EDITORIAL CONTENIDO. Alimentación y comportamiento - Puede influir la alimentación en el comportamiento? p. 02 Sabine Schroll

2010 # 20.1 © Shutterstock VETERINARY La r e v i s ta i n te r n a c i o n a l p a r a e l v e te r i n a r i o d e a n i m a l e s d e c o m p a

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2010

#

20.1

© Shutterstock

VETERINARY

La r e v i s ta i n te r n a c i o n a l p a r a e l v e te r i n a r i o d e a n i m a l e s d e c o m p a ñ í a

Veterinary Focus se publica en Inglés, Francés, Alemán, Italiano, Español, Japonés, Chino, Griego, Portugués, Ruso y Polaco.

EDITORIAL Desde los inicios de la civilización, el hombre se ha sentido atraído y fascinado por el comportamiento de los animales de nuestro entorno. A menudo nos hemos beneficiado de sus características innatas, a veces nos hemos visto limitados o controlados por los animales, y en ocasiones incluso nos hemos sentido amenazados por ellos. Sin embargo, sólo desde hace relativamente poco hemos empezado a entender por qué algunos animales hacen lo que hacen cuando lo hacen. Hemos domesticado a perros y gatos, pero quizá hemos olvidado el hecho de que sólo ha sido en parte: tras la piel se encuentra un animal salvaje, por muy oculto que pueda estar. Debemos recordar que, incluso en la sociedad civilizada de nuestros días, el comportamiento indeseado de un animal puede ser para muchos un inconveniente, una frustración o (al menos en algunos casos) o un problema desconcertante que supone todo un reto. A lo largo de los últimos 100 años, los veterinarios han conseguido grandes avances en el conocimiento de la fisiología y biología animal, patología y terapéutica, pero no obstante, sólo recientemente hemos empezado a abordar las causas de lo que puede ser una enfermedad muy real: la de las alteraciones y problemas del comportamiento que presentan muchos de nuestros pacientes. Durante las dos últimas décadas la revista Veterinary Focus ha intentado ser de ayuda para avanzar y mejorar el conocimiento sobre perros y gatos. Nos complace haber alcanzado un hito en nuestra historia, nuestro 20 aniversario en prensa. Confiamos modestamente que este número de Veterinary Focus, que incluye una variedad de artículos bajo el título de "Comportamiento felino y canino", continúe con nuestra misión de respaldar a la comunidad veterinaria mundial, esta vez ofreciendo una mejor comprensión de la Etología canina y felina, para ayudar a que nuestras mascotas sigan siendo buenas compañeras y no animales, como lamentablemente resultan a veces, incomprensiblemente salvajes de difícil convivencia en nuestro entorno. Ewan McNeill Editor jefe

CONTENIDO Alimentación y comportamiento - ¿Puede influir la alimentación en el comportamiento?

p. 02

Sabine Schroll

La socialización del cachorro

p. 07

Kersti Seksel

Hogares con varios gatos, un reto de comportamiento

p. 13

Sarah Heath

Ansiedad por separación en perros

p. 18

Debra Horwitz

Modificación farmacológica del comportamiento en perros y gatos

p. 27

Karen Overall

Micción inapropiada en gatos

p. 37

Gerard Muller

Papel del miedo y de la ansiedad en el comportamiento agresivo de los perros

p. 44

Daniel Mills y Helen Zulch Veterinary Focus, Vol 20 n°1 - 2010 Puede encontrar los números más recientes de Veterinary Focus en la página web de IVIS: www.ivis.org

Comité editorial • Dr. Denise Elliott, BVSc (Hons), PhD, Dipl. ACVIM, Dipl. ACVN, Scientific Affairs, Royal Canin, Estados Unidos • Dr. Philippe Marniquet, DVM, Scientific Communication Manager, Royal Canin, Francia • Dr. Pauline Devlin, BSc, PhD, Veterinary Support Manager, Royal Canin, Reino Unido • Dr. Franziska Conrad, DVM, Scientific Communications, Royal Canin, Alemania • Dr. Julieta Asanovic, DVM, Dipl. FCV, UBA, Scientific Communications, Royal Canin, Argentina

• Dr. María Elena Fernández, DVM Scientific Communications, Royal Canin, España • Hervé Marc, Global Corporate Affairs Manager, Royal Canin, Francia

Control de traducción • Dr. Imke Engelke, DVM (Alemán) • Dr. Noemi Del Castillo, PhD (Español) • Dr. Eva Ramalho, DVM (Portugués) • Dr. Giulio Giannotti, DVM (Italiano) • Prof. Dr. R. Moraillon, DVM (Francés) • Dr. Matthias Ma, DVM (Chino) • Dr. Ben Albalas, DVM (Griego) • Dr. Atsushi Yamamoto, et al., DVM (Japonés) • Dr. Boris Shulyak, PhD (Ruso)

Editor • Dr. Richard Harvey, PhD, BVSc, DVD, FIBiol, MRCVS Secretaría de redacción • Laurent Cathalan [email protected] • Olivia Amos Material gráfico • Youri Xerri Publicado por Royal Canin

Publicado por: Buena Media Plus Jefe ejecutivo y editor: Bernardo Gallitelli Dirección: 85, avenue Pierre Grenier 92100 Boulogne – France Teléfono: +33 (0) 1 72 44 62 00 Impreso en la Unión Europea. ISSN 0965-4577 Circulación: 80.000 copias Depósito legal: Marzo 2010

Los arreglos de licencia de los agentes terapéuticos propuestos para uso en especies de pequeños animales varían mucho a nivel mundial. En ausencia de una licencia específica, debe considerarse advertir sobre los posibles efectos secundarios, antes de la administración del medicamento.

Alimentación y comportamiento - ¿Puede influir la alimentación en el comportamiento? Sabine Schroll, DVM Especialista en Comportamiento, Clínica Veterinaria, Krems, Austria La Dra. Schroll se licenció en la Facultad de Medicina Veterinaria de Viena en 1989 y dirigió una consulta mixta en la ciudad austríaca de Mariazell durante dos años, antes de abrir su propia clínica de Pequeños Animales en Krems an der Donau. Desde 2007 ha trabajado también como especialista de Comportamiento Animal en una clínica de referencia de animales de compañía en Viena. En 2002 obtuvo su diploma de especialista en Psiquiatría Animal en Suiza y fue galardonada con la medalla Josef Bayer en 2009. Ha escrito y editado muchas publicaciones sobre Comportamiento Animal y ha impartido conferencias sobre el tema en congresos nacionales e internacionales.

Introducción Influir en el estado de salud y el comportamiento de nuestras mascotas a través de la alimentación no es una

PUNTOS CLAVE El comportamiento y la alimentación se pueden relacionar en muchos niveles diferentes Mejorar las técnicas de alimentación puede mejorar el bienestar de un animal Los peligros de proporcionar demasiado alimento son bien conocidos, pero también la escasez de alimento puede ser perjudicial Factores individuales de la dieta pueden afectar en gran medida a los patrones de comportamiento del animal Si el veterinario planea modificar los hábitos alimentarios o la composición del alimento es esencial que considere el nivel de colaboración del propietario

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idea nueva (Figura 1). El sistema digestivo suministra la materia prima para mantener el sistema nervioso central y conservar su correcto funcionamiento. Un buen equilibrio entre neurotransmisores y receptores es la base del estado de ánimo, las emociones, la cognición, la percepción y los tipos de comportamiento que nos resultan visibles; sin neurotransmisión no hay comportamiento. La cuestión es si, y en qué medida, puede influirse en ciertos tipos de comportamiento deseables o indeseables mediante la alimentación. Durante la realización de los estudios científicos surgen dificultades de forma repetida, tanto al definir el comportamiento a examinar, ya que puede ser subjetivo, como por las diferencias individuales en cuanto a las necesidades metabólicas y a la neuroquímica del cerebro. Además, cada componente del alimento interacciona o compite con los demás o necesita cofactores para ser eficaz. Por consiguiente, no siempre es posible reconocer fácilmente los efectos directos de un componente aislado del alimento.

Diferentes niveles La influencia sobre el comportamiento a través del alimento puede considerarse en varios niveles: • Etología y técnicas de alimentación • Cantidad – demasiado o muy poco • Calidad – composición y suplementos alimentarios

Etología y técnicas de alimentación Desde una perspectiva etológica, adquirir y comer alimento es de enorme importancia para todos los seres vivos: el lema es "comer y evitar ser comido". Todas las formas de comportamiento relativas a la adquisición de alimento están asociadas con un elevado

Figura 1.

Figura 2.

La alimentación puede contribuir a la relajación y al bienestar general.

Pueden utilizarse dispositivos caseros en lugar de los comederos para que el animal pueda conseguir su alimento.

nivel de motivación y gran dedicación de tiempo, pero nuestros animales de compañía ya no tienen esta necesidad: les proporcionamos su alimento, no necesitan tiempo ni esfuerzo para obtenerlo y además, el alimento proporcionado se consume en pocos segundos. Las consecuencias para los animales de compañía de hoy en día, suelen ser la falta de estimulación mental, la menor actividad y el aburrimiento. Los animales son capaces de afrontar esta situación en grados variables. Los gatos y los perros muy activos y creativos intentan entretenerse para satisfacer sus inclinaciones y capacidades. Sin embargo, esas actividades a veces pueden ser peligrosas y muy a menudo se presentan durante la consulta como un problema de comportamiento.

Por desgracia, masticar cosas diferentes a un alimento puede provocar problemas para el animal. Además, el propietario suele molestarse si el animal destroza los muebles o las telas (por ejemplo, el perro que mordisquea la pata de una mesa o un gato que tenga un trastorno de pica que provoque ingesta de lana). Una opción terapéutica es ofrecer regularmente alternativas como mordedores que satisfagan esta necesidad de mordisquear.

Una forma relativamente sencilla de influir positivamente en el equilibrio mental y comportamiento de un animal es aumentar el tiempo y el trabajo dedicados al proceso de alimentación: lo que se denomina actividad de alimentación. Por ejemplo, esto puede conseguirse utilizando el sentido del olfato del animal, empleando juegos de búsqueda del alimento o juguetes que liberen el alimento en pequeñas cantidades después de una acción dada, de forma que el animal a veces tenga que pensar primero. Esto puede realizarse utilizando bien uno de los diversos juguetes comercializados diseñados para contener el alimento o bien creaciones propias del propietario como un "fumble board" o "dispensador de comida" (Figura 2). Con el "tradicional" alimento para mascotas, en algunos casos, puede que los perros y los gatos no satisfagan completamente su necesidad de masticar.

Incluso con las terapias de comportamiento habituales en sentido estricto, como la desensibilización sistemática o el clásico contra-acondicionamiento, el alimento puede servir como una herramienta extremadamente importante para provocar cambios duraderos en el comportamiento de un animal (Figura 3). Si bien el hambre aumenta claramente la motivación para comer, cuando el veterinario sugiere a los propietarios que dejen al perro pasar hambre durante un corto periodo de tiempo para aumentar la motivación con fines terapéuticos, casi siempre se encuentra con cierta resistencia por parte de los propietarios. Dicha medida es más fácilmente aceptada si no se reduce la cantidad global de alimento (o sólo se reduce ligeramente), proporcionando una cantidad simbólica en el cuenco a la hora de comer y el resto de la ración diaria se completa ofreciéndola como recompensa cuando el animal se comporta como deseamos. En términos de reencuadre etológico, es importante hacer que el propietario sea consciente de que el perro o el gato (una vez adulto) debe ser capaz de tomar decisiones en un marco específico y previamente elaborado. Por ejemplo, puede que un perro haya desarrollado una tendencia a atacar a

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glucemia vuelve al animal irritable y aumenta la probabilidad de agresión debido a la irritabilidad o a la frustración. En particular, los gatos hambrientos pueden mostrar el comportamiento de caza, redirigiéndose de manera inapropiada hacia las piernas de su propietario o hacia otros gatos que vivan en la casa. Los animales hambrientos defenderán su alimento con una agresión posesiva mucho más fuerte porque su vida depende de tener suficiente comida. Esta agresión sería fisiológica en este caso y debería desaparecer si se proporciona suficiente cantidad de comida. Los perros a menudo distinguen entre el alimento que defienden y el que no defienden: mientras que el alimento normal no es defendido con agresividad, sí pueden defender con vehemencia y sólo con que otro perro los mire, algunas golosinas y, en particular, los huesos. Si existe el riesgo de que los miembros de la familia sean agredidos debe evitarse por completo este tipo de alimento u ofrecerse únicamente con medidas de seguridad.

Figura 3. Desensibilización sistemática en el caso de un perro con ansiedad, el propietario debe ofrecer el alimento con la cara y el cuerpo girado.

otros perros cuando sale a pasear. En vez de sugerir al propietario que evite la situación totalmente (por ejemplo, paseando al perro en una zona aislada donde sea poco probable encontrarse con otros animales), se le puede enseñar cómo educarlo. Con un entrenamiento apropiado y un refuerzo positivo, un animal puede aprender a cooperar con su propietario cuando salga a pasear, disfrutar del ejercicio y recibir una recompensa alimentaria merecida por su comportamiento. El método más fácil es que el propietario simplemente lleve algo de alimento seco cuando vayan a pasear. Así, el perro puede aprender que si coopera y no ataca a otro perro recibe una recompensa y si ataca a otro perro se quedará sin comida.

Cantidad: demasiado o muy poco La cantidad de alimento puede tener una influencia significativa sobre el comportamiento. Los animales con sobrepeso se vuelven perezosos e inactivos. A veces da la sensación de que los propietarios (consciente o inconscientemente) prefieren este método poco saludable para reducir el nivel de actividad de su gato o perro. Una falta relativa o absoluta de alimento se manifestará con problemas de comportamiento: el nivel bajo de

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Calidad – composición y suplementos alimentarios La idea de influir en el equilibrio mental a través del alimento no es nueva. Las filosofías médicas orientales dan gran importancia a la dieta para mantener la salud. Por ejemplo, la medicina ayurvédica o la medicina tradicional china consideran que algunos alimentos concretos poseen ciertas características (por ejemplo, enfriar o calentar, estimular o calmar) y se recomiendan en función de la personalidad y la patología del paciente. En la década de los 90, basándose en la observación de que los perros eran menos agresivos si tomaban un alimento bajo en proteínas, se realizaron algunos estudios científicos para probar esta premisa. Estos estudios revelaron en realidad que los perros que recibían un alimento con un nivel reducido de proteínas o un alimento enriquecido en triptófano manifestaban menos agresión territorial y agresión por dominancia, aunque surgía un problema al hacer una evaluación debido al término poco específico y anticuado de "agresión por dominancia" que engloba un amplio abanico de formas de agresión provocada por diferentes motivos (frustración, agresión defensiva, agresión irritativa, etc.) (1, 2, 3). Un alimento reducido en proteínas y enriquecido en triptófano puede provocar un aumento del nivel de serotonina en el cerebro. Una dieta a base de carne contiene muchos aminoácidos diferentes, no sólo triptófano, y hay competencia por su captación en el

ALIMENTACIÓN Y COMPORTAMIENTO - ¿PUEDE INFLUIR LA ALIMENTACIÓN EN EL COMPORTAMIENTO?

cerebro. Una cantidad más pequeña de proteínas (y posiblemente el enriquecimiento en triptófano) y un contenido más elevado de carbohidratos aumentan las posibilidades de que el triptófano sea transportado al cerebro y de que otros aminoácidos sean absorbidos por las células del organismo bajo el efecto de la insulina. La mayoría de las personas ha experimentado ya, consciente o inconscientemente, el efecto estimulante del buen humor de una comida rica en carbohidratos y la clásica sensación de bienestar después de comer chocolate, que es rico en triptófano. Los cofactores para la síntesis de serotonina en el cerebro son las vitaminas niacina y piridoxina; el estrés impide la síntesis de serotonina ya que el cortisol puede descomponer la enzima necesaria. La serotonina es extremadamente importante como neurotransmisor, actuando principalmente como estimulante y estabilizador del estado de ánimo, reduciendo la impulsividad y la reactividad. Se han llevado a cabo otros estudios sobre el posible papel de la nutrición en el retraso del proceso del envejecimiento (disfunción cognitiva) en los perros. La acetilcolina es un importante transmisor de las funciones cognitivas del pensamiento, el aprendizaje y la memoria. Durante el proceso de envejecimiento se produce una carencia de acetilcolina; las membranas celulares pierden su fluidez y son dañadas por la oxidación y los radicales libres. Un alimento especial suplementado con antioxidantes (vitamina E, vitamina C, selenio, resveratrol) y alimentos enriquecidos con ácidos grasos poliinsaturados (ácido docosahexaenoico [DHA], ácido eicosapentaenoico [EPA], ácido α-lipoico), L-carnitina, fosfatidilserina, vitaminas del complejo B y extractos de plantas (gingko) mejora claramente las capacidades cognitivas de los perros afectados (5, 6, 7). El desarrollo del cerebro de los cachorros puede mejorarse incluso de manera considerable mediante alimentos enriquecidos con ácidos grasos esenciales administrados durante la gestación y durante las primeras semanas siguientes al nacimiento. En el momento del nacimiento, el cerebro de un cachorro continúa con un desarrollo intenso: está parcialmente formado y el número de neuronas y de sinapsis no alcanza el nivel máximo hasta alrededor de la edad de cinco semanas. Uno de los bloques de construcción más importantes para este proceso son los ácidos grasos, como el DHA y el EPA, que deben proporcionarse en la leche de la madre y a través del alimento (8).

Recientemente se han descubierto otros dos nuevos avances en el campo de los nutrientes psicoactivos en Medicina Veterinaria: • La L-teanina es un aminoácido que sólo se encuentra en el té verde y, de hecho, en cantidades considerables. Esta molécula no es sedante, pero es responsable de los efectos calmantes y relajantes del té verde ya que aumenta el nivel de GABA, reduce los efectos neurotóxicos del glutamato y tiene un efecto positivo sobre los niveles de serotonina. La L-teanina es extremadamente bien tolerada por los gatos y perros y tiene un ligero efecto tranquilizante (9). • También merece la pena destacar la α-casocepina; en los lactantes la tripsina escinde la caseína de la leche de la madre para producir este único decapéptido, que luego se une a los receptores GABA del cerebro. Aquí, la α-casocepina parece tener un efecto tranquilizante similar al diacepam, sin los efectos secundarios como sedación, desinhibición o adicción. Al aumentar la edad, el sistema digestivo cambia, tendiendo hacia la escisión de la caseína por la pepsina, por lo que los adultos sólo producen α-casocepina en cantidades muy pequeñas (el viejo remedio casero de "leche caliente con miel" antes de ir a la cama probablemente deba sus efectos tan calmantes al efecto relajante de la α-casocepina). La tolerancia de este "diacepam natural" es extremadamente buena, tanto en la forma más pura como en suplemento o en el alimento, especialmente en gatos. Los veterinarios franceses que han tenido acceso a esta sustancia activa durante varios años han comprobado su eficacia, en particular con los problemas de ansiedad y los síntomas relacionados con el estrés (10, 11).

Cumplimiento El nivel de interés y de aceptación mostrado por los propietarios para seguir el tratamiento de los problemas comportamiento mediante alimentos específicos o suplementos alimentarios en lugar de recurrir al tratamiento psicotrópico es muy elevado. Sin embargo, merece la pena resaltar que los propietarios suelen pertenecer a dos categorías con respecto a los suplementos nutricionales. Los propietarios que desean que estos suplementos sean: • sencillos y que no requieran mucho tiempo: estos propietarios son muy felices si pueden administrar alimento ajustado a las necesidades individuales y en el que ya estén incluidos todos los suplementos y aditivos, evitando así invertir más tiempo,

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ALIMENTACIÓN Y COMPORTAMIENTO - ¿PUEDE INFLUIR LA ALIMENTACIÓN EN EL COMPORTAMIENTO?

•complicados y que requieran tiempo: estos propietarios son muy felices si pueden mezclar una gran gama de aditivos y suplementos en el alimento varias veces al día. Quieren "hacer algo" y, por consiguiente, no están convencidos de la eficacia a menos que ellos dediquen activamente más tiempo.

Resumen Cada vez son más importantes los denominados "alimentos funcionales" y los suplementos "nutracéuticos" con los cuales se puede influir en el estado mental y

comportamiento de los perros y los gatos. La transición del alimento al suplemento nutricional y a la fitoterapia puede ser lenta. Una de las ventajas es la considerable aceptación y buena disposición de los propietarios frente a las opciones de tratamiento "naturales" aunque sean más caras. Una de las desventajas podría ser que estos alimentos y suplementos puedan ser utilizados indiscriminadamente por los propietarios y sin criterio adecuado sin un veterinario que aconseje o haga un diagnóstico.

BIBLIOGRAFÍA 1. Houpt KA, Zicker S. Dietary effects on canine and feline behavior. Vet Clin Small Anim 2003; 33: 405-416. 2. Dodman NH, Reisner I, Shuster L, et al. Effect of dietary protein content on behavior in dogs. JAVMA 1996; 208: 376-379. 3. DeNapoli JS, Dodman NH, Shuster L, et al. Effect of dietary protein content and tryptophan supplementation on dominance aggression, territorial aggression, and hyperactivity in dogs. JAVMA 2000; 217: 504508. 4. Bosch G, Beerda B, WH Hendriks. Impact of nutrition on canine behaviour: current status. Nutr Research Reviews 2007; 20: 180-194. 5. Milgram NW, Head EW, Cotman CW. Age-dependent cognitive dysfunction in aged canines: Dietary Intervention. Proceedings of the Third International Congress on Veterinary Behavioral Medicine, Vancouver 2001, pp. 53-57. 6. Re G. Phosphatidylserine for brain aging in dogs and cats: A pharmacological glance. Proceedings of the 9th ESVCE Meeting. Salzburg 2003, pp. 53-57.

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7. Heath S, Barabas S, PG Craze. Nutritional supplementation in cases of canine cognitive dysfunction: results of a clinical trial. Curr Iss Res Vet Behav Med. Minneapolis 2005, pp. 73-77. 8. Kelley R, Lepine A.J. Improving puppy trainability through nutrition. Advances in Puppy & Kitten Health Care. Iams Nutrition Symposium, Seville 2005, pp. 28-33. 9. Dramard V, Kern L, Hofmans J, et al. Clinical efficacy of L-theanine tablets to reduce anxiety-related emotional disorders in cats: a pilot open-label clinical trial. Proceedings of the 6th International Veterinary Behavior Meeting & ECVBM, CA, USA 2007, pp. 114. 10. Beata C, Lefranc D, Desor D. Lactium®: A new anxiolytic product from milk. Curr Iss Res Vet Behav Med. Minneapolis 2005, pp. 150-154. 11. Beata C, Beaumont E, Diaz C, et al. Comparison of the effect of alphacasozepine and selegiline chlorhydrate in the treatment of anxious disorders in dogs. Proceedings of the 6th International Veterinary Behavior Meeting & ECVBM-CA 2007, pp. 118.

La socialización del cachorro Kersti Seksel, BVSc (Hons), MRCVS, MA (Hons), FACVSc, Dipl. ACVB, Dipl. ECVBM-CA Servicio de Comportamiento Animal de Sydney, Centro de Especialidades Veterinarias de Melbourne, Australia La Dra. Seksel es licenciada en Ciencias Veterinarias y Ciencias del Comportamiento. Está registrada como veterinaria especialista en Comportamiento Animal, es miembro del Colegio Australiano de Científicos Veterinarios en Comportamiento Animal, Diplomada por el Colegio Americano de Veterinarios Especialistas en Comportamiento y Diplomada por el Colegio Europeo de Medicina de Comportamiento Veterinaria (Animales de Compañía). En la actualidad es presidenta del Consejo de Animales de Compañía Australiano y presidenta de la Sección de Animales de Compañía en la Estrategia de Bienestar Animal, es directora de una clínica especializada en Comportamiento Animal y ha desarrollado programas personalizados de socialización de cachorros de perro y de gato. Además de impartir enseñanza de Medicina de Comportamiento para las instituciones veterinarias, imparte a menudo conferencias internacionales y actúa como asesora para VIN ("Veterinary Information Network" o red de información veterinaria) en Estados Unidos.

PUNTOS CLAVE Los cachorros necesitan socializarse con otros perros, y con las personas, antes de tener 12 semanas de edad para poder convertirse en perros adultos con un comportamiento normal Los veterinarios deben proporcionar a sus clientes conocimiento científico actualizado sobre la socialización, el comportamiento canino y los sistemas sociales caninos Las clases de socialización de los cachorros son una oportunidad ideal para implicar a toda la clínica en la educación de cachorros y a los propietarios para que los cachorros crezcan y se conviertan en miembros bien adaptados, y bien recibidos por la sociedad Los veterinarios son responsables no sólo de la salud física sino también de la psicológica de sus pacientes. Un asesoramiento actualizado a los criadores, así como a los propietarios de cachorros, sobre la importancia de la socialización, es esencial para atender adecuadamente al bienestar de los perros

Introducción Las mascotas se consideran como parte integral de la mayoría de las sociedades. Entre el 10% y el 40% de los hogares tienen perros en diversos países de Europa occidental y de los Estados Unidos. En Australia, alrededor del 63% de los hogares tienen mascotas y, de ellos, el 53% tienen un perro o un gato (1). El perro doméstico, Canis familiaris, se piensa que es una de las primeras especies domesticadas y según sugieren los registros históricos, hace ya 12.000 años que los perros se tienen como mascotas. Desde entonces, también se ha realizado cría selectiva con fines específicos, como la caza, el pastoreo y la lucha. Sin embargo, la cría selectiva extensa de perros como animales de compañía empezó realmente a principios del siglo XIX. Debido a la selección artificial y a la cría intensiva, los perros de hoy varían enormemente en cuanto a tamaño, forma, color y comportamiento. Con independencia de estas variaciones, siguen existiendo semejanzas en el comportamiento y en las características físicas que permiten a los perros interaccionar y socializarse entre sí. Las personas tienen perros por muchas razones como la compañía, el trabajo, el deporte, el prestigio o la seguridad. En numerosos estudios se ha sugerido también que tener mascotas reporta a su vez muchos beneficios para la salud. Estos beneficios, entre otros, incluyen la reducción del estrés, la presión arterial y los niveles séricos de triglicéridos. Los estudios sugieren también que las personas con mascotas parecen tener una menor tendencia a visitar al médico o estar en tratamiento prolongado que las personas que no tienen mascotas (2). Aunque hay muchos beneficios conocidos derivados de tener perro, también existen problemas. A veces los perros exhiben comportamientos que provocan una alteración del vínculo propietario-mascota. Cada año, muchos millones de perros son abandonados en refugios en todo el mundo y las encuestas indican que hasta el 80% de estos perros son abandonados debido a su

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comportamiento (3). De hecho, la principal causa de muerte de perros menores de un año de edad se cree que es la eutanasia debido a problemas de comportamiento, y la mayoría de los perros no vive hasta su edad completa potencial. La edad media de los perros en Australia y, de hecho, en todo el mundo, se estima que es sólo de 3,5 años. En la actualidad algunos autores consideran que los problemas de comportamiento constituyen la razón principal de eutanasia en los animales de compañía, con independencia de su edad (4). Hay muchos factores que parecen incrementar el riesgo de los perros, en especial de los cachorros, a ser eutanasiados o abandonados. Estos factores son la eliminación en el interior de las casas, no tener entrenamiento en cuestiones básicas de obediencia y no recibir atención veterinaria (5). Junto con la elección incorrecta de la mascota, las expectativas no realistas con respecto al perro y una infravaloración o quizá ignorancia del tiempo, dinero y esfuerzo necesario para ser propietario, socialmente responsable, de una mascota, contribuyen al problema (6). El papel de la profesión veterinaria en la reducción de la tasa de eutanasia debida a problemas de comportamiento no es sólo esencial, sino imprescindible. Una forma de mejorar, no sólo la calidad, sino también la esperanza de vida del cachorro es a través de la educación del propietario y de la socialización del cachorro. Las clases de entrenamiento y de socialización, otorgan al cachorro la oportunidad de socializarse con otros perros y con personas distintas de sus propietarios, así como la oportunidad de ser expuestos a una variedad de estímulos y situaciones en un ambiente no amenazador. Dado que es durante el periodo de socialización cuando un cachorro suele llegar a su nuevo hogar, es importante que los veterinarios proporcionen el consejo correcto a criadores y propietarios. Pero, ¿qué significa realmente esto y qué deben hacer los veterinarios para ayudar?

¿Qué es una especie social? Los animales que se consideran sociales viven en compañía de otros. Estos animales tienden a mostrar una mayor tolerancia a la presencia de miembros familiares y no familiares de su propia especie, así como de otras especies. Las relaciones entre los miembros del grupo tienden a ser amistosas, más que antagónicas. Los perros, igual que las personas, se consideran una especie social. Así pues, ¿qué significa "socializar"? Según el diccionario (7), se define socializar como "hacer social, educar para amoldarse a la sociedad, ser sociable y mezclarse libremente."

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Esto es realmente lo que se espera de los perros de compañía: que se adapten a lo que la sociedad en la que viven espera de ellos. Estas expectativas, sin embargo, varían dependiendo de la sociedad en la que vivan, si es urbana, periurbana, rural o semirrural, así como la región y el país. Las expectativas también varían con el tiempo, a medida que la sociedad cambia. Esto significa que lo que puede haber sido un comportamiento social aceptable en un perro hace 50 ó 100 años puede no serlo ahora. A medida que la sociedad cambia, lo hacen también las expectativas con respecto a los perros que viven en ella.

¿Qué es la socialización? Beaver (8) define la socialización como un proceso de aprendizaje especial durante el cual un individuo aprende a aceptar la proximidad estrecha de varias especies o miembros de la propia especie en su propio grupo. Suele estar restringida a un tiempo (limitado) específico. La socialización es, por consiguiente, el proceso mediante el cual se aprende el comportamiento social apropiado y, en general, se refiere a la socialización primaria con miembros de la misma especie así como de otras especies.

¿Por qué es importante la socialización? Los perros son animales sociales, lo que significa que, al igual que las personas, viven en un grupo. Los perros domésticos normalmente viven en un grupo social con varios miembros de la familia humana y posiblemente con otros perros o incluso otras especies, como los gatos. Para que se desarrollen relaciones sociales apropiadas, el cachorro debe ser capaz de interaccionar no sólo con sus compañeros de camada y su madre (Figura 1 ), sino también con personas durante el periodo sensible para la socialización. Los cachorros que no tienen la oportunidad de interaccionar con otros perros durante el periodo de socialización pueden desarrollar comportamientos anómalos (por ejemplo, respuestas agresivas o temerosas) frente a otros perros. Además, la socialización inadecuada podría también llevar a los cachorros a exhibir respuestas igualmente indeseables en las interacciones con las personas. La investigación ha proporcionado la base para aconsejar a los potenciales propietarios de perros los momentos óptimos para la compra y socialización de sus cachorros. En general, hoy en día se recomienda que los cachorros lleguen a su nueva casa a la edad de aproximadamente 8 semanas para permitir la socialización apropiada con su

LA SOCIALIZACIÓN DEL CACHORRO

nueva familia. Antes de las 8 semanas de edad, es responsabilidad del criador socializar al cachorro, ya que es tan esencial para el bienestar del perro como la vacunación y la desparasitación. En el pasado, los veterinarios y los fabricantes de vacunas recomendaban que no se permitiera la interacción del cachorro con otros perros o que no se le permitiera salir a la calle hasta, como mínimo, 10 días después de la última vacuna, a las 16 semanas de edad. Ahora se ha reconocido que este aislamiento de los perros de compañía con respecto a otros perros, y personas, durante este tiempo tan delicado para el desarrollo social, tiene muchos efectos posiblemente perjudiciales sobre el desarrollo social y del comportamiento del perro. La investigación sobre socialización sugiere que no sólo es importante la interacción con otros perros, sino que, para llegar a ser adultos amistosos, normales, los cachorros también necesitan la manipulación regular y la exposición a numerosas situaciones, así como la experiencia en una amplia gama de ambientes de una manera no amenazadora. Los cachorros no necesitan experimentar cada posible situación futura, pero un mínimo de experiencia parece ser necesaria. Más adelante serán capaces de generalizar ante una situación si previamente han sido expuestos a una variedad de condiciones durante el periodo de socialización. La realidad es, sin embargo, que algunos cachorros no llegan a una casa hasta después del periodo de socialización o que van a casas donde quizá no experimenten una amplia variedad de situaciones. Por ejemplo, un cachorro que viva con una pareja anciana sedentaria quizá nunca se vea expuesto a niños o a ruidos altos. La consecuencia de esto puede ser que el cachorro no se socialice con respecto a los niños y pueda desarrollar una respuesta de miedo, que puede traducirse más tarde en agresión o en una fobia. El papel del veterinario en lo que se refiere a la educación de los criadores a este respecto es vital.

Periodos de desarrollo en el perro Existen cinco periodos de desarrollo reconocidos en el perro, cada uno de los cuales implica cambios fisiológicos y de comportamiento característicos. Estos periodos son el neonatal, el transicional, el de socialización, el juvenil y el adulto. Sin embargo, se ha argumentado que debe considerarse también el periodo prenatal, ya que se sabe que tiene efectos significativos sobre el desarrollo posterior, de esta forma sería más correcto considerar seis períodos (9).

Figura 1. La socialización empieza a una edad muy temprana con la madre y los hermanos de camada.

Periodo de socialización en el perro El periodo de socialización se ha estudiado ampliamente, ya que parece que las experiencias durante esta etapa, tienen efectos permanentes en el desarrollo del comportamiento canino. Se cree que durante este tiempo se desarrollan los apegos sociales a las personas y, que después de finalizar el periodo de socialización, parece relativamente más difícil modificar el comportamiento social (10). El periodo de socialización en el perro se cree que dura desde aproximadamente las 3 semanas de edad hasta las 10 ó 12 semanas. Este periodo empieza poco después de que los sentidos sean funcionales, ya que sin ellos el cachorro no podría ver, oír, oler o interaccionar adecuadamente con su entorno. Continúa hasta que el animal empieza a mostrar un fuerte interés por su alrededor. Es un periodo de cierto estrés para el cachorro ya que se producen muchos cambios: la erupción de los dientes, el destete, la separación de sus hermanos de camada para ir a una nueva casa, el encuentro con nuevas personas y otros animales, etc. (Figura 2). La duración de este sensible periodo se cree que varía en función del individuo, la raza y las experiencias previas del perro, y no es rígida, como se pensaba antes (11). Scott y Fuller (12) propusieron que el tiempo real necesario para la socialización puede ser muy corto mientras que, según Fox (13), el aislamiento nocturno puede aumentar la velocidad de socialización (como respuesta al estrés).

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interés del cachorro por otros seres vivos alcanza su máximo nivel entre las 5 y las 7 semanas de edad; esto se ha denominado "periodo de aproximación".

Figura 2. Los cachorros jóvenes deben interaccionar con niños como parte del proceso de socialización.

Los estudios indican que los perros se socializan mejor con otros perros entre la edad de 3 a 8 semanas, y que necesitan interaccionar con las personas entre las semanas 5 y 12. A partir de las semanas 10 a 18 de edad es mejor exponerlos a ambientes nuevos (14). Sin embargo, esto no significa que sea el único momento en el que se produzcan estas interacciones sociales. De hecho, es importante que esas interacciones sean continuas durante toda la vida del perro, puesto que necesitan ser reforzadas de forma intermitente. Además, si el cachorro experimenta un acontecimiento traumático, lo que ha aprendido hasta el momento puede perderse o alterarse. Éste es el motivo por el cuál los veterinarios y su personal tienen que ser cuidadosos a la hora de manejar al perro durante todas las etapas de su vida en todas las visitas a la consulta. Durante el periodo de socialización, el cachorro desarrolla muchos comportamientos nuevos. Se producen muchos cambios debido a la maduración física y neurológica. Junto con el posterior desarrollo de los sistemas sensoriales, las habilidades motrices mejoran y el cachorro empieza a exhibir formas de adulto en los comportamientos locomotor, de ingesta de alimentos y de eliminación. Los cachorros siguen fácilmente el movimiento de los objetos, otros perros y personas. El

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También aparece en esta etapa el juego de ladrar y de morder. Empiezan a exhibirse las señales sociales, como levantar las patas para incitar el juego y mover la cola. Durante esta etapa el juego se manifesta totalmente y parece desempeñar un papel importante en el desarrollo de los perros y su vínculo social con otros perros y con el hombre. A medida que mejoran las habilidades del cachorro, el juego se vuelve más elaborado. El cachorro aprende a leer el lenguaje corporal canino y desarrolla confianza en sus interacciones con otros cachorros. A través del juego, el cachorro aprende también el comportamiento socialmente aceptable, como la inhibición de morder. Si el cachorro muerde a su compañero de juego demasiado fuerte, el otro cachorro chillará y el juego normalmente se interrumpirá. Por tanto, se cree que los comportamientos adecuados toman forma con la recompensa y el castigo. Se ha hecho referencia a menudo al periodo de socialización como "periodo crítico" para el desarrollo de las relaciones sociales. Incluso una mínima experiencia (o falta completa de experiencia) parece tener efectos a largo plazo en el comportamiento del perro. En los primeros estudios se observó que los cachorros criados en ambientes extremadamente restrictivos desde las 4 a las 16 semanas de edad exhibían comportamientos anómalos ante situaciones nuevas. Estos cachorros se quedaban "congelados" cuando se les colocaba en ambientes que no les resultaban familiares o cuando eran manipulados por las personas, y huían de la atención de las personas. También tenían más dificultad, y tardaban más tiempo, en resolver laberintos sencillos y sortear barreras, y no respondían apropiadamente al dolor. Por ejemplo, se aproximaban a estímulos dolorosos como alfileres o cerillas encendidas, cuando los cachorros que habían sido criados normalmente los evitaban. Muchos de estos cachorros restringidos respondían inicialmente con "pataletas", lanzándose contra las paredes de la zona de observación. Con el tiempo, muchos se volvían hiperactivos, pero seguían mostrando un contacto social reducido con personas y otros perros (15). Por tanto, la experiencia perceptual y social es importante para que se produzca el comportamiento adulto social normal del perro hacia otros perros y el hombre. A menos que se produzca algo de socialización antes de las 14 semanas de edad, las reacciones negativas frente a las

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personas son tan grandes que los cachorros probablemente no se puedan entrenar. Por lo tanto, el veterinario tiene un papel crucial en la educación del propietario para conseguir la correcta socialización de su nuevo cachorro a la edad correcta. Afortunadamente, poco después de que el propietario ha adquirido al cachorro, lo lleva a la consulta para revisar su estado de salud y vacunarlo. Es esencial que el equipo veterinario dedique el tiempo suficiente en esta primera consulta para poder discutir todos los aspectos de la relación entre el perro y el propietario. Esta consulta nunca debe considerarse como una "simple vacuna" sino como una oportunidad real para educar y asesorar al propietario en un periodo tan crucial en la vida de su cachorro.

Figura 3.

Comunicación canina Los perros se comunican entre sí y con las personas utilizando una variedad de medios, incluyendo el lenguaje corporal y sus sentidos. Gran parte de su comunicación se aprende durante el periodo de socialización. Para que la comunicación sea eficaz, los perros aprenden cómo leer el lenguaje corporal humano y las personas necesitan aprender a leer el lenguaje corporal del perro. Además, las personas necesitan entender que el mundo sensorial en el que vive el perro es muy diferente del suyo propio. Por ejemplo, como el oído del perro es alrededor de cuatro veces más agudo que el del hombre, los propietarios deben apreciar que a veces los perros reaccionarán a ruidos que son inaudibles para las personas. La comunicación a través del olfato es muy importante para los perros. El sentido del olfato del perro es como mínimo 1000 veces más agudo que el del hombre. El órgano vomeronasal les permite detectar feromonas para comunicarse entre sí, estar en situación de alerta, comunicar el estado reproductivo o marcar el territorio. Además, los perros también deben ser capaces de comunicarse e interaccionar apropiadamente entre sí. Los perros exhiben un comportamiento de saludo enormemente ritualizado que abarca el movimiento de la cola, la presentación inguinal y el olfateo anal. Las señales visuales como la posición de la cola, el cuerpo y las expresiones faciales se utilizan para comunicar intención. La armonía y la cohesión del grupo se mantienen a través de un sistema elaborado de posturas que reducen al mínimo la agresión abierta. Los perros también utilizan el contacto ocular para regular la distancia social. Este es el motivo por el cual mirar fijamente a los perros puede ser interpretado como un reto por algunos de ellos.

Un grupo de socialización de cachorros en la clínica veterinaria puede ser muy divertido además de beneficioso.

Clases de socialización y de entrenamiento del cachorro Durante muchos años se ha promovido la importancia de socializar a los cachorros en "fiestas de cachorro". Los veterinarios reconocen ahora que las clases de socialización y de entrenamiento de los cachorros son una parte importante de su práctica y, en la actualidad, se imparten estas clases en muchos países de todo el mundo. La autora ha iniciado clases "preescolares" para cachorros ya que desea tener perros con mejor comportamiento y más fáciles de controlar en su clínica veterinaria (16) (Figura 3). Muchos perros exhibían comportamientos indeseables, como miedo y agresión, cuando iban al hospital veterinario, aunque sólo fuera para una exploración (Figura 4). Además, muchos propietarios no conocían el comportamiento canino normal y sus sistemas sociales, o al menos tenían muchos conceptos erróneos al respecto, así como una falta de comprensión del lenguaje corporal del perro (17). Su método para enseñar las acciones básicas a su cachorro a menudo se basaba en técnicas de castigo anticuadas y a la fuerza. El principal objetivo de las clases era ayudar a los propietarios a entender mejor a sus perros y con ello, conseguir un porcentaje mucho mayor de animales manejables y sociables en la comunidad (18). Estaban diseñadas para dar al cachorro la oportunidad de socializarse con otros cachorros y personas, así como para

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comportamientos problemáticos, como vocalización, eliminación en lugares inaceptables o morder cosas, así como proporcionar consejo sobre el comportamiento e identificar cuándo el cachorro presenta problemas de agresión o ansiedad y es necesario acudir a veterinarios especialistas en comportamiento. Las clases deben dirigirse a educar a los propietarios sobre todo en los aspectos que se derivan de criar un cachorro y a vivir con un perro en la familia, así como establecer un vínculo estrecho entre el cachorro, el propietario y la clínica veterinaria.

Conclusión Figura 4. Un perro que se comporta bien es mucho más fácil de manejar y de examinar por el veterinario.

aprender buenas maneras de un modo agradable y no amenazador. Las clases de socialización de los cachorros deben diseñarse específicamente para cachorros de edades comprendidas entre 8 y 12-14 semanas. No deben considerarse como clases de obediencia para perros jóvenes ya que el obejtivo de estas clases es muy diferente. Las clases para cachorros deben contribuir a evitar el desarrollo de

Durante muchos años se ha reconocido la importancia de socializar a los cachorros. Para que un cachorro se convierta en un perro adulto socializado y de buenos modales y sea bien recibido donde quiera que vaya, se deben desarrollar habilidades sociales aceptables y apropiadas. Una forma de hacer esto, que beneficia al cachorro, al propietario y al hospital veterinario, así como a la comunidad, es la implantación de programas de socialización y entrenamiento de los cachorros, como el "preescolar" para cachorros iniciado por la autora, que permitirá a los veterinarios y a su personal la oportunidad de aportar al propietario conocimiento científico actualizado sobre los perros, su comportamiento y sus sistemas sociales, así como la forma en que aprenden y se comunican. Su futuro depende de esto.

BIBLIOGRAFÍA 1. Power of pets. Australian Companion Animal Council. 2009; pp. 2. 2. Anderson WP. Medicine and the community, the benefits of pet ownership. Medical Journal of Australia 1996; 164: 441-442.

10. Batt L, Batt M, Baguley J, et al. The effects of structured sessions for juvenile training and socialization on guide dog success and puppy-raiser participation. J Vet Behav: Clin Applic Res 2008; 3: 199-206.

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11. Bateson P. How do sensitive periods arise and what are they for? Animal Behavior, 1979; 27: 470-486.

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18. Duxbury MM, Jackson JA, Line SW, et al. Evaluation of association between retention in the home and attendance at puppy socialization classes. J Am Vet Med Assoc 2003; 233: 61-66.

Hogares con varios gatos, un reto de comportamiento Sarah Heath, BVSc Dipl. ECVBM-CA, CCAB, MRCVS Clínica Veterinaria de Referencia de Comportamiento, Chester, Reino Unido La Dra. Heath se licenció por la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Bristol en 1988 y pasó cuatro años en una clínica general antes de establecer una clínica de referencia en Medicina del Comportamiento en 1992. Es profesora honoraria en Medicina de Comportamiento de Pequeños Animales de la Universidad de Liverpool. La Dra. Heath fue presidenta de la Sociedad Europea de Etología Clínica Veterinaria y en 2002 se convirtió en Fundadora Diplomada del Colegio Europeo de Medicina Veterinaria de Comportamiento de Animales de Compañía, de la que fue presidenta desde 2002 hasta 2008. Es Especialista en Comportamiento Animal certificada (Certified Clinical Animal Behaviorist) por la Asociación para el Estudio del Comportamiento Animal según el programa de acreditación y es miembro de la Asociación de Consejeros de Comportamiento de Mascotas. Sus intereses en investigación son la obesidad canina y felina, los trastornos de comportamiento relacionados con la edad y la interrelación entre la enfermedad física y el comportamiento en perros y gatos. Imparte conferencias dentro y fuera de su país sobre temas de comportamiento.

PUNTOS CLAVE A medida que aumenta la popularidad del gato, el número de hogares que tienen gatos es cada vez mayor, lo cual no está exento de problemas tanto para los gatos como para sus propietarios Los gatos son animales sociales, pero su comportamiento social difiere mucho del correspondiente a las personas y a los perros; no obstante, los propietarios a menudo esperan que los gatos se comporten de la misma manera que las personas La consideración más importante en los hogares con muchos gatos es la compatibilidad social Si estudiamos el comportamiento felino natural, podremos entender por qué cambios en la composición del hogar del gato y en su vecindario pueden ser potencialmente estresantes para el gato doméstico

Cambios demográficos A medida que aumenta la popularidad del gato como animal de compañía, aumenta el número de hogares que tienen gatos, así como el número de casas donde hay más de un gato. Este cambio demográfico no está exento de problemas para los gatos y para los propios propietarios. No sólo existen los posibles problemas de comportamiento asociados a los hogares con varios gatos, sino que también los efectos del estrés social dentro de estas casas pueden contribuir al perfil de enfermedades que se presentan al veterinario. Si consideramos el comportamiento felino natural, podemos entender por qué los cambios en la composición del hogar del gato y en su vecindario pueden estresar al gato doméstico.

Comportamiento social felino Antes se pensaba que los gatos eran criaturas asociales y el poema de Rudyard Kipling promovía la imagen del "gato que camina por sí mismo". Se creía que los gatos sólo se agrupaban para criar y que fuera de la época de apareamiento eran solitarios. Cuando se identificaron grupos de gatos se pensó que eran agregaciones laxas, como las de los animales que se juntan entorno a una charca. Sin embargo, el estudio científico de las interacciones felinas reveló que los gatos son en realidad criaturas sociales y que establecen relaciones significativas con sus compañeros felinos (Figura 1). La composición natural de los grupos sociales felinos consiste fundamentalmente en gatas que están relacionadas unas con otras, madres, abuelas, tías, sobrinas e hijas que viven juntas en áreas comunes y así pueden proporcionar defensa a los gatitos dentro del grupo, mediante su presencia física, mediante la lactancia comunal y la provisión de anticuerpos compartidos. Los machos suelen ser relegados a la periferia del grupo social, con un macho adulto, que normalmente fecunda a la mayoría de las hembras en este territorio, mientras que lo demás machos en general son rechazados de la zona de una manera decisiva.

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último minuto, que es tan característica de las interacciones caninas, y la agresión de gato a gato siempre provoca una lesión una vez que se ha superado el umbral de confrontación física. La falta de dependencia de la interacción social para la supervivencia reduce el instinto felino para restaurar la relación después del conflicto, y cuando se produce la agresión en un contexto felino normalmente se espera que la víctima se vaya.

Independencia felina

Figura 1. Muchos gatos vivirán felizmente juntos si las circunstancias son las adecuadas y su carácter es compatible.

Efectos de la estructura social sobre la hostilidad felina Los gatos son animales sociales, desde hace relativamente poco. Su comportamiento en términos evolutivos, se ha desarrollado recientemente. En estado salvaje, el tamaño del grupo viene determinado por la disponibilidad de recursos de forma que la competencia por los recursos dentro de los grupos sociales es, por consiguiente, innecesaria. Sin embargo, la hostilidad frente a los extraños protege la disponibilidad de recursos y puede considerarse como un comportamiento muy adaptativo. El contacto con extraños se relega al mínimo y gran parte de la comunicación felina tiene por objetivo mantener la distancia entre los individuos. Los comportamientos que están diseñados para mantener a raya a los extraños son la comunicación olfativa, vocal y visual, pero cuando los extraños están muy próximos, la agresión puede ser severa. Dentro de los grupos sociales, la agresión física es leve y poco frecuente, y las señales de agresividad están diseñadas para evitar el conflicto físico siempre que sea posible. La supervivencia felina es una cuestión solitaria y la autoconservación es una gran prioridad. No hay necesidad de cooperación dentro de la sociedad felina para mejorar el acceso a los recursos vitales y, por consiguiente, la estructura jerárquica es innecesaria. Una de las consecuencias de esto es que el concepto de turnarse resulta extraño a la cultura felina y los comportamientos que están diseñados para inducir sumisión no tienen lugar en las interacciones de gato a gato o gato a persona. Por consiguiente, dentro de la sociedad felina es imposible la difusión del conflicto en el

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La falta de dependencia de contacto social se refleja en la capacidad del gato para sobrevivir solo y, ya se trate de necesidad o por elección, todos los gatos son capaces de existir en un vacío social. Esto no significa que todos los gatos elijan evitar la compañía felina, o humana, pero pueden tomarla o dejarla y la mayoría se adaptará fácilmente a una existencia solitaria. Sin embargo, ciertamente se observa alguna variación individual y las investigaciones han explicado este fenómeno al identificar diferentes necesidades de contacto social dentro de la sociedad felina. Los gatos de menor necesidad de contacto suelen vivir en la periferia de los grupos sociales mientras que los gatos con mayores necesidades es más probable que vivan dentro del grupo social (Figura 2). Cabe suponer que los gatos con necesidades sociales más elevadas estén mejor adaptados a un ambiente doméstico; sin embargo, aun cuando se produzca interacción social en el mundo felino, es importante que las personas reconozcan que existen diferencias respecto a la interacción de los animales sociales obligados como las personas y los perros. La interacción felina se caracteriza por interacciones de baja intensidad y elevada frecuencia, y los gatos se muestran satisfechos con pasar por delante de sus propietarios o compañeros felinos de una manera regular y simplemente emitir una breve señal vocal. Por el contrario, la interacción social humana se caracteriza por interacciones de gran intensidad y baja frecuencia y, por consiguiente, la expectativa del propietario de comunicación social entre los propietarios y los gatos y también entre los gatos de la misma casa puede no ser realista. Un posible resultado de este malentendido entre las especies es que los propietarios proyecten su propia necesidad de compañía social en su gato, formando hogares con varios gatos. En situaciones en las que los gatos están relacionados entre sí es posible que la interacción social continúe de una manera beneficiosa, pero cuando no se da la compatibilidad social, la situación resultante puede ser extremadamente estresante para los gatos implicados.

HOGARES CON VARIOS GATOS, UN RETO DE COMPORTAMIENTO

Mantenimiento de la sociedad felina En los hogares con varios gatos es importante considerar, por consiguiente, la cuestión de la compatibilidad social y, aunque los gatos puedan coexistir bajo el mismo techo, esto no significa necesariamente que pertenezcan al mismo grupo social. Los agrupamientos más sólidos desde el punto de vista etológico son los hermanos, pero incluso en estos casos, cuando los gatos se ven forzados a compartir el territorio, tienen algunas necesidades de comportamiento fundamentales, que incluyen:

GATO A

GATO D

GATO B

GATO C GATO E

• Acceso libre e inmediato a recursos importantes cuando los necesiten • Privacidad • Capacidad para escapar o evitar una situación de estrés En muchas situaciones domésticas, estas necesidades básicas simplemente no se cumplen y, como consecuencia, los gatos que viven en hogares con otros gatos están sometidos a un estrés crónico de grado bajo. La agresión manifiesta es desde luego probable en esta situación, pero pueden manifestarse efectos más sutiles y problemas relacionados con la libertad de movimiento por la casa, siendo relativamente frecuente la micción inapropiada. En hogares donde el evitarse es el primer signo de incompatibilidad, la falta de armonía social puede pasar desapercibida durante un tiempo considerable. En algunos casos, la tensión no se identifica hasta que aparecen problemas médicos o hasta que los problemas de comportamiento se ponen de manifiesto.

Consencuencias del acceso restringido a los recursos Los gatos no comparten los recursos importantes entre los grupos sociales y, sin embargo, en los hogares donde hay varios gatos suele esperarse que compartan los lugares de descanso, comederos y bebederos, aunque su conducta social indique que sean compañeros casuales antes que miembros de la misma familia. Las implicaciones pueden tener gran alcance y se puede creer erróneamente que todo va bien en el hogar con muchos gatos cuando éstos se agrupan cuando comen. Esta proximidad a la hora de comer a menudo se interpreta como una señal de que todo va bien dentro de la colonia de gatos, pero es importante recordar que el alimento es un recurso vital y que los comportamientos suelen suprimirse para permitir el acceso a la comida. Los gatos suspenderán la hostilidad durante el tiempo

Figura 2. Para establecer el número de grupos sociales en un hogar es útil que el propietario escriba los nombres de los gatos en papel y trace flechas que conecten los gatos que muestren comportamientos de fricción y acicalamiento. Si no hay flechas que conecten a cualquiera de los gatos, debe considerarse que son miembros de grupos sociales diferentes. Por ejemplo, en el caso de los cinco gatos de esta casa, tres de los gatos pertenecen a un grupo social mientras que los otros dos forman un grupo aparte.

necesario para comer, pero las relaciones entre los gatos en otros momentos serán incluso más tensas y el evitarse entre ellos estará a la orden del día. Algunos propietarios, cuando se les pregunta, se dan cuenta del hecho de que nunca ven a todos los gatos en la misma habitación a la misma hora, que no sea la hora de comer y que, aunque todos los gatos puedan estar presentes cuando se coloca la comida en el cuenco, suele haber alguno reticente que no quiere permanecer en la misma habitación y va y viene a lo largo de las siguientes horas para conseguir acceso al alimento. Una vez que los propietarios se dan cuenta de este comportamiento, empiezan a notar que es probable que un gato se vaya de la zona de alimentación cuando entra otro o se separe del cuenco y evite el contacto visual si otro gato está comiendo. Este comportamiento a veces, se ha interpretado erróneamente como un signo de comportamiento jerárquico, pero el hecho es que los gatos no son animales socialmente obligados y no viven en una sociedad jerárquica. En cambio, se evitan para reducir el riesgo de tensión abierta que pueda provocar el riesgo de confrontación física, que a su vez, podría amenazar a su supervivencia individual. Aun cuando los gatos del mismo hogar pertenezcan al mismo grupo social y la proximidad sea moderadamente bien tolerada, debe señalarse que los gatos son comedores solitarios y que el acto de comer no es una

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Figura 3. Puede ser esencial ofrecer varias bandejas para mantener la armonía entre los gatos.

experiencia comunal ni compartida. Esto significa que, incluso los gatos que tienen relaciones sociales entre sí, preferirían comer solos, y que es importante la provisión de lugares de alimentación suficientes dentro de la casa para permitir que los gatos coman sin contacto visual con los otros gatos. Si bien la tensión social suele dejarse de lado a la hora de comer, para muchos gatos el recurso del agua de bebida no es tan importante como para permitir una proximidad con otros gatos. El problema es que los gatos tienen poca motivación inherente para beber como comportamiento independiente. En su dieta natural, la mayor parte de la ingesta de agua procede del alimento y tienen poca necesidad de complementar la ingesta de agua bebiendo. En el ambiente doméstico, si se ofrece un alimento con poco contenido de humedad a los gatos, podrían surgir problemas si se restringe el acceso al agua al ofrecer pocos lugares para beber. De hecho, la ingesta subóptima de líquidos puede tener implicaciones graves para la salud y está bien documentada como factor de riesgo significativo de patologías como la cistitis intersticial felina. En los casos de enfermedad recurrente del tracto urinario inferior, siempre hay que considerar las relaciones sociales entre los gatos que conviven y pensar que una posible incompatibilidad social puede estar limitando el acceso al agua. Otros factores que deben considerarse son los que están relacionados con el hábito y modo de beber de forma natural, ya que pueden ser necesarios varios puntos para beber si se quiere fomentar el consumo voluntario de agua. Los gatos evitan de forma natural toda aquella fuente de agua que esté cerca de sus presas para reducir así el riesgo de consumir agua contaminada por orina, heces o sangre y vísceras. Por desgracia, en el ambiente doméstico, este comportamiento natural suele

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no tenerse en cuenta y los cuencos de agua y de alimento están colocados uno al lado del otro. Esta tendencia es más marcada en los hogares con varios gatos en donde ante la necesidad de ofrecer muchos puntos de comida y de bebida, el propietario prefiere colocar los cuencos en lugares que no afecte o moleste a las personas que viven en el hogar. También deberán considerarse las características del propio bebedero; materiales que reducen el riesgo de teñir el agua, como el metal, el vidrio y la cerámica, son mucho mejores que el plástico. Además, también debe considerarse su dimensión tanto la profundidad como el diámetro, y elegir el bebedero que le resulte al gato fácil para beber y que pueda ver el menisco del agua cuando lame. La tendencia a evitar fuentes de agua que no sean claramente visibles está relacionada con el instinto felino de evitar cualquier riesgo potencial y está relacionada con la observación que muchos propietarios mencionan sobre la atracción que el sonido y vista del agua corriente ejerce en sus gatos. La expectativa de que gatos de diferentes grupos sociales compartan las bandejas de arena para orinar y defecar puede llevar al comienzo de problemas de eliminación en casa y es importante recordar que la restricción del acceso a bandejas o areneros del exterior también puede estar implicada. La falta de privacidad con respecto a los lugares de eliminación a veces puede resolverse por el uso de bandejas cubiertas, pero cada caso tiene que juzgarse por sí mismo, ya que el uso de bandejas con tapa puede provocar inseguridad al temer posibles peleas y el gato será más reacio a utilizar los lugares proporcionados. Por tanto, es importante probar diferentes posibilidades hasta encontrar la que satisfaga a todos los gatos del hogar (Figura 3). Esto puede implicar un aumento en el número de bandejas disponibles y en varios lugares, para que los gatos puedan eliminar dentro de la casa sin tener que enfrentarse a un gato de otro grupo social. El acceso al espacio tridimensional es importante en un contexto felino en el sentido de proporcionar la oportunidad de poder acceder a lugares elevados para controlar el estrés, pero también desempeña un papel significativo para fomentar el consumo de energía. Cuando la tensión social dentro de un hogar restringe la capacidad de un gato para moverse libremente por la casa puede significar un descenso significativo de ejercicio físico y un mayor riesgo de obesidad. La provisión de suficientes lugares de descanso elevados, junto con la oportunidad adecuada para realizar actividad aeróbica y actividades de juego para todos los gatos, son por

HOGARES CON VARIOS GATOS, UN RETO DE COMPORTAMIENTO

consiguiente aspectos importantes a considerar en los hogares con múltiples gatos (Figura 4). Una de las estrategias de afrontamiento, significativas en cuanto el estrés social, es esconderse. Sin embargo, en muchos hogares con varios gatos esto no suele ser posible, ya que hay una mayor tendencia a utilizar muebles que van del techo al suelo y salas muy espaciosas. La falta de acceso a zonas de retiro puede provocar en los gatos una sensación de exposición y vulnerabilidad, y cuando a esto se le añade un suministro insuficiente de otros recursos vitales, como el alimento, el agua y las bandejas de arena, el resultado puede ser un estrés crónico que puede provocar comportamientos autodirigidos, como el acicalamiento excesivo o el comienzo de patologías como la cistitis idiopática felina.

Conclusiones Los gatos son animales sociales, pero su comportamiento social difiere mucho del de las personas y los perros. Viven de forma natural en grupos pequeños de individuos relacionados entre sí y evitan el contacto con otros felinos. Por consiguiente, es comprensible que los gatos puedan encontrar estresante vivir en un ambiente doméstico y compartir su territorio con gatos que no estén relacionados con ellos. Sin embargo, prestando atención a los comportamientos naturales del gato y modificando los ambientes consecuentemente, podemos ofrecer soluciones etológicas y gestionar los hogares con varios gatos de manera que se reduzca al mínimo el estrés de nuestros compañeros felinos de manera eficaz.

incompatibles, si queremos limitar el número de gatos a los niveles que los gatos elegirían. No existe una regla estricta sobre el número ideal de gatos que puede compartir un hogar, ya que esto dependerá de la compatibilidad social de los individuos y del espacio físico disponible para distribuir los recursos adecuadamente.

Dos de las reglas más útiles para los hogares con varios gatos son la selección de los posibles compañeros de hogar, después de considerar su comportamiento felino natural, y la restricción del número de gatos que compartan un solo domicilio a niveles socialmente compatibles desde una perspectiva felina. A medida que aumenta la popularidad de los gatos, las personas quieren adquirir cada vez más ejemplares. Es necesario informarse de las necesidades de comportamiento del gato, y el posible estrés de vivir en grupos sociales

Cuando los propietarios insisten en aumentar el número de gatos en su hogar es crucial prestar cuidadosa atención al proceso de introducción. El recién llegado debe disponer de recursos esenciales suficientes para asegurar que su llegada no cree presión sobre su disponibilidad a los demás gatos residentes. La provisión de los suficientes recursos vitales para permitir el acceso individual a cada gato cuando lo necesite, aumentará la posibilidad de coexistencia satisfactoria entre los gatos dentro del hogar.

BIBLIOGRAFÍA

Figura 4. Las plataformas a múltiples alturas pueden proporcionar lugares de descanso y de juego.

RECOMENDADA

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Ansiedad por separación en perros Debra Horwitz, DVM, Dipl. ACVB St. Louis, Missouri, EE.UU. La Dr. Debra Horwitz se licenció por la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad estatal de Michigan en 1975 y se diplomó por el Colegio Americano de Veterinarios Especialistas en Comportamiento en 1996. Posee una clínica de referencia en comportamiento en St. Louis, Missouri. Imparte charlas en Norteamérica y en el extranjero, participa en programas de televisión y radio, y es asesora en Comportamiento para la Red de Información Veterinaria (Veterinary Information Network, VIN). Ha escrito y revisado numerosos libros, como el “Manual de Comportamiento en Pequeños Animales” de BSAVA (ediciones primera y segunda) y “La consulta veterinaria en 5 minutos: comportamiento” de Blackwell (en colaboración con Jacqui Neilson); es editora de la sección “La consulta veterinaria en 5 minutos” de Blackwell (ediciones tercera, cuarta y quinta) y coautora de "Manual de Comportamiento para el Cliente".

Introducción Los problemas de comportamiento relacionados con la separación en perros hacen referencia a una serie de comportamientos problemáticos que pueden producirse en ausencia parcial o completa del propietario. Las

PUNTOS CLAVE La ansiedad por separación es el conjunto de respuestas problemáticas asociadas a la angustia provocada por la separación En ausencia del propietario tienen lugar comportamientos de eliminación, vocalización y destrucción Una anamnesis adecuada puede facilitar el diagnóstico La combinación de la modificación de comportamiento, feromonas y fármacos puede inducir la mejoría de los signos, y quizá su resolución

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motivaciones pueden ser el miedo, la ansiedad, el apego excesivo, la agitación por estimulación externa o la falta de estimulación apropiada. La destrucción, la vocalización y la eliminación son los signos más tipicos, pero también puede darse la hipersalivación, anorexia, tendencias a escapar o depresión (1). La ansiedad por separación (AS) produce angustia tanto a los perros como a sus propietarios. El estrés crónico reduce la resistencia frente a otras enfermedades y puede desembocar en un daño irreparable en el vínculo entre el propietario y su mascota.

Clasificación y definiciones La ansiedad por separación suele definirse como una respuesta de estrés o angustia del animal que es separado de los individuos a los que está apegado. Algunos animales muestran esta respuesta al estar separados del hombre en general, mientras que para otros esta respuesta se debe a alguna mala experiencia que sufrieron cuando se les dejó solos. Este último grupo de animales sufre habitualmente diversas fobias, siendo la más notable la fobia a las tormentas y a los sonidos relacionados (2). Algunos facultativos destacan el "hiperapego" como clave fundamental para el diagnóstico, mientras que para otros no es así. Se piensa que el hiperapego es consecuencia de la persistencia del vínculo primario de un perro joven a su madre lo que desemboca en ansiedad por separación (3). Parthasarathy (4) evaluó el apego de los perros a sus propietarios examinando a los perros con signos de ansiedad por separación y a los perros sin dichos signos. No se encontró una diferencia estadísticamente significativa en las puntuaciones de apego entre los dos grupos. Otros autores han especulado con supuestos factores causales como la adopción de perros adultos procedentes de refugios (1) y un intenso estrés que precipite el hiperapego, lo que podría relacionarse con el posterior comienzo de la ansiedad por separación.

Prevalencia y etiología La ansiedad por separación es un diagnóstico frecuente

en perros remitidos a las consultas de comportamiento. La padecen entre el 20% y el 40% de los casos (5-7) y esta cifra suele aumentar a medida que envejece la población canina (8). Las consultas por eliminación en lugares no apropiados y por destrucción de la casa son comunes en perros procedentes de refugios, y podría deberse a la ansiedad por separación (9). No se ha identificado ninguna causa específica de ansiedad por separación, pero se han sugerido diversos factores. La naturaleza enormemente social de los perros domésticos como consecuencia de la cría selectiva puede contribuir al apego emocional hacia el hombre y a la respuesta de angustia cuando se separan de los miembros de la familia. Algunas experiencias del cachorro en edades tempranas, como la separación prematura de su madre o sufrir una enfermedad grave, pueden contribuir. La angustia causada por la separación también puede estar condicionada por factores que ayudan al perro a aprender que las partidas de los propietarios inducen ansiedad. Sin embargo, en la actualidad no se dispone de pruebas que sugieran que el excesivo consentimiento de lugar a perros con ansiedad por separación.

Diagnóstico Factores predisponentes No se ha observado una mayor representación por edad, ni raza concreta, pero los machos están ligeramente sobrerrepresentados en algunos casos (10). No suele observarse en los perros muy jóvenes; sin embargo, esto puede estar relacionado con la incapacidad del propietario para interpretar como ansiedad por separación una respuesta de destrucción, de eliminación inapropiada en casa y otros problemas de comportamiento que normalmente se asocian con los cachorros y perros adolescentes. Los perros que se presentan en la consulta por ansiedad por separación pueden vivir tanto solos como con otros perros. Los pacientes con ansiedad por separación suelen ser recogidos de refugios, pero no está claro si la adopción en sí misma es la causa para la aparición de este trastorno o si el perro fue abandonado precisamente por mostrar signos de ansiedad por separación.

Características clínicas Los signos más frecuentes son la destrucción, la eliminación inapropiada y/o la vocalización cuando los propietarios se ausentan. La duración del problema varía y los signos pueden aparecer y desaparecer. El problema puede haber estado presente desde que el animal era un cachorro o asociarse a cambios en la rutina (horario de trabajo, cambio de domicilio) o en la composición del hogar (11). La presentación puede estar asociada con

un periodo de intensa unidad propietario-mascota. Una asociación con este tipo de cambio de plan y los signos de destrucción, vocalización o eliminación, son muy sugerentes de ansiedad por separación. Quizá no sea posible establecer el incidente motivador o desencadenante y la duración del problema puede o no ser útil en el diagnóstico. La edad del animal puede contribuir al diagnóstico diferencial; si el animal es mayor puede señalar alteraciones médicas o cognitivas, en tanto que los perros jóvenes quizá tan sólo sean demasiado activos. Algunos perros muestran los signos durante todas las ausencias o salidas del propietario, mientras que otros perros toleran algunas salidas y otras no. Las respuestas se encuadran en general en las siguientes categorías: • respuesta de ansiedad cuando el propietario está en casa. • respuesta de ansiedad cuando el propietario empieza su rutina para salir del domicilio y se va. • la respuesta de ansiedad continúa después de que el propietario se haya ido. Algunos perros tendrán a la vez otros trastornos de ansiedad o de comportamiento que pueden o no ser parte del problema de ansiedad por separación.

Anamnesis La anamnesis es vital para establecer un diagnóstico de ansiedad por separación (Tabla 1). La información sobre las interacciones entre la mascota y su propietario a lo largo de un periodo de 24 horas podría permitir dilucidar posibles áreas de ansiedad y preocupación. Hay que recopilar información sobre la rutina de alimentación y del aseo, el tiempo de entrenamiento y de juego con la mascota y cuánto tiempo está solo el animal. La falta de acceso al exterior o de ejercicio pueden explicar los comportamientos destructivos o de eliminación inapropiada en algunos perros. Comprender la relación entre la mascota y el propietario contribuirá a determinar si el hiperapego es un factor contribuyente, aunque los animales pueden reaccionar con angustia al quedarse solos en casa sin mostrar signos de sobreapego al propietario (Tabla 2). La mayoría de las respuestas comienzan cuando el propietario se prepara para salir y pueden ser útiles preguntas relativas a este escenario (Tabla 3). Algunos perros se sienten angustiados con todas las salidas, mientras que otros se encuentran bien cuando las salidas de propietario están relacionadas con el trabajo, pero muestran signos de ansiedad en otras situaciones, y viceversa. La anamnesis puede centrarse en los comportamientos durante la ausencia del propietario ¿qué hace el perro cuando el propietario se ha ido? Las respuestas habi-

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Tabla 1. Puntos importantes en la anamnesis • Cuestiones relacionadas con el apego entre propietario y mascota • Cuestiones relacionadas con la reacción cuando el propietario se prepara para salir • Cuestiones relacionadas con lo que hace el animal mientras el propietario está fuera • Cuestiones relacionadas con lo que hace el animal cuando el propietario regresa • ¿Qué ha hecho el propietario para tratar este trastorno?

Tabla 2. Ejemplos de preguntas acerca de la relación entre la mascota y su propietario • ¿Le sigue su perro excesivamente y necesita estar cerca de usted o tenerlo a la vista? • ¿Necesita estar presente para que su perro coma? • ¿Comerá su perro una golosina mientras usted se prepara para irse? • ¿Tiene su mascota múltiples comportamientos de búsqueda de atención o necesita la interacción constante?

Tabla 3. Preguntas sobre el momento en el que el propietario se prepara para salir • ¿Qué hace su perro cuando usted se prepara para salir? • Cuando se acerca el momento de salir de forma rutinaria, ¿qué respuestas muestra el perro? • ¿Intenta el perro evitar que se vaya? • ¿Dónde se queda su perro cuando usted se va? • Si le deja encerrado, ¿cómo lo lleva hasta allí? • ¿Cómo tolera el perro estar encerrado? • Una vez usted se ha ido de la casa, ¿nota signos de angustia como gemidos, ladridos, arañazos en la puerta, etc.?

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tuales de malestar ante la ausencia del propietario son: destrucción; eliminación en la casa; vocalización; actividad motriz (moverse en círculos, temblar, sacudidas); signos gastrointestinales y autotraumatismos. Los comportamientos destructivos suelen dirigirse hacia ventanas y puertas , hacia pertenencias del propietario, o ambas cosas. No está claro si el lugar de la destrucción refleja diferencias en cuanto a la motivación. Cuando el perro está confinado, puede mover la cesta donde se encuentre o lesionarse al intentar escapar (11). De nuevo, no está clara la motivación subyacente; ¿es una respuesta a estar solo o a estar encerrado? Hay perros que intentan evitar activamente la partida del propietario, incluso mediante la agresión (1, 12). La micción es común incluso antes de la partida del propietario y cuando ya se le ha sacado y se le ha visto orinar. La vocalización consiste normalmente en gemidos, aullidos y ladridos de tono alto (13). La actividad motriz puede consistir en andar, moverse en círculos o temblar antes de la salida y continuar después de que el propietario se haya ido. Puede haber otros signos, como signos gastrointestinales (inapetencia, vómitos, diarrea), autotraumatismos (como lamerse los granulomas) o lesiones debidas a intentos por escapar (11). Muchos perros muestran excitación extrema cuando el propietario regresa, mediante saltos, carreras y vocalización.

Herramientas de diagnóstico La secuencia temporal del comportamiento podría contribuir a establecer el diagnóstico. En la ansiedad por separación, a diferencia de en otras conductas problemáticas relacionadas con la separación, la reacción se produce entre 5 y 30 minutos después de la partida del propietario (5). Si se pregunta "¿cuál es el menor tiempo que ha transcurrido entre salir y volver encontrándose el problema de comportamiento (micción, destrucción, etc.)?" puede ayudar a determinar la secuencia temporal. Los perros con ansiedad por separación pueden iniciar el comportamiento problemático poco después de la salida del propietario y de nuevo más tarde a lo largo del día (13). Las respuestas de miedo a acontecimientos que se producen cuando el propietario se ha ido (tormentas, ruidos altos, incursiones territoriales) pueden mostrar un patrón de expresión variable en comparación con las manifestadas por la ausencia del propietario. Las cintas de vídeo grabadas cuando el animal se queda solo en casa pueden ser muy valiosas para ayudar a establecer el diagnóstico o para verificarlo. Hay que realizar un análisis exhaustivo en busca de patologías subyacentes. Pueden sufrir ansiedad animales que padecen patologías médicas crónicas (dermato-

lógicas e intestinales). Los trastornos metabólicos que afectan al estado mental (enfermedad de Cushing, trastornos tiroideos, enfermedad de Addison) también pueden afectar a cómo el perro percibe quedarse solo en casa. El tiempo dedicado a cuidar un animal con una enfermedad crónica puede alterar la relación entre la mascota y el propietario, aumentando la dependencia del propietario, lo que resulta problemático cuando se espera que el animal ya sea más independiente una vez recuperado. Los trastornos patológicos o los tratamientos farmacológicos que alteran la ingesta de agua o la producción de orina o heces pueden favorecer la micción dentro de la casa no relacionada con la ansiedad. Los animales que comienzan de forma precoz con ansiedad por separación pueden ser particularmente difíciles de diagnosticar. Los propietarios pueden creer que los signos observados están asociados con la juventud, con la falta de entrenamiento o con la actividad. Grabar en vídeo al animal cuando está solo contribuye a verificar que se trata de ansiedad y no de ocupar el tiempo con comportamientos no deseados.

Diagnóstico diferencial La ansiedad por separación puede deberse a otras ansiedades simultáneas, miedos o fobias, o a la inversa, la reacción del animal puede no deberse a la ansiedad por separación, sino a otro motivo. Los perros miedosos pueden reaccionar cuando se quedan solos y emprender conductas motivadas por el miedo. Estas conductas pueden recordar a la ansiedad por separación, pero están relacionadas con el miedo a un estímulo y a la ansiedad por estar solos. Las preguntas deben dirigirse a conocer la reacción de la mascota a los ruidos altos, truenos y relámpagos, fuegos artificiales y a otros estímulos externos, ya que otras ansiedades subyacentes pueden contribuir (2) a la reacción de angustia. Otros comportamientos pueden afectar también al vínculo propietariomascota y preguntar sobre cualquier comportamiento agresivo en relación con el alimento, pertenencias del propietario, manipulación corporal, retirada de objetos y disciplina, así como indagar acerca de exhibiciones territoriales con las visitas a la casa o al terreno también es recomendable. Debe averiguarse si el animal ha aprendido a miccionar fuera de casa para diferenciar la ansiedad por separación de un problema de educación. Los episodios destructivos que se producen mientras el propietario está ocupado en otras cosas en casa pueden indicar problemas distintos de la ansiedad por separación. A los propietarios de los perros de edad avanzada se les debe preguntar sobre signos de disfunción cognitiva: pérdida de obediencia, cambios en el ciclo sueño/

Figura 1.

© Extraído del BSAVA Manual of Canine and Feline Behavioural Medicine, 2nd edition (2009) editado por D. Horwitz y D. Mills. Con el permiso de BSAVA Publications.

ANSIEDAD POR SEPARACIÓN EN PERROS

La ansiedad por separación puede provocar daños graves y costosos en una casa

vigilia, cambios en las interacciones sociales, así como desorientación y confusión. Para establecer el diagnóstico de ansiedad por separación, la anamnesis debe haber establecido signos de eliminación inadecuada, vocalización, destrucción u otros de los signos antes comentados, así como verificar los comportamientos que tienen lugar en ausencia del propietario y su frecuencia. El diagnóstico diferencial para estos signos se detalla a continuación y en la Tabla 4.

Destrucción La ansiedad por separación puede provocar comportamiento de destrucción (Figura 1), pero también este comportamiento puede ser consecuencia de un juego, del comportamiento explorador en animales jóvenes o activos sin suficiente ejercicio (13). También puede producirse la destrucción con exhibiciones territoriales en ventanas y puertas o durante episodios fóbicos relacionados con ruidos o tormentas, o como consecuencia de problemas dentales. En los escenarios anteriores, el problema ocurrirá a menudo, esté o no presente el propietario. Sin embargo, la inhibición de las respuestas territoriales por parte del propietario puede provocar comportamientos que se exhiben que con más frecuencia cuando el propietario no está presente. Cuando el perro es metido en una cesta o encerrado en un pequeño espacio y se queda solo, pueden aparecer signos destructivos, pero esos perros también suelen mostrar esos problemas cuando están en las mismas situaciones con el propietario dentro de casa.

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Tabla 4. Diagnóstico diferencial Vocalización

Estímulos externos, facilitación social, otros miedos y ansiedades

Destrucción

Estímulos externos, falta de salidas, ruidos o ansiedades

Eliminación

Falta de adiestramiento en casa, falta de acceso a lugares de eliminación, problemas patológicos

Vocalización La vocalización en los perros es común y puede deberse a estímulos exteriores, facilitación social con otros perros, exhibiciones territoriales o juego (12), pero todo esto se producirá esté presente o ausente el propietario. Grabar en video a estos perros puede ser de un valor incalculable para determinar la causa incitante. Escuchar los ruidos de fondo y el nivel, frecuencia y tono de la vocalización puede ayudar al diagnóstico. Las vocalizaciones altas están asociadas con estrés y son diferentes de las emitidas para defensa territorial, durante el juego o en otras actividades.

Eliminación La eliminación inapropiada en ausencia del propietario puede producirse debido a una falta de adiestramiento, a patologías urinarias o intestinales, a una disfunción endocrina que provoque un aumento del consumo de agua, a la micción por excitación o sumisión, al marcaje de territorio, al miedo y la disfunción cognitiva. Cuando existen patologías, la eliminación suele tener lugar en presencia o no del propietario. El animal puede presentar también tenesmo, sangre en orina o heces, aumento de la frecuencia de eliminación, diarrea o estreñimiento. Cuando se sospechan causas patológicas como origen de la eliminación inadecuada en casa debe investigarse más la causa. La micción por excitación o sumisión se produce normalmente cuando hay personas presentes. La falta de un adiestramiento apropiado o el escaso acceso a zonas de eliminación puede ser difícil de distinguir de la ansiedad por separación, especialmente, si el propietario no observa al animal eliminar en el exterior o no controla a diario el lugar donde orina y defeca. Cuando el momento de la eliminación no está claro, puede ser útil llevar diarios con las horas y zonas de eliminación registradas, así como

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grabar en vídeo al animal cuando el propietario sale. Los perros que padecen disfunción cognitiva a menudo muestran otros signos de disminución cognitiva, como confusión, desorientación y cambios en su ciclo de sueño/vigilia.

Otros miedos o ansiedades La ansiedad por separación puede coexistir con otras ansiedades o puede ser un diagnóstico diferencial para otro tipo de ansiedad. El miedo y la ansiedad por situaciones nuevas y novedosas, el miedo a extraños, la agresión, los comportamientos compulsivos y la agresión entre compañeros de casa pueden tener lugar a la vez que la ansiedad por separación (2) o con problemas de comportamiento relacionados con la separación. Estos tipos de respuesta pueden observarse ante estímulos variables, como la entrega del correo, la recogida de la basura, las tormentas y la reparación de las carreteras o las obras próximas. Esto puede hacer que el propietario no sea consciente de la existencia de la ansiedad por separación cuando el perro no es particularmente destructivo a diario, pero empeora mucho cuando está presente el acontecimiento inductor del miedo, de modo que el comportamiento se manifiesta mucho más. Sin embargo, para que el tratamiento sea satisfactorio en cualquiera de las situaciones, deben identificarse y tratarse todos los miedos y ansiedades subyacentes. Cuando coexisten múltiples diagnósticos, es necesario filtrar el tratamiento para hacer el mejor uso del tiempo y de los recursos del propietario. Si hay agresión, es esencial garantizar la seguridad de todos los que puedan entrar en contacto con el perro.

Tratamiento Técnicas de control inmediato El control ambiental puede facilitar la vida con un perro que padece ansiedad por separación hasta que aprende a estar solo en casa. Aumentar el juego y el ejercicio es útil, ya que realizar más ejercicio puede calmar a los animales (11). Siempre que sea posible, es mejor no dejar al perro solo en casa, ya que cada partida que produce ansiedad refuerza la reacción de angustia y continuará la eliminación inadecuada y la destrucción, que tanto molestan a los propietarios. Algunas opciones pueden ser llevar al animal a centros de "cuidado de día", llevarse al animal al trabajo o conseguir un cuidador o algún amigo que esté con el perro. Confundir o eliminar las pistas que se asocian a la partida pueden reducir la ansiedad. Por ejemplo, cargar el coche la noche anterior o vestir con prendas diferentes a las que se llevan a trabajar y cambiarse en el trabajo o enmascarar la partida con ruidos (lavadora o lavavajillas), mientras el perro está ocupado con su juguete preferido. El acondiciona-

ANSIEDAD POR SEPARACIÓN EN PERROS miento gradual a una zona de confinamiento como el cesto o una habitación puede ser útil en la ansiedad asociada con la partida del propietario, pero lo resultados pueden no ser inmediatos. El confinamiento debe sugerirse con precaución, ya que colocar a un animal ansioso en un espacio pequeño puede en realidad aumentar la angustia y puede lesionarse al intentar escapar. El tratamiento farmacológico y las feromonas pueden calmar a algunas mascotas, pero de nuevo, no hay que depender de ellos como la única intervención. Algunos animales pueden beneficiarse de la presentación de objetos o ropa del propietario como señales de confort, pero según la experiencia de esta autora, esto no ha sido particularmente útil en los pacientes muy alterados.

Estrategias de tratamiento a largo plazo Dado que los perros con ansiedad por separación ya están ansiosos, el castigo está contraindicado y debe indicarse a los propietarios que abandonen cualquier castigo. El objetivo al tratar la ansiedad por separación consiste en abordar las siguientes áreas (Tabla 5):

Cambiar la relación entre la mascota y el propietario Crear una interacción más predecible y fiable entre el propietario y el perro es útil, en especial cuando el perro padece ansiedad. El perro así, puede volverse más independiente y puede sentirse tranquilo y relajado lejos del propietario cuando están juntos en casa. Este es el primer paso para conseguir un animal más tranquilo cuando se le deja solo. Se enseña a los propietarios a que empiecen a utilizar una relación de orden-respuesta con su perro y a que lo utilicen antes de que el perro consiga algo que quiera. A esta interacción se la ha llamado de muchas formas a lo largo del tiempo, como "aprender a ganarse lo que se quiere (14)" y "nada en la vida es gratis", y simplemente requiere que el perro cumpla una orden antes de que se le deje salir fuera, se le dé comida, se le acaricie, etc. Como también suelen estar presentes conductas de seguimiento y de búsqueda de atención, se enseña a los propietarios a ignorar estos comportamientos (como tocar con la pata, con el morro, gemir y ladrar). El perro puede recibir atención para tranquilizarle, e incluso entonces se enseña al propietario a iniciar y finalizar las interacciones, incluyendo el tiempo de juego. Se estimula a que los propietarios enseñen a sus perros a tumbarse y a tumbarse en una cama o una alfombra a corta distancia de ellos y a pedirle al perro que se "tumbe y se quede" cuando ellos salgan de la habitación para conseguir, con un poco de suerte, que no les sigan. Si es posible, pueden ser útiles breves periodos de separación dentro de la casa. Si el perro puede estar

Tabla 5. Objetivos de las fases de tratamiento Hacer que el perro sea más independiente

• Crear una rutina y un ambiente predecible puede reducir la ansiedad • Vías claras de acceso a lo que necesita y desea • Aprender a estar tranquilo cuando el propietario está presente

Pistas de partida

• Aprender que ciertos movimientos no son amenazadores • Disminuir la vigilancia y el seguimiento del propietario • Permitir a los perros relajarse

Dejar juguetes con alimento

• Crear asociaciones placenteras con las salidas `

Entrenamiento gradual para partidas y ausencias

• Enseñar al perro que estar solo no debe crear ansiedad

tumbado, relajado y tranquilo cuando el propietario esté en casa, pero no cerca, quizá también pueda estarlo cuando el propietario se vaya. Es esencial que el propietario proporcione también interacciones y rutinas predecibles. El ejercicio diario, el tiempo de juego y social son necesarios para una buena relación y pueden tranquilizar a un perro con ansiedad.

Disminución del valor predictivo de las pistas previas a la partida Algunos perros pueden empezar a sentirse intranquilos cuando presencian las diversas acciones que realiza el propietario antes de salir. En estos casos, la presentación aleatoria e infrecuente de estas pistas sin que el propietario realmente se vaya, puede contribuir a disminuir su valor predictivo y la ansiedad. Sin embargo, esta técnica no es útil en todos los casos. Cuando las pistas o acciones que preceden a la salida se realizan con tanta frecuencia que el perro no puede tranquilizarse entre una y otra, la ansiedad puede aumentar en vez de reducir la intranquilidad asociada a esas pistas. Por consiguiente, hay que indicar a los propietarios que realicen las acciones "pista" sólo de 1 a 3 veces al día, y sólo si el perro está tranquilo entre las presentaciones. Si el perro parece más agitado con esta técnica, debe interrumpirse inmediatamente.

Contra-acondicionamiento y sustitución de la respuesta a las pistas previas a la partida Para algunos perros puede ser útil intentar sustituir la sensación de angustia asociada a la separación. Un

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© Ceva Animal Health

• Controlar cuidadosamente el tiempo que se esté fuera siendo las salidas iniciales muy breves. • Colocar al perro en su lugar de relajación antes de partir. • Emplear una nueva y constante "pista de seguridad" (11) o una señal (estímulo discriminador) cuando el propietario se vaya.

Figura 2. Los collares impregnados con feromonas pueden ayudar a que los perros estresados se relajen.

método consiste en proporcionar al perro un juguete con un alimento que le encante antes de salir. Existen varios de estos juguetes comercializados que pueden llenarse con la croqueta desmenuzada de su comida diaria u otros alimentos. Si el perro se concentra en el juguete y lo come, se puede reducir la ansiedad. También puede contribuir el colocar al perro en su zona de "descanso y seguridad" antes de partir y darle la orden de tumbarse antes de irse.

Modificación de la rutina de partir y regresar En muchos casos, las partidas y los regresos a casa están llenos de emoción y de actividad intensa. Por consiguiente, se aconseja ignorar al animal durante 10-15 minutos antes de salir y también al regresar. El propietario puede permitir que el perro tenga acceso a la zona donde suele eliminar, pero no debe acariciarle ni hablarle hasta que esté tranquilo, relajado y haya obedecido una orden.

Graduación de las partidas planificadas Puede utilizarse el contra-acondicionamiento y la desensibilización para enseñar al perro a quedarse solo en casa sin ansiedad. Para ello se realizan las salidas y ausencias planificadas con un minucioso control del tiempo transcurrido fuera, para evitar que el perro experimente ansiedad. Inicialmente las salidas deben ser muy breves y tener una característica exclusiva constante que ayude al perro a identificar esa salida y su regreso como diferente de las otras. Los tres cambios siguientes ayudan al perro a asociar:

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El objetivo es que el perro asocie la salida del propietario, la nueva señal y el buen comportamiento para que aprenda a afrontar el quedarse solo. Para que sea eficaz, esta salida debe tener todas las características reales: si el propietario conduce, debe coger las llaves del coche y partir en su coche; si la salida está relacionada con el trabajo, debe llevar una cartera de trabajo. La pista de seguridad puede ser algo que no haya hecho antes de partir y puede incluir encender la radio o la televisión, hacer sonar una campanilla, pulverizar un ambientador, etcétera. Se debe hacer sólo una cosa y la misma cosa, cada vez. Si es posible, el perro debe quedarse en un lugar nuevo, quizá el sitio donde al propietario le gustaría dejar al perro si no presentara comportamientos de ansiedad por separación o donde se haya practicado el contraacondicionamiento y la relajación. Debe mantener salidas y regresos de baja intensidad. La duración de la separación se va aumentando lentamente en intervalos de 3-5 minutos, con salidas breves intercaladas por otras más largas y regulares para evitar la detección de un patrón. La destrucción, los ladridos o las eliminaciones inapropiadas son señales que indican que el tiempo de la ausencia ha sido demasiado largo y el perro estaba intranquilo. O bien el perro no está preparado para el entrenamiento de salidas o fue demasiado larga la ausencia y debe acortarse la siguiente. Para ayudar a evaluar el comportamiento, pueden utilizarse grabaciones de audio o de vídeo y registrarse las respuestas.

Intervención farmacológica Feromonas Las feromonas apaciguadoras de perros (disponibles en difusor o en un collar impregnado (Figura 2)) pueden ser útiles para reducir la ansiedad asociada con la salida del propietario. En un estudio en el que se comparaba la eficacia de un difusor de feromonas con la clomipramina para el tratamiento de la ansiedad por separación, en perros con signos de hiperapego, no se encontraron diferencias significativas en cuanto a cada uno de los signos individuales (15) de cada grupo, aunque los tamaños de las muestras eran demasiado pequeños como para una evaluación completa. Los difusores pueden ser una ayuda útil para el tratamiento, ya que la mayoría de los fármacos pueden tardar varias semanas en conseguir

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un efecto terapéutico y los planes de modificación de comportamiento también pueden tardar en ser efectivos.

Fármacos En la actualidad, hay muy pocos fármacos específicamente autorizados para su uso en perros para el tratamiento de la ansiedad por separación. La clomipramina, la fluoxetina y la selegilina tienen autorización veterinaria en ciertos países para varios problemas de comportamiento; los dos primeros fármacos están indicados para la ansiedad por separación, mientras que la selegilina está autorizada para problemas emocionales (que pueden incluir la ansiedad por separación). Se ha investigado la eficacia de la clomipramina como adyuvante en el tratamiento de la ansiedad por separación en perros y los resultados obtenidos han sido variables (16, 17). En un ensayo (18) se sugería que la fluoxetina combinada con un plan de modificación del comportamiento podía producir una mejoría significativa en el 73% de los perros tratados. Ni la clomipramina ni la fluoxetina deben administrarse en combinación con inhibidores de la monoaminooxidasa (selegilina o amitraz) ni en los 14 días previos, o posteriores, al tratamiento con un inhibidor de la monoaminooxidasa, y se aconseja precaución al utilizar clomipramina con otros fármacos con acción sobre el sistema nervioso central. La fluoxetina y la clomipramina no deben utilizarse simultáneamente, debido al riesgo de producir un síndrome serotoninérgico. Cuando cualquiera de los fármacos se utilicen en un programa de tratamiento, deberá administrarse diariamente y los pacientes quizá necesiten varios meses de tratamiento

hasta observar una mejoría sostenida. La selegilina se ha utilizado en los problemas de comportamiento relacionados con la separación, desencadenados por el miedo al asustarse por algo en ausencia del propietario y, por consiguiente, se asocia el estar solo con tener miedo. Las benzodiacepinas como el alprazolam (12) también pueden ser útiles para el alivio inmediato o el control a corto plazo y pueden dispensarse según necesidad poco antes de la salida del propietario. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las benzodiacepinas pueden inhibir el aprendizaje, normalmente se administran frecuentemente y podrían provocar dependencia y una ansiedad de rebote al interrumpirse la administración (Tabla 6).

Seguimiento Debe realizarse un seguimiento con los propietarios a intervalos regulares, como mínimo cada 7-14 días. Esto permitirá modificar el plan de tratamiento y la dosis del fármaco cuando sea necesario. Generalmente es preferible que los propietarios lleven un diario para que sean más conscientes de cualquier cambio que pueda estar ocurriendo como consecuencia de las intervenciones comportamentales y farmacológicas (Tabla 7). El tratamiento farmacológico quizá tenga que ajustarse y aumentarse, y quizá haya que proporcionar un tratamiento complementario.

Pronóstico La ansiedad por separación suele responder bien a la terapia de comportamiento, pero pueden aparecer algunos problemas. Cabe esperar que el tratamiento farmacológico reduzca la ansiedad asociada con la salida del propietario, puede que también afecte al comportamiento

Tabla 6. Tratamientos Notas terapéuticas

Fármaco

Dosis caninas (19)

Clomipramina (ATC)

2-4 mg/kg dosis diaria total, PO c/24h o dividida en dos veces al día

Efectos secundarios comunes: vómitos, diarrea y letargia.

Fluoxetina (ISRS)

1-2 mg/kg PO c/24 h

Efectos secundarios comunes: letargia y vómitos, evitar su uso en perros con convulsiones.

Selegilina (IMAO)

0.5 mg/kg PO c/24 h

No se utiliza normalmente en Estados Unidos para los trastornos por separación.

Alprazolam 0.02-0.1 mg/kg PO c/6-8h (Benzodiacepina)

Pueden utilizarse junto con un ISRS o un ATC.

Diacepam 0.55-2.2 mg/kg PO c/6-24 h (Benzodiacepina)

Variación individual en la respuesta, empezar con dosis bajas y aumentar gradualmente si es necesario.

Tabla 7. Cómo evaluar la respuesta al tratamiento La disminución de los comportamientos relacionados con la ansiedad en presencia del propietario como seguirle, andar, vigilar y molestar en busca de atención, puede indicar relajación. Disminución de las respuestas a las acciones del propietario que preceden a su salida. Capacidad de permanecer tranquilo cuando el propietario está fuera de la vista.

ATC = Antidepresivo tricíclico ISRS = Inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina IMAO = Inhibidor de la monoaminooxidasa

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ANSIEDAD POR SEPARACIÓN EN PERROS

del animal cuando el propietario esté en casa, y podría disminuir el comportamiento de búsqueda de atención. Sin embargo, el fármaco por sí solo no cambiará el comportamiento a largo plazo. Si no se enseña al animal cómo quedarse solo en casa y si no se extingue la predecibilidad de las pistas que producen la ansiedad, quizá haya muy poca mejoría. De hecho, algunos perros pueden empeorar continuando con la destrucción, vocalización y eliminaciones inapropiadas que tensan más la relación propietario-mascota. Por consiguiente, son esenciales las técnicas de modificación del comportamiento que se han mencionado antes. Constituyen el primer tratamiento que debe implantarse y los estudios han indicado que las mascotas mejoran con estos simples cambios (16, 18). Cuando se continúan las salidas graduadas, a pesar de que la ansiedad del animal cada vez es mayor, el perro puede volverse incluso más sensible a la separación y producirse un aumento de los comportamientos problemáticos. Por último, los fármacos pueden necesitar un tiempo para comenzar a hacer efecto, por lo que deben administrase diariamente, y no según necesidad. En un estudio (20) se evaluó el resultado a largo plazo del tratamiento, del cumplimiento del propietario y percepción de la eficacia de cada instrucción tras un examen de comportamiento. En el caso de los propietarios

que habían dado más de cinco órdenes, era menos probable que sus perros hubieran mejorado en comparación con los propietarios que dieron menos de cinco órdenes. Los propietarios cumplían con las recomendaciones que requerían poco tiempo, como eliminar el castigo, dar juguetes para morder al irse y aumentar el ejercicio. Menos propietarios estaban dispuestos a modificar las pistas de la partida en sus salidas. Sin embargo, en este estudio, el grado de cumplimiento del propietario no estaba relacionado con el resultado. No estaba claro si los propietarios con más de cinco órdenes estaban confundidos o eran reacios al cumplimiento, o si esos perros exhibían signos más intensos de ansiedad por separación. Quizá sea que la capacidad y la disposición de la mascota para cumplir las órdenes, tengan un gran impacto en el pronóstico y resolución del problema.

Conclusión La ansiedad por separación en los perros de compañía es un trastorno frecuente pero tratable. La combinación de técnicas de modificación del comportamiento, feromonas y fármacos suele dar lugar a una mejoría o resolución de los signos. El tratamiento no sólo alivia el dolor del animal y mejora su bienestar, sino que también mejora la relación propietario-mascota y permite a los animales permanecer en sus hogares.

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Modificación farmacológica del comportamiento en perros y gatos Karen Overall, © Arthur Dunham

MA, DVM, PhD Centro de Neurobiología y Comportamiento, Departamento de Psiquiatría, Facultad de Medicina, Universidad de Pensilvania, Filadelfia, PA, Estados Unidos La Dra. Karen Overall es Diplomada por el Colegio Americano Veterinario de Especialistas en Comportamiento y es una Especialista Certificada en Comportamiento Animal Aplicado (Certified Applied Animal Behaviorist). Trabaja en la Facultad del Centro de Neurobiología y Comportamiento en el Departamento de Psiquiatría Penn Med como Asociada de Investigación, y su investigación se centra en la genética neurocomportamental de la cognición canina, la ansiedad y la reacción al ruido. Su nuevo libro, Manual of Clinical Behavioral Medicine for Dogs and Cats, lo publicará Elsevier este año, acompañado por un vídeo didá ctico. La Dra. Overall es la editora en jefe de la revista Journal of Veterinary Behavior: Clinical Applications and Research (Revista de comportamiento veterinario: aplicaciones clínicas e investigación). En 2005, la Dra. Overall fue elegida como la Comunicadora del año en Pequeños Animales en la North American Veterinary Conference.

PUNTOS CLAVE Los avances en neuropsicofarmacología han contribuido a la aceptación de la medicina de comportamiento veterinaria Los agentes psicoterapéuticos, junto con la modificación del comportamiento y del ambiente, han hecho posible obtener en el tratamiento, mejores resultados y más rápidos. El tratamiento inespecífico de las reacciones y signos de comportamiento no es aceptable. Son esenciales los criterios de diagnóstico específicos y un tratamiento que aborde los mecanismos subyacentes al diagnóstico

Introducción El tratamiento farmacológico de problemas de comportamiento, debe utilizarse como parte de un programa de tratamiento integral. No puede sustituir al duro trabajo necesario para la modificación del comportamiento, aunque algunos fármacos sí que facilitan su implantación. Quienes busquen soluciones "de rápida fijación" se sentirán decepcionados: si no se modifican los procesos o ambientes que produjeron el comportamiento, el uso del fármaco inadecuado sólo adormecerá o enmascarará, en el mejor de los casos, el comportamiento. Además, los fármacos más recientes, más específicos y más eficaces pueden tener un tiempo de latencia relativamente largo entre el comienzo del tratamiento y los cambios aparentes en el comportamiento del paciente. Si no se comprenden los mecanismos de acción que se explican en este artículo, tanto clientes como veterinarios pueden calificar de fracaso un tratamiento cuando podría ser un enorme éxito. Dicho de manera sencilla, ni la medicina de comportamiento veterinaria ni el tratamiento de las patologías de comportamiento son simples, pero con un enfoque lógico e informado, los veterinarios pueden desempeñar un papel esencial salvando vidas y mejorando la calidad de vida de sus pacientes y sus propietarios. Merece la pena observar que los problemas de comportamiento continúan siendo la principal causa individual de eutanasia o de abandono de perros y gatos.

El papel de un diagnóstico preciso Los modelos no lineales son los que mejor representan la mayoría de las enfermedades de comportamiento (es decir, los modelos que representan trastornos multifactoriales heterogéneos). Por ejemplo, no existe un fármaco ideal para tratar el marcaje con orina en gatos:

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este hecho puede ser la descripción de un comportamiento, un comportamiento normal típico de la especie, un signo inespecífico o un diagnóstico fenotípico. El comportamiento de marcaje con orina puede estar causado por varias circunstancias sociales y puede ser consecuencia de varios sistemas neuroquímicos interactivos. En esencia, no todos los pacientes que exhiben un mismo diagnóstico están afectados por los mismos motivos, y saber que existe dicha variación es vital para el uso racional de los fármacos. Por ejemplo, todos los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) varían en cuanto a su estructura, y todos ellos varían en cierta medida en estructura y efecto cuando se comparan con los antidepresivos tricíclicos (ATC) y otros grupos de fármacos útiles. Si un animal no responde al primer fármaco de elección puede responder a otro simplemente porque el perfil neuroquímico de ese paciente no es igual que el de otro paciente, aunque hayan sido diagnosticados de la misma patología de comportamiento.

¿Funcionará el tratamiento farmacológico? Si bien el tratamiento farmacológico por sí mismo puede hacer que un animal se muestre globalmente menos angustiado, si el animal sigue siendo provocado por los estímulos ambientales sociales o físicos cualquier beneficio derivado del fármaco se reducirá al mínimo, y este uso fácil e inapropiado de fármacos ha llevado a muchos veterinarios a creer falsamente que el tratamiento farmacológico no funciona. Nada puede estar más lejos de la verdad: muchos fármacos nuevos y alimentos enriquecidos tienen un enorme potencial para mejorar la vida de las mascotas con problemas y la de sus propietarios preocupados. El uso racional de los fármacos debe considerarse ahora una parte básica del tratamiento de nuestros pacientes.

puede tener un problema grave. Por esta razón, es importante animar a los clientes a vigilar la respuesta de su animal al tratamiento y cualquier efecto secundario que pueda aparecer. Si bien muchas benzodiacepinas (BZ) pueden ser sedantes, la benzodiacepinas que se usan actualmente con más frecuencia (por ejemplo, el alprazolam, el oxacepam, el clonacepam) son menos sedantes que el diacepam y el cloracepato. Sin embargo, hay que instar a los clientes a que administren cualquier benzodiacepina cuando puedan controlar al paciente; por tanto, las dosis iniciales deben administrarse cuando el propietario esté en casa y pueda vigilar al animal. Dado que los efectos secundarios más graves de los ATC y los ISRS pueden ser cardiacos, los propietarios deben aprender a medir la frecuencia cardiaca. Ligeros aumentos no son preocupantes, pero un gran aumento y de forma mantenida de la frecuencia cardiaca es problemática y puede ser el primer signo de un síndrome serotoninérgico, por lo que hay que enseñar a los propietarios a reconocer lo que es significativo y lo que no lo es. Por esta razón, se recomienda la realización de ECG basales en todos los pacientes con antecedentes de arritmias, cardiopatías, reacciones farmacológicas previas, que estén tomando más de un fármaco o que quepa la posibilidad de que vayan a ser sometidos a una anestesia o sedación (1) (Figura 1). La mayoría de los fármacos utilizados en comportamiento se metabolizan vía renal y hepática, por lo que es esencial tener valores basales, previos al tratamiento. Las alteraciones hepáticas y las arritmias cardiacas pueden no imposibilitar el uso de un fármaco, pero saber que existen puede servir como orientación sobre la posología y los efectos secundarios previstos.

Efectos adversos Los clientes se preocupan por los posibles efectos secundarios, por lo que el equipo veterinario debe conocer exactamente cúales son los posibles efectos más importantes. Los efectos secundarios "comunes" no son en realidad muy frecuentes, y en general se manifiestan como cambios transitorios; normalmente los signos pueden abarcar trastornos gastrointestinales, modificación del apetito, sedación o variaciones (normalmente aumentos) de la frecuencia cardiaca. En la inmensa mayoría de los pacientes los efectos secundarios serán realmente transitorios, produciéndose en la primera semana; sin embargo, si un efecto secundario no es transitorio, los clientes deben entender que su mascota

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Los propietarios deben recibir una lista completa de todas las posibles respuestas adversas y se les debe animar a ponerse en contacto con el veterinario ante el primer signo de cualquier problema. Los propietarios formados controlarán mejor a sus mascotas y estarán más dispuestos a utilizar de manera adecuada fármacos y a modificar el comportamiento. Reconocer al animal con reacciones sedantes atípicas o graves es esencial para poder utilizar los tratamientos más apropiados cuando sea necesario (Figura 2).

Preocupaciones añadidas Todos los psicotrópicos pueden interaccionar con otros

MODIFICACIÓN FARMACOLÓGICA DEL COMPORTAMIENTO EN PERROS Y GATOS

Figura 2. Se debe fomentar que el propietario comunique al veterinario si su mascota muestra un comportamiento raro después de la administración de los fármacos.

químicas ayudará a una comprensión de los fármacos disponibles para tratar las distintas patologías.

Figura 1. La evaluación cardiaca se debe realizar a todo animal antes de prescribir fármacos para trastornos del comportamiento.

fármacos. Por ejemplo, la utilización de ATC, ISRS y otros tipos de fármacos relacionados provocarán una lectura falsamente baja de los valores tiroideos, exista o no suplementación. Ha habido una moda de tratar específicamente con tiroxina a los perros con problemas de comportamiento y valores tiroideos en el límite. Ahora se dispone de pruebas que indican que la mayoría de los problemas de comportamiento no están directamente asociados con una disfunción del tiroides, si bien dicha disfunción puede afectar al comportamiento. Se cree que muchos serotoninérgicos reducen los umbrales convulsivos y se deben prescribir con cautela en los pacientes epilépticos. En la actualidad existen pruebas de que la ansiedad puede reducir los umbrales convulsivos y que, por tanto, el tratamiento de la ansiedad en realidad puede elevar el umbral convulsivo, permitiendo una disminución de la cantidad de fármaco anticonvulsivo necesario. Por último, debe tenerse en cuenta el hogar en el que vive el paciente a la hora de decidir la administración de fármacos. Algunos fármacos que se utilizan para tratar las alteraciones de comportamiento de los animales tienen un elevado potencial de abuso en el hombre.

Serotonina Se han identificado14 clases de receptores de serotonina, pero los receptores 5-HT1 son los receptores principales que se cree que afectan al humor y al comportamiento. La excreción urinaria de ácido 5-hidroxiindolacético (5HIAA) mide el recambio de 5-HT y se ha utilizado para evaluar las anomalías neuroquímicas en los pacientes de psiquiatría humana, y además está empezando a mostrar un potencial para la medicina de comportamiento veterinaria. Los fármacos que más afectan a los receptores de serotonina son los ATC y los ISRS, que actúan inhibiendo la recaptación de serotonina, y los agonistas parciales como la buspirona. Nótese que los nutracéuticos que pueden aumentar o suplementar el 5HT pueden no provocar la misma respuesta que los agentes farmacológicos ya que el 5-HT no atraviesa fácilmente la barrera hematoencefálica.

Noradrenalina/norepinefrina (NA/NE) Se ha propuesto que la NE afecta al estado de ánimo, a los sistemas de recompensa funcionales y al estado de alerta. Se ha demostrado que la NE está disminuída en la depresión y aumentada en los estados maníacos. Los ATC y los inhibidores de la recaptación de serotoninanorepinefrina (SNRI; por ejemplo, la venlafaxina) ejercen sus efectos, en parte, a través de la NE. Los ISRS tienen efectos bastante leves, pero variables, sobre la NE.

Dopamina

Eficacia y mecanismo de acción Una revisión de las funciones y características neuro-

La distribución de la dopamina en el cerebro no es uniforme, pero se encuentra una gran proporción en

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el cuerpo estriado, que es la parte del sistema extrapiramidal implicado en el movimiento coordinado. La dopamina se metaboliza en parte en ácido homovaníllico (HVA), que se ha utilizado para evaluar el recambio de dopamina en el hombre; hasta ahora, esto se ha explorado poco en Medicina Veterinaria. Existen diversos tipos de receptores de dopamina en el cerebro, la mayoría de los cuales están afectados en los trastornos del estado de ánimo y las estereotipias. El exceso de dopamina puede estar asociado con la aparición de estereotipias.

Ácido gamma aminobutírico (GABA) El GABA es un neurotransmisor inhibidor y existen dos grupos principales de receptores GABA (A y B). En este caso, es el primer grupo el que nos interesa principalmente, y puede potenciarse por los barbitúricos y las benzodiacepinas.

• Las butirofenonas neurolépticas, como el haloperidol, disminuyen a la vez la actividad apropiada y la inapropiada, y debido a los efectos secundarios asociados y a que la vía más eficaz de administración es la intravenosa su uso es limitado. • El uso de fenotiacinas (por ejemplo, la clorpromacina, la promacina, la acepromacina) está anticuado. Todas las fenotiacinas tienen efectos secundarios como consecuencia de su uso prolongado (por ejemplo, trastornos cardiovasculares, signos extrapiramidales). La acepromacina hace a los animales más reactivos a los ruidos y sobresaltos, pero menos capaces de hacer algo al respecto y, por lo tanto, puede volver al animal más ansioso con el tiempo. Por tanto, es inapropiada para pacientes con fobia a los ruidos. La acepromacina nunca debe utilizarse como un tratamiento de comportamiento, salvo que la intención sea sedar completamente al perro.

Aminoácidos excitadores (AAE) Los AAE (glutamato, aspartato y, posiblemente, homocisteato) son los principales neurotransmisores excitadores rápidos y sus niveles son anómalos en los trastornos agresivos, impulsivos y esquizofrénicos. Los bloqueantes de los canales de calcio pueden afectar a las patologías asociadas con el aumento de glutamato. Los barbitúricos y la progesterona suprimen las respuestas excitadoras al glutamato, igual que hace el fármaco memantina en las personas, el cual se ha aprobado para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.

Otros mediadores químicos El óxido nítrico (NO) y los metabolitos del ácido araquidónico (por ejemplo, las prostaglandinas) pueden mediar la liberación de neurotransmisores. Estos productos se sintetizan a demanda y se activan por un aumento del calcio, de modo que pueden verse afectados por los bloqueantes de los canales de calcio.

Fármacos útiles en medicina veterinaria del comportamiento Nótese que los antihistamínicos, los anticonvulsivos, las progestinas o los estrógenos, los simpaticomiméticos o los estimulantes, los tranquilizantes y los agonistas o los antagonistas de los narcóticos tienen un uso limitado en la medicina de comportamiento moderna.

Tranquilizantes Los tranquilizantes merecen una atención especial, ya que disminuyen la actividad espontánea, provocando una disminución de la respuesta a los estímulos externos o sociales, interfiriendo profundamente con cualquier modificación del comportamiento.

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Benzodiacepinas (BZ) En comparación con los barbitúricos, las BZ mantienen relativamente intacta la función cortical. Los barbitúricos y las benzodiacepinas afectan a los receptores GABA-A, pero debido a los efectos perjudiciales sobre la cognición, los barbitúricos han sido sustituidos por las BZ y los ATC en el tratamiento de la ansiedad y de la agresividad. A dosis bajas, las BZ actúan como calmantes o sedantes leves al modular la excitación. A dosis moderadas, actúan como ansiolíticos, facilitando la interacción social de una manera más proactiva. A dosis elevadas actúan como hipnóticos, facilitando el sueño. La ataxia y la sedación profunda normalmente se producen sólo a dosis más altas de la necesaria para obtener efectos ansiolíticos. Las benzodiacepinas disminuyen el tono muscular, pero esto puede funcionar como un efecto ansiolítico inespecífico, ya que muchos animales estresados tensan sus músculos. Algunas BZ más recientes, como el clonacepam, tienen efectos de relajación muscular a dosis menores de las necesarias para obtener efectos sobre el comportamiento. Si el paciente es de los que responde, las BZ pueden ser esenciales para el tratamiento de acontecimientos esporádicos que afectan a la ansiedad profunda o al miedo, como las tormentas (2), los fuegos artificiales y el pánico asociado con la separación y ausencia del propietario señaladas por un indicador externo, como la alarma del despertador. Para que estos fármacos sean eficaces, deben administrarse al paciente como mínimo una hora antes del estímulo previsto, y preferentemente antes de que aparezcan signos de angustia. Las BZ pueden utilizarse también como fármacos intervencionales.

MODIFICACIÓN FARMACOLÓGICA DEL COMPORTAMIENTO EN PERROS Y GATOS

Tabla 1. Modelo generalizado para el uso de alprazolam como tratamiento del pánico y angustia severa Alprazolam: la dosis preferida para los perros es de 0.02-0.04 mg/kg. Por ejemplo, para un perro de tamaño medio esto puede significar 0.25-0.5 mg cada 12 horas o cada 4-6 horas, según necesidad. El alprazolam es el tratamiento ‘panicolítico" de elección para los perros y puede ser de un valor incalculable. Puede utilizarse de tres formas: como tratamiento preventivo, como fármaco intervencional y en un contexto verdaderamente panicolítico. Muchos pacientes se beneficiarán de las tres modalidades. Nótese que no todos los pacientes responden a las benzodiacepinas y que algunos tienen reacciones paradójicas. Este protocolo ayudará al propietario a saber si será beneficioso para su mascota. Preventivo: para utilizarlo como tratamiento preventivo verdadero, el propietario debe ser capaz de prever cuándo va a haber un estímulo desencadenate, por ejemplo, un invitado, el último paseo del día cuando hay tráfico, una tormenta que se aproxima. Se administra un comprimido de 0.25 mg dos horas antes del acontecimiento previsto y se repite una dosis completa o la mitad de la dosis 30 minutos antes del acontecimiento. Se repite cada 4-6 horas según necesidad utilizando la dosis alta o baja. Empezar con la dosis baja, ya que es acumulativa. Intervencional: si el perro está reaccionando a algún estímulo (una tormenta sorpresa, pánico al descubrir que está solo) y no puede volver al estado basal, en los cinco minutos durante los cuales, el propietario intenta calmar pasivamente al perro, se administra la mitad de un comprimido de 0.25 mg, o un comprimido completo. Si el perro se angustia mientras está paseando en el exterior (por ejemplo, provocado por un ruido) el propietario puede continuar o interrumpir el paseo dependiendo de la respuesta del perro, pero es vital que el perro no cree un recuerdo del miedo y la respuesta a él, y de nuevo puede ser deseable administrar medio comprimido, o uno completo, de 0.25 mg. Los clientes aprenderán a distinguir entre cuándo es innecesario el fármaco y cuándo intervenir con la suficiente antelación para evitar la angustia que generará un recuerdo. Obviamente, en los días difíciles, la mejor opción es una combinación de las dos estrategias anteriores. Por ejemplo, los propietarios pueden administrar una dosis al despertarse, repetir la dosis en 2 horas y luego de nuevo a los 30 minutos antes del acontecimiento previsto que altere al animal, y seguir administrando 1/2 - 1 comprimido según necesidad, dependiendo de lo alterado que esté. Si un cliente es capaz de medicar al animal antes de que aparezca la angustia, el perro siempre necesitará menos medicación. Panicolítico: si el perro tiene un ataque de pánico completo, deberá administrarse inmediatamente la dosis completa. Si el perro sigue angustiado después de 30 minutos, habrá que repetir la mitad de una dosis o una dosis completa. Recuerde que la pastilla puede disolverse en una diminuta cantidad de líquido o se disolverá en los labios del perro. Patrones similares a los del uso de alprazolam (aunque a dosis mucho menores) también beneficiarán a los gatos angustiados. Los usos más importantes del alprazolam para los gatos pueden ser antes o después de visitar al veterinario y durante los viajes.

La planificación por adelantado permite repetir la dosis y el uso concomitante con ATC o ISRS diariamente. En la Tabla 1 se encuentra el modelo preferido para el uso de alprazolam.

Inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) Los inhibidores de la MAO actúan aumentando la dopamina, norepinefrina, epinefrina y 5HT y, por tanto, elevando el estado de ánimo. La selegilina es un IMAO que se usa para el tratamiento de la disfunción cognitiva en gatos y perros; es bastante inespecífica para la dopamina y ralentiza la destrucción de las neuronas, lo que podría reducir la capacidad cognitiva. Debido a que es probable que se recomiende la selegilina en mascotas de edad avanzada, el tratamiento debe considerarse de por vida, salvo graves efectos secundarios. Los animales sin deterioro cognitivo no se beneficiarán de la selegilina y quizá muestren agitación debido a sus metabolitos anfetaminoides.

Antidepresivos tricíclicos (ATC) Los antidepresivos tricíclicos están estructuralmente

relacionados con los antipsicóticos fenotiacínicos y se utilizan en personas para tratar diversas patologías mentales, aunque suelen tener efectos secundarios (sequedad de boca, sedación, hipotensión).Los efectos secundarios son menos frecuentes en perros, pero pueden abarcar trastornos gastrointestinales, cambios en el apetito y malestar asociado con una taquicardia perseverante; estos efectos se resuelven si el fármaco se retira. Los efectos secundarios del bloqueo de la histamina por parte de los ATC pueden ser útiles en el tratamiento de las enfermedades pruriginosas en animales y éste es el uso principal del ATC doxepina. Nótese que los animales que experimentan sedación u otros efectos secundarios con un compuesto de origen pueden reaccionar bien cuando se tratan con el metabolito intermediario. Por ejemplo, los gatos que experimentan sedación o náuseas al tratarse con la amitriptilina, pueden responder bien si reciben la nortriptilina a la misma dosis. El uso de ATC está contraindicado en animales con antecedentes de retención urinaria, glaucoma y arritmias cardiacas no controladas (1). A dosis elevadas, los ATC se

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Tabla 2. Elección sugerida de ATC/ISRS para patologías clínicas Diagnóstico / Tipo de patología

Primer fármaco de elección

Narcolepsia

Imipramina

Ansiedades más leves, relativamente inespecíficas

Amitriptilina

Ansiedades más leves, relativamente inespecíficas evitando la sedación

Nortriptilina

Fobias sociales / ansiedades por la interacción social

Paroxetina

Pánico / ansiedad generalizada

Sertralina

Brote de agresividad / ansiedades impulsivas / explosivas relacionadas

Fluoxetina

Comportamiento de ritual asociado con ansiedad, incluyendo el trastorno obsesivo-compulsivo

Clomipramina

han relacionado con el síndrome del eutiroideo enfermo. En los animales de edad avanzada o con alguna patología es necesario realizar una evaluación analítica completa ya que dosis elevadas de ATC pueden alterar los niveles de las enzimas hepáticas. Dosis extremadamente elevadas están asociadas con convulsiones, anomalías cardiacas y hepatotoxicidad. Nótese que probablemente los gatos son más sensibles que los perros a todos los antidepresivos tricíclicos. Sin embargo, estos fármacos son extremadamente satisfactorios en el tratamiento de muchas patologías caninas y felinas, entre ellas la ansiedad por separación, la ansiedad generalizada que puede ser un precursor de algunos comportamientos de eliminación y de agresividad, enfermedades pruriginosas que pueden intervenir o ser precursoras de enfermedades que provocan automutilación, dermatitis acral por lamido, acicalamiento compulsivo y algunas patologías narcolépticas. El tratamiento de la ansiedad por separación y de la ansiedad generalizada con amitriptilina es muy satisfactorio. La imipramina ha sido útil en el tratamiento de los trastornos leves por déficit de atención en personas y puede ser útil en perros ya que se ha utilizado para tratar la narcolepsia leve. Un derivado de los ATC, la carbamacepina, se ha utilizado satisfactoriamente para controlar la actividad aberrante en las convulsiones psicomotrices caninas. La clomipramina, uno de cuyos metabolitos intermediarios actúa como un ISRS, se ha empleado con éxito para el tratamiento de los trastornos compulsivos obsesivos caninos (3) y de la ansiedad por separación en perros (4).

Agonistas parciales de la serotonina Los agonistas parciales de la serotonina (por ejemplo, la buspirona) tienen pocos efectos secundarios, no afectan de manera negativa a la cognición, ayudan a la rehabilitación al influir en la regulación de la atención, el estado de alerta, la cognición y el estado de ánimo, y

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pueden ayudar al tratamiento de la agresividad asociada al deterioro de la interacción social. La buspirona se ha utilizado con éxito variable en el tratamiento de la agresividad canina, comportamientos estereotipados o rituales de perros y gatos, automutilación y posibles trastornos obsesivo-compulsivos, fobias a las tormentas, marcaje con orina, y también puede ser útil en el tratamiento de un gato agredido por otro. Sin embargo, la buspirona actúa disminuyendo la ansiedad en el gato y aumentando su capacidad de interacción/asertividad, lo que podría provocar confrontaciones.

Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) Los ISRS (fluoxetina, paroxetina, sertralina y fluvoxamina, y la clomipramina que se convierte en un ISRS) son derivados de los antidepresivos tricíclicos. La fluoxetina es eficaz en el tratamiento de la agresividad profunda, ansiedad por separación (5), pánico y trastornos obsesivo-compulsivos. La paroxetina es eficaz en el tratamiento de la depresión, ansiedad social y agitación asociada a la depresión. La sertralina es útil particularmente para la ansiedad generalizada y el pánico. El tratamiento debe continuar durante un mínimo de 6 a 8 semanas antes de poder determinar la eficacia. En la Tabla 2 se muestra la preferencia en cuanto al uso de anti-depresivos tricíclicos e ISRS.

Inhibidores de antagonistas/recaptación de la serotonina 2A (IARS) Recientemente se ha prestado atención al IARS trazadona, que puede ser útil para el pánico y las fobias como adyuvante al tratamiento con benzodiacepinas, antidepresivos tricíclicos o inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. No se ha establecido una dosis, pero se ha comunicado un rango comprendido entre 1,7 y 9,5 mg/kg/día (6).

MODIFICACIÓN FARMACOLÓGICA DEL COMPORTAMIENTO EN PERROS Y GATOS

Tabla 3a. Psicofármacos seleccionados que pueden ser útiles en el tratamiento de trastornos de comportamiento en el gato Fármaco y presentación Alprazolam (comprimidos: 0.25, 0.5, 1, 2 mg; 1 y 2 mg comprimidos con muesca)

Dosis y notas sobre la administración 0.0125-0.025 mg/kg PO c/12 h, para empezar Debido a diferencias en el metabolismo en función de la masa; los gatos más pequeños recibirán dosis en el intervalo superior y los gatos más grandes las del intervalo inferior; y, dado que todas las benzodiacepinas son lipófilas, la grasa de los gatos puede almacenar el fármaco, lo que sugiere empezar con una dosis menor. Las dosis deben aumentarse de manera gradual para ver si puede conseguirse el efecto deseado. NOTA: todas las benzodiacepinas pueden provocar reacciones paradójicas raras en perros, gatos y primates, pero una reacción a una benzodiacepina no significa que se vaya a tener reacción a otra.

Amitriptilina (comprimidos: 10, 25, 50, 75, 100, 150 mg)

0.5-2.0 mg/kg PO c/12-24 h; empezar en 0.5 mg/kg PO c/12 h

Clomipramina (cápsulas: 25, 50, 75 mg en formulación humana; 20, 40, 80 mg comprimidos con muesca en formulación veterinaria)

0.5 mg/kg PO c/24 h

Clonazepam (comprimidos: 0.125, 0.25, 0.5, 1.0, 2.0 mg)

0.1-0.2 mg/kg PO c/12-24 h

Cloracepato (comprimidos: 3.75, 7.5, 11.25, 15, 22.5; cápsulas: 3.75, 7.5, 15 mg)

0.5-2.2 mg/kg PO s/nec. para la angustia severa; 0.2-0.4 mg/kg c/12-24 h

Diacepam (comprimidos: 1, 2, 5, 10 mg; solución: 5 mg/ml)

0.2-0.4 mg/kg PO c/12-24 h; empezar con 0.2 mg/kg PO c/12 h

Doxepina (cápsulas: 10, 25, 50, 75, 100, 150 mg; solución: 10 mg/ml)

0.5-1.0 mg/kg PO c/12-24 h; empezar con dosis bajas

Fluoxetina (cápsulas: 10, 20 mg; solución: 5 mg/ml)

0.5-1.0 mg/kg PO c/24 h

Fluvoxamina (cápsulas: 10, 20 mg)

0.25-0.5 mg/kg PO c/24 h

Imipramina (comprimidos: 10, 25, 50 mg; cápsulas 75, 100, 125, 150 mg)

0.5-1.0 mg/kg PO c/12-24 h; empezar con 0.5 mg/kg PO c/12 h

Nortriptilina (cápsulas: 10, 25, 50, 75 mg)

0.5-2.0 mg/kg PO c/12-24 h

Oxazepam (comprimidos: 15 mg; cápsulas: 10, 15, 30 mg)

0.2-0.5 mg/kg PO c/12-24 h; dosis elevada: 1.0-2.5 mg/kg PO c/12-24 h; 3 mg/kg PO en bolo para estimulación del apetito

Paroxetina (comprimidos: 10, 20, 30, 40 mg; suspensión: 10 mg/5 ml)

0.5 mg/kg PO c/24 h x 6-8 semanas para empezar

Protriptilina (comprimidos: 5, 10 mg)

0.5-1.0 mg/kg PO c/12-24 h; empezar con 0.5 mg/kg PO c/ 12 h

Selegilina (comprimidos: 5, 10, 15, 30 mg)

0.25-0.5 mg/kg PO c/12-24 h; empezar con dosis bajas

Sertralina (comprimidos: 25, 50, 100 mg)

0.5 mg/kg PO c/24 h x 6-8 semanas para empezar

Triazolam (comprimidos: 0.125, 0.25 mg)

2.5-5 mg/gato PO c/8 h

s/nec. = según necesidad. La licencia veterinaria varía según países y especies.

Otros tratamientos complementarios Los betabloqueantes se utilizan en el hombre para tratar una diversidad de problemas, entre ellos el comportamiento autolesivo, los trastornos conductuales, la demencia, el autismo y la esquizofrenia. Los betabloqueantes más antiguos, como el propranolol, no han sido muy satisfactorios en el tratamiento de la agresividad animal, pero han demostrado un éxito mixto en combinación con antidepresivos tricíclicos o inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina para tratar algunas ansiedades y fobias a ruidos. El pindolol se

ha utilizado satisfactoriamente para potenciar la acción de los ATC y los ISRS y acelerar el comienzo del tratamiento (7). En las Tablas 3a y 3b puede encontrarse una lista de los fármacos comentados y las dosis correspondientes.

Polifarmacia, manejo del propietario y monitorización del paciente Es preferible retirar a la mayoría de los pacientes una clase de fármaco antes de empezar con otra clase de fármacos. Sin embargo, la polifarmacia puede ser segura, racional y

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Tabla 3b. Psicofármacos seleccionados que pueden ser útiles en el tratamiento de trastornos de comportamiento en el perro Fármaco y presentación

Dosis y notas sobre la administración

Alprazolam (comprimidos: 0.25, 0.5, 1, 2 mg; 1 y 2 mg comprimidos con muesca)

0.01-0.1 mg/kg PO s/nec. en ataques fóbicos o de pánico; 0.02-0.04 mg/kg PO s/nec. en tormentas; en dosis elevadas puede producirse letargia profunda e incoordinación (0.75-4.0 mg/perro/día; puede aumentarse lentamente por encima de 4.0 mg/perro/día si se obtiene algo de efecto a una dosis inferior). (Empezar con 1 mg, máx., para un perro de 25 kg; alternativamente puede empezarse con 0.25 mg y repetirse cada 2-4 h hasta efecto – que se convierte entonces en la nueva dosis de partida. Si no hay efecto en la dosis de 4 mg, es improbable que este fármaco sea útil para este perro.)

Amitriptilina (comprimidos: 10, 25, 50, 75, 100, 150 mg)

1-2 mg/kg PO c/12 h para empezar

Buspirona (comprimidos: 5, 10 mg)

1 mg/kg PO. c/8-24 h (ansiedad leve) 2.5-10 mg/perro c/8-24 h (ansiedad leve) 10-15 mg/perro PO c/ 8-12 h (ansiedad más severa; utilizar una dosis elevada para la fobia a las tormentas)

Carbamacepina (comprimidos: 200 mg [con muesca]; comprimidos masticables: 100 mg [con muesca])

4-8 mg/kg PO c/12 h; 0.5-1.25 mg/kg PO c/8 h; 4-10 mg/kg/día divididos c/8 h

Clordiacepóxido (comprimidos: 5, 10, 25 mg; también disponible como polvo para inyección)

2.2-6.6 mg/kg PO s/nec; empezar con dosis baja

Clomipramina (cápsulas: 25, 50, 75 mg en formulación humana; comprimidos con muesca de 20, 40, 80 mg en formulación veterinaria)

1 mg/kg PO c/12 h x 2 semanas, luego 2 mg/kg PO c/12 h x 2 semanas, luego 3 mg/kg PO c/12 h x 4 semanas y luego como dosis de mantenimiento - ó - 2 mg/kg PO c/12 h x 8 semanas para empezar.

Clonazepam (comprimidos: 0.125, 0.25, 0.5, 1.0, 2.0 mg)

0.125-1.0 mg/kg PO c/12 h; intervalo: 0.01-0.1 mg/kg PO s/nec. en ataques de fobia o pánico, en dosis superiores a 4.0 mg/día puede producirse letargia profunda e incoordinación, pero pueden utilizarse dosis más elevadas si se van incrementando si ha habido algún efecto en una dosis inferior (empezar con 1-2 mg para un perro de 25 kg)

Clorazepato (comprimidos: 3.75, 7.5, 11.25, 15, 22.5; cápsulas: 3.75, 7.5, 15 mg)

0.5-2.2 mg/kg PO como mínimo una hora antes del estímulo desencadenante (partida) o del ruido previsto (tormenta, fuegos artificiales); repetir c/4-6 h s/nec; 11.25-22.5 mg/perro PO c/24 h (~22.5 mg/perro grandes; ~11.25 mg/perros de tamaño medio; ~ 5.6 mg/perros pequeños)

Diacepam (comprimidos: 1, 2, 5, 10 mg; solución: 5 mg/ml)

0.5-2.2 mg/kg PO Como mínimo una hora antes del estímulo desencadenante (partida) o del ruido previsto (tormenta, fuegos artificiales); repetir c/4-6 h según necesidad

Doxepina (cápsulas: 10, 25, 50, 75, 100, 150 mg; solución: 10 mg/ml)

3-5 mg/kg PO c/8-12 h

Fluoxetina (cápsulas: 10, 20 mg; solución: 5 mg/ml)

1 mg/kg PO c/12-24 h x 6-8 semanas para empezar

Fluvoxamina (comprimidos: 25, 550, 100 mg)

1 mg/kg PO c/12-24 h x 6-8 semanas para empezar

Imipramina (comprimidos: 10, 25, 50 mg; cápsulas: 75, 100, 125, 150 mg)

2.2-4.4 mg/kg PO c/12-24 h; 1-2 ó 2-4 mg/kg PO c/12-24 h; empezar con dosis baja

Nortriptilina (cápsulas: 10, 25, 50, 75 mg; solución 10 mg/5 ml)

1-2 mg/kg PO c/12 h

Oxazepam (comprimidos: 15 mg; cápsulas: 10, 15, 30 mg)

0.2-1.0 mg/kg PO c/12-24 h

Paroxetina (comprimidos: 10, 20, 30, 40 mg; suspensión: 10 mg/5 ml)

1 mg/kg PO c/24 h x 6-8 semanas para empezar

Protriptilina (comprimidos: 5, 10 mg)

5-10 mg/perro PO c/12-24 h (narcolepsia)

Selegilina (comprimidos: 5, 10, 15, 30 mg)

0.5-1.0 mg/kg PO c/24 h x 6-8 semanas para empezar

Sertralina (comprimidos: 25, 50, 100 mg)

1.0 mg/kg PO c/24 h para empezar

Triazolam (comprimidos: 0,125, 0,5 mg)

0.125-1.0 mg/kg PO c/12 h; intervalo: 0.01-0.1 mg/kg PO según necesidad

Puede necesitarse una dosis de mantenimiento más elevada.Dosis constante asociada con ligero aumento de los efectos GI secundarios. Nota: administración cada 24 h insuficiente para la gran mayoría de los animales, en particular los animales con signos múltiples, comienzo en una edad temprana o síntomas de larga duración.

s/nec. = según necesidad. La licencia veterinaria varía según países y especies.

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MODIFICACIÓN FARMACOLÓGICA DEL COMPORTAMIENTO EN PERROS Y GATOS barata, y puede salvar las vidas de los animales; no obstante, requiere realmente una comprensión de cómo actúan estos fármacos. Algunos ejemplos de combinaciones potencialmente eficaces de estos fármacos se encuentran en la Tabla 4. Los ISRS no deben utilizarse con los IMAO debido a los riesgos de síndrome serotoninérgico (8), y la buspirona y los ISRS deben emplearse con cuidado si se combinan. Si se cambia de un ISRS a un IMAO, el tiempo recomendado sin tratamiento en el perro es de 2 semanas.

Tabla 4. Ejemplo de combinaciones farmacológicas que pueden permitir disminuir la dosis y aumentar la eficacia Amitriptilina (ATC) + Fluoxetina (ISRS) Amitriptilina (ATC) + Fluoxetina (ISRS) + Alprazolam (BZ) Amitriptilina (ATC) + Alprazolam (BZ)

El uso concomitante de ATC o BZ aumenta los niveles plasmáticos de estos dos fármacos y puede prolongar la excreción de fluoxetina. Pueden añadirse ISRS a los ATC y, en este caso, pueden mostrar un comienzo de acción más rápido que cuando se administran solos.La politerapia permite la administración de dosis bajas de los dos compuestos, reduciendo así al mínimo los efectos secundarios a la vez que se consigue aumentar al máximo la eficacia. Además, pueden utilizarse benzodiacepinas según necesidad para mitigar o evitar los brotes relacionados con la ansiedad aguda en pacientes en quienes se esté administrando un tratamiento diario con ATC o ISRS. Juntas, las BZ y ATC o ISRS pueden acelerar la mejoría y evitar la interferencia de los estímulos desencadenantes de ansiedad aguda en el tratamiento de las ansiedades más frecuentes. Los propietarios deben entender que los fármacos más recientes, más específicos y más eficaces tienen un tiempo de latencia relativamente prolongado entre el comienzo del tratamiento y los cambios observados en el comportamiento del paciente. Además, es esencial la supervisión del paciente. Debe realizarse anualmente una exploración física y una evaluación analítica en los pacientes, pero en los más mayores el control debe ser aún más frecuente. Los cambios relacionados con la edad provocan una disminución del aclaramiento renal de algunos ATC. Con la edad, puede ser necesario el ajuste de las dosis de los fármacos. Obviamente, si algún paciente enferma por cualquier razón o muestra signos de efectos secundarios, es esencial la reevaluación. Cuando se interrumpe un fármaco para el comportamiento, es preferible la disminución paulatina a una interrupción brusca. En la Tabla 5 se muestra un modelo para esta deshabituación. Este proceso reduce al mínimo los posibles signos de abstinencia central, entre ellos los asociados con el síndrome de interrupción de la serotonina (9, 10) y permite determinar la dosis mínima efectiva. Los pacientes con síndrome de interrupción o cese se vuelven malhumorados y letárgicos, pero estos efectos normalmente se pasan en una semana. Sin embargo, si los

Fluoxetina (ISRS) + Alprazolam (BZ) Clomipramina (ATC) + Alprazolam (BZ) Clomipramina (ATC) + Diacepam (BZ)* Amitriptilina (ATC) + Diacepam (BZ) * Selegilina (IMAO) + Diacepam (BZ) Selegilina (IMAO) + Alprazolam (BZ) Paroxetina (ISRS) + Alprazolam (BZ) *podría ser bastante sedante

Tabla 5. Guía sobre la duración del tratamiento y programa de deshabituación 1. Tratar todo el tiempo que sea necesario para observar los efectos beneficiosos: • 7-10 días para los ATC relativamente inespecíficos • 3-5 semanas mínimo para los ISRS y los ATC más específicos 2. Tratar hasta estar "bien" y no tener signos asociados con el diagnóstico o tener algún signo leve: esto debe ser un mínimo de 1-2 meses

3. Tratar durante todo el tiempo que sea necesario para alcanzar el nivel comentado en “2”. para que la fiabilidad de la evaluación esté razonablemente asegurada: esto debe tardar un mínimo de otro mes u otros 2 meses 4. Deshabituar a lo largo del tiempo que se tardó en llegar a “1”. o más despacio. Recuerde que se puede tardar más de un mes en que reaparezcan los signos. Si bien no hay efectos secundarios agudos asociados con el cese súbito de la medicación, una recaída de un comportamiento indeseado es un "efecto secundario" grave. Una recaída completa puede no responder al reinicio del tratamiento con el mismo fármaco o en la misma dosis. TOTAL: Tratar durante un mínimo de 4-6 meses

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MODIFICACIÓN FARMACOLÓGICA DEL COMPORTAMIENTO EN PERROS Y GATOS

sedación previa para que se produzcan menos interacciones (en particular, de la variedad adrenérgica). Por último, parece que algunos animales dejan de responder al tratamiento. Mantenerlo parece la mejor decisión en algunos de estos casos, porque cambiar varias veces de fármacos sólo puede hacer que el paciente cada vez sea más resitente al tratamiento.

© Karen Overall

Conclusión

Figura 3. Algunas ayudas como las de los collares de entrenamiento pueden ser de un valor incalculable.

signos persisten, está justificada una reevaluación del modo de interrupción del fármaco. Los fármacos cuyos metabolitos intermediarios (por ejemplo, la fluoxetina) tienen semividas más prolongadas es menos probable que causen problemas si se retiran rápidamente, en comparación con los fármacos de semividas cortas o con metabolitos intermediarios no funcionales (por ejemplo, la paroxetina). Los ISRS que tienen las mayores capacidades de recaptación in vivo (por ejemplo, la paroxetina) quizá presenten un mayor riesgo de provocar un síndrome serotoninérgico. El tratamiento prolongado puede ser la norma con muchos de estos fármacos y patologías, pero el mantenimiento puede realizarse a una dosis considerablemente inferior a la dosis inicial. La única forma de que el veterinario descubra si esto es así es ir retirando poco a poco el tratamiento. Antes de cualquier anestesia no debe retirarse el trataminto a los animales y se debe ajustar la

En el mundo industrializado, los problemas de comportamiento de las mascotas son responsables de que los casos de abandono y muerte sean superiores a los de enfermedades infecciosas, neoplasias y enfermedades cardiacas. El uso racional de los fármacos representa una oportunidad real y en curso para que los veterinarios traten a sus pacientes con una mayor humanidad. Invertir tiempo y conocimiento en ayudar a estos pacientes con problemas y a sus propietarios angustiados puede ser muy reconfortante y puede cambiar el futuro de la Medicina Veterinaria a mejor. Sin embargo, los fármacos solos no pueden cumplir estos objetivos. No se puede cuestionar un tratamiento comportamental sin considerar una modificación del comportamiento "real" que produzca un cambio cognitivo para ayudar a las mascotas problemáticas a modificar sus comportamientos. La mejoría del comportamiento puede acelerarse con el uso del tratamiento farmacológico y el veterinario debe considerar también el uso de otras ayudas como collares y arneses para el perro (Figura 3), necesidades cognitivas de los gatos y perros "cautivos", ejercicio apropiado y repetido, y la necesidad del uso racional de fármacos para el dolor, suplementos o alimentos específicos y otros tratamientos según necesidad. La integración de todas estas modalidades de tratamiento en la Medicina Veterinaria moderna es un enfoque verdaderamente "holístico" que beneficiará al veterinario tanto como al paciente y al propietario.

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Micción inapropiada en gatos Gerard Muller, DVM, Dipl. ECVBM-CA, Comp. Dipl. ENVF Clínica Veterinaria de Lille, St Maurice, Roubaix, Lille, Francia El Dr. Muller se licenció en la Facultad de Medicina Veterinaria de Alfort, París, en 1982 y ha ejercido en la clínica privada desde 1985. En 1998, se diplomó en Medicina de Comportamiento en Francia y ahora imparte como profesor parte de la diplomatura de Medicina de Comportamiento. El Dr. Muller es Diplomado por el ECVBM-CA y ha sido miembro del Colegio Europeo desde el 2008. Es vicepresidente de ZooPsy (Asociación Francesa de Veterinarios Especialistas en Comportamiento).

L

os principales motivos de consulta de comportamiento en el gato son la agresividad y la micción inapropiada, siendo esta última con diferencia la consulta más frecuente para la mayoría de los veterinarios. Los problemas de micción inapropiada en muchos casos se manejan satisfactoriamente mediante el uso de técnicas diagnósticas y fármacos (cuando existe una patología urinaria), pero si un gato empieza a orinar dentro de la casa es frecuente que el propietario consulte a un especialista en comportamiento antes que a un veterinario de medicina interna.

PUNTOS CLAVE La micción inapropiada en el gato puede ser multifactorial y se deben buscar tanto causas médicas como de comportamiento Una anamnesis meticulosa es esencial para emitir un diagnóstico más exacto Los propietarios pueden empeorar el problema inconscientemente El tratamiento puede ser multifactorial y permanente

El gato con problemas de micción inapropiada se puede clasificar en tres grupos etiológicos. El primer grupo abarca a los gatos sanos en los cuales el problema es reaccional. El segundo grupo incluye a los animales con problemas de micción como consecuencia de trastornos psicológicos. El tercer grupo abarca a los gatos en los que, el problema principal se debe a una patología de las vías urinarias. Sin embargo, esta clasificación traza líneas que la naturaleza no siempre respeta. En la práctica, estas categorías suelen solaparse. Las acciones de los propietarios y sus reacciones ante la micción inapropiada del gato a menudo provocarán la aparición de una enfermedad compleja y multifactorial. Además, los gatos adquieren hábitos rápidamente y esto complica el diagnóstico etiológico de las alteraciones urinarias.

Micción inapropiada en gatos sanos Durante la consulta el veterinario examinará al gato, siendo relativamente frecuente comprobar que presenta una condición física muy buena. Sin embargo, rara vez los propietarios se tranquilizan al descubrir que la salud de su gato es excelente. Normalmente están más preocupados por el estado de sus muebles y su objetivo principal al consultar al veterinario es asegurarse de que el gato deje de orinar donde no debe.

Marcaje territorial con orina Los gatos marcan su territorio depositando trazas de feromonas. Ésto se puede hacer de tres formas distintas: mediante marcaje facial, arañando y "rociando" (spraying) orina. Aunque este último comportamiento no es patológico, los propietarios lo desaprueban y a menudo desean encontrar una solución lo más rápida posible. Esta impaciencia con frecuencia provoca la progresión del desorden hacia una enfermedad psicológica.

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© Anne Marie Dossche

Desde el punto de vista clínico, el marcaje con orina difiere de la simple micción por la posición que adopta el gato (Figura 1). El gato proyecta la orina en altura, se mantiene erguido y emite sólo pequeños volúmenes de orina dejando una marca en la superficie vertical elegida (vista por el propietario como una mancha, y también se suele detectar el olor). Este comportamiento va acompañado de acciones específicas. El gato escarba el suelo delante de la superficie vertical que se va a marcar, girándose progresivamente y aproximándose al punto seleccionado. La espalda del gato se arquea, la parte posterior se levanta y la cola se mantiene vertical y vibrando.

Figura 1. Gato que muestra la típica postura de marcaje territorial con orina (spraying).

Las gotas de orina permiten marcar con feromonas en previsíon de extraños. Ésto contrasta con el marcaje facial que es beneficioso para el propio gato y no tiene función de relación. Cuando el gato está marcando con orina se puede detectar desde una cierta distancia, se enfatiza mediante la adopción de posturas específicas que atraen a visitantes felinos del vecindario y les invita a tomar conciencia del hecho de que el territorio ya está ocupado. Este marcaje con feromonas disuade de la invasión territorial. Si el marcaje es eficaz, el gato no necesitará seguir marcando y el comportamiento se interrumpirá por sí mismo. El hecho de rociar con orina es reconfortante ya que mantiene a los invasores a distancia. Sin embargo, si el intruso sigue ocupando el territorio, el gato orinará con más frecuencia y en un número creciente de sitios. Ésto, en sí mismo, será una fuente de estrés para el gato, destacando la competencia territorial. Un comportamiento normal, como el marcaje con orina, se vuelve patológico cuando alcanza una cierta frecuencia. Consideremos una situación que le pueda ocurrir a una persona a modo de metáfora. Se considera normal firmar la cubierta interna de un libro que se desea prestar a alguien. Algunas bibliotecas también marcan una página en el interior del libro. Sin embargo, si se marcan todas las páginas, resulta extraño e innecesario. Al leer este libro tan marcado, el lector se preocupará más por el riesgo de que alguien se lo robe y su obsesión probablemente aumentará.

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Para el veterinario la dificultad reside en intentar reducir al mínimo la reacción del propietario. Es esencial que el veterinario y el propietario permanezcan tranquilos, en primer lugar para determinar correctamente el origen del problema y luego para evitar que vaya en aumento. La irritación del propietario también puede dificultar la obtención de una descripción detallada de la secuencia de acontecimientos. Éste es un factor determinante si el problema es de marcaje territorial con orina. Uno de los elementos que pueden ayudar al veterinario es la presencia o la ausencia de comportamiento de "enterramiento". Los gatos que intentan enterrar sus micciones arañando la superficie que acaban de ensuciar no están, definitivamente, marcando el territorio. Este movimiento suelen advertirlo los propietarios, por muy molestos que estén, y puede ser de gran ayuda diagnóstica. Una vez que se ha confirmado el diagnóstico de marcaje reaccional por un gato sano, el tratamiento es sencillo: • El veterinario debe resaltar al propietario la necesidad de mantenerse tranquilo cuando el gato realice el marcaje territorial. Puede ser necesario reducir la percepción del problema por parte del gato mediante el uso de un ansiolítico (por ejemplo, trioxacina). • El propietario debe aumentar el marcaje facial del gato con feromonas utilizando difusores (Figura 2), que son notablemente eficaces en dichos casos. Los pulverizadores de feromonas son más difíciles de utilizar y si los propietarios están molestos, pueden acabar utilizándolos de manera incorrecta (por ejemplo, a intervalos no suficientemente regulares, sobreaplicando en ciertos lugares o insuficientemente en otros lugares, etc.).

MICCIÓN INAPROPIADA EN GATOS

© Ceva Animal Health

Los propietarios con frecuencia comienzan controlando mucho a su gato para evitar más manchas o para intentar pillarle en el acto. Esta vigilancia visual constituye una parte integral del etograma normal del gato y, cuando es observado de esta forma, el gato a menudo se siente amenazado. Esta amenaza exacerba el sentimiento de inseguridad y aumenta la probabilidad de marcaje. El veterinario debe destacar al propietario que no debe parecer que vigila excesivamente al gato. El tratamiento apropiado debe provocar la resolución del problema en unas pocas semanas, a menos que el estado reaccional sea sustituido por una patología.

Marcaje sexual y entrenamiento inadecuado en casa El marcaje sexual es similar en apariencia al marcaje territorial, pero el gato añadirá también un depósito de feromonas faciales. Este comportamiento específico es dirigido por las hormonas sexuales y puede resolverse mediante la castración de los machos. Estas marcas sexuales se observan también en la gata, pero con menos frecuencia.

Figura 2. Los difusores de feromonas pueden ser muy útiles para modificar el comportamiento del gato.

• Fobias • Ansiedad • Depresión

Fobias Ensuciar la casa por deficiencia o falta de entrenamiento es menos frecuente. La gata normalmente "pare" a sus gatitos ya entrenados. Los propietarios de gatitos pueden encontrar en alguna ocasión "accidentes nocturnos". Según la experiencia del autor, estos casos suelen deberse a que la bandeja de arena no es adecuada o se ha colocado demasiado lejos de donde duerme. Los gatitos que duermen en la cama de su propietario probablemente son incapaces de atravesar toda la casa para llegar hasta su bandeja de arena. La colocación transitoria de una bandeja de arena en la habitación suele ser suficiente para obviar este problema.

Los gatos que orinan como consecuencia de una enfermedad psicológica En la actualidad todo el mundo supone que la eliminación inapropiada del gato se debe a la ansiedad. Esta simple idea ha evolucionado mucho en los últimos años y se ha eliminado el concepto común de que el gato se está "vengando" de sus propietarios en respuesta a las condiciones de vida "inapropiadas" percibidas. La realidad es algo más compleja y pueden distinguirse tres condiciones patológicas:

El caso de Zana es la ilustración perfecta de este estado patológico. Zana es una gata cuyo propietario acudió al autor como último recurso quejándose de que la gata miccionaba en lugares inapropiados durante años. La exploración física reveló hematuria y pH urinario elevado. En primera instancia, se prescribió un antibiótico y el número de micciones descendió de 10 a 15 veces al día hasta una única vez en muebles "suaves" como un sofá... El propietario inicialmente estaba muy satisfecho, pero sólo temporalmente y pronto pidió más. Se prescribió un antidepresivo (clomipramina, 0.4 mg/kg) y mejoró aún más el comportamiento de Zana, aunque seguía negándose a utilizar la bandeja de arena. El propietario estaba exasperado y para intentar nuevas opciones terapéuticas, el veterinario hospitalizó a la gata y observó que en la jaula de hospitalización, la gata sistemáticamente orinaba al lado de la bandeja. Se añadió una segunda bandeja, una tercera y luego una cuarta bandeja. Entonces se observó cómo la gata movía las bandejas fuera de su camino y se contorneaba para orinar entre las cuatro bandejas que cubrían casi la totalidad del suelo de la jaula.

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en sí mismo (Figura 3). Esta patología corresponde a una situación fóbica en la cual el animal ya no puede evitar las situaciones que teme, porque forman parte de su entorno o porque son de origen interno. Este estado de ansiedad puede tener varias presentaciones clínicas. A menudo el gato muestra agresividad, disfunción orgánica (gastrointestinal, urinaria o cutánea) y actividades de desplazamiento (alopecias autoinducidas). Esta ansiedad suele complicarse con una micción inapropiada.

Figura 3. El lenguaje corporal del gato a menudo puede sugerir ansiedad; nótense las orejas aplanadas y la postura más tensa.

A continuación se sustituyó el sustrato habitual de la bandeja por papel de periódico. La gata empezó a orinar en la bandeja con el papel de periódico. Se entregó la gata a su propietario con instrucciones de que utilizara sólo papel de periódico en la bandeja de arena. Desde entonces, la gata no ha miccionado fuera de la bandeja pese a una breve infección urinaria. El papel de periódico se sustituyó progresivamente por arena de río, corteza de pino y otros materiales. La conclusión fue que Zana tenía fobia a la arena para gatos. Hay muchas otras fobias que el veterinario debe considerar ante el caso de un gato con micción inapropiada. El problema más difícil de resolver es la fobia social. Los gatos "semi-salvajes" recogidos de la calle y confinados súbitamente a un piso suelen presentar fobias (fobias a las personas, a los ruidos, a otros carnívoros), que pueden hacer que eliminen de forma inapropiada en la casa. Estos animales suelen estar muy alterados y su manejo es la perfecta ilustración del tema de este artículo. A menudo se necesitan tratamientos complejos. Sin embargo, situaciones aparentemente sencillas pueden provocar también fobias, por ejemplo: • El perro que sistemáticamente molesta al gato cuando intenta utilizar la bandeja de arena. • La bandeja de arena que está situada detrás de una puerta y se golpea cada vez que se abre la puerta. • Los niños que golpean la tapa de una bandeja cubierta cuando el gato la está utilizando.

Ansiedad y eliminación inapropiada En nuestra nosografía, la ansiedad es un estado patológico que o bien es consecutivo a una fobia o es un estado

Hay tres razones simples para estos signos: • La eliminación inapropiada induce una desorganización territorial y emocional que provoca ansiedad. • La ansiedad provoca en el gato una incapacidad para estructurar su territorio y por tanto una desorganización del territorio. • La ansiedad se acompaña a menudo de trastornos urinarios y, sobre todo, de cistitis idiopática. Molko es un buen ejemplo de esta complejidad. Molko es un gato de dos años que una vez tuvo una vida familiar feliz. Sin embargo, sus propietarios se divorciaron y se mudaron de casa, pasando de un chalet a un piso donde además convivía con niños y un perro que no conocía. Molko se fue acostumbrando a su nuevo ambiente, pero solía marcar el territorio con orina y le castigaban. La situación se volvió catastrófica. Cuando Molko se presentó en la consulta, tenía sobrepeso, se mostraba hostil y orinaba al menos 5 veces al día. La orina olía muy mal y era hemorrágica. Había dejado de utilizar su bandeja de arena y orinaba y defecaba generalmente en la pila del lavadero donde había sido confinado. Bufaba a la menor provocación y sufría el “síndrome de la piel ondulante” (rolling skin syndrome, RSS), a veces también conocido como síndrome de hiperestesia felina. Se identificaron varios diagnósticos: • Molko tenía cistitis. No había cristaluria, pero el pH era elevado. El cultivo (muestra tomada mediante cistocentesis y análisis de orina realizado en el laboratorio) fue negativo. La citología reveló numerosos eritrocitos y leucocitos, pero no se identificaron ni levaduras ni bacterias. • Molko padecía ansiedad. El “síndrome de la piel 1

descripcion sistematica de la enfermedad

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MICCIÓN INAPROPIADA EN GATOS

Tabla 1. Elección del agente adecuado Las fobias, la ansiedad y la depresión pueden tratarse utilizando antidepresivos. Los ansiolíticos deberían prescribirse junto con antidepresivos o bien solos al inicio de los problemas, en animales en la fase reaccional . La clomipramina se utiliza a una dosis baja de 0.3-0.4 mg/kg/día. A esta dosis, los efectos de los beta-adrenérgicos son débiles. El efecto sobre la ansiedad es excelente y puede observarse en la tercera semana de tratamiento. La selegilina se utiliza a una dosis doble de la de perros, por ejemplo, 1 mg/kg. El efecto ansiolítico es significativo y aparece después de un mes de tratamiento. No hay efectos secundarios, pero los comprimidos son difíciles de administrar. La fluoxetina se utiliza a una dosis de 1 a 3 mg/kg (la dosis más elevadas se utiliza para tratar la hiperactividad). El efecto sobre la ansiedad es bueno y puede observarse en la tercera semana de tratamiento. Se prefieren los comprimidos hidrosolubles; una vez diluido el producto puede almacenarse durante 24 horas. La alfa-casocepina es un buen ansiolítico. Una dosis diaria de 15 mg/kg es el mínimo terapéutico. Este producto es eficaz rápidamente. Su principal indicación es el estrés precoz y las fobias sociales. La trioxazina es un ansiolítico con más o menos las mismas indicaciones que la alfa-casocepina. No es lo suficientemente fuerte como para corregir condiciones patológicas, pero produce progresos favorables en las enfermedades relacionales. Los AINES no son antidepresivos, pero su uso a menudo proporciona la comodidad necesaria para corregir condiciones patológicas. Se recomiendan en el tratamiento de la cistitis idiopática.

ondulante” es un síntoma típico de esta patología. El cambio de carácter, el trastorno alimentario (comía excesivamente) y el cese del acicalamiento son idicativos de esta patología. • El modo de vida de Molko no es adecuado para un gato. Su espacio estaba restringido al tendedero, no recibía afecto y estaba estresado por el perro. El tratamiento prescrito abordaba todos estos puntos: • Tratamiento de la cistitis mediante el uso de antiinflamatorios no esteroideos y antibióticos, hasta la resolución de la hematuria si es necesario, continuando con más AINES y posiblemente glucosaminoglicanos. • Resolución de la ansiedad mediante un antidepresivo, de ser necesario durante varios meses o incluso varios años. Las sustancias y dosis preferidas por el autor se muestran en la Tabla 1. El veterinario debe asegurarse de que su uso no provoca oclusión uretral, ya que es una complicación reconocida y potencialmente grave de ciertos antidepresivos (por ejemplo, la clomipramina). • Aumentar su territorio y evitar cualquier forma de castigo. En el caso de Molko esto consistió en abrir progresivamente el tendedero después de las primeras semanas de tratamiento, además utilizar los difusores

de feromonas en el ambiente puede ser una útil ayuda. También se recomienda intentar restaurar un vínculo emocional con los propietarios según sea apropiado.

Depresión y eliminación inapropiada Los gatos a menudo pasan mucho tiempo durmiendo. Por esto puede ser muy difícil distinguir entre un gato normal y un gato con depresión. ¿Se trata de un gato que duerme mucho porque está deprimido o simplemente es perezoso? Los gatos que muestran "depresión" también pueden demostrar a veces desorganización territorial, que causa micción inapropiada. Ahora bien, el tipo de depresión que se acompaña con más frecuencia de micción inapropiada es la que se observa en gatos de edad avanzada, y que se conoce como depresión por involución. En esta forma de la enfermedad, el estado depresivo se acompaña de trastornos cognitivos. El gato afectado tiende a carecer de motivación, sufrirá de episodios de ataques de estrés y perderá los patrones de comportamiento adquiridos. El marcaje territorial es caprichoso ya que el gato, que tiene una necesidad desesperada de seguridad, ya no siente control sobre su territorio. Si el gato no recibe la ayuda de su propietario sino todo

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lo contrario por la micción inapropiada, el estado de depresión empeorará rápidamente. El tratamiento consiste en el uso de antidepresivos, acompañados inicialmente de ansiolíticos. El tratamiento se debe completar restaurando el vínculo emocional, enriqueciendo el territorio y ofreciendo una cuidada atención veterinaria. Es relativamente frecuente que esta enfermedad aparezca en animales de edad avanzada junto con otras patologías como la artritis, desequilibrios hormonales, hipertensión, etcétera, y por tanto la atención veterinaria suele ser la clave para restaurar el vínculo emocional entre el propietario y su gato.

Micción inapropiada y cistitis idiopática La mayoría de los gatos que son remitidos a un veterinario especialista en comportamiento por micción inapropiada padecen cistitis. Esto no es un reflejo de competencia entre colegas sino que demuestra que a menudo es difícil distinguir entre un trastorno de comportamiento y un trastorno patológico en esta especie y que además las dos patologías a menudo coexisten. El trabajo del veterinario se complica aún más por el hecho de que la cistitis idiopática es una enfermedad en la cual el estrés y, por tanto, la ansiedad, es uno de los factores desencadenantes. Parece que la mayoría de los tratamientos pueden ser eficaces, al menos en algunas ocasiones, y en la actualidad es más fácil encontrar consenso sobre los tipos de tratamiento ineficaces que sobre el tratamiento ideal. La cistitis idiopática es clínicamente indistinguible de la cistitis infecciosa. Los gatos afectados empiezan miccionando en lugares no habituales. Aumenta el número de micciones y se deja de usar casi completamente la bandeja de arena. En cambio, el gato en su lugar busca materiales blandos u olorosos. En las primeras etapas, es común verles orinar en la pila o la bañera, pero a menudo volverán su atención a los sofás, colchones, edredones e incluso las almohadas. Los gatos no respetan las posesiones y los propietarios a menudo están convencidos de que su gato tiene algo contra ellos. Dado que el factor desencadenante de la cistitis idiopática suele ser el estrés, algunos animales res-

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ponderán con 1 ó 2 micciones fuera de la bandeja cuando se produce un "acontecimiento de estrés" y el propietario normalmente establecerá rápidamente la relación. Sin embargo, el propietario puede estar convencido de que el gato orina a propósito y se necesita mucha paciencia para explicar el problema y apaciguar la relación. La cistitis idiopática se produce bajo circunstancias similares a la infección urinaria. Normalmente esta cistitis es breve y discontinua, y progresa hacia una cistitis clásica. Esta progresión es sorprendente pero todavía lo es más cuando la cistitis infecciosa se transforma en cistitis episódica simple, ya que no hay pistas que permitan predecir este giro de los acontecimientos y, por tanto, advertir al propietario. Nuestro protocolo de tratamiento actual para la cistitis idiopática consiste en administrar: • Un antiinflamatorio no esteroideo. • Un ansiolítico o antidepresivo tricíclico (debe realizarse un seguimiento de la orina para descartar cristaluria). • Un antibiótico al comienzo del tratamiento para combatir las infecciones secundarias (su necesidad es discutible). • Glucosaminoglicanos en forma de polvo añadidos al alimento; dos cursos de 15 días al año (su eficacia es discutible). • Enriquecimiento territorial, ofreciendo el alimento ad libitum si es apropiado y aumentando la complejidad del acceso al alimento. El examen clínico puede incluir ecografía y radiografía. Antes de comenzar con un tratamiento largo y complejo, puede ser útil descartar definitivamente tumores de la vejiga o presencia de divertículos. La visualización de la pared de la vejiga es una ayuda útil en el diagnóstico de la cistitis. La citología urinaria debe realizarse de manera sistemática. Es esencial que el veterinario obtenga una muestra representativa de la orina del gato con historial de micción inapropiada. El autor prefiere obtener la muestra mediante cistocentesis, un procedimiento sencillo e indoloro que puede realizarse sin sedación en la mayoría de los gatos. La vejiga debe estar llena o ser al menos palpable. La orina recogida de esta forma es estéril y no está contaminada. Al contrario de la creencia popular, la presencia de vestigios de sangre

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en estas muestras es siempre significativa. Si se utiliza una aguja fina (23G) para realizar la cistocentesis no debe de haber sangre en la muestra como consecuencia de la técnica de muestreo.

Conclusión La micción inapropiada en gatos suele ser un reto importante para el veterinario. Rara vez se remite a un centro de referencia, pero se necesita mucha paciencia y dedicación para conseguir que el tratamiento sea satisfactorio. En esencia el tratamiento es sencillo, pero es difícil obtener el cumplimiento por parte del

BIBLIOGRAFÍA

propietario y son esenciales buenas habilidades de comunicación. En esta especie en general y, de manera específica para los problemas urinarios, la relación entre las enfermedades psicológicas y las patologías somáticas es inseparable. El veterinario necesita realizar un enfoque holístico para alcanzar un resultado satisfactorio. Las causas puramente de comportamiento como origen de la micción inapropiada son la excepción antes que la norma.

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Papel del miedo y de la ansiedad en el comportamiento agresivo de los perros Daniel Mills, BVSc PhD CBiol FIBiol FHEA CCAB Dip ECVBM-CA MRCVS Especialista Europeo & RCVS en Medicina de Comportamiento Veterinaria, Departamento de Ciencias Biológicas, Universidad de Lincoln, Reino Unido El profesor Mills se licenció en la Facultad de Veterinaria de Bristol en 1990 y fue el primero en ser reconocido por el RCVS como especialista en Medicina de Comportamiento Veterinaria. Consiguió la cátedra en la Universidad de Lincoln, en 2004. Su principal área de interés en investigación se centra en la cognición y la regulación emocional. Es el director del programa del máster en Comportamiento Animal de la Universidad de Lincoln.

Introducción La mayoría de las personas no tienen dificultad para identificar la agresividad y el miedo, pero la interacción entre ellos se reconoce con menos frecuencia. El miedo es una reacción emocional asociada con la presencia de estímulos potencialmente peligrosos, por el contrario, la ansiedad surge de la anticipación de dichos acontecimientos, (aunque los términos se utilizarán de manera

PUNTOS CLAVE Los perros pueden responder a estímulos potencialmente peligrosos mediante estrategias de huida, paralización o lucha Es esencial apreciar los factores que contribuyen a la inducción del miedo Los perros utilizan un complejo lenguaje corporal que debe considerarse en su conjunto para entender sus preferencias en las situaciones de conflicto No hay evidencias de que la dominancia sea un factor desencadenante de la agresión en perros

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Helen Zulch, BVSc(Hons) MRCVS Grupo de Comportamiento, Cognición y Bienestar Animal, Departamento de Ciencias Biológicas, Universidad de Lincoln, Reino Unido La Dra. Zulch se licenció en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Pretoria en 1992. Durante la mayor parte de su carrera profesional ha impartido clases, primero de Fisiología y posteriormente de Comportamiento Animal. Se trasladó a la Universidad de Lincoln a principios de 2008, donde actualmente es asesora de la clínica de referencia de Comportamiento, así como profesora en los programas previos y posteriores a la graduación.

intercambiable en este artículo) y se expresa normalmente en una de las tres formas obvias conocidas. Cuando un animal considera que la forma más apropiada de abordar dichas amenazas es evitarlas, "huye" y esta respuesta normalmente se reconoce. Si, por el contrario, decide quedarse quieto ("paralizarse"), la implicación del miedo es quizá menos obvia. Finalmente, si intenta eliminar el estímulo de su proximidad, la respuesta es de "lucha", y el comportamiento del perro puede provocar interacciones inapropiadas y potencialmente peligrosas iniciadas por las personas, quienes a menudo malinterpretan esto como una muestra de dominancia. La elección de la respuesta inicial del perro puede cambiar tanto a corto plazo (cambio de comportamiento) como a largo plazo (estrategia inicial diferente en futuros contextos similares) en función de lo que suceda cerca desde la perspectiva del perro (el miedo continúa o se intensifica, o la disputa se resuelve). Por tanto, lejos de ser un impulso instintivo, la agresión suele ser una estrategia cuidadosa, pero rápidamente evaluada y orientada a resolver un dilema en el que el animal percibe una amenaza.

Esto no es lo mismo que decir que todo comportamiento agresivo es motivado por el miedo. De hecho, la "agresión" no se asocia de forma constante a un determinado estado emocional, pero puede utilizarse para etiquetar cualquier comportamiento que se perciba como daño real o potencial hacia otro. Esto significa que los comportamientos en los que el daño es accidental (por ejemplo, si un perro mordisquea como parte del juego) pueden describirse como una forma de agresión (agresión de juego); así como puede ser el caso de los comportamientos asociados con la adquisición de alimento (agresión depredadora). Sin embargo, estas respuestas son bastante distintas desde el punto de vista de la motivación y hay una creciente tendencia a utilizar los términos de juego y depredación para describir estos comportamientos (1), evitando el término agresión, ya que esto puede ocasionar un concepto erróneo respecto a su causa y a su control. Esta aclaración puede ser una de las primeras cosas que deberá abordarse ante un caso en el que alguien o algo ha resultado dañado. Se sugiere el empleo del término "agresión afectiva" para referirse al comportamiento asociado con la presencia de un estado de alerta emocional negativo, como un estado de miedo. Sin embargo, nótese que, si bien es importante reconocer las circunstancias que pueden motivar el miedo (Figura 1), no es prudente considerar que cualquier emoción subyacente a un episodio agresivo es fija o necesariamente constante; por ejemplo, si un individuo que es percibido como un competidor amenazador, (que puede ser el propietario), niega a un perro el acceso a un recurso, la respuesta agresiva puede incluir elementos de miedo y frustración. Los veterinarios necesitan una mayor apreciación de los factores de riesgo de intervención del miedo en la agresión, ya que una mayor provocación comprometerá aún más el bienestar del animal y posiblemente aumentará el riesgo para los otros. Respecto a esto último, hay dos puntos importantes que deben considerarse en el reconocimiento de la agresión relacionada con el miedo: • ¿Qué circunstancias motivan una respuesta de miedo? • ¿Por qué se elige la agresión como parte de la estrategia en la que el miedo está implicado?

Circunstancias que provocan miedo en los perros Merece la pena destacar que, debido a las interacciones entre los factores genéticos y la experiencia, algunos

Figura 1. La percepción de amenaza inminente es un desencadenante típico de la respuesta agresiva por miedo, aun cuando el propietario crea que está intentando darle palmadas amistosas.

individuos son más sensibles al miedo que otros. Tanto la cría como las primeras experiencias a edad temprana pueden desempeñar papeles importantes en el riesgo de expresión de la respuesta de miedo (siendo iguales los demás factores) en un individuo en determinadas circunstancias. En esta sección nos centraremos sin embargo en los factores específicos que predisponen a un animal a mostrar una respuesta de miedo ante una situación dada. Muchos miedos específicos se aprenden como consecuencia de una experiencia negativa, por ejemplo, el miedo a un veterinario que ha manejado bruscamente al animal, en especial si sentía dolor. Esta situación normalmente puede identificarse mediante una anamnesis cuidadosa. Sin embargo, hay también una serie de factores que (salvo que haya entrenamiento específico en sentido contrario) pueden ser amenazadores intrínsecamente. Estos factores pueden ayudar a un perro a evitar el peligro al proporcionarle reglas generales que le ayudan a juzgar el riesgo potencial y cómo responder a él. Son particularmente importantes cuando el animal carece de señales claras sobre su seguridad y pueden servir como detonantes de una respuesta de miedo y una posible agresión consecutiva. Estos factores pueden dividirse ampliamente en características de los estímulos y rasgos ambientales, cuya significación en un caso dado puede evaluarse y utilizarse para ayudar a informar de las prioridades del tratamiento (Tabla 1).

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Características de los estímulos Trayectoria. La dirección del movimiento de un individuo hacia un perro puede tener un efecto marcado sobre cómo ese individuo es percibido. Un acercamiento directo se percibe en general más amenazador que uno indirecto, y por tanto es más probable una respuesta de miedo. Velocidad. Siendo el resto de factores iguales, un movimiento rápido es más probable que sea percibido como amenaza respecto a un movimiento lento. Aceleración. Un aumento súbito de la velocidad del movimiento suele ser un signo de peligro inminente y, por tanto, los movimientos bruscos cerca de un perro pueden percibirse como potencialmente amenazadores. Tamaño. Los objetos más grandes se asocian en general con una mayor capacidad para causar daño y por eso es más probable que evoquen una respuesta de miedo, en comparación con los más pequeños. Dirección. En muchas especies, el movimiento vertical a través del campo de la retina se observa en general como más intimidante que el movimiento horizontal. El porqué no está claro, pero no se limita a la percepción de los movimientos del cuerpo entero; mover una mano verticalmente delante de un perro es más factible que desencadene una respuesta de miedo que mover la mano en horizontal a la misma velocidad.

Amenaza inminente. Para muchas especies, el acto de que otro se incline sobre ellas es intimidante (2), de modo que estar de pie a medio metro de un perro no es lo mismo que estarlo con la mano extendida hacia él a una distancia similar.

Pistas ambientales (adaptación de Archer (3)) Novedad. Un ambiente no familiar o un acontecimiento inesperado es más probable que provoque una respuesta de miedo, ya que el animal no tiene la información necesaria sobre su seguridad (4). Umbrales espaciales alocéntricos. El espacio alocéntrico (es decir, la localización de los objetos con respecto a otros o a algún punto arbitrario) puede utilizarse para definir la localización de fronteras geográficas importantes para un individuo, como los límites de un territorio. Que un individuo no familiar atraviese estas fronteras puede ser percibido como una amenaza potencial (5). Este área contiene recursos importantes para un individuo y por eso su invasión podría señalar su pérdida potencial, por lo cual muchos comportamientos de defensa territorial están asociados con autoprotección y pueden implicar un componente de miedo. Atravesar el límite territorial asociado con el hogar es quizá el umbral alocéntrico más obvio que puede desencadenar una respuesta de defensa. Sin

Tabla 1. Ejemplos de problemas de agresividad en los que intervienen estímulos que pueden provocar miedo Posibles elementos de amenaza percibidos por el perro

Consejo para el propietario

Espacio personal invadido. Posesión amenazada. Acción de riesgo inminente aparente del niño. El movimiento del niño y sus partes corporales puede ser errático e incluir tandas de aceleración.

Controlar el acceso de los niños al perro cuando esté descansando. Evitar que el niño use los juguetes del perro. Desensibilizar al perro a las aproximaciones a su cama. Desensibilizar al perro a las acciones que impliquen aparentemente amenaza inminente y las aceleraciones en su proximidad. Instituir programas de intercambio para todos los artículos que el perro pueda percibir como valiosos para que la posesión por parte del hombre de esos artículos se vuelva positiva.

Un perro mayor con artritis ha viajado Dolor asociado con las acciones previas previamente con un perro joven ruidoso del perro más joven en el coche. Invasión en la parte de atrás del coche. El perro del espacio personal. mayor empieza ahora a gruñir al perro joven cuando intenta saltar al coche.

Controlar el dolor. Sujetar al perro joven cuando esté en la parte de atrás del coche. Contraacondicionar al perro más viejo a la presencia del joven en el coche.

Dolor o miedo asociado con la integración previa con otros perros en las clases para cachorros. Quizá el propietario haya intentado corregir lo que percibió como conducta inadecuada, es decir, el comportamiento del propietario es también amenazador para el perro.

Interrumpir las acciones de castigo y de amenaza del propietario hacia su perro. Evitar que el perro practique el comportamiento. Desensibilizar y contra-acondicionar al perro a otros perros en todas las situaciones en las que pueda encontrarse.

Escenario El perro está en su cama, en el comedor, con un juguete cerca. Un niño pequeño se acerca a gatas hacia el juguete y lo acerca hacia el perro para devolvérselo. El perro intenta morder al niño (6).

Un perrito faldero joven ha empezado a hacer frente y ladrar a los perros que se aproximan cuando está paseando. Previamente ha asistido a clases para cachorros en las que se permiten sesiones de juego libre no controladas con muchos perros.

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PAPEL DEL MIEDO Y DE LA ANSIEDAD EN EL COMPORTAMIENTO AGRESIVO DE LOS PERROS

Tabla 2. Interpretación del lenguaje corporal del perro. Estas interpretaciones son hipotéticas, ya que pocas han sido rigurosamente estudiadas de manera científica. Las posturas mostradas en un contexto determinado varían según cada individuo y su experiencia previa Posible motivación para la acción

Lenguaje corporal exhibido

Evitar el conflicto rindiéndose o retirándose

• Aparta la mirada o gira la cabeza • Encorva el cuerpo o se va • Aproximación lenta o postura curvada • Rabo escondido / espalda arqueada • Cuerpo bajo / cuello bajo • Cuerpo rígido • Peso sobre el tercio posterior • Piloerección • Molares expuestos con la boca muy abierta • Retracción de los labios para alargar la comisura • Retracción de los labios para exponer los incisivos en "sonrisa" • Ojos estrechados / parpadeo • Orejas plegadas hacia atrás • Tumbado en decúbito lateral • Levanta la pata trasera mientras está en decúbito lateral • Elevación de la cabeza con la mirada apartada

Apaciguamiento (para restablecer el contacto social sin confrontación)

• Aproximación lenta o encorvado • Se detiene • Mueve la cola • Cola escondida / espalda arqueada • Cuerpo bajo • Piloerección • Desvía la mirada • Se tumba en lateral o decúbito dorsal • Eleva las patas traseras mientras está en decúbito lateral • Levanta la pezuña • Bosteza / retrae los labios / se lame los labios • Ojos estrechos / parpadea • Pliega las orejas hacia atrás • Cuello más bajo • Se acerca hacia la zona de la boca del otro individuo posiblemente con movimientos de lamido

Alentar a otro a retirarse (que puede estar motivado aún por el miedo)

• Aproximación rápida directa • Aproximación deliberada tensa firme directa • Peso sobre el tercio posterior • Cola levantada en porte relajado normal para el individuo • Movimiento de la cola / cola rígida • Orejas en punta / laterales / aplanadas contra el cráneo • Comisura de los labios hacia fuera • Incisivos /caninos expuestos con piel del hocico arrugada • Midriasis • Mirada directa / ojos grandes con tensión en la musculatura circundante • Cuello arqueado y cabeza levantada / tensión muscular • Inmovilidad • Se lanza / da una dentellada / muerde

Aproximar / evitar u otra forma de conflicto emocional. Esto puede no señalar un deseo de acción inmediata, pero demuestra un nivel de malestar con la situación actual que puede indicar un mayor riesgo de agresión motivada por el miedo

• Se lame los labios / bosteza • Piloerección • Se sacude (como si quisiera quitarse el agua del pelo) • Otras actividades de desplazamiento como olisquear el suelo

embargo, en algunos casos, los perros pueden definir los "territorios" de manera más arbitraria, como por ejemplo el espacio que rodea al coche cuando está aparcado, y ante la posible invasión de este espacio se responde de forma similar. Umbrales espaciales egocéntricos. No todo el espacio en el cual existe un individuo se define por su localización física, así el espacio egocéntrico se define tomando como referencia su ubicación con respecto al individuo (2). Como personas estamos familiarizados con la idea de nuestro "espacio personal" o distancia que queremos mantener respecto a los otros para mantener nuestra comodidad en circunstancias normales. Si este espacio es invadido, a menudo responderemos (si es posible), de alguna manera, como por ejemplo retrocediendo. Para los perros, existen como mínimo dos umbrales espaciales egocéntricos importantes que se asocian con la activación del neurocircuito del miedo: la invasión del espacio personal del perro y la invasión de su superficie corporal, por ejemplo, el tacto. El

espacio personal de un perro está comprendido normalmente entre 1,5 y 2 m en una situación abierta, pero puede variar dependiendo de las características del ambiente. Igual que podemos tolerar que las personas estén más cerca de nosotros en un tren abarrotado, también un perro puede reducir su espacio personal en una situación equivalente. Sin embargo, en ambos casos sigue existiendo una distancia mínima aceptable, definida en función de la región del cuerpo implicada. Podemos tolerar una mayor proximidad del tronco que de la cara, por ejemplo. En situaciones como ésta, puede ser particularmente importante que los individuos comuniquen su intención no amenazadora para evitar el desencadenamiento accidental de una respuesta de miedo.

La decisión de expresar la agresión como parte de una respuesta de miedo Como se ha mencionado antes, un animal puede emplear tres estrategias para abordar una amenaza

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potencial: huir, paralizarse o luchar. Muchos animales pueden paralizarse para dejar que la amenaza pase, pero esto puede fallar como estrategia, porque el propietario percibe este comportamiento como obstinación del perro y responde de forma amenazadora, provocando un mayor aumento de la amenaza percibida. Si la paralización no tiene éxito, el animal tiene poca elección aparte de intentar retirarse o hacer que se retire la amenaza percibida. Quizá no es posible la retirada (por ejemplo, si el perro está en una esquina o sujeto de alguna forma) y por tanto el perro no tiene otra opción más que intentar retirar la amenaza. Esto se hace utilizando una secuencia de gestos relacionados con el conflicto, que, en último término, pueden implicar un comportamiento manifiestamente agresivo si los gestos más sutiles no son eficaces para resolver la situación. En otras situaciones puede ser teóricamente posible que el animal huya, pero está fuertemente motivado a no hacerlo porque: • quiere proteger un recurso que valora mucho o que no puede llevarse fácilmente con él, por ejemplo una perra que protege a sus cachorros. • prevé que el otro individuo retrocederá, por ejemplo porque es más pequeño, más débil o lo ha hecho en el pasado. • ha aprendido que otras estrategias no funcionan, por ejemplo, cuando se queda paralizado y el propietario sigue regañándole. • sería doloroso hacerlo, por ejemplo, si padece displasia de cadera. Una vez más, la respuesta del individuo que ha provocado la respuesta en el perro es crucial para determinar qué ocurrirá después. ¿Aumentará la confrontación o no? El aumento puede producirse porque esté presente uno o más de los desencadenantes innatos de la agresión (como aproximarse e inclinarse sobre el perro) o porque se haga una amenaza directa (por ejemplo, el propietario se enfade). Por último, esto puede provocar una exhibición agresiva en el perro (7), pero es importante apreciar que un elemento de miedo la afianzará, porque el animal se siente amenazado.

Señales para evitar la agresión manifiesta Un despliegue agresivo debe considerarse como un fracaso en entender las necesidades del animal en un momento dado, ya que los perros tienen un sistema de comunicación bien desarrollado, diseñado para reducir al mínimo el riesgo de que vaya a más y evitar el

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conflicto físico ante una posible amenaza (Tabla 2). Esto se debe a que un ataque físico es una estrategia potencialmente arriesgada que, aun cuando sea satisfactoria, puede provocar lesiones o alteración del grupo social comprometiendo la adaptación biológica a largo plazo de los enfrentados. La naturaleza no favorece la tendencia a la lucha salvo que la situación se perciba como grave. Cuando hay un posible conflicto de intereses, los perros comunican normalmente como mínimo dos mensajes distintos para evitar que el conflicto vaya a más innecesariamente: • su nivel preferido de implicación en el conflicto (es decir, su deseo de rendirse frente a oponerse) • su nivel de hostilidad (la intención de infligir daño o no) para resolver la disputa. El rendimiento se muestra generalmente a través de posturas corporales compatibles con la retirada o incompatibles con la batalla, como una postura baja, agazapada, con las orejas hacia atrás y el rabo entre las patas, o la exposición del vientre y el rechazo a fijar la mirada, mientras que la oposición se exhibe mediante una postura y una acción más directa. Suelen describirse como posturas de sumisión o miedo frente a dominancia o confianza, pero nótese que están relacionadas con la preferencia por la lucha ante una situación determinada, no con una exhibición de estatus social general, es decir, son específicas del contexto aunque pueden estar conformadas por la experiencia previa. La hostilidad se manifiesta aumentando el estado de alerta junto con signos de advertencia más específicos como fijar la mirada, enseñar los dientes, vocalizar e intentar morder. Por el contrario, el apaciguamiento, que indica ausencia de hostilidad, puede expresarse a través de una serie de gestos como bostezar, parpadear, movimiento lento, reducción de la apertura ocular y lamerse la nariz. La expresión de rendimiento y de hostilidad se interpreta quizá con más facilidad como un escenario de miedo y mordiscos, pero es importante reconocer que incluso un animal que esté dispuesto a oponerse activamente a otro puede temer las consecuencias (8). Por ejemplo, puede estar dispuesto a proteger un recurso valioso, pero seguir preocupado por el resultado. Por consiguiente, la tendencia a interpretar la postura de lucha como un signo de confianza es errónea. Esto puede explicar los resultados de Guy (9) en el que, supuestamente, los perros dominantemente agresivos

PAPEL DEL MIEDO Y DE LA ANSIEDAD EN EL COMPORTAMIENTO AGRESIVO DE LOS PERROS

generalmente son ansiosos y carecen de confianza tal y como debería esperarse si la dominancia realmente fuera la causa del comportamiento. De hecho, según los autores de este artículo, no hay pruebas directas de la dominancia como factor desencadenante de la agresión en perros, aunque a menudo los observadores la deducen. Hay más implicaciones importantes que deben seguirse al evaluar las señales de los perros. En primer lugar, si un perro exhibe señales de apaciguamiento y estos signos no son reconocidos, puede o bien mostrar señales más marcadas de apaciguamiento o decidir que la hostilidad es necesaria, ya que el apaciguamiento no parece funcionar. El reconocimiento apropiado implica la retirada del combate y la eliminación de cualquier registro que pudiera percibirse como potencialmente amenazador. Por desgracia, muchos propietarios confunden los gestos de apaciguamiento con un "perro culpable que sabe que ha hecho mal" (Figura 2) y esto puede provocar gestos amenazadores posteriores por parte del propietario, haciendo que el animal rechace los intentos de reconciliación y, en cambio, inicie la hostilidad. Por desgracia, el perro puede aprender que el apaciguamiento no es una estrategia útil y, por consiguiente, emplear sólo la hostilidad cuando en el futuro se encuentre asustado. Una historia similar podría describirse en relación con el fracaso a responder apropiadamente al comportamiento de rendimiento (en oposición al apaciguamiento activo). En cualquier caso, la agresión resultante es normal, como consecuencia de una amenaza continuada y por eso es considerada adecuadamente como una agresión relacionada con el miedo. De particular importancia para el control eficaz y por parte del hombre de estos casos es saber reconocer que el miedo puede ser un rasgo en un perro

Figura 2. Un propietario puede interpretar el comportamiento de apaciguamiento como la “manifestación de culpabilidad”; véase la postura agachada del perro, el cuello tenso, la cabeza baja, los ojos casi cerrados, las orejas plegadas y el rabo escondido.

que se opone a otro en cualquier situación competitiva. Deben rechazarse los tratamientos que podrían aumentar el problema (por ejemplo, los basados en la interacción correctiva o asertiva, potencialmente amenazadora, en vez de en el reconocimiento sensible y constante de las necesidades del animal).

Conclusión El miedo está implicado en la expresión de la agresión con bastante más frecuencia de lo que quizá se suela reconocer. Es esencial que cualquiera que interaccione con perros reconozca los estímulos que pueden percibirse como amenazadores y los medios que los perros utilizan para mostrar su voluntad de intervenir en diferentes estrategias. Sólo entonces podrá reducirse de manera eficaz y a largo plazo el riesgo de agresión y de mordiscos.

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