unrecursoconocido:radicalizaruna idea parahacerlamas otrosespacios que no sean el de la producci6nno provocativa.Que haya que "encantar" quiere decir que piensen realmenteque este va a desaparecer, al menos en un futuro previsible.Por eso, de lo que en el fondo estan hablandoes mas bien de la crisis de la

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sociedad salarial,esto es, del trabajoasalariadocomo pilarde la cohesion social. De ahi el enfasis de Rifkinen que se fomentecomplementariamente la expansionde la economiadel tercersector (lo que los franceses prefierenllamarla "economiasocial");y de ahi tambien que Meda (1995: 303) termine afirmandoque "...el verdadero problema de nuestra sociedad no es de ningunamanerala escasez de trabajosino el hecho de que carezcamos de un ,modo convincentede repartici6n,". Observacionesta ultimaque me llevaa una terceraversiondel tema, a la que voy a Lo que se hallaen juego en este caso es la idea del fin del designar como "sociologica". trabajoasalariadoestable y bien remuneradocomo perspectivarealy alcanzable por una gran parte de la mano de obra disponible. No se ignora que proliferanocupaciones precariasde bajos ingresos pero, desde el puntode vista de lo que ha sido la sociedad salarialsobre todo en Europa,se considerainaceptableincluira tales puestos de trabajoen una definiciondel pleno empleo. Siendo asi, se afirmaque restaurara este ultimose ha convertidohoy en una utopiay que lo importantees conseguirque su ausencia se vuelva tolerableparaquienes la sufren15.A este fin,resultarianecesario reconocercomo premisa general un "derechoa un ingresosuficienteque no este sujetoa la necesidad de tener un (Offe,1996: 25). A partirde lo cual se proponeuna variadaserie de empleo remunerado" soluciones, entre las que se destacan el ingreso ciudadanoy, unidoa el, una creciente "combinacionde trabajoformaly de organizacionvoluntaria" (Beck, 1997:54).

4. Trabajoy acumulaci6n capitalista Desde luego, no puedo hacerjusticiaaquia toda la riquezade las discusiones a las cuales acabo de referirmeni es este tampoco mi prop6sito.Hay un sentido en el que se corresponden,evidentemente,con variasde las hipotesisque propuse treintaanos atras. al menos un parde observaciones,que me serviranparaallanarlesel Peroquisieraformular camino a algunos de los comentariosque hareluego acerca del caso de AmericaLatina. 4.1. La primeraes una observacionde caracterempirico.Esta lejos de ser una cuestion pacificaen la literaturaque el crecimientoya no genere empleo en los paises industriales. SegOn Fitoussiy Rosanvallon(1997:184n.),por ejemplo,"laproposicionde que el crecimientoya no crea empleos va completamenteen contrade los hechos"y, por lo tanto,no hay razones valederas para decirle"adiosal pleno empleo"16.Otrotanto sostiene la OIT (1996), que muestraque en esos paises, entre1975 y 1982, porcada puntoporcentualde aumento del PBI,el empleo se incrementoun 0,49 %;y que, entre 1982 y 1993, esta elasticidadsubi6al 0,63 %.Elinformeconcluyeen que el auge del desempleo en los Oltimos veinteanos no se ha debido,entonces, a unabajadel contenidolaboraldel crecimientosino a una expansionmas rapidade la poblacionactivay a un ritmomas lentoen el progresode la economia (pp. 19 y 103). Enbuena medida,sin embargo,tambienen este caso la controversiagiraen tornode un problemade definicion.Paradecirloen los terminosque recorde al comienzo de este articulo,las versiones "tecnologica" y "sociologica"del fin del trabajooptan por lo que equivaldriaa un uso simple y directode la nocionde masa marginalen la medida en que 15Por eso Keane (1988: 96) llamadirectamentea combatir"las estrategias neoconservadorasy socialdem6cratas,inequitativas,nostalgicasy contradictorias, que pretenden-volver,,altpleno empleo, ". 16En otrotexto,el primerode estos autoreses aun mas categ6rico:"Elestudio del pasado no confirmaen absolutoel puntode vistapesimistasobre la posibilidadde un parotecnol6gicoduradero" (Fitoussi,1996:29).

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adoptancomo criteriode referenciaexclusivoal sectorde la economiaque ofrece empleos estables, protegidosy bien remunerados;en cambio, sus criticosrecurrena lo que seria ese uso mas complejode la noci6nque present6igualmenteen paginas anterioresy que toma en cuenta la funcionalidadque tambienpuede revestirotrotipode ocupaciones y de trabajadoresparala reproducciondel capitalen sectores que no son los hegem6nicos. En otraspalabras,en granpartela divergenciahace, otravez,al modo en que se conceptualiza el pleno empleo. Paracorroborarlo, vale la pena volvera citara la OIT(1996:27, subrayadomio):"...un amplio nOcleo de la poblaci6n activa sigue ocupando puestos de trabajoestables y seguros, a pesar de que la inestabilidady la inseguridad han aumentado en otros De maneraparecida,escribenFitoussiy Rosanvallon segmentos delmercado de trabajo"17. (1997: 190): 'Las grandes empresas multiplicanlos despidos y reducen sus efectivos, mientrasemerge un nuevo universo de subcontratistas,de pequenas sociedades de serviciosy de nuevas formasdel trabajoindependiente'18. Creo que es un puntoespecialmenteimportanteporque,como insistireluego, lo que Ilamoel uso simplede la noci6nde masa marginalpuede conducira soslayarla existencia de toda una serie de mecanismosde integraci6ny de neutralizacibn de los excedentes de poblaci6nque se relacionacon procesos subordinadoso secundarios de acumulaci6na los cuales la literatura sobre el findel trabajotiende a no prestarlesuna atenci6nsuficiente. 4.2. Misegunda observaci6nes de caracterteoricoy supone una criticaen la cual debo incluira mis propiosescritossobre la marginalidad. Mencioneantes la maneraen que los economistas clasicos se propusierony lograron constituira la economia como una esfera aut6noma,dotada de una logica propia.En este sentido,tambienMarx"fueun productode su tiempoal pensaren terminosde una logica econ6mica que se agregaba en un conjuntocoherente-aunque irracional-sin necesidad de la acci6n del estado"(Block,1986: 180). Masaun que, al adoptarcomo base de su reflexi6na Inglaterra,"elOnicopais en que se ha desarrolladoplenamenteel regimen de produccibncapitalista" y considerarlocomo un espejo del futurode los demas, Marx(1956: I, 522) pudo generalizarsin demasiadas dificultadesesa aparente1lgica, no tomando en cuenta variantesnacionalesni otrasdeterminaciones posiblesde los procesosque estudiaba. Pues bien:cuando, a mivez, elegi situarmeexplicitamenteen su mismoterrenopara realizaruna revisioncriticade la problematicade la superpoblacibnrelativay del ejercito industrialde reserva,mis referenciasa la politicay a la ideologiano bastaronpara que mi lectura del tema superase suficientementeel economicismo productivistadel planteo original.Y temo que, pordiversasrazones(algunasde ellas probablementesimilaresa las 17 Refiri6ndosea los paises miembros,el EmploymentOutlook(julio1997) de la OECDdice de manera coincidente:"..,aunquela estabilidaden el empleo,medidaporlas tasas de retenci6n,ha caido paraciertosgrupos como los obrerosy los trabajadoresmenoseducados, en generallos puestos de trabajoparecentanestables en los aros '90como lo fueronen los anos '80"(p. 129).Noobstante,el mismoinformeconstataque:"Lainseguridadlaboral percibidaporlos trabajadoresesta mas difundidaen esta d6cada en todos los paises de la OECDpara los cuales se dispone de datos"(p. 134).Volvereluego sobre esta importantecuestion. 18 Lance Morrowadvertiaen Time(29/3/1993):"EstadosUnidos ha ingresado a la era del trabajador contingente o temporario,del consultoro subcontratista,de la fuerza de trabajojust-in-time,fluida, flexible, disponible...Los costos humanosson enormes"(citadoen Gordon,1996:223). Un par de ahos despu6s, Gamst (1995: 28) usaba casi los mismos t6rminosparadecir que, en EstadosUnidosy Canada,"lospuestos de trabajo estables paraempleadosy obrerosestan desapareciendoestructuralmente con lo cual (esto es, permanentemente)" "elcontratosocioecon6micoentreel capitaly el trabajose va rompiendoen pedazos. Poreso, el siglo XXIva a ser la era del trabajadordescartable y desarraigadoy le dara un nuevo y grafico sentido a la palabra proletario".

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sobre los paises avanzados a la cual mias),este ahorasucediendo lo mismocon la literatura de aludir. vengo Dos hallazgos de un reciente informede la OECDque ya cite resultanutiles para introducir el punto.Elprimeroconciernea la estabilidadobjetivade los actuales puestos de trabajo:"Lasevidencias indicanque existendiferenciassustanciales entrelos paises en lo que conciernea los nivelesde permanencia,rotaci6ny retencion"(1997: 143, mi subrayado). La referenciadel segundo es subjetivay hace a la inseguridadlaboraltal como es percibidapor los trabajadores:"Lainseguridades mucho menoren los paises donde es mas alta la tasa de beneficios por desempleo, donde existe un nivel mas elevado de coberturamedianteconvenciones colectivas y donde la negociacion colectiva esta mas centralizada" (1997: 150). Tantoesos diferentesdesempenos nacionalescomo la incidenciaque tienen estos diversosmarcosnormativossirvenparasituarnosen el terrenode lo que Gordony otroshan denominadolas estructurassociales de acumulacion(ver,p. ej., Kotz,1994)19.Dichomuy esquematicamente,sabemos desde Polanyique el proceso de acumulaci6nni es aut6nomo ni posee una logica propia;y por eso necesita de un amplioconjuntode instituciones sociales (estructuraspoliticase ideologicas incluidas)que lo tornenviable. Son ellas las Ilamadasa asegurarleuna ciertaestabilidady predictibilidad a ese proceso, mediante la regulaci6ntanto de la propiacompetencia de los capitales en el mercado como de los conflictosentreel capitaly el trabajoy entredistintasfraccionesdel capital.Solo que, como es obvio, tal regulaci6ndependera de las caracteristicasy de la intensidadque asuman esos conflictosy esa competencia,lo cual equivalea decirque es siempreindisociablede una historiaconcretay que las solucionescambiaransegun las epocas y los lugares. Las formasdiversasque adquierenlas relacionesentreel capitaly el trabajoofrecen una ilustracionsencillay conocida:"Comparada con la mayoriade las demas economias, por ejemplo, la de Estados Unidos brindamucho menos seguridad en el empleo -sin previsionesreglamentariasacerca de la obligaci6nde preavisaro de indemnizaren caso de cierre de plantas-, exhibe una de las proporciones mas bajas de trabajadores sindicalizadosy las negociaciones colectivas son muy descentralizadas"(Gordon,1996: 73). Situacionque los acerca en variosaspectos a Canadao a GranBretanapero que los alejadecididamentede la experienciade paises como Alemania,Suecia o Japon. Se aplica,entonces, lo que senale en relacional regimensocial de acumulacion:que debe ser concebido como una matrizde configuracioncambianteen cuyo interiorse van enlazando diferentes estrategias especificas de acumulaciony tacticas diversas para implementarlas,de manera que la acumulaci6nde capital aparece siempre como el resultadocontingentede una dialecticade estructurasy de estrategias(Nun, 1987: 38)20. Si esto es asi, cualquiergeneralizacionno controladasobre el findel trabajose torna inmediatamentesospechosa. Ese "resultadocontingente"puede conducir o no a una adecuaciondinamicaentrelos tiposde innovacionestecnologicasque se implementeny los recursosproductivosdisponibles;puede protegero no a segmentos crucialesde la economiade los efectos de laglobalizacion;puede Ilevaro no a politicasimpositivasy sociales que impulsen una redistribucionprogresivadel ingreso; etcetera. Porque lo importantees advertirque los aumentosde productividadno generan necesariamentedesocupacion: 19Hace ya unos anos, introdujepormi parteel concepto de regimensocial de acumulacion,que tiene un parentesco cercano con el de estructurassociales de acumulaci6naunque se halla mas determinadopor sus relacionescon lo que Ilamor6gimenpoliticode gobiero (Nun,1987).Encualquiercaso, a los fines de este articulo alcanza con lo que digo en el texto. 20La frase que subrayopertenece a Jessop (1983:98).

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todo depende, por una parte, de cdmo se los logre;y, por la otra,de que exista o no una demanda global capaz de absorberel consiguientecrecimientode la produccidn.Y esto ultimoya no constituyeunefecto directodel cambiotecnolbgicosino que es un resultadode las politicasmacroecon6micasque se adopteny, finalmente,de las relacionesde fuerzay del contextosocial, politicoe ideologicoque prevalezcan.Lo cual equivalea decir que el contenidode empleo de cualquierproceso de crecimientoesta lejos de ser un fenomeno estrictamenteecon6mico,segOnlo pone en evidenciala comparacibnentre paises21. 4.3. Quisieraanadirunaterceraobservaci6nparaevitarmalentendidos.Comoya indique antes, en el actualdebate acerca del findel trabajoen los paises industrialeshay consenso por lo menos sobre un tema, se lo haga o no explicito:me refieroa la crisis de la sociedad salarialque habiaido cobrandoformaen la posguerra. SegOn los lugares, tal crisis se manifiestao no en la existencia de altas tasas de desocupaci6n. Peroreiteroque me parece que no es este el puntocentral.Resultanotable, porejemplo,que despues de cuatroanos consecutivosde caida del desempleo en el Reino Unido y en los Estados Unidos, sea allidonde los trabajadoresregistrabanen 1996 los niveles mas altos de inseguridadrespecto a su futurolaboral(OECD,1997: 146). No hay duda de que la superpoblaci6nrelativahace muchoque ha dejado de ser un mero sinonimodel ejercitoindustrialde reserva.Pero insisto:no podemos pasar de una visiondominadaporlafabricayconformeala cualunagregado bastantehomogeneode trabajadoresflotabasegun los momentosentreel empleoy el desempleo a otraen la cual la demanda de mano de obra se achica cada vez mas y la desocupaci6n tecnologica se convierteen el destinoobligadode unamultituddesbordantey crecientede excluidossociales. Dado el supuesto de lo que Heilbroner(1995) llamaun "crecimientonormal"(para fortuitascomo fueronlos ferrocadiferenciarlodel que resultade grandestransformaciones rrilesen el siglo pasado o el automovilen el nuestro),su conjeturaacerca del futurodel empleo en los paises industrialessuena razonable:"unadesocupacion inadecuadaaunque no desastrosa, panoramaque quizas no genere miedos profundospero que tampoco puede dar lugara expectativascomplacientes"(p. 102). Yo anadiria,en lineacon lo ya dicho acerca de la crisis de la sociedad salarial,que tampoco puede dar motivopara "expectativascomplacientes"la posibilidadde una muy probableexpansionde las ocupaciones precariasy de los empleos informales.Pero esto habla menos de la exclusionen sentidoestrictoque de la segmentaci6n de los mercados de trabajoy del aumentode nuevas formasde retenci6ny de explotaci6nde la mano de obra:una cosa es estar afueray otraes estar adentroaunque malo muy mal. Creo que la distincionresulta significativa.Primero,porque si los desocupados actuales van caminode convertirseen muchoslugaresen "ungrupopuramentevirtual,sin representantes",no sucede necesariamente lo mismo con esas otras fracciones a las cuales me refiero22.Despues, porque quienes explotan a esos trabajadorestienen un 21Entre1973 1992, porejemplo,Estados Unidosy Franciacrecierona la mismatasa anual promediodel y 2,3 %.Sinembargo,en un caso el nivelde desempleo permaneci6mas o menos constantemientrasque en el otro aument6considerablemente.ComoobservaCohen( 1998.95), esta diferenciaremitemuchomas a las modalidades de regulacionde las respectivaseconomiase inclusoal distintosignificadoculturalque se le atribuyeal despido, que al crecimientoen si. Sobrelarelaci6nentrelas politicassocialesy las demandasde calificaci6nen servicios,verBlock (1990: 111).TambienTherborn(1986). 22La fraseentrecomillaspertenecea Fitoussiy Rosanvallon(1997:205).

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interes creado en que la situaci6nse mantengay, por lo tanto, sus posibles modos de resistenciadeben ser incluidostambienen los razonamientosacerca del futuro.Entercer termino,porquediferenciarentrecasos que son diversos abre efectivamenteel camino al de los excedentes que pueden estar analisis de los mecanismos de a-funcionalizacibn en sitios momentos sostenidos determinados, operando y porfactoresde edad, de genero, etnicos, de localizaciongeografica,etcetera23. no s6lo reenviaa la posibilidadde que en tales contextosla integracibndel EstoOltimo sistema y la integraci6nsocial no covarieny de que, contrariamente a lo esperable, esta no convarianciase constituyaen un importantefactorde estabilidad,tal como ha sucedido histbricamenteen AmericaLatina.Almismotiempo,plantearsecomo perspectivaa cortoy mediano plazo no tanto la desaparicibndel trabajoasalariadocomo el aumento de las ocupaciones precariasy una estratificaci6ncreciente de la fuerzade trabajo,nos coloca ante el problemamas ampliode la vigenciade los principiosigualitariosy de justiciasocial que se consideranaceptables y nos desafia a imaginarnuevas estrategiasde intervencion ComosugiereEsping-Andersen(1997:243):"aparececomo que ayudena implementarlos. la soluci6nmas Ilgicaque repensemosnuestrasideas sobre la redistribuci6n y los derechos: aceptando aqui y ahoradesigualdades para algunos pero garantizandoal mismotiempo que a quienes les va menos bien -aqui y ahora. no les pase esto siempre; que la marginacionno se conviertaen un rasgo permanentede la vida de nadie". 5. El caso de America Latina No es casual que la discusionsobre la marginalidadcomenzase en AmericaLatina. Tampoco que fuera en este contexto que surgi6 como t6pico hace ya tres decadas la irrelevanciade una partesustancialde la poblacionexcedente en terminosde la reproducci6n del sector capitalistaque hegemonizabaundesarrollodesigual y dependiente.Aunen las mejores epocas del proceso de industrializacibn sustitutivade la posguerra (cuyas caracteristicasvariaronnotablementesegun los paises), los nivelesde desocupacion y de subocupaci6nregionalesnuncadescendierondel 30 %.A la vez, incluso,inclusoallidonde se implementaronalgunas formassui generis de WelfareState, nunca se estableci6 algo que se aproximasea una sociedad salariala la europea. Esto no quiere decir que, entre 1950 y 1980, no disminuyerala fuerza de trabajo agraria(baj6del 55 %al 32 %)y, con ello,unapartede la pobrezarural.0 que no ocurriese en ese periodo una expansi6n muy significativade la educaci6n a todos los niveles, sin perjuiciode su bajacalidady de su caracterpoco equitativo.0 que no se incrementarael tamanode los estratosurbanosmedios y altos. Peroel estilo general de desarrolloque se impuso (insisto, con trayectoriasnacionales por cierto muy diferentes),redundo en un crecimientoque acabo generandounamayorconcentracibndel ingresoy dificultadescada 23Micomentariointentaampliary complejizarobservacionescomo la siguiente,restringidaa la situaci6nde desempleo: "Unaalta tasa de desempleo no llev6 necesariamente,como antes se suponia,a que los gobiernos perdiesen elecciones. Una de las razones debe ser la siguiente:mientrasque, al comienzo, el aumento de la desocupaci6ntiendea afectara la comunidaden su conjunto(yse asocia con unincrementomuyvisiblede quiebras y cierresde empresas),al cabo de untiempose concentraen los sectores de la sociedad mas postergadosy menos inclinadosa hacer oir sus voces' (GrieveSmith,1997: 10). CoincidentementeQuijano(1998:92), luego de pasar revistaa la literatura sobreel llamadosectorinformal, concluyeque talvez el hallazgomas interesantesea que opera en 6l "unfactorque resultadecisivo:la identidadde grupo(6tnica,regional,religiosa,familiary politica)"como "el principalsosten de la cohesion de la unidadde actividadecon6mica".

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vez mas serias de absorcionde manode obra,a pesar de que se iba agrandando,al mismo tiempo,la brecha de productividadcon los paises industriales24. 5.1. Elagotamientode esa etapa (quizasmas aparenteque realen paises como Argentina o Brasil),la grave crisisde la deuda externay la presionejercidapor los grandes intereses internacionalesque se fueronarticulandoen tornode lo que se llamo 'el consenso de Washington',condujeronen casi todas partes a cambiar drasticamentelos regimenes sociales de acumulaci6nvigentes. Las nuevas consignas fueronel achicamientodel estado (con las privatizacionesy la reducciondel gasto publicocomo estandartes);la estabilidadmacroeconomica,a traves de undecididocombatecontrala inflaciony de una mayordisciplinafiscal;la desregulacion de los mercados,dandolea la inversionprivadaunpapel absolutamenteprotagonico;y una aperturade las economiasal comercioy a las finanzasinternacionalesque en ningunaotra partedel mundofue tan abruptae intensa25. Estosvirajesradicalesibana marcarIoque se conoceriacomo la"decadaperdida"de los '80, durantela cual el ingresonacionalper capitade la regioncayo en un 15 %a la vez la concentraci6nde la riqueza(salvoen Colombia,Costa Rica que crecio significativamente estimaciones de la CEPAL(y a pesar de que en ese periodotendioa no y Uruguay).SegOn incrementarsela pobrezarural),del 35 %de los hogaresque estaban ya bajo la lineade la pobreza en 1980 se paso al 37 %en 1986 y al 39 %en 1990. En cuanto a la mano de obra, en esa decada se contrajola ocupacion en el sector publico y disminuyeronlos empleos no tecnicos en el sector urbano formalmientras aumentabanlos puestos de trabajoprofesionalesy tecnicos y crecia relativamentela ocuElbalancees claro:el empleo en las actividades pacion en sectores de bajaproductividad. formalesse incrementoa unatasa de 2,5 %anualen tantoque la subutilizacionde la mano de obraurbanase expandiode manerauniformea unritmodel 5 %anual(Altimir, 1997:13). Es decir que los procesos de marginalizacibn se agudizaroncada vez mas. 5.2. La tendencia no se ha revertidoen los ahos '90, cuando se suponia que iban a comenzar a fructificarlos ajustes. Por el contrario,se han intensificadolos cambios absorbiaal regresivosen la composici6ndel empleo:si en 1990 el sector moderno/formal 48 % de la fuerzade trabajo,en 1996 la proporcibndescendio al 43 %. Se entiende: de cada 100 nuevos empleos generados entreesos anos, 85 correspondierona actividades informales(trabajadoresporcuenta propia,microempresasy serviciodomestico), de baja calidad e ingreso y carentes de toda proteccionsocial26.Al mismo tiempo, declin6 el 24Refiriendosea este periodo,Altimir(1997: 7) se preguntapor que, dadas las mejoraseducativas, un crecimientomas moderado estuvo casi siempre acompanado por una mayordesigualdad. Y responde: "Una hip6tesisadmisiblees que con tasas de crecimientobajase inestables,los factoresinstituciona'esy la segmentacion del mercadode trabajotienenprecedenciarespectode la dinamicadel capitalhumanoparamantenero incrementar los rendimientosde la educacionen el sector formaly paramantenermalremuneradosaun a los trabajadoresde buen nivelde instrucci6nen las actividadesinformales'. 25Un recienteinformede la UNCTAD(1997: 124) senala con relaciona Japon y a los paises del Sudeste asiatico que en ningunode estos casos "se emprendi6una liberalizacioncomercialy financieraabarcativade la economiaantes de que fuese absorbidoel excedente de manode obra;nitampocose expuso a sectores especificos del mercadolocala la competenciaextranjera antes de lograrunaumentosignificativode la productividady de los EnAmericaLatina,porel contrario,la aperturase plante6en generalcomo unarespuesta procesos de aprendizaje". al fracaso de lograrestableceruna estructuraindustrialque fuese competitivay eficiente. 26Salvo cuando indiqueotracosa, los datos que utilizoen esta secci6n provienendel PanoramaLaboral, 1997, preparadopor la OficinaRegionalparaAmericaLatinay el Caribede la OIT(Lima,1997).

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empleo en las empresas industrialesgrandes y medianas,de maneraque 9 de cada 10 nuevos puestos de trabajose crearonen serviciosy, a su vez, el 90 %de estos empleos fueroninformales27. Enun contextoasi adquierenunadimensionmuchomayormis anterioresobservaciones acerca de que la marginalidad social rebasacon creces el problemadel desempleo. La tasa de desocupaci6n abiertade AmericaLatinaoscila alrededordel 8 %,de maneraque, a primeravista,es inferior a la mediade los paises de la UnionEuropea.Pero,ante todo,esa tasa es altisimacuando se advierteque la casi totalidadde los latinoamericanos sin trabajo carecen de los seguros y beneficiosa los cuales tienenderechosus contraparteseuropeas. Y despues, mas de la mitadde las personas ocupadas hoy en dia en las ciudades de la region son trabajadoresno registrados,mal pagos, inestables, sin ninguna proteccion social y con muy escasas perspectivasde progresolaboral.A lo que se agrega que las reformasintroducidasen el sector moderno/formal en nombre de la flexibilizacionhan Ilevado a un abaratamientodel costo de la mano de obra a traves del despido de trabajadorespermanentesy de la expansiondel nOmerode trabajadoressin contratoo con contratotemporario;esto es, medianteuna precarizacioncrecientedel empleo tambienen el sector moderno/formal. Acompanadocomo estuvode unagranconcentraciondel ingresoen el 20 %mas rico de la poblacion,este proceso ha tenidoundesemboque tanprevisiblecomo evidente:"...en AmericaLatinala desigualdad es mas grande ahora que cuando estallo la crisis de la deuda"(UNCTAD,1997: 133). Mas todavia:nada indicaque esta desigualdad-que es la mas altadel mundo- Ilevemirasde corregirseen el futuro(idem:148). Yeste, el de la desigualdad,fue siempreel puntode mirade la reflexionsobre la masa marginaly sobre la segmentacioncrecientede los mercadosde trabajoy de las actividades directa o indirectamenteligadas a ellos. Porque en lo que concierne al modo en que evolucionaraen los proximosanos la desocupaci6nabiertaen AmericaLatina,creo que en parte podriaservirtambienaqui el pronosticode Heilbronerpara los paises industriales: sera muy inadecuado y erraticopero no necesariamentemucho peor que ahora, salvo acontecimientosimprevisiblesaunqueno improbables28. Encambio,si las cosas contin0an como hasta ahora,la perspectivaes que se siga deteriorandoseriamentela calidad de las ocupaciones y de que se torneaun mas regresivala distribuciondel ingreso.Y esto, en un mundoglobalizado,seguramenteterminar,porafectaren formanegativaal propioproceso de acumulacionde capital,dados la faltade incentivos,la insuficienciadel ahorrointerno y la manera en que ese proceso ha pasado a depender fuertementede la llegada de inversionesextranjeras. Revertirla situacionen terminosde un crecimientoecon6mico con equidad exigiria, entre otras cosas, politicasactivas de promociondel ahorronacional,de desarrollode la capacidad cientificay tecnologica,de educaciony entrenamientode la manode obra, de reformaprogresivade los sistemas fiscales, de redistribucionproductivadel ingreso, de 27Hoyen laArgentina -uno de los paises mas "modernos" de AmericaLatina-"el trabajopermanente,estable, registrado,englobaa unaparcelamuypequena de la fuerzalaboral" (Clarin,22/11/1998).Seg6n los datos oficiales mas recientes,apenas 1/3de la poblaci6necon6micamenteactivase desempenaen relaci6nde dependenciaen un empleo formaly, ademas, una partede estos trabajadorestienecontratostemporarios,parcialeso esta "aprueba". Otro25 %de la PEAesta compuestoporasalariadosque trabajan"ennegro";un27 %son trabajadoresporcuenta propia,en su granmayoriano registrados;y alrededorde 2.000.000de personas(casi un 14 %)estan desocupadas. 28 S6 que esta ultimaf6rmulapuede sonarextrana.Aludocon ella a la externade las granvulnerabilidad economiaslatinoamericanas, que hace bastanteprobableslas crisis,si bien son dificilesde preverlas formasy los ritmosque pueden llegara asumiren los distintoslugares.

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inserci6nde los excluidos, etcetera29.En otras palabras, demandariatransformaciones muy profundasen los regimenessociales de acumulaci6nen curso. Es facil, por ejemplo, concordarcon Altimir (1997: 27) en que la aceleraci6ndel crecimientoy el aumentode la equidad necesitande unEstadoque complementelas senales del mercadoyque coordine especificamente a esos fines la gesti6n macroeconomica,las reformasinstitucionales,el desarrollode los mercados de factoresy las medidas microecon6micas.Peroesto supone cambiar las alianzas ahora dominantesy salirse del chaleco de fuerza del "thereis no Lo cual equivalea decir que, como no podia ser de otromodo, el gran tema alternative". siguen siendo la politicay las relacionesde poder.

6. Treinta anos despues Cuandoplant6einicialmentela tesis de la masa marginalmis propbsitosinmediatos eran tres. Ante todo, poner en evidencia la relaci6n estructuralque existia entre los de acumulaci6ncapitalistay los fenbmenosde la pobreza y de procesos latinoamericanos la desigualdadsocial, en contrastecon las tendenciasentonces en boga a hacer recaerlas responsabilidadessobre las propiasvictimas(promoci6npopular,culturade la pobreza, etcetera).Despu6s, marcarla heterogeneidady la fragmentaci6ncrecientes de la estructura ocupacional, con las consecuencias que esto tenia en terminosde la formacionde identidades sociales: asi, no era para nada secundario que la vision de Marxde la superpoblaci6nrelativahubieraestado dominadaporla modalidadflotantedesde que ello lo Ilevabaa suponerque la mayoriade los trabajadoresharia,en algunmomentode su vida, esa experienciade fabricaque el considerabatan crucialparaorganizarlas solidaridades y los antagonismos.Eltercerode misprop6sitosera llamarla atenci6nacerca de los modos en que incidiasobre la integraci6ndel sistemala necesidad de a-funcionalizar los excedentes de poblaci6npara evitarque se volviesendis-funcionales,dando lugar,por ejemplo,a mecanismos de dualizaci6ny de segregaci6n que eran mucho menos supervivenciasde un pasado todaviatradicionalque expresionesde un presenteya moderno. Si todo esto ocurriaen una epoca en que, mal o bien, las ideologias dominantesen America Latinaincluianen sus agendas de inspiracionkeynesiana el problema de la distribuci6ndel ingresoy le adjudicabanun papel centralen esto a la accibn del estado, la situacibnse ha vueltonotoriamentemas gravehoyen dia,como lotestimonianlos datos que cite antes. Por una parte, la globalizaci6nha tenido un impacto muy significativoen la agudizaci6n de los fenomenos a los cuales me referia30.Por la otra, las corrientes neoliberalesen boga no s6lo rechazana Keynessino que inclusivehacen suyo el conocido abandono neoclasico de la preocupaci6nde los economistas clasicos por la distribucion del ingreso:el mercadoproveeray lo haratantomejorcuanto mas minimosea el gobierno los sindicatosy las organizacionespopulares. y menos interfieran Si embargo,existe unadiferencianada menoren el contextoal que aludianlos analisis de hace tres decadas. Con rasgos ciertamentediversos,desde los anos '80 se han venido 29Las evidenciasreunidasa comienzosde esta decada en Colombia,Ecuador,Paraguay,Peru,Uruguayy Venezuelarevelan,porejemplo,que los sectores que recibeningresosde propiedadesy de empresas, consumen, en promedio,mas del 85 %de tales ingresos,gasto que equivaleaproximadamente al 40 %del ingreso nacional (UNCTAD,1997: 172).Comose ve, siguenvigentes los mecanismosde despilfarrodel excedente econ6micoa los que tan certeramentese refiri6PaulBaranhace casi mediosiglo. 30Laconstataci6ncomparativade UNCTAD (1997:137)parael caso de los paises de ingresomedio (sobre todo, los de AmericaLatina)es tan ciertacomo poco agradable:"lospobres han sufridocon la liberalizaci6ndel comercioporqueno erano suficientementepobreso suficientementenumerosos.A la vez, estos paises no logran expandirsus exportacionesintensivasen calificacionesporqueno pueden competircon los paises industriales".

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estableciendoen AmericaLatinaregimenespoliticosde democraciarepresentativa.cComo se vinculancon ellos los procesos de marginalizaci6n en curso y el pobrefuturoque se le puede conjeturaral trabajoasalariadode buena calidad en estos paises? Responder siquiera brevementea esta preguntame reubicaen el terrenode las advertencias que mencioneal comienzo. He serialadoen otrolugarla fuerteimprontaschumpeterianaque adquiri6la literatura politicade AmericaLatinaal ir cayendo las dictadurasy, a la vez, el modo en que esa literatura invirti6la relacionque habiasido un lugarcomOncasi indiscutidoen la posguerra entrelos tebricosde la modernizacibn: primero,el desarrolloeconomico y social;despues, la democracia politica(cf. Nun, 1991). Incurribcon esto en una contradiccionbastante evidente:extrajode Schumpeterla definicionprocedimentalista de la democraciapero dejo a un lado, en cambio, las condiciones que este le imponia a su propia definici6n, comenzando por el hecho nada irrelevantede que la restringiaal caso de los paises industrialesmodernos31. Parausar los terminosque T. H. Marshallpondriade moda pocos anos despues, se ha colocado asi todo el enfasis en la dimensionpolfticade la ciudadania,mientrasque se daba pordescontada la dimensioncivily se le prestabauna atenci6ncasi exclusivamente ret6ricaa la dimensionsocial.Algunosde los efectos estan a la vista. En primerlugar, la poblaci6n latinoamericanagoza muy incompletamentede los derechos civiles,como lo evidencianen la mayoriade los paises la crisisy la subordinaci6n politicade los sistemas de justicia;la privatizacion y feudalizaci6nde los aparatoslegales de las fuerzas de seguridad; segun regiones;las practicasabiertamentediscriminatorias los repetidosintentosde coartarlas libertadesde prensay de asociaci6n;la faltade castigo de las practicascorruptas;etcetera32. contractualistade Despues, si aun en las democraciasestablecidasel individualismo la dimensioncivilde la ciudadaniaha estado siempreen conflictoabiertoo larvadocon la solidaridadcolectiva en que se inspirasu dimensionsocial, en America Latina(salvo contadas excepciones) el clarosesgo de clase de la primeray la extremadebilidadde la segunda han profundizadoy extendido la distincionque ya hacia Marshallentre los ciudadanos plenos, los ciudadanossemiplenosy los no ciudadanos. Desde Rousseau, Jefferson o Tocquevillesabemos que la democracia exige la participaci6nde personas dotadas de autonomiamoral,sin la cual no son posibles ni la deliberaci6nni la elecci6n consciente y responsable.A su vez, esa autonomiamoraltiene porcondici6nungrado razonablede independenciay de seguridadecon6micas;y poreso el farmerera la referenciaobligada en las reflexionesque esos autores hacian sobre el tema. Muchosanos despues, el trabajadorestable de la sociedad salarialiba a sustituiral farmercomo sujetode una ciudadaniaque no era s6lo civily politicasino tambiensocial33. Estoes precisamentelo que no esta sucediendo hoyen AmericaLatinacon respecto a sectores crecientes de la poblacion.A diferenciade lo ocurridoen la posguerracon las transicionesdemocraticasen AlemaniaOccidental,Austriae Italia,primero,y en Grecia, 31"Siun fisico observa que el mismomecanismofuncionade un modo diferenteen epocas distintasy en lugaresdistintosconcluyeque su funcionamiento dependede condicionesextranasal mismo.Nosotrosno podemos sino Ilegara la mismaconclusi6nporlo que se refiereal sistemademocratico..." (Schumpeter,1961:368). 32Versobre esto O'Donnell(1998),quien,citandoa DomingoVillegas,se refierea un "desarrollo dualistadel sistemadejusticia",centradoen aquellosaspectos "queles preocupana los sectores modernizantesde la eliteecon6micaen asuntosque tenganque vercon la economia,los negocios o las finanzas...[mientrasque] otrasareas de de infraestructura litigioy de acceso a lajusticiapermanecenintocadas,corruptas ycon unafaltapersistente y de recursos". 33 Laverdades simple:sin seguridadmaterialno hay libertadpolitica"(Beck, 1997:53).

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Portugaly Espadaaflos mas tarde,aquiel aumentode la pobrezay de la desigualdad y la faltade redes de protecci6nsocial adecuadas, estan conduciendoa la consolidaci6nde democraciasrepresentativasexcluyentes,con unaminoriade ciudadanosplenos, locual equivale a decirque se tratade regimenespoliticospoco democrAticosy poco representativos. En estas condiciones, se adviertenporahoraescasos signos de una recomposici6n progresivay abarcantede lasituaci6n,lo cual no necesariamentepreanunciaunaexplosibn generalizaday a cortoplazode la protestasocial.Sinduda, continuaranmultiplicandoselos conflictos,especialmente de indole defensiva. Pero es mAs probable aun que se sigan desarrollandoesas formasperversasde integracibn socialque se encarnanen el clientelismo, en la criminalidad,en el comercio ilegal, en la proliferacionde guetos y poblaciones marginalesy en la persistenciade modos brutalesde explotacionde la mano de obra. Ensintesis, que si no se coloca en el centrodel debate social y politicolatinoamericano el problemade la superpoblaci6nrelativay, juntocon el, el de la distribuciondel ingreso, ni uno ni otrose solucionaranporarrastrey el futurosombriodel trabajoasalariadosera el que se puede vaticinartambiende la vida en comun. BIBLIOGRAFICAS REFERENCIAS Oscar(1997):"Desigualdad, ALTIMR, empleoy pobreza en AmericaLatina", DesarrolloEcon6mico,vol. 37, N' 145, 3-30. Herbert(1995): 'The Concept of Workin APPLEBAUM, en F. C. GAMST WesternThought", (ed.): Meanings of NewYorkPress, of Work.Albany,StateUniversity 46-78. Costas (1975): 'Implicit Contracts and AZARIADIS, Journalof Political UnderemploymentEquilibria", Economy.83,6:1183-1202. Ulrich(1997):'CapitalismwithoutWork", Dissent, BECK, Winter,51-56. Fred (1986): "Politicalchoice and the multiple BLOCK, 'logics'of capital",Theoryand Society, 15: 175-192. Fred(1990):Postindustrial Possibilities. BLOCK, Berkeley, Universityof CaliforniaPress. BRAVERMAN, Harry(1974):Laborand MonopolyCapital. New York,MonthlyReviewPress. Robert (1998): The Economics of Global BRENNER, Turbulence(SpecialReport,New LeftReview,229, pp. 1-264). Robert (1995): Les metamorphoses de la CASTEL, questionsociale. Paris,ArthemeFayard. Daniel(1998):Riquezadel mundo,pobreza de COHEN, las naciones. BuenosAires,Fondode CulturaEcon6mica,trad.S. Garzonio. Gosta (1997): 'Towardsa Post-InESPING-ANDERSEN, dustrialWelfareState", InternationalPolitics and Society,3: 237-245. Pierre(1997): La FITOUSSI, Jean-Paul,y ROSANVALLON, nuevaera de las desigualdades.BuenosAires,Manantial. Jean-Paul(1996), Eldebate prohibido.BarceFITOUSSI, lona, Paidds. Claude (1956): Histoirede FOURASTIi, Jean, y VIMONT, de France. demain.Paris,Presses Universitaires

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RESUMEN

SUMMARY

Treintaanfosatras, el autorcuestiond la asimilacidn entonces corrienteentrelos conceptos de superpoblacidn relativay de ejdrcitoindustrialde reserva para mostrarque esta ultimanocion se referfaen los hechos a los efectos funcionales de la superpoblacidnrelativasobre elproceso dominantede acumulacion capitalista. Fue para designar los efectos no funcionales que acu6n el concepto de 'masa marginal"indicandoque tantoen los palses desarroIlados como en los palses en desarrollo esta masa marginaltendia a crecer. Expusoalgunas de las razones por las cuales esto era asfy explordciertas consecuencias sociales y polfticas del fencmeno. A la luz de lo ocurridodesde entonces tanto en elplano empfrico como en el tedrico, este artfculorevisa y expande sus argumentos anteriores, que ayudan a desvincular algunas contribuciones validas de la literaturasobre 'el findel trabajo"de la cuestidn mrs especffica del desempleo, conectdndolas, en vez, con el problema general de la igualdad. Esto pone de manifiestopor qud las hipdtesis acerca del futuro del empleo en el siglo XXIse asocian estrechamente con las hipotesis en tornodel sentido de la ciudadanfay, por esta vfa, con las reales posibilidades de la democracia en las pr6ximas decadas.

Thirtyyears ago, the author challenged the current assimilation of the concepts of relative overpopulationand industrialreserve army in order to show that the latter notion referred in fact to the functional effects of the relative overpopulation on the dominantprocess of capitalist accumulation. It was to designate its non functional effects that he coined the term "marginalmass", indicating that the tendency both in developed and developing countries was for this marginal mass to grow. The authoradvanced then some of the reasons why this was so and explored certain social and political consequences of the phenomenon. In the ligh of what has happened since both empirically and theoretically,the present paper revises and expands his previous arguments, which help to de-link some validcontributionsof the 'end of work"literaturefrom the more specific question of unemployment, connecting them, instead, to the general problem of equality. This makes clear why hypotheses about the future of work in the XXIstcentury are closely associated to hypotheses about the meaning of citizenship and thus to the real possibilities of democracy in the coming decades.

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